Escribí días atrás que si no se restablecía el principio de autoridad los excesos iban a ser cada vez mayores. "¿Qué están esperando?" escribí, "¿que se tomen el despacho del Presidente?" Bueno, hoy se tomaron el del Ministro de Educación. Golpearon a guardias, patearon a secretarias, rompieron vidrios y puertas y se marcharon impunes, haciendo flamear banderas del MIR y proclamando explícitamente que estaba en curso "la lucha de clases".
A cara descubierta, porque saben que nadie les hará nada. "No hay que criminalizarlos", dice la Defensoría Penal Pública. Mal que mal, fue creada para defender a los delincuentes. Ahora falta crear alguna institución para defender a las víctimas. Porque de los carabineros, ni hablar. Ya no se puede esperar nada de ellos.
Por eso irrumpen ahora los bolcheviques, los más extremos, los que, al término de la revolución, se quedan con todo el poder.
Los mencheviques, más moderados, terminarán corriendo la misma suerte del establishment al cual están contribuyendo a defenestrar. "Adhirieron, pero no convocaron". Medias tintas. Los Kerensky de siempre. Todos, junto a los rusos blancos, en el exilio en París.
Hoy día hasta Arturo Martínez está preocupado. "Hay profesores de filosofía detrás de toda esta cuestión violenta que está institucionalizándose en el país", dijo. Añadió: "A los cabros les llenan la cabeza de porquerías para que salgan a tirar piedras y hacer desórdenes... hay muchas universidades donde algunos hacen apologías de que la forma de encarar los problemas de la sociedad se hacen a peñascazos".
Hasta él se ha dado cuenta.
Y hasta la Camila Vallejos está quedando a la derecha. Yo les digo: cuando los comunistas van quedando a la derecha, es tiempo de preocuparse.
La comandante bolchevique que vimos hoy a la cabeza del soviet subversivo del MIR en la toma del Ministerio de Educación también hablaba de corrido, como la Camila, si bien era menos bonita, pero no se me malentienda, no estaba nada de mal. Dijo que partía la lucha de clases y que se trataba de destruir el sistema capitalista. ¿Cómo se llamará? "Comandante Ana" o algo así. Oiremos hablar de ella más temprano que tarde.
Pues cuando la sociedad subsidia a los extremistas y persigue a los uniformados, pasan estas cosas, sobre todo si no hay autoridad.
Cuando se incendia un papelero es fácil de apagar, pero si uno no lo hace, se quema la habitación y luego la casa, y suele suceder entonces que cuando finalmente los bomberos apagan el incendio ya no queda nada.
Por eso, siempre, hay que apagar el papelero. La primera toma no debió ser tolerada. Ahora se lo toman todo y la única duda es qué se van a tomar mañana.
Es la pregunta pertinente en un país donde no hay autoridad.
miércoles, 31 de agosto de 2011
martes, 30 de agosto de 2011
La Democracia Está Muy Débil
La democracia funciona a través de instituciones emanadas de la voluntad popular, pero en Chile ha dejado de ser así. Una ola de "tomas" violentas y de desfiles callejeros que culminan en destrucción, daños y heridos (de estos últimos, muchos más carabineros que manifestantes) ha hecho pasar a segundo plano el sistema democrático representativo. Lo que vale es la vociferación y la agresión de la calle.
Por su lado, el Poder Ejecutivo ha renunciado a operar a través del sistema democrático normal, es decir, de las corrientes de opinión representadas en el Gobierno y en el Parlamento. Pues se ha anunciado un "diálogo" entre el Presidente y personeros estudiantiles cuya fuerza se asienta en las manifestaciones callejeras y en las usurpaciones de establecimientos educacionales. Es decir, en la fuerza.
Y la sociedad perdona y respalda esas vías de hecho. La violencia ha dejado dos muertos en estos días, uno a manos de Carabineros y otro a manos de los encapuchados. Pero la única muerte que se condena es la primera y el único autor realmente investigado y perseguido es el carabinero. Del otro caso nadie siquiera habla.
La extrema destrucción provocada por los violentistas no ha redundado en siquiera un procesado. Todos los detenidos quedan libres. Cuando agreden, incendian, destruyen y hieren o queman personas, quienes lo hacen son unánimemente considerados ajenos a los manifestantes estudiantiles; pero cuando son detenidos se transforman en "estudiantes" y dejados en libertad. La verdad es que son los mismos: los que generan las protestas callejeras, los que ejercen la violencia y los que conducen las unas y la otra actúan de consuno y están bajo la dirigencia de un partido antidemocrático por antonomasia y tradicionalmente ligado a la violencia.
La historia reciente nos enseña que ese partido se ha dedicado desde hace décadas a formar jóvenes para la lucha armada ilegal en Chile. Entonces, hay que ser muy ingenuo para pensar que, cuando la violencia se ejercita en manifestaciones convocadas por personeros de esa misma colectividad, la subversión y el terrorismo son de otra procedencia. La cual, por otra parte, nadie precisa.
Antes había un poder judicial lleno de defectos, pero que, requerido para condenar los actos violentos, procedía según el mandato legal de proteger la seguridad interior. Pero ha sobrevenido una reforma procesal penal enfocada a favorecer a los delincuentes, más que a las víctimas. Y nació una defensoría penal que hasta sale a la luz pública señalando que los múltiples delitos comprobados y cometidos a vista y paciencia de la opinión pública no deben ser "criminalizados". Y la nueva justicia deja en libertad a los autores. Este insólito pronunciamiento implica que una de las defensas fundamentales del sistema democrático, contra el peligro de ser arrasado por la fuerza extremista, ya no existe. El propio Poder Judicial extiende así una carta blanca para proceder por las vías de hecho, contra la ley y por sobre las instituciones democráticas.
Lo peor es que las fuerzas antidemocráticas desatadas contra el Gobierno (el cual ha mostrado una debilidad suicida para hacer valer la legalidad, como lo prueba esa gran parte de los establecimientos educacionales indefinidamente tomados por la fuerza), han recibido ¡el agradecimiento público! del Presidente. Están lanzados contra la institucionalidad y, en particular, contra la estabilidad de su Gobierno, pero él les agradece. Eso es insólito.
¿Quiénes defienden, entonces, a la democracia contra las fuerzas que pretenden arrasar con ella? Los llamados a hacerlo serían los que tienen las armas por mandato legal. ¿Y qué está sucedindo en estos días? Que la peor condena social está dirigiéndose contra la policía uniformada. ¿Qué precedente sienta eso para el futuro? ¿Qué uniformado se va a jugar el pellejo frente a la subversión, si la sociedad se va a mostrar mucho más severa con él que con los generadores de aquélla?
El otro día oí a la presidenta del PPD decir explícitamente que la Constitución debe cambiarse de una manera diferente a como la propia Constitución lo autoriza. Si hubiera sido parlamentaria, eso habría sido causal de su cesación en el cargo, pero, como no lo es, puede sostener públicamente esa tesis. La cual es profundamente antidemocrática, sobre todo si la Constitución ha sido popularmente ratificada una y otra vez, por mayoría plebiscitaria en 1980; por otra todavía mayor en 1989, cuando el noventa por ciento apoyó numerosas reformas; y de nuevo cuando oposición y gobierno concordaron en 2005 en otra cantidad de reformas, tanto que el propio Presidente Ricardo Lagos aprovechó de hacerse aparecer como el nuevo signatario de la Constitución. Pero, así y todo, la presidenta del partido fundado por Lagos siente que, como no tiene quórum para modificar la Constitución a su gusto, debe marcharse a una forma extraconstitucional de hacerlo, en concordancia con los propósitos de facto de los movimientos callejeros encabezados por las dirigencias comunistas de alumnos y profesores.
Pocas veces en nuestra historia había existido una precariedad democrática tan grave, en los hechos, al trasgredirse la legalidad generalizada e impunemente; y en las palabras, al predicarse, por parte de destacados actores políticos y sociales, el avasallamiento de la institucionalidad. Y, en fin, al aceptarse, e incluso agradecerse, que se haya procedido y se siga procediendo a barrenar el sistema de representación popular que es de la esencia de la democracia.
Por su lado, el Poder Ejecutivo ha renunciado a operar a través del sistema democrático normal, es decir, de las corrientes de opinión representadas en el Gobierno y en el Parlamento. Pues se ha anunciado un "diálogo" entre el Presidente y personeros estudiantiles cuya fuerza se asienta en las manifestaciones callejeras y en las usurpaciones de establecimientos educacionales. Es decir, en la fuerza.
Y la sociedad perdona y respalda esas vías de hecho. La violencia ha dejado dos muertos en estos días, uno a manos de Carabineros y otro a manos de los encapuchados. Pero la única muerte que se condena es la primera y el único autor realmente investigado y perseguido es el carabinero. Del otro caso nadie siquiera habla.
La extrema destrucción provocada por los violentistas no ha redundado en siquiera un procesado. Todos los detenidos quedan libres. Cuando agreden, incendian, destruyen y hieren o queman personas, quienes lo hacen son unánimemente considerados ajenos a los manifestantes estudiantiles; pero cuando son detenidos se transforman en "estudiantes" y dejados en libertad. La verdad es que son los mismos: los que generan las protestas callejeras, los que ejercen la violencia y los que conducen las unas y la otra actúan de consuno y están bajo la dirigencia de un partido antidemocrático por antonomasia y tradicionalmente ligado a la violencia.
La historia reciente nos enseña que ese partido se ha dedicado desde hace décadas a formar jóvenes para la lucha armada ilegal en Chile. Entonces, hay que ser muy ingenuo para pensar que, cuando la violencia se ejercita en manifestaciones convocadas por personeros de esa misma colectividad, la subversión y el terrorismo son de otra procedencia. La cual, por otra parte, nadie precisa.
Antes había un poder judicial lleno de defectos, pero que, requerido para condenar los actos violentos, procedía según el mandato legal de proteger la seguridad interior. Pero ha sobrevenido una reforma procesal penal enfocada a favorecer a los delincuentes, más que a las víctimas. Y nació una defensoría penal que hasta sale a la luz pública señalando que los múltiples delitos comprobados y cometidos a vista y paciencia de la opinión pública no deben ser "criminalizados". Y la nueva justicia deja en libertad a los autores. Este insólito pronunciamiento implica que una de las defensas fundamentales del sistema democrático, contra el peligro de ser arrasado por la fuerza extremista, ya no existe. El propio Poder Judicial extiende así una carta blanca para proceder por las vías de hecho, contra la ley y por sobre las instituciones democráticas.
Lo peor es que las fuerzas antidemocráticas desatadas contra el Gobierno (el cual ha mostrado una debilidad suicida para hacer valer la legalidad, como lo prueba esa gran parte de los establecimientos educacionales indefinidamente tomados por la fuerza), han recibido ¡el agradecimiento público! del Presidente. Están lanzados contra la institucionalidad y, en particular, contra la estabilidad de su Gobierno, pero él les agradece. Eso es insólito.
¿Quiénes defienden, entonces, a la democracia contra las fuerzas que pretenden arrasar con ella? Los llamados a hacerlo serían los que tienen las armas por mandato legal. ¿Y qué está sucedindo en estos días? Que la peor condena social está dirigiéndose contra la policía uniformada. ¿Qué precedente sienta eso para el futuro? ¿Qué uniformado se va a jugar el pellejo frente a la subversión, si la sociedad se va a mostrar mucho más severa con él que con los generadores de aquélla?
El otro día oí a la presidenta del PPD decir explícitamente que la Constitución debe cambiarse de una manera diferente a como la propia Constitución lo autoriza. Si hubiera sido parlamentaria, eso habría sido causal de su cesación en el cargo, pero, como no lo es, puede sostener públicamente esa tesis. La cual es profundamente antidemocrática, sobre todo si la Constitución ha sido popularmente ratificada una y otra vez, por mayoría plebiscitaria en 1980; por otra todavía mayor en 1989, cuando el noventa por ciento apoyó numerosas reformas; y de nuevo cuando oposición y gobierno concordaron en 2005 en otra cantidad de reformas, tanto que el propio Presidente Ricardo Lagos aprovechó de hacerse aparecer como el nuevo signatario de la Constitución. Pero, así y todo, la presidenta del partido fundado por Lagos siente que, como no tiene quórum para modificar la Constitución a su gusto, debe marcharse a una forma extraconstitucional de hacerlo, en concordancia con los propósitos de facto de los movimientos callejeros encabezados por las dirigencias comunistas de alumnos y profesores.
Pocas veces en nuestra historia había existido una precariedad democrática tan grave, en los hechos, al trasgredirse la legalidad generalizada e impunemente; y en las palabras, al predicarse, por parte de destacados actores políticos y sociales, el avasallamiento de la institucionalidad. Y, en fin, al aceptarse, e incluso agradecerse, que se haya procedido y se siga procediendo a barrenar el sistema de representación popular que es de la esencia de la democracia.
lunes, 29 de agosto de 2011
"Todo el Rigor de la Ley... Ningún Rigor de la Ley"
Estuve con una persona que todavía debe $450 mil por la educación universitaria de su hija de 24 años, que acaba de graduarse en una carrera de, me pareció entender, asistente de fiscal de la justicia procesal penal. Pero no ha encontrado trabajo. Antes había estudiado otras dos carreras, pero no las había terminado. Todo con alto desembolso (a fondo perdido) para sus padres. Ahora tiene esperanzas de que se consagre la gratuidad de la educación porque, en ese caso, dice, estudiará Leyes. ¿Alguien ha sacado la cuenta de lo que costará toda esta demanda adicional por estudios universitarios si se consagra el costo cero de esa enseñanza?
Interesado en el tema, me pregunté en qué va a terminar esto. De partida sé que no va a terminar bien, porque el proceso está determinado por las peticiones planteadas por estudiantes y profesores, cuyos dos líderes más notorios son comunistas. Cualquier ser humano contemporáneo mínimamente informado debería saber que una propuesta respaldada por el comunismo no le puede traer consigo nada bueno a ningún país. Pero aquí las consignas comunistas se han comprado a la mayoría por un plato de lentejas. ¡Qué le vamos a hacer!
Como en todas partes dicen que el petitorio de la CONFECH contiene doce puntos, yo, que leo todos los días al menos dos diarios bien, veo noticias por TV y las oigo por radio, me extrañé de que se me haya pasado por alto la mayoría de esos "doce puntos". En alguna parte leí que Camila Vallejo y Giorgio Jackson, el único no comunista del lote, pero fiel compañero de ruta, los habían entregado en La Moneda el martes de la semana pasada. Supuse, entonces, que habrían aparecido en los diarios del miércoles. Pero en "El Mercurio" de ese día sólo encontré, mencionados al pasar, seis puntos. En "La Tercera" del mismo día encontré otro más, aparte de los anteriores. Sólo en "Las Últimas Noticias" del mismo miércoles estaban enumerados los famosos "doce puntos". Extraño, todos hablan de ellos y no han salido publicados completos casi en ningún diario. Reconocimiento para LUN.
De ser llevados a la práctica, equivalen al fin de la libertad de enseñanza en Chile. El "diálogo" a que ha llamado el Presidente se va a basar en ellos. Primero se dijo que ese diálogo iba a ser el martes, o sea (son más de las doce) hoy. Después, que no va a ser hoy. Hasta ayer Camila y Giorgio decían que nadie los había invitado a La Moneda. También se gastó bastante tinta y saliva para escribir y decir que iba a ser encabezado por el Presidente, según él mismo lo había dicho; pero no va a ser con él, que sólo va a estar al inicio, "para la foto", obvio. Supongo que. finalmente, lo encabezará el Ministro Bulnes, por el Gobierno, si bien éste la semana pasada había dicho que no iba a haber "diálogo", sino debate en el Congreso. Bueno, todo eso es normal, porque sabemos que hay un Presidente errático.
A todo esto, flota en el aire algo nuevo: el movimiento estudiantil parece estarse "desinflando". A pesar de que no hay autoridad, porque cualquiera puede "tomarse" lo que se le ocurra y queda impune, oigo a líderes izquierdistas (Girardi) diciendo que a lo mejor sería bueno que volvieran las clases. En la UC ya se han depuesto dos tomas. En San Bernardo los padres de familia pasan las noches en los colegios para evitarlas. Cada vez más alumnos ingresan al plan "Salvemos el Año" del Gobierno. Y cada vez más tratan de trasladarse de colegios tomados a otros (particulares) que funcionan normalmente.
La muerte de un joven, aparentemente por la bala de un carabinero, ha desatado toda la energía que el Ministro Hinzpeter no ha desplegado para controlar la anarquía y desalojar las tomas. "Todo el rigor de la ley", ha dicho... contra Carabineros, es obvio. No contra extremistas que han baleado a varios carabineros. En estos casos no se perician las balas, no se procede a ninguna investigación acuciosa ni se castiga a ningún responsable superior de la convocatoria ilegal, a raíz de la cual los encapuchados balean. En cambio, se ha destituido a un general de Carabineros, Sergio Gajardo, por el solo hecho de haber comunicado públicamnte la información que había recibido de sus subordinados: que ninguno había hecho el disparo contra el joven Gutiérrez. Después resultó que un suboficial confesó haberlo hecho él. ¿Cómo lo iba a saber ese general? Pero fue despedido igual. "Todo el rigor de la ley" contra los agentes del orden; "ningún rigor de la ley" contra los agentes del desorden.
Supongo que ése será el punto 13 del diálogo.
Interesado en el tema, me pregunté en qué va a terminar esto. De partida sé que no va a terminar bien, porque el proceso está determinado por las peticiones planteadas por estudiantes y profesores, cuyos dos líderes más notorios son comunistas. Cualquier ser humano contemporáneo mínimamente informado debería saber que una propuesta respaldada por el comunismo no le puede traer consigo nada bueno a ningún país. Pero aquí las consignas comunistas se han comprado a la mayoría por un plato de lentejas. ¡Qué le vamos a hacer!
Como en todas partes dicen que el petitorio de la CONFECH contiene doce puntos, yo, que leo todos los días al menos dos diarios bien, veo noticias por TV y las oigo por radio, me extrañé de que se me haya pasado por alto la mayoría de esos "doce puntos". En alguna parte leí que Camila Vallejo y Giorgio Jackson, el único no comunista del lote, pero fiel compañero de ruta, los habían entregado en La Moneda el martes de la semana pasada. Supuse, entonces, que habrían aparecido en los diarios del miércoles. Pero en "El Mercurio" de ese día sólo encontré, mencionados al pasar, seis puntos. En "La Tercera" del mismo día encontré otro más, aparte de los anteriores. Sólo en "Las Últimas Noticias" del mismo miércoles estaban enumerados los famosos "doce puntos". Extraño, todos hablan de ellos y no han salido publicados completos casi en ningún diario. Reconocimiento para LUN.
De ser llevados a la práctica, equivalen al fin de la libertad de enseñanza en Chile. El "diálogo" a que ha llamado el Presidente se va a basar en ellos. Primero se dijo que ese diálogo iba a ser el martes, o sea (son más de las doce) hoy. Después, que no va a ser hoy. Hasta ayer Camila y Giorgio decían que nadie los había invitado a La Moneda. También se gastó bastante tinta y saliva para escribir y decir que iba a ser encabezado por el Presidente, según él mismo lo había dicho; pero no va a ser con él, que sólo va a estar al inicio, "para la foto", obvio. Supongo que. finalmente, lo encabezará el Ministro Bulnes, por el Gobierno, si bien éste la semana pasada había dicho que no iba a haber "diálogo", sino debate en el Congreso. Bueno, todo eso es normal, porque sabemos que hay un Presidente errático.
A todo esto, flota en el aire algo nuevo: el movimiento estudiantil parece estarse "desinflando". A pesar de que no hay autoridad, porque cualquiera puede "tomarse" lo que se le ocurra y queda impune, oigo a líderes izquierdistas (Girardi) diciendo que a lo mejor sería bueno que volvieran las clases. En la UC ya se han depuesto dos tomas. En San Bernardo los padres de familia pasan las noches en los colegios para evitarlas. Cada vez más alumnos ingresan al plan "Salvemos el Año" del Gobierno. Y cada vez más tratan de trasladarse de colegios tomados a otros (particulares) que funcionan normalmente.
La muerte de un joven, aparentemente por la bala de un carabinero, ha desatado toda la energía que el Ministro Hinzpeter no ha desplegado para controlar la anarquía y desalojar las tomas. "Todo el rigor de la ley", ha dicho... contra Carabineros, es obvio. No contra extremistas que han baleado a varios carabineros. En estos casos no se perician las balas, no se procede a ninguna investigación acuciosa ni se castiga a ningún responsable superior de la convocatoria ilegal, a raíz de la cual los encapuchados balean. En cambio, se ha destituido a un general de Carabineros, Sergio Gajardo, por el solo hecho de haber comunicado públicamnte la información que había recibido de sus subordinados: que ninguno había hecho el disparo contra el joven Gutiérrez. Después resultó que un suboficial confesó haberlo hecho él. ¿Cómo lo iba a saber ese general? Pero fue despedido igual. "Todo el rigor de la ley" contra los agentes del orden; "ningún rigor de la ley" contra los agentes del desorden.
Supongo que ése será el punto 13 del diálogo.
domingo, 28 de agosto de 2011
¿Se Suma el Gobierno a la Revolución?
A Sebastián Piñera lo eligió una mayoría para que gobernara por cuatro años y de acuerdo con un programa en que no se contemplaba la estatización completa de la educación, ni el cambio del sistema económico-social, ni una nueva Constitución ni un plebiscito para resolver acerca de lo que debe hacerse frente a una huelga estudiantil.
De repente aparecieron dos dirigentes comunistas, una, Camila Vallejo, presidenta de un organismo estudiantil, elegida con 773 votos de un universo de 21 mil; y el otro, Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, con una representatividad no mucho mayor que ésa, y plantean que la elección de un nuevo gobernante no vale nada, que el programa de gobierno tampoco vale nada y que debe cambiarse la estructura política, económica, social y educacional del país. No tienen otro apoyo que el de la fuerza. Pues se han tomado numerosos colegios y son capaces de convocar a muchos miles de personas a las calles, ocasionar enormes destrozos, herir a centenares de carabineros y paralizar varias ciudades una y otra vez.
Y el país mira atónito todo lo anterior. ¿Para qué elegimos un gobierno, debe estarse diciendo más de la mitad del electorado, si aquí un par de dirigentes comunistas hacen lo que se les ocurre, pasan por sobre la Constitución y la ley y exigen que se materialice una revolución que no tiene nada que ver con lo que nosotros votamos?
Bueno, ya nos habíamos dado cuenta de que, en realidad, casi no hay autoridad, porque en estos tres meses toda la legalidad ha sido desafiada impunemente y se ha paralizado el sistema educacional por la fuerza, lo que es ilegal y jamás un gobierno con autoridad podría haberlo permitido. Pero lo ha permitido.
Y después gran parte del sector público, de los funcionarios del Gobierno, han paralizado ilegalmente por dos días, si bien sin poder detener al país y ni siquiera por completo a la administraicón estatal. Pero todo eso fue ilegal y, sin embargo, parece que aquí tampoco ha pasado nada. Además, todos los hechos que han rodeado esa paralización son constitutivos de delitos contra la seguridad del Estado, pero el Gobierno ha dicho que no va a aplicar esa ley. En el fondo, no se atreve. El gobernante dice implícitamente que pueden hacerlo de nuevo, si quieren, y no les va a pasar nada.
