martes, 5 de agosto de 2025

IZQUIERDA DESIGNA CANDIDATA DE LA DERECHA

La izquierda ha alcanzado tal grado de control del "relato" en Chile, que uno de sus personeros más lúcidos, el economista Sebastián Edwards, ha dado su bendición a Evelyn Matthei como candidata de la derecha, diciendo que sería "una muy buena presidenta" (El Mercurio, 4 de agosto)

Advirtió, eso sí, que ella había cometido el error de decir que "las muertes habían sido inevitables" en 1973. Pero Evelyn replicó prontamente que se había arrepentido.

Es que todas las muertes son evitables.  

¿Y la derecha no tendrá algo qué decir? No, por supuesto: cuando lo dice se interponen acciones legales de la izquierda para que el Servel ponga término a la existencia del partido cuyo presidente ha dicho su verdad. Y para que el Tribunal Constitucional lo sancione e impida que lleve como candidato presidencial a Johannes Kaiser, por haber repetido en una entrevista lo que en su tiempo manifestaron Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin (aunque éste lo había olvidado 20 años después), Sergio Onofre Jarpa, Jorge Alessandri, Gabriel González Videla y hasta el exUP Luis Bossay: que los uniformados debían poner término a la situación de ilicitud general creada por Salvador Allende y su gobierno. Y añadió con toda lógica que si similares circunstancias volvieran a presentarse, debería volver a procederse de la misma manera.

Pero eso es hoy evitable y lo fue entonces. Si los guerrilleros de la Unidad Popular no hubieran disparado contra el carabinero Fabriciano  González Urzúa en 1973, que intentaba rescatar a una camarada herido por el fuego marxista, la muerte de aquél se habría evitado. 

Si Salvador Allende no hubiera armado a los partidos de la UP en los términos en que describió Carlos Altamirano a Patricia Politzer en su libro-entrevista a aquél, no habría muerto Fabriciano González Urzúa y tal vez no habría habido un 11 de septiembre. 

Y en ese caso la Escuela de Suboficiales de Carabineros no se llamaría hoy "Fabriciano González Urzúa" ni desfilaría bizarramente cada 19 de septiembre en el Parque O'Higgins, confirmando su decisión de luchar siempre contra la violencia ilícita.

Todas las muertes violentas son evitables hasta el momento en que alguien las torna inevitables.

El mérito de la izquierda es que, teniendo la culpa de haber tornado inevitables las muertes, se la ha echado a los militares y a derecha.

"La culpa de todo lo que ha sucedido en Chile la tiene exclusivamente la Unidad Popular", le escribió en octubre de 1973 Eduardo Frei Montalva al presidente internacional de la Democracia Cristiana, Mariano Rumor. 

Pero la derecha, a través de personajes que la condujeron sin siquiera pertenecer a ella, como Sebastián Piñera, ha asumido la culpabilidad, como "cómplice pasiva" de los militares, permitiendo: (1) Que los victimarios marxistas se transformaran en "víctimas"; (2) Que los terroristas agresores del MIR y del FPMR se transformaran en "agredidos"; y (3) Y que los totalitarios, que buscaban instalar acá un régimen similar al de Cuba y la URSS (a la cual Salvador Allende llamaba "nuestra Hermana Mayor") se transformaran en "demócratas" y le succionaran ya durante veinte años, enormes cantidades de recursos fiscales ilícitamente al erario.

Y a que ahora veden la libertad de expresión a los discrepantes de ellos.

¿Tiene remedio la dictadura de izquierda que se pretende instalar acá, que  impide la participación política al que piensa distinto y suprime su libertad de expresión? 

Por supuesto. Ya lo tuvo en 1973.

domingo, 3 de agosto de 2025

LOS QUE NO NOS DAMOS VUELTA LA CHAQUETA

"Darse vuelta la chaqueta" es una conducta vernácula nacida durante la Revolución de 1891, la más sangrienta de la historia del país (costó más vidas que la Guerra del Pacífico). Entre seis mil y diez mil muertos, según el historiador consultado. La última cifra equivalía al 0,5 por ciento de la población, en 1891. En cambio, la Revolución Militar que nos salvó del comunismo costó, en términos de víctimas del terrorismo interno y consiguiente represión, tres mil vidas durante 16 años y medio. "La sacamos barata". El comandante Pepe, revolucionario, le había dicho en 1972 a la periodista Nena Ossa que debía morir un millón "para que la revolución resultara". Fue fusilado en Valdivia en octubre de 1973, tras un consejo de guerra, ante el cual lo defendió su abogado, Andrés Aylwin, diputado DC y hermano del expresidente. É instó a éste a liberar a indultar a los casi mil subversivos que tenía presos Pinochet. Para que se vaya recordando por qué hoy la delincuencia y el terrorismo campean en el país.

