Cuando me preguntan a cuál sector político pertenezco, contesto que al de la "derecha ausente", la que hoy no tiene representación ni voceros ni, casi, militantes. En el primer foro de ANATEL comprobé cuán ausente está. Lo menos lejano a la misma era Evelyn Matthei, pero ella adscribe a la línea de Sebastián Piñera, que se disputa con Michelle Bachelet iniciativas de izquierda como crear una Subsecretaría de Derechos Humanos contemplada en el programa de la Nueva Mayoría y que él quiere establecer antes, para ganarle el "quién vive". ¿De qué derecha me hablan? Y otra pregunta: ¿de qué le han servido a Piñera esta izquierdización y su traición a los presos políticos militares? ¿Para subir de 31% a 34% su apoyo en la encuesta CEP?
La "derecha ausente" es esa que está consciente (como ninguna otra, según vemos a diario) del mayor escándalo de nuestro tiempo: los miles de juicios contra ex militares, en contravención impune a todas las leyes, que terminan en corruptas sentencias de jueces y abogados integrantes politizados o cobardes (o ambas cosas) que mantienen a más de medio centenar de ex uniformados presos, muchos octogenarios y enfermos, por hechos amnistiados, prescritos, no pocas veces falsos y ya antes juzgados, sin que se oiga la menor protesta más allá de nuestro minoritario círculo.
Por nuestros correos electrónicos --y sólo por ellos-- suelen circular advocaciones impresionantes y hasta emocionantes frente a esa pública atrocidad jurídica, humana e histórica cometida a vista y paciencia de todos, y en particular de los uniformados activos, que han dejado a sus camaradas caídos "tras las líneas enemigas" para ser victimizados, sin levantar siquiera la voz. Y así se sigue cometiendo impunemente la mayor tropelía contra cada vez más de quienes, "cuando las papas quemaban", pusieron el pecho a las balas terroristas, mientras los hoy silentes civiles tenían miedo, pues, como decía el juez supremo Rafael Retamal, insistiéndole a Aylwin que debía dejar proceder a los militares sin interferenicas judiciales, "los marxistas nos iban a matar a todos"; mientras Frei Montalva clamaba "¡esto se arregla sólo con fusiles" o imprecaba a los generales timoratos (algunos hoy presos por haber dejado de serlo) diciéndoles "¡ustedes tienen las bayonetas y no las usan!"; o mientras Aylwin I se negaba a criticar a los que por fin habían usado sus armas "desde detrás de mi escritorio, pues están recibiendo el fuego adversario".
Hoy a esos "muertos-vivos" ni siquiera se les menciona en los foros y nadie debe responder por su suerte aciaga ni por la arbitrariedad de que son víctimas. Y cuando yo, como el Pepe Grillo de la conciencia nacional, los recuerdo, me apartan del camino diciendo que estoy "pegado en el pasado". Pero los "muertos-vivos" no están en el pasado, están hoy ahí, con su condición penal injusta agravada por la puñalada trapera (traslado a un penal peor) con que Piñera rubricó su incumplimiento de la promesa de velar para que tuvieran un debido proceso, derecho a la prescripción y "debida aplicación de los tratados internacionales", giro que ha resultado particularmente patético desde que se les inculpa de "delitos de lesa humanidad" establecidos por el Tratado de Roma, que sólo entró a regir en Chile en 2009 y en cuyo texto se dice explícitamente que sus normas no deberán ser aplicadas a hechos anteriores a su vigencia, todo eso sin considerar que la tipificación de tales delitos se ajusta mucho mejor al actuar indiscriminado contra la población civil y uniformada de los terroristas del MIR y del FPMR (hoy todos libres y algunos(as) hasta candidateándose) que al de los agentes del Estado encargados de la esencial misión social de combatir la violencia subversiva.
A propósito de lo cual, por supuesto, "la derecha ausente" del primer foro de ANATEL no habría omitido, de estar allí representada, preguntarle a la señorita Bachelet (pues es señorita y no señora) por sus actuaciones en los años '70 como ayudista del MIR, según lo acredita la biografía suya de los periodistas de izquierda Andrea Insunza y Javier Ortega, o como conviviente del vocero del FPMR Alex Vojcovich en los años en los 80, cuando esta asociación ilícita terrorista causaba más víctimas con sus atentados, permitiendo llenar páginas enteras de "El Mercurio" con las fotos de uniformados caídos bajo sus bombas y balas, sin olvidar que los guerrilleros de dicho frente insisten hasta hoy en que ella era, además, parte activa de su contingente armado.
Vocación contraria a la legalidad institucional que sólo relumbró unos instantes en dicho primer foro, cuando preguntada y repreguntada acerca de si rechazaba o no la inconstitucional y sediciosa propuesta de una Asamblea Constituyente, se negó por dos veces a definirse. Es que, donde hubo fuego subversivo, cenizas quedan.
Por supuesto, la misma "derecha ausente", de haber estado representada, no habría dejado pasar la oportunidad de revalidar sus recetas para los principales problemas nacionales, como lo son la delincuencia, la salud y la educación, describiendo los benéficos efectos para la sociedad que tendría la aplicación más rigurosa de las leyes penales a los delincuentes que hoy transitan presurosos por la puerta giratoria hacia la impunidad, cuando llegan a ser detenidos, mediante el uso severo de la atribución constitucional del Presidente de la República de velar por la conducta ministerial de los jueces que liberan malhechores con la misma presteza con que persiguen ilícitamente a ex militares exentos de responsabilidad penal. La "derecha ausente" también habría propiciado la liquidación paulatina pero sostenida de los monstruos estatales burocráticos que constituyen los Ministerios de Salud y Educación, para entregar directamente a las familias pobres los enormes y crecientes recursos que aquellos extraen de los contribuyentes, sin entregar las debidas prestaciones a los usuarios. Esas ingentes cantidades, sumadas a las provenientes de la licitación masiva a privados de establecimientos educacionales y sanitarios estatales, permitirían dotar a todas las familias vulnerables y menos vulnerables de Chile de financiamiento para ejercer su libertad de elegir colegios y universidades para sus hijos y seguro de salud privado para todos sus miembros, trasladándolos de las precarias atenciones de los sistemas públicos a los sistemas privados que actualmente, por cierto, prefieren y eligen para sí y los suyos todos los dirigentes y parlamentarios de izquierda que ni siquiera saben el color de la tarjeta de atención del Fonasa, como dejó en evidencia la dirigenta revolucionaria Roxana Miranda en el ya citado foro.
La "derecha ausente" podrá ser minoritaria y silenciosa, pero no está muerta; al menos no tanto como la "nueva derecha" y los restos náufragos de la que se debate en la indefinición y prefiere llamarse "centroderecha", en mala hora plegada al errático seguimiento de Sebastián Piñera, que en estos días ve acercarse el aciago destino electoral al cual no podía menos de conducirla la elección de tan penoso como incierto derrotero.
miércoles, 30 de octubre de 2013
lunes, 28 de octubre de 2013
El Programa de la Segunda UP
No he leído el Programa completo de Michelle, sino sólo el resumen de "El Mercurio", que en un epígrafe comete la diablura de publicar tanto la nómina de los autores de su Programa de 2005 como del actual. El "giro a sinistra" es ostensible. Y "la pérdida de peso" en el equipo también.
Por mi parte, creo que se viene una segunda UP. Por algo el sonido de fondo en la ceremonia de presentación del Programa era la voz de Allende pronunciando un discurso. Y hasta en alguna parte de las intervenciones de Michelle me pareció oír repetirse la advocación amenazadora al Congreso de que si no aprueba sus propuestas se las tendrá que ver con "el pueblo", tal como Allende advertía en sus Mensajes del 21 de mayo, si bien de manera menos explícita que él.
La "madre de todos los cambios" viene en la reforma constitucional: "De acuerdo a la esencia del sistema democrático, se deberá consagrar el principio de mayoría, siendo la mayoría absoluta el máximo quórum de aprobación y modificación de las leyes". Es decir, fin de la estabilidad de los derechos y de la "democracia protegida" con quórums especiales, que tanto ha repudiado siempre la izquierda y que yo tanto admiro, pues le ha dado al país estabilidad. Aprobada la reforma (y los encapuchados estarán en la calle para asegurar que sea así) cualquier mayoría ocasional acabará con el derecho que esté de turno ante el paredón.
Todo lo demás es paja picada.
Por supuesto, también viene tanto socialismo como el que se ha esforzado en instalar Sebastián Piñera: nuevos ministerios, más subsecretarías (aquél se le adelantó a la Michelle con la de Derechos Humanos, que ella anuncia en el Programa pero que este gobierno ya está tramitando); aumentos de impuestos, tal como los que consagró él en 2010 y 2012; "dominio público pleno, absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de los recursos hídricos, mineros y del espectro radioléctrico. El Estado tendrá derecho a regalías por el aprovechamiento de los recursos naturales..." El sueño de Camilo Escalona: royalty hasta para los salmones.
Y la realización de un "castigo anunciado": "una ley determinará los límites a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación social". ¡Al fin le echarán el guante a esa presa tan codiciada, "el Diario de Agustín"! Están ahora reclamando porque TVN no quiere exhibir el documental, y alegan "censura previa". Pero el equipo que hizo la película me entrevistó cerca de dos horas en mi oficina (era un tribunal impresionante de media docena de adustos interrogadores(as)) y no reprodujo NI UNA SOLA DE MIS RESPUESTAS. Es que --modestia aparte-- hice una defensa frente a sus ataques al diario que les habría echado por tierra su argumentación. ¡¡Censura previa!!, alego yo, entonces, a mi vez. Pero bajo la "Segunda UP" vamos a ver repetido "El Diario de Agustín" en la TV tal como ahora todo lo que se filma contra el Gobierno Militar, es decir, "ad náuseam".
Los tres pilares básicos del crecimiento chileno de las últimas décadas, el DL 600 que da garantías a la inversión extranjera, los fondos previsionales privados y el FUT, caerán a tierra y llegarán a su fin. El término de las AFP no se anuncia explícitamente, pero, como bien lo ha advertido Guillermo Teillier, queda abierta la vía para un nuevo sistema previsional estatal. Aquí siempre se termina haciendo lo que dicen los comunistas. Vuelta al viejo y anhelado sistema de reparto, que tan bien sirvió para premiar los desvelos de los políticos de gobierno viviendo en departamentos de lujo de bajísimo arriendo para ellos y pensiones miserables para los obreros, últimos en el "reparto", a la cabeza del cual estaban los militantes que habían llegado a los gobiernos de izquierda de entonces diciendo: "¡Si yo no pido que me den, sino que me pongan donde 'haiga'".
Y de nuevo vienen con que "la educación no es un bien de consumo sino un derecho social", y debe ser gratis para todos. ¡Por supuesto que no es un bien de consumo, sino un bien de capital! Porque sirve para producir otros bienes. Y esto de la gratuidad va a alegrar a los más ricos, es decir, a los que tienen más capital: este adicional bien productivo que les donará el gobierno se los va a entregar gratis, como sucedía cuando yo estudié en la universidad. Redistribución al revés. El argumento es pueril: así como la seguridad pública es un derecho social, y no se le podría negar a todos, independiente de su riqueza, la educación tampoco. Siempre recuerdo lo que me dijo mi padre, cuando entré a la universidad hace sesenta años y le informé, yo tan sorprendido como él, que no había que pagar nada: "¡Qué le vamos a hacer!".
En fin, ya lo he dicho en blogs anteriores y en otros escritos: es la ley de la historia. Los pueblos que no aprenden de ella están condenados a repetirla (Santayana). Y se cumplirá el postulado de Haldeman-Bardón: cuando estamos a punto de ser desarrollados (ya pasamos los US$19 mil per cápita y, con este modelo, el 2016 habríamos llegado a la meta de los US$22 mil), nos pegamos un balazo en el pie.
El "giro a sinistra" de la Michelle se encargará de cumplir, una vez más, con ese sino chileno.
Por mi parte, creo que se viene una segunda UP. Por algo el sonido de fondo en la ceremonia de presentación del Programa era la voz de Allende pronunciando un discurso. Y hasta en alguna parte de las intervenciones de Michelle me pareció oír repetirse la advocación amenazadora al Congreso de que si no aprueba sus propuestas se las tendrá que ver con "el pueblo", tal como Allende advertía en sus Mensajes del 21 de mayo, si bien de manera menos explícita que él.
La "madre de todos los cambios" viene en la reforma constitucional: "De acuerdo a la esencia del sistema democrático, se deberá consagrar el principio de mayoría, siendo la mayoría absoluta el máximo quórum de aprobación y modificación de las leyes". Es decir, fin de la estabilidad de los derechos y de la "democracia protegida" con quórums especiales, que tanto ha repudiado siempre la izquierda y que yo tanto admiro, pues le ha dado al país estabilidad. Aprobada la reforma (y los encapuchados estarán en la calle para asegurar que sea así) cualquier mayoría ocasional acabará con el derecho que esté de turno ante el paredón.
Todo lo demás es paja picada.
Por supuesto, también viene tanto socialismo como el que se ha esforzado en instalar Sebastián Piñera: nuevos ministerios, más subsecretarías (aquél se le adelantó a la Michelle con la de Derechos Humanos, que ella anuncia en el Programa pero que este gobierno ya está tramitando); aumentos de impuestos, tal como los que consagró él en 2010 y 2012; "dominio público pleno, absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de los recursos hídricos, mineros y del espectro radioléctrico. El Estado tendrá derecho a regalías por el aprovechamiento de los recursos naturales..." El sueño de Camilo Escalona: royalty hasta para los salmones.
Y la realización de un "castigo anunciado": "una ley determinará los límites a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación social". ¡Al fin le echarán el guante a esa presa tan codiciada, "el Diario de Agustín"! Están ahora reclamando porque TVN no quiere exhibir el documental, y alegan "censura previa". Pero el equipo que hizo la película me entrevistó cerca de dos horas en mi oficina (era un tribunal impresionante de media docena de adustos interrogadores(as)) y no reprodujo NI UNA SOLA DE MIS RESPUESTAS. Es que --modestia aparte-- hice una defensa frente a sus ataques al diario que les habría echado por tierra su argumentación. ¡¡Censura previa!!, alego yo, entonces, a mi vez. Pero bajo la "Segunda UP" vamos a ver repetido "El Diario de Agustín" en la TV tal como ahora todo lo que se filma contra el Gobierno Militar, es decir, "ad náuseam".
Los tres pilares básicos del crecimiento chileno de las últimas décadas, el DL 600 que da garantías a la inversión extranjera, los fondos previsionales privados y el FUT, caerán a tierra y llegarán a su fin. El término de las AFP no se anuncia explícitamente, pero, como bien lo ha advertido Guillermo Teillier, queda abierta la vía para un nuevo sistema previsional estatal. Aquí siempre se termina haciendo lo que dicen los comunistas. Vuelta al viejo y anhelado sistema de reparto, que tan bien sirvió para premiar los desvelos de los políticos de gobierno viviendo en departamentos de lujo de bajísimo arriendo para ellos y pensiones miserables para los obreros, últimos en el "reparto", a la cabeza del cual estaban los militantes que habían llegado a los gobiernos de izquierda de entonces diciendo: "¡Si yo no pido que me den, sino que me pongan donde 'haiga'".
Y de nuevo vienen con que "la educación no es un bien de consumo sino un derecho social", y debe ser gratis para todos. ¡Por supuesto que no es un bien de consumo, sino un bien de capital! Porque sirve para producir otros bienes. Y esto de la gratuidad va a alegrar a los más ricos, es decir, a los que tienen más capital: este adicional bien productivo que les donará el gobierno se los va a entregar gratis, como sucedía cuando yo estudié en la universidad. Redistribución al revés. El argumento es pueril: así como la seguridad pública es un derecho social, y no se le podría negar a todos, independiente de su riqueza, la educación tampoco. Siempre recuerdo lo que me dijo mi padre, cuando entré a la universidad hace sesenta años y le informé, yo tan sorprendido como él, que no había que pagar nada: "¡Qué le vamos a hacer!".
En fin, ya lo he dicho en blogs anteriores y en otros escritos: es la ley de la historia. Los pueblos que no aprenden de ella están condenados a repetirla (Santayana). Y se cumplirá el postulado de Haldeman-Bardón: cuando estamos a punto de ser desarrollados (ya pasamos los US$19 mil per cápita y, con este modelo, el 2016 habríamos llegado a la meta de los US$22 mil), nos pegamos un balazo en el pie.
El "giro a sinistra" de la Michelle se encargará de cumplir, una vez más, con ese sino chileno.
sábado, 26 de octubre de 2013
En el País de Sebastián
Cuando Sebastián está en problemas ustedes pueden contar con que la vocera de gobierno va a salir a denostar a quien se los crea. Eso es normal. Cuando los problemas son graves, ustedes pueden contar con que sucederán también otras cosas: la primera, que Sebastián saldrá a ponerse el parche antes de la herida; la segunda, que su Primer Yes Man saldrá a vituperar al que "está haciendo olitas"; y la tercera, que su Segundo Yes Man reafirmará los vituperios del anterior, pero añadirá un insulto peor, que es el dictado desde arriba.
