sábado, 30 de octubre de 2021
El Mal Está en la Cabeza
miércoles, 27 de octubre de 2021
La Mayoría de los Chilenos
Estoy afectado por algo que me acaba de suceder: una editorial norteamericana va a editar mi libro "Historia de la Revolución Militar Chilena 1973-1990" y me envió la versión final en inglés para que la revisara, obligándome a leerla en cuatro días, es decir, 185 páginas diarias. Y ese ejercicio me ha dejado descompuesto. ¿Cómo pudo el gobierno militar resistir todo lo que enfrentó? ¿Cómo pudo Pinochet sobreponerse? Piénsese que hoy tenemos a un gobierno en el suelo por un solo conato revolucionario del 18 de octubre de 2019 y Pinochet tuvo que enfrentar veinte, sólo entre 1983 y 1987. Y no sólo no quedó en el suelo, sino que las veinte veces derrotó a la subversión. Y en un solo día en cada ocasión. Y al final el país quedó pacificado. Y con una Araucanía feliz.
Piñera hoy no tiene que enfrentar, como debió hacerlo Pinochet, la hostilidad mancomunada de los Estados Unidos, Europa Occidental y la órbita soviética, todo al mismo tiempo. Paradójicamente, Reagan le envió una carta de felicitación en 1986 por haber librado a Chile del comunismo, y al mismo tiempo, como embajador, a Harry Barnes con la misión de hacer lo posible para ayudar a sus opositores a derrocarlo. Era tal el entreguismo mundial a la izquierda en esa materia que la embajada norteamericana corrió hasta con los gastos de alhajamiento de un departamento en Avenida El Bosque destinado a Hortensia Bussi de Allende, a quien trajeron para fortalecer el frente opositor. Por supuesto, peor era lo que le habían hecho a la Junta en los '70 los gobiernos demócratas: enmienda Kennedy, presiones crediticias, sanciones económicas y condena --que se mantuvo hasta los '80-- en la Comisión de DD. HH. de la ONU. Hasta el enviado de la ONU para velar por los DD. HH., el costarricense Fernando Volio, declaraba que la condena a Chile era injusta.
Y ni qué hablar de la prensa occidental, tal vez con la única excepción del Wall Street Journal, dedicada a desprestigiar al gobierno chileno. Cuando vino el Papa en 1987 el arzobispo Cox, encargado de la visita, descubrió que los periodistas italianos pagaron mil dólares en el canal 13 para obtener la grabación de desórdenes durante la UP, que enviaron a su país como sucedidos acá en la gira del pontífice.
Y duele la defección interna de los que habían sido partidarios de la Junta, como los promotores del "Acuerdo Nacional", encabezado por el ingenuo Cardenal Fresno, para pedir a Pinochet que se fuera en 1985. Participaban en el grupo su ex ministro de Economía, Fernando Léniz y líderes jóvenes de derecha, como Andrés Allamand. Es decir, el gobierno atacado por la subversión comunista debía, además, enfrentar a expartidarios a quienes el miedo a esa violencia había hecho cambiar de bando.
Si el FPMR comunista y el MIR socialista cometían 170 atentados al año en 1983, los aumentaron a 1.750 en 1984 y a 1.600 en 1985. Era una guerrilla revolucionaria significativa. ¿Por qué no prevaleció? Porque, además de haber un gobierno firme, era impopular. Hasta 1987 prevalecía el "Sí" a Pinochet, según la encuesta Gallup. El terrorismo preocupaba mucho más a la gente que los atropellos a los DD. HH. Después, las cuantiosas donaciones del Endowment for Democracy norteamericano y los donativos europeo-occidentales a medios opositores favorecieron al "No", que así triunfó 56 vs. 44% en el plebiscito.
