Si en Chile existiera un atisbo de respeto a la honestidad de la justicia, varios ministros de Corte ya no estarían, desde hace mucho tiempo, ejerciendo su función. Hoy ha aparecido la noticia de que uno de ellos ha condenado por "secuestro calificado" a varios ex oficiales por mantener privados de libertad a ocho individuos desde hace 35 años, acusación absurda, porque los condenados están desde hace muchos años privados de libertad e imposibilitados de mantener a nadie secuestrado. Primera falsedad flagrante, esta vez del ministro Solís, comprobable a simple vista y sin sanción alguna de sus superiores, que, en este como en otros casos, seguramente la ratificarán.
Uno de los condenados por mantener a estas ocho personas bajo secuestro es el brigadier (r) Miguel Krassnoff, un oficial íntegro, cuya hoja de vida en el Ejército fue impecable, padre de familia ejemplar. Nunca cometió un delito en su función de teniente a cargo de interrogar terroristas presos hace màs de 35 años, pero ha sido condenado a penas que suman cadena perpetua por la justicia de izquierda, que probablemente lo ha hecho su blanco favorito debido a que su padre y su abuelo fueron ahorcados por el gobierno soviético en la Plaza Roja de Moscú.
Gisela Silva Encina escribió un libro sobre Krassnoff, que fue best-seller entre nosotros, pero que de nada sirvió para remediar las injusticias que este oficial y caballero intachable ha sufrido por muchos años. Ahí se da cuenta de que ha sido vuelto a procesar por causas que ya antes habían sido sobreseidas y por hechos prescritos. Ha sido condenado a diez años por la muerte de la extremista Lumi Videla y su marido, en circunstancias que el hermano de la víctima, Lautaro Videla, declaró en la causa que Krassnoff no era responsable y dio los nombres de quienes lo eran. En ese proceso no se le interrogó siquiera y a título de declaración indagatoria el juez incluyó una fotocopia de lo que el perseguido político había declarado en otro proceso. Ninguno de sus superiores le ha representado al juez esa irregularidad. SI en Chile una prevaricación es políticamente correcta, queda impune.
En el proceso por la desaparición de un terrorista de apellido San Martín fue condenado a otros cinco años, pese a que otros dos detenidos junto con aquél testificaron que Krassnoff no había tenido nada que ver en el caso.
En el de la desaparición del mirista Miguel Ángel Sandoval fue condenado a otros diez años pese a haber acreditado encontrarse en comisión de servicio en los EE. UU. cuando el citado extremista desapareció.
En ninguno del medio centenar de procesos seguidos en su contra hay siquiera una sola acusación concreta o comprobada de que haya sido ejecutor del delito. Todas las condenas se fundan en "presunciones".
Ha sido condenado por la "desaparición" de un sujeto que, según certificado de Relaciones Exteriores, se encontraba radicado en Méjico. También ha sido condenado por la "desapariciòn" de Iván Monti en 1975, pese a haberse acompañado certificado notarial de don Raúl Armando Herman, bombero, de haberlo visto en enero de 1977, durante un llamado de Comandancia. Ha sido acusado de secuestrar a Ricardo Troncoso Muñoz, pese a certificado de Relaciones Exteriores de que dicha persona se asiló en México. También la justicia lo ha acusado de mantener secuestrado a Luis Gregorio Muñoz Rodríguez, no obstante el certificado de defunción que acredita su fallecimiento.
Krassnoff forma parte de las legiones de "caídos tras las líneas enemigas", abandonados por su institución (cuando no sujeto a vituperios de su comandante en jefe), desprestigiados por publicaciones de prensa, perseguidos injusta e ilegalmente por los jueces y olvidados por la ciudadanía a la cual salvaron de un régimen totalitario. Peor aún, las encuestas dicen que una mayoría de ella se opone a cualquier clase de indulto en su favor, como el que se les brindó a todos los terroristas que fueron llamados a combatir.
Todos estos antecedentes constan del libro de Gisela Silva Encina, "Miguel Krassnoff Prisionero por Servir a Chile", y de los expedientes judiciales respectivos.
Si hay alguna impunidad en Chile, es la de los jueces que cometen atropellos a las leyes y la verdad, a los cuales se añade el constituido por la sentencia de que da cuenta la prensa de hoy.
sábado, 31 de julio de 2010
viernes, 30 de julio de 2010
Vergüenza de Ser Chilenos
En ninguna parte del mundo las fuerzas armadas habrían tolerado lo que están tolerando acá. En ninguna parte del mundo quienes debieron su libertad a las fuerzas armadas habrían mirado para otro lado ante cosas como las que a ellas se les hacen acá.
José Rafael Aguirre Aguirre era subteniente en el regimiento "Caupolicán" de Puerto Porvenir en 1973. Nunca tuvo problemas de los llamados de "derechos humanos", pero 33 años después, en 2006, se enteró de que los miembros de una patrulla militar que confesaron haber dado muerte a tres personas de extrema izquierda, lo habían involucrado en el caso, el cual, desconociendo las leyes de amnistía y prescripción, sustanciaba el ministro sumariante de la Corte de Santiago, Joaquín Billiard.
Aguirre se defendió con la verdad y acreditó que no estaba siquiera cerca de Puerto Porvenir cuando se registraron las ejecuciones, pero el juez Billiard lo condenó de todas maneras a cinco años de presidio, sólo basado en "presunciones".
Aguirre recurrió a la Corte de Apelaciones y, afortunadamente, ésta reconoció que los seis testigos de que él se hallaba lejos de Puerto Porvenir a la fecha de las ejecuciones habían dicho la verdad, y estimó que había una plena prueba de su inocencia, invalidando las "presunciones" del juez Billiard. A éste, por otra parte, José Rafael Aguirre nunca siquiera lo vio, pues no participó en ninguna de las comparecencias e interrogatorios a que fue citado.
Aliviado por el fallo de Apelaciones, creyó que podía vivir una vejez tranquila, pero no se había dado cuenta de que en Chile impera la Justicia de Izquierda, que tiene sus propias reglas.
Pues el proceso en el cual había sido declarado inocente había llegado a la Corte Suprema sin él saberlo, tras recursos interpuestos por otros afectados. Y sin siquiera haber tenido derecho a defensa, se enteró de que la Suprema, de oficio, es decir, obrando por su cuenta, lo había condenado a siete años de presidio por el mismo delito en el cual había probado no tener nada que ver.
Frente al fallo de la Suprema no había recurso alguno. Ya sexagenario, inocente y tras haber gastado ingentes recursos en defenderse, ahora ha sido condenado a una pena mayor incluso que la impuesta en primera instancia por el juez Billiard, dejada sin efecto por la Corte de Apelaciones. Ésta se hizo cargo de que él había probado hasta la saciedad que se encontraba lejos del lugar de los hechos.
Porque en el proceso penal chileno contra los uniformados no existe la presunción de inocencia, como en el resto del derecho penal universal, sino la de culpabilidad. Pero Aguirre la desvirtuó y probó su inocencia.
No obstante, ahora José Rafael entra a pasar siete años de su vejez en presidio por un delito que no cometió.
Terroristas culpables de graves hechos de sangre han sido perdonados e indemnizados. El no tiene sus manos ensangrentadas y ha probado su inocencia, pero debe pasar siete años de su vejez en presidio.
El Presidente que se comprometió, ante más de mil uniformados en retiro, a velar por el respeto a las leyes, se desentiende de su caso y declara que no concederá ningún indulto, herramienta que estaba en sus manos para remediar injusticias como la que ha afectado a José Rafael Aguirre.
La civilidad, que mucho le debe a él y a sus camaradas de armas, mira para otro lado ante la injusticia, cuando no la cohonesta. El político que, para conseguir los votos de la "familia militar", le hizo promesas que no cumplió, ahora mira las encuestas y da la espalda a dicha "familia", ya embolsados sus votos. Sin éstos, entre paréntesis, no habría obtenido el triunfo.
La Justicia de Izquierda se soba las manos con la satisfacción de la venganza perpetrada, pues ésta le sabe especialmente dulce cuando recae sobre un uniformado inocente.
Cualquiera puede comprobar los hechos antes referidos examinando el proceso que afectó a José Rafael Aguirre Aguirre, pero nadie lo hará, porque es sólo "un caído más tras las líneas enemigas", no está en el bando políticamente correcto y lo único que tiene de su parte es la justicia y la razón, lo cual en el Chile actual no sirve absolutamente para nada.
Es por estas cosas que a unos pocos, muy pocos habitantes actuales de esta tierra nos da vergüenza ser chilenos.
José Rafael Aguirre Aguirre era subteniente en el regimiento "Caupolicán" de Puerto Porvenir en 1973. Nunca tuvo problemas de los llamados de "derechos humanos", pero 33 años después, en 2006, se enteró de que los miembros de una patrulla militar que confesaron haber dado muerte a tres personas de extrema izquierda, lo habían involucrado en el caso, el cual, desconociendo las leyes de amnistía y prescripción, sustanciaba el ministro sumariante de la Corte de Santiago, Joaquín Billiard.
Aguirre se defendió con la verdad y acreditó que no estaba siquiera cerca de Puerto Porvenir cuando se registraron las ejecuciones, pero el juez Billiard lo condenó de todas maneras a cinco años de presidio, sólo basado en "presunciones".
Aguirre recurrió a la Corte de Apelaciones y, afortunadamente, ésta reconoció que los seis testigos de que él se hallaba lejos de Puerto Porvenir a la fecha de las ejecuciones habían dicho la verdad, y estimó que había una plena prueba de su inocencia, invalidando las "presunciones" del juez Billiard. A éste, por otra parte, José Rafael Aguirre nunca siquiera lo vio, pues no participó en ninguna de las comparecencias e interrogatorios a que fue citado.
Aliviado por el fallo de Apelaciones, creyó que podía vivir una vejez tranquila, pero no se había dado cuenta de que en Chile impera la Justicia de Izquierda, que tiene sus propias reglas.
Pues el proceso en el cual había sido declarado inocente había llegado a la Corte Suprema sin él saberlo, tras recursos interpuestos por otros afectados. Y sin siquiera haber tenido derecho a defensa, se enteró de que la Suprema, de oficio, es decir, obrando por su cuenta, lo había condenado a siete años de presidio por el mismo delito en el cual había probado no tener nada que ver.
Frente al fallo de la Suprema no había recurso alguno. Ya sexagenario, inocente y tras haber gastado ingentes recursos en defenderse, ahora ha sido condenado a una pena mayor incluso que la impuesta en primera instancia por el juez Billiard, dejada sin efecto por la Corte de Apelaciones. Ésta se hizo cargo de que él había probado hasta la saciedad que se encontraba lejos del lugar de los hechos.
Porque en el proceso penal chileno contra los uniformados no existe la presunción de inocencia, como en el resto del derecho penal universal, sino la de culpabilidad. Pero Aguirre la desvirtuó y probó su inocencia.
No obstante, ahora José Rafael entra a pasar siete años de su vejez en presidio por un delito que no cometió.
Terroristas culpables de graves hechos de sangre han sido perdonados e indemnizados. El no tiene sus manos ensangrentadas y ha probado su inocencia, pero debe pasar siete años de su vejez en presidio.
El Presidente que se comprometió, ante más de mil uniformados en retiro, a velar por el respeto a las leyes, se desentiende de su caso y declara que no concederá ningún indulto, herramienta que estaba en sus manos para remediar injusticias como la que ha afectado a José Rafael Aguirre.
La civilidad, que mucho le debe a él y a sus camaradas de armas, mira para otro lado ante la injusticia, cuando no la cohonesta. El político que, para conseguir los votos de la "familia militar", le hizo promesas que no cumplió, ahora mira las encuestas y da la espalda a dicha "familia", ya embolsados sus votos. Sin éstos, entre paréntesis, no habría obtenido el triunfo.
La Justicia de Izquierda se soba las manos con la satisfacción de la venganza perpetrada, pues ésta le sabe especialmente dulce cuando recae sobre un uniformado inocente.
Cualquiera puede comprobar los hechos antes referidos examinando el proceso que afectó a José Rafael Aguirre Aguirre, pero nadie lo hará, porque es sólo "un caído más tras las líneas enemigas", no está en el bando políticamente correcto y lo único que tiene de su parte es la justicia y la razón, lo cual en el Chile actual no sirve absolutamente para nada.
Es por estas cosas que a unos pocos, muy pocos habitantes actuales de esta tierra nos da vergüenza ser chilenos.
jueves, 29 de julio de 2010
Lo Peor de Ambos Mundos
Siento el mayor desprecio por el resultado de las encuestas políticas, porque casi siempre manifiestan una preferencia mayoritaria de la población por medidas que yo considero muy perjudiciales para el país. El caso de la reciente del CEP no ha sido la excepción. Por ejemplo, las medidas de financiamiento que tienen apoyo mayoritario son los aumentos de impuestos, es decir, las que conducen a agrandar el tamaño del Estado; y las que lo tienen menos son las de mayor conveniencia para el país, como recortar el gasto público y vender algunas empresas estatales. Incluso, en el caso de esta última posibilidad, el rechazo es del 59 por ciento.
Qué duda cabe, tenemos una opinión pública de sesgo socialista. Por eso la Concertación venía ganando elecciones durante veinte años y si no ganó la presidencial última, digamos las cosas como son, fue porque llevó como candidato al peor de los que podía ofrecer, todo esto agravado por la simultaneidad con la campaña electoral de la reactivación del escandaloso proceso judicial en el cual se pretende "fabricar" el "asesinato" del ex Presidente Frei Montalva. Ello me llevó, y espero que junto a muchos, a idear un "voto de castigo" al Frei actual.
Pero sucede que el Presidente en funciones es un político propiamente tal y no un estadista (la diferencia entre uno y otro es que el primero piensa en la próxima elección y el segundo en la próxima generación). En esa condición, determina su quehacer según lo que indican las encuestas. Yo estoy absolutamente seguro de que, con una mano en el corazón, si se le preguntara qué cree mejor para el país, si financiar la reconstrucción y el déficit con los recursos acumulados en el fondo de emergencias del Estado, recortando gasto público y vendiendo activos estatales, o subir los impuestos a las empresas y las personas, sin vacilar optaría por la primera opción. Pero, como político, actúa guiado por sus expectativas de popularidad, es decir, por el "qué dirán" de las encuestas, y por eso en la ley de financiamiento eligió lo que es más popular y no lo mejor: subir los impuestos.
Tampoco tengo ninguna duda de que, otra vez "con una mano en el corazón" y en conciencia, si se le preguntara si debe o no indultar a los presos políticos ex uniformados, tal como Aylwin y sus sucesores indultaron a todos los terroristas de izquierda (y Lagos, además, a un militar), Piñera respondería que sí, que se debe indultar a los ex uniformados. Pero él es un "hombre mirando las encuestas" y fríamente optó por la injusticia de negarles el indulto a los hombres de armas que no sólo votaron por él creyendo en su sentido de justicia, sino que han sido condenados por luchar contra el terrorismo, hoy libre, indemnizado y socialmente perdonado, por sangrientos que hubieren sido sus crímenes.
Bueno, pero resulta que a este hombre que vive mirando las encuestas también le va mal en ellas, como lo indica la reciente del CEP, donde obtiene un nivel de apoyo (45%) mucho menor que su votación presidencial (52%) y menor que el que le reconocían otras encuestas recientes (47,8%), que ya habían disgustado al Gobierno.
¿Qué es lo que genera esta situación de "lo peor de ambos mundos" (sacrificar todo, hasta las propias convicciones --o al menos las del sector que lo eligió--, para triunfar en las encuestas y, sin embargo, retroceder en ellas)?
No tengo explicación. Sólo digo, como Julio Martínez en 1962, "Justicia Divina".
Qué duda cabe, tenemos una opinión pública de sesgo socialista. Por eso la Concertación venía ganando elecciones durante veinte años y si no ganó la presidencial última, digamos las cosas como son, fue porque llevó como candidato al peor de los que podía ofrecer, todo esto agravado por la simultaneidad con la campaña electoral de la reactivación del escandaloso proceso judicial en el cual se pretende "fabricar" el "asesinato" del ex Presidente Frei Montalva. Ello me llevó, y espero que junto a muchos, a idear un "voto de castigo" al Frei actual.
Pero sucede que el Presidente en funciones es un político propiamente tal y no un estadista (la diferencia entre uno y otro es que el primero piensa en la próxima elección y el segundo en la próxima generación). En esa condición, determina su quehacer según lo que indican las encuestas. Yo estoy absolutamente seguro de que, con una mano en el corazón, si se le preguntara qué cree mejor para el país, si financiar la reconstrucción y el déficit con los recursos acumulados en el fondo de emergencias del Estado, recortando gasto público y vendiendo activos estatales, o subir los impuestos a las empresas y las personas, sin vacilar optaría por la primera opción. Pero, como político, actúa guiado por sus expectativas de popularidad, es decir, por el "qué dirán" de las encuestas, y por eso en la ley de financiamiento eligió lo que es más popular y no lo mejor: subir los impuestos.
Tampoco tengo ninguna duda de que, otra vez "con una mano en el corazón" y en conciencia, si se le preguntara si debe o no indultar a los presos políticos ex uniformados, tal como Aylwin y sus sucesores indultaron a todos los terroristas de izquierda (y Lagos, además, a un militar), Piñera respondería que sí, que se debe indultar a los ex uniformados. Pero él es un "hombre mirando las encuestas" y fríamente optó por la injusticia de negarles el indulto a los hombres de armas que no sólo votaron por él creyendo en su sentido de justicia, sino que han sido condenados por luchar contra el terrorismo, hoy libre, indemnizado y socialmente perdonado, por sangrientos que hubieren sido sus crímenes.
Bueno, pero resulta que a este hombre que vive mirando las encuestas también le va mal en ellas, como lo indica la reciente del CEP, donde obtiene un nivel de apoyo (45%) mucho menor que su votación presidencial (52%) y menor que el que le reconocían otras encuestas recientes (47,8%), que ya habían disgustado al Gobierno.
¿Qué es lo que genera esta situación de "lo peor de ambos mundos" (sacrificar todo, hasta las propias convicciones --o al menos las del sector que lo eligió--, para triunfar en las encuestas y, sin embargo, retroceder en ellas)?
