¿Ustedes creen que el gobierno y su propio partido, la UDI, habrían defendido a Jacqueline Van Rysselberghe como lo han hecho, si ella no hubiera tenido muchos votos?
¿Ustedes creen que la oposición y, en particular, el más tenaz persecutor y espía de la Intendenta, habrían desplegado todas las argucias, el esfuerzo y la ofensiva publicitaria que han lanzado si ella no hubiera tenido muchos votos?
Ese es todo el tema. El resto es --para usar el lenguaje de Lagos, ya que está procurando "aggionarse"-- "hojarasca".
Por supuesto que para un Presidente "encuestocrático", como el que tenemos, la actitud más propicia para mejorar en los sondeos habría sido la de pedir la renuncia a la Intendenta, en nombre de la ética y la legalidad, apenas se supo que ella había propuesto "hacer pasar gato por liebre" a Vivienda para así ayudar a unos allegados de un campamento en extrema pobreza. Pero es que los allegados y los pobres están con ella, porque desde hace muchos años ha trabajado en su favor. Y por eso, cuando ha habido elecciones, saca más de la mitad de los votos.
Por supuesto que, en el fondo de sus conciencias, los opositores que hablan de "la ética" y "la legalidad", y que, cuando fueron gobierno, trapearon el piso con ambas, inventando argucias como los sobreprecios de las aulas tecnológicas, los centenares, sino miles, de facturas abultadas de GATE, los mensuales y subrepticios "sobres con billetes" que fueron sustraídos bajo Aylwin, Frei y Lagos ininterrumpidamente, saben que carecen hasta de la mínima autoridad moral para acusar constitucionalmente a quien ha cometido un pecado venialísimo, por comparación con los suyos.
Este, pues, no es un tema moral, ni constitucional, ni legal. Es un tema electoral. Un gobierno que no puede perder a una figura que atrae tantos votos y una oposición que necesita liquidar a esa figura, que la va a privar de un senador.
"He ahí la madre del cordero". Eso es todo. Forma parte del encanto o de la miseria, no lo sé, de la democracia. Tampoco sé cuál bando va a ganar la votación de la acusación constitucional. Pero sí sé que ninguno de los discursos que se pronunciará en el hemiciclo para apoyarla o rechazarla va a contener la única "verdad de la milanesa": que se trata de una encarnizada lucha de unos por ganar muchos votos en la elección senatorial de la VIII Región (los que tiene Van Rysselberghe); y de otros por no perderlos a manos de ella.
"Y punto", como gusta decir el hoy "aggiornado" Ricardo I 2.0.
miércoles, 30 de marzo de 2011
martes, 29 de marzo de 2011
"Para Verdades, El Tiempo"
Pocos días atrás el ministro de Hacienda anunció recortes del gasto público por 800 millones de dólares para este año. Pero no muchos meses atrás el Presidente anunció aumentos de impuestos por 3.500 millones de dólares, para financiar un mayor gasto público este año.
Yo sostuve en este blog que ese aumento impositivo era innecesario y que iba a ser perjudicial. Era innecesario porque el Estado contaba con recursos más que suficientes para cubrir los daños del terremoto y su propio plan económico. Y era perjudicial, porque el aumento del gasto público tiene efecto inflacionario e incide en una baja del tipo de cambio. Lo primero, porque aumenta la demanda agregada y esto impulsa las alzas de precios; y lo segundo, porque esto obliga al Banco Central a subir la tasa de interés para controlar la inflación, lo cual hace bajar el precio del dólar.
Y este año nos hemos encontrado con esos dos efectos perjudiciales: ha bajado el tipo de cambio, obligando al Banco Central a anunciar un plan de compras de dólares, "ensuciando" el sistema de libre fluctuación cambiaria; y ha aumentado la inflación, obligando al mismo Banco Central a subir la tasa de interés, lo que a su turno tiende a debilitar más el tipo de cambio.
¿Quién armó este enredo? El Gobierno. Y por eso ahora ha debido romper el círculo vicioso que creó y volver sobre sus pasos, disminuyendo el gasto público. ¿No habría sido mejor empezar por eso, en lugar de aumentarlo y subir los impuestos?
Por supuesto. Pero lo que sucede es que, si bien en teoría la economía la manejan técnicos --y son técnicos muy destacados--, en la práctica manda un político, que es el Presidente de la República. Él aumentó los impuestos por razones políticas, para cumplir uno de sus anhelos más sentidos: ser popular y congraciarse con el centro y la izquierda. Ahora los técnicos están tratando de remediar su error y él debe aceptarlo.
Hoy día oí en Radio Agricultura, a mediodía, una lección práctica de microeconomía, muy relacionada con lo anterior. Hablaba un empresario llamado Felipe Galilea, que tiene negocios en Chile y en Perú. Y decía lo siguiente: "En el Perú el impuesto a la renta de las empresas es 30 por ciento; en Chile es 18 por ciento y va a subir a veinte. Por lo tanto, los precios de los productos en Perú son más altos que en Chile". Una lección práctica de que los mayores impuestos a los beneficios de las empresas los terminan pagando las personas, específicamente los consumidores.
Cuando se anunciaron los incrementos tributarios, el año pasado, Hernán Büchi los objetó justamente con ese argumento: los impuestos no los pagan, en definitiva, las empresas, sino las personas.
En la economía, como en otras disciplinas, tiene plena aplicación el antiguo adagio: "Para verdades, el tiempo".
Yo sostuve en este blog que ese aumento impositivo era innecesario y que iba a ser perjudicial. Era innecesario porque el Estado contaba con recursos más que suficientes para cubrir los daños del terremoto y su propio plan económico. Y era perjudicial, porque el aumento del gasto público tiene efecto inflacionario e incide en una baja del tipo de cambio. Lo primero, porque aumenta la demanda agregada y esto impulsa las alzas de precios; y lo segundo, porque esto obliga al Banco Central a subir la tasa de interés para controlar la inflación, lo cual hace bajar el precio del dólar.
Y este año nos hemos encontrado con esos dos efectos perjudiciales: ha bajado el tipo de cambio, obligando al Banco Central a anunciar un plan de compras de dólares, "ensuciando" el sistema de libre fluctuación cambiaria; y ha aumentado la inflación, obligando al mismo Banco Central a subir la tasa de interés, lo que a su turno tiende a debilitar más el tipo de cambio.
¿Quién armó este enredo? El Gobierno. Y por eso ahora ha debido romper el círculo vicioso que creó y volver sobre sus pasos, disminuyendo el gasto público. ¿No habría sido mejor empezar por eso, en lugar de aumentarlo y subir los impuestos?
Por supuesto. Pero lo que sucede es que, si bien en teoría la economía la manejan técnicos --y son técnicos muy destacados--, en la práctica manda un político, que es el Presidente de la República. Él aumentó los impuestos por razones políticas, para cumplir uno de sus anhelos más sentidos: ser popular y congraciarse con el centro y la izquierda. Ahora los técnicos están tratando de remediar su error y él debe aceptarlo.
Hoy día oí en Radio Agricultura, a mediodía, una lección práctica de microeconomía, muy relacionada con lo anterior. Hablaba un empresario llamado Felipe Galilea, que tiene negocios en Chile y en Perú. Y decía lo siguiente: "En el Perú el impuesto a la renta de las empresas es 30 por ciento; en Chile es 18 por ciento y va a subir a veinte. Por lo tanto, los precios de los productos en Perú son más altos que en Chile". Una lección práctica de que los mayores impuestos a los beneficios de las empresas los terminan pagando las personas, específicamente los consumidores.
Cuando se anunciaron los incrementos tributarios, el año pasado, Hernán Büchi los objetó justamente con ese argumento: los impuestos no los pagan, en definitiva, las empresas, sino las personas.
En la economía, como en otras disciplinas, tiene plena aplicación el antiguo adagio: "Para verdades, el tiempo".
lunes, 28 de marzo de 2011
¿Y Qué Habría Hecho Usted?
El 19 de octubre de 1973 el capitan Carlos Minoletti prestaba servicios en Calama. Hubo allí fusilamientos ilegales, en los cuales no tuvo parte y que fueron obra de oficiales ajenos a su regimiento, actuando éstos sin ninguna orden superior, que estaban de paso en el lugar.
Ese hecho provocó un gran trastorno en el cuartel y el comandante del regimiento ordenó al capitán Minoletti que tomara el mando de algunos soldados y enterrara los cuerpos de los fusilados, que habían sido dejados por los hechores a la intemperie en el desierto. Si usted hubiera estado en su lugar ¿se habría negado a cumplir esa orden? Yo confieso que no.
Años después, el Gobierno Militar se encontró con que aparecían cuerpos de personas que habían sido ejecutadas y enterradas en diversos lugares, sin conocimiento de autoridades superiores, como en los casos de los hornos de Lonquén o de la cuesta de Barriga. Los efectos internos y externos de esos hallazgos fueron devastadores para la imagen del Gobierno Militar. Este decidió, entonces, que esas situaciones no podían repetirse y tomó una mala decisión: investigar en las filas uniformadas de todos los casos en que se hubiera sabido de entierros de personas ejecutadas ilegalmente y, en lugar de proceder judicialmente a investigar esas situaciones, entregar los restos a sus familiares y aplicar la Ley de Amnistía, que ya había beneficiado a centenares o miles de terroristas de izquierda y a un número comparativamente menor de uniformados, procuró ocultar todas las evidencias de esos hechos. Se designó con el lamentable nombre de "Operación Retiro de Televisores" a la tarea de ubicar los cuerpos, exhumar los cadáveres y lanzarlos al mar.
El capitán Minoletti, que había procedido a las sepultaciones de Calama, reveló que sabía el lugar donde estaban esos cadáveres y entonces recibió la orden de exhumar los cuerpos y entregarlos en el aeródromo de Antofagasta. Así lo hizo. Al entregarlos se enteró de que iban a ser cargados en un avión y lanzados al mar. Si usted hubiera estado en su lugar ¿se habría negado a revelar la ubicación de los restos y a cumplir la orden? Yo confieso que no.
A fines de los años '90 el ministro sumariante Juan Guzmán Tapia investigó --de una manera penosamente ilegal, desconociendo la amnistía, la prescripción y la cosa juzgada, pues en 1986 un tribunal ya había conocido y sobreseído los hechos-- el caso de los fusilamientos de Calama. Citó a prestar declaración al capitán Minoletti, que ya era mayor y estaba retirado, y lo dejó en libertad, porque no había cometido delito alguno, sino que se había limitado a obedecer órdenes, tanto de inhumar como de exhumar cuerpos. No tenía atribuciones ni elementos de juicio para saber si se trataba de actuaciones legales o ilegales, pues se las ordenaron en ambos casos sus superiores jerárquicos.
El mayor (r) se fue a vivir a los Estados Unidos con su familia. Allá enfermó del corazón y se le implantó un marcapasos. En 2007 supo que otro juez estaba investigando los hechos de Calama y requería su presencia. Ante esa situación cometió un grave error de juicio: creyó que en Chile había Justicia y Estado de Derecho. Y confiadamente tomó un avión y se presentó a declarar ante el nuevo ministro sumariante. Éste lo sometió a proceso, a la usanza de la nueva justicia de izquierda que se había impuesto en Chile. Estuvo preso y logró su libertad bajo fianza, pero han pasado cuatro años y se le mantiene arraigado, sin poder financiar las intervenciones quirúrgicas que demanda su condición cardíaca. Su enfermedad estaba cubierta por un seguro de salud en los EE. UU., pero éste no cubre los gastos generados acá. Fue separado de su mujer y sus hijos, que viven allá. Y todo ¡sin que siquiera se le haya citado nuevamente para ninguna diligencia judicial, desde 2008!
Nadie le hace el menor caso. Hace años me fue a ver y me refirió su odisea y su drama, que directamente amenaza su vida. Yo expuse su caso públicamente, en vano, por supuesto.
Ha formulado decenas de peticiones a los tribunales, sin éxito, para que se le deje volver a su domicilio y su familia en los EE. UU. En los tribunales colegiados sus peticiones son rechazadas por mayoría de votos, los de la mayoría que tienen los jueces de izquierda. Siempre hay una minoría de ministros que reconoce el atropello que han sufrido sus derechos humanos, pero éstos no le importan a la mayoría de izquierda.
Le escribió al Presidente de la República, que prometió durante su campaña presidencial velar por que la ley se respetara a los uniformados en retiro, pero éste le contestó que no podía hacer nada ante un proceso judicial, lo cual no es verdad, pues tiene la atribución de indultarlo (sobre todo si no ha cometido delito). Entonces le escribió a la señora del Presidente, pero ella le contestó lo mismo. La última carta, cuya copia me ha hecho llegar, la dirigió al Presidente de la Corte Suprema. No creo que deba esperar respuesta a ella, ni menos acogida.
Como en Chile no rige el Estado de Derecho para quienes fueron uniformados, el mayor (r) Minoletti parece que deberá resignarse de por vida a estar lejos de su hogar, de su mujer y de sus hijos, sin saber si podrá costear los gastos de su enfermedad (y sí sabiendo que si no lo hace perderá la vida).
No ha cometido ningún delito ni ha "atropellado derechos humanos", aunque sí ha visto atropellados los suyos. Deambula de una instancia a otra, tratando de obtener justicia en un proceso kafkiano.
Es otra modalidad de "the Chilean way".
Ese hecho provocó un gran trastorno en el cuartel y el comandante del regimiento ordenó al capitán Minoletti que tomara el mando de algunos soldados y enterrara los cuerpos de los fusilados, que habían sido dejados por los hechores a la intemperie en el desierto. Si usted hubiera estado en su lugar ¿se habría negado a cumplir esa orden? Yo confieso que no.
Años después, el Gobierno Militar se encontró con que aparecían cuerpos de personas que habían sido ejecutadas y enterradas en diversos lugares, sin conocimiento de autoridades superiores, como en los casos de los hornos de Lonquén o de la cuesta de Barriga. Los efectos internos y externos de esos hallazgos fueron devastadores para la imagen del Gobierno Militar. Este decidió, entonces, que esas situaciones no podían repetirse y tomó una mala decisión: investigar en las filas uniformadas de todos los casos en que se hubiera sabido de entierros de personas ejecutadas ilegalmente y, en lugar de proceder judicialmente a investigar esas situaciones, entregar los restos a sus familiares y aplicar la Ley de Amnistía, que ya había beneficiado a centenares o miles de terroristas de izquierda y a un número comparativamente menor de uniformados, procuró ocultar todas las evidencias de esos hechos. Se designó con el lamentable nombre de "Operación Retiro de Televisores" a la tarea de ubicar los cuerpos, exhumar los cadáveres y lanzarlos al mar.
El capitán Minoletti, que había procedido a las sepultaciones de Calama, reveló que sabía el lugar donde estaban esos cadáveres y entonces recibió la orden de exhumar los cuerpos y entregarlos en el aeródromo de Antofagasta. Así lo hizo. Al entregarlos se enteró de que iban a ser cargados en un avión y lanzados al mar. Si usted hubiera estado en su lugar ¿se habría negado a revelar la ubicación de los restos y a cumplir la orden? Yo confieso que no.
A fines de los años '90 el ministro sumariante Juan Guzmán Tapia investigó --de una manera penosamente ilegal, desconociendo la amnistía, la prescripción y la cosa juzgada, pues en 1986 un tribunal ya había conocido y sobreseído los hechos-- el caso de los fusilamientos de Calama. Citó a prestar declaración al capitán Minoletti, que ya era mayor y estaba retirado, y lo dejó en libertad, porque no había cometido delito alguno, sino que se había limitado a obedecer órdenes, tanto de inhumar como de exhumar cuerpos. No tenía atribuciones ni elementos de juicio para saber si se trataba de actuaciones legales o ilegales, pues se las ordenaron en ambos casos sus superiores jerárquicos.
El mayor (r) se fue a vivir a los Estados Unidos con su familia. Allá enfermó del corazón y se le implantó un marcapasos. En 2007 supo que otro juez estaba investigando los hechos de Calama y requería su presencia. Ante esa situación cometió un grave error de juicio: creyó que en Chile había Justicia y Estado de Derecho. Y confiadamente tomó un avión y se presentó a declarar ante el nuevo ministro sumariante. Éste lo sometió a proceso, a la usanza de la nueva justicia de izquierda que se había impuesto en Chile. Estuvo preso y logró su libertad bajo fianza, pero han pasado cuatro años y se le mantiene arraigado, sin poder financiar las intervenciones quirúrgicas que demanda su condición cardíaca. Su enfermedad estaba cubierta por un seguro de salud en los EE. UU., pero éste no cubre los gastos generados acá. Fue separado de su mujer y sus hijos, que viven allá. Y todo ¡sin que siquiera se le haya citado nuevamente para ninguna diligencia judicial, desde 2008!
Nadie le hace el menor caso. Hace años me fue a ver y me refirió su odisea y su drama, que directamente amenaza su vida. Yo expuse su caso públicamente, en vano, por supuesto.
Ha formulado decenas de peticiones a los tribunales, sin éxito, para que se le deje volver a su domicilio y su familia en los EE. UU. En los tribunales colegiados sus peticiones son rechazadas por mayoría de votos, los de la mayoría que tienen los jueces de izquierda. Siempre hay una minoría de ministros que reconoce el atropello que han sufrido sus derechos humanos, pero éstos no le importan a la mayoría de izquierda.
Le escribió al Presidente de la República, que prometió durante su campaña presidencial velar por que la ley se respetara a los uniformados en retiro, pero éste le contestó que no podía hacer nada ante un proceso judicial, lo cual no es verdad, pues tiene la atribución de indultarlo (sobre todo si no ha cometido delito). Entonces le escribió a la señora del Presidente, pero ella le contestó lo mismo. La última carta, cuya copia me ha hecho llegar, la dirigió al Presidente de la Corte Suprema. No creo que deba esperar respuesta a ella, ni menos acogida.
Como en Chile no rige el Estado de Derecho para quienes fueron uniformados, el mayor (r) Minoletti parece que deberá resignarse de por vida a estar lejos de su hogar, de su mujer y de sus hijos, sin saber si podrá costear los gastos de su enfermedad (y sí sabiendo que si no lo hace perderá la vida).
No ha cometido ningún delito ni ha "atropellado derechos humanos", aunque sí ha visto atropellados los suyos. Deambula de una instancia a otra, tratando de obtener justicia en un proceso kafkiano.
Es otra modalidad de "the Chilean way".
domingo, 27 de marzo de 2011
La Jerarquía Católica Chilena Sufre
Las acusaciones de abusos contra un sacerdote se han extendido a otros y la amplia divulgación que han recibido ha ido acompañada de gravísimas imputaciones, indudablemente constitutivas del delito de injurias graves con publicidad, y posiblemente de calumnia, contra un cardenal y varios obispos. Pero éstos han puesto cristianamente la otra mejilla.
Los mismos sectores ajenos a la Iglesia que en otro tiempo se aprovecharon de ella, se han convertido ahora en sus más severos denostadores. Los fieles y la propia jerarquía parecen anonadados, como si aceptaran que lo sucedido es indefendible.
Yo, como católico, creo en la misión sobrenatural de la Iglesia Católica y sé que ella, a la larga, se sobrepondrá y no resultará debilitada por estos golpes. Pero, en el corto plazo, el daño a la imagen de los sacerdotes y de la jerarquía, a ojos de la sociedad, se va a manifestar en una pérdida de adhesión por parte de muchos fieles y en una disminución de las vocaciones sacerdotales.
Pero no hay que olvidar que, siendo la Iglesia una sola, hay dentro de ella, perfectamente diferenciados, distintos estamentos, como congregaciones, prelaturas y movimientos, en la gran mayoría de los cuales no se han presentado las graves situaciones que han afectado a poquísimos de los mismos. Esos sectores intocados posiblemente resultarán fortalecidos, porque se habrá demostrado que el deterioro de algunos no los alcanzó en lo más mínimo.
Y ciertamente la autoridad superior de la Iglesia Católica, que es el Santo Padre, ya está discurriendo las providencias necesarias para que las cosas que han sucedido en diversos países no vuelvan a repetirse, incluso estudiando aspectos de la función sacerdotal que podrían modificarse para que las conductas denunciadas tengan nula o mínima posibilidad de presentarse.
La jerarquía católica chilena está sufriendo, tal vez por culpas que se presentan exageradamente mayores a las que tiene. Posiblemente ahora comprende la injusticia que se cometió en el pasado, al atribuír responsabilidades de otra índole a personas que no habían cometido más delito que ser superiores de quienes actuaban mal, al margen de su conocimiento o autoridad.
De todo sufrimiento pueden extraerse lecciones útiles y sin duda la jerarquía católica chilena sabrá hacerlo también, en la penosa coyuntura que enfrenta hoy.
Los mismos sectores ajenos a la Iglesia que en otro tiempo se aprovecharon de ella, se han convertido ahora en sus más severos denostadores. Los fieles y la propia jerarquía parecen anonadados, como si aceptaran que lo sucedido es indefendible.
Yo, como católico, creo en la misión sobrenatural de la Iglesia Católica y sé que ella, a la larga, se sobrepondrá y no resultará debilitada por estos golpes. Pero, en el corto plazo, el daño a la imagen de los sacerdotes y de la jerarquía, a ojos de la sociedad, se va a manifestar en una pérdida de adhesión por parte de muchos fieles y en una disminución de las vocaciones sacerdotales.
Pero no hay que olvidar que, siendo la Iglesia una sola, hay dentro de ella, perfectamente diferenciados, distintos estamentos, como congregaciones, prelaturas y movimientos, en la gran mayoría de los cuales no se han presentado las graves situaciones que han afectado a poquísimos de los mismos. Esos sectores intocados posiblemente resultarán fortalecidos, porque se habrá demostrado que el deterioro de algunos no los alcanzó en lo más mínimo.
Y ciertamente la autoridad superior de la Iglesia Católica, que es el Santo Padre, ya está discurriendo las providencias necesarias para que las cosas que han sucedido en diversos países no vuelvan a repetirse, incluso estudiando aspectos de la función sacerdotal que podrían modificarse para que las conductas denunciadas tengan nula o mínima posibilidad de presentarse.
La jerarquía católica chilena está sufriendo, tal vez por culpas que se presentan exageradamente mayores a las que tiene. Posiblemente ahora comprende la injusticia que se cometió en el pasado, al atribuír responsabilidades de otra índole a personas que no habían cometido más delito que ser superiores de quienes actuaban mal, al margen de su conocimiento o autoridad.
De todo sufrimiento pueden extraerse lecciones útiles y sin duda la jerarquía católica chilena sabrá hacerlo también, en la penosa coyuntura que enfrenta hoy.
sábado, 26 de marzo de 2011
Las Siete Recetas de Lagos
Ricardo Lagos ha progresado mucho. Cuando era joven escribió, casi textualmente (cito de memoria, pues el libro lo tengo en otra parte): "La única solución es que todos los medios de producción pasen a manos del Estado". Era su receta para Chile. Después de setenta años durante los cuales el comunismo aplicó esa receta, y de cien millones de muertos causados por el afán de aplicarla, claro, hasta Ricardo Lagos ha cambiado, y ahora nos ofrece una panoplia de siete propuestas de futuro, mayormente erradas, naturalmente, pero reveladoras de que su autor se dio cuenta de que el Muro de Berlín había caído:
1) Cambiar el sistema electoral, en circunstancias de que ha sido precisamente éste el que ha hecho más estable y civilizada a la democracia chilena. Parece querer volver a los 36 partidos que alguna vez estuvieron pechando por representación en el parlamento, bajo el anárquico sistema proporcional que desembocó en el 11 de septiembre de 1973.
