viernes, 29 de julio de 2016
Estamos Más Tontos Que Nunca
Cuando se reveló que los socialistas sacaban pensiones de más de cinco millones de pesos haciendo unos pocos arreglines en Gendarmería, la masa de los chilenos, que nunca ha entendido nada, creyó que la solución estaba en tener la misma previsión que Gendarmería y salieron cien mil personas a la calle con letreros de "No + AFP". Como de costumbre, no habían "cachado la onda", pues si hay algo obvio es que el país no resiste un sistema de pensiones como el de Gendarmería, que está hecho para que las personas influyentes de los gobiernos consigan "pitutos" y, mediante artilugios legales y reglamentarios, se retiren después de veinte años de trabajo con pensiones de más de cinco millones de pesos.
Esto era lo habitual en el Chile anterior a la reforma previsional de 1981. Se sabía que los que tenían influencia política conseguían pensiones millonarias y los que no, es decir, la gran masa de los chilenos trabajadores, conseguían unas miserables o ninguna. Los parlamentarios jubilaban "con perseguidora" (reajuste automático) sólo habiendo estado un período en el Congreso y acreditando quince años de imposiciones. Los obreros sólo después de haber trabajado y cotizado toda una vida y cumplido 65 años.
Había un abogado bancario muy prestigiado y estudioso que, de tanto escudriñar la legislación previsional, se había quedado semiciego y usaba unos anteojos "poto de botella" para poder leer a través de los vericuetos legislativos y reglamentarios. Y así había conseguido fabricarse una jubilación multimillonaria. Fue generoso con un amigo y colega suyo y le dio los derroteros para conseguir lo mismo. Este último una vez me confesó: "me da vergüenza el monto de la pensión que tengo", y cuando le pregunté de cuánto era me respondió que jamás me lo confesaría.
El país llegó a tener la mayor inflación del mundo porque financiaba barbaridades como su sistema previsional sin tener con qué. Y ahora centenares de miles salen a las calles en Santiago y regiones pidiendo volver a lo mismo.
Ésa es la crisis a que se refiere Lagos, la que, de no ser contenida, va a arrasar con toda la institucionalidad que nos rige, de la misma manera que ha desorientado por completo la situación tributaria (nadie la entiende), que ya está liquidando la educación superior, que demolerá la enseñanza particular subvencionada, hará trizas la institucionalidad laboral y pretende, a través del artificial "proceso constituyente", destruir las bases mismas del ejercicio de la autoridad, la estabilidad de los derechos y la convivencia social. Y por eso Lagos dice no saber si la situación resistirá un año y medio más.
Como estamos más tontos que nunca, se levantan las voces de los expertos anunciando la necesidad de "un cambio ministerial". ¡Si el problema no está en los ministros, sino en la Presidencia y su programa! Es la conducción la que ha fallado. El nuevo ministro del Interior ha llegado, según ha dicho, a cumplir rigurosamente el programa de gobierno y la voluntad de la Presidenta y precisamente por eso la crisis se ha agravado desde que asumió el cargo.
Pero Lagos debería tranquilizarse: yo he anticipado varias veces que no debemos preocuparnos demasiado, porque este gobierno, causante de la crisis, para todos los efectos prácticos ya está terminado. Se aproximan las fiestas patrias, luego las elecciones municipales, después la Pascua y las vacaciones de verano y, a la vuelta de las mismas, habrán entrado a tierra derecha las elecciones parlamentaria y presidencial, y nadie tendrá tiempo para nada. No creo que la reforma laboral ni la educacional se conviertan en leyes, porque el gobierno y los legisladores van a estar dedicados a las sucesivas campañas, festividades y vacaciones.
Y los abogados con anteojos poto de botella ya han encontrado vericuetos para eludir los peores efectos de la reforma tributaria. Como ven luz al final del túnel, los agentes económicos han hecho subir la Bolsa y bajar el dólar, como si supieran que el gobierno revolucionario ya se terminó.
Sí, estamos más tontos que nunca, pero somos tontos con suerte, pues ya sabemos una cosa de seguro: que después de este gobierno no puede venir otro peor.
martes, 26 de julio de 2016
JOSÉ ANTONIO KAST PRESIDENTE
NOTARÍAS DONDE FIRMAR PARA SU INSCRIPCIÓN
QUIENES FIRMAN DECLARAN BAJO JURAMENTO NO ESTAR AFILIADOS A UN PARTIDO Y TENER DERECHO A SUFRAGIO
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Huechuraba Notaría Bertolino A. Vespucio 1737, local BP 164 09.30 a 17.30
La Cisterna Medina Ricci Gran Avenida 6988 -----
La Florida Dora Silva Vicuña Mackenna Poniente 7131 08.45 a 17.45
La Granja Verónica Villaseñor Santa Rosa 7976-A ------
La Reina Notaría Jara Príncipe de Gales 5786 09.00 a 18.30
Las Condes Notaría Hurtado Apoquindo 4943 ------
Las Condes Santelices Narducci El Bosque Norte 055, of. 31 9 a 13.30 - 15.30 a 18
Lo Barnechea Notaría Ulloa La Dehesa 1450, local 15 9.15 a 13.30 - 15.15 a 18.15
Lo Prado Orlando Cerda San Pablo 6070 9.30 a 13.30 - 15.30 a 18
Macul Juan Facuse Gregorio de la Fuente 3143 9 a 13.45 - 15 a 18
Maipú Manuel Cammas Monumento 2079 09.00 a 17.30
Melipilla Martínez Loayza Serrano 379 9 a 14 - 15 a 18.30
Ñuñoa Elías Jarufe Pedro de Valdivia 3317 ------
Paine Notaría Reyes La Concepción 307 ------
Providencia Avello Concha Orrego Luco 0153 9.30 a 13.45 - 15.30 a 18.15
Providencia Notaría Valenzuela Providencia 1777 8.30 a 13.30 - 15 a 17.30
Providencia Notaría Celis Luis Thayer Ojeda 045 09.00 a 19.00
Puente Alto Notaría Camus Baquedano 403 ------
Quinta Normal Notaría Baeza Mapocho 4167 9 a 14 - 15.30 a 18
Recoleta Juan Luis Sáiz Recoleta 377 09.00 a 18.00
San Bernardo Lylian Jacques Victoria 416 ------
Santiago Osvaldo Pereira Teatinos 449, piso 6 9.30 a 13.30 - 15.30 a 18.30
ZONA NORTE