La relectura de mi propio texto me permitió recordar que la Constitución de 1980, consagratoria de la mayor libertad de que hemos disfrutado los chilenos en nuestra historia, fue ratificada en el plebiscito de 1989, convocado de común acuerdo por el régimen y la Concertación, con el 91 % de los votos. La abstención fue de sólo 6,5 %. ¿Cómo puede alguien, tras tan mayoritaria ratificación, objetar la ilegitimidad de ese texto? ¿Cómo pudo alguien racional y culto haber votado "Apruebo" el año pasado? Pero la mayoría de los chilenos lo hizo, dejando a punto de derogar la Constitución de la libertad. Y eso está en la médula de la crisis que vivimos hoy.
Un ayuda-memoria: la mayoría de los chilenos o los representantes de la misma votaron por Allende en 1970. Y la mayoría de los chilenos a través de sus representantes en la Cámara, mil días después, votaron por convocar a los militares para deponer a Allende. La mayoría del 91 % de los chilenos ratificó la Constitución que nos ha dado libertad y los mejores años de la historia de Chile, pero después la mayoría de los chilenos votó el año pasado por reemplazarla por otra. ¿Hay descontento con la libertad tantos años disfrutada? ¿Se volverá atrás? Si ello ocurre, yo apuesto a que, tras otros mil días sin libertad, otra mayoría va a volver a clamar por restablecerla, tras soportar por algún tiempo las previsibles consecuencias de la falta de ella, universalmente conocidas.
sábado, 23 de octubre de 2021
Carta Póstuma del Soldado Desconocido
miércoles, 20 de octubre de 2021
El Secreto Embrujo del Comunismo
Hoy es el aniversario del Premio Nobel a Pablo Neruda, poeta comunista autor de loas de homenaje al mayor asesino de la historia, Stalin. Pero los de la Academia "se hicieron los suecos". Pocos años después llamaron a Jorge Luis Borges y le dijeron: "Señor, usted elogió a la Junta Militar chilena y por eso no podemos darle el Nobel, así es que por favor haga una declaración contra la Junta y se lo concederemos". Borges les respondió: "Señores, nunca me he dejado sobornar, así es que su llamado me motiva a acentuar mi apoyo a la Junta Militar chilena". Entonces los suecos no le concedieron el Nobel, que pasó a ser mejor conocido como "el premio que no le dieron a Borges".
Suecia es capitalista y por ningún motivo admitiría el comunismo, pero le rinde pleitesía. El millonario aristócrata Olof Palme, primer ministro, apoyaba al FPMR terrorista que tenía el comunismo en Chile. Hasta apareció públicamente donándole en una colecta pública, para que pudiera matar a más chilenos. Como la justicia divina existe y es inexorable, años después un terrorista lo mató a él. Nadie sabe quién fue. Y el embajador sueco de 1973 en Chile, Harald Edelstam, ayudó a los comunistas y los cubanos a ocultar el armamento que tenían. Trasladaba guerrilleros a las embajadas en la maleta de su auto para que se asilaran. La Junta lo declaró persona non grata y debió irse.
Acá muchos chilenos "se hacen los suecos" y repiten lo que dicen los comunistas, con Sebastián Piñera a la cabeza. Les ha "hecho la pata" de mil y una maneras y los ha llenado de plata. Pero son malagradecidos y han tratado de derrocarlo por distintos medios, amenazando convertirlo en otro blanco favorito suyo. Pues son expertos asesinos de imagen, además de personas. Acá liquidaron la del presidente González Videla, que los puso fuera de la ley en 1948 (el 18 de octubre) cuando trataron de tomarse el poder desde dentro de su gobierno. El KGB y sus agentes en Chile injuriaron y calumniaron a Pinochet desde el 11 de septiembre de 1973, con tanta insistencia que después la mayoría repetía y repite hasta hoy las más falsas acusaciones.
Cuando era joven y entré a El Mercurio, había un muy inteligente comunista peruano, Eudocio Ravines, que "vio la luz", se convirtió en anticomunista y escribió un gran libro, "La Gran Estafa". Un redactor del diario propuso entrevistarlo, pero el director le dijo que no, "porque estaba desprestigiado". ¿Por quiénes? Por los comunistas. ¡Increíble! Lo mismo sucede ahora cuando algunos tienen miedo de ser descritos como cercanos a Pinochet ¿Por qué? Por lo que les van a decir los comunistas.