Y otro cambio que propone se inserta en su mentalidad denegatoria de las libertades personales: inscripción automática y voto obligatorio. ¡Siempre socialista! Nada le repugna más que la libertad de opciones personales.
2) Llama a una revolución para fortalecer la educación pública, cuando la que tiene éxito en Chile es la privada y los peores resultados los obtiene la pública. Lo que debe hacerse es que toda sea privada y que el Estado desmantele ese monstruo gastador que se llama Ministerio de Educación, decrete la libertad de programas y de creación de colegios y le dé la plata a las familias para que elijan el colegio que prefieran. Con lo que gasta hoy el Estado en educación, hasta los pobres podrían mandar a sus hijos a los mejores colegios particulares.
3) Llama a construir una "sociedad de garantías", como el plan AUGE. La única gracia del AUGE (y eso se le debe a él) es que privatiza en parte la atención de salud, pues garantiza que si el Estado no lo atiende a uno, puede demandar esa atención del sector privado y el Estado paga. Eso está bien, y porque está bien, todo el gasto estatal en salud debe ir, en lugar de al Ministerio, a las familias, para que éstas elijan dónde tomar su seguro de salud y en qué clínica atenderse. La plata está, lo que se debe hacer es quitársela a los funcionarios y dársela a la gente.
4) Esta propuesta de Lagos es muy chilena: "Hay que...": "Es clave mejorar conectividad, infraestrutura y servicios financieros". El problema es cómo. Él no lo dice, pero yo le voy a sugerir: tal como él lo hizo con la infraestructura concesionada, es decir, privatizando.
5) Propone políticas migratorias para revertir la disminución de la población. Estoy de acuerdo. El problema es que los gobiernos de centroizquierda han conducido a la situación actual, debilitando la base del crecimiento de la población, que es la familia. Estoy de acuerdo con Lagos en establecer incentivos económicos al número de hijos, como propone, pero él no se da cuenta de que eso sólo puede hacerse dentro de un marco de matrimonio estable, lo contrario de lo que la Concertación y él legaron, pues hoy dos tercios de los chilenos nacen fuera del matrimonio. Es decir, la medida de Lagos lleva implícito hacer lo contrario de lo que ya hizo Lagos.
6) Por supuesto, quiere subir los impuestos. Los socialistas siempre quieren que la gente les dé más dinero. Así se ha construído un Estado inmensamente rico e ineficiente, que se lleva casi una cuarta parte del ingreso del país. Lagos quiere aumentar esa proporción. Lo que se debe hacer es disminuirla, primero, entregando directamente a la gente muchos de los recursos que ahora el Estado administra; segundo, privatizando las decenas de grandes empresas que controla el Estado, entre ellas la mayor del país, y que administra mediocremente. Pues el Estado "a la Lagos" es el que discurrió el Transantiago, que reemplazó a un sistema privado que generaba excedentes de 63 millones de dólares al año y trasladaba a la gente a donde quería ir, por otro que pierde esa suma cada mes, no traslada a la gente donde quiere ir y ya va en un forado de mil quinientos millones de dólares; o el tren al sur, que hizo otro forado de más de mil millones de dólares y no llegó al sur.
7) Energías renovables. En eso estoy de acuerdo con Lagos, pero él debería contestar por qué, cuando se presentó en su MOP (de triste memoria) la propuesta de la canadiense Blue Energy para hacer un puente en el canal de Chacao con turbinas mareomotrices que podrían aportar la mitad de la energía del Sistema Interconectado Central con la fuerza de las corrientes marinas, no sólo nadie respondió a esa propuesta (ni hasta ahora lo ha hecho) y en cambio él sí puso en marcha un "elefante blanco", un proyecto de puente que iba a costar otros mil millones de dólares y que no generaba ni un solo kilowatt. Un megamonumento en su propio homenaje. Por suerte Michelle y su ministro Bitrán lo atajaron.
Lagos ha mejorado con el tiempo. De revolucionario marxista-leninista pasó a mero Presidente de centroizquierda de un país con poco crecimiento pero incluso amado por algunos empresarios. Lo malo es que el socialismo es una enfermedad crónica de la cual nunca se sana, y sus siete propuestas están impregnadas de él. No sería bueno que Chile recayera en esa enfermedad, porque ya con los arrestos izquierdizantes del actual mandatario tenemos más que suficiente de qué preocuparnos.
1) Cambiar el sistema electoral, en circunstancias de que ha sido precisamente éste el que ha hecho más estable y civilizada a la democracia chilena. Parece querer volver a los 36 partidos que alguna vez estuvieron pechando por representación en el parlamento, bajo el anárquico sistema proporcional que desembocó en el 11 de septiembre de 1973.
Y otro cambio que propone se inserta en su mentalidad denegatoria de las libertades personales: inscripción automática y voto obligatorio. ¡Siempre socialista! Nada le repugna más que la libertad de opciones personales.
2) Llama a una revolución para fortalecer la educación pública, cuando la que tiene éxito en Chile es la privada y los peores resultados los obtiene la pública. Lo que debe hacerse es que toda sea privada y que el Estado desmantele ese monstruo gastador que se llama Ministerio de Educación, decrete la libertad de programas y de creación de colegios y le dé la plata a las familias para que elijan el colegio que prefieran. Con lo que gasta hoy el Estado en educación, hasta los pobres podrían mandar a sus hijos a los mejores colegios particulares.
3) Llama a construir una "sociedad de garantías", como el plan AUGE. La única gracia del AUGE (y eso se le debe a él) es que privatiza en parte la atención de salud, pues garantiza que si el Estado no lo atiende a uno, puede demandar esa atención del sector privado y el Estado paga. Eso está bien, y porque está bien, todo el gasto estatal en salud debe ir, en lugar de al Ministerio, a las familias, para que éstas elijan dónde tomar su seguro de salud y en qué clínica atenderse. La plata está, lo que se debe hacer es quitársela a los funcionarios y dársela a la gente.
4) Esta propuesta de Lagos es muy chilena: "Hay que...": "Es clave mejorar conectividad, infraestrutura y servicios financieros". El problema es cómo. Él no lo dice, pero yo le voy a sugerir: tal como él lo hizo con la infraestructura concesionada, es decir, privatizando.
5) Propone políticas migratorias para revertir la disminución de la población. Estoy de acuerdo. El problema es que los gobiernos de centroizquierda han conducido a la situación actual, debilitando la base del crecimiento de la población, que es la familia. Estoy de acuerdo con Lagos en establecer incentivos económicos al número de hijos, como propone, pero él no se da cuenta de que eso sólo puede hacerse dentro de un marco de matrimonio estable, lo contrario de lo que la Concertación y él legaron, pues hoy dos tercios de los chilenos nacen fuera del matrimonio. Es decir, la medida de Lagos lleva implícito hacer lo contrario de lo que ya hizo Lagos.
6) Por supuesto, quiere subir los impuestos. Los socialistas siempre quieren que la gente les dé más dinero. Así se ha construído un Estado inmensamente rico e ineficiente, que se lleva casi una cuarta parte del ingreso del país. Lagos quiere aumentar esa proporción. Lo que se debe hacer es disminuirla, primero, entregando directamente a la gente muchos de los recursos que ahora el Estado administra; segundo, privatizando las decenas de grandes empresas que controla el Estado, entre ellas la mayor del país, y que administra mediocremente. Pues el Estado "a la Lagos" es el que discurrió el Transantiago, que reemplazó a un sistema privado que generaba excedentes de 63 millones de dólares al año y trasladaba a la gente a donde quería ir, por otro que pierde esa suma cada mes, no traslada a la gente donde quiere ir y ya va en un forado de mil quinientos millones de dólares; o el tren al sur, que hizo otro forado de más de mil millones de dólares y no llegó al sur.
7) Energías renovables. En eso estoy de acuerdo con Lagos, pero él debería contestar por qué, cuando se presentó en su MOP (de triste memoria) la propuesta de la canadiense Blue Energy para hacer un puente en el canal de Chacao con turbinas mareomotrices que podrían aportar la mitad de la energía del Sistema Interconectado Central con la fuerza de las corrientes marinas, no sólo nadie respondió a esa propuesta (ni hasta ahora lo ha hecho) y en cambio él sí puso en marcha un "elefante blanco", un proyecto de puente que iba a costar otros mil millones de dólares y que no generaba ni un solo kilowatt. Un megamonumento en su propio homenaje. Por suerte Michelle y su ministro Bitrán lo atajaron.
Lagos ha mejorado con el tiempo. De revolucionario marxista-leninista pasó a mero Presidente de centroizquierda de un país con poco crecimiento pero incluso amado por algunos empresarios. Lo malo es que el socialismo es una enfermedad crónica de la cual nunca se sana, y sus siete propuestas están impregnadas de él. No sería bueno que Chile recayera en esa enfermedad, porque ya con los arrestos izquierdizantes del actual mandatario tenemos más que suficiente de qué preocuparnos.
viernes, 25 de marzo de 2011
Derechos Humanos "a la Chilena"
"La Nación Digital", citada por otro diario digital, "Chile Informa", en su edición de hoy, publica un interesante estudio del "Observatorio de Derechos Humanos" de la Universidad Diego Portales, redactado por una profesora norteamericana llamada Cath Collins, que, como no es chilena, investiga y escribe con objetividad.
Ella dice que el proyecto de indulto para evitar el hacinamiento carcelario contempla, entre otras medidas, otorgar ese perdón a los mayores de 80 años o a quienes estuvieren aquejados de una enfermedad grave.
El "Observatorio de Derechos Humanos" se interesa por estos casos porque, en general, parece ser un derecho humano el de que personas de avanzada edad o con enfermedades graves puedan terminar sus días en sus hogares, pues cabe suponer que ya no constituyen un peligro para la sociedad y que han pagado su deuda con ella. Y ha estudiado la situación de los 71 presos políticos uniformados, llegando a la conclusión de que deberían ser indultados, según lo anterior, los generales (r) Manuel Contreras, Sergio Arellano y Odlanier Mena, el civil Risiere Altez y el ofical (r) Alvaro Corbalán.
Además, recuerda, el actual Presidente de la República, cuando era candidato, prometió a los uniformados en retiro que velaría por la aplicación de las leyes en los juicios que se les siguen o han seguido; y como es público y notorio que todos ellos han sido condenados trasgrediendo una o más de las leyes de amnistía, prescripción, cosa juzgada o normas reguladoras de la prueba en los juicios (pues en muchos casos han sido condenados sólo por arbitraria presunción de un juez de izquierda e incluso --caso Krassnoff por muerte de Lumi Videla-- estando probada en el expediente su inocencia), sería obvio que habría lugar al indulto en esos casos.
Pero, evidentemente, no. La profesora Collins debe tener presente que estamos en Chile, donde, entre otras cosas, lo que se promete no se cumple. Ya el mismo Presidente que, como candidato, prometió velar por que las leyes fueran respetadas para los uniformados procesados o presos, y siendo el indulto una vía para cumplir esa promesa, ha rechazado otorgárselo a militares (r) octogenarios y enfermos (incluso a uno agónico, que murió en la cárcel).
No importa, entonces, lo que él haya prometido. Ahora su interés es no enfrentar la ira comunista-socialista. Al contrario, en su ADN político está inscrito el prurito de siempre querer congraciarse con la extrema izquierda. Por eso, durante su gira más reciente, pidió expresamente al enviado de "El Mercurio" retratarlo junto a Guido Girardi, y posó con una sonrisa que expresaba máxima complacencia. Y por eso en "Chile Informa" de hoy aparece retratado, con igual sonrisa, junto a Joel Marambio, ex GAP ("Guardia Armada Personal" y no "Grupo de Amigos Personales") de Salvador Allende.
Entre cumplir una promesa hecha a los uniformados y estar bien con la extrema izquierda, prefiere por lejos esto último. Y por eso van a salir indultados los demás reos mayores de 80 años o enfermos graves, pero no los uniformados. Y uno muy en particular, Manuel Contreras, a quien declaró que jamás le otorgaría el perdón. Porque la ingenua profesora Cath Collins cree que todos los seres humanos tienen derechos humanos, y no sabe que en Chile hay un sector, el más débil de la sociedad, el de los soldados "caídos tras las líneas enemigas", que, prácticamente, no tiene casi a nadie que lo defienda y, encima de todo eso, carece de derechos humanos.
Ella dice que el proyecto de indulto para evitar el hacinamiento carcelario contempla, entre otras medidas, otorgar ese perdón a los mayores de 80 años o a quienes estuvieren aquejados de una enfermedad grave.
El "Observatorio de Derechos Humanos" se interesa por estos casos porque, en general, parece ser un derecho humano el de que personas de avanzada edad o con enfermedades graves puedan terminar sus días en sus hogares, pues cabe suponer que ya no constituyen un peligro para la sociedad y que han pagado su deuda con ella. Y ha estudiado la situación de los 71 presos políticos uniformados, llegando a la conclusión de que deberían ser indultados, según lo anterior, los generales (r) Manuel Contreras, Sergio Arellano y Odlanier Mena, el civil Risiere Altez y el ofical (r) Alvaro Corbalán.
Además, recuerda, el actual Presidente de la República, cuando era candidato, prometió a los uniformados en retiro que velaría por la aplicación de las leyes en los juicios que se les siguen o han seguido; y como es público y notorio que todos ellos han sido condenados trasgrediendo una o más de las leyes de amnistía, prescripción, cosa juzgada o normas reguladoras de la prueba en los juicios (pues en muchos casos han sido condenados sólo por arbitraria presunción de un juez de izquierda e incluso --caso Krassnoff por muerte de Lumi Videla-- estando probada en el expediente su inocencia), sería obvio que habría lugar al indulto en esos casos.
Pero, evidentemente, no. La profesora Collins debe tener presente que estamos en Chile, donde, entre otras cosas, lo que se promete no se cumple. Ya el mismo Presidente que, como candidato, prometió velar por que las leyes fueran respetadas para los uniformados procesados o presos, y siendo el indulto una vía para cumplir esa promesa, ha rechazado otorgárselo a militares (r) octogenarios y enfermos (incluso a uno agónico, que murió en la cárcel).
No importa, entonces, lo que él haya prometido. Ahora su interés es no enfrentar la ira comunista-socialista. Al contrario, en su ADN político está inscrito el prurito de siempre querer congraciarse con la extrema izquierda. Por eso, durante su gira más reciente, pidió expresamente al enviado de "El Mercurio" retratarlo junto a Guido Girardi, y posó con una sonrisa que expresaba máxima complacencia. Y por eso en "Chile Informa" de hoy aparece retratado, con igual sonrisa, junto a Joel Marambio, ex GAP ("Guardia Armada Personal" y no "Grupo de Amigos Personales") de Salvador Allende.
Entre cumplir una promesa hecha a los uniformados y estar bien con la extrema izquierda, prefiere por lejos esto último. Y por eso van a salir indultados los demás reos mayores de 80 años o enfermos graves, pero no los uniformados. Y uno muy en particular, Manuel Contreras, a quien declaró que jamás le otorgaría el perdón. Porque la ingenua profesora Cath Collins cree que todos los seres humanos tienen derechos humanos, y no sabe que en Chile hay un sector, el más débil de la sociedad, el de los soldados "caídos tras las líneas enemigas", que, prácticamente, no tiene casi a nadie que lo defienda y, encima de todo eso, carece de derechos humanos.
Misión Imposible
La ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, está tratando de conseguir las siguientes cosas: una, estar bien con Arturo Martínez; dos, hacer más eficiente el mercado laboral para favorecer el crecimiento; tres, cumplir la promesa presidencial de terminar con los multiruts; cuatro, aparecer como "defensora de los trabajadores y severa con las empresas"; y cinco, mejorar su posicionamiento en las encuestas presidenciales.
Pero quien desee estar bien con Arturo Martínez ni siquiera puede soñar con mejorar la eficiencia del mercado del trabajo. Desde luego, Martínez no representa a la mayoría de los trabajadores, que no están sindicalizados ni pertenecen al sector público, en nombre de los cuales él siempre habla. Pero ha conseguido figuración mediática, porque pertenece a la izquierda marxista y, por tanto, es "políticamente correcto"; y es dueño del 1° de mayo, fecha en que convoca a una concentración de amplia cobertura mediática, pero a la que va muy poca gente, sin perjuicio de lo cual se filtran en ella los "encapuchados" del FPMR y provocan daños y desórdenes públicos que son "boccato di cardinale" para los canales de TV.
La segunda cosa que quiere conseguir la ministra Matthei es incompatible con la tercera, pues la supresión de los multiruts hará más ineficiente al mercado del trabajo. Los multiruts nacen de que una empresa grande, con un sindicato poderoso, dotado de una herramienta de fuerza medieval, que se llama "huelga", consigue muchas cosas que van más allá de lo que permitiría la competencia en el mercado, del mismo modo en que usted está dispuesto a darle mucha más plata a un sujeto que se la pide apuntándole con un revólver que a alguien que le ofrece una transacción normal de mercado. Entonces, los controladores de las empresas a las cuales se les sacan prestaciones con el revólver, las subdividen en empresas en que no hay revólver, es decir, sin sindicato, contratan personal en condiciones de mercado y bajan sus costos. Desde luego, a veces así sobreviven, pues pueden competir mejor con sus similares chilenas y también con sus similares chinas, que tienen una legislación del trabajo mucho menos gravosa que la chilena. En síntesis, los multiruts son una defensa de la producción chilena y favorecen el empleo y el crecimiento.
Pero si se quiere aparecer como defensora de los trabajadores y severa con las empresas, se terminará subiendo los costos de la producción local, inflexibilizando más la legislación laboral y disminuyendo el empleo y el crecimiento.
A lo mejor se puede mejorar en las encuestas presidenciales apareciendo en la TV con Arturo Martínez y suprimiendo los multiruts, porque ambas cosas son "populares", pero ninguna de las dos permitirá crecer por sobre el seis por ciento. Ya las solas expectativas de lo que está pasando en el mercado del trabajo están llevando a algunos economistas a pronosticar que el crecimiento de 2011 será inferior al seis por ciento.
Las ministra Matthei está empeñada en una misión imposible, y eso que todavía no tiene que entrar a preocuparse del reajuste del salario mínimo, uno de los instrumentos más eficaces para empeorar el empleo de los más pobres y, por tanto, la distribución del ingreso.
En un país donde la principal causa de la pobreza es que la gente de menores recursos carece de oportunidades de trabajo, cualquier reajuste del salario mínimo lo único que conseguirá será hacer todavía más difícil que ahora, para esa gente, encontrar un empleo.
Pero quien desee estar bien con Arturo Martínez ni siquiera puede soñar con mejorar la eficiencia del mercado del trabajo. Desde luego, Martínez no representa a la mayoría de los trabajadores, que no están sindicalizados ni pertenecen al sector público, en nombre de los cuales él siempre habla. Pero ha conseguido figuración mediática, porque pertenece a la izquierda marxista y, por tanto, es "políticamente correcto"; y es dueño del 1° de mayo, fecha en que convoca a una concentración de amplia cobertura mediática, pero a la que va muy poca gente, sin perjuicio de lo cual se filtran en ella los "encapuchados" del FPMR y provocan daños y desórdenes públicos que son "boccato di cardinale" para los canales de TV.
La segunda cosa que quiere conseguir la ministra Matthei es incompatible con la tercera, pues la supresión de los multiruts hará más ineficiente al mercado del trabajo. Los multiruts nacen de que una empresa grande, con un sindicato poderoso, dotado de una herramienta de fuerza medieval, que se llama "huelga", consigue muchas cosas que van más allá de lo que permitiría la competencia en el mercado, del mismo modo en que usted está dispuesto a darle mucha más plata a un sujeto que se la pide apuntándole con un revólver que a alguien que le ofrece una transacción normal de mercado. Entonces, los controladores de las empresas a las cuales se les sacan prestaciones con el revólver, las subdividen en empresas en que no hay revólver, es decir, sin sindicato, contratan personal en condiciones de mercado y bajan sus costos. Desde luego, a veces así sobreviven, pues pueden competir mejor con sus similares chilenas y también con sus similares chinas, que tienen una legislación del trabajo mucho menos gravosa que la chilena. En síntesis, los multiruts son una defensa de la producción chilena y favorecen el empleo y el crecimiento.
Pero si se quiere aparecer como defensora de los trabajadores y severa con las empresas, se terminará subiendo los costos de la producción local, inflexibilizando más la legislación laboral y disminuyendo el empleo y el crecimiento.
A lo mejor se puede mejorar en las encuestas presidenciales apareciendo en la TV con Arturo Martínez y suprimiendo los multiruts, porque ambas cosas son "populares", pero ninguna de las dos permitirá crecer por sobre el seis por ciento. Ya las solas expectativas de lo que está pasando en el mercado del trabajo están llevando a algunos economistas a pronosticar que el crecimiento de 2011 será inferior al seis por ciento.
Las ministra Matthei está empeñada en una misión imposible, y eso que todavía no tiene que entrar a preocuparse del reajuste del salario mínimo, uno de los instrumentos más eficaces para empeorar el empleo de los más pobres y, por tanto, la distribución del ingreso.
En un país donde la principal causa de la pobreza es que la gente de menores recursos carece de oportunidades de trabajo, cualquier reajuste del salario mínimo lo único que conseguirá será hacer todavía más difícil que ahora, para esa gente, encontrar un empleo.
miércoles, 23 de marzo de 2011
¿Por qué Está Desprestigiada la Política?
Mañana jueves se presentará, dicen, una acusación constitucional contra la Intendenta de Concepción. No tiene ninguna base jurídica: ella no ha infringido la Constitución (si lo hubiera hecho habría salido en los diarios y, siendo ella la "agente natural e inmediata del Presidente", éste habría sido también responsable); tampoco ella ha cometido "traición" (nadie, que se sepa, siquiera ha dicho eso); menos "sedición" (no ha llamado a alzarse contra las autoridades); ni "malversación de fondos públicos" (tampoco se la ha acusado de eso, en relación a los que ella maneja); ni tampoco, en fin, "concusión" (haber sido cohechada o haber cohechado). Y ésas son todas las causales de una acusación contra un Intendente que admite la Constitución.
¿Qué hizo mal la Intendenta? Ofreció a pobladores sin casa hacerlos pasar por damnificados del terremoto para conseguirles vivienda. No lo hizo, en definitiva. No empleó fondos para hacerlo. Es decir, no malversó. Eso es evidente.
¿Cómo, entonces, pretenden aprobar una acusación constitucional sin ninguna base en el derecho ni en los hechos? Les diré cómo: alineando suficientes intereses político-electorales en la tarea de "torcer la nariz" al art. 48, número 2, letra e) de la Constitución.
Es decir, la infracción a la Constitución la cometerán los que voten a favor de la acusación.
¿Por qué lo hacen? Porque Van Rysselberghe sacó más de la mitad de los votos cuando fue elegida alcaldesa. Luego, si se presenta de candidata a senadora se producirán los siguientes efectos: (1) Se terminará el doblaje de la Concertación en la región y uno de sus dos senadores se perderá. Probablemente será Alejandro Navarro, el "amigo de Chávez", que organizó el sistema de espionaje a la Intendenta que permitió grabar sus palabras haciendo un ofrecimiento indebido a pobladores sin casa. (2) Se confirmará la fuerza de la UDI en la región, a expensas de RN. (3) Los parlamentarios de la UDI que aspiran a ser candidatos a senadores en la misma verían eliminado el mayor obstáculo contra sus ambiciones: la popularidad de Van Rysselberghe.