No tengo explicación. Sólo digo, como Julio Martínez en 1962, "Justicia Divina".
miércoles, 28 de julio de 2010
Andrade Dixit
Alguna investigación seria en los arcanos del esoterismo tal vez pueda explicar por qué Osvaldo Andrade, recién electo presidente del PS y nuevo epígono de la extrema izquierda socialista, aludido por mí ayer como una amenaza de revolucionarismo retrógrado, aparece hoy en una columna de "El Mercurio" ofreciendo exactamente las pruebas que yo necesitaba acerca de su completo y peligroso desvarío económico-social.
El nudo de la novedosa doctrina andradiana es el siguiente: la encuesta CASEN 2009 muestra que el 70 por ciento de los pobres tiene contrato de trabajo. Ergo, el problema está en que esos contratos de trabajo garantizan muy bajos sueldos, de modo que la solución está en aumentar más el salario mínimo y las remuneraciones de los trabajadores, para así combatir la pobreza.
El único peligro que puede derivar para Andrade de su tesis, aparte del que le representa el discrepar de mis opiniones, es que alguien todavía más socialista y dirigista que él proponga un salario mínimo de un millón de pesos mensuales, lo que, de acuerdo a su raciocinio, haría desaparecer la pobreza en Chile y nos convertiría en el país con los trabajadores mejor pagados del hemisferio y, tal vez, del mundo.
Por supuesto, el sofisma de Andrade deriva de que, si el 70 por ciento de los pobres tiene contrato de trabajo, como él dice (en realidad, es el 69 por ciento) eso significa que el 30 por ciento está desempleado (en realidad es el 31 por ciento). Entre los no pobres el desempleo es mucho menor (en promedio, del 8 por ciento) y entre los más ricos es de 2 por ciento, es decir hay sobreempleo o escasez de trabajadores. Lo que sucede es que la pobreza está inextricablemente ligada al desempleo, y no al nivel del sueldo.
De hecho, podría extremarse el ¿argumento? de Andrade revelando que el 49 por ciento de los indigentes tiene contrato de trabajo, de modo que subiéndoles los sueldos por ley se conseguiría sacarlos de la indigencia. Absurdo. Lo que necesitan es más empleo.
El problema, tanto de la pobreza como de la indigencia, está en que demasiadas personas de esos niveles no encuentran trabajo y por eso tienen tasas de cesantía entre cuatro y seis veces más altas que el promedio. Si en una familia pobre de tres personas en edad de trabajar dos tienen empleos de 175 mil pesos, el ingreso familiar será de 350 mil pesos; y si la familia es de seis personas, todos en ella caerán bajo el nivel de pobreza. Supongamos que el salario mìnimo bajara a 150 mil pesos, y que a raíz de eso el tercer miembro en edad de trabajar encontrara empleo. En ese caso la familia tendría un ingreso de 450 mil pesos y sus seis miembros uno superior al definido como nivel de pobreza. Es decir, la familia dejaría de ser pobre haciendo todo lo contrario de lo que recomienda Andrade. En cambio, si se hiciera lo que él recomienda, subir más el salario mínimo, a lo mejor la cesantía de ese sector aumentaría, un solo miembro tendría trabajo y serían todavía más pobres.
Por eso el socialismo perpetúa y, a veces, aumenta la pobreza (aparte de que también lo hace por otras razones, como las de que derrocha los recursos en planes alocados como el Transantiago o el de los ferrocarriles o por la excesiva burocratizaciòn del Estado, para pagar a las clientelas electorales).
La idea expuesta por Andrade es, típicamente, de esas que los franceses llaman "fausses idées claires", "falsas ideas claras". Suelen servir para ganar encuestas y hasta elecciones, pero a la larga son desastrosas para el bienestar de los pobres en particular y de los paìses en general, como lo prueban la situación del "estado de bienestar" europeo actual o, en el caso extremo, el derrumbe del comunismo hace 21 años.
Muchos socialistas, por eso, se han renovado y han revisado sus posturas. La "Nueva Izquierda" del PS todavía no lo ha logrado, como lo prueba Andrade en su artículo de hoy. Pero ganó la elección en su partido.
El caso de Michelle Bachelet, que pertenece a esa misma ala extrema, merece párrafo aparte, porque como Presidenta marginó a Andrade de toda posibilidad de llevar la voz cantante y se inclinó por la ortodoxia liberal de Andrés Velasco, al cual debe el no pequeño logro de haber terminado su gobierno de una manera razonable y no en medio del desastre que habría significado, especialmente para los pobres, el haber llevado a la práctica las ideas del sector partidista que encabeza Andrade y al que ella pertenece.
El nudo de la novedosa doctrina andradiana es el siguiente: la encuesta CASEN 2009 muestra que el 70 por ciento de los pobres tiene contrato de trabajo. Ergo, el problema está en que esos contratos de trabajo garantizan muy bajos sueldos, de modo que la solución está en aumentar más el salario mínimo y las remuneraciones de los trabajadores, para así combatir la pobreza.
El único peligro que puede derivar para Andrade de su tesis, aparte del que le representa el discrepar de mis opiniones, es que alguien todavía más socialista y dirigista que él proponga un salario mínimo de un millón de pesos mensuales, lo que, de acuerdo a su raciocinio, haría desaparecer la pobreza en Chile y nos convertiría en el país con los trabajadores mejor pagados del hemisferio y, tal vez, del mundo.
Por supuesto, el sofisma de Andrade deriva de que, si el 70 por ciento de los pobres tiene contrato de trabajo, como él dice (en realidad, es el 69 por ciento) eso significa que el 30 por ciento está desempleado (en realidad es el 31 por ciento). Entre los no pobres el desempleo es mucho menor (en promedio, del 8 por ciento) y entre los más ricos es de 2 por ciento, es decir hay sobreempleo o escasez de trabajadores. Lo que sucede es que la pobreza está inextricablemente ligada al desempleo, y no al nivel del sueldo.
De hecho, podría extremarse el ¿argumento? de Andrade revelando que el 49 por ciento de los indigentes tiene contrato de trabajo, de modo que subiéndoles los sueldos por ley se conseguiría sacarlos de la indigencia. Absurdo. Lo que necesitan es más empleo.
El problema, tanto de la pobreza como de la indigencia, está en que demasiadas personas de esos niveles no encuentran trabajo y por eso tienen tasas de cesantía entre cuatro y seis veces más altas que el promedio. Si en una familia pobre de tres personas en edad de trabajar dos tienen empleos de 175 mil pesos, el ingreso familiar será de 350 mil pesos; y si la familia es de seis personas, todos en ella caerán bajo el nivel de pobreza. Supongamos que el salario mìnimo bajara a 150 mil pesos, y que a raíz de eso el tercer miembro en edad de trabajar encontrara empleo. En ese caso la familia tendría un ingreso de 450 mil pesos y sus seis miembros uno superior al definido como nivel de pobreza. Es decir, la familia dejaría de ser pobre haciendo todo lo contrario de lo que recomienda Andrade. En cambio, si se hiciera lo que él recomienda, subir más el salario mínimo, a lo mejor la cesantía de ese sector aumentaría, un solo miembro tendría trabajo y serían todavía más pobres.
Por eso el socialismo perpetúa y, a veces, aumenta la pobreza (aparte de que también lo hace por otras razones, como las de que derrocha los recursos en planes alocados como el Transantiago o el de los ferrocarriles o por la excesiva burocratizaciòn del Estado, para pagar a las clientelas electorales).
La idea expuesta por Andrade es, típicamente, de esas que los franceses llaman "fausses idées claires", "falsas ideas claras". Suelen servir para ganar encuestas y hasta elecciones, pero a la larga son desastrosas para el bienestar de los pobres en particular y de los paìses en general, como lo prueban la situación del "estado de bienestar" europeo actual o, en el caso extremo, el derrumbe del comunismo hace 21 años.
Muchos socialistas, por eso, se han renovado y han revisado sus posturas. La "Nueva Izquierda" del PS todavía no lo ha logrado, como lo prueba Andrade en su artículo de hoy. Pero ganó la elección en su partido.
El caso de Michelle Bachelet, que pertenece a esa misma ala extrema, merece párrafo aparte, porque como Presidenta marginó a Andrade de toda posibilidad de llevar la voz cantante y se inclinó por la ortodoxia liberal de Andrés Velasco, al cual debe el no pequeño logro de haber terminado su gobierno de una manera razonable y no en medio del desastre que habría significado, especialmente para los pobres, el haber llevado a la práctica las ideas del sector partidista que encabeza Andrade y al que ella pertenece.
martes, 27 de julio de 2010
La Revolución que Viene
Andrade ha sido elegido presidente del PS y es un socialista revolucionario. Si no hubiera sido por Andrés Velasco, el ministro Andrade habría destrozado al gobierno de Bachelet. Así y todo, en el papel ese gobierno terminó destrozado: según la encuesta CASEN 2009, durante él aumentaron la pobreza y la desigualdad. Andrade se asirá de eso para pedir un verdadero giro al socialismo. Yo me sirvo de eso mismo para pedir un verdadero giro hacia mayor libertad.
La propia encuesta CASEN se fundó en una canasta de bienes, principalmente alimentos, para definir la línea de la pobreza. Como la crisis de 2008 incidió en un aumento de 36 por ciento en el precio de los alimentos, la canasta se encareció y eso subió desmedidamente la línea de la pobreza. Aunque la misma encuesta revela que los más pobres aumentaron sus ingresos, los precios de la canasta aumentaron más. Todo esto, por consiguiente, es bastante artificial. El Gobierno Militar creó la encuesta CASEN y la canasta en que se basa, y en la primera apareció un índice de pobreza de 38 por ciento, pero hubo economistas que demostraron que si los limones no hubieran tenido un alza desproporcionada, la pobreza habría sido varios puntos menor. Entonces, si los alimentos de la canasta en el futuro bajan de precio, como podría suceder, habrá centenares de miles de pobres menos. ¿Vamos a proclamar el triunfo en la lucha contra la pobreza?
Todo esto, repito, es bastante artificial. El actual ministro de Hacienda, Felipe Larraín, actualizó la canasta de la CASEN 2006, en que la pobreza era de 13,7 por ciento y fue proclamada como un gran triunfo por la Concertación, y la encuesta hecha con la canasta actualizada de Larraín arrojó un 29 por ciento de pobres. No sé por qué en estos días no se ha recordado eso, ni se ha actualizado el resultado de la CASEN 2009 con la canasta de Larraín. Sería interesante. A lo mejor la pobreza subiría por sobre el 30 por ciento.
Y también se ha subrayado que la desigualdad ha aumentado, porque los ingresos del decil más pobre han crecido menos que los del decil más rico. ¿Qué tiene eso de raro, si el socialismo y sus leyes laborales ha encarecido artificialmente el precio del trabajo no calificado (el que hacen los más pobres)? Ello ha conducido a aumentar el desempleo de los mismos. Según la encuesta, la cesantía de los indigentes es del 51 por ciento. ¡Cómo no van a ser indigentes, si más de la mitad no tiene trabajo! ¿Qué se debe hacer? Obviamente, darles libertad de trabajo. Que cualquiera se emplee legalmente por la remuneraciòn que acuerde con su empleador. El desempleo de los indigentes, por definición, tendería a cero. Eso sería revolucionario. No habría indigentes, porque la ocupación entre ellos aumentaría al doble que hoy. Y también la pobreza disminuiría. Entre paréntesis, el desempleo en el decil más rico no existe (es de 2 por ciento). Luego, son las políticas socialistas las que explican el aumento de la desigualdad entre el diez por ciento más rico y el más pobre.
Y la revolución liberal que viene (porque viene, pues todo lo anterior es de sentido común, y tarde o temprano el sentido común se impone; por eso cayó el Muro de Berlín) no termina aquí. Hay que añadir la entrega del gasto social directamente a los pobres, administrar lo cual costaría el medio por ciento de ese gasto. Hoy hay entidades estatales que se llevan hasta el 60 por ciento del gasto social que administran, para pagar su artificial burocracia.
Con esa revolución se pondría término no sólo a la indigencia, sino a la pobreza. Chile sería desarrollado. Claro, para hacerla nos falta algo que no tenemos: un gobierno de derecha.
La propia encuesta CASEN se fundó en una canasta de bienes, principalmente alimentos, para definir la línea de la pobreza. Como la crisis de 2008 incidió en un aumento de 36 por ciento en el precio de los alimentos, la canasta se encareció y eso subió desmedidamente la línea de la pobreza. Aunque la misma encuesta revela que los más pobres aumentaron sus ingresos, los precios de la canasta aumentaron más. Todo esto, por consiguiente, es bastante artificial. El Gobierno Militar creó la encuesta CASEN y la canasta en que se basa, y en la primera apareció un índice de pobreza de 38 por ciento, pero hubo economistas que demostraron que si los limones no hubieran tenido un alza desproporcionada, la pobreza habría sido varios puntos menor. Entonces, si los alimentos de la canasta en el futuro bajan de precio, como podría suceder, habrá centenares de miles de pobres menos. ¿Vamos a proclamar el triunfo en la lucha contra la pobreza?
Todo esto, repito, es bastante artificial. El actual ministro de Hacienda, Felipe Larraín, actualizó la canasta de la CASEN 2006, en que la pobreza era de 13,7 por ciento y fue proclamada como un gran triunfo por la Concertación, y la encuesta hecha con la canasta actualizada de Larraín arrojó un 29 por ciento de pobres. No sé por qué en estos días no se ha recordado eso, ni se ha actualizado el resultado de la CASEN 2009 con la canasta de Larraín. Sería interesante. A lo mejor la pobreza subiría por sobre el 30 por ciento.
Y también se ha subrayado que la desigualdad ha aumentado, porque los ingresos del decil más pobre han crecido menos que los del decil más rico. ¿Qué tiene eso de raro, si el socialismo y sus leyes laborales ha encarecido artificialmente el precio del trabajo no calificado (el que hacen los más pobres)? Ello ha conducido a aumentar el desempleo de los mismos. Según la encuesta, la cesantía de los indigentes es del 51 por ciento. ¡Cómo no van a ser indigentes, si más de la mitad no tiene trabajo! ¿Qué se debe hacer? Obviamente, darles libertad de trabajo. Que cualquiera se emplee legalmente por la remuneraciòn que acuerde con su empleador. El desempleo de los indigentes, por definición, tendería a cero. Eso sería revolucionario. No habría indigentes, porque la ocupación entre ellos aumentaría al doble que hoy. Y también la pobreza disminuiría. Entre paréntesis, el desempleo en el decil más rico no existe (es de 2 por ciento). Luego, son las políticas socialistas las que explican el aumento de la desigualdad entre el diez por ciento más rico y el más pobre.
Y la revolución liberal que viene (porque viene, pues todo lo anterior es de sentido común, y tarde o temprano el sentido común se impone; por eso cayó el Muro de Berlín) no termina aquí. Hay que añadir la entrega del gasto social directamente a los pobres, administrar lo cual costaría el medio por ciento de ese gasto. Hoy hay entidades estatales que se llevan hasta el 60 por ciento del gasto social que administran, para pagar su artificial burocracia.
Con esa revolución se pondría término no sólo a la indigencia, sino a la pobreza. Chile sería desarrollado. Claro, para hacerla nos falta algo que no tenemos: un gobierno de derecha.
lunes, 26 de julio de 2010
¡Y Era el V Gobierno de la Concertación!
Piedra de toque: instrumento destinado a verificar la autenticidad de los metales, en particular del oro.
Como piedra de toque para saber si éste era o no un V Gobierno de la Concertación puede usarse el tema de los derechos humanos. Si la dialéctica oficial era la misma que la de sus antecesores, quería decir que era un mero sucesor de ellos. Y la dialéctica ha sido la misma: no puede haber perdón para los violadores de derechos humanos. Pero esto con una advertencia identificatoria: sólo son tales los ex uniformados. No los terroristas, por sangrientos que hubieren sido sus crímenes. El mismo idioma de la Concertación.
En el terreno del debate y de las ideas no había duda de que el indulto a los ex uniformados era procedente.
Primero, por justicia elemental, dado que ya se ha indultado a todos los terroristas que aquéllos fueron llamados a combatir, incluyéndose a los que han delinquido después de 1990 (caso Aliste y sus lautaristas). No hay ex uniformados condenados por hechos de la lucha antiterrorista posteriores a 1990.
Segundo, porque el derecho internacional lo autoriza, como lo prueba que el indulto haya sido considerado apropiado en juicios sobre violaciones de derechos humanos en la ex Yugoslavia y en Ruanda, ante Tribunales Penales Internacionales.
Tercero, porque en nuestra Constituciòn (art. 9º) se establece que el terrorismo es por esencia contrario a los derechos humanos, y sin embargo se ha indultado reiteradamente a los responsables de él, después de 1990. Luego, las violaciones de derechos humanos pueden perdonarse por indulto.
Cuarto, porque Ricardo Lagos indultó a un ex uniformado condenado por un supuesto crimen de lesa humanidad y violatorio de los derechos humanos, sin que nadie lo objetara (caso Contreras Donayre, por el homicidio de Tucapel Jiménez).
Quinto, porque se reformó la Constitución, después de 1990, para autorizar indultos a terroristas, pese a ser violadores de derechos humanos, según la misma Constitución. Luego, esa clase de delitos puede indultarse.
Sexto, porque la definición de delitos de lesa humanidad del Tratado de Roma de 1998 señala que sólo lo son los que tienen lugar "en el contexto de un ataque masivo y sistemático contra la población civil", cosa que no ocurrió nunca por parte del Gobierno Militar, cuya represión fue dirigida sólo contra el terrorismo de izquierda. Pero esa tipificación sí podría caracterizar los atentados terroristas con bombas que mataban indiscriminadamente a civiles.
Séptimo, porque en Chile no había --contra lo que se afirma impunemente en forma pública-- tratados internacionales vigentes que impidieran la amnistía o el indulto y la primera vez que se tipificó el delito de lesa humanidad entre nosotros fue por ley de 2009, que estableció expresamente que no podía aplicarse a actos anteriores a ella. El solo hecho de que haya debido dictarse esa ley prueba que semejantes delitos no existían en Chile y, por tanto, nadie podía cometerlos ni ser castigado por ellos.