El Ministro de Educación, consciente de que el Gobierno no tiene autoridad para imponer el orden y la legalidad, ha ido haciendo sucesivas concesiones a los estudiantes huelguistas, e iniciado un tibio proceso de apertura de la posiblidad de que vuelvan a clases los estudiantes que quieren estudiar (si bien parece que son una minoría). Y ha dicho que la sede del diálogo con los dirigentes de la huelga revolucionaria es el Congreso.
Se supone que el Ministro es el agente directo del Presidente, pero éste "le ha quitado el piso" y ha anunciado que él personalmente recibirá a los dirigentes de los estudiantes en huelga en La Moneda. ¿Para qué sirve, entonces, todo lo que hizo el Ministro? ¿Para qué sirve el Ministro?
Ahora ¿qué va a contestar el Presidente a los estudiantes en La Moneda? ¿Que acepta que se haga la revolución que ellos proponen, que se cambie el modelo económico-social, se estatice completamente la enseñanza, se derogue la libertad educacional, se derogue el sistema electoral binominal, se aumenten los impuestos para financiar todo lo que piden los estudiantes, que es la completa gratuidad de la enseñanza y que ésta sea exclusivamente estatal?
Si el Presidente los citó a La Moneda para decirles que sí, quiere decir que se ha sumado a la revolución y que su gobierno va a hacer algo muy distinto de aquello para lo cual fue elegido por más de la mitad de los chilenos y que está en su programa.
Pero si el Presidente los citó a La Moneda para decirles que no, no se entiende el objeto de la reunión, porque, para eso, era preferible dejar como sede del diálogo el Congreso, a donde iban a llegar sus Ministros con una serie de proposiciones para solucionar el conflicto, en lugar de aparecer él protagonizando una ruptura.
En fin, si el Presidente los citó porque cree que tiene una hábil "muñeca" y con sus argumentos va a convencer a los dirigentes estudiantiles de deponer sus posiciones extremas y aceptar las soluciones que ofrece el Gobierno, está equivocado, porque este movimiento está encabezado por el Partido Comunista, sus fines son revolucionarios y no le van a dar "una salida" al gobernante, porque lo que quieren es todo lo contrario: ponerlo en una situación sin salida.
Con la cita en La Moneda el Presidente, entonces, no tiene nada qué ganar, salvo unos minutos de cámara, lo cual él siempre ha valorizado extraordinariamente. Pero eso no le sirve al país.
El Gobierno, aún siendo débil, careciendo de firmeza y autoridad y estando encabezado por una persona que toma decisiones erráticas, tiene algo a su favor: que el movimiento estudiantil está destinado a morir solo. No afecta la estabilidad del régimen. Éste podrá perder el poco prestigio que le queda, pero nadie lo va a sacar de La Moneda. Si se pierde el año escolar, los más perjudicados van a ser los estudiantes. Es lo mismo que en el caso de las huelgas de hambre. Nunca un gobierno ha caído por una huelga de hambre.
¿Qué va a pasar? Que la revolución estudiantil va a languidecer después que se perpetren suficientes desórdenes y trastornos en la primera mitad de septiembre, época que el comunismo ha consagrado como la de su máxima realización anual; que la debilidad del Gobierno quedará reafirmada; que será corroborada la conducción errática del Presidente; que los huelguistas habrán conseguido ventajas económicas, pero no cambiar la institucionalidad estudiantil ni menos la del país; y que antes de fin de año todo esto quedará olvidado, pero habrá dos cosas que no se van a poder recuperar: las clases perdidas y la deteriorada imagen de autoridad del gobernante.
De repente aparecieron dos dirigentes comunistas, una, Camila Vallejo, presidenta de un organismo estudiantil, elegida con 773 votos de un universo de 21 mil; y el otro, Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, con una representatividad no mucho mayor que ésa, y plantean que la elección de un nuevo gobernante no vale nada, que el programa de gobierno tampoco vale nada y que debe cambiarse la estructura política, económica, social y educacional del país. No tienen otro apoyo que el de la fuerza. Pues se han tomado numerosos colegios y son capaces de convocar a muchos miles de personas a las calles, ocasionar enormes destrozos, herir a centenares de carabineros y paralizar varias ciudades una y otra vez.
Y el país mira atónito todo lo anterior. ¿Para qué elegimos un gobierno, debe estarse diciendo más de la mitad del electorado, si aquí un par de dirigentes comunistas hacen lo que se les ocurre, pasan por sobre la Constitución y la ley y exigen que se materialice una revolución que no tiene nada que ver con lo que nosotros votamos?
Bueno, ya nos habíamos dado cuenta de que, en realidad, casi no hay autoridad, porque en estos tres meses toda la legalidad ha sido desafiada impunemente y se ha paralizado el sistema educacional por la fuerza, lo que es ilegal y jamás un gobierno con autoridad podría haberlo permitido. Pero lo ha permitido.
Y después gran parte del sector público, de los funcionarios del Gobierno, han paralizado ilegalmente por dos días, si bien sin poder detener al país y ni siquiera por completo a la administraicón estatal. Pero todo eso fue ilegal y, sin embargo, parece que aquí tampoco ha pasado nada. Además, todos los hechos que han rodeado esa paralización son constitutivos de delitos contra la seguridad del Estado, pero el Gobierno ha dicho que no va a aplicar esa ley. En el fondo, no se atreve. El gobernante dice implícitamente que pueden hacerlo de nuevo, si quieren, y no les va a pasar nada.
El Ministro de Educación, consciente de que el Gobierno no tiene autoridad para imponer el orden y la legalidad, ha ido haciendo sucesivas concesiones a los estudiantes huelguistas, e iniciado un tibio proceso de apertura de la posiblidad de que vuelvan a clases los estudiantes que quieren estudiar (si bien parece que son una minoría). Y ha dicho que la sede del diálogo con los dirigentes de la huelga revolucionaria es el Congreso.
Se supone que el Ministro es el agente directo del Presidente, pero éste "le ha quitado el piso" y ha anunciado que él personalmente recibirá a los dirigentes de los estudiantes en huelga en La Moneda. ¿Para qué sirve, entonces, todo lo que hizo el Ministro? ¿Para qué sirve el Ministro?
Ahora ¿qué va a contestar el Presidente a los estudiantes en La Moneda? ¿Que acepta que se haga la revolución que ellos proponen, que se cambie el modelo económico-social, se estatice completamente la enseñanza, se derogue la libertad educacional, se derogue el sistema electoral binominal, se aumenten los impuestos para financiar todo lo que piden los estudiantes, que es la completa gratuidad de la enseñanza y que ésta sea exclusivamente estatal?
Si el Presidente los citó a La Moneda para decirles que sí, quiere decir que se ha sumado a la revolución y que su gobierno va a hacer algo muy distinto de aquello para lo cual fue elegido por más de la mitad de los chilenos y que está en su programa.
Pero si el Presidente los citó a La Moneda para decirles que no, no se entiende el objeto de la reunión, porque, para eso, era preferible dejar como sede del diálogo el Congreso, a donde iban a llegar sus Ministros con una serie de proposiciones para solucionar el conflicto, en lugar de aparecer él protagonizando una ruptura.
En fin, si el Presidente los citó porque cree que tiene una hábil "muñeca" y con sus argumentos va a convencer a los dirigentes estudiantiles de deponer sus posiciones extremas y aceptar las soluciones que ofrece el Gobierno, está equivocado, porque este movimiento está encabezado por el Partido Comunista, sus fines son revolucionarios y no le van a dar "una salida" al gobernante, porque lo que quieren es todo lo contrario: ponerlo en una situación sin salida.
Con la cita en La Moneda el Presidente, entonces, no tiene nada qué ganar, salvo unos minutos de cámara, lo cual él siempre ha valorizado extraordinariamente. Pero eso no le sirve al país.
El Gobierno, aún siendo débil, careciendo de firmeza y autoridad y estando encabezado por una persona que toma decisiones erráticas, tiene algo a su favor: que el movimiento estudiantil está destinado a morir solo. No afecta la estabilidad del régimen. Éste podrá perder el poco prestigio que le queda, pero nadie lo va a sacar de La Moneda. Si se pierde el año escolar, los más perjudicados van a ser los estudiantes. Es lo mismo que en el caso de las huelgas de hambre. Nunca un gobierno ha caído por una huelga de hambre.
¿Qué va a pasar? Que la revolución estudiantil va a languidecer después que se perpetren suficientes desórdenes y trastornos en la primera mitad de septiembre, época que el comunismo ha consagrado como la de su máxima realización anual; que la debilidad del Gobierno quedará reafirmada; que será corroborada la conducción errática del Presidente; que los huelguistas habrán conseguido ventajas económicas, pero no cambiar la institucionalidad estudiantil ni menos la del país; y que antes de fin de año todo esto quedará olvidado, pero habrá dos cosas que no se van a poder recuperar: las clases perdidas y la deteriorada imagen de autoridad del gobernante.
sábado, 27 de agosto de 2011
La Derecha se Niega a Morir
Esta mañana fui a la convocatoria del Foro Republicano. Para mí fue toda una sorpresa, porque de 9 a 13 horas y con concurrencia plena (se llama así la que logra repletar el local) estuve oyendo discursos de derecha. No creía posible que tal cosa pudiera suceder en el Chile de hoy, en particular dado que en reiteradas oportunidades he extendido el Certificado de Defunción de ese sector de la política chilena.
Pero probablemente cuando mejor comprendí por qué nace el Foro Republicano fue al término de la reunión y cuando retornaba a casa a almorzar, pues venía oyendo al senador Hernán Larraín (UDI, ex derecha) explicar a Radio Agricultura cómo está de acuerdo con la ponencia comunista de "no al lucro en la educación" y es partidario de acoger dicha propuesta, lo que me induce a extender otro Certificado de Defunción, pero esta vez a la enseñanza libre y privada (que vienen siendo lo mismo) en nuestro país.
Justamente en el Foro Republicano hubo ponencias para postular "sí al lucro" y "¡viva el lucro!", proclamas ambas capaces de provocar estertores o convulsiones a las personas "políticamente correctas", atrapadas por la desacralización comunista de los principios sobre cuya base funciona la sociedad. Porque el objetivo comunista (ver las directivas de Lenin de 1913, en el comentario de Juan a mi blog del 20 de agosto) es destruir los fundamentos de ella, para cuyos efectos, dice Lenin, "deben acusar a los no comunistas, obligándolos, so pena de someterlos al ridículo, a votar solamente lo que sea de interés de la causa socialista". Al senador Larraín, Camila Vallejo le está haciendo precisamente eso. Y porque hasta la UDI está en eso es que se explica el nacimiento con local lleno del Foro Republicano.
Pues el lucro, ganancia o provecho que se obtiene de una actividad no sólo es legítimo y deseable, sino que constituye un mandato moral, como lo acredita el propio Jesucristo en la parábola de los talentos (que eran monedas), donde elogia al siervo que más ganancia ha obtenido para su patrón y, en cambio, al que ha actuado "sin fines de lucro" y se ha limitado a enterrar los talentos sin sacarles provecho alguno, lo critica severamente.
Entre nosotros el lucro ha sido siempre tan legítimo que el Código Civil de 1855, cuando estableció la indemnización de perjuicios, reconoció que ella debía cubrir no sólo el "daño emergente", sino también el "lucro cesante", es decir, la ganancia o provecho que se ha dejado de obtener con motivo del acto que ha ocasionado un perjuicio.
Pero a los comunistas y socialistas, sus compañeros de ruta y sus "tontos útiles" (el nombre se lo pusieron ellos, no yo; y todos sabemos quiénes son) les repugna el lucro, porque están acostumbrados a abusar de dineros que no son suyos, como los del Estado. Por eso siempre sus gastos resultan mayores que sus ingresos, como lo vimos bajo la Unidad Popular, que generó los más altos déficits fiscales de la historia del país y lo arruinó.
Pues lo moral, lo racional y lo socialmente conveniente es obtener ingresos mayores que los gastos, es decir, ganancias, para así ahorrar e invertir. De la inversión nace el crecimiento económico y de éste, según lo reconocen todos los economistas serios, proviene el grueso de la disminución de la pobreza.
De modo que la consigna "no al lucro" es constitutiva de un verdadero "pecado social", pues atenta contra el progreso y contra la posibilidad de que los pobres dejen de serlo.
Y justamente la ganancia, en una economía de mercado, guía a los recursos hacia las actividades donde son más necesarios y, por tanto, más rentables. Si hay libertad de entrada al mercado de la educación y éste genera ganancias muy altas, acudirán a él muchos recursos humanos y de capital, se enseñará más y mejor y se satisfará una necesidad social. En cambio, vedando el lucro se conseguirá todo lo contrario: que los recursos emigren desde la enseñanza hacia otros mercados donde generar excedentes (lucro) no esté prohibido.
Por lo demás, cualquier ley que prohíba la ganancia en Chile es inconstitucional, y por lo mismo, lo es la ley que actualmente veda a las corporaciones que formen universidades tener fines de lucro. Pues la Constitución garantiza la libertad de trabajo y la libertad de enseñanza. Y también garantiza al trabajo una "justa retribución", que por principio es la que genera un lucro. Si los gastos e ingresos del que trabaja fueran iguales, la retribución del trabajo no sería justa y quien lo hiciera no sacaría nada para comer. Si se prohíbe el lucro en la educación, no podría haber ninguna institución de enseñanza que le permitiera a su dueño retirar una ganancia. Y si se le limitara el lucro a remunerarle sólo lo mismo que obtendría en otra actividad, la educación dejaría de atraer más recursos y de crecer, como es lo deseable en un país en que ella es reconocida como muy deficiente, debido al cuasimonopolio que ejerce el Estado sobre la misma.
Por supuesto, los agentes privados son siempre más hábiles que los legisladores (no cuesta mucho) y si se permite sólo entidades "sin fines de lucro", los dueños se preocuparán de asegurarse el control. Como no podrán retirar los excedentes, éstos se reinvertirán y la entidad valdrá más, de modo que el control también valdrá más. Entonces, quien tenga el control hará su ganancia cuando venda. Por eso yo he sostenido que es muy difícil encontrar reales entidades "sin fines de lucro". También por eso se producen disputas tan reñidas cuando se trata de elegir los consejos o directorios de algunas, porque los que tienen o pretenden el control saben perfectamente bien cuánto vale eso en pesos contantes y sonantes.
Entre paréntesis, la sociedad libre no sólo permite sino que aplaude a las personas que realmente actúan sin fines de lucro, por supuesto. Este blog, por consiguiente, se aplaude a sí mismo, porque no tiene fines de lucro y cualquiera puede tener acceso a él y reproducirlo gratuitamente, si quiere. Pero defiende el lucro como parte del legítimo ejercicio de la libertad personal y mecanismo que incentiva el progreso social.
En conclusión, es socialmente mejor permitir, fortalecer, transparentar y fomentar el lucro, en lugar de prohibirlo. Y por eso haría bien el senador Larraín en prestar menos oídos a Camila Vallejo y su mentor Lenin y más al Foro Republicano, que representa una posibilidad real de renacimiento de un pensamiento de derecha en Chile.
Pero probablemente cuando mejor comprendí por qué nace el Foro Republicano fue al término de la reunión y cuando retornaba a casa a almorzar, pues venía oyendo al senador Hernán Larraín (UDI, ex derecha) explicar a Radio Agricultura cómo está de acuerdo con la ponencia comunista de "no al lucro en la educación" y es partidario de acoger dicha propuesta, lo que me induce a extender otro Certificado de Defunción, pero esta vez a la enseñanza libre y privada (que vienen siendo lo mismo) en nuestro país.
Justamente en el Foro Republicano hubo ponencias para postular "sí al lucro" y "¡viva el lucro!", proclamas ambas capaces de provocar estertores o convulsiones a las personas "políticamente correctas", atrapadas por la desacralización comunista de los principios sobre cuya base funciona la sociedad. Porque el objetivo comunista (ver las directivas de Lenin de 1913, en el comentario de Juan a mi blog del 20 de agosto) es destruir los fundamentos de ella, para cuyos efectos, dice Lenin, "deben acusar a los no comunistas, obligándolos, so pena de someterlos al ridículo, a votar solamente lo que sea de interés de la causa socialista". Al senador Larraín, Camila Vallejo le está haciendo precisamente eso. Y porque hasta la UDI está en eso es que se explica el nacimiento con local lleno del Foro Republicano.
Pues el lucro, ganancia o provecho que se obtiene de una actividad no sólo es legítimo y deseable, sino que constituye un mandato moral, como lo acredita el propio Jesucristo en la parábola de los talentos (que eran monedas), donde elogia al siervo que más ganancia ha obtenido para su patrón y, en cambio, al que ha actuado "sin fines de lucro" y se ha limitado a enterrar los talentos sin sacarles provecho alguno, lo critica severamente.
Entre nosotros el lucro ha sido siempre tan legítimo que el Código Civil de 1855, cuando estableció la indemnización de perjuicios, reconoció que ella debía cubrir no sólo el "daño emergente", sino también el "lucro cesante", es decir, la ganancia o provecho que se ha dejado de obtener con motivo del acto que ha ocasionado un perjuicio.
Pero a los comunistas y socialistas, sus compañeros de ruta y sus "tontos útiles" (el nombre se lo pusieron ellos, no yo; y todos sabemos quiénes son) les repugna el lucro, porque están acostumbrados a abusar de dineros que no son suyos, como los del Estado. Por eso siempre sus gastos resultan mayores que sus ingresos, como lo vimos bajo la Unidad Popular, que generó los más altos déficits fiscales de la historia del país y lo arruinó.
Pues lo moral, lo racional y lo socialmente conveniente es obtener ingresos mayores que los gastos, es decir, ganancias, para así ahorrar e invertir. De la inversión nace el crecimiento económico y de éste, según lo reconocen todos los economistas serios, proviene el grueso de la disminución de la pobreza.
De modo que la consigna "no al lucro" es constitutiva de un verdadero "pecado social", pues atenta contra el progreso y contra la posibilidad de que los pobres dejen de serlo.
Y justamente la ganancia, en una economía de mercado, guía a los recursos hacia las actividades donde son más necesarios y, por tanto, más rentables. Si hay libertad de entrada al mercado de la educación y éste genera ganancias muy altas, acudirán a él muchos recursos humanos y de capital, se enseñará más y mejor y se satisfará una necesidad social. En cambio, vedando el lucro se conseguirá todo lo contrario: que los recursos emigren desde la enseñanza hacia otros mercados donde generar excedentes (lucro) no esté prohibido.
Por lo demás, cualquier ley que prohíba la ganancia en Chile es inconstitucional, y por lo mismo, lo es la ley que actualmente veda a las corporaciones que formen universidades tener fines de lucro. Pues la Constitución garantiza la libertad de trabajo y la libertad de enseñanza. Y también garantiza al trabajo una "justa retribución", que por principio es la que genera un lucro. Si los gastos e ingresos del que trabaja fueran iguales, la retribución del trabajo no sería justa y quien lo hiciera no sacaría nada para comer. Si se prohíbe el lucro en la educación, no podría haber ninguna institución de enseñanza que le permitiera a su dueño retirar una ganancia. Y si se le limitara el lucro a remunerarle sólo lo mismo que obtendría en otra actividad, la educación dejaría de atraer más recursos y de crecer, como es lo deseable en un país en que ella es reconocida como muy deficiente, debido al cuasimonopolio que ejerce el Estado sobre la misma.
Por supuesto, los agentes privados son siempre más hábiles que los legisladores (no cuesta mucho) y si se permite sólo entidades "sin fines de lucro", los dueños se preocuparán de asegurarse el control. Como no podrán retirar los excedentes, éstos se reinvertirán y la entidad valdrá más, de modo que el control también valdrá más. Entonces, quien tenga el control hará su ganancia cuando venda. Por eso yo he sostenido que es muy difícil encontrar reales entidades "sin fines de lucro". También por eso se producen disputas tan reñidas cuando se trata de elegir los consejos o directorios de algunas, porque los que tienen o pretenden el control saben perfectamente bien cuánto vale eso en pesos contantes y sonantes.
Entre paréntesis, la sociedad libre no sólo permite sino que aplaude a las personas que realmente actúan sin fines de lucro, por supuesto. Este blog, por consiguiente, se aplaude a sí mismo, porque no tiene fines de lucro y cualquiera puede tener acceso a él y reproducirlo gratuitamente, si quiere. Pero defiende el lucro como parte del legítimo ejercicio de la libertad personal y mecanismo que incentiva el progreso social.
En conclusión, es socialmente mejor permitir, fortalecer, transparentar y fomentar el lucro, en lugar de prohibirlo. Y por eso haría bien el senador Larraín en prestar menos oídos a Camila Vallejo y su mentor Lenin y más al Foro Republicano, que representa una posibilidad real de renacimiento de un pensamiento de derecha en Chile.
viernes, 26 de agosto de 2011
¿Y Qué Tienen Que Meterse Ustedes?
El socialismo es una enfermedad grave y contagiosa. Tan contagiosa que se propagó a cerca de dos mil millones de personas durante décadas. Sólo han podido mejorarse, casi todos, desde hace veintidós años.
Lamentablemente, acá en Chile está habiendo una recaída. Comenzó con una huelga estudiantil que buscaba, como todas las huelgas, un lucro: no pagar por la educación. Pero que decía querer suprimir el lucro de los que dan educación, para que fuera toda estatal. Enseñanza socialista pura. Después se añadió a las peticiones el plebiscito, luego el cambio del sistema económico-social y, finalmente, se exigió una nueva Constitución.
Cuando en 2006 terminó la huelga de los "pingüinos" y se formó una comisión "transversal" de más de 80 miembros, como las que le gustaban a doña Michelle, yo tenía una columna en un diario de la plaza y en ella hice un pronóstico: lo único que surgiría de esa comisión, con toda certeza, sería más socialismo en la educación.
Palabras proféticas, modestia aparte. Hoy, en educación, son todos socialistas: los izquierdistas, por cierto; los centristas, que en Chile siempre terminan haciendo lo que dice la izquierda; y los derechistas, muy a su pesar, porque se han convencido de que no debe hacerse lo que ellos creen, sino lo que los demás piden, y han terminado hablando el idioma educacional socialista.
En efecto, todo el mundo, de izquierda a derecha, dictamina "cómo debe ser la educación". ¿Qué tienen que meterse, si eso debería ser materia de la libre decisión personal? ¿No garantiza la Constitución la libertad de enseñanza?
Si yo soy padre de familia, soy soberano para determinar dónde, cuándo y cómo se van a educar mis hijos, siempre que se haga respetando las buenas costumbres, el orden público y el derecho de los demás.
Pero aquí, a cualquiera que se le pregunta, contesta sobre cómo debe ser la educación de los demás. ¿Con qué derecho? ¿Qué tienen que meterse? ¿También se van a meter a decirme que debo comprar marraquetas y no hallullas? Precisamente una persona fallecida, que ha hecho mucha falta, el economista Álvaro Bardón, decía que por suerte no hay problemas con el pan, pues a nadie se le ha ocurrido todavía crear el Ministerio del Pan.
