Aun considerándolas así, fui y voté en ellas. ¡Es lo que hay! Y se dieron resultados que yo habría deseado: ganó Longueira, y nadie podría negar que el "voto de la familia militar" influyó en el triunfo. Es decir, ese "voto duro" pasó la prueba. Y eso es importante como argumento para terminar con el mayor escándalo nacional de nuestro tiempo, que es el de la prevaricación de la justicia de izquierda contra los uniformados (r) que derrotaron al extremismo marxista. Olvidarse de los presos políticos uniformados tiene, pues, un costo electoral.
Pero decir que ayer hemos presenciado un acto de "fortalecimiento de la democracia", cuando casi el 80 por ciento de los habilitados para sufragar no votaron, es ridículo. Ese 80 por ciento lo que quiso decir es que no valía la pena participar en el acto de ayer, porque éste era una farsa, un "divertimento" del duopolio que acapara el poder político en Chile. Y fue, en verdad, un ejercicio antidemocrático, porque el ciudadano común no podía ser candidato. Hasta el mismo Velasco, sedicente "candidato a independiente", fue incluido por decisión de uno de los duopolistas. Los verdaderos independientes no tenían posibilidad alguna de competir. ¿A eso llaman "democracia"? Y lanzan gritos de admiración porque no se abstuvo el 90 por ciento, que era lo previsto.
Además, ¿para qué se necesitaba una primaria, si existe la primera vuelta presidencial? Para nada. Sólo la necesitaba el duopolio que controla el Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial, para resolver conflictos de ambiciones entre sus caciques y hacerse autobombo ante los ciudadanos durante unas semanas, dándoles la impresión de que eligen libremente.
En fin, la primaria fue un ejercicio inútil, porque para saber quiénes tienen más votos en cada sector bastaba una encuesta. El CEP, una institución seria, podría haberla hecho (tras ganar la respectiva licitación pública) y habría cobrado unos 500 millones de pesos. La primaria, en cambio, nos va a costar nueve mil millones de pesos a los contribuyentes. Entonces ha sido, además de inútil, un ejercicio caro.
¿Por qué no habrá un Sernac Político, para garantizar que no haya barreras a la entrada a competir en política? ¿Por qué estamos entregados a los abusos del duopolio? A los políticos les gusta denunciar los de los demás, pero jamás permitirían una institución que denunciara los suyos.
En fin, siendo verdad todo lo anterior, "tenemos que arar con los bueyes que tenemos". Por eso fui a votar. Y estoy contento con los resultados, porque la derecha obtuvo importantes triunfos: dentro de la lista de la Nueva Mayoría, el segundo lugar de Velasco, "candidato de derecha", según apuntó el ultraizquierdista Gómez en el debate de la semana pasada, fue toda una sorpresa bienvenida. A la vez, Orrego izquierdizó su discurso y así le fue, enhorabuena. Y en la primaria de la Alianza triunfó Longueira, el de más a la derecha y que, por lo menos, no ha sido, como Allamand, un perseguidor de uniformados (r), lo cual le restó a éste el apoyo de la "familia militar". Y tal vez a ella le debe Longueira su triunfo.
Y sucumbió también el argumento de que mientras más gente fuera a votar, aumentaban las posibilidades de Allamand. Votó el doble de lo previsto, y ganó Longueira.
Por último, la única encuesta independiente que se publicó la semana pasada, y que comenté en este blog, la de MORI, acertó en que Bachelet obtendría el 75 por ciento de los votos de la Nueva Mayoría; pero erró en que Orrego le ganaría a Velasco, en que Allamand se impondría con amplitud sobre Longueira y en que acudiría a votar la mitad de la gente que en realidad votó. Pero no culpemos de esto último a MORI, sino a los chilenos, a los cuales cuesta mucho sorprenderlos diciendo la verdad. Reconozco que eso debilita mi argumento de que una encuesta nos permite saber lo mismo que una primaria, pero no lo invalida por completo.
Sea como fuere, ahora comienza otra carrera electoral, cuyo resultado sabremos sólo el 17 de noviembre. Y supongo que ya nadie va a olvidar que los votantes chilenos son más derechistas de lo que la mayoría tiende a pensar.
domingo, 30 de junio de 2013
jueves, 27 de junio de 2013
El Plan Ahora y la Familia Militar Puestos a Prueba
El mayor escándalo nacional durante años ha sido y está representado por la continuada persecución política y judicial contra los uniformados (r), que fueron encargados por la mayoría política democrática, en 1973, de combatir al ejército guerrillero organizado clandestinamente por el gobierno UP, y que luego de su victoria y de pasado el peligro resultaron traicionados por aquélla. Pues la DC se cambió de bando, y tras inducir a los militares se convirtió en perseguidora de ellos; la izquierda y en particular el comunismo ha ejercido la violencia que le es consustancial para amedrentar, a través de los medios que controla (pese a que sus dueños suelen ser de derecha), a jueces, políticos y opinión pública para conseguir que persigan a los uniformados (r) ante los tribunales; en seguida, la derecha, que gobernó con los militares, mira para otro lado; y lo mismo hacen los uniformados activos, que no se preocupan en lo más mínimo de sus camaradas "caídos tras las líneas enemigas". En fin, la "familia militar", aparte de brindar un apoyo limitado a sus presos y procesados políticos, nunca ha salido a la calle a protestar en su favor y se ha limitado a procurar defenderlos a través de los medios de comunicación, los cuales no le prestan mayor acogida, rechazando a veces hasta las inserciones pagadas de los generales (r) en apoyo a sus camaradas presos políticos.
En medio de este panorama desolador surgió el Plan Ahora, destinado a usar los votos de la familia militar para castigar a quienes se han hecho cómplices de la persecución. El Plan se puso en vigor en la elección municipal, con un llamado a votar por alcaldes pero no por concejales de la Alianza, para acreditar así, con la respectiva diferencia resultante, la fuerza de ese voto. Pero los resultados fueron inciertos, porque también hubo más votos para alcaldes que para concejales de la Concertación.
En las primarias de este domingo el Plan Ahora de la familia militar ha llamado a votar contra Andrés Allamand, que en el Ministerio de Defensa se convirtió en un notorio perseguidor de los uniformados (r). Ello se traduce en que la familia militar debería entonces votar por Pablo Longueira. Se señala que, tratándose de un voto disciplinado, puede determinar el triunfo de este último. Las estimaciones sobre el voto militar superan los trescientos mil sufragios.
Pero en días recientes ha visto la luz pública la encuesta MORI, única centrada en las primarias, la cual ha pronosticado: 1) Que Michelle Bachelet obtendrá el 75% de los votos de la Nueva Mayoría; 2) Que Claudio Orrego superará a Andrés Velasco; 3) Que Andrés Allamand ganará con amplitud a Pablo Longueira; y 3) Que en la primaria votarán unos 800 mil electores por la Nueva Mayoría y unos 400 mil por la Coalición por el Cambio.
Entonces hay algo que no cuadra, pues si el voto militar es disciplinado y representa el de unas 300 mil personas, Longueira debería obtener por lo bajo tres veces más votos que Allamand, y eso sin contar otros votos propios suyos.
El Plan Ahora, pues, enfrenta este domingo una prueba de fuego. Si se dieran los pronósticos de Mori, querría decir que constituye sólo una herramienta ilusoria, incapaz de influir en ningún político o sector político. Lo cual sería muy grave para la causa de los presos políticos uniformados (r), porque dicho Plan es la ÚNICA herramienta de presión para obtener que se respete el Estado de Derecho y se apliquen las leyes.
El domingo sabremos si se equivocó MORI o si acertó y las ilusiones que nos habíamos hecho acerca de esta única arma de presión eran infundadas.
En medio de este panorama desolador surgió el Plan Ahora, destinado a usar los votos de la familia militar para castigar a quienes se han hecho cómplices de la persecución. El Plan se puso en vigor en la elección municipal, con un llamado a votar por alcaldes pero no por concejales de la Alianza, para acreditar así, con la respectiva diferencia resultante, la fuerza de ese voto. Pero los resultados fueron inciertos, porque también hubo más votos para alcaldes que para concejales de la Concertación.
En las primarias de este domingo el Plan Ahora de la familia militar ha llamado a votar contra Andrés Allamand, que en el Ministerio de Defensa se convirtió en un notorio perseguidor de los uniformados (r). Ello se traduce en que la familia militar debería entonces votar por Pablo Longueira. Se señala que, tratándose de un voto disciplinado, puede determinar el triunfo de este último. Las estimaciones sobre el voto militar superan los trescientos mil sufragios.
Pero en días recientes ha visto la luz pública la encuesta MORI, única centrada en las primarias, la cual ha pronosticado: 1) Que Michelle Bachelet obtendrá el 75% de los votos de la Nueva Mayoría; 2) Que Claudio Orrego superará a Andrés Velasco; 3) Que Andrés Allamand ganará con amplitud a Pablo Longueira; y 3) Que en la primaria votarán unos 800 mil electores por la Nueva Mayoría y unos 400 mil por la Coalición por el Cambio.
Entonces hay algo que no cuadra, pues si el voto militar es disciplinado y representa el de unas 300 mil personas, Longueira debería obtener por lo bajo tres veces más votos que Allamand, y eso sin contar otros votos propios suyos.
El Plan Ahora, pues, enfrenta este domingo una prueba de fuego. Si se dieran los pronósticos de Mori, querría decir que constituye sólo una herramienta ilusoria, incapaz de influir en ningún político o sector político. Lo cual sería muy grave para la causa de los presos políticos uniformados (r), porque dicho Plan es la ÚNICA herramienta de presión para obtener que se respete el Estado de Derecho y se apliquen las leyes.
El domingo sabremos si se equivocó MORI o si acertó y las ilusiones que nos habíamos hecho acerca de esta única arma de presión eran infundadas.
miércoles, 26 de junio de 2013
Angustias de la Cota Mil
El padre Berríos puso en la prensa a "la cota mil" y no lo hizo con amor fraternal, porque a él visiblemente le molesta que exista. Más bien lo hizo como denuncia o llamado a que desaparezca o a que las demás cotas la hagan desaparecer, supongo. Pero el hecho es que ella existe, y lo peor es que, diciéndolo crudamente, es la que "tira el carro" de la prosperidad en el país. Si no existiera, todos los chilenos estarían peor, mucho peor. Estarían como los cubanos de hoy, cuya "cota mil" se fue en masa a Miami cuando triunfó la revolución del héroe de la Camila y de otra niña un poco mayor que fue trotando a verlo cuando aquél le concedió audiencia. Y a la cota mil cubana en Miami le va muy bien, tan bien que desde hace cincuenta años todos los cubanos quisieran irse para allá. Recuerdo que hace unas décadas Fidel Castro, que siempre ha estado rematadamente loco, hizo un "happy hour", o mejor dicho, un "happy day", y dijo que cualquiera podía abandonar Cuba desde el puerto de Mariel. Entonces huyeron centenares de miles y si no lo hicieron todos fue por falta de cupos, embarcaciones y tiempo. Y así los "marielitos" también pasaron a vivir en otro nivel en Miami.
Yo vivo en la cota mil. Mis hijos fueron y mis nietos van a colegios y universidades ubicados en ella. Para decir la verdad pura y dura, es otro país. Yo voy a mi oficina en auto, oyendo radio, por una autopista, y me demoro 23 minutos. Veo en la TV que la masa de los santiaguinos de otras cotas demora horas en lo mismo y lo hace en condiciones subhumanas. Es una desigualdad tremenda. José Antonio Gómez tiene la solución: quitarnos a todos los de la cota mil lo que tenemos, para que también debamos viajar en Transantiago y demorarnos dos o más horas en ir al trabajo, poniendo así término a la desigualdad. Pero todo el mundo sabe, menos José Antonio Gómez, que eso no sólo sería malo para los de la cota mil, sino también para los de todas las demás, que quedarían peor y querrían irse al equivalente de Miami, a vivir en un lugar donde hubiera cota mil, trabajo, malles, libertad, gente muy rica y desigualdad, porque es en esos lugares donde, en todo el mundo, se vive mejor. Por una razón muy sencilla: porque en la cota mil están los que "tiran el carro" donde van todos. Eso debiera saberlo cualquiera.
Pero como en Chile todo se olvida cada cuarenta años, ya nadie recuerda que la UP aplicó la receta de José Antonio Gómez y les quitó los fundos y las 500 mayores industrias a los de la cota mil para formar el "área social", manejada por guerrilleros comandando los "cordones industriales". Se creía entonces que el pueblo se iba a quedar con todos los huevos de oro que tenía la gallina adentro. El resultado fue que las pérdidas del área social fueron gigantescas, la producción cayó en picada, la gente vivía en las colas para conseguir cosas esenciales y los escaparates estaban vacíos, hasta que Allende anunció que quedaba harina "para pocos días más". Entonces los militares fueron llamados al rescate, derrotaron al ejército extremista, reconstruyeron el país y su democracia y transformaron la nación en ruinas en "la joya más preciada de la corona latinoamericana" (Clinton, 1991), por cuyo motivo el 11 de septiembre pasó a ser una efeméride digna de recordación histórica, aunque una alcaldesa revolucionaria quiera cambiarle el nombre a la calle que la rememora.
Ahora las calles se han llenado de los cien mil falsos exonerados, 60 mil reales exonerados, pero no políticos, sino para reequilibrar el presupuesto fiscal, ex guerrilleros de izquierda que cobran sin trabajar centenares de millones de dólares al año, y de muchos otros convertidos en rentistas tras sólo haber declarado " me torturaron", y gozando de salud y educación gratuitas. La violencia la ponen sus hijos y nietos encapuchados, que están empeñados en reeditar la lucha revolucionaria perdida por sus padres y abuelos, la cual, por lo demás, históricamente, los sucesores de Michimalonco que nunca faltan reencienden cada cuarenta años. Hoy proclaman la necesidad de "educación pública gratuita y de calidad", cuando todo el mundo sabe que la educación de calidad es la privada y pagada y que hay dinero fiscal suficiente para darles a las familias pobres a fin de que elijan el mejor colegio, instituto o universidad para sus hijos y así se produzca un gigantesco salto en la calidad de la enseñanza. Es decir, la receta de la libertad, que es la única real para que mejore la educación en Chile. La cual se aplica exitosamente en la cota mil, sin plata del Estado, y por eso a quienes habitan en ella les va tanto mejor y son los que "tiran el carro".
En la cota mil hay cierto pánico ante la anarquía y la violencia presentes y las perspectivas políticas futuras. Muchos venden sus acciones, lo que ha contribuido a la caída de la Bolsa. El "efecto riqueza" adverso ha sido devastador. La cota mil se siente más pobre y lo está, pues ha perdido en pocas semanas miles de millones de dólares. Y casi todos los trabajadores también, a través de sus fondos previsionales invertidos en acciones. Lo peor es que fue la cota mil la que contribuyó a elegir un des-gobierno como el actual, carente por completo de autoridad, si bien el Presidente declaró hoy día en un discurso en el norte que "no nos van a 'soyuzgar'" (sic), confirmando que la educación está muy mal. Lo oí en el noticiero de La Red, que es más temprano, y comprobé después que esa parte había sido suprimida en los demás canales. Es que este gobierno controla todo, menos el orden público. Por tanto, son fundados los temores de que el movimiento "noble, grande, hermoso" culmine en la elección de noviembre y termine arrasando con lo que hay.
En fin, pienso que John Donne podría escribir para el Chile de hoy: "Cuando oigas doblar las campanas, no preguntes si lo hacen por la cota mil: están doblando por ti".
