He citado antes en este blog, con explicables variaciones debidas a las falencias de mi memoria, a dos visionarios chilenos, el músico Acario Cotapos en los años 40 y el abogado Manuel Montt Balmaceda en los años 60, que proponían, respectivamente: "¿Por qué no les vendemos el país a los norteamericanos y nos compramos algo más chiquito y más cerca de París?"; y "¿Por qué no les vendemos el país a los japoneses y los norteamericanos, para que lo hagan producir, y así poder nosotros dedicarnos a la política?"
Notablemente, estas realistas aspiraciones de distinguidos compatriotas se están haciendo realidad bajo el gobierno de Sebastián Piñera, que, con el apoyo entusiasta de la oposición, nos ha constreñido este año a dedicarnos casi exclusivamente a la política. Porque confrontamos un número tal de elecciones que difícilmente podremos dedicarnos a otra cosa, como lo es producir. Pero esto no debe generar temor, porque el mundo desarrollado, que cayó en manos de diferentes grados de socialismo y generó los que hoy ya realistamente son llamados "Estados de Malestar" y no "de Bienestar", se ha dado cuenta de que conviene invertir en países como Chile, donde gobiernos como el del general Pinochet sentaron las bases de otro modelo, en que la economía funciona bien y las finanzas están en equilibrio. Entonces los inversionistas extranjeros están llegando como nunca. (No saben que a fin de año puede volver al poder una admiradora no sólo de los "Estados de Malestar" sino de Hönecker y del mismísimo Fidel, así es que "Dios los pille confesados", pero por el momento no los asustemos advirtiéndoles eso, para que sigan viniendo y así poder nosotros dedicarnos a lo nuestro.)
Pues este año los chilenos estaremos preocupados de si las cédulas electorales van a ser rojas, blancas o azules para los numerosos candidatos que van a competir en variadas elecciones primarias; y de si va a haber tiempo de organizar las elecciones de consejeros regionales, que, por haber estado nosotros antes más dedicados a producir, como nos enseñó Pinochet, no nos habíamos dado cuenta de que también podían ser elegidos popularmente y así distraer al pueblo del aburrido menester de trabajar. Y todo con el añadido y colofón glorioso de una elección presidencial a dos vueltas hacia fin de año. Entonces, como alguien tiene que generar bienes y servicios, por suerte los extranjeros están llegando masivamente con sus capitales y empresas a producir esas cosas reales que nos vemos imposibilitados de abordar debido a que estamos dedicados de manera absorbente a arreglar el país mediante toda clase de elecciones. Y, además, los extranjeros han hecho subir tanto el cobre que ahora nos llega plata como nunca, de la cual nada habría quedado antes, en vista de los bonos que han conseguido en la minería estatal las oligarquías sindicales.
Pero "El Mercurio" editorializa hoy advirtiendo que "nos ha pillado el tiempo" para organizar el tan masivo como inútil menester electoral. Porque, "como decíamos anteayer", ninguna de estas elecciones nuevas agrega un solo peso al PIB ni al bienestar, sino que son puro derroche. Habría bastado con consagrar una verdadera competencia electoral con libertad de presentar candidaturas e igualdad de normas para los escrutinios y habrían sido innecesarias las primarias. Pero eso no les conviene a los políticos, que se han organizado en un duopolio controlador de todos los poderes del Estado, así es que ellos hacen lo que quieren --siempre que paguemos los contribuyentes el costo, por supuesto-- para perpetuarse en los tres poderes sin tener que pelear entre sí.
Esta febril actividad electoral, sin embargo, no por ser completamente improductiva es menos enredada, y ahora se están dando cuenta de que ni siquiera va a haber tiempo para que el circo electoral funcione bien, porque había demasiadas cosas que legislar y organizar y eso no se ha hecho. Y han discurrido lo que siempre los políticos creen que es la solución de sus problemas: crear nuevos organismos, como el flamante "Consejo Electoral".
En fin, sólo quería reivindicar el acierto de esos visionarios que advirtieron hace décadas que si dejábamos en manos de los extranjeros la producción de cosas de verdad, nosotros podíamos dedicarnos en plenitud a lo que más nos gusta: la política, las campañas electorales y los debates acerca de las mejores recetas para solucionar los problemas del país.
jueves, 28 de febrero de 2013
miércoles, 27 de febrero de 2013
La Farandulización es Todo
Entraron al país tres conscriptos, portando uno de ellos un fusil, y fueron sorprendidos y apresados por carabineros cerca de la frontera. Ello ha dado lugar a un noticiado juicio y a un tremendo incidente internacional, del cual se informa en diversas partes el mundo. Todo eso, por supuesto, ha generado en Bolivia desfiles multitudinarios y una renovación de la campaña de ese país por tener algo que ya tiene, pero niega poseer: un acceso al mar. Porque Bolivia tiene acceso al mar: cualquier boliviano que desee meterse al Pacífico toma su auto y se viene a una playa chilena sin preguntarle nada a nadie y sin que nadie le pregunte a él. O si quiere tener un barco, se compra uno y lo navega y maneja desde Arica, Iquique, Valparaíso o Punta Arenas. Y a lo mejor los hay. O, en fin, si quiere importar o exportar por nuestros puertos lo hace con mejores facilidades que los chilenos. Es decir, los bolivianos tienen acceso al mar, y punto, como diría Lagos.
Bueno, pero es que, a todo esto, el principal problema del gobierno chileno es que su titular necesita llegar al 40% de apoyo ciudadano y ninguna encuesta le da más de 31. Y, peor aún, como en la CERC, 31% y bajando. Entonces, quiere, necesita imitar a Lagos, que consiguió mucho más que ese porcentaje siendo prepotente con Bolivia ("¡relaciones aquí y ahora!") y prometiendo otras cosas, como el tren al sur y los buses articulados del Transantiago. Ambas, claro, después no resultaron, porque el primero no existió y el segundo fue y sigue siendo un costosísimo fracaso. De modo que Lagos perdió así, después de que dejó la Presidencia, mucho de su capital político. A lo cual, dicho sea de paso, nunca se ha resignado, cosa que lo lleva a embarcarse en aventuras tan dudosas como la de la asamblea constituyente.
Sea como fuere, la meta oficial es llegar al 40% este año, porque el titular quiere ser candidato en 2018. Otros en Chile han logrado una segunda presidencia. Entonces ¿por qué no él? Pero, dicen, como mínimo tiene que partir con más de 40%. Naturalmente, después de una segunda presidencia puede venir hasta una tercera. Ahí sí que el protagonista de la hazaña descollaría en solitario. Una perspectiva irresistible: ¡ser único!
El hecho fue que los primeros tres desprevenidos conscriptos bolivianos vinieron como anillo al dedo para tratar de remontar en los sondeos. El caso se ha farandulizado al máximo. La verdad era que había habido otros incidentes similares que, previa expulsión, pasaron inadvertidos y cero problema. Pero no se podía dejar pasar esta oportunidad, aunque no sirviera para hacer calzar en ella la frase mágica que le dio puntos a Lagos contra Bolivia ("aquí y ahora"). En todo caso, el presidente gritoneó varias veces a Evo, lo que siempre renta, pero éste a su turno lo gritoneó a él, en un sano intercambio de invectivas de dos sabedores de que semejante escenificación les conviene para afirmar sus respectivos "ratings".
Fin del primer acto.
Pero resulta que después entraron más soldados bolivianos (al menos venían vestidos como tales), con armas con las cuales amenazaron a un empleado de la minera Collahuasi y le arrebataron una camioneta de la empresa, después de haber disparado amenazadoramente al aire. Y, en forma desafiante, pusieron marcha de vuelta a su país con estudiada lentitud, dando tiempo a los carabineros que los seguían de alcanzarlos. Una verdadera y flagrante provocación. Pero entonces los carabineros también disminuyeron la velocidad. Todavía más: un soldado boliviano, desafiante, se bajó del vehículo robado. Pero, como nadie le hiciera nada, se volvió a subir y retornó calmadamente a su país con su presa chilena, el vehículo de Collahuasi.
Lo que sucedió fue que, a estas alturas, en el gobierno encuestocrático nadie quería otro problema con Bolivia, porque en el caso anterior estaba "saliendo el tiro por la culata". Otra "ineptitud", decían los opositores. Cuando ellos gobernaban, estos episodios se solucionaban calladamente. Penó el calificativo del "Financial Times". Luego, ante la segunda "invasión" se dijo "aquí no ha pasado nada".
Fin del segundo acto.
Sí, pero el segundo atropello es infinitamente más grave que el anterior. Hubo intencionada violación del territorio nacional, con disparos en suelo chileno, amenazas y asalto a un ciudadano chileno, más robo de vehículo a ese trabajador y a su empresa. Pero ha habido impunidad total. Lagos habría dicho, con voz tonante, "¡ese vehículo debe ser devuelto, aquí y ahora!". Pero esta vez el caso no "se farandulizó", porque a nadie le convenía. Luego, no tiene la menor importancia. Las pantallas y los titulares están enfocados en otras cosas que den "rating"en los sondeos. Hay gente encargada de eso.
Así se forja la "opinión informada" de los chilenos que se pronuncian en las encuestas.
Bueno, pero es que, a todo esto, el principal problema del gobierno chileno es que su titular necesita llegar al 40% de apoyo ciudadano y ninguna encuesta le da más de 31. Y, peor aún, como en la CERC, 31% y bajando. Entonces, quiere, necesita imitar a Lagos, que consiguió mucho más que ese porcentaje siendo prepotente con Bolivia ("¡relaciones aquí y ahora!") y prometiendo otras cosas, como el tren al sur y los buses articulados del Transantiago. Ambas, claro, después no resultaron, porque el primero no existió y el segundo fue y sigue siendo un costosísimo fracaso. De modo que Lagos perdió así, después de que dejó la Presidencia, mucho de su capital político. A lo cual, dicho sea de paso, nunca se ha resignado, cosa que lo lleva a embarcarse en aventuras tan dudosas como la de la asamblea constituyente.
Sea como fuere, la meta oficial es llegar al 40% este año, porque el titular quiere ser candidato en 2018. Otros en Chile han logrado una segunda presidencia. Entonces ¿por qué no él? Pero, dicen, como mínimo tiene que partir con más de 40%. Naturalmente, después de una segunda presidencia puede venir hasta una tercera. Ahí sí que el protagonista de la hazaña descollaría en solitario. Una perspectiva irresistible: ¡ser único!
El hecho fue que los primeros tres desprevenidos conscriptos bolivianos vinieron como anillo al dedo para tratar de remontar en los sondeos. El caso se ha farandulizado al máximo. La verdad era que había habido otros incidentes similares que, previa expulsión, pasaron inadvertidos y cero problema. Pero no se podía dejar pasar esta oportunidad, aunque no sirviera para hacer calzar en ella la frase mágica que le dio puntos a Lagos contra Bolivia ("aquí y ahora"). En todo caso, el presidente gritoneó varias veces a Evo, lo que siempre renta, pero éste a su turno lo gritoneó a él, en un sano intercambio de invectivas de dos sabedores de que semejante escenificación les conviene para afirmar sus respectivos "ratings".
Fin del primer acto.
Pero resulta que después entraron más soldados bolivianos (al menos venían vestidos como tales), con armas con las cuales amenazaron a un empleado de la minera Collahuasi y le arrebataron una camioneta de la empresa, después de haber disparado amenazadoramente al aire. Y, en forma desafiante, pusieron marcha de vuelta a su país con estudiada lentitud, dando tiempo a los carabineros que los seguían de alcanzarlos. Una verdadera y flagrante provocación. Pero entonces los carabineros también disminuyeron la velocidad. Todavía más: un soldado boliviano, desafiante, se bajó del vehículo robado. Pero, como nadie le hiciera nada, se volvió a subir y retornó calmadamente a su país con su presa chilena, el vehículo de Collahuasi.
Lo que sucedió fue que, a estas alturas, en el gobierno encuestocrático nadie quería otro problema con Bolivia, porque en el caso anterior estaba "saliendo el tiro por la culata". Otra "ineptitud", decían los opositores. Cuando ellos gobernaban, estos episodios se solucionaban calladamente. Penó el calificativo del "Financial Times". Luego, ante la segunda "invasión" se dijo "aquí no ha pasado nada".
Fin del segundo acto.
Sí, pero el segundo atropello es infinitamente más grave que el anterior. Hubo intencionada violación del territorio nacional, con disparos en suelo chileno, amenazas y asalto a un ciudadano chileno, más robo de vehículo a ese trabajador y a su empresa. Pero ha habido impunidad total. Lagos habría dicho, con voz tonante, "¡ese vehículo debe ser devuelto, aquí y ahora!". Pero esta vez el caso no "se farandulizó", porque a nadie le convenía. Luego, no tiene la menor importancia. Las pantallas y los titulares están enfocados en otras cosas que den "rating"en los sondeos. Hay gente encargada de eso.
Así se forja la "opinión informada" de los chilenos que se pronuncian en las encuestas.
domingo, 24 de febrero de 2013
La Fuerza Derrota a la Razón
Escribo cuando el país está en vilo ante la posibilidad de que la película nacional "No" obtenga un Oscar. Leo en "El Mercurio" que hasta el New York "Times" se ha dado cuenta de que no es una película objetiva, porque prescinde del hecho de que cerca de la mitad de los chilenos eran partidarios del "Sí". De esos, por supuesto, ya van quedando muy pocos, teniendo en cuenta las deducciones de "arrepentidos", "dados vuelta de chaqueta", los "es que yo no sabía" o lisa y llanamente los pasados al enemigo sin explicar nada.
Por supuesto "el gobierno de centroderecha" (risas en la sala al describirse en esa forma al V Gobierno de la Concertación), que llegó al poder gracias fundamentalmente a los votos del "Sí", ya ha dispuesto que la película "No" sea parte del material de enseñanza escolar de los chilenos. Es decir, los partidarios del "Sí" se van a preocupar de que la educación chilena se imparta con instrumentos que hasta los norteamericanos de izquierda (los del New York "Times", otrora promotor de Fidel Castro) se dan cuenta de que están sesgados hacia la izquierda.