En consecuencia, eso explica por qué la Concertación presenta la acusación constitucional, por qué parlamentarios de RN, sin que haya un disuasivo real de la directiva del partido, se aprestan a dar la puñalada trapera a la Intendenta; y por qué algunos de sus propios correligionarios podrían prestarse para lo mismo.
Son "cosas de la política". Las mismas que la llevan al más alto nivel de desprestigio en la opinión ciudadana (véase cualquier sondeo).
Y, por favor, que ninguno de los parlamentarios que va a votar buscando su pequeña ventaja político-electoral ni siquiera mencione la palabra "ética" al hacerlo. Y menos los que han guardado silencio y hasta votado en estos días para hacer posible la asunción de Guido Girardi como Presidente del Senado.
¿Qué hizo mal la Intendenta? Ofreció a pobladores sin casa hacerlos pasar por damnificados del terremoto para conseguirles vivienda. No lo hizo, en definitiva. No empleó fondos para hacerlo. Es decir, no malversó. Eso es evidente.
¿Cómo, entonces, pretenden aprobar una acusación constitucional sin ninguna base en el derecho ni en los hechos? Les diré cómo: alineando suficientes intereses político-electorales en la tarea de "torcer la nariz" al art. 48, número 2, letra e) de la Constitución.
Es decir, la infracción a la Constitución la cometerán los que voten a favor de la acusación.
¿Por qué lo hacen? Porque Van Rysselberghe sacó más de la mitad de los votos cuando fue elegida alcaldesa. Luego, si se presenta de candidata a senadora se producirán los siguientes efectos: (1) Se terminará el doblaje de la Concertación en la región y uno de sus dos senadores se perderá. Probablemente será Alejandro Navarro, el "amigo de Chávez", que organizó el sistema de espionaje a la Intendenta que permitió grabar sus palabras haciendo un ofrecimiento indebido a pobladores sin casa. (2) Se confirmará la fuerza de la UDI en la región, a expensas de RN. (3) Los parlamentarios de la UDI que aspiran a ser candidatos a senadores en la misma verían eliminado el mayor obstáculo contra sus ambiciones: la popularidad de Van Rysselberghe.
En consecuencia, eso explica por qué la Concertación presenta la acusación constitucional, por qué parlamentarios de RN, sin que haya un disuasivo real de la directiva del partido, se aprestan a dar la puñalada trapera a la Intendenta; y por qué algunos de sus propios correligionarios podrían prestarse para lo mismo.
Son "cosas de la política". Las mismas que la llevan al más alto nivel de desprestigio en la opinión ciudadana (véase cualquier sondeo).
Y, por favor, que ninguno de los parlamentarios que va a votar buscando su pequeña ventaja político-electoral ni siquiera mencione la palabra "ética" al hacerlo. Y menos los que han guardado silencio y hasta votado en estos días para hacer posible la asunción de Guido Girardi como Presidente del Senado.
martes, 22 de marzo de 2011
Sodoma, Gomorra y la Concertación
¿Con qué derecho se escandaliza la gente de la Concertación por el caso Karadima? No tiene autoridad moral. Los que sí tenemos derecho a escandalizarnos somos los católicos conservadores, los que creemos que las conductas gay son contra natura y no deben ser propiciadas sino cuidadosamente evitadas. Ellos, en cambio, piensan todo lo contrario.
¿Es que ya nos hemos olvidado de las JOCAS, de los manuales distribuidos por el ministerio de Educación recomendando que a los niños en los colegios debía estimulárselos para que "exploraran todas sus opciones sexuales", para que se toquetearan entre ellos con total impudicia para descubrir su "orientación sexual", que por desviada que fuera no debía ser obstaculizada, porque todas las preferencias eran válidas?
¿Es que ya nos hemos olvidado de que defienden el matrimonio gay y su derecho a adoptar hijos y formarlos a su gusto? ¿Con qué derecho se escandalizan de que un sacerdote haya cedido a las tentaciones desviadas de la carne con sus jóvenes dirigidos si ellos, los de la Concertación, propician posibilitar que padres homosexuales adopten niños, con la altísima probabilidad de que esas mismas cosas sucedan en el interior de esos hogares gay, pero esta vez con el debido patrocinio y protección legales? ¿Que no vieron a la pareja gay en la franja electoral del V Presidente de la Concertación, cuando era candidato, cohonestando eso mismo? En eso consistía la hábil estrategia confesada por Hinzpeter de "tomar las banderas de la Concertación". ¡Y qué banderas! Por eso, entre muchas otras razones, no voté por él. Bueno, hay que reconocer que ganaron la elección con esas "banderas", lo que sólo habla del lamentable estado moral del país.
Ellos creen, a raíz del caso Karadima, que están presenciando el derrumbe de un baluarte moral, la Iglesia Católica, pero están muy equivocados. La Iglesia ha sobrevivido a muchas situaciones peores que ésta y sus principios han quedado indemnes, porque son mucho más importantes que los errores de sus miembros, sus ministros, sus prelados, purpurados o incluso sus pontífices.
Lo que los recientes episodios vienen a demostrar es precisamente que los principios morales defendidos por la Iglesia son los que deben prevalecer y que el abandono de ellos en nombre de degeneraciones supuestamente "progresistas" conducen a la ruina moral de las personas, de las organizaciones y de la sociedad.
Los jóvenes abusados por un director espiritual descarriado son el vivo testimonio de a dónde conducen las prédicas y prácticas "progresistas" y supuestamente "liberales", que reniegan de todo marco de principios y valores.
Ellas no pueden sino terminar en nuevas Sodomas y Gomorras habitadas por seres destrozados y desmoralizados y son todo lo contrario de lo que defiende, predica y practica la religión católica. Las caídas de algunos de sus miembros no debilitan su mensaje ni sus principios, que salen fortalecidos tras la manifestación de las terribles consecuencias de transgredirlos.
Si algo nos enseña el episodio Karadima es que la banalización de la sexualidad sólo conduce a la degradación y al sufrimiento de las personas; que hay un orden natural digno de ser respetado y que coincide con las enseñanzas de la religión; y que existe una moral digna de ser preservada, pues la vida licenciosa, la permisividad sin límites y el libertinaje conductual que antaño acarrearon la destrucción de Sodoma y Gomorra, y que hogaño entre nosotros se ha intentado cohonestar, si es que no instituir, por parte de los gobiernos de la Concertación, sólo pueden conducir al sufrimiento y quebrantos de las nuevas generaciones, tal como han conducido a los de las personas víctimas de esos torcidos criterios en el desgraciado caso que tanto ha preocupado a la opinión pública en general y a la grey católica en particular.
¿Es que ya nos hemos olvidado de las JOCAS, de los manuales distribuidos por el ministerio de Educación recomendando que a los niños en los colegios debía estimulárselos para que "exploraran todas sus opciones sexuales", para que se toquetearan entre ellos con total impudicia para descubrir su "orientación sexual", que por desviada que fuera no debía ser obstaculizada, porque todas las preferencias eran válidas?
¿Es que ya nos hemos olvidado de que defienden el matrimonio gay y su derecho a adoptar hijos y formarlos a su gusto? ¿Con qué derecho se escandalizan de que un sacerdote haya cedido a las tentaciones desviadas de la carne con sus jóvenes dirigidos si ellos, los de la Concertación, propician posibilitar que padres homosexuales adopten niños, con la altísima probabilidad de que esas mismas cosas sucedan en el interior de esos hogares gay, pero esta vez con el debido patrocinio y protección legales? ¿Que no vieron a la pareja gay en la franja electoral del V Presidente de la Concertación, cuando era candidato, cohonestando eso mismo? En eso consistía la hábil estrategia confesada por Hinzpeter de "tomar las banderas de la Concertación". ¡Y qué banderas! Por eso, entre muchas otras razones, no voté por él. Bueno, hay que reconocer que ganaron la elección con esas "banderas", lo que sólo habla del lamentable estado moral del país.
Ellos creen, a raíz del caso Karadima, que están presenciando el derrumbe de un baluarte moral, la Iglesia Católica, pero están muy equivocados. La Iglesia ha sobrevivido a muchas situaciones peores que ésta y sus principios han quedado indemnes, porque son mucho más importantes que los errores de sus miembros, sus ministros, sus prelados, purpurados o incluso sus pontífices.
Lo que los recientes episodios vienen a demostrar es precisamente que los principios morales defendidos por la Iglesia son los que deben prevalecer y que el abandono de ellos en nombre de degeneraciones supuestamente "progresistas" conducen a la ruina moral de las personas, de las organizaciones y de la sociedad.
Los jóvenes abusados por un director espiritual descarriado son el vivo testimonio de a dónde conducen las prédicas y prácticas "progresistas" y supuestamente "liberales", que reniegan de todo marco de principios y valores.
Ellas no pueden sino terminar en nuevas Sodomas y Gomorras habitadas por seres destrozados y desmoralizados y son todo lo contrario de lo que defiende, predica y practica la religión católica. Las caídas de algunos de sus miembros no debilitan su mensaje ni sus principios, que salen fortalecidos tras la manifestación de las terribles consecuencias de transgredirlos.
Si algo nos enseña el episodio Karadima es que la banalización de la sexualidad sólo conduce a la degradación y al sufrimiento de las personas; que hay un orden natural digno de ser respetado y que coincide con las enseñanzas de la religión; y que existe una moral digna de ser preservada, pues la vida licenciosa, la permisividad sin límites y el libertinaje conductual que antaño acarrearon la destrucción de Sodoma y Gomorra, y que hogaño entre nosotros se ha intentado cohonestar, si es que no instituir, por parte de los gobiernos de la Concertación, sólo pueden conducir al sufrimiento y quebrantos de las nuevas generaciones, tal como han conducido a los de las personas víctimas de esos torcidos criterios en el desgraciado caso que tanto ha preocupado a la opinión pública en general y a la grey católica en particular.
lunes, 21 de marzo de 2011
Lo Que Obama y Yo Nos Tragamos
Como opositor de derecha no me hacía ninguna ilusión acerca del desempeño presidencial durante la visita de Obama. Pero a la hora de almuerzo me levantó el ánimo llegar a mi casa y ver a Michelle Obama decir un discurso muy atinado y acertado a escolares de Renca que no parecían de Renca, sino de, por lo menos, La Reina, por lo bien presentados. Se ve que "Renca la lleva", como dijo Michelle y reza un letrero tipo Hollywood en un cerro del poniente. Muy criticado porque costó como sesenta millones de pesos en una comuna pobre, pero parece que está redituando bastante.
Después dieron en TV el intercambio de discursos de los presidentes a la llegada del norteamericano y comprobé con alivio que no hubo "piñericosas" de parte del nuestro, aunque no pudo evitar su humor ramplón, pues dijo que Obama y él tenían cuatro cosas en común: que eran zurdos, habían estudiado en Harvard, admiraban el uno a la señora del otro y habían jugado básquetbol (risas de la audiencia). Como siempre, se extendió demasiado, pero se veía que esta vez las citas históricas se las habían revisado. Obama soportó estoicamente, sin un bostezo. Yo no tenía por qué disimularlos.
En la noche llegué a comer y vi la recepción en La Moneda. Para un derechista beethoveniano y admirador de Los Quincheros, como yo, resultó intolerable la presentación del grupo UP de Los Jaivas, sus trutrucas, charangos y danzas bolivianas. Pero qué otra cosa podía esperarse del V Presidente de la Concertación o IV Presidente DC, a elección.
De nuevo hablaron Piñera y Obama, en ese orden. De nuevo largos 16 minutos del primero, repetidos de los del mediodía, incluido el humor de las cuatro similitudes y nuevas risas cuando mencionó el básquetbol. ¿Por qué Cecilia no le dijo antes que no lo repitiera, como lo del papelito? Admirable estoicismo de Obama, que a esa hora tenía mayores razones para bostezar.
Buen tipo, despachó su alocución en cinco minutos. "Lo breve, si bueno, dos veces bueno", decía Baltasar Gracián. "Lo malo, si largo, dos veces malo", diría Melchor Desgracián.
Ambos presidentes compartieron yerros: 1) Piñera, al volver a referirse a la petición de antecedentes a los EE. UU. sobre la muerte de Frei Montalva, en circunstancias de que ya el FBI dictaminó hace años que no había trazas de envenamiento ni nada que se le pareciera; y, además, no debería hablar de estado de derecho y derechos humanos en un mismo contexto con hacerlo del proceso Frei Montalva, exponente máximo del atropello a la legalidad, a la presunción de inocencia y, por tanto, a los derechos de procesados honestos e inocentes; y
2) Obama, al felicitarnos por transitar "de la dictadura a la democracia", olvidando que el respectivo tránsito lo diseñó y concretó la supuesta "dictadura", cuya vocación democrática quedó plasmada en varias votaciones y en la Constitución que propuso al pueblo y éste aprobó y que, en lo básico, todavía sigue en pie.
Pero no se puede pedir a un "liberal" norteamericano que sepa esas cosas cuando ignora tantas otras más fundamentales.
Tras el festín de centro-izquierda a expensas de las verdades históricas y del mejor folklore chileno, ambos se fueron a dormir, cosa que yo también me apresto a hacer y supongo que el resto del país de los cerebros lavados también.
Después dieron en TV el intercambio de discursos de los presidentes a la llegada del norteamericano y comprobé con alivio que no hubo "piñericosas" de parte del nuestro, aunque no pudo evitar su humor ramplón, pues dijo que Obama y él tenían cuatro cosas en común: que eran zurdos, habían estudiado en Harvard, admiraban el uno a la señora del otro y habían jugado básquetbol (risas de la audiencia). Como siempre, se extendió demasiado, pero se veía que esta vez las citas históricas se las habían revisado. Obama soportó estoicamente, sin un bostezo. Yo no tenía por qué disimularlos.
En la noche llegué a comer y vi la recepción en La Moneda. Para un derechista beethoveniano y admirador de Los Quincheros, como yo, resultó intolerable la presentación del grupo UP de Los Jaivas, sus trutrucas, charangos y danzas bolivianas. Pero qué otra cosa podía esperarse del V Presidente de la Concertación o IV Presidente DC, a elección.
De nuevo hablaron Piñera y Obama, en ese orden. De nuevo largos 16 minutos del primero, repetidos de los del mediodía, incluido el humor de las cuatro similitudes y nuevas risas cuando mencionó el básquetbol. ¿Por qué Cecilia no le dijo antes que no lo repitiera, como lo del papelito? Admirable estoicismo de Obama, que a esa hora tenía mayores razones para bostezar.
Buen tipo, despachó su alocución en cinco minutos. "Lo breve, si bueno, dos veces bueno", decía Baltasar Gracián. "Lo malo, si largo, dos veces malo", diría Melchor Desgracián.
Ambos presidentes compartieron yerros: 1) Piñera, al volver a referirse a la petición de antecedentes a los EE. UU. sobre la muerte de Frei Montalva, en circunstancias de que ya el FBI dictaminó hace años que no había trazas de envenamiento ni nada que se le pareciera; y, además, no debería hablar de estado de derecho y derechos humanos en un mismo contexto con hacerlo del proceso Frei Montalva, exponente máximo del atropello a la legalidad, a la presunción de inocencia y, por tanto, a los derechos de procesados honestos e inocentes; y
2) Obama, al felicitarnos por transitar "de la dictadura a la democracia", olvidando que el respectivo tránsito lo diseñó y concretó la supuesta "dictadura", cuya vocación democrática quedó plasmada en varias votaciones y en la Constitución que propuso al pueblo y éste aprobó y que, en lo básico, todavía sigue en pie.
Pero no se puede pedir a un "liberal" norteamericano que sepa esas cosas cuando ignora tantas otras más fundamentales.
Tras el festín de centro-izquierda a expensas de las verdades históricas y del mejor folklore chileno, ambos se fueron a dormir, cosa que yo también me apresto a hacer y supongo que el resto del país de los cerebros lavados también.
domingo, 20 de marzo de 2011
La Billetera Alemana
Hace veinticinco años escribí en "El Mercurio" (30.07.86): "Durante veinte años me había aferrado a la ilusión de que los demócratacristianos alemanes eran completamente distintos a los chilenos". Pero entonces leí las declaraciones sobre la realidad chilena de entonces de un líder DC alemán, Heiner Geissner, que eran coincidentes con la que daba en esa época Radio Moscú, así es que concluí: "Reviso mi posición previa y paso directamente a preferir que los DC de acá sigan siendo tales como son".
En estos días ha venido al país Heinz-Gert Pöttering, de la fundación Konrad Adenauer, ligada a la DC alemana, y ha objetado que la DC chilena pacte con el comunismo. Objeción correcta.
Pero entonces, al acercarse a conversar con RN y la UDI, les ha dicho: "Deseo que puedan separarse completamente de Pinochet y que puedan separarse de esa dictadura".
¿Quién es este alemán que tiene tanta autoridad como para dictar las posiciones que deben mantener los partidos políticos chilenos? Una crónica de "La Tercera" de hoy, pág. R3, nos explica quién es: "En palabras de un diputado, los alemanes son los que tienen la billetera".
La misma crónica dice que a la DC le aportan cerca de dos millones de dólares al año. Si RN y la UDI "cumplen sus instrucciones", podrían también tener acceso a parte del contenido de la billetera.
Pero el dueño de ella cree que debe mostrar "equilibrio": ni PC ni "dictadura de Pinochet".
¿Cómo introduje yo mi citada columna de 1986, en un libro en que reuní muchas de ellas? De la siguiente manera: "Según mi experiencia, fueron los gobernantes alemanes los que más falsearon la verdad respecto de lo ocurrido en Chile, con la sola excepción del premier sueco Olof Palme". Pues este último llegó a donar públicamente fondos para financiar al grupo terrorista chileno FPMR, pero como los terroristas no son agradecidos, uno de ellos lo mató poco después de un balazo en una calle de Estocolmo. "Por donde pecas, pagas".
"La dictadura de Pinochet" es repudiada por los alemanes porque durante ella, dicen, hubo agentes de los servicios de inteligencia que les quitaron la vida a miembros de grupos terroristas.
Pero en "El Mercurio" de 13 de julio de 2007 leí que el ministro del Interior alemán de entonces proponía "asesinatos selectivos de terroristas", pues manifestaba dudas de "si nuestro estado de derecho es suficiente para enfrentar las nuevas amenazas. Imagine si alguien sabe en qué cueva se esconde Osama Bin Laden. Entonces se podría lanzar un misil teledirigido para matarlo". Pero la billetera se cierra si alguien adhiere a un régimen que pueda haber hecho algo como eso. Sólo parece conducta permitida para alemanes, no para chilenos.
Pero, en fin, el poseedor de una billetera bien provista siempre tendrá los medios de hacer pasar por alto sus pequeñas inconsecuencias.
En estos días ha venido al país Heinz-Gert Pöttering, de la fundación Konrad Adenauer, ligada a la DC alemana, y ha objetado que la DC chilena pacte con el comunismo. Objeción correcta.
Pero entonces, al acercarse a conversar con RN y la UDI, les ha dicho: "Deseo que puedan separarse completamente de Pinochet y que puedan separarse de esa dictadura".
¿Quién es este alemán que tiene tanta autoridad como para dictar las posiciones que deben mantener los partidos políticos chilenos? Una crónica de "La Tercera" de hoy, pág. R3, nos explica quién es: "En palabras de un diputado, los alemanes son los que tienen la billetera".
La misma crónica dice que a la DC le aportan cerca de dos millones de dólares al año. Si RN y la UDI "cumplen sus instrucciones", podrían también tener acceso a parte del contenido de la billetera.
Pero el dueño de ella cree que debe mostrar "equilibrio": ni PC ni "dictadura de Pinochet".
¿Cómo introduje yo mi citada columna de 1986, en un libro en que reuní muchas de ellas? De la siguiente manera: "Según mi experiencia, fueron los gobernantes alemanes los que más falsearon la verdad respecto de lo ocurrido en Chile, con la sola excepción del premier sueco Olof Palme". Pues este último llegó a donar públicamente fondos para financiar al grupo terrorista chileno FPMR, pero como los terroristas no son agradecidos, uno de ellos lo mató poco después de un balazo en una calle de Estocolmo. "Por donde pecas, pagas".
"La dictadura de Pinochet" es repudiada por los alemanes porque durante ella, dicen, hubo agentes de los servicios de inteligencia que les quitaron la vida a miembros de grupos terroristas.
Pero en "El Mercurio" de 13 de julio de 2007 leí que el ministro del Interior alemán de entonces proponía "asesinatos selectivos de terroristas", pues manifestaba dudas de "si nuestro estado de derecho es suficiente para enfrentar las nuevas amenazas. Imagine si alguien sabe en qué cueva se esconde Osama Bin Laden. Entonces se podría lanzar un misil teledirigido para matarlo". Pero la billetera se cierra si alguien adhiere a un régimen que pueda haber hecho algo como eso. Sólo parece conducta permitida para alemanes, no para chilenos.
Pero, en fin, el poseedor de una billetera bien provista siempre tendrá los medios de hacer pasar por alto sus pequeñas inconsecuencias.
sábado, 19 de marzo de 2011
Demagogia y Regresión Social
La demagogia tiene un costo social. Ayer, viernes 18, "El Mercurio", en un muy buen segundo editorial, lo hacía ver, pero en "lenguaje mercurial". Yo lo voy a traducir a "pan, pan; vino, vino". Por cierto, la traducción no es responsabilidad de "El Mercurio":
1) La supresión de la cotización de 7 por ciento de salud a los jubilados tiene apoyo transversal, pero es demagógica, tanto que ninguno de los gobiernos anteriores quiso proponerla. Pero el gobernante actual es más demagogo que sus antecesores.
2) Él prometió suprimir ese siete por ciento en su programa de campaña, "aunque sin precisar el alcance exacto de esta política". ¿Qué precisión necesitaba? Ninguna. Suprimir el siete por ciento es clarísimo: se termina y punto, y el Estado corre con los 440 millones de dólares al año que cuesta financiar la salud de los jubilados.
3) Lo que pasa es que es una promesa de Piñera, es decir, "con letra chica". La letra grande era para que todos los jubilados votaran por él (debidamente cohechados). La letra chica es para excluir al mayor número posible de ellos del beneficio, pero sin que le digan que no cumplió lo prometido.
4) Pero esta política es socialmente regresiva. Los jubilados son un grupo donde hay poca pobreza (7,2%) y ésta va a disminuir todavía más cuando cuando se les apliquen plenamente la reforma previsional de Bachelet y el Plan Auge de Lagos (también demagogos, pero no tanto como para suprimir el 7%). En cambio, la pobreza entre los niños entre cero y tres años es de 25%, y nadie les ofreció nada ni les da nada.
5) ¿Por qué gastar 440 millones de dólares al año en los menos pobres y cero dólares en los más pobres? Porque los jubilados votan y los niños de cero a tres años no.
6) Ahora el gobierno está tratando de "acotar el beneficio". Traduzco: suprimir la cotización del 7% al mayor número posible de jubilados. Total, ya todos votaron creyendo la promesa y los que queden fuera ahora no pueden retirarle su voto al candidato Piñera.