Yo vivo en la cota mil. Mis hijos fueron y mis nietos van a colegios y universidades ubicados en ella. Para decir la verdad pura y dura, es otro país. Yo voy a mi oficina en auto, oyendo radio, por una autopista, y me demoro 23 minutos. Veo en la TV que la masa de los santiaguinos de otras cotas demora horas en lo mismo y lo hace en condiciones subhumanas. Es una desigualdad tremenda. José Antonio Gómez tiene la solución: quitarnos a todos los de la cota mil lo que tenemos, para que también debamos viajar en Transantiago y demorarnos dos o más horas en ir al trabajo, poniendo así término a la desigualdad. Pero todo el mundo sabe, menos José Antonio Gómez, que eso no sólo sería malo para los de la cota mil, sino también para los de todas las demás, que quedarían peor y querrían irse al equivalente de Miami, a vivir en un lugar donde hubiera cota mil, trabajo, malles, libertad, gente muy rica y desigualdad, porque es en esos lugares donde, en todo el mundo, se vive mejor. Por una razón muy sencilla: porque en la cota mil están los que "tiran el carro" donde van todos. Eso debiera saberlo cualquiera.
Pero como en Chile todo se olvida cada cuarenta años, ya nadie recuerda que la UP aplicó la receta de José Antonio Gómez y les quitó los fundos y las 500 mayores industrias a los de la cota mil para formar el "área social", manejada por guerrilleros comandando los "cordones industriales". Se creía entonces que el pueblo se iba a quedar con todos los huevos de oro que tenía la gallina adentro. El resultado fue que las pérdidas del área social fueron gigantescas, la producción cayó en picada, la gente vivía en las colas para conseguir cosas esenciales y los escaparates estaban vacíos, hasta que Allende anunció que quedaba harina "para pocos días más". Entonces los militares fueron llamados al rescate, derrotaron al ejército extremista, reconstruyeron el país y su democracia y transformaron la nación en ruinas en "la joya más preciada de la corona latinoamericana" (Clinton, 1991), por cuyo motivo el 11 de septiembre pasó a ser una efeméride digna de recordación histórica, aunque una alcaldesa revolucionaria quiera cambiarle el nombre a la calle que la rememora.
Ahora las calles se han llenado de los cien mil falsos exonerados, 60 mil reales exonerados, pero no políticos, sino para reequilibrar el presupuesto fiscal, ex guerrilleros de izquierda que cobran sin trabajar centenares de millones de dólares al año, y de muchos otros convertidos en rentistas tras sólo haber declarado " me torturaron", y gozando de salud y educación gratuitas. La violencia la ponen sus hijos y nietos encapuchados, que están empeñados en reeditar la lucha revolucionaria perdida por sus padres y abuelos, la cual, por lo demás, históricamente, los sucesores de Michimalonco que nunca faltan reencienden cada cuarenta años. Hoy proclaman la necesidad de "educación pública gratuita y de calidad", cuando todo el mundo sabe que la educación de calidad es la privada y pagada y que hay dinero fiscal suficiente para darles a las familias pobres a fin de que elijan el mejor colegio, instituto o universidad para sus hijos y así se produzca un gigantesco salto en la calidad de la enseñanza. Es decir, la receta de la libertad, que es la única real para que mejore la educación en Chile. La cual se aplica exitosamente en la cota mil, sin plata del Estado, y por eso a quienes habitan en ella les va tanto mejor y son los que "tiran el carro".
En la cota mil hay cierto pánico ante la anarquía y la violencia presentes y las perspectivas políticas futuras. Muchos venden sus acciones, lo que ha contribuido a la caída de la Bolsa. El "efecto riqueza" adverso ha sido devastador. La cota mil se siente más pobre y lo está, pues ha perdido en pocas semanas miles de millones de dólares. Y casi todos los trabajadores también, a través de sus fondos previsionales invertidos en acciones. Lo peor es que fue la cota mil la que contribuyó a elegir un des-gobierno como el actual, carente por completo de autoridad, si bien el Presidente declaró hoy día en un discurso en el norte que "no nos van a 'soyuzgar'" (sic), confirmando que la educación está muy mal. Lo oí en el noticiero de La Red, que es más temprano, y comprobé después que esa parte había sido suprimida en los demás canales. Es que este gobierno controla todo, menos el orden público. Por tanto, son fundados los temores de que el movimiento "noble, grande, hermoso" culmine en la elección de noviembre y termine arrasando con lo que hay.
En fin, pienso que John Donne podría escribir para el Chile de hoy: "Cuando oigas doblar las campanas, no preguntes si lo hacen por la cota mil: están doblando por ti".
domingo, 23 de junio de 2013
¿Cuándo se Fregó Chile?
Los gobiernos de la Concertación, incluido el V actual, por supuesto, están buscando a quién echarle la culpa del frenazo económico que ellos mismos han provocado. No faltan los que dicen que a Pinochet, por haber sido el autor del modelo, pero se olvidan de que Pinochet, después del terremoto de 1985 y la respectiva reconstrucción, hizo todo lo contrario que ellos, es decir, bajó el impuesto a las empresas a 10 por ciento, privatizó empresas y congeló el salario mínimo, consiguiendo así que el desempleo descendiera hasta poco más de 5 por ciento en enero de 1990, logrando tasas de crecimiento hasta de dos dígitos en un año, con gran aumento de la recaudación fiscal, todo en un contexto internacional mucho peor para Chile que el actual.
Piñera recibió el gobierno tras el terremoto de 2010, pero, en lugar de emplear las reservas que tenía el país para cubrir la reconstrucción, que era un gasto por una sola vez, subió los impuestos, que son para siempre. Y alzó, naturalmente, los que más les gustan a los comunistas, el royalty y el de las empresas (su indeleble sello DC se manifiesta así, además de hacer otra cosa que les gusta a los rojos, que es perseguir a uniformados (r), llevando las querellas en su contra de 300 a mil 300). En fin, después Piñera volvió a subir el impuesto a las empresas en tres puntos, con lo que, en medio de la gran bonanza mundial tras la recuperación de la crisis del 2009, nunca logró llegar al 6 por ciento de crecimiento y este año, con suerte, va a llegar al 4,5.
Es verdad que las cifras de empleo le resultaron buenas, y se ha apropiado de ellas como si las hubiera logrado él, pero lo fueron no sólo porque le tocó la fase de recuperación del ciclo, sino porque tuvo la suerte de que cambiara la manera de medir el empleo, pues antes de 2010 se consideraba ocupado al que trabajaba la mayor parte de la semana anterior a la encuesta y desde ese año se consideró empleado al que hubiera trabajado sólo una hora en esa semana.
En definitiva lo único que logró Piñera con sus políticas concertacionistas fue dejarle la vara tributaria más alta a la Bachelet, que de otra manera a lo mejor se habría conformado con subir el impuesto a las empresas de 17 a 22 por ciento, mientras que ahora tiene que llevarlo al 25, amenazando de paso al FUT, que junto a la reforma previsional son los dos grandes pivotes, legados por Pinochet, por supuesto, que han hecho posible el alto crecimiento chileno promedio de las últimas décadas.
Otra parte del problema que ha aportado Piñera pero va a tener que enfrentar Bachelet va a ser la falta de electricidad, porque el primero, siempre preocupado de su imagen, suprimió de un plumazo la central de Barrancones para no quedar mal con los vecinos de Punta de Choros. Y después ha sido incapaz de impulsar una verdadera agenda energética, en términos de que, como ha dicho el economista Eduardo Engel en la última revista "Cosas", "según el Servicio de Evaluación Ambiental, durante el actual gobierno se han aprobado sólo dos mil 500 megawatts de energía base, comparados con más de 10 mil megawatts durante el gobierno anterior". Es que sacar adelante HidroAysén podrá ser lo que necesita el país, pero no le gusta a la calle y a Piñera lo haría bajar aún más en las encuestas, que es lo único que le importa. (Los ha convencido a todos de que ha subido al 40%, pero cuando salga la próxima CEP se verá que no era verdad).
Los resultados de las empresas, con mayores impuestos y mayor gasto energético, entonces, han empeorado. Luego, cae la Bolsa. La Bachelet hace anuncios que sólo pueden hacerla caer más, y como China crece menos, también cae el cobre, lo cual hace subir el dólar. Luego, los extranjeros se asustan y han disminuído la Inversión Extranjera Directa en 3.713 millones de dólares y las participaciones en el capital de las empresas en 4.423 millones de dólares (cifras de abril).
Ahora la pugna entre Piñera y Bachelet consiste en que ambos se quieren echar mutuamente la culpa, pero ésta es de los dos. Y mientras tanto la calle, que es la que manda, opta por el peor de ambos mundos, exigiendo más y más socialismo.
En "Conversación en la Catedral" unos jóvenes peruanos se preguntaban "cuándo se jodió Perú". En el caso de Chile, la respuesta está clara: ahora.
Piñera recibió el gobierno tras el terremoto de 2010, pero, en lugar de emplear las reservas que tenía el país para cubrir la reconstrucción, que era un gasto por una sola vez, subió los impuestos, que son para siempre. Y alzó, naturalmente, los que más les gustan a los comunistas, el royalty y el de las empresas (su indeleble sello DC se manifiesta así, además de hacer otra cosa que les gusta a los rojos, que es perseguir a uniformados (r), llevando las querellas en su contra de 300 a mil 300). En fin, después Piñera volvió a subir el impuesto a las empresas en tres puntos, con lo que, en medio de la gran bonanza mundial tras la recuperación de la crisis del 2009, nunca logró llegar al 6 por ciento de crecimiento y este año, con suerte, va a llegar al 4,5.
Es verdad que las cifras de empleo le resultaron buenas, y se ha apropiado de ellas como si las hubiera logrado él, pero lo fueron no sólo porque le tocó la fase de recuperación del ciclo, sino porque tuvo la suerte de que cambiara la manera de medir el empleo, pues antes de 2010 se consideraba ocupado al que trabajaba la mayor parte de la semana anterior a la encuesta y desde ese año se consideró empleado al que hubiera trabajado sólo una hora en esa semana.
En definitiva lo único que logró Piñera con sus políticas concertacionistas fue dejarle la vara tributaria más alta a la Bachelet, que de otra manera a lo mejor se habría conformado con subir el impuesto a las empresas de 17 a 22 por ciento, mientras que ahora tiene que llevarlo al 25, amenazando de paso al FUT, que junto a la reforma previsional son los dos grandes pivotes, legados por Pinochet, por supuesto, que han hecho posible el alto crecimiento chileno promedio de las últimas décadas.
Otra parte del problema que ha aportado Piñera pero va a tener que enfrentar Bachelet va a ser la falta de electricidad, porque el primero, siempre preocupado de su imagen, suprimió de un plumazo la central de Barrancones para no quedar mal con los vecinos de Punta de Choros. Y después ha sido incapaz de impulsar una verdadera agenda energética, en términos de que, como ha dicho el economista Eduardo Engel en la última revista "Cosas", "según el Servicio de Evaluación Ambiental, durante el actual gobierno se han aprobado sólo dos mil 500 megawatts de energía base, comparados con más de 10 mil megawatts durante el gobierno anterior". Es que sacar adelante HidroAysén podrá ser lo que necesita el país, pero no le gusta a la calle y a Piñera lo haría bajar aún más en las encuestas, que es lo único que le importa. (Los ha convencido a todos de que ha subido al 40%, pero cuando salga la próxima CEP se verá que no era verdad).
Los resultados de las empresas, con mayores impuestos y mayor gasto energético, entonces, han empeorado. Luego, cae la Bolsa. La Bachelet hace anuncios que sólo pueden hacerla caer más, y como China crece menos, también cae el cobre, lo cual hace subir el dólar. Luego, los extranjeros se asustan y han disminuído la Inversión Extranjera Directa en 3.713 millones de dólares y las participaciones en el capital de las empresas en 4.423 millones de dólares (cifras de abril).
Ahora la pugna entre Piñera y Bachelet consiste en que ambos se quieren echar mutuamente la culpa, pero ésta es de los dos. Y mientras tanto la calle, que es la que manda, opta por el peor de ambos mundos, exigiendo más y más socialismo.
En "Conversación en la Catedral" unos jóvenes peruanos se preguntaban "cuándo se jodió Perú". En el caso de Chile, la respuesta está clara: ahora.
jueves, 20 de junio de 2013
Sólo nos Falta la Fuerza
"Jamás en ninguna causa en que se investigaron graves atentados a los derechos humanos he aplicado ni la prescripción, ni la media prescripción, ni la amnistía, y espero que eso haya quedado claro", dijo la ministra Gloria Ana Chevesich para respaldar su aspiración a ser nombrada integrante de la Corte Suprema por el Senado.
Debe ser la primera vez que algún aspirante a integrar alguna Corte Suprema en algún país civilizado esgrime como argumento para ser nombrado el haber dejado las leyes sin aplicación. "He atropellado el derecho, luego desígnenme", ha querido decir Chevesich a los senadores.
Y lo más grave es que ella debe decirlo, si es que quiere ser designada, porque sabe --y todos sabemos-- que la mayoría del Senado sólo votará en su favor si deja en claro que no está dispuesta a respetar la legalidad. En otras palabras, el Senado exige, para designar a alguien en la Corte Suprema, una garantía de que el aspirante ha desconocido y va a seguir desconociendo la legalidad.
Pero ¿de dónde emana el título de los senadores para ejercer sus funciones de tales? De la legalidad. Pero ¡cómo! Si ellos la están invalidando. Entonces, su propia condición de senadores queda en tela de juicio, porque la tienen en virtud de las leyes, cuya invalidez ellos mismos proclaman. Luego, si confiesan carecer de título para desempeñar su función, deberían ser destituidos. Pues no son legítimamente legisladores. Están ahí sólo por la fuerza, ya que la ley que podría legitimar su desempeño, dicen ellos mismos, no vale.
Es que, cuando no se respeta la ley, lo único que vale es la fuerza. Cuando los senadores están desconociendo su propio título para ejercer como tales, quiere decir que sólo están de facto en sus curules. Los ocupan en virtud de la fuerza. Si hubiera una fuerza mayor que la suya y cerrara el Senado, ese acto sería legítimo, porque sólo impondría una fuerza superior a otra que se había enseñoreado del Senado sin título legal, puesto que proclama la invalidez de las leyes.
La declaración de Gloria Ana Chevesich para obtener los votos que le faltan para ser designada son, pues, la simiente para el derrumbe del Estado de Derecho. Ante el desconocimiento de las leyes, el paso siguiente es sólo determinar qué fuerza habrá de prevalecer, como es propio de la llamada "Ley de la Selva", que es la que reemplaza al Estado de Derecho cuando éste deja de imperar.
Y conste que este estado de cosas no sólo compromete al Senado, sino al Gobierno y al resto de la institucionalidad, que hasta ahora encontraban su sustento en la legalidad.
Cualquier grupo puede hoy en Chile decir: "Sólo nos falta la fuerza para hacernos del poder", y tendrán razón, porque ha dejado de valer el título de la legalidad.
Debe ser la primera vez que algún aspirante a integrar alguna Corte Suprema en algún país civilizado esgrime como argumento para ser nombrado el haber dejado las leyes sin aplicación. "He atropellado el derecho, luego desígnenme", ha querido decir Chevesich a los senadores.
Y lo más grave es que ella debe decirlo, si es que quiere ser designada, porque sabe --y todos sabemos-- que la mayoría del Senado sólo votará en su favor si deja en claro que no está dispuesta a respetar la legalidad. En otras palabras, el Senado exige, para designar a alguien en la Corte Suprema, una garantía de que el aspirante ha desconocido y va a seguir desconociendo la legalidad.
Pero ¿de dónde emana el título de los senadores para ejercer sus funciones de tales? De la legalidad. Pero ¡cómo! Si ellos la están invalidando. Entonces, su propia condición de senadores queda en tela de juicio, porque la tienen en virtud de las leyes, cuya invalidez ellos mismos proclaman. Luego, si confiesan carecer de título para desempeñar su función, deberían ser destituidos. Pues no son legítimamente legisladores. Están ahí sólo por la fuerza, ya que la ley que podría legitimar su desempeño, dicen ellos mismos, no vale.