Los revolucionarios del 91 usaban casacas blancas, los del gobierno, azules con forro blanco. Éstos, derrotados, para pasarse al enemigo sin que se les disparara "se daban vuelta la chaqueta". Así nació la costumbre de darle ese nombre al cambio de bando. 

El cual tuvo particular importancia durante el inconstitucional proceso discurrido en 2023 por Sebastián Piñera y Gabriel Boric ("Acuerdo por Chile"), a instancias del rector-columnista Carlos Peña. Durante ese indebido proceso, en un momento u otro "se dieron vuelta la chaqueta" (en orden cronológico) José Antonio Kast, para pasarse al bando de la nueva Constitución, justo apenas su partido había obtenido una gran votación por oponerse a ella; luego se la dio Gabriel Boric, para salirse del Acuerdo y votar En Contra; y, en fin, el mismísimo "padre de la infausta criatura", el rector columnista Carlos Peña, que había aconsejado a Boric, desde El Mercurio, "tirar lejos la Constitución" y "continuar haciendo girar la rueda" para dictar otra. 

Es que Peña, cuando vio el resultado, es decir el texto preparado por el Consejo dominado (voto popular mediante, no anunciado por las encuestas) por los republicanos, se dio a su vez "vuelta la chaqueta" y recomendó abortar el texto en la votación general final del Consejo, el 30 de octubre de 20 23. 

Ello habría evitado tanto el plebiscito como la ·franja electoral y las campañas del "A Favor" y el "En Contra". Los consejeros republicanos no obedecieron a Peña y prefirieron, todos, darse "vuelta la chaqueta" solidarizando con Kast. Habrían bastado cuatro votos suyos el 30 de octubre, para haberlo terminado todo ahí.

Todo esto lo refiere, para "perpetua memoria", mi último libro, "Trampantojo", apócope de "trampa ante los ojos", aceptado por la RAE, el término con que calificó el rector Peña al proyecto de nueva Carta de los republicanos.

Con estos cambios de bando quedó un vacío en la derecha. Los que no nos dimos vuelta la chaqueta, encabezados por Johannes Kaiser, que debió dejar el partido porque le hicieron difícil la vida parlamentaria, fundamos entonces el Partido Nacional Libertario, junto a 50 mil firmantes y éste se constituyó en todo el país. Es el de más a la derecha y lo lleva a él como su candidato presidencial.

Ese partido es el único que en su declaración de principios reconoce el legado del gobierno militar. Kaiser es el más capaz de terminar con el terrorismo y la delincuencia, tal como lo hizo Pinochet. Dice que si se dieran las mismas circunstancias debería repetirse el 11. Por eso la izquierda lo acusa y lo quiere bajar "por secretaría". Es también el único que no reniega de Pinochet, cuyas políticas nos dieron los "mejores 30 años", entre 1985 y 2015. ¿Y quieren que ahora nosotros "nos demos vuelta la chaqueta" porque en las últimas semanas no le fue bien a Kaiser en la Cadem?

Hace ocho semanas en ella le iba mal a Kast y Evelyn Matthei estaba primera por amplio margen. Entretanto la Cadem "se dio vuelta la chaqueta" y hoy dice que es todo al revés: Kast arriba y Matthei cayendo. Nosotros no nos damos vuelta la chaqueta y confiamos en que otro cambio en las encuestas va a volver a suceder, pero ahora en favor de Kaiser, el único que nunca se la dio vuelta.

    

jueves, 31 de julio de 2025

JARPA-FREI-AYLWIN-BOSSAY-KAISER

¿Qué impulsa a la izquierda a estar siempre haciendo trampa? 