Juzguen ustedes: primero Sebastián se adelantó en Radio Bío Bío a decirle a Tomás Mosciatti que algunas sociedades suyas habían comprado y vendido acciones de las "Cascadas" de Julio Ponce, pero que iba a ser muy severo para pedir que se investigara el tema (parche antes de la herida); segundo, que cuando los abogados de Julio Ponce le hicieron cuatro preguntas al Superintendente, cinco ministros saltaron a la palestra a formular declaraciones, dos en términos "respetuosos y convenientes" (es decir, saliendo del paso, para obedecer a su jefe, pero sin insultar a nadie) y tres para proferir insultos contra los preguntones: Cecilia Pérez, calificando de "vileza" las interrogantes, Rodrigo Hinzpeter, describiéndolas como un "acto muy bajo" y Jaime Mañalich (que ha revelado tener "un tremendo respaldo", aunque no precisó de quién ni era necesario que lo hiciera), repitiendo lo de la "vileza" (reiteración que sugiere una misma fuente de la orden): "Cualquier cosa que pretenda implicar al Presidente de la República es una vileza", dijo.
Lo malo es que el Presidente está "presuntamente implicado". Tal vez por eso las precisas preguntas de los abogados de Julio Ponce al Superintendente no pueden ser contestadas y el mero hecho de formularlas es, para La Moneda, constitutivo de "vileza". Si Piñera no tuviera nada que ver en el negocio, el Superintendente contestaría las preguntas y asunto terminado. Pero no lo puede hacer sin incomodar gravemente a su jefe. Luego, formularlas constituye una "vileza". Es el término dictado desde arriba. Porque las vilezas no se responden.
Cuando Sebastián quiso decirle a Jovino Novoa que su libro era "una traición", pero no se atrevió a hacerlo personalmente, adivinen quién apareció diciéndoselo: Jaime Mañalich. Todo el mundo exclamó que cómo era posible que un ministro insultara en esa forma a un importante senador de gobierno, pero entonces todo el mundo se respondió que eso era posible porque Mañalich había dicho lo que su jefe le ordenó que dijera y punto.
A todo esto ¿cuáles son las cuatro preguntas que el Superintendente, con seguridad, no va a contestar?
La primera, que en el número 130 de su oficio de cargos a Julio Ponce menciona una gran operación de compra de acciones, una de las más significativas del período investigado, 2008-2011 (por 159 millones de dólares), pero no individualiza al vendedor ni analiza el precio de venta (superior al bursátil). Pregunta vil: ¿quién fue el vendedor?.
La segunda, que en el número 135 del oficio de cargos se señala que Norte Grande, una de las "Cascadas", adquirió 26,7 millones de dólares (a precio superior al bursátil) en acciones de Oro Blanco (otra Cascada). Pregunta vil: ¿quién fue el vendedor? Le dan algunas pistas a la autoridad: "Habrían figurado sociedades de inversión de S. E. el Presidente de la República (Axxion, Bancard e Inversiones Santa Cecilia)".
La tercera, que el 22 de mayo de 2008 Inversiones SQyA adquirió el 4,03% del capital de Norte Grande a precios entre 26% y 39% superiores al bursátil, por US$27 millones. Preguntas viles: ¿quiénes fueron los vendedores? ¿Por qué no se mencionó el mecanismo bursátil o remate? Pistas: "Habrían figurado las sociedades de inversión Axxion y Bancard".
La cuarta, ¿por qué la Superintendencia no menciona operaciones de compra y venta de acciones de Oro Blanco y Norte Grande realizadas por Bancard e Inversiones Santa Cecilia entre junio de 2008 y abril de 2009? Pues habrían acumulado saldos netos a su favor, transferidos después a Moneda Corredores de Bolsa (fideicomiso ciego, pero no "quedado" ni sordo, de Sebastián Piñera). "Bancard habría comprado acciones el mismo día y al mismo precio en que Norte Grande vendió parte del remanente del aumento de capital de 2008 (14 y 15 de abril de 2009)". Otra sugerencia vil.
La autoridad o La Moneda (de la cual depende la primera) podrían haber contestado esas preguntas de manera muy sencilla y sin ofender a quienes las formulaban, dando los nombres de los intervinientes en todas esas operaciones, todos personas que, se supone, nada tienen que ver con el Presidente de la República. Pero eso no ha sucedido y La Moneda, es decir, la vocera y los Yes Men, ha respondido con insultos.
Lo cual lo dice todo. Entonces, a los chilenos que quieren saber las respuestas, que por favor dejen de molestar o les va a pasar lo mismo que al diputado Burgos cuando "se le dio vuelta" la comisión investigadora que debía pedir la grabación de la llamada ordenando la compra de acciones de LAN con información privilegiada. ¿En qué país se creen que están viviendo?
(Respuesta: en el país de Sebastián).
Juzguen ustedes: primero Sebastián se adelantó en Radio Bío Bío a decirle a Tomás Mosciatti que algunas sociedades suyas habían comprado y vendido acciones de las "Cascadas" de Julio Ponce, pero que iba a ser muy severo para pedir que se investigara el tema (parche antes de la herida); segundo, que cuando los abogados de Julio Ponce le hicieron cuatro preguntas al Superintendente, cinco ministros saltaron a la palestra a formular declaraciones, dos en términos "respetuosos y convenientes" (es decir, saliendo del paso, para obedecer a su jefe, pero sin insultar a nadie) y tres para proferir insultos contra los preguntones: Cecilia Pérez, calificando de "vileza" las interrogantes, Rodrigo Hinzpeter, describiéndolas como un "acto muy bajo" y Jaime Mañalich (que ha revelado tener "un tremendo respaldo", aunque no precisó de quién ni era necesario que lo hiciera), repitiendo lo de la "vileza" (reiteración que sugiere una misma fuente de la orden): "Cualquier cosa que pretenda implicar al Presidente de la República es una vileza", dijo.
Lo malo es que el Presidente está "presuntamente implicado". Tal vez por eso las precisas preguntas de los abogados de Julio Ponce al Superintendente no pueden ser contestadas y el mero hecho de formularlas es, para La Moneda, constitutivo de "vileza". Si Piñera no tuviera nada que ver en el negocio, el Superintendente contestaría las preguntas y asunto terminado. Pero no lo puede hacer sin incomodar gravemente a su jefe. Luego, formularlas constituye una "vileza". Es el término dictado desde arriba. Porque las vilezas no se responden.
Cuando Sebastián quiso decirle a Jovino Novoa que su libro era "una traición", pero no se atrevió a hacerlo personalmente, adivinen quién apareció diciéndoselo: Jaime Mañalich. Todo el mundo exclamó que cómo era posible que un ministro insultara en esa forma a un importante senador de gobierno, pero entonces todo el mundo se respondió que eso era posible porque Mañalich había dicho lo que su jefe le ordenó que dijera y punto.
A todo esto ¿cuáles son las cuatro preguntas que el Superintendente, con seguridad, no va a contestar?
La primera, que en el número 130 de su oficio de cargos a Julio Ponce menciona una gran operación de compra de acciones, una de las más significativas del período investigado, 2008-2011 (por 159 millones de dólares), pero no individualiza al vendedor ni analiza el precio de venta (superior al bursátil). Pregunta vil: ¿quién fue el vendedor?.
La segunda, que en el número 135 del oficio de cargos se señala que Norte Grande, una de las "Cascadas", adquirió 26,7 millones de dólares (a precio superior al bursátil) en acciones de Oro Blanco (otra Cascada). Pregunta vil: ¿quién fue el vendedor? Le dan algunas pistas a la autoridad: "Habrían figurado sociedades de inversión de S. E. el Presidente de la República (Axxion, Bancard e Inversiones Santa Cecilia)".
La tercera, que el 22 de mayo de 2008 Inversiones SQyA adquirió el 4,03% del capital de Norte Grande a precios entre 26% y 39% superiores al bursátil, por US$27 millones. Preguntas viles: ¿quiénes fueron los vendedores? ¿Por qué no se mencionó el mecanismo bursátil o remate? Pistas: "Habrían figurado las sociedades de inversión Axxion y Bancard".
La cuarta, ¿por qué la Superintendencia no menciona operaciones de compra y venta de acciones de Oro Blanco y Norte Grande realizadas por Bancard e Inversiones Santa Cecilia entre junio de 2008 y abril de 2009? Pues habrían acumulado saldos netos a su favor, transferidos después a Moneda Corredores de Bolsa (fideicomiso ciego, pero no "quedado" ni sordo, de Sebastián Piñera). "Bancard habría comprado acciones el mismo día y al mismo precio en que Norte Grande vendió parte del remanente del aumento de capital de 2008 (14 y 15 de abril de 2009)". Otra sugerencia vil.
La autoridad o La Moneda (de la cual depende la primera) podrían haber contestado esas preguntas de manera muy sencilla y sin ofender a quienes las formulaban, dando los nombres de los intervinientes en todas esas operaciones, todos personas que, se supone, nada tienen que ver con el Presidente de la República. Pero eso no ha sucedido y La Moneda, es decir, la vocera y los Yes Men, ha respondido con insultos.
Lo cual lo dice todo. Entonces, a los chilenos que quieren saber las respuestas, que por favor dejen de molestar o les va a pasar lo mismo que al diputado Burgos cuando "se le dio vuelta" la comisión investigadora que debía pedir la grabación de la llamada ordenando la compra de acciones de LAN con información privilegiada. ¿En qué país se creen que están viviendo?
(Respuesta: en el país de Sebastián).
jueves, 24 de octubre de 2013
Mantos de Protección
Escribo en este blog por motivación, es decir, por ganas de decir algo. Y si no he escrito desde el domingo ha sido por desmotivación, es decir, por ganas de no decir nada. Y no las tengo porque estimo que el país está descaminado sin remedio. Hace un tiempo, creo que después de las elecciones primarias, quise parafrasear a Vargas Llosa en "Conversación de la Catedral", cuando un personaje se preguntaba: "¿Cuándo se jodió el Perú?". Yo hacía un blog con la misma pregunta para Chile, y la respondía: "Ahora".
El país está embromado. Ha perdido el norte. Una mayoría quiere cambiar la Constitución, cuando lo mejor que tenemos es la Constitución. Desde la otra Carta autoritaria, la de 1833 y los decenios, que Chile no lo hacía tan bien como en estos decenios en el concierto mundial. Entonces era señalado como país único en Sudamérica, estable, ordenado, progresista. Es que había mano firme (Portales). Después ella se perdió y se desvirtuó todo. Pero a partir de 1973 se recuperó, y estos últimos treinta años, con otra buena Constitución, de nuevo hemos sido señalados igual, como estables, ordenados, progresistas. En voz baja, para que nadie pueda oírlos (sería peligroso), muchos musitan un nombre (innombrable): "Pinochet".
Ahora parece que de nuevo llegó el momento de cambiarlo (echarlo a perder) todo. Cuando vivíamos la democracia desvirtuada y retrógrada anterior al '73 el líder socialista Carlos Altamirano también decía que había que cambiarlo todo, claro que en el otro sentido, porque éramos "el vagón de cola de los países subdesarrollados, que a su turno son el vagón de cola del mundo". En eso tenía razón. Ahora somos la locomotora que tira del tren, pero igual hemos vuelto a ese punto de querer cambiarlo todo: de locomotora a vagón de cola, otra vez. De una sociedad de libertades que somos, si bien transitorias, precarias, llenas de excepcionalidades estatistas, a otra de dirigismo total, que llaman "lo público". "Lo público" es lo que deciden "ellos", los que van a ganar las elecciones, pero no usted. No más isapres ni afps, porque las elige usted; no más financiamiento compartido, porque lo determina usted, y sus hijos van a ser mejores, lo cual está mal, porque constituye "segregación"; no más Constitución, porque, según ella, el que manda es usted, y en lo sucesivo los que van a mandar van a ser ellos, de modo que la Constitución se hará para que todo lo decidan ellos, "lo público", no usted.
Entretanto, el país se ha vuelto muy cínico. ¡Qué rasgar de vestiduras por el caso Parisi! Está bien revelar todo sobre los candidatos, pero ¿qué dijeron o hicieron cuando uno, años atrás, fue sorprendido comprando acciones, haciendo uso de información privilegiada, lo cual constituye un delito? Nada. Al contrario, el escándalo se produjo por el hecho de haberse publicado la denuncia. Lo mismo que cuando el mismo individuo fue sorprendido conspirando para perjudicar a una contendora. En el primer caso el Consejo para la Transparencia entró en crisis y gran parte del directorio renunció ¡porque hubo transparencia y los hechos fueron comunicados a "Transparency International"! Hubo un "manto de protección". Qué frescura. En cambio, Parisi no tiene "manto de protección", lo suyo se divulga. Y está bien que se divulgue. Lo que está mal es el ocultamiento de lo otro. El diputado DC Jorge Burgos quiso romper el "manto de protección" de la operación bursátil ilícita y en la comisión investigadora de la Cámara propuso que se ordenara oficiar a la Bolsa para que enviara la grabación de la voz del que ordenó comprar las acciones. La Concertación tenía mayoría en la comisión, pero la propuesta de Burgos fue derrotada. ¡Qué ético! ¿Qué pasó? El nombre del que ordenó la compra quedó, entonces, en el misterio para siempre, gracias a que algunos de la mayoría concertacionista se cambiaron de bando. ¿Por qué lo harían? Eso forma parte del "manto de protección" y es ético.
Pues se habla mucho de ética. El otro día un dirigente empresarial, riguroso, declaraba a un semanario que no se sentaría en la misma mesa con alguien que hubiera faltado a la ética, pero la entrevista era ilustrada con la foto de él mismo sentado a la mesa con el autor de la compra de acciones con información privilegiada. La ética depende del "manto de protección" que tengan los que faltan a ella.
Hay "estallidos éticos" pintorescos. Un candidato presidencial fue bajado porque tenía una cuenta en Islas Vírgenes. No era ético, dijeron. Pero numerosas empresas tienen cuentas allá. "La Segunda" le preguntó al Presidente si tenía una, y eludió responder. Hay AFPs que también las tienen. Es lícito tenerlas. Pero es "políticamente inaceptable" que ello se publique.
La prensa, el Consejo de Defensa del Estado e Impuestos Internos hicieron escándalo ético a propósito de una supuesta "fortuna de Pinochet" labrada, decían, con recursos públicos malhabidos. Entonces el Director de Impuestos Internos socialista hizo un estudio de los ingresos y egresos del Presidente Pinochet desde 1973 a 1990 y sólo encontró 544 mil dólares no justificados ("La Tercera", 8 de octubre de 2005). Todos gritaron "¡corrupción!, ¡corrupción!". Y siguen gritándolo hasta hoy. Sin embargo, muchos de ellos recibían, en los mismos tiempos de esa denuncia, sobres con billetes clandestinos durante los tres primeros gobiernos concertacionistas, que significaban sustraer 540 mil dólares de gastos reservados cada dos meses (lo mismo que, supuestamente, Pinochet en 17 años; la cifra se supo porque los perdonaron a todos y les aumentaron el sueldo en lo mismo que sustraían). Un juez una vez me citó para que le explicara eso, que yo había afirmado en mi columna de "El Mercurio", a raíz de que alguien presentó una querella; y se lo expliqué al juez, y entendió. Pero Pinochet no tiene "manto de protección" y sigue siendo denigrado; sus acusadores sí lo tienen y nadie dice nada de ellos. A él le embargaron su plata; a ellos no. Pero por lo menos el proceso por las cuentas de Pinochet terminó sin que nadie de su familia fuera condenado. En el caso de los sobres con billetes ni siquiera hubo proceso. El "castigo" para quienes los percibían, consistente en subirles el sueldo en lo mismo que se llevaban, fue parte de lo que se denominó "política de los acuerdos".
El otro día leí en el diario que en el caso Inverlink se había absuelto finalmente a todos los procesados. El famoso "jarrón" de ciento veinte millones de dólares de la Corfo simplemente se perdió, pero nadie tuvo la culpa. Las únicas condenas registradas fueron dictadas por la prensa. Pues acá la prensa crucifica a algunas personas (las que no tienen "manto de protección"). Y ésa es, a veces, la única sanción que reciben. Y a veces es injusta.
Con todo, vivimos los últimos tiempos de un buen período de 40 años para Chile, tiempos que marchan hacia su extinción. "Los últimos días de Pompeya". Y quienes los viven mejor son los que cuentan con un "manto de protección".
El país está embromado. Ha perdido el norte. Una mayoría quiere cambiar la Constitución, cuando lo mejor que tenemos es la Constitución. Desde la otra Carta autoritaria, la de 1833 y los decenios, que Chile no lo hacía tan bien como en estos decenios en el concierto mundial. Entonces era señalado como país único en Sudamérica, estable, ordenado, progresista. Es que había mano firme (Portales). Después ella se perdió y se desvirtuó todo. Pero a partir de 1973 se recuperó, y estos últimos treinta años, con otra buena Constitución, de nuevo hemos sido señalados igual, como estables, ordenados, progresistas. En voz baja, para que nadie pueda oírlos (sería peligroso), muchos musitan un nombre (innombrable): "Pinochet".
Ahora parece que de nuevo llegó el momento de cambiarlo (echarlo a perder) todo. Cuando vivíamos la democracia desvirtuada y retrógrada anterior al '73 el líder socialista Carlos Altamirano también decía que había que cambiarlo todo, claro que en el otro sentido, porque éramos "el vagón de cola de los países subdesarrollados, que a su turno son el vagón de cola del mundo". En eso tenía razón. Ahora somos la locomotora que tira del tren, pero igual hemos vuelto a ese punto de querer cambiarlo todo: de locomotora a vagón de cola, otra vez. De una sociedad de libertades que somos, si bien transitorias, precarias, llenas de excepcionalidades estatistas, a otra de dirigismo total, que llaman "lo público". "Lo público" es lo que deciden "ellos", los que van a ganar las elecciones, pero no usted. No más isapres ni afps, porque las elige usted; no más financiamiento compartido, porque lo determina usted, y sus hijos van a ser mejores, lo cual está mal, porque constituye "segregación"; no más Constitución, porque, según ella, el que manda es usted, y en lo sucesivo los que van a mandar van a ser ellos, de modo que la Constitución se hará para que todo lo decidan ellos, "lo público", no usted.