Como queda de manifiesto de lo anterior, era tan evidente que la razón, el derecho y la justicia avalaban la iniciativa de indultar a los ex uniformados, que en un país donde imperara un real estado de derecho ella habría sido prontamente aprobada.
Pero Chile no cumple con ese requisito. Acá todo se resuelve mediante consignas, eslóganes y dicterios. Las propias Iglesias que propusieron el indulto, cuya novedad consistía en que no discriminaba a los militares, se asustaron casi tanto como Sebastián Piñera y retrocedieron prontamente cuando la extrema izquierda levantó sus voces amenazadoras; y dijeron (cruzando los dedos tras la espalda) que nunca habían pensado en que se perdonara a "violadores de derechos humanos", expresión que hicieron, al igual que el comunismo, la Concertación y su V Gobierno, sinónima de ex uniformados condenados.
En fin, las encuestas revelan que el lavado cerebral en Chile ha sido efectivo y casi los dos tercios de las personas desaprueban el indulto a los ex hombres de armas.
Como era de prever, el "Hombre Mirando las Encuestas" (ver blog anterior), ha emitido el veredicto que podía esperarse de él.
Y la "piedra de toque", aplicada también antes al caso del aumento de los impuestos a las empresas y a los dueños de DFL 2 y ahorrantes, al alza de las contribuciones y del royalty; y al caso de la creación de más burocracia ("Ministerio de Desarrollo Social"), aplicada ahora al tema de los derechos humanos, confirma que efectivamente nos rige, para todos los efectos prácticos de los ciudadanos de a pie o que andan en autos no oficiales ni episcopales, "un V Gobierno de la Concertación".
Como piedra de toque para saber si éste era o no un V Gobierno de la Concertación puede usarse el tema de los derechos humanos. Si la dialéctica oficial era la misma que la de sus antecesores, quería decir que era un mero sucesor de ellos. Y la dialéctica ha sido la misma: no puede haber perdón para los violadores de derechos humanos. Pero esto con una advertencia identificatoria: sólo son tales los ex uniformados. No los terroristas, por sangrientos que hubieren sido sus crímenes. El mismo idioma de la Concertación.
En el terreno del debate y de las ideas no había duda de que el indulto a los ex uniformados era procedente.
Primero, por justicia elemental, dado que ya se ha indultado a todos los terroristas que aquéllos fueron llamados a combatir, incluyéndose a los que han delinquido después de 1990 (caso Aliste y sus lautaristas). No hay ex uniformados condenados por hechos de la lucha antiterrorista posteriores a 1990.
Segundo, porque el derecho internacional lo autoriza, como lo prueba que el indulto haya sido considerado apropiado en juicios sobre violaciones de derechos humanos en la ex Yugoslavia y en Ruanda, ante Tribunales Penales Internacionales.
Tercero, porque en nuestra Constituciòn (art. 9º) se establece que el terrorismo es por esencia contrario a los derechos humanos, y sin embargo se ha indultado reiteradamente a los responsables de él, después de 1990. Luego, las violaciones de derechos humanos pueden perdonarse por indulto.
Cuarto, porque Ricardo Lagos indultó a un ex uniformado condenado por un supuesto crimen de lesa humanidad y violatorio de los derechos humanos, sin que nadie lo objetara (caso Contreras Donayre, por el homicidio de Tucapel Jiménez).
Quinto, porque se reformó la Constitución, después de 1990, para autorizar indultos a terroristas, pese a ser violadores de derechos humanos, según la misma Constitución. Luego, esa clase de delitos puede indultarse.
Sexto, porque la definición de delitos de lesa humanidad del Tratado de Roma de 1998 señala que sólo lo son los que tienen lugar "en el contexto de un ataque masivo y sistemático contra la población civil", cosa que no ocurrió nunca por parte del Gobierno Militar, cuya represión fue dirigida sólo contra el terrorismo de izquierda. Pero esa tipificación sí podría caracterizar los atentados terroristas con bombas que mataban indiscriminadamente a civiles.
Séptimo, porque en Chile no había --contra lo que se afirma impunemente en forma pública-- tratados internacionales vigentes que impidieran la amnistía o el indulto y la primera vez que se tipificó el delito de lesa humanidad entre nosotros fue por ley de 2009, que estableció expresamente que no podía aplicarse a actos anteriores a ella. El solo hecho de que haya debido dictarse esa ley prueba que semejantes delitos no existían en Chile y, por tanto, nadie podía cometerlos ni ser castigado por ellos.
Como queda de manifiesto de lo anterior, era tan evidente que la razón, el derecho y la justicia avalaban la iniciativa de indultar a los ex uniformados, que en un país donde imperara un real estado de derecho ella habría sido prontamente aprobada.
Pero Chile no cumple con ese requisito. Acá todo se resuelve mediante consignas, eslóganes y dicterios. Las propias Iglesias que propusieron el indulto, cuya novedad consistía en que no discriminaba a los militares, se asustaron casi tanto como Sebastián Piñera y retrocedieron prontamente cuando la extrema izquierda levantó sus voces amenazadoras; y dijeron (cruzando los dedos tras la espalda) que nunca habían pensado en que se perdonara a "violadores de derechos humanos", expresión que hicieron, al igual que el comunismo, la Concertación y su V Gobierno, sinónima de ex uniformados condenados.
En fin, las encuestas revelan que el lavado cerebral en Chile ha sido efectivo y casi los dos tercios de las personas desaprueban el indulto a los ex hombres de armas.
Como era de prever, el "Hombre Mirando las Encuestas" (ver blog anterior), ha emitido el veredicto que podía esperarse de él.
Y la "piedra de toque", aplicada también antes al caso del aumento de los impuestos a las empresas y a los dueños de DFL 2 y ahorrantes, al alza de las contribuciones y del royalty; y al caso de la creación de más burocracia ("Ministerio de Desarrollo Social"), aplicada ahora al tema de los derechos humanos, confirma que efectivamente nos rige, para todos los efectos prácticos de los ciudadanos de a pie o que andan en autos no oficiales ni episcopales, "un V Gobierno de la Concertación".
domingo, 25 de julio de 2010
Sucedió lo que Tenía que Suceder
Desde hace tiempo he venido anticipando que no habría perdón para los presos políticos uniformados. (Son tales porque están privados de libertad con desconocimiento de las leyes y sólo por razones políticas). Los uniformados en retiro habían creído entender a Sebastián Piñera, como candidato, que velaría por el respeto a las leyes para sus camaradas. En consecuencia, pensaron que haría cuanto estuviera en su mano por revertir las sentencias ilegales de los jueces que los han mandado a presidio. Una de las vías que tenía para cumplir su promesa era el indulto. Pero pensar que Sebastián Piñera iba a disgustar a la extrema izquierda y a la Concertación para cumplir una promesa electoral equivalía a no conocerlo. De hecho, apenas asumió, denegó el indulto al general (r) Odlanier Mena, ilegalmente condenado, octogenario, enfermo y, por añadidura, inocente, como lo acaba de reconocer una de sus supuestas víctimas (ver mi blog del día 23).
Como era de esperarse, en un país de opinión pública tan rudimentaria como la nuestra, que se "traga" cualquier cosa, el Presidente anunció hoy que no indultaría a reos de delitos de "lesa humanidad", en medio del aplauso de la izquierda. Eso, en lenguaje chileno (equivocado, pero es el que casi todos entienden) quiere decir que ningún ex uniformado será indultado. Las pocas personas que tienen algún conocimiento de derecho (lo que excluye a la casi totalidad de los "lìderes de opinión", a todo el Episcopado y a la mayor parte de los abogados), saben que no hay en Chile ningún preso por "delitos de lesa humanidad", porque la ley que los tipificó se dictó hace sólo un año y no se registra desde entonces ninguno de tales delitos. Y la misma ley se encarga de precisar que sólo regirá hacia lo futuro, cosa innecesaria, porque la Constitución lo dice y en el mundo civilizado las leyes penales no pueden tener efecto retroactivo.
Pero, en medio de la ignorancia general, cuando se habla de reos por delitos de lesa humanidad, se entiende entre nosotros que (como vivimos en el error) se hace referencia a los ex uniformados presos. De modo que el Presidente ha hecho una aseveración equivocada fundado en un conocimiento legal equivocado, con lo cual se ha ganado el aplauso de una gran mayoría de chilenos equivocados, Lo están gracias a un proceso de lavado cerebral masivo, constante e indiscriminado llevado a cabo durante veinte años.
Los autores del mismo, como Ricardo Lagos Escobar, tienen tan mal concepto acerca del entendimiento de nuestra opinión pública que se dan el lujo de reírse de ella en sus narices, como cuando el antedicho Lagos indultó a Manuel Contreras Donayre, uno de los condenados por el supuesto "delito de lesa humanidad" de asesinar a Tucapel Jiménez. Con eso Lagos dejó en claro, uno, que dicho delito no era de esa índole; y dos, que, siéndolo o no, era perfectamente indultable.
Piñera, con ese solo fundamento, podría hacer lo mismo, pero, primero, carece del coraje político de Lagos y, segundo, le tiene mucho más miedo que éste a la extrema izquierda. Tanto que ni siquiera se atrevió a indultar a un general inocente, octogenario y enfermo.
Resumen: en derecho, no se ha cometido en Chile ningún delito de lesa humanidad; pero, como estamos en Chile, donde, respecto de los uniformados, no existe el estado de derecho, hay personas presas por esos delitos; y aunque, por consiguiente, están ilegalmente presas y se justificaría a su respecto el indulto, el Presidente no se atreverá a indultarlas ni a cumplir su promesa de velar porque las leyes se aplicaran a los ex uniformados presos.
Como conozco bien a Chile y mejor a Piñera, yo anticipé que todo esto iba a suceder y lamento comprobar que tenía toda la razón.
Como era de esperarse, en un país de opinión pública tan rudimentaria como la nuestra, que se "traga" cualquier cosa, el Presidente anunció hoy que no indultaría a reos de delitos de "lesa humanidad", en medio del aplauso de la izquierda. Eso, en lenguaje chileno (equivocado, pero es el que casi todos entienden) quiere decir que ningún ex uniformado será indultado. Las pocas personas que tienen algún conocimiento de derecho (lo que excluye a la casi totalidad de los "lìderes de opinión", a todo el Episcopado y a la mayor parte de los abogados), saben que no hay en Chile ningún preso por "delitos de lesa humanidad", porque la ley que los tipificó se dictó hace sólo un año y no se registra desde entonces ninguno de tales delitos. Y la misma ley se encarga de precisar que sólo regirá hacia lo futuro, cosa innecesaria, porque la Constitución lo dice y en el mundo civilizado las leyes penales no pueden tener efecto retroactivo.
Pero, en medio de la ignorancia general, cuando se habla de reos por delitos de lesa humanidad, se entiende entre nosotros que (como vivimos en el error) se hace referencia a los ex uniformados presos. De modo que el Presidente ha hecho una aseveración equivocada fundado en un conocimiento legal equivocado, con lo cual se ha ganado el aplauso de una gran mayoría de chilenos equivocados, Lo están gracias a un proceso de lavado cerebral masivo, constante e indiscriminado llevado a cabo durante veinte años.
Los autores del mismo, como Ricardo Lagos Escobar, tienen tan mal concepto acerca del entendimiento de nuestra opinión pública que se dan el lujo de reírse de ella en sus narices, como cuando el antedicho Lagos indultó a Manuel Contreras Donayre, uno de los condenados por el supuesto "delito de lesa humanidad" de asesinar a Tucapel Jiménez. Con eso Lagos dejó en claro, uno, que dicho delito no era de esa índole; y dos, que, siéndolo o no, era perfectamente indultable.
Piñera, con ese solo fundamento, podría hacer lo mismo, pero, primero, carece del coraje político de Lagos y, segundo, le tiene mucho más miedo que éste a la extrema izquierda. Tanto que ni siquiera se atrevió a indultar a un general inocente, octogenario y enfermo.
Resumen: en derecho, no se ha cometido en Chile ningún delito de lesa humanidad; pero, como estamos en Chile, donde, respecto de los uniformados, no existe el estado de derecho, hay personas presas por esos delitos; y aunque, por consiguiente, están ilegalmente presas y se justificaría a su respecto el indulto, el Presidente no se atreverá a indultarlas ni a cumplir su promesa de velar porque las leyes se aplicaran a los ex uniformados presos.
Como conozco bien a Chile y mejor a Piñera, yo anticipé que todo esto iba a suceder y lamento comprobar que tenía toda la razón.
sábado, 24 de julio de 2010
¿País "Serio y Legalista"?
Hay gente según la cual Chile es un país serio y legalista, pero eso no es verdad, por supuesto. Usted lo puede comprobar sin esfuerzo. Pero desde las más altas esferas hasta el grueso público ello se dice constantemente.
En estos días los políticos de la Concertación y unos pocos de la Alianza sostienen que no se puede ni debe indultar a violadores de los derechos humanos. Las encuestas muestran que la mayoría de las personas opina lo mismo. Y la mayoría también opina que Chile es un país serio y legalista, en el sentido de que establece que las leyes deben respetarse y éstas se respetan. Es que se está hablando de indultar a ex uniformados
Pero en 2004 los políticos de la Concertación, tanto gobernantes como parlamentarios, aprobaron una ley de indulto a violadores de derechos humanos, y en el Congreso esa ley tuvo, además, el apoyo de senadores de la Alianza. A raíz de eso varios terroristas fueron indultados, entre ellos el que poco después asesinó al cabo Moyano, de Carabineros.
El art. 9 de la Constituciòn dice que el terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos. Luego, los terroristas son violadores de los derechos humanos. Pero fueron indultados por ley de la Concertación, con apoyo de la Alianza, en 2004.
Sin embargo, ahora los políticos de la Concertación dicen que no se puede indultar a violadores de los derechos humanos, en circunstancias de que ellos mismos lo hicieron y de que la Constitución lo autoriza. Más aún, la reforma constitucional que lo permitió y que abrió el camino para amnistiar esas violaciones a los derechos humanos fue de iniciativa del Presidente Aylwin. Pero éste ahora dice que no se debe indultar a esas personas. ¿Cómo puede explicarse esa contradicción del ex Presidente Aylwin? No se puede. Las contradicciones de ese insigne estadista nunca han podido explicarse. Por eso se ha ganado un lugar en YouTube, donde aparece afirmando una cosa en 1973 (que el gobierno de Allende se proponía llevar a cabo un golpe de Estado totalitario) y otra completamente opuesta en 1993 (que él nunca dijo que el gobierno de Allende fuera a intentar semejante cosa).
Hoy en "El Mercurio" el abogado Fernando Saenger hace ver que constitucional y legalmente, en Chile, está autorizado amnistiar e indultar violaciones a los derechos humanos, y cita las disposiciones anteriormente referidas. Por eso se asombra de que algunos fallos de la Corte Suprema hayan determinado que no es aceptable la amnistía de violadores de los derechos humanos. Es decir, la Corte Suprema ha pasado, en esos casos, por sobre la Constitución. Pero si alguien recurriera a ella para que anulara la amnistía de un terrorista de izquierda (cosa que nadie ha intentado), es seguro que opinaría lo contrario y la haría respetar. Sucedió algo parecido cuando un abogado recurrió a los tribunales para hacer efectiva la responsabilidad de Gladys Marín en hechos de terrorismo de los '80 y nuestro máximo tribunal determinó que esas violaciones de los derechos humanos estaban prescritas. Obvio, sólo las cometidas por uniformados son imprescriptibles.
¿Es esto serio? ¿Es propio de un país legalista? No lo es, por supuesto. Lo que sucede es que no somos un país serio ni legalista, y los políticos y los jueces, por solemnes que sean las poses que adopten al emitir sus juicios ante la opinión pública, la prensa y las cámaras, ajustan sus veredictos, no a la seriedad ni al legalismo, sino a sus propias inclinaciones partidistas. Por eso pueden, en una oportunidad, perdonar violaciones de los derechos humanos cometidas por perpetradores de izquierda, y en otra decir que esas violaciones no pueden ser perdonadas, si las han cometido uniformados que han combatido al terrorismo de izquierda.
El país es así. "Así" puede ser cualquier cosa, en particular "cínico", pero no "serio y legalista".
En estos días los políticos de la Concertación y unos pocos de la Alianza sostienen que no se puede ni debe indultar a violadores de los derechos humanos. Las encuestas muestran que la mayoría de las personas opina lo mismo. Y la mayoría también opina que Chile es un país serio y legalista, en el sentido de que establece que las leyes deben respetarse y éstas se respetan. Es que se está hablando de indultar a ex uniformados
Pero en 2004 los políticos de la Concertación, tanto gobernantes como parlamentarios, aprobaron una ley de indulto a violadores de derechos humanos, y en el Congreso esa ley tuvo, además, el apoyo de senadores de la Alianza. A raíz de eso varios terroristas fueron indultados, entre ellos el que poco después asesinó al cabo Moyano, de Carabineros.
El art. 9 de la Constituciòn dice que el terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos. Luego, los terroristas son violadores de los derechos humanos. Pero fueron indultados por ley de la Concertación, con apoyo de la Alianza, en 2004.
Sin embargo, ahora los políticos de la Concertación dicen que no se puede indultar a violadores de los derechos humanos, en circunstancias de que ellos mismos lo hicieron y de que la Constitución lo autoriza. Más aún, la reforma constitucional que lo permitió y que abrió el camino para amnistiar esas violaciones a los derechos humanos fue de iniciativa del Presidente Aylwin. Pero éste ahora dice que no se debe indultar a esas personas. ¿Cómo puede explicarse esa contradicción del ex Presidente Aylwin? No se puede. Las contradicciones de ese insigne estadista nunca han podido explicarse. Por eso se ha ganado un lugar en YouTube, donde aparece afirmando una cosa en 1973 (que el gobierno de Allende se proponía llevar a cabo un golpe de Estado totalitario) y otra completamente opuesta en 1993 (que él nunca dijo que el gobierno de Allende fuera a intentar semejante cosa).
