sábado, 28 de septiembre de 2024

Justicia Divina ¿Dónde Estás?

Sebastián Piñera premió a Mario Carroza designándolo ministro de la Corte Suprema. Ambos fueron caracterizados perseguidores, mediante querellas ilegales, de los militares que derrotaron al terrorismo marxista. 

Ahora la justicia inmanente parecía que iba a alcanzar a Carroza a través de una acusación constitucional por haber ejercido influencia indebida en nombramientos notariales. Era la menor de sus responsabilidades, a mi juicio. Pero cumplía con ser una especie de sanción reparadora, al fin y al cabo, por sustanciar procesos notoriamente ilegales contra quienes nos salvaron del comunismo. Pero ahora el conglomerado ChileVamos ha anunciado que no apoyarán la acusación constitucional contra Carroza. Entonces no habrá justicia divina.

Mario Carroza fue sumariante de dos causas especialmente inicuas, de tantas abiertas contra militares, desde que Piñera, en su primer gobierno, triplicó las querellas contra éstos. Lo hizo tras haberles prometido, durante su campaña (y para obtener el voto de la "familia militar") acelerar los procesos y velar por que se aplicara la prescripción. El anuncio fue recibido por una ovación del medio millar de uniformados (r) que asistían al acto. Le creyeron a Piñera.

La causas más inicuas sustanciadas por Carroza fueron la que condenó a exuniformados por un inexistente "asesinato" de Miguel Enríquez, en 1974, y la que mandó a presidio por diez años al teniente coronel (r) Castañer por el caso de los quemadores-quemados, en que no le cupo responsabilidad.

No hubo "asesinato" de Enríquez, tanto que en 1974 el joven teniente Miguel Krassnoff recibió la Medalla al Valor del Ejército, junto con el agradecimiento de los sindicatos bancarios y de la sociedad civil, por haber descubierto la guarida del ladrón de bancos y terrorista, que fue el primero en abrir fuego. Su última fechoría anterior había sido asaltar la sucursal Huelén del Banco de Chile y ordenar a uno de sus bellacos disparar seis tiros al agente bancario Julio Robinson del Canto, por negarse a entregar las llaves de la bóveda y darle al mismo Enríquez un puñetazo que lo lanzó lejos. Al morir días después todavía tenía un ojo en tinta. 

Cuarenta años después, la traición de Aylwin, la mentira oficial y el engaño general habían hecho cambiar tanto al país que Carroza convirtió en 2014 ese logro social de 1974 en "asesinato" del jefe terrorista. Y añadió así otras decenas de años a las penas recibidas por Krassnoff, condenando además al fisco a pagar cien millones de pesos al ya anteriormente indemnizado hijo de Enríquez, Marco Enríquez-Ominami (que, notablemente, se preocupa de aclarar que su padre "murió en combate", desvirtuando la tesis de Carroza.) Pero ese pequeño "desacuerdo" no le impidió cobrar los cien millones.

Del mismo modo, Carroza reabrió ilegalmente, treinta años después, el caso de los "quemadores-quemados", ya sustanciado en 1986 por el ministro sumariante Alberto Echavarría Lorca. Es decir, no respetó la cosa juzgada.

La condena más llamativa e injusta en esta causa le fue impuesta al teniente coronel (r) Julio Castañer, que comprobadamente no tomó parte alguna en el incendio accidental de los artefactos inflamables portados por Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas. En un juicio además viciado por el soborno de testigos, le impuso diez años a Castañer, que, ya septuagenario y enfermo, ha entrado a cumplirlos recientemente.

Lamentable defección del piñerismo ante la acusación constitucional, que ha postergado la justicia divina, por ahora. Pero tarde o temprano llegará. 

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Lo Que Se Va a "Normalizar"

Lo que la mayoría de los chilenos cree hoy --a juzgar por lo que publican los medios-- no tiene nada que ver con la verdad. Esa mayoría cree que hubo "dictadura" cuando nunca la hubo. Los militares intervinieron porque los representantes del pueblo lo pidieron y los abogados se preocuparon de dejar constancia en la Revista de Derecho y Jurisprudencia en el sentido de que el gobierno militar era legítimo. No una dictadura. 

Eso lo corroboraron en 1974 el pleno de la Corte Suprema y el Colegio de Abogados. Y después se preparó una Constitución democrática y el pueblo la aprobó y eligió presidente a Pinochet en 1980. Con un presidente elegido y una Constitución popularmente aprobada no pudo haber habido una "dictadura".  