Un diputado frenteamplista y otro comunista pretenden acciones legales para privar a Johannes Kaiser, diputado y candidato presidencial, de la existencia de su partido político; consecuentemente, de su candidatura presidencial e incluso de su libertad de expresión, que le es conferida por el art. 19 N° 12 de la Constitución, el cual dice: "La Constitución asegura a todas las personas: 12.- La libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio."

Lo más notable es que la opinión expresada por Kaiser es exactamente la misma que en el pasado sostuvieron y hasta hoy sostienen, posiblemente, la mayoría de los ciudadanos, y en el pasado destacadas personalidades de la vida democrática nacional, de derecha a izquierda, como Sergio Onofre Jarpa, Jorge Alessandri, Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin,  Gabriel González Videla y Luis Bossay, este último habiendo, antes de tomar esta posición, formado parte de la propia Unidad Popular y desengañado de ella. El pronunciamiento militar del 11 de septiembre de 1973, al cual convocó por 81 votos contra 47 el Acuerdo de la Cámara de Diputados de 22 de agosto de ese año, era indispensable y la única manera de evitar una "tiranía comunista" (palabras de Aylwin que él después olvidó) o una guerra civil.

Pues, preguntado hace poco Kaiser por el periodista Tomás Mosciatti si sería partidario de repetir el llamado si se generaban las mismas circunstancias de 1973, el parlamentario y candidato presidencial contestó afirmativamente. 

Esto pretende ser presentado como un atentado a la legalidad y la democracia, en circunstancias que se llevó a cabo precisamente para salvar la libertad y la democracia. Y en efecto fueron salvadas, como lo probó el régimen instaurado por la Constitución de 1980 y que nos rige hasta hoy, si bien degradado a "democracia defectuosa" por el ranking de The Economist, debido a los atropellos perpetrados por la izquierda al estado de derecho o rule of law. 

¿Pretenden los diputados de extrema izquierda, con sus iniciativas ante el Servel y el Tribunal Constitucional, suprimir la libertad de expresión? ¿Desean anticipar el clima político que imperaría si su candidata Jeannette Jara, militante comunista desde los 15 años, busca imponer en Chile? ¿Se va a prohibir a los chilenos a opinar en la misma forma que los principales estadistas democráticos de 1973? ¿Es éste el primer paso hacia "la dictadura del proletariado"?

Es tan jurídicamente fundada la opinión de Kaiser que está oficializada por la separata de la Revista de Derecho y Jurisprudencia, redactada por el presidente DC del Colegio de Abogados y publicada en octubre de 1973, destinada a probar que el gobierno militar instaurado un mes antes era "legítimo", porque, sostenía el principal jurista Alejandro Silva Bascuñán, el régimen que depone a un gobierno devenido dictatorial e ilegítimo, como era el caso del de Salvador Allende, debía ser necesariamente legítimo..

Ya la extrema izquierda ha arrastrado a la prevaricación y la ilegalidad al Poder Judicial en los procesos por supuestas violaciones a los derechos humanos por parte de militares que derrotaron el terrorismo de extrema izquierda. Más temprano que tarde la contralora Dorothy Pérez deberá ocuparse de ello, pues eso está costando miles de millones de pesos en exacciones ilícitas a expensas del erario. La corrección en el uso de los recursos fiscales, por la cual ella está obligada a velar, según el artículo 98 de la Constitución, la obliga a entrar en este tema. Basta leer cualquier fallo sobre derechos humanos para saber que en Chile la izquierda está sustrayendo crónicamente, en forma ilícita, recursos fiscales por vía de una prevaricación judicial ostentosa.

No quiero pensar en las consecuencias institucionales que podría conllevar el empeño liberticida de los diputados de izquierda, sobre todo si alguno de sus recursos fuera acogido por el Servel o el Tribunal Constitucional (ambos de composición política y dominados por la izquierda). Ello resucitaría la Doctrina Legalista de Schneider, del consejo de generales de julio de 1970, donde se establecía que las Fuerzas Armadas no podían utilizar su poder para asumir el gobierno, pero, añadía (lo que suele olvidarse), si otro poder del Estado abandona el marco constitucional, las Fuerzas Armadas, que se deben a la nación más que a un régimen determinado, deben intervenir para poner término a la inconstitucionalidad y restablecer el estado de derecho.

