El Presidente Piñera propone sustraer 350 mil millones de pesos de las empresas privadas mediante un mayor impuesto y dice que los va a destinar a mejorar la educación. Eso es menos de lo que ha hecho año a año cada gobierno socialista anterior, sin lograr mejoría de la educación.
El presupuesto educacional era hace cinco años la mitad que hoy, es decir, 2,9 billones de pesos (hoy es 5,8 billones). ¿Ha mejorado la enseñanza en cinco años? No. Este año se ha celebrado la mejoría en el SIMCE de matemáticas, pero casi sin destacar la caída en lenguaje. Es lo que llaman "mirar el vaso medio lleno y no el medio vacío". Los otros gobiernos de la Concertación, más socialistas que el actual, reajustaban el Presupuesto del sector en más del doble que éste, que lo subió en 7 por ciento en 2012, mientras sus antecesores lo hacían en más de 15 por ciento anual. Es decir, con la propuesta de aumento de 700 millones de dólares anunciada (350 mil millones de pesos), lo único que se hará será alcanzar un reajuste similar al de años anteriores. No será nada nuevo ni revolucionario. Pero sí será igualmente improductivo, porque es el modelo socialista el que ha fracasado, y no por falta de recursos.
La calidad de la educación particular pagada (el seis por ciento de los alumnos va a ella) alcanza niveles propios de países desarrollados. La particular subvencionada los alcanza inferiores, pero mejores que la enseñanza pública. Pero ninguna de ellas es realmente una educación libre, pues deben enseñar según los programas que indica el Estado. No pueden apartarse de ellos, porque la prueba para ingresar a la universidad (PSU) se toma sobre la base de la programación estatal. Por eso, puede decirse, tenemos una educación socialista.
Lo peor es que predomina una mentalidad socialista en el tema. Hablan el lenguaje educacional socialista los alumnos, los profesores, los rectores, los ministros, el presidente y los empresarios: "más plata para el Estado para enseñar mejor". Pero consume y consume más plata y no enseña mejor. Los chilenos no conocemos lo que es una educación realmente libre, con innovación surgida de la libertad de iniciativas y la inventiva personal, pese a que la Constitución garantiza la libertad de enseñanza. Y año a año destinamos más recursos a la que tenemos, la controlada y socialista, a la cual están ceñidos incluso los colegios particulares pagados que atienden al 6 por ciento de los alumnos y que, dentro del mismo marco socialista, enseñan mejor, justamente porque son más libres.
Lo que se conoce de la llamada "reforma tributaria" de este gobierno es que aumentará el impuesto a las empresas, lo que disminuirá el ahorro, la inversión y el empleo; incidirá en un aumento del gasto, que presionará al alza a la tasa de interés y a la baja al tipo de cambio, haciendo menos competitiva a la economía chilena. Pero, pese al perjuicio que ocasionará, ni siquiera será significativa para el financiamiento de la enseñanza socialista, pues sólo pondrá en línea el reajuste del presupuesto para educación de este año con el de años anteriores.
Chile no requiere una reforma tributaria para financiar la educación, porque ya ha multiplicado los recursos públicos para ella sin que mejore. Lo que requiere es una reforma que establezca en el país la libertad de enseñanza que provee la Constitución, y que los recursos públicos, que se han doblado en cinco años, vayan a manos de las familias necesitadas para que ellas elijan entre establecimientos particulares realmente libres donde educar a sus hijos. Esa reforma constituiría un gran salto adelante en la calidad de la educación y en el grado de libertad de los chilenos.
domingo, 29 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
El Subidor de Impuestos
Nuestro actual Presidente ha hecho del aumento de impuestos un objetivo permanente de su acción política. En 1990, como senador, fue el gran articulador de la política que permitió a la Concertación alzar los tributos, en nombre de la "democracia de los acuerdos". Mientras lo hacía, Sebastián Piñera, volviéndose hacia los de nuestro sector, decía que era "para legitimar el modelo". Lo legitimó tanto que el país terminó, bajo el pasado gobierno de la Concertación, creciendo a la mitad de lo que lo había hecho bajo el primero.
En 1984 el Gobierno Militar, ciñéndose a la estrategia opuesta, bajó los impuestos y creó un gran incentivo al ahorro, dejando exentas las utilidades no retiradas de las empresas, con lo cual se fortaleció la inversión y ella estimuló el crecimiento. Por eso Chile inició, poco después, su "década dorada" de 1987-1997. Pero a fines de los '90 las alzas de impuestos de la "democracia de los acuerdos" entre la Concertación y la RN de Piñera comenzó a surtir efecto y condujo a la disminución de la tasa de crecimiento. Ahora, elegido Presidente, ya ha subido los impuestos en 2010 y se apresta a hacerlo otra vez con su nuevo proyecto.
Como destaca hoy en carta a "El Mercurio" el abogado Darío Romero, si a partir de 1984 el gran estímulo al ahorro fue precisamente la diferencia entre el impuesto que pagaban las empresas con el que pagaban las personas, lo cual las inducía a no hacer retiros de utilidades, ahora, al subir el impuesto a las empresas y bajar el de las personas, esa diferencia será menor y habrá menos incentivo para ahorrar dejando las utilidades dentro de las empresas. Menor incentivo al ahorro, menor inversión y menor crecimiento.
Lo estamos viendo en 2012, tras un año con 20% de impuesto, que iba a ser transitorio, pero que el Presidente quiere hacer permanente. Bueno, en 2012 se crecerá menos que en 2011. Lo seguiremos viendo ocurrir posteriormente. Hoy el Presidente declara a "La Tercera" que su decisión corresponde a una medida de "alta política". Al parecer, le quedó sonando el calificativo de "político inepto" que le endosó "The Economist". Pero acoger una medida pedida por las encuestas, que ni siquiera estaba en su programa, difícilmente puede ser catalogado como "alta política". Eso se llama simplemente populismo. En todo caso, cualquiera sea el nombre, derivará en menos ahorro, menos inversión y menor crecimiento.
Es el costo de haber elegido a un subidor de impuestos.
En 1984 el Gobierno Militar, ciñéndose a la estrategia opuesta, bajó los impuestos y creó un gran incentivo al ahorro, dejando exentas las utilidades no retiradas de las empresas, con lo cual se fortaleció la inversión y ella estimuló el crecimiento. Por eso Chile inició, poco después, su "década dorada" de 1987-1997. Pero a fines de los '90 las alzas de impuestos de la "democracia de los acuerdos" entre la Concertación y la RN de Piñera comenzó a surtir efecto y condujo a la disminución de la tasa de crecimiento. Ahora, elegido Presidente, ya ha subido los impuestos en 2010 y se apresta a hacerlo otra vez con su nuevo proyecto.
Como destaca hoy en carta a "El Mercurio" el abogado Darío Romero, si a partir de 1984 el gran estímulo al ahorro fue precisamente la diferencia entre el impuesto que pagaban las empresas con el que pagaban las personas, lo cual las inducía a no hacer retiros de utilidades, ahora, al subir el impuesto a las empresas y bajar el de las personas, esa diferencia será menor y habrá menos incentivo para ahorrar dejando las utilidades dentro de las empresas. Menor incentivo al ahorro, menor inversión y menor crecimiento.
Lo estamos viendo en 2012, tras un año con 20% de impuesto, que iba a ser transitorio, pero que el Presidente quiere hacer permanente. Bueno, en 2012 se crecerá menos que en 2011. Lo seguiremos viendo ocurrir posteriormente. Hoy el Presidente declara a "La Tercera" que su decisión corresponde a una medida de "alta política". Al parecer, le quedó sonando el calificativo de "político inepto" que le endosó "The Economist". Pero acoger una medida pedida por las encuestas, que ni siquiera estaba en su programa, difícilmente puede ser catalogado como "alta política". Eso se llama simplemente populismo. En todo caso, cualquiera sea el nombre, derivará en menos ahorro, menos inversión y menor crecimiento.
Es el costo de haber elegido a un subidor de impuestos.
jueves, 26 de abril de 2012
Popularidad Por Libro
Hace unos días le pregunté a un experto cómo era esto de que el Presidente Piñera hace sistemáticamente lo que las encuestas le demandan y, sin embargo, él empeora en ellas. Y me respondió que porque se trataba de una "impostura", en el sentido de una cosa que le es "impuesta" por los sondeos, pero no de algo en lo cual él crea. La gente se da cuenta de esto y no le atribuye valor a su gesto. Le repliqué que, precisamente, él iba a consagrar, como lo ha hecho hoy, un aumento del impuesto a las empresas para dedicarlo a educación, es decir, exactamente lo que las movilizaciones estudiantiles han venido demandando, con amplio apoyo en las encuestas; y que, por tanto, eso debería redundar en una mejoría presidencial en las mismas. Pero el experto me respondió que no, que creía que el Presidente iba a continuar bajando en su nivel de aprobación.
Bueno, está por verse quién tiene razón. Yo creo que va a subir, pues él está haciendo lo que la mayoría quiere. El manual básico del populismo señala que ésa es la receta para remontar en popularidad. El aumento del impuesto a las empresas no estaba en su programa de gobierno ni en el ideario del grueso del sector que lo eligió, consistente en creer que con impuestos bajos y un Estado pequeño el crecimiento es más alto y la pobreza retrocede más. Aprobado el proyecto tributario, tres pesos más de cada cien que ganaba una empresa van a ir a manos de la burocracia, en lugar de ser administrados por aquélla. Y todos sabemos cuán poca es la eficacia económico-social de los dineros en manos de la burocracia.
Además, se ha estatizado, marginando a los bancos particulares, el crédito para la enseñanza universitaria, en medio del aplauso socialista (aplauso limitado, es cierto, porque el socialismo quiere todavía más impuestos y más Estado, y mi impresión es que eso es lo que a la larga vamos a tener). Pero el país entero parece satisfecho de lo que está ocurriendo. Me recuerda cuando Allende les dio el zarpazo a las cupríferas norteamericanas y el país respaldó ese robo, de izquierda a derecha y por unanimidad. Ahora el presidente de la asociación de bancos particulares está contento del curso de acontecimientos que separará a sus representados de un negocio que tenían, para entregarlo al Estado. Y aparecen empresarios diciendo que tres puntos menos de disponibilidad para invertir no disminuirá su inversión. Supongo que lo afirman a sabiendas de no estar diciendo la verdad, porque si antes disponían de 83 pesos para inversión y ahora dispondrán de sólo 80, yo creo que hasta los niños de kinder, y hasta, probablemente, los de prekinder, pueden anticipar que las empresas van a invertir menos.
Además, todo el mundo sabe que ese impuesto no era necesario para incrementar el gasto en educación. Perfectamente el mismo podría haberse financiado con endeudamiento. El Libro Elemental del Populismo enseñaba que si la mayoría opina que el impuesto a las empresas debe subir, entonces debe subir. El P:residente se ha ceñido a ese texto. La estricta observancia del mismo, a la larga, lleva a situaciones como la que viven muchos países de Europa hoy. Pero, según yo creo, ayuda a remontar en las encuestas. Según el especialista antes citado, no. Él opina que el Presidente bajará todavía más. Dentro de poco veremos quién tiene la razón.
Bueno, está por verse quién tiene razón. Yo creo que va a subir, pues él está haciendo lo que la mayoría quiere. El manual básico del populismo señala que ésa es la receta para remontar en popularidad. El aumento del impuesto a las empresas no estaba en su programa de gobierno ni en el ideario del grueso del sector que lo eligió, consistente en creer que con impuestos bajos y un Estado pequeño el crecimiento es más alto y la pobreza retrocede más. Aprobado el proyecto tributario, tres pesos más de cada cien que ganaba una empresa van a ir a manos de la burocracia, en lugar de ser administrados por aquélla. Y todos sabemos cuán poca es la eficacia económico-social de los dineros en manos de la burocracia.
Además, se ha estatizado, marginando a los bancos particulares, el crédito para la enseñanza universitaria, en medio del aplauso socialista (aplauso limitado, es cierto, porque el socialismo quiere todavía más impuestos y más Estado, y mi impresión es que eso es lo que a la larga vamos a tener). Pero el país entero parece satisfecho de lo que está ocurriendo. Me recuerda cuando Allende les dio el zarpazo a las cupríferas norteamericanas y el país respaldó ese robo, de izquierda a derecha y por unanimidad. Ahora el presidente de la asociación de bancos particulares está contento del curso de acontecimientos que separará a sus representados de un negocio que tenían, para entregarlo al Estado. Y aparecen empresarios diciendo que tres puntos menos de disponibilidad para invertir no disminuirá su inversión. Supongo que lo afirman a sabiendas de no estar diciendo la verdad, porque si antes disponían de 83 pesos para inversión y ahora dispondrán de sólo 80, yo creo que hasta los niños de kinder, y hasta, probablemente, los de prekinder, pueden anticipar que las empresas van a invertir menos.
Además, todo el mundo sabe que ese impuesto no era necesario para incrementar el gasto en educación. Perfectamente el mismo podría haberse financiado con endeudamiento. El Libro Elemental del Populismo enseñaba que si la mayoría opina que el impuesto a las empresas debe subir, entonces debe subir. El P:residente se ha ceñido a ese texto. La estricta observancia del mismo, a la larga, lleva a situaciones como la que viven muchos países de Europa hoy. Pero, según yo creo, ayuda a remontar en las encuestas. Según el especialista antes citado, no. Él opina que el Presidente bajará todavía más. Dentro de poco veremos quién tiene la razón.
miércoles, 25 de abril de 2012
Cae Otra Canallada
Como parte de la persecución que ha continuado el actual V Gobierno de la Concertación contra el Gobierno Militar, el Consejo de Defensa del Estado pidió la apertura del testamento del ex Presidente Pinochet. Leemos en “El Mercurio” de hoy: “El fisco pretende demandar civilmente a los herederos con el fin de recuperar 2 millones 56 mil 840 dólares. Se trata del monto por el cual Pinochet fue desaforado por malversación de caudales públicos, en el marco del uso de gastos reservados, pese a que el ex gobernante fue sobreseído tras su muerte”.
Pero ¿cómo? ¿No le habían dicho al país y al mundo que la fortuna de Pinochet era de más de 27 millones de dólares? ¿No dice “La Segunda” de hoy que la fortuna es de 26 millones de dólares, de los cuales no se ha podido explicar 17 millones? Sí, lo habían dicho y lo siguen repitiendo, porque la norma de comunicación de la gente de izquierda es “mentid, mentid, que algo queda” (Voltaire). Ellos siempre supieron que era una mentira lo de los “27 millones de dólares”, porque en 2005 el director socialista de Impuestos Internos examinó todas las platas del ex Presidente durante su ejercicio del mando y concluyó que, en los 17 años, había sin explicar sólo un monto de 544 mil dólares (“La Tercera”, 8 de octubre de 2005, pág. 4). Esa suma equivalía a que ese Presidente hubiera usado para sí algo más de un millón de pesos mensuales de gastos reservados durante su presidencia. ¿Saben ustedes cuánto contenía cada uno de los “sobres con billetes” de gastos reservados que se llevaban para la casa los gobernantes de la Concertación hasta que fueron pillados? Un millón ochocientos mil pesos mensuales.
Pero el celoso (con Pinochet) Consejo de Defensa del Estado nunca investigó nada de eso, ni menos a ningún Presidente de la Concertación, pese a que se supone que ellos se llevaban sobres más gruesos, porque su sueldo era mayor al de los ministros y funcionarios "con sobres". En realidad, los gastos reservados de la sola Presidencia eran de 256 millones de pesos mensuales durante el gobierno de Lagos, cuando él y los suyos resultaron “pillados”, “traspié” del cual los ayudó a salir el caballeroso Pablo Longueira, sin siquiera exigirles que devolvieran la plata. La corruptela se había generado en el gobierno de Aylwin, como él una vez reconoció paladinamente en “El Mercurio”, confesando que, precisamente, “fue una corruptela”.
Pero a ellos nadie los investigó ni investiga. Entonces ¡el único procesado por uso de gastos reservados en Chile ha resultado ser Augusto Pinochet, y eso que su “sobre con billetes” habría sido sólo de poco más de la mitad de lo que contenían los sobres concertacionistas! Pero dejo establecido que yo no creo que haya sustraído ninguna suma indebida. Pocos días antes de su muerte nos dijo a un grupo de amigos que lo homenajeaba: “Juro por la memoria de mi madre que nunca he tomado un peso que no me correspondiera”. Y para mí su palabra tiene más valor que la de cualquier juez de izquierda o consejero de un politizado Consejo de Defensa del Estado. Bueno, así es Chile.