7) En resumen, a los jubilados no engañados se le suprimirá el 7%, es decir, se les dará dinero, siendo que no se cuentan entre los más pobres. El resto de ellos se sentirá, justificadamente, como los militares en retiro, "pasado por el aro" (si votó por Piñera).
8) Los niños de cero a tres años pueden irse a la punta del cerro porque no votan, no pueden reclamar, y sus padres, que podrían hacerlo, no entienden nada de estas cosas y posiblemente también aplaudan que a los jubilados se les suprima el 7%.
1) La supresión de la cotización de 7 por ciento de salud a los jubilados tiene apoyo transversal, pero es demagógica, tanto que ninguno de los gobiernos anteriores quiso proponerla. Pero el gobernante actual es más demagogo que sus antecesores.
2) Él prometió suprimir ese siete por ciento en su programa de campaña, "aunque sin precisar el alcance exacto de esta política". ¿Qué precisión necesitaba? Ninguna. Suprimir el siete por ciento es clarísimo: se termina y punto, y el Estado corre con los 440 millones de dólares al año que cuesta financiar la salud de los jubilados.
3) Lo que pasa es que es una promesa de Piñera, es decir, "con letra chica". La letra grande era para que todos los jubilados votaran por él (debidamente cohechados). La letra chica es para excluir al mayor número posible de ellos del beneficio, pero sin que le digan que no cumplió lo prometido.
4) Pero esta política es socialmente regresiva. Los jubilados son un grupo donde hay poca pobreza (7,2%) y ésta va a disminuir todavía más cuando cuando se les apliquen plenamente la reforma previsional de Bachelet y el Plan Auge de Lagos (también demagogos, pero no tanto como para suprimir el 7%). En cambio, la pobreza entre los niños entre cero y tres años es de 25%, y nadie les ofreció nada ni les da nada.
5) ¿Por qué gastar 440 millones de dólares al año en los menos pobres y cero dólares en los más pobres? Porque los jubilados votan y los niños de cero a tres años no.
6) Ahora el gobierno está tratando de "acotar el beneficio". Traduzco: suprimir la cotización del 7% al mayor número posible de jubilados. Total, ya todos votaron creyendo la promesa y los que queden fuera ahora no pueden retirarle su voto al candidato Piñera.
7) En resumen, a los jubilados no engañados se le suprimirá el 7%, es decir, se les dará dinero, siendo que no se cuentan entre los más pobres. El resto de ellos se sentirá, justificadamente, como los militares en retiro, "pasado por el aro" (si votó por Piñera).
8) Los niños de cero a tres años pueden irse a la punta del cerro porque no votan, no pueden reclamar, y sus padres, que podrían hacerlo, no entienden nada de estas cosas y posiblemente también aplaudan que a los jubilados se les suprima el 7%.
viernes, 18 de marzo de 2011
Cuatro Temas para un Día
He dicho que me siento impulsado a escribir diariamente porque cada día se presenta un tema que me motiva a hacerlo. Escribo este blog gratuitamente y hay publicaciones que lo reproducen sin pagarme nada por ello y me parece bien, porque para mí no es una manera de ganarme la vida sino de transmitir ideas. Es obvio que mientras más gente lea lo que escribo me siento mejor, pero si nadie lo leyera seguiría escribiendo igual.
Pero hay días en que no sólo tengo un tema, sino más, y es lo que me sucede hoy.
Una cosa que me llama la atención es que en la cena de gala del Presidente Piñera al Presidente Obama los artistas invitados a amenizar el acto serán los conocidos cantantes de izquierda llamados "Los Jaivas", que no sé por qué escriben su nombre con "v" corta o "uve", como se llama ahora, cuando "jaiba" se escribe con "b" larga.
¿Por qué no invitaron a "Los Quincheros", que cantan canciones autóctonas tanto más lindas y se acompañan de un instrumento tan tradicional y vernáculo como la guitarra, en lugar de los pitos, charangos, tamboriles y flautines peru-bolivianos de "Los Jaivas"?
Yo voy a contestar: porque "Los Jaivas" son de izquierda, de la Concertación, y al Presidente actual no hay nada que lo seduzca más que acercarse como pueda a la Concertación, tanto que yo he bautizado a su gobierno como "el V" de tal conglomerado.
Si hubiera convidado a "Los Quincheros" yo habría quedado muy sorprendido y Barack Hussein Obama, su señora y sus hijas habrían disfrutado mucho más de lo que lo van a hacer.
Otras cosas que me han llamado la atención son algunos recortes que guardé hoy día, cada uno de los cuales habría merecido un artículo aparte, pero ya pasaron de moda:
Uno, el del juez Carroza diciendo, en referencia al crimen de Jaime Guzmán: "El delito que se investiga, por la repercusión que provoca, puede ser de aquellos definidos como de lesa humanidad y, por tanto, imprescriptibles".
¡Por la repercusión que provoca!
Así proceden nuestros jueces. No según dictan las leyes ("estado de derecho") sino por el ruido mediático que provocan los hechos.
¿Cabe algún comentario? Y ante sentencias dictadas con una base tan antijurídica como ésa, el Presidente niega su indulto a "condenados por violaciones a los derechos humanos" ocurridas en 1973, aplicando una ley de 2009 que prohíbe en su texto ser aplicada a hechos anteriores a ella. Es que prevalece "la repercusión que provocan" los hechos, repercusión que, por cierto, es artificial y políticamente provocada.
Dos: el 8 de octubre de 2010 "El Mercurio" publicó la lista de los principales países mineros del mundo, que son 14. Chile, con el aumento del royalty dispuesto por el gobierno de Sebastián Piñera y con la complacencia de la izquierda, pasará a ser el país con la tributación minera más alta del mundo: 48,8%. En Australia el impuesto llega al 31,9%. ¿Dónde invertirán las grandes empresas mineras, en Chile o en Australia? Por eso he sostenido que el aumento del royalty representará un perjuicio para Chile. Por extraerles un poco más a los que ya están acá, el país se privará de toda la inversión y de los propios impuestos que podrían pagar los que no vendrán ya a Chile, sino que se irán a otro país con tributación más baja.
Tres: hay decenas de uniformados cumpliendo largas penas por haber dado muerte a terroristas del FPMR, del MIR o del Lautaro. El 5 de octubre de 2010 "El Mercurio" publicó cómo proceden contra los terroristas los norteamericanos (grandes críticos de la acción antiterrorista del Gobierno Militar chileno): "Un ataque de un avión no tripulado estadounidense, en la región fronteriza entre Pakistán y Afganistán, mató ayer a ocho militantes islamistas de nacionalidad alemana, sospechosos de planear atentados terroristas en Europa". Nótese: "sospechosos".
¿Han sido procesados los militares norteamericanos por estos ocho delitos de lesa humanidad; se ha despachado orden de captura internacional contra el Presidente Barack Obama, responsable superior de estas políticas de aniquilamiento y exterminio? ¿El juez Garzón habrá abierto un proceso, a instancias del abogado Joan Garcés? No, por cierto, porque ya cuando quiso hacer respecto del gobierno de Franco lo mismo que hizo respecto del de Pinochet (esto último en medio del aplauso general y, en particular, de los demás jueces españoles) a Garzón lo procesaron y lo suspendieron de sus funciones, mientras se le prepara condena por tamaño atropello a las leyes de amistía y prescripción.
De paso, en el mismo diario se informa que Fahd Mohammad al Quso, miembro de Al Quaeda, fue ¿tomado preso y juzgado por un tribunal? No, por supuesto, sino abatido por un misil norteamericano en Pakistán.
Hay oficiales chilenos cumpliendo presidio perpetuo por haber dado muerte a ocho terroristas del FPMR. Y decenas más por haber procedido igual contra otros extremistas. Hay un fiscal chileno preso en Italia por haber dictado condena judicial contra un terrorista de ascendencia italiana en 1973. ¡Por haber aplicado la ley! (Ese fiscal nada tuvo que ver con la posterior desaparición del condenado).
¿Por qué acá todo eso fue una "atroz violación a los derechos humanos" y allá es una meritoria acción de protección de un país civilizado contra el terrorismo? Vaya uno a saber.
En su autobiografía el ex-Presidente Bush explica el fundamento legal y moral que le permitió a él esa mano dura (incluyendo formas de tortura que, dice, permitieron salvar miles de vidas norteamericanas). Obama ha seguido en esa tradición.
Todos sus argumentos en defensa de la actuación norteamericana son aplicables a la acción antiterrorista del Gobierno Militar chileno. Pero prácticamente nadie en el mundo está dispuesto a condenar al gobierno de los Estados Unidos por exactamente las mismas razones por las cuales se condena, vitupera, denuesta y desprestigia al gobierno que salvó a Chile de caer bajo el dominio de lo que Ronald Reagan tan acertadamente llamó "Imperio del Mal".
Pero hay días en que no sólo tengo un tema, sino más, y es lo que me sucede hoy.
Una cosa que me llama la atención es que en la cena de gala del Presidente Piñera al Presidente Obama los artistas invitados a amenizar el acto serán los conocidos cantantes de izquierda llamados "Los Jaivas", que no sé por qué escriben su nombre con "v" corta o "uve", como se llama ahora, cuando "jaiba" se escribe con "b" larga.
¿Por qué no invitaron a "Los Quincheros", que cantan canciones autóctonas tanto más lindas y se acompañan de un instrumento tan tradicional y vernáculo como la guitarra, en lugar de los pitos, charangos, tamboriles y flautines peru-bolivianos de "Los Jaivas"?
Yo voy a contestar: porque "Los Jaivas" son de izquierda, de la Concertación, y al Presidente actual no hay nada que lo seduzca más que acercarse como pueda a la Concertación, tanto que yo he bautizado a su gobierno como "el V" de tal conglomerado.
Si hubiera convidado a "Los Quincheros" yo habría quedado muy sorprendido y Barack Hussein Obama, su señora y sus hijas habrían disfrutado mucho más de lo que lo van a hacer.
Otras cosas que me han llamado la atención son algunos recortes que guardé hoy día, cada uno de los cuales habría merecido un artículo aparte, pero ya pasaron de moda:
Uno, el del juez Carroza diciendo, en referencia al crimen de Jaime Guzmán: "El delito que se investiga, por la repercusión que provoca, puede ser de aquellos definidos como de lesa humanidad y, por tanto, imprescriptibles".
¡Por la repercusión que provoca!
Así proceden nuestros jueces. No según dictan las leyes ("estado de derecho") sino por el ruido mediático que provocan los hechos.
¿Cabe algún comentario? Y ante sentencias dictadas con una base tan antijurídica como ésa, el Presidente niega su indulto a "condenados por violaciones a los derechos humanos" ocurridas en 1973, aplicando una ley de 2009 que prohíbe en su texto ser aplicada a hechos anteriores a ella. Es que prevalece "la repercusión que provocan" los hechos, repercusión que, por cierto, es artificial y políticamente provocada.
Dos: el 8 de octubre de 2010 "El Mercurio" publicó la lista de los principales países mineros del mundo, que son 14. Chile, con el aumento del royalty dispuesto por el gobierno de Sebastián Piñera y con la complacencia de la izquierda, pasará a ser el país con la tributación minera más alta del mundo: 48,8%. En Australia el impuesto llega al 31,9%. ¿Dónde invertirán las grandes empresas mineras, en Chile o en Australia? Por eso he sostenido que el aumento del royalty representará un perjuicio para Chile. Por extraerles un poco más a los que ya están acá, el país se privará de toda la inversión y de los propios impuestos que podrían pagar los que no vendrán ya a Chile, sino que se irán a otro país con tributación más baja.
Tres: hay decenas de uniformados cumpliendo largas penas por haber dado muerte a terroristas del FPMR, del MIR o del Lautaro. El 5 de octubre de 2010 "El Mercurio" publicó cómo proceden contra los terroristas los norteamericanos (grandes críticos de la acción antiterrorista del Gobierno Militar chileno): "Un ataque de un avión no tripulado estadounidense, en la región fronteriza entre Pakistán y Afganistán, mató ayer a ocho militantes islamistas de nacionalidad alemana, sospechosos de planear atentados terroristas en Europa". Nótese: "sospechosos".
¿Han sido procesados los militares norteamericanos por estos ocho delitos de lesa humanidad; se ha despachado orden de captura internacional contra el Presidente Barack Obama, responsable superior de estas políticas de aniquilamiento y exterminio? ¿El juez Garzón habrá abierto un proceso, a instancias del abogado Joan Garcés? No, por cierto, porque ya cuando quiso hacer respecto del gobierno de Franco lo mismo que hizo respecto del de Pinochet (esto último en medio del aplauso general y, en particular, de los demás jueces españoles) a Garzón lo procesaron y lo suspendieron de sus funciones, mientras se le prepara condena por tamaño atropello a las leyes de amistía y prescripción.
De paso, en el mismo diario se informa que Fahd Mohammad al Quso, miembro de Al Quaeda, fue ¿tomado preso y juzgado por un tribunal? No, por supuesto, sino abatido por un misil norteamericano en Pakistán.
Hay oficiales chilenos cumpliendo presidio perpetuo por haber dado muerte a ocho terroristas del FPMR. Y decenas más por haber procedido igual contra otros extremistas. Hay un fiscal chileno preso en Italia por haber dictado condena judicial contra un terrorista de ascendencia italiana en 1973. ¡Por haber aplicado la ley! (Ese fiscal nada tuvo que ver con la posterior desaparición del condenado).
¿Por qué acá todo eso fue una "atroz violación a los derechos humanos" y allá es una meritoria acción de protección de un país civilizado contra el terrorismo? Vaya uno a saber.
En su autobiografía el ex-Presidente Bush explica el fundamento legal y moral que le permitió a él esa mano dura (incluyendo formas de tortura que, dice, permitieron salvar miles de vidas norteamericanas). Obama ha seguido en esa tradición.
Todos sus argumentos en defensa de la actuación norteamericana son aplicables a la acción antiterrorista del Gobierno Militar chileno. Pero prácticamente nadie en el mundo está dispuesto a condenar al gobierno de los Estados Unidos por exactamente las mismas razones por las cuales se condena, vitupera, denuesta y desprestigia al gobierno que salvó a Chile de caer bajo el dominio de lo que Ronald Reagan tan acertadamente llamó "Imperio del Mal".
jueves, 17 de marzo de 2011
Acuerdo Sobre Energía Nuclear
-- Obama, te lo tengo que decir, expresar, comunicar...
-- Por supuesto, Sebastián, todo lo que quieras. Pienso todo el día en mi viaje a Chile. ¡Estoy tan entusiasmado! Cordillera junto al mar ¿dónde más puede encontrarse eso? Quedan tres días y ya estoy preparando mi maleta. Las cuatro "p", tú sabes: plata, pasaje, pijama y pasaporte. Todo lo esencial.
-- Obama, es que no lo voy a poder firmar, rubricar, suscribir...
-- ¿Cómo está el tiempo allá? ¿Debo llevar chaleco? Porque los chalecos ocupan mucho hueco, tú sabes. Si lo llevo, tengo que dejar afuera varios calcetines, y como también voy a Centroamérica y Brasil, donde hace mucho calor y hay que ducharse seguido y, tú sabes, después hay que ponerse otros calcetines. No todo el mundo, pero el Presidente de Estados Unidos sí. ¿Qué diría Jefferson si supiera que me ducho y me vuelvo a poner los mismos calcetines?
-- Obama, atiéndeme, óyeme, escúchame... Yo no puedo firmar el Acuerdo.
-- Pero ¡cómo! ¡Si es lo único que voy a hacer allá! ¿Tú crees que voy a ir a tu f... ciudad, llevando todas las lapiceras de oro para repartir después de la firma, teniendo que sonreír a todos los f... periodistas chilenos (porque a los americanos ya no les sonrío hace mucho) y posando para los f... fotógrafos, perdiendo tiempo, cuando lo que me gustaría sería estar pegando unos palos de golf en el Club Los Leones, idea que me encanta, pues, al igual que a Groucho Marx, los únicos clubes que me gustan son los que no admitirían a un tipo como yo como socio. Y tú me sales con que el Acuerdo de Energía Nuclear, la única "pantalla" que tengo para irme a hacer lo más agradable de este f... viaje, no lo puedes firmar? ¡F... you, Sebastián, f... you!
-- Obama, entiéndeme, cáptame, compréndeme. Unos miserables han sacado a luz un documento de 2006 en que me comprometo a oponerme a las centrales nucleares. ¿Cómo voy a firmar el Acuerdo para promoverlas? En lo que estoy peor en las encuestas es en credibilidad ¿y me voy a dejar pillar otra vez?
-- ¿Pero cómo no tienes un tipo que explique lo inexplicable? ¿Qué clase de Presidente eres? ¡Todos lo tenemos!
--Sí, podría ser, tal vez Hinzpeter pueda explicarlo. Pero te pido una cosa, entonces: que no se mencione la palabra "nuclear". "Energía", "capacidad generadora", "electricidad barata"... hay tantos términos. Pero no "nuclear".
--Okey, de acuerdo, nada de "nuclear". ¡Qué más da! La f... firma, los f... discursos, la f.. foto y de ahí al golf.
--Y nada de conferencia de prensa ni de preguntas, porque está lleno de tipos miserables que son capaces de sacar el documento de 2006.
--¡Ése es problema tuyo, Sebastián! Yo para entonces voy a estar haciendo "birdie" en el hoyo dos.
-- Por supuesto, Sebastián, todo lo que quieras. Pienso todo el día en mi viaje a Chile. ¡Estoy tan entusiasmado! Cordillera junto al mar ¿dónde más puede encontrarse eso? Quedan tres días y ya estoy preparando mi maleta. Las cuatro "p", tú sabes: plata, pasaje, pijama y pasaporte. Todo lo esencial.
-- Obama, es que no lo voy a poder firmar, rubricar, suscribir...
-- ¿Cómo está el tiempo allá? ¿Debo llevar chaleco? Porque los chalecos ocupan mucho hueco, tú sabes. Si lo llevo, tengo que dejar afuera varios calcetines, y como también voy a Centroamérica y Brasil, donde hace mucho calor y hay que ducharse seguido y, tú sabes, después hay que ponerse otros calcetines. No todo el mundo, pero el Presidente de Estados Unidos sí. ¿Qué diría Jefferson si supiera que me ducho y me vuelvo a poner los mismos calcetines?
-- Obama, atiéndeme, óyeme, escúchame... Yo no puedo firmar el Acuerdo.
-- Pero ¡cómo! ¡Si es lo único que voy a hacer allá! ¿Tú crees que voy a ir a tu f... ciudad, llevando todas las lapiceras de oro para repartir después de la firma, teniendo que sonreír a todos los f... periodistas chilenos (porque a los americanos ya no les sonrío hace mucho) y posando para los f... fotógrafos, perdiendo tiempo, cuando lo que me gustaría sería estar pegando unos palos de golf en el Club Los Leones, idea que me encanta, pues, al igual que a Groucho Marx, los únicos clubes que me gustan son los que no admitirían a un tipo como yo como socio. Y tú me sales con que el Acuerdo de Energía Nuclear, la única "pantalla" que tengo para irme a hacer lo más agradable de este f... viaje, no lo puedes firmar? ¡F... you, Sebastián, f... you!
-- Obama, entiéndeme, cáptame, compréndeme. Unos miserables han sacado a luz un documento de 2006 en que me comprometo a oponerme a las centrales nucleares. ¿Cómo voy a firmar el Acuerdo para promoverlas? En lo que estoy peor en las encuestas es en credibilidad ¿y me voy a dejar pillar otra vez?
-- ¿Pero cómo no tienes un tipo que explique lo inexplicable? ¿Qué clase de Presidente eres? ¡Todos lo tenemos!
--Sí, podría ser, tal vez Hinzpeter pueda explicarlo. Pero te pido una cosa, entonces: que no se mencione la palabra "nuclear". "Energía", "capacidad generadora", "electricidad barata"... hay tantos términos. Pero no "nuclear".
--Okey, de acuerdo, nada de "nuclear". ¡Qué más da! La f... firma, los f... discursos, la f.. foto y de ahí al golf.
--Y nada de conferencia de prensa ni de preguntas, porque está lleno de tipos miserables que son capaces de sacar el documento de 2006.
--¡Ése es problema tuyo, Sebastián! Yo para entonces voy a estar haciendo "birdie" en el hoyo dos.
miércoles, 16 de marzo de 2011
Un Debate Ocioso
Hay multiplicidad de opiniones acerca de la posibilidad de generar energía eléctrica mediante centrales nucleares en un país sísmico como el nuestro. Pero es un debate inútil, porque ha aparecido un documento, firmado en 2006 por el actual Presidente de la República, en que él se compromete a oponerse a las centrales nucleares.
Entonces, tal como sucedió en el caso de la termoeléctrica Barrancones, que no sólo era necesaria y urgente, sino que contaba con los permisos ambientales para su construcción y el visto bueno de las autoridades de gobierno, el surgimiento del testimonio de un compromiso de campaña del actual mandatario, oponiéndose a su construcción, fue suficiente para que él, pasando por sobre los estudios técnicos, las resoluciones ambientales y las necesidades del crecimiento económico a mediano plazo, dejara sin efecto la autorización de esa central.
El ministro de Energía, Laurence Golborne, si bien ya ha dicho que durante el actual gobierno no se construirá ninguna central nuclear, ha señalado que se avanzará en los estudios acerca de su necesidad y conveniencia. Pero ahora, con la aparición del documento en que Sebastián Piñera se comprometió en 2006 a oponerse a tales centrales, su gobierno ni siquiera puede permitirse hacer estudios preliminares al respecto. Pues el solo hecho de encargarlos ya pondría al Presidente en condición de incumplimiento de una promesa explícita hecha a la ciudadanía. Si se opone a que exista esa clase de generación, debe oponerse a que se estudie la posibilidad de ella.
El alcalde de "La Pérgola de las Flores" cantaba: "A todos les digo que sí, y después hago lo que me conviene más". Un político por antonomasia. Para ganar votos ésa suele ser una buena receta. Pero si se ha prometido también alto crecimiento económico y bienestar social, junto con prometer no construir centrales termoeléctricas ni estudiar otras mejores alternativas futuras de generación más eficiente, como la nuclear, una de las dos promesas --la de oponerse a las centrales o la de tener alto crecimiento-- quedará sin cumplir.
La firma presidencial en el documento de 2006 le impide, entonces, al ministro Golborne incluso estudiar al punto.
Si después de estos cuatro años viene otro gobierno presidido por alguien que no "le haya dicho que sí a todo el mundo" (alguien que bien podría ser, según las encuestas, presidido por Laurence Golborne), recién entonces podrá hacer los estudios necesarios y, probablemente, llegar a la conclusión de que la energía más barata, limpia y segura, incluso en un país sísmico, es la producida por centrales nucleares de última generación. Entonces todo el mundo va a reconocer que se habrán perdido cuatro años.
Es la índole de perjuicio social que representa la demagogia para el bienestar de los pueblos.
Entonces, tal como sucedió en el caso de la termoeléctrica Barrancones, que no sólo era necesaria y urgente, sino que contaba con los permisos ambientales para su construcción y el visto bueno de las autoridades de gobierno, el surgimiento del testimonio de un compromiso de campaña del actual mandatario, oponiéndose a su construcción, fue suficiente para que él, pasando por sobre los estudios técnicos, las resoluciones ambientales y las necesidades del crecimiento económico a mediano plazo, dejara sin efecto la autorización de esa central.