¿Por qué nos ha pasado esto? Yo les voy a decir por qué: porque los de derecha tenemos miedo, porque ellos nos amenazan con la fuerza, en todas sus formas, y nosotros no somos capaces de amenazar a nadie; porque ellos salen a la calle a golpearnos si queremos manifestarnos, y hasta nos acosan en locales cerrados, de donde tenemos que huir como ratas (yo fui una de las ratas que tuvo que salir en un bus de carabineros apedreado por los marxistas del Club Providencia, por querer presentar un libro en defensa de un militar inocente, condenado a perpetua por jueces de izquierda prevaricadores.)
¿Se han fijado ustedes que frente al "activismo judicial" (eufemismo con el cual se describe las sentencias que desconocen las leyes para dejar libres a los terroristas y condenar a los uniformados) rara vez se menciona a los presos políticos militares, que ya van por los setenta? Serán muchos más en la medida en que Rodrigo Ubilla, subsecretario del Interior del gobierno de centroderecha (nuevas risas en la sala al describirse otra vez así al actual gobierno) siga presentando querellas contra uniformados por hechos amnistiados, prescritos, ya juzgados y no probados de hace casi cuarenta años.
Ya el país ha dado por sentado que esos presos van a morir en la cárcel. Casi nadie se atreve a hacer nada en su favor, pese a ser público y notorio que, según las leyes vigentes, deberían estar libres. Hay un grupo de abogados que, sin embargo, no cesa en su empeño de denunciar la prevaricación. A uno de ellos, Adolfo Paúl Latorre, autor del "Manifiesto contra el Desvarío", que pormenoriza la enorme cantidad de atropellos al estado de derecho que ha sido menestar cometer para mantener tras las rejas a esos presos políticos, le pregunté el otro día por qué no enviaba sus trabajos al Colegio de Abogados, que tiene una publicación donde analiza temas jurídicos y jurisprudencia de los tribunales. Una vez Álvaro Bardón, frente a los atropellos que cometían los jueces, me expresó no entender por qué los abogados que defendemos el respeto a las leyes no íbamos a desfilar frente a los Tribunales y a romper simbólicamente nuestros carnets de abogados. Yo le contesté lo obvio: porque si lo hacemos con publicidad (de otra manera no valdría la pena) van a ir los comunistas y nos van a sacar lo que los comunistas nos sacan si salimos a la calle a manifestarnos. No se olviden de la frase de Michelle Bachelet: "Cuando la izquierda sale a la calle, la derecha se pone a temblar". Es verdad.
Bueno, Adolfo me dijo que habían ido a hablar con una distinguida personalidad de derecha, representativa del Colegio de Abogados, y le habían expuesto pormenorizadamente los atropellos cometidos contra las leyes, la verdad de los hechos y los principios básicos del derecho penal universal, contenidos en un fallo específico de la Corte Suprema contra unos uniformados. Ese fallo, en particular, era un verdadero panfleto político que los ministros Brito, Juica et al habían resuelto emitir, denominando a la Junta Militar que tomó el poder en 1973 como un grupo de "sublevados" que había atropellado la Constitución y las leyes para deponer a un gobierno legítimo, cuando hasta el más iletrado de los jueces sabe que la mayoría democrática del país convocó a los uniformados precisamente porque había sido el gobierno marxista el que había atropellado de manera sistemática la Constitución y las leyes, como también las libertades públicas y los derechos básicos de los ciudadanos, mientras repartía armas ilegales para dar el golpe de muerte a la democracia chilena.
Bueno, para no alargarme, aterrizaré en lo que les contestó a estos abogados la personalidad representativa del Colegio: si éste asumiera esa posición, sería de temer que muchos abogados renunciaran al Colegio y éste correría el riesgo de no poder subsistir.
En otras palabras, de nuevo la amenaza de la fuerza. Y entonces ¿por qué no tienen miedo de que los abogados de derecha renunciemos al Colegio? Porque saben que la gran mayoría no lo haría. Ya"entregaron" a los presos políticos uniformados. Si ni siquiera los camaradas activos de éstos mueven un dedo por ellos ¿por qué lo vamos a mover nosotros?, dicen.
Y, así, una vez más, la fuerza derrota a la legalidad y a la honestidad en la aplicación del derecho. ¿Por la razón o la fuerza? En el Chile actual, por la fuerza.
Por supuesto "el gobierno de centroderecha" (risas en la sala al describirse en esa forma al V Gobierno de la Concertación), que llegó al poder gracias fundamentalmente a los votos del "Sí", ya ha dispuesto que la película "No" sea parte del material de enseñanza escolar de los chilenos. Es decir, los partidarios del "Sí" se van a preocupar de que la educación chilena se imparta con instrumentos que hasta los norteamericanos de izquierda (los del New York "Times", otrora promotor de Fidel Castro) se dan cuenta de que están sesgados hacia la izquierda.
¿Por qué nos ha pasado esto? Yo les voy a decir por qué: porque los de derecha tenemos miedo, porque ellos nos amenazan con la fuerza, en todas sus formas, y nosotros no somos capaces de amenazar a nadie; porque ellos salen a la calle a golpearnos si queremos manifestarnos, y hasta nos acosan en locales cerrados, de donde tenemos que huir como ratas (yo fui una de las ratas que tuvo que salir en un bus de carabineros apedreado por los marxistas del Club Providencia, por querer presentar un libro en defensa de un militar inocente, condenado a perpetua por jueces de izquierda prevaricadores.)
¿Se han fijado ustedes que frente al "activismo judicial" (eufemismo con el cual se describe las sentencias que desconocen las leyes para dejar libres a los terroristas y condenar a los uniformados) rara vez se menciona a los presos políticos militares, que ya van por los setenta? Serán muchos más en la medida en que Rodrigo Ubilla, subsecretario del Interior del gobierno de centroderecha (nuevas risas en la sala al describirse otra vez así al actual gobierno) siga presentando querellas contra uniformados por hechos amnistiados, prescritos, ya juzgados y no probados de hace casi cuarenta años.
Ya el país ha dado por sentado que esos presos van a morir en la cárcel. Casi nadie se atreve a hacer nada en su favor, pese a ser público y notorio que, según las leyes vigentes, deberían estar libres. Hay un grupo de abogados que, sin embargo, no cesa en su empeño de denunciar la prevaricación. A uno de ellos, Adolfo Paúl Latorre, autor del "Manifiesto contra el Desvarío", que pormenoriza la enorme cantidad de atropellos al estado de derecho que ha sido menestar cometer para mantener tras las rejas a esos presos políticos, le pregunté el otro día por qué no enviaba sus trabajos al Colegio de Abogados, que tiene una publicación donde analiza temas jurídicos y jurisprudencia de los tribunales. Una vez Álvaro Bardón, frente a los atropellos que cometían los jueces, me expresó no entender por qué los abogados que defendemos el respeto a las leyes no íbamos a desfilar frente a los Tribunales y a romper simbólicamente nuestros carnets de abogados. Yo le contesté lo obvio: porque si lo hacemos con publicidad (de otra manera no valdría la pena) van a ir los comunistas y nos van a sacar lo que los comunistas nos sacan si salimos a la calle a manifestarnos. No se olviden de la frase de Michelle Bachelet: "Cuando la izquierda sale a la calle, la derecha se pone a temblar". Es verdad.
Bueno, Adolfo me dijo que habían ido a hablar con una distinguida personalidad de derecha, representativa del Colegio de Abogados, y le habían expuesto pormenorizadamente los atropellos cometidos contra las leyes, la verdad de los hechos y los principios básicos del derecho penal universal, contenidos en un fallo específico de la Corte Suprema contra unos uniformados. Ese fallo, en particular, era un verdadero panfleto político que los ministros Brito, Juica et al habían resuelto emitir, denominando a la Junta Militar que tomó el poder en 1973 como un grupo de "sublevados" que había atropellado la Constitución y las leyes para deponer a un gobierno legítimo, cuando hasta el más iletrado de los jueces sabe que la mayoría democrática del país convocó a los uniformados precisamente porque había sido el gobierno marxista el que había atropellado de manera sistemática la Constitución y las leyes, como también las libertades públicas y los derechos básicos de los ciudadanos, mientras repartía armas ilegales para dar el golpe de muerte a la democracia chilena.
Bueno, para no alargarme, aterrizaré en lo que les contestó a estos abogados la personalidad representativa del Colegio: si éste asumiera esa posición, sería de temer que muchos abogados renunciaran al Colegio y éste correría el riesgo de no poder subsistir.
En otras palabras, de nuevo la amenaza de la fuerza. Y entonces ¿por qué no tienen miedo de que los abogados de derecha renunciemos al Colegio? Porque saben que la gran mayoría no lo haría. Ya"entregaron" a los presos políticos uniformados. Si ni siquiera los camaradas activos de éstos mueven un dedo por ellos ¿por qué lo vamos a mover nosotros?, dicen.
Y, así, una vez más, la fuerza derrota a la legalidad y a la honestidad en la aplicación del derecho. ¿Por la razón o la fuerza? En el Chile actual, por la fuerza.
sábado, 23 de febrero de 2013
Situaciones de Vida o Muerte
En el curso de la existencia a veces se presentan situaciones en que uno, perentoriamente, "debe estar ahí", porque son de las que llamamos "de vida o muerte".
Un par de días atrás me tocó vivir una. No entraré en detalles, pero diré que yo estaba a más de mil kilómetros del lugar en que, urgentemente, debía estar, para impedir un desenlace atroz y buscar una solución.
Ni el teléfono ni el correo electrónico encontraban respuesta, pero las circunstancias me señalaban que tenía menos de una hora para desplazarme esa enorme distancia hacia el sur y hacer algo para superar un caso desesperado.
Inicialmente no sabía qué pasos dar. Todo a mi alrededor era desesperación. Entonces marqué el 133, sin mucha confianza, debo confesarlo. Pero inmediatamente atendió una voz femenina. Referí el caso. La voz femenina se comunicó con Puerto Montt, mientras yo esperaba.
Volví a referir el caso a Puerto Montt, que inmediatamente se comunicó con la comisaría más cercana al lugar de la emergencia, que era bastante aislado y difícil de ubicar. Al poco rato me llamaron desde esa comisaría local, para pedirme mayores antecedentes y precisiones. Los dí. Agradecí y quedé a la espera.
Tras poco más de una hora me llamaron. Carabineros había acudido al lugar de la emergencia, que no era de fácil acceso, y su personal había restablecido la tranquilidad. Los policías habían permanecido largo rato con la persona más afectada y la habían sacado de la situación de vida o muerte.
Al fin todo volvió a la normalidad, las comunicaciones se restablecieron y la situación quedó superada.
El 133, Carabineros, las distintas comisarías, "funcionaron". Con prontitud, eficacia e interés humano.
Así se salvó una situación "de vida o muerte". Y yo he quedado muy agradecido, porque tengo la impresión de que la institución fue más allá del mero cumplimiento de su deber.
Un par de días atrás me tocó vivir una. No entraré en detalles, pero diré que yo estaba a más de mil kilómetros del lugar en que, urgentemente, debía estar, para impedir un desenlace atroz y buscar una solución.
Ni el teléfono ni el correo electrónico encontraban respuesta, pero las circunstancias me señalaban que tenía menos de una hora para desplazarme esa enorme distancia hacia el sur y hacer algo para superar un caso desesperado.
Inicialmente no sabía qué pasos dar. Todo a mi alrededor era desesperación. Entonces marqué el 133, sin mucha confianza, debo confesarlo. Pero inmediatamente atendió una voz femenina. Referí el caso. La voz femenina se comunicó con Puerto Montt, mientras yo esperaba.
Volví a referir el caso a Puerto Montt, que inmediatamente se comunicó con la comisaría más cercana al lugar de la emergencia, que era bastante aislado y difícil de ubicar. Al poco rato me llamaron desde esa comisaría local, para pedirme mayores antecedentes y precisiones. Los dí. Agradecí y quedé a la espera.
Tras poco más de una hora me llamaron. Carabineros había acudido al lugar de la emergencia, que no era de fácil acceso, y su personal había restablecido la tranquilidad. Los policías habían permanecido largo rato con la persona más afectada y la habían sacado de la situación de vida o muerte.
Al fin todo volvió a la normalidad, las comunicaciones se restablecieron y la situación quedó superada.
El 133, Carabineros, las distintas comisarías, "funcionaron". Con prontitud, eficacia e interés humano.
Así se salvó una situación "de vida o muerte". Y yo he quedado muy agradecido, porque tengo la impresión de que la institución fue más allá del mero cumplimiento de su deber.
jueves, 21 de febrero de 2013
La Tontería de las Primarias
El país no necesitaba primarias. Ellas no le agregan un centavo al PIB, que es el indicador del bienestar de la población. Al contrario, lo disminuyen, porque distraen recursos de fines productivos y aumentan el gasto público, sustrayendo dinero de los contribuyentes. Entonces ¿por qué hay primarias? Las hay porque no tenemos democracia política. La habría si imperara la libre competencia, pero en Chile ella no existe porque la política la maneja un duopolio constituido por la Concertación y la Alianza. Ambas compiten entre sí, pero impiden que nadie más pueda competir, porque son las únicas que pueden presentar candidatos y tienen la ventaja de llevar listas en las elecciones, donde acumulan los votos de todos sus candidatos y así ganan a los independientes. Si un independiente quiere ser candidato debe reunir miles de firmas; en cambio un partido puede presentar un candidato sin acreditar ninguna firma. Y cuando se cuentan los votos, el partido puede sumar todos los votos de su lista para llegar a la cifra repartidora que le permite elegir un parlamentario, pero el independiente no puede sumar nada, porque no puede formar lista y debe alcanzar él solo la cifra repartidora. Ergo, sólo los partidos eligen candidatos en casi todas partes y hay un mínimo de independientes electos. Hay partidos chicos, como los comunistas, que tienen muy pocos votos, pero tienen armas y son muy violentos, así es que, por una mezcla de miedo y cálculo, la DC les otorga plazas para que puedan tener tres diputados. Esto no deja de ser importante, porque la violencia comunista a veces determina la agenda política. Es la única limitante a la dictadura política actual.
Todo esto es inconstitucional, porque la Carta establece la igualdad entre los partidos y los independientes para presentar candidatos y hacerlos elegir, y ésta no existe. El Duopolio se ha arreglado para violar la Constitución, y como maneja todo (el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial), la transgrede impumente. Los políticos hablan y hablan de "reformar el binominal", que no tiene nada que ver con el problema. Usan ese tema como distractivo, como slogan, porque saben que la reforma importante es otra: la que ponga término al Duopolio y dé a todos los ciudadanos los mismos derechos que tienen los partidos para presentar candidatos y para contabilizar los votos. Usan el binominal como señuelo para que no se hable de eso, que sería la verdadera reforma democratizadora.