Dicen que debe haber más igualdad y por eso el Estado debe hacerse cargo de la educación. Pero resulta que en los últimos veinte años se ha multiplicado por cuatro, en términos reales, la plata que el Estado gasta en educación, y ésta no ha mejorado ni la desigualdad ha disminuido. Por culpa, dicen, de la educación. Pero toda la gente puede ir al colegio y toda la gente estudia más años. La matrícula universitaria se ha triplicado. Sin embargo, la desigualdad continúa igual. ¿Por qué?
Yo les voy a decir por qué: porque la gente más pobre es víctima de una educación socialista, en colegios del Estado (los municipios son parte del Estado), con programas impuestos por el Estado (que establece contenidos mínimos que no son tales, pues no alcanzan a pasarse en el año lectivo, es decir, son máximos); y con una herramienta dictatorial para impedir la libertad de enseñanza: la PSU. Si das la PSU y tienes buen puntaje, el Estado le da plata a la universidad donde tú vayas (Aporte Fiscal Indirecto), la cual entonces te rebaja la matrícula. Como la PSU se prepara según los "contenidos mínimos", que son máximos, toda la enseñanza debe basarse en ellos o, si no, no hay Aporte Fiscal Indirecto para que vayas a la universidad. Esa es la herramienta para privarte de hecho de la libertad de enseñanza que en derecho te garantiza la Constitución.
Si ésta fuera una sociedad realmente libre, no habría Ministerio de Educación. Cualquiera podría fundar colegios, institutos profesionales, centros de formación técnica o la entidad que se le ocurriera, para procurar enseñar mejor que las demás. Habría real competencia. Los programas los determinaría cada ente educacional y las familias se pelearían por que sus hijos entraran a los mejores.
Algo de eso hay hoy día en la educación particular pagada. Los mejores colegios no tienen cupos disponibles, pues se llenan con los hijos de ex alumnos. Dan una educación del mismo nivel que la de países desarrollados. Y de ellos sale gente que tiene éxito en la universidad que eligen, pues su alto porcentaje en la PSU les permite elegir. Y reciben Aporte Fiscal Indirecto, pese a ser, en general, "gente rica". Y después salen de la universidad y encuentran fácilmente empleo. Según la encuesta CASEN, entre los más ricos el desempleo es de dos por ciento, es decir, hay más que pleno empleo (se estima que lo hay cuando la cifra de desocupación es alrededor de seis por ciento).
¿Y a los demás, especialmente a los más pobres, qué les sucede? Que no pueden elegir. Deben ir a los colegios municipalizados, donde aprenden poco y mal. Obtienen bajos puntajes en la PSU y sólo pueden ingresar a las universidades de menor calidad, lo cual es, en cierto modo, un avance, porque antes de que el Gobierno Militar estableciera la libertad para crear universidades no podían entrar a ninguna. Pero egresan de las carreras y les cuesta encontrar empleo. Y, cuando lo encuentran, ganan poco. Las tasas de cesantía de los pobres son superiores al promedio y varias veces más altas que las de los ricos. Esa es la raíz de la desigualdad. ¿Y qué la ha provocado? El socialismo en la educación, la tuición estatal de la enseñanza. Y también, por cierto, la legislación laboral socialista, causante principal del desempleo de los más pobres. ¿Cómo no va a ser absurdo que en una familia rica estén empleados todos los que buscan trabajo, mientras en una familia pobre la mitad no pueda encontrarlo? Bueno, eso es lo que provocan las políticas socialistas en la educación y en el empleo.
Entonces, dicen, hay que subirles los impuestos a los más ricos y destinar esos recursos al Ministerio de Educación. Más socialismo. Pero eso se ha hecho durante veinte años. Los cuatro gobiernos de la Concertación han aumentado impuestos y han aumentado el gasto público en educación; y éste, que yo llamo "el V", también. ¿Y qué se ha obtenido cuadruplicando ese gasto? Pregúntenles a los estudiantes qué se ha obtenido. Porque desfilan por las calles precisamente porque no han conseguido NADA. La desigualdad sigue igual. Pero, como están conducidos por los comunistas y socialistas y, gracias a la educación estatizada, el 80 por ciento no entiende lo que lee, están pidiendo ahora que el Estado tenga el monopolio total de la enseñanza. Así lograrán la ansiada igualdad: el 20 por ciento que hoy entiende lo que lee, dejará de entenderlo. Por fin todos serán iguales en Chile: el 100 % no entenderá lo que lee.
Si ésta fuera una sociedad libre y no fueran socialistas hasta los de derecha, alguien sacaría la cuenta de que, con los 11 mil 700 millones de dólares al año que el Estado gasta en educación, podría darle a la mitad de los estudiantes chilenos un vale (vouvher) mensual de $275 mil pesos para pagar un buen colegio, instituto, centro o universidad. Digo "a la mitad de los estudiantes", pese a que la encuesta CASEN de 2009 dijo que sólo había 13,7 % de pobres. Pero supongamos que, en realidad, la mitad de las familias sea pobre.
Además, en una sociedad libre no tendría por qué haber intervención estatal en la educación. Se podría liquidar ese monstruo burocrático llamado "Ministerio de Educación", pues precisamente el dinero que gasta se le daría a la mitad de las familias para educar a sus hijos. Y también se deberían licitar los miles de colegios estatales, hoy municipalizados. Estoy seguro de que decenas de miles de profesores formarían sociedades con fines de lucro, como la que tiene la hermana de la ex conviviente de Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, en Las Vizcachas. También estoy seguro de que les iría muy bien, pues supongo que un paso esencial en la liberalización de la enseñanza sería derogar el Estatuto Docente, que tanto conspira contra la calidad de la misma y el éxito de los colegios. Y de esa licitación provendría otro torrente de recursos que servirían para aumentar el valor de los vouchers para la mitad más pobre de las familias.
El sistema educacional de la sociedad chilena libre le permitiría a ésta dar un salto gigantesco en su desarrollo, porque comenzarían a egresar de los estudios personas mucho mejor capacitadas que hoy y, por tanto, más productivas, con un capital humano multiplicado. Porque la educación es un bien de capital, no de consumo, como dijo el Presidente.
Y Chile sería, entonces, mucho antes un país desarrollado. Todo gracias a que ustedes habrían dejado de meterse en algo que no les corresponde en una sociedad libre: la decisión de los demás acerca de dónde y cómo educar a sus hijos.
Lamentablemente, acá en Chile está habiendo una recaída. Comenzó con una huelga estudiantil que buscaba, como todas las huelgas, un lucro: no pagar por la educación. Pero que decía querer suprimir el lucro de los que dan educación, para que fuera toda estatal. Enseñanza socialista pura. Después se añadió a las peticiones el plebiscito, luego el cambio del sistema económico-social y, finalmente, se exigió una nueva Constitución.
Cuando en 2006 terminó la huelga de los "pingüinos" y se formó una comisión "transversal" de más de 80 miembros, como las que le gustaban a doña Michelle, yo tenía una columna en un diario de la plaza y en ella hice un pronóstico: lo único que surgiría de esa comisión, con toda certeza, sería más socialismo en la educación.
Palabras proféticas, modestia aparte. Hoy, en educación, son todos socialistas: los izquierdistas, por cierto; los centristas, que en Chile siempre terminan haciendo lo que dice la izquierda; y los derechistas, muy a su pesar, porque se han convencido de que no debe hacerse lo que ellos creen, sino lo que los demás piden, y han terminado hablando el idioma educacional socialista.
En efecto, todo el mundo, de izquierda a derecha, dictamina "cómo debe ser la educación". ¿Qué tienen que meterse, si eso debería ser materia de la libre decisión personal? ¿No garantiza la Constitución la libertad de enseñanza?
Si yo soy padre de familia, soy soberano para determinar dónde, cuándo y cómo se van a educar mis hijos, siempre que se haga respetando las buenas costumbres, el orden público y el derecho de los demás.
Pero aquí, a cualquiera que se le pregunta, contesta sobre cómo debe ser la educación de los demás. ¿Con qué derecho? ¿Qué tienen que meterse? ¿También se van a meter a decirme que debo comprar marraquetas y no hallullas? Precisamente una persona fallecida, que ha hecho mucha falta, el economista Álvaro Bardón, decía que por suerte no hay problemas con el pan, pues a nadie se le ha ocurrido todavía crear el Ministerio del Pan.
Dicen que debe haber más igualdad y por eso el Estado debe hacerse cargo de la educación. Pero resulta que en los últimos veinte años se ha multiplicado por cuatro, en términos reales, la plata que el Estado gasta en educación, y ésta no ha mejorado ni la desigualdad ha disminuido. Por culpa, dicen, de la educación. Pero toda la gente puede ir al colegio y toda la gente estudia más años. La matrícula universitaria se ha triplicado. Sin embargo, la desigualdad continúa igual. ¿Por qué?
Yo les voy a decir por qué: porque la gente más pobre es víctima de una educación socialista, en colegios del Estado (los municipios son parte del Estado), con programas impuestos por el Estado (que establece contenidos mínimos que no son tales, pues no alcanzan a pasarse en el año lectivo, es decir, son máximos); y con una herramienta dictatorial para impedir la libertad de enseñanza: la PSU. Si das la PSU y tienes buen puntaje, el Estado le da plata a la universidad donde tú vayas (Aporte Fiscal Indirecto), la cual entonces te rebaja la matrícula. Como la PSU se prepara según los "contenidos mínimos", que son máximos, toda la enseñanza debe basarse en ellos o, si no, no hay Aporte Fiscal Indirecto para que vayas a la universidad. Esa es la herramienta para privarte de hecho de la libertad de enseñanza que en derecho te garantiza la Constitución.
Si ésta fuera una sociedad realmente libre, no habría Ministerio de Educación. Cualquiera podría fundar colegios, institutos profesionales, centros de formación técnica o la entidad que se le ocurriera, para procurar enseñar mejor que las demás. Habría real competencia. Los programas los determinaría cada ente educacional y las familias se pelearían por que sus hijos entraran a los mejores.
Algo de eso hay hoy día en la educación particular pagada. Los mejores colegios no tienen cupos disponibles, pues se llenan con los hijos de ex alumnos. Dan una educación del mismo nivel que la de países desarrollados. Y de ellos sale gente que tiene éxito en la universidad que eligen, pues su alto porcentaje en la PSU les permite elegir. Y reciben Aporte Fiscal Indirecto, pese a ser, en general, "gente rica". Y después salen de la universidad y encuentran fácilmente empleo. Según la encuesta CASEN, entre los más ricos el desempleo es de dos por ciento, es decir, hay más que pleno empleo (se estima que lo hay cuando la cifra de desocupación es alrededor de seis por ciento).
¿Y a los demás, especialmente a los más pobres, qué les sucede? Que no pueden elegir. Deben ir a los colegios municipalizados, donde aprenden poco y mal. Obtienen bajos puntajes en la PSU y sólo pueden ingresar a las universidades de menor calidad, lo cual es, en cierto modo, un avance, porque antes de que el Gobierno Militar estableciera la libertad para crear universidades no podían entrar a ninguna. Pero egresan de las carreras y les cuesta encontrar empleo. Y, cuando lo encuentran, ganan poco. Las tasas de cesantía de los pobres son superiores al promedio y varias veces más altas que las de los ricos. Esa es la raíz de la desigualdad. ¿Y qué la ha provocado? El socialismo en la educación, la tuición estatal de la enseñanza. Y también, por cierto, la legislación laboral socialista, causante principal del desempleo de los más pobres. ¿Cómo no va a ser absurdo que en una familia rica estén empleados todos los que buscan trabajo, mientras en una familia pobre la mitad no pueda encontrarlo? Bueno, eso es lo que provocan las políticas socialistas en la educación y en el empleo.
Entonces, dicen, hay que subirles los impuestos a los más ricos y destinar esos recursos al Ministerio de Educación. Más socialismo. Pero eso se ha hecho durante veinte años. Los cuatro gobiernos de la Concertación han aumentado impuestos y han aumentado el gasto público en educación; y éste, que yo llamo "el V", también. ¿Y qué se ha obtenido cuadruplicando ese gasto? Pregúntenles a los estudiantes qué se ha obtenido. Porque desfilan por las calles precisamente porque no han conseguido NADA. La desigualdad sigue igual. Pero, como están conducidos por los comunistas y socialistas y, gracias a la educación estatizada, el 80 por ciento no entiende lo que lee, están pidiendo ahora que el Estado tenga el monopolio total de la enseñanza. Así lograrán la ansiada igualdad: el 20 por ciento que hoy entiende lo que lee, dejará de entenderlo. Por fin todos serán iguales en Chile: el 100 % no entenderá lo que lee.
Si ésta fuera una sociedad libre y no fueran socialistas hasta los de derecha, alguien sacaría la cuenta de que, con los 11 mil 700 millones de dólares al año que el Estado gasta en educación, podría darle a la mitad de los estudiantes chilenos un vale (vouvher) mensual de $275 mil pesos para pagar un buen colegio, instituto, centro o universidad. Digo "a la mitad de los estudiantes", pese a que la encuesta CASEN de 2009 dijo que sólo había 13,7 % de pobres. Pero supongamos que, en realidad, la mitad de las familias sea pobre.
Además, en una sociedad libre no tendría por qué haber intervención estatal en la educación. Se podría liquidar ese monstruo burocrático llamado "Ministerio de Educación", pues precisamente el dinero que gasta se le daría a la mitad de las familias para educar a sus hijos. Y también se deberían licitar los miles de colegios estatales, hoy municipalizados. Estoy seguro de que decenas de miles de profesores formarían sociedades con fines de lucro, como la que tiene la hermana de la ex conviviente de Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, en Las Vizcachas. También estoy seguro de que les iría muy bien, pues supongo que un paso esencial en la liberalización de la enseñanza sería derogar el Estatuto Docente, que tanto conspira contra la calidad de la misma y el éxito de los colegios. Y de esa licitación provendría otro torrente de recursos que servirían para aumentar el valor de los vouchers para la mitad más pobre de las familias.
El sistema educacional de la sociedad chilena libre le permitiría a ésta dar un salto gigantesco en su desarrollo, porque comenzarían a egresar de los estudios personas mucho mejor capacitadas que hoy y, por tanto, más productivas, con un capital humano multiplicado. Porque la educación es un bien de capital, no de consumo, como dijo el Presidente.
Y Chile sería, entonces, mucho antes un país desarrollado. Todo gracias a que ustedes habrían dejado de meterse en algo que no les corresponde en una sociedad libre: la decisión de los demás acerca de dónde y cómo educar a sus hijos.
jueves, 25 de agosto de 2011
El Dedo en la Llaga
El intendente de Bío Bío, Víctor Lobos, dijo una gran verdad. Como siempre que uno hace algo así en Chile, el resultado fue un repudio general. El intendente de Bío Bío, entonces, pidió excusas públicas y, seguramente, a lo único a que aspira es a que sus palabras sean olvidadas. Porque las grandes verdades son intolerables para los chilenos de hoy.
Pues él afirmó que esa juventud que vemos destruyendo, saqueando y vandalizando durante las manifestaciones es la consecuencia de la destrucción de la familia y de la consiguiente pérdida de los valores, de los afectos y de la disciplina, que se exteriorizan en el hecho de que el 65 % de los niños chilenos nazca fuera del matrimonio.
Puso el dedo en la llaga y el país gritó de dolor y no lo pudo tolerar. Entonces retiró el dedo. Pero la llaga sigue ahí.
Chile vive en un estado de denegación de la verdad. ¿Quiénes han encabezado las manifestaciones que han redundado en destrucción, violencia y caos? Dos personeros comunistas: Camila Vallejo, en representación de los estudiantes, no siendo estudiante, porque ya dejó la universidad; y Jaime Gajardo, por los profesores, siendo que no hace clases en ninguna parte. Lo más cercano a la pedagogía que se le conoce es la Escuela San Esteban de Las Vizcachas, que pertenece a su ex conviviente Nuria Araya o a la hermana de ésta, Narda. Escuela que tiene fines de lucro, en circunstancias de que Gajardo ha convertido en su caballo de batalla el término del lucro en la educación.
¿Representa a los estudiantes Camila Vallejo, que dice representarlos? Fue elegida presidenta de la Confech con 771 votos de los 3 mil de la lista de izquierda, en una elección en que votaron 8 mil estudiantes, de un universo electoral de 21 mil (El Mercurio, 21.08.11). Tiene el tres por ciento del electorado. Como el PC en Chile. Pero el PC manda en el país y le fija la agenda.
Nada es lo que se dice que es. Nada es, en rigor, verdad. Y por eso cuando el intendente de Bío Bío la dice, el país se escandaliza y la rechaza. Porque se siente mejor viviendo fuera de ella.
Tampoco es verdad que se convoque a manifestaciones pacíficas, porque los convocantes saben perfectamente que van a ser violentas. Saben que hay grupos de inspiración política dedicados a la violencia, que las van a aprovechar. Si los organizadores quisieran sólo manifestarse pacíficamente, lo harían en lugares alejados del centro; pero exigen hacerlo en el centro porque no es verdad que busquen manifestarse pacíficamente, sino que desean infundir temor en la gente y en la autoridad mediante la violencia y la interrupción de la normalidad, y así conseguir lo que piden.
Esto ha sido siempre así, pero ahora es peor. Un oficial de Carabineros en retiro, a quien le cupo actuar en el control de manifestaciones y protestas durante la UP y bajo el Gobierno Militar, opina que nunca las ha habido con el grado de violencia de las actuales. Y esto lo atribuye a la presencia de la droga entre la juventud.
Esa presencia del vicio se relaciona con lo que ha manifestado el intendente de Bío Bío: con la destrucción de la familia, la falta de formación y la pérdida de los valores. Presas de ese deterioro son los niños y jóvenes "sueltos", porque no tienen un hogar propiamente tal, en que un padre y una madre inculquen principios, respetos y disciplinas. Esa es una tarea conjunta de un padre y una madre. Pero dos de cada tres niños y jóvenes chilenos no viven con su padre y su madre.
Y hacen las cosas que vemos que hacen.
A la pérdida del hogar estable se une la del sentido de autoridad. Hay leyes que protegen el orden y la moralidad públicos, pero el Gobierno renuncia a aplicar la más fundamental, la Ley de Seguridad del Estado. Sigue el consejo de José Miguel Insulza, quien declaró que sería "un grave error" aplicar esa ley. ¿A quién creen ustedes que Insulza quería ayudar con su consejo, al Gobierno o a los que se han alzado contra él? Pero la autoridad le hizo caso. Y con eso renunció, de hecho, a seguir siendo autoridad, porque cuando se delinque y atenta contra la moral, el orden público y las buenas costumbres y eso queda en la impunidad, lo único previsible será la acentuación de la gravedad y frecuencia de los respectivos atentados.
La violencia ha salido triunfante.
Junto con el progresivo desaparecimiento del hogar estable y con perderse el sentido de autoridad se ha deteriorado también la imagen de la justicia. El presidente de los Defensores del nuevo sistema procesal penal se ha pronunciado públicamente en el sentido de "no criminalizar" las actuaciones de los estudiantes. Pero nadie las ha "criminalizado". Lo que sucede es que agredir a las personas con la intención de inferirles lesiones o muerte (pedradas, molotovs, disparos) y destruir cosas ES una acción criminal. Pero si la justicia dice que no deben sometérsele las acciones criminales ¿qué nos queda?
La completa impunidad.
Sin verdad, sin autoridad, bajo el reinado de la impunidad.
Por eso el país se ha desvalorizado en estos días. Porque se ha "destruido valor" en nuestro territorio. De partida ¿ustedes creen que chilenos y extranjeros que han hecho grandes inversiones en la enseñanza, especialmente la superior, tienen el mismo patrimonio que tenían hace tres meses? ¿Ustedes creen que el centro de Santiago, su comercio, su sector habitacional, se ha valorizado o desvalorizado en estos mismos meses? ¿Ustedes creen que la imagen de "la joya más valiosa de la corona latinoamericana" (Bill Clinton, 1991) subsiste, tras las imágenes que, semana tras semana de desórdenes, transmite la televisión al exterior?
Desde fuera llegan voces autorizadas que dicen: "nosotros creíamos que Chile era distinto". Porque se muestra un país en estado de convulsión, muy parecido al de una guerra interna.
¿Ustedes han leído las recomendaciones de acción de Lenin para los comunistas, mucho antes de que él llegara al poder en Rusia? Léanlas (las ha reproducido un comentarista de este blog, "Juan", el 20 de agosto pasado) y verán cómo los dos discípulos locales y actuales de Lenin, los grandes gestores de todo lo que está sucediendo, las están siguiendo al pie de la letra.
¿Qué papel podía jugar entonces una gran verdad, como la que dijo el intendente de Bío Bío? Ninguno. Por eso quien la dijo se apresuró a retirarla. Porque este ha pasado a ser un país donde la verdad es "políticamente incorrecta" y ya no se puede tolerar.
Pues él afirmó que esa juventud que vemos destruyendo, saqueando y vandalizando durante las manifestaciones es la consecuencia de la destrucción de la familia y de la consiguiente pérdida de los valores, de los afectos y de la disciplina, que se exteriorizan en el hecho de que el 65 % de los niños chilenos nazca fuera del matrimonio.
Puso el dedo en la llaga y el país gritó de dolor y no lo pudo tolerar. Entonces retiró el dedo. Pero la llaga sigue ahí.
Chile vive en un estado de denegación de la verdad. ¿Quiénes han encabezado las manifestaciones que han redundado en destrucción, violencia y caos? Dos personeros comunistas: Camila Vallejo, en representación de los estudiantes, no siendo estudiante, porque ya dejó la universidad; y Jaime Gajardo, por los profesores, siendo que no hace clases en ninguna parte. Lo más cercano a la pedagogía que se le conoce es la Escuela San Esteban de Las Vizcachas, que pertenece a su ex conviviente Nuria Araya o a la hermana de ésta, Narda. Escuela que tiene fines de lucro, en circunstancias de que Gajardo ha convertido en su caballo de batalla el término del lucro en la educación.
¿Representa a los estudiantes Camila Vallejo, que dice representarlos? Fue elegida presidenta de la Confech con 771 votos de los 3 mil de la lista de izquierda, en una elección en que votaron 8 mil estudiantes, de un universo electoral de 21 mil (El Mercurio, 21.08.11). Tiene el tres por ciento del electorado. Como el PC en Chile. Pero el PC manda en el país y le fija la agenda.
Nada es lo que se dice que es. Nada es, en rigor, verdad. Y por eso cuando el intendente de Bío Bío la dice, el país se escandaliza y la rechaza. Porque se siente mejor viviendo fuera de ella.
Tampoco es verdad que se convoque a manifestaciones pacíficas, porque los convocantes saben perfectamente que van a ser violentas. Saben que hay grupos de inspiración política dedicados a la violencia, que las van a aprovechar. Si los organizadores quisieran sólo manifestarse pacíficamente, lo harían en lugares alejados del centro; pero exigen hacerlo en el centro porque no es verdad que busquen manifestarse pacíficamente, sino que desean infundir temor en la gente y en la autoridad mediante la violencia y la interrupción de la normalidad, y así conseguir lo que piden.