Es que, cuando no se respeta la ley, lo único que vale es la fuerza. Cuando los senadores están desconociendo su propio título para ejercer como tales, quiere decir que sólo están de facto en sus curules. Los ocupan en virtud de la fuerza. Si hubiera una fuerza mayor que la suya y cerrara el Senado, ese acto sería legítimo, porque sólo impondría una fuerza superior a otra que se había enseñoreado del Senado sin título legal, puesto que proclama la invalidez de las leyes.
La declaración de Gloria Ana Chevesich para obtener los votos que le faltan para ser designada son, pues, la simiente para el derrumbe del Estado de Derecho. Ante el desconocimiento de las leyes, el paso siguiente es sólo determinar qué fuerza habrá de prevalecer, como es propio de la llamada "Ley de la Selva", que es la que reemplaza al Estado de Derecho cuando éste deja de imperar.
Y conste que este estado de cosas no sólo compromete al Senado, sino al Gobierno y al resto de la institucionalidad, que hasta ahora encontraban su sustento en la legalidad.
Cualquier grupo puede hoy en Chile decir: "Sólo nos falta la fuerza para hacernos del poder", y tendrán razón, porque ha dejado de valer el título de la legalidad.
miércoles, 19 de junio de 2013
Vergüenza Nacional de NuestroTiempo
La casualidad, ya que no la conciencia moral de los chilenos, nos pone cada cierto tiempo frente a la mayor vergüenza nacional de nuestro tiempo, que es el dispar tratamiento recibido por el terrorismo de extrema izquierda y el dispensado a los uniformados que libraron al país de que él se impusiera por las armas y gobernara indefinidamente.
Esta vez dicha vergüenza nacional se ha puesto en evidencia a raíz de que fracasara el asalto a mano armada de una sucursal bancaria en Pudahuel. La oportuna intervención de Carabineros frustró el delito, pero sus perpetradores, al huir, hicieron fuego con armas de largo alcance, una de las cuales, un fusil M-16, fue capturada en el lugar. Se trata de una de las internadas por el brazo armado del Partido Comunista, el FPMR, en Carrizal Bajo, en 1986. Quien la disparó, también capturado en el sitio de los hechos, fue Jorge Mauricio Mateluna Rojas. Éste, junto a otros integrantes del FPMR, al asaltar en 1992 un supermercado dio muerte a un funcionario de Carabineros. Por ese hecho, sumado a una segunda condena por el delito de asociación ilícita terrorista en Rancagua, en una época en que todavía los Tribunales no habían sido capturados por la izquierda, fue condenado a presidio perpetuo. Pues bien, en 2004 el presidente Ricardo Lagos lo indultó y quedó libre, mientras legiones de militares que lucharon contra el terrorismo eran y siguen siendo apresados.
Estos antecedentes han sido parcialmente publicados en la prensa, en particular en "El Mercurio", pero como noticia secundaria que se pasa por alto o está destinada prontamente al olvido. Por suerte ciudadanos como Marcelo Elissalde Martel, abogado que ha asumido la misión de Consultor de Derechos Humanos, y el oficial en retiro del Ejército, Lisandro Contreras Radic, han hecho circular los pormenores del nuevo delito y el prontuario de los hechores, llamándonos la atención a los chilenos acerca del contraste que constituye, precisamente, la ya mencionada "gran vergüenza nacional de nuestro tiempo": mientras todos los terroristas están libres y particularmente indultados (905 en total), cada día más de los uniformados que debieron combatirlos y les impidieron hacerse del poder, siguen presos o están siendo procesados.
Ya las defensas de Mateluna y otros dos extremistas capturados en Pudahuel están esgrimiendo el argumento de que "sólo estaban ahí" y que iban "camino a su trabajo", sabedoras de que la actual justicia de izquierda emplea el más extremado rigor para juzgar las pruebas contra los extremistas. Así, fueron desechadas más de seis mil para dejar libres a los autores de los numerosos bombazos de los últimos años, hechos terroristas que quedaron completamente impunes, salvo un caso, el de Pitronello. Pues al estallarle a éste una bomba entre las manos y ser filmado colocándola no pudo gozar de la eximente marxista ad hoc de "sólo haber estado ahí", en la cual se fundará (esto lo apuesto doble contra sencillo) la libertad final de los tres terroristas capturados días atrás en Pudahuel.
Por contraste, sucesivas decenas de uniformados son periódicamente ordenados detener por jueces de izquierda sólo por "haber estado ahí", con ocasión de hechos ocurridos hace casi cuarenta años. Hay correctísimos oficiales (r) condenados por meras presunciones a interminables penas de cárcel, sin que ninguno de ellos haya jamás sido inculpado directamente, ni que en su vida civil haya cometido un acto punible. En cambio, los terroristas perdonados y totalmente libres se pasean por el territorio reincidiendo en cometer delitos, disparando sus M-16 no capturados (pues se calcula que un tercio no lo fue en 1986, cuando se descubrió el contrabando desde Cuba).
Tal como la casualidad ayudaba a poner en evidencia el armamentismo marxista en 1973, cuando gracias a un accidente del tránsito de una camioneta de la Presidencia cargada de armas clandestinas, por ejemplo, se descubría la distribución de éstas a los "cordones industriales", ahora es la casualidad la que pone de manifiesto la mayor vergüenza nacional de nuestro tiempo: la disparidad entre el perdón e impunidad de los extremistas con el rigor ilegal para mantener presos a quienes los derrotaron en la lucha armada de 1973.
Otro patriota, Patricio Acevedo, cuyo cerebro tampoco ha sido lavando, me envía la siguiente cita de una entrevista al ex Presidente Eduardo Frei Montalva en la revista "Qué Pasa", en octubre de 1973: "Los militares han salvado a Chile y a todos nosotros, y no puedo decir que estemos a salvo aun porque --y ya lo ve usted día tras día-- las fuerzas armadas siguen descubriendo reductos y arsenales. La guerra civil estaba perfectamente preparada por los marxistas. Y esto es lo que el mundo desconoce o no quiere conocer".
Y esto, agrego yo, es también lo que los chilenos de hoy, para vergüenza nacional, han olvidado y no quieren recordar.
Esta vez dicha vergüenza nacional se ha puesto en evidencia a raíz de que fracasara el asalto a mano armada de una sucursal bancaria en Pudahuel. La oportuna intervención de Carabineros frustró el delito, pero sus perpetradores, al huir, hicieron fuego con armas de largo alcance, una de las cuales, un fusil M-16, fue capturada en el lugar. Se trata de una de las internadas por el brazo armado del Partido Comunista, el FPMR, en Carrizal Bajo, en 1986. Quien la disparó, también capturado en el sitio de los hechos, fue Jorge Mauricio Mateluna Rojas. Éste, junto a otros integrantes del FPMR, al asaltar en 1992 un supermercado dio muerte a un funcionario de Carabineros. Por ese hecho, sumado a una segunda condena por el delito de asociación ilícita terrorista en Rancagua, en una época en que todavía los Tribunales no habían sido capturados por la izquierda, fue condenado a presidio perpetuo. Pues bien, en 2004 el presidente Ricardo Lagos lo indultó y quedó libre, mientras legiones de militares que lucharon contra el terrorismo eran y siguen siendo apresados.
Estos antecedentes han sido parcialmente publicados en la prensa, en particular en "El Mercurio", pero como noticia secundaria que se pasa por alto o está destinada prontamente al olvido. Por suerte ciudadanos como Marcelo Elissalde Martel, abogado que ha asumido la misión de Consultor de Derechos Humanos, y el oficial en retiro del Ejército, Lisandro Contreras Radic, han hecho circular los pormenores del nuevo delito y el prontuario de los hechores, llamándonos la atención a los chilenos acerca del contraste que constituye, precisamente, la ya mencionada "gran vergüenza nacional de nuestro tiempo": mientras todos los terroristas están libres y particularmente indultados (905 en total), cada día más de los uniformados que debieron combatirlos y les impidieron hacerse del poder, siguen presos o están siendo procesados.
Ya las defensas de Mateluna y otros dos extremistas capturados en Pudahuel están esgrimiendo el argumento de que "sólo estaban ahí" y que iban "camino a su trabajo", sabedoras de que la actual justicia de izquierda emplea el más extremado rigor para juzgar las pruebas contra los extremistas. Así, fueron desechadas más de seis mil para dejar libres a los autores de los numerosos bombazos de los últimos años, hechos terroristas que quedaron completamente impunes, salvo un caso, el de Pitronello. Pues al estallarle a éste una bomba entre las manos y ser filmado colocándola no pudo gozar de la eximente marxista ad hoc de "sólo haber estado ahí", en la cual se fundará (esto lo apuesto doble contra sencillo) la libertad final de los tres terroristas capturados días atrás en Pudahuel.
Por contraste, sucesivas decenas de uniformados son periódicamente ordenados detener por jueces de izquierda sólo por "haber estado ahí", con ocasión de hechos ocurridos hace casi cuarenta años. Hay correctísimos oficiales (r) condenados por meras presunciones a interminables penas de cárcel, sin que ninguno de ellos haya jamás sido inculpado directamente, ni que en su vida civil haya cometido un acto punible. En cambio, los terroristas perdonados y totalmente libres se pasean por el territorio reincidiendo en cometer delitos, disparando sus M-16 no capturados (pues se calcula que un tercio no lo fue en 1986, cuando se descubrió el contrabando desde Cuba).
Tal como la casualidad ayudaba a poner en evidencia el armamentismo marxista en 1973, cuando gracias a un accidente del tránsito de una camioneta de la Presidencia cargada de armas clandestinas, por ejemplo, se descubría la distribución de éstas a los "cordones industriales", ahora es la casualidad la que pone de manifiesto la mayor vergüenza nacional de nuestro tiempo: la disparidad entre el perdón e impunidad de los extremistas con el rigor ilegal para mantener presos a quienes los derrotaron en la lucha armada de 1973.
Otro patriota, Patricio Acevedo, cuyo cerebro tampoco ha sido lavando, me envía la siguiente cita de una entrevista al ex Presidente Eduardo Frei Montalva en la revista "Qué Pasa", en octubre de 1973: "Los militares han salvado a Chile y a todos nosotros, y no puedo decir que estemos a salvo aun porque --y ya lo ve usted día tras día-- las fuerzas armadas siguen descubriendo reductos y arsenales. La guerra civil estaba perfectamente preparada por los marxistas. Y esto es lo que el mundo desconoce o no quiere conocer".
Y esto, agrego yo, es también lo que los chilenos de hoy, para vergüenza nacional, han olvidado y no quieren recordar.
lunes, 17 de junio de 2013
La Educación es un Bien de Capital
Se afirma frecuentemente que la educación "es un bien público". El artículo 589 del Código Civil define los bienes públicos diciendo que son aquellos "cuyo uso pertenece a todos los habitantes de la nación, como el de calles, plazas, puentes y caminos, el mar adyacente y sus playas". Si la educación se ofreciera sin restricciones y sin cobro a todos los habitantes de la nación, sería un bien público. Pero en el hecho ella es, en la mayoría de los casos, un bien privado, es decir, que se ofrece limitadamente por instituciones o personas que cobran por entregar el respectivo servicio.
La ciencia económica, por su parte, define conceptualmente los bienes públicos según dos características: la de que no generan rivalidad en su uso o consumo y la de que quienes los proveen no pueden excluir a nadie de su goce. El ejemplo más típico de un bien publico puro es un faro, de cuya luz puede aprovecharse un número indeterminado de personas, sin que deban rivalizar entre sí para aprovecharlo, y sin que su dueño tenga la posibilidad de excluir a nadie de utilizarlo. Es decir, resulta imposible cobrar por ello. Por eso los particulares no construyen faros y debe hacerlo el Estado.
El que ofrece el bien o servicio denominado educación con un carácter privado puede convertirlo en un bien público. El Estado lo ofrece como tal en los niveles básico y medio. Y no sólo el Estado. Yo, por ejemplo, he convertido las entradas de este blog, que en tantos sentidos son educacionales (pues enseñan algunas cosas a sus lectores), en un bien público. Cualquiera puede acceder a él, sin limitación y sin pago. No hay en este blog rivalidad (salvo la que se genera entre sus comentaristas o entre éstos y el autor, como es fácil comprobar); ni hay exclusión, pues no se priva a nadie de acceder a él. Pero en cualquier momento yo podría convertirlo en un bien privado, limitando el número de quienes lo leyeran o cobrándoles por hacerlo.
Y en la práctica lo más frecuente es que la educación sea un bien privado, pues quien ofrece educar por lo común limita la matrícula, lo que es característico de la rivalidad en el goce del bien; y cobra por el servicio que ofrece, es decir, excluye a quienes no paguen. Y, de hecho, la mayoría de la población prefiere pagar por lo mismo que el Estado ofrece dar gratuitamente. Por algo será.
En cuanto bien, la educación es inmaterial, es decir, un servicio. No es ciertamente un bien de consumo, como ha dicho alguien, pues no se agota en su primer uso; ni siquiera es un bien de consumo durable, de los que se agotan sólo después de varios o muchos usos. En realidad, es un bien de capital, pues sirve para producir otros bienes. El típico ejemplo de que es preferible, en lugar de darle un pescado a un hombre pobre, enseñarle a pescar, prueba que la educación es un bien de capital: habilita a las personas para producir otros bienes. O a producir el mismo bien, en el caso de quienes enseñan pedagogía, es decir, enseñan a educar.
En fin, frecuentemente se dice que "la educación es un derecho". Lo es en cuanto alguien se lo reconozca al que lo imnvoca. En Chile hay derecho a la educación prebásica, básica y media gratuitas. El problema se presenta cuando se exige el "derecho a una educación pública de calidad", pues hay fuertes argumentos para demostrar que la educación "de calidad" se logra cuando ella no es "un derecho" ni es "un bien público", y ése es el tema central en el debate de hoy, en el cual juega un rol central el concepto que se tenga sobre el valor de la libertad personal en nuestra sociedad.
La ciencia económica, por su parte, define conceptualmente los bienes públicos según dos características: la de que no generan rivalidad en su uso o consumo y la de que quienes los proveen no pueden excluir a nadie de su goce. El ejemplo más típico de un bien publico puro es un faro, de cuya luz puede aprovecharse un número indeterminado de personas, sin que deban rivalizar entre sí para aprovecharlo, y sin que su dueño tenga la posibilidad de excluir a nadie de utilizarlo. Es decir, resulta imposible cobrar por ello. Por eso los particulares no construyen faros y debe hacerlo el Estado.
El que ofrece el bien o servicio denominado educación con un carácter privado puede convertirlo en un bien público. El Estado lo ofrece como tal en los niveles básico y medio. Y no sólo el Estado. Yo, por ejemplo, he convertido las entradas de este blog, que en tantos sentidos son educacionales (pues enseñan algunas cosas a sus lectores), en un bien público. Cualquiera puede acceder a él, sin limitación y sin pago. No hay en este blog rivalidad (salvo la que se genera entre sus comentaristas o entre éstos y el autor, como es fácil comprobar); ni hay exclusión, pues no se priva a nadie de acceder a él. Pero en cualquier momento yo podría convertirlo en un bien privado, limitando el número de quienes lo leyeran o cobrándoles por hacerlo.
Y en la práctica lo más frecuente es que la educación sea un bien privado, pues quien ofrece educar por lo común limita la matrícula, lo que es característico de la rivalidad en el goce del bien; y cobra por el servicio que ofrece, es decir, excluye a quienes no paguen. Y, de hecho, la mayoría de la población prefiere pagar por lo mismo que el Estado ofrece dar gratuitamente. Por algo será.