Si Pinochet hubiera querido hacer fortuna con dineros públicos habría podido reunir más de cien millones de dólares de gastos reservados de la Presidencia, por los cuales nunca hubo que rendir cuenta. Como no los reunió, ahora dicen que se le investiga por dos millones 56 mil 840 dólares, que es lo único que se encontró. Los jueces tienen autoridad para pedir todos los dineros de Pinochet, dondequiera que estén, en cualquier lugar del mundo. En publicaciones de prensa se ha dicho que el tribunal ha logrado incautar 7 millones de dólares. ¿Dónde están los otros veinte, o diecinueve? Bueno, ahora los siete se reducen a dos. En todo caso, esos siete o dos son sólo una fracción de lo que diversos particulares del país y del exterior han declarado haberle donado al general en diversas épocas.
Otra cosa que no se dice es que a todos los familiares del general la justicia ha terminado por sobreseerlos, sin cargos, tras haber sido acusados y privados de libertad por un caracterizado juez de izquierda, en medio de un mayúsculo escándalo de prensa, en el cual participaron todos los medios. Y el albacea Óscar Aitken, también víctima del ludibrio, finalmente fue sobreseído, de lo cual se informó en caracteres infinitamente más pequeños que los de las acusaciones que se le habían hecho. Es que así son las cosas.
Hace un par de años, la defensa del banco norteamericano Espirito Santo me pidió ayuda para demostrar que los fondos depositados en él por Augusto Pinochet eran bien habidos, pues el Consejo de Defensa del Estado había demandado a la entidad, pretendiendo incautar esos fondos “por pertenecer al fisco chileno”, todo en medio de la habitual fanfarria publicitaria. Ayudé en lo que pude con absoluto desinterés. Tiempo después, la defensa del banco me informó que había ganado el juicio. El politizado Consejo perdió su tiempo y la plata de los contribuyentes chilenos, porque no pudo probar que los fondos del Espirito Santo hubieran sido malhabidos. Y de eso ningún medio, ni menos el Consejo, informó nada. Pero la justicia de izquierda, el V Gobierno de la Concertación y su Consejo de Defensa del Estado van a continuar reflotando el caso, denominado “caso Riggs” (aprovecho de aclarar que el dueño de ese banco vino a ofrecerle al general administrarle sus ahorros, en 1996, según puede verse en el Informe del Senado norteamericano; y la verdad es que le permitió obtener una buena rentabilidad, por la cual la sucesión Pinochet pagó los correspondientes impuestos).
En todo caso, la izquierda sabe que tiene una herramienta de propaganda política que siempre le da dividendos. Aunque una y otra vez la canallada caiga por sí sola, como ahora, en que ha quedado reducida a dos millones de dólares, lo que no ha obstado a que se siga hablando de 26 o 27 millones que nadie ha podido acreditar ni decir dónde están, pero que son los que quedan en la memoria de la gente. que saben que “una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad” (Goebbels).
Pero ¿cómo? ¿No le habían dicho al país y al mundo que la fortuna de Pinochet era de más de 27 millones de dólares? ¿No dice “La Segunda” de hoy que la fortuna es de 26 millones de dólares, de los cuales no se ha podido explicar 17 millones? Sí, lo habían dicho y lo siguen repitiendo, porque la norma de comunicación de la gente de izquierda es “mentid, mentid, que algo queda” (Voltaire). Ellos siempre supieron que era una mentira lo de los “27 millones de dólares”, porque en 2005 el director socialista de Impuestos Internos examinó todas las platas del ex Presidente durante su ejercicio del mando y concluyó que, en los 17 años, había sin explicar sólo un monto de 544 mil dólares (“La Tercera”, 8 de octubre de 2005, pág. 4). Esa suma equivalía a que ese Presidente hubiera usado para sí algo más de un millón de pesos mensuales de gastos reservados durante su presidencia. ¿Saben ustedes cuánto contenía cada uno de los “sobres con billetes” de gastos reservados que se llevaban para la casa los gobernantes de la Concertación hasta que fueron pillados? Un millón ochocientos mil pesos mensuales.
Pero el celoso (con Pinochet) Consejo de Defensa del Estado nunca investigó nada de eso, ni menos a ningún Presidente de la Concertación, pese a que se supone que ellos se llevaban sobres más gruesos, porque su sueldo era mayor al de los ministros y funcionarios "con sobres". En realidad, los gastos reservados de la sola Presidencia eran de 256 millones de pesos mensuales durante el gobierno de Lagos, cuando él y los suyos resultaron “pillados”, “traspié” del cual los ayudó a salir el caballeroso Pablo Longueira, sin siquiera exigirles que devolvieran la plata. La corruptela se había generado en el gobierno de Aylwin, como él una vez reconoció paladinamente en “El Mercurio”, confesando que, precisamente, “fue una corruptela”.
Pero a ellos nadie los investigó ni investiga. Entonces ¡el único procesado por uso de gastos reservados en Chile ha resultado ser Augusto Pinochet, y eso que su “sobre con billetes” habría sido sólo de poco más de la mitad de lo que contenían los sobres concertacionistas! Pero dejo establecido que yo no creo que haya sustraído ninguna suma indebida. Pocos días antes de su muerte nos dijo a un grupo de amigos que lo homenajeaba: “Juro por la memoria de mi madre que nunca he tomado un peso que no me correspondiera”. Y para mí su palabra tiene más valor que la de cualquier juez de izquierda o consejero de un politizado Consejo de Defensa del Estado. Bueno, así es Chile.
Si Pinochet hubiera querido hacer fortuna con dineros públicos habría podido reunir más de cien millones de dólares de gastos reservados de la Presidencia, por los cuales nunca hubo que rendir cuenta. Como no los reunió, ahora dicen que se le investiga por dos millones 56 mil 840 dólares, que es lo único que se encontró. Los jueces tienen autoridad para pedir todos los dineros de Pinochet, dondequiera que estén, en cualquier lugar del mundo. En publicaciones de prensa se ha dicho que el tribunal ha logrado incautar 7 millones de dólares. ¿Dónde están los otros veinte, o diecinueve? Bueno, ahora los siete se reducen a dos. En todo caso, esos siete o dos son sólo una fracción de lo que diversos particulares del país y del exterior han declarado haberle donado al general en diversas épocas.
Otra cosa que no se dice es que a todos los familiares del general la justicia ha terminado por sobreseerlos, sin cargos, tras haber sido acusados y privados de libertad por un caracterizado juez de izquierda, en medio de un mayúsculo escándalo de prensa, en el cual participaron todos los medios. Y el albacea Óscar Aitken, también víctima del ludibrio, finalmente fue sobreseído, de lo cual se informó en caracteres infinitamente más pequeños que los de las acusaciones que se le habían hecho. Es que así son las cosas.
Hace un par de años, la defensa del banco norteamericano Espirito Santo me pidió ayuda para demostrar que los fondos depositados en él por Augusto Pinochet eran bien habidos, pues el Consejo de Defensa del Estado había demandado a la entidad, pretendiendo incautar esos fondos “por pertenecer al fisco chileno”, todo en medio de la habitual fanfarria publicitaria. Ayudé en lo que pude con absoluto desinterés. Tiempo después, la defensa del banco me informó que había ganado el juicio. El politizado Consejo perdió su tiempo y la plata de los contribuyentes chilenos, porque no pudo probar que los fondos del Espirito Santo hubieran sido malhabidos. Y de eso ningún medio, ni menos el Consejo, informó nada. Pero la justicia de izquierda, el V Gobierno de la Concertación y su Consejo de Defensa del Estado van a continuar reflotando el caso, denominado “caso Riggs” (aprovecho de aclarar que el dueño de ese banco vino a ofrecerle al general administrarle sus ahorros, en 1996, según puede verse en el Informe del Senado norteamericano; y la verdad es que le permitió obtener una buena rentabilidad, por la cual la sucesión Pinochet pagó los correspondientes impuestos).
En todo caso, la izquierda sabe que tiene una herramienta de propaganda política que siempre le da dividendos. Aunque una y otra vez la canallada caiga por sí sola, como ahora, en que ha quedado reducida a dos millones de dólares, lo que no ha obstado a que se siga hablando de 26 o 27 millones que nadie ha podido acreditar ni decir dónde están, pero que son los que quedan en la memoria de la gente. que saben que “una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad” (Goebbels).
lunes, 23 de abril de 2012
Ocios y Negocios de País Rico
Un país como Chile, con finanzas públicas equilibradas, comercio exterior favorable, que no les roba a los inversionistas extranjeros y tiene ahorros acumulados en el exterior por 20 mil millones de dólares (los cuales le dan intereses de mil 200 millones de dólares anuales) y que aumenta su recaudación tributaria gracias al crecimiento, es un país rico. Pero en él hay un ente inmensamente rico, el más rico de todos, que se llama Estado, por contraste con el cual todavía quedan dos y medio millones de pobres.
No debería haberlos, porque el ente rico recauda dinero para, supuestamente, los pobres (gasto social). Si éstos lo percibieran, no habría pobres. Ese es un cálculo que se ha hecho muchas veces. Pero el Estado dilapida el gasto social que debería ser para los pobres y por eso todavía los hay. La gente le saca plata como puede al más rico de todos. Su método más efectivo es la violencia ilegal. Frente a ella, el gobierno, que carece de autoridad, suelta la plata. El año pasado los estudiantes asolaron impunemente al país pidiendo, en el fondo, más dinero para financiar su educación. Y hoy, justamente, el gobierno les ha entregado algo: los créditos educacionales tendrán un interés de dos por ciento, en lugar de más de cinco que costaban. Claro, el Estado debería entregarles a las familias pobres TODO el dinero que recauda para educación, y así las familias tendrían educación particular pagada para sus hijos y habría un gigantesco salto en la enseñanza.
Pero, en fin, el socialismo imperante lo impide. En todo caso, el método de la violencia ilegal funciona para extraerle plata al más rico y es rentable. Lo pueden acreditar los subcontratados, los magallánicos, los ayseninos. Funciona tan bien que la sola amenaza surte efecto, como lo pueden acreditar los calameños. Tanto sobra la plata en el país que ahora se destinarán 770 millones de dólares anuales a cubrir las pérdidas del engendro socialista concebido por Ricardo Lagos para regir la locomoción colectiva, que reemplazó a un sistema basado en la iniciativa privada que dejaba 63 millones de dólares anuales de ganancias y no requería ni un peso de subsidio. Tanto sobra la plata, que la salud pública cuesta el doble que la del sistema privado (isapres), siendo mucho peor.
El otro día lo acreditó así, con cifras, el gerente de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes, en carta a "El Mercurio", y nadie lo rectificó. ¿Y qué han hecho los gobiernos? Perseguir y desprestigiar al sistema privado, que junto con costar la mitad funciona mucho mejor (por algo los políticos de izquierda están en isapres); y aportarle cada vez más dinero al sistema público, que funciona peor. Son lujos que pueden darse los países ricos, pero lujos que pagan los pobres, porque el dinero malbaratado lo deberían percibir ellos para dejar la pobreza.
¿Y a qué se dedican los políticos en este país rico? A su negocio: hacer política. Mejorar en las encuestas para mantener o recuperar el poder. "Panem et circenses", decían los romanos, "pan y circo". Ofrecer, mostrarse, repartir, sonreír, halagar. Hay algunos que tienen ya la sonrisa casi plastificada en el rostro. Y el negocio de la política consiste en negociar. El que mejor negocia es un partido que tiene muy pocos votos, el comunista. Se alía con la DC para obtener diputados, con la Concertación para obtener alcaldes y con el PPD y el PR para obtener concejales. Obtiene de todos los cargos sin votos suficientes. Hay acusaciones cruzadas de traición, pero la traición es casi connatural a la política y, como bien sabemos, con los comunistas nadie se atreve, y menos que nadie la DC. La guinda, cereza o frutilla de la torta (puede ser cualquiera de esas frutas) la constituye el pacto DC-PS en que acuerdan apoyar al(la) mismo(a) candidato(a)presidencial tanto para la primaria como para la elección de 2013 (la primaria la financiaremos los contribuyentes, según una "reforma democratizadora" que viene).
¿Alguien tiene alguna duda acerca de quién será ese candidato(a)? Nadie, que yo sepa. Supongo que los aspirantes DC se sienten traicionados. Pero la traición, como señalé, es casi connatural a la política. Y si no, que lo digan los presos políticos uniformados. Y hasta aquí me permite llegar el marco de hierro de Blogger.
No debería haberlos, porque el ente rico recauda dinero para, supuestamente, los pobres (gasto social). Si éstos lo percibieran, no habría pobres. Ese es un cálculo que se ha hecho muchas veces. Pero el Estado dilapida el gasto social que debería ser para los pobres y por eso todavía los hay. La gente le saca plata como puede al más rico de todos. Su método más efectivo es la violencia ilegal. Frente a ella, el gobierno, que carece de autoridad, suelta la plata. El año pasado los estudiantes asolaron impunemente al país pidiendo, en el fondo, más dinero para financiar su educación. Y hoy, justamente, el gobierno les ha entregado algo: los créditos educacionales tendrán un interés de dos por ciento, en lugar de más de cinco que costaban. Claro, el Estado debería entregarles a las familias pobres TODO el dinero que recauda para educación, y así las familias tendrían educación particular pagada para sus hijos y habría un gigantesco salto en la enseñanza.
Pero, en fin, el socialismo imperante lo impide. En todo caso, el método de la violencia ilegal funciona para extraerle plata al más rico y es rentable. Lo pueden acreditar los subcontratados, los magallánicos, los ayseninos. Funciona tan bien que la sola amenaza surte efecto, como lo pueden acreditar los calameños. Tanto sobra la plata en el país que ahora se destinarán 770 millones de dólares anuales a cubrir las pérdidas del engendro socialista concebido por Ricardo Lagos para regir la locomoción colectiva, que reemplazó a un sistema basado en la iniciativa privada que dejaba 63 millones de dólares anuales de ganancias y no requería ni un peso de subsidio. Tanto sobra la plata, que la salud pública cuesta el doble que la del sistema privado (isapres), siendo mucho peor.
El otro día lo acreditó así, con cifras, el gerente de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes, en carta a "El Mercurio", y nadie lo rectificó. ¿Y qué han hecho los gobiernos? Perseguir y desprestigiar al sistema privado, que junto con costar la mitad funciona mucho mejor (por algo los políticos de izquierda están en isapres); y aportarle cada vez más dinero al sistema público, que funciona peor. Son lujos que pueden darse los países ricos, pero lujos que pagan los pobres, porque el dinero malbaratado lo deberían percibir ellos para dejar la pobreza.
¿Y a qué se dedican los políticos en este país rico? A su negocio: hacer política. Mejorar en las encuestas para mantener o recuperar el poder. "Panem et circenses", decían los romanos, "pan y circo". Ofrecer, mostrarse, repartir, sonreír, halagar. Hay algunos que tienen ya la sonrisa casi plastificada en el rostro. Y el negocio de la política consiste en negociar. El que mejor negocia es un partido que tiene muy pocos votos, el comunista. Se alía con la DC para obtener diputados, con la Concertación para obtener alcaldes y con el PPD y el PR para obtener concejales. Obtiene de todos los cargos sin votos suficientes. Hay acusaciones cruzadas de traición, pero la traición es casi connatural a la política y, como bien sabemos, con los comunistas nadie se atreve, y menos que nadie la DC. La guinda, cereza o frutilla de la torta (puede ser cualquiera de esas frutas) la constituye el pacto DC-PS en que acuerdan apoyar al(la) mismo(a) candidato(a)presidencial tanto para la primaria como para la elección de 2013 (la primaria la financiaremos los contribuyentes, según una "reforma democratizadora" que viene).