Esto ha sido siempre así, pero ahora es peor. Un oficial de Carabineros en retiro, a quien le cupo actuar en el control de manifestaciones y protestas durante la UP y bajo el Gobierno Militar, opina que nunca las ha habido con el grado de violencia de las actuales. Y esto lo atribuye a la presencia de la droga entre la juventud.
Esa presencia del vicio se relaciona con lo que ha manifestado el intendente de Bío Bío: con la destrucción de la familia, la falta de formación y la pérdida de los valores. Presas de ese deterioro son los niños y jóvenes "sueltos", porque no tienen un hogar propiamente tal, en que un padre y una madre inculquen principios, respetos y disciplinas. Esa es una tarea conjunta de un padre y una madre. Pero dos de cada tres niños y jóvenes chilenos no viven con su padre y su madre.
Y hacen las cosas que vemos que hacen.
A la pérdida del hogar estable se une la del sentido de autoridad. Hay leyes que protegen el orden y la moralidad públicos, pero el Gobierno renuncia a aplicar la más fundamental, la Ley de Seguridad del Estado. Sigue el consejo de José Miguel Insulza, quien declaró que sería "un grave error" aplicar esa ley. ¿A quién creen ustedes que Insulza quería ayudar con su consejo, al Gobierno o a los que se han alzado contra él? Pero la autoridad le hizo caso. Y con eso renunció, de hecho, a seguir siendo autoridad, porque cuando se delinque y atenta contra la moral, el orden público y las buenas costumbres y eso queda en la impunidad, lo único previsible será la acentuación de la gravedad y frecuencia de los respectivos atentados.
La violencia ha salido triunfante.
Junto con el progresivo desaparecimiento del hogar estable y con perderse el sentido de autoridad se ha deteriorado también la imagen de la justicia. El presidente de los Defensores del nuevo sistema procesal penal se ha pronunciado públicamente en el sentido de "no criminalizar" las actuaciones de los estudiantes. Pero nadie las ha "criminalizado". Lo que sucede es que agredir a las personas con la intención de inferirles lesiones o muerte (pedradas, molotovs, disparos) y destruir cosas ES una acción criminal. Pero si la justicia dice que no deben sometérsele las acciones criminales ¿qué nos queda?
La completa impunidad.
Sin verdad, sin autoridad, bajo el reinado de la impunidad.
Por eso el país se ha desvalorizado en estos días. Porque se ha "destruido valor" en nuestro territorio. De partida ¿ustedes creen que chilenos y extranjeros que han hecho grandes inversiones en la enseñanza, especialmente la superior, tienen el mismo patrimonio que tenían hace tres meses? ¿Ustedes creen que el centro de Santiago, su comercio, su sector habitacional, se ha valorizado o desvalorizado en estos mismos meses? ¿Ustedes creen que la imagen de "la joya más valiosa de la corona latinoamericana" (Bill Clinton, 1991) subsiste, tras las imágenes que, semana tras semana de desórdenes, transmite la televisión al exterior?
Desde fuera llegan voces autorizadas que dicen: "nosotros creíamos que Chile era distinto". Porque se muestra un país en estado de convulsión, muy parecido al de una guerra interna.
¿Ustedes han leído las recomendaciones de acción de Lenin para los comunistas, mucho antes de que él llegara al poder en Rusia? Léanlas (las ha reproducido un comentarista de este blog, "Juan", el 20 de agosto pasado) y verán cómo los dos discípulos locales y actuales de Lenin, los grandes gestores de todo lo que está sucediendo, las están siguiendo al pie de la letra.
¿Qué papel podía jugar entonces una gran verdad, como la que dijo el intendente de Bío Bío? Ninguno. Por eso quien la dijo se apresuró a retirarla. Porque este ha pasado a ser un país donde la verdad es "políticamente incorrecta" y ya no se puede tolerar.
miércoles, 24 de agosto de 2011
Encapuchados Libres - Carabineros Presos
En Chile hay noticias que no salen en los principales medios, generalmente porque son "políticamente incorrectas". Entonces, al igual que en la era soviética en la URSS, surgen los "samizsdats" o diarios clandestinos... bueno, no clandestinos, porque son permitidos... pero cuyos contenidos no alcanzan cabida en los medios de comunicación masivos, porque no son "aceptables" para la corriente dominante, que es la que se ciñe a lo "políticamente correcto".
En Chile juega ese papel el diario digital "Chile Informa", que se sostiene gracias a un número limitado de suscriptores individuales que aportan, cada uno, una módica suma. Sólo les llega a éstos, pero es prácticamente el único que da a conocer los avatares del sector más débil de la sociedad chilena, el de los uniformados en retiro "caídos tras las líneas enemigas". Es decir, el de los que tuvieron la misión de derrotar al ejército terrorista que buscaba tomarse el poder por las armas en 1973.
Mientras los que fueron salvados por ellos miran para otro lado, y un número no menor los traiciona, siguen siendo víctimas de la venganza política de la justicia de izquierda, que es la que predomina en los tribunales chilenos.
En "Chile Informa" me he enterado de la gestión dinámica de una abogada del Ministerio del Interior para conseguir que un indeciso ministro sumariante dejara, días atrás, detenidos a numerosos carabineros en retiro, por hechos de la lucha registrada en 1973, que ya han sido investigados por la justicia y sobreseídos por una sentencia, lo que en un país donde hubiera regido el estado de derecho habría producido el efecto de "cosa juzgada", es decir, de que nunca, respecto de esos hechos, podría haberse vuelto a abrir otro proceso.
Esa fue una de las garantías que ofreció el candidato Piñera a los uniformados en retiro, cuando necesitaba sus votos, refiriéndose, en particular, a la prescripción, que en el caso a que me refiero, de hace 38 años, obviamente se aplica y debería ser, junto con las ya mencionadas cosa juzgada y la amnistía, motivo de imposibilidad de que se abriera otro proceso.
Pero en este caso, dice "Chile Informa", la abogada Patricia Parra, del Ministerio del Interior del gobierno de Sebastián Piñera, vistiendo la simbólica "casaca roja" de éste (que es una imitación del uniforme que impone Hugo Chávez a sua activistas en Venezuela), presionó en Santa Bárbara y San Rosendo al melacólico ministro de Corte, que seguramente tenía dudas acerca de poder tan impunemente atropellar tantas leyes y principios jurídicos básicos para consumar una baja venganza política y poner tras las rejas a tantos carabineros ya ancianos.
Pero Patricia Parra fue activa en conseguir que lo hiciera. Ella es una de los 45 abogados de izquierda (yo en un anterior blog dije que eran 12 y parece que me quedé muy corto) que funcionan en el ministerio del inefable Hinzpeter, que tanto deleite encuentra en retratarse bajo el cuadro de Salvador Allende colgado en su despacho.
Mientras los carabineros pagan cara su osadía de haber combatido hace 38 años a los irregulares terroristas que iban a imponer un régimen totalitario en Chile, los sucesores de éstos, los "encapuchados" de hoy, dignos perpetuadores del MIR y del FPMR, siembran la violencia en las calles y con sus bombas molotov y enormes piedras han dejado hoy mismo a 19 carabineros heridos. Por supuesto, pueden tener la absoluta seguridad de que los abogados del Ministerio del Interior no se van a querellar contra ellos. ¡Cómo, si profesan las mismas ideas!
Fíjense ustedes en lo estrafalario y escandoloso que es lo siguiente: los abogados izquierdistas del Ministerio del Interior tienen la muy peculiar misión de velar porque NO se apliquen las leyes a los carabineros en retiro, para que queden presos; y también de velar porque NO se apliquen las leyes a los terroristas encapuchados, ¡pero para que queden libres!
El fracaso del paro de hoy testimonia que la gente no se ha arredrado ante la violencia terrorista; y mucha ha pedido "mano dura" contra ella. Pero la mano dura se reserva para quienes nos libraron de esa violencia en 1973, que habría convertido al país en una segunda Cuba.
Este gobierno pagará caro su trato a los uniformados de ayer, que se gestó en el gobierno de Aylwin, pero del cual él se ha hecho parte. Los abogados del gobierno de Sebastián Piñera, que en su campaña se comprometió a velar por la legalidad de los juicios contra ex uniformados y en particular por la aplicación de la prescripción, hoy litigan porque se desconozca esa prescripción. No sólo incumple la promesa, sino que sus abogados velan y presionan a los jueces para que no se vaya a cumplir.
Lo peor es que este ensañamiento ha hecho víctima al sector más débil de nuestra sociedad, el de los "caídos tras las líneas enemigas", a los cuales el país tanto debe y que tan deshonrosamente no sólo ha omitido defender, sino sigue persiguiendo de una manera vergonzosa.
En Chile juega ese papel el diario digital "Chile Informa", que se sostiene gracias a un número limitado de suscriptores individuales que aportan, cada uno, una módica suma. Sólo les llega a éstos, pero es prácticamente el único que da a conocer los avatares del sector más débil de la sociedad chilena, el de los uniformados en retiro "caídos tras las líneas enemigas". Es decir, el de los que tuvieron la misión de derrotar al ejército terrorista que buscaba tomarse el poder por las armas en 1973.
Mientras los que fueron salvados por ellos miran para otro lado, y un número no menor los traiciona, siguen siendo víctimas de la venganza política de la justicia de izquierda, que es la que predomina en los tribunales chilenos.
En "Chile Informa" me he enterado de la gestión dinámica de una abogada del Ministerio del Interior para conseguir que un indeciso ministro sumariante dejara, días atrás, detenidos a numerosos carabineros en retiro, por hechos de la lucha registrada en 1973, que ya han sido investigados por la justicia y sobreseídos por una sentencia, lo que en un país donde hubiera regido el estado de derecho habría producido el efecto de "cosa juzgada", es decir, de que nunca, respecto de esos hechos, podría haberse vuelto a abrir otro proceso.
Esa fue una de las garantías que ofreció el candidato Piñera a los uniformados en retiro, cuando necesitaba sus votos, refiriéndose, en particular, a la prescripción, que en el caso a que me refiero, de hace 38 años, obviamente se aplica y debería ser, junto con las ya mencionadas cosa juzgada y la amnistía, motivo de imposibilidad de que se abriera otro proceso.
Pero en este caso, dice "Chile Informa", la abogada Patricia Parra, del Ministerio del Interior del gobierno de Sebastián Piñera, vistiendo la simbólica "casaca roja" de éste (que es una imitación del uniforme que impone Hugo Chávez a sua activistas en Venezuela), presionó en Santa Bárbara y San Rosendo al melacólico ministro de Corte, que seguramente tenía dudas acerca de poder tan impunemente atropellar tantas leyes y principios jurídicos básicos para consumar una baja venganza política y poner tras las rejas a tantos carabineros ya ancianos.
Pero Patricia Parra fue activa en conseguir que lo hiciera. Ella es una de los 45 abogados de izquierda (yo en un anterior blog dije que eran 12 y parece que me quedé muy corto) que funcionan en el ministerio del inefable Hinzpeter, que tanto deleite encuentra en retratarse bajo el cuadro de Salvador Allende colgado en su despacho.
Mientras los carabineros pagan cara su osadía de haber combatido hace 38 años a los irregulares terroristas que iban a imponer un régimen totalitario en Chile, los sucesores de éstos, los "encapuchados" de hoy, dignos perpetuadores del MIR y del FPMR, siembran la violencia en las calles y con sus bombas molotov y enormes piedras han dejado hoy mismo a 19 carabineros heridos. Por supuesto, pueden tener la absoluta seguridad de que los abogados del Ministerio del Interior no se van a querellar contra ellos. ¡Cómo, si profesan las mismas ideas!
Fíjense ustedes en lo estrafalario y escandoloso que es lo siguiente: los abogados izquierdistas del Ministerio del Interior tienen la muy peculiar misión de velar porque NO se apliquen las leyes a los carabineros en retiro, para que queden presos; y también de velar porque NO se apliquen las leyes a los terroristas encapuchados, ¡pero para que queden libres!
El fracaso del paro de hoy testimonia que la gente no se ha arredrado ante la violencia terrorista; y mucha ha pedido "mano dura" contra ella. Pero la mano dura se reserva para quienes nos libraron de esa violencia en 1973, que habría convertido al país en una segunda Cuba.
Este gobierno pagará caro su trato a los uniformados de ayer, que se gestó en el gobierno de Aylwin, pero del cual él se ha hecho parte. Los abogados del gobierno de Sebastián Piñera, que en su campaña se comprometió a velar por la legalidad de los juicios contra ex uniformados y en particular por la aplicación de la prescripción, hoy litigan porque se desconozca esa prescripción. No sólo incumple la promesa, sino que sus abogados velan y presionan a los jueces para que no se vaya a cumplir.
Lo peor es que este ensañamiento ha hecho víctima al sector más débil de nuestra sociedad, el de los "caídos tras las líneas enemigas", a los cuales el país tanto debe y que tan deshonrosamente no sólo ha omitido defender, sino sigue persiguiendo de una manera vergonzosa.
martes, 23 de agosto de 2011
Si J'Était Président...
Mandaría llamar inmediatamente a Hinzpeter y le diría:
--Mire, Hinzpeter, supongo que ya están interpuestas todas las querellas por la cantidad de delitos que se están cometiendo contra la seguridad del Estado.
--Pero ¿qué querellas, Presidente? Usted no me ha dicho nada.
--Pero si, cuando se comete un delito contra la Seguridad del Estado, no es necesario que yo diga nada. Es su obligación querellarse inmediatamente. Mire, aquí dice, art. 5° letra a), que los que atenten contra la vida y seguridad de las personas sufrirán presidio mayor, y sin embargo los encapuchados lanzan miles de piedras contra los carabineros, que son personas, y no hay un solo preso ni procesado ni querellado...
--Es que estoy con la agenda copada de reuniones, Presidente...
--Reuniones, reuniones. ¡Aquí se requieren menos reuniones y más autoridad y acción! Hay que interponer centenares de querellas HOY. Mire lo que dice el artículo 6° letra a): también van a la cárcel los que alteren el orden y la tranquilidad públicos. Y vea los desórdenes y la violencia callejera. ¿A cuántos ha metido a la cárcel? A ninguno. Y mire lo que dice el artículo 11: es delito "toda interrupción colectiva, paro o huelga de los servicios públicos o de utilidad pública, producción, transporte y comercio", y será castigada con 541 días a 3 años de presidio o relegación. Y aquí salen en la televisión llamando a cometer esos delitos como si tal cosa. Arturo Martínez se va al Cap Ducal a almorzar después de que paraliza el país y nadie le hace nada. Y centenares de otros andan fomentando el mismo delito.
--Es que no tenemos abogados para tantas querellas.
--¿Y los doce abogados del Ministerio del Interior, dedicados a perseguir militares en retiro, por qué no los pone hoy a redactar las querellas?
--Es que son de izquierda, "objetores de conciencia". Ellos están con los huelguistas.
-Pero entonces hay que echarlos, si no nos sirven para lo que más los necesitamos...
Mire, Hinzpeter, usted está demasiado ocupado, mándeme a otro.
--Le voy a mandar a Ubilla.
--¿El que anda sin afeitarse? No, mándeme uno afeitado. Mal que mal éste es el despacho presidencial y hay que guardar las formas republicanas.
--Le mandaré a Cristóbal Lira. Siempre está afeitado.
Entra Lira a mi despacho:
--Lira, hoy, pero hoy mismo, quiero a una legión de abogados redactando querellas por la Ley de Seguridad del Estado contra todos ¿me entiende? todos los que han llamado a transgredir los artículos 5, 6 y 11 de esa ley. Y otra cosa, consiga a un grupo de diputados nuestros que hagan una presentación al Tribunal Constitucional para el inmediato cese en el cargo de todos ¿me oyó bien? todos los diputados y senadores que han intervenido apoyando o llamando al paro nacional, porque el inciso 4° del artículo 60 de la Constitución dice que cesarán en el cargo los que intervengan en conflictos laborales y "en actividades estudiantiles, cualquiera que sea la rama de la enseñanza, con el objeto de atentar contra su normal desenvolvimiento". Hay demasiados parlamentarios que deberían cesar inmediatamente en sus cargos, porque han venido incurriendo en esas actitudes hace meses.
--Presidente, necesitaremos recursos para poner en acción a muchos abogados.
--Saque de mis gastos reservados, que son 260 millones de pesos mensuales. ¿Qué inversión más justificada que defender al Estado de Derecho?
--Puede haber reacciones internacionales si metemos a tanta gente presa.
--¿Y qué? Les muestro el texto de la ley y la Constitución. Eso se llama Estado de Derecho. Nunca he conocido una presión internacional contra un Presidente que vela por el Estado de Derecho.
--Puede haber reacciones violentas, Presidente.
--¿Ah, sí? ¿Y si yo me pongo violento? Pregúnteles cuántas divisiones tienen y después pregúnteme a mí cuántas tengo yo. A ver quién puede ser más violento. Ah, y se me olvidaba: destine todos los recursos necesarios para campos de relegación, porque los vamos a necesitar. A lo mejor declaro el Estado de Sitio. Ya llegó la hora de que en este país alguien haga valer el principio de autoridad. A ver si después de esto se les va a ocurrir hacer otro paro o volver a lanzar los encapuchados a las calles... si es que queda alguno suelto.
--Mire, Hinzpeter, supongo que ya están interpuestas todas las querellas por la cantidad de delitos que se están cometiendo contra la seguridad del Estado.
--Pero ¿qué querellas, Presidente? Usted no me ha dicho nada.
--Pero si, cuando se comete un delito contra la Seguridad del Estado, no es necesario que yo diga nada. Es su obligación querellarse inmediatamente. Mire, aquí dice, art. 5° letra a), que los que atenten contra la vida y seguridad de las personas sufrirán presidio mayor, y sin embargo los encapuchados lanzan miles de piedras contra los carabineros, que son personas, y no hay un solo preso ni procesado ni querellado...
--Es que estoy con la agenda copada de reuniones, Presidente...
--Reuniones, reuniones. ¡Aquí se requieren menos reuniones y más autoridad y acción! Hay que interponer centenares de querellas HOY. Mire lo que dice el artículo 6° letra a): también van a la cárcel los que alteren el orden y la tranquilidad públicos. Y vea los desórdenes y la violencia callejera. ¿A cuántos ha metido a la cárcel? A ninguno. Y mire lo que dice el artículo 11: es delito "toda interrupción colectiva, paro o huelga de los servicios públicos o de utilidad pública, producción, transporte y comercio", y será castigada con 541 días a 3 años de presidio o relegación. Y aquí salen en la televisión llamando a cometer esos delitos como si tal cosa. Arturo Martínez se va al Cap Ducal a almorzar después de que paraliza el país y nadie le hace nada. Y centenares de otros andan fomentando el mismo delito.
--Es que no tenemos abogados para tantas querellas.
--¿Y los doce abogados del Ministerio del Interior, dedicados a perseguir militares en retiro, por qué no los pone hoy a redactar las querellas?
--Es que son de izquierda, "objetores de conciencia". Ellos están con los huelguistas.
-Pero entonces hay que echarlos, si no nos sirven para lo que más los necesitamos...
Mire, Hinzpeter, usted está demasiado ocupado, mándeme a otro.
--Le voy a mandar a Ubilla.
--¿El que anda sin afeitarse? No, mándeme uno afeitado. Mal que mal éste es el despacho presidencial y hay que guardar las formas republicanas.
--Le mandaré a Cristóbal Lira. Siempre está afeitado.
Entra Lira a mi despacho:
--Lira, hoy, pero hoy mismo, quiero a una legión de abogados redactando querellas por la Ley de Seguridad del Estado contra todos ¿me entiende? todos los que han llamado a transgredir los artículos 5, 6 y 11 de esa ley. Y otra cosa, consiga a un grupo de diputados nuestros que hagan una presentación al Tribunal Constitucional para el inmediato cese en el cargo de todos ¿me oyó bien? todos los diputados y senadores que han intervenido apoyando o llamando al paro nacional, porque el inciso 4° del artículo 60 de la Constitución dice que cesarán en el cargo los que intervengan en conflictos laborales y "en actividades estudiantiles, cualquiera que sea la rama de la enseñanza, con el objeto de atentar contra su normal desenvolvimiento". Hay demasiados parlamentarios que deberían cesar inmediatamente en sus cargos, porque han venido incurriendo en esas actitudes hace meses.
--Presidente, necesitaremos recursos para poner en acción a muchos abogados.
--Saque de mis gastos reservados, que son 260 millones de pesos mensuales. ¿Qué inversión más justificada que defender al Estado de Derecho?
--Puede haber reacciones internacionales si metemos a tanta gente presa.
--¿Y qué? Les muestro el texto de la ley y la Constitución. Eso se llama Estado de Derecho. Nunca he conocido una presión internacional contra un Presidente que vela por el Estado de Derecho.
--Puede haber reacciones violentas, Presidente.
--¿Ah, sí? ¿Y si yo me pongo violento? Pregúnteles cuántas divisiones tienen y después pregúnteme a mí cuántas tengo yo. A ver quién puede ser más violento. Ah, y se me olvidaba: destine todos los recursos necesarios para campos de relegación, porque los vamos a necesitar. A lo mejor declaro el Estado de Sitio. Ya llegó la hora de que en este país alguien haga valer el principio de autoridad. A ver si después de esto se les va a ocurrir hacer otro paro o volver a lanzar los encapuchados a las calles... si es que queda alguno suelto.
lunes, 22 de agosto de 2011
El ADN de la DC
Después de mil contorsiones, vacilaciones, reconsideraciones, declaraciones y contradeclaraciones, la DC ha terminado por apoyar el paro subversivo del miércoles y el jueves.
Historia conocida. La indefinición está en el ADN de ese partido. Reiteradamente lo lleva, ya sea a hundir al país; ya sea, después de variadas contorsiones, a no tener más remedio que llamar a los uniformados para salvarlo. Y, tras una contorsión más, ese ADN la lleva a desentenderse de los costos del salvataje arduamente logrado por los que dieron la cara; y a descargar la responsabilidad sobre estos últimos, para, en una contorsión final con doble vuelta en el aire, condenarlos severamente, junto con perdonar a los causantes del desastre.
En efecto, todo lo anterior es historia real: la DC hizo posible el advenimiento del marxismo-leninismo en Chile, cuando votó por Allende en la segunda vuelta, en el Congreso, de la elección presidencial de 1970, pudiendo haberlo hecho por Jorge Alessandri.
Ya muchas voces habían advertido a su líder, el presidente Eduardo Frei Montalva, de que con su acción de gobernante se iba a convertir en el Kerensky chileno, pavimentador del camino al comunismo.
Habiendo visto la barbaridad que habían hecho, alentaron la intervención militar para deponer a Allende y con sus votos en la Cámara formularon el llamado de la civilidad que necesitaban los uniformados.
Hace un par de días reproduje las loas a los militares de Frei Montalva y Aylwin Azócar, en 1973, por el pronunciamiento del 11 de septiembre de ese año.
En la coyuntura actual, tras las consabidas vacilaciones, la DC se ha plegado al conato revolucionario que vive el país. Se está repitiendo el ciclo de contorsiones.
Sus dirigentes-parlamentarios no vacilan en incurrir en variadas causales de cesación inmediata en sus cargos del Congreso, al igual que diputados y senadores del PS, PPD, PRSD y PC, pues la Constitución dispone que es suficiente motivo para tal cesación la participación en actividades estudiantiles dirigidas a atentar contra el normal desenvolvimiento de ellas.
