Léase a continuación lo que sucede cuando se tiene un Presidente que libera de trabas burocráticas a su país, baja los impuestos, suprime regulaciones y destierra el socialismo (nadie ha publicado esto en Chile; traducción de Douglas Pollock y se le agradece):
Discurso de Donald Trump, Foro Económico Mundial, Davos, Suiza, 21 de enero
de 2020
Bueno, muchas gracias, Klaus. Y felicitaciones
muy especiales por sus 50 años como anfitriones de la Reunión Anual del Foro
Económico Mundial. Un logro realmente asombroso. Es un honor dirigirme a los distinguidos
miembros de esta organización por segunda vez como presidente.
Cuando hablé en este foro hace dos años atrás, les dije que habíamos
lanzado el gran regreso estadounidense. Hoy me enorgullece decir que Estados
Unidos está en la mitad de un boom económico como nunca antes había visto el mundo.
Hemos recuperado nuestro paso, redescubierto nuestro espíritu y despertamos la
poderosa maquinaria de la empresa norteamericana. Los Estrados Unidos de América
están prosperando, los Estados Unidos de América están floreciendo y sí, están
ganando de nuevo como nunca antes. Sólo la semana pasada, EEUU concluyó dos
tratados comerciales extraordinarios, el acuerdo con China y el acuerdo
EEUU-México-Canadá, los dos más grandes acuerdos comerciales que jamás se hayan
hecho. Simplemente sucedió que se hicieron la misma semana. Estos acuerdos
representan un nuevo modelo de comercio para el siglo XXI, acuerdos que son
justos, recíprocos y que priorizan las necesidades de trabajadores y familias.
El vuelco económico de Estados Unidos ha sido espectacular. Cuando asumí
el cargo hace tres años, la economía de Estados Unidos estaba en un estado bastante
deprimente. Bajo la administración anterior, casi 200.000 empleos de la
industria manufacturera desaparecieron, los salarios estaban estancados o caían,
casi 5 millones de norteamericanos más habían abandonado la fuerza laboral, de
los que habían conseguido un trabajo, 10 millones de personas se habían
agregado a las listas de cupones de alimentos. Los expertos habían predicho una
década de muy, muy bajo crecimiento o incluso, tal vez, un crecimiento
negativo, alto desempleo, una menguante fuerza de trabajo, y una clase media
cada vez más reducida. Millones de ciudadanos esforzados se sintieron
abandonados, traicionados, olvidados. Estaban perdiendo rápidamente la fe en el
sistema.
Antes de comenzar mi presidencia, las perspectivas para muchas naciones
eran sombrías. Los más importantes economistas advirtieron una prolongada
recesión mundial. El Banco Mundial redujo sus proyecciones para el crecimiento
global a un número que nadie quería siquiera pensar. El pesimismo se había
arraigado profundamente en las mentes de destacados pensadores, líderes
empresariales y hacedores de políticas. Sin embargo, a pesar de todos los
cínicos, nunca había confiado más en el futuro de América. Supe que estábamos
al borde de un profundo resurgimiento económico si hacíamos las cosas bien; uno
que generaría una marea histórica de la inversión, aumento salarial y creación
de trabajo. Supe que si soltábamos el potencial de nuestra gente, reducíamos
los impuestos, cortábamos las regulaciones —cosa que hicimos a un nivel jamás
antes realizado en la historia de nuestro país y en un corto periodo de
tiempo—, componíamos acuerdos comerciales rotos y aprovechábamos íntegramente
la energía norteamericana, esa prosperidad regresaría tronando a una velocidad
récord. Y eso fue exactamente lo que hicimos y eso fue exactamente lo que pasó.
Desde mi elección, América ha ganado más de 7 millones de empleos, un número
impensable. No lo diría, no hablaría de ello, pero ese fue un número que tenía
en mente. La proyección fue de 2 millones, hicimos 7, más de tres veces las
propias proyecciones del gobierno.