El golpe de mano marxista contra la libertad de expresión puede tener las más profundas consecuencias. Y, desde luego, si no hemos olvidado la historia, pueden ser peores para quienes acostumbran históricamente en Chile, y por su doctrina totalitaria, atentar contra las libertad de las personas..

En todo caso, el aserto de Kaiser está respaldado por la historia, el derecho y las más altas personalidades del Estado chileno, y además por una mayoría aplastante de la opinión pública, manifestada tanto en 1973 como en 2022 y 2023 y, confiamos, también lista para manifestarse en las elecciones de cuatro meses más..

sábado, 26 de julio de 2025

UNA BUENA NOTICIA PARA CHILE

Se ha anunciado el fin del Partido Demócrata Cristiano y ésa es una buena noticia para Chile. Con la posible excepción de los partidos marxistas, no hay otra colectividad que haya hecho tanto daño al país. 

En sus comienzos fue un pequeño partido fascista, la Falange Nacional, formado por jóvenes escindidos del Partido Conservador en los años 30. Estaban deslumbrados por los nacionalsocialistas y fascistas de Europa, como Hitler, Mussolini y la Falange Española, de la cual tomaron el nombre. El sol calentaba más a ese lado. En la revista Zig Zag quedó el testimonio de varios de ellos vistiendo camisas pardas y levantando el brazo al estilo del fûhrer. Pero cuando después se supo de los horrores y del holocausto se empezaron a sentir mal y vieron que el sol ya no calentaba para ese lado. Su norte fue y es "estar siempre donde más calienta el sol".

Entonces en 1957 se cambiaron el nombre a Partido Demócrata Cristiano, tomándolo de los de derecha de Italia y Alemania. Su gran figura en Chile era Eduardo Frei Montalva, que había escrito un libro, "La Verdad Tiene su Hora" y todo el mundo se entusiasmó con lo que llamaban "la nueva cara de la derecha". Pero otro libro, best-seller en las veredas santiaguinas,"Frei, el Kerensky Chileno" --prohibido bajo el posterior gobierno del mismo Frei-- puso años después las cosas en su lugar y se vio que eran sólo otra cara de la izquierda.

Frei adquirió prestancia de figura nacional y una vez estuvo a punto de asumir con todo su equipo en el gobierno de Carlos Ibáñez (1952-58), pero el general parece que los caló y no hubo acuerdo. Todos decían que Frei en ese partido tan chico (sacaba apenas un par de diputados) era como "un álamo en un macetero". Y en 1957 se presentó como candidato presidencial y buscó el apoyo de la derecha (liberales y conservadores), pero no quería pedírselo públicamente a éstos, por considerarlo "impopular". Yo era estudiante de leyes y procurador en el estudio del diputado conservador Héctor Correa Letelier, y oía desde fuera de la oficina de éste a Frei negándose a pedir públicamente el apoyo conservador diciendo, "no puedo cambiar amigos seguros por amigos posibles". Pero Frei confiaba en que lo iba a obtener primero de los liberales y entonces los conservadores no tendrían otra alternativa que apoyarlo. El Partido Conservador lo presidía em 1957 un hombrazo, Juan Antonio Coloma, derechista hasta la médula y que desconfiaba de los DC. Coloma lanzó su propia candidatura presidencial para evitar que el partido apoyara a Frei. Tenía razón, porque después éste destruyó a la clase agrícola, tradicionalmente conservadora, con la Reforma Agraria "drástica y masiva" de Jacques Chonchol, un comunista redomado, que fue su ministro de Agricultura entre 1964 y 1970 y les robó sus mejores tierras a los agricultores.

Frei en 1957 contaba con que los liberales en su Consejo General lo iban a apoyar sin habérselo pedido. Pero el senador liberal derechista Raúl Marín Balmaceda dijo un discurso memorable en su contra. Fue tan apasionado que cayó fulminado por un ataque al corazón en pleno éxtasis oratorio y murió, impidiendo el pronunciamiento del Consejo. A todo esto, Jorge Alessandri aceptó ir de candidato conservador, los liberales lo apoyaron  y la derecha hizo tan buena campaña que Alessandri venció a Salvador Allende y a Frei. Es que era otra derecha. No mordió el anzuelo DC de Frei como la entreguista que mordió el de Piñera, un DC nato, en 2009, con las consecuencias de todos conocidas. 