Del mismo modo, todos esos dirigentes y parlamentarios, al igual que los sindicalistas convocantes del paro ilegal de miércoles y jueves, incurren en delitos expresamente sancionados, con penas de presidio de hasta cinco años, en la Ley de Seguridad del Estado: los de "subversión o revuelta"; los de "incitación a alterar el orden público" y de "propiciar el cambio del orden jurídico institucional por medios distintos de los establecidos en la Constitución".
Todo eso lo están haciendo a vista y paciencia del país y del mundo, pero nadie ha mencionado siquiera la posibilidad de aplicar la Constitución o las leyes a los responsables.
A su turno, el Gobierno vacila, como si en la sangre de quien lo conduce se encontrara también el ADN de la DC.
Por consiguiente, nuestro estado de derecho se halla en una condición de extrema debilidad, donde parece que aplicar la ley ha dejado de ser una opción.
En "aquel tiempo", cuando también la extrema izquierda se hallaba ensoberbecida por el éxito de su propia violencia, hablábamos de "legalidad sobrepasada".
¿Alguien recuerda en qué terminó eso?
Historia conocida. La indefinición está en el ADN de ese partido. Reiteradamente lo lleva, ya sea a hundir al país; ya sea, después de variadas contorsiones, a no tener más remedio que llamar a los uniformados para salvarlo. Y, tras una contorsión más, ese ADN la lleva a desentenderse de los costos del salvataje arduamente logrado por los que dieron la cara; y a descargar la responsabilidad sobre estos últimos, para, en una contorsión final con doble vuelta en el aire, condenarlos severamente, junto con perdonar a los causantes del desastre.
En efecto, todo lo anterior es historia real: la DC hizo posible el advenimiento del marxismo-leninismo en Chile, cuando votó por Allende en la segunda vuelta, en el Congreso, de la elección presidencial de 1970, pudiendo haberlo hecho por Jorge Alessandri.
Ya muchas voces habían advertido a su líder, el presidente Eduardo Frei Montalva, de que con su acción de gobernante se iba a convertir en el Kerensky chileno, pavimentador del camino al comunismo.
Habiendo visto la barbaridad que habían hecho, alentaron la intervención militar para deponer a Allende y con sus votos en la Cámara formularon el llamado de la civilidad que necesitaban los uniformados.
Hace un par de días reproduje las loas a los militares de Frei Montalva y Aylwin Azócar, en 1973, por el pronunciamiento del 11 de septiembre de ese año.
En la coyuntura actual, tras las consabidas vacilaciones, la DC se ha plegado al conato revolucionario que vive el país. Se está repitiendo el ciclo de contorsiones.
Sus dirigentes-parlamentarios no vacilan en incurrir en variadas causales de cesación inmediata en sus cargos del Congreso, al igual que diputados y senadores del PS, PPD, PRSD y PC, pues la Constitución dispone que es suficiente motivo para tal cesación la participación en actividades estudiantiles dirigidas a atentar contra el normal desenvolvimiento de ellas.
Del mismo modo, todos esos dirigentes y parlamentarios, al igual que los sindicalistas convocantes del paro ilegal de miércoles y jueves, incurren en delitos expresamente sancionados, con penas de presidio de hasta cinco años, en la Ley de Seguridad del Estado: los de "subversión o revuelta"; los de "incitación a alterar el orden público" y de "propiciar el cambio del orden jurídico institucional por medios distintos de los establecidos en la Constitución".
Todo eso lo están haciendo a vista y paciencia del país y del mundo, pero nadie ha mencionado siquiera la posibilidad de aplicar la Constitución o las leyes a los responsables.
A su turno, el Gobierno vacila, como si en la sangre de quien lo conduce se encontrara también el ADN de la DC.
Por consiguiente, nuestro estado de derecho se halla en una condición de extrema debilidad, donde parece que aplicar la ley ha dejado de ser una opción.
En "aquel tiempo", cuando también la extrema izquierda se hallaba ensoberbecida por el éxito de su propia violencia, hablábamos de "legalidad sobrepasada".
¿Alguien recuerda en qué terminó eso?
domingo, 21 de agosto de 2011
¿Se Ha Dado Cuenta de Que Hay Una Revolución?
Yo soy de la oposición de derecha o, si usted prefiere, soy "la" oposición de derecha, porque en teoría el resto de la derecha está en el Gobierno y no es oposición. Pero el que gobierna es un Presidente que, en sus palabras y en los hechos, no es de derecha. Por eso yo estoy en la oposición. Sea como fuere, soy contrario a derrocar al Gobierno, por malo que encuentre al Presidente. Defiendo la noción de que debe terminar su período. Y por eso me alarma ver que esté en marcha un proceso para derrocarlo. Pues ¿de qué otra manera se entiende una huelga general como la que se ha convocado para esta semana, sin fundamento real, completamente ilegal y con llamados a impedir las actividades libres de las personas?.
A sabiendas, además, de que los elementos más extremos saldrán a sembrar la violencia. Recuérdese que el brazo armado comunista, que nunca se ha disuelto ("por si las moscas", como confesara su secretario general), parece que ahora, a juzgar por el número y violencia de los "encapuchados", por sus balas y bombas, ha decretado que han llegado "las moscas". No se olvide que algunas de las cabezas más visibles de la revolución en marcha son, precisamente, militantes comunistas.
Además, resultan particularmente alarmantes tres cosas: primera, la extrema falta de autoridad del Gobierno, que frente a la fuerza de la subversión no se atreve a usar la de la ley. Apenas se defiende a medias. Pues aquí cualquiera se "toma" cualquier cosa y no le pasa nada. ¿Está esperando que se "tomen" el despacho presidencial?; segunda, el apoyo popular que han logrado los revolucionarios, a juzgar por la enorme concurrencia a los actos públicos que organizan; y, tercera, el apoyo de la opinión pública general, según las encuestas, a las demandas de los estudiantes y profesores revolucionarios, que oscila entre 76% y 80%.
Estas demandas consisten en "educación pública de calidad", "no al lucro en la educación" y "plebiscito". La jefatura comunista y algunos políticos de izquierda añaden: "cambiar el modelo", sea lo que fuere su significado. La primera demanda es obviamente un deseo de todos, como si nos preguntaran si queremos respirar aire limpio. Por supuesto. Pero la de "no al lucro en la educación" es mucho más concreta y contradictoria con lo que la misma mayoría de opinión pública expresa en otras encuestas y, más importante, manifiesta en su actuar. Pues prefiere la enseñanza con fines de lucro, escuelas particulares subvencionadas y pagadas, por sobre las de la enseñanza pública. De hecho, esa mayoría viene desde hace tiempo trasladando a sus hijos de la pública a la privada.
¿Cómo se entiende esto? Se entiende poniendo en tela de juicio una frase muy repetida por los políticos, los opinólogos y creo, incluso, por este blog: "la gente no es tonta". Está quedando demostrado que, al menos, una mayoría queda, por ahora, afuera de esa afirmación.
Pues esa mayoría está marchando a pasos agigantados, primero, a suprimir la enseñanza básica y media de mejor calidad, que es la que tiene fines de lucro. La mejor de todas, y que está al nivel de la de países avanzados, es la de los colegios particulares pagados. Si la revolución en marcha y el plebiscito consagran realmente el "no al lucro en la educación", tendrían que desaparecer los mejores colegios del país. Sólo habría escuelas y liceos públicos. Tal como en las naciones donde todo es estatal(quedan muy pocas en el mundo. Pasaríamos a ser una más).
Recuérdese que ya una vez tuvimos el título de haber sido la primera nación en elegir en comicios democráticos a un Presidente marxista-leninista.
Yo, por lo menos, no quiero vivir en una sociedad en que está vedada a los habitantes la libertad de educar, es decir, de fundar un establecimiento de enseñanza. Para los de tal vocación sólo cabría la alternativa socialista de ser profesores en una institución pública, y, obviamente, para enseñar sólo el programa fijado por el Gobierno, que sabemos cuál va a ser, sobre todo si va a estar encabezado por las fuerzas que hoy conducen el proceso revolucionario acá. De la esencia de la libertad de enseñanza es que quienes tengan vocación pedagógica puedan introducir libremente todas las innovaciones programáticas y concepciones curriculares propias del genio creador humano. Acá sería prohibido, pues "no al lucro" implica que nadie puede retirar de un colegio más de lo que se gasta. El excedente sería lucro. Es decir, ningún pedagogo libre podría subsistir.
Si el Gobierno "no se pone los pantalones" acá va a pasar cualquier cosa, porque la revolución está lanzada. Y por los mismos que, históricamente, han patrocinado la vía violenta al poder.
¿Por qué no la hicieron antes? Porque eran gobierno. Bachelet había sido ayudista del MIR y conviviente de un jefe del FPMR. Lagos hasta había puesto bombas, si hemos de creerle a la biografía del líder sindical Clotario Blest; y había escrito que todos los medios de producción debían pasar a manos del Estado. Y cuando hubo presidentes DC, Aylwin y Frei, todavía los uniformados eran garantes de la Constitución y estaba vivo Pinochet, así es que los revolucionarios se veían obligados a esperar, sobre todo si hasta la derecha votaba a favor de que se les dieran millonarias indemnizaciones.
Los garantes se esfumaron, de hecho y de derecho, hace años, con el apoyo del Presidente actual, por cierto, que le acaba de consagrar pensiones a diez mil más de los mismos que lo quieren derrocar. Entonces, y salvo que de una vez ejerza su autoridad, "con su pan se la coma" (la revolución).
A sabiendas, además, de que los elementos más extremos saldrán a sembrar la violencia. Recuérdese que el brazo armado comunista, que nunca se ha disuelto ("por si las moscas", como confesara su secretario general), parece que ahora, a juzgar por el número y violencia de los "encapuchados", por sus balas y bombas, ha decretado que han llegado "las moscas". No se olvide que algunas de las cabezas más visibles de la revolución en marcha son, precisamente, militantes comunistas.
Además, resultan particularmente alarmantes tres cosas: primera, la extrema falta de autoridad del Gobierno, que frente a la fuerza de la subversión no se atreve a usar la de la ley. Apenas se defiende a medias. Pues aquí cualquiera se "toma" cualquier cosa y no le pasa nada. ¿Está esperando que se "tomen" el despacho presidencial?; segunda, el apoyo popular que han logrado los revolucionarios, a juzgar por la enorme concurrencia a los actos públicos que organizan; y, tercera, el apoyo de la opinión pública general, según las encuestas, a las demandas de los estudiantes y profesores revolucionarios, que oscila entre 76% y 80%.
Estas demandas consisten en "educación pública de calidad", "no al lucro en la educación" y "plebiscito". La jefatura comunista y algunos políticos de izquierda añaden: "cambiar el modelo", sea lo que fuere su significado. La primera demanda es obviamente un deseo de todos, como si nos preguntaran si queremos respirar aire limpio. Por supuesto. Pero la de "no al lucro en la educación" es mucho más concreta y contradictoria con lo que la misma mayoría de opinión pública expresa en otras encuestas y, más importante, manifiesta en su actuar. Pues prefiere la enseñanza con fines de lucro, escuelas particulares subvencionadas y pagadas, por sobre las de la enseñanza pública. De hecho, esa mayoría viene desde hace tiempo trasladando a sus hijos de la pública a la privada.
¿Cómo se entiende esto? Se entiende poniendo en tela de juicio una frase muy repetida por los políticos, los opinólogos y creo, incluso, por este blog: "la gente no es tonta". Está quedando demostrado que, al menos, una mayoría queda, por ahora, afuera de esa afirmación.
Pues esa mayoría está marchando a pasos agigantados, primero, a suprimir la enseñanza básica y media de mejor calidad, que es la que tiene fines de lucro. La mejor de todas, y que está al nivel de la de países avanzados, es la de los colegios particulares pagados. Si la revolución en marcha y el plebiscito consagran realmente el "no al lucro en la educación", tendrían que desaparecer los mejores colegios del país. Sólo habría escuelas y liceos públicos. Tal como en las naciones donde todo es estatal(quedan muy pocas en el mundo. Pasaríamos a ser una más).
Recuérdese que ya una vez tuvimos el título de haber sido la primera nación en elegir en comicios democráticos a un Presidente marxista-leninista.
Yo, por lo menos, no quiero vivir en una sociedad en que está vedada a los habitantes la libertad de educar, es decir, de fundar un establecimiento de enseñanza. Para los de tal vocación sólo cabría la alternativa socialista de ser profesores en una institución pública, y, obviamente, para enseñar sólo el programa fijado por el Gobierno, que sabemos cuál va a ser, sobre todo si va a estar encabezado por las fuerzas que hoy conducen el proceso revolucionario acá. De la esencia de la libertad de enseñanza es que quienes tengan vocación pedagógica puedan introducir libremente todas las innovaciones programáticas y concepciones curriculares propias del genio creador humano. Acá sería prohibido, pues "no al lucro" implica que nadie puede retirar de un colegio más de lo que se gasta. El excedente sería lucro. Es decir, ningún pedagogo libre podría subsistir.
Si el Gobierno "no se pone los pantalones" acá va a pasar cualquier cosa, porque la revolución está lanzada. Y por los mismos que, históricamente, han patrocinado la vía violenta al poder.
¿Por qué no la hicieron antes? Porque eran gobierno. Bachelet había sido ayudista del MIR y conviviente de un jefe del FPMR. Lagos hasta había puesto bombas, si hemos de creerle a la biografía del líder sindical Clotario Blest; y había escrito que todos los medios de producción debían pasar a manos del Estado. Y cuando hubo presidentes DC, Aylwin y Frei, todavía los uniformados eran garantes de la Constitución y estaba vivo Pinochet, así es que los revolucionarios se veían obligados a esperar, sobre todo si hasta la derecha votaba a favor de que se les dieran millonarias indemnizaciones.
Los garantes se esfumaron, de hecho y de derecho, hace años, con el apoyo del Presidente actual, por cierto, que le acaba de consagrar pensiones a diez mil más de los mismos que lo quieren derrocar. Entonces, y salvo que de una vez ejerza su autoridad, "con su pan se la coma" (la revolución).
sábado, 20 de agosto de 2011
¿Y Cuándo Nos Pagarán la Deuda Histórica?
Esta mañana el alcalde de Santiago comprobó el incendio y destrucción casi completa de tres liceos de la capital, tras la ocupación decretada por los jefes comunistas del movimiento del estudiantado.
¿Cuánto le ha costado al país este conato de violencia "encapuchada" estudiantil promovido por los subversivos de siempre? ¿Cuánto cuestan la pérdida de clases, los saqueos, la destrucción, los incendios intencionales, el desgaste policial para controlarlos? Y el país ¿le cobrará al extremismo? No, al contrario, siempre le termina pagando.
Ayer vimos en diarios que el Presidente ha ordenado pagar a otros diez mil supuestos "prisioneros políticos" y "torturados" de hace más de veinte y treinta años "que no se habían dado cuenta" hasta ahora de que, entre 1973 y 1990, los habían detenido. Se ríen de nosotros, pero les seguimos pagando a cada vez más de los que intentaron destruir la democracia por las armas.
Yo calculo que le estamos regalando al extremismo marxista más de 200 millones de dólares al año, a título de todas las indemnizaciones y pensiones que se les dan ¡por haberles impedido tomarse el poder por las armas! Esto ha sido un intolerable abuso a costa de las arcas fiscales chilenas.
¿Cuánto le costó al país tener que movilizar a sus fuerzas armadas para impedir el golpe totalitario que estaba listo en 1973? La mayoría democrática las convocó mediante el Acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973, y las fuerzas armadas acudieron al llamado e impidieron el golpe totalitario. ¿Y después? El país, en lugar de cobrarles el costo de la intentona, tiene que indemnizarlos porque no les resultó.
Pues, como dijo Eduardo Frei Montalva en octubre de 1973: "El marxismo, con conocimiento de Salvador Allende y acaso por instigación de Salvador Allende, había introducido en Chile innumerables arsenales... Los militares han salvado a Chile y a todos nosotros..." ("El Mercurio", 12 de octubre de 1973).
Y su correligionario Patricio Aylwin decía, en la misma época: "La verdad es que la acción de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros no vino a ser sino una medida preventiva que se anticipó a un autogolpe de Estado que, con ayuda de milicias armadas con enorme poder militar... habrían consumado una dictadura comunista". ("La Prensa", 19 de octubre de 1973).
¿Cuánto le costó a nuestro país derrotar esa asonada totalitaria? Una lucha de años, cuyo costo económico ascendió, seguramente, a muchos miles de millones de dólares. Y esa "deuda histórica" ¿se la cobra Chile al comunismo y a la extrema izquierda? Al contrario, ¡les paga! Miles de millones de dólares como "indemnizaciones" por haberles frustrado su proyecto de establecer un régimen totalitario.
Y ayer Sebastián Piñera ha continuado con esa vergonzosa tradición de incuria y abdicación del deber de obtener para la Patria la reparación por el enorme daño que nos ha inferido durante décadas la subversión comunista, y que nos sigue infiriendo a diario, en el curso de la nueva asonada que se ha iniciado en las últimas semanas.
¿Cuándo llegará un gobierno que realmente haga pagar a la extrema izquierda la enorme deuda histórica que tiene con Chile? O, por lo menos ¿hasta cuándo les vamos a seguir pagando lo que deberíamos cobrarles?
Un economista me dijo, una vez, que era plata bien invertida, para que no siguieran en la vía violenta. Pero los hechos de estos últimos tiempos, el centenar de bombas extremistas, entre ellas las dos de ayer en el memorial de Jaime Guzmán, la destrucción de liceos, los carabineros baleados por "encapuchados" en el sur, nos revelan que, como rehenes que somos del comunismo, cumplimos con pagarles el rescate, pero ellos no cumplen con renunciar a la subversión.
De modo que la deuda histórica que el comunismo tiene con el país sigue creciendo... y este "V Gobierno de la Concertación", en lugar de cobrarla, permite con su falta de energía que ella aumente y ¡les sigue pagando!
¿Cuánto le ha costado al país este conato de violencia "encapuchada" estudiantil promovido por los subversivos de siempre? ¿Cuánto cuestan la pérdida de clases, los saqueos, la destrucción, los incendios intencionales, el desgaste policial para controlarlos? Y el país ¿le cobrará al extremismo? No, al contrario, siempre le termina pagando.
Ayer vimos en diarios que el Presidente ha ordenado pagar a otros diez mil supuestos "prisioneros políticos" y "torturados" de hace más de veinte y treinta años "que no se habían dado cuenta" hasta ahora de que, entre 1973 y 1990, los habían detenido. Se ríen de nosotros, pero les seguimos pagando a cada vez más de los que intentaron destruir la democracia por las armas.
Yo calculo que le estamos regalando al extremismo marxista más de 200 millones de dólares al año, a título de todas las indemnizaciones y pensiones que se les dan ¡por haberles impedido tomarse el poder por las armas! Esto ha sido un intolerable abuso a costa de las arcas fiscales chilenas.
¿Cuánto le costó al país tener que movilizar a sus fuerzas armadas para impedir el golpe totalitario que estaba listo en 1973? La mayoría democrática las convocó mediante el Acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973, y las fuerzas armadas acudieron al llamado e impidieron el golpe totalitario. ¿Y después? El país, en lugar de cobrarles el costo de la intentona, tiene que indemnizarlos porque no les resultó.
Pues, como dijo Eduardo Frei Montalva en octubre de 1973: "El marxismo, con conocimiento de Salvador Allende y acaso por instigación de Salvador Allende, había introducido en Chile innumerables arsenales... Los militares han salvado a Chile y a todos nosotros..." ("El Mercurio", 12 de octubre de 1973).
Y su correligionario Patricio Aylwin decía, en la misma época: "La verdad es que la acción de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros no vino a ser sino una medida preventiva que se anticipó a un autogolpe de Estado que, con ayuda de milicias armadas con enorme poder militar... habrían consumado una dictadura comunista". ("La Prensa", 19 de octubre de 1973).
¿Cuánto le costó a nuestro país derrotar esa asonada totalitaria? Una lucha de años, cuyo costo económico ascendió, seguramente, a muchos miles de millones de dólares. Y esa "deuda histórica" ¿se la cobra Chile al comunismo y a la extrema izquierda? Al contrario, ¡les paga! Miles de millones de dólares como "indemnizaciones" por haberles frustrado su proyecto de establecer un régimen totalitario.
Y ayer Sebastián Piñera ha continuado con esa vergonzosa tradición de incuria y abdicación del deber de obtener para la Patria la reparación por el enorme daño que nos ha inferido durante décadas la subversión comunista, y que nos sigue infiriendo a diario, en el curso de la nueva asonada que se ha iniciado en las últimas semanas.
¿Cuándo llegará un gobierno que realmente haga pagar a la extrema izquierda la enorme deuda histórica que tiene con Chile? O, por lo menos ¿hasta cuándo les vamos a seguir pagando lo que deberíamos cobrarles?
Un economista me dijo, una vez, que era plata bien invertida, para que no siguieran en la vía violenta. Pero los hechos de estos últimos tiempos, el centenar de bombas extremistas, entre ellas las dos de ayer en el memorial de Jaime Guzmán, la destrucción de liceos, los carabineros baleados por "encapuchados" en el sur, nos revelan que, como rehenes que somos del comunismo, cumplimos con pagarles el rescate, pero ellos no cumplen con renunciar a la subversión.
De modo que la deuda histórica que el comunismo tiene con el país sigue creciendo... y este "V Gobierno de la Concertación", en lugar de cobrarla, permite con su falta de energía que ella aumente y ¡les sigue pagando!
viernes, 19 de agosto de 2011
"Inmoralización" Nacional
Esta mañana a las diez de la madrugada iba saliendo de mi casa a la oficina cuando pasé frente a un televisor donde, en un canal "serio", una vedette de un matinal le decía a otra que se había acostado con su pololo (el de ésta) y que, si bien era "rico, lo tenía muy chico". ¿¿Quéee?? ¿No es inconstitucional revelar públicamente el tamaño?
Un pelo de la cola, porque el país va cuesta abajo en la rodada: días atrás el Presidente anunciaba públicamente un proyecto sobre "Acuerdo de Vida en Pareja", mientras en su presencia se besaban, en expresivo gesto de alborozo, algunos homosexuales. El único que se escandalizó, que se sepa, fue el diputado Gonzalo Arenas (UDI), autor de un par de twitters de protesta contra el Presidente que estremecieron el escenario. Pero el proyecto, que allana el terreno al matrimonio homosexual, "va".
Y unos días después el mismo Presidente aparece recibiendo de la Comisión Valech una lista de otras casi diez mil personas que se han declarado víctimas de "prisión política y torturas" bajo el Gobierno Militar. ¿Es que esas personas no se habían dado cuenta, durante veinte años desde que terminó ese gobierno, y después de tres "Comisiones" investigadoras de la Concertación, que las habían detenido injustamente y torturado? Pues hubo primero una Comisión Nacional de Reconciliación, luego una Comisión de Reparación y Reconciliación, después una Comisión para la Prisión Política y Tortura, con sus respectivas hemorragias de plata para más de treinta mil personas.