La influencia de ese partido es desproporcionada respecto a la escasa cantidad de votos que obtiene. El único proceso que hubo contra Pinochet lo fabricó y manipuló un diputado comunista, Hugo Gutiérrez, usando toda suerte de métodos espurios. Y la "historia oficial" reciente del país la han escrito ellos: Gonzalo Vial, activo en la Comisión Rettig (de lo cual se arrepintió en sus últimos años), reconoció que casi todo el trabajo de la misma ya estaba hecho antes en el Archivo de la Vicaría de la Solidaridad. ¿Y quién estaba a cargo de ese Archivo? Un alto jefe comunista y del grupo terrorista FPMR, José Manuel Parada.
Su influencia fue enorme: cuando era senador el actual canciller Andrés Allamand sostenía que el Informe Retttig debía enseñarse a los alumnos en los colegios. Lo más próximo a una "verdad oficial". Tanto que hay un proyecto para castigar como delito a quienes lo contradigan, siendo que el mismo sólo es, de hecho, la versión comunista de lo sucedido entre 1973 y 1990 en el campo de batalla entre la subversión y la legalidad.
Chile fue el primer país en elegir por voto popular un gobierno marxista-leninista y el primero en derrocarlo. Dado el predominio comunista en la opinión ¿irá también a ser el primero en tropezar con la misma piedra por segunda vez?
domingo, 17 de octubre de 2021
El 18 de la Infamia
Si el 18 de septiembre es el Día de la Patria, el 18 de octubre lo es el de la Infamia, la Indignidad, la Ignominia y la Destrucción. Se cumplen dos años desde que se impuso la violencia y caímos en la cuenta de que en Chile no había autoridad.
Antes los comunistas hacían asonadas como ésa en los '80, pero duraban un par de días, pues la autoridad era el Presidente Pinochet, que sabía mantener el orden público. Hubo múltiples asonadas violentas, pero ninguna efeméride, pese a que en contra de Chile estaban no sólo la URSS y sus satélites, sino todo el mundo occidental entreguista, que bailaba al son de la música tocada por el KGB.
Los Estados Unidos "agradecían" el anticomunismo chileno castigándonos mediante la Enmienda Kennedy. Los laboristas británicos lo hacían embargando y reteniendo los motores de nuestros Hawker Hunter y rompían relaciones a raíz de la detención de la doctora extremista Sheila Cassidy, que atendía subrepticiamente a terroristas heridos del MIR.
No en vano este "Occidente imbécil" veía caer sucesivamente más países en manos del comunismo: Vietnam, Camboya, Nicaragua. Y se presionaba tanto al shah de Irán con la triquiñuela comunista de los DD. HH., que éste dejó el poder a los ayatolas totalitarios. El sueco Olof Palme apoyaba y hasta patrocinaba colectas públicas para financiar a los asesinos del FPMR, pero la "justicia divina" se encargó de él después. El único europeo de fiar y que apoyaba a la Junta, hasta el ascenso de Margaret Thatcher, era Franz-Josef Strauss, de Baviera.
Pese a tantas presiones e incomprensiones, acá se encontraron con un líder firme que se llamaba Pinochet. "¡Nunca más habrá otro Chile!", había dictaminado Brezhnev en 1973, pero lo que no hubo nunca más fue una URSS. ¡"Justicia divina"!, otra vez.
Para que el mal triunfe, basta que los buenos no hagan nada. Acá hoy el mal está triunfando porque "los buenos" han hecho algo peor que nada: contemporizar con los totalitarios, poniendo a Piñera en el poder y concediéndoles todo. Consecuencia: el país se cae a pedazos, la gente teme salir a la calle, se dilapidan las reservas, los saqueadores e incendiarios salen libres y recién un carabinero llamado a proteger una propiedad en el sur ha sido condenado a diez años por haber disparado y dado muerte a un usurpador de tierras. Nuestra justicia es roja.