El ministro de Energía, Laurence Golborne, si bien ya ha dicho que durante el actual gobierno no se construirá ninguna central nuclear, ha señalado que se avanzará en los estudios acerca de su necesidad y conveniencia. Pero ahora, con la aparición del documento en que Sebastián Piñera se comprometió en 2006 a oponerse a tales centrales, su gobierno ni siquiera puede permitirse hacer estudios preliminares al respecto. Pues el solo hecho de encargarlos ya pondría al Presidente en condición de incumplimiento de una promesa explícita hecha a la ciudadanía. Si se opone a que exista esa clase de generación, debe oponerse a que se estudie la posibilidad de ella.
El alcalde de "La Pérgola de las Flores" cantaba: "A todos les digo que sí, y después hago lo que me conviene más". Un político por antonomasia. Para ganar votos ésa suele ser una buena receta. Pero si se ha prometido también alto crecimiento económico y bienestar social, junto con prometer no construir centrales termoeléctricas ni estudiar otras mejores alternativas futuras de generación más eficiente, como la nuclear, una de las dos promesas --la de oponerse a las centrales o la de tener alto crecimiento-- quedará sin cumplir.
La firma presidencial en el documento de 2006 le impide, entonces, al ministro Golborne incluso estudiar al punto.
Si después de estos cuatro años viene otro gobierno presidido por alguien que no "le haya dicho que sí a todo el mundo" (alguien que bien podría ser, según las encuestas, presidido por Laurence Golborne), recién entonces podrá hacer los estudios necesarios y, probablemente, llegar a la conclusión de que la energía más barata, limpia y segura, incluso en un país sísmico, es la producida por centrales nucleares de última generación. Entonces todo el mundo va a reconocer que se habrán perdido cuatro años.
Es la índole de perjuicio social que representa la demagogia para el bienestar de los pueblos.
martes, 15 de marzo de 2011
¿Y la Ética? Bien, Gracias.
Hace 38 años Gerald Ford fue designado vicepresidente de los EE. UU., tras la destitución, por corrupción, del vicepresidente elegido, Spiro Agnew. Las publicaciones de la época señalaban que Ford no era hombre de grandes capacidades como estadista, pero si era acrisoladamente honrado. Y como no habían podido encontrar a otro que fuera a la vez honrado y capacitado, lo habían designado a él. Eso no hablaba muy bien de la ética de los políticos norteamericanos, pero al menos significaba que le prestaban alguna consideración.
Hoy, en Chile, hacia donde uno se dé vuelta se encuentra con que ella no merece casi ninguna, y no sólo en la política.
Hoy ha asumido la presidencia del Senado el parlamentario Guido Girardi, de quien su compañero de coalición y ex senador, Roberto Muñoz Barra, ha recordado, días atrás, en carta a "La Segunda", que fue responsabilizado de cargar indebidamente millones de pesos en correspondencia de su interés particular a la Cámara de Diputados; de haber presentado una factura irregular por 29 millones de pesos para obtener ese monto como reembolso de supuestos gastos electorales; y de haber comprado, con la promesa de un par de zapatillas nuevas, a "un pelusita de todo servicio" para acusar falsamente ante la TV a dos senadores de derecha de haber asistido a fiestas pedófilas. Todas estas cosas fueron ampliamente publicadas en los respectivos momentos de su ocurrencia, pero ninguna ha obstado a que su protagonista hoy haya sido elevado a la más alta dignidad del Poder Legislativo.
¿Y la ética? Bien, gracias.
El ex senador Muñoz Barra recordó lo anterior a raíz de las acusaciones levantadas contra la Intendenta de Concepción, que fue grabada ofreciendo a un grupo de pobladores hacerlos pasar por damnificados del terremoto, para conseguirles mejores viviendas. La falta de la Intendenta era mucho menor que las de Girardi, pero, no obstante, existía, sin perjuicio de lo cual fue respaldada por su partido y confirmada en su cargo por el Presidente de la República.
¿Y la ética? Bien, gracias.
En la municipalidad de La Florida, tras la renuncia del alcalde socialista, no se ha podido elegir a su sucesor, por deserción de los concejales de la Concertación, que impide tener quórum para elegirlo. Se supone que tiene votos para ser designado alcalde un concejal de la UDI, que exhibe una cantidad impresionante de documentos impagos en DICOM. ¿Es que no hay una incompatibilidad entre esa lamentable situación patrimonial y el hecho de que, si es alcalde, manejará cuantiosos recursos públicos?
Hoy también ha sido confirmado como presidente de la ANFP, el señor Sergio Jadue, de quien he leído lo siguiente, en "Qué Pasa" del 11 de marzo, página 27, referido a cómo llegó a ser presidente del club La Calera, en el cual, él mismo refiere, era director y, al mismo tiempo, trabajaba: "...comienza su contrato formal de trabajo en La Calera, 'el que yo pido que no se haga a nombre del club, pues los directores no podemos recibir remuneración, por lo que se extiende a nombre de Serrano Consultores, por una remuneración mensual de $2 millones, retroactiva desde marzo de 2008, encomendándoseme en él hacerme cargo de todos los temas deportivos del club'". Los directores no podían recibir remuneración, pero él la recibió; ¿cómo? simulando un contrato con otra firma. Y todo esto lo declaró ante el Ministerio Público, al cual todo lo anterior parece no haberle siquiera llamado la atención.
¿Y la ética? Bien, gracias.
Bueno, todo esto sucede en un país en que alguien puede, como ejecutivo de un banco, haber otorgado créditos, que reglamentariamente no podía otorgar, a sociedades relacionadas con él; y haberlos empleado en comprar acciones del mismo banco, que la ley le prohibía comprar. Al cabo, habiendo quedado todo eso impune, y sin mayor reparo ciudadano, la misma persona puede ocupar altas responsabilidades públicas.
¿Y la ética? Bien, gracias.
Hoy, en Chile, hacia donde uno se dé vuelta se encuentra con que ella no merece casi ninguna, y no sólo en la política.
Hoy ha asumido la presidencia del Senado el parlamentario Guido Girardi, de quien su compañero de coalición y ex senador, Roberto Muñoz Barra, ha recordado, días atrás, en carta a "La Segunda", que fue responsabilizado de cargar indebidamente millones de pesos en correspondencia de su interés particular a la Cámara de Diputados; de haber presentado una factura irregular por 29 millones de pesos para obtener ese monto como reembolso de supuestos gastos electorales; y de haber comprado, con la promesa de un par de zapatillas nuevas, a "un pelusita de todo servicio" para acusar falsamente ante la TV a dos senadores de derecha de haber asistido a fiestas pedófilas. Todas estas cosas fueron ampliamente publicadas en los respectivos momentos de su ocurrencia, pero ninguna ha obstado a que su protagonista hoy haya sido elevado a la más alta dignidad del Poder Legislativo.
¿Y la ética? Bien, gracias.
El ex senador Muñoz Barra recordó lo anterior a raíz de las acusaciones levantadas contra la Intendenta de Concepción, que fue grabada ofreciendo a un grupo de pobladores hacerlos pasar por damnificados del terremoto, para conseguirles mejores viviendas. La falta de la Intendenta era mucho menor que las de Girardi, pero, no obstante, existía, sin perjuicio de lo cual fue respaldada por su partido y confirmada en su cargo por el Presidente de la República.
¿Y la ética? Bien, gracias.
En la municipalidad de La Florida, tras la renuncia del alcalde socialista, no se ha podido elegir a su sucesor, por deserción de los concejales de la Concertación, que impide tener quórum para elegirlo. Se supone que tiene votos para ser designado alcalde un concejal de la UDI, que exhibe una cantidad impresionante de documentos impagos en DICOM. ¿Es que no hay una incompatibilidad entre esa lamentable situación patrimonial y el hecho de que, si es alcalde, manejará cuantiosos recursos públicos?
Hoy también ha sido confirmado como presidente de la ANFP, el señor Sergio Jadue, de quien he leído lo siguiente, en "Qué Pasa" del 11 de marzo, página 27, referido a cómo llegó a ser presidente del club La Calera, en el cual, él mismo refiere, era director y, al mismo tiempo, trabajaba: "...comienza su contrato formal de trabajo en La Calera, 'el que yo pido que no se haga a nombre del club, pues los directores no podemos recibir remuneración, por lo que se extiende a nombre de Serrano Consultores, por una remuneración mensual de $2 millones, retroactiva desde marzo de 2008, encomendándoseme en él hacerme cargo de todos los temas deportivos del club'". Los directores no podían recibir remuneración, pero él la recibió; ¿cómo? simulando un contrato con otra firma. Y todo esto lo declaró ante el Ministerio Público, al cual todo lo anterior parece no haberle siquiera llamado la atención.
¿Y la ética? Bien, gracias.
Bueno, todo esto sucede en un país en que alguien puede, como ejecutivo de un banco, haber otorgado créditos, que reglamentariamente no podía otorgar, a sociedades relacionadas con él; y haberlos empleado en comprar acciones del mismo banco, que la ley le prohibía comprar. Al cabo, habiendo quedado todo eso impune, y sin mayor reparo ciudadano, la misma persona puede ocupar altas responsabilidades públicas.
¿Y la ética? Bien, gracias.
lunes, 14 de marzo de 2011
Me Intentaron Lavar el Cerebro en Vano
Hace poco rato llegué a mi casa y me senté a esperar las noticias ante el televisor, con "La Segunda" entre las manos. Como muchas "noticias" de la TV no son tales, en esos paréntesis leo "La Segunda". Pero todavía faltaba para las nueve y el televisor estaba sintonizado en el canal 13 Cable, que exhibía un programa llamado "Réquiem" y algo más, sobre famosos entierros de la historia.
En este caso era el del padre André Jarlan, sacerdote francés que vivía en los años '80 en la población "La Victoria" y a quien dio muerte una bala disparada por un suboficial de Carabineros durante una "jornada de protesta" contra el Gobierno Militar, organizada por sus opositores políticos. Esos llamados a "protesta" daban pie a que el FPMR, el Lautaro y el MIR emplearan sus armas, sobre todo en esa población, lo que obligaba a las fuerzas de orden a usar las propias. Las esperanzas opositoras estaban cifradas en que ello diera lugar a víctimas inocentes, para explotarlas en perjuicio del régimen.
La versión televisiva de la muerte del sacerdote indicaba, sin dejar margen de duda, que fue asesinado. Monseñor Cristián Precht apareció hablando durante la Misa fúnebre en la Catedral, refiriéndose a la "bala asesina". Qué más claro. Después apareció filmado, el mismo día, el cardenal arzobispo Raúl Silva Henríquez, que dijo algo sorprendente (cito de memoria): "Está bien que maten sacerdotes, así como han matado a tantos otros chilenos". Y se retiró de la cámara visiblemente satisfecho de su agudeza.
Al fin de cuentas, casi me lavaron el cerebro. Pero, lástima, yo recordaba la verdad. Primero, el sacerdote Jarlan no quiso ese día ser parte de la "jornada de protesta", posiblemente para no ser objeto de un aprovechamiento político. Entonces, en lugar de sumarse a las manifestaciones de "La Victoria", como otros sacerdotes, se sentó ante una pequeña mesa-escritorio en el segundo piso de la parroquia y se puso a leer la Biblia.
En la calle había graves desórdenes. Ya era de noche. Un grupo de carabineros quiso disolver las manifestaciones y disparó al aire. Entre ellos se hallaba un cabo de apellidos Poveda Quilodrán. Un tiro suyo se desvió en la parte superior del tronco de un árbol y atravesó la pared de madera del segundo piso de la casa donde estaba el padre Jarlan, fuera de la vista del cabo, con tan mala suerte que le dio a aquél junto a la oreja derecha, causándole la muerte.
Se instruyó un proceso que duró años y la justicia ordinaria al final se declaró incompetente. En 1992 sobreseyó la causa. Nadie la ha reactivado, no sólo porque no es legalmente procedente (si bien eso no les importa a los jueces actuales) sino porque, si se hiciera, quedaría públicamente acreditado que se trató de una muerte accidental. Y eso ya no sería políticamente correcto, aceptable ni conveniente, porque generalizadamente ha quedado constituido en hecho irrefutable que el padre André Jarlan fue asesinado.
Y casi veinte años después se sigue sosteniendo así en un programa de televisión de reciente factura y amplia difusión, que contribuye eficazmente al lavado de los cerebros de los chilenos, dirigido a dejarlos completamente limpios de toda verdad histórica.
Tarea que ya está casi completamente consumada. Salvo en mi caso, por supuesto, que reconocidamente no tiene remedio.
En este caso era el del padre André Jarlan, sacerdote francés que vivía en los años '80 en la población "La Victoria" y a quien dio muerte una bala disparada por un suboficial de Carabineros durante una "jornada de protesta" contra el Gobierno Militar, organizada por sus opositores políticos. Esos llamados a "protesta" daban pie a que el FPMR, el Lautaro y el MIR emplearan sus armas, sobre todo en esa población, lo que obligaba a las fuerzas de orden a usar las propias. Las esperanzas opositoras estaban cifradas en que ello diera lugar a víctimas inocentes, para explotarlas en perjuicio del régimen.
La versión televisiva de la muerte del sacerdote indicaba, sin dejar margen de duda, que fue asesinado. Monseñor Cristián Precht apareció hablando durante la Misa fúnebre en la Catedral, refiriéndose a la "bala asesina". Qué más claro. Después apareció filmado, el mismo día, el cardenal arzobispo Raúl Silva Henríquez, que dijo algo sorprendente (cito de memoria): "Está bien que maten sacerdotes, así como han matado a tantos otros chilenos". Y se retiró de la cámara visiblemente satisfecho de su agudeza.
Al fin de cuentas, casi me lavaron el cerebro. Pero, lástima, yo recordaba la verdad. Primero, el sacerdote Jarlan no quiso ese día ser parte de la "jornada de protesta", posiblemente para no ser objeto de un aprovechamiento político. Entonces, en lugar de sumarse a las manifestaciones de "La Victoria", como otros sacerdotes, se sentó ante una pequeña mesa-escritorio en el segundo piso de la parroquia y se puso a leer la Biblia.
En la calle había graves desórdenes. Ya era de noche. Un grupo de carabineros quiso disolver las manifestaciones y disparó al aire. Entre ellos se hallaba un cabo de apellidos Poveda Quilodrán. Un tiro suyo se desvió en la parte superior del tronco de un árbol y atravesó la pared de madera del segundo piso de la casa donde estaba el padre Jarlan, fuera de la vista del cabo, con tan mala suerte que le dio a aquél junto a la oreja derecha, causándole la muerte.
Se instruyó un proceso que duró años y la justicia ordinaria al final se declaró incompetente. En 1992 sobreseyó la causa. Nadie la ha reactivado, no sólo porque no es legalmente procedente (si bien eso no les importa a los jueces actuales) sino porque, si se hiciera, quedaría públicamente acreditado que se trató de una muerte accidental. Y eso ya no sería políticamente correcto, aceptable ni conveniente, porque generalizadamente ha quedado constituido en hecho irrefutable que el padre André Jarlan fue asesinado.
Y casi veinte años después se sigue sosteniendo así en un programa de televisión de reciente factura y amplia difusión, que contribuye eficazmente al lavado de los cerebros de los chilenos, dirigido a dejarlos completamente limpios de toda verdad histórica.
Tarea que ya está casi completamente consumada. Salvo en mi caso, por supuesto, que reconocidamente no tiene remedio.
domingo, 13 de marzo de 2011
El Pobre Nivel de un Pobre Debate
El país vive tan sumido en una atmósfera de lugares comunes y consignas en el debate público que ya ha perdido todo sentido crítico o analítico.
Hay gran discusión acerca de si debe o no incluirse en un indulto a un anciano y enfermo general que está preso y todos, partiendo por el juez que lo condenó, saben que es inocente de los hechos que se le imputan, aparte de otras incontables razones legales que bajo un verdadero estado de derecho impedirían que estuviera preso. Sí, créanme, el juez sabe que, además, es inocente, pero ese juez perpetró una vindicta política. Por eso lo condenó. Es que ese general encabezó la CNI (mucho después de los hechos por los cuales se le ha condenado y sin que ni siquiera los jueces de izquierda hayan encontrado cómo procesarlo por su desempeño en la CNI). Y ustedes saben que la CNI está políticamente proscrita. Por eso el ministro Allamand despide a asesores de su cartera si es que siquiera trabajaron unos meses para la CNI.
Pero, a la vez, ¿cómo no se va a indultar a ese general? Si no se le indulta a él, viejo, enfermo, inocente ¿a quién se puede entonces indultar? A nadie, sería la conclusión lógica. Pero el nivel del debate interno es tan pobre, tan miserable, tan por debajo de la lógica más elemental, que Gobierno y Oposición están de acuerdo en lanzar a la calle a casi diez mil delincuentes comunes a través de un indulto, pero no quieren aparecer dándoselo a un general (r) octogenario, enfermo e inocente. Ese es el país en que vivimos. A ese nivel se toman las decisiones.
El Presidente no quiere indultar a ese general, pudiendo él, por sí y ante sí, perfectamente hacerlo. Pero ya le denegó el indulto apenas asumió. Porque en el nivel miserable de nuestro debate público ese general es "un violador de derechos humanos". Cosa que no es, pues nunca se le ha probado haberlos atropellado. Pero, claro, tampoco el Presidente puede así como así, ahora, volvérselo a denegar cuando se propone lanzar a la calle a miles de delincuentes comunes.
Entonces, siempre infinitamente habilidoso, "le pasa la papa caliente" al Congreso. Que el Congreso se lo deniegue, cosa que ciertamente va a hacer. Y así se libra del problema.
Otra miseria de este debate miserable es que los 60 o 65 uniformados presos (ni ellos mismos saben con exactitud la cifra) son personas que antes de verse envueltos en la lucha contra veinte mil terroristas de izquierda armados (diez mil locales, reconocidos por Altamirano; y otros diez mil extranjeros, certificados por la OEA), fueron ciudadanos ejemplares. Y después de su actuar en los servicios de inteligencia también. Son ciudadanos decentes y respetuosos de las leyes, que durante un período debieron combatir a terroristas. Y muchos de ellos están presos sin siquiera haber cometido atropellos contra los propios terroristas de izquierda. Eso lo sabe todo el mundo. Lo que sucede es que quienes saben cuáles son inocentes incluso de aquello no han querido hasta hoy revelarlo.
Todo esto sucede porque hay un grupo afín al terrorismo de izquierda que es capaz de poner bombas, cometer atentados, salir a las calles y destruir propiedad pública y privada, y que además tiene mucho armamento ("por si las moscas", como confesó una vez su jefe). Es el temor a la violencia terrorista, que invade por igual al Gobierno y al Congreso, con excepción de sus miembros identificados con esos terroristas, que son una media docena y, por supuesto, no tienen ningún temor, pues la naturaleza de su misión es infundírselo a otros y así lograr todo lo que se proponen y ser recibidos en Palacio e invitados a giras internacionales.
Ese es el pobre nivel del miserable debate interno actual, que discurre entre consignas, hipocresías, miedos y mentiras. El resultado es perfectamente previsible: van a soltar a miles de delincuentes para que vuelvan a su oficio habitual, mediante indulto, y se lo van a denegar a un caballero que no constituye peligro alguno para la sociedad, sino que sólo es un testimonio vivo de la injusticia, de la ilegalidad, de la falta de toda compasión y del absurdo en que discurre la vida pública en el país de los lugares comunes, de la vociferación izquierdista, de la derecha difunta y de los cerebros perfecta y metódicamente lavados.
Hay gran discusión acerca de si debe o no incluirse en un indulto a un anciano y enfermo general que está preso y todos, partiendo por el juez que lo condenó, saben que es inocente de los hechos que se le imputan, aparte de otras incontables razones legales que bajo un verdadero estado de derecho impedirían que estuviera preso. Sí, créanme, el juez sabe que, además, es inocente, pero ese juez perpetró una vindicta política. Por eso lo condenó. Es que ese general encabezó la CNI (mucho después de los hechos por los cuales se le ha condenado y sin que ni siquiera los jueces de izquierda hayan encontrado cómo procesarlo por su desempeño en la CNI). Y ustedes saben que la CNI está políticamente proscrita. Por eso el ministro Allamand despide a asesores de su cartera si es que siquiera trabajaron unos meses para la CNI.
Pero, a la vez, ¿cómo no se va a indultar a ese general? Si no se le indulta a él, viejo, enfermo, inocente ¿a quién se puede entonces indultar? A nadie, sería la conclusión lógica. Pero el nivel del debate interno es tan pobre, tan miserable, tan por debajo de la lógica más elemental, que Gobierno y Oposición están de acuerdo en lanzar a la calle a casi diez mil delincuentes comunes a través de un indulto, pero no quieren aparecer dándoselo a un general (r) octogenario, enfermo e inocente. Ese es el país en que vivimos. A ese nivel se toman las decisiones.
El Presidente no quiere indultar a ese general, pudiendo él, por sí y ante sí, perfectamente hacerlo. Pero ya le denegó el indulto apenas asumió. Porque en el nivel miserable de nuestro debate público ese general es "un violador de derechos humanos". Cosa que no es, pues nunca se le ha probado haberlos atropellado. Pero, claro, tampoco el Presidente puede así como así, ahora, volvérselo a denegar cuando se propone lanzar a la calle a miles de delincuentes comunes.
Entonces, siempre infinitamente habilidoso, "le pasa la papa caliente" al Congreso. Que el Congreso se lo deniegue, cosa que ciertamente va a hacer. Y así se libra del problema.
Otra miseria de este debate miserable es que los 60 o 65 uniformados presos (ni ellos mismos saben con exactitud la cifra) son personas que antes de verse envueltos en la lucha contra veinte mil terroristas de izquierda armados (diez mil locales, reconocidos por Altamirano; y otros diez mil extranjeros, certificados por la OEA), fueron ciudadanos ejemplares. Y después de su actuar en los servicios de inteligencia también. Son ciudadanos decentes y respetuosos de las leyes, que durante un período debieron combatir a terroristas. Y muchos de ellos están presos sin siquiera haber cometido atropellos contra los propios terroristas de izquierda. Eso lo sabe todo el mundo. Lo que sucede es que quienes saben cuáles son inocentes incluso de aquello no han querido hasta hoy revelarlo.
Todo esto sucede porque hay un grupo afín al terrorismo de izquierda que es capaz de poner bombas, cometer atentados, salir a las calles y destruir propiedad pública y privada, y que además tiene mucho armamento ("por si las moscas", como confesó una vez su jefe). Es el temor a la violencia terrorista, que invade por igual al Gobierno y al Congreso, con excepción de sus miembros identificados con esos terroristas, que son una media docena y, por supuesto, no tienen ningún temor, pues la naturaleza de su misión es infundírselo a otros y así lograr todo lo que se proponen y ser recibidos en Palacio e invitados a giras internacionales.