En cuanto bien, la educación es inmaterial, es decir, un servicio. No es ciertamente un bien de consumo, como ha dicho alguien, pues no se agota en su primer uso; ni siquiera es un bien de consumo durable, de los que se agotan sólo después de varios o muchos usos. En realidad, es un bien de capital, pues sirve para producir otros bienes. El típico ejemplo de que es preferible, en lugar de darle un pescado a un hombre pobre, enseñarle a pescar, prueba que la educación es un bien de capital: habilita a las personas para producir otros bienes. O a producir el mismo bien, en el caso de quienes enseñan pedagogía, es decir, enseñan a educar.
En fin, frecuentemente se dice que "la educación es un derecho". Lo es en cuanto alguien se lo reconozca al que lo imnvoca. En Chile hay derecho a la educación prebásica, básica y media gratuitas. El problema se presenta cuando se exige el "derecho a una educación pública de calidad", pues hay fuertes argumentos para demostrar que la educación "de calidad" se logra cuando ella no es "un derecho" ni es "un bien público", y ése es el tema central en el debate de hoy, en el cual juega un rol central el concepto que se tenga sobre el valor de la libertad personal en nuestra sociedad.
jueves, 13 de junio de 2013
Sigue el "Divertimento" del Duopolio
Acabo de ver el debate de los candidatos de la Alianza. A su término fui a emol.com y voté en la encuesta. Lo habían hecho ya 2.204 personas, que daban por ganador a Longueira por 54% a 46%. Mi impresión había sido que ambos se desempeñaron bien y no habría sabido decir cuál triunfó, aunque voté por Longueira para ser consecuente con lo que ha pedido el Plan Ahora de defensa de los presos políticos ex uniformados.
Considero este proceso de primarias como un "divertimento" abusivo más del duopolio político que desvirtúa nuestra democracia. Si ésta fuera de verdad, no habría necesidad de primarias, pues todos los aspirantes presidenciales habrían debido poder participar en la primera vuelta del 17 de noviembre. Pero el duopolio se las ha ingeniado para poner "barreras a la entrada" de la gente "de a pie" y cuesta mucho ser candidato sin el respaldo de algún partido incorporado al duopolio. Para no pelear entre sus integrantes, los mismos han inventado las primarias, que pagamos los contribuyentes. Dicen que nos costarán nueve mil millones y debemos darnos por bien librados, pues si hubieran sido capaces de hacer primarias parlamentarias (que tampoco habrían revelado nada que no hubiéramos podido saber a través de las encuestas) nos habrían costado el doble.
Pues todas las primarias son inútiles, porque sus resultados los podemos saber perfectamente a través de las encuestas (siempre que estén bien hechas y no hayan sido "encargadas" por alguien). En todo caso, como por las razones de todos conocidas nos hemos quedado transitoriamente sin la CEP, en el fondo la primaria la va a suplir. Y ya que existe, es del caso decir que ella va a tener un desenlace importante, porque va a dejar fuera a algunos, lo que va a beneficiar a otros que lograrán llegar al 17 de noviembre, casos de ME-O y Franco Parisi, los únicos que, hasta ahora, han logrado reunir las firmas. La competencia entre ambos va a ser una de las cosas interesantes de la elección presidencial.
Ahora, quiero llamar la atención sobre un aspecto poco advertido de esta primaria. La mayoría de las personas que llegarán a votar a ella, sea cual fuere su número, serán independientes, pues los militantes de partidos son, comparativamente, pocos. Al o a la votante independiente le van a entregar una cédula en que van a estar los nombres de todos los candidatos, tanto de la Nueva Mayoría o Concertación como de la Coalición por el Cambio o Alianza. Como el común de la gente no es políticamente matriculada, podría haber un gran entrecruzamiento de votos. Alguien que haya votado por la Alianza perfectamente podría marcar preferencia a un candidato concertacionista moderado. Asimismo, podría haber izquierdistas fanáticos motivados, más que en favorecer a uno de los candidatos de su lado (sobre todo si piensan que Michelle Bachelet tiene el triunfo asegurado), en perjudicar al candidato más de derecha, supuestamente Longueira, votando por Allamand. No he olvidado que Michelle Bachelet declaró en 2005, después de la primera vuelta de entonces, lo siguiente: "Muchos partidarios míos me han dicho que votaron por Sebastián Piñera, para impedir el paso de Lavín a segunda vuelta". A lo mejor fueron votos decisivos para postergar a Lavín.
He pensado en lo anterior porque me he encontrado con derechistas encantados con la moderación de Velasco y su coraje político para defender posturas a primera vista "impopulares", en el debate de la semana pasada. No me extrañaría que, teniendo en la mano la papeleta que les van a dar, donde estará el nombre de éste, le marcaran la preferencia, en lugar de hacerlo por un candidato de su propio sector. No por ninguna estrategia rebuscada, sino por sentirse interpretados por alusiones "de derecha" de ese candidato, como la condena a las "malas prácticas políticas" por ejemplo.
Entonces este nuevo "divertimento" del duopolio político puede terminar siendo una Caja de Pandora, de la cual salgan cosas inesperadas. ¿En qué pie quedaría la DC si su candidato presidencial sale tercero, por ejemplo?
A todo esto, el duopolio continúa esforzándose por imponer nuevos costos a los demás en beneficio de sí mismo, y está tratando de conseguir la "franja electoral", que gravará a los canales de televisión abierta. Otro abuso de su posición dominante y excluyente.
¿Cuándo se irá a crear un Sernac Político, para evitar cosas como ésa? Jamás, pues el duopolio está dispuesto a perseguir abusos de otros que eluden la sana competencia, pero nunca los propios. Ergo, "las malas prácticas políticas" tienen una larga vida asegurada.
Considero este proceso de primarias como un "divertimento" abusivo más del duopolio político que desvirtúa nuestra democracia. Si ésta fuera de verdad, no habría necesidad de primarias, pues todos los aspirantes presidenciales habrían debido poder participar en la primera vuelta del 17 de noviembre. Pero el duopolio se las ha ingeniado para poner "barreras a la entrada" de la gente "de a pie" y cuesta mucho ser candidato sin el respaldo de algún partido incorporado al duopolio. Para no pelear entre sus integrantes, los mismos han inventado las primarias, que pagamos los contribuyentes. Dicen que nos costarán nueve mil millones y debemos darnos por bien librados, pues si hubieran sido capaces de hacer primarias parlamentarias (que tampoco habrían revelado nada que no hubiéramos podido saber a través de las encuestas) nos habrían costado el doble.
Pues todas las primarias son inútiles, porque sus resultados los podemos saber perfectamente a través de las encuestas (siempre que estén bien hechas y no hayan sido "encargadas" por alguien). En todo caso, como por las razones de todos conocidas nos hemos quedado transitoriamente sin la CEP, en el fondo la primaria la va a suplir. Y ya que existe, es del caso decir que ella va a tener un desenlace importante, porque va a dejar fuera a algunos, lo que va a beneficiar a otros que lograrán llegar al 17 de noviembre, casos de ME-O y Franco Parisi, los únicos que, hasta ahora, han logrado reunir las firmas. La competencia entre ambos va a ser una de las cosas interesantes de la elección presidencial.
Ahora, quiero llamar la atención sobre un aspecto poco advertido de esta primaria. La mayoría de las personas que llegarán a votar a ella, sea cual fuere su número, serán independientes, pues los militantes de partidos son, comparativamente, pocos. Al o a la votante independiente le van a entregar una cédula en que van a estar los nombres de todos los candidatos, tanto de la Nueva Mayoría o Concertación como de la Coalición por el Cambio o Alianza. Como el común de la gente no es políticamente matriculada, podría haber un gran entrecruzamiento de votos. Alguien que haya votado por la Alianza perfectamente podría marcar preferencia a un candidato concertacionista moderado. Asimismo, podría haber izquierdistas fanáticos motivados, más que en favorecer a uno de los candidatos de su lado (sobre todo si piensan que Michelle Bachelet tiene el triunfo asegurado), en perjudicar al candidato más de derecha, supuestamente Longueira, votando por Allamand. No he olvidado que Michelle Bachelet declaró en 2005, después de la primera vuelta de entonces, lo siguiente: "Muchos partidarios míos me han dicho que votaron por Sebastián Piñera, para impedir el paso de Lavín a segunda vuelta". A lo mejor fueron votos decisivos para postergar a Lavín.
He pensado en lo anterior porque me he encontrado con derechistas encantados con la moderación de Velasco y su coraje político para defender posturas a primera vista "impopulares", en el debate de la semana pasada. No me extrañaría que, teniendo en la mano la papeleta que les van a dar, donde estará el nombre de éste, le marcaran la preferencia, en lugar de hacerlo por un candidato de su propio sector. No por ninguna estrategia rebuscada, sino por sentirse interpretados por alusiones "de derecha" de ese candidato, como la condena a las "malas prácticas políticas" por ejemplo.
Entonces este nuevo "divertimento" del duopolio político puede terminar siendo una Caja de Pandora, de la cual salgan cosas inesperadas. ¿En qué pie quedaría la DC si su candidato presidencial sale tercero, por ejemplo?
A todo esto, el duopolio continúa esforzándose por imponer nuevos costos a los demás en beneficio de sí mismo, y está tratando de conseguir la "franja electoral", que gravará a los canales de televisión abierta. Otro abuso de su posición dominante y excluyente.
¿Cuándo se irá a crear un Sernac Político, para evitar cosas como ésa? Jamás, pues el duopolio está dispuesto a perseguir abusos de otros que eluden la sana competencia, pero nunca los propios. Ergo, "las malas prácticas políticas" tienen una larga vida asegurada.
martes, 11 de junio de 2013
Dos Grandes Derrotados
El único sondeo que pude encontrar acerca del foro de anoche fue el de emol.com, donde habían votado unas tres mil personas y su veredicto acerca de quién lo había hecho mejor era: Velasco, 50%; Orrego, 25%; Gómez 14%; y Bachelet 11%. Lo cual era coincidente con el juicio que yo mismo me había formado, pero como la experiencia me indica que éste suele ser muy diferente del que se forjan las mayorías, la coincidencia esta vez me sorprendió.
Creo, en consecuencia, que la gran derrotada tras el foro de anoche fue Michelle Bachelet, pero hay un candidato de la Coalición que va a soportar también un detrimento: Andrés Allamand. Aunque no haya participado en el debate, voy a explicar por qué lo perjudicó: Allamand se ha esforzado en transmitir que él es un candidato más cercano al centro político y ha hecho ver que eso lo convierte en el adversario más fuerte ante Michelle Bachelet. Pero anoche surgió un contendor poderoso para disputar el centro político, que fue Andrés Velasco. Me consta que mucha gente de derecha quedó impresionada por el coraje que tuvo para descartar las posturas más demagógicas que ha introducido "la calle" en el debate general, como son las de la universidad gratuita para todos, la AFP estatal y la asamblea constituyente. Asimismo, contradijo eslóganes ampliamente aceptados, como el de que la supresión del 7% de cotización de salud para los jubilados constituye un avance social, probando que hay otros sectores más necesitados a los cuales debió dirigirse el financiamiento de ese beneficio. También sus mensajes condenatorios de "las malas prácticas" de la "vieja política" coinciden con el sentir de amplios sectores del centro y la derecha.
Por supuesto, el resultado de la encuesta on-line de emol no es suficientemente representativo del sentir general, pero sí anticipa que Velasco hizo anoche una buena pesca en las aguas de los electores moderados y alguna también en las de la propia derecha. Entonces cabe preguntarse: ¿no habrá un contingente de este sector que va a preferir votar en la primaria por Velasco, en lugar de hacerlo por alguno de los candidatos de la Coalición por el Cambio?
Durante los días recientes ha habido reiteradas declaraciones de personeros de la Coalición llamando, justamente, a evitar la tentación de votar por Velasco en las primarias, haciendo ver el perjuicio que ello representaría para la centroderecha y sus aspiraciones. Este perjuicio, de ocurrir la deserción aliancista hacia Velasco, lo soportaría claramente mucho más Allamand que Longueira, porque este último acapara el "voto duro" de derecha (por ejemplo, el mío), que jamás iría a favorecer a alguien de la Concertación y menos a Velasco, quien, consultado sobre si no se debería hacer algo para poner atajo a los abusos ilegales de los jueces de izquierda en las condenas a uniformados (r), declaró que esa propuesta era "repugnante". Entonces, por ese solo hecho, para mí sería repugnante justamente la perspectiva de votar por Velasco, no así para los sectores de centroderecha que tienen sus cerebros lavados, son "arrepentidos" y se han sumado a la persecución ilegal contra los militares (r). Justamente por pertenecer Allamand a este contingente, la "familia militar", representada por el Plan Ahora, ha reiterado sus llamados a votar "contra Allamand" en las primarias, por considerarlo otro perseguidor más de uniformados (r), como lo puso de manifiesto siendo Ministro de Defensa y exonerando a todos los asesores ex uniformados que hubieran estado alguna vez en la DINA o en la CNI.
En otras palabras, los aliancistas "conquistados" por Velasco van a ser justamente los del "voto blando" de la centroderecha, pero no los del "voto duro", que permaneceremos firmemente en la decisión de votar por Longueira. Y mucho electorado no comprometido y moderado, que no sabe por quién votar y podría verse inclinado a apoyar a Allamand por ser más cercano al centro, podría haberse decidido anoche por favorecer a Velasco en las primarias.
En conclusión, los dos grandes derrotados del debate de anoche fueron Michelle Bachelet, a quien el sondeo on-line relegó al último lugar; y Andrés Allamand, a quien la performance de Velasco seguramente arrebatará parte del "voto blando" de centroderecha y del voto indeciso con que él cuenta para derrotar a Longueira el 30 de junio próximo.
Creo, en consecuencia, que la gran derrotada tras el foro de anoche fue Michelle Bachelet, pero hay un candidato de la Coalición que va a soportar también un detrimento: Andrés Allamand. Aunque no haya participado en el debate, voy a explicar por qué lo perjudicó: Allamand se ha esforzado en transmitir que él es un candidato más cercano al centro político y ha hecho ver que eso lo convierte en el adversario más fuerte ante Michelle Bachelet. Pero anoche surgió un contendor poderoso para disputar el centro político, que fue Andrés Velasco. Me consta que mucha gente de derecha quedó impresionada por el coraje que tuvo para descartar las posturas más demagógicas que ha introducido "la calle" en el debate general, como son las de la universidad gratuita para todos, la AFP estatal y la asamblea constituyente. Asimismo, contradijo eslóganes ampliamente aceptados, como el de que la supresión del 7% de cotización de salud para los jubilados constituye un avance social, probando que hay otros sectores más necesitados a los cuales debió dirigirse el financiamiento de ese beneficio. También sus mensajes condenatorios de "las malas prácticas" de la "vieja política" coinciden con el sentir de amplios sectores del centro y la derecha.
Por supuesto, el resultado de la encuesta on-line de emol no es suficientemente representativo del sentir general, pero sí anticipa que Velasco hizo anoche una buena pesca en las aguas de los electores moderados y alguna también en las de la propia derecha. Entonces cabe preguntarse: ¿no habrá un contingente de este sector que va a preferir votar en la primaria por Velasco, en lugar de hacerlo por alguno de los candidatos de la Coalición por el Cambio?
