Hace muchos años mi tío Camilo le comunicó a su padre, que era mi abuelo, su intención de estudiar ingeniería y éste le dijo:
--Camilito, los ingenieros son hombres de
terreno, de acción; los Pérez de Arce somos hombres de gabinete. Nosotros
pensamos las cosas, ellos las hacen.
Mi tío Camilo no le hizo caso y estudió
ingeniería. Un día me confesó que se había arrepentido toda su vida.
Cuando días atrás propuse fundar Chile Libre
en el territorio de las comunas de Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura, lancé
una idea desde mi gabinete. Los hombres de acción deben llevarla a la práctica.
Después me he enterado de que en la comuna
aimara de Colchane, en el norte, en la frontera con Bolivia, el Rechazo también
ganó, y con el 74 % de los votos, por mayor margen que en Santiago Oriente.
Allá casi todo es privado. El 98 %, dijo su alcalde a “El Mercurio”. Son aimaras
amantes de una sociedad libre y no quieren dejar de serlo. Por supuesto, Colchane
también tiene derecho a seguir viviendo bajo la Constitución de 1980.
Ahora, ¿quién va a llevar a la práctica lo que
propongo? Los hombres de acción, políticos, ingenieros, abogados, presididos
por algún Mateo de Toro y Zambrano de hoy. Así nació Chile Independiente. Así
nacerá Chile Libre. Algún día futuro el
Chile del Apruebo, socialista, sin libertades, después de que muchos de sus
habitantes hayan “votado con los pies” y atiborrado nuestros 1.586 km2, va a volver a querer reunificarse con nosotros, como lo hizo la Alemania
Oriental con la Occidental en los 90.
Algunos sostienen que justamente el hecho de que
el Rechazo haya ganado donde hay mayor riqueza prueba la “segmentación” de la
sociedad chilena. Y se proponen terminarla cuando la nueva Constitución diga
que todos son iguales. Pero en el “segmentado” Colchane no lo están por ser los más ricos: lo están por ser los más libres. En el Club Barcelona nunca
han pensado dictar un nuevo estatuto interno para igualar los sueldos de todos
los jugadores y terminar con esto de que Messi “esté segmentado” y gane tanto
más. Porque saben que Messi se iría y ganaría “tanto más” en otra parte y el equipo sería peor. Es lo
que va a pasar en el Chile del Apruebo con su persecución de los más productivos.
Manuel Lorca Severino me convidó hace un
tiempo a tomar té en los jardines de las casas del fundo de Sergio Errázuriz,
en Maipú, que él había comprado. Había sido un inquilino pobre del fundo Los
Pajaritos que, a comienzos de los ’70, sabía trabajar muy bien la tierra. Los
dueños del fundo “se lo peleaban” para darle potreros en medias, porque era el
más productivo. Hoy es un hombre rico y sus hijos, uno de ellos médico, son
profesionales. Lo llevé para la franja del “Sí” en 1988 y ambos grabamos, pero
sólo apareció lo que yo dije y lo de él no, en circunstancias que su testimonio
acreditaba que acá se había estructurado una sociedad libre y con permeabilidad
económica. Treintaytantos años después un estudio de la OCDE comprobó que Chile
estaba entre los países donde había más posibilidad de que una persona de
ingreso bajo llegara al nivel más alto. Gracias a la libertad y la propiedad
garantizadas por la Constitución de 1980.
Desde mi gabinete pronostico que, con la
colaboración de los hombres de acción, más temprano que tarde se abrirán las
anchas alamedas por donde transitará el hombre libre, que se habrá dado cuenta
de que todos podrían ir a isapres y no sufrir listas de espera, con los mismos
fondos que dilapidan hoy los servicios de salud; de que todos podrían ir a
excelentes colegios privados con los mismos fondos que dilapida el ministerio
de Educación; de que bajando diez por ciento los sueldos por sobre el mercado
que paga el Estado, ninguna jubilación sería menor de 400 mil pesos.
Y entonces el Chile del Apruebo y el Chile Libre se
fusionarán en un abrazo de ambos pueblos, convencidos de que nunca más uno de
ellos volverá a renunciar a su libertad.