Hoy en "El Mercurio" el abogado Fernando Saenger hace ver que constitucional y legalmente, en Chile, está autorizado amnistiar e indultar violaciones a los derechos humanos, y cita las disposiciones anteriormente referidas. Por eso se asombra de que algunos fallos de la Corte Suprema hayan determinado que no es aceptable la amnistía de violadores de los derechos humanos. Es decir, la Corte Suprema ha pasado, en esos casos, por sobre la Constitución. Pero si alguien recurriera a ella para que anulara la amnistía de un terrorista de izquierda (cosa que nadie ha intentado), es seguro que opinaría lo contrario y la haría respetar. Sucedió algo parecido cuando un abogado recurrió a los tribunales para hacer efectiva la responsabilidad de Gladys Marín en hechos de terrorismo de los '80 y nuestro máximo tribunal determinó que esas violaciones de los derechos humanos estaban prescritas. Obvio, sólo las cometidas por uniformados son imprescriptibles.
¿Es esto serio? ¿Es propio de un país legalista? No lo es, por supuesto. Lo que sucede es que no somos un país serio ni legalista, y los políticos y los jueces, por solemnes que sean las poses que adopten al emitir sus juicios ante la opinión pública, la prensa y las cámaras, ajustan sus veredictos, no a la seriedad ni al legalismo, sino a sus propias inclinaciones partidistas. Por eso pueden, en una oportunidad, perdonar violaciones de los derechos humanos cometidas por perpetradores de izquierda, y en otra decir que esas violaciones no pueden ser perdonadas, si las han cometido uniformados que han combatido al terrorismo de izquierda.
El país es así. "Así" puede ser cualquier cosa, en particular "cínico", pero no "serio y legalista".
viernes, 23 de julio de 2010
Hombre Mirando Encuestas
Hoy se informa ("La Segunda") que el Presidente examinará atentamente las encuestas antes de resolver sobre indultos. Quiere decir que no tiene ideas propias sobre lo que está bien o está mal hacer. Lo guían las encuestas. Y las encuestas están determinadas por lo que la gente piensa. Y la gente piensa lo que la corriente dominante ha consagrado como pensamiento oficial de la gente: no se debe indultar a ex uniformados porque cometieron delitos de lesa humanidad. Lo cual, como probé en el blog de ayer, es falso, pues cuando llevaron a cabo los actos por los cuales son juzgados no se había legislado en Chile tipificando los delitos de lesa humanidad. Y, por lo demás, lo que ellos hicieron tampoco se encuadra en la tipificación que, por primera vez el año pasado, hizo de esos delitos la ley 20.357.
Chile es así. Un país de cerebros lavados, donde la mayoría es capaz de opinar un disparate sólo porque se lo han repetido suficientemente: que los militares no pueden ser indultados porque cometieron delitos de lesa humanidad. Lástima que cuando los militares hicieron lo que hicieron no existían esos delitos en la legislación chilena, y el derecho penal de hoy y de siempre dice que nadie puede ser penado por un delito que no haya sido tipificado antes de ser cometido.
Pero acá la legalidad, el estado de derecho, no importan en estos juicios. La verdad tampoco importa. El gobierno actual le denegó el indulto al general Odlanier Mena, de 84 años y gravemente enfermo y que está cumpliendo larga condena por un delito que ni siquiera cometió. ¿Cómo sé yo que no lo cometió? Porque una de las cuatro víctimas de ese delito, el socialista Waldo Sankán, el único que sobrevivió, lo dice hoy con todas sus letras en "La Segunda". Y además él piensa que el general Mena es una buena persona y añade que fue benévolo con él y le dio la libertad. Pero así como a los jueces de izquierda no les importa el derecho (porque si les importara no tendría lugar ninguno de estos juicios por hechos de hace 35 años o más, pues están amnistiados, prescritos y, en muchos casos, los mismos hechos ya fueron juzgados) a esos jueces de izquierda tampoco les importa la verdad de esos hechos, como queda en evidencia al decir una víctima del supuesto delito del general Mena que éste no tuvo participación en él.
¡Pero el gobierno que, todavís creen algunos, es de centroderecha, le denegó el indulto al general Mena! Y con beneplácito general, pues las encuestas dicen que no se debe indultar a ex uniformados. A los terroristas sí, y por eso indultaron a Aliste en 2004, con beneplácito general, y entonces Aliste asaltó un banco y asesinó al cabo Moyano, porque ése es el oficio que la izquierda le ha enseñado.
La diferencia entre él y los uniformados presos es que éstos, antes de 1973 y después de los hechos que les han sido imputados, siempre han tenido y se puede asegurar que tendrán una intachable conducta, pues de otro modo no habrían hecho carrera en las fuerzas armadas o carabineros. Entonces el país de los cerebros lavados decreta por mayoría que los terroristas deben ser indultados para que puedan seguir asesinando, mientras que los ex uniformados no deben serlo, aunque tengan intachable conducta anterior y se sepa que no van a delinquir.
El Hombre Mirando las Encuestas, debido a que decide, actúa y gobierna así, mirando las encuestas, vive entonces en el peor de los mundos: no sólo toma decisiones moral, jurídica y socialmente equivocadas, sino que lo hace por las razones equivocadas, como la de que los delitos de lesa humanidad no deben indultarse.
Cosas como ésta son las que le dan tanta base a quienes describen al suyo como el "V Gobierno de la Concertación". Pues, tal como los otros cuatro, le ha dado en esta materia preeminencia al odio extremista por sobre la ley, la verdad y la razón.
Chile es así. Un país de cerebros lavados, donde la mayoría es capaz de opinar un disparate sólo porque se lo han repetido suficientemente: que los militares no pueden ser indultados porque cometieron delitos de lesa humanidad. Lástima que cuando los militares hicieron lo que hicieron no existían esos delitos en la legislación chilena, y el derecho penal de hoy y de siempre dice que nadie puede ser penado por un delito que no haya sido tipificado antes de ser cometido.
Pero acá la legalidad, el estado de derecho, no importan en estos juicios. La verdad tampoco importa. El gobierno actual le denegó el indulto al general Odlanier Mena, de 84 años y gravemente enfermo y que está cumpliendo larga condena por un delito que ni siquiera cometió. ¿Cómo sé yo que no lo cometió? Porque una de las cuatro víctimas de ese delito, el socialista Waldo Sankán, el único que sobrevivió, lo dice hoy con todas sus letras en "La Segunda". Y además él piensa que el general Mena es una buena persona y añade que fue benévolo con él y le dio la libertad. Pero así como a los jueces de izquierda no les importa el derecho (porque si les importara no tendría lugar ninguno de estos juicios por hechos de hace 35 años o más, pues están amnistiados, prescritos y, en muchos casos, los mismos hechos ya fueron juzgados) a esos jueces de izquierda tampoco les importa la verdad de esos hechos, como queda en evidencia al decir una víctima del supuesto delito del general Mena que éste no tuvo participación en él.
¡Pero el gobierno que, todavís creen algunos, es de centroderecha, le denegó el indulto al general Mena! Y con beneplácito general, pues las encuestas dicen que no se debe indultar a ex uniformados. A los terroristas sí, y por eso indultaron a Aliste en 2004, con beneplácito general, y entonces Aliste asaltó un banco y asesinó al cabo Moyano, porque ése es el oficio que la izquierda le ha enseñado.
La diferencia entre él y los uniformados presos es que éstos, antes de 1973 y después de los hechos que les han sido imputados, siempre han tenido y se puede asegurar que tendrán una intachable conducta, pues de otro modo no habrían hecho carrera en las fuerzas armadas o carabineros. Entonces el país de los cerebros lavados decreta por mayoría que los terroristas deben ser indultados para que puedan seguir asesinando, mientras que los ex uniformados no deben serlo, aunque tengan intachable conducta anterior y se sepa que no van a delinquir.
El Hombre Mirando las Encuestas, debido a que decide, actúa y gobierna así, mirando las encuestas, vive entonces en el peor de los mundos: no sólo toma decisiones moral, jurídica y socialmente equivocadas, sino que lo hace por las razones equivocadas, como la de que los delitos de lesa humanidad no deben indultarse.
Cosas como ésta son las que le dan tanta base a quienes describen al suyo como el "V Gobierno de la Concertación". Pues, tal como los otros cuatro, le ha dado en esta materia preeminencia al odio extremista por sobre la ley, la verdad y la razón.
jueves, 22 de julio de 2010
Confesión de Ignorancia (Muy Compartida)
A raíz de la discusión sobre un posible indulto todo el mundo ha dado testimonio de ignorancia jurídica básica, comenzando por quien esto escribe. Quienes me leen con cuidado habrán advertido que varias veces he preguntado dónde están tipificados los "delitos de lesa humanidad", establecidos en el Tratado de Roma, en la ley chilena. Hoy en "La Segunda" el abogado Carlos Neira Muñoz nos ha instruido a todos: en la ley 20.357, publicada en el Diario Oficial de 22 de julio de 2009, que acabo de consultar en www.diariooficial.cl.
Confieso no haber sabido que en esa ley se estableció lo mismo que en el Tratado de Roma: que dichos delitos provienen de un "ataque generalizado a una población civil". Por cierto, nunca el Gobierno Militar protagonizó semejante ataque. Al contrario, procuró impedirlo. Su acción represiva contra el terrorismo consistió en impedir la extensión del ataque generalizado extremista a la población civil.
En todo caso, la misma ley que recién el año pasado tipificó ese delito entre nosotros dijo expresamente que sus disposiciones se aplicarían sólo a hechos posteriores a su entrada en vigencia. Disposición por lo demás redundante, porque la Constitución chilena desde mucho antes señalaba que "ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado."
De modo que todo lo que se habla en relación a que no se pueden indultar delitos cometidos por ex uniformados por ser de lesa humanidad no tiene ninguna base, porque esos delitos no existían entre nosotros cuando esos ex uniformados supuestamente delinquieron. Obviamente, tampoco cabe esa tipificación porque los mismos delitos en que pudieron haber incurrido no cumplen con la característica de representar un ataque generalizado contra la población civil. Sí cumplen con esa característica, en cambio, los que protagonizaron el MIR y el FPMR, como poner bombas en el metro, incendiar vehículos de locomoción colectiva o hacer estallar autos-bombas en las calles, matando transeúntes. Pero, claro, todos esos extremistas, lesa humanidad o no, fueron indultados por don Patricio Aylwin.
La discusión sobre indultos a ex uniformados no tiene nada que ver, pues, ni con el derecho ni con la justicia. Es netamente política y, como muchas de esta índole, está basada exclusivamente en eslóganes falsos que, a fuerza de ser repetidos, son creídos por la mayoría de las personas.
En síntesis, quedan mal paradas tanto nuestra masa de opinión pública como nuestras élites políticas, que fundan sus posiciones en una premisa equivocada. Y yo, que no me percaté de la ley 20.357.
La única figura bien parada ha resultado la del ex jerarca nazi Goebbels, pues su aserto de que una mentira suficientemente repetida termina por parecer verdad se está cumpliendo rigurosamente entre nosotros.
Confieso no haber sabido que en esa ley se estableció lo mismo que en el Tratado de Roma: que dichos delitos provienen de un "ataque generalizado a una población civil". Por cierto, nunca el Gobierno Militar protagonizó semejante ataque. Al contrario, procuró impedirlo. Su acción represiva contra el terrorismo consistió en impedir la extensión del ataque generalizado extremista a la población civil.
En todo caso, la misma ley que recién el año pasado tipificó ese delito entre nosotros dijo expresamente que sus disposiciones se aplicarían sólo a hechos posteriores a su entrada en vigencia. Disposición por lo demás redundante, porque la Constitución chilena desde mucho antes señalaba que "ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado."
De modo que todo lo que se habla en relación a que no se pueden indultar delitos cometidos por ex uniformados por ser de lesa humanidad no tiene ninguna base, porque esos delitos no existían entre nosotros cuando esos ex uniformados supuestamente delinquieron. Obviamente, tampoco cabe esa tipificación porque los mismos delitos en que pudieron haber incurrido no cumplen con la característica de representar un ataque generalizado contra la población civil. Sí cumplen con esa característica, en cambio, los que protagonizaron el MIR y el FPMR, como poner bombas en el metro, incendiar vehículos de locomoción colectiva o hacer estallar autos-bombas en las calles, matando transeúntes. Pero, claro, todos esos extremistas, lesa humanidad o no, fueron indultados por don Patricio Aylwin.
La discusión sobre indultos a ex uniformados no tiene nada que ver, pues, ni con el derecho ni con la justicia. Es netamente política y, como muchas de esta índole, está basada exclusivamente en eslóganes falsos que, a fuerza de ser repetidos, son creídos por la mayoría de las personas.
En síntesis, quedan mal paradas tanto nuestra masa de opinión pública como nuestras élites políticas, que fundan sus posiciones en una premisa equivocada. Y yo, que no me percaté de la ley 20.357.
La única figura bien parada ha resultado la del ex jerarca nazi Goebbels, pues su aserto de que una mentira suficientemente repetida termina por parecer verdad se está cumpliendo rigurosamente entre nosotros.
miércoles, 21 de julio de 2010
Tras la Bolita que le Falta
Tal vez me equivoqué al prever que se le podía escapar una bolita que le falta para poder tenerlas todas: el control del fútbol profesional. Como lo he señalado antes, el esfuerzo oficial por hacerse de la directiva de la ANFP provocó la molestia del seleccionador Bielsa. La exteriorización de la misma dio lugar a escenas que incomodaron grandemente a las autoridades de gobierno. Esto no podía quedar así. Y hay indicios de que no quedará así.
Me han hecho llegar declaraciones del vicepresidente de la ANFP, Felipe Israel (verlas en www.lapalabraisraelita.cl), es decir, el segundo en la directiva que preside Harold Mayne-Nicholls, en que señala: 1) No irá (Israel) a la reelección en la misma lista con el actual presidente; 2) Si se fuera Bielsa, afirma, ello no sería un gran problema para la selección chilena. 3) Critica la actitud de su compañero de directiva, el presidente de la ANFP, hacia el Gobierno. Israel es cuñado del Ministro del Interior.
Y al sentarme a leer "La Segunda" en la tarde me encontré con declaraciones del arquitecto de la Fundación Futuro, persona jurídica formada por Sebastián Piñera, donde culpa --si bien sin ningún argumento serio-- a Harold Mayne-Nicholls de los problemas registrados con la reparación del Estadio Nacional. Y me dije: "la campaña comienza".
El periodista Juan Cristóbal Guarello ya había advertido a la ANFP, en columna de "Qué Pasa", sobre el peligro de enfrentar a los mayores accionistas de Blanco y Negro S. A., el Presidente de la República y el Subsecretario de Deportes ("con la Iglesia topamos, Sancho"). Porque todo el mundo sabe que los intereses particulares no siempre están separados del quehacer público. Oportuna advertencia.
En resumen, parece que el dueño de las demás bolitas se jugará por quedarse con esta que le faltaba, y ya está moviendo peones para conseguirla.
El actual presidente de la ANFP no lo pasará bien en busca de su reelección. Ya ha sufrido la deserción de su vicepresidente. Comienza a recibir críticas por los diarios, por infundadas que sean (porque, que se sepa, realmente no ha tenido nada que ver con lo sucedido con el Estadio Nacional, responsabilidad de Chiledeportes bajo el gobierno anterior).
Y, en fin, ya se prepara el terreno para que una figura traída por él, auntónoma y de gran arrastre, Bielsa, que se erige en todo un obstáculo para el "takeover", no siga. Lo cual comportará un costo para quien provoque su alejamiento, pero, por otra parte, será una elocuente advertencia para quienes, como él, se nieguen a plegarse al juego del eterno aspirante a dueño de todas la bolitas.
Me han hecho llegar declaraciones del vicepresidente de la ANFP, Felipe Israel (verlas en www.lapalabraisraelita.cl), es decir, el segundo en la directiva que preside Harold Mayne-Nicholls, en que señala: 1) No irá (Israel) a la reelección en la misma lista con el actual presidente; 2) Si se fuera Bielsa, afirma, ello no sería un gran problema para la selección chilena. 3) Critica la actitud de su compañero de directiva, el presidente de la ANFP, hacia el Gobierno. Israel es cuñado del Ministro del Interior.
Y al sentarme a leer "La Segunda" en la tarde me encontré con declaraciones del arquitecto de la Fundación Futuro, persona jurídica formada por Sebastián Piñera, donde culpa --si bien sin ningún argumento serio-- a Harold Mayne-Nicholls de los problemas registrados con la reparación del Estadio Nacional. Y me dije: "la campaña comienza".
El periodista Juan Cristóbal Guarello ya había advertido a la ANFP, en columna de "Qué Pasa", sobre el peligro de enfrentar a los mayores accionistas de Blanco y Negro S. A., el Presidente de la República y el Subsecretario de Deportes ("con la Iglesia topamos, Sancho"). Porque todo el mundo sabe que los intereses particulares no siempre están separados del quehacer público. Oportuna advertencia.
En resumen, parece que el dueño de las demás bolitas se jugará por quedarse con esta que le faltaba, y ya está moviendo peones para conseguirla.
El actual presidente de la ANFP no lo pasará bien en busca de su reelección. Ya ha sufrido la deserción de su vicepresidente. Comienza a recibir críticas por los diarios, por infundadas que sean (porque, que se sepa, realmente no ha tenido nada que ver con lo sucedido con el Estadio Nacional, responsabilidad de Chiledeportes bajo el gobierno anterior).
Y, en fin, ya se prepara el terreno para que una figura traída por él, auntónoma y de gran arrastre, Bielsa, que se erige en todo un obstáculo para el "takeover", no siga. Lo cual comportará un costo para quien provoque su alejamiento, pero, por otra parte, será una elocuente advertencia para quienes, como él, se nieguen a plegarse al juego del eterno aspirante a dueño de todas la bolitas.
martes, 20 de julio de 2010
"El Pago de Chile"
En Chile nos hemos acostumbrado a la iniquidad. Ha bastado que se oculten la verdad y la razón para que la mayoría apoye el proceder inicuo. Ahora se gesta una oportunidad más de atropello social a la lógica, la justicia y la moral. A la trasgresión de la ley, a la prevaricación de los jueces, a la persecución de quienes defendieron al pueblo de la dictadura sin término y la violencia institucionalizada en un Estado todopoderoso, se añadirá ahora el espectáculo del perdón a criminales y de la privación del mismo en perjuicio de personas decentes.