¿Alguien tiene alguna duda acerca de quién será ese candidato(a)? Nadie, que yo sepa. Supongo que los aspirantes DC se sienten traicionados. Pero la traición, como señalé, es casi connatural a la política. Y si no, que lo digan los presos políticos uniformados. Y hasta aquí me permite llegar el marco de hierro de Blogger.
domingo, 22 de abril de 2012
El Duopolio Busca Más Fondos
Se me ha privado de la posibilidad de escribir párrafos separados. Si no me resigno, simplemente no puedo seguir escribiendo, y hoy necesito hacerlo. Porque el duopolio (mercado controlado por dos productores) que maneja la política se apresta a consumar nuevos abusos a costa de la gente, cuya gran mayoría, como de costumbre, no entiende nada pero opina según lo que le dictan los duopolistas que controlan el mercado político.
Aquí se ha hecho gran cuestión de "reformar el binominal", pero eso no es lo que importa. Lo que importa es que no hay competencia en la política, porque el duopolio tiene la atribución de designar y hacer elegir candidatos, y ésa es la competencia que se debe establecer: que cualquiera pueda ser candidato y pueda competir en igualdad de condiciones en las elecciones. Eso lo establece la Constitución, la cual dice que los partidos no podrán tener ningún privilegio en relación a los independientes, pero en la práctica las leyes electorales, desconociendo esa norma constitucional, las dictaron los duopolistas y, por tanto, los independientes no tienen ninguna posibilidad. La prueba es que casi no los hay en el parlamento, y justamente el único que hay en el senado, el senador Bianchi, ha presentado la única propuesta razonable de reforma política, la que les da iguales derechos a los candidatos independientes para inscribirse y para ser elegidos, moción que no ha tenido el menor eco, porque tiene un solo voto, el de su autor.
Ahora el duopolio propicia, como gran "reforma política", el establecer las elecciones primarias. Los duopolistas pueden perfectamente hacerlas para designar sus candidatos, y de hecho las hacen. Lo que sucede es que deben pagarlas, porque las elecciones cuestan plata. Y lo que quieren los duopolistas es que este nuevo gusto que desean darse para solucionar las pugnas que hay entre sus ambiciosos caciques lo paguemos nosotros, los contribuyentes.
Los duopolistas, además, son casi iguales entre sí: la Concertación y la Alianza (que a veces se llama "Coalición", aunque todos sabemos que aparte de RN y la UDI sólo hay "partidos imaginarios", como diría Parra), levantan la voz airados cuando se descubre que en alguna actividad, como las ventas de remedios o de pollos, hay pocas empresas; y denuncian a esos oligopolios, pero éstos son "desafiables", en el sentido de que cualquiera puede establecer una farmacia o criar y vender pollos. Si nadie lo hace, es porque los oligopolistas venden demasiado barato, es decir, benefician al consumidor. En cambio los oligopolistas de la política, el duopolio, no es "desafiable". Un independiente debe enfrentar condiciones casi imposibles para ser candidato a algo y totalmente imposibles para resultar elegido, porque no puede formar listas ni hacer pactos, y los duopolistas sí.
Si quieren "más y mejor democracia", como dicen, entonces abran la política a la competencia, háganla desafiable, que cualquiera pueda ser candidato y que salga elegido el que consiga más votos, sin que los partidos tengan ventajas. Pero el duopolio no quiere competidores. Por eso hemos tenido una sucesión de gobiernos iguales unos a otros, y ya llevamos cinco casi idénticos. ¿Qué diferencia hay entre el actual y los anteriores? Crean ministerios, subsecretarías, superintendencias y burocracias por igual. Suben los impuestos por igual. Desfiguran la historia por igual, como se desprende de las palabras del Presidente duopolista en el Museo de la Memoria Marxista, que, naturalmente, se financia con nuestros impuestos. Persiguen a quienes nos libraron del régimen totalitario con la misma saña, y si no lo creen, pregúntenles a las familias y los camaradas de los presos políticos uniformados. Por eso yo he señalado que éste no es más que un "V Gobierno de la Concertación" y, visto lo que ha hecho, podríamos decir que los otros cuatro también fueron como "Gobiernos de la Alianza o Coalición". Han llegado a ser términos que pueden usarse indistintamente. Y aquí termino porque las nuevas reglas del blog no me permiten, por ahora, escribir más.
sábado, 21 de abril de 2012
Retorno Con Perplejidad
Después de un proceso trabajoso, he podido regresar a escribir a este blog, lo cual las modernizaciones tecnológicas del mismo me habían vedado.
Y siento que he podido retornar en momentos en que la acumulación de acontecimientos lo hacían indispensable.
Pero, por el momento, me ocuparé de uno solo, intrigante y que no acierto a explicar. Pues he visto esta mañana en el diario una noticia extraña: el Presidente Piñera ha ido a visitar el "Museo de la Memoria", sólo en compañía de su máxima autoridad, y, muy importante, un camarógrafo. Es que se trata de que millones lo vean en una pantalla. Había también un fotógrafo, naturalmente, para dar cuenta de la visita en la prensa.
Este Museo de la Memoria, por si usted no lo sabe, es efectivamente de la Memoria, sí, pero una muy particular: la marxista. Para explicárselo, imagine usted que Adolfo Hitler hubiera tenido la posibilidad de hacer un Museo de la Memoria de su gestión de estadista. Usted puede lucubrar cómo habría sido eso: una síntesis de las crueldades y barbaridades cometidas por los aliados contra el mismo Hitler y los pobres nazis, las víctimas.
Miles de fotografías de los salvajes e inhumanos bombardeos aliados de Dresden y Hamburgo, los niños y las mujes quemados en las calles; las salvajes acciones y torturas de los soldados norteamericanos y rusos contra los valientes e inocentes soldados del nazismo. El inhumano sitio de Stalingrado, por ejemplo, una acción cruel y constitutiva de los mayores atropellos contra los pobres sitiados. Usted saldría del Museo de la Memoria de Hitler horrorizado de los atropellos perpetrados por los aliados contra el nazismo, una doctrina concebida para la grandeza y felicidad de los hombres y las mujeres del mundo. ¿Hornos crematorios, campos de concentración, Treblinka, Auschwitz, Sobibor? Nada de eso existió, según el Museo de la Memoria de Hitler.
Bueno, el Museo de la Memoria marxista es lo mismo: las "barbaridades" cometidas por los militares chilenos contra los marxistas, que lo único que querían era instalar en Chile un régimen al estilo del que Lenin, Stalin y Brezhnev querían instalar en todo el mundo, a partir del modelo soviético. Un modelo de felicidad social como el que se vive hoy en Cuba o en Corea del Norte. ¿Terrorismo del MIR, "compañeros de Tropas" cubanos, doce mil guerrilleros extranjeros, ingresados clandestinamente, diez mil paramilitares marxistas armados, reconocidos por Altamirano? ¿Asesinatos terroristas, carabineros muertos en atentados, pasajeros de buses quemados por bombas molotov, pasajeros del metro asesinados en atentados explosivos? ¿De qué está hablando usted, señor? Pues nada de eso existió, puesto que no está en el Museo de la Memoria...
¿Por qué Sebastián Piñera quiere ir a visitarlo, se conmueve y se emociona con sus imágenes y recuerdos, acompañado del personaje clave en todas sus actuaciones, el camarógrafo? La respuesta sólo podemos imaginarla. Él es un político hábil, no inepto, como han dicho algunos. Seguramente está concibiendo una nueva estrategia, a partir de su visita solitaria, sin otra compañía que la de la autoridad de la institución y la de un divulgador gráfico del solemne momento.
Pronto lo sabremos.
¿Un nuevo zigzag?
miércoles, 18 de abril de 2012
Para Que No Lo Olvides
Con el dinero que usted paga por concepto de impuestos se financia el sueldo de jueces que fallan a sabiendas contra las leyes, y que, por el hecho de dar en el gusto a la izquierda con sus sentencias, lo han hecho y pueden seguirlo haciendo impunemente.
Hay más de medio centenar de uniformados condenados a largas penas de presidio sobre la base de la prevaricación (dictar resoluciones contrarias a la ley) y la mentira (como sostener que mantienen hasta hoy secuestradas a numerosas personas desde hace más de treinta años).
Uno de esos uniformados acumula a lo menos media docena de condenas a diez o quince años de presidio cada una sin haber sido jamás siquiera interrogado por el juez que lo condenó. Esto es contrario al debido proceso, pues la "declaración indagatoria" a todo inculpado es parte fundamental del mismo. Pero ello sucede y queda impune. Es francamente escandaloso, pero un consenso social exige mirar para otro lado y permitirlo, sin examinarlo. Sobre todo porque usted y la mayoría, sin la menor protesta, dejan que ello se haga con su dinero de contribuyentes.
Y también con el dinero que usted paga como consumidor se financia la publicidad que permite hacer ganancias a un canal de televisión con una película de su producción que es toda una apología del terrorismo, titulada "Amar y Morir en Chile", de Chilevisión. ¿Usted cree que en los Estados Unidos las empresas y el público consumidor permitirían que con sus recursos para fines de publicidad, en el caso de las primeras, o para sus compras en el comercio, en el caso del segundo, se financiara una filmación que fuera una verdadera oda a Al Qaeda? ¿Usted cree que en Colombia permitirían una pelicula que elevara a la condición de héroes a los terroristas de las FARC? Yo pienso que no. Pero aquí en Chile, con su dinero y con el de empresas en que a lo mejor usted es accionista, ya sea como inversionista o como afiliado a una AFP, se hace una apología romántica de un atentado criminal y sangriento del FPMR. Y usted, a lo mejor, la aplaude.
Y también con el dinero que usted paga como contribuyente se financia el déficit del Transantiago, un engendro socialista que le ha costado ya a las arcas fiscales unos cuatro mil millones de dólares y que un nuevo proyecto de ley propone financiar de una manera permanente con otros 770 millones de dólares anuales (370 mil millones de pesos).
Ese desastroso plan socialista eliminó a varios miles de empresarios privados de la locomoción, ha servido peor que el sistema antiguo a la población necesitada de transporte público y ha sembrado la inmoralidad en todo ese quehacer, pues mientras las empresas elegidas por el Estado ganan dinero, éste lo pierde por miles de millones de pesos; y el 27 por ciento de los usuarios, es decir, más de uno de cada cuatro, no paga su pasaje. Es decir, con su dinero se está beneficiando a esa gente que hace trampa.
El sistema antiguo de lomoción, llamado de "las micros amarillas", era competitivo, servía los recorridos que la gente prefería (pues su malla de trayectos se formaba atendiendo a las necesidades de los usuarios); no dejaba lugar al fraude de pasajeros que no pagaran, pues los empresarios eran cuidadosos para evitarlo; y éstos, en conjunto, obtenían una ganancia de 63 millones de dólares anuales. Es decir, ganaban cada año una suma parecida a lo que pierde CADA MES el engendro socialista llamado Transantiago.
Yo sé que usted, probablemente, y como el 90 por ciento de los chilenos, tiene el cerebro lavado y se ha resignado a permitir estas cosas escandalosas que ayuda a financiar. Por eso le he escrito esto, no en la esperanza de que usted imponga algún cambio en este estado de cosas, porque eso le resultaría incómodo y lo convertiría en un incomprendido, sino sólo para que no lo olvide.
Porque las cosas "por sabidas se callan y por calladas se olvidan". Ya que aceptamos que la inmoralidad general, de la cual le he dado estos tres ejemplos, pueda barrerse bajo la alfombra, por lo menos digamos que la memoria y la conciencia no.
Hay más de medio centenar de uniformados condenados a largas penas de presidio sobre la base de la prevaricación (dictar resoluciones contrarias a la ley) y la mentira (como sostener que mantienen hasta hoy secuestradas a numerosas personas desde hace más de treinta años).
Uno de esos uniformados acumula a lo menos media docena de condenas a diez o quince años de presidio cada una sin haber sido jamás siquiera interrogado por el juez que lo condenó. Esto es contrario al debido proceso, pues la "declaración indagatoria" a todo inculpado es parte fundamental del mismo. Pero ello sucede y queda impune. Es francamente escandaloso, pero un consenso social exige mirar para otro lado y permitirlo, sin examinarlo. Sobre todo porque usted y la mayoría, sin la menor protesta, dejan que ello se haga con su dinero de contribuyentes.
Y también con el dinero que usted paga como consumidor se financia la publicidad que permite hacer ganancias a un canal de televisión con una película de su producción que es toda una apología del terrorismo, titulada "Amar y Morir en Chile", de Chilevisión. ¿Usted cree que en los Estados Unidos las empresas y el público consumidor permitirían que con sus recursos para fines de publicidad, en el caso de las primeras, o para sus compras en el comercio, en el caso del segundo, se financiara una filmación que fuera una verdadera oda a Al Qaeda? ¿Usted cree que en Colombia permitirían una pelicula que elevara a la condición de héroes a los terroristas de las FARC? Yo pienso que no. Pero aquí en Chile, con su dinero y con el de empresas en que a lo mejor usted es accionista, ya sea como inversionista o como afiliado a una AFP, se hace una apología romántica de un atentado criminal y sangriento del FPMR. Y usted, a lo mejor, la aplaude.
Y también con el dinero que usted paga como contribuyente se financia el déficit del Transantiago, un engendro socialista que le ha costado ya a las arcas fiscales unos cuatro mil millones de dólares y que un nuevo proyecto de ley propone financiar de una manera permanente con otros 770 millones de dólares anuales (370 mil millones de pesos).
Ese desastroso plan socialista eliminó a varios miles de empresarios privados de la locomoción, ha servido peor que el sistema antiguo a la población necesitada de transporte público y ha sembrado la inmoralidad en todo ese quehacer, pues mientras las empresas elegidas por el Estado ganan dinero, éste lo pierde por miles de millones de pesos; y el 27 por ciento de los usuarios, es decir, más de uno de cada cuatro, no paga su pasaje. Es decir, con su dinero se está beneficiando a esa gente que hace trampa.
El sistema antiguo de lomoción, llamado de "las micros amarillas", era competitivo, servía los recorridos que la gente prefería (pues su malla de trayectos se formaba atendiendo a las necesidades de los usuarios); no dejaba lugar al fraude de pasajeros que no pagaran, pues los empresarios eran cuidadosos para evitarlo; y éstos, en conjunto, obtenían una ganancia de 63 millones de dólares anuales. Es decir, ganaban cada año una suma parecida a lo que pierde CADA MES el engendro socialista llamado Transantiago.
Yo sé que usted, probablemente, y como el 90 por ciento de los chilenos, tiene el cerebro lavado y se ha resignado a permitir estas cosas escandalosas que ayuda a financiar. Por eso le he escrito esto, no en la esperanza de que usted imponga algún cambio en este estado de cosas, porque eso le resultaría incómodo y lo convertiría en un incomprendido, sino sólo para que no lo olvide.
Porque las cosas "por sabidas se callan y por calladas se olvidan". Ya que aceptamos que la inmoralidad general, de la cual le he dado estos tres ejemplos, pueda barrerse bajo la alfombra, por lo menos digamos que la memoria y la conciencia no.
martes, 17 de abril de 2012
El Séptimo Zarpazo Argentino
Cuando yo era niño, años 40, Argentina era otra cosa. Mis padres iban casi todos los años, hablaban maravillas y traían objetos desconocidos para los chilenos y muy buenos. El padre Carlos Rodríguez, que nos hacía Religión en el colegio, pero hablaba mucho de política, decía que Argentina iba a ser una de las cuatro grandes potencias del futuro, junto con Estados Unidos, Rusia y Australia. Gobernaban unos militares que tenían nombres tan raros como "Edelmiro Farrell". Las películas argentinas eran técnicamente similares a las norteamericanas, con actores que parecían norteamericanos.
En sexto año de humanidades hicimos el viaje de curso a Buenos Aires. Perón había gobernado ya seis años y la opinión predominante de la clase fue que Argentina iba cuesta abajo. Uno de los mejores alumnos del curso, cuyo padre era muy informado, nos explicó que Perón había empezado a expropiar cosas pagándolas caras y haciendo que funcionaran mal, como los ferrocarriles, que se los compró a los ingleses. Siempre pensé, perdonando la expresión, que con Perón se jodió Argentina. Y sigo pensando igual, pero...
Muchos años y muchas crisis después volvió el peronismno al poder. Y yo empecé a vaticinar que Argentina se iba a volver a ir al diablo, pero siempre me equivoqué.