Ese es el pobre nivel del miserable debate interno actual, que discurre entre consignas, hipocresías, miedos y mentiras. El resultado es perfectamente previsible: van a soltar a miles de delincuentes para que vuelvan a su oficio habitual, mediante indulto, y se lo van a denegar a un caballero que no constituye peligro alguno para la sociedad, sino que sólo es un testimonio vivo de la injusticia, de la ilegalidad, de la falta de toda compasión y del absurdo en que discurre la vida pública en el país de los lugares comunes, de la vociferación izquierdista, de la derecha difunta y de los cerebros perfecta y metódicamente lavados.
sábado, 12 de marzo de 2011
Muchos Se Están Dando Cuenta
"El Mercurio" de hoy trae un artículo de opinión del historiador Sergio Villalobos sobre la peregrina idea del Presidente Piñera de hacer un reconocimiento constitucional de los llamados "pueblos originarios", disparate que este blog ha denunciado reiteradamente. Claro, el historiador lo hace en términos más circunspectos, lo que no cuesta mucho que suceda en comparación conmigo: "La unidad esencial del país se resentirá, dado que esa unidad ha sido fundamental en el trayecto exitoso de la nación". ¿Cómo lo digo yo?: "El proyecto indigenista de Piñera es disparatado y amenaza la unidad nacional".
Y "El Mercurio" editorializa sobre el mismo tema en la página siguiente, al analizar la idea de una "consulta nacional a pueblos indígenas", que forma parte del mismo proyecto. Dice: "El principal riesgo de esta consulta... es político, y radica en crear expectativas que luego puede resultar poco razonable o imposible de satisfacer".
El mismo diario, en su primer editorial, opina sobre el "Triste espectáculo del fútbol chileno". Triste espectáculo que se comenzó a gestar cuando un señor que siempre quiere "quedarse con todas las bolitas", empezó a ilusionarse con ser él también el dueño del fútbol, el que levantara la Copa Mundial, la Copa América y cualquier otro trofeo que pudiera alzarse frente a las pantallas y a millones de telespectadores. Pero se encontró con que el fútbol estaba en manos de personas profesionales, honestas y trabajadoras, que no querían ser comparsas de una escenificación con propósitos electorales, sino solamente hacer bien su trabajo y tener resultados exitosos para todo el país y no para una sola persona.
Entonces, había que echarlas. Pues bien, lo logró, pero si bien la interferencia terminó en que él se quedara con la bolita que le faltaba, su maniobra resultó, por fortuna, frustrada. La gente se dio cuenta de todo y tuvo que dejar de ser dueño y controlador de Colo Colo (condición a la que también había llegado por móviles electorales, pues es hincha de la Católica, pero como es un club menos popular y por eso reditúa menos votación, se trasladó). Bueno, ahora el controlador de Colo Colo es su consuegro, pero nadie tiene derecho a ser mal pensado y por eso confiamos todos en que, por fin, el que quiere ser dueño de todas las bolitas no haya podido quedarse también con ésta. Pero el hecho fue que desarmó completamente un esquema exitoso del fútbol y que el presidente de la sociedad anónima Blanco y Negro (que sólo pudo ser tal con la anuencia y siguiendo las instrucciones del anterior socio controlador), acaba de alejarse después de encabezar la maniobra que desplazó a la directiva independiente y profesional, todo lo cual ha redundado ahora en el "triste espectáculo del fútbol chileno", como lo califica "El Mercurio". Por cierto, mi proverbial modestia me impide exclamar ahora: "¡Ya les decía yo!".
Y si ayer escribí sobre el último espasmo populista del Presidente, que ha quebrantado la institucionalidad energética, reduciendo inopinadamente un impuesto para poder bajar la bencina y así mejorar en las encuestas, pero perjudicando el interés general, bueno, hoy "El Mercurio", en su sección "Temas Económicos", dice: "Por tanto, se debe resistir la presión para reducir el impuesto más allá de lo que establece la fórmula de estabilización recientemente aprobada". Traducido del idioma mercurial al buen chileno, dice que debe rechazarse el proyecto demagógico presentado por el Presidente con suma urgencia o discusión inmediata, para remontar en la encuesta de fines de marzo.
No voté por Sebastián Piñera porque lo conozco y sabía que iba a hacer cosas como éstas. Ya es tarde para llorar sobre la leche derramada, porque es Presidente, Protagonista, Mandamás y hace lo que se le ocurre, pero es bueno que más gente se dé cuenta del problema en que estamos metidos.
Y "El Mercurio" editorializa sobre el mismo tema en la página siguiente, al analizar la idea de una "consulta nacional a pueblos indígenas", que forma parte del mismo proyecto. Dice: "El principal riesgo de esta consulta... es político, y radica en crear expectativas que luego puede resultar poco razonable o imposible de satisfacer".
El mismo diario, en su primer editorial, opina sobre el "Triste espectáculo del fútbol chileno". Triste espectáculo que se comenzó a gestar cuando un señor que siempre quiere "quedarse con todas las bolitas", empezó a ilusionarse con ser él también el dueño del fútbol, el que levantara la Copa Mundial, la Copa América y cualquier otro trofeo que pudiera alzarse frente a las pantallas y a millones de telespectadores. Pero se encontró con que el fútbol estaba en manos de personas profesionales, honestas y trabajadoras, que no querían ser comparsas de una escenificación con propósitos electorales, sino solamente hacer bien su trabajo y tener resultados exitosos para todo el país y no para una sola persona.
Entonces, había que echarlas. Pues bien, lo logró, pero si bien la interferencia terminó en que él se quedara con la bolita que le faltaba, su maniobra resultó, por fortuna, frustrada. La gente se dio cuenta de todo y tuvo que dejar de ser dueño y controlador de Colo Colo (condición a la que también había llegado por móviles electorales, pues es hincha de la Católica, pero como es un club menos popular y por eso reditúa menos votación, se trasladó). Bueno, ahora el controlador de Colo Colo es su consuegro, pero nadie tiene derecho a ser mal pensado y por eso confiamos todos en que, por fin, el que quiere ser dueño de todas las bolitas no haya podido quedarse también con ésta. Pero el hecho fue que desarmó completamente un esquema exitoso del fútbol y que el presidente de la sociedad anónima Blanco y Negro (que sólo pudo ser tal con la anuencia y siguiendo las instrucciones del anterior socio controlador), acaba de alejarse después de encabezar la maniobra que desplazó a la directiva independiente y profesional, todo lo cual ha redundado ahora en el "triste espectáculo del fútbol chileno", como lo califica "El Mercurio". Por cierto, mi proverbial modestia me impide exclamar ahora: "¡Ya les decía yo!".
Y si ayer escribí sobre el último espasmo populista del Presidente, que ha quebrantado la institucionalidad energética, reduciendo inopinadamente un impuesto para poder bajar la bencina y así mejorar en las encuestas, pero perjudicando el interés general, bueno, hoy "El Mercurio", en su sección "Temas Económicos", dice: "Por tanto, se debe resistir la presión para reducir el impuesto más allá de lo que establece la fórmula de estabilización recientemente aprobada". Traducido del idioma mercurial al buen chileno, dice que debe rechazarse el proyecto demagógico presentado por el Presidente con suma urgencia o discusión inmediata, para remontar en la encuesta de fines de marzo.
No voté por Sebastián Piñera porque lo conozco y sabía que iba a hacer cosas como éstas. Ya es tarde para llorar sobre la leche derramada, porque es Presidente, Protagonista, Mandamás y hace lo que se le ocurre, pero es bueno que más gente se dé cuenta del problema en que estamos metidos.
viernes, 11 de marzo de 2011
Otro Espasmo de un Presidente Encuestocrático
Hay dos clases de gobernantes: los que tienen una opinión sobre los problemas nacionales y han llegado al poder para darles las soluciones en las cuales, según esa opinión, ellos creen, y los que no tienen opinión propia o no la valoran, sino que su única guía es el termómetro de la opinión pública de corto plazo. En otras palabras, gobiernan para las encuestas.
Nuestro actual gobernante entra en la segunda categoría. Sus decisiones están guiadas por el "aplausómetro". El segundo piso de La Moneda hace semanalmente encuestas. Así se configura el programa de gobierno. Ayer se ha dado una nueva prueba de ello.
Después de una discusión técnica y basado en el dictamen de los expertos, el gobierno consiguió hacer aprobar por ley un sistema de protección de los precios de los combustibles (SIPCO). De acuerdo a ese sistema, no correspondía en los últimos días rebajar el impuesto a los combustibles, pese a las alzas. Pero bastó que los canales de TV entrevistaran a las personas que iban a poner bencina y que, como siempre que sube, estimaban muy negativa el alza, para que todo el sistema tan cuidadosamente estudiado y tan doctamente debatido en el Congreso se viniera abajo, menos de dos meses después de puesto en vigor. "Suma urgencia" para derogarlo.
¿Por qué? Porque el Presidente está mal en las últimas encuestas y necesita remontar. ¿Estudios técnicos, política de Estado, consideraciones de largo plazo, el interés permanente del país? Al diablo con todo eso. El gobernante necesita mejorar su imagen y justo ahora que derrama dádivas para todos (o por lo menos las anuncia), como posnatal, supresión del 7 por ciento de salud que cotizan los jubilados, ingreso ético garantizado, bono de bodas de oro ¿le van a venir a echar a perder la fiesta con un alza antipática de la bencina? ¿Cómo va a remontar, entonces?
Lo mismo sucedió en el caso de Barrancones. Una central eléctrica aprobada de acuerdo con todos los mecanismos de protección ambiental. Pero bastó que un periodista rescatara una grabación de la campaña, en que el candidato Piñera le prometía a cada santo una vela, costara lo que costase, para ganar votos, grabación donde decía, naturalmente que sin ningún antecedente, sino sólo guiado por el vocerío de un grupo de personas que tenía al frente y que no querían la central, que él no la iba a aprobar. A lo mejor no sabía que lo estaban grabando, pero Amaro Gómez-Pablos rescató la maldita grabación. Y en plena crisis energética, cuando el país necesita con urgencia nuevas centrales, cuando estamos al borde del racionamiento, mandó al diablo Barrancones. De facto. No valió de nada que la central hubiera pasado todos los exámenes ambientales. La institucionalidad no sirve para nada si va contra las encuestas.
Hay un viejo adagio según el cual la diferencia entre un político y un estadista es que el primero trabaja para la próxima elección y el segundo para la próxima generación.
No cuesta mucho saber si el Presidente es lo uno o lo otro.
Nuestro actual gobernante entra en la segunda categoría. Sus decisiones están guiadas por el "aplausómetro". El segundo piso de La Moneda hace semanalmente encuestas. Así se configura el programa de gobierno. Ayer se ha dado una nueva prueba de ello.
Después de una discusión técnica y basado en el dictamen de los expertos, el gobierno consiguió hacer aprobar por ley un sistema de protección de los precios de los combustibles (SIPCO). De acuerdo a ese sistema, no correspondía en los últimos días rebajar el impuesto a los combustibles, pese a las alzas. Pero bastó que los canales de TV entrevistaran a las personas que iban a poner bencina y que, como siempre que sube, estimaban muy negativa el alza, para que todo el sistema tan cuidadosamente estudiado y tan doctamente debatido en el Congreso se viniera abajo, menos de dos meses después de puesto en vigor. "Suma urgencia" para derogarlo.
¿Por qué? Porque el Presidente está mal en las últimas encuestas y necesita remontar. ¿Estudios técnicos, política de Estado, consideraciones de largo plazo, el interés permanente del país? Al diablo con todo eso. El gobernante necesita mejorar su imagen y justo ahora que derrama dádivas para todos (o por lo menos las anuncia), como posnatal, supresión del 7 por ciento de salud que cotizan los jubilados, ingreso ético garantizado, bono de bodas de oro ¿le van a venir a echar a perder la fiesta con un alza antipática de la bencina? ¿Cómo va a remontar, entonces?
Lo mismo sucedió en el caso de Barrancones. Una central eléctrica aprobada de acuerdo con todos los mecanismos de protección ambiental. Pero bastó que un periodista rescatara una grabación de la campaña, en que el candidato Piñera le prometía a cada santo una vela, costara lo que costase, para ganar votos, grabación donde decía, naturalmente que sin ningún antecedente, sino sólo guiado por el vocerío de un grupo de personas que tenía al frente y que no querían la central, que él no la iba a aprobar. A lo mejor no sabía que lo estaban grabando, pero Amaro Gómez-Pablos rescató la maldita grabación. Y en plena crisis energética, cuando el país necesita con urgencia nuevas centrales, cuando estamos al borde del racionamiento, mandó al diablo Barrancones. De facto. No valió de nada que la central hubiera pasado todos los exámenes ambientales. La institucionalidad no sirve para nada si va contra las encuestas.
Hay un viejo adagio según el cual la diferencia entre un político y un estadista es que el primero trabaja para la próxima elección y el segundo para la próxima generación.
No cuesta mucho saber si el Presidente es lo uno o lo otro.
jueves, 10 de marzo de 2011
Un Año de Letra Chica
Las personas que se conforman con las cosas que les dan escritas en letra grande pueden considerar que este primer año de gobierno de Sebastián Piñera termina razonablemente bien.
La economía, que es importante, porque es la que produce las cosas que todos necesitamos, marcha razonablemente bien. El país vive en paz con sus vecinos. No hay ya, como antes, una superpotencia respaldando la subversión de nuestro orden interno a través de agentes armados. Y si uno no es uniformado ni terrateniente del sur ni inversionista en Pascua, puede tener la expectativa de que las leyes, más o menos, protejan sus derechos.
Pero si usted fue de los que hace un año creyeron que asumía un gobierno diferente de los anteriores, y fue de los que se alegraron por eso, se habrá dado cuenta de que se equivocó.
Es verdad que los ministros, subsecretarios y funcionarios que han llegado a dirigir la administración pública son mucho mejores que los de la Concertación. Eso se advierte a simple vista. Pero la conducción superior es la misma de antes. Sebastián Piñera ha dicho que su paradigma de gobierno es el de Patricio Aylwin, con sus "pedacitos más, pedacitos menos" y su persecución a los mismos militares a quienes había incitado en 1973 a hacerse del poder, "cuando las papas quemaban", persecución que hoy continúa idéntica, desde una oficina dedicada a eso en el ministerio del Interior y desde el Consejo de Defensa del Estado.
A los presos y procesados uniformados no se les ha cumplido ni siquiera la letra grande de lo que el candidato les prometió. Ahora exoneran a ex oficiales de asesorías en Defensa por el solo hecho de haber trabajado en la DINA o la CNI o por ser parientes de alguien que lo hizo. Eso no había acontecido bajo la Concertación.
Otras promesas de la campaña venían "con letra chica". El post-natal de seis meses ha quedado sujeto a toda clase de condicionamientos. Si una mujer ingenua oyó al candidato prometerlo y se imaginó que era cosa de tener un hijo y gozar de un subsidio de seis meses, se equivocó. Había que tener contrato de trabajo y ocho meses de cotizaciones previsionales, lo que deja fuera del beneficio a casi dos tercios de las mujeres (entre ellas las más pobres).
El bono de las bodas de oro, de $250 mil pesos, que todavìa no se paga, estará resultando ser sólo para los que cumplan 50 años de matrimonio en 2010, 2011 y 2012, y no pertenezcan al 20% de mayores ingresos.
La prometida supresión de la cotizaciòn de 7% de atención de salud de los jubilados tampoco será para todos, sino sólo para los jubilados más pobres. Letra chica.
El candidato prometió crear un millón de nuevos empleos y se dice que en 2010 ya se crearon cerca de 400 mil, pero la letra chica añade dos cosas: primera, que se cambió la metodología de la medición y ahora se considera empleado al que trabaja una hora a la semana, en circunstancias que antes la exigencia era de a lo menos tres horas; luego, aumentaron los ocupados "por secretaría"; y, segunda, que ahora hay más desempleados que en 2009. Es la magia de las estadísticas. Por último, la cifra de desempleo creció en la última encuesta.
Se ha transigido ante el terrorismo de la zona sur, renunciándose a aplicar a los terroristas la legislación más severa. Tal como lo habría hecho Michelle Bachelet.
Cuando los magallámnicos se alzaron porque justificadamente se buscaba poner término al subsidio que les permite pagar nueve veces menos que los santiaguinos por el gas, finalmente se cedió ante ellos. Hoy la realidad es que dentro de siete años se agotará el gas de Magallanes y no se están haciendo exploraciones porque las tarifas actuales no permiten financiarlas. Pan para hoy, hambre para mañana.
Si usted creyó eso del "Presidente de centro-derecha" puede haber pensado que el nuevo gobierno iba a financiar su programa reduciendo el enorme tamaño del Estado y no volviendo a subir impuestos, como lo había hecho la Concertación (si bien había dejado de hacerlo, bajo Andrés Velasco). Si usted pensó eso, se equivocó: el tamaño del Estado crecerá en 2011, habrá nuevos ministerios y nuevos organismos estatales, los impuestos han subido, las contribuciones han subido, varias exenciones tributarias han sido suprimidas.
El país afronta un problema de escasez de energía y de falta de competitividad, debido a los altos precios de aquélla. ¿Cómo bajar los precios? Receta de derecha: aumentando la oferta, permitiendo la instalación de más centrales de todo tipo. ¿Cuál ha sido la única actuación concreta del Presidente que cumple un año en el poder? Ordenar, por sí y ante sí, que no se lleve a cabo la construcción de la central Barrancones, que había cumplido las exigencias ambientales.
La consecuencia es que el gobernante, según las encuestas, resulta poco creíble y recibe un porcentaje de rechazo muy alto, de 49%. Porque, cuando era candidato, había expresado: "He dicho un millón de veces que voy a vender mis acciones de LAN antes de asumir", y no cumplió. Tampoco con Chilevisión, que vendió tardíamente. Y con Colo Colo, que ahora controla su consuegro. Y antes de irse de Colo Colo, del cual era controlador, consiguió que sus personeros (que no se mandaban solos) encabezaran el cambio de directiva en la ANFP. El país sabe a lo que condujo ese cambio.
Él ha intentado alcanzar un protagonismo sin precedentes durante este primer año de ejercicio. La gente ha tenido oportunidad de verlo y oírlo a toda hora y acerca de toda suerte de temas. Y parece que casi a la mitad no le ha gustado lo que ha visto y oído.
La economía, que es importante, porque es la que produce las cosas que todos necesitamos, marcha razonablemente bien. El país vive en paz con sus vecinos. No hay ya, como antes, una superpotencia respaldando la subversión de nuestro orden interno a través de agentes armados. Y si uno no es uniformado ni terrateniente del sur ni inversionista en Pascua, puede tener la expectativa de que las leyes, más o menos, protejan sus derechos.
Pero si usted fue de los que hace un año creyeron que asumía un gobierno diferente de los anteriores, y fue de los que se alegraron por eso, se habrá dado cuenta de que se equivocó.
Es verdad que los ministros, subsecretarios y funcionarios que han llegado a dirigir la administración pública son mucho mejores que los de la Concertación. Eso se advierte a simple vista. Pero la conducción superior es la misma de antes. Sebastián Piñera ha dicho que su paradigma de gobierno es el de Patricio Aylwin, con sus "pedacitos más, pedacitos menos" y su persecución a los mismos militares a quienes había incitado en 1973 a hacerse del poder, "cuando las papas quemaban", persecución que hoy continúa idéntica, desde una oficina dedicada a eso en el ministerio del Interior y desde el Consejo de Defensa del Estado.
A los presos y procesados uniformados no se les ha cumplido ni siquiera la letra grande de lo que el candidato les prometió. Ahora exoneran a ex oficiales de asesorías en Defensa por el solo hecho de haber trabajado en la DINA o la CNI o por ser parientes de alguien que lo hizo. Eso no había acontecido bajo la Concertación.
Otras promesas de la campaña venían "con letra chica". El post-natal de seis meses ha quedado sujeto a toda clase de condicionamientos. Si una mujer ingenua oyó al candidato prometerlo y se imaginó que era cosa de tener un hijo y gozar de un subsidio de seis meses, se equivocó. Había que tener contrato de trabajo y ocho meses de cotizaciones previsionales, lo que deja fuera del beneficio a casi dos tercios de las mujeres (entre ellas las más pobres).
El bono de las bodas de oro, de $250 mil pesos, que todavìa no se paga, estará resultando ser sólo para los que cumplan 50 años de matrimonio en 2010, 2011 y 2012, y no pertenezcan al 20% de mayores ingresos.
La prometida supresión de la cotizaciòn de 7% de atención de salud de los jubilados tampoco será para todos, sino sólo para los jubilados más pobres. Letra chica.
El candidato prometió crear un millón de nuevos empleos y se dice que en 2010 ya se crearon cerca de 400 mil, pero la letra chica añade dos cosas: primera, que se cambió la metodología de la medición y ahora se considera empleado al que trabaja una hora a la semana, en circunstancias que antes la exigencia era de a lo menos tres horas; luego, aumentaron los ocupados "por secretaría"; y, segunda, que ahora hay más desempleados que en 2009. Es la magia de las estadísticas. Por último, la cifra de desempleo creció en la última encuesta.
Se ha transigido ante el terrorismo de la zona sur, renunciándose a aplicar a los terroristas la legislación más severa. Tal como lo habría hecho Michelle Bachelet.
Cuando los magallámnicos se alzaron porque justificadamente se buscaba poner término al subsidio que les permite pagar nueve veces menos que los santiaguinos por el gas, finalmente se cedió ante ellos. Hoy la realidad es que dentro de siete años se agotará el gas de Magallanes y no se están haciendo exploraciones porque las tarifas actuales no permiten financiarlas. Pan para hoy, hambre para mañana.
Si usted creyó eso del "Presidente de centro-derecha" puede haber pensado que el nuevo gobierno iba a financiar su programa reduciendo el enorme tamaño del Estado y no volviendo a subir impuestos, como lo había hecho la Concertación (si bien había dejado de hacerlo, bajo Andrés Velasco). Si usted pensó eso, se equivocó: el tamaño del Estado crecerá en 2011, habrá nuevos ministerios y nuevos organismos estatales, los impuestos han subido, las contribuciones han subido, varias exenciones tributarias han sido suprimidas.
El país afronta un problema de escasez de energía y de falta de competitividad, debido a los altos precios de aquélla. ¿Cómo bajar los precios? Receta de derecha: aumentando la oferta, permitiendo la instalación de más centrales de todo tipo. ¿Cuál ha sido la única actuación concreta del Presidente que cumple un año en el poder? Ordenar, por sí y ante sí, que no se lleve a cabo la construcción de la central Barrancones, que había cumplido las exigencias ambientales.
La consecuencia es que el gobernante, según las encuestas, resulta poco creíble y recibe un porcentaje de rechazo muy alto, de 49%. Porque, cuando era candidato, había expresado: "He dicho un millón de veces que voy a vender mis acciones de LAN antes de asumir", y no cumplió. Tampoco con Chilevisión, que vendió tardíamente. Y con Colo Colo, que ahora controla su consuegro. Y antes de irse de Colo Colo, del cual era controlador, consiguió que sus personeros (que no se mandaban solos) encabezaran el cambio de directiva en la ANFP. El país sabe a lo que condujo ese cambio.
Él ha intentado alcanzar un protagonismo sin precedentes durante este primer año de ejercicio. La gente ha tenido oportunidad de verlo y oírlo a toda hora y acerca de toda suerte de temas. Y parece que casi a la mitad no le ha gustado lo que ha visto y oído.
martes, 8 de marzo de 2011
Hasta la Prevaricación Tiene un Límite
La prevaricación es un delito que consiste en dictar un fallo contra ley expresa. Si eso sucede en nuestros tribunales y el o los afectados son uniformados, tal delito queda impune.