Los militares presos por supuestos "delitos de lesa humanidad" (que no son tales), personas sin antecedentes penales previos a los procesos penales amañados en su contra, nunca atropellaron la ley antes de ocupar cargos en los servicios de seguridad. Al revés de los terroristas a los cuales combatieron, ellos fueron formados en el respeto a las instituciones y lo que hicieron fue en defensa de las mismas. Pero no fueron ellos, sino los terroristas de izquierda quienes se beneficiaron de la amnistía de 1978, consagrada por el Gobierno Militar con el aplauso internacional y de la Iglesia, y quedaron libres. En cambio a los militares, en su inmensa mayoría, les ha sido denegado ese beneficio legal. El delincuente por vocación y por acción ha sido perdonado; el que lo combatió ha sido condenado. Eso es una iniquidad.
El primero conscientemente atropelló las leyes, el segundo procuró frustrar esa acción del primero, defendiendo a la sociedad. Pero la sociedad ha castigado al que la protegió y perdonado al que la amenazó.
Los militares fueron llamados por los civiles para protegerlos contra la violencia terrorista de izquierda y la amenaza de una dictadura sin fin. Acudieron a ese llamado, defendieron con éxito a los civiles, salvaron al país de esa dictadura, les devolvieron la democracia y luego fueron traicionados por los mismos civiles a los cuales salvaron.
Algunos de éstos, que accedieron al poder gracias a la Constitución propuesta por los militares y aprobada por el pueblo, se aliaron sin la menor vergüenza con el extremismo totalitario derrotado y pusieron a sus salvadores en la picota pública. Los denostaron a los ojos de la nación y la Humanidad. Y después hasta les denegaron el derecho a que las leyes rigieran para ellos. Y ahora impiden que les alcance el nuevo perdón que se otorgará generosamente a los delincuentes (pues a los terroristas ya los perdonaron). Justamento todo esto volverá a suceder en los próximos días. Otra forma de iniquidad, ahora perpetrada por quien prometió a los uniformados remediarla.
Y así una sociedad de cerebros que han sido lavados por una propaganda tan incesante como falsa se apresta a echar una paletada más sobre la lógica, la justicia y la moral, liberando a muchos criminales y reafirmando la privación de libertad, el atropello a las normas jurídicas elementales, la prevaricación de los jueces y el abandono del sentido común en perjuicio de personal uniformado. Pues todo ello implica el mantener presos de por vida a ciudadanos de buenos antecedentes mientras los que tienen un prontuario nutrido reciben el don de la libertad. La misma que muchos de ellos se aprestaban a aplastar con sus procedimientos terroristas.
Algunos han llamado a conductas como éstas "Pago de Chile".
Pues bien, Chile se apresta a "pagar" una vez más, representado en esta oportunidad por alguien de quien no podía esperarse otra cosa.
Los militares presos por supuestos "delitos de lesa humanidad" (que no son tales), personas sin antecedentes penales previos a los procesos penales amañados en su contra, nunca atropellaron la ley antes de ocupar cargos en los servicios de seguridad. Al revés de los terroristas a los cuales combatieron, ellos fueron formados en el respeto a las instituciones y lo que hicieron fue en defensa de las mismas. Pero no fueron ellos, sino los terroristas de izquierda quienes se beneficiaron de la amnistía de 1978, consagrada por el Gobierno Militar con el aplauso internacional y de la Iglesia, y quedaron libres. En cambio a los militares, en su inmensa mayoría, les ha sido denegado ese beneficio legal. El delincuente por vocación y por acción ha sido perdonado; el que lo combatió ha sido condenado. Eso es una iniquidad.
El primero conscientemente atropelló las leyes, el segundo procuró frustrar esa acción del primero, defendiendo a la sociedad. Pero la sociedad ha castigado al que la protegió y perdonado al que la amenazó.
Los militares fueron llamados por los civiles para protegerlos contra la violencia terrorista de izquierda y la amenaza de una dictadura sin fin. Acudieron a ese llamado, defendieron con éxito a los civiles, salvaron al país de esa dictadura, les devolvieron la democracia y luego fueron traicionados por los mismos civiles a los cuales salvaron.
Algunos de éstos, que accedieron al poder gracias a la Constitución propuesta por los militares y aprobada por el pueblo, se aliaron sin la menor vergüenza con el extremismo totalitario derrotado y pusieron a sus salvadores en la picota pública. Los denostaron a los ojos de la nación y la Humanidad. Y después hasta les denegaron el derecho a que las leyes rigieran para ellos. Y ahora impiden que les alcance el nuevo perdón que se otorgará generosamente a los delincuentes (pues a los terroristas ya los perdonaron). Justamento todo esto volverá a suceder en los próximos días. Otra forma de iniquidad, ahora perpetrada por quien prometió a los uniformados remediarla.
Y así una sociedad de cerebros que han sido lavados por una propaganda tan incesante como falsa se apresta a echar una paletada más sobre la lógica, la justicia y la moral, liberando a muchos criminales y reafirmando la privación de libertad, el atropello a las normas jurídicas elementales, la prevaricación de los jueces y el abandono del sentido común en perjuicio de personal uniformado. Pues todo ello implica el mantener presos de por vida a ciudadanos de buenos antecedentes mientras los que tienen un prontuario nutrido reciben el don de la libertad. La misma que muchos de ellos se aprestaban a aplastar con sus procedimientos terroristas.
Algunos han llamado a conductas como éstas "Pago de Chile".
Pues bien, Chile se apresta a "pagar" una vez más, representado en esta oportunidad por alguien de quien no podía esperarse otra cosa.
lunes, 19 de julio de 2010
Mentira Suficientemente Repetida
Goebbels, maestro de una especialidad que la Concertación y el comunismo dominan bien, sostenía que una mentira suficientemente repetida se convertía en verdad. Así ha sucedido con la definición de "violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad".
Si usted busca la tipificación de estos delitos en las leyes chilenas no la va a encontrar, porque no está. Incluso más ¿ha leído alguna vez en algún diario la descripción de los delitos de lesa humanidad? Estoy cierto de que no. Los periodistas ni siquiera saben dónde está.
A los opositores del Gobierno Militar, comunistas, socialistas y DC, les bastó con empezar a repetir que los delitos cometidos por los encargados del régimen militar de reprimir el terrorismo de extrema izquierda constituían "violaciones a los derechos humanos" y "delitos de lesa humanidad". Y lo han repetido tanto que la opinión pública, no sólo chilena, sino mundial, así lo cree. Porque la opinión pública cree aquello que le repiten más, según la receta de Goebbels.
En un blog anterior yo he reproducido la definición de "delitos de lesa humanidad" que contiene el Tratado de Roma ¡y se ajusta mucho mejor a las actuaciones del FPMR y el MIR que a las de los agentes de seguridad del Gobierno Militar! Porque consiste en "ataques a una población civil", como por ejemplo poner bombas en el Metro, cometer asaltos terroristas a los bancos, lanzar bombas molotov a los medios de locomoción o estacionar en la calle vehículos llenos de explosivos, a lo cual se dedicaban el MIR y el FPMR.
La DINA y después la CNI y otros órganos de seguridad se dedicaban a combatir a los terroristas que cometían esos delitos de lesa humanidad. Y es verdad que en no pocas oportunidades terminaron matándolos. Mataron a los dedicados a matar, a veces injustificadamente, cometiendo por ello delito de homicidio, que no es "de lesa humanidad". Por otra parte, todo delito violento contra una persona constituye, de hecho, una obvia "violación de derechos humanos" ¡pero la izquierda mundial se arregló para que sólo fueran consideradas tales las cometidas por los gobiernos, y no por sus propios terroristas!
Y resultó que la Concertación, en particular don Patricio Aylwin, indultó a todos los terroristas de izquierda y a ningún agente de seguridad. Don Patricio había dicho que no iba a indultar a los autores de hechos de sangre, pero después los perdonó igual.
En Chile esta inconsecuencia es gratuita. No es "un insulto a la inteligencia del país", porque tal inteligencia no existe. Acá se cree lo que más se repite. Por eso el lenguaje de las "violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad" no sólo lo hablan la extrema izquierda, las Concertación y el Presidente Piñera, que siempre han abusado de ese lenguaje, sino incluso personas de derecha, como, según hemos visto, el diputado Cristián Mönckeberg (RN). Para qué decir personajes como la diputada RN, Karla Rubilar.
El informe de Ravinet, para efectos de los posibles indultos, confirma mi vaticinio del blog de ayer: casi todos los uniformados quedarán excluidos. Los uniformados en retiro que creyeron recibir una promesa de apoyo de Sebastián Piñera, durante la campaña presidencial, para sus "caídos tras las líneas enemigas", se volverán a dar cuenta de que fueron engañados. Como yo se los anticipé oportunamente a los que quisieron oírme. Ahora comprobarán, una vez más, que "los pasaron por el aro", como les advertí a tiempo que los pasarían. Con su pan se lo coman.
Si usted busca la tipificación de estos delitos en las leyes chilenas no la va a encontrar, porque no está. Incluso más ¿ha leído alguna vez en algún diario la descripción de los delitos de lesa humanidad? Estoy cierto de que no. Los periodistas ni siquiera saben dónde está.
A los opositores del Gobierno Militar, comunistas, socialistas y DC, les bastó con empezar a repetir que los delitos cometidos por los encargados del régimen militar de reprimir el terrorismo de extrema izquierda constituían "violaciones a los derechos humanos" y "delitos de lesa humanidad". Y lo han repetido tanto que la opinión pública, no sólo chilena, sino mundial, así lo cree. Porque la opinión pública cree aquello que le repiten más, según la receta de Goebbels.
En un blog anterior yo he reproducido la definición de "delitos de lesa humanidad" que contiene el Tratado de Roma ¡y se ajusta mucho mejor a las actuaciones del FPMR y el MIR que a las de los agentes de seguridad del Gobierno Militar! Porque consiste en "ataques a una población civil", como por ejemplo poner bombas en el Metro, cometer asaltos terroristas a los bancos, lanzar bombas molotov a los medios de locomoción o estacionar en la calle vehículos llenos de explosivos, a lo cual se dedicaban el MIR y el FPMR.
La DINA y después la CNI y otros órganos de seguridad se dedicaban a combatir a los terroristas que cometían esos delitos de lesa humanidad. Y es verdad que en no pocas oportunidades terminaron matándolos. Mataron a los dedicados a matar, a veces injustificadamente, cometiendo por ello delito de homicidio, que no es "de lesa humanidad". Por otra parte, todo delito violento contra una persona constituye, de hecho, una obvia "violación de derechos humanos" ¡pero la izquierda mundial se arregló para que sólo fueran consideradas tales las cometidas por los gobiernos, y no por sus propios terroristas!
Y resultó que la Concertación, en particular don Patricio Aylwin, indultó a todos los terroristas de izquierda y a ningún agente de seguridad. Don Patricio había dicho que no iba a indultar a los autores de hechos de sangre, pero después los perdonó igual.
En Chile esta inconsecuencia es gratuita. No es "un insulto a la inteligencia del país", porque tal inteligencia no existe. Acá se cree lo que más se repite. Por eso el lenguaje de las "violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad" no sólo lo hablan la extrema izquierda, las Concertación y el Presidente Piñera, que siempre han abusado de ese lenguaje, sino incluso personas de derecha, como, según hemos visto, el diputado Cristián Mönckeberg (RN). Para qué decir personajes como la diputada RN, Karla Rubilar.
El informe de Ravinet, para efectos de los posibles indultos, confirma mi vaticinio del blog de ayer: casi todos los uniformados quedarán excluidos. Los uniformados en retiro que creyeron recibir una promesa de apoyo de Sebastián Piñera, durante la campaña presidencial, para sus "caídos tras las líneas enemigas", se volverán a dar cuenta de que fueron engañados. Como yo se los anticipé oportunamente a los que quisieron oírme. Ahora comprobarán, una vez más, que "los pasaron por el aro", como les advertí a tiempo que los pasarían. Con su pan se lo coman.
domingo, 18 de julio de 2010
¿Indulto a Miliitares? Ni Soñarlo
Hay una Ley Fundamental de la política chilena: en Chile se hace lo que piden los comunistas. Salvo establecer el comunismo, por el momento. Siempre ha sido así. Frei Montalva fue bautizado como "el Kerenski chileno" porque le pavimentó el camino al comunismo. Allende siguió al pie de la letra lo que los comunistas decían. Los militares fueron un interregno, pero cedieron ante ciertas posiciones comunistas fundamentales, como reservar la minería para el Estado, error que sólo logró contrarrestar trabajosamente José Piñera mediante la creación de las concesiones mineras como derecho real similar al de propiedad, torciéndole así la nariz a la Constitución, que a ese respecto parecía redactada por el Comité Central del PC. Los gobiernos de la Concertación, incluido éste, el V, según muchos, también han hecho lo que dicen los comunistas.
Y ahora éstos dicen que por ningún motivo debe haber indulto a militares. A todos los demás, sí. Desde luego, todos los guerrilleros, terroristas y asesinos de izquierda del período 1973-1990 han sido ya indultados y, además, premiados, por sangrientos que hubieren sido sus crímenes. Pero los militares ¡jamás!
Y a este efecto se ha lavado el cerebro de toda la gente, incluida la de derecha. En "Las Últimas Noticias" aparece el diputado RN, Cristián Monckeberg, otrora partidario del Gobierno Militar, hombre de derecha, diciendo claramente: "¿Indulto a los violadores de derechos humanos o autores de delitos de lesa humanidad? Ni soñarlo". Eso lo dice todo. Él ya habla hasta el idioma creado por el comunismo: cuando ellos matan, son acciones revolucionarias legítimas; cuando otros matan a los que matan, es violación de derechos humanos y crimen de lesa humanidad, delito imperdonable.
Y el Presidente Piñera les prometió a los comunistas no indultar a "violadores de derechos humanos", lo cual en el idioma de los rojos equivale a decir "uniformados". Y jamás los va a indultar.
Ni siquiera la Iglesia Catòlica se va a atrever a plantear semejante indulto, dentro de su propuesta del Bicentenario. Es probable que excepcionalmente lo proponga para algún uniformado octogenario, enfermo e inocente que haya sido condenado por la justicia de izquierda, como el general Mena, por ejemplo. Y punto. Y a nadie más.
Pronostico: por enésima vez se dará cumplimiento s la Ley Fundamental de la Política Chilena.
Y ahora éstos dicen que por ningún motivo debe haber indulto a militares. A todos los demás, sí. Desde luego, todos los guerrilleros, terroristas y asesinos de izquierda del período 1973-1990 han sido ya indultados y, además, premiados, por sangrientos que hubieren sido sus crímenes. Pero los militares ¡jamás!
Y a este efecto se ha lavado el cerebro de toda la gente, incluida la de derecha. En "Las Últimas Noticias" aparece el diputado RN, Cristián Monckeberg, otrora partidario del Gobierno Militar, hombre de derecha, diciendo claramente: "¿Indulto a los violadores de derechos humanos o autores de delitos de lesa humanidad? Ni soñarlo". Eso lo dice todo. Él ya habla hasta el idioma creado por el comunismo: cuando ellos matan, son acciones revolucionarias legítimas; cuando otros matan a los que matan, es violación de derechos humanos y crimen de lesa humanidad, delito imperdonable.
Y el Presidente Piñera les prometió a los comunistas no indultar a "violadores de derechos humanos", lo cual en el idioma de los rojos equivale a decir "uniformados". Y jamás los va a indultar.
Ni siquiera la Iglesia Catòlica se va a atrever a plantear semejante indulto, dentro de su propuesta del Bicentenario. Es probable que excepcionalmente lo proponga para algún uniformado octogenario, enfermo e inocente que haya sido condenado por la justicia de izquierda, como el general Mena, por ejemplo. Y punto. Y a nadie más.
Pronostico: por enésima vez se dará cumplimiento s la Ley Fundamental de la Política Chilena.
sábado, 17 de julio de 2010
Una Bolita se le Está Escapando
Si ustedes leen las entradas anteriores de este blog, para lo cual pocas o ninguna persona tendrán la suficiente paciencia, comprobarán que varias veces he sostenido que nuestro Presidente "quiere quedarse con todas las bolitas". Ése es un modo coloquial de describir un rasgo de personalidad, que no necesariamente es negativo. Sólo lo será si los medios empleados para "quedarse con todas las bolitas" son inapropiados.
Un episodio llamativo de estos primeros meses de su gobierno ha sido el protagonizado por el seleccionador del fútbol profesional, Marcelo Bielsa. Yo he explicado las razones que ha tenido éste para mostrar cierta descortesía con el Presidente y su Director de Chiledeportes. Ellas emanan de que los dos últimos son controladores del club Colo Colo, y personeros de éste se han movilizado para desplazar a la actual directiva del fútbol rentado en las elecciones que tendrán lugar en noviembre en la ANFP.
El seleccionador Bielsa, que se siente parte del equipo actual de la ANFP, rechaza que personeros de gobierno usen su poder como tales para, a través del club que controlan, pasar a manejar también la ANFP. Pero, como no lo puede decir, simplemente manifiesta su molestia a su manera, que es lo que hemos visto y se ha prestado para tantos comentarios.
Esta explicación de esos hechos me ha sido implícitamente confirmada por quienes conocen el asunto por dentro y, además, como he señalado en anterior blog, ha tomado estado público a través de las afirmaciones de conocidos periodistas deportivos.
Ahora Bielsa está a punto de cerrar la negociación de la prórroga por cinco años de su contrato con la ANFP. Y se ha publicado que una cláusula exigida por él dice que, si las autoridades de la ANFP no fueren ratificadas en sus cargos en la elección de noviembre próximo, él dejará de prestar sus servicios este otro año, al término de la Copa América.
Esto se traduce así: si el uso de la influencia presidencial logra remover a la actual directiva de la ANFP, Bielsa no continuará prestándole a ésta sus servicios. Y esta traducción tiene otra versión: si realmente se usa el poder del Estado para tomar el control del fútbol profesional, él se va.
Como parece haber unanimidad en el sentido de que la renuncia de Bielsa sería perjudicial para el deporte más popular de Chile, los que quieren controlar también la ANFP, además de todo lo que ya controlan, comprenderán que serán presentados como responsables de ese desenlace perjudicial para el fútbol chileno.
Un entrenador extranjero, como dije en anterior blog, nos está dando una lección de ética en la administración de los conflictos de intereses.