El único problema que tiene el Duopolio es el de designar a sus candidatos, porque hay demasiados caciques aspirantes y pocas plazas o candidaturas a diputado y senador. Entonces ¿qué debía hacer cada partido para designarlos? Una elección interna. Es decir, una primaria. Perfecto, tenía todo el derecho. Y a veces las hacían. Pero las primarias costaban plata, como todo en la vida, porque "there ain't such a thing as a free lunch", como descubrió Milton Friedman, a raíz de lo cual ganó el Premio Nobel. Entonces el Duopolio se puso de acuerdo y decidió que los contribuyentes, es decir, todos nosotros, les pagáramos sus primarias. Calculan que nos costarán, si mal no recuerdo, 18 mil millones de pesos al año. Como es una dictadura política, puede cobrarnos la plata que quiera para financiar sus preciosismos y los contribuyentes los tenemos que financiar.
Con motivo de este último abuso del Duopolio el país va a pasar un año entero dedicado a elecciones que no necesita y que no aportan nada, como antes dije, al bienestar general. Al contrario, lo resienten, porque retiran recursos de fines productivos a uno improductivo, como éste. Pero el Duopolio está un poco enredado por este nuevo divertimento inventado por sus políticos, porque cada primaria se transforma en una pelea entre aspirantes. Todos los días aparece Allamand o alguien en su nombre diciéndole algo negativo a Golborne, dado que habrá una primaria entre ambos. El resultado lo sabemos de antemano, porque la última encuesta CERC, confirmando todas las anteriores, dice que Golborne triplica a Allamand. Pero un político sabe que nadie ha clavado la rueda de la fortuna y cualquier cosa puede pasar si se dedica a mover el bote. Por eso le exige a Golborne debates a todo lo largo del país, debates del todo innecesarios, porque para decirle al país lo que uno se propone hacer si llega a Presidente basta que lo diga o lo escriba y lo publique. Hasta yo escribí un "Programa de Gobierno" y lo subí a Internet, donde cualquiera puede verlo y, si puede, aplicarlo (aunque dudo que se atreva). Y para eso no necesité tener ningún debate con nadie. Pero lo que necesita Allamand no es un programa, sino un espectáculo con "morbo", como dicen en la farándula, donde la gente vea cuánto más macanudo es él que Golborne y el 15 a 5 de la encuesta CERC se transforme en 5-15 o, bueno, lo que sea, 8-7. Y también la primaria puede servir para que "los malos" (todos sabemos quiénes son, y si no, vean ustedes los comentarios a mis blogs, que se los han casi tomado "los malos") intervengan en la primaria de la Alianza y hagan lo mismo que en 2005, es decir, voten "contra" la UDI, que obviamente es su verdadero adversario, en comparación con RN, que está siempre lista para partir para el otro lado y fotografiarse con los comunistas, como lo hace Piñera en La Moneda, o debajo del cuadro de Allende, como lo hizo Hinzpeter.
Por supuesto, el lío en la Concertación, a raíz de la primaria, es similar. Todo el mundo sabe que Bachelet la ganaría por paliza, así es que, todavía más que en la Alianza, es por completo innecesaria. Pero los derrotados de antemano también saben, primero, que nadie ha clavado la rueda de la fortuna; segundo, que si mueven el bote algo saldrán ganando; tercero, que "los malos" (en este caso los de la Alianza) podrían ir a votar a la primaria de la Concertación para favorecer al candidato menos izquierdista, al igual que van a ir los comunistas a la de la Alianza para votar por el candidato menos derechista; y, cuarto, que Michelle todavía no ha aceptado, y teniendo al menos ocho razones para no aceptar contra sólo cuatro para aceptar (las he analizado en otra publicación), bien puede ponerse al margen, en cuyo caso quedaría, como lo ha dicho Lagos Weber, "la tendalada".
Y todo esto para no hablar de los mordiscos, golpes bajos, dentelladas y puñaladas por la espalda que ya están registrándose como anticipo de las primarias de diputados y senadores, en las cuales el tamaño de la billetera será fundamental para llevar gente a votar (porque de otra manera no va a ir casi nadie). Recuérdese que en la primaria para alcalde de Providencia organizada por la Concertación, Josefa Errázuriz triunfó con apenas tres mil votos, menos de los que había sacado como candidata a concejala (derrotada) en 2008. Después, con al apoyo de la Concertación, el entusiasta concurso de "los malos" (pues ella fue alguna vez de la Juventudes Comunistas) y la deserción del electorado de derecha, que se abstuvo en mucha mayor medida que el de la izquierda, destronó a la única autoridad del país que había tratado de hacer efectiva la legalidad ante las usurpaciones del 2011, propinando así un golpe de muerte al principio de autoridad y al estado de derecho en Chile.
En fin, los políticos dueños del Duopolio nos están dando con sus primarias lo mismo que daban al pueblo los políticos romanos en los años de la decadencia del Imperio: "panem et circenses". Con el cobre en las nubes la gente se ha puesto obesa, se derrocha el dinero, y no sólo en primarias superfluas (el déficit de la cuenta corriente, es decir, la diferencia entre el gasto y el ingreso de los chilenos, serán 4,6% del PIB este año) y se entretiene al pueblo con espectáculos como "los debates en todas las regiones" donde no se va a decir nada que no se haya dicho o se pueda decir en cualquier momento, sin debate, pero donde habrá amplio lugar para "el morbo" ("circenses"), para reírse si alguno dice "marepoto" o "tusunami" o declara muerto a Nicanor Parra o dice que "Robinson Crusoe" fue escrito por el actor norteamericano Willem Dafoe, porque esas cosas tan importantes pueden dar vuelta las encuestas.
Entonces, lo pasaremos bien este año y nos vamos a entretener harto con el espectáculo, aunque el mismo no sirva para nada productivo ni para saber nada que no podríamos averiguar con las encuestas (o que ellas ya no nos lo hayan dicho). Es sólo la última tontería discurrida por el Duopolio que maneja el poder electoral bajo nuestra actual dictadura política.
Todo esto es inconstitucional, porque la Carta establece la igualdad entre los partidos y los independientes para presentar candidatos y hacerlos elegir, y ésta no existe. El Duopolio se ha arreglado para violar la Constitución, y como maneja todo (el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial), la transgrede impumente. Los políticos hablan y hablan de "reformar el binominal", que no tiene nada que ver con el problema. Usan ese tema como distractivo, como slogan, porque saben que la reforma importante es otra: la que ponga término al Duopolio y dé a todos los ciudadanos los mismos derechos que tienen los partidos para presentar candidatos y para contabilizar los votos. Usan el binominal como señuelo para que no se hable de eso, que sería la verdadera reforma democratizadora.
El único problema que tiene el Duopolio es el de designar a sus candidatos, porque hay demasiados caciques aspirantes y pocas plazas o candidaturas a diputado y senador. Entonces ¿qué debía hacer cada partido para designarlos? Una elección interna. Es decir, una primaria. Perfecto, tenía todo el derecho. Y a veces las hacían. Pero las primarias costaban plata, como todo en la vida, porque "there ain't such a thing as a free lunch", como descubrió Milton Friedman, a raíz de lo cual ganó el Premio Nobel. Entonces el Duopolio se puso de acuerdo y decidió que los contribuyentes, es decir, todos nosotros, les pagáramos sus primarias. Calculan que nos costarán, si mal no recuerdo, 18 mil millones de pesos al año. Como es una dictadura política, puede cobrarnos la plata que quiera para financiar sus preciosismos y los contribuyentes los tenemos que financiar.
Con motivo de este último abuso del Duopolio el país va a pasar un año entero dedicado a elecciones que no necesita y que no aportan nada, como antes dije, al bienestar general. Al contrario, lo resienten, porque retiran recursos de fines productivos a uno improductivo, como éste. Pero el Duopolio está un poco enredado por este nuevo divertimento inventado por sus políticos, porque cada primaria se transforma en una pelea entre aspirantes. Todos los días aparece Allamand o alguien en su nombre diciéndole algo negativo a Golborne, dado que habrá una primaria entre ambos. El resultado lo sabemos de antemano, porque la última encuesta CERC, confirmando todas las anteriores, dice que Golborne triplica a Allamand. Pero un político sabe que nadie ha clavado la rueda de la fortuna y cualquier cosa puede pasar si se dedica a mover el bote. Por eso le exige a Golborne debates a todo lo largo del país, debates del todo innecesarios, porque para decirle al país lo que uno se propone hacer si llega a Presidente basta que lo diga o lo escriba y lo publique. Hasta yo escribí un "Programa de Gobierno" y lo subí a Internet, donde cualquiera puede verlo y, si puede, aplicarlo (aunque dudo que se atreva). Y para eso no necesité tener ningún debate con nadie. Pero lo que necesita Allamand no es un programa, sino un espectáculo con "morbo", como dicen en la farándula, donde la gente vea cuánto más macanudo es él que Golborne y el 15 a 5 de la encuesta CERC se transforme en 5-15 o, bueno, lo que sea, 8-7. Y también la primaria puede servir para que "los malos" (todos sabemos quiénes son, y si no, vean ustedes los comentarios a mis blogs, que se los han casi tomado "los malos") intervengan en la primaria de la Alianza y hagan lo mismo que en 2005, es decir, voten "contra" la UDI, que obviamente es su verdadero adversario, en comparación con RN, que está siempre lista para partir para el otro lado y fotografiarse con los comunistas, como lo hace Piñera en La Moneda, o debajo del cuadro de Allende, como lo hizo Hinzpeter.
Por supuesto, el lío en la Concertación, a raíz de la primaria, es similar. Todo el mundo sabe que Bachelet la ganaría por paliza, así es que, todavía más que en la Alianza, es por completo innecesaria. Pero los derrotados de antemano también saben, primero, que nadie ha clavado la rueda de la fortuna; segundo, que si mueven el bote algo saldrán ganando; tercero, que "los malos" (en este caso los de la Alianza) podrían ir a votar a la primaria de la Concertación para favorecer al candidato menos izquierdista, al igual que van a ir los comunistas a la de la Alianza para votar por el candidato menos derechista; y, cuarto, que Michelle todavía no ha aceptado, y teniendo al menos ocho razones para no aceptar contra sólo cuatro para aceptar (las he analizado en otra publicación), bien puede ponerse al margen, en cuyo caso quedaría, como lo ha dicho Lagos Weber, "la tendalada".
Y todo esto para no hablar de los mordiscos, golpes bajos, dentelladas y puñaladas por la espalda que ya están registrándose como anticipo de las primarias de diputados y senadores, en las cuales el tamaño de la billetera será fundamental para llevar gente a votar (porque de otra manera no va a ir casi nadie). Recuérdese que en la primaria para alcalde de Providencia organizada por la Concertación, Josefa Errázuriz triunfó con apenas tres mil votos, menos de los que había sacado como candidata a concejala (derrotada) en 2008. Después, con al apoyo de la Concertación, el entusiasta concurso de "los malos" (pues ella fue alguna vez de la Juventudes Comunistas) y la deserción del electorado de derecha, que se abstuvo en mucha mayor medida que el de la izquierda, destronó a la única autoridad del país que había tratado de hacer efectiva la legalidad ante las usurpaciones del 2011, propinando así un golpe de muerte al principio de autoridad y al estado de derecho en Chile.
En fin, los políticos dueños del Duopolio nos están dando con sus primarias lo mismo que daban al pueblo los políticos romanos en los años de la decadencia del Imperio: "panem et circenses". Con el cobre en las nubes la gente se ha puesto obesa, se derrocha el dinero, y no sólo en primarias superfluas (el déficit de la cuenta corriente, es decir, la diferencia entre el gasto y el ingreso de los chilenos, serán 4,6% del PIB este año) y se entretiene al pueblo con espectáculos como "los debates en todas las regiones" donde no se va a decir nada que no se haya dicho o se pueda decir en cualquier momento, sin debate, pero donde habrá amplio lugar para "el morbo" ("circenses"), para reírse si alguno dice "marepoto" o "tusunami" o declara muerto a Nicanor Parra o dice que "Robinson Crusoe" fue escrito por el actor norteamericano Willem Dafoe, porque esas cosas tan importantes pueden dar vuelta las encuestas.
Entonces, lo pasaremos bien este año y nos vamos a entretener harto con el espectáculo, aunque el mismo no sirva para nada productivo ni para saber nada que no podríamos averiguar con las encuestas (o que ellas ya no nos lo hayan dicho). Es sólo la última tontería discurrida por el Duopolio que maneja el poder electoral bajo nuestra actual dictadura política.
martes, 19 de febrero de 2013
Izquierda Malagradecida
El diario digital "El Mostrador" informa que el nombramiento de Juan Emilio Cheyre como presidente del órgano encargado de las elecciones "ha incendiado las redes sociales", con protestas de la izquierda por actuaciones violatorias de los derechos humanos del citado general (r).
Creo que la izquierda es malagradecida. Justamente yo he sido crítico de las actuaciones y abstenciones del señalado oficial, cuando estaba en actividad, por haberle dado en el gusto en todo a la izquierda. Como comandante en jefe hizo precisamente todo lo que ella habría podido desear.
Primero, ese sector político, reconocidamente culpable de lo que sucedió en 1973 (por algo Frei Montalva declaró "sin eufemismo alguno" que el gobierno de la Unidad Popular era el único responsable del 11 de septiembre), fue, sin embargo, absuelto urbi et orbi por el general Cheyre, que asumió, en nombre del Ejército "las responsabilidades que como institución le caben en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado" ("El Mercurio", 10 de diciembre de 2004). Con eso quedaron implícitamente indemnes los agresores, los que incitaron y organizaron la violencia armada para tomarse el poder, que fueron los socialistas comunistas y sus compañeros de ruta. ¡El malo había sido el Ejército!
Segundo, Cheyre, a gusto de la izquierda, ha hecho referencia textual a "nuestros camaradas y las víctimas", como los dos bandos en pugna, cohonestando así cabalmente la versión de aquélla, que era precisamente la agresora.
