A Miguel Otero lo ha destituido la Concertación, con la complicidad de la Alianza. La derecha no lo defendió. Al contrario, las opiniones de su sector contribuyeron a lapidarlo.
¿Y qué había hecho para merecer ese trato? Reivindicar la verdad histórica, falseada universalmente por la izquierda. Todo lo que declaró a "Clarín" era cierto. Podría no haberle gustado a la Concertación o al Presidente, que en ese tema piensan distinto de Miguel. Pero era la verdad. Claro, a lo mejor ya no se puede en Chile decir la verdad acerca de este tema sin recibir un castigo...
En particular, el gobierno argentino nada había dicho. Entonces, frente a la grita izquierdista en Chile, ¿qué debería haber hecho Miguel? Nada en particular, salvo haber corroborado sus dichos. Y si el gobierno argentino lo hubiera declarado "persona non grata", debería haber regresado dignamente acá, precisando que la aceptación de una embajada no había implicado para él cambiar su manera de pensar ni modificar la verdad histórica chilena que él bien conocía, por descnocida que hubiera sido en el país vecino..
Pero acá perdió el piso en su propio sector, la derecha, que ya no puede haber caído más bajo. Ya estaba caída hacía tiempo, desde que ni siquiera pudo levantar un candidato presidencial de sus filas y tuvo que allanarse a seguir a un político que reniega de mucho de lo que ella piensa y cada vez puede ocultar menos su proveniencia DC y su afinidad con ésta.
Tan bajo ha caído la derecha que en estos días un jesuita de izquierda (perdonando la redundancia) ha propinado un feroz ataque contra un dignísimo obispo afín al pensamiento de aquélla. No contento con eso, ha declarado que el Papa anticomunista por excelencia, Juan Pablo II, "le ha hecho un gran daño a la Iglesia".
Todo eso con la agravante de que ha amenazado con protestar públicamente si aquel obispo fuera designado Arzobispo.
¿Y qué leemos en los diarios? Ayer y hoy sendas cartas de apoyo de dos distinguidas señoras de derecha al jesuita ofensor.
Con razón estamos donde estamos.
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Antes al menos la derecha estaba en la oposición. Hoy no está en la oposición ni en el gobierno.
ResponderEliminarNo sólo ha caido bajo, sino que ha desaparecido.
Habrá que empezar de cero.
No siga llorando señor Pérez de Arce. Todo esto ya lo sabemos. Hace mucho tiempo que no hay verdadera derecha en Chile. Ya he planteado que ella no existe desde el asesinato físico de Jaime Guzmán el 91 y el asesinato político de José Piñera el 93.
ResponderEliminarConcentre su indudable energía, inteligencia y patriotismo en organizar una nueva derecha. No siga soñando con el servil de Coloma porque su padre y su abuelo actuaron así o asá. No siga embelesado con el diletante de Carlos Larraín porque de vez en cuando diga alguna verdad. No hay salvación dentro de la actual Alianza o Coalición.
Junte 10 personas respetables y todos juntos convoquen a la formación de un nuevo partido. En una página escriban la declaración de principios. Sean la "oposición de derecha" a este gobierno que terminará muy mal. No se den gustitos. Defiendan los grandes y valiosos principios de la derecha: orden, libertad, responsabilidad, valores. Serían grito y plata. No pierda un día más.
Tomás Anderson