Arica Redolfi Baquedano 796 17 a 19
Iquique Poza Serrano 191 9 a 14 - 16 a 18
Calama Gemmel Vargas 2209 9 a 13 - 15.30 a 19.30
Antofagasta Abásolo Jorge Washington 2653 ------
Copiapó Felipe Villarino Atacama 402 9.30 a 13.30 - 16.15 a 19.30
Copiapó Francissco Nehme Yungay 416 ------
La Serena Notaría Leyton Cordovez 317 9 a 14 - 15 a 17
Coquimbo Notaría Yaber Aldunate 1207 ------
San Felipe Jaime Polloni Merced 192 9.30 a 13.30 - 16.15 a 19.30
Viña del Mar Luis Fischer 12 Norte 785, p. 3 9 a 14 - 15.15 a 18.30
Limache Notaría Lister Palmira Romana Sur 405-A 9.30 a |13.30 - 16.15 a 19.30
Paseo Araucaria
Villa Alemana Notaría Cárcamo Buenos Aires 663, local 1 9 a 14.10 - 15.10 a 18
Galería Cristal
Quilpué Notaría Swett Diego Portales 790, p. 2 10 a 13 - 15 a 18
Con Con Eugenio Gaete Tierra del Fuego 903 10 a 18
San Antonio Notaría Fuenzalida Constitución 286 9 a 13 - 15.30 a 18.30
ZONA CENTRO-SUR
Graneros Pérez Díaz José M. Cousiño 110 10 a 13 - 16 a 18
Rancagua Jaime Bernales Bueras 329, local 2 9 a 14 - 15.30 a 18.30
Rengo Notaría Figueroa Diego Portales 102-B 8.30 a 13.45 - 15.30 a 17.30
San Vicente de TT Chadwick Carmen Gallegos 321 9 a 14 - 15 a 17.30
Peumo Notaría Benett Vicuña Mackenna 80 8.30 a 16.30
Pichilemu Notaría Urzúa Daniel Ortúzar 621 9 a 14 - 15 a 18
Santa Cruz Jorge Carvallo Claudio Cancino 60 9 a 14 - 16 a 18
Pasaje Marcel
Curicó Fernando Salazar Carmen 498 9.30 a 13.30 - 16.15 a 19.30
Talca Teodoro Durán 1 Norte 888 9 a 13.30 - 15 a 18
Talca Angelita Hormazábal 2 Oriente 1139 -------
Talca Héctor Manuel Ferrada 1 Sur 898 -------
Parral Notaría Guillet Aníbal Pinto 115, of. 103 ------
San Carlos Notaría Behar Vicuña Mackenna 529 ------
Chillán Notaría Tejos El Roble 620 9 a 16.30
Talcahuano Notaría Santibáñez Mall Plaza El Trébol 8 a 14 - 15 a 17
Arauco Anfión Podlech Cochrane 337 9 a 13.30 - 14 a 18
Curanilahue Notaría Ávila Balmaceda 40 9.30 a 18
Lebu Notaría Gillet Aníbal Pinto 715, of. 103 ------
Cañete Marcel Pommiez Esmeralda 280 9 a 14 - 15 a 18
Los Ángeles Selim Parra Lautaro 325 ------
Lota Mariana Abuter Arturo Prat 112, p. 2 9 a 14 - 15 a 18
Coronel René Arriagada Cochrane 130, p. 2 9 a 18
Yungay Marcelo Riesco Arturo Prat 233 ------
ZONA SUR
Angol Esmirna Vidal M. Bunster 341 9 a 14 - 15.30 a 18.30
Temuco Humberto Toro Claro Solar 831 9 a 13.30 - 15 a 17.30
Panguipulli Notaría Caldera O'Higgins 370 ------
Valdivia Carmen Podlech Independencia 648 ------
Osorno José Dolmestch Matta 680 9 a 13.30 - 15 a 18
Puerto Varas Bernardo Espinoza Gramado 535 ------
Los Muermos Notaría Brahm Antonio Varas 103 ------
Puerto Montt Langlois Danks Urmeneta 451 9.30 a 13.30 - 16.15 a 19.30
Coyhaique Juan C, Martin 21 de Mayo 551 9 a 13 - 15 a 18
Puerto Natales Herbert Mundy Carlos Bories 454 9 a 17
domingo, 24 de julio de 2016
Lo Demás No Era Música
Los
políticos de derecha sufren del Síndrome de Estocolmo con Piñera. Éste puede
hacerles las peores cosas, pero eso mismo los transforma en incondicionales
suyos. Evelyn Matthei lo es, pese a la vergonzosa conspiración que aquél montó
contra ella para desbancarla de una candidatura presidencial a comienzos de los
’90. Joaquín Lavín lo es, pese a que, también en la misma época, Piñera
abandonó por completo la campaña presidencial de aquél cuando se dio cuenta de
que las encuestas no le permitían a él ser el candidato. Después consiguió de
frentón desbancarlo en 2005, impidiendo que hubiera un candidato único contra
Michelle Bachelet.
Y todo eso para no recordar el affaire “cura Jolo-Gemita
Bueno” que promovió contra la UDI, con mucha digitación de Piñera, la entonces
diputada RN Pía Guzmán. “Una bomba contra la UDI”, como decía aquél, lleno de
expectativas, cuando llamaba desde el sur a la oficina de Allamand para que se
preocupara del asunto. Y en la TV Piñera se declaraba “emocionado” por el falso
testimonio de la Bueno contra Jovino Novoa. El escándalo así fraguado implicó
que Lavín dejara de ser una alternativa imposible de derrotar en 2005, como
hasta ese momento lo consagraban las encuestas.
Pero ahora y pese a todo eso y
mucho más, Joaquín Lavín se ha convertido en un paladín de Piñera y en tal
calidad pronunció su famosa frase en el sentido de que el candidato presidencial de la UDI en 2017 debe
ser éste “y lo demás es música”. Antes eran rivales, pero ahora son la misma
cosa. Pues Lavín transitó de ser “un gallo de pelea” en la defensa del Gobierno
Militar, al “No”, donde casi siempre estuvo Piñera (que transitoriamente
se cambió al “Sí” para ser generalísimo
de Büchi en 1989, pero después retornó al “No). Pues Lavín se pasó explícitamente
al “No” cuando en 2005 declaró que lo habría apoyado en 1988 “si hubiera
sabido” todo lo que afirmaban las consignas comunistas.
El hecho fue que, sucedido
todo eso, ahora Piñera digitó lo necesario para que Lavín apareciera como “su
hombre” en calidad de candidato a alcalde de Santiago, siendo que un joven
concejal de RN, Felipe Alessandri, ex funcionario de la presidencia de Piñera, aspiraba
a desafiar a la alcaldesa Carolina Tohá.
Alessandri defendió su opción y
entonces RN y UDI encargaron encuestas, seguros de que Alessandri “era sólo
música”, pero resultó que si bien éste perdía ante Lavín por apenas 0,6 de
punto, lo más sugestivo era que se acercaba más que éste a Carolina Tohá en la
competencia directa con ella, que es lo importante. A raíz de ello, Lavín
renunció y Piñera, que lo armó todo, ahora hace como que no tuvo nada que ver.
El joven Alessandri, hasta
ahora, no “se ha dado vuelta la chaqueta” ni se ha declarado “arrepentido”, lo
que le garantiza la adhesión de las huestes que añoran el orden y la tranquilidad
que imperaban cuando su padre, Gustavo, era alcalde designado de Santiago por
el Presidente Pinochet, entre 1987 y 1989. Gustavo, por cierto, ha sabido
mantener una sola línea política.