Las personas saben que el país está entregado al comunismo y ponen a salvo en el exterior sus ahorros. Por eso baja la bolsa y sube el dólar. "¿Dólar a mil pesos"?" pregunta hoy Sebastián Claro en El Mercurio.
Pero Chile todavía se puede salvar si (1) gana José Antonio Kast; (2) el "Rechazo" vence en el plebiscito de salida. Si tuviéramos una buena clase dirigente, ella ya debería estar organizando y financiando la campaña para un "Rechazo"" triunfante; y (3) aun ganando Boric y, tras los ineludibles mil días de socialismo donde no vuelva a haber "harina sino para pocos días más" (Allende), las bases del camaleón DC de nuevo se sublevan y cambian de bando, como el '73, y obligan a sus políticos, como a Frei Montalva y a Aylwin entonces, a aliarse con la derecha, impetrando "¡esto se arregla sólo con fusiles!" (Frei en el Acta Rivera) y reeditando el llamado a los militares al rescate.
Hoy el empresario Nicolás Ibáñez dice en El Mercurio, justamente, que va a votar por Kast, pero le gustaría que saliera Boric para que Chile se hunda y de nuevo la mayoría pida sacar a los comunistas del poder.
Ésa es nuestra ultima ratio. No pocos piensan como él, es decir, que dado un país que no aprende de su propia historia, es preciso volver a enseñársela a golpes.
En todo caso, ¡cómo se añora ese Chile unitario, pacífico, ordenado y progresista que nos legara Pinochet! Mérito que "lo sitúa en la historia de Chile en un alto lugar" (Alejandro Foxley, exministro DC, en la revista Cosas del 5 de mayo de 2000, citado por Felipe Portales en cartas a El Mercurio 15.10.21).
No supimos defender lo que teníamos, es decir, el "Sí" en 1988 y 1989 ni el "Rechazo" en 2020. Y ahora no sabemos cómo lo vamos a recuperar.
jueves, 14 de octubre de 2021
Periodismo de la Vergüenza
La entrevista a José Antonio Kast en Megavisión fue una vergüenza. Su momento culminante lo alcanzó cuando el Larry King criollo (suspensores, insolencia, preguntas rápidas e interrupciones constantes al entrevistado) cometió los mayores abusos contra la verdad, la historia y el candidato, que, y eso fue lo peor, se dejó pasar a llevar.
José Antonio Kast no es el "mal menor". pero tampoco el "bien mayor". Es el "bien menor". El mejor candidato: preparado, íntegro y sólido. Pero "absorbe castigo" innecesariamente y sólo replica que "hay que mirar para adelante", en circunstancias que en este país en demolición y en este mundo enfermo de corrección política "el que controla el pasado controla el presente; y el que controla el presente controla el futuro" (Orwell). Se dejó abusar por el Larry King de Providencia que, de partida, le lanzó a la cara un rosario de falsedades que permanecieron flotando impunes, como las de que Pinochet había hecho desaparecer gente, torturado, cometido crímenes y mentido. ¿Qué le habría dicho yo inmediatamente? Claro, para mí es fácil, porque no estaba ahí. Pero le habría dicho sólo dos palabras: "Dígame una". De lo que fuera: desapariciones, crímenes, torturas, mentiras: "diga una. Sólo una". Y Mosciatti no habría podido decir ninguna sin quedar aplastado por la verdad, que indudablemente desconoce por completo. Ni siquiera le he regalado mi libro "La Revolución Militar Chilena 1973-1990" ni otro posterior y más breve, "Miserias Morales de la Chilenidad Actual", donde todo lo que él dice queda desvirtuado. Ahí está documentada la verdad. Lo que pasa es que Kast, parece, tampoco la conoce, pese a que le regalé el primer libro. Le voy a mandar el segundo, previo asegurarme de que lo leerá y entenderá.