La tasa de desempleo es ahora inferior al 3.45 por ciento y al 3.5 por ciento, ese es el número más bajo
en más de 50 años. La tasa de desempleo promedio para mi administración es la
más baja para cualquier presidente de EEUU en la historia registrada (comenzamos
con una tasa razonablemente alta). Por primera vez en décadas, ya no estamos
simplemente concentrando riqueza en manos de unos pocos. Estamos
concentrando y creando la economía más inclusiva que haya existido. Estamos levantando a estadounidenses de
todas las razas, colores, religiones y credos. Las tasas de desempleo entre los
afroamericanos, hispanoamericanos y asiático- americanos han alcanzado mínimos
históricos. El desempleo juvenil afroamericano ha alcanzado el nivel más bajo
en la historia de nuestro país. La pobreza afroamericana se ha desplomado a la tasa
más baja jamás registrada. La tasa de desempleo entre las mujeres alcanzó el
nivel más bajo desde 1953 y ahora las mujeres constituyen la mayoría de la
fuerza laboral estadounidense; eso sucede por primera vez. La tasa de desempleo de los veteranos se
ha reducido a un mínimo histórico. La tasa de desempleo de los estadounidenses
discapacitados ha alcanzado un mínimo histórico. Los trabajadores sin diploma
de escuela secundaria han alcanzado la tasa de desempleo más baja registrada en
la historia de los Estados Unidos. Los salarios están aumentando en todos los ámbitos y aquellos en la parte
inferior de la escala de ingresos están disfrutando el porcentaje, por lejos,
los mayores ingresos.
Los salarios de los trabajadores ahora están creciendo más rápido que los
salarios gerenciales. El crecimiento de los ingresos para el 10 por ciento
inferior está superando al 10 por ciento superior, algo que nunca había
sucedido. Los cheques
de pago para los graduados de secundaria están aumentando más rápido que para
los graduados universitarios. Los jóvenes estadounidenses que recién ingresan a
la fuerza laboral también comparten la extraordinaria prosperidad de Estados
Unidos. Desde que
asumí el cargo, más de 2 millones de millennials han conseguido trabajo y sus
salarios han crecido en casi un 5 por ciento anual, un número que era
impensable. Nadie hubiera
pensado que era posible hace tres años atrás. Un número récord de
estadounidenses entre las edades de 25 y 34 años ahora están trabajando. En los
ocho años antes de asumir el cargo, más de 300,000 personas en edad laboral
dejaron la fuerza de trabajo. En sólo tres años en mi administración, 3.5
millones de personas se han unido a la fuerza laboral. Diez millones de
personas han sido sacadas de la asistencia social en menos de tres años.
Celebrar la dignidad del trabajo es un pilar fundamental de nuestra
agenda. Este es un boom de la clase obrera (cuello azul). Desde mi elección, el
patrimonio neto de la mitad inferior de los asalariados ha aumentado en más del
47 por ciento, tres veces más rápido que el aumento del 1 por ciento superior. El
ingreso medio real de los hogares se encuentra en el nivel más alto jamás
registrado.
El sueño americano ha vuelto, más grande, mejor y más fuerte que nunca. Nadie
se está beneficiando más que la clase media de Estados Unidos. Hemos creado 1,2
millones de empleos de manufactura y construcción, una cantidad también
impensable. Después de perder 60.000 fábricas bajo las dos administraciones
anteriores, difícil de creer cuando escuchas "60.000 fábricas".
Estados Unidos ahora ha ganado, en un período muy corto de tiempo, 12.000
nuevas fábricas bajo mi administración y el número sube rápidamente. Vamos a
superar el número de 60.000 que perdimos, excepto que éstas serán más grandes,
más nuevas y las más modernas. Años de estancamiento económico han
dado paso a un rugiente géiser de oportunidades. Los mercados bursátiles de EEUU se han
disparado en más del 50 por ciento desde mi elección, agregando más de US$ 19 trillones
(nota del administrador del blog: 19 billones en castellano) a la riqueza de
los hogares y elevando las cuentas de ahorro (401 k’s) de pensiones y
universidad para millones de familias trabajadoras.