Primero les dieron un zarpazo a los depositantes de los bancos y el gobierno se quedó con sus dólares ("el corralito"). Yo anuncié el colapso argentino. Luego Kirchner, como buen peronista, simplemente no pagó la deuda externa, un segundo zarpazo. Volví a anunciar el colapso, pero éste tampoco llegó. Luego el tercer zarpazo nos tocó a nosotros: Kirchner incumplió el tratado gasífero y cerró la llave que nos abastecía. Y se salió con la suya, pues no pasó nada, salvo que a nosotros nos subieron el gas y la electricidad. Después, cuando se le volvían a acabar los dólares de anteriores zarpazos, vino el cuarto: se apropió de los fondos previsionales, como cuarenta mil millones. De nuevo anuncié el colapso, pero tampoco pasó nada. Entonces, cuando se le volvían otra vez a terminar los dólares, vino el quinto zarpazo y les subió los impuestos a los exportadores de soya, que se alzaron en pie de guerra. Pero entonces el precio de la soya en el mundo se multiplicó por cuatro y los agricultores tuvieron demás para pagar los impuestos y todavía ganar mucha plata, de modo que se olvidaron del asunto. El sexto zarpazo se lo dieron al Banco Central, echando al presidente ortodoxo y poniendo uno peronista, kirchneriano y cristinista, que los dejó meter mano en las reservas. Pero de nuevo les empezaron a escasear los dólares, así es que el séptimo zarpazo se lo han dado a Repsol, la petrolera española que controlaba YPF. Y de paso afectarán a nuestra ENAP, que había tenido la mala idea de invertir allá 300 millones de dólares.
Pero yo ya no vaticino ningún colapso, sobre todo porque dicen que este último atraco ha sido el más afortunado de todos: Repsol había descubierto enormes reservas de petróleo (22.807 millones de barriles) entre Neuquén y Mendoza, lo que permitirá convertir a esta operación en "el robo del siglo".
Los argentinos, como siempre después de que dan un zarpazo, están felices y celebran. Si bien yo ya no digo nada, Argentina hoy es otra cosa, muy distinta de la que vaticinaba el padre Rodríguez o de la que admiraban mis padres. Tanto que hoy Chile es mejor en todo, salvo en que los habitantes de allá son más civilizados que los de acá. Pero aparte de eso, casi nada les funciona, tienen billetes inmundos, deben venir a comprar acá, hacen cola para poner bencina y cualquier papeleo burocrático allá es un desastre.
Entonces se quedarán con Repsol, pero no habrá colapso y seguirán todos tan felices como lo estaban con Perón, cuando fui con mi curso allá, en 1952, y casi por unanimidad dictaminamos que en ese preciso tiempo "se jodió Argentina".
En sexto año de humanidades hicimos el viaje de curso a Buenos Aires. Perón había gobernado ya seis años y la opinión predominante de la clase fue que Argentina iba cuesta abajo. Uno de los mejores alumnos del curso, cuyo padre era muy informado, nos explicó que Perón había empezado a expropiar cosas pagándolas caras y haciendo que funcionaran mal, como los ferrocarriles, que se los compró a los ingleses. Siempre pensé, perdonando la expresión, que con Perón se jodió Argentina. Y sigo pensando igual, pero...
Muchos años y muchas crisis después volvió el peronismno al poder. Y yo empecé a vaticinar que Argentina se iba a volver a ir al diablo, pero siempre me equivoqué.
Primero les dieron un zarpazo a los depositantes de los bancos y el gobierno se quedó con sus dólares ("el corralito"). Yo anuncié el colapso argentino. Luego Kirchner, como buen peronista, simplemente no pagó la deuda externa, un segundo zarpazo. Volví a anunciar el colapso, pero éste tampoco llegó. Luego el tercer zarpazo nos tocó a nosotros: Kirchner incumplió el tratado gasífero y cerró la llave que nos abastecía. Y se salió con la suya, pues no pasó nada, salvo que a nosotros nos subieron el gas y la electricidad. Después, cuando se le volvían a acabar los dólares de anteriores zarpazos, vino el cuarto: se apropió de los fondos previsionales, como cuarenta mil millones. De nuevo anuncié el colapso, pero tampoco pasó nada. Entonces, cuando se le volvían otra vez a terminar los dólares, vino el quinto zarpazo y les subió los impuestos a los exportadores de soya, que se alzaron en pie de guerra. Pero entonces el precio de la soya en el mundo se multiplicó por cuatro y los agricultores tuvieron demás para pagar los impuestos y todavía ganar mucha plata, de modo que se olvidaron del asunto. El sexto zarpazo se lo dieron al Banco Central, echando al presidente ortodoxo y poniendo uno peronista, kirchneriano y cristinista, que los dejó meter mano en las reservas. Pero de nuevo les empezaron a escasear los dólares, así es que el séptimo zarpazo se lo han dado a Repsol, la petrolera española que controlaba YPF. Y de paso afectarán a nuestra ENAP, que había tenido la mala idea de invertir allá 300 millones de dólares.
Pero yo ya no vaticino ningún colapso, sobre todo porque dicen que este último atraco ha sido el más afortunado de todos: Repsol había descubierto enormes reservas de petróleo (22.807 millones de barriles) entre Neuquén y Mendoza, lo que permitirá convertir a esta operación en "el robo del siglo".
Los argentinos, como siempre después de que dan un zarpazo, están felices y celebran. Si bien yo ya no digo nada, Argentina hoy es otra cosa, muy distinta de la que vaticinaba el padre Rodríguez o de la que admiraban mis padres. Tanto que hoy Chile es mejor en todo, salvo en que los habitantes de allá son más civilizados que los de acá. Pero aparte de eso, casi nada les funciona, tienen billetes inmundos, deben venir a comprar acá, hacen cola para poner bencina y cualquier papeleo burocrático allá es un desastre.
Entonces se quedarán con Repsol, pero no habrá colapso y seguirán todos tan felices como lo estaban con Perón, cuando fui con mi curso allá, en 1952, y casi por unanimidad dictaminamos que en ese preciso tiempo "se jodió Argentina".
domingo, 15 de abril de 2012
Costo Económico de la Ineptitud
En "La Tercera" del sábado 14, p. 67, el economista Gonzalo Sanhueza (socio Econsult, RS Capital) comienza preguntándose: "¿Cómo se explica que de un fisco sin grandes ingresos del cobre y con capacidad de ahorro, hayamos pasado a un fisco que, enriquecido como nunca antes por los mayores ingresos del cobre, no tiene capacidad de ahorro y además plantea la necesidad de aumentar sus ingresos mediante una reforma fiscal?"
Al final de este blog le voy a contestar. Es decir, le voy a explicar por qué un fisco sin grandes ingresos ahorraba, mientras que ahora otro con grandes ingresos desahorra y aumenta los impuestos y el endeudamiento externo.
Por políticas como ésta el semanario inglés "The Economist" catalogó al presidente chileno como "un político inepto", cuyas decisiones describió como "zigzagueantes". Ejemplo típico: subir el impuesto a las empresas de 17 a 20 por ciento en 2010, en forma transitoria y en nombre de la reconstrucción demandada por el terremoto (los gastos de reconstrucción son transitorios); y luego, en 2012, no habiendo sobrevenido otro terremoto, decidir que el alza va a ser permanente. ¿Qué explica este zigzag? ¿Un cambio de ánimo? No. También lo voy a contestar al final.
El artículo del economista Gonzalo Sanhueza es muy claro: subir el impuesto significa transferir 1.230 millones de dólares del sector privado al Estado. Esto hará disminuir la tasa de ahorro, porque las empresas mantendrán su nivel de gasto y el Estado lo aumentará, lo cual significará que la dependencia del crédito externo aumentará y será cercana al 4 por ciento del PIB. Ello obligará al Banco Central a subir la tasa de interés, generando así mayor entrada de capitales, baja del dólar y pérdida de competitividad de la economía chilena.
¿Que necesidad tenía el fisco de aumentar impuestos, con todas esas consecuencias? Ninguna. Sus finanzas están en equilibrio. La recaudación tributaria ha aumentado mucho, gracias al crecimiento. El año pasado Chile recibió diez mil millones de dólares en ingresos provenientes del cobre, algo impensado hace diez años.
La explicación de este nuevo zigzag está en que el aumento del impuesto a las empresas "es popular", según las encuestas. Y, además, lo pide la oposición. Como lo que más anhela el presidente es ser popular, y como, por estructura de pensamiento, tiende a coincidir con la oposición, convierte en permanente en 2012 lo que consagró como transitorio en 2010.
"He ahí la madre del cordero". Este es el gobierno de Sebastián Piñera, conducido por Sebastián Piñera y para el éxito, reconocimiento y prestigio de Sebastián Piñera. Que el costo económico de todo eso lo pague el país es otro cuento.
Pero es un precio que los chilenos debemos pagar por la ineptitud que observa "The Economist".
Al final de este blog le voy a contestar. Es decir, le voy a explicar por qué un fisco sin grandes ingresos ahorraba, mientras que ahora otro con grandes ingresos desahorra y aumenta los impuestos y el endeudamiento externo.
Por políticas como ésta el semanario inglés "The Economist" catalogó al presidente chileno como "un político inepto", cuyas decisiones describió como "zigzagueantes". Ejemplo típico: subir el impuesto a las empresas de 17 a 20 por ciento en 2010, en forma transitoria y en nombre de la reconstrucción demandada por el terremoto (los gastos de reconstrucción son transitorios); y luego, en 2012, no habiendo sobrevenido otro terremoto, decidir que el alza va a ser permanente. ¿Qué explica este zigzag? ¿Un cambio de ánimo? No. También lo voy a contestar al final.
El artículo del economista Gonzalo Sanhueza es muy claro: subir el impuesto significa transferir 1.230 millones de dólares del sector privado al Estado. Esto hará disminuir la tasa de ahorro, porque las empresas mantendrán su nivel de gasto y el Estado lo aumentará, lo cual significará que la dependencia del crédito externo aumentará y será cercana al 4 por ciento del PIB. Ello obligará al Banco Central a subir la tasa de interés, generando así mayor entrada de capitales, baja del dólar y pérdida de competitividad de la economía chilena.
¿Que necesidad tenía el fisco de aumentar impuestos, con todas esas consecuencias? Ninguna. Sus finanzas están en equilibrio. La recaudación tributaria ha aumentado mucho, gracias al crecimiento. El año pasado Chile recibió diez mil millones de dólares en ingresos provenientes del cobre, algo impensado hace diez años.
La explicación de este nuevo zigzag está en que el aumento del impuesto a las empresas "es popular", según las encuestas. Y, además, lo pide la oposición. Como lo que más anhela el presidente es ser popular, y como, por estructura de pensamiento, tiende a coincidir con la oposición, convierte en permanente en 2012 lo que consagró como transitorio en 2010.
"He ahí la madre del cordero". Este es el gobierno de Sebastián Piñera, conducido por Sebastián Piñera y para el éxito, reconocimiento y prestigio de Sebastián Piñera. Que el costo económico de todo eso lo pague el país es otro cuento.
Pero es un precio que los chilenos debemos pagar por la ineptitud que observa "The Economist".
viernes, 13 de abril de 2012
Chile All Ways Surprising
Ese lema lo inventó la Concertación para promover al país en el exterior y nadie sabía qué significaba, aparte de que casi todos lo escribían mal (poniendo "always" en vez de "all ways"). Asimismo, parecía aventurado introducir semejante factor de confusión en un país en el que, si ya la mayoría no entendía lo que leía en castellano, menos lo iba a entender si estaba en inglés. Pero, pensándolo bien, el lema era y es muy bueno, pues significa que a uno Chile siempre lo va a sorprender por los más diversos motivos.
Ahora es sorprendente, desde luego, el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago decretando que unas alumnas que promovieron en Providencia la toma de su colegio y perpetraron diversos daños en él no debían ser expulsadas. ¿Cómo no va a ser causal de expulsión cometer los delitos de usurpación y de daños en el colegio? Cuando yo era escolar estuve al borde de la expulsión por mucho menos (haber lanzado un felpudo sobre quienes venían subiendo por una escalera). ¿Cuándo se puede expulsar a una alumna, entonces?
Lo más increíble es que la Corte haya argumentado que las expulsiones no tuvieron lugar tras un "debido proceso". ¿Habráse visto algo más "surprising" que esa Corte invocando el debido proceso, cuando ella misma ha condenado a decenas de años de presidio al brigadier (r) Krassnoff a sabiendas de que nunca fue sometido por su sentenciador, el ministro Alejandro Solís, al más esencial de los trámites exigidos por dicho debido proceso, como lo es la declaración indagatoria? Pues Solís nunca ha estado cara a cara con Krassnoff, créase o no. Y, además, lo condenó por un delito inexistente, como lo es el de mantener secuestradas personas por muchos años y hasta hoy, lo cual Solís, la Corte y toda persona con un mínimo de sentido común saben que no es verdad.
También tan "surprising" como eso es la alineación trasversal y sin deserciones de los senadores de las más opuestas tendencias para defender el aumento de dos millones de pesos de sus emolumentos. ¡Desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, pasando naturalmente por el centro, todos, pero absolutamente todos concuerdan en en recibir dos millones de pesos más al mes! ¿Nos habíamos dado cuenta de que el lucro es una pócima mágica contra el sectarismo partidista?
Otra cosa que resultó "surprising" fue el duro veredicto de "The Economist" sobre el presidente Piñera, emitido a pesar de los visibles esfuerzos de éste por caerle bien a todo el mundo (pero en particular a sus adversarios políticos). Dice "The Economist": "Parte del problema es que el señor Piñera ha probado ser un político inepto --una visión que no se limita a la oposición. El gobierno fue lento para responder a las protestas de los estudiantes. El presidente zigzagueó entre hablar duro y rendirse, desautorizando a sus ministros en el proceso. La última baja fue el ministro de energía, que renunció a raíz del mal manejo de la protesta en Aysén."
Otra sorpresa me la llevé hace poco rato, almorzando con un grupo en que estaba al abogado Jorge Reyes, separado de su cargo de asesor del ministerio de salud y convertido en víctima propiciatoria del pensamiento "políticamente correcto" por haber opinado críticamente sobre los hábitos del joven Daniel Zamudio, fallecido tras una golpiza inmotivada. Pues yo había leído en la prensa que el abogado Reyes cobraba cerca de ocho millones de pesos al mes por esa asesoría de salud de la cual el gobierno lo ha marginado, en circunstancias que ese honorario era anual, es decir, representaba poco más de 600 mil pesos mensuales.
Por otra parte, todo indica que el grupo que maltrató y dio muerte a Zamudio lo hizo porque lo encontró yaciendo en estado de ebriedad en un parque público, sin tener conocimiento de que era homosexual. No obstante, ese caso fue públicamente caratulado como de discriminación contra la comunidad gay y, por eso, dio origen a la reactivación de la ley antidiscriminación, que para muchos va a hacer más mal que bien a nuestra sociedad.
Es decir, un mal proyecto, que justificadamente dormía desde hace siete años sin ser activado en el Congreso, ahora lo será, y por la razón equivocada.
En definitiva resulta, entonces, ser verdad eso de "Chile All Ways Surprising", aunque casi nadie lo entienda, lo que es bastante frecuente en este país tratándose de verdades.
Ahora es sorprendente, desde luego, el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago decretando que unas alumnas que promovieron en Providencia la toma de su colegio y perpetraron diversos daños en él no debían ser expulsadas. ¿Cómo no va a ser causal de expulsión cometer los delitos de usurpación y de daños en el colegio? Cuando yo era escolar estuve al borde de la expulsión por mucho menos (haber lanzado un felpudo sobre quienes venían subiendo por una escalera). ¿Cuándo se puede expulsar a una alumna, entonces?
Lo más increíble es que la Corte haya argumentado que las expulsiones no tuvieron lugar tras un "debido proceso". ¿Habráse visto algo más "surprising" que esa Corte invocando el debido proceso, cuando ella misma ha condenado a decenas de años de presidio al brigadier (r) Krassnoff a sabiendas de que nunca fue sometido por su sentenciador, el ministro Alejandro Solís, al más esencial de los trámites exigidos por dicho debido proceso, como lo es la declaración indagatoria? Pues Solís nunca ha estado cara a cara con Krassnoff, créase o no. Y, además, lo condenó por un delito inexistente, como lo es el de mantener secuestradas personas por muchos años y hasta hoy, lo cual Solís, la Corte y toda persona con un mínimo de sentido común saben que no es verdad.