Pues acá los comunistas, desde el KGB, hoy en el basurero de la historia, han creado una mitología de mentiras y a fuerza de repetirlas han hecho que casi todos, con Mosciatti a la cabeza, las repitan. Pero son mentiras y la ignara referencia de este último a Krasnoff las elevaron al cubo. Por su ignorancia de los hechos reales él no sería capaz de mencionar un solo crimen, un desaparecimiento, una tortura de responsabilidad de Pinochet. Por algo el único proceso en su contra --que fue obra de facto del diputado comunista Hugo
Gutiérrez, manipulador del juez Guzmán-- terminó en su desafuero como senador, pero por haber "encubierto" y no "cometido" unos fusilamientos. Tal encubrimiento, a su turno, era comprobadamente falso. Y por eso contra el mismo votaron los más honorables jueces de la Corte Suprema, como Osvaldo Faúndez y Ricardo Gálvez, por nombrar sólo dos de los seis de la minoría disidente. De todo ello quedó flotando para siempre una frase de Faúndez que nadie pudo refutar y ni siquiera objetar (cita no textual): "He revisado hoja por hoja las miles de páginas del proceso y no he encontrado una sola prueba de la responsabilidad del senador Pinochet". Ésa es la verdad judicial. Nadie osó ni ha osado nunca contradecir a Faúndez.
Este país está hoy en estado de desintegración y ella se ha originado en el imperio de la mentira y en la decadencia moral general en el ámbito político e informativo. Lo peor es que la mayoría de la gente cree falsedades. En medio del naufragio en curso, caracterizado por esos y tantos otros aspectos, la única tabla de salvación precaria es que José Antonio Kast triunfe en la elección presidencial y detenga la caída general. Porque es el único capaz de salvar los restos náufragos que subsistan a flote después del desastre generado bajo el régimen de Sebastián Piñera, que compite estrechamente con Salvador Allende por el título de peor presidente de la historia de Chile.
Si una mayoría popular no elige a Kast, pronto después sobrevendrá el completo hundimiento y, como lo he anticipado antes, ahí de nuevo una mayoría popular surgirá desde las cenizas y clamará, como lo hizo en 1973, por un nuevo 11 de septiembre, en la esperanza (que hasta el momento tiene cero fundamento) de que exista un nuevo Merino con suficiente coraje, decisión y patriotismo y a él se le una otro Pinochet que tenga igual don de mando y tesón que el anterior, para acometer la reconstrucción indispensable.
Ninguna de cuyas figuras se divisa hoy por ninguna parte. El país sigue marchando al precipicio al son de una trutruca, en la que quien más sopla es un completo incapaz que ni siquiera se allana a someterse al test de drogas y encabeza el trayecto colectivo hacia la venezolización total. Contra ella hoy el propio Larry King autóctono, en sus videos, advierte alarmado, como si nada hubiera tenido él que ver en la desfiguración del pasado que ha hecho posible un apoyo mayoritario a la tormenta perfecta que se está avecinando.
domingo, 10 de octubre de 2021
El Dolor de Ser Enjuiciado
El actual presidente se ha quejado públicamente del dolor, para él y su familia, de ser enjuiciado. Es saludable que lo sienta, porque lo sufren por causa suya, y con menos fundamento, miles de sus gobernados.
Me escriben familiares de exuniformados ancianos, ilegalmente privados de libertad merced a querellas de Piñera I, muchas pasando por sobre la "cosa juzgada" (que él sí alega en propio favor) acerca del dolor que sufren ellos y sus familias. Acudieron "en horas tan comprometidas" a lo que fue un llamado de la civilidad a luchar contra el delito que por razones políticas privaba de vida o de bienes a otros chilenos. Cumplieron, pero hoy siguen presos y privados hasta de beneficios carcelarios que se otorgan a los delincuentes. Se les excluye de masivos indultos dados a reos comunes. Por haber atendido a aquel llamado.
