A Chile lo destruyeron en los ’70 los marxistas con la complicidad inicial DC. Adivine quiénes lo están destruyendo de nuevo ahora: los marxistas con la complicidad inicial DC. Y no han terminado todavía su tarea ni mucho menos.
El “mal mayor”, Piñera (la derecha votó dos veces por él
porque, como exDC, era un “mal menor”), entregará a su sucesor(a) un país bajo un
régimen de facto donde todo apunta para peor, pues hay una revolución comunista en curso. Ya la minoría
comunista llama a tomarse la totalidad del poder a través de sus agentes en la asamblea
constituyente, lo mismo que pasó en Rusia, Cuba y Venezuela. Es emocionante cómo
el rector Peña en “El Mercurio” de hoy les advierte, con una ingenuidad histórica conmovedora, que
se han salido de los cauces jurídicos: ¡pero si su revolución se trata
de eso! “Lo estamos viendo, está pasando”.
No en vano es la personalidad DC más cercana al comunismo, Yasna Provoste, la que tiene grandes posibilidades de ser la próxima presidente de Chile, según la encuesta Cadem de “El Mercurio” de hoy. Les gana a todos en segunda vuelta, si bien falta medirla contra el único candidato de derecha, José Antonio Kast. Yo creo que entre ambos será la segunda vuelta.
Y ahora pronostico que la DC
la proclamará esta semana o bien, para aprovechar la publicidad, va a aceptar una
primaria convencional ante Paula Narváez, que Yasna tiene de antemano ampliamente ganada. Yo anticipé en mi blog anterior un posible
triunfo final de Yasna Provoste. Ella es la de los “mínimos comunes”,
consistentes en gastar recursos públicos inexistentes, idea que en Chile siempre ha garantizado una enorme popularidad.
Pero ¿sabe Yasna cuál es el panorama que enfrentará si es electa? El gasto fiscal real aumentará un 22,2 % adicional en 2021, cifra sin precedentes. Llegara a un 33 % del PIB, también sin precedentes en Chile. El déficit efectivo será de 6,5 % y el cíclicamente ajustado subirá a 9,5 % del PIB. El año 2021 terminará con una deuda pública del 36 % del PIB.
Cualquier gobernante serio llamaría a "apretarse el cinturón" en 2022. Pero eso nunca ha dado votos. Al contrario, la Convención Constitucional va a asegurarse de que trabajemos diez horas menos a la semana, que haya más derechos sociales gratuitos, se reparta el 30 % de las utilidades a los trabajadores, haya más rentas básicas universales, mejores pensiones para todos y otros derechos sociales caros que ahora no se me ocurren pero a los convencionales sí se les van a ocurrir.
Ya los “mínimos comunes” dados a los trabajadores por el Estado fueron de US$ 17 mil millones, siendo que los ingresos del trabajo cayeron por la pandemia sólo en US$ 10 mil millones. El Ingreso Familiar de Emergencia que se entregará entre junio y septiembre al 80 % de los chilenos, con un costo adicional de US$ 9.000 millones, “es una aberración”, dice el economista Klaus Schmidt-Hebbel (“El Mercurio”, 22.06.21, de cuyo artículo he tomado las demás cifras).
En un escenario de gobierno de izquierda el resultado de dichas
políticas lo conocemos, pues ha sido logrado por Allende, Fernández y Maduro: “default
de deuda, alta o hiper inflación, recesión permanente, pobreza explosiva y
emigración masiva" (mismo artículo de Schmidt-Hebbel). Entonces ¿habrá que “apretarse el
cinturón”? Al contrario. Como dicen los mexicanos cuando un choque de trenes ya es inevitable: "¡pos que sea grande!" O los chilenos cuando no hay nada qué hacer: "Llamar a la Domitila para que lo venga a ver".
“Es la revolución, estúpido”. ¿Votaste por el mal menor para
evitar Chilezuela? Bueno, te equivocaste por segunda vez, porque era el mal mayor y la primera te dejó en manos de Bachelet 2.0 y ahora precisamente en Chilezuela.