“Lo demás”, entonces, no era
música. Los que aspiramos a tener como candidato presidencial a un tipo decente
y de nuestras ideas, que no sea del “No” ni se haya arrepentido ni dado vuelta
la chaqueta; con un prontuario limpio y que sea capaz de reivindicar la verdad
histórica, empinándose por sobre la repetición de las consignas comunistas y
condenando la prevaricación judicial contra los militares (de la cual Piñera es
cómplice activo), necesitamos otras opciones en 2017.
Desde luego, ya tenemos la de
José Antonio Kast, quien se ganó una “standing ovation” ante 300 personas en el
seminario del viernes del Foro Republicano en la UC y por quien podemos firmar
ya en un centenar de notarías (que indicaré en una próxima edición de este
blog), para inscribirlo como el candidato de nuestras ideas en la primera
vuelta presidencial de 2017.
martes, 19 de julio de 2016
Una Historia Sin Fin
A raíz de la
prisión y procesamiento del general (r) Cheyre se ha reiterado una situación
característica del último cuarto de siglo en Chile: la falsificación de la
historia reciente con el fin de desprestigiar al Gobierno Militar.
Han sido
demasiadas las publicaciones de estos días que, una vez más, faltan a la
verdad, de modo que me voy a detener en un solo caso, por ser el más divulgado.
La hermana
de un fusilado en Antofagasta en octubre de 1973 escribió una larga carta a “El
Mercurio” dando una versión novelesca y
apartada por completo de la verdad acerca de la muerte de su hermano. Procura
cargar la culpa a los generales Arellano y Pinochet, ambos por completo ajenos
a ella, y envía un mensaje exculpatorio del general (r) Cheyre, que tampoco
tuvo responsabilidad, pero se convirtió en un ícono político de los adversarios
del Gobierno Militar cuando en 2004 se rindió incondicionalmente ante ellos y
declaró que la culpa de todos los males del pasado reciente la tenía el Ejército
que él encabezaba. Es decir, validó la tesis completamente opuesta a la planteada
por Eduardo Frei Montalva en 1973, cuando dijo al país y al mundo que el único
culpable de la crisis del país era el gobierno de la Unidad Popular y que los
militares habían salvado a Chile.
La carta al diario era plena
de intencionalidad política, pues refería una situación imaginaria en que llorosos
oficiales de la Fuerza Aérea, arrepentidos, escribían en una servilleta el
nombre del verdadero culpable de la muerte de su hermano, con la cual en el
hecho esos oficiales nada tuvieron que ver. Y un “general bueno”, según la
carta, Joaquín Lagos Osorio, comandante del regimiento de Antofagasta, habría
tratado de salvar a su hermano, pero no pudo y fue separado del Ejército por
ello. Nada de eso tiene nada que ver con
la verdad de los hechos que consta en dos procesos judiciales de numerosos tomos
cuyas piezas sustantivas yo personalmente he estudiado, dando origen a mi libro
“La Verdad del Juicio a Pinochet”, que puede leerse haciendo clic al margen de
este mismo blog y previo pago de una módica suma.
La versión
de la hermana del fusilado Ruiz-Tagle ha sido desmentida siempre y
reiteradamente en el pasado, pero ella reincide a la primera oportunidad que se
le presenta y ya quienes la refutábamos hemos caído en el aburrimiento, sobre
todo sabiendo que no tenemos la misma certeza que ella de ser acogidos en el
diario ni menos en la televisión. Es una “historia sin fin”.
Pues otro importante
medio, el Canal 13 de TV, tomó pie de esa carta al diario y le hizo una larga
entrevista en Teletrece a su autora, en la cual ella reprodujo la versión novelesca
y apartada de la verdad publicada en “El Mercurio” y le dio una repercusión
todavía mayor y adicional a la versión falsa de los hechos. A estas alturas,
supongo, ésa es la que comparte la mayoría, si es que no toda la opinión
pública. Lástima que es falsa. Pero así se escribe la historia reciente de
Chile.
Precisamente
éste ha sido, en general, el proceso mediante el cual se han lavado los
cerebros en el país y se ha desfigurado su verdad histórica.
En el caso
aludido esta última quedó establecida en el proceso seguido por esos hechos en
Antofagasta en 1986 y que terminó con la aplicación de la amnistía. Luego vino
el proceso ilegal sustanciado por el ministro Juan Guzmán Tapia a fines de los
’90, pasando por sobre la cosa juzgada, la amnistía, la prescripción, la
presunción de inocencia y el debido proceso, y cuyo fin era obtener el
desafuero del senador Pinochet, también completamente ilegal y al cual
contribuyeron con sus votos decisivos dos abogados designados ministros de la
Corte Suprema con los votos de la derecha.
La verdad de
los fusilamientos de Antofagasta fue que se llevaron a cabo sin conocimiento de
ninguno de los generales Arellano, delegado de Pinochet, y Lagos Osorio,
comandante del regimiento local, y en las horas en que ambos cenaban y luego alojaban
en la casa del segundo. Participaron en las ejecuciones tanto miembros de la
comitiva de Arellano como del regimiento local, sin órdenes de sus respectivos
superiores. Los insubordinados fueron, en efecto, a la cárcel de Antofagasta y
retiraron a 14 presos, a las 23.30 del 18 de octubre de 1973. No participó
nadie de la Fuerza Aérea, como quedó constancia en la detallada acta que
Gendarmería levantó ante el retiro de los presos, supuestamente para ser
sometidos a un Consejo de Guerra.
Si Arellano
y Lagos Osorio no sabían nada de lo que hacían algunos subordinados suyos, mucho
menos lo sabía Pinochet, que fue completamente ajeno a los hechos, pero resultó
desaforado del Senado en virtud de ellos. El detalle de las evidencias del
proceso está en los libros “De Conspiraciones y Justicia”, del hijo del general
Arellano, Sergio Arellano Iturriaga, y en
el ya referido “La Verdad del Juicio a Pinochet”, del autor de este blog.
El teniente
coronel que tuvo la principal iniciativa en los fusilamientos ilegales de
Antofagasta (y en los de La Serena y Calama) sólo ingresó el año pasado a Punta
Peuco, pues siempre declaró lo que los ministros sumariantes de izquierda
querían oír: que había obrado bajo órdenes de Arellano, delegado de Pinochet. Eso
le valió quince años de libertad. El propio general “bueno”, Lagos Osorio, también
culpaba a Arellano, a sabiendas de que no decía la verdad, pues le constaba que
aquél ignoraba todo lo sucedido en la noche en que ambos cenaban y alojaban en
su casa. Los jueces nunca tocaron a Lagos Osorio, pese a que, cuando Arellano había
llevado a su presencia al verdadero y principal responsable, se había negado a
recibirlo y había anunciado que dejaría el Ejército, siendo que en él radicaba
la responsabilidad, como suprema autoridad judicial del momento en la zona, de
investigar y sancionar los hechos. Peor aún, hizo publicar un aviso en diarios
del norte diciendo que se había procedido a los fusilamientos ilegales “por
orden de la Junta de Gobierno”, lo que era evidentemente falso.