Entretanto, el país se ha vuelto muy cínico. ¡Qué rasgar de vestiduras por el caso Parisi! Está bien revelar todo sobre los candidatos, pero ¿qué dijeron o hicieron cuando uno, años atrás, fue sorprendido comprando acciones, haciendo uso de información privilegiada, lo cual constituye un delito? Nada. Al contrario, el escándalo se produjo por el hecho de haberse publicado la denuncia. Lo mismo que cuando el mismo individuo fue sorprendido conspirando para perjudicar a una contendora. En el primer caso el Consejo para la Transparencia entró en crisis y gran parte del directorio renunció ¡porque hubo transparencia y los hechos fueron comunicados a "Transparency International"! Hubo un "manto de protección". Qué frescura. En cambio, Parisi no tiene "manto de protección", lo suyo se divulga. Y está bien que se divulgue. Lo que está mal es el ocultamiento de lo otro. El diputado DC Jorge Burgos quiso romper el "manto de protección" de la operación bursátil ilícita y en la comisión investigadora de la Cámara propuso que se ordenara oficiar a la Bolsa para que enviara la grabación de la voz del que ordenó comprar las acciones. La Concertación tenía mayoría en la comisión, pero la propuesta de Burgos fue derrotada. ¡Qué ético! ¿Qué pasó? El nombre del que ordenó la compra quedó, entonces, en el misterio para siempre, gracias a que algunos de la mayoría concertacionista se cambiaron de bando. ¿Por qué lo harían? Eso forma parte del "manto de protección" y es ético.
Pues se habla mucho de ética. El otro día un dirigente empresarial, riguroso, declaraba a un semanario que no se sentaría en la misma mesa con alguien que hubiera faltado a la ética, pero la entrevista era ilustrada con la foto de él mismo sentado a la mesa con el autor de la compra de acciones con información privilegiada. La ética depende del "manto de protección" que tengan los que faltan a ella.
Hay "estallidos éticos" pintorescos. Un candidato presidencial fue bajado porque tenía una cuenta en Islas Vírgenes. No era ético, dijeron. Pero numerosas empresas tienen cuentas allá. "La Segunda" le preguntó al Presidente si tenía una, y eludió responder. Hay AFPs que también las tienen. Es lícito tenerlas. Pero es "políticamente inaceptable" que ello se publique.
La prensa, el Consejo de Defensa del Estado e Impuestos Internos hicieron escándalo ético a propósito de una supuesta "fortuna de Pinochet" labrada, decían, con recursos públicos malhabidos. Entonces el Director de Impuestos Internos socialista hizo un estudio de los ingresos y egresos del Presidente Pinochet desde 1973 a 1990 y sólo encontró 544 mil dólares no justificados ("La Tercera", 8 de octubre de 2005). Todos gritaron "¡corrupción!, ¡corrupción!". Y siguen gritándolo hasta hoy. Sin embargo, muchos de ellos recibían, en los mismos tiempos de esa denuncia, sobres con billetes clandestinos durante los tres primeros gobiernos concertacionistas, que significaban sustraer 540 mil dólares de gastos reservados cada dos meses (lo mismo que, supuestamente, Pinochet en 17 años; la cifra se supo porque los perdonaron a todos y les aumentaron el sueldo en lo mismo que sustraían). Un juez una vez me citó para que le explicara eso, que yo había afirmado en mi columna de "El Mercurio", a raíz de que alguien presentó una querella; y se lo expliqué al juez, y entendió. Pero Pinochet no tiene "manto de protección" y sigue siendo denigrado; sus acusadores sí lo tienen y nadie dice nada de ellos. A él le embargaron su plata; a ellos no. Pero por lo menos el proceso por las cuentas de Pinochet terminó sin que nadie de su familia fuera condenado. En el caso de los sobres con billetes ni siquiera hubo proceso. El "castigo" para quienes los percibían, consistente en subirles el sueldo en lo mismo que se llevaban, fue parte de lo que se denominó "política de los acuerdos".
El otro día leí en el diario que en el caso Inverlink se había absuelto finalmente a todos los procesados. El famoso "jarrón" de ciento veinte millones de dólares de la Corfo simplemente se perdió, pero nadie tuvo la culpa. Las únicas condenas registradas fueron dictadas por la prensa. Pues acá la prensa crucifica a algunas personas (las que no tienen "manto de protección"). Y ésa es, a veces, la única sanción que reciben. Y a veces es injusta.
Con todo, vivimos los últimos tiempos de un buen período de 40 años para Chile, tiempos que marchan hacia su extinción. "Los últimos días de Pompeya". Y quienes los viven mejor son los que cuentan con un "manto de protección".
domingo, 20 de octubre de 2013
Las Angustias de los Ganadores
La candidata sin programa debe estar seguramente angustiada de no poder tenerlo. Ayer cité el desconcierto de uno de sus hombres claves, Francisco Vidal, expresado en su columna de "El Mercurio", ante la misma incertidumbre. Y también hay gente que abandona su barco. Generalmente se hace eso cuando el mismo se está hundiendo, pero en este caso se trata de uno que está volviendo a flote, a tener el poder, como lo permitirá el triunfo electoral a la Nueva Mayoría, para entonces volver a contar con las arcas fiscales para aliviar penurias.
Sin embargo, en "La Tercera" Max Colodro, otro hombre de izquierda, comenta angustiado la renuncia a la DC del ex subsecretario y ex coordinador de la campaña de Claudio Orrego, Jorge Navarrete, dada a conocer en el mismo diario ("Adiós a la DC") y, buscando las claves de esa renuncia. Colodro escribe: "La Nueva Mayoría, hoy sin impedimentos ideológicos para ofrecer lo que la calle quiere escuchar, se niega a mostrar su programa a cuatro semanas de la elección, porque sus diferencias insalvables deben ser ocultadas a la opinión pública, en función del operativo de reparto del botín a cualquier precio".
Antes Colodro nos ha dicho que en la izquierda "en silencio hierven al ver a Sebastián Piñera cerrar el Penal Cordillera". Pero una columnista de "El Mostrador" también nos ha revelado que, por el otro lado, en "directorios y matrimonios" abundan los comentarios ácidos acerca de la traición de Piñera. En concordancia, el mismo ya renunciado Navarrete, en su columna "Doble o Nada", también en "La Tercera", hace una radiografía de Piñera y lo describe como un apostador de la política, "cuya última apuesta, nuevamente más motivada por un proyecto personal que por una convicción colectiva, podría condenarlo a lo que políticamente siempre pareció ser: un hombre que no es de allá ni de acá".
Ese hombre que está en todas partes pero no es de ninguna ha terminado con la centroderecha en ruinas, como electoralmente lo está hoy, pero no por eso la centroizquierda y la izquierda están felices, porque "el reparto del botín a cualquier precio" no hace la felicidad, aunque sirva para saciar apetitos materiales. Ellos saben que lo del "balazo en el pie" a que me referí ayer es verdad. También saben que en toda economía hay una locomotora que tira los carros y que si la dejan sin combustible a fuerza de extraérselo por la vía de los impuestos, se va a detener al tren "in the middle of nowhere" y Chile se va a convertir, primero, en otra Argentina; después, en otro Ecuador y, finalmente, en otra Venezuela, en medio del aplauso popular, pero con fecha de vencimiento a la vista, porque las cosas necesarias para vivir hay que producirlas y nunca la calle ha sido buena para eso.
A Allende también lo aclamaban en las concentraciones masivas, después que había inundado el país de billetes y expropiado o intervenido empresas y fundos, pero las cosas necesarias para vivir se habían terminado y por eso cuando lo echaron la gente estaba feliz, y ciertamente no salió a las calles a defenderlo, como esperaba él; tanto que después del 11 "se izaban banderas en las poblaciones" (Frei Montalva).
Ahora el país está feliz porque clasificó para el Mundial y porque en un mes más va a ganar "la calle", pero está, en el fondo, angustiado. Le lavaron el cerebro con falsificaciones históricas de transmisión masiva, con motivo de los 40 años del 11, pero la propia calle intuye que "la verdad está en otra parte", sobre todo cuando ve que los autores de la mistificación, en lugar de estar felices con el éxito de ella, resultan ahora ser los más desorientados y preocupados.
Sin embargo, en "La Tercera" Max Colodro, otro hombre de izquierda, comenta angustiado la renuncia a la DC del ex subsecretario y ex coordinador de la campaña de Claudio Orrego, Jorge Navarrete, dada a conocer en el mismo diario ("Adiós a la DC") y, buscando las claves de esa renuncia. Colodro escribe: "La Nueva Mayoría, hoy sin impedimentos ideológicos para ofrecer lo que la calle quiere escuchar, se niega a mostrar su programa a cuatro semanas de la elección, porque sus diferencias insalvables deben ser ocultadas a la opinión pública, en función del operativo de reparto del botín a cualquier precio".
Antes Colodro nos ha dicho que en la izquierda "en silencio hierven al ver a Sebastián Piñera cerrar el Penal Cordillera". Pero una columnista de "El Mostrador" también nos ha revelado que, por el otro lado, en "directorios y matrimonios" abundan los comentarios ácidos acerca de la traición de Piñera. En concordancia, el mismo ya renunciado Navarrete, en su columna "Doble o Nada", también en "La Tercera", hace una radiografía de Piñera y lo describe como un apostador de la política, "cuya última apuesta, nuevamente más motivada por un proyecto personal que por una convicción colectiva, podría condenarlo a lo que políticamente siempre pareció ser: un hombre que no es de allá ni de acá".
Ese hombre que está en todas partes pero no es de ninguna ha terminado con la centroderecha en ruinas, como electoralmente lo está hoy, pero no por eso la centroizquierda y la izquierda están felices, porque "el reparto del botín a cualquier precio" no hace la felicidad, aunque sirva para saciar apetitos materiales. Ellos saben que lo del "balazo en el pie" a que me referí ayer es verdad. También saben que en toda economía hay una locomotora que tira los carros y que si la dejan sin combustible a fuerza de extraérselo por la vía de los impuestos, se va a detener al tren "in the middle of nowhere" y Chile se va a convertir, primero, en otra Argentina; después, en otro Ecuador y, finalmente, en otra Venezuela, en medio del aplauso popular, pero con fecha de vencimiento a la vista, porque las cosas necesarias para vivir hay que producirlas y nunca la calle ha sido buena para eso.
A Allende también lo aclamaban en las concentraciones masivas, después que había inundado el país de billetes y expropiado o intervenido empresas y fundos, pero las cosas necesarias para vivir se habían terminado y por eso cuando lo echaron la gente estaba feliz, y ciertamente no salió a las calles a defenderlo, como esperaba él; tanto que después del 11 "se izaban banderas en las poblaciones" (Frei Montalva).
Ahora el país está feliz porque clasificó para el Mundial y porque en un mes más va a ganar "la calle", pero está, en el fondo, angustiado. Le lavaron el cerebro con falsificaciones históricas de transmisión masiva, con motivo de los 40 años del 11, pero la propia calle intuye que "la verdad está en otra parte", sobre todo cuando ve que los autores de la mistificación, en lugar de estar felices con el éxito de ella, resultan ahora ser los más desorientados y preocupados.
sábado, 19 de octubre de 2013
Nadie Sabe lo que Va a Pasar
Históricamente corresponde que ahora Chile se dé un balazo en el pie y yo creo que lo va a hacer, porque las leyes históricas (al contrario de nuestras leyes penales) se cumplen. Pero de ahí a saber cómo viene el balazo hay un gran trecho. Pues la que se lo va a pegar al país va a ser Michelle Bachelet, y ella misma no sabe lo que va a hacer y por eso no puede presentar un programa de gobierno.
A todo esto, el país se debate en la mayor confusión. Yo mismo soy víctima de, y contribuyo a, ella, porque en mi anterior blog comenté una encuesta de la Universidad Diego Portales, cuyo rasgo saliente era la poca diferencia entre Evelyn Matthei y Franco Parisi, según publicó "La Segunda" del jueves. Pero después resultó que la diferencia entre ambos era mayor, porque la encuesta UDP de "La Segunda" era distinta de la misma publicada por "La Tercera" al día siguiente. Y esto no sería nada si no fuera porque "La Segunda" publicó el viernes otra encuesta, de la Universidad del Desarrollo, dando una ventaja de diez puntos a Evelyn Matthei sobre Franco Parisi. Entonces el resultado es que no sabemos la diferencia entre ambos, porque las encuestas son muy distintas las unas de las otras, si bien todas coinciden en que ganará Bachelet y, por tanto, lo único cierto es que viene el "balazo en el pie".
Pero leyendo hoy a Francisco Vidal, principal vocero de Bachelet, en "El Mercurio", advierto que él mismo está bastante desorientado por la falta de programa de su candidata y confiesa no saber con qué va a salir finalmente ella. Pero Vidal sí da por seguras tres cosas: que va a cambiar la Constitución, va a subir los impuestos y va a hacer una reforma educacional.
Es decir, nos está diciendo que no podemos tener la menor idea de lo que va a pasar, porque la Constitución contiene las garantías a los derechos y todos sabemos que lo que más molesta a la izquierda, de la actual Constitución, es la garantía al derecho de propiedad y que no se pueda expropiar todo por simple mayoría, sino que se necesite dos tercios, como en todo país civilizado (en los Estados Unidos se requiere eso y, además, que los tres cuartos de los estados ratifiquen la reforma; por eso la gente de todas partes, cuando ve en peligro su plata, se la lleva a Estados Unidos).
Usted me podrá decir que de ninguna manera la izquierda confiscatoria va a reunir los dos tercios, y yo le responderé que eso a ella no le importa, pues lo que dicen la Constitución y las leyes ya no rige y la misma izquierda, hasta con el aplauso de la "nueva derecha", tiene presos a los militares contra todas las leyes, por mantener secuestradas a personas, siendo que esto último no es verdad; o por delitos de lesa humanidad, que no existían en nuestro derecho cuando sucedieron los hechos, y el principio pro-reo lo hacía imposible y todo eso, y sin embargo estamos viendo cómo la izquierda ha arrasado con el derecho para encarcelar militares. Usted ha dicho "no me importa, porque no soy militar". Bueno, pronto le va a importar, porque le va a tocar a usted y le apuesto doble contra sencillo que van a citar a Asamblea Constituyente por decreto y se van a salir con la suya y expropiar de nuevo sin pago, y todo lo que usted creía suyo va a ser de ellos, porque, además, ya no rige la "doctrina Schneider", según la cual si un poder del Estado se sale de la Constitución, las fuerzas armadas deben restablecer el derecho. Eso ya no corre, porque todo el mundo sabe, empezando por los militares, que si hacen eso después los meten presos.
Entonces, nadie sabe lo que va a pasar en Chile y por eso hasta el mismísimo Pancho Vidal, el más izquierdista de todos, ahora está preocupado.
A todo esto, el país se debate en la mayor confusión. Yo mismo soy víctima de, y contribuyo a, ella, porque en mi anterior blog comenté una encuesta de la Universidad Diego Portales, cuyo rasgo saliente era la poca diferencia entre Evelyn Matthei y Franco Parisi, según publicó "La Segunda" del jueves. Pero después resultó que la diferencia entre ambos era mayor, porque la encuesta UDP de "La Segunda" era distinta de la misma publicada por "La Tercera" al día siguiente. Y esto no sería nada si no fuera porque "La Segunda" publicó el viernes otra encuesta, de la Universidad del Desarrollo, dando una ventaja de diez puntos a Evelyn Matthei sobre Franco Parisi. Entonces el resultado es que no sabemos la diferencia entre ambos, porque las encuestas son muy distintas las unas de las otras, si bien todas coinciden en que ganará Bachelet y, por tanto, lo único cierto es que viene el "balazo en el pie".
Pero leyendo hoy a Francisco Vidal, principal vocero de Bachelet, en "El Mercurio", advierto que él mismo está bastante desorientado por la falta de programa de su candidata y confiesa no saber con qué va a salir finalmente ella. Pero Vidal sí da por seguras tres cosas: que va a cambiar la Constitución, va a subir los impuestos y va a hacer una reforma educacional.
Es decir, nos está diciendo que no podemos tener la menor idea de lo que va a pasar, porque la Constitución contiene las garantías a los derechos y todos sabemos que lo que más molesta a la izquierda, de la actual Constitución, es la garantía al derecho de propiedad y que no se pueda expropiar todo por simple mayoría, sino que se necesite dos tercios, como en todo país civilizado (en los Estados Unidos se requiere eso y, además, que los tres cuartos de los estados ratifiquen la reforma; por eso la gente de todas partes, cuando ve en peligro su plata, se la lleva a Estados Unidos).
Usted me podrá decir que de ninguna manera la izquierda confiscatoria va a reunir los dos tercios, y yo le responderé que eso a ella no le importa, pues lo que dicen la Constitución y las leyes ya no rige y la misma izquierda, hasta con el aplauso de la "nueva derecha", tiene presos a los militares contra todas las leyes, por mantener secuestradas a personas, siendo que esto último no es verdad; o por delitos de lesa humanidad, que no existían en nuestro derecho cuando sucedieron los hechos, y el principio pro-reo lo hacía imposible y todo eso, y sin embargo estamos viendo cómo la izquierda ha arrasado con el derecho para encarcelar militares. Usted ha dicho "no me importa, porque no soy militar". Bueno, pronto le va a importar, porque le va a tocar a usted y le apuesto doble contra sencillo que van a citar a Asamblea Constituyente por decreto y se van a salir con la suya y expropiar de nuevo sin pago, y todo lo que usted creía suyo va a ser de ellos, porque, además, ya no rige la "doctrina Schneider", según la cual si un poder del Estado se sale de la Constitución, las fuerzas armadas deben restablecer el derecho. Eso ya no corre, porque todo el mundo sabe, empezando por los militares, que si hacen eso después los meten presos.