Como nuestro Presidente no podría afrontar el costo en imagen que le representaría aparecer responsabilizado del alejamiento de Bielsa, parece que deberá privarse de tener también el dominio sobre la ANFP, cuyas actuaciones alcanzan tan amplia repercusión pública.
Entonces, al menos esa bolita se le estaría escapando de las manos.
Un episodio llamativo de estos primeros meses de su gobierno ha sido el protagonizado por el seleccionador del fútbol profesional, Marcelo Bielsa. Yo he explicado las razones que ha tenido éste para mostrar cierta descortesía con el Presidente y su Director de Chiledeportes. Ellas emanan de que los dos últimos son controladores del club Colo Colo, y personeros de éste se han movilizado para desplazar a la actual directiva del fútbol rentado en las elecciones que tendrán lugar en noviembre en la ANFP.
El seleccionador Bielsa, que se siente parte del equipo actual de la ANFP, rechaza que personeros de gobierno usen su poder como tales para, a través del club que controlan, pasar a manejar también la ANFP. Pero, como no lo puede decir, simplemente manifiesta su molestia a su manera, que es lo que hemos visto y se ha prestado para tantos comentarios.
Esta explicación de esos hechos me ha sido implícitamente confirmada por quienes conocen el asunto por dentro y, además, como he señalado en anterior blog, ha tomado estado público a través de las afirmaciones de conocidos periodistas deportivos.
Ahora Bielsa está a punto de cerrar la negociación de la prórroga por cinco años de su contrato con la ANFP. Y se ha publicado que una cláusula exigida por él dice que, si las autoridades de la ANFP no fueren ratificadas en sus cargos en la elección de noviembre próximo, él dejará de prestar sus servicios este otro año, al término de la Copa América.
Esto se traduce así: si el uso de la influencia presidencial logra remover a la actual directiva de la ANFP, Bielsa no continuará prestándole a ésta sus servicios. Y esta traducción tiene otra versión: si realmente se usa el poder del Estado para tomar el control del fútbol profesional, él se va.
Como parece haber unanimidad en el sentido de que la renuncia de Bielsa sería perjudicial para el deporte más popular de Chile, los que quieren controlar también la ANFP, además de todo lo que ya controlan, comprenderán que serán presentados como responsables de ese desenlace perjudicial para el fútbol chileno.
Un entrenador extranjero, como dije en anterior blog, nos está dando una lección de ética en la administración de los conflictos de intereses.
Como nuestro Presidente no podría afrontar el costo en imagen que le representaría aparecer responsabilizado del alejamiento de Bielsa, parece que deberá privarse de tener también el dominio sobre la ANFP, cuyas actuaciones alcanzan tan amplia repercusión pública.
Entonces, al menos esa bolita se le estaría escapando de las manos.
viernes, 16 de julio de 2010
Olvido Políticamente Correcto
Si "El Mercurio" no hubiera tenido una sección llamada "Hace 30 Años", nadie habría recordado el hecho. Sólo ahí está. Si no, habría sido como si nunca hubiera ocurrido. Fue el asesinato a sangre fría, el 16 de julio de 1980, por el terrorismo de extrema izquierda, del Director de la Escuela de Inteligencia del Ejército, teniente coronel Roger Vergara, de 43 años. Fue acribillado a tiros en Bilbao con Manuel Montt por el MIR, es decir, por las "víctimas", término con que la actual extrema izquierda, la DC, muchos derechistas, el Ministro Hinzpeter y hasta algún ex comandante en jefe del Ejército aluden a la guerrilla marxista.
Si uniformados hubieran dado muerte a un terrorista de izquierda en similares circunstancias, hoy estarían los primeros cumpliendo penas de muchos años de presidio, si es que no cadena perpetua, por haber sido parte de una "asociación ilícita", mecanismo originalmente concebido para agravar las penas contra el terrorismo pero que la actual justicia prevaricadora de izquierda ha vuelto contra los militares que, al luchar contra el terrorismo, cometieron delitos, para agravar sus condenas.
Todos los partícipes en el asesinato del teniente coronel Vergara, si es que alguno fue procesado o condenado, hoy gozan de libertad, pues don Patricio Aylwin los perdonó a todos. Es probable que uno o más estén recibiendo pensiones y reparaciones, porque en el Chile de los cerebros lavados se indemniza a la extrema izquierda por haber sido privada del derecho a establecer un régimen totalitario marxista. El Estado chileno les paga unos 300 millones de dólares anuales a las "víctimas".
Por supuesto, los familiares del teniente coronel Vergara no podrían soñar con ser indemnizados, pensionados y gratificados en la manera en que lo han sido los familiares de terroristas muertos.
¿Y quiénes fueron los iniciadores de todo lo que condujo a un enfrentamiento en Chile? Por supuesto, las "víctimas", pero los que pagaron como únicos responsables fueron los uniformados, encargados por el Estado chileno de combatir el terrorismo. La extrema izquierda generó, preparó y concretó el asalto armado contra la democracia, y ha sido premiada por ello generosamente. Las fuerzas armadas y de orden, a pedido expreso de la mayoría política democrática, frustró el intento, y han sido castigadas por ello.
Y el broche de oro lo ponen hoy día el olvido de los crímenes de la izquierda, que no serían siquiera mencionados si no hubiera en un diario una sección titulada "Hace 30 Años", y la denegatoria inminente a los uniformados, una vez más, del beneficio del perdón y las indemnizaciones que generosa y dispendiosamente el Estado chileno, con respaldo de una casi unanimidad de cerebros lavados que son amplia mayoría en nuestra sociedad, les ha brindado a los causantes y culpables de la violencia armada con que se buscó instaurar el comunismo en Chile.
Si uniformados hubieran dado muerte a un terrorista de izquierda en similares circunstancias, hoy estarían los primeros cumpliendo penas de muchos años de presidio, si es que no cadena perpetua, por haber sido parte de una "asociación ilícita", mecanismo originalmente concebido para agravar las penas contra el terrorismo pero que la actual justicia prevaricadora de izquierda ha vuelto contra los militares que, al luchar contra el terrorismo, cometieron delitos, para agravar sus condenas.
Todos los partícipes en el asesinato del teniente coronel Vergara, si es que alguno fue procesado o condenado, hoy gozan de libertad, pues don Patricio Aylwin los perdonó a todos. Es probable que uno o más estén recibiendo pensiones y reparaciones, porque en el Chile de los cerebros lavados se indemniza a la extrema izquierda por haber sido privada del derecho a establecer un régimen totalitario marxista. El Estado chileno les paga unos 300 millones de dólares anuales a las "víctimas".
Por supuesto, los familiares del teniente coronel Vergara no podrían soñar con ser indemnizados, pensionados y gratificados en la manera en que lo han sido los familiares de terroristas muertos.
¿Y quiénes fueron los iniciadores de todo lo que condujo a un enfrentamiento en Chile? Por supuesto, las "víctimas", pero los que pagaron como únicos responsables fueron los uniformados, encargados por el Estado chileno de combatir el terrorismo. La extrema izquierda generó, preparó y concretó el asalto armado contra la democracia, y ha sido premiada por ello generosamente. Las fuerzas armadas y de orden, a pedido expreso de la mayoría política democrática, frustró el intento, y han sido castigadas por ello.
Y el broche de oro lo ponen hoy día el olvido de los crímenes de la izquierda, que no serían siquiera mencionados si no hubiera en un diario una sección titulada "Hace 30 Años", y la denegatoria inminente a los uniformados, una vez más, del beneficio del perdón y las indemnizaciones que generosa y dispendiosamente el Estado chileno, con respaldo de una casi unanimidad de cerebros lavados que son amplia mayoría en nuestra sociedad, les ha brindado a los causantes y culpables de la violencia armada con que se buscó instaurar el comunismo en Chile.
jueves, 15 de julio de 2010
¿Qué es la Verdad?
Un amigo, que fue ministro del Gobierno Militar, me llamó y me dijo algo acerca de que debíamos conversar sobre la última columna de Carlos Peña en "El Mercurio", la cual terminaba con una retahíla de insultos contra los partidarios y colaboradores civiles de ese gobierno, a raíz de nuestra responsabilidad, que él, por supuesto, daba por probada, en el asesinato del general Prats y su cónyuge. Después mi amigo no me volvió a llamar y yo tampoco lo he llamado a él, porque considero perfectamente inútil responderle nada a Carlos Peña acerca de ese asunto.
La gente que no sabe nada probablemente opina lo mismo que él: que todos quienes fueron partidarios o colaboradores civiles del Gobierno Militar, al igual que los integrantes de éste, somos unos tales por cuales. La gente que sabe algo generalmente opina que los dos bandos en esa pugna estaba integrados por unos tales por cuales, pues esa gente entiende que gente del gobierno hizo cosas indebidas, pero que si no hubiera sido por los militares hoy día todavía podrìamos estar gobernados por un régimen del estilo del de Cuba y presenciando alguna dificultosa liberación de presos políticos chilenos, opositores del gobierno rojo, prisioneros en las cárceles marxistas. Entonces la gente que sabe algo no le da importancia a los insultos de Peña, matrculado entonces hasta la médula en el lado marxista.
Y, en fin, está la gente que sabe mucho, que suele ser la más sabia. Y ella no tiene un juicio formado sobre el caso Prats. Primero, porque no es verosímil que se haya mandado asesinar a un general retirado inofensivo y a su cónyuge, sin ninguna razón para hacerlo. Segundo, porque el único asesino, Michael Townley, se encuentra libre y protegido por los Estados Unidos con una falsa identidad, y se ha comprometido a no declarar ante la justicia, lo que es muy sugerente. Tercero, porque hay constancia de las relaciones de un importante personaje de la inteligencia norteamericana, el general Vernon Walters, que en los tiempos del asesinato de Prats mantenía una estrecha vinculación con el jefe de la DINA, general Contreras, quien en sus dos voluminosos libros aporta una versión fundada sobre las razones que habría tenido la inteligencia norteamericana para eliminar a Prats. Cuarto, porque la Junta Militar chilena no sabía nada acerca de Townley, lo que constituye prueba de que no tenía información sobre lo que éste le haría a Prats. Recién después de más de un año del asesinato de Letelier en Washington, es decir, cuatro años después de la muerte de Prats, el general Pinochet se enteró de la existencia de Townley, tras haberle preguntado tres veces al general Contreras acerca de si había aquél trabajado para la inteligencia chilena, a lo que Contreras las tres veces respondió que no. Luego, si no sabía nada de Townley en 1974 es verosímil que tampoco pudiera saber nada del atentado a Prats que éste cometió. Y, quinto, los partidarios y colaboradores civiles del Gobierno Militar le insistieron al general Pinochet reiteradamente que la DINA hacía cosas indebidas por su cuenta, y el general Pinochet les prestó oídos y disolvió la DINA en 1977.
Luego, la retahíla de insultos de Carlos Peña no tiene ningún fundamento. Sus argumentos sólo pueden impresionar a los que no saben nada. Entrar en una polémica para tratar, a través de ella, de aclarar un tema tan complejo como el de la muerte de Prats y su cónyuge no aportaría nada a la verdad del caso, la cual, por supuesto está muy alejada de todo lo que contiene el proceso que siguió el ministro Solís, cuyos sesgos son conocidos y alejan todo lo que él haga de esa verdad.,
No sabemos cuál es ella en ese caso, en el sentido de conocer exactamente quiénes y por qué resolvieron quitarle la vida al ex comandante en jefe y, todavía más inexplicable, a su mujer. A lo mejor alguna vez alguien intentará hacer una investigación seria y completa al respecto, pero difícilmente va a tener acceso a todas, pero realmente todas las fuentes que le puedan dar una información completa sobre quiénes cometieron el doble crimen y por qué lo hicieron. Lo único cierto es que las simplificaciones al estilo de las de Carlos Peña son sólo consignas panfletarias y poco o nada tienen que ver con la verdad.
La gente que no sabe nada probablemente opina lo mismo que él: que todos quienes fueron partidarios o colaboradores civiles del Gobierno Militar, al igual que los integrantes de éste, somos unos tales por cuales. La gente que sabe algo generalmente opina que los dos bandos en esa pugna estaba integrados por unos tales por cuales, pues esa gente entiende que gente del gobierno hizo cosas indebidas, pero que si no hubiera sido por los militares hoy día todavía podrìamos estar gobernados por un régimen del estilo del de Cuba y presenciando alguna dificultosa liberación de presos políticos chilenos, opositores del gobierno rojo, prisioneros en las cárceles marxistas. Entonces la gente que sabe algo no le da importancia a los insultos de Peña, matrculado entonces hasta la médula en el lado marxista.
Y, en fin, está la gente que sabe mucho, que suele ser la más sabia. Y ella no tiene un juicio formado sobre el caso Prats. Primero, porque no es verosímil que se haya mandado asesinar a un general retirado inofensivo y a su cónyuge, sin ninguna razón para hacerlo. Segundo, porque el único asesino, Michael Townley, se encuentra libre y protegido por los Estados Unidos con una falsa identidad, y se ha comprometido a no declarar ante la justicia, lo que es muy sugerente. Tercero, porque hay constancia de las relaciones de un importante personaje de la inteligencia norteamericana, el general Vernon Walters, que en los tiempos del asesinato de Prats mantenía una estrecha vinculación con el jefe de la DINA, general Contreras, quien en sus dos voluminosos libros aporta una versión fundada sobre las razones que habría tenido la inteligencia norteamericana para eliminar a Prats. Cuarto, porque la Junta Militar chilena no sabía nada acerca de Townley, lo que constituye prueba de que no tenía información sobre lo que éste le haría a Prats. Recién después de más de un año del asesinato de Letelier en Washington, es decir, cuatro años después de la muerte de Prats, el general Pinochet se enteró de la existencia de Townley, tras haberle preguntado tres veces al general Contreras acerca de si había aquél trabajado para la inteligencia chilena, a lo que Contreras las tres veces respondió que no. Luego, si no sabía nada de Townley en 1974 es verosímil que tampoco pudiera saber nada del atentado a Prats que éste cometió. Y, quinto, los partidarios y colaboradores civiles del Gobierno Militar le insistieron al general Pinochet reiteradamente que la DINA hacía cosas indebidas por su cuenta, y el general Pinochet les prestó oídos y disolvió la DINA en 1977.
Luego, la retahíla de insultos de Carlos Peña no tiene ningún fundamento. Sus argumentos sólo pueden impresionar a los que no saben nada. Entrar en una polémica para tratar, a través de ella, de aclarar un tema tan complejo como el de la muerte de Prats y su cónyuge no aportaría nada a la verdad del caso, la cual, por supuesto está muy alejada de todo lo que contiene el proceso que siguió el ministro Solís, cuyos sesgos son conocidos y alejan todo lo que él haga de esa verdad.,
No sabemos cuál es ella en ese caso, en el sentido de conocer exactamente quiénes y por qué resolvieron quitarle la vida al ex comandante en jefe y, todavía más inexplicable, a su mujer. A lo mejor alguna vez alguien intentará hacer una investigación seria y completa al respecto, pero difícilmente va a tener acceso a todas, pero realmente todas las fuentes que le puedan dar una información completa sobre quiénes cometieron el doble crimen y por qué lo hicieron. Lo único cierto es que las simplificaciones al estilo de las de Carlos Peña son sólo consignas panfletarias y poco o nada tienen que ver con la verdad.
miércoles, 14 de julio de 2010
Socialismo y Pobreza
Leí un aspecto de la encuesta CASEN 2006 (la de 2009 no está todavía en internet) que me interesaba y que da la clave de por qué no sólo la pobreza se resiste a disminuir, sino que aumenta pese a las ayudas estatales. Es el de la comparación entre la tasa de desocupación del quintil más pobre con la del más rico de la población: en el primero se acerca al 20 por ciento y en el segundo es 2,8 por ciento, es decir, hay pleno empleo y hasta escasez de trabajadores "ricos" y alto desempleo y sobreabundancia de trabajadores "pobres".
Sería muy bueno para superar la pobreza y la desigualdad que todo fuera al revés, es decir, que entre los pobres hubiera más demanda que oferta de trabajadores, y entre los ricos más oferta que demanda. Ello haría tender las remuneraciones de los primeros a subir y las de los segundos a bajar, generándose una mayor igualdad socio-económica. Pero es todo al revés.
Este es un resultado habitual bajo el socialismo: que las cosas resulten al revés de lo que sería deseable. En último término, por eso cayó el Muro de Berlín.
En Chile se dice que vivimos bajo una economía neoliberal, pero en materia de trabajo ella es de corte socialista, en el sentido de que el mercado, especialmente en cuanto afecta a los quintiles más pobres, está muy regulado e intervenido por el Estado. Hay un salario mínimo obligatorio, cotizaciones previsionales obligatorias, razones de despido muy controladas y normas que impiden hablar de libre contratación del factor trabajo. Usted cree que vive en un país libre, pero no es libre de contratar su trabajo, que es la actividad a la cual seguramente dedica la mayor parte de su tiempo, durante la cual vive bajo el socialismo.
Y si yo fuera más experto en internet podría llegar a las cifras pormenorizadas de la encuesta CASEN y estoy cierto de que me encontraría con que, entre los trabajadores muy jóvenes, sin educación, de los hogares más pobres, el desempleo se acerca al 50 por ciento. Así era, al menos, en la CASEN 2003.
Resumen: la pobreza nace de las regulaciones socialistas, que les impiden a los pobres contratarse libremente. Por eso ella no cede. Si hubiera entre ellos un 2,8 por ciento de desempleo, como lo hay entre los ricos, a los cuales no les afectan ni el salario mínimo ni las regulaciones laborales, porque a ese nivel la libre contratación entre las partes es lo que manda, podemos estar seguros de que todo el mundo estaría trabajando, produciríamos mucho más y todos tendrían un buen pasar.
Entonces, si la pobreza ha aumentado, en gran parte se debe a las políticas socialistas, que se han acentuado en el mercado del trabajo, durante los gobiernos de la Concertación, y no sólo a la crisis internacional.
Mientras tengamos un mercado del trabajo socialista, la pobreza no cederá en Chile. Cuando tengamos efectiva libertad de trabajo, ella va a desaparecer. Y así, incluso con el mismo gasto social tan mal administrado actual, no habría pobres.