Pero en 1964 Frei logró lo que quería: la derecha cobarde, en pánico, le entregó su apoyo no solicitado, retiró a su propio y excelente candidato, el radical de derecha Julio Durán, y fue públicamente vejada por el mismo Frei, que prometía no cambiar ni una coma de su programa de un socialismo con revolución sin sangre, pero revolución al fin, con el cual despojaría a los agricultores de una manera desvergonzada y abusiva, casi sin pago.

Tras el gobierno de Frei, en 1970, la DC votó por Allende en la segunda vuelta del Congreso Pleno, aunque si hubiera votado por Alessandri habría salvado al país. Pero Allende y Tomic habían hecho un pacto secreto contra Alessandri, el seguro ganador según todas las encuestas, aunque sin apoderados en las mesas, donde izquierdistas y DC hicieron su agosto. Alessandri había prometido renunciar si el Congreso lo elegía a él en la segunda vuelta, para que hubiera nueva elección de Frei y se evitara la presidencia de Allende, Frei, entonces, volvería a ser elegido. en 1971. Pero Tomic había hecho un pacto secreto con Allende para desconocer el triunfo de Alessandri y, en definitiva, dio vuelta a la junta nacional DC, que eligió al "socialista marxista integral" Allende (como le dijo a Regis Debray que sería su gobierno). 

Los DC son los kerenskys chilenos y en su junta nacional de hoy lo volvieron a ser. A pavimentarle el camino al comunismo. Porque está en su naturaleza, como le decía el escorpión a la rana que lo ayudó a cruzar la corriente, tras picarla y así ahogarse los dos. 

Tras elegir a Allende en 1970 y visto el desastre que éste provocó, los DC se unieron a la derecha y a los radicales para formar mayoría en la Cámara y llamar a los militares a deponer a Allende, para evitar "una tiranía comunista", Aylwin dixit. Pero en 1991 lo había olvidado, negó haberlo dicho y  acusó a los militares por hacer lo que él les había pedido en 1973. Y llenó de plata a los comunistas, que hoy atropellan los derechos humanos de los exmilitares octogenarios y nonagenarios que cometieron el pecado de creer en la decencia de la DC. Y los comunistas tienen un cajero automático con el cual extraen semana a semana y ya por veinte años dinero al fisco y mandan presos a exmilitares sin pruebas, prevaricando sin asco y seguros de que ni siquiera Dorothy Pérez los va a pillar.

La buena noticia es que, por fin, en la próxima elección de noviembre, después de su último esfuerzo por poner al comunismo en el poder, los kerenskys y la DC van a desaparecer. 

sábado, 19 de julio de 2025

EL LLAMADO DE LOS 167

Hoy en El Mercurio viene un aviso de una página entera, que les debe haber costado varias decenas de millones pesos (para "los 40 años", en 2013, nos costó $13 millones), de 167 personas de centroderecha y derecha, entre los que hay partidarios de Parisi, Matthei, Kast y Kaiser, haciendo un llamado al sentido común y a llevar una sola lista parlamentaria a la elección de noviembre. 

Figuran ahí desde partidarios y simpatizantes del Partido de la Gente de Parisi, pasando por los de Evópoli, RN y UDI que van por Matthei, siguiendo con los Republicanos de Kast y hasta los de la derecha "más a secas", los Nacional Libertarios de Kaiser. Todos pidiendo una sola lista parlamentaria de oposición.

La razón es obvia: bajo el sistema electoral actual, que es una mezcla de proporcional con binominal, el hecho de ir en una sola lista implica una ventaja que los técnicos pueden medir en número de asientos que se gana en la Cámara y en el Senado. número que no se obtendría en listas separadas.. 

Los partidos de gobierno han anunciado que van a ir en una sola lista. Si los de oposición van separados, aunque en conjunto obtengan más votos, van a conseguir menos asientos que las fuerzas de gobierno.

Y algo muy importante: la candidata presidencial de gobierno es comunista.