Y estos grandes números son muchas cosas y
son a pesar del hecho de que la Reserva Federal ha subido las tasas demasiado
rápido y las ha bajado demasiado lento. E incluso ahora, en que Estados Unidos es,
por lejos, el poder económico más fuerte del mundo, el que sigue no está ni
siquiera cerca. Iba a estar
cerca, pero nos pasaron muchas cosas buenas y algunas cosas no tan buenas les
sucedieron a otros lugares. Se ven obligados a competir y nosotros competimos con naciones que están
obteniendo tasas negativas, algo muy nuevo, lo que significa que se les paga
por pedir dinero prestado, algo a lo que me
podría acostumbrar muy rápidamente. Me encanta eso: ¿tienes que pagar tu
préstamo? Oh, ¿cuánto estoy recibiendo? Sin embargo, todavía tenemos los
mejores números que hemos tenido en tantas áreas diferentes.
Es un enfoque conservador y tenemos una tremenda ventaja potencial
cuando todos los acuerdos comerciales y la desregulación masiva comiencen a
funcionar, lo que será durante este año, especialmente hacia fines de año. Esos
acuerdos comerciales ya están comenzando a funcionar. Las regulaciones están
funcionando ahora mismo. Y veo un tremendo potencial para el futuro. Ni
siquiera hemos comenzado, porque los números de los que estamos hablando son
enormes. Se acabó el tiempo del escepticismo. La gente está volviendo a nuestro
país. Las empresas están volviendo a nuestro país. Muchos de ustedes, a quienes
conozco, volverán con sus plantas y sus fábricas, muchas gracias.
La recién descubierta prosperidad de Estados Unidos es innegable, sin
precedentes y sin par en cualquier parte en el mundo. Estados Unidos logró este
sorprendente vuelco, no haciendo pequeños cambios a un puñado de políticas,
sino adoptando un entero enfoque nuevo centrado completamente en el bienestar
del trabajador estadounidense.
Cada decisión que tomamos sobre impuestos, comercio, regulaciones,
energía, inmigración, educación y más, se centra en mejorar la vida de cada día
de los estadounidenses. Estamos decididos a crear el más alto nivel de vida que
cualquiera pueda imaginar y en este preciso momento, eso es lo que estamos
haciendo por nuestros trabajadores. El más alto del mundo.
Y estamos decididos a garantizar que la clase trabajadora y la clase
media cosechen las mayores ganancias. El deber más alto de una nación es con
sus propios ciudadanos. Honrar esta verdad es la única forma de construir fe y
confianza en el sistema de mercado. Sólo cuando los gobiernos pongan a sus
propios ciudadanos en primer lugar, las personas estarán totalmente
involucradas en sus futuros nacionales. En los Estados Unidos, estamos
construyendo una economía que funciona para todos, restaurando los lazos de
amor y lealtad que unen a los ciudadanos y potencian a las naciones. Hoy,
sostengo el modelo estadounidense como un ejemplo para el mundo de un sistema
de trabajo de libre empresa que producirá los mayores beneficios para la
mayoría de las personas en el siglo XXI y más allá.
Una agenda pro trabajador, pro ciudadano y pro familia demuestra cómo
una nación puede prosperar cuando sus comunidades, sus empresas, su gobierno y
su gente trabajan juntas por el bien de toda la nación. Como parte de esta
nueva visión, aprobamos el paquete más grande de recortes tributarios y
reformas en la historia de Estados Unidos. Duplicamos el crédito tributario
infantil, beneficiando a 40 millones de familias estadounidenses y sacando a
650.000 madres solteras y a su millón de hijos de la pobreza... y fuera de la
pobreza rápidamente.
Aprobamos el primer crédito fiscal para empleadores que proveen licencia
paterna pagada para empleados que ganan $ 72,000 o menos anuales, y aprobamos
la licencia familiar pagada para empleados del gobierno como modelo para el
país. Hicimos a la salud infantil mucho más asequible y redujimos o eliminamos
las listas de espera de la atención infantil en todo el país. Nuestras reformas
a la salud infantil (childcare) están apoyando a padres trabajadores y asegurando
que sus hijos tengan acceso a una atención y educación de alta calidad, todo lo
cual se merecen.