También tan "surprising" como eso es la alineación trasversal y sin deserciones de los senadores de las más opuestas tendencias para defender el aumento de dos millones de pesos de sus emolumentos. ¡Desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, pasando naturalmente por el centro, todos, pero absolutamente todos concuerdan en en recibir dos millones de pesos más al mes! ¿Nos habíamos dado cuenta de que el lucro es una pócima mágica contra el sectarismo partidista?
Otra cosa que resultó "surprising" fue el duro veredicto de "The Economist" sobre el presidente Piñera, emitido a pesar de los visibles esfuerzos de éste por caerle bien a todo el mundo (pero en particular a sus adversarios políticos). Dice "The Economist": "Parte del problema es que el señor Piñera ha probado ser un político inepto --una visión que no se limita a la oposición. El gobierno fue lento para responder a las protestas de los estudiantes. El presidente zigzagueó entre hablar duro y rendirse, desautorizando a sus ministros en el proceso. La última baja fue el ministro de energía, que renunció a raíz del mal manejo de la protesta en Aysén."
Otra sorpresa me la llevé hace poco rato, almorzando con un grupo en que estaba al abogado Jorge Reyes, separado de su cargo de asesor del ministerio de salud y convertido en víctima propiciatoria del pensamiento "políticamente correcto" por haber opinado críticamente sobre los hábitos del joven Daniel Zamudio, fallecido tras una golpiza inmotivada. Pues yo había leído en la prensa que el abogado Reyes cobraba cerca de ocho millones de pesos al mes por esa asesoría de salud de la cual el gobierno lo ha marginado, en circunstancias que ese honorario era anual, es decir, representaba poco más de 600 mil pesos mensuales.
Por otra parte, todo indica que el grupo que maltrató y dio muerte a Zamudio lo hizo porque lo encontró yaciendo en estado de ebriedad en un parque público, sin tener conocimiento de que era homosexual. No obstante, ese caso fue públicamente caratulado como de discriminación contra la comunidad gay y, por eso, dio origen a la reactivación de la ley antidiscriminación, que para muchos va a hacer más mal que bien a nuestra sociedad.
Es decir, un mal proyecto, que justificadamente dormía desde hace siete años sin ser activado en el Congreso, ahora lo será, y por la razón equivocada.
En definitiva resulta, entonces, ser verdad eso de "Chile All Ways Surprising", aunque casi nadie lo entienda, lo que es bastante frecuente en este país tratándose de verdades.
miércoles, 11 de abril de 2012
Somos Como Somos
Suceden muchas cosas impresionantes e importantes. Todos opinan sobre ellas. Y suceden otras que apenas se menciona. Nadie se siente llamado a emitir opinión sobre las mismas. Pasan inadvertidas. El otro día leí en "El Mostrador" una carta de una estudiante de apellido Merino. Era breve y sencilla. Relataba que había ido a la FIDAE y en el stand de la firma suiza Victorinox, la de las famosas cortaplumas, se encontró con que no se exhibía ningún artículo y había sólo folletos. Preguntó y le contestaron que se habían robado todo el material exhibido. Es que los suizos cuando vienen a Chile creen que siguen en Suiza. Despúes la misma niña refería que había ido a tomarse un jugo de maracuyá o algo así al stand brasileño, pero le habían dicho que no se lo podían servir, pues les habían robado las cajas en que tenían los jugos para los visitantes. La niña Merino concluía su carta quejándose de que fuéramos tan subdesarrollados.
¡Por favor, m'hijita, si el problema no es el subdesarrollo, es que hay demasiados ladrones! Hay unos tremendos debates intelectuales sobre la educación, y a la gente ni siquiera le han enseñado un curso de honestidad básica. Y lo más grave es que esto sucede en todos los niveles. No creo que a la FIDAE haya ido gente de La Pincoya. Hace muchos años, cuando empezó a venir a Chile la línea aérea Swissair, en los baños de los aviones ponían botellitas individuales de colonia y jabones pequeños para uso individual, suponiendo que cada persona al ir al baño usaría uno, pero empezó a suceder que apenas despegaba el avión de Santiago entraban unas señoras elegantes y buenasmozas a los baños del avión y se llevaban en sus carteras todos los jabones y todos los perfumes, que habían desaparecido a los diez minutos de vuelo. Los suizos aprendieron rápido y al poco tiempo no había ningún frasquito de colonia y apenas un jabón individual para todos... y también se los robaban apenas despegaba el avión y había que salir a conseguir jabón con las azafatas.
¿Dónde está eso en los programas educacionales? En ninguna parte. El año pasado se tomaron los colegios y las calles reclamando "educación gratuita y de calidad", y los que reclamaban esta última se robaban todo lo que podían en las tomas y los saqueos con motivo de los desórdenes callejeros que ellos mismos provocaban. ¿De qué "educación de calidad" estaban hablando? ¿Querían nuevos cursos de robo con violencia?
¿No nos da vergüenza a los chilenos ser como somos? Parece que no. Los políticos no se cansan de lanzar loas al pueblo y, sin embargo, no se oye a ninguno pidiéndole que deje de robar. Acá se roban todo: las rejas para proteger los árboles, los cables eléctricos y telefónicos, los cercos alámbricos de las autopistas, las mercaderías de los supermercados y de la tiendas. Me acuerdo de una gran cadena de tiendas norteamericana que abrió una sucursal cuando se inauguró el mall Alto Las Condes. Al cabo de un tiempo cerró y explicó su decisión diciendo que no tenía el "expertise" necesario para lidiar con los robos de los chilenos, el cual sí tenían las cadenas de tiendas locales, así es que le vendieron a una de éstas sus instalaciones.
¿Cuándo va a haber un Presidente, un parlamentario, un candidato en campaña, que les diga a los chilenos una sola frase: "por favor, paren de robar"? Nunca, porque no sacaría ni un voto y a lo mejor se querellarían contra él por injuriar al pueblo. Porque aquí meten presos a los que combaten los delitos y les dan libertad y dinero a los delincuentes, empezando por los terroristas. Y los ladrones andan sueltos.
Somos como somos y, si seguimos así, no vamos cambiar nunca. De modo que, por el momento, ésa es la respueta a la pregunta inocente de la niña Merino, estudiante que fue a la FIDAE y no pudo ver cortaplumas porque se las habían robado ni tomar jugo porque también se los habían robado, y se preguntaba cuándo iríamos a ser desarrollados: desarrollados en el sentido de alto ingreso per cápita, a lo mejor alguna vez, pero HONRADOS, que no es lo mismo, pero es más importante, si seguimos así no lo vamos a ser nunca.
¡Por favor, m'hijita, si el problema no es el subdesarrollo, es que hay demasiados ladrones! Hay unos tremendos debates intelectuales sobre la educación, y a la gente ni siquiera le han enseñado un curso de honestidad básica. Y lo más grave es que esto sucede en todos los niveles. No creo que a la FIDAE haya ido gente de La Pincoya. Hace muchos años, cuando empezó a venir a Chile la línea aérea Swissair, en los baños de los aviones ponían botellitas individuales de colonia y jabones pequeños para uso individual, suponiendo que cada persona al ir al baño usaría uno, pero empezó a suceder que apenas despegaba el avión de Santiago entraban unas señoras elegantes y buenasmozas a los baños del avión y se llevaban en sus carteras todos los jabones y todos los perfumes, que habían desaparecido a los diez minutos de vuelo. Los suizos aprendieron rápido y al poco tiempo no había ningún frasquito de colonia y apenas un jabón individual para todos... y también se los robaban apenas despegaba el avión y había que salir a conseguir jabón con las azafatas.
¿Dónde está eso en los programas educacionales? En ninguna parte. El año pasado se tomaron los colegios y las calles reclamando "educación gratuita y de calidad", y los que reclamaban esta última se robaban todo lo que podían en las tomas y los saqueos con motivo de los desórdenes callejeros que ellos mismos provocaban. ¿De qué "educación de calidad" estaban hablando? ¿Querían nuevos cursos de robo con violencia?
¿No nos da vergüenza a los chilenos ser como somos? Parece que no. Los políticos no se cansan de lanzar loas al pueblo y, sin embargo, no se oye a ninguno pidiéndole que deje de robar. Acá se roban todo: las rejas para proteger los árboles, los cables eléctricos y telefónicos, los cercos alámbricos de las autopistas, las mercaderías de los supermercados y de la tiendas. Me acuerdo de una gran cadena de tiendas norteamericana que abrió una sucursal cuando se inauguró el mall Alto Las Condes. Al cabo de un tiempo cerró y explicó su decisión diciendo que no tenía el "expertise" necesario para lidiar con los robos de los chilenos, el cual sí tenían las cadenas de tiendas locales, así es que le vendieron a una de éstas sus instalaciones.
¿Cuándo va a haber un Presidente, un parlamentario, un candidato en campaña, que les diga a los chilenos una sola frase: "por favor, paren de robar"? Nunca, porque no sacaría ni un voto y a lo mejor se querellarían contra él por injuriar al pueblo. Porque aquí meten presos a los que combaten los delitos y les dan libertad y dinero a los delincuentes, empezando por los terroristas. Y los ladrones andan sueltos.
Somos como somos y, si seguimos así, no vamos cambiar nunca. De modo que, por el momento, ésa es la respueta a la pregunta inocente de la niña Merino, estudiante que fue a la FIDAE y no pudo ver cortaplumas porque se las habían robado ni tomar jugo porque también se los habían robado, y se preguntaba cuándo iríamos a ser desarrollados: desarrollados en el sentido de alto ingreso per cápita, a lo mejor alguna vez, pero HONRADOS, que no es lo mismo, pero es más importante, si seguimos así no lo vamos a ser nunca.
lunes, 9 de abril de 2012
La Democracia Protegida Nos Puede Salvar
No digo que NOS VA a salvar, sino sólo que NOS PUEDE salvar, porque ella misma está en peligro. Una de las protecciones fundamentales que nos brinda es el quórum calificado. Muchas cosas fundamentales para nuestra existencia como nación, y claves en el éxito que ha tenido Chile en los últimos 40 años (antes de eso fuimos un país atrasado y mediocre manejado por mayorías cambiantes, de cuya ubicación en el mapa el resto del mundo no tenía idea) reside en los dos tercios de los votos que exige la Constitución para cambiar cosas fundamentales. Si el quórum hubiera sido mayoría simple, este país sería un desastre, con lo cual quiero significar otra Cuba, otra Bolivia u otra Venezuela, naciones que representan, de mayor a menor, diferentes grados de desastre.
Anoche resolví ver "Tolerancia Cero", pues supe que estaría Jorge Reyes. E hice bien, pues él dio una lección de racionalidad y coherencia intelectual. Pero a la espera de eso tuve que ver a un representante de la etnia mapuche, en el curso de cuya intervención mostraron encuestas de opinión que le daban el 90 por ciento de apoyo a la autonomía de los de esa etnia. ¿Sabe el 90 por ciento de los chilenos lo que eso significa? No tienen idea, por supuesto. La gente contesta las encuestas como papagayos, según lo que han oído antes en la tele, porque muy pocos leen y menos aún entienden lo que leen. Entonces, "les suena" que los mapuches tienen razón, pero carecen de toda idea de lo que autonomía mapuche significa. Desde luego, los mapuches son chilenos tal como usted y yo y nuestra autonomía personal está garantizada en la Constitución. Luego, los mapuches son autónomos en cuanto personas, porque son chilenos.
¿O el 90 por ciento quiere que sean un Estado separado dentro del Estado chileno? No, por supuesto. Si a ese 90 por ciento le preguntaran si está dispuesto a que haya un territorio mapuche en el cual los chilenos seamos extranjeros, y que ellos tengan sus propias leyes y su propio ejército y su propio Presidente, ciertamente la gente diría que no, que no quiere debilitar al país a ese extremo. Entonces, es un solemne disparate con el 90 por ciento de apoyo en las encuestas.
Porque los chilenos somos todos iguales ante la ley, aunque seamos mapuches (digo "seamos" porque no tengo la menor duda de que por mis venas corre sangre mapuche, aunque no puedo probarlo, pero sí presumirlo fundadamente ante el número de mezclas que protagonizaron mis antepasados durante centenares de años). Entonces, ¿cómo es esto de que, por razones de raza, algunos chilenos van a ser autónomos? ¿No tendrían derecho a la autonomía territorial, lingüística y de soberanía los chilenos de todas las demás etnias que habitan nuestro territorio?
Si se trata de ayudar a los mapuches pobres, entonces facilitémosles las políticas de ayuda a los chilenos pobres, que actualmente representan un gran despilfarro de recursos, porque destacados economistas han acreditado que si el gasto social se les diera directamente a los pobres, no habría pobres. En otras palabras, tampoco tendría por qué haber mapuches pobres.
Pero el noventa por ciento dice querer que se consume el disparate de otro Estado dentro de nuestro Estado: "la autonomía para el pueblo mapuche". Y me pareció leer que el 70 por ciento de los parlamentarios opina lo mismo. Pero es distinto que "opinen" lo mismo a que "voten" lo mismo, porque una cosa es emitir opinión en público y otra votar en conciencia. Yo creo que no llegarían al 66 por ciento votando en el Congreso. O sea, el quórum de los dos tercios nos protegería, al menos, de ese solemne disparate.
¡Gracias, democracia protegida, y ojalá sigas siendo nuestra salvación por muchos años, al menos los necesarios hasta que la mayoría de los chilenos entienda lo que lee!
Anoche resolví ver "Tolerancia Cero", pues supe que estaría Jorge Reyes. E hice bien, pues él dio una lección de racionalidad y coherencia intelectual. Pero a la espera de eso tuve que ver a un representante de la etnia mapuche, en el curso de cuya intervención mostraron encuestas de opinión que le daban el 90 por ciento de apoyo a la autonomía de los de esa etnia. ¿Sabe el 90 por ciento de los chilenos lo que eso significa? No tienen idea, por supuesto. La gente contesta las encuestas como papagayos, según lo que han oído antes en la tele, porque muy pocos leen y menos aún entienden lo que leen. Entonces, "les suena" que los mapuches tienen razón, pero carecen de toda idea de lo que autonomía mapuche significa. Desde luego, los mapuches son chilenos tal como usted y yo y nuestra autonomía personal está garantizada en la Constitución. Luego, los mapuches son autónomos en cuanto personas, porque son chilenos.
¿O el 90 por ciento quiere que sean un Estado separado dentro del Estado chileno? No, por supuesto. Si a ese 90 por ciento le preguntaran si está dispuesto a que haya un territorio mapuche en el cual los chilenos seamos extranjeros, y que ellos tengan sus propias leyes y su propio ejército y su propio Presidente, ciertamente la gente diría que no, que no quiere debilitar al país a ese extremo. Entonces, es un solemne disparate con el 90 por ciento de apoyo en las encuestas.
Porque los chilenos somos todos iguales ante la ley, aunque seamos mapuches (digo "seamos" porque no tengo la menor duda de que por mis venas corre sangre mapuche, aunque no puedo probarlo, pero sí presumirlo fundadamente ante el número de mezclas que protagonizaron mis antepasados durante centenares de años). Entonces, ¿cómo es esto de que, por razones de raza, algunos chilenos van a ser autónomos? ¿No tendrían derecho a la autonomía territorial, lingüística y de soberanía los chilenos de todas las demás etnias que habitan nuestro territorio?
Si se trata de ayudar a los mapuches pobres, entonces facilitémosles las políticas de ayuda a los chilenos pobres, que actualmente representan un gran despilfarro de recursos, porque destacados economistas han acreditado que si el gasto social se les diera directamente a los pobres, no habría pobres. En otras palabras, tampoco tendría por qué haber mapuches pobres.
Pero el noventa por ciento dice querer que se consume el disparate de otro Estado dentro de nuestro Estado: "la autonomía para el pueblo mapuche". Y me pareció leer que el 70 por ciento de los parlamentarios opina lo mismo. Pero es distinto que "opinen" lo mismo a que "voten" lo mismo, porque una cosa es emitir opinión en público y otra votar en conciencia. Yo creo que no llegarían al 66 por ciento votando en el Congreso. O sea, el quórum de los dos tercios nos protegería, al menos, de ese solemne disparate.