Entonces, nadie sabe lo que va a pasar en Chile y por eso hasta el mismísimo Pancho Vidal, el más izquierdista de todos, ahora está preocupado.
jueves, 17 de octubre de 2013
Las Cascadas de Piñera No Traen Agua
El Presidente fue a la radio Bío Bío a dar a conocer que él también hizo una pasada por las sociedades "cascadas" controladoras de Soquimich. Resultó evidente que se apresuró a revelarlo antes de que otros medios publicaran que su nombre también aparece en el Informe de centenares de páginas que hasta ahora maneja la Superintendencia. Prudente medida preventiva.
Al mismo tiempo, la última "pasada" político-electoral de nuestro Primer Protagonista con motivo de los 40 años del 11 parece no haberle rentado nada, si es que no lo ha perjudicado. En efecto, la encuesta nacional del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales (ICSO-UDP), realizada entre septiembre y octubre, revela que el caudaloso despliegue hacia la izquierda que él protagonizó, de hecho traía muy poca agua y no le ha dado la menor rentabilidad política, tanto que la aprobación presidencial ha sido de 33,3% frente a una desaprobación de 56,7%, peor que en julio (33,2% y 49,3%, respectivamente) y también peor que en la más reciente Adimark (37% de aprobación), que es la que normalmente le entrega indicadores más favorables a S. E.
Parece que los afanes de la "nueva derecha", que él ha pretendido liderar a partir de su última puñalada a los ancianos y enfermos presos políticos ex-uniformados, no le van a rentar nada electoralmente. Pues al desprenderse de la "mochila" del Gobierno Militar, como la llaman algunos espíritus débiles, se pierde voto duro y no se gana voto blando.
Peor aún, esto está descapitalizando de manera acelerada y alarmante a la candidata presidencial del oficialismo, que con muy mal ojo político se ha arrimado últimamente a Piñera. De hecho, ello le ha enajenado casi por completo el "voto duro", que bordea el 20%, cuyos voceros están llamando a castigar electoralmente a RN y a UDI por el increíble maltrato que esta administración ha dispensado a los presos y procesados políticos de la justicia de izquierda. La élite habladora de la "gauche boutique" prodiga elogios verbales a las movidas del "Presidente Piñera", como ahora lo llama, pero ahí termina su apoyo.
Pues en la misma encuesta ICSO-UDP se revela que, si la elección fuera este domingo, Bachelet obtendría el 37,7%, Matthei el 12,3%, Parisi el 10,6% y ME-O el 7%. Es decir, el abandono del "voto duro" por parte de Matthei al solidarizar con la puñalada trapera no sólo no le ha rentado nada al autor de ésta, sino tampoco a ella y la ha puesto al borde del tercer lugar, situándola donde mismo comenzó: en el 12%.
Esto es lo único que se ha conseguido al mantener la costosa red burocrática de abogados perseguidores de militares en el Ministerio del Interior, sobrefinanciar al Museo de la Memoria Tuerta (recibe varias veces más aportes que cualquier museo apolítico tradicional); aportar generosamente al Instituto de Derechos Humanos de los terroristas de izquierda, mantener al Director mirista del Instituto Médico Legal, rechazar los indultos justificados de militares enfermos y ancianos, junto con reducirles en los penales sus horas de visita, y presentar, por parte de Ubilla et al, mil querellas adicionales por hechos prescritos, amnistiados y muchas veces ya antes juzgados o simplemente inexistentes. Todo esto ha realzado la falsedad del candidato que prometió, con tal de conseguir el "voto militar", todo lo contrario.
Bajo tan nefasta conducción la derecha se aproxima a su hora más oscura desde su virtual desaparición en 1965, tras haberse jugado también entonces por apoyar a otro DC, renunciando a dar la cara con sus propios valores y lealtades.
Al mismo tiempo, la última "pasada" político-electoral de nuestro Primer Protagonista con motivo de los 40 años del 11 parece no haberle rentado nada, si es que no lo ha perjudicado. En efecto, la encuesta nacional del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales (ICSO-UDP), realizada entre septiembre y octubre, revela que el caudaloso despliegue hacia la izquierda que él protagonizó, de hecho traía muy poca agua y no le ha dado la menor rentabilidad política, tanto que la aprobación presidencial ha sido de 33,3% frente a una desaprobación de 56,7%, peor que en julio (33,2% y 49,3%, respectivamente) y también peor que en la más reciente Adimark (37% de aprobación), que es la que normalmente le entrega indicadores más favorables a S. E.
Parece que los afanes de la "nueva derecha", que él ha pretendido liderar a partir de su última puñalada a los ancianos y enfermos presos políticos ex-uniformados, no le van a rentar nada electoralmente. Pues al desprenderse de la "mochila" del Gobierno Militar, como la llaman algunos espíritus débiles, se pierde voto duro y no se gana voto blando.
Peor aún, esto está descapitalizando de manera acelerada y alarmante a la candidata presidencial del oficialismo, que con muy mal ojo político se ha arrimado últimamente a Piñera. De hecho, ello le ha enajenado casi por completo el "voto duro", que bordea el 20%, cuyos voceros están llamando a castigar electoralmente a RN y a UDI por el increíble maltrato que esta administración ha dispensado a los presos y procesados políticos de la justicia de izquierda. La élite habladora de la "gauche boutique" prodiga elogios verbales a las movidas del "Presidente Piñera", como ahora lo llama, pero ahí termina su apoyo.
Pues en la misma encuesta ICSO-UDP se revela que, si la elección fuera este domingo, Bachelet obtendría el 37,7%, Matthei el 12,3%, Parisi el 10,6% y ME-O el 7%. Es decir, el abandono del "voto duro" por parte de Matthei al solidarizar con la puñalada trapera no sólo no le ha rentado nada al autor de ésta, sino tampoco a ella y la ha puesto al borde del tercer lugar, situándola donde mismo comenzó: en el 12%.
Esto es lo único que se ha conseguido al mantener la costosa red burocrática de abogados perseguidores de militares en el Ministerio del Interior, sobrefinanciar al Museo de la Memoria Tuerta (recibe varias veces más aportes que cualquier museo apolítico tradicional); aportar generosamente al Instituto de Derechos Humanos de los terroristas de izquierda, mantener al Director mirista del Instituto Médico Legal, rechazar los indultos justificados de militares enfermos y ancianos, junto con reducirles en los penales sus horas de visita, y presentar, por parte de Ubilla et al, mil querellas adicionales por hechos prescritos, amnistiados y muchas veces ya antes juzgados o simplemente inexistentes. Todo esto ha realzado la falsedad del candidato que prometió, con tal de conseguir el "voto militar", todo lo contrario.
Bajo tan nefasta conducción la derecha se aproxima a su hora más oscura desde su virtual desaparición en 1965, tras haberse jugado también entonces por apoyar a otro DC, renunciando a dar la cara con sus propios valores y lealtades.
martes, 15 de octubre de 2013
Caen Más Cabezas de Cerebros Lavados
Lo que ha pasado en Chile en el último mes y tanto es como si los nazis hubieran resuelto hacer películas sobre la Segunda Guerra Mundial mostrando exclusivamente los efectos sobre mujeres y niños de las bombas de fósforo que los aliados dejaron caer sobre Dresden y Hamburgo o las atómicas de los norteamericanos sobre Hiroshima y Nagasaki, hacia el final del conflicto. Las imágenes de seres inocentes quemados por los aviones aliados habrían concentrado el argumento. ¡Qué horrores cometieron! Y ahora imaginemos que Winston Churchill y Harry Truman hubieran visto esas películas y se hubieran horrorizado al extremo y salido a pedir perdón por lo que habían hecho durante la Segunda Guerra, y hubieran terminado condenados por la opinión pública mundial por eso. Pues las películas habrían ocultado, por supuesto, todo lo que hicieron los nazis y los japoneses, el Holocausto, el ataque a mansalva a Pearl Harbour y todo o demás.
Bueno, eso mismo ha acontecido en Chile en septiembre y octubre. La izquierda, soberana de los medios de comunicación masivos, preparó películas de horror ad hoc sobre la represión de las Fuerzas Armadas, ocultando por completo su armamentismo y los crímenes del terrorismo de extrema izquierda, la organización de un ejército revolucionario, los atropellos a los derechos humanos durante la UP, incluyendo asesinatos y torturas. De lo que se trataba era de mostrar el horror de un solo lado.
Resultado: Los espíritus débiles cayeron redondos. Sebastián Piñera vio las teleseries marxistas y salió despavorido a los medios a poner distancia entre lo que más le importa en el mundo (él mismo) y todos esos horrores de los militares. Lanzó lo de los "cómplices pasivos", condenando a la propia gente que trabaja en su gobierno y a la mayoría de la que votó por él. Naturalmente, como no da puntada sin hilo, sabía que el lavado cerebral marxista le garantizaba que una mayoría iba a apoyar esta nueva vuelta de chaqueta (porque él se había pasado del "No" al "Sí" en 1989, como generalísimo de Hernán Büchi). No contento con eso empezó a rumiar la manera de ponerle otros clavos a la cruz de los presos políticos militares y a hablar de suprimir el penal "Cordillera", porque las encuestas decían que la mayoría apoyaba eso. Y finalmente lo hizo, consumando una...(el nombre lo ponen ustedes) a la familia militar a la cual durante su campaña prometió debido proceso, juicios más rápidos y aplicación de la prescripción. Además agregó la injuria al daño, pues los trató de "criminales violadores de derechos humanos", permitió que la bandera de la hoz y el martillo flameara sobre el portón del penal Cordillera en la víspera del cierre y que el traslado de los ancianos, enfermos e ilegalmente condenados se hiciera bajo una lluvia de piedras comunistas. Todo en consonancia con las políticas de su gobierno, que ha triplicado las querellas contra esos "walking dead", los más débiles e indefensos de nuestra sociedad, contra quienes todo abuso es posible. Funcionarios de su confianza comunistas y socialistas activaban más querellas desde el Instituto de Derechos Humanos del Ministerio del Interior; su hombre de confianza mirista en el Instituto Médico Legal aportaba lo suyo y el Museo de la Memoria Tuerta, con amplio presupuesto, acaparaba visitas, mientras un general y caballero octogenario que cumplía condena siendo inocente (aparte de haber tenido derecho a causales de extinción de responsabilidad) ponía fin a sus días y era inhumado sin contar siquiera con la solidaridad de la institución a la cual sirvió, hoy completamnte sojuzgada por el marxismo dominante en la política, las comunicaciones, la justicia y la Historia Oficial.
Siguen rodando cabezas de cerebros lavados. Ayer el dirigente RN Daniel Platovsky ha renunciado públicamente a su colectividad, porque eso se justifica "muy especialmente durante septiembre, reflexionó", y "explica que un factor decisivo fue todo el debate detonado a raíz de los 40 años del Golpe Militar, y muy especialmente el impacto del desmarque del Jefe del Estado del ala pinochetista de la derecha".
Todo esto trae y traerá cada vez más consecuencias. El domingo leía en "La Tercera" la columna del economista Sebastián Edwards y allí me enteré de otro viraje decidor. Edwards había sido crítico del gobierno de Piñera por no haber consumado las modernizaciones neoliberales de la "Agenda de Impulso Competitivo" planteadas por el Ministro de Economía Juan Andrés Fontaine, y habia puesto el grito en el cielo cuando se le pidió la renuncia a éste. Pero ahora ha iniciado un giro en el otro sentido, y en sus actuales propuestas me he encontrado con la de "una Constitución legítima". Como si de nada valiera todo lo que dijo Ricardo Lagos acerca de lo democrática y legítima que él había dejado la que nos rige, cuando logró poner su nombre en vez del de Pinochet al pie de ella, después de las reformas de 2005. Bueno, el mismo Lagos ahora también viró, y tal como hubo un Aylwin I y un Aylwin II, ahora tenemos un Lagos II, que está en la onda de la Asamblea Constituyente. Y se acumulan profesores para justificar que ella sea establecida mediante un decreto. ¡Y lo van a hacer! Tanto que un Tribunal de Justicia "condenó" a unos procesados a cumplir trabajos comunitarios consistentes en hacer propaganda a la ¡Asamblea Constituyente!
Ruedan y rodarán más cabezas de cerebros lavados, a quienes las películas de horror de la izquierda, hoy ya desembarcada de la vía armada y convertida en "víctima inocente"; ya olvidada de la dictadura del proletariado y convertida al credo democrático, que será dictado por "el poder originario", el pueblo, por mayoría simple, tan simple que puede sar reclutada mediando sólo algunas películas en horario prime de la TV.
¿Hasta cuándo seguirán rodando cabezas de cerebros lavados? Hasta que ya no quede ninguno sin lavar. Vea al próximo episodio, a partir del 11 de marzo.
Bueno, eso mismo ha acontecido en Chile en septiembre y octubre. La izquierda, soberana de los medios de comunicación masivos, preparó películas de horror ad hoc sobre la represión de las Fuerzas Armadas, ocultando por completo su armamentismo y los crímenes del terrorismo de extrema izquierda, la organización de un ejército revolucionario, los atropellos a los derechos humanos durante la UP, incluyendo asesinatos y torturas. De lo que se trataba era de mostrar el horror de un solo lado.
Resultado: Los espíritus débiles cayeron redondos. Sebastián Piñera vio las teleseries marxistas y salió despavorido a los medios a poner distancia entre lo que más le importa en el mundo (él mismo) y todos esos horrores de los militares. Lanzó lo de los "cómplices pasivos", condenando a la propia gente que trabaja en su gobierno y a la mayoría de la que votó por él. Naturalmente, como no da puntada sin hilo, sabía que el lavado cerebral marxista le garantizaba que una mayoría iba a apoyar esta nueva vuelta de chaqueta (porque él se había pasado del "No" al "Sí" en 1989, como generalísimo de Hernán Büchi). No contento con eso empezó a rumiar la manera de ponerle otros clavos a la cruz de los presos políticos militares y a hablar de suprimir el penal "Cordillera", porque las encuestas decían que la mayoría apoyaba eso. Y finalmente lo hizo, consumando una...(el nombre lo ponen ustedes) a la familia militar a la cual durante su campaña prometió debido proceso, juicios más rápidos y aplicación de la prescripción. Además agregó la injuria al daño, pues los trató de "criminales violadores de derechos humanos", permitió que la bandera de la hoz y el martillo flameara sobre el portón del penal Cordillera en la víspera del cierre y que el traslado de los ancianos, enfermos e ilegalmente condenados se hiciera bajo una lluvia de piedras comunistas. Todo en consonancia con las políticas de su gobierno, que ha triplicado las querellas contra esos "walking dead", los más débiles e indefensos de nuestra sociedad, contra quienes todo abuso es posible. Funcionarios de su confianza comunistas y socialistas activaban más querellas desde el Instituto de Derechos Humanos del Ministerio del Interior; su hombre de confianza mirista en el Instituto Médico Legal aportaba lo suyo y el Museo de la Memoria Tuerta, con amplio presupuesto, acaparaba visitas, mientras un general y caballero octogenario que cumplía condena siendo inocente (aparte de haber tenido derecho a causales de extinción de responsabilidad) ponía fin a sus días y era inhumado sin contar siquiera con la solidaridad de la institución a la cual sirvió, hoy completamnte sojuzgada por el marxismo dominante en la política, las comunicaciones, la justicia y la Historia Oficial.
Siguen rodando cabezas de cerebros lavados. Ayer el dirigente RN Daniel Platovsky ha renunciado públicamente a su colectividad, porque eso se justifica "muy especialmente durante septiembre, reflexionó", y "explica que un factor decisivo fue todo el debate detonado a raíz de los 40 años del Golpe Militar, y muy especialmente el impacto del desmarque del Jefe del Estado del ala pinochetista de la derecha".
Todo esto trae y traerá cada vez más consecuencias. El domingo leía en "La Tercera" la columna del economista Sebastián Edwards y allí me enteré de otro viraje decidor. Edwards había sido crítico del gobierno de Piñera por no haber consumado las modernizaciones neoliberales de la "Agenda de Impulso Competitivo" planteadas por el Ministro de Economía Juan Andrés Fontaine, y habia puesto el grito en el cielo cuando se le pidió la renuncia a éste. Pero ahora ha iniciado un giro en el otro sentido, y en sus actuales propuestas me he encontrado con la de "una Constitución legítima". Como si de nada valiera todo lo que dijo Ricardo Lagos acerca de lo democrática y legítima que él había dejado la que nos rige, cuando logró poner su nombre en vez del de Pinochet al pie de ella, después de las reformas de 2005. Bueno, el mismo Lagos ahora también viró, y tal como hubo un Aylwin I y un Aylwin II, ahora tenemos un Lagos II, que está en la onda de la Asamblea Constituyente. Y se acumulan profesores para justificar que ella sea establecida mediante un decreto. ¡Y lo van a hacer! Tanto que un Tribunal de Justicia "condenó" a unos procesados a cumplir trabajos comunitarios consistentes en hacer propaganda a la ¡Asamblea Constituyente!
Ruedan y rodarán más cabezas de cerebros lavados, a quienes las películas de horror de la izquierda, hoy ya desembarcada de la vía armada y convertida en "víctima inocente"; ya olvidada de la dictadura del proletariado y convertida al credo democrático, que será dictado por "el poder originario", el pueblo, por mayoría simple, tan simple que puede sar reclutada mediando sólo algunas películas en horario prime de la TV.
