Después de
ver al presidente del Senado, Patricio Walker (DC), rendir homenaje público y
pedir perdón a una subversiva (r) que portaba bombas incendiarias y resultó
quemada al ser apresada por las fuerzas de orden hace 29 años, creí que ya lo
había visto todo. Pero, me dije, al fin y al cabo es un DC, y de ellos puede
esperarse cualquier cosa.
Pero hoy me encuentro en “El
Mercurio” con el presidente de la UDI, Hernán Larraín, declarando, respecto del
mismo caso: “Me parece que lo que ocurrió con ella es de las cosas más horrorosas
que han sucedido en el país”.
¡Qué corta capacidad de
observación, información y recordación! Pues el mismo diario, unas páginas más
adelante (C-13), publica el caso de un cajero de Servipag, en Hualpén, de
iniciales P.A.R., quemado en el tórax, garganta y extremidades por artefactos
incendiarios que portaban, al igual que Rojas y Quintana en 1986, algunos
delincuentes de hoy. Pero como la acción antidelictiva era más eficaz entonces
que ahora, los portadores de artefactos incendiarios fueron frustrados en 1986,
mientras sus símiles actuales tuvieron éxito en quemar a otro y escapar.
El cajero quemado, por otra
parte, no portaba elementos incendiarios y, por tanto, resulta más “horroroso”
e injustificado su caso que el de hace 29 años. Pero el diario informa de él apenas
a una columna. Es que lo quemó un protegido de la izquierda, un delincuente que
portaba elementos incendiarios, al igual que Rojas y Quintana.
Y si de memoria se trata, la
de Larraín también falla, pues otros subversivos del mismo corte de los
referidos Rojas y Quintana sí alcanzaron a hacer uso de sus elementos incendiarios
en enero de 2013 en la Araucanía, quemando al matrimonio Luchsinger McKay. Tal
vez porque las víctimas no portaban líquidos incendiarios ni bombas ni se proponían atacar a nadie, su
caso ha sido olvidado por el senador y no lo horroriza tanto. Por otra parte, él
se ha plegado también a la campaña comunista para degradar a los oficiales que
son presos políticos uniformados, en particular refiriéndose al caso del
moribundo general Contreras.
Con esta “derecha” ¿para qué
se necesita una DC? Pues desempeña casi mejor que ésta el rol de Kerensky.
Claro, también es cierto que Larraín días atrás aclaró que él no era de
derecha. ¿En qué lugar del espectro se ubica, entonces? ¿Es que el único
partido de derecha del país no puede encontrar un conductor de derecha? ¿Es que
está ya en sus últimos estertores? ¿Ya no queda nadie en el país que no esté
dispuesto a subirse al “bandwagon” de la propaganda en favor de la subversión
de izquierda que han logrado montar el oficialismo y sus jueces prevaricadores,
y que servirá para que Michelle Bachelet “zafe” de su magro 26% de apoyo?
Desde luego,
ya no parece quedar nadie que defienda la verdad. Ayer asistí a un seminario de
un “think tank” de derecha, al cual fue invitado a exponer un columnista de
izquierda de “La Tercera”, Max Colodro, a la vez panelista frecuente de
programas radiales de derecha. El uso de las tribunas adversarias no obsta a
que las aproveche para sembrar su particular versión de la historia, pues
escribió en “La Tercera” de ayer, página 8: “Creo en la condena de Guillermo
Ramírez (otro dirigente UDI “horrorizado”, aclaro yo) al hecho atroz de que dos
jóvenes fueran quemados vivos, pero siento que hay todavía una dificultad para
asumir que esos y muchos otros crímenes fueron parte de una política
consciente, aplicada por la dictadura. …Reitero entonces mi posición inicial:
podremos discutir sobre las causas del golpe militar o el origen de la
violencia política en Chile. Pero respecto de si el régimen de Pinochet hizo de
los crímenes de lesa humanidad una política cotidiana, sinceramente creo que
no”.
¡Qué lástima
que Colodro nos obligue a suprimir de la historia la Circular N°1 de la Junta
de Gobierno, de 7 de enero de 1974 dirigida a todas las unidades de las Fuerzas
Armadas y de Carabineros! Ella les ordenaba: “Nuestra etapa en el gobierno de
la Nación no puede ni debe caracterizarse por actos inhumanos que tengan que
ocultarse a la ciudadanía y que sólo engendran una reacción de violencia, de odios
y de venganza… La actitud de las FF. AA. y Carabineros para cualquier chileno o
extranjero que sea sorprendido empuñando las armas en actos criminales contra
las tropas y la población civil, debe estar orientada al aniquilamiento en
combate de estos extremistas o violentistas o, por medio del procedimiento
judicial más rápido, si se han rendido… El concepto de ‘mano dura’ no autoriza
procedimientos desterrados de la civilización… es más bien una ‘mano justa’
para interpretar mejor el espíritu de la Junta de Gobierno en la conducción del
país… La presente circular debe ser difundida, leída y comentada a todos los
mandos de las FF. AA., Carabineros e Investigaciones, debiendo establecerse las
responsabilidades, sanciones y penas correspondientes ante cualquier
incumplimiento de las disposiciones que ella contiene. (Firmado) Augusto Pinochet
Ugarte, general de Ejército, Presidente de la Junta de Gobierno”.
Luego, es
falso que fuera una política del Gobierno Militar hacer de “los crímenes de
lesa humanidad una política cotidiana”, como afirman Colodro, la extrema
izquierda y la DC (ahora, porque entonces, en enero de 1974, cuando ya había
muerto la mitad de las víctimas que denuncia el Informe Rettig en 17 años,
apoyaba al Gobierno Militar y hasta había enviado a Europa una misión para
justificar el actuar de la Junta).
Pero el
izquierdista favorito de los centros y espacios públicos de derecha ha
establecido un veto: no se puede discutir su afirmación de que los crímenes de
lesa humanidad fueron “una política cotidiana” del gobierno militar.
El único
sector de ideas que podría haber contrarrestado la masiva campaña publicitaria montada por el Gobierno
para recuperar popularidad, fundada en la “vuelta de chaqueta” de un par de
testigos de acontecimientos de hace 29 años, ya juzgados y prescritos, habría
sido la derecha. Pero ella no sólo agoniza y se apresta a ser readquirida en
pública subasta, y a muy bajo precio, por el mayor denigrador del Gobierno
Militar y más sañudo perseguidor de los presos políticos uniformados, Sebastián
Piñera, permanentemente dedicado a tiempo completo a satisfacer sus propias
ambiciones políticas personales, siempre que sea a bajo costo Y quien hoy
declara en “La Tercera” que el más meritorio gobernante del siglo XX fue Patricio
Aylwin, de quien es émulo en muchos sentidos, en particular en el de conquistar
el apoyo de los militares cuando lo necesitaron y luego traicionarlos.
Mi opinión
es que “de las cosas más horrorosas que han sucedido en el país”, una es la
lenta muerte de la derecha a manos de quienes, habiendo sido llamados a
conducirla, no han hecho otra cosa que enterrarla y sumarse ahora penosamente a
promover las ideas, la venganza y las campañas publicitarias de sus peores y
más jurados adversarios históricos.