Redujimos nuestro impuesto a las empresas desde los más altos del mundo
desarrollado a uno que no sólo es competitivo, sino que es uno de los más
bajos. Creamos cerca de 9.000 Zonas de Oportunidad en comunidades afligidas en dónde
las ganancias de capital de inversiones a largo plazo ahora están sujetas a cero
impuestos, y una enorme riqueza se está derramando en áreas que durante cien
años no vieron nada.
Los 35 millones de estadounidenses que viven en estas áreas ya han visto
aumentar el valor de sus viviendas en más de US$ 22 billones (22 mil millones, en castellano). Mi administración también ha
realizado inversiones históricas en colegios y universidades históricamente de
negros. Salvé a los HCBU’s (“historically black college or universities”). Los
salvamos. Estaban saliendo y los salvamos. Estamos eliminando obstáculos para
el éxito y premiando a las empresas que invierten en trabajadores, familias y
comunidades.
También hemos lanzado la campaña más ambiciosa de la historia para
reducir las regulaciones mata-empleos. Por cada nueva regulación adoptada,
estamos eliminando ocho regulaciones antiguas, lo que ahorrará a los hogares
estadounidenses un promedio de alrededor
de US$ 3.100 por año. Iba a ser: "por cada una (regulación), deshacemos
dos", pero pudimos elevar eso a ocho y creemos que eso va a subir
bastante.
Todavía tenemos un camino por recorrer. Hoy insto a otras naciones a
seguir nuestro ejemplo y que liberen a sus ciudadanos del peso aplastante de la
burocracia. Con ello, Uds. deben administrar sus propios países de la manera
que deseen. También estamos restaurando el estado de derecho constitucional en
Estados Unidos, que es esencial para nuestra economía, nuestra libertad y
nuestro futuro.
Y es por eso que hemos designado a más de 190 jueces federales, un
récord, para interpretar la ley tal como está escrita. Ciento noventa jueces
federales, piensen en ello, y dos jueces de la Corte Suprema. Como resultado de
nuestros esfuerzos, la inversión está volviendo a nuestro país. En la primera
mitad de 2019, Estados Unidos atrajo casi una cuarta parte de toda la inversión
extranjera directa en el mundo, piensen en eso. El veinticinco por ciento de
toda la inversión extranjera de todo el mundo llegó a los Estados Unidos y ese
número está aumentando rápidamente. Para toda empresa buscando un lugar donde
sea libre para invertir, construir, prosperar, innovar y tener éxito, no hay
mejor lugar en la Tierra que los Estados Unidos. Como parte central de nuestro
compromiso de construir una sociedad inclusiva, establecimos el Consejo
Nacional para el Trabajador Americano.
Queremos que todos los ciudadanos, independientemente de su edad o
antecedentes, tengan las habilidades de vanguardia para competir y tener éxito
en el lugar de trabajo del mañana. Esto incluye industrias críticas como
inteligencia artificial, computación cuántica y 5G. Bajo el liderazgo de
Ivanka, que está con nosotros hoy, nuestra Promesa a los Trabajadores de
Estados Unidos se ha convertido en un auténtico movimiento nacional con más de
400 compañías comprometidas a proporcionar nuevas oportunidades de trabajo y
capacitación a ya muy cerca de 15 millones de estudiantes y trabajadores
estadounidenses. Quince millones. Estados Unidos está haciendo cambios
radicales para colocar a los trabajadores y sus familias en el centro de
nuestra agenda nacional. Quizás el cambio más transformador de todos esté en la
reforma comercial, en dónde estamos abordando problemas crónicos que han sido
ignorados, tolerados o permitidos durante décadas. Nuestros líderes no hicieron
nada sobre lo que nos pasó en comercio.