Pero han
sido las versiones apartadas de la verdad las que se han impuesto. Y así
continúa la “historia sin fin”: periódicamente se miente una vez más y se
reafirma la versión falsa, con la complicidad de medios que, estando llamados a
divulgar la verdad, se prestan entusiastas a propagar versiones falsas.
Hay muchos
testimonios de una crisis moral en el Chile actual. Ninguno más poderoso que
este culto a la mentira consagrado como doctrina general.
domingo, 17 de julio de 2016
El Problema de Lagos No Está a la Derecha
Hace un
tiempo escribí que entre dos males de segunda vuelta –Lagos y Piñera— los
votantes de derecha nos íbamos a inclinar mayoritariamente por Lagos. Eso llamó
la atención y ganó espacios en los diarios. Corresponde exactamente a lo que yo
palpo entre la verdadera gente de derecha, que es la que defiende la obra del
Gobierno Militar, es partidaria de una sociedad libre y no se ha comprado las
consignas de la izquierda sobre la desigualdad, los “atropellos a los derechos
humanos” y otras patrañas y consignas que han
usado para lavar los cerebros de la gente.
En un
almuerzo semanal al que vamos unos veinte comensales que piensan de la manera
antedicha, la segunda vuelta Lagos-Piñera se resuelve 15 contra cinco a favor
del primero.
A los pocos
días de que publiqué esto, hace un tiempo, el PPD comenzó a moverse para
proclamar a Lagos, porque obviamente si consiguen un candidato que agrupe al
centro y la izquierda y, además, consiga votos de derecha, dejan de tener
perdida la próxima elección presidencial, como la tienen hoy.
Es verdad
que Piñera corre con ventaja y ya tiene comprado al establishment de la
derecha. A simple vista uno advierte dónde ha puesto sus fichas. No es que
necesariamente la gente se venda (aunque alguna se vende, obvio, y esos saltan
a la vista o al oído, según el medio en
que se expresan) sino que reciben aportes generosos para sus beneméritos fines
y automáticamente quedan cooptados por Piñera.
Pero la verdadera gente de derecha sabe que él es de otras ideas, es un
hombre del “No” y no es ni se siente de derecha. Sabe que traicionó a los militares
cuando les prometió velar, en los juicios ilegales iniciados contra ellos, por
el debido proceso y la prescripción, para después de llegado al gobierno triplicar las querellas y hacerse parte
activa de la prevaricación contra ellos. Es socialista de alma, mantuvo a un mirista como funcionario de su confianza en un cargo clave y cuando puede
sube los impuestos y agranda el Estado, creando burocracia, nuevos ministerios,
subsecretarías, superintendencias y agencias. Y además insultó a la derecha urbi et orbi, calificándola de “cómplice pasiva” de delitos.
Lagos, en
cambio, fue menos odioso con los militares y con ella y gobernó mejor en todos esos aspectos que Piñera. Por
algo durante su gobierno un dirigente del sector privado dijo que “los
empresarios aman a Lagos”. Es verdad que como político está casi siempre equivocado, pero menos
que Piñera. Por eso es un mal menor.
En todo
caso, hoy el problema de Lagos no está a la derecha, y ni siquiera lo tiene con el
centro, porque sobran voces DC que miran con simpatía su postulación,
sabiéndolo un moderado. Su problema está con la izquierda revolucionaria. Y por
eso quienes lo consideramos un mal menor entendemos que diga algunas tonterías
estatistas, como lo ha hecho en estos días, porque el sector que necesita
asegurar está a su izquierda, y ese sector se pone díscolo apenas su candidato deja de
decir tonterías.
De modo que
en la derecha no sobornada estamos tranquilos. De partida, ya tenemos un
candidato propio ya resuelto, que es José Antonio Kast, para primera vuelta. Ha prendido tanto
que los panegiristas de Piñera se cuidan de no nombrarlo cuando
repasan la lista de presidenciables, porque saben que ahí está la verdadera
competencia. Ya Kast tiene un centenar de notarías recibiendo firmas para
presentarse a la primera vuelta presidencial y estoy cierto de que apenas se
mueva un poco va a reunir las 35 mil necesarias.
A la vez, el
coronel Labbé también ha anunciado su decisión de postular y es seguro que
tendrá como base el respaldo de la familia militar. Y otro hombre de derecha,
el senador Manuel José Ossandón, también es una opción plausible para nuestro
sector, porque es un tipo decente, cuyo lema, “manos limpias”, tiene obviamente incómodo a Piñera. Es decir, tenemos opciones variadas y un seguro de segunda vuelta contra el mal mayor. Que Lagos se preocupe de su izquierda, porque de acá no tiene para qué.
Los de la “derecha
de verdad” estamos, entonces, tranquilos, y podemos afirmar, como cuando decíamos
con toda verdad bajo el gobierno benemérito que salvó a Chile y lo pasó de la
retaguardia y la inminente guerra civil a la vanguardia del hemisferio y la paz social, “vamos bien; mañana
mejor”.
jueves, 14 de julio de 2016
Nuestra Historia Nos Condena
El Servicio
Electoral está paralizado porque su consejo no puede funcionar, dado que no
tiene quórum. Y no lo tiene porque el consejero Joignant, de izquierda, no
quiere sentarse junto al consejero Cheyre, general (r) ilegalmente procesado
por la justicia de izquierda con trasgresión de todos los preceptos básicos del
derecho penal ancestral y universal y de la Constitución y las leyes vigentes
en Chile. Joignant esgrime la consigna de las “violaciones a los derechos
humanos” para no sentarse próximo a Cheyre. Es que ahora los agresores son “agredidos”,
los victimarios, “víctimas” y los totalitarios “demócratas”.
Sea como fuere, si no hubiera
solución no podría haber elecciones, porque no pueden legalmente tener lugar si
no funciona el consejo del Servel.
Ésta es pura
y simplemente más Historia de Chile. He estado leyendo el Diario Militar del general
José Miguel Carrera, héroe de nuestra Independencia (Colección de Historiadores
i de Documentos relativos a la Independencia de Chile, tomo I, Imprenta
Cervantes, Santiago, 1900) y ahí me entero de que durante la Patria Vieja y
habiendo desembarcado un ejército realista español al mando del general Mariano
Osorio para poner fin a la reciente independencia de Chile, nuestros generales
y héroes Carrera y O’Higgins ¡combatían entre sí, mediando no pocos muertos, en
las cercanías de Santiago, en agosto de 1814, mientras Osorio y sus huestes
avanzaban desde Chillán para tomarse la capital!
Las explicaciones de Carrera
acerca de por qué no ayudó a O’Higgins sitiado en Rancagua son febles, pero el
hecho fue que, después del desastre, finalmente Osorio y su ejército entraron a
Santiago en medio del ¡homenaje popular! La “vuelta de chaqueta”, como sabemos,
es muy chilena. Mientras Carrera huía con la intención de reagrupar sus fuerzas
en La Serena, O’Higgins lo hacía para reagruparlas en Mendoza, a donde finalmente
confluyeron ambos, aunque sin nunca ponerse de acuerdo, lo que a la postre
terminó con el fusilamiento de los Carrera en Cuyo.
