Por un lado ha fallecido Gonzalo Vial Vial, empresario, y por otro ha anunciado su retiro de la vida pública Ricardo Lagos Escobar, político.
El primero, siendo uno de numerosos hermanos cuyos padres fallecieron prematuramente, partió vendiendo huevos en Doñihue, VI Región, en los años 50. Ahora, al morir, encabezaba un grupo de empresas productoras de aves, cerdos y salmones con sedes en Chile, los Estados Unidos, Japón, México, Brasil y la China. Su grupo vende anualmente más de cuatro mil millones de dólares en 64 países.
El segundo, Ricardo Lagos, ha considerado necesario anunciar su retiro del primer plano de la actualidad. También comenzó en los años cincuenta sus actividades públicas, escribiendo un libro sobre la concentración económica en Chile, donde recomendaba, como receta categórica al país, que todos los medios de producción pasaran a manos del Estado.
No se recuerda que haya habido mayores reconocimientos nacionales en vida a Gonzalo Vial, pero sí los ha habido, por años y frecuentes, a Ricardo Lagos. Se supondría que por no aplicar su receta de los años cincuenta, fracasada en todo el mundo. El hecho es que se le admira de izquierda a derecha. Tal vez ello sólo expresa alivio general, pues antes de ser presidente había sostenido que "ciertamente, voy a completar el legado de Salvador Allende", O sea, destruir por completo el país, tarea que éste había dejado bastante avanzada al quitarse la vida en 1973. Por suerte Lagos no cumplió.
Por el contrario, a Vial, en lugar de elogiársele, se le persiguió bastante, hasta judicialmente, acusándolo de "colusión" en los precios de las aves, junto a las otras dos mayores empresas del rubro. Desde luego, en Chile cualquiera puede producir o importar aves, gracias a la libertad garantizada en la Constitución de 1980. Pero evidentemente las tres grandes avícolas, en lugar de entrar en una guerra de precios en que la de Vial, la mayor, habría podido liquidar a las otras dos y monopolizar el mercado, observaron un pacto de no agresión. Hasta en una ocasión la de Vial prestó auxilio a otra que pasaba por apuros financieros.
Frecuentemente las "cartas de los lectores" en Chile se lamentan de que los productores avícolas no hubieran sido encarcelados, sino sólo sancionados con recibir "clases de ética." En el hecho, se les procesó y condenó por no haber desarrollado entre ellos "guerras de precios".
En cuanto al respeto a la ley, en los años 60 el sindicalista Clotario Blest se quejaba de haber sido procesado por colocar una bomba terrorista, siendo que, sostenía, eso lo habían perpetrado Ricardo Lagos, Jorge Arrate y Julio Stuardo, según el libro de Mónica Echeverría, "Antihistoria de un Luchador", p. 254.
Creo que el sentido común aconseja lamentar más la pérdida de Vial que el alejamiento de Lagos.