Tercero, él desvalorizó por completo la significación del 11 de septiembre. Siendo comandante en jefe, en 2003, le preguntaron cómo iba a conmemorar el trigésimo aniversario de la gesta, y respondió: "Como un día normal. Es un sábado como cualquier sábado". ¿Qué respuesta podría haber sido más del gusto de la izquierda? Sobre todo proviniendo de alguien que fuera condecorado, al término del Gobierno Militar, con la Medalla al Mérito "Misión Cumplida". Tan bien cumplida que Bill Clinton decía, en 1991, que Chile era "la joya más preciada de la corona latinaoamericana". ¿Quién transformó así al país arruinado y al borde de la guerra civil que había en 1973? Bueno, pero Cheyre opinaba que no había nada qué celebrar. Y ahora la izquierda le paga así. Otro ejemplo del "pago de Chile".
Más aún, un año después él declaraba, tras otro 11 de septiembre: "No sé qué tiene que celebrar Chile el 11 de septiembre. ¡El fracaso de todos los responsables de mantener una democracia estable!".
Pero el general tendrá que estar de acuerdo en que, por otro lado, malagradecidos y todo, los izquierdistas han sido comparativamente benévolos con él. Si bien ahora lo critican por haber estado en el regimiento "Arica" de La Serena, en octubre de 1973, cuando se registraron ahí trece fusilamientos ilegales, eso no obstó a que los sectores de izquierda le permitieran continuar su carrera hasta la cúspide. Pues a su contemporáneo el general Santelices, que en 1973 estuvo a más distancia que él de unos fusilamientos en Antofagasta, sin tampoco haber tenido parte en los mismos, le cortaron la carrera apenas ello trascendió, hace pocos años. Con razón en esa oportunidad el dirigente DC Jaime Ravinet declaró: "Si a Cheyre lo hubiesen tratado como a Santelices, no habría sido comandante en jefe" ("El Mercurio", 8 de febrero de 2008).
En efecto, hay decenas de uniformados presos por versiones de gente de izquierda que, en manos de abogados como Hugo Gutiérrez y otros especialistas en "derechos humanos", llevaron a ministros sumariantes como Alejandro Solís a imponerles largas condenas, desconociendo la amnistía, la prescripción, la cosa juzgada y hasta la verdad de los hechos. A la izquierda no le cuesta nada juntar legiones de testigos y contra eso no valen ni siquiera las pruebas de inocencia del acusado. Sin embargo, no obstante que en el diario "El Siglo" de 22 de marzo de 2002 doña Eliana Rodríguez Dubó acusó al general Cheyre de haberla hecho víctima de violación y torturas el 6 de octubre de 1973, nunca se derivó de esas declaraciones ningún proceso en su contra. No hubo abogados comunistas que lo patrocinaran.
Que cada uno saque sus propias conclusiones. Pero una que extraigo yo es que, así como la izquierda se abstuvo de tratarlo como a tantos camaradas suyos, supongo que por agradecimiento, en aras de esa misma gratitud ella debería ahora guardar silencio ante el honorífico nombramiento de que lo ha hecho objeto el gobierno actual. Sobre todo si hay base para conjeturar que la propuesta ha nacido del conocido prurito presidencial de agradar a la izquierda, junto con desairar a los presos políticos uniformados, los "caídos tras las líneas enemigas". Pues a éstos les prometió velar por "un debido proceso", no obstante lo cual los ha perseguido con más saña política que los gobiernos anteriores... para agradar a la izquierda.
Creo que la izquierda es malagradecida. Justamente yo he sido crítico de las actuaciones y abstenciones del señalado oficial, cuando estaba en actividad, por haberle dado en el gusto en todo a la izquierda. Como comandante en jefe hizo precisamente todo lo que ella habría podido desear.
Primero, ese sector político, reconocidamente culpable de lo que sucedió en 1973 (por algo Frei Montalva declaró "sin eufemismo alguno" que el gobierno de la Unidad Popular era el único responsable del 11 de septiembre), fue, sin embargo, absuelto urbi et orbi por el general Cheyre, que asumió, en nombre del Ejército "las responsabilidades que como institución le caben en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado" ("El Mercurio", 10 de diciembre de 2004). Con eso quedaron implícitamente indemnes los agresores, los que incitaron y organizaron la violencia armada para tomarse el poder, que fueron los socialistas comunistas y sus compañeros de ruta. ¡El malo había sido el Ejército!
Segundo, Cheyre, a gusto de la izquierda, ha hecho referencia textual a "nuestros camaradas y las víctimas", como los dos bandos en pugna, cohonestando así cabalmente la versión de aquélla, que era precisamente la agresora.
Tercero, él desvalorizó por completo la significación del 11 de septiembre. Siendo comandante en jefe, en 2003, le preguntaron cómo iba a conmemorar el trigésimo aniversario de la gesta, y respondió: "Como un día normal. Es un sábado como cualquier sábado". ¿Qué respuesta podría haber sido más del gusto de la izquierda? Sobre todo proviniendo de alguien que fuera condecorado, al término del Gobierno Militar, con la Medalla al Mérito "Misión Cumplida". Tan bien cumplida que Bill Clinton decía, en 1991, que Chile era "la joya más preciada de la corona latinaoamericana". ¿Quién transformó así al país arruinado y al borde de la guerra civil que había en 1973? Bueno, pero Cheyre opinaba que no había nada qué celebrar. Y ahora la izquierda le paga así. Otro ejemplo del "pago de Chile".
Más aún, un año después él declaraba, tras otro 11 de septiembre: "No sé qué tiene que celebrar Chile el 11 de septiembre. ¡El fracaso de todos los responsables de mantener una democracia estable!".
Pero el general tendrá que estar de acuerdo en que, por otro lado, malagradecidos y todo, los izquierdistas han sido comparativamente benévolos con él. Si bien ahora lo critican por haber estado en el regimiento "Arica" de La Serena, en octubre de 1973, cuando se registraron ahí trece fusilamientos ilegales, eso no obstó a que los sectores de izquierda le permitieran continuar su carrera hasta la cúspide. Pues a su contemporáneo el general Santelices, que en 1973 estuvo a más distancia que él de unos fusilamientos en Antofagasta, sin tampoco haber tenido parte en los mismos, le cortaron la carrera apenas ello trascendió, hace pocos años. Con razón en esa oportunidad el dirigente DC Jaime Ravinet declaró: "Si a Cheyre lo hubiesen tratado como a Santelices, no habría sido comandante en jefe" ("El Mercurio", 8 de febrero de 2008).
En efecto, hay decenas de uniformados presos por versiones de gente de izquierda que, en manos de abogados como Hugo Gutiérrez y otros especialistas en "derechos humanos", llevaron a ministros sumariantes como Alejandro Solís a imponerles largas condenas, desconociendo la amnistía, la prescripción, la cosa juzgada y hasta la verdad de los hechos. A la izquierda no le cuesta nada juntar legiones de testigos y contra eso no valen ni siquiera las pruebas de inocencia del acusado. Sin embargo, no obstante que en el diario "El Siglo" de 22 de marzo de 2002 doña Eliana Rodríguez Dubó acusó al general Cheyre de haberla hecho víctima de violación y torturas el 6 de octubre de 1973, nunca se derivó de esas declaraciones ningún proceso en su contra. No hubo abogados comunistas que lo patrocinaran.
Que cada uno saque sus propias conclusiones. Pero una que extraigo yo es que, así como la izquierda se abstuvo de tratarlo como a tantos camaradas suyos, supongo que por agradecimiento, en aras de esa misma gratitud ella debería ahora guardar silencio ante el honorífico nombramiento de que lo ha hecho objeto el gobierno actual. Sobre todo si hay base para conjeturar que la propuesta ha nacido del conocido prurito presidencial de agradar a la izquierda, junto con desairar a los presos políticos uniformados, los "caídos tras las líneas enemigas". Pues a éstos les prometió velar por "un debido proceso", no obstante lo cual los ha perseguido con más saña política que los gobiernos anteriores... para agradar a la izquierda.
sábado, 16 de febrero de 2013
Un Incendio Socialista
Así como Napoleón decía que en la mochila de cada uno de sus soldados iba un bastón de mariscal, yo sostengo que en la mente de cada chileno hay una idea socialista germinando para que el Estado les imponga a otros algo, impidiéndoles ser libres, pero obteniendo de todo ello, a la vez, algo para sí. Los diarios están llenos de noticias sobre iniciativas de grupos variados para impedir la instalación de empresas, ejecución de obras, construcciones comerciales, represas y centrales generadoras de energía. Hay un gran sector de connacionales dedicados a buscar cómo impedir que otros hagan cosas que la gente necesita. Por eso nos hemos ido quedando atrás en crecimiento económico en relación, por ejemplo, al Perú, donde lo que un amigo mío empresario llama "la energía satánica" es mucho menor o no ha empezado todavía a predominar, y dónde, siempre pendientes de lo que hace Chile, se dieron cuenta de que la receta de Pinochet y Büchi era la buena, sin los cambios impuestos por sus sucesores.
La mentalidad general que se ha conformado en las últimas dos décadas es tan socialista que un maestro soldador generó unas chispas que provocaron un pequeño incendio en un pastizal vecino; pero, como él dijo, "apagar el fuego no era responsabilidad mía, sino del personal de seguridad". Y como ese personal no hizo nada, el pequeño incendio se extendió y terminó quemando más de un centenar de viviendas, lo que dejó a igual número de familias privadas de todo lo que tenían. Y el que responderá será el Estado, naturalmente. Es decir, la desidia de una o más personas la pagará, una vez más, el contribuyente.
Hoy día los diarios muestran fotografías donde se ve que cuando las llamas todavía abarcaban apenas unas decenas de metros cuadrados, había varias personas trabajando en una industria vecina, las cuales nada hicieron por contener el fuego, pudiendo haberlo logrado en minutos. Al parecer, solamente alguien llamó a CONAF cuando el incendio se hizo incontrolable.
Pero si el que generó la chispa hubiera tenido un mínimo sentido del deber personal y se hubiera sentido un individuo realmente libre y responsable, y no sólo un tornillo de una máquina mentalmente colectivizada, habría corrido a apagar el fuego que él mismo había generado, en lugar de esperar a que "el personal de seguridad", la CONAF, el Estado, una nueva ley o un Ministerio para Prevenir Incendios (proyecto que probablemente está pronto a anunciar el Presidente Piñera), se hiciera cargo de la situación.
El "hombre nuevo colectivizado" que se ha ido formando en Chile bajo el amparo de las ideas de izquierda y del Estado de Bienestar (que ha sido mantenido intacto por el actual Gobierno, según reconoce Eugenio Tironi, quien ha felicitado efusivamente --"¡chapeau, Piñera"-- al Presidente por ello) es un irresponsable preocupado de ganar su sueldo con el menor esfuerzo posible, confiado en que otros hagan lo que él no hace y presto a sumarse a campañas para impedir que los pocos emprendedores que hay concreten iniciativas productivas.
Si este "hombre nuevo" provoca un incendio, espera que otros vayan a apagarlo. Y si los otros tampoco van, porque también son "hombres nuevos", se quema un centenar de casas e igual número de familias pierden todo lo que tienen.
En un país en que el socialismo maneja las mentes, los medios de comunicación, la enseñanza, la historia, la literatura, la cultura y las artes; y en que se ha llegado ya al extremo de decidir hasta qué deben comer los individuos, al margen de la voluntad de éstos, se ha generado una mayoría de gente que no tiene conciencia de cuáles son sus responsabilidades personales. Gente convencida de que las cosas deben hacerlas los ministerios y las leyes, porque ha oído siempre que frente a cualquier problema la solución está en dictar una nueva ley o en crear otro ministerio.
El incendio socialista de Valparaíso sólo ha sido una prueba más de ello.
La mentalidad general que se ha conformado en las últimas dos décadas es tan socialista que un maestro soldador generó unas chispas que provocaron un pequeño incendio en un pastizal vecino; pero, como él dijo, "apagar el fuego no era responsabilidad mía, sino del personal de seguridad". Y como ese personal no hizo nada, el pequeño incendio se extendió y terminó quemando más de un centenar de viviendas, lo que dejó a igual número de familias privadas de todo lo que tenían. Y el que responderá será el Estado, naturalmente. Es decir, la desidia de una o más personas la pagará, una vez más, el contribuyente.
Hoy día los diarios muestran fotografías donde se ve que cuando las llamas todavía abarcaban apenas unas decenas de metros cuadrados, había varias personas trabajando en una industria vecina, las cuales nada hicieron por contener el fuego, pudiendo haberlo logrado en minutos. Al parecer, solamente alguien llamó a CONAF cuando el incendio se hizo incontrolable.
Pero si el que generó la chispa hubiera tenido un mínimo sentido del deber personal y se hubiera sentido un individuo realmente libre y responsable, y no sólo un tornillo de una máquina mentalmente colectivizada, habría corrido a apagar el fuego que él mismo había generado, en lugar de esperar a que "el personal de seguridad", la CONAF, el Estado, una nueva ley o un Ministerio para Prevenir Incendios (proyecto que probablemente está pronto a anunciar el Presidente Piñera), se hiciera cargo de la situación.
El "hombre nuevo colectivizado" que se ha ido formando en Chile bajo el amparo de las ideas de izquierda y del Estado de Bienestar (que ha sido mantenido intacto por el actual Gobierno, según reconoce Eugenio Tironi, quien ha felicitado efusivamente --"¡chapeau, Piñera"-- al Presidente por ello) es un irresponsable preocupado de ganar su sueldo con el menor esfuerzo posible, confiado en que otros hagan lo que él no hace y presto a sumarse a campañas para impedir que los pocos emprendedores que hay concreten iniciativas productivas.
Si este "hombre nuevo" provoca un incendio, espera que otros vayan a apagarlo. Y si los otros tampoco van, porque también son "hombres nuevos", se quema un centenar de casas e igual número de familias pierden todo lo que tienen.
En un país en que el socialismo maneja las mentes, los medios de comunicación, la enseñanza, la historia, la literatura, la cultura y las artes; y en que se ha llegado ya al extremo de decidir hasta qué deben comer los individuos, al margen de la voluntad de éstos, se ha generado una mayoría de gente que no tiene conciencia de cuáles son sus responsabilidades personales. Gente convencida de que las cosas deben hacerlas los ministerios y las leyes, porque ha oído siempre que frente a cualquier problema la solución está en dictar una nueva ley o en crear otro ministerio.