Pero todo tiene su límite y hay cosas tan insólitas que a veces hasta le dan vergüenza a la Corte Suprema, lo que no es fácil que suceda.
En un suelto de crónica de "El Mercurio" de hoy se informa brevemente: "Corte Suprema anula sentencia dictada en caso Rahue III". Rahue está en la zona de Valdivia, donde operaba, y se puede decir que gobernaba, el "comandante Pepe" líder guerrillero protegido de la Unidad Popular.
Entre septiembre y octubre de 1973 un grupo de 24 carabineros detuvo a 31 personas, obviamente no por haber estado cultivando pacíficamente la tierra o desarrollando actividades como farmacéuticos, pedagogos u odontólogos, sino por su compromiso con grupos que practicaban la violencia y tenían asolada a la zona.
Los detenidos fueron ejecutados.
Como los hechos estaban cubiertos por la amnistía de 1978 y, además, por la prescripción, en 1994 la Corte de Apelaciones de Valdivia, con el voto favorable de la ministra Emma Díaz Yévenes, sobreseyó a los carabineros.
Pero resulta que en 2005, once años después, la misma jueza fue designada como ministra con dedicación especial para investigar el mismo caso. Y pese a que ella lo había sobreseído, y a que en 2005 se añadía a la amnistía y la prescripción la causal de cosa juzgada, según la cual no se puede volver a someter a juicio por determinados hechos a personas que ya han sido juzgadas por ellos, la ministra Emma Díaz Yévenes, consciente de que en Chile, en las causas contra uniformados, ya no existía lo que se llama Estado de Derecho, es decir, no imperaban las leyes, no tuvo inconveniente en cambiar de opinión. Así, terminó condenando a los 24 carabineros a penas que van desde los cuatro años de privación de libertad hasta el presidio perpetuo.
Pero la causa llegó a la Corte Suprema y ésta ha resuelto ahora que lo obrado por doña Emma es un poco "too much", incluso para el Poder Judicial chileno. Pues ella no sólo estaba contradiciendo todo lo que había opinado en 1994 como sentenciadora; no sólo estaba atropellando la cosa juzgada, sino que estaba incurriendo en una falta adicional: fallar en una causa en la que ya había manifestado dictamen, lo que configuró a su respecto una implicancia, es decir, una inhabilidad para fallar sobre esa materia, de acuerdo con el artículo 195 número 8 del Código Orgánico de Tribunales.
Así es que ¡todo de nuevo! Lo que tomó desde 2005 hasta 2011 resolver, empieza otra vez desde fojas uno (no fojas cero, como dicen los chilenos, pues la foja cero no existe). Se nombrará un nuevo juez y en 2017 estaremos de nuevo discutiendo sobre el caso de Rahue III. Salvo que el nuevo juez designado aplique las leyes y sobresea definitivamente, pero nadie cree que en una causa contra uniformados se puedan aplicar las leyes.
¿Qué sucedió entre 1994 y 2005 que hizo virar en 180 grados a la ministra Díaz Yévenes? Pues los hechos no cambiaron, las leyes tampoco y las partes en el juicio eran las mismas. Entonces ¿por qué cambió la ministra? Porque hubo un cambio político: la izquierda "se tomó" el Poder Judicial y dejó de aplicar las leyes que le impiden vengarse de los uniformados. Pero todo, incluso el atropello de las leyes y la venganza, tiene su límite, y eso es lo que ha dejado establecido la Corte Suprema.
Ella nos ha querido decir que hasta para prevaricar hay que observar un mínimo de formalidad.
Pero todo tiene su límite y hay cosas tan insólitas que a veces hasta le dan vergüenza a la Corte Suprema, lo que no es fácil que suceda.
En un suelto de crónica de "El Mercurio" de hoy se informa brevemente: "Corte Suprema anula sentencia dictada en caso Rahue III". Rahue está en la zona de Valdivia, donde operaba, y se puede decir que gobernaba, el "comandante Pepe" líder guerrillero protegido de la Unidad Popular.
Entre septiembre y octubre de 1973 un grupo de 24 carabineros detuvo a 31 personas, obviamente no por haber estado cultivando pacíficamente la tierra o desarrollando actividades como farmacéuticos, pedagogos u odontólogos, sino por su compromiso con grupos que practicaban la violencia y tenían asolada a la zona.
Los detenidos fueron ejecutados.
Como los hechos estaban cubiertos por la amnistía de 1978 y, además, por la prescripción, en 1994 la Corte de Apelaciones de Valdivia, con el voto favorable de la ministra Emma Díaz Yévenes, sobreseyó a los carabineros.
Pero resulta que en 2005, once años después, la misma jueza fue designada como ministra con dedicación especial para investigar el mismo caso. Y pese a que ella lo había sobreseído, y a que en 2005 se añadía a la amnistía y la prescripción la causal de cosa juzgada, según la cual no se puede volver a someter a juicio por determinados hechos a personas que ya han sido juzgadas por ellos, la ministra Emma Díaz Yévenes, consciente de que en Chile, en las causas contra uniformados, ya no existía lo que se llama Estado de Derecho, es decir, no imperaban las leyes, no tuvo inconveniente en cambiar de opinión. Así, terminó condenando a los 24 carabineros a penas que van desde los cuatro años de privación de libertad hasta el presidio perpetuo.
Pero la causa llegó a la Corte Suprema y ésta ha resuelto ahora que lo obrado por doña Emma es un poco "too much", incluso para el Poder Judicial chileno. Pues ella no sólo estaba contradiciendo todo lo que había opinado en 1994 como sentenciadora; no sólo estaba atropellando la cosa juzgada, sino que estaba incurriendo en una falta adicional: fallar en una causa en la que ya había manifestado dictamen, lo que configuró a su respecto una implicancia, es decir, una inhabilidad para fallar sobre esa materia, de acuerdo con el artículo 195 número 8 del Código Orgánico de Tribunales.
Así es que ¡todo de nuevo! Lo que tomó desde 2005 hasta 2011 resolver, empieza otra vez desde fojas uno (no fojas cero, como dicen los chilenos, pues la foja cero no existe). Se nombrará un nuevo juez y en 2017 estaremos de nuevo discutiendo sobre el caso de Rahue III. Salvo que el nuevo juez designado aplique las leyes y sobresea definitivamente, pero nadie cree que en una causa contra uniformados se puedan aplicar las leyes.
¿Qué sucedió entre 1994 y 2005 que hizo virar en 180 grados a la ministra Díaz Yévenes? Pues los hechos no cambiaron, las leyes tampoco y las partes en el juicio eran las mismas. Entonces ¿por qué cambió la ministra? Porque hubo un cambio político: la izquierda "se tomó" el Poder Judicial y dejó de aplicar las leyes que le impiden vengarse de los uniformados. Pero todo, incluso el atropello de las leyes y la venganza, tiene su límite, y eso es lo que ha dejado establecido la Corte Suprema.
Ella nos ha querido decir que hasta para prevaricar hay que observar un mínimo de formalidad.
lunes, 7 de marzo de 2011
De la Puerta Giratoria a la Puerta Abierta
Desde que don Otto, para poner término a la infidelidad de su señora, vendió el sofá en que ésta lo engañaba, no se había oído una propuesta tan absurda como esta de poner en libertad a miles de presos para remediar el hacinamiento carcelario.
El principal problema de los chilenos, según numerosas encuestas, es la delincuencia. Ésta pasó a serlo con la llegada de la Concertación al gobierno y su vocación por favorecer a los delincuentes, tal vez agradecida, porque en gran parte había fundado su eficacia política en la colaboración armada de una parte de ellos, los terroristas de izquierda, para debilitar al Gobierno Militar.
Así, la legislación penal, durante veinte años, estuvo dedicada a disminuir la dureza de las sanciones. La principal preocupación legislativa fue buscar una mejor defensa y protección de los ofensores de la ley. Derogación de la detención por sospechas. Castigos a los policías severos. Jueces de garantía, defensoría penal pública, penas que se cumplen en libertad, juicios abreviados. Todo dirigido a evitar que los delincuentes estuvieran como deben estar, presos.
El resultado es que a diario nos enteramos de asaltantes sorprendidos in fraganti, que andaban libres pese a tener un nutrido prontuario o condenas pendientes. Pero seguían "trabajando" en lo que sabían hacer. Y tras ser apresados, una y otra vez, casi siempre son dejados casi inmediatamente de nuevo en libertad.
¿Y los ciudadanos honrados? Esos sí que están presos. Tras cercos que han debido levantar para que no los asalten. Y en las poblaciones, sin poder salir de sus casas cuando oscurece. Sálvese quien pueda. Alarmas, guardias, alambrados eléctricos, "no ponga su cartera sobre el asiento", "no tenga armas en su casa porque los delincuentes pueden usarlas en contra suya", "no se defienda con armas, porque las familias o los cómplices de los delincuentes se vengarán de usted", "entregue sus armas en la comisaría más cercana o en una parroquia". No sea que las vaya usar contra los privilegiados de hoy, los delincuentes. ¡Y pobre de usted si se defiende y resulta que su revólver no estaba inscrito o lo utilizó fuera del lugar en que estaba autorizado para mantenerlo!
De lo que se ha tratado ha sido de hacer que el delincuente se sienta cada vez más seguro y protegido, de que el costo de delinquir sea cada vez más bajo, de que no vaya a caer a la cárcel y, ahora, si es que cayó, de que sea indultado y salga libre para evitar el hacinamiento.
Se dice que hay más presos que en el pasado. Claro, pero es que hay todavía muchos más delincuentes que en el pasado, debido a todos los incentivos perversos creados a lo largo de veinte años. Y a la disolución de las familias, pero ése es otro tema. De modo que el sentido común nos indica que debería haber todavía mucho mayor número de presos.
La reforma carcelaria que debe hacerse es la de crear penales más amplios y sin hacinamiento, en algunas de las innumerables islas de que es dueño el ente más rico de Chile, el Estado, propietario de 17 mil inmuebles.
En corto plazo pueden establecerse en espacios abiertos, donde los presos puedan trabajar, para pagar efectivamente "su deuda con la sociedad". Y licitarse su administración a particulares, que ciertamente discurrirán muchas ideas de producción para que el sistema sea autosustentado, constructivo y eficaz.
Pero, claro, nada de lo anterior es políticamente correcto. Luego, se terminará cumpliendo la promesa electoral de poner fin a "la puerta giratoria", reemplazándola por "la puerta abierta".
Don Otto no lo habría hecho peor.
El principal problema de los chilenos, según numerosas encuestas, es la delincuencia. Ésta pasó a serlo con la llegada de la Concertación al gobierno y su vocación por favorecer a los delincuentes, tal vez agradecida, porque en gran parte había fundado su eficacia política en la colaboración armada de una parte de ellos, los terroristas de izquierda, para debilitar al Gobierno Militar.
Así, la legislación penal, durante veinte años, estuvo dedicada a disminuir la dureza de las sanciones. La principal preocupación legislativa fue buscar una mejor defensa y protección de los ofensores de la ley. Derogación de la detención por sospechas. Castigos a los policías severos. Jueces de garantía, defensoría penal pública, penas que se cumplen en libertad, juicios abreviados. Todo dirigido a evitar que los delincuentes estuvieran como deben estar, presos.
El resultado es que a diario nos enteramos de asaltantes sorprendidos in fraganti, que andaban libres pese a tener un nutrido prontuario o condenas pendientes. Pero seguían "trabajando" en lo que sabían hacer. Y tras ser apresados, una y otra vez, casi siempre son dejados casi inmediatamente de nuevo en libertad.
¿Y los ciudadanos honrados? Esos sí que están presos. Tras cercos que han debido levantar para que no los asalten. Y en las poblaciones, sin poder salir de sus casas cuando oscurece. Sálvese quien pueda. Alarmas, guardias, alambrados eléctricos, "no ponga su cartera sobre el asiento", "no tenga armas en su casa porque los delincuentes pueden usarlas en contra suya", "no se defienda con armas, porque las familias o los cómplices de los delincuentes se vengarán de usted", "entregue sus armas en la comisaría más cercana o en una parroquia". No sea que las vaya usar contra los privilegiados de hoy, los delincuentes. ¡Y pobre de usted si se defiende y resulta que su revólver no estaba inscrito o lo utilizó fuera del lugar en que estaba autorizado para mantenerlo!
De lo que se ha tratado ha sido de hacer que el delincuente se sienta cada vez más seguro y protegido, de que el costo de delinquir sea cada vez más bajo, de que no vaya a caer a la cárcel y, ahora, si es que cayó, de que sea indultado y salga libre para evitar el hacinamiento.
Se dice que hay más presos que en el pasado. Claro, pero es que hay todavía muchos más delincuentes que en el pasado, debido a todos los incentivos perversos creados a lo largo de veinte años. Y a la disolución de las familias, pero ése es otro tema. De modo que el sentido común nos indica que debería haber todavía mucho mayor número de presos.
La reforma carcelaria que debe hacerse es la de crear penales más amplios y sin hacinamiento, en algunas de las innumerables islas de que es dueño el ente más rico de Chile, el Estado, propietario de 17 mil inmuebles.
En corto plazo pueden establecerse en espacios abiertos, donde los presos puedan trabajar, para pagar efectivamente "su deuda con la sociedad". Y licitarse su administración a particulares, que ciertamente discurrirán muchas ideas de producción para que el sistema sea autosustentado, constructivo y eficaz.
Pero, claro, nada de lo anterior es políticamente correcto. Luego, se terminará cumpliendo la promesa electoral de poner fin a "la puerta giratoria", reemplazándola por "la puerta abierta".
Don Otto no lo habría hecho peor.
domingo, 6 de marzo de 2011
"Lo Sospeché Desde un Principio"
Hoy en "El Mercurio", p. D 16, aparece una gran fotografía del senador Guido Girardi junto al Presidente Piñera, en el corazón de Jerusalén. El segundo tiene la inefable expresión de quien esta obteniendo un objetivo muy anhelado. Pero su expresión resulta incluso innecesaria para deducir cuál era su anhelo, pues el mismo diario lo hace explícito y dice que "ambos se tomaron la fotografía por deseo del Mandatario".
El senador Girardi es, probablemene, el elemento más extremo de la izquierda de la Concertación. Pertenece a un partido, el socialista, que tiene una negra hoja de servicios en materia de derechos humanos, pues era explícitamente marxista-leninista (y más lo segundo que lo primero); propició de manera abierta la violencia armada para tomar el poder (lo que suponía la previa labor de liquidar a otros por las armas para conseguir ese objetivo); propició a grupos terroristas y es hasta hoy defensor del régimen cubano. Antes de 1973, se ubicó a la izquierda del comunismo en la consecución del objetivo de "destruír la democracia burguesa".
Pero el Presidente, que reitera una y otra vez su "compromiso con la democracia y los derechos humanos", PIDE ser fotografiado con Girardi. Previamente, por supuesto, lo convidó a integrar su comitiva en el más extenso y publicitado viaje al exterior de su mandato, seguramente para enaltecer su visita a Su Santidad el Papa...
Días atrás el ex senador concertacionista Roberto Muñoz Barra se sorprendía, en carta a "La Segunda" del 21 de febrero, de que el mundo político rasgara vestiduras por el hecho de que la intendenta Van Rysselberghe hubiera ofrecido a pobladores de un campamento paupérrimo asimilarlos a damnificados del terremoto, para conseguirles viviendas, al mismo tiempo que dicho mundo político se aprestaba a elevar a la dignidad de presidente del Senado a Girardi, que había sido sorprendido financiando masiva correspondencia propagandística con fondos por millones de pesos en la Cámara; presentando una factura fraudulenta por 29 millones de pesos para obtener reembolso de gastos electorales; y comprando a un "pelusita", con la promesa de un par de zapatillas, para que simulara reconocer a dos senadores de la UDI como asistentes a las fiestas pedófilas de Spiniak, manchándoles su reputación de por vida (pues "mentid, mentid, que algo queda").
¿Qué tiene la izquierda que merece para sus fechorías tanto perdón, olvido, amnistía, prescripción, cosa juzgada, borrón y cuenta nueva y todas las demás cosas que se niegan a los demás, y en particular a quienes han puesto la cara para impedir que se saliera con la suya y arrasara con todos los derechos humanos?
¿Por qué Piñera quiere fotografiarse con el más genuino exponente de todo aquello con
lo cual un Presidente elegido por la centro-derecha jamás debería querer vincularse?
Tal vez la respuesta del filósofo de izquierda, Humberto Giannini, a la pregunta sobre qué opina del gobierno de Piñera, unas páginas antes en el mismo Mercurio (D 6), ayude a encontrar la explicación: "Tenía una opinión muy negativa, dice, pero últimamente me estoy inclinando a imaginar que tal vez Piñera, hombre imprevisible, puede llegar a hacer lo que la izquierda no hizo y que el país necesita con urgencia. Tal vez rompa con la UDI, se acerque a la DC, y acepte el apoyo silencioso de la izquierda".
Pasados por el aro, una vez más.
"Lo sospeché desde un principio".
El senador Girardi es, probablemene, el elemento más extremo de la izquierda de la Concertación. Pertenece a un partido, el socialista, que tiene una negra hoja de servicios en materia de derechos humanos, pues era explícitamente marxista-leninista (y más lo segundo que lo primero); propició de manera abierta la violencia armada para tomar el poder (lo que suponía la previa labor de liquidar a otros por las armas para conseguir ese objetivo); propició a grupos terroristas y es hasta hoy defensor del régimen cubano. Antes de 1973, se ubicó a la izquierda del comunismo en la consecución del objetivo de "destruír la democracia burguesa".
Pero el Presidente, que reitera una y otra vez su "compromiso con la democracia y los derechos humanos", PIDE ser fotografiado con Girardi. Previamente, por supuesto, lo convidó a integrar su comitiva en el más extenso y publicitado viaje al exterior de su mandato, seguramente para enaltecer su visita a Su Santidad el Papa...
Días atrás el ex senador concertacionista Roberto Muñoz Barra se sorprendía, en carta a "La Segunda" del 21 de febrero, de que el mundo político rasgara vestiduras por el hecho de que la intendenta Van Rysselberghe hubiera ofrecido a pobladores de un campamento paupérrimo asimilarlos a damnificados del terremoto, para conseguirles viviendas, al mismo tiempo que dicho mundo político se aprestaba a elevar a la dignidad de presidente del Senado a Girardi, que había sido sorprendido financiando masiva correspondencia propagandística con fondos por millones de pesos en la Cámara; presentando una factura fraudulenta por 29 millones de pesos para obtener reembolso de gastos electorales; y comprando a un "pelusita", con la promesa de un par de zapatillas, para que simulara reconocer a dos senadores de la UDI como asistentes a las fiestas pedófilas de Spiniak, manchándoles su reputación de por vida (pues "mentid, mentid, que algo queda").
¿Qué tiene la izquierda que merece para sus fechorías tanto perdón, olvido, amnistía, prescripción, cosa juzgada, borrón y cuenta nueva y todas las demás cosas que se niegan a los demás, y en particular a quienes han puesto la cara para impedir que se saliera con la suya y arrasara con todos los derechos humanos?
¿Por qué Piñera quiere fotografiarse con el más genuino exponente de todo aquello con
lo cual un Presidente elegido por la centro-derecha jamás debería querer vincularse?
Tal vez la respuesta del filósofo de izquierda, Humberto Giannini, a la pregunta sobre qué opina del gobierno de Piñera, unas páginas antes en el mismo Mercurio (D 6), ayude a encontrar la explicación: "Tenía una opinión muy negativa, dice, pero últimamente me estoy inclinando a imaginar que tal vez Piñera, hombre imprevisible, puede llegar a hacer lo que la izquierda no hizo y que el país necesita con urgencia. Tal vez rompa con la UDI, se acerque a la DC, y acepte el apoyo silencioso de la izquierda".
Pasados por el aro, una vez más.
"Lo sospeché desde un principio".
sábado, 5 de marzo de 2011
"Falsas Ideas Claras"
Los franceses han descubierto que son muy poderosas. En el Chile de este momento una poderosa "falsa idea clara" es que el posnatal de seis meses es un gran avance. Todo el mundo parece considerarlo así. Hasta los empresarios, que a veces comprenden mejor que el resto de las personas el verdadero alcance de las políticas demagógicas.
Debería hacernos pensar el hecho de que en países tanto más ricos que el nuestro, como en 25 de la Unión Europea, el posnatal sea, en promedio, de 5,1 semanas y no de 24.
Pocos han dicho que la mayoría de las mujeres chilenas no tendrá posnatal de seis meses. En realidad, ni siquiera tendrá posnatal, porque esa mayoría no tiene trabajo con contrato. Y la minoría que lo recibirá no es la de las mujeres más pobres. O sea, los niños más pobres sí podrán tener una lactancia de seis meses, pero porque sus madres no tienen trabajo y están en su casa o sólo hacen trabajos informales.
Una legislación no demagógica y realmente dirigida a ayudar a las mujeres más pobres sería la de darles posnatal a las que carecen de él.
A los empresarios les importa poco el posnatal de seis meses porque lo paga el Estado. Y ellos creen que va a disminuir el exceso de licencias que ahora piden las mujeres con contrato. Yo pienso que no las va a disminuir, sino que se va a añadir a ellas. Si una mujer queda embarazada y tiene contrato de trabajo, gozará de prenatal y posnatal, que suman siete meses y medio, en que ganará sueldo sin trabajar (pagado por el Estado: eso es la licencia); después puede hacer uso de la licencia para atender al hijo enfermo menor de un año, y sabemos que, en mayor o menor medida, todas las guaguas se enferman; y si antes obtenía licencias por otros motivos de salud, ahora tendrá otro motivo, el "stress post-lactancia". Los plazos de ellas se añadirán a los anteriores en que podían recibir sueldo sin trabajar. Y si añadimos su derecho a vacaciones, en cada año en que tengan un hijo podrán pasar diez meses sin trabajar y recibiendo remuneración.
Todo esto lo va a pagar el Estado. Si ustedes leen "El Mercurio" de hoy, sección Temas Económicos, A2, verán que el ministro de Hacienda ha renunciado a su meta de equilibrar el presupuesto al fin de este gobierno: ya reconoció que no lo hará; y tiene que enfrentar la petición de otro "bono marzo", tiene que financiar la promesa del candidato Piñera de suprimir la cotización de salud para los jubilados (que no están entre los más pobres de la sociedad), y debe sumarse el recién anunciado ingreso ético familiar, que también saldrá del presupuesto.
Pero como ya se da por seguro que la meta de inflación será sobrepasada y los precios subirán cinco por ciento este año, el Banco Central seguramente comenzará a subir más la tasa de interés, lo que traerá consigo una presión contractiva y, por tanto, una tendencia a mayor desempleo.
Debe señalarse que otra idea que ha prendido mucho en los medios de comunicación, y no es falsa, es que se crearon muchos empleos en 2010, y la tasa de desempleo venía bajando; pero algo que no sale en los medios de comunicación es que, junto con eso, el número de desempleados creció en 2010. Y, según la ultima cifra, el desempleo también empezó a subir, según se ha dado a conocer esta semana. Y con mayor razón volvió a aumentar el número de desempleados.
Resumen: el posnatal de seis meses no mejora la situación de la mayoría de las mujeres; tsmpoco ayuda a las mujeres más pobres, pues éstas están desempleadas; y contribuye a crear más gasto público, en un período en que la inflación está aumentando y, por tanto, lo que se requeriría sería moderar el gasto público.