Sería muy bueno para superar la pobreza y la desigualdad que todo fuera al revés, es decir, que entre los pobres hubiera más demanda que oferta de trabajadores, y entre los ricos más oferta que demanda. Ello haría tender las remuneraciones de los primeros a subir y las de los segundos a bajar, generándose una mayor igualdad socio-económica. Pero es todo al revés.
Este es un resultado habitual bajo el socialismo: que las cosas resulten al revés de lo que sería deseable. En último término, por eso cayó el Muro de Berlín.
En Chile se dice que vivimos bajo una economía neoliberal, pero en materia de trabajo ella es de corte socialista, en el sentido de que el mercado, especialmente en cuanto afecta a los quintiles más pobres, está muy regulado e intervenido por el Estado. Hay un salario mínimo obligatorio, cotizaciones previsionales obligatorias, razones de despido muy controladas y normas que impiden hablar de libre contratación del factor trabajo. Usted cree que vive en un país libre, pero no es libre de contratar su trabajo, que es la actividad a la cual seguramente dedica la mayor parte de su tiempo, durante la cual vive bajo el socialismo.
Y si yo fuera más experto en internet podría llegar a las cifras pormenorizadas de la encuesta CASEN y estoy cierto de que me encontraría con que, entre los trabajadores muy jóvenes, sin educación, de los hogares más pobres, el desempleo se acerca al 50 por ciento. Así era, al menos, en la CASEN 2003.
Resumen: la pobreza nace de las regulaciones socialistas, que les impiden a los pobres contratarse libremente. Por eso ella no cede. Si hubiera entre ellos un 2,8 por ciento de desempleo, como lo hay entre los ricos, a los cuales no les afectan ni el salario mínimo ni las regulaciones laborales, porque a ese nivel la libre contratación entre las partes es lo que manda, podemos estar seguros de que todo el mundo estaría trabajando, produciríamos mucho más y todos tendrían un buen pasar.
Entonces, si la pobreza ha aumentado, en gran parte se debe a las políticas socialistas, que se han acentuado en el mercado del trabajo, durante los gobiernos de la Concertación, y no sólo a la crisis internacional.
Mientras tengamos un mercado del trabajo socialista, la pobreza no cederá en Chile. Cuando tengamos efectiva libertad de trabajo, ella va a desaparecer. Y así, incluso con el mismo gasto social tan mal administrado actual, no habría pobres.
martes, 13 de julio de 2010
Podría No Haber Pobres
La encuesta CASEN 2009 ha mostrado un aumento de la pobreza a 15,1 %, desde el 13,7 % de 2006. Pero Felipe Larraín, actual Ministro de Hacienda, había objetado en su momento el guarismo de 2006, porque se había calculado sobre la base de una encuesta de consumo de alimentos de 1987, que había perdido actualidad. Rehizo el cálculo con la canasta actualizada a 2006 y eso le arrojó un nivel de pobreza de 29 por ciento.
Por algo un estadista inglés decía que las mentiras, de menores a mayores, se clasificaban en blancas, grandes y estadísticas.
Cuando la Concertación era oposición al Gobierno Militar, a fines de los '80, aprovechó un alza excepcional de de los limones, gracias a la cual el ingreso de subsistencia subió en miles de pesos y los pobres en Chile aumentaron en centenares de miles, y lo denunció así. Al bajar los limones, toda esa gente salió de la pobreza, pero la cifra de pobres que "pegó" fue la primera.
Pero lo que importa es otra cosa: lo importante es cómo se emplea el gasto social destinado a disminuir la pobreza. Pues si éste lo recibieran directamente los pobres, no habría pobres. Esto lo probó hace tres años el actual Ministro de Transportes, Felipe Morandé, con cifras. Y el actual Ministro de Mideplan, Felipe Kast, ha dado cifras para explicar por qué se produciría el efecto señalado por Morandé y ha puesto como ejemplo la parte del gasto social que va al Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), cuyas dos terceras partes van a pagar a la burocracia de la institución. Es decir, los jóvenes pobres reciben sólo poco más de uno de cada tres pesos que el Estado chileno (mejor dicho, los contribuyentes) les destinan a ellos. En cambio, ha dicho Kast, el bono marzo, que se pagó directamente a la gente, en un 99 % fue recibido por ella, y sólo el 1 % se gastó en repartirlo.
Por eso se produce el que llamaré "efecto Morandé": que si el gasto para ayudar a los pobres fuera a éstos y no a la burocracia, no habría pobres (ni tampoco habría burocracia, y la gente que la compone trabajaría en cosas más productivas, de modo que el país crecería más). Y como el crecimiento es el mejor remedio para la pobreza....
Ésa es la revoluciòn pendiente: la que haga llegar los recursos destinados a los pobres, no a la burocracia, sino directamente a ellos, como el bono marzo.
Pero ningún gobierno de los políticos actuales, por lo que les conocemos, se atrevería a ponerle ese cascabel al gato.
Por algo un estadista inglés decía que las mentiras, de menores a mayores, se clasificaban en blancas, grandes y estadísticas.
Cuando la Concertación era oposición al Gobierno Militar, a fines de los '80, aprovechó un alza excepcional de de los limones, gracias a la cual el ingreso de subsistencia subió en miles de pesos y los pobres en Chile aumentaron en centenares de miles, y lo denunció así. Al bajar los limones, toda esa gente salió de la pobreza, pero la cifra de pobres que "pegó" fue la primera.
Pero lo que importa es otra cosa: lo importante es cómo se emplea el gasto social destinado a disminuir la pobreza. Pues si éste lo recibieran directamente los pobres, no habría pobres. Esto lo probó hace tres años el actual Ministro de Transportes, Felipe Morandé, con cifras. Y el actual Ministro de Mideplan, Felipe Kast, ha dado cifras para explicar por qué se produciría el efecto señalado por Morandé y ha puesto como ejemplo la parte del gasto social que va al Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), cuyas dos terceras partes van a pagar a la burocracia de la institución. Es decir, los jóvenes pobres reciben sólo poco más de uno de cada tres pesos que el Estado chileno (mejor dicho, los contribuyentes) les destinan a ellos. En cambio, ha dicho Kast, el bono marzo, que se pagó directamente a la gente, en un 99 % fue recibido por ella, y sólo el 1 % se gastó en repartirlo.
Por eso se produce el que llamaré "efecto Morandé": que si el gasto para ayudar a los pobres fuera a éstos y no a la burocracia, no habría pobres (ni tampoco habría burocracia, y la gente que la compone trabajaría en cosas más productivas, de modo que el país crecería más). Y como el crecimiento es el mejor remedio para la pobreza....
Ésa es la revoluciòn pendiente: la que haga llegar los recursos destinados a los pobres, no a la burocracia, sino directamente a ellos, como el bono marzo.
Pero ningún gobierno de los políticos actuales, por lo que les conocemos, se atrevería a ponerle ese cascabel al gato.
lunes, 12 de julio de 2010
Inconsecuencias, Deslealtades y Odiosidades
La crema y nata del "pensamiento políticamente correcto" se reunió en la Fundación Frei para reafirmar la condena social unánime al crimen del General Prats y su cónyuge, acaecido hace 36 años. Incluso acudió un diputado de la UDI, Felipe Salaberry, que vio premiada su solitaria asistencia como representante de la Alianza con un beso en la mejilla por el mismísimo autor del "grito de Aguiló". Que la imagen televisiva quede para perpetua memoria.
Por supuesto, nadie soñaría con un acto solemne similar para condenar el asesinato a sangre fría de cinco escoltas del Presidente Pinochet y el frustrado magnicidio de éste, múltiple crimen cualitativamente igual y numéricamente peor que el doble asesinato del matrimonio Prats. Nadie. Al contrario, los autores del sangriento atentado de Achupallas fueron todos indultados y no me extrañaría que hubieran cobrado jugosas pensiones e indemnizaciones del Estado chileno, pues éste sabidamente las concede para purgar su "atropello" de haber impedido por las armas que la extrema izquierda instalara un gobierno totalitario, también por las armas. Hemos visto al cabecilla de aquel atentado y crimen múltiple, César Bunster, disfrutando de un cóctel en La Moneda (donde trabajaba) y departiendo con la mismísima Presidenta Bachelet. Además, escribió un libro vanagloriándose de su hazaña. Pues la sociedad políticamente correcta nos enseña que ese quíntuple crimen no constituyó un atentado contra los derechos humanos.
Ahora el ínclito juez Solís (basta dar su nombre para saber cuán apegado a la verdad y al derecho fue el proceso en el caso Prats), y los tribunales superiores, también políticamente correctos, han condenado a larguísimas e inconmutables penas de presidio a numerosos uniformados.
Y el senador Frei, que últimamente siempre pierde la oportunidad de quedarse callado, ha aprovechado el acto en la Fundación de su apellido para elevar el grado de su creciente odiosidad, rasgo que sólo se ha venido a acentuar en los últimos años, proclamando que jamás aceptará un indulto a los "violadores de los derechos humanos", que es como él, también ahora, a semejanza de la extrema izquierda y el Presidente Piñera, designa a los militares procesados o condenados. No llama así a los asesinos de izquierda, por supuesto, ya indultados, indemnizados y pensionados por un gobernante de su mismo partido.
También debemos dar por sentado que nunca oiremos a un dirigente comunista o socialista, por nombrar a los partidos que organizaron grupos terroristas y proclamaron la vía violenta, ni tampoco a ningún DC, refiriéndose en términos condenatorios a los asesinos de izquierda, a diferencia del comandante en jefe del Ejército, que no ha omitido severidad de términos para calificar la acción de sus camaradas hoy condenados, en la práctica, a presidio perpetuo inconmutable e inindultable. No, hay lealtades básicas en la izquierda que ni siquiera en las peores circunstancias son abandonadas. Ojalá las observaran nuestros uniformados, pero ya es hora de perder toda esperanza de que lo hagan.
No hay ni siquiera que preguntarse, pues, cuál va a ser el contenido del indulto del Bicentenario. Para que fuera igualitario y general este país tendría que ser otro. Y claramente sigue siendo el mismo de los últimos veinte años.
Por supuesto, nadie soñaría con un acto solemne similar para condenar el asesinato a sangre fría de cinco escoltas del Presidente Pinochet y el frustrado magnicidio de éste, múltiple crimen cualitativamente igual y numéricamente peor que el doble asesinato del matrimonio Prats. Nadie. Al contrario, los autores del sangriento atentado de Achupallas fueron todos indultados y no me extrañaría que hubieran cobrado jugosas pensiones e indemnizaciones del Estado chileno, pues éste sabidamente las concede para purgar su "atropello" de haber impedido por las armas que la extrema izquierda instalara un gobierno totalitario, también por las armas. Hemos visto al cabecilla de aquel atentado y crimen múltiple, César Bunster, disfrutando de un cóctel en La Moneda (donde trabajaba) y departiendo con la mismísima Presidenta Bachelet. Además, escribió un libro vanagloriándose de su hazaña. Pues la sociedad políticamente correcta nos enseña que ese quíntuple crimen no constituyó un atentado contra los derechos humanos.
Ahora el ínclito juez Solís (basta dar su nombre para saber cuán apegado a la verdad y al derecho fue el proceso en el caso Prats), y los tribunales superiores, también políticamente correctos, han condenado a larguísimas e inconmutables penas de presidio a numerosos uniformados.
Y el senador Frei, que últimamente siempre pierde la oportunidad de quedarse callado, ha aprovechado el acto en la Fundación de su apellido para elevar el grado de su creciente odiosidad, rasgo que sólo se ha venido a acentuar en los últimos años, proclamando que jamás aceptará un indulto a los "violadores de los derechos humanos", que es como él, también ahora, a semejanza de la extrema izquierda y el Presidente Piñera, designa a los militares procesados o condenados. No llama así a los asesinos de izquierda, por supuesto, ya indultados, indemnizados y pensionados por un gobernante de su mismo partido.
También debemos dar por sentado que nunca oiremos a un dirigente comunista o socialista, por nombrar a los partidos que organizaron grupos terroristas y proclamaron la vía violenta, ni tampoco a ningún DC, refiriéndose en términos condenatorios a los asesinos de izquierda, a diferencia del comandante en jefe del Ejército, que no ha omitido severidad de términos para calificar la acción de sus camaradas hoy condenados, en la práctica, a presidio perpetuo inconmutable e inindultable. No, hay lealtades básicas en la izquierda que ni siquiera en las peores circunstancias son abandonadas. Ojalá las observaran nuestros uniformados, pero ya es hora de perder toda esperanza de que lo hagan.
No hay ni siquiera que preguntarse, pues, cuál va a ser el contenido del indulto del Bicentenario. Para que fuera igualitario y general este país tendría que ser otro. Y claramente sigue siendo el mismo de los últimos veinte años.
domingo, 11 de julio de 2010
Lección de Ética de un Extranjero
Sostuve que el episodio del no-saludo y el semi-saludo, respectivamente, de Bielsa a dos autoridades de gobierno, nacía de su molestia ante el conflicto de intereses que afectaba a estas últimas, al estar involucradas, en su calidad de accionistas controladores de Colo Colo, en levantar una candidatura adversaria a Mayne-Nicholls a la presidencia de la ANFP, en las elecciones de noviembre, teniendo al mismo tiempo esas altas autoridades amplias atribuciones en relación con el fútbol profesional.
Y sostuve lo anterior basado en informaciones y presunciones sólidas, pero ahora he recibido la implícita confirmación de ello y no sólo eso, sino que dicho conflicto se ha dado públicamente por existente en el medio periodístico especializado.
Bielsa forma parte de un equipo que encabeza Mayne-Nicholls y el hecho de que éste lo dirija es fundamental para aquél. Además, estimo yo, lo es para la permanencia en su cargo de entrenador. La ética de Bielsa le dicta (y lo mismo debería dictarle a cualquier persona que tenga en cuenta la ética) que no es aceptable para una autoridad de gobierno, teniendo intereses en un club de fútbol profesional, y teniendo como tal autoridad, al mismo tiempo, tantas atribuciones sobre el deporte, pretender controlar el cargo máximo del fútbol profesional, que hoy está en manos de un dirigente independiente y de probada honorabilidad.
Dos conocidos periodistas opinan sobre esto en la revista "Qué Pasa" última. Uno es crítico del conflicto de intereses; el otro parece no serlo, pero claramente lo reconoce. Veamos:
Felipe Bianchi escribe: "...Ruiz Tagle y... Piñera..., quizá por querer no perder pan ni pedazo, o por defender lo que consideran legítimo, cometieron un gran error: quedarse en Colo Colo. Lo que resulta impresentable, ya que hoy comen en el comedor y en la cocina al mismo tiempo. Y eso nunca es bueno..."
Juan Cristóbal Guarello escribe: "Mayne-Nicholls se puede enojar con los tres grandes (Colo Colo, la U y la UC) pero así no va a ganar la batalla. Menos si el más importante, Colo Colo, tiene al ex presidente y accionista a cargo de Chiledeportes y a otro accionista mayor en la Presidencia de la República".
Se ha necesitado que un extranjero exteriorice su molestia ante el referido conflicto de intereses, que es evidente e inadmisible. Nos ha dado, a su manera, una lección.
El progreso futbolístico no ha sido, pues, el único fruto que ha dejado la permanencia de Marcelo Bielsa en nuestro país.
Y sostuve lo anterior basado en informaciones y presunciones sólidas, pero ahora he recibido la implícita confirmación de ello y no sólo eso, sino que dicho conflicto se ha dado públicamente por existente en el medio periodístico especializado.
Bielsa forma parte de un equipo que encabeza Mayne-Nicholls y el hecho de que éste lo dirija es fundamental para aquél. Además, estimo yo, lo es para la permanencia en su cargo de entrenador. La ética de Bielsa le dicta (y lo mismo debería dictarle a cualquier persona que tenga en cuenta la ética) que no es aceptable para una autoridad de gobierno, teniendo intereses en un club de fútbol profesional, y teniendo como tal autoridad, al mismo tiempo, tantas atribuciones sobre el deporte, pretender controlar el cargo máximo del fútbol profesional, que hoy está en manos de un dirigente independiente y de probada honorabilidad.
Dos conocidos periodistas opinan sobre esto en la revista "Qué Pasa" última. Uno es crítico del conflicto de intereses; el otro parece no serlo, pero claramente lo reconoce. Veamos:
Felipe Bianchi escribe: "...Ruiz Tagle y... Piñera..., quizá por querer no perder pan ni pedazo, o por defender lo que consideran legítimo, cometieron un gran error: quedarse en Colo Colo. Lo que resulta impresentable, ya que hoy comen en el comedor y en la cocina al mismo tiempo. Y eso nunca es bueno..."
Juan Cristóbal Guarello escribe: "Mayne-Nicholls se puede enojar con los tres grandes (Colo Colo, la U y la UC) pero así no va a ganar la batalla. Menos si el más importante, Colo Colo, tiene al ex presidente y accionista a cargo de Chiledeportes y a otro accionista mayor en la Presidencia de la República".
Se ha necesitado que un extranjero exteriorice su molestia ante el referido conflicto de intereses, que es evidente e inadmisible. Nos ha dado, a su manera, una lección.
El progreso futbolístico no ha sido, pues, el único fruto que ha dejado la permanencia de Marcelo Bielsa en nuestro país.
sábado, 10 de julio de 2010
Soy de la Oposición de Derecha
O a lo mejor soy "la" oposición de derecha, porque no conozco otras personas que compartan mi postura. Puedo dar, en frío, por lo menos seis razones para serlo:
Primera, porque la estrategia de este gobierno, expuesta por el Ministro del Interior en "Qué Pasa", consiste en "apropiarse de las banderas de la Concertación". Mis banderas políticas son distintas de ésas.
Segunda, porque el Ministro de Minería ha precisado que este gobierno es el de una "derecha moderna", pues le dará un estatuto a las uniones de hecho y sube los impuestos. Quiere decir que yo pertenezco a la derecha antigua, partidaria de fortalecer e incentivar la institución matrimonial y la familia tradicional, y de no aumentar los impuestos, sino hacer que cada vez más recursos pasen a la libre disposición (educación, salud) de los ciudadanos más pobres, desde las codiciosas manos de la bucrocracia estatal.