El incendio socialista de Valparaíso sólo ha sido una prueba más de ello.
viernes, 15 de febrero de 2013
Polos Opuestos
Dada la naturaleza de las cosas, en todo el mundo hay siempre alguien que lo está pasando muy bien y alguien que lo está pasando muy mal. Como lector de diarios y receptor de mensajes por internet me entero de ambos polos.
Para mí el paradigma de quien lo está pasando muy bien es Sebastián Piñera, Presidente de Chile, en vacaciones en diferentes lugares del sur, donde es fotografiado (mirando a la cámara con una sonrisa permanente), remando en un kayak, conduciendo una lancha rápida, elevándose en un helicóptero, galopando a caballo, chuteando un penal (que el arquero, el subsecretario de deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, tuvo la mala idea de atajarle, lo que por un instante, y sólo uno, le borró la sonrisa); explicando urbi et orbi, pero con sombrero de cowboy, las razones y la justificación, con tres sinónimos, como es su estilo, de la renuncia del Papa; y, en fin, hoy, siéndole arreglada la corbata por su cónyuge antes de ser filmado para la cadena televisiva a que ha convocado en plena orilla del Ranco, a donde habían sido llevados el podio presidencial y una gran bandera chilena, para contestarle a Evo Morales lo que sabíamos de memoria que le iba a contestar, a raíz de que Evo volviera a repetir lo que también sabíamos de memoria que iba a volver a repetir.
Ahí reside el polo máximo de la felicidad personal. Vacaciones, pero lucidas. Sin perder un día de gozar de lo más anhelado: la propia imagen en todos los medios. Y con el grato añadido de tener siempre en vista el despertar de la mañana siguiente, que renovará el placer de volver a ver en todos los diarios y noticieros la misma querida imagen, en el curso de alguna actividad que revele audacia, dinamismo, elocuencia, triunfo y autorrealización.
El polo opuesto de tanta felicidad lo he vuelto a encontrar hoy en la insondable desgracia de los abandonados de la fortuna, de la justicia y de la sociedad. De los "muertos-vivos". Junto con leer los diarios en que se luce, otra vez, el Primer Protagonista, leo el correo electrónico que me envía un amigo de uno de los prisioneros políticos que hay en los gulags nacionales, donde están confinados los que debieron enfrentar al ejército subversivo marxista, hace ya casi cuarenta años. ¿Qué habría sido de Chile si éste hubiera triunfado? Ya nadie se pregunta eso. "Cuando el peligro ha pasado, el soldado es olvidado".
En ese correo, uno de esos presos, ya casi septuagenario, confinado en el gulag por más de ocho años, no pide ya un juicio justo y ceñido a las leyes, porque eso definitivamente no lo tuvo. Ni trae a colación siquiera que el candidato Piñera, en 2009, ante medio millar de oficiales en retiro, se lo prometió. También esa promesa incumplida ya quedó atrás. Ahora lo único que pide es que se le reconozcan los beneficios intrapenitenciarios a que tienen derecho todos los demás reos de Chile, y que a él le deniega un "Consejo Técnico Penitenciario", aduciendo las más peregrinas e ilegales razones.
Este "polo opuesto", que vive cada día en el mayor olvido, abandono y desgracia, renueva todos los meses su petición, aunque deja entrever que cada vez intuye un nuevo rechazo, pues "políticamente" cualquier beneficio intrapenitenciario para él sería un incordio para su "polo opuesto", el gran protagonista de la máxima felicidad. Y ayer se ha enterado también de que el subsecretario Ubilla ha ido a Valparaíso a interponer allá otras sesenta querellas contra uniformados (r) por hechos de hace casi 40 años. Ubilla las ha firmado todas y cada una, con el mismo pulso seguro con que firmó las compras de densímetros y fibroscopios a precios abultados, y sabedor de que mientras haga cosas que agraden a la izquierda, ningún juez simpatizante de la ídem va a activar el proceso que investiga esos sobreprecios. Bueno, y precisamente por cosas como éstas es que el ideólogo de izquierda, Eugenio Tironi, prodiga ahora tantos elogios ("¡chapeau, Piñera!") al gran protagonista. ¿Va éste a desperdiciar todo eso para hacer que se respete el reglamento carcelario a un paria olvidado?
El confinado en el gulag sabe, por supuesto, que es un secreto a voces la "orden superior" de no concederle a él, en particular, nada, ni el más mínimo de los beneficios intrapenitenciarios, aunque le corresponda, aunque alegue inocencia, alegue haber cumplido órdenes siendo un teniente de 26 años y nunca cometido delito alguno. Aunque alegue haber visto su vida expuesta al fuego extremista decenas de veces sin haberlo provocado. Aunque tenga excelente conducta anterior y actual, en el penal. Aunque su hoja de vida en el Ejército haya sido impecable.
Un polo, el de la máxima felicidad y figuración, aparece en todas partes y hace ostentación de ella; el otro polo, el de la máxima desgracia, expresa su protesta contra la injusticia y la ilegalidad en correos privados casi confidenciales. Nadie publica sus razones y argumentaciones. Todo el mundo parece indiferente a ellas. Chile le ha bajado el pulgar y ha remachado su condena. Y, lo peor, hace como que él nunca existió.
Y por eso su destino es peor que el de los peores criminales condenados: el de no tener siquiera los derechos de éstos.
Para mí el paradigma de quien lo está pasando muy bien es Sebastián Piñera, Presidente de Chile, en vacaciones en diferentes lugares del sur, donde es fotografiado (mirando a la cámara con una sonrisa permanente), remando en un kayak, conduciendo una lancha rápida, elevándose en un helicóptero, galopando a caballo, chuteando un penal (que el arquero, el subsecretario de deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, tuvo la mala idea de atajarle, lo que por un instante, y sólo uno, le borró la sonrisa); explicando urbi et orbi, pero con sombrero de cowboy, las razones y la justificación, con tres sinónimos, como es su estilo, de la renuncia del Papa; y, en fin, hoy, siéndole arreglada la corbata por su cónyuge antes de ser filmado para la cadena televisiva a que ha convocado en plena orilla del Ranco, a donde habían sido llevados el podio presidencial y una gran bandera chilena, para contestarle a Evo Morales lo que sabíamos de memoria que le iba a contestar, a raíz de que Evo volviera a repetir lo que también sabíamos de memoria que iba a volver a repetir.
Ahí reside el polo máximo de la felicidad personal. Vacaciones, pero lucidas. Sin perder un día de gozar de lo más anhelado: la propia imagen en todos los medios. Y con el grato añadido de tener siempre en vista el despertar de la mañana siguiente, que renovará el placer de volver a ver en todos los diarios y noticieros la misma querida imagen, en el curso de alguna actividad que revele audacia, dinamismo, elocuencia, triunfo y autorrealización.
El polo opuesto de tanta felicidad lo he vuelto a encontrar hoy en la insondable desgracia de los abandonados de la fortuna, de la justicia y de la sociedad. De los "muertos-vivos". Junto con leer los diarios en que se luce, otra vez, el Primer Protagonista, leo el correo electrónico que me envía un amigo de uno de los prisioneros políticos que hay en los gulags nacionales, donde están confinados los que debieron enfrentar al ejército subversivo marxista, hace ya casi cuarenta años. ¿Qué habría sido de Chile si éste hubiera triunfado? Ya nadie se pregunta eso. "Cuando el peligro ha pasado, el soldado es olvidado".
En ese correo, uno de esos presos, ya casi septuagenario, confinado en el gulag por más de ocho años, no pide ya un juicio justo y ceñido a las leyes, porque eso definitivamente no lo tuvo. Ni trae a colación siquiera que el candidato Piñera, en 2009, ante medio millar de oficiales en retiro, se lo prometió. También esa promesa incumplida ya quedó atrás. Ahora lo único que pide es que se le reconozcan los beneficios intrapenitenciarios a que tienen derecho todos los demás reos de Chile, y que a él le deniega un "Consejo Técnico Penitenciario", aduciendo las más peregrinas e ilegales razones.
Este "polo opuesto", que vive cada día en el mayor olvido, abandono y desgracia, renueva todos los meses su petición, aunque deja entrever que cada vez intuye un nuevo rechazo, pues "políticamente" cualquier beneficio intrapenitenciario para él sería un incordio para su "polo opuesto", el gran protagonista de la máxima felicidad. Y ayer se ha enterado también de que el subsecretario Ubilla ha ido a Valparaíso a interponer allá otras sesenta querellas contra uniformados (r) por hechos de hace casi 40 años. Ubilla las ha firmado todas y cada una, con el mismo pulso seguro con que firmó las compras de densímetros y fibroscopios a precios abultados, y sabedor de que mientras haga cosas que agraden a la izquierda, ningún juez simpatizante de la ídem va a activar el proceso que investiga esos sobreprecios. Bueno, y precisamente por cosas como éstas es que el ideólogo de izquierda, Eugenio Tironi, prodiga ahora tantos elogios ("¡chapeau, Piñera!") al gran protagonista. ¿Va éste a desperdiciar todo eso para hacer que se respete el reglamento carcelario a un paria olvidado?
El confinado en el gulag sabe, por supuesto, que es un secreto a voces la "orden superior" de no concederle a él, en particular, nada, ni el más mínimo de los beneficios intrapenitenciarios, aunque le corresponda, aunque alegue inocencia, alegue haber cumplido órdenes siendo un teniente de 26 años y nunca cometido delito alguno. Aunque alegue haber visto su vida expuesta al fuego extremista decenas de veces sin haberlo provocado. Aunque tenga excelente conducta anterior y actual, en el penal. Aunque su hoja de vida en el Ejército haya sido impecable.
Un polo, el de la máxima felicidad y figuración, aparece en todas partes y hace ostentación de ella; el otro polo, el de la máxima desgracia, expresa su protesta contra la injusticia y la ilegalidad en correos privados casi confidenciales. Nadie publica sus razones y argumentaciones. Todo el mundo parece indiferente a ellas. Chile le ha bajado el pulgar y ha remachado su condena. Y, lo peor, hace como que él nunca existió.
Y por eso su destino es peor que el de los peores criminales condenados: el de no tener siquiera los derechos de éstos.
martes, 12 de febrero de 2013
Todo Normal: Era de la Concertación
Ahora los ideólogos de la Concertación defienden al Presidente. Es lógico, pues se habían negado a creer que él era uno de ellos, pero finalmente se han convencido de que lo es. Uno de los más destacados de esos ideólogos, Eugenio Tironi, entrevistado por la revista "Cosas", dice que no le creía a Piñera. Pero ahora afirma: "Me hago la autocrítica: Piñera cumplió". Y, refiriéndose a quienes critican al Presidente porque no se ciñe al ideario de la derecha, expresa: "...hoy lo regañan y le dicen que traicionó las ideas de la derecha. ¿Pero, por qué? Si Piñera nunca les compró sus ideas".
Exactamente. Tiene toda la razón. Yo no sólo "lo sospeché desde un principio": sino que lo dije. Después lo confirmó el "brazo derecho" de Piñera (o "izquierdo", porque es zurdo), Rodrigo Hinzpeter: "decidimos abrazar las banderas de la Concertación" ("Qué Pasa").
Por eso ahora Tironi, que el año antepasado escribió un libro crítico de Piñera ("¿Por qué No Me Quieren?") y era claro opositor, le reconoce sus "méritos": "Él dijo que era un hombre de centro y ha hecho un gobierno de centro. Incluso, nunca dijo que iba a subir los impuestos y los subió". Evidente, tiene toda la razón.
Este nuevo partidario suyo hasta le ha preparado a Piñera un discurso de despedida. He aquí un párrafo que le sugiere para el mismo: "Compañeros" (nótese el apelativo, comento yo) "gobernamos. No lo hicimos mal. Tuvimos problemas severos de movilización social, y respetamos los derechos civiles y políticos impecablemente. No hicimos todas las reformas democráticas que hubiésemos querido, pero hicimos algunas. No destruimos ni un ápice del Estado de Bienestar que había creado la Concertación. Aumentamos los fiscalizadores y los inspectores estatales. Metimos más al Estado en la salud y la educación". Y concluye el ideólogo: "No es poco".
¿No les decía yo?
Y, en verdad, no es poco. Tanto que Tironi añade después: "Porque Piñera ha demostrado que este gobierno no tiene nada que ver con Pinochet ni con Novoa ni con Büchi". Bueno, eso es lo mismo que he venido diciendo desde que asumió y lo que preví antes de que lo hiciera. ¡Si no tiene nada que ver!
En fin, Tironi refuerza su idea, diciendo: "Y tiene a Longueira al lado. No es poca cosa. La UDI está profundamente dividida".
Exactamente lo que yo le advertí a la UDI que le iba a suceder si apoyaba a Piñera. Y lo hice en 2008. ¿Alguien puede negar que fui clarividente? Muchos sostienen que lo soy, pero ahora estoy a punto de creerlo yo mismo.
El "finale" de la reveladora entrevista de Eugenio Tironi merece párrafo aparte: "Chapeau a Piñera que ha logrado hacer este gobierno soportando las expresiones de gente como Novoa. ¡Bien por Piñera!"
Q. E. D. (Ésta no es una expresión fúnebre, es una abreviatura usada por los matemáticos: "Quod Erat Demonstrandum": "era lo que se trataba de probar").
Exactamente. Tiene toda la razón. Yo no sólo "lo sospeché desde un principio": sino que lo dije. Después lo confirmó el "brazo derecho" de Piñera (o "izquierdo", porque es zurdo), Rodrigo Hinzpeter: "decidimos abrazar las banderas de la Concertación" ("Qué Pasa").
Por eso ahora Tironi, que el año antepasado escribió un libro crítico de Piñera ("¿Por qué No Me Quieren?") y era claro opositor, le reconoce sus "méritos": "Él dijo que era un hombre de centro y ha hecho un gobierno de centro. Incluso, nunca dijo que iba a subir los impuestos y los subió". Evidente, tiene toda la razón.