Y por si alguna duda hubiera cabido, la Concertación opositora reconoció la legitimidad de la presidencia de Pinochet y de la Constitución en 1989. Ambos fueron ratificados por un plebiscito de ese año, en que el 91,25 % votó a favor. Nunca nadie ha objetado la legitimidad de ese plebiscito.

Por eso nadie habló nunca de "dictadura" hasta que lo hicieron los comunistas. Lo malo fue que el "vientre blando" de los demócratas, encabezado por Piñera, cuya heredera es hoy Evelyn Matthei, "normalizó" la tontería. 

Pero hoy la mayoría no quiere volver a un régimen como el de Piñera o su heredera Matthei. Quiere volver a un régimen como el de Pinochet, que inauguró "los mejores treinta años de la historia de Chile", 1985-2015, durante los cuales Chile derrotó a la violencia revolucionaria y fue primero en el mundo en reducción de la pobreza. Eso se debe "normalizar".

Bajo Pinochet no había conflicto en la Araucanía. Hoy lo hay y es grave. Celulosa Arauco, que opera en la zona, se ve en la imposibilidad de seguir haciéndolo y se ha llevado una inversión de cuatro mil 600 millones de dólares a Brasil, donde no existe la guerrilla de acá.

Pues acá los terroristas persiguen y expulsan empresas, mientras el gobierno y la justicia persiguen a los policías. Van a formalizar al general director de Carabineros por "omitir reprimir apremios ilegítimos" contra delincuentes y terroristas.  Los carabineros son más perseguidos que los maleantes por la fiscal Chong, que busca condenarlos. 

Mientras, los delincuentes gozan de tantas garantías que la gente honrada debe comprar autos blindados para poder circular a salvo, como única defensa ante las bandas impunes de asaltantes, que cuando son apresados salen prontamente en libertad a hacer nuevas "encerronas". ¿Los autos blindados se van a "normalizar"?

Bajo Pinochet no había inmigración descontrolada ni sicarios que viven del brillante "negocio" de asesinar a propietarios despojados que intentan recuperar su inmueble. Este delito de usurpación ya se ha "normalizado" y hasta impide ampliar nuestro principal puerto, San Antonio. Son los peruanos los que logran ampliar los suyos, postergándonos en el dominio de la navegación oceánica. ¿Esto se va a "normalizar"?

Chile tropieza dos veces con la misma piedra. Pues rinde homenaje a Allende, que lo arruinó, y vuelve a elegir un marxista, Boric, que está haciendo lo mismo. Y Chile vuelve a pagar las consecuencias. 

¿Alguien puede sorprenderse de que cada vez más gente añore a Pinochet? Esto y no el delito es lo que se va a "normalizar" en las próximas elecciones. 

domingo, 22 de septiembre de 2024

Presentación Oficial del Entreguismo

La carta de los jóvenes republicanos en homenaje al 11 destapó una "caja de Pandora". Pero tuvo la virtud de delimitar claramente la derecha a secas, que considera al 11 como una efeméride y es defensora de los 17 años y orgullosa de ellos, y el resto, que va desde el comunismo, pasando por la DC y terminando en el piñerismo, donde están los entreguistas de derecha, que eran del Sí pero se cambiaron, se dejaron lavar el cerebro y ahora hasta condenan el Pronunciamiento y dicen que fue "una tragedia".

Los de derecha sostenemos que fue inevitable y la única manera de salvar al país de un régimen comunista, mientras los de izquierda y los entreguistas  sostienen que nada justificó un golpe.

La novedad es el entreguismo. Presentó toda una retórica. Creo que le daría hasta para formar un partido, el Partido Entreguista. Está muy bien representado por Sebastián Soto Velasco, Pablo Ortúzar (cartas a El Mercurio de 15.09 y 21.09). Junto a Gloria Hutt, de Evópoli, todos repudian el golpe y "la dictadura".

Pero ¿cuál es la verdad? La verdad es que no hubo una dictadura, pues Pinochet fue elegido Presidente en 1980 y antes de eso la Corte Suprema y el Colegio de Abogados habían dictaminado que el gobierno entrante era "legítimo", pues había removido a un régimen devenido ilegítimo. Y así se publicó en la Revista de Derecho y Jurisprudencia en octubre de 1973. 