¿Hasta cuándo seguirán rodando cabezas de cerebros lavados? Hasta que ya no quede ninguno sin lavar. Vea al próximo episodio, a partir del 11 de marzo.
sábado, 12 de octubre de 2013
El Estado de la Nación
El país está como de costumbre, es decir, pintoresco, desinformado y desorientado, como lo reveló el debate de quienes aspiran a conducirlo, y que ganó por gran distancia Evelyn Matthei, porque no dijo nada insensato y ofreció regalar menos que todos los demás.
De éstos sólo me quedaron chispazos: oyendo a Sfeir tuve la certeza de que si él gobernara nos quedaríamos sin luz; ME-O me hizo recordar al "Negro" Piñera, que relató haberle pedido a su hermano "un solo millón de dólares, tú que tienes tantos", pues aquél pidió a los que tienen más de un millón de dólares que le dieran "el uno por ciento, nada más que el uno por ciento", lo que, según mis cálculos, equivale a aumentar el impuesto a la renta en cincuenta por ciento; y también de ME-O recuerdo una muy buena descripción del comando de Bachelet, que "incluye desde la Camila Vallejo hasta el presidente de la Asociación de Bancos"; de Jocelyn-Holt recuerdo que estaba muy irritado por la falta de autoridad, en lo cual coincido con él; de Parisi, que tiene un problema con los Luksic, pero no me quedó claro por qué, y que le gustaría un salario mínimo más alto, pero yo sé que él piensa que sería mejor para los más pobres uno más bajo (con el actual, el 40 por ciento de los jóvenes pobres y sin educación no encuentran trabajo; ¿no los habrá visto en las esquinas de comunas populares ofreciendo limpiar vidrios o haciendo contorsiones a cambio de unas monedas?); en cuanto a la Roxana, me quedó claro que va a "meter presos a todos los ladrones de La Moneda", pero no precisó quiénes eran; de Ricardo Israel sólo recuerdo su ponderación, pero no su pensamiento; y de Marcel Claude, que hay que volver a estatizarlo todo.
A la vez, de las cincuenta medidas de Michelle Bachelet sólo se me quedó la impresión de que habrá más ministerios, superintendencias y reparticiones estatales, que naturalmente van a satisfacer la principal expectativa de todos los izquierdistas del país, consistente en "tener una pega fiscal". La candidata promete menos pobreza y más igualdad, pero en su gobierno aumentaron la una y la otra. No obstante, sigue encabezando las encuestas, tanto que el Presidente de la República manifestó a "Cosas" su impresión de que ella va a ganar la elección (¿otra "ayuda" suya a Evelyn Matthei?)
Lo más fantástico de las últimas 48 horas, en todo caso, fue que un funcionario de gobierno culpara a Pinochet de no haberse obtenido ahora la sede de los Panamericanos de 2019. Dice que el rechazo se debió a que el general hizo esperar en exceso al dirigente mexicano Vásquez Raña en 1987 y renunció a organizar esos Juegos. Lo que el país no recuerda es que el terrorismo socialista-comunista de los '80, que ha sido borrado de la memoria de los chilenos por la "Historia Oficial" y el "Informe Rettig", fue una consideración fundamental para no organizar los Juegos en los '80.
Sebastián ya tenía el avión preparado para viajar a Toronto a hacer lo que más le agrada (estar en el centro de la foto) y a atribuirse la consecución de los Juegos, no obstante que generosamente iba a decir que había sido mérito "de todos los chilenos", empleando tres sinónimos.
Otras conmociones sufridas por la "Historia Oficial" en estas últimas 48 horas provinieron de las declaraciones de Michael Townley, agente norteamericano que goza de inmunidad e impunidad en su país (éste nunca deja abandonados a sus agentes) tras haber puesto las bombas que asesinaron a Orlando Letelier y Carlos Prats.
Dijo, en efecto: "Mi firme convicción es que Pinochet no tenía conocimiento de que el asesinato de Letelier hubiera sido realizado o instruido por la DINA". Esto mismo lo había aseverado ya hace años el hijo de Letelier, Juan Pablo, el senador socialista, en entrevista dada a Raquel Correa, pero la "Historia Oficial" tampoco ha tomado nota de esto.
Y Townley, en fin, también aclaró que la fabricación de gas sarín no tenía relación con la represión interna, como dice la "Historia Oficial", pues precisó: "En esa época Perú tenía una fuerza militar muy poderosa y la idea del sarín era poder usarlo como un arma defensiva en el norte de Chile (...) ése era el origen del proyecto".
Al escribir esto estoy mirando el noticiario de TVN, que no ha mencionado ninguno de los aspectos mencionados y, al contrario, se extendió, a través de declaraciones de Caucoto, Andrés Aylwin y otros sobre el "carácter criminal" de la "red de exterminio de opositores" del Gobierno Militar.
La mayoría de los medios ha ocultado los dos aspectos más arriba destacados de las declaraciones de Townley, como es natural que suceda en este país tan parecido al de la novela "1984" de Orwell.
De éstos sólo me quedaron chispazos: oyendo a Sfeir tuve la certeza de que si él gobernara nos quedaríamos sin luz; ME-O me hizo recordar al "Negro" Piñera, que relató haberle pedido a su hermano "un solo millón de dólares, tú que tienes tantos", pues aquél pidió a los que tienen más de un millón de dólares que le dieran "el uno por ciento, nada más que el uno por ciento", lo que, según mis cálculos, equivale a aumentar el impuesto a la renta en cincuenta por ciento; y también de ME-O recuerdo una muy buena descripción del comando de Bachelet, que "incluye desde la Camila Vallejo hasta el presidente de la Asociación de Bancos"; de Jocelyn-Holt recuerdo que estaba muy irritado por la falta de autoridad, en lo cual coincido con él; de Parisi, que tiene un problema con los Luksic, pero no me quedó claro por qué, y que le gustaría un salario mínimo más alto, pero yo sé que él piensa que sería mejor para los más pobres uno más bajo (con el actual, el 40 por ciento de los jóvenes pobres y sin educación no encuentran trabajo; ¿no los habrá visto en las esquinas de comunas populares ofreciendo limpiar vidrios o haciendo contorsiones a cambio de unas monedas?); en cuanto a la Roxana, me quedó claro que va a "meter presos a todos los ladrones de La Moneda", pero no precisó quiénes eran; de Ricardo Israel sólo recuerdo su ponderación, pero no su pensamiento; y de Marcel Claude, que hay que volver a estatizarlo todo.
A la vez, de las cincuenta medidas de Michelle Bachelet sólo se me quedó la impresión de que habrá más ministerios, superintendencias y reparticiones estatales, que naturalmente van a satisfacer la principal expectativa de todos los izquierdistas del país, consistente en "tener una pega fiscal". La candidata promete menos pobreza y más igualdad, pero en su gobierno aumentaron la una y la otra. No obstante, sigue encabezando las encuestas, tanto que el Presidente de la República manifestó a "Cosas" su impresión de que ella va a ganar la elección (¿otra "ayuda" suya a Evelyn Matthei?)
Lo más fantástico de las últimas 48 horas, en todo caso, fue que un funcionario de gobierno culpara a Pinochet de no haberse obtenido ahora la sede de los Panamericanos de 2019. Dice que el rechazo se debió a que el general hizo esperar en exceso al dirigente mexicano Vásquez Raña en 1987 y renunció a organizar esos Juegos. Lo que el país no recuerda es que el terrorismo socialista-comunista de los '80, que ha sido borrado de la memoria de los chilenos por la "Historia Oficial" y el "Informe Rettig", fue una consideración fundamental para no organizar los Juegos en los '80.
Sebastián ya tenía el avión preparado para viajar a Toronto a hacer lo que más le agrada (estar en el centro de la foto) y a atribuirse la consecución de los Juegos, no obstante que generosamente iba a decir que había sido mérito "de todos los chilenos", empleando tres sinónimos.
Otras conmociones sufridas por la "Historia Oficial" en estas últimas 48 horas provinieron de las declaraciones de Michael Townley, agente norteamericano que goza de inmunidad e impunidad en su país (éste nunca deja abandonados a sus agentes) tras haber puesto las bombas que asesinaron a Orlando Letelier y Carlos Prats.
Dijo, en efecto: "Mi firme convicción es que Pinochet no tenía conocimiento de que el asesinato de Letelier hubiera sido realizado o instruido por la DINA". Esto mismo lo había aseverado ya hace años el hijo de Letelier, Juan Pablo, el senador socialista, en entrevista dada a Raquel Correa, pero la "Historia Oficial" tampoco ha tomado nota de esto.
Y Townley, en fin, también aclaró que la fabricación de gas sarín no tenía relación con la represión interna, como dice la "Historia Oficial", pues precisó: "En esa época Perú tenía una fuerza militar muy poderosa y la idea del sarín era poder usarlo como un arma defensiva en el norte de Chile (...) ése era el origen del proyecto".
Al escribir esto estoy mirando el noticiario de TVN, que no ha mencionado ninguno de los aspectos mencionados y, al contrario, se extendió, a través de declaraciones de Caucoto, Andrés Aylwin y otros sobre el "carácter criminal" de la "red de exterminio de opositores" del Gobierno Militar.
La mayoría de los medios ha ocultado los dos aspectos más arriba destacados de las declaraciones de Townley, como es natural que suceda en este país tan parecido al de la novela "1984" de Orwell.
miércoles, 9 de octubre de 2013
El Primer Cerebro Lavado de la República
George Orwell escribía, en su premonitoria novela "1984", "el que controla el presente, controla el pasado; y el que controla el pasado, controla el futuro". Chile, hoy, es singularmente parecido al país de "1984" y, por lo mismo, está teniendo lugar entre nosotros ese apotegma de Orwell. La extrema izquierda ha logrado controlar los medios de comunicación del presente y, gracias a eso, hacer prevalecer en el país su propia versión del pasado (la cual, por cierto, nada tiene que ver con la realidad). Como controla el pasado, ahora controla el futuro, tanto que ella se hará prontamente de todos los resortes del poder que le han sido brindados en bandeja por personajes de escasa personalidad, incapaces de defender la verdad, sin lealtad alguna con nadie, pusilánimes y ensimismados en su propio lucimiento. Más preocupados de flotar en la cresta de la ola de la popularidad barata y de remontar en la próxima encuesta que de cualquier otra cosa, como la lucha por la verdad o la búsqueda de un mejor destino para el país, por ejemplo.
Yo desde hace años vengo advirtiendo contra el lavado colectivo de cerebros, que comenzó a practicarse realmente en serio entre nosotros con ese instrumento, paradigma de la falsificación histórica, conocido como "Informe Rettig", merecedor de un lugar en el "Hall of Fame" de los prestidigitadores, pues hizo desaparecer por arte de birlibirloque a un ejército clandestino marxista de más de veinte mil hombres. Pero como éstos habían matado 423 personas (301 de ellas entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973), el "Informe" (que en un principio había reconocido sólo 161 de esos muertos, pero fue rectificado por la Comisión que lo sucedió) tras ardua deliberación, decidió atribuir tales muertes a entes imposibles de identificar, como "la violencia política" o "particulares actuando por motivaciones políticas", cuando todo el mundo sabía que los habían matado el MIR, el FPMR, y, algunos, los escasos guerrilleros del MAPU y la Izquierda Cristiana.
A ninguno de éstos se le podía nombrar ni inculpar, porque precisamente el "Informe" tenía por objeto atraer el apoyo comunista y socialista a don Patricio Aylwin II (pues don Patricio Aylwin I había gatillado el golpe y defendido vehementemente a los militares cuando ultimaban a 1.523 extremistas en los primeros meses tras el "11", al costo de los 301 caídos propios ya mencionados). Y así la extrema izquierda fue comprada mediante la falsificación de la historia y a expensas de enormes pagos financiados por los contribuyentes. Y ella no sólo votó por Aylwin II sino que garantizó la gobernabilidad a la centroizquierda que la sobornó, sin otros exabruptos que los de asesinar a ex agentes del Estado que habían combatido la guerrilla, a un senador que se había opuesto al amplio perdón que les brindó el mismo Aylwin II y herir gravemente a un ex miembro de la Junta y a otro general.
Pero una colección de mentiras bien urdidas puede cambiar la historia, y en este 40° aniversario del 11 el marxismo lo ha hecho. Un canal televisivo manejado por la extrema izquierda y que es propiedad de un magnate norteamericano, seguramente sólo interesado en el "profit margin", montó unas teleseries destinadas a deshonrar al Gobierno Militar en las cuales TODO es falso. Pues fue falso que la Junta tuviera siquiera noción de las muertes y entierros de Lonquén de que la inculpan; fue falso que agentes del Estado quemaran a dos jóvenes en Santiago, pues, lejos de eso, eran éstos los incendiarios y portadores de combustibles inflamables y los militares los apagaron; fue falso que el Gobierno Militar tuviera algo que ver en el degollamiento de tres comunistas y cabecillas del FPMR, uno de los cuales se había infiltrado en la Vicaría de la Solidaridad, donde reclutó a un frentista; fue falso que la comitiva del general Arellano tuviera la misión de matar sin juicio; y fue falso que el Gobierno Militar asesinara al padre Jarlan, muerto por una bala perdida y por una causa tan ajena a ese gobierno como lo es al actual la grave herida de un joven en el centro por otra bala perdida disparada por un gendarme acosado por el populacho.
Pero todas esas falsedades han sido tan bien montadas y tan ampliamente divulgadas que han hecho caer a los incautos, desprevenidos y desinformados, a la cabeza de los cuales, como de casi todo en estos tres años y tanto, ha estado el Presidente de la República. El hecho de haberse convertido en el Primer Cerebro Lavado de la República ha tenido consecuencias políticas trascendentales, pues convirtió con sus palabras y actuaciones el 40° aniversario del 11 en un verdadero "derby de demolición" de la derecha que lo llevó al poder y que fue fiel sustentadora del Gobierno Militar que salvó a Chile, lo dotó de una democracia estable y lo convirtió en una sociedad libre y próspera.
Con escasa información y nula documentación nuestro lábil Jefe del Estado "cayó redondo" en la red de falsedades encabezada por Chilevisión y glosada por los columnistas DC y de izquierda, algunos manifiestamente desinformados y otros manifiestamente malintencionados. Y Piñera compró completo el balurdo de mentiras marxistas. Dado eso, y desesperado de verse siendo parte de los herederos de un régimen acusado de sanguinario, se volvió loco de angustia y atinó a tratar de salvar lo más valioso para él en este mundo, que es su propia figura. Tratando de encontrar a alguien a quién echarle la culpa, fulminó a su propia gente: "Algunos creyeron posible ignorar la conmemoración de los 40 años, hacer como que el golpe militar nunca existió o ignorar el tremendo impacto que la cobertura de los medios de comunicación tuvo sobre la sociedad chilena. Ése es el silencio de los que no tienen el coraje para enfrentar la verdad y la realidad. El Gobierno no optó por ese camino". Nótense sus palabras, equivalentes a una confesión del lavado cerebral: "...el tremendo impacto que la cobertura de los medios de comunicación tuvo sobre la sociedad chilena". Se tragó completo el cuento de las teleseries marxistas.
Por supuesto que no optó por defender la verdad, sino que "tuvo el coraje" de arrancar a unirse al adversario. "Sálvese quien pueda", gritó Piñera, y el primero que intentaba salvarse era él. De ahí a su tardía venganza contra los ancianos presos políticos de "Cordillera" había un paso, consistente en traicionar a quienes había prometido como candidato hacer valer el debido proceso y la prescripción. Lejos de eso, los insultó públicamente, tratándolos de "criminales violadores de los derechos humanos". La extrema izquierda, sorprendida de que el supuesto jefe de las huestes contrarias se hubiera tragado completo el anzuelo de sus mentiras, el cual sólo pensaba destinado al grueso, ignorante y pasivo público de las teleseries, no había creído posible que el Presidente de la República hubiera sido el exponente más representativo de esa masa ignara y fácil de engañar y manipular. Pero lo era, y eso ha cambiado el curso de la historia política del país.
Hoy leía en "El Mostrador" las declaraciones del diputado Pedro Browne, de RN, fiel exponente de la llamada "nueva derecha", convocando a sus huestes a abandonar el campo de batalla de la verdad histórica al enemigo y arrancar, siguiendo a Piñera, hacia el otro bando. "La derecha ha cometido el error histórico de defender lo indefendible", dice. ¿Qué es lo indefendible? La verdad. La da por derrotada. Es una "mochila". Que los milicos carguen con ella. ¡Qué parecido a otros que conocemos! "Esto se arregla sólo con fusiles"..."Ustedes tienen las bayonetas (dirigiéndose a un general), pero no las usan" (Frei Montalva, 1973). "Yo no me siento con autoridad para juzgar si (los militares) han sido excesivos o no, porque lo cierto es que han tenido muchas bajas y han recibido la acción (Patricio Aylwin I, 1973). "Veinte años después" metió a la cárcel a los militares, los crucificó moralmente "urbi et orbi" y hasta se olvidó de todos los llamados que les había hecho para salvar al país y de las propias cosas expresadas en su defensa "cuando los extremistas nos iban a matar a todos" (Rafael Retamal, 1974).
¿La "nueva derecha" debe hacer lo mismo? A lo mejor le conviene. Que marche, entonces, hacia el otro bando, sin "debilidad ética" alguna, con la chaqueta convenientemente virada y siguiendo el ejemplo de su jefe, este nuevo Alcalde de "La Pérgola de las Flores", que "a todos les dice que sí, pero siempre hace lo que le conviene más".