Este nuevo partidario suyo hasta le ha preparado a Piñera un discurso de despedida. He aquí un párrafo que le sugiere para el mismo: "Compañeros" (nótese el apelativo, comento yo) "gobernamos. No lo hicimos mal. Tuvimos problemas severos de movilización social, y respetamos los derechos civiles y políticos impecablemente. No hicimos todas las reformas democráticas que hubiésemos querido, pero hicimos algunas. No destruimos ni un ápice del Estado de Bienestar que había creado la Concertación. Aumentamos los fiscalizadores y los inspectores estatales. Metimos más al Estado en la salud y la educación". Y concluye el ideólogo: "No es poco".
¿No les decía yo?
Y, en verdad, no es poco. Tanto que Tironi añade después: "Porque Piñera ha demostrado que este gobierno no tiene nada que ver con Pinochet ni con Novoa ni con Büchi". Bueno, eso es lo mismo que he venido diciendo desde que asumió y lo que preví antes de que lo hiciera. ¡Si no tiene nada que ver!
En fin, Tironi refuerza su idea, diciendo: "Y tiene a Longueira al lado. No es poca cosa. La UDI está profundamente dividida".
Exactamente lo que yo le advertí a la UDI que le iba a suceder si apoyaba a Piñera. Y lo hice en 2008. ¿Alguien puede negar que fui clarividente? Muchos sostienen que lo soy, pero ahora estoy a punto de creerlo yo mismo.
El "finale" de la reveladora entrevista de Eugenio Tironi merece párrafo aparte: "Chapeau a Piñera que ha logrado hacer este gobierno soportando las expresiones de gente como Novoa. ¡Bien por Piñera!"
Q. E. D. (Ésta no es una expresión fúnebre, es una abreviatura usada por los matemáticos: "Quod Erat Demonstrandum": "era lo que se trataba de probar").
sábado, 9 de febrero de 2013
Puño en Alto Versus Cabezas Gachas
He visto en los comentarios de mi último blog que se ha reproducido una información dada por el abogado Marcelo Elissalde Martel, "observador de derechos humanos" que suele entregar por Internet antecedentes que no aparecen en ningún otro medio.
En su último envío hizo ver el contraste entre dos fallos de un mismo tribunal, la Corte de Apelaciones de Temuco. En uno, ella ordenó la prisión preventiva, que ya se prolonga por seis meses, del coronel (r) Sergio Valenzuela, hoy residente en Viña del Mar. Él se presentó voluntariamente a declarar en un proceso abierto por dos muertes ocurridas en el sur hace 39 años. El anciano coronel (r) sigue preso en el regimiento de Temuco porque la Corte no le otorga la libertad provisional por considerarlo "un peligro para la sociedad", pese a haber sido siempre una persona respetuosa de la ley y a que sólo tomó las armas por orden superior para cumplir la misión que la civilidad democrática les encargó a las Fuerzas Armadas y Carabineros en 1973, de enfrentar y derrotar al extremismo (ver Acuerdo de la Cámara de 22.08.73). En el otro fallo, la misma Corte alzó la prisión preventiva de un sujeto, Emilio Berkhoff, dejándolo en arresto domiciliario, pese a estar ligado a la entidad terrorista que ha perpetrado atentados con resultado de muerte en la Araucanía, a haber estado siete meses prófugo tras cometer el delito de maltrato a Carabineros, a haber sido requerido seis veces por la Justicia y, en fin, a que, al momento de su reciente detención, aparte de haber intentado huir, portaba un revólver con el número de serie borrado y una cantidad de municiones.
Al ser puesto en libertad por la Corte, el extremista levantó orgullosamente el puño en alto, expresando en ese solo gesto su decisión de persistir en el camino seguido hasta ahora, y que es el que mantiene en vilo a toda una región del país y ha provocado horror ciudadano tras varios asesinatos, en particular el de un pacífico matrimonio de agricultores septuagenarios, quemados al interior de su casa.
No quiero detenerme ante los manifiestos atropellos a la igualdad ante la ley, a la legalidad, al estado de derecho y hasta al sentido común que envuelve la comparación ante ambos fallos emanados de un mismo tribunal. Quiero detenerme sólo en la muy diferente actitud entre el extremista y el uniformado requeridos por la justicia en ambos casos: mientras el primero levanta amenazador el puño en señal de que la aplicación de las leyes, tenue y blanda a su respecto, no lo disuadirá de proseguir en su lucha armada terrorista, el segundo se allana a soportar la persecución judicial y la prisión injustas de que es objeto, por hechos prescritos y amnistiados de muy antigua data.
El puño en alto de los extremistas les advierte a los jueces: "tengan cuidado con nosotros"; y entonces los jueces los ponen dócilmente en libertad, aunque saben positivamente que son un peligro para la sociedad, lo que obligaría a mantenerlos en prisión. Pero tienen miedo o, peor, comparten el credo de la revolución. La cabeza gacha de los uniformados, a su turno, les dice: "ustedes pueden hacer lo que se les ocurra con nosotros, porque lo acataremos; sabemos que somos víctimas de una ilegalidad; sabemos, tanto como ustedes lo saben, que somos ciudadanos de orden y que nuestra libertad no representaría ningún peligro para la sociedad; pero entendemos que tengan temor de hacer respetar la ley, porque la corriente dominante, rehén del extremismo, así lo ha impuesto; y nos sometemos sumisamente a la desigualdad y la ilegalidad".
El puño en alto en un caso y la actitud sumisa en el otro simbolizan al Chile actual.
Con razón Edmund Burke sostenía que, llegado cierto punto (largamente sobrepasado en Chile), la tolerancia deja de ser una virtud.
En su último envío hizo ver el contraste entre dos fallos de un mismo tribunal, la Corte de Apelaciones de Temuco. En uno, ella ordenó la prisión preventiva, que ya se prolonga por seis meses, del coronel (r) Sergio Valenzuela, hoy residente en Viña del Mar. Él se presentó voluntariamente a declarar en un proceso abierto por dos muertes ocurridas en el sur hace 39 años. El anciano coronel (r) sigue preso en el regimiento de Temuco porque la Corte no le otorga la libertad provisional por considerarlo "un peligro para la sociedad", pese a haber sido siempre una persona respetuosa de la ley y a que sólo tomó las armas por orden superior para cumplir la misión que la civilidad democrática les encargó a las Fuerzas Armadas y Carabineros en 1973, de enfrentar y derrotar al extremismo (ver Acuerdo de la Cámara de 22.08.73). En el otro fallo, la misma Corte alzó la prisión preventiva de un sujeto, Emilio Berkhoff, dejándolo en arresto domiciliario, pese a estar ligado a la entidad terrorista que ha perpetrado atentados con resultado de muerte en la Araucanía, a haber estado siete meses prófugo tras cometer el delito de maltrato a Carabineros, a haber sido requerido seis veces por la Justicia y, en fin, a que, al momento de su reciente detención, aparte de haber intentado huir, portaba un revólver con el número de serie borrado y una cantidad de municiones.
Al ser puesto en libertad por la Corte, el extremista levantó orgullosamente el puño en alto, expresando en ese solo gesto su decisión de persistir en el camino seguido hasta ahora, y que es el que mantiene en vilo a toda una región del país y ha provocado horror ciudadano tras varios asesinatos, en particular el de un pacífico matrimonio de agricultores septuagenarios, quemados al interior de su casa.
No quiero detenerme ante los manifiestos atropellos a la igualdad ante la ley, a la legalidad, al estado de derecho y hasta al sentido común que envuelve la comparación ante ambos fallos emanados de un mismo tribunal. Quiero detenerme sólo en la muy diferente actitud entre el extremista y el uniformado requeridos por la justicia en ambos casos: mientras el primero levanta amenazador el puño en señal de que la aplicación de las leyes, tenue y blanda a su respecto, no lo disuadirá de proseguir en su lucha armada terrorista, el segundo se allana a soportar la persecución judicial y la prisión injustas de que es objeto, por hechos prescritos y amnistiados de muy antigua data.
El puño en alto de los extremistas les advierte a los jueces: "tengan cuidado con nosotros"; y entonces los jueces los ponen dócilmente en libertad, aunque saben positivamente que son un peligro para la sociedad, lo que obligaría a mantenerlos en prisión. Pero tienen miedo o, peor, comparten el credo de la revolución. La cabeza gacha de los uniformados, a su turno, les dice: "ustedes pueden hacer lo que se les ocurra con nosotros, porque lo acataremos; sabemos que somos víctimas de una ilegalidad; sabemos, tanto como ustedes lo saben, que somos ciudadanos de orden y que nuestra libertad no representaría ningún peligro para la sociedad; pero entendemos que tengan temor de hacer respetar la ley, porque la corriente dominante, rehén del extremismo, así lo ha impuesto; y nos sometemos sumisamente a la desigualdad y la ilegalidad".
El puño en alto en un caso y la actitud sumisa en el otro simbolizan al Chile actual.
Con razón Edmund Burke sostenía que, llegado cierto punto (largamente sobrepasado en Chile), la tolerancia deja de ser una virtud.
jueves, 7 de febrero de 2013
¡Michelle, Que Se Nos Va Febrero!
Tú estás de vacaciones en Caburgua, con ocasionales escapadas a Tunquén, y yo lo estoy en uno o más lugares que no voy a revelar por razones de seguridad, porque mis adversarios, a diferencia de los tuyos, "funan", y eso puede significar cualquier cosa. Lo que ambos tenemos en común es que se nos va febrero y tenemos que decidir. Tú, si "vas" o "no vas"; yo, si escribo un "ideario de la derecha". Te explico: acabo de leer el libro de Jovino y de enterarme que es un ideario de la centro-derecha. ¿Y el de la derecha, qué? No es que ella o su ideario no existan, es que nadie se atreve a escribirlo. Bueno, con esto tenemos dos centro-derechas: la de Jovino y, se supone, la UDI (aunque nunca se sabe, porque, por ejemplo, Moreira y Longueira, me parece, no están en esa centro-derecha, sino en la otra, que es la "nueva", la del segundo piso, Piñera, Hinzpeter y otros tipos así). Sobre el ideario de esta última no es necesario que nadie escriba porque es casi igual al de la Concertación, el cual, entre paréntesis, es cada vez más difícil de discernir.
Pero el problema grave es el tuyo, no el mío. Si yo no escribo el ideario de la derecha no pasa nada y nadie se da cuenta de lo frustrado que quedo, porque, además, nadie cree que la derecha a secas tenga ideario. Pero tú tienes que decidir en marzo, y febrero se termina a pasos agigantados. Y está saliendo todo el proceso del 27/F, en el cual todos se quieren "sacar el pillo" contigo, como siempre pasa en Chile. Y tú simplemente no vas a poder, porque estabas al mando y estabas ahí, requetecontra filmada y grabada. Yo recuerdo haberte oído que si le decías a la gente que se iba a salir el mar, la gente se iba a aterrar, aunque no sé si te lo dijo en ese momento la Jupi, pero era obvio que estabas de acuerdo; y como todo el tema es ése, porque si bien la gente no se aterró, hubo muchos que por eso murieron ahogados, entonces ¿qué vas a hacer cuando se te recuerde una y otra vez que no había que decirle a la gente que se iba a salir el mar?
Si "vas" ése será el leit-motiv de la campaña. Y no será lo único. No sé si leíste hoy en "El Mercurio" las pérdidas de 700 millones de dólares anuales del Transantiago, que Piñera las ha podido reducir apenas. Te van a seguir penando. El disparate fue idea de Lagos, todos lo sabemos. También sabemos que a ti "no te tincaba", como dijiste después, pero lo consumaste. Y, más encima, casi todas las cifras de tu gobierno fueron malitas. ¿Leíste la columna de Sergio Mlenick, el otro día en "La Segunda", "Por qué Bachelet No"? Terrible e irrefutable, tanto que nadie, que yo sepa, le replicó.
Y además tienes al frente a esta niñita que han puesto ahora en la Segegob y que te ha llamado ¡a pedir perdón! Es atrevida. Dicen que tiene mucho arrastre popular y que, ella sola, te puede bajar del pedestal. ¡Calcula su audacia, conminarte a ti, la del "nunca más", con el cual exigías a otros pedir perdón! La vida tiene sus vueltas.
Y febrero se nos termina, Michelle. Para ti es más terrible eso que para mí, porque yo otras veces he escrito un libro en veinte días, en cambio si tú "vas", ya entras de lleno al infierno, el 27/F, las platas perdidas, "la cosa chilena", que tiene todo ese trasfondo que tú y yo conocemos; y el recuento del pasado más remoto, la ayudista del MIR, la conviviente del vocero del Frente y tanta otra cosa que "pasó piola" el 2005 sólo porque al otro lado había tejado de vidrio.
Yo, mañana mismo, empiezo a escribir. Tú, supongo, tendrás que seguir pensándolo, para decidir si prefieres ser homenajeada en todo el mundo, posible sucesora de Ban Ki Moon, o vapuleada en Chile sólo para volver a la "casa donde tanto se sufre", como decía el León, y sin certeza de que lo puedas lograr. El reloj nos está corriendo a los dos.
Pero el problema grave es el tuyo, no el mío. Si yo no escribo el ideario de la derecha no pasa nada y nadie se da cuenta de lo frustrado que quedo, porque, además, nadie cree que la derecha a secas tenga ideario. Pero tú tienes que decidir en marzo, y febrero se termina a pasos agigantados. Y está saliendo todo el proceso del 27/F, en el cual todos se quieren "sacar el pillo" contigo, como siempre pasa en Chile. Y tú simplemente no vas a poder, porque estabas al mando y estabas ahí, requetecontra filmada y grabada. Yo recuerdo haberte oído que si le decías a la gente que se iba a salir el mar, la gente se iba a aterrar, aunque no sé si te lo dijo en ese momento la Jupi, pero era obvio que estabas de acuerdo; y como todo el tema es ése, porque si bien la gente no se aterró, hubo muchos que por eso murieron ahogados, entonces ¿qué vas a hacer cuando se te recuerde una y otra vez que no había que decirle a la gente que se iba a salir el mar?
Si "vas" ése será el leit-motiv de la campaña. Y no será lo único. No sé si leíste hoy en "El Mercurio" las pérdidas de 700 millones de dólares anuales del Transantiago, que Piñera las ha podido reducir apenas. Te van a seguir penando. El disparate fue idea de Lagos, todos lo sabemos. También sabemos que a ti "no te tincaba", como dijiste después, pero lo consumaste. Y, más encima, casi todas las cifras de tu gobierno fueron malitas. ¿Leíste la columna de Sergio Mlenick, el otro día en "La Segunda", "Por qué Bachelet No"? Terrible e irrefutable, tanto que nadie, que yo sepa, le replicó.