¡Gracias, democracia protegida, y ojalá sigas siendo nuestra salvación por muchos años, al menos los necesarios hasta que la mayoría de los chilenos entienda lo que lee!
sábado, 7 de abril de 2012
La Verdad de la Milanesa
Nunca he creído en las estadísticas de empleo, porque los encuestadores son chilenos, y a los chilenos, mis bienamados compatriotas, mis hermanos de sangre y de raza, no les creo casi nada. Así como es muy probable que ellos, o la gran mayoría, no me crean casi nada a mí, y supongo que tendrán buenas razones.
No les creo porque casi todos son, primero que nada, políticos. Tome usted un chileno de cualquier actividad: obispo, juez, carabinero, profesor, obrero, matemático, lo que sea, y se va a encontrar con que tiene un prejuicio político y éste va a condicionar sus aseveraciones y sus actuaciones incluso científicas o profesionales. Por eso los fallos de la sala penal de la Corte Suprema que tengan relación con algún tema en que esté envuelta la política son predecibles: cuatro a uno a favor de la izquierda, porque ésa es la configuración ideológica de esa sala (que empeoró hace poco, pues antes era tres a dos). Lo que diga la ley importa poco o nada, sobre todo porque una de las cosas principales que enseña la práctica abogadil y judicial es "cómo encontrarle la quinta pata al gato" para dictaminar lo que la ideología de uno postula.
Bueno, un encuestador del INE que sea opositor al gobierno tiene inclinación a que haya más desempleados. En la encuesta antigua de empleo había una pregunta sobre si la persona encuestada estaba buscando trabajo activamente. Si lo estaba y no tenía ocupación, se le anotaba como desempleado. Si no lo estaba, se le anotaba como ajeno a la fuerza de trabajo, de modo que eso mejoraba el índice de ocupación. Entonces la clave estaba en determinar si la persona efectivamente buscaba empleo, y como eso dependía en último término del encuestador, pues era una decisión subjetiva, éste podía adoptarla según su inclinación política. Si soy partidario del gobierno, considero que el entrevistado no buscaba con suficiente interés un trabajo y, por lo tanto, no forma parte de la fuerza de trabajo, y esto hace que la proporción de desempleados sea más baja, lo cual es bueno para el gobierno. Y viceversa si el encuestador es opositor.
Esto lo vengo sosteniendo desde el Gobierno Militar, pues mi tesis era que los encuestadores en su mayoría le tenian animadversión e inflaban el desempleo.
Bueno, pero ahora se ha presentado una situación nueva: se cambió la encuesta de empleo en 2010. Entre 1987 y 2009 contenía ocho preguntas, y ahí se admitía el amplio juego subjetivo para determinar si la persona estaba o no ocupada y si formaba o no parte de la fuerza de trabajo. A partir de 2010 la pregunta fue una sola: "¿Trabajó por lo menos una hora la semana pasada?". Si la persona dice "sí", tiene empleo; si contesta "no", está desempleado. Es decir, si alguien lavó tres autos en la semana, figura como teniendo empleo.
Esto no fue una "diablura" del Gobierno, porque se hizo antes y para seguir normas de otros países de la OCDE y uniformar criterios. Pero sí fue una "diablura" no informar del cambio. Entonces una economista de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Repetto, en la última reunión de ICARE, reveló este cambio que para la mayoría había pasado inadvertido. Pero además reveló que ello significaba que, en lugar de haberse creado 398 mil nuevos empleos entre 2009 y 2010, de lo cual se ufanaba el gobierno, sólo se habían creado 145 mil, pues los restantes 253 mil eran fruto de haberse cambiado la pregunta. Y citó un estudio del Banco Central probando que ésa era la fuente de la diferencia.
Andrea Repetto se inauguró, además, como columnista de "Economía y Negocios" de "El Mercurio" justamente haciendo ver lo anterior, con un título que posiblemente molestó al oficialismo: "La Borrachera del Empleo", pues asimiló la situación al caso del nuevo alcotest, que ahora hace pasar por ebrio al que tenga 0,3 gramos de alcohol en la sangre, en circunstancias que antes se le consideraba sobrio. La comprobación de Andrea Repetto ha generado respuestas un poco ácidas de una economista de Libertad y Desarrollo y de dos economistas del Ministerio de Hacienda, pero la verdad es que Andrea tiene razón y por eso, tras haber replicado a sus críticos en el diario, estos han guardado silencio.
El otro día, en el programa de Checho Hirane, en Agricultura, oí que su panelista Sergio Melnick comentaba como una contradicción inexplicable el hecho de que en la última encuesta Admimark el problema del empleo fuera mencionado como uno de los que más afectaban a la gente, en circunstancias, decía, que según el INE hay pleno empleo y en algunas actividades hay escasez de mano de obra. Pero lo que pasa es que la mayoría de los "nuevos" ocupados son sólo un "truco estadístico": personas que trabajaron una hora o poco más en la semana anterior a la encuesta. Y nadie que haya trabajado una hora a la semana está contento de su situación de empleo. Por eso sigue considerándose desempleado y lo menciona como un problema.
En el hecho, en estos dos años se ha creado unos pocos miles de más ampleos que en años anteriores, de acuerdo con la antigua encuesta. Si ella hubiera seguido rigiendo, no se habría cumplido la meta prometida por el gobierno de crear 200 mil empleos al año, pero con el cambio de la encuesta se ha cumplido sobradamente. Por eso la economista Andrea Repetto dice, precisamente, que ella no creía posible cumplir esa meta con la antigua forma de calcular el desempleo, pero sí lo cree posible con la nueva. Pero, entretanto, la gente no está contenta con la situación, porque ha cambiado muy poco en relación a la de antes, en que estaba todavía menos contenta.
Ésa es "la verdad de la milanesa", dicho que no sé de dónde proviene, pero cuyo origen seguramente alguno de los cultos comentaristas de este blog, que siempre están listos para descubrir mis errores, podrá en esta oportunidad revelarnos.
No les creo porque casi todos son, primero que nada, políticos. Tome usted un chileno de cualquier actividad: obispo, juez, carabinero, profesor, obrero, matemático, lo que sea, y se va a encontrar con que tiene un prejuicio político y éste va a condicionar sus aseveraciones y sus actuaciones incluso científicas o profesionales. Por eso los fallos de la sala penal de la Corte Suprema que tengan relación con algún tema en que esté envuelta la política son predecibles: cuatro a uno a favor de la izquierda, porque ésa es la configuración ideológica de esa sala (que empeoró hace poco, pues antes era tres a dos). Lo que diga la ley importa poco o nada, sobre todo porque una de las cosas principales que enseña la práctica abogadil y judicial es "cómo encontrarle la quinta pata al gato" para dictaminar lo que la ideología de uno postula.
Bueno, un encuestador del INE que sea opositor al gobierno tiene inclinación a que haya más desempleados. En la encuesta antigua de empleo había una pregunta sobre si la persona encuestada estaba buscando trabajo activamente. Si lo estaba y no tenía ocupación, se le anotaba como desempleado. Si no lo estaba, se le anotaba como ajeno a la fuerza de trabajo, de modo que eso mejoraba el índice de ocupación. Entonces la clave estaba en determinar si la persona efectivamente buscaba empleo, y como eso dependía en último término del encuestador, pues era una decisión subjetiva, éste podía adoptarla según su inclinación política. Si soy partidario del gobierno, considero que el entrevistado no buscaba con suficiente interés un trabajo y, por lo tanto, no forma parte de la fuerza de trabajo, y esto hace que la proporción de desempleados sea más baja, lo cual es bueno para el gobierno. Y viceversa si el encuestador es opositor.
Esto lo vengo sosteniendo desde el Gobierno Militar, pues mi tesis era que los encuestadores en su mayoría le tenian animadversión e inflaban el desempleo.
Bueno, pero ahora se ha presentado una situación nueva: se cambió la encuesta de empleo en 2010. Entre 1987 y 2009 contenía ocho preguntas, y ahí se admitía el amplio juego subjetivo para determinar si la persona estaba o no ocupada y si formaba o no parte de la fuerza de trabajo. A partir de 2010 la pregunta fue una sola: "¿Trabajó por lo menos una hora la semana pasada?". Si la persona dice "sí", tiene empleo; si contesta "no", está desempleado. Es decir, si alguien lavó tres autos en la semana, figura como teniendo empleo.
Esto no fue una "diablura" del Gobierno, porque se hizo antes y para seguir normas de otros países de la OCDE y uniformar criterios. Pero sí fue una "diablura" no informar del cambio. Entonces una economista de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Repetto, en la última reunión de ICARE, reveló este cambio que para la mayoría había pasado inadvertido. Pero además reveló que ello significaba que, en lugar de haberse creado 398 mil nuevos empleos entre 2009 y 2010, de lo cual se ufanaba el gobierno, sólo se habían creado 145 mil, pues los restantes 253 mil eran fruto de haberse cambiado la pregunta. Y citó un estudio del Banco Central probando que ésa era la fuente de la diferencia.
Andrea Repetto se inauguró, además, como columnista de "Economía y Negocios" de "El Mercurio" justamente haciendo ver lo anterior, con un título que posiblemente molestó al oficialismo: "La Borrachera del Empleo", pues asimiló la situación al caso del nuevo alcotest, que ahora hace pasar por ebrio al que tenga 0,3 gramos de alcohol en la sangre, en circunstancias que antes se le consideraba sobrio. La comprobación de Andrea Repetto ha generado respuestas un poco ácidas de una economista de Libertad y Desarrollo y de dos economistas del Ministerio de Hacienda, pero la verdad es que Andrea tiene razón y por eso, tras haber replicado a sus críticos en el diario, estos han guardado silencio.
El otro día, en el programa de Checho Hirane, en Agricultura, oí que su panelista Sergio Melnick comentaba como una contradicción inexplicable el hecho de que en la última encuesta Admimark el problema del empleo fuera mencionado como uno de los que más afectaban a la gente, en circunstancias, decía, que según el INE hay pleno empleo y en algunas actividades hay escasez de mano de obra. Pero lo que pasa es que la mayoría de los "nuevos" ocupados son sólo un "truco estadístico": personas que trabajaron una hora o poco más en la semana anterior a la encuesta. Y nadie que haya trabajado una hora a la semana está contento de su situación de empleo. Por eso sigue considerándose desempleado y lo menciona como un problema.
En el hecho, en estos dos años se ha creado unos pocos miles de más ampleos que en años anteriores, de acuerdo con la antigua encuesta. Si ella hubiera seguido rigiendo, no se habría cumplido la meta prometida por el gobierno de crear 200 mil empleos al año, pero con el cambio de la encuesta se ha cumplido sobradamente. Por eso la economista Andrea Repetto dice, precisamente, que ella no creía posible cumplir esa meta con la antigua forma de calcular el desempleo, pero sí lo cree posible con la nueva. Pero, entretanto, la gente no está contenta con la situación, porque ha cambiado muy poco en relación a la de antes, en que estaba todavía menos contenta.
Ésa es "la verdad de la milanesa", dicho que no sé de dónde proviene, pero cuyo origen seguramente alguno de los cultos comentaristas de este blog, que siempre están listos para descubrir mis errores, podrá en esta oportunidad revelarnos.
jueves, 5 de abril de 2012
Ni Tan Cerdos Ni Tan Tontos
Cuando el general (r) argentino Menéndez dice que los chilenos nos comportamos como unos "cerdos" durante la guerra de las Malvinas, hace un elogio inmerecido de los cerdos. Ese general fue siempre un tipo primitivo y odioso, además de que en Las Malvinas fue un desastre como general. Durante todo el período en que estuvimos al borde de la guerra con Argentina, entre 1978 y 1982, fue el sujeto más antichileno del país vecino, con una sola excepción, la de un gobernador sureño de la otra banda que se llamaba Néstor Kirchner, quien, pese a ser hijo de chilena (o tal vez por eso) se distinguía por la hostilidad extrema con que trataba a nuestros compatriotas residentes allá, que eran centenares de miles.
Cuando Argentina invadió las Malvinas, su Presidente, general Galtieri, habló desde los balcones de la Casa Rosada y entonces yo lo oí con absoluta claridad decir que se había dado "el primer paso en la recuperación del territorio insular argentino", lo cual no habría tenido mucho de particular si lo que él llamaba "territorio insular argentino" no hubiera sido chileno.
En recientes emisiones televisivas de filmaciones de la multitud que oía y vitoreaba a Galtieri en esa ocasión, he podido ver y oír a mi vez que parte de esa multitud coreaba un estribillo: "Teno... teno... teno... ahora los ingleses, luego los chilenos". Porque hasta el menos avisado de los cerdos chilenos y argentinos sabía que ese país se estaba aprontando para darnos un zarpazo. No costaba nada saberlo, porque a la altura de 1982 ya hacía años que habíamos estado al borde de la guerra entre ambos países, pues en Chile gobernaba un régimen que no estaba dispuesto a que privaran a Chile de "pedacitos más, pedacitos menos", como los de la Concertación, que dejaron que ilícitamente se nos privara de Laguna del Desierto, en un juicio amañado contra cuya sentencia el gobierno de Aylwin no fue siquiera capaz de interponer los recursos a que tenía derecho.
Todo había partido de que en 1977 el árbitro en el pleito sobre las islas del canal Beagle, que era Su Majestad Británica, había fallado a favor de nuestro país y declarado que las islas Picton, Nueva y Lennox eran chilenas; y que el curso del canal era el que decía Chile. Entonces, característicamente, Argentina declaró, por sí y ante sí, que dicho fallo era "insanablemente nulo". Es decir, desconoció el fallo, la legalidad internacional y la realidad de los hechos, porque las islas estaban en poder de Chile. Y mandaron a un almirante de opereta, Lami Dozo, vestido entero de blanco y en un avión pequeño blanco, a decirle a la Junta que se dejara de leseras y entregara las islas que nos había adjudicado el fallo o íbamos a ver.
Ahí se inició un período durante el cual Chile tenía la ley, la razón y una sentencia arbitral de su parte, y Argentina sólo esgrimía una amenaza de guerra de la suya, si es que no se le daba algo de lo cual el fallo arbitral la había privado. Con gran fanfarria enviaban miles de ataúdes al sur, pero un argentino amigo mío que estudiaba Economía acá me dijo que no me preocupara, que sólo era un negociado más de sus militares, que para eso eran muy hábiles.
En todo caso, fueron cuatro años de extrema tensión entre ambos países, pues los traidores que siempre ha habido en Chile habían conseguido, por razones políticas, la Enmienda Kennedy, del senador Ted Kennedy, la cual prohibía a los EE. UU. vender armamentos a nuestro país. Puede imaginarse el daño que ello representó para nuestras necesidades de defensa.
La guerra era inminente y el momento esperado del ataque argentino era cerca de la Navidad de 1978, en que ya la Armada de Chile había recibido la orden de abrir fuego si es que algún navío argentino se presentaba en aguas australes chilenas (véase la obra del almirante López Silva sobre esos momentos decisivos).
Yo era en esa época director del vespertino "La Segunda" y un día sábado crítico del estado de preguerra, en que el diario salía a mediodía (después "La Segunda" dejó de aparecer los sábados), recibí un llamado anónimo desde el Ministerio de Defensa, de una persona que me dijo más o menos lo siguiente (cito de memoria): "Soy un oficial de la Armada y no me puedo identificar, pero nuestro servicio de espionaje ha comprobado que el portaaviones y el resto de la flota argentina se han retirado de la zona austral y han puesto proa al norte, a pasar la Navidad en Puerto Belgrano. En este momento les estamos siguiendo el 'track'".
Yo no sabía lo que era el "track", pero titulé con la noticia y me anoté un poroto. El peligro de guerra había pasado. Para hacerlo posible intervino la Madre Naturaleza, que había sometido a la zona austral a temporales sin precedentes y los miles de marineros argentinos embarcados al sur de Puerto Madryn, después de vomitar varios días, habían resuelto "que no querían más guerra" y pusieron proa al norte.