Yo desde hace años vengo advirtiendo contra el lavado colectivo de cerebros, que comenzó a practicarse realmente en serio entre nosotros con ese instrumento, paradigma de la falsificación histórica, conocido como "Informe Rettig", merecedor de un lugar en el "Hall of Fame" de los prestidigitadores, pues hizo desaparecer por arte de birlibirloque a un ejército clandestino marxista de más de veinte mil hombres. Pero como éstos habían matado 423 personas (301 de ellas entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973), el "Informe" (que en un principio había reconocido sólo 161 de esos muertos, pero fue rectificado por la Comisión que lo sucedió) tras ardua deliberación, decidió atribuir tales muertes a entes imposibles de identificar, como "la violencia política" o "particulares actuando por motivaciones políticas", cuando todo el mundo sabía que los habían matado el MIR, el FPMR, y, algunos, los escasos guerrilleros del MAPU y la Izquierda Cristiana.
A ninguno de éstos se le podía nombrar ni inculpar, porque precisamente el "Informe" tenía por objeto atraer el apoyo comunista y socialista a don Patricio Aylwin II (pues don Patricio Aylwin I había gatillado el golpe y defendido vehementemente a los militares cuando ultimaban a 1.523 extremistas en los primeros meses tras el "11", al costo de los 301 caídos propios ya mencionados). Y así la extrema izquierda fue comprada mediante la falsificación de la historia y a expensas de enormes pagos financiados por los contribuyentes. Y ella no sólo votó por Aylwin II sino que garantizó la gobernabilidad a la centroizquierda que la sobornó, sin otros exabruptos que los de asesinar a ex agentes del Estado que habían combatido la guerrilla, a un senador que se había opuesto al amplio perdón que les brindó el mismo Aylwin II y herir gravemente a un ex miembro de la Junta y a otro general.
Pero una colección de mentiras bien urdidas puede cambiar la historia, y en este 40° aniversario del 11 el marxismo lo ha hecho. Un canal televisivo manejado por la extrema izquierda y que es propiedad de un magnate norteamericano, seguramente sólo interesado en el "profit margin", montó unas teleseries destinadas a deshonrar al Gobierno Militar en las cuales TODO es falso. Pues fue falso que la Junta tuviera siquiera noción de las muertes y entierros de Lonquén de que la inculpan; fue falso que agentes del Estado quemaran a dos jóvenes en Santiago, pues, lejos de eso, eran éstos los incendiarios y portadores de combustibles inflamables y los militares los apagaron; fue falso que el Gobierno Militar tuviera algo que ver en el degollamiento de tres comunistas y cabecillas del FPMR, uno de los cuales se había infiltrado en la Vicaría de la Solidaridad, donde reclutó a un frentista; fue falso que la comitiva del general Arellano tuviera la misión de matar sin juicio; y fue falso que el Gobierno Militar asesinara al padre Jarlan, muerto por una bala perdida y por una causa tan ajena a ese gobierno como lo es al actual la grave herida de un joven en el centro por otra bala perdida disparada por un gendarme acosado por el populacho.
Pero todas esas falsedades han sido tan bien montadas y tan ampliamente divulgadas que han hecho caer a los incautos, desprevenidos y desinformados, a la cabeza de los cuales, como de casi todo en estos tres años y tanto, ha estado el Presidente de la República. El hecho de haberse convertido en el Primer Cerebro Lavado de la República ha tenido consecuencias políticas trascendentales, pues convirtió con sus palabras y actuaciones el 40° aniversario del 11 en un verdadero "derby de demolición" de la derecha que lo llevó al poder y que fue fiel sustentadora del Gobierno Militar que salvó a Chile, lo dotó de una democracia estable y lo convirtió en una sociedad libre y próspera.
Con escasa información y nula documentación nuestro lábil Jefe del Estado "cayó redondo" en la red de falsedades encabezada por Chilevisión y glosada por los columnistas DC y de izquierda, algunos manifiestamente desinformados y otros manifiestamente malintencionados. Y Piñera compró completo el balurdo de mentiras marxistas. Dado eso, y desesperado de verse siendo parte de los herederos de un régimen acusado de sanguinario, se volvió loco de angustia y atinó a tratar de salvar lo más valioso para él en este mundo, que es su propia figura. Tratando de encontrar a alguien a quién echarle la culpa, fulminó a su propia gente: "Algunos creyeron posible ignorar la conmemoración de los 40 años, hacer como que el golpe militar nunca existió o ignorar el tremendo impacto que la cobertura de los medios de comunicación tuvo sobre la sociedad chilena. Ése es el silencio de los que no tienen el coraje para enfrentar la verdad y la realidad. El Gobierno no optó por ese camino". Nótense sus palabras, equivalentes a una confesión del lavado cerebral: "...el tremendo impacto que la cobertura de los medios de comunicación tuvo sobre la sociedad chilena". Se tragó completo el cuento de las teleseries marxistas.
Por supuesto que no optó por defender la verdad, sino que "tuvo el coraje" de arrancar a unirse al adversario. "Sálvese quien pueda", gritó Piñera, y el primero que intentaba salvarse era él. De ahí a su tardía venganza contra los ancianos presos políticos de "Cordillera" había un paso, consistente en traicionar a quienes había prometido como candidato hacer valer el debido proceso y la prescripción. Lejos de eso, los insultó públicamente, tratándolos de "criminales violadores de los derechos humanos". La extrema izquierda, sorprendida de que el supuesto jefe de las huestes contrarias se hubiera tragado completo el anzuelo de sus mentiras, el cual sólo pensaba destinado al grueso, ignorante y pasivo público de las teleseries, no había creído posible que el Presidente de la República hubiera sido el exponente más representativo de esa masa ignara y fácil de engañar y manipular. Pero lo era, y eso ha cambiado el curso de la historia política del país.
Hoy leía en "El Mostrador" las declaraciones del diputado Pedro Browne, de RN, fiel exponente de la llamada "nueva derecha", convocando a sus huestes a abandonar el campo de batalla de la verdad histórica al enemigo y arrancar, siguiendo a Piñera, hacia el otro bando. "La derecha ha cometido el error histórico de defender lo indefendible", dice. ¿Qué es lo indefendible? La verdad. La da por derrotada. Es una "mochila". Que los milicos carguen con ella. ¡Qué parecido a otros que conocemos! "Esto se arregla sólo con fusiles"..."Ustedes tienen las bayonetas (dirigiéndose a un general), pero no las usan" (Frei Montalva, 1973). "Yo no me siento con autoridad para juzgar si (los militares) han sido excesivos o no, porque lo cierto es que han tenido muchas bajas y han recibido la acción (Patricio Aylwin I, 1973). "Veinte años después" metió a la cárcel a los militares, los crucificó moralmente "urbi et orbi" y hasta se olvidó de todos los llamados que les había hecho para salvar al país y de las propias cosas expresadas en su defensa "cuando los extremistas nos iban a matar a todos" (Rafael Retamal, 1974).
¿La "nueva derecha" debe hacer lo mismo? A lo mejor le conviene. Que marche, entonces, hacia el otro bando, sin "debilidad ética" alguna, con la chaqueta convenientemente virada y siguiendo el ejemplo de su jefe, este nuevo Alcalde de "La Pérgola de las Flores", que "a todos les dice que sí, pero siempre hace lo que le conviene más".
martes, 8 de octubre de 2013
El Prevaricato de Piñera
El Gobierno rechazó cinco veces la solicitud de indulto del general (r) Odlanier Mena. La primera, apenas asumió. La Presidenta Bachelet había dejado pendiente en el Ministerio de Justicia la solicitud, seguramente inclinada a otorgar el indulto en vista de la evidencia de que el general era inocente y vistos su delicado estado de salud y su edad. Pero, consciente de que ello le crearía un problema político con los agentes del odio en nuestra política, prefirió dejar el tema a su sucesor, en la certeza de que éste acogería el indulto. Pero una de las primeras medidas del nuevo Ministro Bulnes fue rechazarlo, se supone que tras consulta con el Presidente, pese a que acogerlo era una manera de comenzar a cumplir la promesa de campaña de éste a los presos políticos ex uniformados. En definitiva, Piñera ha resultado mucho peor para éstos que Bachelet, y por eso en su entorno hay quienes anuncian que prefieren votar por ella.
Después de ese rechazo el indulto fue solicitado en cuatro oportunidades más. En una de ellas, bajo un Ministro de Justicia de derecha, Teodoro Ribera, éste había obtenido la venia presidencial, pero un desafortunado episodio lo obligó a renunciar imprevistamente. Sucedido por Patricia Pérez, una de cuyas primeras medidas fue mandar a bodegas la Historia del Ministerio de Justicia que había encargado Ribera a la historiadora Patricia Arancibia Clavel, nada cabía esperar de ella. Pues la flamante ministra dio como uno de los argumentos para soterrar el texto de Patricia Arancibia el de que el mismo hacía referencia al "gobierno marxista" de Salvador Allende, tratamiento con el cual no concordaba; y otro era que el libro mencionaba al "Presidente Joaquín Prieto", en circunstancias que, según la cultura histórica de la ministra, se llamaba "José Joaquín". Pero esto no era efectivo, pues, como aclaró un historiador citando la respectiva fe de bautismo en carta a "El Mercurio", se llamaba sólo "Joaquín".
Pero lo notable de los sucesivos rechazos que ella le dispensó al indulto fue que su principal razón era que Mena estaba condenado por un "crimen de lesa humanidad". Esto implicó hacer incurrir al Presidente Piñera reiteradamente en la misma prevaricación o "torcida admnistración de justicia" que él se había comprometido como candidato a combatir cuando fuera electo Presidente.
Pues, en primer lugar, los "crímenes de lesa haumanidad" no existían en la legislación chilena a la fecha de las tres muertes de que, sin ningun fundamento, se responsabilizó al general (r) Mena, en octubre de 1973. Tales delitos fueron establecidos en Chile por ley de 2009, que incorporó a nuestro ordenamiento el Tratado de Roma de 1998, cuyo texto señala expresamente no ser aplicable a hechos anteriores a su vigencia.
En segundo lugar, lo sucedido en el caso de los tres elementos de izquierda que murieron en 1973 a manos de efectivos del regimiento que comandaba el general no se ajusta al tipo descrito en el Tratado de Roma. Éste dice: "Se entenderá por 'crímenes de lesa humanidad' cualquiera de los siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil: a) Por 'ataque a una población civil' se entenderá una línea de conducta que implique la comisión múltiple de actos (...) contra una población civil, de conformidad con la política de un Estado o de una organización".
Esa descripción se ajusta mucho mejor a las acciones que el terrorismo marxista desplegaba contra la población civil que a la tarea del Gobierno Militar de defender a ésta del terrorismo. De hecho, la Junta protegía a la población contra los "crímenes de lesa humanidad" de la izquierda. Y, además, ya he probado (léase mi libro publicado en este blog el 11 de septiembre) que la política expresa de la Junta era la de respetar los derechos de las personas, según sucesivos instructivos a todos los efectivos uniformados.
Por eso es tan ostensible la prevaricación de los jueces de izquierda contra los presos políticos militares. Sebastián Piñera, al incurrir también en ella para rechazar los indultos en nombre de que no puede perdonar "crímenes de lesa humanidad" ha incurrido a su turno en igual prevaricación o "torcida administración de justicia".
Esto revela que la repetición constante de una falsedad, en lo cual se especializan los abogados de izquierda encabezados por Eduardo Contreras (cuya risible querella contra todos los civiles que convocaron a los militares en 1973 sigue avanzando) ha hecho presa del Presidente y de su Ministra de Justicia. Ambos se han convertido en testimonio vivo de la plena vigencia del "díctum" de Goebbels: "una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad".
Más aún, tengo la intuición de que todas las actuaciones y declaraciones del Presidente en el 40° aniversario del 11 de septiembre y el 25° aniversario del triunfo del "No", y desde luego su sevicia con los ancianos presos políticos de "Cordillera", que han puesto a la derecha en estado de crisis terminal, han estado inspiradas por las convicciones que crearon en él teleseries de falsificación histórica como "Imágenes Prohibidas y "Ecos del Desierto", donde se responsabiliza a la Junta Militar del caso Lonquén, de la muerte del sacerdote Jarlan, de los "quemados", de los "degollados" y de las víctimas de la "Caravana de la Muerte", pese a que está archicomprobado que la Junta fue ajena a todas y cada una de esas situaciones.
Después de ese rechazo el indulto fue solicitado en cuatro oportunidades más. En una de ellas, bajo un Ministro de Justicia de derecha, Teodoro Ribera, éste había obtenido la venia presidencial, pero un desafortunado episodio lo obligó a renunciar imprevistamente. Sucedido por Patricia Pérez, una de cuyas primeras medidas fue mandar a bodegas la Historia del Ministerio de Justicia que había encargado Ribera a la historiadora Patricia Arancibia Clavel, nada cabía esperar de ella. Pues la flamante ministra dio como uno de los argumentos para soterrar el texto de Patricia Arancibia el de que el mismo hacía referencia al "gobierno marxista" de Salvador Allende, tratamiento con el cual no concordaba; y otro era que el libro mencionaba al "Presidente Joaquín Prieto", en circunstancias que, según la cultura histórica de la ministra, se llamaba "José Joaquín". Pero esto no era efectivo, pues, como aclaró un historiador citando la respectiva fe de bautismo en carta a "El Mercurio", se llamaba sólo "Joaquín".
Pero lo notable de los sucesivos rechazos que ella le dispensó al indulto fue que su principal razón era que Mena estaba condenado por un "crimen de lesa humanidad". Esto implicó hacer incurrir al Presidente Piñera reiteradamente en la misma prevaricación o "torcida admnistración de justicia" que él se había comprometido como candidato a combatir cuando fuera electo Presidente.
Pues, en primer lugar, los "crímenes de lesa haumanidad" no existían en la legislación chilena a la fecha de las tres muertes de que, sin ningun fundamento, se responsabilizó al general (r) Mena, en octubre de 1973. Tales delitos fueron establecidos en Chile por ley de 2009, que incorporó a nuestro ordenamiento el Tratado de Roma de 1998, cuyo texto señala expresamente no ser aplicable a hechos anteriores a su vigencia.
En segundo lugar, lo sucedido en el caso de los tres elementos de izquierda que murieron en 1973 a manos de efectivos del regimiento que comandaba el general no se ajusta al tipo descrito en el Tratado de Roma. Éste dice: "Se entenderá por 'crímenes de lesa humanidad' cualquiera de los siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil: a) Por 'ataque a una población civil' se entenderá una línea de conducta que implique la comisión múltiple de actos (...) contra una población civil, de conformidad con la política de un Estado o de una organización".
Esa descripción se ajusta mucho mejor a las acciones que el terrorismo marxista desplegaba contra la población civil que a la tarea del Gobierno Militar de defender a ésta del terrorismo. De hecho, la Junta protegía a la población contra los "crímenes de lesa humanidad" de la izquierda. Y, además, ya he probado (léase mi libro publicado en este blog el 11 de septiembre) que la política expresa de la Junta era la de respetar los derechos de las personas, según sucesivos instructivos a todos los efectivos uniformados.
Por eso es tan ostensible la prevaricación de los jueces de izquierda contra los presos políticos militares. Sebastián Piñera, al incurrir también en ella para rechazar los indultos en nombre de que no puede perdonar "crímenes de lesa humanidad" ha incurrido a su turno en igual prevaricación o "torcida administración de justicia".
Esto revela que la repetición constante de una falsedad, en lo cual se especializan los abogados de izquierda encabezados por Eduardo Contreras (cuya risible querella contra todos los civiles que convocaron a los militares en 1973 sigue avanzando) ha hecho presa del Presidente y de su Ministra de Justicia. Ambos se han convertido en testimonio vivo de la plena vigencia del "díctum" de Goebbels: "una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad".
Más aún, tengo la intuición de que todas las actuaciones y declaraciones del Presidente en el 40° aniversario del 11 de septiembre y el 25° aniversario del triunfo del "No", y desde luego su sevicia con los ancianos presos políticos de "Cordillera", que han puesto a la derecha en estado de crisis terminal, han estado inspiradas por las convicciones que crearon en él teleseries de falsificación histórica como "Imágenes Prohibidas y "Ecos del Desierto", donde se responsabiliza a la Junta Militar del caso Lonquén, de la muerte del sacerdote Jarlan, de los "quemados", de los "degollados" y de las víctimas de la "Caravana de la Muerte", pese a que está archicomprobado que la Junta fue ajena a todas y cada una de esas situaciones.
domingo, 6 de octubre de 2013
Derby de Demolición de la Derecha
Lo más sorprendente de estos días lo he sabido en "Protagonistas" de Canal 13: el presidente del PS, Osvaldo Andrade, quiso reunirse en la Cámara con el presidente de la UDI, Patricio Melero, para expresarle su preocupación, según reconocieron ambos, por el "desfondamiento" de la candidatura de Evelyn Matthei.
Esto es de lo más extraordinario, porque la izquierda debería estar feliz de ganar lejos. Pero los izquierdistas pueden estar muy equivocados, pero no son tontos. Ellos saben que con sus ideas es posible ganar elecciones, pero no gobernar; y por eso han gobernado respetando "el modelo", si bien haciendo un "show" y poniendo el grito en el cielo porque la oposición no les deja reemplazarlo. No han podido hacerlo y de ahí el éxito de Chile a los ojos de los demás países. Y la izquierda lo sabe, aunque no lo diga.
Si no hubiera habido una oposición fuerte bajo sus gobiernos, la izquierda habría impuesto "el otro modelo" y estaríamos convertidos, tal vez no en otra Cuba, porque algo ha aprendido a golpes, pero sí en otra Venezuela o Argentina, que van camino al desastre y si no hubiera sido por sus respectivas y enormes riquezas naturales ya habrían entrado en liquidación.