Durante los días recientes ha habido reiteradas declaraciones de personeros de la Coalición llamando, justamente, a evitar la tentación de votar por Velasco en las primarias, haciendo ver el perjuicio que ello representaría para la centroderecha y sus aspiraciones. Este perjuicio, de ocurrir la deserción aliancista hacia Velasco, lo soportaría claramente mucho más Allamand que Longueira, porque este último acapara el "voto duro" de derecha (por ejemplo, el mío), que jamás iría a favorecer a alguien de la Concertación y menos a Velasco, quien, consultado sobre si no se debería hacer algo para poner atajo a los abusos ilegales de los jueces de izquierda en las condenas a uniformados (r), declaró que esa propuesta era "repugnante". Entonces, por ese solo hecho, para mí sería repugnante justamente la perspectiva de votar por Velasco, no así para los sectores de centroderecha que tienen sus cerebros lavados, son "arrepentidos" y se han sumado a la persecución ilegal contra los militares (r). Justamente por pertenecer Allamand a este contingente, la "familia militar", representada por el Plan Ahora, ha reiterado sus llamados a votar "contra Allamand" en las primarias, por considerarlo otro perseguidor más de uniformados (r), como lo puso de manifiesto siendo Ministro de Defensa y exonerando a todos los asesores ex uniformados que hubieran estado alguna vez en la DINA o en la CNI.
En otras palabras, los aliancistas "conquistados" por Velasco van a ser justamente los del "voto blando" de la centroderecha, pero no los del "voto duro", que permaneceremos firmemente en la decisión de votar por Longueira. Y mucho electorado no comprometido y moderado, que no sabe por quién votar y podría verse inclinado a apoyar a Allamand por ser más cercano al centro, podría haberse decidido anoche por favorecer a Velasco en las primarias.
En conclusión, los dos grandes derrotados del debate de anoche fueron Michelle Bachelet, a quien el sondeo on-line relegó al último lugar; y Andrés Allamand, a quien la performance de Velasco seguramente arrebatará parte del "voto blando" de centroderecha y del voto indeciso con que él cuenta para derrotar a Longueira el 30 de junio próximo.
lunes, 10 de junio de 2013
¡Chiquillas, Déjenme Vivir mi Vida!
Esta mañana caminaba por Providencia cuando a mi lado oí que alguien le mandaba saludos a mi mamá. Desde hace años he estado acostumbrado a que esto suceda cuando Isabel Allende me alude en televisión. Porque nunca lo hace en términos favorables y, peor todavía, me dedica toda suerte de invectivas por, supuestamente, ser yo titular de una pensión como exonerado político. Pero, como ya he explicado en este blog, jamás he cobrado una pensión de exonerado.
Sólo me cabe atribuir la odiosidad de Isabel (a quien, por otra parte, admiro, por haber sobrevivido apenas a la misma operación quirúrgica hecha por el mismo cirujano a Frei Montalva) a que yo me he referido en diversos escritos, y creo que también más de alguna vez oralmente, a los sobornos que recibió su padre, Salvador Allende, acreditados por fuentes fidedignas, como el, en su tiempo, embajador de los Estados Unidos, Edward Korry, y el agente del KGB exiliado, Dimitri Mitrokhin. El primero detalló la conversación que tuvo con el gerente de una empresa cuprera norteamericana expropiada por Allende, donde el mismo le refirió los pagos hechos al presidente a cambio de alguna indemnización; y el ex agente ruso describió, en su "Archivo Mitrokhin", los abonos que el KGB hacía a Allende desde mucho antes de que fuera presidente, y precisó tanto los montos de las remesas como la "chapa" que usaba el líder socialista como agente, que, si mal no recuerdo, era precisamente "Líder". Entonces, no deja de ser importante que el personaje ungido por votación popular como el "Más Grande de la Historia de Chile" se las haya ingeniado para lucrar al mismo tiempo a costa de las dos grandes potencias de nuestro tiempo. Sólo un "grande" podía lograr eso.
Bueno, el hecho es que averigüé si Isabel de nuevo las había emprendido en mi contra, pero fui informado que está fuera del país y que no tiene la menor gana de regresar, porque se ha descubierto que patrocinó y certificó a mil cien supuestos exonerados que no eran tales, por cuyo motivo puede hasta haber incurrido en causal de desafuero de su cargo de senadora. Así es que la declaro inocente de haberme aludido, en ésta y sólo en esta ocasión.
De modo que me quedé con la duda acerca de qué habría podido "gatillar" los saludos a mi mamá recibidos en la calle esta mañana, hasta que abrí este blog y, a través de uno de sus comentaristas, me enteré de que en su entrevista a "El Mercurio" de ayer Michelle Bachelet, cuando se le dijo: "Los diputados Guillermo Teillier y Carlos Montes mantienen el beneficio aun percibiendo sueldo", respondió textualmente: "Hay gente que está muy impresionada por Sergio Onofre Jarpa y Hermógenes Pérez de Arce. Lo más probable es que recibieron este tipo de compensación mucho antes de tener la situación actual y la ley no define que las personas al tener trabajo pierdan el beneficio".
Pero el caso es que yo nunca he recibido ningún beneficio como exonerado ni pensión alguna, y aunque admito que pueda haber, como dice ella, "gente que está muy impresionada" por mí, ello tiene que deberse necesariamente a razones diferentes del hecho de recibir una compensación, pensión, prebenda, beneficio o cariño fiscal de los que disfrutan a esta fecha 157 mil compatriotas, de los cuales cien mil, como lo probara anoche en "Tolerancia Cero" la Ministra Evelyn Matthei, nunca fueron exonerados de ningún cargo por el Gobierno Militar.
Sobre este tema hay algo que nadie ha dicho: se habla de "exonerados políticos", pero una de las tareas más urgentes que debió enfrentar la Junta convocada por la mayoría democrática civil que votó el Acuerdo de la Cámara de Diputados de 22 de agosto de 1973, fue la de terminar con la hiperinflación desatada por el gasto fiscal descontrolado y la creación de una deficitaria "área de propiedad social".
Como gran parte del armamentismo fomentado por el gobierno de la Unidad Popular (recuérdese que hasta fueron sorprendidas portando armas ilegales camionetas inscritas a nombre de la Presidencia de la República, y sólo gracias a que sufrieron accidentes de tránsito) estaba destinado a paramilitares que figuraban como funcionarios de la administración pública y empresas intervenidas, una de las medidas urgentes para restablecer los equilibrios macroeconómicos básicos fue la de reducir el personal supernumerario de todas esas reparticiones y entidades. No se trató de "exoneraciones políticas", sino de una perentoria necesidad económica de equilibrar los ingresos con los gastos públicos.
En todo caso, la útil explicación anterior no fue la que motivó este comentario, sino una sentida y resuelta petición a estas dos caracterizadas chiquillas del ambiente político local, Isabel Allende y Michelle Bachelet, en el sentido de que dejen de nombrarme para los efectos de señalar que soy un exonerado pensionado, porque no lo soy ni jamás lo he sido y porque, en consecuencia, resulta del todo injusto que en la calle deba recibir al pasar saludos a mi mamá que no tienen el menor fundamento político, económico, social ni moral.
Sólo me cabe atribuir la odiosidad de Isabel (a quien, por otra parte, admiro, por haber sobrevivido apenas a la misma operación quirúrgica hecha por el mismo cirujano a Frei Montalva) a que yo me he referido en diversos escritos, y creo que también más de alguna vez oralmente, a los sobornos que recibió su padre, Salvador Allende, acreditados por fuentes fidedignas, como el, en su tiempo, embajador de los Estados Unidos, Edward Korry, y el agente del KGB exiliado, Dimitri Mitrokhin. El primero detalló la conversación que tuvo con el gerente de una empresa cuprera norteamericana expropiada por Allende, donde el mismo le refirió los pagos hechos al presidente a cambio de alguna indemnización; y el ex agente ruso describió, en su "Archivo Mitrokhin", los abonos que el KGB hacía a Allende desde mucho antes de que fuera presidente, y precisó tanto los montos de las remesas como la "chapa" que usaba el líder socialista como agente, que, si mal no recuerdo, era precisamente "Líder". Entonces, no deja de ser importante que el personaje ungido por votación popular como el "Más Grande de la Historia de Chile" se las haya ingeniado para lucrar al mismo tiempo a costa de las dos grandes potencias de nuestro tiempo. Sólo un "grande" podía lograr eso.
Bueno, el hecho es que averigüé si Isabel de nuevo las había emprendido en mi contra, pero fui informado que está fuera del país y que no tiene la menor gana de regresar, porque se ha descubierto que patrocinó y certificó a mil cien supuestos exonerados que no eran tales, por cuyo motivo puede hasta haber incurrido en causal de desafuero de su cargo de senadora. Así es que la declaro inocente de haberme aludido, en ésta y sólo en esta ocasión.
De modo que me quedé con la duda acerca de qué habría podido "gatillar" los saludos a mi mamá recibidos en la calle esta mañana, hasta que abrí este blog y, a través de uno de sus comentaristas, me enteré de que en su entrevista a "El Mercurio" de ayer Michelle Bachelet, cuando se le dijo: "Los diputados Guillermo Teillier y Carlos Montes mantienen el beneficio aun percibiendo sueldo", respondió textualmente: "Hay gente que está muy impresionada por Sergio Onofre Jarpa y Hermógenes Pérez de Arce. Lo más probable es que recibieron este tipo de compensación mucho antes de tener la situación actual y la ley no define que las personas al tener trabajo pierdan el beneficio".
Pero el caso es que yo nunca he recibido ningún beneficio como exonerado ni pensión alguna, y aunque admito que pueda haber, como dice ella, "gente que está muy impresionada" por mí, ello tiene que deberse necesariamente a razones diferentes del hecho de recibir una compensación, pensión, prebenda, beneficio o cariño fiscal de los que disfrutan a esta fecha 157 mil compatriotas, de los cuales cien mil, como lo probara anoche en "Tolerancia Cero" la Ministra Evelyn Matthei, nunca fueron exonerados de ningún cargo por el Gobierno Militar.
Sobre este tema hay algo que nadie ha dicho: se habla de "exonerados políticos", pero una de las tareas más urgentes que debió enfrentar la Junta convocada por la mayoría democrática civil que votó el Acuerdo de la Cámara de Diputados de 22 de agosto de 1973, fue la de terminar con la hiperinflación desatada por el gasto fiscal descontrolado y la creación de una deficitaria "área de propiedad social".
Como gran parte del armamentismo fomentado por el gobierno de la Unidad Popular (recuérdese que hasta fueron sorprendidas portando armas ilegales camionetas inscritas a nombre de la Presidencia de la República, y sólo gracias a que sufrieron accidentes de tránsito) estaba destinado a paramilitares que figuraban como funcionarios de la administración pública y empresas intervenidas, una de las medidas urgentes para restablecer los equilibrios macroeconómicos básicos fue la de reducir el personal supernumerario de todas esas reparticiones y entidades. No se trató de "exoneraciones políticas", sino de una perentoria necesidad económica de equilibrar los ingresos con los gastos públicos.
En todo caso, la útil explicación anterior no fue la que motivó este comentario, sino una sentida y resuelta petición a estas dos caracterizadas chiquillas del ambiente político local, Isabel Allende y Michelle Bachelet, en el sentido de que dejen de nombrarme para los efectos de señalar que soy un exonerado pensionado, porque no lo soy ni jamás lo he sido y porque, en consecuencia, resulta del todo injusto que en la calle deba recibir al pasar saludos a mi mamá que no tienen el menor fundamento político, económico, social ni moral.
domingo, 9 de junio de 2013
El Día en que la Izquierda se Volvió Loca
El evangelio oficial dice que la derecha debe dedicarse a producir, y nada más; y la izquierda a repartir, "por las buenas o por las malas", la parte mayor posible de lo que produce la derecha... y después a escribir la historia, pues es ella la encargada de esto último. Siempre la derecha le compra la versión.
OK, pero resulta que tarde o temprano sobreviene entonces una crisis, porque el socialismo funciona hasta que se le termina la plata de los demás. Sólo ahí la derecha puede volver a poner orden en el caos y a arreglar las cosas, hasta que vuelva a haber plata. No obstante, después la izquierda la acusará de variados atropellos (pues es ella la que escribe la historia). Entonces la derecha se apresurará a pedir perdón por no haber dejado a la izquierda destruirlo todo, y volverá a dedicarse a producir, hasta que la izquierda regrese a repartir lo producido. Y ahí de nuevo a la izquierda se le terminará la plata de los demás y deberá regresar la derecha a reconstruir... En fin, es una historia de nunca acabar. Léase cualquier "Historia de la Humanidad".
En estos días, acá, la izquierda se ha vuelto loca. ¿La razón? Que el Ministro de Hacienda ha dicho públicamente algo obvio: que los inversionistas han internalizado en el estudio de sus proyectos lo que la izquierda, que tiene las mayores posibilidades de quedarse con el próximo gobierno, ha anunciado que va a hacer: una Asamblea Constituyente, es decir, retrotraer a fojas uno el tema de las garantías individuales, entre ellas la que respalda la propiedad privada; una AFP estatal, primer paso para la supresión de la administración previsional privada; y un aumento de impuestos de entre cinco y ocho veces mayor que la reforma tributaria concretada por Piñera, que ya por sí sola ha hecho bajar las utilidades de las empresas. Amén de que la "Nueva Mayoría" tiene el ojo puesto en el Fondo de Utilidades Tributables, del cual ha salido gran parte de la inversión chilena del último cuarto de siglo.
¿Alguien en su sano juicio puede creer que, en vista de esas perspectivas, las empresas van a invertir lo mismo que antes? Nadie, por supuesto. Y, de hecho, la inversión se ha resentido y ya US$11.400 millones de ella han dejado este año el país.
Pero ha bastado que el Ministro de Hacienda haya dicho en público lo que toda persona medianamente informada sabe, para que el encargado del programa económico de Michelle Bachelet, Alberto Arenas, haya salido a acusar a Larraín de intromisión política, Camilo Escalona haya abandonado el "freezer" en que lo dejó su falta de votos para rasgar vestiduras y el Gran Visir del izquierdismo en "El Mercurio", Carlos Peña, haya fulminado al ministro con toda la gama de sus habituales sarcasmos dominicales.
¿Qué es lo que ha vuelto loca a la izquierda? Apenas el hecho de que no le sea posible, vista la advertencia de Larraín, proseguir con la tarea recomendada por su mentor Lenin: "engordar la vaca capitalista" antes de llevarla al matadero; y que alguien formule una voz de alerta para que los empresarios no se afanen en seguir "fabricando la cuerda con que los van a ahorcar".
Es que, a estas alturas del entreguismo de derecha, la izquierda ya no permite que nadie de las filas de aquélla se salga del papel que la corriente dominante le ha asignado: el de pedir perdón y hacer penitencia, cooperando, por ejemplo, en el directorio del "Museo de la Memoria" marxista. Hoy en "El Mercurio" el secretario general del CEP, Enrique Barros, revela que dos de los directores de este, supuestamente, instituto de derecha, Arturo Fontaine y Oscar Godoy, lo son también del Museo de la Memoria marxista. Y añade una frase que lo dice todo: "Se trata de un ejercicio de expiación que es una tarea nacional".
¡Por supuesto! ¿Quién le ha dado a la derecha permiso para apartarse de su única tarea asignada y permitida, pedir perdón? ¿Qué se ha imaginado Felipe Larraín saliéndose de ella, cuando su papel es exclusivamente presentar cuentas y hacer cálculos? ¿Desde cuándo los economistas pueden entrar a considerar "variables políticas"?
Yo les voy a decir desde cuándo: desde hace casi cuarenta años, bajo el Gobierno Benemérito, cuando los Chicago Boys impusieron la sana norma de que todos los recursos públicos debían invertirse previa Evaluación Social del proyecto respectivo. Como lo recordé el miércoles, en mi columna de "Estrategia", en los '70 yo cursaba justamente el ramo de "Evaluación Social de Proyectos", que dictaba el profesor Sergio Baeza Valdés, quien nos refirió que los expertos del gobierno habían debido analizar la instalación de un teléfono en la isla Picton, cuando los argentinos pretendían ese territorio chileno. Por supuesto, ni la TIR ni el VAN del proyecto daban para justificar el teléfono, porque su casi único uso iba a ser para cursar una llamada diciendo "¡desembarcaron los argentinos!". Pero los economistas, olvidándose de la TIR y el VAN, dieron el visto bueno a la inversión. Del mismo modo ahora, tras hacer sus cálculos sobre la TIR y el VAN de los proyectos de las empresas, no pueden menos que advertir a sus clientes: "Miren, sería bueno que también le echaran un vistazo al programa de Michelle Bachelet. Y yo que ustedes todavía no pensaría en hacer esta inversión en Chile".