Entonces, esas razones pueden explicar por qué el ministro de Hacienda no aparece en las celebraciones ni en las declaraciones de apoyo al posnatal de seis meses.
Debería hacernos pensar el hecho de que en países tanto más ricos que el nuestro, como en 25 de la Unión Europea, el posnatal sea, en promedio, de 5,1 semanas y no de 24.
Pocos han dicho que la mayoría de las mujeres chilenas no tendrá posnatal de seis meses. En realidad, ni siquiera tendrá posnatal, porque esa mayoría no tiene trabajo con contrato. Y la minoría que lo recibirá no es la de las mujeres más pobres. O sea, los niños más pobres sí podrán tener una lactancia de seis meses, pero porque sus madres no tienen trabajo y están en su casa o sólo hacen trabajos informales.
Una legislación no demagógica y realmente dirigida a ayudar a las mujeres más pobres sería la de darles posnatal a las que carecen de él.
A los empresarios les importa poco el posnatal de seis meses porque lo paga el Estado. Y ellos creen que va a disminuir el exceso de licencias que ahora piden las mujeres con contrato. Yo pienso que no las va a disminuir, sino que se va a añadir a ellas. Si una mujer queda embarazada y tiene contrato de trabajo, gozará de prenatal y posnatal, que suman siete meses y medio, en que ganará sueldo sin trabajar (pagado por el Estado: eso es la licencia); después puede hacer uso de la licencia para atender al hijo enfermo menor de un año, y sabemos que, en mayor o menor medida, todas las guaguas se enferman; y si antes obtenía licencias por otros motivos de salud, ahora tendrá otro motivo, el "stress post-lactancia". Los plazos de ellas se añadirán a los anteriores en que podían recibir sueldo sin trabajar. Y si añadimos su derecho a vacaciones, en cada año en que tengan un hijo podrán pasar diez meses sin trabajar y recibiendo remuneración.
Todo esto lo va a pagar el Estado. Si ustedes leen "El Mercurio" de hoy, sección Temas Económicos, A2, verán que el ministro de Hacienda ha renunciado a su meta de equilibrar el presupuesto al fin de este gobierno: ya reconoció que no lo hará; y tiene que enfrentar la petición de otro "bono marzo", tiene que financiar la promesa del candidato Piñera de suprimir la cotización de salud para los jubilados (que no están entre los más pobres de la sociedad), y debe sumarse el recién anunciado ingreso ético familiar, que también saldrá del presupuesto.
Pero como ya se da por seguro que la meta de inflación será sobrepasada y los precios subirán cinco por ciento este año, el Banco Central seguramente comenzará a subir más la tasa de interés, lo que traerá consigo una presión contractiva y, por tanto, una tendencia a mayor desempleo.
Debe señalarse que otra idea que ha prendido mucho en los medios de comunicación, y no es falsa, es que se crearon muchos empleos en 2010, y la tasa de desempleo venía bajando; pero algo que no sale en los medios de comunicación es que, junto con eso, el número de desempleados creció en 2010. Y, según la ultima cifra, el desempleo también empezó a subir, según se ha dado a conocer esta semana. Y con mayor razón volvió a aumentar el número de desempleados.
Resumen: el posnatal de seis meses no mejora la situación de la mayoría de las mujeres; tsmpoco ayuda a las mujeres más pobres, pues éstas están desempleadas; y contribuye a crear más gasto público, en un período en que la inflación está aumentando y, por tanto, lo que se requeriría sería moderar el gasto público.
Entonces, esas razones pueden explicar por qué el ministro de Hacienda no aparece en las celebraciones ni en las declaraciones de apoyo al posnatal de seis meses.
viernes, 4 de marzo de 2011
La Vida con Algunos (No Pocos) Chilenos
Esta mañana, como de costumbre, comencé el día leyendo diarios. Me enteré de cosas muy constructivas. Una pareja de turistas, él australiano y ella hija de un chileno residente en Australia, referían su recorrido por lugares de interés de Valparaíso y hablaban muy bien de los porteños.
Después salí en auto a cumplir diversas tareas. Los demás conductores se comportaron muy bien. Cada vez que quise cambiar de pista, me bastó señalizar para que me dieran la pasada.
Cuando volví a mi casa estuve viendo la Copa Davis entre Estados Unidos y Chile, en el Estadio Nacional. Me impresionó lo respetuoso del público chileno. La pequeña barra de norteamericanos que había, alentaba a su equipo sin que nadie les opusiera reparos. El público era muy culto, tanto que cuando algún jugador norteamericano cometía doble falta, los espectadores guardaban educado silencio, pese a que con ese error Chile ganaba el punto. Me parecía estar viendo un partido de Wimbledon.
Después estuve con un hijo mío y su familia, que venían llegando del sur. Me contó de un agradable almuerzo en un hotel de Pucón, donde fueron muy bien tratados. Pasaron a Argentina, a San Martín de los Andes, desde donde nos trajeron varios recuerdos de madera pintada, muy bonitos.
Parece un día perfecto, de esos que le hacen a uno decir: "qué agradable es vivir en Chile". Lástima que casi nada de lo anterior es verdad.
En el diario de esta mañana leí que el turista australiano y su mujer chilena, mientras paseaban por Valparaíso, fueron asaltados por delincuentes con cuchillos, que les robaron sus pertenencias y dejaron al australiano herido. Pensaban quedarse hasta abril, pero ahora sólo quieren irse.
Cuando salí en auto y quise cambiar de pista, otros conductores se apuraron para que no pudiera hacerlo. Finalmente lo hice, porque necesitaba cambiarme antes de cierto cruce, pero el que tuvo que disminuir su marcha me dedicó varios bocinazos y gestos agresivos.
Después volví y vi la Copa Davis, donde cada vez que la pequeña barra norteamericana coreaba "USA-USA", recibía una rechifla ensordecedora del público chileno. Y cada vez que un norteamericano cometía doble falta o un error equivalente, estallaba una ovación, además de que el público silbaba cuando algún jugador adversario se disponía a servir, cosa que nadie hace en un país civilizado (salvo que haya una barra chilena).
Mi hijo y su familia volvieron efectivamente del sur, pero cuando almorzaron en un hotel de Pucón, en el estacionamiento de éste alguien robó, rompiendo la chapa de su auto, pertenencias suyas, de su mujer y de sus hijas. Dejó constancia ante Carabineros, pero después descubrió que el texto de ella había sido alterado y él aparecía declarando haber sufrido el robo antes de ingresar al hotel.
Cuando él y su familia pasaron a San Martín de los Andes nos compraron algunos regalos típicos de madera pintada. Al volver, en la Aduana chilena, no sólo le registraron minuciosamente todo el equipaje a él, su mujer y sus hijas, sino que le confiscaron los regalos de madera que nos traía (traduzco: se los apropiaron sin pago), a pretexto de que eran portadores de fiebre aftosa.
La vida en Chile podría ser muy grata, si no fuera por algunos (no pocos) chilenos.
Después salí en auto a cumplir diversas tareas. Los demás conductores se comportaron muy bien. Cada vez que quise cambiar de pista, me bastó señalizar para que me dieran la pasada.
Cuando volví a mi casa estuve viendo la Copa Davis entre Estados Unidos y Chile, en el Estadio Nacional. Me impresionó lo respetuoso del público chileno. La pequeña barra de norteamericanos que había, alentaba a su equipo sin que nadie les opusiera reparos. El público era muy culto, tanto que cuando algún jugador norteamericano cometía doble falta, los espectadores guardaban educado silencio, pese a que con ese error Chile ganaba el punto. Me parecía estar viendo un partido de Wimbledon.
Después estuve con un hijo mío y su familia, que venían llegando del sur. Me contó de un agradable almuerzo en un hotel de Pucón, donde fueron muy bien tratados. Pasaron a Argentina, a San Martín de los Andes, desde donde nos trajeron varios recuerdos de madera pintada, muy bonitos.
Parece un día perfecto, de esos que le hacen a uno decir: "qué agradable es vivir en Chile". Lástima que casi nada de lo anterior es verdad.
En el diario de esta mañana leí que el turista australiano y su mujer chilena, mientras paseaban por Valparaíso, fueron asaltados por delincuentes con cuchillos, que les robaron sus pertenencias y dejaron al australiano herido. Pensaban quedarse hasta abril, pero ahora sólo quieren irse.
Cuando salí en auto y quise cambiar de pista, otros conductores se apuraron para que no pudiera hacerlo. Finalmente lo hice, porque necesitaba cambiarme antes de cierto cruce, pero el que tuvo que disminuir su marcha me dedicó varios bocinazos y gestos agresivos.
Después volví y vi la Copa Davis, donde cada vez que la pequeña barra norteamericana coreaba "USA-USA", recibía una rechifla ensordecedora del público chileno. Y cada vez que un norteamericano cometía doble falta o un error equivalente, estallaba una ovación, además de que el público silbaba cuando algún jugador adversario se disponía a servir, cosa que nadie hace en un país civilizado (salvo que haya una barra chilena).
Mi hijo y su familia volvieron efectivamente del sur, pero cuando almorzaron en un hotel de Pucón, en el estacionamiento de éste alguien robó, rompiendo la chapa de su auto, pertenencias suyas, de su mujer y de sus hijas. Dejó constancia ante Carabineros, pero después descubrió que el texto de ella había sido alterado y él aparecía declarando haber sufrido el robo antes de ingresar al hotel.
Cuando él y su familia pasaron a San Martín de los Andes nos compraron algunos regalos típicos de madera pintada. Al volver, en la Aduana chilena, no sólo le registraron minuciosamente todo el equipaje a él, su mujer y sus hijas, sino que le confiscaron los regalos de madera que nos traía (traduzco: se los apropiaron sin pago), a pretexto de que eran portadores de fiebre aftosa.
La vida en Chile podría ser muy grata, si no fuera por algunos (no pocos) chilenos.
jueves, 3 de marzo de 2011
El Posnatal y el Dólar
Hace muchos años un estudio mostró que los trabajadores textiles norteamericanos ganaban tres veces más que los chilenos, a igual función, pero eran seis veces más productivos. ("Tres" y "seis" pueden haber sido otras cifras, pero la proporción era la que señalé).
Si los chilenos pretendemos que nuestros trabajadores y trabajadoras ganen lo mismo que los de otras partes, y no consideramos la productividad, podemos cometer graves errores.
Ahora el país celebra el posnatal de seis meses. Creo recordar que en la campaña presidencial de 2005, en un foro de la segunda vuelta entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, éste habló de un posnatal de seis meses, pero ella dijo que ésa era una medida demagógica y no la apoyaría. Y yo, como telespectador, me dije que era la primera vez que veía a un candidato de centroderecha ser más demagogo que uno de izquierda.
Bueno, en la última campaña el mismo candidato renovó su oferta del posnatal de seis meses y yo volví a pensar en cuán demagogo era, pero el hecho fue que, con ésa y otras promesas, salió electo. Aunque trató "de hacerse el leso" con el posnatal de seis meses (ya tenía los votos en el bolsillo y sabía que era perjudicial), no pudo, así es que ahora envió el proyecto, que es casi unánimemente aplaudido, porque la gente entiende muy poco de estas cosas.
Pero hoy en "El Mercurio" el doctor Juan Pablo Illanes, que presidió una comisión sobre salud del actual gobierno, dice que ha examinado la situación en esta materia de 25 países de la Unión Europea y que en ellos el promedio de posnatal es de 5,1 semanas. Acá van a ser 24. En la Unión Europea el país con posnatal más largo es Eslovaquia, con 14 semanas.
Un columnista, ex ministro de la Concertación, Ricardo Solari, dice hoy en "La Segunda": "Ofreceremos beneficios sociales superiores a los que dispone la mayoría de los países de la Europa del Norte, desarrollados y con un ingreso per cápita cinco veces superior al nuestro. ¿Raro, no?". A continuación señala que la mayoría de las mujeres pobres no tienen ningún posnatal, porque carecen de empleo, o trabajan como independientes, o no tienen contrato de trabajo. Esa es la realidad.
En el mismo diario la ex Directora del Trabajo, Patricia Silva, dice: "La actual regulación en materia de salas cuna determina que cerca del 70% de las empresas en Chile no contrate más de 19 mujeres". (Pues si contratan veinte o más deben instalar una sala cuna). Agrega: "Sobre la remuneración el empleador debe asumir un costo de más del 50% del ingreso mínimo mensual".
Tenemos una legislación tan avanzada en favor de la mujer, superior a la de países desarrollados, que gracias a eso nuestra tasa de participación de la mujer en el trabajo se cuenta entre las más bajas de América Latina.
Es así como la demagogia hace, primero, que nuestra producción sea menos competitiva, por lo cual, para poder tener demagogia y producción al mismo tiempo, necesitamos "un dólar alto", artificialmente alto. Esa es la manera de encubrir nuestras ineficiencias. Y la demagogia, segundo, hace más pobres a los pobres. La mayoría de las mujeres pobres nunca ha tenido ni tendrá posnatal, porque carece de empleo con contrato. Y no lo tiene a raíz de "conquistas sociales" como el posnatal de seis meses, que ni siquiera Europa se lo puede permitir; o las salas cuna.
Entonces la mujer pobre "se bate como puede", sin contrato, sin horario, en el mercado informal. Y cada vez que se consagra una nueva "conquista social" demagógica, más mujeres pobres son lanzadas al mercado informal y, como la competencia que representan hace bajar las remuneraciones ya precarias de ese mercado informal, las más pobres quedan todavía más pobres.
Así, "las conquistas sociales" son regresivas y, además, obligan a mantener un precio alto del dólar, cosa que a quienes más castiga es a los pobres, porque deben pagar más por su pan.
Y todo ello incrementa la desigualdad en la distribución del ingreso, pero los demagogos se las arreglan para culpar de ella a la economía libre, en circunstancias que su causa real es la economía intervenida por la demagogia de ellos.
Lamentablemente, ella siempre ha sido rentable para los políticos y las verdaderas consecuencias de sus propuestas populistas rara vez han sido comprendidas por los pueblos, especialmente por los más pobres dentro de ellos, que son los más dañados por esa demagogia.
Si los chilenos pretendemos que nuestros trabajadores y trabajadoras ganen lo mismo que los de otras partes, y no consideramos la productividad, podemos cometer graves errores.
Ahora el país celebra el posnatal de seis meses. Creo recordar que en la campaña presidencial de 2005, en un foro de la segunda vuelta entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, éste habló de un posnatal de seis meses, pero ella dijo que ésa era una medida demagógica y no la apoyaría. Y yo, como telespectador, me dije que era la primera vez que veía a un candidato de centroderecha ser más demagogo que uno de izquierda.
Bueno, en la última campaña el mismo candidato renovó su oferta del posnatal de seis meses y yo volví a pensar en cuán demagogo era, pero el hecho fue que, con ésa y otras promesas, salió electo. Aunque trató "de hacerse el leso" con el posnatal de seis meses (ya tenía los votos en el bolsillo y sabía que era perjudicial), no pudo, así es que ahora envió el proyecto, que es casi unánimemente aplaudido, porque la gente entiende muy poco de estas cosas.
Pero hoy en "El Mercurio" el doctor Juan Pablo Illanes, que presidió una comisión sobre salud del actual gobierno, dice que ha examinado la situación en esta materia de 25 países de la Unión Europea y que en ellos el promedio de posnatal es de 5,1 semanas. Acá van a ser 24. En la Unión Europea el país con posnatal más largo es Eslovaquia, con 14 semanas.
Un columnista, ex ministro de la Concertación, Ricardo Solari, dice hoy en "La Segunda": "Ofreceremos beneficios sociales superiores a los que dispone la mayoría de los países de la Europa del Norte, desarrollados y con un ingreso per cápita cinco veces superior al nuestro. ¿Raro, no?". A continuación señala que la mayoría de las mujeres pobres no tienen ningún posnatal, porque carecen de empleo, o trabajan como independientes, o no tienen contrato de trabajo. Esa es la realidad.
En el mismo diario la ex Directora del Trabajo, Patricia Silva, dice: "La actual regulación en materia de salas cuna determina que cerca del 70% de las empresas en Chile no contrate más de 19 mujeres". (Pues si contratan veinte o más deben instalar una sala cuna). Agrega: "Sobre la remuneración el empleador debe asumir un costo de más del 50% del ingreso mínimo mensual".
Tenemos una legislación tan avanzada en favor de la mujer, superior a la de países desarrollados, que gracias a eso nuestra tasa de participación de la mujer en el trabajo se cuenta entre las más bajas de América Latina.
Es así como la demagogia hace, primero, que nuestra producción sea menos competitiva, por lo cual, para poder tener demagogia y producción al mismo tiempo, necesitamos "un dólar alto", artificialmente alto. Esa es la manera de encubrir nuestras ineficiencias. Y la demagogia, segundo, hace más pobres a los pobres. La mayoría de las mujeres pobres nunca ha tenido ni tendrá posnatal, porque carece de empleo con contrato. Y no lo tiene a raíz de "conquistas sociales" como el posnatal de seis meses, que ni siquiera Europa se lo puede permitir; o las salas cuna.
Entonces la mujer pobre "se bate como puede", sin contrato, sin horario, en el mercado informal. Y cada vez que se consagra una nueva "conquista social" demagógica, más mujeres pobres son lanzadas al mercado informal y, como la competencia que representan hace bajar las remuneraciones ya precarias de ese mercado informal, las más pobres quedan todavía más pobres.
Así, "las conquistas sociales" son regresivas y, además, obligan a mantener un precio alto del dólar, cosa que a quienes más castiga es a los pobres, porque deben pagar más por su pan.
Y todo ello incrementa la desigualdad en la distribución del ingreso, pero los demagogos se las arreglan para culpar de ella a la economía libre, en circunstancias que su causa real es la economía intervenida por la demagogia de ellos.
Lamentablemente, ella siempre ha sido rentable para los políticos y las verdaderas consecuencias de sus propuestas populistas rara vez han sido comprendidas por los pueblos, especialmente por los más pobres dentro de ellos, que son los más dañados por esa demagogia.
miércoles, 2 de marzo de 2011
La Diferencia entre el IV y el V
El IV y el V Gobiernos de la Concertación tienen muchas similitudes, pero una diferencia fundamental. Una similitud: Andrés Velasco y Felipe Larraín, sus respectivos ministros de Hacienda, son economistas de primera línea y tipos muy serios (condiciones que no siempre son copulativas). Una diferencia: la Presidenta del IV Gobierno no tenía preparación económica especializada y era sólo limitadamente demagógica, de modo que sacrificaba sus impulsos populistas cuando su ministro de Hacienda le hacía ver las razones económicas para no concretarlos; en cambio el Presidente del V Gobierno, teniendo una acabada formación económica, es un demagogo en toda la línea y hace caso omiso de las prevenciones de su ministro de Hacienda, porque le interesa la popularidad de corto plazo más que el progreso a largo plazo.
Por eso en el gobierno de Bachelet los pujos populistas de Osvaldo Andrade y Francisco Vidal no prosperaron. Tanto que ahora dicen que el posnatal de seis meses deberían haberlo consagrado ellos. Por supuesto. Pero Andrés Velasco se oponía firmemente y la presidenta lo respaldó. En cambio, ahora el populismo viene de arriba y el ministro Larraín tiene que resignarse a acatarlo, sin otra posibilidad de manifestar su molestia que ausentarse de los actos públicos que lo consagran. Incluso la ministra del Trabajo, que también es una economista preparada y que desde tiempo atrás, antes de ser ministra, venía advirtiendo contra los riesgos del posnatal de seis meses para la empleabilidad de las mujeres, ahora que está en la cartera de Trabajo se cambió de bando y se alineó con la demagogia.
Lástima por las mujeres que buscan trabajo, especialmente las más pobres. Tendrán menos posibilidades de encontrar empleo. Y lás mujeres que tienen trabajo se darán cuenta, más temprano que tarde, que son ellas las que estarán pagando el costo del posnatal de seis meses, porque su remuneración lìquida va a bajar, para compensar el mayor costo de contratación que va a representar este supuesto beneficio. Pues los empleadores tenderán a disminuir los sueldos líquidos que ofrezcan a sus empleadas.
Cuando en un año más se publiquen cifras anunciando que la remuneración de las mujeres es todavía menor que la de ahora en relación a la de los hombres, deberemos acordarnos de este posnatal de seis meses. Sin perjuicio de que la posibilidad de trasladar a los hombres algunas semanas de posnatal --idea que es ya un paroxismo demagógico imprevisto-- va a incidir también negativamente en la empleabilidad masculina.
Cuando en el futuro veamos que el desempleo no disminuye, sino que se acrecienta, pensemos en todos estos "regalos del cielo" que son tan ampliamente celebrados. Porque en economía "no hay una cosa tal como un almuerzo gratis", decía Milton Friedman.
Son las consecuencias de la demagogia. Por eso el IV Gobierno, con su ministro de Hacienda técnico que imponía su parecer, en este aspecto ofrecía más garantías para el crecimiento futuro que este V Gobierno, donde el ministro de Hacienda técnico debe aceptar que el populismo prevalezca sobre su parecer como economista responsable de hacer de Chile un país desarrollado.
Por eso en el gobierno de Bachelet los pujos populistas de Osvaldo Andrade y Francisco Vidal no prosperaron. Tanto que ahora dicen que el posnatal de seis meses deberían haberlo consagrado ellos. Por supuesto. Pero Andrés Velasco se oponía firmemente y la presidenta lo respaldó. En cambio, ahora el populismo viene de arriba y el ministro Larraín tiene que resignarse a acatarlo, sin otra posibilidad de manifestar su molestia que ausentarse de los actos públicos que lo consagran. Incluso la ministra del Trabajo, que también es una economista preparada y que desde tiempo atrás, antes de ser ministra, venía advirtiendo contra los riesgos del posnatal de seis meses para la empleabilidad de las mujeres, ahora que está en la cartera de Trabajo se cambió de bando y se alineó con la demagogia.
Lástima por las mujeres que buscan trabajo, especialmente las más pobres. Tendrán menos posibilidades de encontrar empleo. Y lás mujeres que tienen trabajo se darán cuenta, más temprano que tarde, que son ellas las que estarán pagando el costo del posnatal de seis meses, porque su remuneración lìquida va a bajar, para compensar el mayor costo de contratación que va a representar este supuesto beneficio. Pues los empleadores tenderán a disminuir los sueldos líquidos que ofrezcan a sus empleadas.
Cuando en un año más se publiquen cifras anunciando que la remuneración de las mujeres es todavía menor que la de ahora en relación a la de los hombres, deberemos acordarnos de este posnatal de seis meses. Sin perjuicio de que la posibilidad de trasladar a los hombres algunas semanas de posnatal --idea que es ya un paroxismo demagógico imprevisto-- va a incidir también negativamente en la empleabilidad masculina.
Cuando en el futuro veamos que el desempleo no disminuye, sino que se acrecienta, pensemos en todos estos "regalos del cielo" que son tan ampliamente celebrados. Porque en economía "no hay una cosa tal como un almuerzo gratis", decía Milton Friedman.
Son las consecuencias de la demagogia. Por eso el IV Gobierno, con su ministro de Hacienda técnico que imponía su parecer, en este aspecto ofrecía más garantías para el crecimiento futuro que este V Gobierno, donde el ministro de Hacienda técnico debe aceptar que el populismo prevalezca sobre su parecer como economista responsable de hacer de Chile un país desarrollado.
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