Y esto fue ratificado por la Corte Suprema en pleno. Luego, no hubo nunca "dictadura", sino primero un gobierno legítimo que, al llamado de una mayoría democrática indubitable (81 vs. 47 votos) , destituyó a otro devenido ilegítimo. Y después un gobernante democráticamente elegido en 1980, como se confirmó por gobierno, oposición y plebiscitariamente con el 91,25% de la votación popular en 1989. Ratificación popular que nadie nunca ha objetado.

Entonces que la izquierda y el entreguismo hablen de "dictadura" y atrocidades como los degollados, los quemados y los torturados, mientras los de derecha recordamos las torturas bajo Allende, publicadas en El Mercurio en primera página, y los crímenes terroristas del teniente Carevic, los cincuenta tiros al coronel Roger Vergara, la muerte de los escoltas del general Sinclair, del carabinero guardián de la Llama de la Libertad, Heriberto Novoa, el asesinato del Intendente Carol Urzúa y el del teniente Zegers Ried, los secuestros frentistas del coronel Carreño y Cristián Edwards y el asesinato de los cinco escoltas del presidente Pinochet y prometamos que con mano dura vamos a restablecer la paz que había antes de 1990 y reeditar los mejores treinta años de nuestra historia... bueno, que la ciudadanía vote y elija.

Y veamos si el entreguismo sobrevive o desaparece bajo el peso de la verdad.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

No Hubo Dictadura

--La Gloria Hutt dice que no debería haber habido Golpe. Rechazó celebrar el 11 como lo hizo la Juventud Republicana.

--Pero si el 7 de septiembre del 73 Allende anunciaba que quedaba harina para pocos días más. 

--La Gloria debe decir que "no sólo de pan vive el hombre."

--Oye, y la cosa se viene todavía peor: no hubo dictadura.

--¡Te pasaste! No seas loco ¿qué va a hacer Chile si no hubo dictadura? ¿A quién le vamos a echar la culpa?

--Lo siento, pero los hechos son los hechos: Pinochet fue elegido el 11 de septiembre de 1980. Luego, no fue dictador sino presidente elegido entre 1981 y 1990. Y hasta Gonzalo Vial, el historiador y su enemigo jurado, reconoce que la mayoría había votado por él.

--¡Pero si lo eligieron en un plebiscito sin registros electorales!

--Se votó con el carnet, igual que ahora, y con tinta indeleble en el dedo. Y además la Concertación, Aylwin, Lagos, Gabriel Valdés, Frei Ruiz-Tagle y los demás validaron todo en el acuerdo para el plebiscito de 1989, donde el 91,25 % votó Sí y ratificó a Pinochet como Presidente y a la Constitución como válida.

--Bueno, pero entonces hubo dictadura antes, entre 1973 y 1980.

--Tampoco, porque el presidente DC del Colegio de Abogados, Alejandro Silva Bascuñán, hizo publicar en octubre de 1973 una separata de la Revista de Derecho y Jurisprudencia para demostrar que el golpe había sido legítimo, porque el régimen de Allende se había vuelto ilegítimo y, por tanto, quien depone a un gobierno ilegítimo, en virtud del "derecho de rebelión", es un gobernante legítimo. Así es que entre 1973 y 1980 tampoco hubo "dictadura", sino "gobierno legítimo".

-- Entonces "La Verdad Tiene su Hora", como tituló Frei Montalva su libro de los años 50.

--Sí, fue un best-seller, lo mismo que "Frei: el Kerensky Chileno", pese a que el mismo Frei lo había prohibido.

--No hay nada como prohibir un libro para que sea best-seller.

domingo, 15 de septiembre de 2024

El Video Republicano

La juventud del Partido Republicano publicó un video breve, como cualquier otro, el 11 de septiembre, rindiendo homenaje a la salvación de la democracia chilena amenazada en 1973 por la dictadura de Allende, según denunció la Cámara de Diputados el 22 de agosto de ese año, convocando a los militares a poner término a esa situación.

Imprevistamente, dicho video ha provocado una reacción muy crítica en la izquierda y en la centroderecha contemporizadora con esta última, mejor conocida como "piñerismo". En Cartas al Director de El Mercurio un día  salió una agresiva réplica de una dirigente de izquierda de la UC y al día siguiente otra no menos agresiva, de Sebastián Soto Velasco, de la centroderecha contemporizadora. Esta última tiene de particular que acusa a la juventud Republicana de renovar "el clivaje dictadura-democracia". Culpa a los jóvenes Republicanos de fomentar la polarización, de "pinochetismo" y de hacer difícil una alianza para gobernar con la centroderecha.

