El grado en que Piñera ha destruido a la derecha está quedando en evidencia en estos días: parlamentarios de Chile Vamos deben recurrir al Tribunal Constitucional ante la flagrante discriminación contra los Presos Políticos Militares cometida en el texto, recién aprobado por el Congreso, que modifica la Ley de Libertades Condicionales. Deben hacerlo porque saben que Piñera no lo va a vetar.
¿Y por qué el gobierno de Chile Vamos no lo veta? Porque Piñera, en esta materia, es parte del bando adversario y coautor de la prevaricación contra los Presos Políticos Militares. Los parlamentarios de derecha y centroderecha saben que está en pro de la discriminación inconstitucional por la cual ellos están recurriendo al Tribunal Constitucional, tanto más cuanto que novecientas de las más de mil trescientas querellas fundadas en la prevaricación para condenar a los uniformados fueron presentadas bajo su anterior gobierno por Rodrigo Ubilla, su actual subsecretario. De nuevo hoy éste es su hombre de confianza en el conflicto de la Araucanía y en la persecución contra los uniformados que allá ponen el pecho a las balas terroristas.
Esto de tener un Presidente del otro bando encuentra ecos en los medios. Anoche vi en Teletrece un prolongado y sesgado reportaje abogando porque se despida de todo cargo público a ex agentes de la CNI. El canal de Luksic se hace cómplice, así, de las funas comunistas contra quienes combatieron al terrorismo. Pues ¿saben ustedes qué hacían los agentes de la CNI? Lo protegían a usted del terrorismo. Un experto norteamericano, John O. Koehler, que estudió la STASI, policía secreta de la Alemania Comunista, lo describía así (p. 313):
"Grupos de guerrilla urbana de izquierda comenzaron un reinado del terror en Chile en 1983 con bombazos y asesinatos, exactamente la clase de acciones para las cuales la STASI les había proporcionado entrenamiento. Las bombas estallaban en Santiago, Viña del Mar, Quilpué, Concepción y Talca, dañando supermercados, buses, oficinas del gobierno y cuatro tiendas en el mayor shopping-center de Santiago. Entre 1983 y 1986 hubo más de mil atentados con bombas atribuidas al Frente Comunista y al Movimiento Revolucionario, que también fueron culpados de matar a veintiún oficiales militares y policías. Entre 1984 y 1988 los alemanes del este contribuyeron con US$ 6.795.015 al Partido Comunista Chileno para financiar el terrorismo".
Pero hoy todos los terroristas están perdonados y, en cambio, los militares que nos protegieron de sus atentados, al lado de los cuales los de la Araucanía son mucho menores, han sido y siguen siendo condenados a instancias de las querellas de Piñera y sus antecesores del "No". Hasta para obtener libertades condicionales se les impone requisitos imposibles de cumplir y en el canal de Luksic se lucen las ahítas figuras comunistas, cuyo físico delata las millonarias sumas que les regala el Gobierno año a año, para perseguir incluso a los ex agentes de seguridad a los cuales ni siquiera han podido condenar ilegalmente, pero a los cuales busca impedir ganarse la vida en el sector público. A su turno, la izquierda terrorista exprime del fisco hasta la última gota.
Si a la justicia de izquierda se le ha escapado de ir a presidio algún CNI, bueno, al menos hay que dejarlo sin trabajo. Piñera se ha hecho cómplice de eso, echándolos de todas partes y hasta, en el caso de un general (r) que ni siquiera perteneció a la CNI, se le exoneró del Ministerio de Defensa ¡por haber sido yerno de un ex director de la DINA!
El actual Presidente ha sido el destructor de la derecha chilena, al privarla de todo su temple moral. Lo ha perdido como cómplice de la mayor persecución política del siglo XXI. Y ahora esto lo patentiza y confirma su no veto al inconstitucional proyecto de reforma a las libertades condicionales.
"Grupos de guerrilla urbana de izquierda comenzaron un reinado del terror en Chile en 1983 con bombazos y asesinatos, exactamente la clase de acciones para las cuales la STASI les había proporcionado entrenamiento. Las bombas estallaban en Santiago, Viña del Mar, Quilpué, Concepción y Talca, dañando supermercados, buses, oficinas del gobierno y cuatro tiendas en el mayor shopping-center de Santiago. Entre 1983 y 1986 hubo más de mil atentados con bombas atribuidas al Frente Comunista y al Movimiento Revolucionario, que también fueron culpados de matar a veintiún oficiales militares y policías. Entre 1984 y 1988 los alemanes del este contribuyeron con US$ 6.795.015 al Partido Comunista Chileno para financiar el terrorismo".
Pero hoy todos los terroristas están perdonados y, en cambio, los militares que nos protegieron de sus atentados, al lado de los cuales los de la Araucanía son mucho menores, han sido y siguen siendo condenados a instancias de las querellas de Piñera y sus antecesores del "No". Hasta para obtener libertades condicionales se les impone requisitos imposibles de cumplir y en el canal de Luksic se lucen las ahítas figuras comunistas, cuyo físico delata las millonarias sumas que les regala el Gobierno año a año, para perseguir incluso a los ex agentes de seguridad a los cuales ni siquiera han podido condenar ilegalmente, pero a los cuales busca impedir ganarse la vida en el sector público. A su turno, la izquierda terrorista exprime del fisco hasta la última gota.
Si a la justicia de izquierda se le ha escapado de ir a presidio algún CNI, bueno, al menos hay que dejarlo sin trabajo. Piñera se ha hecho cómplice de eso, echándolos de todas partes y hasta, en el caso de un general (r) que ni siquiera perteneció a la CNI, se le exoneró del Ministerio de Defensa ¡por haber sido yerno de un ex director de la DINA!
El actual Presidente ha sido el destructor de la derecha chilena, al privarla de todo su temple moral. Lo ha perdido como cómplice de la mayor persecución política del siglo XXI. Y ahora esto lo patentiza y confirma su no veto al inconstitucional proyecto de reforma a las libertades condicionales.