Ahora la izquierda advierte que va a ganar lejos y se preocupa, porque no va a tener una oposición capaz de impedirle poner en práctica sus malas ideas, de modo que va a verse obligada a gobernar con ellas. Y sabe que eso es un desastre. De modo que Andrade llama a Melero y le manifiesta su inquietud y el deseo de buscar una solución. Necesita una oposición fuerte, y no se ve por ninguna parte que vaya a tenerla.
Hace cuatro años le pronostiqué a la derecha que esto le iba a suceder si llevaba como candidato a Sebastián Piñera. Pero entonces yo pensaba que al cabo de su gobierno ella, que para mí es básicamente la UDI, iba a sufrir un gran perjuicio. Sin embargo, nunca imaginé el grado de destrucción de su capital político a que iba a quedar expuesta. Para ella la administración Piñera ha sido un verdadero "derby de demolición". Con el activo concurso del Presidente ha quedado encajonada en un infierno político, rotulada a los ojos de la opinión pública como un hato de "cómplices pasivos" de los más atroces delitos, descritos a través de inimaginables falsificaciones y durante semanas por la televisión; y estando a la cabeza de la fulminación moral el propio candidato y hoy titular del Ejecutivo que ella misma eligió. El cual, por añadidura, con su traición a los presos políticos uniformados, le ha enajenado a las candidaturas de derecha hasta el "voto duro" de la familia militar y de la ciudadanía que ha permanecido fiel al legado del Gobierno Militar, al cual la izquierda, por lo demás, está a punto de lograr prohibir mencionar por ese nombre en los textos de estudio.
Los cineastas de izquierda, con la complicidad, recursos y aliento del Presidente de la República, han hecho un completo montaje de la falsificación histórica y a estas alturas en el terreno electoral ya no hay una competencia entre la Alianza (porque de paso la "Coalición por el Cambio" se difuminó) y la Nueva Mayoría, sino entre el "Sí" y el "No", conglomerado este último que ahora encabezan todos los Presidentes de la Concertación, es decir, Piñera y los otros cuatro; que arrasa con los restos náufragos del "Sí", al cual ya no adhiere prácticamente nadie, porque a través del lavado cerebral lo han hecho sinónimo de crimen y tortura. Y hasta Piñera se da el lujo de acusar a la candidata de su sector por haber votado "Sí", olvidando que él mismo se pasó pronto también al "Sí" cuando le convino y fue generalísimo de Hernán Büchi y no colaborador de Patricio Aylwin, que en 1989 era el candidato al cual apoyaban todas las fuerzas del triunfante "No".
Y lo peor es que la punta de lanza en toda esta estrategia de demolición la constituyen medios controlados, en teoría, por la derecha política, como el Canal Nacional, en el cual tiene obvia influencia el Gobierno; Megavisión, de un grupo económico local, en cuya pantalla acabo de ver esta noche la atribución decidida de las muertes de Lonquén a la Junta, que ni siquiera supo de eso; y de Canal 13, perteneciente a otro grupo económico que, supongo, no apoyará programas de gobierno dirigidos a su propia destrucción. A Chilevisión no me refiero, porque pertenece a un magnate norteamericano y está en la naturaleza de los medios de esa nacionalidad ser cómplices más que activos del marxismo. Recuérdese cómo elevaron al poder a Fidel Castro y cómo en 1976 su principal diario dedicó 66 editoriales a atacar a la Junta Militar chilena, bajo la cual había habido hasta entonces poco más de dos mil muertes, mientras destinaba sólo cuatro editoriales a criticar al Khmer Rouge de Cambodia, comunista, que había matado a un millón y medio de personas. (Ver las fuentes de estas informaciones en mi libro publicado en este blog el 11 de septiembre.)
Seguramente el preocupado Andrade le debe haber dicho también al anonadado Melero que cómo es posible que en semanas recientes los medios hayan mencionado 556 veces a Piñera versus sólo 158 a Matthei, cuando sería necesario todo lo contrario; pero, si se lo ha dicho, sólo ha revelado no conocer a Sebastián Piñera.
Yo sabía que con la derecha renunciando a lo que ella representa y apoyando a Sebastián Piñera y dejándose conducir por él, todo iba a resultar mal, pero ahora me doy cuenta de que me quedé corto en mis advertencias, pues todo ha resultado no sólo mal, sino catastrófico para ella, al punto de que hasta sus más sañudos adversarios hacen votos para que no tenga lugar su completa desaparición.
Esto es de lo más extraordinario, porque la izquierda debería estar feliz de ganar lejos. Pero los izquierdistas pueden estar muy equivocados, pero no son tontos. Ellos saben que con sus ideas es posible ganar elecciones, pero no gobernar; y por eso han gobernado respetando "el modelo", si bien haciendo un "show" y poniendo el grito en el cielo porque la oposición no les deja reemplazarlo. No han podido hacerlo y de ahí el éxito de Chile a los ojos de los demás países. Y la izquierda lo sabe, aunque no lo diga.
Si no hubiera habido una oposición fuerte bajo sus gobiernos, la izquierda habría impuesto "el otro modelo" y estaríamos convertidos, tal vez no en otra Cuba, porque algo ha aprendido a golpes, pero sí en otra Venezuela o Argentina, que van camino al desastre y si no hubiera sido por sus respectivas y enormes riquezas naturales ya habrían entrado en liquidación.
Ahora la izquierda advierte que va a ganar lejos y se preocupa, porque no va a tener una oposición capaz de impedirle poner en práctica sus malas ideas, de modo que va a verse obligada a gobernar con ellas. Y sabe que eso es un desastre. De modo que Andrade llama a Melero y le manifiesta su inquietud y el deseo de buscar una solución. Necesita una oposición fuerte, y no se ve por ninguna parte que vaya a tenerla.
Hace cuatro años le pronostiqué a la derecha que esto le iba a suceder si llevaba como candidato a Sebastián Piñera. Pero entonces yo pensaba que al cabo de su gobierno ella, que para mí es básicamente la UDI, iba a sufrir un gran perjuicio. Sin embargo, nunca imaginé el grado de destrucción de su capital político a que iba a quedar expuesta. Para ella la administración Piñera ha sido un verdadero "derby de demolición". Con el activo concurso del Presidente ha quedado encajonada en un infierno político, rotulada a los ojos de la opinión pública como un hato de "cómplices pasivos" de los más atroces delitos, descritos a través de inimaginables falsificaciones y durante semanas por la televisión; y estando a la cabeza de la fulminación moral el propio candidato y hoy titular del Ejecutivo que ella misma eligió. El cual, por añadidura, con su traición a los presos políticos uniformados, le ha enajenado a las candidaturas de derecha hasta el "voto duro" de la familia militar y de la ciudadanía que ha permanecido fiel al legado del Gobierno Militar, al cual la izquierda, por lo demás, está a punto de lograr prohibir mencionar por ese nombre en los textos de estudio.
Los cineastas de izquierda, con la complicidad, recursos y aliento del Presidente de la República, han hecho un completo montaje de la falsificación histórica y a estas alturas en el terreno electoral ya no hay una competencia entre la Alianza (porque de paso la "Coalición por el Cambio" se difuminó) y la Nueva Mayoría, sino entre el "Sí" y el "No", conglomerado este último que ahora encabezan todos los Presidentes de la Concertación, es decir, Piñera y los otros cuatro; que arrasa con los restos náufragos del "Sí", al cual ya no adhiere prácticamente nadie, porque a través del lavado cerebral lo han hecho sinónimo de crimen y tortura. Y hasta Piñera se da el lujo de acusar a la candidata de su sector por haber votado "Sí", olvidando que él mismo se pasó pronto también al "Sí" cuando le convino y fue generalísimo de Hernán Büchi y no colaborador de Patricio Aylwin, que en 1989 era el candidato al cual apoyaban todas las fuerzas del triunfante "No".
Y lo peor es que la punta de lanza en toda esta estrategia de demolición la constituyen medios controlados, en teoría, por la derecha política, como el Canal Nacional, en el cual tiene obvia influencia el Gobierno; Megavisión, de un grupo económico local, en cuya pantalla acabo de ver esta noche la atribución decidida de las muertes de Lonquén a la Junta, que ni siquiera supo de eso; y de Canal 13, perteneciente a otro grupo económico que, supongo, no apoyará programas de gobierno dirigidos a su propia destrucción. A Chilevisión no me refiero, porque pertenece a un magnate norteamericano y está en la naturaleza de los medios de esa nacionalidad ser cómplices más que activos del marxismo. Recuérdese cómo elevaron al poder a Fidel Castro y cómo en 1976 su principal diario dedicó 66 editoriales a atacar a la Junta Militar chilena, bajo la cual había habido hasta entonces poco más de dos mil muertes, mientras destinaba sólo cuatro editoriales a criticar al Khmer Rouge de Cambodia, comunista, que había matado a un millón y medio de personas. (Ver las fuentes de estas informaciones en mi libro publicado en este blog el 11 de septiembre.)
Seguramente el preocupado Andrade le debe haber dicho también al anonadado Melero que cómo es posible que en semanas recientes los medios hayan mencionado 556 veces a Piñera versus sólo 158 a Matthei, cuando sería necesario todo lo contrario; pero, si se lo ha dicho, sólo ha revelado no conocer a Sebastián Piñera.
Yo sabía que con la derecha renunciando a lo que ella representa y apoyando a Sebastián Piñera y dejándose conducir por él, todo iba a resultar mal, pero ahora me doy cuenta de que me quedé corto en mis advertencias, pues todo ha resultado no sólo mal, sino catastrófico para ella, al punto de que hasta sus más sañudos adversarios hacen votos para que no tenga lugar su completa desaparición.
sábado, 5 de octubre de 2013
¡Qué Tipos Tan Frescos!
Es lo que me digo al enterarme de las celebraciones del "No". Hoy me acuerdo de uno de los pocos DCs consecuentes que he conocido, Juan de Dios Carmona, que junto con todos sus correligionarios, salvo trece, apoyó al Gobierno Militar desde un principio. Pero después, ya derrotada la asonada armada de la UP y perdido el miedo, él no se cambió de bando, como casi todos los otros. Los que tuvieron esa honrosa conducta fueron poquísimas excepciones. Entre los más destacados recuerdo en este momento a Álvaro Bardón y Jorge Cauas. Vaya un reconocimiento para ellos.
Una vez Juan de Dios me dijo: "la DC usó a los militares para echar a los comunistas, y después usó a los comunistas para echar a los militares". Y yo le agregaba: "y después condenó a los militares y llenó de plata a los comunistas". ¡Vaya si los llenó de plata! Una vez "El Mercurio", hace años, investigó lo que se les pagaba a ex terroristas y sus familias y se acercaba a los 200 millones de dólares al año. Hace poco añadió lo que se paga a los exonerados, y son otros 380 millones de dólares al año. Indemnizar a los que querían tomarse el poder por las armas (¡por el daño que se les infirió al impedírselo!)nos cuesta a los contribuyentes casi lo mismo que ese otro engendro socialista-DC, el Transantiago, "avance" que vino a reemplazar un sistema basado en trece mil empresarios privados que generaban excedentes de 63 millones de dólares anuales y trasladaban a la gente en menos tiempo y a los lugares donde querían ir.
Bueno, cuando escribo esto están todos abrazados celebrando el aniversario del triunfo del "No" los que en 1973 se preparaban para matar y los que se morían de miedo de que los mataran. En octubre de 1973 todavía no estaban muy seguros de que sus potenciales asesinos hubieran sido derrotados, y por eso Frei, Aylwin y Cía. elogiaban a los militares "que estaban recibiendo el fuego". Ya a mediados de 1974 se les había quitado el miedo y Aylwin fue a la Corte Suprema a visitar a un ministro afín a sus ideas, Rafael Retamal, pero a éste no se le había quitado todavía, y por eso le dijo: "Patricio, dejemos que los militares hagan el trabajo sucio, después vendrá la hora del derecho. Los extremistas nos iban a matar a todos".
En realidad, el Intendente de Santiago, Jaime Faivovich, socialista de los mismos que hoy se abrazan con los DC, había dicho ante un grupo de pobladores, encabezados por el "Comandante Mickey", el 12 de diciembre de 1972: "...habría que asaltar los tribunales y masacrar a todos esos viejos momios".
Bueno, quedamos en que entonces convocaron a los militares para derrotar a los terroristas, después perdonaron a los terroristas y los llenaron de plata y tras eso condenaron y siguen condenando a los militares por no haber dejado que masacraran a todos los viejos momios, y además los metieron presos y siguen sometiendo a proceso a cada vez más de ellos.
Desde la distancia del sudeste asiático se dirige al país, para celebrar la fecha, el exprimidor de todos los beneficios del "Sí" y del "No", tras haber transitado entre ambos, pues afirma haber votado "No" en 1988 pero en 1989 ya era generalísimo del candidato del "Sí", Hernán Büchi, y no del del "No", Patricio Aylwin. Y ahora acapara las cámaras, sea cual fuere el lugar de la tierra en que se encuentre, pues "La Tercera" nos informa que entre el 10 de septiembre y el 2 de octubre tuvo 515 apariciones en los medios, contra 158 de Evelyn Matthei, por ejemplo. Un amigo mío le dice "Dios", porque está en todas partes y nadie lo puede ver.
Entretanto, los militares convocados por unos de los que hoy se abrazan para derrotar a otros de los que hoy se abrazan; y luego perseguidos y condenados por eso, son cambiados de cárcel a una peor, porque "Dios" quiere remontar en las encuestas antes de irse y es sabido que maltratar a los soldados del '73 da mucha popularidad. Por supuesto, ya no tiene el menor recuerdo de la promesa que les hizo de velar por el debido proceso y la aplicación de las leyes en sus casos.
¡Qué tipos tan frescos, todos estos del "No"! Y lo peor es que son cada vez más.
Una vez Juan de Dios me dijo: "la DC usó a los militares para echar a los comunistas, y después usó a los comunistas para echar a los militares". Y yo le agregaba: "y después condenó a los militares y llenó de plata a los comunistas". ¡Vaya si los llenó de plata! Una vez "El Mercurio", hace años, investigó lo que se les pagaba a ex terroristas y sus familias y se acercaba a los 200 millones de dólares al año. Hace poco añadió lo que se paga a los exonerados, y son otros 380 millones de dólares al año. Indemnizar a los que querían tomarse el poder por las armas (¡por el daño que se les infirió al impedírselo!)nos cuesta a los contribuyentes casi lo mismo que ese otro engendro socialista-DC, el Transantiago, "avance" que vino a reemplazar un sistema basado en trece mil empresarios privados que generaban excedentes de 63 millones de dólares anuales y trasladaban a la gente en menos tiempo y a los lugares donde querían ir.
Bueno, cuando escribo esto están todos abrazados celebrando el aniversario del triunfo del "No" los que en 1973 se preparaban para matar y los que se morían de miedo de que los mataran. En octubre de 1973 todavía no estaban muy seguros de que sus potenciales asesinos hubieran sido derrotados, y por eso Frei, Aylwin y Cía. elogiaban a los militares "que estaban recibiendo el fuego". Ya a mediados de 1974 se les había quitado el miedo y Aylwin fue a la Corte Suprema a visitar a un ministro afín a sus ideas, Rafael Retamal, pero a éste no se le había quitado todavía, y por eso le dijo: "Patricio, dejemos que los militares hagan el trabajo sucio, después vendrá la hora del derecho. Los extremistas nos iban a matar a todos".
En realidad, el Intendente de Santiago, Jaime Faivovich, socialista de los mismos que hoy se abrazan con los DC, había dicho ante un grupo de pobladores, encabezados por el "Comandante Mickey", el 12 de diciembre de 1972: "...habría que asaltar los tribunales y masacrar a todos esos viejos momios".
Bueno, quedamos en que entonces convocaron a los militares para derrotar a los terroristas, después perdonaron a los terroristas y los llenaron de plata y tras eso condenaron y siguen condenando a los militares por no haber dejado que masacraran a todos los viejos momios, y además los metieron presos y siguen sometiendo a proceso a cada vez más de ellos.
Desde la distancia del sudeste asiático se dirige al país, para celebrar la fecha, el exprimidor de todos los beneficios del "Sí" y del "No", tras haber transitado entre ambos, pues afirma haber votado "No" en 1988 pero en 1989 ya era generalísimo del candidato del "Sí", Hernán Büchi, y no del del "No", Patricio Aylwin. Y ahora acapara las cámaras, sea cual fuere el lugar de la tierra en que se encuentre, pues "La Tercera" nos informa que entre el 10 de septiembre y el 2 de octubre tuvo 515 apariciones en los medios, contra 158 de Evelyn Matthei, por ejemplo. Un amigo mío le dice "Dios", porque está en todas partes y nadie lo puede ver.
Entretanto, los militares convocados por unos de los que hoy se abrazan para derrotar a otros de los que hoy se abrazan; y luego perseguidos y condenados por eso, son cambiados de cárcel a una peor, porque "Dios" quiere remontar en las encuestas antes de irse y es sabido que maltratar a los soldados del '73 da mucha popularidad. Por supuesto, ya no tiene el menor recuerdo de la promesa que les hizo de velar por el debido proceso y la aplicación de las leyes en sus casos.
¡Qué tipos tan frescos, todos estos del "No"! Y lo peor es que son cada vez más.
miércoles, 2 de octubre de 2013
Piñericosas Mayores
Todos hemos disfrutado de las "Piñericosas", que se convirtieron en el mayor "best-seller" de los últimos tiempos. Pero hasta hace poco eran triviales, como escribir "gabiota" en su twitter, declarar muerto a Nicanor Parra o atribuir la novela "Robinson Crusoe" al actor norteamericano Willem Dafoe. Últimamente, sin embargo, han adquirido una gravedad mayor, con consecuencias políticas alarmantes y capaces de inferir al país daños sociales de largo alcance.