Son "pasadas": la que ha hecho con los gays, que deben ser unos 800 mil; y la otra con el terrorismo de izquierda (como si alguna vez éste fuera a votar por él en las encuestas).
Las "pasadas" sirven en la bolsa para construir una fortuna, pero no en política para ganar adeptos. Por algo le han significado bajar del 63% al 26% de apoyo. La gente se da cuenta y se pregunta qué valores tiene el gobernante. Y no encuentra la respuesta.
Sea como fuere, el país se va "inmoralizando" cada vez más. Hoy en "Las Últimas Noticias" he visto la fotografía de una profesora de la escuela "Toqui Caupolicán" de Huentelolén sustrayendo diez mil pesos de la mochila de un alumno, con la misma confianza que si obtuviera dinero de las arcas fiscales mediante un paro ilegal. La pobre no sabía que recién habían instalado un monitor de TV de vigilancia. ¿Qué moral le podrá enseñar esa maestra a los niños, cuando se dedica a robarles durante el recreo?
A lo mejor por eso dicen que la falla de nuestro sistema educacional está en el lucro.
Para no hablar del pobre agricultor Julio Molina Pérez, de Ercilla, a quien los impunes guerrilleros del sur, a los cuales el Gobierno, según ha dicho, por ningún motivo les va a aplicar la Ley Antiterrorista, le destruyeron sus siembras y un galpón, porque dicen que el fundo debe ser de ellos. Y, además, balearon a un carabinero. Pero eso no es noticia. Lo sería si una carabinero hubiera baleado a un terrorista. Porque así está el país.
¿Y la ley? Pero ¿de qué ley me están hablando, cuando el que quiere "se toma" lo que se le ocurre y no le pasa nada? ¿Cuando los fiscales del Ministerio Público salen a desfilar y se declaran en huelga ilegal, constitutiva de delito, según la Presidenta del Colegio de Abogados, Olga Feliú (la única que ha dicho eso)?.
Antes también imperaba algo que se describía genéricamente como "valores". Eso ha desaparecido. Se respetaban "el orden público, la moral y las buenas costumbres". Ahora el primero no existe, de la segunda todos se ríen y las que imperan son las malas costumbres, metódicamente enseñadas a la población a través de los programas más vistos de la televisión.
¿Y para esto querían reemplazar a la Concertación?
Un pelo de la cola, porque el país va cuesta abajo en la rodada: días atrás el Presidente anunciaba públicamente un proyecto sobre "Acuerdo de Vida en Pareja", mientras en su presencia se besaban, en expresivo gesto de alborozo, algunos homosexuales. El único que se escandalizó, que se sepa, fue el diputado Gonzalo Arenas (UDI), autor de un par de twitters de protesta contra el Presidente que estremecieron el escenario. Pero el proyecto, que allana el terreno al matrimonio homosexual, "va".
Y unos días después el mismo Presidente aparece recibiendo de la Comisión Valech una lista de otras casi diez mil personas que se han declarado víctimas de "prisión política y torturas" bajo el Gobierno Militar. ¿Es que esas personas no se habían dado cuenta, durante veinte años desde que terminó ese gobierno, y después de tres "Comisiones" investigadoras de la Concertación, que las habían detenido injustamente y torturado? Pues hubo primero una Comisión Nacional de Reconciliación, luego una Comisión de Reparación y Reconciliación, después una Comisión para la Prisión Política y Tortura, con sus respectivas hemorragias de plata para más de treinta mil personas.
Son "pasadas": la que ha hecho con los gays, que deben ser unos 800 mil; y la otra con el terrorismo de izquierda (como si alguna vez éste fuera a votar por él en las encuestas).
Las "pasadas" sirven en la bolsa para construir una fortuna, pero no en política para ganar adeptos. Por algo le han significado bajar del 63% al 26% de apoyo. La gente se da cuenta y se pregunta qué valores tiene el gobernante. Y no encuentra la respuesta.
Sea como fuere, el país se va "inmoralizando" cada vez más. Hoy en "Las Últimas Noticias" he visto la fotografía de una profesora de la escuela "Toqui Caupolicán" de Huentelolén sustrayendo diez mil pesos de la mochila de un alumno, con la misma confianza que si obtuviera dinero de las arcas fiscales mediante un paro ilegal. La pobre no sabía que recién habían instalado un monitor de TV de vigilancia. ¿Qué moral le podrá enseñar esa maestra a los niños, cuando se dedica a robarles durante el recreo?
A lo mejor por eso dicen que la falla de nuestro sistema educacional está en el lucro.
Para no hablar del pobre agricultor Julio Molina Pérez, de Ercilla, a quien los impunes guerrilleros del sur, a los cuales el Gobierno, según ha dicho, por ningún motivo les va a aplicar la Ley Antiterrorista, le destruyeron sus siembras y un galpón, porque dicen que el fundo debe ser de ellos. Y, además, balearon a un carabinero. Pero eso no es noticia. Lo sería si una carabinero hubiera baleado a un terrorista. Porque así está el país.
¿Y la ley? Pero ¿de qué ley me están hablando, cuando el que quiere "se toma" lo que se le ocurre y no le pasa nada? ¿Cuando los fiscales del Ministerio Público salen a desfilar y se declaran en huelga ilegal, constitutiva de delito, según la Presidenta del Colegio de Abogados, Olga Feliú (la única que ha dicho eso)?.
Antes también imperaba algo que se describía genéricamente como "valores". Eso ha desaparecido. Se respetaban "el orden público, la moral y las buenas costumbres". Ahora el primero no existe, de la segunda todos se ríen y las que imperan son las malas costumbres, metódicamente enseñadas a la población a través de los programas más vistos de la televisión.
¿Y para esto querían reemplazar a la Concertación?
jueves, 18 de agosto de 2011
Estará de Dios...
Álvaro Bardón decía, en su particular manera de expresarse, que este país está condenado a irse a la cresta cada cuarenta años. La última vez fue entre el 70 y el 73, así es que parece que ya nos va tocando.
Y cuando leí esta mañana las Cartas al Director de "El Mercurio" estuve casi seguro.
Comencé con la del profesor Julio Alvear, de la Universidad del Desarrollo (una de las "acusadas" de tener fines de lucro, cosa que yo, dicho sea de paso, estimo conveniente, perfectamente legítima y ajustada a la Constitución). Pero dicho profesor nos dice que el conflicto educacional deriva de una "producción de bienes y servicios sin preocupación alguna por la equidad, libertad económica sin responsabilidad social, educación al servicio del lucro (también, por cierto, en las universidades del Estado) y no el beneficio económico al servicio de la educación".
Luego viene una carta de dos sacerdotes jesuitas, Agustín Moreira y Pablo Walker, capellán y vicecapellán del Hogar de Cristo, donde nos informan que "les debemos gratitud a los jóvenes que marchan en la calle". Supongo que esa deuda de gratitud no la tienen los carabineros heridos, los comerciantes saqueados, los dueños de autos incendiados ni de departamentos apedreados.
Ambos sacerdotes nos informan que se "vuelve intolerable cierto acostumbramiento a la injusticia, cierta naturalidad de engañar al pobre entreteniéndolo en un colegio donde aprenderá poco, cierta legitimidad de hipotecar la vida de un universitario hasta hacerlo reventar de deudas. ... Cuando (los jóvenes) --dicen-- insisten en tocar la herida que sangra nos despiertan a quienes habíamos construido un mundo en función del interés individual".
¡He ahí la madre del cordero! El interés individual nos tiene así. Lo que debe prevalecer es el interés común. ¿Dónde he oído eso antes?
Y después viene una carta del presidente de la Asociación de Defensores de Chile, Gonzalo Rodríguez, diciendo que "se observa con preocupación... que este fenómeno de protestas se pretenda criminalizar por un sector del Gobierno, empatando a sus actores con verdaderos delincuentes".
Al presidente de los Defensores (fueron creados por la reforma procesal penal para defender a los delincuentes), el hecho de que se pretenda someter a proceso y sancionar a los que cometen las tropelías más arriba descritas equivale a "criminalizar" a quienes reclaman soluciones para la educación y demás demandas sociales.
No son los comunistas los que escriben estas cosas (si bien seguramente ellos las suscriben todas). Son personas vinculadas a la enseñanza privada, autoridades morales de la sociedad, encargados de administrar justicia.
¿Y qué ha estado haciendo el país todo este tiempo respecto a la educación? Dándole ingentes y crecientes recursos, cuyo máximo en 2009 alcanzó al 4,5 % del PIB. Unos 11.700 millones de dólares. Si se los dieran directamente a los alumnos, cada uno tendría $135 mil pesos mensuales para financiar un colegio particular o universidad o centro que eligiera su familia o él. Eso es tres veces más que la subvención por alumno de la educación particular gratuita.
Tendría lugar un gran salto educacional, pues todos podrían pasar a la educación pagada (la mejor) desde la enseñanza estatal (la peor). Y no habría constantes huelgas estudiantiles y de profesores.
Pero ¿cuál es la solución que se está discutiendo? La contraria a ésa, por supuesto. La de darle otra vez más recursos al sistema que no tiene remedio, el público o estatal. Pero ahora con un añadido: se trata de destruir definitivamente la enseñanza particular, pues ésta comete un pecado mortal, un pecado social: gana plata y enseña mejor. Lo que debe haber es un sistema exclusivamente estatal, que haga todo lo contrario, es decir, que demande cada vez más plata y enseñe peor.
¡Fin a la "educación al servicio del lucro" y al "mundo construido en función del interés individual"! ¡Abajo las ganancias, viva el tonel estatal sin fondo! ¡Abajo el individuo, viva la colectividad (siempre que la conduzca yo)!
1970-73, 2010-13. Sí, se van a cumplir cuarenta años. Estará de Dios...
Y cuando leí esta mañana las Cartas al Director de "El Mercurio" estuve casi seguro.
Comencé con la del profesor Julio Alvear, de la Universidad del Desarrollo (una de las "acusadas" de tener fines de lucro, cosa que yo, dicho sea de paso, estimo conveniente, perfectamente legítima y ajustada a la Constitución). Pero dicho profesor nos dice que el conflicto educacional deriva de una "producción de bienes y servicios sin preocupación alguna por la equidad, libertad económica sin responsabilidad social, educación al servicio del lucro (también, por cierto, en las universidades del Estado) y no el beneficio económico al servicio de la educación".
Luego viene una carta de dos sacerdotes jesuitas, Agustín Moreira y Pablo Walker, capellán y vicecapellán del Hogar de Cristo, donde nos informan que "les debemos gratitud a los jóvenes que marchan en la calle". Supongo que esa deuda de gratitud no la tienen los carabineros heridos, los comerciantes saqueados, los dueños de autos incendiados ni de departamentos apedreados.
Ambos sacerdotes nos informan que se "vuelve intolerable cierto acostumbramiento a la injusticia, cierta naturalidad de engañar al pobre entreteniéndolo en un colegio donde aprenderá poco, cierta legitimidad de hipotecar la vida de un universitario hasta hacerlo reventar de deudas. ... Cuando (los jóvenes) --dicen-- insisten en tocar la herida que sangra nos despiertan a quienes habíamos construido un mundo en función del interés individual".
¡He ahí la madre del cordero! El interés individual nos tiene así. Lo que debe prevalecer es el interés común. ¿Dónde he oído eso antes?
Y después viene una carta del presidente de la Asociación de Defensores de Chile, Gonzalo Rodríguez, diciendo que "se observa con preocupación... que este fenómeno de protestas se pretenda criminalizar por un sector del Gobierno, empatando a sus actores con verdaderos delincuentes".
Al presidente de los Defensores (fueron creados por la reforma procesal penal para defender a los delincuentes), el hecho de que se pretenda someter a proceso y sancionar a los que cometen las tropelías más arriba descritas equivale a "criminalizar" a quienes reclaman soluciones para la educación y demás demandas sociales.
No son los comunistas los que escriben estas cosas (si bien seguramente ellos las suscriben todas). Son personas vinculadas a la enseñanza privada, autoridades morales de la sociedad, encargados de administrar justicia.
¿Y qué ha estado haciendo el país todo este tiempo respecto a la educación? Dándole ingentes y crecientes recursos, cuyo máximo en 2009 alcanzó al 4,5 % del PIB. Unos 11.700 millones de dólares. Si se los dieran directamente a los alumnos, cada uno tendría $135 mil pesos mensuales para financiar un colegio particular o universidad o centro que eligiera su familia o él. Eso es tres veces más que la subvención por alumno de la educación particular gratuita.
Tendría lugar un gran salto educacional, pues todos podrían pasar a la educación pagada (la mejor) desde la enseñanza estatal (la peor). Y no habría constantes huelgas estudiantiles y de profesores.
Pero ¿cuál es la solución que se está discutiendo? La contraria a ésa, por supuesto. La de darle otra vez más recursos al sistema que no tiene remedio, el público o estatal. Pero ahora con un añadido: se trata de destruir definitivamente la enseñanza particular, pues ésta comete un pecado mortal, un pecado social: gana plata y enseña mejor. Lo que debe haber es un sistema exclusivamente estatal, que haga todo lo contrario, es decir, que demande cada vez más plata y enseñe peor.
¡Fin a la "educación al servicio del lucro" y al "mundo construido en función del interés individual"! ¡Abajo las ganancias, viva el tonel estatal sin fondo! ¡Abajo el individuo, viva la colectividad (siempre que la conduzca yo)!
1970-73, 2010-13. Sí, se van a cumplir cuarenta años. Estará de Dios...
miércoles, 17 de agosto de 2011
¿Usted Cree que es Libre?
¿Usted piensa que vive en una sociedad libre? ¡Por favor! ¡No me diga que es de los que cree que la sociedad es como la describe la Constitución!
Pues la Constitución dice que hay libertad de enseñanza, pero no es verdad. Aquí usted debe enseñar (y aprender) según un programa que le fija el Estado, o si no debe olvidarse de tener una profesión y hasta de encontrar trabajo. El programa estatal para todos los colegios es de "Contenidos Mínimos Obligatorios", pero, si usted lo lee, verá, primero, que es muy malo y, segundo, que no es de "contenidos mínimos", sino máximos, pues no se alcanza a pasar en un año lectivo, aunque no haya huelgas ni tomas.
Si usted fuera realmente libre podría aprender y enseñar con libertad, "abrir, organizar y mantener" (art. 19 número 11) jardines infantiles, colegios, universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales sin que nadie le preguntara nada, como era durante el Gobierno Militar, que consagró esa libertad en Chile, entre muchas otras, y bajo el cual hasta el Partido Comunista y su brazo armado, el FPMR, fundaron un colegio ("Instituto Latinoamericano de Integración").
Aquí, ahora, en cambio, nadie quiere que usted tenga libertad de enseñanza. Empezando por los que mandan, es decir, por los agentes comunistas que manejan el tema en nuestra sociedad, Jaime Gajardo y Camila Vallejo. Ellos son los que dictan cuál es la educación que debe haber y usted va a carecer cada día más de libertad para impartirla o recibirla. ¿Que no ha oído que todos, pero absolutamente todos, hablan de "las legítimas peticiones de los estudiantes? Siendo que ellas consisten en que no haya ninguna libertad de enseñanza y en que ésta la maneje el Estado, del cual los agentes rojos pronto esperan haberse apoderado por completo.
Lea usted los medios que dicen defender la libertad y se encontrará con que ellos proclaman también la necesidad de que desde el Estado (Ejecutivo, Congreso) "se defina un sistema educacional". ¿Con qué derecho el Estado le va a decir a usted cómo va a educar, si usted es libre para hacerlo como a usted le parezca, según la Constitución?
Porque se dicen partidarios de una sociedad libre pero no defienden la educación libre, sino que se disputan con otros el derecho a imponerle a usted a qué régimen de enseñanza debe someterse, sea cual fuere su propia opinión.
Si fueran partidarios de la libertad, reconocerían que usted o cualquiera pueden enseñar o aprender en el establecimiento que funden o elijan, según el programa y la organización que se den, incluso el "home-school learning" ("educación hogareña"), que en un país más libre que el nuestro, como Estados Unidos, es empleado para educar a millones de niños con señalado éxito. Y los hogares que lo practican reciben subsidio estatal.
Reconocerían que usted puede ganarse la vida en ese trabajo e invertir libremente en establecimientos educacionales, diseñando usted mismo los programas de estudio y su normativa de funcionamiento. Pero aquí, desde el ministro de Educación para abajo, anuncian que serán cada vez más estrictos con "el problema del lucro", sólo porque una ley (un pecado de última hora del Gobierno Militar, como concesión al socialismo subyacente en la mentalidad criolla) dijo que las universidades privadas no debían tener fines de lucro. Un disparate insigne, no sólo porque no hay ninguna razón para que no lo tengan, sino porque la Constitución autoriza expresamente la libertad de trabajo y a recibir por éste una justa retribución (lucro) (art. 19. número 16). Pero el socialismo congénito de la chilenidad demoniza el hecho de que alguien obtenga una retribución económica educando.
¿Con qué derecho, entonces, todos le niegan a usted su libertad de enseñanza? Con ninguno. Pero lo hacen incluso los sedicentes "partidarios de una sociedad libre", y repiten una y otra vez que las "legítimas aspiraciones" de los que quieren derogar por completo esa libertad están siendo "solucionadas". Es decir, que los pocos espacios de libertad que todavía quedan serán suprimidos.
Entonces, si usted todavía cree, frente a todo esto, que es libre, no tiene remedio. Quiere decir que usted no tiene idea de lo que es la libertad.
Pues la Constitución dice que hay libertad de enseñanza, pero no es verdad. Aquí usted debe enseñar (y aprender) según un programa que le fija el Estado, o si no debe olvidarse de tener una profesión y hasta de encontrar trabajo. El programa estatal para todos los colegios es de "Contenidos Mínimos Obligatorios", pero, si usted lo lee, verá, primero, que es muy malo y, segundo, que no es de "contenidos mínimos", sino máximos, pues no se alcanza a pasar en un año lectivo, aunque no haya huelgas ni tomas.
Si usted fuera realmente libre podría aprender y enseñar con libertad, "abrir, organizar y mantener" (art. 19 número 11) jardines infantiles, colegios, universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales sin que nadie le preguntara nada, como era durante el Gobierno Militar, que consagró esa libertad en Chile, entre muchas otras, y bajo el cual hasta el Partido Comunista y su brazo armado, el FPMR, fundaron un colegio ("Instituto Latinoamericano de Integración").
Aquí, ahora, en cambio, nadie quiere que usted tenga libertad de enseñanza. Empezando por los que mandan, es decir, por los agentes comunistas que manejan el tema en nuestra sociedad, Jaime Gajardo y Camila Vallejo. Ellos son los que dictan cuál es la educación que debe haber y usted va a carecer cada día más de libertad para impartirla o recibirla. ¿Que no ha oído que todos, pero absolutamente todos, hablan de "las legítimas peticiones de los estudiantes? Siendo que ellas consisten en que no haya ninguna libertad de enseñanza y en que ésta la maneje el Estado, del cual los agentes rojos pronto esperan haberse apoderado por completo.
Lea usted los medios que dicen defender la libertad y se encontrará con que ellos proclaman también la necesidad de que desde el Estado (Ejecutivo, Congreso) "se defina un sistema educacional". ¿Con qué derecho el Estado le va a decir a usted cómo va a educar, si usted es libre para hacerlo como a usted le parezca, según la Constitución?
Porque se dicen partidarios de una sociedad libre pero no defienden la educación libre, sino que se disputan con otros el derecho a imponerle a usted a qué régimen de enseñanza debe someterse, sea cual fuere su propia opinión.
Si fueran partidarios de la libertad, reconocerían que usted o cualquiera pueden enseñar o aprender en el establecimiento que funden o elijan, según el programa y la organización que se den, incluso el "home-school learning" ("educación hogareña"), que en un país más libre que el nuestro, como Estados Unidos, es empleado para educar a millones de niños con señalado éxito. Y los hogares que lo practican reciben subsidio estatal.
Reconocerían que usted puede ganarse la vida en ese trabajo e invertir libremente en establecimientos educacionales, diseñando usted mismo los programas de estudio y su normativa de funcionamiento. Pero aquí, desde el ministro de Educación para abajo, anuncian que serán cada vez más estrictos con "el problema del lucro", sólo porque una ley (un pecado de última hora del Gobierno Militar, como concesión al socialismo subyacente en la mentalidad criolla) dijo que las universidades privadas no debían tener fines de lucro. Un disparate insigne, no sólo porque no hay ninguna razón para que no lo tengan, sino porque la Constitución autoriza expresamente la libertad de trabajo y a recibir por éste una justa retribución (lucro) (art. 19. número 16). Pero el socialismo congénito de la chilenidad demoniza el hecho de que alguien obtenga una retribución económica educando.
¿Con qué derecho, entonces, todos le niegan a usted su libertad de enseñanza? Con ninguno. Pero lo hacen incluso los sedicentes "partidarios de una sociedad libre", y repiten una y otra vez que las "legítimas aspiraciones" de los que quieren derogar por completo esa libertad están siendo "solucionadas". Es decir, que los pocos espacios de libertad que todavía quedan serán suprimidos.
Entonces, si usted todavía cree, frente a todo esto, que es libre, no tiene remedio. Quiere decir que usted no tiene idea de lo que es la libertad.
martes, 16 de agosto de 2011
Algunas Conclusiones Provisionales
Algunos comentaristas de este blog me han representado el hecho de que yo haya afirmado, frente a las movilizaciones estudiantiles, que ellas, al cabo, no iban a tener ninguna importancia.
Como, en el hecho, han tenido importancia, porque han remecido al gobierno y al país, aparentemente me he equivocado. Pero "para verdades, el tiempo", así es que propongo esperar el desenlace. Mi pronóstico sigue siendo que, para el alumnado, va a ser similar al del movimiento pingüino: nada trascendente.
Pero, entretanto, podemos sacar algunas conclusiones provisorias:
La primera, que se comprueba algo que he afirmado con reiteración: la agenda la fija el Partido Comunista. Ya los únicos que no hablaban de plebiscito en la Concertación, los DC, han empezado a hacerlo. Esa, al principio, sólo fue una idea loca del dirigente comunista Jaime Gajardo, que nadie tomó en serio. Ahora la Concertación completa se transformó en "compañera de ruta" del PC y pide plebiscito. La segunda es una corroboración histórica, porque mucha gente se pregunta cómo fue que los comunistas lograron esclavizar a gran parte del mundo sin haber sido mayoría en ningún país. Bueno, la respuesta la estamos viendo. Entre los profesores no son mayoría, pero el presidente de los mismos es comunista. Entre los alumnos tampoco son mayoría, pero la presidenta es comunista. El otro día iba oyendo el programa de Checho Hirane en Agricultura y lo llamó un alumno de derecho de la Universidad de Chile y le dijo: "Camila Vallejos fue elegida con 900 votos de nueve mil estudiantes que votaron, de un universo con derecho a voto de 30 mil. Los que queremos volver a clases somos mayoría, pero no podemos porque en las asambleas impera la violencia y no nos dejan siquiera participar".
¿Qué tal? Camila elegida con el 3 por ciento de los votos, los mismos que tienen los comunistas en el país. Pero ella y ellos mandan, fijan la agenda. ¿Y la mayoría que quiere ir a clases? Bien, gracias. Nadie la oye, la prensa, la radio (salvo Checho Hirane) y la TV "no la pescan". Paradoja, pues la democracia es el gobierno de la mayoría, pero aquí la mayoría no manda, sino que lo hace la minoría.