Pero el mencionado "clivaje dictadura-democracia" es un invento de la izquierda. Pues no existe. Desde luego, el gobierno de Pinochet 1981-89 fue elegido por el pueblo en 1980 y, adicionalmente, fue ratificado plebiscitariamente en su legitimidad democrática en 1989, cuando se lo sometieron al pueblo conjuntamente la oposición democrática y el gobierno del presidente Pinochet. Y el pueblo ratificó la legitimidad democrática del régimen y de la Constitución con el 91,25 % de los votos en un plebiscito que nadie nunca ha objetado. 

En el período anterior a 1981 el régimen militar tampoco fue considerado una "dictadura", pues fue descrito por el presidente del Colegio de Abogados, Alejandro Silva Bascuñán (DC) como "legítimo" en una separata de la Revista de Derecho y Jurisprudencia de octubre de 1973. Luego, fue un régimen de excepción transitorio y "legítimo" antes de 1981. Hablar de "dictadura" es simplemente erróneo. 

Particularmente errado es establecer un "clivaje democracia-dictadura", cuando el gobierno que restableció la democracia fue el democráticamente elegido de Pinochet en 1980, que asumió en 1981.

El video de los jóvenes Republicanos está del todo en el camino correcto: rindió homenaje al régimen que salvó a Chile de una dictadura comunista, reconoció el éxito de ese régimen al sacar a Chile de la ruina y del inminente riesgo de una guerra civil que iba a costar entre 500 mil (cálculo del general Prats) y un millón de muertes (cálculo del guerrillero "comandante Pepe"), con un costo de apenas tres mil caídos de ambos bandos entre 1973 y 1990.

En particular, considerar "peligroso" el homenaje juvenil Republicano a Pinochet, cuando se dirigió al gobernante que inició en 1985 los mejores 30 años de la historia de Chile, parece propio sólo de quienes se han convertido en antenas repetidoras de consignas comunistas.

En todo caso, es revelador que un video juvenil espontáneo haya remecido a la izquierda y a la centroderecha por igual. Esto hace suponer que la postura de la Juventud Republicana representa para esos sectores una amenaza electoral de proporciones en los comicios que se desarrollarán este año y el próximo en nuestro país y que pueden implicar un importante giro a la derecha, similar al que está teniendo lugar también en otras partes del mundo.

Post scriptum: Hoy 16 publiqué en X el siguiente tuit que lo dice todo: "Malas noticias para entreguistas: no fue dictadura porque, elegido en 1980, fue confirmado por la Concertación en 1989. Antes había sido declarado "legítimo" por presidente DC de los abogados, por derrocar a (gobierno) devenido ilegitimo en 1973".

Segundo post scriptum: Hoy 16 en El Mercurio Gonzalo Blumel, Ignacio Briones, María Emilia Undurraga, Luz Poblete y Hernán Larraín M. critican a los jóvenes republicanos y dicen: "Sólo el 11 de septiembre hubo 80 víctimas, entre ejecutados y detenidos desaparecidos". En mi Historia de la Revolución Militar, pág. 27, doy los nombres de 30 uniformados muertos ese día 11 por la guerrilla marxista y que forman parte de los 80 caídos que denuncian los autores de la carta.

sábado, 14 de septiembre de 2024

Chile se Fregó el 88

Cada cierto tiempo reaparece la pregunta "¿Cuándo se fregó Chile?".  Ahora Cristián Warnken en El Mercurio sostiene que "Chile no se fregó". Usó la otra palabra, claro.  Pero la verdad es que sí estamos fregados y peor que nunca antes, salvo tal vez, ya en 1973 bajo la UP. 

Ahora el chileno está más atemorizado que jamás antes. Salvo que sea delincuente. Y en general, desde el fin de la UP nunca se vio al país tan embromado como ahora. La gente dice vivir bajo un clima de miedo e incertidumbre. Antes hubo períodos de temor por el auge de la delincuencia y la población se abstenía de salir a pie en la noche. Pero hoy hay miedo de salir a pie o en auto a toda hora. Hay comunas en que se han hecho habituales los "turbazos" a casas particulares. Eso no había sucedido nunca. Se elige para viajar "la hora del taco", porque es la única en que no hay encerronas, aunque uno demore el doble. 