Hoy seguimos igual. En el
centro del intríngulis están el general (r) Cheyre, un Poder Judicial capturado
por la izquierda que no imparte justicia, sino que viola impunemente las leyes,
una izquierda que ha falsificado la historia y se cree sus propias mentiras,
una DC y una derecha que “se han dado vuelta la chaqueta”, tras haber incitado
y apoyado a los militares para derrocar a Allende (que a su debido tiempo se
preparaba para liquidarlos por las armas, contando, por supuesto, con una
amplia “vuelta de chaqueta” de no pocos militares); y una opinión pública que
no entiende nada, no recuerda nada, si es que alguna vez algo supo, y que se
forma opinión a través de programas de TV elaborados por la izquierda que falsifican
burdamente la verdad.
La Presidenta cree resolver la
parálisis del Servel nombrando en el consejo a un experto de la UDI, lo que
revela el grado de desesperación en que ha caído, siendo la revolucionaria de
izquierda que es. Porque ella sabe que en el país puede paralizarse todo, menos
las elecciones. Eso no podemos permitirlo, visto que es la actividad nacional
más importante después de la de sustraer dinero al fisco mediante los más
variados artilugios, el último conocido el de cobrar pensiones de más de cinco millones
de pesos cuando el tope máximo legal es $1.560.000.
¿Qué es lo más alejado de los
chilenos en un momento de confusión como el actual? La verdad histórica. Completamente
olvidada. Cuando Cheyre era un teniente de 23 años en el regimiento de La
Serena, todo el mundo sabía que había un ejército clandestino extremista al
cual los grandes líderes del país habían pedido a las Fuerzas Armadas y
Carabineros derrotar por las armas. Eso no se discutía en octubre de 1973 y por
lo mismo la derecha lo avalaba, los grandes líderes DC, como Frei Montalva y
Aylwin lo certificaban (el primero había dicho que “esto se arregla sólo con
fusiles” y el segundo defendía en octubre de 1973 la acción de los militares,
negándose a condenarlos “desde detrás de un escritorio… mientras ellos están
recibiendo el fuego”). Todo eso lo sabía todo el mundo. Lo malo es que ahora lo
ha olvidado todo el mundo y Joignant ni siquiera puede sentarse junto a Cheyre.
Por supuesto, en ese tiempo
también Chile era Chile y la gente hacía las cosas “a la chilena”, entre ella los
jefes militares zonales, que por delegación de la Junta, estaban a cargo de la
justicia y la seguridad interior, pero tenían dispar capacidad para ese
menester. ¿Y qué hicieron en 1973? Lo que les indicaba el sentido común: tomaron
presas a miles de personas sospechosas de estar vinculadas a la extrema
izquierda armada. Pero muchas de esas personas no estaban en la lucha armada.
Se llenaron los regimientos de presos. Los familiares iban, por miles, a sus
rejas a protestar. Entonces el Presidente de la Junta, el general Pinochet,
designó al general Sergio Arellano para que recorriera el país visitando
regimientos, poniendo orden, acelerando los procesos y ordenando que no se
cometieran abusos. Pero entonces algunos miembros de su comitiva cometieron crímenes
sin consultar a nadie –porque en Chile la disciplina es “a la chilena”— y
varios comandantes de regimientos bajo cuyo mando se habían cometido esos
delitos, con participación de sus propios oficiales, aprovecharon de “sacarse
el pillo” (oficio nacional en el cual somos expertos) y optaron por cargárselo
todo a la comitiva de Arellano.
El caso más típico fue el de
Copiapó, donde 13 personas habían resultado muertas en un intento de fuga en la
noche del 15 al 16 de octubre (por lo tanto, cuando la comitiva de Arellano
estaba todavía en Santiago) pero todo el mundo le cargó esas muertes. En el
famoso libro “Los Zarpazos del Puma” se llegó al extremo de falsificar la fecha
del oficio del militar que estaba a cargo de los presos muertos, postergándola
en un día para poder culpar a Arellano. Esto lo denuncié reiteradamente en mi
columna de “El Mercurio” a lo largo de los años y nunca fui contradicho por la
autora del libro, hoy fallecida. Pues la cosa era todavía más clara, porque en
el mismo libro se publicó un oficio del comandante del regimiento al
administrador del cementerio pidiendo la sepultación de trece cuerpos el 16 de
octubre, en circunstancias que en la página siguiente se dice que fueron
fusilados después, el 17 de octubre (ver págs. 150 y 151 de “Los Zarpazos
del Puma”.) Arellano y comitiva llegaron
a Copiapó el 16 en la tarde. Es decir, hasta se miente “a la chilena”.
La leyenda, entonces, pudo más
que la verdad, como en tantos otros casos. Y hoy ha sufrido las consecuencias
de ello el general Cheyre, pero hay otros oficiales que han tenido una suerte mucho
peor. El brigadier Krassnoff le escribió a Cheyre una carta cuya copia se me ha
hecho llegar. Krassnoff está condenado sin pruebas legítimas a más de un
centenar de años de presidio por delitos que no cometió. Ojalá pudiera “gozar”
de la tibia persecución desatada contra Cheyre. He aquí un párrafo de su carta:
“Tú sabes que jamás tú o yo nos prestaríamos para ejecutar, ser cómplices u
ocultar una falta o delito cometido por algún miembro de nuestro Ejército; muy
por el contrario: seríamos los primeros en asumir nuestras propias
responsabilidades o denunciar a quien hubiese correspondido, pero con todas las
evidencias y siguiendo los procedimientos legales justos que se deben aplicar
en dichos casos”. El brigadier no ha sido condenado legalmente, sino en virtud
de “ficciones jurídicas”, según lo confesó en la TV el propio juez que las fabricó.
Es un escándalo que alguien sufra cadena perpetua de hecho en virtud de una
ficción. Pero “estamos en Chile”.
Todo es una pillería: la
justicia, la legalidad, el “proceso constituyente”, el relato histórico, la
probidad. Por eso un experto en ese menester quiere volver a mandar en el país
y se promueve presentando un libro que nos llama a “Mirar Para Adelante”. Porque
si alguien mirara hacia atrás podría ver su prontuario, que ciertamente él
desearía hacer olvidar.
Nuestra historia nos condena,
tanto la pasada como la reciente. Sólo podemos enorgullecernos si ocultamos gran
parte de la verdad, que es lo que siempre hemos hecho, pero nunca tanto como en
la actualidad.
lunes, 11 de julio de 2016
¿En Qué Categoría Está Usted?
El ministro
de Justicia, José Antonio Gómez, fue a ver apresuradamente al ministro
sumariante Carroza para explicarle que la prevaricación está bien y que se
puede pasar por sobre la amnistía, la prescripción, la cosa juzgada, la
presunción de inocencia, el principio de legalidad, el principio pro reo, la
irretroactividad de la ley penal, la verdad de los hechos y, en general, por
sobre todo el debido proceso, porque nada de él rige en los juicios contra
militares, pero que Cheyre es otra cosa y su procesamiento y prisión “nos han
metido en un tremendo problema.”