Un brigadier general, de brillante hoja de servicios, hace años me relató personalmente su dolor y el de su familia por tener que entrar a presidio --y verse impedido hasta de concurrir al funeral de una hija-- tras ser inculpado de la muerte de un mirista a quien nunca conoció ni vio ni interrogó. No obstante eso, numerosos testigos, ante un juez "receptivo", lo imputaron de haberlo apresado y dado muerte. El caso se repitió y ya está completando una pena equivalente a presidio perpetuo (veinte años sin beneficios) sin nunca haber apresado a nadie. Salvo, claro, cuando en 1974 descubrió la guarida del mayor jefe terrorista y recibió la medalla al valor del Ejército. También entonces fue felicitado públicamente por la prensa y sindicatos bancarios (a uno de cuyos afiliados el subversivo había ordenado abatir y que recibió seis balazos por no haberle entregado la llave de la caja fuerte de su banco.) Y recientemente otro juez "receptivo" le añadió años a sus condenas de ya varios ¡siglos! por el supuesto "asesinato" del mismo jefe terrorista en 1974. ¿Cosa juzgada? ¿"Qué es eso"?, preguntan los jueces rojos. ¿De qué cosa estará hablando la defensa del presidente?
Otro dolor es el de un oficial de Carabineros, Claudio Crespo, y su familia, pues él está preso desde el 21 de agosto de 2020 y marginado de su institución por el "delito" de combatir el delito. Estuvo a diario ante la primera línea de violentistas que cubrían a los carabineros a pedradas y los quemaban con bombas molotov. Está preso porque la escopeta antimotines que su institución le había entregado contenía no sólo balines de goma, sino otros objetos sólidos de los cuales él no estaba al tanto. Uno de los delincuentes perdió la vista, aunque el oficial está seguro de no haber sido él quien le disparó. Antes él pasó meses acudiendo a diario a recibir pedradas, bombas incendiarias e insultos. para ser curado de sus lesiones por su mujer y en seguida volver a recibir las andanadas al día siguiente. Chile, finalmente, lo "premió" dándolo de baja del Cuerpo y manteniéndolo preso hasta hoy. El dolor suyo y de su familia no tiene visos de término. Ni han recibido compensación alguna.
Pues ni siquiera esas víctimas del deber cumplido tienen el consuelo de haber entregado a su familia una rentabilidad del mil por ciento, tras una hábil "pasada" del jefe del hogar en un negocio de centenares de millones de dólares. Eso no quita el dolor provocado por la persecución judicial, pero lo puede hacer más llevadero. Ningún militar ni carabinero preso han gozado de ese paliativo.
Centenares de ex uniformados presos vieron negárseles a ellos la generosidad oficial hacia los terroristas anteriores a 1990, manifestada mediante indultos y con todos ellos hoy libres. En particular recuerdan cuando extremistas condenados a más de diez años por hechos posteriores a 1990, recibieron otro indulto extra, al saldo pendiente de su condena, indulto que fue denegado a los uniformados que también ya habían cumplido diez años.
Es la hora, pues, de sopesar los dolores provocados con los recibidos. Y de comparar los beneficios recaudados por algunos con los perjuicios sufridos sin compensación alguna por tantos que lo han perdido todo. Como, sin ir más lejos, el último carabinero dado de baja, sin debido proceso, por haber tomado del cuello para detener a una convencional violenta y en estado de ebriedad que amedrentaba a su vecindario, el cual había impetrado el auxilio policial.
Es el último uniformado que, también junto a su familia, sufre el dolor de la injusticia... sin ninguna compensación.
jueves, 7 de octubre de 2021
Carta No Enviada a "El Mercurio"
No sé qué hay en el alma de Ignacio Walker, pero ésa es una carta propia de un canalla. No recuerdo otra tan malvada en más de sesenta años.
Pensé escribir lo anterior al diario, pero estimé que no se iba a publicar y me limito a reproducirla en este blog.