Tercera conclusión provisoria: cuando usted le ofrece gratis a la gente algo que antes tenía que pagar, es muy probable que lo apoyen, pero sólo para obtener esa cosa gratis. Casi todas las familias tienen a alguien estudiando y la mayoría debe pagar por esos estudios. Entonces aparecen unas personas y les dicen: "la educación debe ser gratis". Y esa mayoría dice "¡qué buena idea!" y apoyan el movimiento, porque les puede significar un beneficio económico importante. Hasta una carabinera, en cámara, destinada a controlar una manifestación estudiantil, se declaró a favor de los manifestantes, diciendo: "yo tengo tres hijos estudiando". Entonces, nadie puede extrañarse del ruido de cacerolas, porque ayuda a la causa y es una manera fácil de conseguir educación gratis. Ahora, no le pida a la gente que se dé cuenta de que la educación gratis, hoy, (porque la hay) es la peor. Eso ya vendría siendo "la letra chica", y la gente sólo se queda con la letra grande.
Cuarta conclusión: la violencia paga, sobre todo si no hay autoridad. Y el clima de desgobierno se transmite al resto de la sociedad. Aquí se han tomado cada vez más instituciones de enseñanza de manera totalmente impune, siendo que la usurpación y los daños son delitos. Pero, como no hay autoridad, las tomas y los daños siguen. Los manifestantes apedrean, incendian, saquean y ¡no hay un solo preso! ¿Saben ustedes qué está pasando? Que mucha gente se está dando cuenta de que hemos vuelto a fines de los años 60 y comienzos de los 70. Los más jóvenes no saben lo que fue eso. Pero el otro día un señor de edad me dijo lo siguiente: "Hacía muchos años que no me ocurría lo que te voy a contar: llegué a una bomba de bencina y le pedí al empleado que me llenara el estanque, pero sólo me miró y siguió caminando. Fui a pedirle a otro, que me echó bencina de mala gana, mientras el primero volvía y se apoyaba de espaldas en mi auto. Le dije que, por respeto al cliente, dejara de apoyarse, y lo hizo reticentemente. Me recordó la UP".
Son algunas conclusiones provisionales. Mi pronóstico sigue siendo de que, al final, el estudiantado pagará el costo de perder un año y terminará tal como los "pingüinos", igual que antes.
Pero la comprobación de que la ilegalidad y el populismo consiguen siempre adhesión y de que no hay autoridad va dejando su huella.
Huella que trae consigo recuerdos del pasado.
Como, en el hecho, han tenido importancia, porque han remecido al gobierno y al país, aparentemente me he equivocado. Pero "para verdades, el tiempo", así es que propongo esperar el desenlace. Mi pronóstico sigue siendo que, para el alumnado, va a ser similar al del movimiento pingüino: nada trascendente.
Pero, entretanto, podemos sacar algunas conclusiones provisorias:
La primera, que se comprueba algo que he afirmado con reiteración: la agenda la fija el Partido Comunista. Ya los únicos que no hablaban de plebiscito en la Concertación, los DC, han empezado a hacerlo. Esa, al principio, sólo fue una idea loca del dirigente comunista Jaime Gajardo, que nadie tomó en serio. Ahora la Concertación completa se transformó en "compañera de ruta" del PC y pide plebiscito. La segunda es una corroboración histórica, porque mucha gente se pregunta cómo fue que los comunistas lograron esclavizar a gran parte del mundo sin haber sido mayoría en ningún país. Bueno, la respuesta la estamos viendo. Entre los profesores no son mayoría, pero el presidente de los mismos es comunista. Entre los alumnos tampoco son mayoría, pero la presidenta es comunista. El otro día iba oyendo el programa de Checho Hirane en Agricultura y lo llamó un alumno de derecho de la Universidad de Chile y le dijo: "Camila Vallejos fue elegida con 900 votos de nueve mil estudiantes que votaron, de un universo con derecho a voto de 30 mil. Los que queremos volver a clases somos mayoría, pero no podemos porque en las asambleas impera la violencia y no nos dejan siquiera participar".
¿Qué tal? Camila elegida con el 3 por ciento de los votos, los mismos que tienen los comunistas en el país. Pero ella y ellos mandan, fijan la agenda. ¿Y la mayoría que quiere ir a clases? Bien, gracias. Nadie la oye, la prensa, la radio (salvo Checho Hirane) y la TV "no la pescan". Paradoja, pues la democracia es el gobierno de la mayoría, pero aquí la mayoría no manda, sino que lo hace la minoría.
Tercera conclusión provisoria: cuando usted le ofrece gratis a la gente algo que antes tenía que pagar, es muy probable que lo apoyen, pero sólo para obtener esa cosa gratis. Casi todas las familias tienen a alguien estudiando y la mayoría debe pagar por esos estudios. Entonces aparecen unas personas y les dicen: "la educación debe ser gratis". Y esa mayoría dice "¡qué buena idea!" y apoyan el movimiento, porque les puede significar un beneficio económico importante. Hasta una carabinera, en cámara, destinada a controlar una manifestación estudiantil, se declaró a favor de los manifestantes, diciendo: "yo tengo tres hijos estudiando". Entonces, nadie puede extrañarse del ruido de cacerolas, porque ayuda a la causa y es una manera fácil de conseguir educación gratis. Ahora, no le pida a la gente que se dé cuenta de que la educación gratis, hoy, (porque la hay) es la peor. Eso ya vendría siendo "la letra chica", y la gente sólo se queda con la letra grande.
Cuarta conclusión: la violencia paga, sobre todo si no hay autoridad. Y el clima de desgobierno se transmite al resto de la sociedad. Aquí se han tomado cada vez más instituciones de enseñanza de manera totalmente impune, siendo que la usurpación y los daños son delitos. Pero, como no hay autoridad, las tomas y los daños siguen. Los manifestantes apedrean, incendian, saquean y ¡no hay un solo preso! ¿Saben ustedes qué está pasando? Que mucha gente se está dando cuenta de que hemos vuelto a fines de los años 60 y comienzos de los 70. Los más jóvenes no saben lo que fue eso. Pero el otro día un señor de edad me dijo lo siguiente: "Hacía muchos años que no me ocurría lo que te voy a contar: llegué a una bomba de bencina y le pedí al empleado que me llenara el estanque, pero sólo me miró y siguió caminando. Fui a pedirle a otro, que me echó bencina de mala gana, mientras el primero volvía y se apoyaba de espaldas en mi auto. Le dije que, por respeto al cliente, dejara de apoyarse, y lo hizo reticentemente. Me recordó la UP".
Son algunas conclusiones provisionales. Mi pronóstico sigue siendo de que, al final, el estudiantado pagará el costo de perder un año y terminará tal como los "pingüinos", igual que antes.
Pero la comprobación de que la ilegalidad y el populismo consiguen siempre adhesión y de que no hay autoridad va dejando su huella.
Huella que trae consigo recuerdos del pasado.
domingo, 14 de agosto de 2011
Si Hubiera Habido un Gobierno de Derecha...
...todo habría sido muy distinto ante el alzamiento ilegal dirigido por el comunismo, que hemos presenciado en estas semanas.
Para comenzar, no habría habido colegios "tomados". El primero que se hubiera intentado tomar habría sido desocupado inmediatamente por la fuerza pública. Y si algún alcalde se hubiera negado a desocuparlo, no habría podido recibir subvención ni el pago de los profesores. Ningún profesor que no hubiera hecho clases habría recibido pago, como lo reciben hoy. Porque habrían tenido que asistir a hacer clases aunque hubiera ido un solo alumno por curso. Y si los demás alumnos no hubieran concurrido durante determinados días, les habría sucedido lo que siempre sucedió, cuando había orden, con los alumnos desertores: habrían sido expulsados del colegio.
Y todo esto extensivo a los establecimientos educacionales de diversos niveles.
Y los que hubieren sido sorprendidos lanzando piedras a carabineros habrían sido procesados por maltrato de obra a los mismos, lo cual es un delito. Aquí ni siquiera se ha formalizado a un solo agresor, de los miles que hemos visto.
Y, por supuesto, los vándalos habrían sido detenidos y procesados por daños e incendios, pues un gobierno de derecha habría puesto en la calle al número necesario de uniformados para arrestar a todos los vándalos. Y si hubiera habido que recurrir a otras fuerzas uniformadas para mantener el orden, se habría hecho.
Por supuesto, un gobierno de derecha habría velado por la libertad de enseñanza garantizada en la Constitución, fuere o no con fines de lucro, pues los fines de lucro para enseñar también están garantizados en la Constitución. Si no lo cree, lea los números 10 y 16 del artículo 19, que enumera las garantías individuales.
Y un gobierno de derecha se habría preocupado de que los recursos públicos para educación fueran, cada vez en mayor proporción, directamente a las manos de las familias pobres, para que éstas libremente eligieran colegios, universidades e institutos profesionales o centros de formación técnica para sus hijos, financiándolos con vales o "vouchers" emitidos por el Estado. Menos burocracia educacional y más dinero para enseñanza de los pobres.
Y un gobierno de derecha se habría preocupado de la libertad de programas de enseñanza y de la libertad de las respectivas instituciones para organizarse como quisieran. En eso consiste la libertad de enseñanza garantizada por la Constitución.
No más PSU (herramienta del control estatal de la enseñanza), no más "contenidos mínimos obligatorios", no más dictadura de la burocracia.
Por tanto, nada de lo que ha sucedido durante estas semanas habría sucedido, porque ello ha sido posible debido a que no hay un gobierno de derecha, no hay orden ni autoridad ni se aplican las leyes ni las normas mínimas de disciplina a que deben someterse, en toda sociedad civilizada, los estudiantes, sean ellos de básica, media, universitaria o técnico-profesional.
Pero, no hace falta repetirlo, no hay un gobierno de derecha ni se respeta siquiera en un mínimo la autoridad y la legalidad. Por tanto, impera la ley del más fuerte (y está claro que el más fuerte no es el gobierno).
Por tanto, nadie sabe cuándo va a terminar todo esto.
Pero, como hay un sentido común subyacente en nuestra sociedad, yo pienso que, a la larga, todo lo que se ha vivido no pasará de ser un mal recuerdo y no tendrá más trascendencia que la que tuvo, hace años, el "movimiento de los pingüinos", que en realidad no tuvo ninguna.
Pero sí quedará demostrado, una vez más, que no tenemos un gobierno de derecha. Dado eso, si el sentido común subyacente en la sociedad no prevalece, sólo los dueños de la fuerza (todos sabemos quiénes son) pueden saber en qué va terminar todo esto.
Para comenzar, no habría habido colegios "tomados". El primero que se hubiera intentado tomar habría sido desocupado inmediatamente por la fuerza pública. Y si algún alcalde se hubiera negado a desocuparlo, no habría podido recibir subvención ni el pago de los profesores. Ningún profesor que no hubiera hecho clases habría recibido pago, como lo reciben hoy. Porque habrían tenido que asistir a hacer clases aunque hubiera ido un solo alumno por curso. Y si los demás alumnos no hubieran concurrido durante determinados días, les habría sucedido lo que siempre sucedió, cuando había orden, con los alumnos desertores: habrían sido expulsados del colegio.
Y todo esto extensivo a los establecimientos educacionales de diversos niveles.
Y los que hubieren sido sorprendidos lanzando piedras a carabineros habrían sido procesados por maltrato de obra a los mismos, lo cual es un delito. Aquí ni siquiera se ha formalizado a un solo agresor, de los miles que hemos visto.
Y, por supuesto, los vándalos habrían sido detenidos y procesados por daños e incendios, pues un gobierno de derecha habría puesto en la calle al número necesario de uniformados para arrestar a todos los vándalos. Y si hubiera habido que recurrir a otras fuerzas uniformadas para mantener el orden, se habría hecho.
Por supuesto, un gobierno de derecha habría velado por la libertad de enseñanza garantizada en la Constitución, fuere o no con fines de lucro, pues los fines de lucro para enseñar también están garantizados en la Constitución. Si no lo cree, lea los números 10 y 16 del artículo 19, que enumera las garantías individuales.
Y un gobierno de derecha se habría preocupado de que los recursos públicos para educación fueran, cada vez en mayor proporción, directamente a las manos de las familias pobres, para que éstas libremente eligieran colegios, universidades e institutos profesionales o centros de formación técnica para sus hijos, financiándolos con vales o "vouchers" emitidos por el Estado. Menos burocracia educacional y más dinero para enseñanza de los pobres.
Y un gobierno de derecha se habría preocupado de la libertad de programas de enseñanza y de la libertad de las respectivas instituciones para organizarse como quisieran. En eso consiste la libertad de enseñanza garantizada por la Constitución.
No más PSU (herramienta del control estatal de la enseñanza), no más "contenidos mínimos obligatorios", no más dictadura de la burocracia.
Por tanto, nada de lo que ha sucedido durante estas semanas habría sucedido, porque ello ha sido posible debido a que no hay un gobierno de derecha, no hay orden ni autoridad ni se aplican las leyes ni las normas mínimas de disciplina a que deben someterse, en toda sociedad civilizada, los estudiantes, sean ellos de básica, media, universitaria o técnico-profesional.
Pero, no hace falta repetirlo, no hay un gobierno de derecha ni se respeta siquiera en un mínimo la autoridad y la legalidad. Por tanto, impera la ley del más fuerte (y está claro que el más fuerte no es el gobierno).
Por tanto, nadie sabe cuándo va a terminar todo esto.
Pero, como hay un sentido común subyacente en nuestra sociedad, yo pienso que, a la larga, todo lo que se ha vivido no pasará de ser un mal recuerdo y no tendrá más trascendencia que la que tuvo, hace años, el "movimiento de los pingüinos", que en realidad no tuvo ninguna.
Pero sí quedará demostrado, una vez más, que no tenemos un gobierno de derecha. Dado eso, si el sentido común subyacente en la sociedad no prevalece, sólo los dueños de la fuerza (todos sabemos quiénes son) pueden saber en qué va terminar todo esto.
sábado, 13 de agosto de 2011
Como Decíamos Ayer...
...la agenda la fijan los comunistas, en prueba de lo cual vimos en los diarios de hoy que los presidentes del PS, el PPD y el PRSD fueron a La Moneda a pedir... plebiscito. La palabra mágica que lanzó Jaime Gajardo, el presidente comunista de los profesores.
¿Plebiscito sobre qué? Obviamente, sobre lo que motiva las huelgas y marchas de los estudiantes y "encapuchados", y que ha sido determinado por Camila Vallejos, dirigenta comunista de los estudiantes, y su correligionario Gajardo (cuya foto, junto a sus camaradas Chávez, de Venezuela, y Ortega, de Nicaragua, circula hoy en la red): educación pública y fin del lucro. Esto, traducido a lenguaje corriente, significa monopolio estatal de la enseñanza y prohibición de enseñar para los particulares. Porque, obviamente, ningún particular puede dedicarse a educar si, después de realizar ese trabajo, no puede obtener un excedente (lucro) sobre lo invertido en él, para sobrevivir.
¿Y qué dice el pueblo al respecto? La respuesta está en un sondeo que hizo el diario "La Tercera": el 76 por ciento de la gente concuerda con las señaladas peticiones de los estudiantes.
En consecuencia, ése es el estado de situación del país: parte importante de la clase política hace suya la agenda comunista y demanda plebiscito; si La Moneda acoge ese planteamiento, pues habrá plebiscito, tarde o temprano; las tres cuartas partes de los chilenos están a favor de "educación pública y no al lucro"; luego, el resultado del plebiscito ya se sabe y, en consecuencia, deberán cerrar todas las instituciones de enseñanza, de cualquier nivel, que no sean del Estado, pues los dueños de las entidades particulares no podrán subsistir si no obtienen algún excedente (lucro) por sobre lo invertido en ellas.
A cincuenta años de la caída del muro de Berlín, levantado por los comunistas para impedir que la gente huyera de su sistema, las tres cuartas partes de los chilenos optan por la agenda comunista.
¿Merecemos o no un premio? Ustedes imaginarán un premio a qué.
¿Plebiscito sobre qué? Obviamente, sobre lo que motiva las huelgas y marchas de los estudiantes y "encapuchados", y que ha sido determinado por Camila Vallejos, dirigenta comunista de los estudiantes, y su correligionario Gajardo (cuya foto, junto a sus camaradas Chávez, de Venezuela, y Ortega, de Nicaragua, circula hoy en la red): educación pública y fin del lucro. Esto, traducido a lenguaje corriente, significa monopolio estatal de la enseñanza y prohibición de enseñar para los particulares. Porque, obviamente, ningún particular puede dedicarse a educar si, después de realizar ese trabajo, no puede obtener un excedente (lucro) sobre lo invertido en él, para sobrevivir.
¿Y qué dice el pueblo al respecto? La respuesta está en un sondeo que hizo el diario "La Tercera": el 76 por ciento de la gente concuerda con las señaladas peticiones de los estudiantes.
En consecuencia, ése es el estado de situación del país: parte importante de la clase política hace suya la agenda comunista y demanda plebiscito; si La Moneda acoge ese planteamiento, pues habrá plebiscito, tarde o temprano; las tres cuartas partes de los chilenos están a favor de "educación pública y no al lucro"; luego, el resultado del plebiscito ya se sabe y, en consecuencia, deberán cerrar todas las instituciones de enseñanza, de cualquier nivel, que no sean del Estado, pues los dueños de las entidades particulares no podrán subsistir si no obtienen algún excedente (lucro) por sobre lo invertido en ellas.
A cincuenta años de la caída del muro de Berlín, levantado por los comunistas para impedir que la gente huyera de su sistema, las tres cuartas partes de los chilenos optan por la agenda comunista.
¿Merecemos o no un premio? Ustedes imaginarán un premio a qué.
viernes, 12 de agosto de 2011
El Mismo Síndrome de Siempre
Siempre he sostenido que en el país se tiende a hacer lo que el Partido Comunista dice. Desde hace muchos años, en mayor o menor medida. El gobierno de Frei Montalva estuvo condicionado por eso. El de Allende... para qué decir. Y el propio Gobierno Militar, cuya justificación histórica residió en haber remediado gran parte de los males provocados por haberse hecho lo que decían los comunistas, no pudo desligarse por completo del mismo sino.
¿O se ha olvidado ya que la mismísima Constitución de 1980 reservó para el Estado, inexplicablemente, los yacimientos mineros? ¡Cuánto costó remediar ese injerto comunista! Sólo la genialidad de José Piñera, que discurrió un derecho real de concesión minera, a comienzos de los '80, permitió sortear esa onerosa y negativa herencia "inmanente" de la propiedad estatal de los yacimientos.
Otro remanente estatista, del cual el mismo Gobierno Militar no pudo sustraerse, y también impuesto por el pensamiento comunista, fue el de introducir en la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) la restricción de que las universidades no pudieran tener fines de lucro. Un disparate insigne, contrario a la Constitución, disparate consagrado con la propia firma del Presidente Pinochet y la Junta de Gobierno. ¿Qué puede explicar eso? Yo les voy a decir: la misma fatalidad del ADN chileno.
Lo notable es que esa norma sea inconstitucional, contraria a la propia Carta que el Gobierno Militar nos legó (ver mi blog del 6 de julio pasado, y varios otros posteriores, donde lo recién dicho queda probado). Entonces ¿por qué el gobierno y la Junta la introdujeron? Por ese vértigo del sino chileno de tener que hacer siewmpre algo de lo que dicen los comunistas.
Además de inconstitucional, esa norma es absurda. En Chile la mejor educación la proveen, en todos los niveles, los particulares que se ganan la vida enseñando. Es decir, la mejor es la que tiene fines de lucro. Pero no. Hasta los militares cargaban en su mochila el complejo nacional de tener que hacerle una venia al comunismo.
La Constitución, en efecto, en su artículo 19, números 10 y 16, garantiza que todo trabajo merece "una retribución justa", es decir, consagra la garantía individual de trabajar por una ganancia, un lucro. Y consagra la plena libertad de enseñanza, que permite a toda persona fundar, organizar y mantener establecimientos de enseñanza, sin distinción. Ninguna ley puede prohibirlo. Pero la LOCE, dictada a última hora por el Gobierno Militar, lo hizo, respecto de las universidades. De modo que los uniformados pusieron un broche de oro a su gobierno contraviviendo su propia Constitución. Por suerte, en tal calidad, por ir contra la Carta, contra la conveniencia del país y contra las garantías individuales, esa norma ha sido ampliamente "by-passeada". Y está bien que lo haya sido.
Pero ahora el Partido Comunista, que con el tres por ciento de los votos controla la política nacional, quiere que esa ley inconstitucional no sólo se aplique al nivel universitario, sino a toda la enseñanza nacional.¡Y hasta encuentra apoyos, no ya en la Concertación y la DC, que siempre han sido sus cajas de resonancia, sino en la propia derecha, donde la senadora Lily Pérez (RN), una de las autodeclaradas "escuderas" parlamentarias del Presidente, apoya la persecución contra el trabajo de los particulares en la enseñanza!
Este es "el Chile de siempre", el monitoreado por el Partido Comunista, que apenas las defensas nacionales se debilitan, en particular cuando cuando existe un gobierno sin autoridad, débil y desorientado, reconquista su liderazgo intelectual sobre los chilenos, el único pueblo que fue capaz de darse por elección popular un gobierno marxista-leninista.
Es un síndrome nacional de inmuno-deficiencia política, de muy mal pronóstico, que resurge cada vez que las defensas de la nacionalidad caen.
Hasta ahora la Virgen del Carmen ha velado porque ese síndrome no prevalezca, pero, como siempre está dentro del organismo social, de nuevo reaparece y estamos al borde de que lo invada por completo.
Y esta vez ¿volverá la Virgen a salvarnos?
¿O se ha olvidado ya que la mismísima Constitución de 1980 reservó para el Estado, inexplicablemente, los yacimientos mineros? ¡Cuánto costó remediar ese injerto comunista! Sólo la genialidad de José Piñera, que discurrió un derecho real de concesión minera, a comienzos de los '80, permitió sortear esa onerosa y negativa herencia "inmanente" de la propiedad estatal de los yacimientos.
Otro remanente estatista, del cual el mismo Gobierno Militar no pudo sustraerse, y también impuesto por el pensamiento comunista, fue el de introducir en la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) la restricción de que las universidades no pudieran tener fines de lucro. Un disparate insigne, contrario a la Constitución, disparate consagrado con la propia firma del Presidente Pinochet y la Junta de Gobierno. ¿Qué puede explicar eso? Yo les voy a decir: la misma fatalidad del ADN chileno.
Lo notable es que esa norma sea inconstitucional, contraria a la propia Carta que el Gobierno Militar nos legó (ver mi blog del 6 de julio pasado, y varios otros posteriores, donde lo recién dicho queda probado). Entonces ¿por qué el gobierno y la Junta la introdujeron? Por ese vértigo del sino chileno de tener que hacer siewmpre algo de lo que dicen los comunistas.
Además de inconstitucional, esa norma es absurda. En Chile la mejor educación la proveen, en todos los niveles, los particulares que se ganan la vida enseñando. Es decir, la mejor es la que tiene fines de lucro. Pero no. Hasta los militares cargaban en su mochila el complejo nacional de tener que hacerle una venia al comunismo.