Ahí se inició un período de equilibrio inestable que culminó cuando los argentinos, sin dejar de lado la opción de darnos después el zarpazo a nosotros, decidieron que era mucho más barato, en recursos y en vidas, apoderarse de las Malvinas, con lo cual revelaron creer que todos los ingleses eran como los laboristas y los dejarían hacer impunemente; y no tener idea de quién era Margaret Thatcher.
De modo que los propios argentinos, al dar ese paso, convirtieron a los ingleses en nuestros aliados naturales. Y los chilenos podremos ser cerdos (y lo somos bastante, pero menos que ellos) pero no tan tontos (si bien lo somos bastante y seguramente más que ellos), pero no llegamos al extremo de no darnos cuenta de quiénes son los que quieren quedarse con nuestro territorio y quiénes nos pueden ayudar a defenderlo. Y en este caso los argentinos eran de los primeros y los ingleses eran de los segundos, de modo que estuvimos discretamente pero ciento por ciento con estos últimos y los ayudamos en lo que pudimos, y recibimos bastante ayuda de ellos, sin que nos pillaran, hasta que, por diversas indiscreciones, tanto de ingleses como de chilenos que no saben callarse la boca, nos pillaron.
Lo importante, ya que nos pillaron, es que nuestros bienamados vecinos y hermanos argentinos, con los cuales tendremos amistad eterna y primero los Andes se convertirán en polvo antes de que peleemos y todo eso, tengan claro que si nos vuelven a querer hacer lo que nos quisieron hacer después de desconocer el fallo del Beagle, volveremos a hacer exactamente lo mismo que hicimos. Porque somos bastante cerdos, sí, pero menos que ellos; y si bien es una realidad, y por eso la reitero por segunda vez, que somos más tontos que ellos, no lo somos tanto como para que alguien que nos metió la mano en la faltriquera después pueda estar seguro de contar con todo nuestro apoyo y solidaridad.
Cuando Argentina invadió las Malvinas, su Presidente, general Galtieri, habló desde los balcones de la Casa Rosada y entonces yo lo oí con absoluta claridad decir que se había dado "el primer paso en la recuperación del territorio insular argentino", lo cual no habría tenido mucho de particular si lo que él llamaba "territorio insular argentino" no hubiera sido chileno.
En recientes emisiones televisivas de filmaciones de la multitud que oía y vitoreaba a Galtieri en esa ocasión, he podido ver y oír a mi vez que parte de esa multitud coreaba un estribillo: "Teno... teno... teno... ahora los ingleses, luego los chilenos". Porque hasta el menos avisado de los cerdos chilenos y argentinos sabía que ese país se estaba aprontando para darnos un zarpazo. No costaba nada saberlo, porque a la altura de 1982 ya hacía años que habíamos estado al borde de la guerra entre ambos países, pues en Chile gobernaba un régimen que no estaba dispuesto a que privaran a Chile de "pedacitos más, pedacitos menos", como los de la Concertación, que dejaron que ilícitamente se nos privara de Laguna del Desierto, en un juicio amañado contra cuya sentencia el gobierno de Aylwin no fue siquiera capaz de interponer los recursos a que tenía derecho.
Todo había partido de que en 1977 el árbitro en el pleito sobre las islas del canal Beagle, que era Su Majestad Británica, había fallado a favor de nuestro país y declarado que las islas Picton, Nueva y Lennox eran chilenas; y que el curso del canal era el que decía Chile. Entonces, característicamente, Argentina declaró, por sí y ante sí, que dicho fallo era "insanablemente nulo". Es decir, desconoció el fallo, la legalidad internacional y la realidad de los hechos, porque las islas estaban en poder de Chile. Y mandaron a un almirante de opereta, Lami Dozo, vestido entero de blanco y en un avión pequeño blanco, a decirle a la Junta que se dejara de leseras y entregara las islas que nos había adjudicado el fallo o íbamos a ver.
Ahí se inició un período durante el cual Chile tenía la ley, la razón y una sentencia arbitral de su parte, y Argentina sólo esgrimía una amenaza de guerra de la suya, si es que no se le daba algo de lo cual el fallo arbitral la había privado. Con gran fanfarria enviaban miles de ataúdes al sur, pero un argentino amigo mío que estudiaba Economía acá me dijo que no me preocupara, que sólo era un negociado más de sus militares, que para eso eran muy hábiles.
En todo caso, fueron cuatro años de extrema tensión entre ambos países, pues los traidores que siempre ha habido en Chile habían conseguido, por razones políticas, la Enmienda Kennedy, del senador Ted Kennedy, la cual prohibía a los EE. UU. vender armamentos a nuestro país. Puede imaginarse el daño que ello representó para nuestras necesidades de defensa.
La guerra era inminente y el momento esperado del ataque argentino era cerca de la Navidad de 1978, en que ya la Armada de Chile había recibido la orden de abrir fuego si es que algún navío argentino se presentaba en aguas australes chilenas (véase la obra del almirante López Silva sobre esos momentos decisivos).
Yo era en esa época director del vespertino "La Segunda" y un día sábado crítico del estado de preguerra, en que el diario salía a mediodía (después "La Segunda" dejó de aparecer los sábados), recibí un llamado anónimo desde el Ministerio de Defensa, de una persona que me dijo más o menos lo siguiente (cito de memoria): "Soy un oficial de la Armada y no me puedo identificar, pero nuestro servicio de espionaje ha comprobado que el portaaviones y el resto de la flota argentina se han retirado de la zona austral y han puesto proa al norte, a pasar la Navidad en Puerto Belgrano. En este momento les estamos siguiendo el 'track'".
Yo no sabía lo que era el "track", pero titulé con la noticia y me anoté un poroto. El peligro de guerra había pasado. Para hacerlo posible intervino la Madre Naturaleza, que había sometido a la zona austral a temporales sin precedentes y los miles de marineros argentinos embarcados al sur de Puerto Madryn, después de vomitar varios días, habían resuelto "que no querían más guerra" y pusieron proa al norte.
Ahí se inició un período de equilibrio inestable que culminó cuando los argentinos, sin dejar de lado la opción de darnos después el zarpazo a nosotros, decidieron que era mucho más barato, en recursos y en vidas, apoderarse de las Malvinas, con lo cual revelaron creer que todos los ingleses eran como los laboristas y los dejarían hacer impunemente; y no tener idea de quién era Margaret Thatcher.
De modo que los propios argentinos, al dar ese paso, convirtieron a los ingleses en nuestros aliados naturales. Y los chilenos podremos ser cerdos (y lo somos bastante, pero menos que ellos) pero no tan tontos (si bien lo somos bastante y seguramente más que ellos), pero no llegamos al extremo de no darnos cuenta de quiénes son los que quieren quedarse con nuestro territorio y quiénes nos pueden ayudar a defenderlo. Y en este caso los argentinos eran de los primeros y los ingleses eran de los segundos, de modo que estuvimos discretamente pero ciento por ciento con estos últimos y los ayudamos en lo que pudimos, y recibimos bastante ayuda de ellos, sin que nos pillaran, hasta que, por diversas indiscreciones, tanto de ingleses como de chilenos que no saben callarse la boca, nos pillaron.
Lo importante, ya que nos pillaron, es que nuestros bienamados vecinos y hermanos argentinos, con los cuales tendremos amistad eterna y primero los Andes se convertirán en polvo antes de que peleemos y todo eso, tengan claro que si nos vuelven a querer hacer lo que nos quisieron hacer después de desconocer el fallo del Beagle, volveremos a hacer exactamente lo mismo que hicimos. Porque somos bastante cerdos, sí, pero menos que ellos; y si bien es una realidad, y por eso la reitero por segunda vez, que somos más tontos que ellos, no lo somos tanto como para que alguien que nos metió la mano en la faltriquera después pueda estar seguro de contar con todo nuestro apoyo y solidaridad.
miércoles, 4 de abril de 2012
Dos Lecciones Para Ganar la Presidencia
Hoy el Presidente les da a los catorce o más candidatos presidenciales que han manifestado su vocación de servir al país desde la Casa Donde Tanto Se Sufre, dos lecciones valiosas acerca de cómo llegar a ella. Las imparte a través de dos fotografías aparecidas en la prensa.
En una aparece saludando cordialmente al ex Ministro Rodrigo Álvarez. ¿Cuál es la lección? La siguiente: "Nunca quedes peleado con nadie". El Presidente envió a Álvarez Aysén a defender la "doctrina Piñera" (según la cual no se haría concesiones a quienes ejercieran la fuerza para pedir algo). Pero después abandonó la doctrina que llevaba su nombre y, a través de otros ministros, hizo concesiones pese a subsistir las medidas de fuerza, y todo ello sin advertir a Álvarez. Éste, un hombre digno, con el cual no se puede "trapear el piso", renunció. Pero, como "el poder es más fuerte", la prensa y los opinólogos adictos al régimen se arreglaron para dejar finalmente a Álvarez como culpable. Pese a ello "el Presidente sabe más", y no sólo ha rendido homenajes al mismo Álvarez, sino que hoy una de las dos fotos del juramento del nuevo ministro reveló que fue invitado especial a la ceremonia y que en ella hubo un cordial apretón de manos con el Presidente. Éste sabe, primero, que le jugó una mala pasada a Álvarez; y, segundo, que no le conviene mantener ninguna situación conflictiva, si es que quiere remontar en las encuestas. Y el propio Álvarez puso de manifiesto haber asimilado, a su turno, esta primera lección, aunque todavía no es candidato (pero podría serlo, aunque estoy cierto de que no se va a autoproclamar).
Otra fotografía de hoy contiene una segunda lección para ganar la Presidencia, que reza así: "Debes estar siempre 'donde prenden el cuete'". ¿Hay que ir a la TV a las 4 a. m. a "mover la colita"? Anda. ¿Te convidan a un programa de bajo rating de un canal secundario? Anda, y con mayor razón si te convidan a uno de alto rating en un canal principal. ¿Te convidan a la farándula para dejarte en ridículo? Anda, porque siempre es preferible estar, aun ridiculizado, que no estar. Estar, estar, estar siempre "donde prenden el cuete".
Pues la referida otra fotografía aleccionadora de hoy es la del Presidente con el tenista Fernando González, designado representante de nuestro país para obtener una sede deportiva internacional. Ambos están sonrientes y González aparece sosteniendo en sus manos una fotografía donde aparece junto a Piñera en Atenas, en 2004, cuando obtuvo una medalla de oro olímpica en tenis.
Piñera llegó a la final allá, por supuesto. Los protagonistas de esa hazaña, para efectos de los noticieros de TV, fueron tres: González, Massú y Piñera, este último constantemente enfocado por las cámaras saltando con una bandera chilena en las tribunas. Días después de la hazaña olímpica "La Tercera" publicó una crónica revelando que Piñera había llegado a la sede de la final del tenis sin entradas, y que había ofrecido unos pasajes de LAN a ciertos dirigentes para que le consiguieran una. Como simplemente no las había, optaron por utilizar la del kinesiólogo cubano de los tenistas y se la cedieron a Piñera. El kinesiólogo insistía, sin comprender la situación, que él era más necesario para la performance del equipo que el candidato, pero no fue atendido su argumento.
Esta decidora situación la comenté en la columna que mantenía por esos años en "El Mercurio". Por cierto, nadie refutó esa columna ni la crónica de "La Tercera", ni menos Piñera, en observancia de la primera lección para ganar la Presidencia.
De modo que mi consejo a la legión de presidenciables actuales es que observen atentamente las dos fotografías y extraigan de ellas las lecciones necesarias, de nunca terminar peleados con nadie y estar siempre "donde prenden el cuete", y las pongan en práctica para el mejor éxito de sus postulaciones.
En una aparece saludando cordialmente al ex Ministro Rodrigo Álvarez. ¿Cuál es la lección? La siguiente: "Nunca quedes peleado con nadie". El Presidente envió a Álvarez Aysén a defender la "doctrina Piñera" (según la cual no se haría concesiones a quienes ejercieran la fuerza para pedir algo). Pero después abandonó la doctrina que llevaba su nombre y, a través de otros ministros, hizo concesiones pese a subsistir las medidas de fuerza, y todo ello sin advertir a Álvarez. Éste, un hombre digno, con el cual no se puede "trapear el piso", renunció. Pero, como "el poder es más fuerte", la prensa y los opinólogos adictos al régimen se arreglaron para dejar finalmente a Álvarez como culpable. Pese a ello "el Presidente sabe más", y no sólo ha rendido homenajes al mismo Álvarez, sino que hoy una de las dos fotos del juramento del nuevo ministro reveló que fue invitado especial a la ceremonia y que en ella hubo un cordial apretón de manos con el Presidente. Éste sabe, primero, que le jugó una mala pasada a Álvarez; y, segundo, que no le conviene mantener ninguna situación conflictiva, si es que quiere remontar en las encuestas. Y el propio Álvarez puso de manifiesto haber asimilado, a su turno, esta primera lección, aunque todavía no es candidato (pero podría serlo, aunque estoy cierto de que no se va a autoproclamar).
Otra fotografía de hoy contiene una segunda lección para ganar la Presidencia, que reza así: "Debes estar siempre 'donde prenden el cuete'". ¿Hay que ir a la TV a las 4 a. m. a "mover la colita"? Anda. ¿Te convidan a un programa de bajo rating de un canal secundario? Anda, y con mayor razón si te convidan a uno de alto rating en un canal principal. ¿Te convidan a la farándula para dejarte en ridículo? Anda, porque siempre es preferible estar, aun ridiculizado, que no estar. Estar, estar, estar siempre "donde prenden el cuete".
Pues la referida otra fotografía aleccionadora de hoy es la del Presidente con el tenista Fernando González, designado representante de nuestro país para obtener una sede deportiva internacional. Ambos están sonrientes y González aparece sosteniendo en sus manos una fotografía donde aparece junto a Piñera en Atenas, en 2004, cuando obtuvo una medalla de oro olímpica en tenis.
Piñera llegó a la final allá, por supuesto. Los protagonistas de esa hazaña, para efectos de los noticieros de TV, fueron tres: González, Massú y Piñera, este último constantemente enfocado por las cámaras saltando con una bandera chilena en las tribunas. Días después de la hazaña olímpica "La Tercera" publicó una crónica revelando que Piñera había llegado a la sede de la final del tenis sin entradas, y que había ofrecido unos pasajes de LAN a ciertos dirigentes para que le consiguieran una. Como simplemente no las había, optaron por utilizar la del kinesiólogo cubano de los tenistas y se la cedieron a Piñera. El kinesiólogo insistía, sin comprender la situación, que él era más necesario para la performance del equipo que el candidato, pero no fue atendido su argumento.
Esta decidora situación la comenté en la columna que mantenía por esos años en "El Mercurio". Por cierto, nadie refutó esa columna ni la crónica de "La Tercera", ni menos Piñera, en observancia de la primera lección para ganar la Presidencia.
De modo que mi consejo a la legión de presidenciables actuales es que observen atentamente las dos fotografías y extraigan de ellas las lecciones necesarias, de nunca terminar peleados con nadie y estar siempre "donde prenden el cuete", y las pongan en práctica para el mejor éxito de sus postulaciones.
lunes, 2 de abril de 2012
La Política Sin Rostro Humano
Toda Presidencia se define según la manera en que trata a sus mejores hombres. Y el trato que ha dispensado a Rodrigo Álvarez define a la actual.
No tengo amistad con él, pero he seguido con interés su carrera política, porque lo conocí en un par de debates y ya desde el primero me llamaron la atención su penetración y su lucidez intelectual, bastante excepcionales en el medio político. Seguí su carrera parlamentaria y me llamó la atención otra característica suya que no abunda: no es un tránsfuga de su pasado.
Sus méritos, apreciados también por sus pares, que año a año lo distinguieron entre los mejores legisladores, lo llevaron a la presidencia de la Cámara. Luego tuve ocasión de horrorizarme ante uno de esos resultados que llevan a preguntarse cómo la democracia puede prestarse para eso: fue derrotado en una elección parlamentaria en cuyos resultados, evidentemente, no primaron los atributos que hacen a un buen legislador.