Larraín se ha limitado a hacer pública dicha obvia realidad, y es eso, ni más ni menos, lo que en estos días ha vuelto loca a la izquierda.
OK, pero resulta que tarde o temprano sobreviene entonces una crisis, porque el socialismo funciona hasta que se le termina la plata de los demás. Sólo ahí la derecha puede volver a poner orden en el caos y a arreglar las cosas, hasta que vuelva a haber plata. No obstante, después la izquierda la acusará de variados atropellos (pues es ella la que escribe la historia). Entonces la derecha se apresurará a pedir perdón por no haber dejado a la izquierda destruirlo todo, y volverá a dedicarse a producir, hasta que la izquierda regrese a repartir lo producido. Y ahí de nuevo a la izquierda se le terminará la plata de los demás y deberá regresar la derecha a reconstruir... En fin, es una historia de nunca acabar. Léase cualquier "Historia de la Humanidad".
En estos días, acá, la izquierda se ha vuelto loca. ¿La razón? Que el Ministro de Hacienda ha dicho públicamente algo obvio: que los inversionistas han internalizado en el estudio de sus proyectos lo que la izquierda, que tiene las mayores posibilidades de quedarse con el próximo gobierno, ha anunciado que va a hacer: una Asamblea Constituyente, es decir, retrotraer a fojas uno el tema de las garantías individuales, entre ellas la que respalda la propiedad privada; una AFP estatal, primer paso para la supresión de la administración previsional privada; y un aumento de impuestos de entre cinco y ocho veces mayor que la reforma tributaria concretada por Piñera, que ya por sí sola ha hecho bajar las utilidades de las empresas. Amén de que la "Nueva Mayoría" tiene el ojo puesto en el Fondo de Utilidades Tributables, del cual ha salido gran parte de la inversión chilena del último cuarto de siglo.
¿Alguien en su sano juicio puede creer que, en vista de esas perspectivas, las empresas van a invertir lo mismo que antes? Nadie, por supuesto. Y, de hecho, la inversión se ha resentido y ya US$11.400 millones de ella han dejado este año el país.
Pero ha bastado que el Ministro de Hacienda haya dicho en público lo que toda persona medianamente informada sabe, para que el encargado del programa económico de Michelle Bachelet, Alberto Arenas, haya salido a acusar a Larraín de intromisión política, Camilo Escalona haya abandonado el "freezer" en que lo dejó su falta de votos para rasgar vestiduras y el Gran Visir del izquierdismo en "El Mercurio", Carlos Peña, haya fulminado al ministro con toda la gama de sus habituales sarcasmos dominicales.
¿Qué es lo que ha vuelto loca a la izquierda? Apenas el hecho de que no le sea posible, vista la advertencia de Larraín, proseguir con la tarea recomendada por su mentor Lenin: "engordar la vaca capitalista" antes de llevarla al matadero; y que alguien formule una voz de alerta para que los empresarios no se afanen en seguir "fabricando la cuerda con que los van a ahorcar".
Es que, a estas alturas del entreguismo de derecha, la izquierda ya no permite que nadie de las filas de aquélla se salga del papel que la corriente dominante le ha asignado: el de pedir perdón y hacer penitencia, cooperando, por ejemplo, en el directorio del "Museo de la Memoria" marxista. Hoy en "El Mercurio" el secretario general del CEP, Enrique Barros, revela que dos de los directores de este, supuestamente, instituto de derecha, Arturo Fontaine y Oscar Godoy, lo son también del Museo de la Memoria marxista. Y añade una frase que lo dice todo: "Se trata de un ejercicio de expiación que es una tarea nacional".
¡Por supuesto! ¿Quién le ha dado a la derecha permiso para apartarse de su única tarea asignada y permitida, pedir perdón? ¿Qué se ha imaginado Felipe Larraín saliéndose de ella, cuando su papel es exclusivamente presentar cuentas y hacer cálculos? ¿Desde cuándo los economistas pueden entrar a considerar "variables políticas"?
Yo les voy a decir desde cuándo: desde hace casi cuarenta años, bajo el Gobierno Benemérito, cuando los Chicago Boys impusieron la sana norma de que todos los recursos públicos debían invertirse previa Evaluación Social del proyecto respectivo. Como lo recordé el miércoles, en mi columna de "Estrategia", en los '70 yo cursaba justamente el ramo de "Evaluación Social de Proyectos", que dictaba el profesor Sergio Baeza Valdés, quien nos refirió que los expertos del gobierno habían debido analizar la instalación de un teléfono en la isla Picton, cuando los argentinos pretendían ese territorio chileno. Por supuesto, ni la TIR ni el VAN del proyecto daban para justificar el teléfono, porque su casi único uso iba a ser para cursar una llamada diciendo "¡desembarcaron los argentinos!". Pero los economistas, olvidándose de la TIR y el VAN, dieron el visto bueno a la inversión. Del mismo modo ahora, tras hacer sus cálculos sobre la TIR y el VAN de los proyectos de las empresas, no pueden menos que advertir a sus clientes: "Miren, sería bueno que también le echaran un vistazo al programa de Michelle Bachelet. Y yo que ustedes todavía no pensaría en hacer esta inversión en Chile".
Larraín se ha limitado a hacer pública dicha obvia realidad, y es eso, ni más ni menos, lo que en estos días ha vuelto loca a la izquierda.
viernes, 7 de junio de 2013
El Imprevisible Juego de las Encuestas
Los periodistas de izquierda procuran "empatar" en materia de exonerados, pero disparan al blanco equivocado. Ya Tomás Mosciatti en radio Bío Bío me mencionó como receptor de una pensión de exonerado, pero no es verdad: nunca he cobrado una, y si por algún azar se aplicara la ley y me la pagaran, por haber sido cesado como diputado en 1973, se la donaré a la Fundación Pinochet para financiar los estudios universitarios de algún hijo de militar.
Reincidió en la misma "acusación" otro opinólogo de izquierda, Julio César Rodríguez, en su programa de TV "Síganme los Buenos", donde afirmó que mi supuesta pensión era de "más de un palo al mes", demostrando así que está todavía peor documentado que Mosciatti. Le mandé una carta rectificatoria al programa, pero no la leyó.
Podrá parecer inusitado mi caso, el de un "exonerado sin pensión", lo que equivale a ser tan "nerd" como un futbolista sin auto, pero es así. De hecho, he sido tan "quedado" que ni siquiera jubilé como parlamentario, cosa que podría haber hecho después de 1973, a los 37 años, y que hicieron muchos, incluido alguno menor que yo. "So much" para este tema. Pasemos a cosas más entretenidas.
Por ejemplo, las encuestas políticas. Es muy ameno hacer un seguimiento de lo que les sucede. Como son caras de realizar, las firmas que más frecuentemente las hacen son, supongo, las que tienen mejor financiamiento. De hecho, la más asidua es la de ADIMARK. Uno pensaría que el CEP podría financiar encuestas más frecuentes, pero como sus controladores, aun siendo empresarios poderosos, no tienen inclinación a gastar demasiado, hacen sólo dos al año. Lo mismo CERC. Conjeturo que, en este caso, porque sus clientes no están dispuestos a financiar sondeos políticos, sino sólo los de estricta necesidad para sus negocios. Y sus clientes políticos, no estando hoy en el gobierno, tienen poca plata para sondeos.
Sea como fuere, examinando los diversas resultados de esas mediciones, me he concentrado en la respuesta de los encuestados a una pregunta: el apoyo al Presidente. Entonces he examinado la trayectoria de los de ADIMARK, CEP Y CERC. Y es curioso lo que he comprobado.
En agosto 2012, ADIMARK le dio a Piñera un apoyo de 36%, pero luego salió la CEP, mostrando que tenía sólo 27%. ¡Nueve puntos de diferencia entre dos sondeos casi simultáneos! Entonces ADIMARK, supongo, se sintió mal, porque la CEP es la encuesta más creída, y se ajustó a la baja en septiembre, con 32% de adhesión al Presidente, una baja de cuatro puntos respecto a su anterior cifra. Después de eso ADIMARK anunció que no haría nuevos sondeos, pese a que había anunciado uno para diciembre, revelación inconfundible de mucha incomodidad.
Entonces a fin de año salieron los resultados sólo del CEP y del CERC, coincidiendo ambos en que el apoyo al Presidente era de 31%. Como ambas firmas hacen sólo dos sondeos al año, de entonces en adelante quedó ADIMARK dueña del terreno por varios meses, pues parece ser la única firma que cuenta con recursos para encuestar mensualmente. Y, así, en febrero mostró que el apoyo al Presidente aumentaba a 38%. Era sorprendente una subida de siete puntos en poco más de un mes, pero en el hecho ésa fue la voz que inspiró los análisis de la prensa seria, la cual unánimemente opinó que el Presidente estaba mejorando su nivel de adhesión.
Pero pronto fue vox pópuli que se avencinaba una nueva encuesta CEP. Como las anteriores, en 2012, ya habían dejado en posición incómoda a ADIMARK, mostrando una adhesión presidencial mucho más baja que la revelada por ésta, la misma entonces tomó recaudos, y en abril mostró que el apoyo al Presidente había caido a 34%, lo que en algo la "blindaba" frente a la crudeza de la inminente CEP.
Pero sucedió lo de Golborne y la CEP no pudo publicarse. El "trabajo de terreno" ya estaba hecho, pero se mantuvo en reserva, y se anunció la encuesta para después de las primarias. De modo que el campo quedaba de nuevo libre para ADIMARK, la única en actividad. Y, así, ella pudo revelar en mayo un gran aumento del apoyo al Presidente, llevándolo a 40%. Pues tampoco la CERC ha reaparecido (y, por lo demás, la "gran prensa", la última vez, en diciembre, ni siquiera le publicó sus resultados; yo sólo me enteré de ellos gracias a "El Mostrador").
Bueno, el hecho es que ahora la gran prensa ya ha internalizado el apoyo de 40% a Piñera y sus análisis parten de ahí... y así seguirá siendo hasta que venga una CERC (aunque no la publique) o la próxima CEP (que no podrá dejar de publicarse), y se reanude la teleserie, de nuevo con ADIMARK tratando de adaptar sus resultados ante la esporádica competencia, para evitar otra desazón; y antes de quedar otra vez dueña del mercado por algunos meses, para entonces hacer posible que el gobernante vuelva a remontar. Vea el próximo capítulo.
A todo esto, Alfonso Ríos Larraín recuerda, en "La Segunda" de anteayer 5, sin ser contradicho, que en la elección de diputados de 1993 ADIMARK dio de ganador a Allamand (RN) sobre Bombal (UDI), pero el resultado final fue Bombal 35% y Allamand 31%. Y que en las senatoriales de 1997 CERC asignó la primera mayoría a Alejandro Foxley (DC) y ADIMARK pronosticó que Allamand ganaría a Bombal. Resultado final: Bombal 26%, Foxley 24%, Estévez 21% y Allamand 17%.
Pero las teleseries político-estadísticas no por ser repetidas son menos entretenidas.
Reincidió en la misma "acusación" otro opinólogo de izquierda, Julio César Rodríguez, en su programa de TV "Síganme los Buenos", donde afirmó que mi supuesta pensión era de "más de un palo al mes", demostrando así que está todavía peor documentado que Mosciatti. Le mandé una carta rectificatoria al programa, pero no la leyó.
Podrá parecer inusitado mi caso, el de un "exonerado sin pensión", lo que equivale a ser tan "nerd" como un futbolista sin auto, pero es así. De hecho, he sido tan "quedado" que ni siquiera jubilé como parlamentario, cosa que podría haber hecho después de 1973, a los 37 años, y que hicieron muchos, incluido alguno menor que yo. "So much" para este tema. Pasemos a cosas más entretenidas.
Por ejemplo, las encuestas políticas. Es muy ameno hacer un seguimiento de lo que les sucede. Como son caras de realizar, las firmas que más frecuentemente las hacen son, supongo, las que tienen mejor financiamiento. De hecho, la más asidua es la de ADIMARK. Uno pensaría que el CEP podría financiar encuestas más frecuentes, pero como sus controladores, aun siendo empresarios poderosos, no tienen inclinación a gastar demasiado, hacen sólo dos al año. Lo mismo CERC. Conjeturo que, en este caso, porque sus clientes no están dispuestos a financiar sondeos políticos, sino sólo los de estricta necesidad para sus negocios. Y sus clientes políticos, no estando hoy en el gobierno, tienen poca plata para sondeos.
Sea como fuere, examinando los diversas resultados de esas mediciones, me he concentrado en la respuesta de los encuestados a una pregunta: el apoyo al Presidente. Entonces he examinado la trayectoria de los de ADIMARK, CEP Y CERC. Y es curioso lo que he comprobado.
En agosto 2012, ADIMARK le dio a Piñera un apoyo de 36%, pero luego salió la CEP, mostrando que tenía sólo 27%. ¡Nueve puntos de diferencia entre dos sondeos casi simultáneos! Entonces ADIMARK, supongo, se sintió mal, porque la CEP es la encuesta más creída, y se ajustó a la baja en septiembre, con 32% de adhesión al Presidente, una baja de cuatro puntos respecto a su anterior cifra. Después de eso ADIMARK anunció que no haría nuevos sondeos, pese a que había anunciado uno para diciembre, revelación inconfundible de mucha incomodidad.
Entonces a fin de año salieron los resultados sólo del CEP y del CERC, coincidiendo ambos en que el apoyo al Presidente era de 31%. Como ambas firmas hacen sólo dos sondeos al año, de entonces en adelante quedó ADIMARK dueña del terreno por varios meses, pues parece ser la única firma que cuenta con recursos para encuestar mensualmente. Y, así, en febrero mostró que el apoyo al Presidente aumentaba a 38%. Era sorprendente una subida de siete puntos en poco más de un mes, pero en el hecho ésa fue la voz que inspiró los análisis de la prensa seria, la cual unánimemente opinó que el Presidente estaba mejorando su nivel de adhesión.
Pero pronto fue vox pópuli que se avencinaba una nueva encuesta CEP. Como las anteriores, en 2012, ya habían dejado en posición incómoda a ADIMARK, mostrando una adhesión presidencial mucho más baja que la revelada por ésta, la misma entonces tomó recaudos, y en abril mostró que el apoyo al Presidente había caido a 34%, lo que en algo la "blindaba" frente a la crudeza de la inminente CEP.
Pero sucedió lo de Golborne y la CEP no pudo publicarse. El "trabajo de terreno" ya estaba hecho, pero se mantuvo en reserva, y se anunció la encuesta para después de las primarias. De modo que el campo quedaba de nuevo libre para ADIMARK, la única en actividad. Y, así, ella pudo revelar en mayo un gran aumento del apoyo al Presidente, llevándolo a 40%. Pues tampoco la CERC ha reaparecido (y, por lo demás, la "gran prensa", la última vez, en diciembre, ni siquiera le publicó sus resultados; yo sólo me enteré de ellos gracias a "El Mostrador").
Bueno, el hecho es que ahora la gran prensa ya ha internalizado el apoyo de 40% a Piñera y sus análisis parten de ahí... y así seguirá siendo hasta que venga una CERC (aunque no la publique) o la próxima CEP (que no podrá dejar de publicarse), y se reanude la teleserie, de nuevo con ADIMARK tratando de adaptar sus resultados ante la esporádica competencia, para evitar otra desazón; y antes de quedar otra vez dueña del mercado por algunos meses, para entonces hacer posible que el gobernante vuelva a remontar. Vea el próximo capítulo.