Y la economía estancada. Somos el país OECD con más permisología y más altos impuestos a las empresas. La producción crece apenas y la inversión cae año a año. La construcción, donde hallaban empleo los más pobres, está decayendo. Los ricos de verdad ya no viven en Chile, sino "vienen" a Chile. O están con un pie aquí y el otro allá. A los 80 mil millones de dólares que se fueron tras la insurrección comunista se suman miles de millones más que se van cada año.

Pero en realidad, cuando Chile se fregó fue el 88, tras el plebiscito del Sí y del No. Lo que pasó después era consecuencia inevitable. Me di cuenta al repasar ese año a raíz del caso Maduro. Y no he podido creer la barbaridad que toleramos el 88. Cómo aceptamos esa intromisión extranjera descarada, sobre todo viniendo de países con política exterior reconocidamente imbécil, como la de Estados Unidos, que habían regalado países al comunismo, como Vietnam del Sur, siendo cómplices del asesinato de su presidente pronorteamericano y católico. Que habían presionado al shah del Irán a renunciar para entregar el poder a los ayatolas, los peores enemigos terroristas de occidente. Con una Enmienda Kennedy para liquidarnos ante una guerra vecinal. El propio Ted Kennedy vino a presionar por el No el 88. Fue un personaje tan dañino que Michelle Bachelet hasta lo condecoró. 

¿Cómo Pinochet permitió que Harry Barnes, el embajador yanqui, cohechara en 1988 al electorado chileno con millones de dólares de su "Endowment for Democracy" en favor de una de las opciones? Una vergüenza. Y para financiar ante sus propias narices propaganda basada en una falsedad, la de que con el Sí seguía habiendo gobierno militar.  

Si hubiera ganado el Sí habrían seguido casi mil extremistas presos y no indultados y cobrando como falsos exonerados o con pensiones vitalicias de sospechosos de terrorismo, como las que dio Lagos. 

Con su millonario cohecho dieron vuelta al electorado, que antes del "platazo" favorecía al Sí en todas las encuestas.

Los "mejores 30 años de la historia de Chile, 1985-2015" habrían sido todavía más y mejores con Pinochet de presidente hasta 1998. Habríamos sido país desarrollado.

La mayoría del No, lograda gracias al cohecho extranjero, fue la que fregó a Chile. Y seguiremos fregados hasta que el Sí vuelva a ganar, lo que perfectamente puede suceder .

miércoles, 11 de septiembre de 2024

"Sitios de Memoria"

Los que contribuimos a salvar al país el 11 de septiembre de 1973 tenemos, como primer "sitio de memoria" donde celebrar la efeméride, a la Cámara de Diputados. Pues el Acuerdo allí adoptado el 22 de agosto de ese año, convocando a los militares a poner término al régimen de Allende, devenido ilegítimo por su atropello a la Constitución y las leyes, salvó a Chile del comunismo. Debería allí instalarse una placa conmemorativa.

El presidente DC del Colegio de Abogados, Alejandro Silva Bascuñán, publicó en la Revista de Derecho y Jurisprudencia de octubre de 1973 la argumentación para probar que el régimen militar, por haber depuesto a un gobierno devenido ilegítimo, debía ser considerado como "gobierno legítimo". Pero hoy los DC lo han olvidado y lo denominan "la dictadura".

Si hay que "hacer memoria" en esta fecha, lo primero que debería leerse es el Acuerdo de la Cámara, porque ahí está todo. Pero en Chile está prohibido de hecho publicarlo. Nadie lo hace. Puede hallarse el texto en el "Libro Blanco del Cambio de Gobierno en Chile" de 1974.

Los que celebramos el 11 estuvimos reconciliados con todo el mundo desde un principio. No fuimos nosotros quienes empezamos con la violencia en política, sino que fuimos los que, como representantes de la mayoría popular, convocamos a los militares a ponerle término a ella. Y lo hicieron con un mínimo de bajas. Nadie habría predicho en 1973 que todo se iba a arreglar con apenas tres mil caídos. Pero hoy dicen que fue "un horror". Y lo dicen los que declararon la guerra a la democracia e iban a imponer el verdadero "horror".