Las postulaciones presidenciales opositoras pueden perfectamente mantenerse incólumes, e incluso es bueno que se mantengan, si hay acuerdo en llevar una sola lista parlamentaria. Pues representan corrientes de pensamiento democráticas diferentes. Al frente está el comunismo. Cada candidato presidencial podrá hacer campaña por los aspirantes a parlamentarios que mejor representen su pensamiento o programa.

Esta lista única se hace tanto más indispensable cuanto que la candidata de gobierno es una militante comunista de fila --inscrita desde los 15 años en el partido más obediente a la URSS, mientras existieron ésta, la Cortina de Hierro o Telón de Acero y el Muro de Berlín. El comunismo propicia la existencia de un solo partido y el traspaso forzado de todos los medios de producción, ciertamente inclusos los de prensa, a manos del Estado.

Vuelve a estar en juego la subsistencia de la democracia en Chile, como lo estuvo bajo la presidencia de Salvador Allende y su plan (confeso a Regis Debray en su entrevista de agosto de 1973) de haber terminado de armar a las milicias de los partidos de la Unidad Popular con el propósito de tomar el poder por las armas ("fue una carrera contra el tiempo", le confesó Allende textualmente).

He sugerido una instancia independiente y que debería merecer confianza acrisolada a toda la oposición: el exministro Carlos Cáceres y el Instituto Libertad y Desarrollo que él preside, para que resuelvan con todos los antecedentes a la vista y oyendo a todas las partes interesadas, quiénes van a ser los integrantes de la lista única parlamentaria de oposición en cada distrito o agrupación regional..

Es la hora de la decisión, del sacrificio y de la abnegación, porque la libertad de Chile está en juego.   

viernes, 18 de julio de 2025

TODOS HACEN TRAMPA

De mi partido, el Nacional Libertario, me pidieron una cooperación económica. Con los datos que me dieron, les hice una transferencia, pero mi banco, las seis veces en que lo he intentado, me ha respondido que no la puede materializar. 

Obviamente, yo creo que un funcionario de izquierda del banco ha programado las cosas en tal forma que yo no le pueda transferir al partido de derecha. Mi ejecutiva de cuenta dice que debo llamar a un teléfono 600 para solucionar el problema. Llamaré y es posible que el séptimo intento logre transferir. Al funcionario responsable no le harán nada, porque debe ser de izquierda y, por tanto, tiene licencia para hacer trampa, Como la que hace a los exmilitares para meterlos presos y sacarle plata al fisco, sin problemas. Con completa impunidad, sin que nadie, incluida Dorothy Pérez, le haga nada.

Los chilenos no "nos vamos a sacar la suerte entre gitanos". Sabemos que la trampa reina en el país, que todos hacen trampa, pero más que nadie la izquierda, pues vive de eso.

El gobierno está ocupado tratando de hacer trampa con motivo de las elecciones. Como sabe que con voto obligatorio volverá a perder, procura suprimir la multa por no votar. Así lo transforma en voluntario. Como no lo logró respecto de los votantes nacionales, lo quiere conseguir por lo menos respecto de los extranjeros, a los cuales sabe adversos a él, despenalizando su abstención.  Hasta ahora parece estarlo logrando en el trámite del proyecto.

Anteayer la compañía a cargo de darme luz me la cortó. La llamé y me prometió ir a solucionar el problema. Pero yo sabía que no iban a cumplir y llamé a un electricista particular. Como era feriado y estaba fuera de Santiago, no pudo venir. 

Entonces puse en marcha un generador que tengo para cuando la compañía de la luz haga trampa y no dé luz. Pasé el día y la noche rellenándolo de bencina para que no se detuviera hasta que llegara mi electricista particular. Al día siguiente a primera hora llegó y me cobró ochenta mil pesos por cambiar un interruptor malo y dejarme con luz. De la compañía nunca más se supo y sé que no le importó nada no acudir a mi llamado y haberme dejado un día sin luz.