Ha sido el caso de su explícita declaración, en "El Mercurio" de ayer, de haber sido decisivamente influido por las publicaciones de los medios a 40 años del Pronunciamiento para adoptar las decisiones de los últimos días. Ha confesado: "Algunos creyeron posible ignorar la conmemoración de los 40 años, hacer como que el golpe militar nunca existió o ignorar el tremendo impacto que la cobertura de los medios de comunicación tuvo sobre la sociedad chilena. Ese es el silencio de los que no tienen el coraje de enfrentar la verdad y la realidad".
Eso es increíble, pero lo dice todo. La izquierda allendista se propuso en este 40° aniversario llevar a cabo un lavado cerebral masivo sobre el 11 y su significado, pero el efecto más notorio fue que lavó el cerebro del Presidente de la República. Y eso explica el insólito giro de sus opiniones y sus políticas, insultando a sus partidarios y tratándolos de "cómplices pasivos", por el solo hecho de haber sido adeptos al Gobierno Militar, como si él mismo no hubiera iniciado su carrera política en medio de ellos, en su calidad de generalísimo de la candidatura de Hernán Büchi, que agrupaba a las fuerzas del "Sí", en lugar de plegarse a las fuerzas del "No", cuyo candidato era Patricio Aylwin. Él mismo se convirtió así en "cómplice pasivo", calidad que imputa hoy, completamente olvidado de esa etapa de su pasado, a los colaboradores suyos que no hicieron otra cosa que seguir sus mismos pasos, procurando la continuidad del Gobierno Militar en 1989, pero ya en el contexto de la plena democracia.
Esa amnesia política presidencial y ese "tremendo impacto de la cobertura de los medios" lo han llevado a cambiar sus convicciones y a considerar a los militares como "asesinos y violadores de los derechos humanos". El viraje consiguiente lo llevó a redestinar a una decena de presos políticos uniformados, en su mayoría ancianos o enfermos, a un penal alejado y con condiciones más rigurosas que el que Ricardo Lagos les había dispensado; y a rechazar por cinco veces la solicitud de indulto de un general (r) octogenario, enfermo y sabidamente inocente del delito que le imputó la justicia de izquierda.
La gravedad de todo esto no es que Sebastián Piñera se haya dejado lavar el cerebro por la campaña de desinformación que exitosamente emprendió la extrema izquierda a 40 años del Pronunciamiento, sino que él haya abandonado u olvidado sus propias promesas a los presos políticos uniformados, de velar por un debido proceso para ellos. En estos días "La Tercera" ha detallado los cinco rechazos de Piñera al indulto pedido por el general (r) Mena. Lo notable de esos rechazos es su fundamento: que lo atribuido a Mena es un delito grave y "de lesa humanidad". Es decir, el titular del Ejecutivo se transforma en vocero ratificador de las prevaricaciones de los jueces que él prometió remediar. Pues es público y ultrasabido que el general (r) Mena no participó en forma alguna en la muerte de tres elementos de extrema izquierda por parte de personal de su regimiento en Arica, en 1973. Eso lo estableció el juez del proceso, que sólo lo condenó por una supuesta "responsabilidad del mando", implicando con ello que Mena no tuvo participación y sólo debía ser condenado por haber sido comandante del regimiento. De hecho, Mena ni siquiera supo del crimen, pues durante años se atribuyó oficialmente la triple muerte al desbarrancamiento de un vehículo.
Asimismo, el rechazo del indulto una y otra vez obedeció a que el gobierno de Piñera atendió a que se trataba de, supuestamente, "un delito de lesa humanidad", lo que lo sitúa en la exacta posición de los jueces prevaricadores cuya acción él mismo, como candidato, se comprometió a rectificar. Pues los "delitos de lesa humanidad" sólo se incorporaron a la legislación chilena en 2009, y la Constitución garantiza que "ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración", norma crónicamente violada por los jueces prevaricadores de izquierda en sus sentencias y que ha transgredido por cinco veces consecutivas el presidente Sebastián Piñera al rechazar con ese mismo fundamento inconstitucional el indulto al general (r) Odlanier Mena. Y ha pasado a llevar así el principio ancestral de la irretroactividad de la ley penal. Además, la propia tipificación de dichos delitos en la ley de 2009 se aparta de las características de las tres muertes de Arica de 1973.
Estas gravísimas Piñericosas se añaden a otros rasgos de este régimen que lo apartan por completo de lo que sus partidarios creyeron elegir, como las evidencias de que tiene un funcionario de su exclusiva confianza perteneciente al MIR (Patricio Bustos, a cargo nada menos que del Instituto Médico Legal), el financiamiento de organismos filomarxistas como el Museo de la Memoria y el Instituto de Derechos Humanos, y la permanencia de un equipo de abogados en el Ministerio del Interior con la específica misión de perseguir judicial e ilegalmente a militares (r), tarea que ha cumplido triplicando el número de querellas contra ellos que existía bajo el gobierno de Michelle Bachelet, que ha terminado siendo mucho más favorable para los mismos que el de Sebastián Piñera.
El vendaval de Piñericosas mayores desatado últimamente ha ido en directo perjuicio del sector que lo eligió, de los militares a los que les prometió legalidad y justicia y de las esperanzas de verdad y reconciliación de la gran mayoría del pueblo chileno.
Ha sido el caso de su explícita declaración, en "El Mercurio" de ayer, de haber sido decisivamente influido por las publicaciones de los medios a 40 años del Pronunciamiento para adoptar las decisiones de los últimos días. Ha confesado: "Algunos creyeron posible ignorar la conmemoración de los 40 años, hacer como que el golpe militar nunca existió o ignorar el tremendo impacto que la cobertura de los medios de comunicación tuvo sobre la sociedad chilena. Ese es el silencio de los que no tienen el coraje de enfrentar la verdad y la realidad".
Eso es increíble, pero lo dice todo. La izquierda allendista se propuso en este 40° aniversario llevar a cabo un lavado cerebral masivo sobre el 11 y su significado, pero el efecto más notorio fue que lavó el cerebro del Presidente de la República. Y eso explica el insólito giro de sus opiniones y sus políticas, insultando a sus partidarios y tratándolos de "cómplices pasivos", por el solo hecho de haber sido adeptos al Gobierno Militar, como si él mismo no hubiera iniciado su carrera política en medio de ellos, en su calidad de generalísimo de la candidatura de Hernán Büchi, que agrupaba a las fuerzas del "Sí", en lugar de plegarse a las fuerzas del "No", cuyo candidato era Patricio Aylwin. Él mismo se convirtió así en "cómplice pasivo", calidad que imputa hoy, completamente olvidado de esa etapa de su pasado, a los colaboradores suyos que no hicieron otra cosa que seguir sus mismos pasos, procurando la continuidad del Gobierno Militar en 1989, pero ya en el contexto de la plena democracia.
Esa amnesia política presidencial y ese "tremendo impacto de la cobertura de los medios" lo han llevado a cambiar sus convicciones y a considerar a los militares como "asesinos y violadores de los derechos humanos". El viraje consiguiente lo llevó a redestinar a una decena de presos políticos uniformados, en su mayoría ancianos o enfermos, a un penal alejado y con condiciones más rigurosas que el que Ricardo Lagos les había dispensado; y a rechazar por cinco veces la solicitud de indulto de un general (r) octogenario, enfermo y sabidamente inocente del delito que le imputó la justicia de izquierda.
La gravedad de todo esto no es que Sebastián Piñera se haya dejado lavar el cerebro por la campaña de desinformación que exitosamente emprendió la extrema izquierda a 40 años del Pronunciamiento, sino que él haya abandonado u olvidado sus propias promesas a los presos políticos uniformados, de velar por un debido proceso para ellos. En estos días "La Tercera" ha detallado los cinco rechazos de Piñera al indulto pedido por el general (r) Mena. Lo notable de esos rechazos es su fundamento: que lo atribuido a Mena es un delito grave y "de lesa humanidad". Es decir, el titular del Ejecutivo se transforma en vocero ratificador de las prevaricaciones de los jueces que él prometió remediar. Pues es público y ultrasabido que el general (r) Mena no participó en forma alguna en la muerte de tres elementos de extrema izquierda por parte de personal de su regimiento en Arica, en 1973. Eso lo estableció el juez del proceso, que sólo lo condenó por una supuesta "responsabilidad del mando", implicando con ello que Mena no tuvo participación y sólo debía ser condenado por haber sido comandante del regimiento. De hecho, Mena ni siquiera supo del crimen, pues durante años se atribuyó oficialmente la triple muerte al desbarrancamiento de un vehículo.
Asimismo, el rechazo del indulto una y otra vez obedeció a que el gobierno de Piñera atendió a que se trataba de, supuestamente, "un delito de lesa humanidad", lo que lo sitúa en la exacta posición de los jueces prevaricadores cuya acción él mismo, como candidato, se comprometió a rectificar. Pues los "delitos de lesa humanidad" sólo se incorporaron a la legislación chilena en 2009, y la Constitución garantiza que "ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración", norma crónicamente violada por los jueces prevaricadores de izquierda en sus sentencias y que ha transgredido por cinco veces consecutivas el presidente Sebastián Piñera al rechazar con ese mismo fundamento inconstitucional el indulto al general (r) Odlanier Mena. Y ha pasado a llevar así el principio ancestral de la irretroactividad de la ley penal. Además, la propia tipificación de dichos delitos en la ley de 2009 se aparta de las características de las tres muertes de Arica de 1973.
Estas gravísimas Piñericosas se añaden a otros rasgos de este régimen que lo apartan por completo de lo que sus partidarios creyeron elegir, como las evidencias de que tiene un funcionario de su exclusiva confianza perteneciente al MIR (Patricio Bustos, a cargo nada menos que del Instituto Médico Legal), el financiamiento de organismos filomarxistas como el Museo de la Memoria y el Instituto de Derechos Humanos, y la permanencia de un equipo de abogados en el Ministerio del Interior con la específica misión de perseguir judicial e ilegalmente a militares (r), tarea que ha cumplido triplicando el número de querellas contra ellos que existía bajo el gobierno de Michelle Bachelet, que ha terminado siendo mucho más favorable para los mismos que el de Sebastián Piñera.
El vendaval de Piñericosas mayores desatado últimamente ha ido en directo perjuicio del sector que lo eligió, de los militares a los que les prometió legalidad y justicia y de las esperanzas de verdad y reconciliación de la gran mayoría del pueblo chileno.
martes, 1 de octubre de 2013
La "Fortaleza Ética" de Hinzpeter
El Ministro de Defensa parece creer que por haber comprado él, íntegro, el balurdo histórico-político de la Nueva Mayoría y haber sucumbido en el torrente de falsificaciones propagandísticas que se ha volcado sobre la opinión pública chilena en los 40 años del Pronunciamiento, su persona ha adquirido una estatura moral superior, así que endosa el calificativo de "debilidad ética" a los que todavía no nos hemos cambiado de bando en el grado en que lo ha hecho él.
Recordemos que su enfermedad no es nueva. Ya durante la campaña presidencial de 2009 había anunciado ("Qué Pasa") la victoriosa estrategia de "abrazar las banderas de la Concertación", tránsito hacia el otro lado que simbolizó gráficamente con sus satisfechas fotografías posteriores bajo el retrato de Allende, que conservó decidoramente en sus oficinas de Interior.
Digno seguidor de su jefe actual y de años, ahora ya está plenamente incorporado a las huestes del "No", y aprovecha la coyuntura de haber defraudado a los militares procesados, a los cuales se había prometido debido proceso, adecuada aplicación de tratados internacionales, aceleración de los juicios y vigencia de la prescripción, para cubrirlos de vituperios tales como "asesinos y violadores de derechos humanos", añadiendo así la injuria al daño de haberlos trasladado a un penal peor, lejano de los centros hospitalarios a que deben ir los presos políticos más ancianos y próximo al hacinamiento. ¡Qué ético ha sido todo esto! ¡Qué poco éticos somos los que lo criticamos!
Pero la ética de Hinzpeter tiene algunas peculiaridades, pues no tuvo reparos en ser generalísimo de un candidato presidencial que compraba acciones de LAN con información privilegiada. ¿Renunció Hinzpeter al comando por "ética" cuando eso se descubrió? Ni soñarlo. Pero eso quedó todo convenientemente olvidado. No hubo "derechazo". ¿O a lo mejor hay debilidad ética real?
Y luego resulta ahora que en su recurso de protección contra la resolución de cambiar a los presos políticos militares a un penal más riguroso, uno de éstos, el general(r) Manuel Contreras, ha recordado que prestó refugio durante un mes al entonces (1982) prófugo de la justicia por quiebra fraudulenta de un banco, Sebastián Piñera; y que el mismo general (r) hizo desaparecer las evidencias que incriminaban a aquél. De ser todo ello cierto, como lo afirma el ex oficial condenado ¿en qué quedaría la exigente "ética" de Hinzpeter? ¿No experimentará ni el más ligero detrimento al haber apoyado a un candidato con esos antecedentes?
Y ahora resulta que correligionarios suyos parecen recordar que el propio Hinzpeter fue un votante del "Sí" en 1988. ¿Qué sucedía con su "ética" por esos años? A todo esto, su actual jefe, que ha proclamado a los cuatro vientos haber votado "No" en aquella oportunidad; y que no se pondrá a la cabeza de la celebración de los 25 años del triunfo de dicha alternativa sólo porque tiene un viaje al exterior que no podía retrasar, resultó que en esa oportunidad, hace 25 años, ese mismo prohombre del "No" muy pronto transitó hacia el "Sí", pues fue generalísimo de la campaña del candidato de esas fuerzas en 1989, Hernán Büchi. ¿Qué le sucedió a Sebastián Piñera entre 1988 y 1989? ¿Sufrió un desfallecimiento ético y se corrompió transitoriamente, trabajando por el triunfo del candidato del Gobierno Militar? ¿Y por quién votaba entonces Hinzpeter? ¿Por Aylwin, o no fue capaz de salvaguardar su "ética" y volvió a votar en 1989 junto con las fuerzas que la tienen debilitada?
Parece que la "fortaleza ética" de que se cree exponente este nuevo Catón de nuestro tiempo exige un grado de consecuencia (o de mala memoria) que él no ha logrado alcanzar.
Recordemos que su enfermedad no es nueva. Ya durante la campaña presidencial de 2009 había anunciado ("Qué Pasa") la victoriosa estrategia de "abrazar las banderas de la Concertación", tránsito hacia el otro lado que simbolizó gráficamente con sus satisfechas fotografías posteriores bajo el retrato de Allende, que conservó decidoramente en sus oficinas de Interior.
Digno seguidor de su jefe actual y de años, ahora ya está plenamente incorporado a las huestes del "No", y aprovecha la coyuntura de haber defraudado a los militares procesados, a los cuales se había prometido debido proceso, adecuada aplicación de tratados internacionales, aceleración de los juicios y vigencia de la prescripción, para cubrirlos de vituperios tales como "asesinos y violadores de derechos humanos", añadiendo así la injuria al daño de haberlos trasladado a un penal peor, lejano de los centros hospitalarios a que deben ir los presos políticos más ancianos y próximo al hacinamiento. ¡Qué ético ha sido todo esto! ¡Qué poco éticos somos los que lo criticamos!
Pero la ética de Hinzpeter tiene algunas peculiaridades, pues no tuvo reparos en ser generalísimo de un candidato presidencial que compraba acciones de LAN con información privilegiada. ¿Renunció Hinzpeter al comando por "ética" cuando eso se descubrió? Ni soñarlo. Pero eso quedó todo convenientemente olvidado. No hubo "derechazo". ¿O a lo mejor hay debilidad ética real?
Y luego resulta ahora que en su recurso de protección contra la resolución de cambiar a los presos políticos militares a un penal más riguroso, uno de éstos, el general(r) Manuel Contreras, ha recordado que prestó refugio durante un mes al entonces (1982) prófugo de la justicia por quiebra fraudulenta de un banco, Sebastián Piñera; y que el mismo general (r) hizo desaparecer las evidencias que incriminaban a aquél. De ser todo ello cierto, como lo afirma el ex oficial condenado ¿en qué quedaría la exigente "ética" de Hinzpeter? ¿No experimentará ni el más ligero detrimento al haber apoyado a un candidato con esos antecedentes?
Y ahora resulta que correligionarios suyos parecen recordar que el propio Hinzpeter fue un votante del "Sí" en 1988. ¿Qué sucedía con su "ética" por esos años? A todo esto, su actual jefe, que ha proclamado a los cuatro vientos haber votado "No" en aquella oportunidad; y que no se pondrá a la cabeza de la celebración de los 25 años del triunfo de dicha alternativa sólo porque tiene un viaje al exterior que no podía retrasar, resultó que en esa oportunidad, hace 25 años, ese mismo prohombre del "No" muy pronto transitó hacia el "Sí", pues fue generalísimo de la campaña del candidato de esas fuerzas en 1989, Hernán Büchi. ¿Qué le sucedió a Sebastián Piñera entre 1988 y 1989? ¿Sufrió un desfallecimiento ético y se corrompió transitoriamente, trabajando por el triunfo del candidato del Gobierno Militar? ¿Y por quién votaba entonces Hinzpeter? ¿Por Aylwin, o no fue capaz de salvaguardar su "ética" y volvió a votar en 1989 junto con las fuerzas que la tienen debilitada?
Parece que la "fortaleza ética" de que se cree exponente este nuevo Catón de nuestro tiempo exige un grado de consecuencia (o de mala memoria) que él no ha logrado alcanzar.
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