Y además tienes al frente a esta niñita que han puesto ahora en la Segegob y que te ha llamado ¡a pedir perdón! Es atrevida. Dicen que tiene mucho arrastre popular y que, ella sola, te puede bajar del pedestal. ¡Calcula su audacia, conminarte a ti, la del "nunca más", con el cual exigías a otros pedir perdón! La vida tiene sus vueltas.
Y febrero se nos termina, Michelle. Para ti es más terrible eso que para mí, porque yo otras veces he escrito un libro en veinte días, en cambio si tú "vas", ya entras de lleno al infierno, el 27/F, las platas perdidas, "la cosa chilena", que tiene todo ese trasfondo que tú y yo conocemos; y el recuento del pasado más remoto, la ayudista del MIR, la conviviente del vocero del Frente y tanta otra cosa que "pasó piola" el 2005 sólo porque al otro lado había tejado de vidrio.
Yo, mañana mismo, empiezo a escribir. Tú, supongo, tendrás que seguir pensándolo, para decidir si prefieres ser homenajeada en todo el mundo, posible sucesora de Ban Ki Moon, o vapuleada en Chile sólo para volver a la "casa donde tanto se sufre", como decía el León, y sin certeza de que lo puedas lograr. El reloj nos está corriendo a los dos.
lunes, 4 de febrero de 2013
El Costo Social de la Ineptitud Política
Hace un tiempo el "Financial Times" de Londres declaró que el Presidente Sebastián Piñera era "políticamente inepto". Acá hubo sonoro rasgar de vestiduras, pero el tiempo ha venido a dar la razón al periódico inglés.
Hace dos años y medio, el actual gobernante anunció que cometería uno de los mayores disparates que puede perpetrar un Presidente, el de quebrantar la unidad nacional y establecer un "Estado indígena" dentro del Estado chileno, que es unitario. Ello va en contra del precepto constitucional básico, según el cual en Chile no hay raza ni grupo privilegiado. Pues una de las fortalezas de la nacionalidad chilena es la homogeneidad de sus habitantes, la cual ha nacido de un crisol donde se han fundido casi todas las razas. Resulta notable que los chilenos descendientes de españoles, mapuches, alemanes, huilliches, ingleses, pehuenches, croatas, italianos, aymaraes, palestinos, judíos o israelíes, norteamericanos, rusos o haitianos, a poco andar nos tornamos todos iguales e indistinguibles, en especial para comer empanadas, tomar vino, sacar la vuelta y decir garabatos.
Los políticos han tratado de destruir esa homogeneidad, pero no han podido. Entre ellos destacan los demoledores por antonomasia de todo lo bueno de los tiempos modernos, los marxistas-leninistas. En vista de que su ideología se vino abajo, porque no servía para nada, ahora han concentrado sus fuerzas en tratar de dividir a los chilenos, generando un "conflicto indígena". Y si éste se ha suscitado es por la ignorancia de políticos siempre dispuestos a ponerle la alfombra roja a los agentes disolventes de las bases de la nacionalidad.
La conflictidad en la Araucanía es completamente artificial y se funda en graves errorres históricos y legislativos. Un estudioso del tema, Julio Bazán, ha escrito un libro ("¿Es Mapuche el Conflicto?") y mantiene un blog (http://juliolbazan.blogspot.com) donde da a conocer los resultados de sus investigaciones. Recientemente ha desvirtuado circunstanciadamente la siguiente afirmación del senador RN Alberto Espina: "... el daño histórico causado al entregar hace años las mismas tierras a comunidades mapuches a través de títulos de merced y a colonos emigrantes a través de títulos de dominio a quienes vinieron... Esto ha generado el violento conflicto al superponer los títulos y por eso el Estado está obligado a pedir perdón".
Este párrafo del senador carece de fundamento histórico y jurídico. Bazán prueba que NO HAY TÍTULOS SUPERPUESTOS. En 1866 se crearon comunidades sobre tierras que eran jurídicamente iguales a las comunidades regidas por el Código Civil, como las que pueden existir entre herederos. Todas tenían y tienen títulos inscritos, lo mismo que los nuevos adquirentes de tierras. No hay "superposición de títulos" y por eso no hay sentencias que reconozcan un "dominio indígena" sobre propiedades inscritas, salvo, obviamente, las que están inscritas a nombre de las propias comunidades. Y legalmente no hay ningún comunero obligado a permanecer en la indivisión. Todo el problema ha nacido de una legislación errada, de 1993, que instituyó incentivos perversos para enriquecerse adquiriendo tierras a través de la violencia y que creó entes burocráticos cuyo despilfarro soportan los contribuyentes.
Como ha escrito el historiador Sergio Villalobos, "mucho se habla de una deuda histórica con el pueblo araucano, pretendiendo crear una fuerza moral para aceptar las demandas de quienes se dicen herederos de aquella etnia. La verdad histórica objetiva, no sujeta a posiciones políticas, ni al eco de los medios de comunicación y, lo que es más grave, a las actitudes del Gobierno y la clase política, descansa en errores generalizados".
Con la misma ineptitud política que le imputara el "Financial Times", Sebastián Piñera ha vuelto a las andadas y procurado, en su calidad de Presidente de este virtual "V Gobierno de la Concertación", profundizar las erróneas políticas de los anteriores, que han generado la violencia, el abuso y la ilegalidad en la Araucanía.
El afán populista de remontar en las encuestas, la ignorancia culpable que lleva a proponer leyes contrarias a la unidad nacional y perpetuadoras de incentivos perversos (que mucho tienen que ver con la violencia extrema actual), junto con la debilidad para reprimir la delincuencia y el terrorismo y para hacer respetar el Estado de Derecho, sólo pueden agravar la ya extrema situación de angustia que se vive en la Araucanía. .
Hace dos años y medio, el actual gobernante anunció que cometería uno de los mayores disparates que puede perpetrar un Presidente, el de quebrantar la unidad nacional y establecer un "Estado indígena" dentro del Estado chileno, que es unitario. Ello va en contra del precepto constitucional básico, según el cual en Chile no hay raza ni grupo privilegiado. Pues una de las fortalezas de la nacionalidad chilena es la homogeneidad de sus habitantes, la cual ha nacido de un crisol donde se han fundido casi todas las razas. Resulta notable que los chilenos descendientes de españoles, mapuches, alemanes, huilliches, ingleses, pehuenches, croatas, italianos, aymaraes, palestinos, judíos o israelíes, norteamericanos, rusos o haitianos, a poco andar nos tornamos todos iguales e indistinguibles, en especial para comer empanadas, tomar vino, sacar la vuelta y decir garabatos.
Los políticos han tratado de destruir esa homogeneidad, pero no han podido. Entre ellos destacan los demoledores por antonomasia de todo lo bueno de los tiempos modernos, los marxistas-leninistas. En vista de que su ideología se vino abajo, porque no servía para nada, ahora han concentrado sus fuerzas en tratar de dividir a los chilenos, generando un "conflicto indígena". Y si éste se ha suscitado es por la ignorancia de políticos siempre dispuestos a ponerle la alfombra roja a los agentes disolventes de las bases de la nacionalidad.
La conflictidad en la Araucanía es completamente artificial y se funda en graves errorres históricos y legislativos. Un estudioso del tema, Julio Bazán, ha escrito un libro ("¿Es Mapuche el Conflicto?") y mantiene un blog (http://juliolbazan.blogspot.com) donde da a conocer los resultados de sus investigaciones. Recientemente ha desvirtuado circunstanciadamente la siguiente afirmación del senador RN Alberto Espina: "... el daño histórico causado al entregar hace años las mismas tierras a comunidades mapuches a través de títulos de merced y a colonos emigrantes a través de títulos de dominio a quienes vinieron... Esto ha generado el violento conflicto al superponer los títulos y por eso el Estado está obligado a pedir perdón".
Este párrafo del senador carece de fundamento histórico y jurídico. Bazán prueba que NO HAY TÍTULOS SUPERPUESTOS. En 1866 se crearon comunidades sobre tierras que eran jurídicamente iguales a las comunidades regidas por el Código Civil, como las que pueden existir entre herederos. Todas tenían y tienen títulos inscritos, lo mismo que los nuevos adquirentes de tierras. No hay "superposición de títulos" y por eso no hay sentencias que reconozcan un "dominio indígena" sobre propiedades inscritas, salvo, obviamente, las que están inscritas a nombre de las propias comunidades. Y legalmente no hay ningún comunero obligado a permanecer en la indivisión. Todo el problema ha nacido de una legislación errada, de 1993, que instituyó incentivos perversos para enriquecerse adquiriendo tierras a través de la violencia y que creó entes burocráticos cuyo despilfarro soportan los contribuyentes.
Como ha escrito el historiador Sergio Villalobos, "mucho se habla de una deuda histórica con el pueblo araucano, pretendiendo crear una fuerza moral para aceptar las demandas de quienes se dicen herederos de aquella etnia. La verdad histórica objetiva, no sujeta a posiciones políticas, ni al eco de los medios de comunicación y, lo que es más grave, a las actitudes del Gobierno y la clase política, descansa en errores generalizados".
Con la misma ineptitud política que le imputara el "Financial Times", Sebastián Piñera ha vuelto a las andadas y procurado, en su calidad de Presidente de este virtual "V Gobierno de la Concertación", profundizar las erróneas políticas de los anteriores, que han generado la violencia, el abuso y la ilegalidad en la Araucanía.
El afán populista de remontar en las encuestas, la ignorancia culpable que lleva a proponer leyes contrarias a la unidad nacional y perpetuadoras de incentivos perversos (que mucho tienen que ver con la violencia extrema actual), junto con la debilidad para reprimir la delincuencia y el terrorismo y para hacer respetar el Estado de Derecho, sólo pueden agravar la ya extrema situación de angustia que se vive en la Araucanía. .
sábado, 2 de febrero de 2013
Los "Hombres de Bien"
En alguna película sobre el advenimiento del régimen nazi, uno de los protagonistas, que intentaba oponerse a aquél, decía una frase alusiva a la situación que se vivía en Alemania. No sé si era una frase propia suya o una cita: "Para que el mal triunfe, basta que los hombres de bien no hagan nada".
En Chile, los "hombres de bien", hoy día, no sólo no hacen nada, sino que la casi totalidad de ellos no DICE nada.
Anteayer leí en el diario que se estaba pidiendo la extradición de un oficial (r) de Ejército por la muerte de Víctor Jara, ocurrida en 1973, por fallo unánime de los ministros de la segunda sala de la Corte Suprema. Decía la información ("El Mercurio", 31.01.13): "Los magistrados agregan que la acción penal, por tratarse de crímenes contra la Humanidad, es imprescriptible".
Supongo que "los hombres de bien" saben que esa afirmación de todos los ministros de una sala de la Corte Suprema encierra no sólo una falsedad, sino un atropello. Y no sólo al derecho chileno, sino a las nociones básicas del derecho penal universal ancestral. El "crimen contra la Humanidad" no estaba tipificado en el derecho chileno en 1973. ¿Puede una sala del máximo tribunal perseguir a alguien por un delito que no existía en la ley chilena cuando se cometió el hecho?
En seguida ¿por qué la muerte de Víctor Jara sería "un crimen contra la Humanidad" y no lo es, por ejemplo, la muerte del Intendente de Santiago en 1978, Carol Urzúa? Uno de sus asesinos a sangre fría, Jaime Yovanovic, fue condendo a cadena perpetua, se fugó durante 19 años y, cuando fue recapturado, se le aplicó "media prescripción" y quedó en libertad. ¿Carol Urzúa no pertenecía a la Humanidad y Víctor Jara sí?
Con el añadido de que Víctor Jara era un revolucionario, de la revolución violenta. Basta leer la letra de sus canciones para comprobarlo. Fue apresado en la Universidad Técnica, desde la cual en los días siguientes al 11 de septiembre de 1973 se disparaba a carabineros, tanto que murió uno de ellos, que estaba sobre el techo de una comisaría vecina a la Universidad. Jara debió haber sido apresado y sometido a proceso, y no ejecutado, es verdad. Pero la Ley de Amnistía, que benefició a TODOS los extremistas que se acogieron a ella, también extinguió la responsabilidad de quien dio muerte a Jara, si es que en Chile existe igualdad ante la ley.
Circula un documento, que se dice es obra de un ex oficial de inteligencia, titulado "Lección de Inteligencia", y que el general (r) Hernán Núñez, ha hecho llegar al Presidente de la República. Es muy impresionante. Analiza las declaraciones del diputado Marcelo Schilling, que estuvo a cargo de "la Oficina" de inteligencia bajo el gobierno de Aylwin. Él dice ahí con toda claridad que el Informe Rettig, las reparaciones económicas a que éste dio lugar, y el desconocimiento de la Ley de Amnistía para los uniformados, son los tres pilares en que se funda la paz social en Chile. Entre líneas, entonces, dice que habría mucha más violencia en el país si no se hubiera consagrado esta especie de "pago de un rescate" al terrorismo de extrema izquierda.
Es decir, somo rehenes del extremismo. En el documento se hace un recuento de las ingentes cantidades de dineros públicos que financian los pagos y prebendas al extremismo. Suman ya miles de millones de dólares. Se pormenorizan los privilegios de que el mismo goza. Sirva como muestra la contratación por Gendarmería de una extremista de izquierda belga (Emmanuelle Verhoeven) para entrenar en la Cárcel de Alta Seguridad a los reos por el asesinato de Jaime Guzmán, para que estuvieran en condiciones de fugarse cuando un helicóptero los fuera a recoger, gozando de la garantía de ausencia de fuego por parte de los gendarmes (ver detalles en mi libro "Terapia para Cerebros Lavados"). El entonces director de Gendarmería fue posteriormente "premiado" con una embajada.
Objetivamente vivimos, pues, en un clima escandaloso, en que los jueces se burlan de las leyes y la Constitución; en que las desigualdades flagrantes ante las unas y la otra prevalecen, pues tenemos a TODOS los extremistas del '73-'90 gozando de libertad gracias a la amnistía y recibiendo pagos millonarios; y a decenas de uniformados encargados por la sociedad de combatirlos sufriendo prolongadas y a veces perpetuas condenas, porque se les deconoce esa amnistía.