Es que
Carroza entiende tan poco de derecho como de política. Y lo primero está bien,
porque es políticamente correcto y para meter presos a los militares no es
necesario saber derecho (mejor dicho, es necesario no saberlo); pero de política los jueces de izquierda
tienen que aprender un mínimo elemental, como que Cheyre es “de ellos” y, por
lo tanto, meterlo en el mismo saco que a los demás es una barbaridad.
Ahora ¿cómo
van a salir del problema? Porque están apresando a Cheyre por un delito
inventado por los jueces de izquierda y que no está en ninguna ley: el de “haber
estado ahí”. Cheyre era completamente inocente, pero “estaba ahí” cuando otros
fusilaron por sí y ante sí. Les ha pasado a otros: al joven teniente (en 1973) Sergio
Jara Arancibia, que ahora está cumpliendo 18 años de presidio por haber “estado ahí” cuando un conscripto, sin saberlo él, disparó a dos extremistas. ¿Cuántos
años le pueden caer a Cheyre? Y nótese que los que dispararon en La Serena habían librado impunes por más de quince años, porque, llamados a
declarar, decían que habían matado por orden de Arellano y Pinochet, lo cual
era falso pero era lo que los jueces deseaban oír. Y por eso quedaban libres.
Pero, como los jueces de ahora no entienden de política, finalmente el año
pasado metieron también presos a los autores de los disparos.
El caso
Cheyre no puede ser más inoportuno para la izquierda. ¿Por qué? Porque produce
sorpresa y revuelo, de modo que la gente pregunta, repasa y algo aprende, y se
sorprende con la verdad, que ignoraba por completo. La izquierda no debe
permitir que la gente la sepa. Los más jóvenes, que no tienen idea de la historia real y se han
tragado completas las mentiras de los “atropellos a los derechos humanos” y la
“Caravana de la Muerte” y cosas así, se sorprenden de saber que Frei Montalva y
Aylwin aplaudían a los militares justo cuando tenían lugar los fusilamientos de
La Serena o la muerte de dos extremistas por un conscripto. ¿Cómo, si después condenaron
a los militares y pidieron perdón al país por lo que éstos hicieron?
Porque “se dieron
vuelta la chaqueta” y reescribieron la historia, pero ahora, con la “papa
caliente” de Cheyre, reasoman verdades que por ningún motivo deben reaparecer.
Díganme ustedes si puede reaparecer este recuerdo que el ex ministro DC de Frei
Montalva, William Thayer Arteaga, hizo en sus “Memorias Ajenas”, Andrés Bello,
2012, p. 312 (citado en un recurso reciente del abogado Adolfo Paúl ante el
Tribunal Constitucional):
“Cuando cayó
el gobierno de Allende, Frei me anticipó que asistiría a la misa de acción de
gracias que tendría lugar el 18 de septiembre de 1973 en la Iglesia de la
Gratitud Nacional, a la que también concurrirían los ex presidentes Gabriel
González Videla y Jorge Alessandri. Frei fue porque, según me dijo, ‘sería un
carajo y un cobarde si no asistiera. Los militares nos salvaron la vida y de
una degollina’. Creo que fue más o menos frente a la catedral, en la Plaza de
Armas cuando, tomando en consideración lo que conversé con Frei, le pregunté en
esos días al cardenal Silva Henríquez: ‘Dígame, Eminencia, ¿no cree usted que
si no es por los militares a muchos de nosotros nos habrían asesinado?’ Él me
respondió: ‘No sólo a ustedes, sino que a mí también. A todos nosotros’. Fueron
las mismas palabras de Frei”.
Inaceptable,
inoportuno, un completo desatino recordar cosas como ésa. Pero la prisión de
Cheyre obliga a recordarlas, y tantas más que estaban completamente olvidadas.
No sólo olvidadas: derogadas, tanto como el derecho, la justicia y la
legalidad. Y ahora puede llegarlas a saber la gente…
Y, a
propósito ¿en cuál de las categorías fijadas por Frei Montalva está usted? ¿O
está en las dos? ¿O en ninguna?
jueves, 7 de julio de 2016
La Rendición Incondicional No Sirvió
El 10 de
diciembre de 2004 el general Cheyre, a la sazón comandante en jefe del Ejército,
emitió su famoso “Nunca Más” y le echó a su institución todas las culpas de lo
sucedido en Chile, pues proclamó lo siguiente:
“El Ejército
de Chile tomó la dura pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades
que como institución le caben en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables
del pasado”.
Obviamente el
aplauso de los totalitarios que habían intentado tomarse el poder por las armas fue atronador. Quien hacía de cabeza de los militares se echaba toda
la culpa y de todo lo malo. Los marxistas, que habían puesto a diez mil hombres
en armas para tomarse el poder y establecer una dictadura a la cubana y que
habían ingresado clandestinamente a más de diez mil extranjeros en apoyo a esa
tarea, llevando a los líderes democráticos chilenos al pánico y a pedir el
auxilio de las fuerzas armadas para evitar el golpe marxista –contemplado tentativamente
para el 19 de septiembre de 1973 en el Plan Zeta— resultaba ahora que eran
inocentes, pues “todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado”
eran responsabilidad de los militares. La “vuelta de chaqueta”, tan típica
chilena, que encabezó la DC, se hizo general y terminó con la derecha abrazando el “No” a Pinochet, pidiendo perdón y llegando al gobierno encabezada por un sujeto
que la tachaba de ”cómplice pasiva” de los “atropellos a los derechos humanos”.
Pasaron los
años y, en vista de la rendición incondicional, la izquierda decidió tomar
venganza y sistemáticamente persiguió ante la justicia –que ya estaba en sus
manos-- a los uniformados, pasando por
sobre todas las leyes, aprovechando la mayoría que había ido construyendo en el
Poder Judicial. Pero había una gran excepción: al general Juan Emilio Cheyre no
lo tocaban. Los comunistas publicaban denuncias en su contra, con la esperanza
de que los jueces de izquierda lo persiguieran como a tantos otros, sólo sobre
la base de numerosos testigos ad hoc, pero los “abogados de DD. HH.” sentían
que tenían una deuda con él y no se prestaron para perseguirlo. Y así el
general Cheyre alcanzó nombramientos y dignidades que son inimaginables para
cualquier militar en retiro víctima de la prevaricación judicial de la izquierda.
Hasta que una denuncia completamente ilegal en su contra –por haberse limitado
a entregar a un convento, cumpliendo órdenes, a un niño huérfano cuyos padres
de extrema izquierda murieron intentando atravesar la cordillera— lo obligó a
renunciar a su designación como Presidente del Servicio Electoral.
Es que los
pactos con el Diablo nunca son eternos. Sobre todo que ahora la izquierda judicial
se ha descargado contra el general Cheyre y le ha pagado su “Nunca Más” y su
confesión de todas las culpas como si hubiera sido sólo un militar más,
poniéndolo en prisión por hechos amnistiados, prescritos y en los cuales no le
cupo la menor responsabilidad.