Después los triunfadores del 11 siempre estuvimos reconciliados con el adversario. La amnistía (del griego amnestia, olvido) de 1978 fue un sello de reconciliación. En Chile, paradójicamente, la han aprovechado mucho mejor los guerrilleros que querían tomar el poder. A los militares que se lo impidieron, los jueces prevaricadores, desde hace casi veinte años, les desconocen la amnistía como eximente, pese a ser ley expresa y vigente. En cambio, los extremistas fueron liberados gracias a ella. 

Hasta hoy una justicia prevaricadora persigue a los que salvaron la democracia. Hay más de 300 PPM, presos políticos militares. Y la izquierda "tiene a los derechos humanos como cajero automático para sacarle dinero al fisco". Y de manera desvergonzada. En estos días se ha dado a conocer la cadena perpetua para dos exmilitares y 20 años de presidio para otro, por haber "secuestrado" a 34 subversivos ¡hace cincuenta años! Todo ilegal. Y les van a indemnizar con ¡27 mil millones de pesos!. El "escándalo Hermosilla" es por haberle birlado al fisco 3 mil millones. Nueve veces menos. Este caso acapara titulares de la "gran prensa". Del otro sólo informa un diario digital, "Chile Informa".

Por suerte el país y la Constitución de hoy todavía son, básicamente, los que consagraron los militares del 11 y no los que pretendían los totalitarios vencidos el '73.

Suficiente razón para celebrar. Mientras Boric se esfuerza por crear "sitios de memoria" donde perpetuar el odio.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Dos Triunfos de la Derecha

La derecha rara vez consigue triunfos comunicacionales, porque los medios los domina la izquierda. Pero ahora último aquélla ha conseguido dos bastante notables.

El primero fue gracias al caso Maduro, cuya derrota electoral y reticencia a dejar el poder hicieron surgir comparaciones con Pinochet, respetuoso ante un veredicto electoral desfavorable. 

Ya Heraldo Muñoz había intentado sacar ventajas, abusando de la mala memoria de los chilenos, haciendo el paralelo Maduro-Pinochet y afirmando que el régimen de este último había sido de "horror", como diciendo "Maduro no es tan malo". 

Por supuesto, "se pisó la huasca", porque en 1988, para la elección entre el Sí y el No, si hubo algún "horror" fue la intervención extranjera (de los EE. UU. y Europa Occidental, sumándose a la del mundo socialista) como nunca se había visto en los anales de las elecciones chilenas.

En una operación de cohecho impúdico, el embajador norteamericano Harry Barnes le dio al No una ayuda millonaria en dólares que alteró los términos de la campaña. A su turno, Europa subsidiaba diarios y revistas opositoras. El gobierno de Pinochet se transformaba en mero espectador del insólito intervencionismo, porque la verdad es que no hizo nada. En particular fue insólito porque la millonaria campaña del No se fundó en una premisa falsa: que la reelección de Pinochet iba a significar "la continuación del gobierno militar", lo cual no era verdad, porque entraba a regir el articulado permanente de la Constitución, perfectamente democrático y el mismo que presidió el gobierno de Aylwin y demás sucesores.

Al final la opinión pública se cercioró de que no había por dónde comparar las conductas de Pinochet y Maduro. Fue un triunfo comunicacional rotundo para la derecha y la figura de Pinochet.

Más aún, esa intervención extranjera se sumó a la del área soviética. Pero fue "el canto del cisne" de ésta, que estaba viviendo sus últimos días: en 1989 cayó el Muro y virtualmente se extinguieron los socialismos reales.

Por supuesto, la inexplicable intervención norteamericana contra la Junta había comenzado mucho antes, como lo certificó la Enmienda Kennedy (a todo esto, Ted Kennedy vino personalmente a intervenir en favor del No en 1988). Su "Enmienda Kennedy" perjudicó a Chile enormemente, pues nos impidió comprar armamento norteamericano a precios normales, cuando todas nuestras fronteras estaban siendo amenazadas. Si no hubiera sido por el apoyo de Brasil e Israel, habríamos quedado inermes frente a las agresiones en nuestra contra que planeaban el peruano Velasco Alvarado y después el argentino Galtieri. Ello nos obligó a vivir un 1978 al borde de la guerra.

En fin, se hizo patéticamente notorio el "patriotismo" de Michelle Bachelet, que cuando gobernó ¡condecoró! a Ted Kennedy por atentar contra Chile.