El grado de injusticia es insultante. Y lo es mucho más desde que el Presidente de la República prometió, siendo candidato, que terminaría con esa discriminación, y durante todo su mandato no sólo NO HA HECHO NADA al respecto, sino que ha redoblado la persecución ilegal contra los uniformados y el financiamiento de entes extremistas (léase "Instituto de Derechos Humanos" y "Museo de la Memoria")
¿Y qué hacen los "hombres de bien"? NADA. La mayoría de ellos ni siquiera DICE nada. Algunos se me acercan y me aconsejan que "no siga pegado en el pasado". No les importa que los terroristas quemen viva a la gente, mientras siguen presos los uniformados (r) que nos libraron de que aquéllos se tomaran el poder.
Francamente, no sé si siquiera merecen llamarse "hombres de bien".
En Chile, los "hombres de bien", hoy día, no sólo no hacen nada, sino que la casi totalidad de ellos no DICE nada.
Anteayer leí en el diario que se estaba pidiendo la extradición de un oficial (r) de Ejército por la muerte de Víctor Jara, ocurrida en 1973, por fallo unánime de los ministros de la segunda sala de la Corte Suprema. Decía la información ("El Mercurio", 31.01.13): "Los magistrados agregan que la acción penal, por tratarse de crímenes contra la Humanidad, es imprescriptible".
Supongo que "los hombres de bien" saben que esa afirmación de todos los ministros de una sala de la Corte Suprema encierra no sólo una falsedad, sino un atropello. Y no sólo al derecho chileno, sino a las nociones básicas del derecho penal universal ancestral. El "crimen contra la Humanidad" no estaba tipificado en el derecho chileno en 1973. ¿Puede una sala del máximo tribunal perseguir a alguien por un delito que no existía en la ley chilena cuando se cometió el hecho?
En seguida ¿por qué la muerte de Víctor Jara sería "un crimen contra la Humanidad" y no lo es, por ejemplo, la muerte del Intendente de Santiago en 1978, Carol Urzúa? Uno de sus asesinos a sangre fría, Jaime Yovanovic, fue condendo a cadena perpetua, se fugó durante 19 años y, cuando fue recapturado, se le aplicó "media prescripción" y quedó en libertad. ¿Carol Urzúa no pertenecía a la Humanidad y Víctor Jara sí?
Con el añadido de que Víctor Jara era un revolucionario, de la revolución violenta. Basta leer la letra de sus canciones para comprobarlo. Fue apresado en la Universidad Técnica, desde la cual en los días siguientes al 11 de septiembre de 1973 se disparaba a carabineros, tanto que murió uno de ellos, que estaba sobre el techo de una comisaría vecina a la Universidad. Jara debió haber sido apresado y sometido a proceso, y no ejecutado, es verdad. Pero la Ley de Amnistía, que benefició a TODOS los extremistas que se acogieron a ella, también extinguió la responsabilidad de quien dio muerte a Jara, si es que en Chile existe igualdad ante la ley.
Circula un documento, que se dice es obra de un ex oficial de inteligencia, titulado "Lección de Inteligencia", y que el general (r) Hernán Núñez, ha hecho llegar al Presidente de la República. Es muy impresionante. Analiza las declaraciones del diputado Marcelo Schilling, que estuvo a cargo de "la Oficina" de inteligencia bajo el gobierno de Aylwin. Él dice ahí con toda claridad que el Informe Rettig, las reparaciones económicas a que éste dio lugar, y el desconocimiento de la Ley de Amnistía para los uniformados, son los tres pilares en que se funda la paz social en Chile. Entre líneas, entonces, dice que habría mucha más violencia en el país si no se hubiera consagrado esta especie de "pago de un rescate" al terrorismo de extrema izquierda.
Es decir, somo rehenes del extremismo. En el documento se hace un recuento de las ingentes cantidades de dineros públicos que financian los pagos y prebendas al extremismo. Suman ya miles de millones de dólares. Se pormenorizan los privilegios de que el mismo goza. Sirva como muestra la contratación por Gendarmería de una extremista de izquierda belga (Emmanuelle Verhoeven) para entrenar en la Cárcel de Alta Seguridad a los reos por el asesinato de Jaime Guzmán, para que estuvieran en condiciones de fugarse cuando un helicóptero los fuera a recoger, gozando de la garantía de ausencia de fuego por parte de los gendarmes (ver detalles en mi libro "Terapia para Cerebros Lavados"). El entonces director de Gendarmería fue posteriormente "premiado" con una embajada.
Objetivamente vivimos, pues, en un clima escandaloso, en que los jueces se burlan de las leyes y la Constitución; en que las desigualdades flagrantes ante las unas y la otra prevalecen, pues tenemos a TODOS los extremistas del '73-'90 gozando de libertad gracias a la amnistía y recibiendo pagos millonarios; y a decenas de uniformados encargados por la sociedad de combatirlos sufriendo prolongadas y a veces perpetuas condenas, porque se les deconoce esa amnistía.
El grado de injusticia es insultante. Y lo es mucho más desde que el Presidente de la República prometió, siendo candidato, que terminaría con esa discriminación, y durante todo su mandato no sólo NO HA HECHO NADA al respecto, sino que ha redoblado la persecución ilegal contra los uniformados y el financiamiento de entes extremistas (léase "Instituto de Derechos Humanos" y "Museo de la Memoria")
¿Y qué hacen los "hombres de bien"? NADA. La mayoría de ellos ni siquiera DICE nada. Algunos se me acercan y me aconsejan que "no siga pegado en el pasado". No les importa que los terroristas quemen viva a la gente, mientras siguen presos los uniformados (r) que nos libraron de que aquéllos se tomaran el poder.
Francamente, no sé si siquiera merecen llamarse "hombres de bien".
viernes, 1 de febrero de 2013
Relacionando Una Cosa Con Otra
Me enteré por "El Mostrador" que había salido una nueva encuesta CERC. La busqué en los diarios para ver todos los detalles y no la encontré, así es que tuve que enterarme de ellos en el sitio web de CERC. Ésta es una firma seria que hace encuestas desde hace décadas. Su dueño, una persona íntegra, es afín a la Concertación.
En esta encuesta está la opinión de los chilenos sobre los temas que más los preocupan, entre ellos el de las candidaturas presidenciales, que capturan tantos titulares en la prensa y los medios. Pregunta: ¿por qué los diarios dedican tan enorme espacio a las primarias que van a definir esas candidaturas presidenciales y no dedican una línea a una encuesta seria que les anticipa el resultado de esas primarias?
Puede haber razones para que no se haya publicado la encuesta en medios importantes: 1) CERC dice que la popularidad del gobernante sigue de baja: 31% de aprobación y bajando; 58% de rechazo, y subiendo; y revela que el 21% de la gente le cree y 55% no le cree al gobernante. Bueno, es sabido y evidente que la prensa dominante es favorable al Gobierno; 2) CERC dice que, sin lugar a dudas, el candidato de la Alianza con más posibilidades ante Bachelet es Golborne. A la pregunta abierta de "¿quién le gustaría que fuera el próximo Presidente?", la respuesta es Bachelet 42%, Golborne 15%, Allamand 5%, Enríquez-Ominami 4%, Parisi 2% y Velasco 2%. En una elección entre Bachelet y Golborne, la primera obtiene 56%, pero viene bajando; y el segundo obtiene 25%, pero va subiendo.
Obviamente, quedé intrigado por el hecho de que la noticia de la encuesta no hubiera sido recogida por los medios más leídos. Hechos como ése tienen consecuencias. Hoy en "El Mercurio" apareció una noticia interesante, titulada con el hecho de que Argentina hubiera caído varios lugares en el "ranking" internacional de la libertad de prensa: ahora ocupa el 54°. Y más adelante se nos informa que Chile ocupa el 60°. Conociendo los problemas que el gobierno pone a la prensa en el país vecino, yo jamás me habría imaginado que en un "ranking" internacional de libertad de prensa Chile estaría por debajo de Argentina. ¿Por qué lo está? Yo creo que precisamente la situación vivida a propósito de la encuesta CERC última ilustra al respecto: existiendo en Chile libertad de información y de prensa y pudiendo cualquiera expresarse libremente, como de hecho yo lo hago en este blog, hay sólo unos pocos medios que tienen una llegada significativa y dominante a la opinión pública; de modo que, controlando esos pocos medios, se puede administrar el material que "debe" o "no debe" ser de conocimiento generalizado o masivo. El "ranking" internacional refleja consciencia de tal control.
Yo he hablado mucho del "lavado de cerebros" que ha tenido lugar en Chile en relación al Gobierno Militar. La encuesta CERC histórica me ayuda a ilustrar el punto: en julio de 1988 el 33% de la gente encontraba "bueno" al Gobierno Militar; el 23% lo encontraba "malo" y el 45%, "regular". Pero en diciembre de 2012 sólo un 12% lo encontraba "bueno", mientras el 54% lo encontraba "malo" y un 24% "regular". Ese gobierno era el mismo en 1988 y ahora, pero en el tiempo intermedio la población ha sufrido un lavado cerebral metódico respecto a ese tema.
Es que los medios dominantes condicionan la opinión de la gente. Por ejemplo, según la misma CERC, en mayo de 2011 la educación no era el problema más importante para la opinión pública. Sólo un 24% la consideraba así. Vinieron las protestas callejeras promovidas por el Partido Comunista y centradas en el tema de la educación, a todas las cuales la prensa dio enorme cobertura, haciendo causa común con los convocantes, y ya en septiembre de 2011 el 73% de los chilenos opinaba que el mayor problema del país era la educación. La estructura de ésta no había cambiado en nada entre mayo y septiembre, pero la cobertura mediática y el propio Gobierno se hicieron cómplices (un movimiento "grande, noble, hermoso", según Piñera) y transformaron a la enseñanza en el peor problema nacional, en sólo cuatro meses.
Otros dos rasgos importantes revelados por esta encuesta son el mayor optimismo de la población en relación al futuro del país y la acentuación de la desconfianza de los chilenos con respecto a sus compatriotas: sólo el 14% dice confiar en ellos, mientras el 84% desconfía. Y yo, por mi parte, encuentro que esta mayoría tiene razón.
En esta encuesta está la opinión de los chilenos sobre los temas que más los preocupan, entre ellos el de las candidaturas presidenciales, que capturan tantos titulares en la prensa y los medios. Pregunta: ¿por qué los diarios dedican tan enorme espacio a las primarias que van a definir esas candidaturas presidenciales y no dedican una línea a una encuesta seria que les anticipa el resultado de esas primarias?
Puede haber razones para que no se haya publicado la encuesta en medios importantes: 1) CERC dice que la popularidad del gobernante sigue de baja: 31% de aprobación y bajando; 58% de rechazo, y subiendo; y revela que el 21% de la gente le cree y 55% no le cree al gobernante. Bueno, es sabido y evidente que la prensa dominante es favorable al Gobierno; 2) CERC dice que, sin lugar a dudas, el candidato de la Alianza con más posibilidades ante Bachelet es Golborne. A la pregunta abierta de "¿quién le gustaría que fuera el próximo Presidente?", la respuesta es Bachelet 42%, Golborne 15%, Allamand 5%, Enríquez-Ominami 4%, Parisi 2% y Velasco 2%. En una elección entre Bachelet y Golborne, la primera obtiene 56%, pero viene bajando; y el segundo obtiene 25%, pero va subiendo.
Obviamente, quedé intrigado por el hecho de que la noticia de la encuesta no hubiera sido recogida por los medios más leídos. Hechos como ése tienen consecuencias. Hoy en "El Mercurio" apareció una noticia interesante, titulada con el hecho de que Argentina hubiera caído varios lugares en el "ranking" internacional de la libertad de prensa: ahora ocupa el 54°. Y más adelante se nos informa que Chile ocupa el 60°. Conociendo los problemas que el gobierno pone a la prensa en el país vecino, yo jamás me habría imaginado que en un "ranking" internacional de libertad de prensa Chile estaría por debajo de Argentina. ¿Por qué lo está? Yo creo que precisamente la situación vivida a propósito de la encuesta CERC última ilustra al respecto: existiendo en Chile libertad de información y de prensa y pudiendo cualquiera expresarse libremente, como de hecho yo lo hago en este blog, hay sólo unos pocos medios que tienen una llegada significativa y dominante a la opinión pública; de modo que, controlando esos pocos medios, se puede administrar el material que "debe" o "no debe" ser de conocimiento generalizado o masivo. El "ranking" internacional refleja consciencia de tal control.
Yo he hablado mucho del "lavado de cerebros" que ha tenido lugar en Chile en relación al Gobierno Militar. La encuesta CERC histórica me ayuda a ilustrar el punto: en julio de 1988 el 33% de la gente encontraba "bueno" al Gobierno Militar; el 23% lo encontraba "malo" y el 45%, "regular". Pero en diciembre de 2012 sólo un 12% lo encontraba "bueno", mientras el 54% lo encontraba "malo" y un 24% "regular". Ese gobierno era el mismo en 1988 y ahora, pero en el tiempo intermedio la población ha sufrido un lavado cerebral metódico respecto a ese tema.
Es que los medios dominantes condicionan la opinión de la gente. Por ejemplo, según la misma CERC, en mayo de 2011 la educación no era el problema más importante para la opinión pública. Sólo un 24% la consideraba así. Vinieron las protestas callejeras promovidas por el Partido Comunista y centradas en el tema de la educación, a todas las cuales la prensa dio enorme cobertura, haciendo causa común con los convocantes, y ya en septiembre de 2011 el 73% de los chilenos opinaba que el mayor problema del país era la educación. La estructura de ésta no había cambiado en nada entre mayo y septiembre, pero la cobertura mediática y el propio Gobierno se hicieron cómplices (un movimiento "grande, noble, hermoso", según Piñera) y transformaron a la enseñanza en el peor problema nacional, en sólo cuatro meses.
Otros dos rasgos importantes revelados por esta encuesta son el mayor optimismo de la población en relación al futuro del país y la acentuación de la desconfianza de los chilenos con respecto a sus compatriotas: sólo el 14% dice confiar en ellos, mientras el 84% desconfía. Y yo, por mi parte, encuentro que esta mayoría tiene razón.
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