Antes de ser elegido, las prácticas depredadoras de China estaban
minando el comercio para todos, pero nadie hizo nada al respecto, excepto
permitir que empeorara cada vez más, más y más. Bajo mi liderazgo, Estados
Unidos enfrentó el problema de frente. Bajo nuestro nuevo acuerdo de la fase
uno (en la fase dos se estará iniciando negociaciones muy pronto), China ha
acordado hacer sustancialmente cosas que no habrían hecho: medidas para
proteger la propiedad intelectual; detener las transferencias tecnológicas
forzadas; eliminar las barreras comerciales en los productos agrícolas —y en
los productos agrícolas dónde nos habían tratado tan mal—; abrir totalmente su
sector financiero (eso está hecho) y mantener una moneda estable, todo
respaldado por una imposición muy, muy fuerte.
Nuestra relación con China, en este momento, probablemente nunca haya
sido mejor. Pasamos por un momento difícil, pero nunca, nunca ha sido mejor. Mi
relación con el presidente Xi es extraordinaria. Él está para China, yo estoy
para EEUU. Pero aparte de eso, nos amamos. Además, China gastará $ 200 mil
millones adicionales durante dos años en servicios estadounidenses,
agricultura, energía y bienes manufacturados. Así que recibiremos un exceso de
US$ 200 billones (nota del administrador: 200 mil millones, en castellano) que
podrían estar más cerca de 300 billones (300 mil millones) cuando termine. Pero
estos logros no habrían sido posibles sin la implementación de aranceles que
tuvimos que usar y también los estamos usando en otros. Y es por eso que la
mayoría de nuestros aranceles sobre China permanecerán vigentes durante las
negociaciones de la fase dos.
En su mayor parte, se han dejado los aranceles y se nos está pagando
billones y billones (miles de millones, en castellano) de dólares al año como
país. Como mencioné anteriormente, pusimos fin al desastre del NAFTA, uno de
los peores acuerdos comerciales que se hayan hecho ni siquiera cercanamente, y
reemplazado con el increíble nuevo acuerdo comercial, el USMCA, eso es México y
Canadá.
En los casi 25 años posteriores al NAFTA, Estados Unidos perdió 1 de
cada 4 empleos de manufactura, incluidos casi 1 de cada 4 empleos de
fabricación de vehículos. Fue un incentivo para abandonar el país. El acuerdo
del NAFTA ejemplificó los fracasos de décadas del sistema de comercio
internacional. El acuerdo transfirió la riqueza a manos de unos pocos, promovió
la subcontratación masiva, redujo los salarios y cerró plantas y fábricas por
miles. Las plantas saldrían de nuestro país, fabricarían el producto y lo
venderían a nuestro país. Terminamos sin empleos y sin impuestos por comprar
los productos a otros países. Eso ya no pasa. Estas son las ruinas para limpiar
por las cuales fui elegido. Probablemente sea la razón por la que postulé para
presidente, más que cualquier otra cosa, porque no podía entender por qué
estábamos perdiendo todos estos trabajos en otros países a un ritmo tan rápido.
Y se puso peor y peor y creo que es probablemente la razón principal por
la que me presenté, pero también hay otras razones y para reemplazar con un
nuevo sistema que pone a los trabajadores por delante de los intereses
especiales. Y a los intereses especiales les irá bien, pero los trabajadores
son lo primero. Nuestro nuevo USMCA es el resultado de la coalición más amplia
jamás ensamblada para un acuerdo comercial.
Manufactura, agricultura y mano de obra, todos respaldaron fuertemente
el acuerdo. Y, como Uds. saben, acaba de aprobarse en el Congreso
abrumadoramente. Muestra cómo resolver el desafío del siglo XXI que todos
enfrentamos: proteger la propiedad intelectual, expandir el comercio digital,
reubicar los trabajos perdidos y garantizar el aumento de los salarios y el
nivel de vida.
Estados Unidos también ha concluido un gran nuevo acuerdo comercial con
Japón, —aproximadamente US$ 40 billones (40 mil millones, en castellano)— y
renegociamos completamente nuestro acuerdo con Corea del Sur. También estamos
negociando muchas otras transacciones con muchos otros países y esperamos
negociar un nuevo y tremendo acuerdo con el Reino Unido. Tienen un nuevo primer
ministro maravilloso y él quiere mucho hacer un tratado, como dicen.