Designado luego como subsecretario de Hacienda, era obviamente "número puesto", por méritos, para el evento de una vacancia ministerial. Y así llegó a la cartera de Energía, donde le cupo representar al gobierno en el conflicto de Aysén. Éste partía de un desafío flagrante a la legalidad, más que de la discusión de un pliego de peticiones regionales. En principio, las mismas eran de fácil resolución. Pero no lo era aceptar que se arrancaran al gobierno beneficios mediante una rebelión violenta y el uso de la fuerza ilegal. Si el actual hubiera sido un gobierno en forma, es decir, dotado de autoridad y dispuesto a ejercerla, primero debió aplicar las leyes y castigar a quienes incurrían en numerosos delitos flagrantes contra el orden interno. Pero no lo es.
Álvarez en todo momento dio a entender que ese aspecto no era del resorte de su ministerio, sino de Interior. E Interior, como es costumbre, no dio señal, sino muy hacia el final y pronto se retractó, de estar dispuesto a cumplir cabalmente con su misión de hacer respetar el orden público y la legalidad.
Así las cosas, el ministro Álvarez, como representante del gobierno en Aysén, recibió la instrucción de retroceder a una posición intermedia: no se iba a reconocer beneficios a la región en tanto no se depusieran las acciones ilegales, como barricadas, tomas de calles y puente, ataques a la fuerza pública y destrozos o saqueos. Fue lo que se llamó "doctrina Piñera": "bueno, ya, no aplicamos las leyes, pero tampoco decimos que sí mientras no terminen las medidas de fuerza". A ella se atuvo el ministro, seguramente discrepando en su fuero interno, pues es un hombre de derecho.
Pero alguien convenció al gobierno de algo tan fácil como obvio: que accediendo a las peticiones de los ayseninos, aunque éstos no depusieran ninguna de sus acciones ilegales, se solucionaba el conflicto. Esto es tan evidente como que si alguien en el futuro pide algo y se le da, aunque lo esté pidiendo respaldado en la fuerza para arrancar el sí a la autoridad, no habrá conflicto en lo inmediato. Pero de la sucesión de tales concesiones a diversos grupos, regiones, gremios o ciudades, tarde o temprano lo único que va a derivar es caos y ruina nacional. Claro que, entretanto, "se irán solucionando todos los conflictos". Así estamos hoy.
Entonces el presidente y algunos de sus ministros, sin decirle nada a Rodrigo Álvarez, es decir, sin la menor consideración a su persona ni a su carácter de representante del gobierno en el conflicto, acordaron acceder a las peticiones de los dirigentes ayseninos, los convocaron a reunirse en Santiago --también sin citar a la reunión al ministro que tenía la misión de negociar con ellos-- y les dijeron a todo que sí. Asunto solucionado. Abrazos ante la prensa y la televisión y beneplácito general. De todo lo cual el representante oficial del gobierno se enteró por la prensa.
Sintiéndose desautorizado, como de hecho lo estaba, y obrando como lo habría hecho cualquier persona dotada de alguna autoestima, presentó su renuncia inmediata al presidente mediante un correo electrónico, dado que éste se encontraba de viaje en el extranjero, donde, por cierto, estaba enterado de todo e igualmente indiferente a la dignidad de Rodrigo Álvarez que sus otros ministros.
Lo pertinente en un caso así habría sido que el mandatario le hubiera dado una explicación o excusa, por la evidente falta de deferencia que su gobierno había tenido con él, ya hubiere sido aceptándole o rechazando la renuncia. Pues el gobierno le debía, qué duda cabe, a lo menos una explicación a Rodrigo Álvarez. Pero ¿cómo procedió? Primero pretendió que la renuncia se mantuviera en secreto, es decir, que el vejado Álvarez apareciera poniendo la otra mejilla y aferrándose al cargo. Pero, dado que ese secreto no pudo mantenerse, pues era evidente que tal renuncia caía por sí sola ante la desautorización sufrida por una persona decente, el presidente decidió, además, denostar aún más a Rodrigo Álvarez, comunicando públicamente "su separación inmediata de la cartera", según los términos de la prensa afín. ¡Lo omitió como personero del gobierno en el conflicto, obrando a sus espaldas para excluirlo de la solución y, finalmente, pese a haber explicablemente renunciado, lo expulsó con publicidad!
En la mima línea, ayer en "La Tercera" viene una columna de Andrés Benítez, titulada "La Pataleta de Álvarez". Pocas veces he leído un texto más despectivo, ofensivo y desconsiderado. Sobre todo porque ataca a una persona intelectual y moralmente respetable, que ha sido víctima de un tratamiento inmerecido. Sumada a las demás actuaciones del gobierno en desmedro del respeto que le debía a su ministro Álvarez, vienen a constituir en conjunto una antología sobre lo que podría llamarse "la política sin rostro humano".
Supongo que cosas como ésas son las que llevan a personas de selección a no querer participar en política. Entonces este menester queda monopolizado por los caradura, los que soportan cualquier vejamen con tal de seguir figurando y los tránsfugas que siempre buscan "el sol que más calienta".
Esa "política sin rostro humano" es la que hoy está enfocada, desde el gobierno, en el que debería ya, a estas alturas, consagrarse como su lema: "Ad maiorem Piñera gloriam", en aras del cual todo está permitido y cuanto se le oponga debe sacrificarse.
No tengo amistad con él, pero he seguido con interés su carrera política, porque lo conocí en un par de debates y ya desde el primero me llamaron la atención su penetración y su lucidez intelectual, bastante excepcionales en el medio político. Seguí su carrera parlamentaria y me llamó la atención otra característica suya que no abunda: no es un tránsfuga de su pasado.
Sus méritos, apreciados también por sus pares, que año a año lo distinguieron entre los mejores legisladores, lo llevaron a la presidencia de la Cámara. Luego tuve ocasión de horrorizarme ante uno de esos resultados que llevan a preguntarse cómo la democracia puede prestarse para eso: fue derrotado en una elección parlamentaria en cuyos resultados, evidentemente, no primaron los atributos que hacen a un buen legislador.
Designado luego como subsecretario de Hacienda, era obviamente "número puesto", por méritos, para el evento de una vacancia ministerial. Y así llegó a la cartera de Energía, donde le cupo representar al gobierno en el conflicto de Aysén. Éste partía de un desafío flagrante a la legalidad, más que de la discusión de un pliego de peticiones regionales. En principio, las mismas eran de fácil resolución. Pero no lo era aceptar que se arrancaran al gobierno beneficios mediante una rebelión violenta y el uso de la fuerza ilegal. Si el actual hubiera sido un gobierno en forma, es decir, dotado de autoridad y dispuesto a ejercerla, primero debió aplicar las leyes y castigar a quienes incurrían en numerosos delitos flagrantes contra el orden interno. Pero no lo es.
Álvarez en todo momento dio a entender que ese aspecto no era del resorte de su ministerio, sino de Interior. E Interior, como es costumbre, no dio señal, sino muy hacia el final y pronto se retractó, de estar dispuesto a cumplir cabalmente con su misión de hacer respetar el orden público y la legalidad.
Así las cosas, el ministro Álvarez, como representante del gobierno en Aysén, recibió la instrucción de retroceder a una posición intermedia: no se iba a reconocer beneficios a la región en tanto no se depusieran las acciones ilegales, como barricadas, tomas de calles y puente, ataques a la fuerza pública y destrozos o saqueos. Fue lo que se llamó "doctrina Piñera": "bueno, ya, no aplicamos las leyes, pero tampoco decimos que sí mientras no terminen las medidas de fuerza". A ella se atuvo el ministro, seguramente discrepando en su fuero interno, pues es un hombre de derecho.
Pero alguien convenció al gobierno de algo tan fácil como obvio: que accediendo a las peticiones de los ayseninos, aunque éstos no depusieran ninguna de sus acciones ilegales, se solucionaba el conflicto. Esto es tan evidente como que si alguien en el futuro pide algo y se le da, aunque lo esté pidiendo respaldado en la fuerza para arrancar el sí a la autoridad, no habrá conflicto en lo inmediato. Pero de la sucesión de tales concesiones a diversos grupos, regiones, gremios o ciudades, tarde o temprano lo único que va a derivar es caos y ruina nacional. Claro que, entretanto, "se irán solucionando todos los conflictos". Así estamos hoy.
Entonces el presidente y algunos de sus ministros, sin decirle nada a Rodrigo Álvarez, es decir, sin la menor consideración a su persona ni a su carácter de representante del gobierno en el conflicto, acordaron acceder a las peticiones de los dirigentes ayseninos, los convocaron a reunirse en Santiago --también sin citar a la reunión al ministro que tenía la misión de negociar con ellos-- y les dijeron a todo que sí. Asunto solucionado. Abrazos ante la prensa y la televisión y beneplácito general. De todo lo cual el representante oficial del gobierno se enteró por la prensa.
Sintiéndose desautorizado, como de hecho lo estaba, y obrando como lo habría hecho cualquier persona dotada de alguna autoestima, presentó su renuncia inmediata al presidente mediante un correo electrónico, dado que éste se encontraba de viaje en el extranjero, donde, por cierto, estaba enterado de todo e igualmente indiferente a la dignidad de Rodrigo Álvarez que sus otros ministros.
Lo pertinente en un caso así habría sido que el mandatario le hubiera dado una explicación o excusa, por la evidente falta de deferencia que su gobierno había tenido con él, ya hubiere sido aceptándole o rechazando la renuncia. Pues el gobierno le debía, qué duda cabe, a lo menos una explicación a Rodrigo Álvarez. Pero ¿cómo procedió? Primero pretendió que la renuncia se mantuviera en secreto, es decir, que el vejado Álvarez apareciera poniendo la otra mejilla y aferrándose al cargo. Pero, dado que ese secreto no pudo mantenerse, pues era evidente que tal renuncia caía por sí sola ante la desautorización sufrida por una persona decente, el presidente decidió, además, denostar aún más a Rodrigo Álvarez, comunicando públicamente "su separación inmediata de la cartera", según los términos de la prensa afín. ¡Lo omitió como personero del gobierno en el conflicto, obrando a sus espaldas para excluirlo de la solución y, finalmente, pese a haber explicablemente renunciado, lo expulsó con publicidad!
En la mima línea, ayer en "La Tercera" viene una columna de Andrés Benítez, titulada "La Pataleta de Álvarez". Pocas veces he leído un texto más despectivo, ofensivo y desconsiderado. Sobre todo porque ataca a una persona intelectual y moralmente respetable, que ha sido víctima de un tratamiento inmerecido. Sumada a las demás actuaciones del gobierno en desmedro del respeto que le debía a su ministro Álvarez, vienen a constituir en conjunto una antología sobre lo que podría llamarse "la política sin rostro humano".
Supongo que cosas como ésas son las que llevan a personas de selección a no querer participar en política. Entonces este menester queda monopolizado por los caradura, los que soportan cualquier vejamen con tal de seguir figurando y los tránsfugas que siempre buscan "el sol que más calienta".
Esa "política sin rostro humano" es la que hoy está enfocada, desde el gobierno, en el que debería ya, a estas alturas, consagrarse como su lema: "Ad maiorem Piñera gloriam", en aras del cual todo está permitido y cuanto se le oponga debe sacrificarse.
domingo, 1 de abril de 2012
¿Qué Diría Jaime Guzmán?
La memoria de un mártir de la UDI, el dirigente poblacional Simón Yévenes, caído a manos de un guerrillero del FPMR comunista, será recordada hoy en un acto en el Cementerio Metropolitano. No hay nadie detenido ni procesado en ese caso. Sí han sido expulsados de la UDI los militantes de ella que más promueven la memoria de Simón Yévenes.
Tampoco hay ningún detenido por el asesinato del senador Jaime Guzmán, cuyos autores se evadieron de la prisión, años ha, con notable ayuda desde el interior de ella. Todos los responsables están hoy en libertad, algunos amparados por otros países, como Argentina y Cuba. Y todos están impunes.
El abogado especializado en Derechos Humanos, Marcelo Elissalde Martel, contrasta, por otra parte, la blandura de este gobierno, del cual forma parte la UDI, con los terroristas actuales. En el caso de los de la Araucanía, que siguen activos quemando camiones, maquinaria, bosques y casas, el ministro del Interior se desistió de las querellas por Ley de Seguridad del Estado que había interpuesto.
De igual modo, él se ha desistido de las interpuestas en Aysén a raíz del verdadero "estado de sitio" instalado en ella por activistas violentos que levantaron barricadas, incendiaron y saquearon, paralizando la región.
Toda esta blandura contrasta con la severidad con que, según escribe e informa Elissalde, "recorre el país el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, presentando querellas contra ya ancianos miembros de las fuerzas armadas por hechos acaecidos hace casi 40 años. En efecto --dice-- hay 40 querellas por ciudad en Chillán, Concepción, Temuco, Valdivia..."
Una cincuentena de abogados del ministerio del Interior están dedicados a perseguir a los uniformados. Acaban de hacerse parte en el caso de la muerte del general Bachelet, en 1974, pese a que murió de un infarto. Quiere aprovechar el uso publicitario que se hace de tales procesos para denigrar al Gobierno Militar.
¿Qué diría Jaime Guzmán de todo esto, si estuviera vivo?
¿Y que habría dicho ayer, al ver que un ministro UDI, renunciado por haber sido pasado a llevar por el gobierno, recibió sólo "tibios aplausos" en el consejo general del partido (según se lee en "El Mercurio"), mientras el presidente que lo "bypasseó" (lo cual generó su renuncia), era acogido "con vítores" (siempre según "El Mercurio") en el mismo consejo partidario?
Sobre todo que Rodrigo Álvarez se había jugado por la "doctrina Piñera", de no hacer concesiones mientras no cesaran las tomas. Pero otros ministros, sin siquiera avisarle, y con la venia presidencial, pasaban sobre esa "doctrina" y concedían a los dirigentes de Aysén lo que pedían, sin éstos haber depuesto las tomas que alteraron la normalidad e hicieron tabla rasa del orden público en la zona.
Supongo que Jaime Guzmán diría que ese partido ya no era la UDI que él fundó.
Y yo creo que tendría razón.
Tampoco hay ningún detenido por el asesinato del senador Jaime Guzmán, cuyos autores se evadieron de la prisión, años ha, con notable ayuda desde el interior de ella. Todos los responsables están hoy en libertad, algunos amparados por otros países, como Argentina y Cuba. Y todos están impunes.
El abogado especializado en Derechos Humanos, Marcelo Elissalde Martel, contrasta, por otra parte, la blandura de este gobierno, del cual forma parte la UDI, con los terroristas actuales. En el caso de los de la Araucanía, que siguen activos quemando camiones, maquinaria, bosques y casas, el ministro del Interior se desistió de las querellas por Ley de Seguridad del Estado que había interpuesto.
De igual modo, él se ha desistido de las interpuestas en Aysén a raíz del verdadero "estado de sitio" instalado en ella por activistas violentos que levantaron barricadas, incendiaron y saquearon, paralizando la región.
Toda esta blandura contrasta con la severidad con que, según escribe e informa Elissalde, "recorre el país el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, presentando querellas contra ya ancianos miembros de las fuerzas armadas por hechos acaecidos hace casi 40 años. En efecto --dice-- hay 40 querellas por ciudad en Chillán, Concepción, Temuco, Valdivia..."
Una cincuentena de abogados del ministerio del Interior están dedicados a perseguir a los uniformados. Acaban de hacerse parte en el caso de la muerte del general Bachelet, en 1974, pese a que murió de un infarto. Quiere aprovechar el uso publicitario que se hace de tales procesos para denigrar al Gobierno Militar.
¿Qué diría Jaime Guzmán de todo esto, si estuviera vivo?
¿Y que habría dicho ayer, al ver que un ministro UDI, renunciado por haber sido pasado a llevar por el gobierno, recibió sólo "tibios aplausos" en el consejo general del partido (según se lee en "El Mercurio"), mientras el presidente que lo "bypasseó" (lo cual generó su renuncia), era acogido "con vítores" (siempre según "El Mercurio") en el mismo consejo partidario?
Sobre todo que Rodrigo Álvarez se había jugado por la "doctrina Piñera", de no hacer concesiones mientras no cesaran las tomas. Pero otros ministros, sin siquiera avisarle, y con la venia presidencial, pasaban sobre esa "doctrina" y concedían a los dirigentes de Aysén lo que pedían, sin éstos haber depuesto las tomas que alteraron la normalidad e hicieron tabla rasa del orden público en la zona.
Supongo que Jaime Guzmán diría que ese partido ya no era la UDI que él fundó.
Y yo creo que tendría razón.
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