El otro triunfo comunicacional de la derecha vino de la mano del homenaje al exrector de la Universidad de Chile y otro hombre cabalmente de derecha, el filósofo Juan de Dios Vial Larraín. En un acto que la dignifica, la rectora de la "U", Rosa Devés, planeó un homenaje a su memoria. Pero entonces surgieron las voces de la izquierda comparando el caso de Vial con los de los filósofos Jaspers y Heidegger, que sirvieron bajo el régimen de Hitler y nunca fueron perdonados por esto.

La ridiculez de la comparación cayó por su propio peso. Pues implicaba poner en la balanza al régimen nazi, que suprimió todas las libertades, asesinó a seis millones de judíos y arruinó a su patria, con el de Pinochet, que restableció la democracia y entregó al término de su mandato al país de mayor crecimiento de América Latina, sin conflicto en la Araucanía, con la delincuencia y el terrorismo controlados y en cuyas calles y campos reinaba la tranquilidad.

Por contraste con la Alemania en ruinas que legó Hitler, el Chile que legó  Pinochet inició los unánimemente considerados "mejores treinta años " de su historia, 1985-2015.

Han sido dos logros recientes y señeros de la derecha en el campo comunicacional, tan adverso a causa del entreguismo y la contemporización de los personeros que ella eligió y que se prosternaron ante la violencia y las consignas de la izquierda. 

La subsecuente llegada de ésta al poder tiene hoy al país viviendo bajo el temor, el estancamiento, la corrupción y el malestar. Y añorando volver al tiempo en que tuvo paz, progreso y estabilidad.


viernes, 6 de septiembre de 2024

País Corrupto se Mira al Espejo

El "audio Hermosilla" ha estremecido al país porque lo retrata tal como es. Un abogado de élite le dice, en ese audio, a su cliente empresario, que si quiere seguir sin pagar ningún impuesto cuando el SII le está cobrando $3 mil millones, como ya lo logró una vez (en que "terminé pagando cero", confiesa el cliente en el mismo audio), debe tener una "caja negra" que entregue $10 millones mensuales para sobornar a un funcionario del SII. Y añade que, en ese momento, ya están en mora con ese "aporte" mensual.

Esa revelación es la que ha estremecido a Chile. Este país funciona así desde años inmemoriales. Pero lo hemos "barrido bajo la alfombra". Ello nunca había sido públicamente confesado. Ése es el cambio de situación, a raíz de la publicación del audio. 

Sin que ésta tuviera lugar, el país sólo lo comentaba sotto voce, fundado en los casos que conocía. Pero podía hacer como que nadie se daba cuenta de que éramos un país corrupto. Como en el caso de los juicios de DD. HH., pensiones a falsos exonerados, pensiones a falsos torturados que, a diferencia del caso Sauer-Hermosilla, le han costado al erario no sólo miles de millones de pesos, sino miles de millones de dólares. Todo eso lo hemos cohonestado y lo seguiremos haciendo. 

Lo que tienen en común todos estos otros casos, distintos del "audio Hermosilla", es que benefician a la izquierda y, obviamente, ésta, que controla "el relato" en el país, no hace escándalo con ellos en los medios. Y la centroderecha contemporizadora, que maneja los medios de la corriente dominante, hace como que no se entera. Como si así, no haciendo ningún escándalo, pudiera mantener tranquila a la "bestia revolucionaria". 

Lo cual ha generado "el peor de los mundos": pues se ha perdido la guerra comunicacional y eso no ha impedido la violencia revolucionaria.  

El fraude de los juicios de DD. HH. comenzó hace casi veinte años y entonces el penalista Miguel Alex Schweitzer escribió, el 16 de marzo de 2005, en La Segunda, tras haber enumerado principios básicos del derecho penal, como el de legalidad, el de no retroactividad de la ley penal y la presunción de inocencia: "Pues bien todos, y repito todos, esos principios básicos del derecho han sido abandonados en algunos casos que actualmente se tramitan en nuestros tribunales". Era sólo el comienzo. Después se desataron y la corrupción se generalizó. Desde entonces hasta hoy, casi semanalmente, esta forma de corrupción se viene reiterando sin que haya reacción social alguna. 

Es que no hay un audio en que un abogado de DD. HH. reconozca, como Hermosilla, "esta h... es delito". Como lo es. La corriente dominante lo ha cohonestado, "mirando para otro lado".