Para proteger nuestra seguridad y nuestra economía, también estamos
adoptando audazmente la independencia energética estadounidense. Estados Unidos
es ahora, por lejos, el productor número uno de petróleo y gas natural en
cualquier parte del mundo. Por lejos, ni siquiera está cerca el que le sigue).
Mientras muchos países europeos luchan con paralizantes costos de
energía, la revolución energética estadounidense está ahorrando a las familias
americanas US$ 2.500 cada año en la reducción de las cuentas de electricidad,
números que la gente dijo que no podrían suceder y también, muy
importantemente, bajando los precios en las bencineras. Hemos sido tan exitosos
que Estados Unidos ya no necesita importar energía de naciones hostiles.
Con una abundancia de gas natural estadounidense ahora disponible,
nuestros aliados europeos ya tampoco tienen que ser vulnerables a proveedores
de energía hostiles. Instamos a nuestros amigos en Europa a utilizar el vasto
suministro de Estados Unidos y lograr la verdadera seguridad energética. Con
empresas e investigadores de EEUU a la vanguardia, estamos en el umbral de
reservas de energía prácticamente ilimitadas, incluidos los combustibles
tradicionales, el GNL (gas natural líquido), el carbón limpio, la energía
nuclear de la siguiente generación y las tecnologías de hidratos de gas.
Al mismo tiempo, me enorgullece informar que Estados Unidos tiene uno de
los aires y agua potable más limpios de la Tierra, y lo mantendremos así. Y
acabamos de publicar un informe según el cual, en este momento, es el más
limpio que ha habido en los últimos 40 años. Estamos comprometidos a conservar
la majestad de la creación de Dios y la belleza natural de nuestro mundo.
Hoy me complace anunciar que Estados Unidos se unirá a la Iniciativa
"Un Trillón (en castellano, un billón) de Árboles" que se lanzará
aquí en el Foro Económico Mundial. Un trillón de árboles. Y al hacerlo,
continuaremos mostrando un fuerte liderazgo en la restauración, crecimiento y
mejor manejo de nuestros árboles y nuestros bosques. Este no es un momento para
el pesimismo. Este es un momento de optimismo.
El miedo y la duda no son un buen proceso de pensamiento porque este es
un momento de tremenda esperanza y alegría y optimismo y acción. Pero para
abrazar las posibilidades del mañana, debemos rechazar a los perennes profetas
de la fatalidad y sus predicciones del Apocalipsis. Son los herederos de los
tontos adivinos de ayer, y yo los tengo y ustedes los tienen, y todos los
tenemos y quieren vernos mal, pero no dejaremos que eso suceda.
Predijeron una crisis de sobrepoblación en los 60, una hambruna masiva
en los 70 y el fin del petróleo en los 90. Estos alarmistas siempre exigen lo
mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada aspecto de
nuestras vidas. Nunca dejaremos que los socialistas radicales destruyan nuestra
economía, destruyan nuestro país o erradiquen nuestra libertad.
Estados Unidos siempre será el bastión orgulloso, fuerte e inflexible de
la libertad. En Estados Unidos entendemos lo que los pesimistas se niegan a
ver: que una economía de mercado creciente y vibrante enfocada en el futuro,
eleva el espíritu humano y estimula la creatividad lo suficientemente fuerte
como para superar cualquier desafío. Cualquier desafío, sobradamente.
Los grandes avances científicos del siglo XX, desde la penicilina hasta
el trigo de alto rendimiento, al transporte moderno y vacunas innovadoras, han
elevado el nivel de vida y han salvado miles de millones de vidas alrededor del
mundo. Y seguimos trabajando en cosas de las que Uds. estarán escuchando en el
futuro cercano que, incluso hoy, sentados ahora aquí mismo, no creerían que sea
posible que hayamos encontrado las respuestas. Van a estar oyendo sobre eso.