Yo he
estudiado esos hechos y escribí un libro al respecto, “La Verdad del Juicio a
Pinochet”, que publiqué en 2001 con motivo de la persecución ilegal desatada
por el inefable Juanito Guzmán, que era de derecha pero “se dio vuelta la
chaqueta” y cobró nombradía mundial procesando a Pinochet por cosas de las cuales
no tenía la menor idea y de las cuales, por tanto, no era en absoluto responsable.
El general
Cheyre era un teniente que oficiaba de ayudante del comandante del regimiento “Arica”
de La Serena cuando, sin conocimiento de ese comandante ni del general Sergio Arellano,
que había arribado en su helicóptero y se hallaba reunido con él, muy lejos del lugar de los hechos, un oficial de
la comitiva del mismo Arellano y otro, amigo suyo, incorporado a la dotación
local, sacaron a quince personas de la cárcel, las llevaron al regimiento y las fusilaron
sin forma de juicio.
Como en ese
momento estaban teniendo lugar juicios de guerra contra los presos y quienes
los conducían se horrorizaron de la ejecución sumaria e ilegal, los autores de
la misma pusieron una nota en los expedientes justificando el asesinato masivo.
Pero con los años toda esa documentación –que hasta después de 1990 existía— desapareció; y la izquierda lo aprovechó para culpar a Arellano y Pinochet de las muertes –y
de otras de las que eran igualmente ajenos— y se forjó la historia falsa de la “Caravana
de la Muerte” que todos conocemos y que hoy día los medios están aprovechando
de repetir, con motivo de la prisión de Cheyre, que no tuvo tampoco la menor responsabilidad.
Pero eso ante la actual “Justicia” chilena carece de importancia.
La rendición
incondicional no les ha servido de nada a él ni a otros que se adhirieron. A
los responsables directos de los fusilamientos ilegales, que les dijeron a los jueces de
izquierda lo que éstos querían oír, es decir, que actuaban por órdenes de los
generales Arellano y Pinochet, esto les sirvió por muchos años para quedar libres de
la persecución judicial ilegal, pero al final la izquierda, que es muy
malagradecida, les dio el zarpazo y han terminado todos también en Punta Peuco,
aunque sean nonagenarios y estén enfermos e inválidos.
Ni la traición
ni la rendición incondicional sirvieron de nada. La izquierda nunca ha tenido palabra,
como lo demuestran los “pactos de caballeros” que hace con la derecha para
nombrar ministros de la Suprema y que no cumple: la derecha vota por el
izquierdista y queda nombrado; pero cuando la izquierda debería cumplir no lo
hace y el favorecido por la derecha no es nombrado. Por eso tenemos el Poder
Judicial de izquierda que tenemos. Y por eso la historia la escribe la extrema
izquierda, antes totalitaria, hoy “democrática”. La misma que agredió a la democracia por las armas y,
derrotada, hoy es oficialmente ”agredida”, porque se autodescribe como “víctima”,
aunque quiso ser victimaria y declaró la guerra armada a la "democracia burguesa" para hacerse del poder matando a quienes se le opusieran.
Pero esa
izquierda le debe mucho al general Cheyre y sería el colmo que, en lo que resta
del proceso, lo siguiera tratando como a un militar más y prevaricara con él del
mismo modo en que lo ha hecho con el resto de sus camaradas..
miércoles, 6 de julio de 2016
Tenemos Dos Candidatos
Los del “Sí”
nos estábamos quedando sin candidato presidencial, pero por fortuna ahora
tenemos dos, que son (por orden alfabético de sus apellidos) José Antonio Kast
y Cristián Labbé. El primero ya ha abierto una lista de firmas ante notario en
70 notarías para reunir las 35 mil adhesiones que necesita. Al segundo yo le
puse un requisito formal (que me reservo) para ser candidato, que él hasta
ahora no ha cumplido, pero confío cumplirá a la brevedad y así podré expresarle también
mi apoyo.
Ambos llenan sobradamente los requerimientos
en un contexto en que los candidatos del “No” dominan completamente la escena:
los recursos, los medios, la falsificación de la historia y la expresión de las ideas, que son todas variaciones
en torno a diferentes grados de socialismo, aunque algunos autores se
califiquen a sí mismos como “de centroderecha”. Pues deberían mejor llamarse
“de seudoderecha”, dado que usan el lenguaje de la izquierda, hablan de “la
dictadura” y comparten con los demás socialistas (el resto de los del “No”) la
indisimulada vocación por manejar los destinos de todos los chilenos. Una frase
típica de estos ideólogos de seudoderecha es “cómo organizamos el país”, pues,
como todos los socialistas, no respetan la libertad individual de los
ciudadanos para organizarse a sí mismos o no organizarse en absoluto.
Entre los
del “No”, aun siendo dueños de la escena, reina el caos. Los de la Nueva
Mayoría están cada vez más desesperados, porque es claro que ahora son minoría
y su aprobación en las encuestas es cada vez más baja. Los del “No” de Chile
Vamos, que son los arrepentidos de la desmembrada UDI y los desorientados de
RN, están de hecho ya a las órdenes de Sebastián Piñera, personaje del “No”, falsificador de la historia y
perseguidor de militares que lidera las encuestas. Tiene a los partidos
actuales ampliamente sobornados y despliega una actividad incesante en la
promoción de su propia persona, pues, como decía Oscar Wilde, “cuando uno se
enamora de sí mismo suele iniciar un idilio que dura toda la vida”. Con una
fortuna de 2.500 millones de dólares, financia libros, pone fichas en todas
partes y ya no hay bastión oficial de la derecha que logre eludir su injerencia.
Como expresé en anterior blog
(“Digitados Por Piñera”, 26.06.16) con el concurso de su “generalísima”
Michelle Bachelet, que sigue arreglándoselas para no dejar contento a nadie,
parece tener la carrera corrida y controla todos los resortes.
A esto se
añade que, como he expresado en otros medios no digitados por Piñera (pues en
los digitados no puedo aparecer), la gratuidad universal es una perspectiva
ruinosa para el país. Según ha vuelto a reconocer hoy en “El Mercurio” el
Ministro de Hacienda, dicha gratuidad implica llevar la participación del gasto
del Estado en el PIB al 29,5%, desde el 21,5% actual. Eso representará un mayor
gasto de US$20.800 millones que no hay cómo financiar, ni siquiera empleando en
ello todos los Fondos de Estabilización Económico-social, que suman US$14.600
millones y que estaban destinados a reserva para sostener al país en períodos
de “vacas flacas” como el actual, con el cobre a poco más de dos dólares,
habiendo llegado a cuatro en el gobierno de Piñera, bajo el cual, con sus
aumentos de impuestos y creación de ministerios, se inició la decadencia.