A todo esto, Alfonso Ríos Larraín recuerda, en "La Segunda" de anteayer 5, sin ser contradicho, que en la elección de diputados de 1993 ADIMARK dio de ganador a Allamand (RN) sobre Bombal (UDI), pero el resultado final fue Bombal 35% y Allamand 31%. Y que en las senatoriales de 1997 CERC asignó la primera mayoría a Alejandro Foxley (DC) y ADIMARK pronosticó que Allamand ganaría a Bombal. Resultado final: Bombal 26%, Foxley 24%, Estévez 21% y Allamand 17%.
Pero las teleseries político-estadísticas no por ser repetidas son menos entretenidas.
miércoles, 5 de junio de 2013
El Escritorio de Obama
Nuestro presidente ha conseguido un logro inédito: ha sido el único mandatario visitante de Barack Obama que le ha pedido a éste sentarse en su escritorio. La escena fue todo un éxito para los propósitos de Sebastián Piñera, pues captó las primeras páginas de los diarios acá, que habían tratado secundariamente esta enésima gira presidencial, destacando más los latrocinios de falsos exonerados y el anuncio de golpe de Estado del entorno jurídico de Michelle Bachelet, dirigido a reemplazar la Constitución por decreto. Radio Agricultura informó, el viernes, que desde Norteamérica el presidente había pedido no seguir siendo desplazado por La Moneda, que dejó a cargo de su primo Andrés, con la emisión desde Palacio de anuncios que lo relegaban a un segundo término.
Ahora recuperó definitivamente el primer plano noticioso y gráfico, que es donde le gusta estar, ocupando el sillón de un divertido y sorprendido Obama, quien, requerido por un no menos divertido Canciller Moreno, explicó que nunca antes un visitante presidencial había osado pedirle sentarse en su escritorio. Al hacerlo, vi en cámara a Piñera dando una mirada de cálculo de distancias y estoy seguro --esto es una interpretación mía-- que pensó poner los pies sobre el escritorio, como lo hacen los presidentes norteamericanos, porque allá eso es normal y no mal visto (en el escritorio propio). Pero evidentemente resolvió que el largo de las piernas no le alcanzaba. Finalmente Obama decidió de manera simpática cohonestar el exceso de confianzudez de su colega y se fotografió detrás suyo, poniéndole el brazo sobre los hombros, como a un buen amigo. Mejor considerado que Lagos, cuando le quitó el piso a Bush en la guerra de Irak, a cambio de lo cual éste se refirió después a él como "mi amigo Eduardo".
El escritorio de la oficina oval de la Casa Blanca estaba arrumbado en un subterráneo cuando asumió John F. Kennedy en 1960, pero su señora, Jacqueline Lee Bouvier, que tenía mucho sentido artístico, lo rescató, sobre todo considerando que había sido elaborado con las maderas nobles (creo que de roble) de un barco de la armada que luchó en la Guerra de la Independencia, y lo puso en el despacho de su marido.
De esta manera, todo ha vuelto a la normalidad, es decir, el presidente chileno de nuevo ocupando las primeras planas noticiosas y el presidente norteamericano en condiciones de volver a ocupar el sillón de su escritorio en la oficina oval.
Ahora recuperó definitivamente el primer plano noticioso y gráfico, que es donde le gusta estar, ocupando el sillón de un divertido y sorprendido Obama, quien, requerido por un no menos divertido Canciller Moreno, explicó que nunca antes un visitante presidencial había osado pedirle sentarse en su escritorio. Al hacerlo, vi en cámara a Piñera dando una mirada de cálculo de distancias y estoy seguro --esto es una interpretación mía-- que pensó poner los pies sobre el escritorio, como lo hacen los presidentes norteamericanos, porque allá eso es normal y no mal visto (en el escritorio propio). Pero evidentemente resolvió que el largo de las piernas no le alcanzaba. Finalmente Obama decidió de manera simpática cohonestar el exceso de confianzudez de su colega y se fotografió detrás suyo, poniéndole el brazo sobre los hombros, como a un buen amigo. Mejor considerado que Lagos, cuando le quitó el piso a Bush en la guerra de Irak, a cambio de lo cual éste se refirió después a él como "mi amigo Eduardo".
El escritorio de la oficina oval de la Casa Blanca estaba arrumbado en un subterráneo cuando asumió John F. Kennedy en 1960, pero su señora, Jacqueline Lee Bouvier, que tenía mucho sentido artístico, lo rescató, sobre todo considerando que había sido elaborado con las maderas nobles (creo que de roble) de un barco de la armada que luchó en la Guerra de la Independencia, y lo puso en el despacho de su marido.
De esta manera, todo ha vuelto a la normalidad, es decir, el presidente chileno de nuevo ocupando las primeras planas noticiosas y el presidente norteamericano en condiciones de volver a ocupar el sillón de su escritorio en la oficina oval.
lunes, 3 de junio de 2013
Un Día en la Vida de un Exonerado Impago
Temprano llegué a una notaría para que me autorizaran la firma. Saqué el número 97, pero iban apenas en el 55. Entonces me fui a hacer un trámite a un banco y volví a la media hora. Iban en el 73. Sonó el celular y un amigo me dice que Tomás Mosciatti, en la radio Bío Bío, había dicho que yo cobraba pensión de exonerado. Versión digna de Paulsen, porque no cobro tal pensión ni jamás me la han pagado, supongo que por ser de derecha. Porque, de ser exonerado, lo soy. Yo era diputado el 20 de septiembre de 1973 y cuando cerraron el Congreso nos exoneraron a todos. Pero confieso que yo estaba muy contento y jamás habría pensado en merecer una pensión.
Muchos años después salió la ley de indemnización a favor de quienes estaban en mi caso y yo le anuncié a la Fundación Pinochet que le donaría mi pensión de exonerado para financiar una beca universitaria de algún hijo de militar, pero en la Fundación me dijeron que eso se iba a prestar para problemas con Impuestos Internos y que no, gracias, lo cual no tuvo mayor trascendencia porque un día me llegó una notificación diciéndome que, efectivamente, yo era un exonerado político, pero no me iban a pagar ninguna pensión. Yo supuse que por ser de derecha y no pregunté nada.
No obstante eso, la senadora Isabel Allende, cada vez que el tema se ponía de moda, aparecía en la TV para decir que yo era un sinvergüenza por cobrar pensión de exonerado, siendo que ella misma había votado a favor de que se me pagara esa pensión y, más encima, que no me la pagaban. Y siempre, al día siguiente, en la calle, varios me gritaban "¡sinvergüenza!", pese a que yo tenía mucha vergüenza y a que no recibía ninguna pensión. Supongo que la senadora Allende no me quiere porque en columnas y blogs, más de una vez, he dado detalles, citando las fuentes, sobre los sobornos recibidos por Salvador Allende cuando era Presidente.
A todo esto, en la notaría había pasado otra media hora y al fin llegaron al número 97. Otros 20 minutos de espera y $9.500 mediante (por dos firmas), pude superar el trámite. Pero entonces me empezaron a llamar de otros medios, que quieren entrevistarme en mi calidad de exonerado. Y me telefonea todavía un nuevo canal, pero para que me refiera a la Asamblea Constituyente. Parece que estoy en la cresta de la ola. Nada de mal para ser un exonerado impago.
En todo caso, encuentro muy anormal que les paguen indebidamente 180 millones de dólares en pensiones a personas que no han sido exoneradas y no se la paguen a uno, como yo, que lo fue.
Bueno, como diría un futbolista, "así es el Estado".
Muchos años después salió la ley de indemnización a favor de quienes estaban en mi caso y yo le anuncié a la Fundación Pinochet que le donaría mi pensión de exonerado para financiar una beca universitaria de algún hijo de militar, pero en la Fundación me dijeron que eso se iba a prestar para problemas con Impuestos Internos y que no, gracias, lo cual no tuvo mayor trascendencia porque un día me llegó una notificación diciéndome que, efectivamente, yo era un exonerado político, pero no me iban a pagar ninguna pensión. Yo supuse que por ser de derecha y no pregunté nada.
No obstante eso, la senadora Isabel Allende, cada vez que el tema se ponía de moda, aparecía en la TV para decir que yo era un sinvergüenza por cobrar pensión de exonerado, siendo que ella misma había votado a favor de que se me pagara esa pensión y, más encima, que no me la pagaban. Y siempre, al día siguiente, en la calle, varios me gritaban "¡sinvergüenza!", pese a que yo tenía mucha vergüenza y a que no recibía ninguna pensión. Supongo que la senadora Allende no me quiere porque en columnas y blogs, más de una vez, he dado detalles, citando las fuentes, sobre los sobornos recibidos por Salvador Allende cuando era Presidente.
A todo esto, en la notaría había pasado otra media hora y al fin llegaron al número 97. Otros 20 minutos de espera y $9.500 mediante (por dos firmas), pude superar el trámite. Pero entonces me empezaron a llamar de otros medios, que quieren entrevistarme en mi calidad de exonerado. Y me telefonea todavía un nuevo canal, pero para que me refiera a la Asamblea Constituyente. Parece que estoy en la cresta de la ola. Nada de mal para ser un exonerado impago.
En todo caso, encuentro muy anormal que les paguen indebidamente 180 millones de dólares en pensiones a personas que no han sido exoneradas y no se la paguen a uno, como yo, que lo fue.
Bueno, como diría un futbolista, "así es el Estado".
domingo, 2 de junio de 2013
La Madre de Todas las Trampas
La izquierda siempre, pero siempre, hace trampa. La DC las hace a veces, pero también siempre, pero siempre, cuando no las ha hecho ella misma, después se hace cómplice de las de la izquierda. Por eso los DC son llamados "kerenskys", el apellido del ruso que pavimentó el camino a los bolcheviques.
En 1970 todas las encuestas serias anticipaban que Jorge Alessandri iba a ganar la presidencial. Y yo siempre he creído que efectivamente la ganó, pero Allende y Tomic habían hecho un pacto secreto, que a posteriori se descubrió, y es seguro que en las mesas donde no había apoderados de Alessandri (muchos derechistas no quisieron levantarse temprano a estar todo el día en una mesa, cuando "tenían ganada" la elección) se repartieron los votos de éste. Con eso, Allende ganó por apenas 39 mil votos y Tomic acortó su diferencia.
Los DC, coautores en esa trampa, luego votaron por Allende en el Congreso Pleno y lo hicieron Presidente, no sin antes exigirle un "pacto de garantías" constitucionales. Por supuesto, Allende no pensaba cumplirlo y así se lo confesó paladinamente, poco después de firmarlo, al marxista francés Regis Debray, en una entrevista de la cual siempre se reproduce la parte menos decidora ("era una necesidad táctica") y no la más elocuente, donde Allende anticipaba que "nuestro objetivo es el socialismo marxista, científico, total" y "respecto del Estado burgués que tenemos en este momento, estamos tratando de superarlo, de derrocarlo", es decir, sus verdaderas intenciones estaban en frontal contraversión con el "pacto de garantías".
Como efectivamente después su gobierno lo quebrantara en forma reiterada, preparando el autogolpe armado con pertrechos cubanos y arruinando de paso al país, la DC junto a la derecha y parte de los radicales convocó a los militares a "poner término" a la caótica situación. Pero, después de conjurada la asonada marxista y pasado su gran susto, a su vez la DC les hizo trampa a los militares y, mediante sus jueces afines, de consuno con los marxistas, los condenaron y siguen condenando ante los tribunales por haber intervenido el '73 a pedido de ella misma y los demás partidos democráticos.
Y precisamente la izquierda y la DC, después de 1990 y durante todos estos años han hecho trampa para nombrar sólo a jueces DC y de izquierda. Como después de una reforma se requiere de 2/3 de los senadores para designar integrantes de la Corte Suprema, en 2008 la Concertación, por una parte, y la derecha, por la otra, hicieron un "pacto de caballeros". Se iba a nombrar un izquierdista, Haroldo Brito (un reconocido activista judicial en los procesos contra uniformados), y a un derechista, Alfredo Pfeiffer, que respetaba las leyes de amnistía, prescripción y cosa juzgada y no condenaba sin pruebas. En la primera vacante que se produjo se nombró, entonces, a Brito, pero en la siguiente los "caballeros" DC y de izquierda dijeron que Pfeiffer era "un nazi" y lo rechazaron. Desde entonces éste aparece en todas las quinas, pero este gobierno, menos que ningún otro, jamás se atreverá a proponerlo ni lo va a proponer.
Después hubo otro "pacto de caballeros" para nombrar ministro de la Suprema, en el caso en que se designó a Lamberto Cisternas, un ex subsecretario del Gobierno Militar que se pasó "con camas y petacas" al enemigo y nunca respeta las leyes en los procesos contra uniformados (r), y el Ejeutivo retiró el nombre de Juan Manuel Muñoz, que alguna vez ha sido sorprendido acatándolas y aplicando la prescripción, y que apareció votando a favor de un amparo a favor de algunos procesados políticos en el caso Frei Montalva, fallecido a raíz de la operación que le hiciera el doctor Larraín Orrego, la misma que casi mató a Isabel Allende, según ha reconocido paladinamente ésta, que no cree en la fábula del "asesinato" del ex Presidente. El hecho es que volvió a incumplirse el "pacto de caballeros", con el agravante de que uno de los incumplidores, Eduardo Frei (hijo), anunció su rechazo al ministro Muñoz por su fallo en la causa en que él mismo tiene interés directo y la cual él aspira, obviamente, a que termine en una jugosa indemnización a expensas del "Papá Fisco", acostumbrado a pagar por todas las trampas de la izquierda, con o sin concurso o complicidad de la DC (la una y la otra ahora metidas hasta el cuello en una trampa muy rentable: el fraude de los falsos exonerados políticos).
Entonces, en cumplimiento de su sino político histórico, ahora la izquierda se apresta a consumar "la madre de todas las trampas", consistente en derogar la Constitución mediante un decreto de la futura Presidenta Michelle Bachelet que establezca una "Asamblea Constituyente". No vale la pena perder tiempo en demostrar la magnitud de tal disparate jurídico. En Chile lo que menos importa hoy día es el derecho.
¿Qué saldrá de ahí? Cualquier cosa. Lo que grite "la voz de la calle". Y al que discrepe, los "encapuchados" se encargarán de darle su merecido y silenciarlo. ¿Por qué creen ustedes que los inversionistas han retirado US$11.400 millones de dólares del país este año y el dólar rompió la barrera de los quinientos pesos el viernes?
En 1970 todas las encuestas serias anticipaban que Jorge Alessandri iba a ganar la presidencial. Y yo siempre he creído que efectivamente la ganó, pero Allende y Tomic habían hecho un pacto secreto, que a posteriori se descubrió, y es seguro que en las mesas donde no había apoderados de Alessandri (muchos derechistas no quisieron levantarse temprano a estar todo el día en una mesa, cuando "tenían ganada" la elección) se repartieron los votos de éste. Con eso, Allende ganó por apenas 39 mil votos y Tomic acortó su diferencia.
Los DC, coautores en esa trampa, luego votaron por Allende en el Congreso Pleno y lo hicieron Presidente, no sin antes exigirle un "pacto de garantías" constitucionales. Por supuesto, Allende no pensaba cumplirlo y así se lo confesó paladinamente, poco después de firmarlo, al marxista francés Regis Debray, en una entrevista de la cual siempre se reproduce la parte menos decidora ("era una necesidad táctica") y no la más elocuente, donde Allende anticipaba que "nuestro objetivo es el socialismo marxista, científico, total" y "respecto del Estado burgués que tenemos en este momento, estamos tratando de superarlo, de derrocarlo", es decir, sus verdaderas intenciones estaban en frontal contraversión con el "pacto de garantías".