Pero hemos encontrado respuestas a cosas que la gente dijo que no serían
posibles, ciertamente no en un período de tiempo muy corto. Pero las maravillas
del siglo pasado palidecerán en comparación con lo que los jóvenes innovadores
de hoy en día lograrán, porque están haciendo cosas que nadie pensó que fueran
siquiera factibles de iniciarse.
Continuamos abrazando la tecnología, no evitándola. Cuando la gente es
libre de innovar, millones vivirán vidas más largas, felices y saludables. Por
ya tres años, Estados Unidos le ha mostrado al mundo que el camino hacia un
futuro próspero comienza poniendo a los trabajadores primero, eligiendo el
crecimiento y liberando a los emprendedores para traer sus sueños a la vida.
Para cualquiera que dude de lo que es posible en el futuro, sólo tenemos
que mirar los imponentes logros del pasado. A solo unos cientos de millas de
aquí se encuentran algunas de las grandes ciudades de Europa, repletas de
centros de comercio y cultura. Cada una de ellas está llena de recordatorios de
lo que el impulso humano y la imaginación pueden lograr.
Siglos atrás, en la época del Renacimiento, hábiles artesanos y
trabajadores miraron hacia arriba y construyeron las estructuras que aún tocan
el corazón humano. Hasta el día de hoy, algunas de las más grandes estructuras
del mundo se han construido hace cientos de años atrás. En Italia, los
ciudadanos una vez comenzaron la construcción de lo que sería un proyecto de
140 años, el Duomo de Florencia. Un lugar increíble, increíble. Al tiempo que
la tecnología aún no existía para completar sus diseños, los padres de la
ciudad siguieron adelante de todos modos, seguros de que algún día lo
resolverían. Estos ciudadanos de Florencia no aceptaron límites a sus altas
aspiraciones y, así, la Gran Cúpula fue finalmente construida. En Francia, otro
proyecto de centenaria duración sigue teniendo tanto agarre en nuestros
corazones y nuestras almas que, incluso 800 años después de su construcción,
cuando la Catedral de Notre Dame se vio envuelta en llamas el año pasado
—espectáculo tan triste de ver para un sitio increíble, especialmente para
aquellos de nosotros que lo consideramos uno de los grandes, grandes monumentos
y que representan tantas cosas diferentes— todo el mundo enlutó. Aunque su
santuario ahora se encuentra quemado y carbonizado —una visión que es difícil
de creer cuando uno estaba acostumbrado a ella, mirarla ahora es difícil de
creer— sabemos que Notre Dame se restaurará magníficamente. Las grandes
campanas sonarán una vez más para que todos las escuchen, dando gloria a Dios y
llenando a millones de asombro y sobrecogimiento.
Las catedrales de Europa nos enseñan a perseguir grandes sueños,
aventuras atrevidas y ambiciones desenfrenadas. Nos instan a considerar no sólo
lo que construimos hoy, sino lo que perdurará mucho después que nos hayamos
ido. Ellas son testigos del poder de la gente común para realizar logros
extraordinarios cuando se unen por un gran y noble propósito.
Así, juntos, debemos avanzar con confianza, determinación y visión. No
debemos ser tímidos, mansos o temerosos, sino en cambio, debemos vivir el día
con coraje y acoger el momento. Tenemos tantos grandes líderes en esta sala, no
sólo líderes empresariales, sino líderes de naciones, y algunos están haciendo
un trabajo fantástico.
Trabajamos juntos muy cercanamente. Sacaremos fuerzas de las glorias del
pasado y haremos de la grandeza nuestra misión común para el futuro. Juntos,
haremos nuestras naciones más fuertes, nuestros países más seguros, nuestra
cultura más rica, nuestra gente más libre y el mundo más hermoso que nunca
antes. Por encima de todo lo demás, seremos leales para siempre con nuestros
trabajadores, nuestros ciudadanos y nuestras familias, los hombres y mujeres
que son la columna vertebral de nuestras economías, el corazón de nuestras
comunidades y el alma de nuestros países.
Traigamos luz a sus vidas una por una y empoderémoslas para que iluminen
al mundo.
Muchas gracias. Dios los bendiga. Dios bendiga a sus países y Dios
bendiga a América.