Nuestros
candidatos del “Sí” tienen la oportunidad de ofrecer al país, a ese respecto, algo
que no le ofrece nadie más: libertad de elegir. Precisamente las monstruosas
cantidades que demandará el proyecto socialista de estatizar la educación, vía
gratuidad universal, abre la oportunidad a un futuro gobierno del “Sí” a
ofrecer a las familias chilenas la posibilidad de financiar la enseñanza de sus
hijos en el establecimiento de excelencia que ellas elijan, lo que haría
desaparecer las desigualdades. Y la misma libertad de elegir permitiría a todos
algo que ahora los del “No” quieren erradicar por completo: la libertad de enseñar,
de ganarse la vida fundando colegios, institutos y universidades que compitan
por ser los mejores.
Nuestros
candidatos parten en desventaja, es cierto, pero ofrecen algo que ninguno de
los del “No” es capaz de prometer ni menos de realizar: traspasar la libertad y
los recursos de manos del Estado a las de cada uno de los ciudadanos.
domingo, 3 de julio de 2016
Justicia Para el "Sí" y Para el "No"
Rompiendo
una tradición del Poder Judicial que era relativamente honrosa antes de 1990 –“relativamente”,
porque antes también hubo sonados casos aislados de evidente prevaricación, que
quedó impune, pero no tenían connotación política— después de ese año y en las
últimas décadas se consagró la “torcida administración de justicia” como un
hábito judicial de propósitos políticos, consagrándose como doctrina la
violación de la ley procesal penal. Es decir, un delito, la prevaricación (no
aplicar la ley a sabiendas) se convirtió en jurisprudencia oficial de los
tribunales chilenos.
Es una norma básica del
derecho penal de la Humanidad de todos los tiempos la de que el juez debe probar
que el delito existe. En Chile no. Nuestra justicia de izquierda no lo prueba,
sino que lo finge. Por eso un juez especialista en hacerlo confesó en cámara
ante la TV que se trataba de una “ficción jurídica”. Lo malo es que no era jurídica.
Entonces aquí los “ministros
sumariantes” designados por los triunfadores del “No” en 1990, con el fin de
perseguir a los militares perdedores del “Sí”, decidieron que en el caso de
éstos no había para qué probar los delitos, sino que bastaba fingirlos. Y así procesaron
y metieron presos a centenares por el supuesto delito de “secuestro permanente”
de guerrilleros que habían sido alguna vez detenidos y de los cuales no se
sabía su paradero. Y los “fingen” secuestrados hasta hoy.
Y, así, el capitán (r) de
Carabineros Óscar Sepúlveda Tapia purga la pena de presidio en Punta Peuco por “mantener
secuestrado” a un sujeto a quien detuvo hace décadas. Pero resulta que el
sujeto vive en el Perú desde entonces, tras haber sido llevado allá
clandestinamente con ayuda eclesiástica, pues durante años la Iglesia, a través
de la Vicaría de la Solidaridad, colaboró con la guerrilla de izquierda,
financiando su defensa judicial, manteniendo en Santiago la “Clínica Chiloé”
para atender a sus heridos y encubriéndola para eludir a la Justicia. El 26 de
mayo de 1986 fueron publicadas dos páginas de “El Mercurio” con los retratos de
47 militares muertos por la guerrilla desde 1978 y en la mayoría de los casos la defensa de sus asesinos la había
asumido la Vicaría de la Solidaridad. Recordar esto es, naturalmente, muy, pero
muy políticamente incorrecto y tal vez sea peligroso que usted siga leyendo esta
columna.
Pero, dominada por la
izquierda y todo, la Corte Suprema no ha podido desentenderse de que el “secuestrado”
por el capitán Sepúlveda vive en el Perú y ha absuelto al oficial, lo cual
generará, se supone, graves consecuencias para el Estado chileno, que lo ha
condenado por un delito inexistente. Pero ¿por qué va a responder el Estado
chileno, es decir, el contribuyente, si sus leyes obligan a probar los delitos
y son los jueces de izquierda los que no lo hacen? Éstos, personalmente, y no
el Estado deberían pagar las indemnizaciones correspondientes. Veremos qué
responde a esto la “justicia del ‘No’”, aunque yo lo sé por anticipado.
Que esta justicia es muy diferente
de la destinada al “Sí” quedó de manifiesto con el procesamiento de Laurence
Golborne y el consiguiente “juicio por los diarios” y condena por “tribunales
populares” de nuestra TV. Ha resultado ampliamente enlodado ante “el tribunal
de la opinión pública”, por contraste con otro personaje, esta vez del “No”,
Sebastián Piñera, que obtuvo financiamiento electoral con facturas “rectificadas”
por una empresa, al igual que Golborne y por un monto parecido al de éste, aunque,
a diferencia de él, una parte de lo recaudado lo empleó para beneficio personal
(pagó bonos de desempeño a gerentes de otra empresa suya). Pero el del “Sí” fue
formalizado y el del “No”, no. El fiscal Guerra ha declarado que no hay prueba
de que Piñera supiera lo que hacía su empresa “Bancorp” con lo recaudado y que
el gerente de ésta, ha sido formalizado, pero se ha acogido a su derecho a
guardar silencio. Entonces Golborne soporta ser formalizado y recibe el ludibrio
publicitario y Piñera, bajo un amplio manto de impunidad, emprende su campaña
presidencial presentando un libro que detalla lo que hará en su próximo
gobierno. Es que es del “No” y se sabe indemne. Ya en la campaña anterior, en
2009, fue confrontado con pruebas de que había comprado acciones haciendo uso
de información privilegiada y eso no produjo el menor efecto, tanto que ganó la
elección. Son prerrogativas del “No”. Y como Presidente, Piñera cumplió con el "No", pues fue
el mayor perseguidor judicial de militares y promotor de la prevaricación,
triplicando el número de querellas contra ellos a través de su Departamento de
DD. HH. del Ministerio del Interior.
A su turno, los parlamentarios
del “No” se han dado por años un festín repartiendo plata fiscal a falsos “exonerados
políticos”. El observador de DD. HH. Marcelo Elissalde ha investigado y
comprobado que se dieron pensiones a 74 mil de ellos, por haber sido supuestamente
despedidos por razones políticas durante el Gobierno Militar. La Contraloría
estudió nueve mil de esos casos y encontró que tres mil eran falsos exonerados,
que obtuvieron sus pensiones basados en certificados extendidos por
parlamentarios del “No”, según permitió la generosa legislación de izquierda
destinada a exprimir las arcas fiscales. La senadora Isabel Allende encabeza
con gran ventaja el número de falsas certificaciones, que para mayor comodidad
ella hacía firmar mediante un cuño.
La “justicia del ‘No’”, por
supuesto, ha sobreseído la causa, sin formalizados, donde aparecen imputados 54 parlamentarios
del “No”, cómplices activos en la sustracción ilegal de dineros del Fisco. Nada
tienen que temer.
Isabel Allende se apresta
también a competir en la campaña presidencial, sin ningún problema judicial,
por supuesto, tal como su camarada del “No”, Sebastián Piñera. Y los chilenos
podremos elegir entre ellos, pues vivimos en una democracia que nos da amplia
libertad para votar por candidatos del “No”.
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