Como efectivamente después su gobierno lo quebrantara en forma reiterada, preparando el autogolpe armado con pertrechos cubanos y arruinando de paso al país, la DC junto a la derecha y parte de los radicales convocó a los militares a "poner término" a la caótica situación. Pero, después de conjurada la asonada marxista y pasado su gran susto, a su vez la DC les hizo trampa a los militares y, mediante sus jueces afines, de consuno con los marxistas, los condenaron y siguen condenando ante los tribunales por haber intervenido el '73 a pedido de ella misma y los demás partidos democráticos.
Y precisamente la izquierda y la DC, después de 1990 y durante todos estos años han hecho trampa para nombrar sólo a jueces DC y de izquierda. Como después de una reforma se requiere de 2/3 de los senadores para designar integrantes de la Corte Suprema, en 2008 la Concertación, por una parte, y la derecha, por la otra, hicieron un "pacto de caballeros". Se iba a nombrar un izquierdista, Haroldo Brito (un reconocido activista judicial en los procesos contra uniformados), y a un derechista, Alfredo Pfeiffer, que respetaba las leyes de amnistía, prescripción y cosa juzgada y no condenaba sin pruebas. En la primera vacante que se produjo se nombró, entonces, a Brito, pero en la siguiente los "caballeros" DC y de izquierda dijeron que Pfeiffer era "un nazi" y lo rechazaron. Desde entonces éste aparece en todas las quinas, pero este gobierno, menos que ningún otro, jamás se atreverá a proponerlo ni lo va a proponer.
Después hubo otro "pacto de caballeros" para nombrar ministro de la Suprema, en el caso en que se designó a Lamberto Cisternas, un ex subsecretario del Gobierno Militar que se pasó "con camas y petacas" al enemigo y nunca respeta las leyes en los procesos contra uniformados (r), y el Ejeutivo retiró el nombre de Juan Manuel Muñoz, que alguna vez ha sido sorprendido acatándolas y aplicando la prescripción, y que apareció votando a favor de un amparo a favor de algunos procesados políticos en el caso Frei Montalva, fallecido a raíz de la operación que le hiciera el doctor Larraín Orrego, la misma que casi mató a Isabel Allende, según ha reconocido paladinamente ésta, que no cree en la fábula del "asesinato" del ex Presidente. El hecho es que volvió a incumplirse el "pacto de caballeros", con el agravante de que uno de los incumplidores, Eduardo Frei (hijo), anunció su rechazo al ministro Muñoz por su fallo en la causa en que él mismo tiene interés directo y la cual él aspira, obviamente, a que termine en una jugosa indemnización a expensas del "Papá Fisco", acostumbrado a pagar por todas las trampas de la izquierda, con o sin concurso o complicidad de la DC (la una y la otra ahora metidas hasta el cuello en una trampa muy rentable: el fraude de los falsos exonerados políticos).
Entonces, en cumplimiento de su sino político histórico, ahora la izquierda se apresta a consumar "la madre de todas las trampas", consistente en derogar la Constitución mediante un decreto de la futura Presidenta Michelle Bachelet que establezca una "Asamblea Constituyente". No vale la pena perder tiempo en demostrar la magnitud de tal disparate jurídico. En Chile lo que menos importa hoy día es el derecho.
¿Qué saldrá de ahí? Cualquier cosa. Lo que grite "la voz de la calle". Y al que discrepe, los "encapuchados" se encargarán de darle su merecido y silenciarlo. ¿Por qué creen ustedes que los inversionistas han retirado US$11.400 millones de dólares del país este año y el dólar rompió la barrera de los quinientos pesos el viernes?
sábado, 1 de junio de 2013
Del "Pato Cojo" a Nuestro 22 de Junio de 1789
Tenía que ir a un banco en el centro, así es que, para llegar en menos de dos horas, elegí salir después de la hora "peak", pero de todas maneras no me libré del "taco" y me demoré más de una hora. Sin embargo, me resultó útil: me entretuve con Radio Agricultura y disfruté cuando informó del reclamo presidencial desde Canadá, ante el protagonismo de su primo, el Vicepresidente, y de la vocera de gobierno, que con sus anuncios sobre el escándalo de los 180 millones de dólares indebidamente cobrados por falsos "exonerados políticos" (a la cabeza, en número, los certificados por la senadora Isabel Allende, con más de mil), captaron todas las cámaras y los titulares, en desmedro del Único Protagonista Autodesignado.
Nadie como la izquierda para esquilmar al fisco chileno. Durante la UP se multiplicaron las plantas del sector público, creando burocracia inútil y dando empleo a cuadros guerrilleros, en términos de que cualquier gobierno posterior que pretendiera terminar con la hiperinflación no iba a poder hacer otra cosa que reducir las plantas sobrecargadas de ministerios y servicios. El Gobierno Militar debió hacerlo, para poder encaminar al país por la senda de la estabilidad y el crecimiento. Pero después de 1990, y justamente aprovechando la prosperidad que generó el modelo instaurado por ese gobierno, se crearon las pensiones para los supuestos "exonerados políticos", las que ilícitamente se hicieron extensivas a personas que ni siquiera habían sido funcionarios. El país entero se escandalizó y la noticia hizo pasar a segundo plano el protagonismo del Presidente, quien ha reaccionado y ordenado a su primo, el Vice, que termine con esto y se acuerde de que éste es el gobierno de, por, para y sobre un sonriente Sebastián Piñera y nadie más. ¿O quieren convertirlo en un "pato cojo"?
Pero las trampas de la izquierda son de tal magnitud que prometen acaparar cámaras y titulares. Porque al caso de los exonerados ha seguido el anuncio revolucionario del comando de juristas de Michelle Bachelet, en el sentido de que ya tienen preparado su resquicio para saltarse la Constitución e instalar, por decreto supremo de la futura mandataria, una Asamblea Constituyente.
Yo me he venido esforzando por alertar a los chilenos acerca de la Revolución de Izquierda en curso. Y he comparado su desarrollo con el de la Revolución Francesa, que definitivamente se desató a partir del 22 de junio de 1789, cuando el Estado Llano se saltó la legalidad e instaló una "Asamblea Nacional" no contemplada en el ordenamiento jurídico existente. Luis XVI habría podido poner orden y arrestar a los cabecillas que subvertían el orden institucional, pero no tuvo ni el coraje ni la decisión para hacerlo, tal como aquí no lo tiene ni lo tendrá el actual Primer y Único Protagonista. Aquí es cuestión de "tomarse" lo que sea, exigir beneficios y "pasar por caja". La más reciente en la serie de exacciones fue la perpetrada en Quellón, que se alzó de la misma manera que lo habían hecho antes Calama, Aysén y Magallanes para obligar al gobierno a entregarles más recursos. Y ahora el proceso va hacia una culminación y por fin se revela la manera de cumplir el sueño no alcanzado de los revolucionarios: reemplazar la Constitución. Porque ésta es la que impide a cualquier mayoría ocasional arrasar con la actual, que brinda la solidez y la estabilidad en las cuales se ha fundado el progreso de las últimas décadas.
Uno de los juristas asesores de Michelle Bachelet había anunciado que debía reemplazarse la Constitución "por las buenas o por las malas". Y la semana pasada quedó en evidencia que lo harán "por las malas": la futura gobernante dictará un decreto supremo, estableciendo una "Asamblea Constituyente". Como ella tendrá, se supone, mayoría en la Cámara y en el Senado, éstos no tendrán quórum para recurrir al Tribunal Constitucional para invalidar el audaz "decreto". Ese Tribunal, en consecuencia, no podrá declarar la inconstitucionalidad, por manifiesta que ésta sea, envuelta en derogar la Constitución vigente por decreto. Y habrá, entonces, "Asamblea Constituyente", de la cual surgirá cualquier cosa, menos bases estables para el progreso del país. Será el punto de partida para nuestra propia "Revolución Francesa" o "Bolivariana" o "Kirschnerista". Cualquier mayoría ocasional podrá arrasar con todo.
Es una reedición de los "resquicios legales" concebidos por el jurista máximo de la Unidad Popular, Eduardo Novoa Monreal, que le permitieron al régimen marxista apoderarse sin pago de empresas particulares. Ahora la "Revolución Michelliana" podrá hacer lo mismo o cualquier otra cosa, fundada en el texto que apruebe la "Asamblea Constituyente".
¿Que esto no tiene nada que ver con el Estado de Derecho? Por supuesto. Es sólo otro "ardid" izquierdista.
¿Ustedes creían que las únicas víctimas de la ilegalidad iban a ser los presos políticos uniformados, condenados contra toda ley y pasando por sobre la Constitución, sin que siquiera el juez que les impone, a algunos de ellos, condenas de centenares de años de presidio, los haya interrogado? Si lo creían, entonces ustedes no han aprendido nada, ni de la historia de Chile ni de la de ninguna parte. Quiere decir que olvidaron al pastor Martin Niemöller, quien, cuando los nazis lo fueron a buscar para mandarlo a un campo de concentración, escribió: "Primero vinieron por los socialistas, pero yo no dije nada, porque no era socialista; después vinieron por los dirigentes sindicales, pero yo no dije nada, porque no era dirigente sindical; luego vinieron por los judíos y tampoco dije nada, porque no era judío; y ahora que vienen por mí, no queda nadie para defenderme." ¿Ustedes creían que no diciendo nada ante los atropellos a los militares (r) se iban a ganar el perdón de los transgresores? Estaban muy equivocados. Teniendo a nuestro propio Luis XVI, sabemos que nada va a suceder tampoco ahora, cuando se sucedan las "tomas" y el país sea puesto en ebullición. Y tampoco nada va a suceder después, cuando un decreto declare instalada la "Asamblea Constituyente"; ni cuando ésta vaya consagrando, una tras otra, barbaridades que ustedes no habrian creído posibles. Porque ya para entonces la Revolución Chilena, la que va a "completar el legado de Allende", como rezaba el letrero en el escenario desde el cual hablaba Michelle Bachelet, hace un par de días, habrá superado su propio 22 de junio de 1789 y nada la va a poder contener.
Nadie como la izquierda para esquilmar al fisco chileno. Durante la UP se multiplicaron las plantas del sector público, creando burocracia inútil y dando empleo a cuadros guerrilleros, en términos de que cualquier gobierno posterior que pretendiera terminar con la hiperinflación no iba a poder hacer otra cosa que reducir las plantas sobrecargadas de ministerios y servicios. El Gobierno Militar debió hacerlo, para poder encaminar al país por la senda de la estabilidad y el crecimiento. Pero después de 1990, y justamente aprovechando la prosperidad que generó el modelo instaurado por ese gobierno, se crearon las pensiones para los supuestos "exonerados políticos", las que ilícitamente se hicieron extensivas a personas que ni siquiera habían sido funcionarios. El país entero se escandalizó y la noticia hizo pasar a segundo plano el protagonismo del Presidente, quien ha reaccionado y ordenado a su primo, el Vice, que termine con esto y se acuerde de que éste es el gobierno de, por, para y sobre un sonriente Sebastián Piñera y nadie más. ¿O quieren convertirlo en un "pato cojo"?
Pero las trampas de la izquierda son de tal magnitud que prometen acaparar cámaras y titulares. Porque al caso de los exonerados ha seguido el anuncio revolucionario del comando de juristas de Michelle Bachelet, en el sentido de que ya tienen preparado su resquicio para saltarse la Constitución e instalar, por decreto supremo de la futura mandataria, una Asamblea Constituyente.
Yo me he venido esforzando por alertar a los chilenos acerca de la Revolución de Izquierda en curso. Y he comparado su desarrollo con el de la Revolución Francesa, que definitivamente se desató a partir del 22 de junio de 1789, cuando el Estado Llano se saltó la legalidad e instaló una "Asamblea Nacional" no contemplada en el ordenamiento jurídico existente. Luis XVI habría podido poner orden y arrestar a los cabecillas que subvertían el orden institucional, pero no tuvo ni el coraje ni la decisión para hacerlo, tal como aquí no lo tiene ni lo tendrá el actual Primer y Único Protagonista. Aquí es cuestión de "tomarse" lo que sea, exigir beneficios y "pasar por caja". La más reciente en la serie de exacciones fue la perpetrada en Quellón, que se alzó de la misma manera que lo habían hecho antes Calama, Aysén y Magallanes para obligar al gobierno a entregarles más recursos. Y ahora el proceso va hacia una culminación y por fin se revela la manera de cumplir el sueño no alcanzado de los revolucionarios: reemplazar la Constitución. Porque ésta es la que impide a cualquier mayoría ocasional arrasar con la actual, que brinda la solidez y la estabilidad en las cuales se ha fundado el progreso de las últimas décadas.
Uno de los juristas asesores de Michelle Bachelet había anunciado que debía reemplazarse la Constitución "por las buenas o por las malas". Y la semana pasada quedó en evidencia que lo harán "por las malas": la futura gobernante dictará un decreto supremo, estableciendo una "Asamblea Constituyente". Como ella tendrá, se supone, mayoría en la Cámara y en el Senado, éstos no tendrán quórum para recurrir al Tribunal Constitucional para invalidar el audaz "decreto". Ese Tribunal, en consecuencia, no podrá declarar la inconstitucionalidad, por manifiesta que ésta sea, envuelta en derogar la Constitución vigente por decreto. Y habrá, entonces, "Asamblea Constituyente", de la cual surgirá cualquier cosa, menos bases estables para el progreso del país. Será el punto de partida para nuestra propia "Revolución Francesa" o "Bolivariana" o "Kirschnerista". Cualquier mayoría ocasional podrá arrasar con todo.
Es una reedición de los "resquicios legales" concebidos por el jurista máximo de la Unidad Popular, Eduardo Novoa Monreal, que le permitieron al régimen marxista apoderarse sin pago de empresas particulares. Ahora la "Revolución Michelliana" podrá hacer lo mismo o cualquier otra cosa, fundada en el texto que apruebe la "Asamblea Constituyente".
¿Que esto no tiene nada que ver con el Estado de Derecho? Por supuesto. Es sólo otro "ardid" izquierdista.
¿Ustedes creían que las únicas víctimas de la ilegalidad iban a ser los presos políticos uniformados, condenados contra toda ley y pasando por sobre la Constitución, sin que siquiera el juez que les impone, a algunos de ellos, condenas de centenares de años de presidio, los haya interrogado? Si lo creían, entonces ustedes no han aprendido nada, ni de la historia de Chile ni de la de ninguna parte. Quiere decir que olvidaron al pastor Martin Niemöller, quien, cuando los nazis lo fueron a buscar para mandarlo a un campo de concentración, escribió: "Primero vinieron por los socialistas, pero yo no dije nada, porque no era socialista; después vinieron por los dirigentes sindicales, pero yo no dije nada, porque no era dirigente sindical; luego vinieron por los judíos y tampoco dije nada, porque no era judío; y ahora que vienen por mí, no queda nadie para defenderme." ¿Ustedes creían que no diciendo nada ante los atropellos a los militares (r) se iban a ganar el perdón de los transgresores? Estaban muy equivocados. Teniendo a nuestro propio Luis XVI, sabemos que nada va a suceder tampoco ahora, cuando se sucedan las "tomas" y el país sea puesto en ebullición. Y tampoco nada va a suceder después, cuando un decreto declare instalada la "Asamblea Constituyente"; ni cuando ésta vaya consagrando, una tras otra, barbaridades que ustedes no habrian creído posibles. Porque ya para entonces la Revolución Chilena, la que va a "completar el legado de Allende", como rezaba el letrero en el escenario desde el cual hablaba Michelle Bachelet, hace un par de días, habrá superado su propio 22 de junio de 1789 y nada la va a poder contener.
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