Como la opinión general se ha acostumbrado a convivir con la corrupción, cuando en varios podcasts a que se me ha convidado yo he dado a conocer casos concretos que he comprobado a lo largo de mi vida, he recibido una reacción de molestia "por decir esas cosas". 

Ningún "diario grande" ha destacado, por ejemplo, el "incómodo" caso de las licencias de conducir, sin dar ningún examen, del presidente del club Colo Colo y varios jugadores, que se ha publicado en un "diario chico". Se está arreglando discretamente. Ya la próxima semana se olvidará.

Como no quiero seguir molestando a la gente, no me extiendo en detalles. Pero dejo constancia de que "el audio", lo que ha hecho, ha sido obligarnos a todos a mirarnos al espejo y confesarnos a nosotros mismos que somos un país mucho más corrupto de lo que creíamos ser. Y tenemos la completa seguridad de que no se va a hacer nada al respecto más allá del "caso Hermosilla".

Yo me conformaría con que la ciudadanía votara por los que se comprometan a combatir la corrupción, pero TODA la corrupción. Porque ya antes la mayoría ciudadana ha votado, a sabiendas y más de una vez, cohonestando la corrupción. Y no quiero añadir detalles para no seguir siendo "tan odioso". 

Con que sólo eso se lograra, ya habríamos avanzado algo. 

lunes, 2 de septiembre de 2024

Fidel Admiró a Pinochet

Una fundación privada me confirió el premio "Pablo Pérez Zañartu" (un galardón muy prestigiado) por defender los valores que profeso. Para resumirlos, por si alguien necesita precisiones al respecto, diré que soy de derecha sin apellidos y rindo culto a la libertad, tal como Augusto Pinochet, que en su tiempo fue honrado, por eso, con el mismo premio. Puntualizo, asimismo, que rechazo absolutamente la idea de que su gobierno violó derechos humanos, y puedo probarlo en cada caso que se me presente; y dejo constancia además de que él, como presidente, fue más probo que todos los que le sucedieron y también puedo probarlo con un dictamen del Servicio de Impuestos Internos publicado en La Tercera del 18.10.05, p.4. 

El premio viene acompañado de una considerable suma que, con la cooperación abnegada del abogado Rodrigo Cooper (¿cómo Cooper podría no Cooper-ar?) pondré en manos de los más pobres y urgidos entre los 328 (y contando) exmilitares que mantiene tras las rejas la dictadura judicial de izquierda y con fines de lucro imperante. La única restricción que impondré a Rodrigo consistirá en que no podrá emplear el donativo en honorarios de abogados, pues los servicios de éstos son inútiles en un contexto de jueces que atropellan sistemáticamente las leyes expresas y vigentes. Pues en Chile, desde hace casi 20 años, no existe estado de derecho para los exmilitares, como ha sido ampliamente comprobado por juristas reconocidos y objetivos (Miguel Alex Schweitzer y Gonzalo Vial, citados en mi blog del 27 de agosto pasado).

En el breve discurso de aceptación del premio, recordé la convicción de Fidel Castro de que los mejores años de la historia de Chile se los debemos a Pinochet, según le expresó al empresario chileno Andrónico Luksic Abaroa, al final de una cena en La Habana a mediados de lo '90 y apuntándole enfáticamente con el dedo. 

Esto lo publiqué en la página 610 de mi Historia de la Revolución Militar Chilena 1973-1990, cuya primera edición apareció en 2018. "Eso se lo deben ustedes a Pinochet", afirmó perentoriamente Castro, apuntando con el índice a Luksic, y según el relato de éste, cuando le terminó de describir a Fidel la bonanza chilena a mediados de los años '90. Nadie lo ha desmentido nunca. Menos los redactores y autoridades de El Mercurio que, al igual que yo, estaban presentes.

¿Qué significa que un gobernante marxista-leninista reconozca el éxito de políticas liberales diametralmente opuestas a las suyas y no cambie éstas? ¿Qué implica que él, principal coautor del magnicidio frustrado contra Pinochet en 1986, el cual costó la vida a cinco de sus escoltas, haya reconocido, diez años después, que su víctima había sido un gobernante exitoso? ¿Qué le impedía e impidió a Castro dar un vuelco en sus propias políticas y restablecer la libertad y la propiedad privada en Cuba, al convencerse del beneficio de haber hecho esto en Chile? 

Andrónico Luksic Abaroa falleció en 2005, Augusto Pinochet en 2006 y Fidel Castro en 2016.