Hasta aquí llego, porque voy a llamar al teléfono 600 para superar la trampa del funcionario bancario de izquierda que me está impidiendo aportar al único partido de derecha de verdad y que no se "da vuelta la chaqueta" que existe en "el país de la trampa general." 


lunes, 14 de julio de 2025

CALCULADORES Y DOCTRINARIOS

Muchas personas definen sus preferencias presidenciales en función de las encuestas. Es decir, se hacen partidarias del que las encabeza (entre los del sector a que pertenecen, por supuesto). Como si el veredicto de ellas fuera definitivo. Porque es esencialmente transitorio.

Cuando le iba mejor a Evelyn Matthei, se cambiaban en masa a favor de ella, aunque doctrinariamente prefirieran a Kaiser o Kast. Ahora que Matthei viene cayendo y Kast subiendo (por los motivos que fuere), se cambian a éste. Lo mismo en el caso de Kaiser, contra el cual se volvieron todos los cañones cuando subió en las encuestas. Y ahora, tal vez por el castigo publicitario recibido, ha bajado.

Entre calculadores y doctrinarios, yo me ubico entre los segundos. Elijo a mi candidato en razón de las políticas que propicia, no según cómo le vaya en las encuestas. Yo era partidario de José Antonio Kast hasta que éste dio un giro político y doctrinario incomprensible y entró a formar parte del "Acuerdo por Chile" de Piñera y Boric para dictar una nueva Constitución. Propósito abiertamente inconstitucional, pues no era originado en un plebiscito de entrada ni de iniciativa del Ejecutivo, como correspondía que fuera. Coincidió con ese punto de vista mío el entonces diputado republicano, Johannes Kaiser, y por eso se le hizo imposible permanecer en el partido de Kast. Y también por eso me hice partidario de aquél.

Posteriormente Kaiser formó una nueva colectividad, a la derecha de los republicanos y con gran éxito. Tenía de particular que en su declaración de principios reconocía el legado de la Junta, reconocimiento que habían suprimido apresuradamente de sus respectivos estatutos UDI y RN, en medio de su fuga en los '90 hacia el piñerismo y la "corrección política". El mismo reconocimiento a la Junta que los republicanos se habían negado a incluir en su propia declaración de principios, por cuyo motivo doctrinario yo no firmé sus registros. Luego el nuevo partido proclamó la candidatura presidencial de Kaiser. Justamente ayer fue oficialmente presentado en un acto en que tres mil personas repletaron el Espacio Riesco, aunque en la crónica de hoy El Mercurio informa que había "algunas docenas de personas".

El hecho de que yo anteponga la doctrina al cálculo no significa que no haga ninguno. Por supuesto que los hago. Por ejemplo, tengo claro que la oposición debería ir en lista parlamentaria única a los comicios de fin de año, porque en esas condiciones obtendría mayoría en ambas ramas del Congreso. ¿Cómo resolver quiénes deben ser los candidatos en el pacto común, que debería incluir a UDI, RN, Evópoli, Partido Republicano, Partido Social Cristiano, Partido de la Gente y Partido Nacional Libertario? Ahí hay en juego muchas ambiciones personales, "caciques con pocos indios" pero mucha personalidad e influencia, "números puestos" en cada distrito o región, poder económico alto tras algunas postulaciones y otras variables que se deberá ponderar.

Se impone un árbitro imparcial y de la confianza de todos. Yo pensaría en el exministro Carlos Cáceres y el Instituto Libertad y Desarrollo que preside. Con plenos poderes para decidir quién queda y quién se va de la nómina. Tarea difícil pero esencial.

Y en la primera vuelta presidencial será el votante el que decidirá quiénes pasan y quiénes no a la segunda.

El gobierno está recurriendo a resquicios y ardides para hacer el voto lo menos obligatorio posible, porque aprendió que el votante obligado y apolítico se inclina a la derecha. Pero el obligatorio sin multa es lo mismo que el voto voluntario, que favorece a la izquierda. Por eso Boric patrocina que los extranjeros no sean multados si no votan. Y por eso, en subsidio, aboga por una multa lo menor posible, si no la puede suprimir del todo.

Y así nos acercamos al momento en que la ciudadanía decidirá entre restablecer las condiciones que permitieron "los mejores 30 años" o mantener las de estos "peores diez años" en el presente siglo, con riesgo de reeditar los "mil días" del anterior. Y, habida cuenta de  que, con el comunismo en la Presidencia, el indeseable panorama sea para siempre.