La Constitución, en efecto, en su artículo 19, números 10 y 16, garantiza que todo trabajo merece "una retribución justa", es decir, consagra la garantía individual de trabajar por una ganancia, un lucro. Y consagra la plena libertad de enseñanza, que permite a toda persona fundar, organizar y mantener establecimientos de enseñanza, sin distinción. Ninguna ley puede prohibirlo. Pero la LOCE, dictada a última hora por el Gobierno Militar, lo hizo, respecto de las universidades. De modo que los uniformados pusieron un broche de oro a su gobierno contraviviendo su propia Constitución. Por suerte, en tal calidad, por ir contra la Carta, contra la conveniencia del país y contra las garantías individuales, esa norma ha sido ampliamente "by-passeada". Y está bien que lo haya sido.
Pero ahora el Partido Comunista, que con el tres por ciento de los votos controla la política nacional, quiere que esa ley inconstitucional no sólo se aplique al nivel universitario, sino a toda la enseñanza nacional.¡Y hasta encuentra apoyos, no ya en la Concertación y la DC, que siempre han sido sus cajas de resonancia, sino en la propia derecha, donde la senadora Lily Pérez (RN), una de las autodeclaradas "escuderas" parlamentarias del Presidente, apoya la persecución contra el trabajo de los particulares en la enseñanza!
Este es "el Chile de siempre", el monitoreado por el Partido Comunista, que apenas las defensas nacionales se debilitan, en particular cuando cuando existe un gobierno sin autoridad, débil y desorientado, reconquista su liderazgo intelectual sobre los chilenos, el único pueblo que fue capaz de darse por elección popular un gobierno marxista-leninista.
Es un síndrome nacional de inmuno-deficiencia política, de muy mal pronóstico, que resurge cada vez que las defensas de la nacionalidad caen.
Hasta ahora la Virgen del Carmen ha velado porque ese síndrome no prevalezca, pero, como siempre está dentro del organismo social, de nuevo reaparece y estamos al borde de que lo invada por completo.
Y esta vez ¿volverá la Virgen a salvarnos?
jueves, 11 de agosto de 2011
Los Que la Hacen, que la Paguen
En los últimos veintidós años, bajo los cinco gobiernos de la Concertación --porque el actual, para mí, es sólo otro más-- se han llevado adelante muchas iniciativas perjudiciales para el país, pero en particular dos especialmente graves: la de debilitar la familia y la de proteger a los delincuentes.
Este V Gobierno de la Concertación ha hecho ayer su aporte al respecto, al enviar al Congreso un proyecto destructivo del matrimonio, que es la base del hogar y de la familia. Esa iniciativa le confiere un título de legitimidad a las que ahora se llama "parejas".
Las "parejas" han existido siempre como tales, pero nunca habían adquirido la categoría de sucedáneas o sustitutivas del matrimonio regular, como lo posibilita el proyecto del gobierno de Sebastián Piñera, que les ha abierto la puerta para reemplazar al hogar debidamente constituido. Es mucho más fácil firmar un "Acuerdo", que después puede dejarse sin efecto mediante un sencillo trámite notarial, que contraer matrimonio, caracterizado por ser una unión permanente y estable, de la cual es mucho más difícil desligarse.
Ya la disolución de la moral general ha conducido a que casi dos tercios de los chilenos nazcan fuera del matrimonio. Si éste es la base del hogar, quiere decir que esa proporción de chilenos nace careciendo de un hogar propiamente tal.
¿Y qué hemos visto en las calles durante las últimas semanas? Una juventud que es hija de ese estado de cosas y representa la peor consecuencia de la disolución social: daños, ultrajes, incendios, saqueos, violencia.
Si hubiera existido una legislación punitiva de los excesos que hemos presenciado, la situación sería muy distinta, pero los gobiernos de la Concertación han legislado sistemáticamente en favor de la delincuencia. Entonces hemos llegado al extremo de que ya es muy difícil que el autor de un delito sea castigado. De los depredadores, saqueadores, vándalos, incendiarios y asaltantes que se han apoderado de las calles en estos días, NO HAY UNO SOLO, LÉASE BIEN, UNO SOLO formalizado por algún delito. Hasta el sujeto visto, fotografiado y filmado incendiando un automóvil ha sido dejado en libertad.
Lo peor es que todo lo que se ha hecho en estos veintidós años por debilitar la familia propiamente tal y garantizar la impunidad de los delincuentes ha sido hecho, es inútil desconocerlo, con un gran respaldo mayoritario. Eso es innegable.
Bueno, pero eso lo está pagando la sociedad chilena de hoy. No se quejen, ustedes lo hicieron. Ustedes votaron por lo que hoy tienen. Ustedes aplauden a los "estudiantes" que no dejan estudiar y se toman los colegios y universidades. Ustedes dicen que ellos tienen razón. Entonces no se quejen de los actos vandálicos que ellos protagonizan, porque fueron ustedes los que sembraron la semilla y hoy son ustedes quienes los están alentando.
Es una ley de la vida: "el que la hace, la paga". Lo de estos días lo ha hecho una mayoría de chilenos y lo está pagando también una mayoría. Que ella, entonces, no se queje. Los que somos minoría y nos hemos opuesto siempre a la disolución general tenemos derecho a hacerlo, pero ustedes, la mayoría, no. Con su pan se lo coman.
Este V Gobierno de la Concertación ha hecho ayer su aporte al respecto, al enviar al Congreso un proyecto destructivo del matrimonio, que es la base del hogar y de la familia. Esa iniciativa le confiere un título de legitimidad a las que ahora se llama "parejas".
Las "parejas" han existido siempre como tales, pero nunca habían adquirido la categoría de sucedáneas o sustitutivas del matrimonio regular, como lo posibilita el proyecto del gobierno de Sebastián Piñera, que les ha abierto la puerta para reemplazar al hogar debidamente constituido. Es mucho más fácil firmar un "Acuerdo", que después puede dejarse sin efecto mediante un sencillo trámite notarial, que contraer matrimonio, caracterizado por ser una unión permanente y estable, de la cual es mucho más difícil desligarse.
Ya la disolución de la moral general ha conducido a que casi dos tercios de los chilenos nazcan fuera del matrimonio. Si éste es la base del hogar, quiere decir que esa proporción de chilenos nace careciendo de un hogar propiamente tal.
¿Y qué hemos visto en las calles durante las últimas semanas? Una juventud que es hija de ese estado de cosas y representa la peor consecuencia de la disolución social: daños, ultrajes, incendios, saqueos, violencia.
Si hubiera existido una legislación punitiva de los excesos que hemos presenciado, la situación sería muy distinta, pero los gobiernos de la Concertación han legislado sistemáticamente en favor de la delincuencia. Entonces hemos llegado al extremo de que ya es muy difícil que el autor de un delito sea castigado. De los depredadores, saqueadores, vándalos, incendiarios y asaltantes que se han apoderado de las calles en estos días, NO HAY UNO SOLO, LÉASE BIEN, UNO SOLO formalizado por algún delito. Hasta el sujeto visto, fotografiado y filmado incendiando un automóvil ha sido dejado en libertad.
Lo peor es que todo lo que se ha hecho en estos veintidós años por debilitar la familia propiamente tal y garantizar la impunidad de los delincuentes ha sido hecho, es inútil desconocerlo, con un gran respaldo mayoritario. Eso es innegable.
Bueno, pero eso lo está pagando la sociedad chilena de hoy. No se quejen, ustedes lo hicieron. Ustedes votaron por lo que hoy tienen. Ustedes aplauden a los "estudiantes" que no dejan estudiar y se toman los colegios y universidades. Ustedes dicen que ellos tienen razón. Entonces no se quejen de los actos vandálicos que ellos protagonizan, porque fueron ustedes los que sembraron la semilla y hoy son ustedes quienes los están alentando.
Es una ley de la vida: "el que la hace, la paga". Lo de estos días lo ha hecho una mayoría de chilenos y lo está pagando también una mayoría. Que ella, entonces, no se queje. Los que somos minoría y nos hemos opuesto siempre a la disolución general tenemos derecho a hacerlo, pero ustedes, la mayoría, no. Con su pan se lo coman.
martes, 9 de agosto de 2011
"Cría Cuervos y Te Sacarán los Ojos"
Sebastián Piñera alguna vez declaró que Volodia Teitelboim, alto jefe comunista, había sido "un gran hombre de la historia de Chile"; alguna otra vez visitó con publicidad a Gladys Marín, Secretaria General comunista, durante su enfermedad, y financió parte del tratamiento. Pero la mayor alegría se la dio a los comunistas cuando, en un foro presidencial, declaró que el peor gobernante en la historia de Chile había sido Pinochet, y no Allende, como lo señala la verdad histórica objetiva. Luego prometió al jefe comunista (ex encargado militar del partido y hoy diputado, gracias a los DC, los eternos "Kerensky chilenos") Guillermo Teillier, según declaración de éste, que modificaría el sistema electoral para darle al partido rojo mayores posibilidades de elegir parlamentarios, ya que los votos no le alcanzaban. Pues Piñera, como buen ex DC, es bastante "Kerensky" a su turno. Luego llevó a La Moneda, se fotografió sonriente con ellos e invitó a sus giras a parlamentarios comunistas, incluido al abogado defensor de terroristas y perseguidor de militares (aunque es hijo de militar) Hugo Gutiérrez.
Hoy los comunistas le están "retribuyendo". ¿Quiénes encabezan las asonadas, asaltos e incendios de estos días? Jaime Gajardo, dirigente comunista de los profesores, y Camila Vallejos, dirigenta comunista de los alumnos. Ambos convocan a "manifestaciones pacíficas", pero saben perfectamente que el brazo armado de su partido, el FPMR, hoy integrado por los "encapuchados", aprovechará la marcha para sembrar el terror en las ciudades. Eso todos lo sabemos de antemano.
Los encapuchados actúan sobre seguro, porque nadie les hace nada. De acuerdo con el nuevo sistema procesal penal, los jueces de garantía dejan en libertad a los violentistas detenidos por Carabineros porque "en un escenario de piedras, agua, bombas lacrimógenas, humo y gente corriendo para todos lados, es bastante arriesgado llegar a determinar participación" ("La Segunda" de hoy, p. 10).
La nueva justicia penal es, pues, funcional al terrorismo comunista.
Hoy un carabinero de civil fue perseguido, con riesgo de su vida, por un grupo de encapuchados, y buscó refugio en el Congreso, en Valparaíso, donde, naturalmente, el oficial de Carabinero a cargo lo protegió. Gran protesta del diputado comunista Hugo Gutiérrez, siempre en su tarea de proteger a los terroristas y perseguir a los uniformados. ¿Por qué el oficial de Carabineros del Congreso no dejó al carabinero de civil en la calle para ser masacrado? El diputado DC Gabriel Silber (siempre aparece un DC con vocación de Kerensky) exigió sancionar al oficial del Congreso, quien, como consecuencia de ello, ha sido separado del cargo. "Dejá vú". Es la Doctrina Aylwin: "los uniformados deben salvarnos de los comunistas cuando corremos peligro, pero luego, pasado éste, condenamos a los uniformados y perdonamos y premiamos a los comunistas".
¿A alguien le suena familiar lo que esta ocurriendo en Chile hoy? Si la respuesta es "sí", quiere decir que algo sabe de nuestra historia reciente.
Comunistas "pacíficos", gobernantes pusilánimes, opinión pública anestesiada, cuando no condescendiente y encubridora; "encapuchados" violentos e impunes; "Kerenskys chilenos"; uniformados "ponen la cara", como consecuencia de lo cual son criticados y sancionados.
"Las sociedades que no aprenden de su historia están condenadas a repetirla" (George Santayana).
Hoy los comunistas le están "retribuyendo". ¿Quiénes encabezan las asonadas, asaltos e incendios de estos días? Jaime Gajardo, dirigente comunista de los profesores, y Camila Vallejos, dirigenta comunista de los alumnos. Ambos convocan a "manifestaciones pacíficas", pero saben perfectamente que el brazo armado de su partido, el FPMR, hoy integrado por los "encapuchados", aprovechará la marcha para sembrar el terror en las ciudades. Eso todos lo sabemos de antemano.
Los encapuchados actúan sobre seguro, porque nadie les hace nada. De acuerdo con el nuevo sistema procesal penal, los jueces de garantía dejan en libertad a los violentistas detenidos por Carabineros porque "en un escenario de piedras, agua, bombas lacrimógenas, humo y gente corriendo para todos lados, es bastante arriesgado llegar a determinar participación" ("La Segunda" de hoy, p. 10).
La nueva justicia penal es, pues, funcional al terrorismo comunista.
Hoy un carabinero de civil fue perseguido, con riesgo de su vida, por un grupo de encapuchados, y buscó refugio en el Congreso, en Valparaíso, donde, naturalmente, el oficial de Carabinero a cargo lo protegió. Gran protesta del diputado comunista Hugo Gutiérrez, siempre en su tarea de proteger a los terroristas y perseguir a los uniformados. ¿Por qué el oficial de Carabineros del Congreso no dejó al carabinero de civil en la calle para ser masacrado? El diputado DC Gabriel Silber (siempre aparece un DC con vocación de Kerensky) exigió sancionar al oficial del Congreso, quien, como consecuencia de ello, ha sido separado del cargo. "Dejá vú". Es la Doctrina Aylwin: "los uniformados deben salvarnos de los comunistas cuando corremos peligro, pero luego, pasado éste, condenamos a los uniformados y perdonamos y premiamos a los comunistas".
¿A alguien le suena familiar lo que esta ocurriendo en Chile hoy? Si la respuesta es "sí", quiere decir que algo sabe de nuestra historia reciente.
Comunistas "pacíficos", gobernantes pusilánimes, opinión pública anestesiada, cuando no condescendiente y encubridora; "encapuchados" violentos e impunes; "Kerenskys chilenos"; uniformados "ponen la cara", como consecuencia de lo cual son criticados y sancionados.
"Las sociedades que no aprenden de su historia están condenadas a repetirla" (George Santayana).
lunes, 8 de agosto de 2011
Chilenos de Segunda
Leo en "La Segunda" de hoy: "Para este miércoles se espera que el ministro de Educación, Felipe Bulnes, detalle la fórmula para que los estudiantes de colegios en toma que deseen volver a clases puedan salvar el año escolar".
Hasta ahora no había tenido tiempo de preocuparse de las necesidades de la gente decente y cumplidora de sus obligaciones. Primero había que atender y prestar oídos a los subversivos, extremistas, encapuchados y sus dirigentes comunistas, que han trastornado con su violencia la vida de las ciudades.
Habiéndoles ya dado una respuesta extensa, estudiada y benévola, acogiendo parcialmente sus inquietudes, a esos ciudadanos de primera, corresponde ahora ocuparse de los chilenos de segunda, que no salen a romper el mobiliario urbano ni a lanzar bombas molotov y piedras de varios kilos a los carabineros ni saquean e incendian tiendas. Pese a que no exhiben ninguna de estas conductas "meritorias", el ministro ha resuelto ver ahora cómo soluciona su "problema": el insólito deseo que tienen de estudiar.
¿No refleja esto exactamente lo que es el Chile de hoy, con el desgobierno que tenemos, la oposición de última categoría que tenemos y la subversión de extrema izquierda que ahora y siempre hemos tenido y que, últimamente, "se lo ha tomado todo"?
¿Cómo la mayoría de los chilenos, a la cual supongo --no sé si con mucho fundamento--constituida por personas de bien, inteligentes y racionales, puede mirar indiferente que el país esté cayendo tan bajo y que esté siendo manejado por consignas primitivas que no resisten el menor análisis intelectual riguroso?
Cuando en la Alemania de la Primera Posguerra los comunistas y los nazis se hacían dueños de las calles con su violencia, un pensador que observaba alarmado la situación dijo premonitoriamente. "Para que el mal triunfe, basta que los hombres de bien no hagan nada".
¿Qué papel están jugando hoy en nuestra sociedad los hombres de bien? A juzgar por todo lo que estamos viendo, la respuesta es una sola: ninguno.
Hasta ahora no había tenido tiempo de preocuparse de las necesidades de la gente decente y cumplidora de sus obligaciones. Primero había que atender y prestar oídos a los subversivos, extremistas, encapuchados y sus dirigentes comunistas, que han trastornado con su violencia la vida de las ciudades.
Habiéndoles ya dado una respuesta extensa, estudiada y benévola, acogiendo parcialmente sus inquietudes, a esos ciudadanos de primera, corresponde ahora ocuparse de los chilenos de segunda, que no salen a romper el mobiliario urbano ni a lanzar bombas molotov y piedras de varios kilos a los carabineros ni saquean e incendian tiendas. Pese a que no exhiben ninguna de estas conductas "meritorias", el ministro ha resuelto ver ahora cómo soluciona su "problema": el insólito deseo que tienen de estudiar.
¿No refleja esto exactamente lo que es el Chile de hoy, con el desgobierno que tenemos, la oposición de última categoría que tenemos y la subversión de extrema izquierda que ahora y siempre hemos tenido y que, últimamente, "se lo ha tomado todo"?
¿Cómo la mayoría de los chilenos, a la cual supongo --no sé si con mucho fundamento--constituida por personas de bien, inteligentes y racionales, puede mirar indiferente que el país esté cayendo tan bajo y que esté siendo manejado por consignas primitivas que no resisten el menor análisis intelectual riguroso?
Cuando en la Alemania de la Primera Posguerra los comunistas y los nazis se hacían dueños de las calles con su violencia, un pensador que observaba alarmado la situación dijo premonitoriamente. "Para que el mal triunfe, basta que los hombres de bien no hagan nada".
¿Qué papel están jugando hoy en nuestra sociedad los hombres de bien? A juzgar por todo lo que estamos viendo, la respuesta es una sola: ninguno.
domingo, 7 de agosto de 2011
Lo Que Sucede es Increíble
Es increíble que una serie de marchas conducidas por el Partido Comunista haya tenido tanta adhesión ciudadana. El comunismo ha desaparecido en casi todo el mundo y entre nosotros tiene una adhesión electoral del tres por ciento. Sin embargo, ha logrado convulsionar al país y conducir un proceso que parece tener un gran apoyo ciudadano. Podría haber sido porque hubiera impulsado propuestas geniales y merecedoras de ser abrazadas por la ciudadanía, pero no ha sido así, sino todo lo contrario: sus propuestas, comos se ha visto y se verá, son absurdas, retrógradas e irreales. ¿Es que la ciudadanía ha perdido la razón?
Es increíble que el ruido de las cacerolas vacías sea utilizado para protestar cuando hay abundancia de todos los abastecimientos imaginables. El golpear de cacerolas vacías nació en 1972, cuando las políticas del partido comunista y sus socios socialistas (ocupaban los ministerios de Economía y Hacienda) habían provocado la mayor escasez de alimentos conocida en la historia del país. Por eso las dueñas de casa, todas las noches, salían a golpear cacerolas vacías en protesta. Por eso es inverosímil que en una protesta conducida por los generadores de la escasez de alimentos se usen las cacerolas vacías para protestar. Es usar como símbolo "la soga en la casa del ahorcado".
Es increíble que el gobierno y la oposición hayan tomado en serio la demanda por una educaciòn estatal gratuita y la prohibición del lucro en la enseñanza. Si se acogiera esa doble demanda se destruiría lo mejor de la educación chilena, que son las instituciones particulares pagadas, y se consagraría al monopolio estatal, que la mayoría rechazó cuando se quiso imponer en 1972, bajo la UP, como Escuela Nacional Unificada. Porque el monopolio estatal de la enseñanza conduce a que sólo se enseñe lo que el gobierno disponga.
Y, además, esta propuesta es increíble porque, comprobadamente, el Estado es el que enseña peor y los particulares son los que lo hacen mejor, en términos de resultados. Si se buscara realmente una "educaciòn de calidad", ella debería ser proporcionada exclusivamente por estos últimos.
Es increíble que en un país en que la Constitución garantiza la libertad para fundar, organizar y mantener establecimientos de enseñanza y la libertad de trabajo con una retribución justa; y en que, al amparo de esto último, se desarrollan las más variadas actividades, entre ellas hasta los juegos de azar y el cine pornográfico, se pretenda, en cambio, prohibir a los particulares mantener establecimientos de enseñanza. ¿Es que el país se ha vuelto loco?
Es increíble que el vandalismo y el delito desatados en estos días en las calles y en las ocupaciones ilegales de establecimientos de enseñanza susciten menos crítica pública que el esfuerzo policial por impedirlos. ¿En qué país vivimos?
Sólo la extrema debilidad de un gobernante carente de definiciones propias e incapaz de imponer su autoridad ha podido conducir a que estas cosas increíbles estén sucediendo entre nosotros y comprometiendo la gobernabilidad, cuando aquél todavía tiene por delante dos tercios de su mandato.
Es increíble que el ruido de las cacerolas vacías sea utilizado para protestar cuando hay abundancia de todos los abastecimientos imaginables. El golpear de cacerolas vacías nació en 1972, cuando las políticas del partido comunista y sus socios socialistas (ocupaban los ministerios de Economía y Hacienda) habían provocado la mayor escasez de alimentos conocida en la historia del país. Por eso las dueñas de casa, todas las noches, salían a golpear cacerolas vacías en protesta. Por eso es inverosímil que en una protesta conducida por los generadores de la escasez de alimentos se usen las cacerolas vacías para protestar. Es usar como símbolo "la soga en la casa del ahorcado".
Es increíble que el gobierno y la oposición hayan tomado en serio la demanda por una educaciòn estatal gratuita y la prohibición del lucro en la enseñanza. Si se acogiera esa doble demanda se destruiría lo mejor de la educación chilena, que son las instituciones particulares pagadas, y se consagraría al monopolio estatal, que la mayoría rechazó cuando se quiso imponer en 1972, bajo la UP, como Escuela Nacional Unificada. Porque el monopolio estatal de la enseñanza conduce a que sólo se enseñe lo que el gobierno disponga.
Y, además, esta propuesta es increíble porque, comprobadamente, el Estado es el que enseña peor y los particulares son los que lo hacen mejor, en términos de resultados. Si se buscara realmente una "educaciòn de calidad", ella debería ser proporcionada exclusivamente por estos últimos.
Es increíble que en un país en que la Constitución garantiza la libertad para fundar, organizar y mantener establecimientos de enseñanza y la libertad de trabajo con una retribución justa; y en que, al amparo de esto último, se desarrollan las más variadas actividades, entre ellas hasta los juegos de azar y el cine pornográfico, se pretenda, en cambio, prohibir a los particulares mantener establecimientos de enseñanza. ¿Es que el país se ha vuelto loco?
Es increíble que el vandalismo y el delito desatados en estos días en las calles y en las ocupaciones ilegales de establecimientos de enseñanza susciten menos crítica pública que el esfuerzo policial por impedirlos. ¿En qué país vivimos?
Sólo la extrema debilidad de un gobernante carente de definiciones propias e incapaz de imponer su autoridad ha podido conducir a que estas cosas increíbles estén sucediendo entre nosotros y comprometiendo la gobernabilidad, cuando aquél todavía tiene por delante dos tercios de su mandato.
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