Tercera, porque este gobierno no cumple lo que promete: 1) El Presidente vive en medio de conflictos de intereses y no se ha deshecho de activos que los provocan, como prometió, cuando era candidato, que lo haría antes de asumir. Todo el episodio Bielsa deriva de la doble condición del mandatario de autoridad y dueño de Colo Colo. Esto lo explicaré mañana. 2) Tampoco va a cumplir con la promesa de eliminar la cotización de salud de los jubilados, porque resultó que la "letra chica" dice que eso lo disfrutarán sólo algunos jubilados. 3) Lo mismo corre para el prometido posnatal de seis meses, que también viene con "letra chica". 4) La creación de un millón de empleos tampoco era verdad, pues ahora se dice que van a ser doscientos mil al año y eso multiplicado por sus cuatro años da sólo ochocientos mil.
Cuarta, porque la persecución contra los militares que salvaron al país sigue peor que bajo los otros cuatro gobiernos de la Concertación. Los grupos de interés representativos de la venganza marxista visitan La Moneda y obtienen garantías, permanece incólume la oficina del Ministerio del Interior que persigue a los uniformados procesados y las señales que reciben del Gobierno los jueces prevaricadores les dicen que pueden seguir condenando contra derecho y muchas veces hasta sin pruebas a los uniformados. A éstos el Gobierno les ha denegado hasta indultos humanitarios (hace poco un suboficial (r) murió en Punta Peuco de una enfermedad terminal porque el Presidente le denegó el indulto que le habría permitido pasar sus últimos días con su familia). ¿Se imaginan lo que habría sucedido si le hubiera hecho eso a un preso agonizante de izquierda?
Quinta, porque legislará para dar un estatuto a las uniones de hecho, lo que conducirá a debilitar todavía más la institución matrimonial. Ya hay más divorcios que matrimonios.
Sexta, porque se va a legislar para dar un reconocimiento constitucional a los pueblos originarios, siendo que hasta hoy Chile es una nación homogénea y unida, cuya Constitución consagra su carácter unitario. El Gobierno va a contribuir a debilitar la unidad nacional.
Ya que se habla de una "nueva derecha", que tiene como propósito apoyar las anteriores y otras políticas similares, me declaro opositor y miembro de una "antigua derecha", que defiende los valores opuestos, es decir, no quiere ser otra portadora (la quinta) de las "banderas de la Concertación"; quiere traspasar los dineros públicos desde los monstruos burocráticos a las familias pobres para educar y dar salud a sus miembros; quiere que se cumplan las promesas electorales tal como fueron hechas y se ponga término a los conflictos entre el interés particular de los gobernantes y el general del país; desea que se consagren finalmente el perdón y el olvido para las divisiones del pasado y, en fin, que Chile siga siendo un país unido, donde habite una sola nacionalidad, la chilena.
Primera, porque la estrategia de este gobierno, expuesta por el Ministro del Interior en "Qué Pasa", consiste en "apropiarse de las banderas de la Concertación". Mis banderas políticas son distintas de ésas.
Segunda, porque el Ministro de Minería ha precisado que este gobierno es el de una "derecha moderna", pues le dará un estatuto a las uniones de hecho y sube los impuestos. Quiere decir que yo pertenezco a la derecha antigua, partidaria de fortalecer e incentivar la institución matrimonial y la familia tradicional, y de no aumentar los impuestos, sino hacer que cada vez más recursos pasen a la libre disposición (educación, salud) de los ciudadanos más pobres, desde las codiciosas manos de la bucrocracia estatal.
Tercera, porque este gobierno no cumple lo que promete: 1) El Presidente vive en medio de conflictos de intereses y no se ha deshecho de activos que los provocan, como prometió, cuando era candidato, que lo haría antes de asumir. Todo el episodio Bielsa deriva de la doble condición del mandatario de autoridad y dueño de Colo Colo. Esto lo explicaré mañana. 2) Tampoco va a cumplir con la promesa de eliminar la cotización de salud de los jubilados, porque resultó que la "letra chica" dice que eso lo disfrutarán sólo algunos jubilados. 3) Lo mismo corre para el prometido posnatal de seis meses, que también viene con "letra chica". 4) La creación de un millón de empleos tampoco era verdad, pues ahora se dice que van a ser doscientos mil al año y eso multiplicado por sus cuatro años da sólo ochocientos mil.
Cuarta, porque la persecución contra los militares que salvaron al país sigue peor que bajo los otros cuatro gobiernos de la Concertación. Los grupos de interés representativos de la venganza marxista visitan La Moneda y obtienen garantías, permanece incólume la oficina del Ministerio del Interior que persigue a los uniformados procesados y las señales que reciben del Gobierno los jueces prevaricadores les dicen que pueden seguir condenando contra derecho y muchas veces hasta sin pruebas a los uniformados. A éstos el Gobierno les ha denegado hasta indultos humanitarios (hace poco un suboficial (r) murió en Punta Peuco de una enfermedad terminal porque el Presidente le denegó el indulto que le habría permitido pasar sus últimos días con su familia). ¿Se imaginan lo que habría sucedido si le hubiera hecho eso a un preso agonizante de izquierda?
Quinta, porque legislará para dar un estatuto a las uniones de hecho, lo que conducirá a debilitar todavía más la institución matrimonial. Ya hay más divorcios que matrimonios.
Sexta, porque se va a legislar para dar un reconocimiento constitucional a los pueblos originarios, siendo que hasta hoy Chile es una nación homogénea y unida, cuya Constitución consagra su carácter unitario. El Gobierno va a contribuir a debilitar la unidad nacional.
Ya que se habla de una "nueva derecha", que tiene como propósito apoyar las anteriores y otras políticas similares, me declaro opositor y miembro de una "antigua derecha", que defiende los valores opuestos, es decir, no quiere ser otra portadora (la quinta) de las "banderas de la Concertación"; quiere traspasar los dineros públicos desde los monstruos burocráticos a las familias pobres para educar y dar salud a sus miembros; quiere que se cumplan las promesas electorales tal como fueron hechas y se ponga término a los conflictos entre el interés particular de los gobernantes y el general del país; desea que se consagren finalmente el perdón y el olvido para las divisiones del pasado y, en fin, que Chile siga siendo un país unido, donde habite una sola nacionalidad, la chilena.
viernes, 9 de julio de 2010
La Carcajada de Golborne
El ministro de Minería tenía toda la razón para lanzar una carcajada cuando el senador Lagos Weber decía que se les debía aumentar los impuestos a los más ricos todavía más de lo que proponía el Gobierno, porque la situación era para la risa.
En efecto, ésa ha sido siempre la postura de la izquierda, pero en los últimos gobiernos de ésta quedaron a cargo de la parte económica ministros técnicos, como Eyzaguirre y Velasco. Ellos comprendieron que subiendo los impuestos no se favorece el crecimiento, que es el mejor remedio contra la pobreza. Su única concesión demagógica fue retroceder frente al proyecto de royalty del senador Lavandero. Y precisamente por no caer en la demagogia el ex ministro Andrés Velasco recibió la dura crítica de su compañero de gabinete, Francisco Vidal, un político de izquierda neto. Afortunadamente la Presidenta renunció a su propio predicamento y respaldó al primero.
Pero ahora hay una situación risible: un gobierno que dice no ser de izquierda, pero va más allá que los anteriores que sí lo fueron, subiendo los impuestos. Incluso en el orden valórico también va más allá, patrocinando las uniones de hecho.
El propio Golborne lo ha declarado en "La Segunda" (08.07): "Efectivamente, parece el mundo al revés. ... Hoy vemos un Presidente claramente con la gente, parlamentarios ... planteando situaciones que quizás no son tradicionales para la derecha, como resolver las uniones de hecho, plantear alzas tributarias..."
Por supuesto, ya no están a cargo los responsables como Eyzaguirre y Velasco, que se negaron a sacrificar el crecimiento en aras de la demagogia. Y tenemos lo que Golborne llama "una derecha moderna". Lástima que es tan moderna que ya parece izquierda. En esa competencia, por supuesto, siempre será mejor el producto genuino, de modo que los izquierdistas le replican a esa "nueva derecha": "su impuesto y otro tanto más". Y todo queda en nada. Es lo que está pasando y lo que anunciaba Lagos Weber cuando fue interrumpido por la justificada carcajada de Golborne.
Está probado que los impuestos a las empresas y las personas anunciados por Sebastián Piñera no son necesarios para financiar la reconstrucción. Se le puede haber hecho creer a la gente que lo son, pero eso no es verdad. El rico Estado chileno tiene recursos de sobra para financiarla. Si el tema hubiera estado entregado a los ministros técnicos, Felipe Larraín y Juan Andrés Fontaine, no me cabe duda de que no se habría vuelto a castigar a los contribuyentes y no se habría subido ningún impuesto, agrandando al Estado, sino que se habría recurrido a los enormes recursos de éste, achicándolo. Pero el Gobierno lo conduce un político, Sebastián Piñera, de la "centroderecha moderna", que copia de la izquierda en lo económico y también en lo valórico, subiendo impuestos, agrandando el Estado y debilitando la familia, al consagrar las "uniones de hecho". Y sus ministros técnicos deben agachar la cabeza, salvo Golborne, por supuesto, que lanza una
carcajada.
Muy justificada, porque si todo eso es un ideario de centroderecha, la cosa es simplemente para la risa.
En efecto, ésa ha sido siempre la postura de la izquierda, pero en los últimos gobiernos de ésta quedaron a cargo de la parte económica ministros técnicos, como Eyzaguirre y Velasco. Ellos comprendieron que subiendo los impuestos no se favorece el crecimiento, que es el mejor remedio contra la pobreza. Su única concesión demagógica fue retroceder frente al proyecto de royalty del senador Lavandero. Y precisamente por no caer en la demagogia el ex ministro Andrés Velasco recibió la dura crítica de su compañero de gabinete, Francisco Vidal, un político de izquierda neto. Afortunadamente la Presidenta renunció a su propio predicamento y respaldó al primero.
Pero ahora hay una situación risible: un gobierno que dice no ser de izquierda, pero va más allá que los anteriores que sí lo fueron, subiendo los impuestos. Incluso en el orden valórico también va más allá, patrocinando las uniones de hecho.
El propio Golborne lo ha declarado en "La Segunda" (08.07): "Efectivamente, parece el mundo al revés. ... Hoy vemos un Presidente claramente con la gente, parlamentarios ... planteando situaciones que quizás no son tradicionales para la derecha, como resolver las uniones de hecho, plantear alzas tributarias..."
Por supuesto, ya no están a cargo los responsables como Eyzaguirre y Velasco, que se negaron a sacrificar el crecimiento en aras de la demagogia. Y tenemos lo que Golborne llama "una derecha moderna". Lástima que es tan moderna que ya parece izquierda. En esa competencia, por supuesto, siempre será mejor el producto genuino, de modo que los izquierdistas le replican a esa "nueva derecha": "su impuesto y otro tanto más". Y todo queda en nada. Es lo que está pasando y lo que anunciaba Lagos Weber cuando fue interrumpido por la justificada carcajada de Golborne.
Está probado que los impuestos a las empresas y las personas anunciados por Sebastián Piñera no son necesarios para financiar la reconstrucción. Se le puede haber hecho creer a la gente que lo son, pero eso no es verdad. El rico Estado chileno tiene recursos de sobra para financiarla. Si el tema hubiera estado entregado a los ministros técnicos, Felipe Larraín y Juan Andrés Fontaine, no me cabe duda de que no se habría vuelto a castigar a los contribuyentes y no se habría subido ningún impuesto, agrandando al Estado, sino que se habría recurrido a los enormes recursos de éste, achicándolo. Pero el Gobierno lo conduce un político, Sebastián Piñera, de la "centroderecha moderna", que copia de la izquierda en lo económico y también en lo valórico, subiendo impuestos, agrandando el Estado y debilitando la familia, al consagrar las "uniones de hecho". Y sus ministros técnicos deben agachar la cabeza, salvo Golborne, por supuesto, que lanza una
carcajada.
Muy justificada, porque si todo eso es un ideario de centroderecha, la cosa es simplemente para la risa.
jueves, 8 de julio de 2010
Algunas Incorrecciones Políticas Más
El fallo definitivo de la Corte Suprema en el caso del asesinato del general Prats y su cónyuge ha condenado a dos generales (r), tres brigadieres (r) y un coronel (r) a prolongadas penas (que van de 15 a 17 años de presidio).
La noticia era esperada y previsible. Pero sorprende que sólo se mencione muy de paso que el autor material de las muertes fue un ciudadano norteamericano, Michael Townley, que no ha recibido sanción alguna por ese hecho, pues vive fuera del alcance del "largo brazo de la justicia", por haber llegado a un acuerdo de impunidad con las autoridades norteamericanas.
La declaración del Ejército con motivo del fallo y contra sus ex miembros condenados es particularmente dura: los "repudia" y señala que la institución "no debería sufrir detrimento por la infamia de aquellos que no adhirieron al tradicional código de honor y de conducta institucionales, que con su acción demostraron despreciar".
Naturalmente, uno como civil tiene derecho a formularse algunas preguntas. A mí, personalmente, me intriga no acertar a encontrar qué razón puede haber inducido a varios oficiales de alta graduación de la DINA a quitarle la vida a un retirado e inofensivo ex comandante en jefe y su señora, residentes en otro país y, la segunda, además, obviamente ajena a toda circunstancia que pudiera hacerla constituir una amenaza para nadie. ¿Es explicable que un servicio de inteligencia incurra sin justificación alguna en una conducta doblemente homicida contra una pareja de personas de edad, lejanas y dedicadas a inocentes actividades propias de su retiro? Ciertamente, no es explicable. Y no creo que haya lugar, en el restringido medio informativo chileno, para que nadie ose dar una respuesta circunstanciada a esa pregunta. Eso resultaría probablemente intolerable para el medio chileno actual.
Por mi parte, tengo algo qué decir sobre uno de los condenados, el brigadier (r) Christoph Willecke. Hace pocos años un amigo suyo y mío me preguntó si lo conocía. Le respondí que no. Entonces me inquirió si me interesaria ir a visitarlo al penal donde estaba preso por el caso Prats, y accedí muy interesado.
Le pregunté directamente al brigadier Willecke cuál había sido su participación en el caso Prats. "Ninguna", me respondió, añadiendo: "No tuve nada qué ver en eso". Entonces le pregunté cómo era posible que lo procesaran por algo a lo cual era ajeno, y me respondió que eso sucedía de ordinario en juicios contra uniformados. Pero me añadió algo aún más decidor:
"Vino a interrogarme la jueza argentina María Servini de Cubría, que investigaba el caso Prats en Buenos Aires. Yo le señalé que no sabía nada acerca de ese caso y que no había tenido participación alguna en él. Entonces ella me dijo: 'Sí, ya sé que usted no tuvo participación, pero lo que me interesa saber de su parte es todo lo que hacía la DINA'. Ella, una jueza extranjera, no sólo reconoció mi inocencia, sino que pretendía recibir de mí una relación completa de mis actividades y conocimientos acerca del servicio de inteligencia chileno".
Por supuesto, conociendo los antecedentes del brigadier (r) Willecke (y los del juez que lo persiguió y condenó) creo absolutamente en la palabra del primero y considero que, al menos, hay una persona condenada por este crimen a una prisión que, en la práctica, es a perpetuidad, siendo por completo inocente.
Sé que la sociedad chilena actual no está preparada ni para recibir una respuesta a la pregunta que formulé en primer término, ni para revisar seria y concienzudamente esa condena de un inocente.
Condena agravada por el severísimo e indiscriminado baldón que hace recaer sobre él la institución a la cual sirvió toda su vida, que lo "repudia" y declara "infame" por despreciar los valores de aquélla, añadiendo el deshonor a la indefensión y a la injusticia.
Es el sino reservado a muchos soldados en la sociedad que contribuyeron a salvar.
La noticia era esperada y previsible. Pero sorprende que sólo se mencione muy de paso que el autor material de las muertes fue un ciudadano norteamericano, Michael Townley, que no ha recibido sanción alguna por ese hecho, pues vive fuera del alcance del "largo brazo de la justicia", por haber llegado a un acuerdo de impunidad con las autoridades norteamericanas.
La declaración del Ejército con motivo del fallo y contra sus ex miembros condenados es particularmente dura: los "repudia" y señala que la institución "no debería sufrir detrimento por la infamia de aquellos que no adhirieron al tradicional código de honor y de conducta institucionales, que con su acción demostraron despreciar".
Naturalmente, uno como civil tiene derecho a formularse algunas preguntas. A mí, personalmente, me intriga no acertar a encontrar qué razón puede haber inducido a varios oficiales de alta graduación de la DINA a quitarle la vida a un retirado e inofensivo ex comandante en jefe y su señora, residentes en otro país y, la segunda, además, obviamente ajena a toda circunstancia que pudiera hacerla constituir una amenaza para nadie. ¿Es explicable que un servicio de inteligencia incurra sin justificación alguna en una conducta doblemente homicida contra una pareja de personas de edad, lejanas y dedicadas a inocentes actividades propias de su retiro? Ciertamente, no es explicable. Y no creo que haya lugar, en el restringido medio informativo chileno, para que nadie ose dar una respuesta circunstanciada a esa pregunta. Eso resultaría probablemente intolerable para el medio chileno actual.
Por mi parte, tengo algo qué decir sobre uno de los condenados, el brigadier (r) Christoph Willecke. Hace pocos años un amigo suyo y mío me preguntó si lo conocía. Le respondí que no. Entonces me inquirió si me interesaria ir a visitarlo al penal donde estaba preso por el caso Prats, y accedí muy interesado.
Le pregunté directamente al brigadier Willecke cuál había sido su participación en el caso Prats. "Ninguna", me respondió, añadiendo: "No tuve nada qué ver en eso". Entonces le pregunté cómo era posible que lo procesaran por algo a lo cual era ajeno, y me respondió que eso sucedía de ordinario en juicios contra uniformados. Pero me añadió algo aún más decidor:
"Vino a interrogarme la jueza argentina María Servini de Cubría, que investigaba el caso Prats en Buenos Aires. Yo le señalé que no sabía nada acerca de ese caso y que no había tenido participación alguna en él. Entonces ella me dijo: 'Sí, ya sé que usted no tuvo participación, pero lo que me interesa saber de su parte es todo lo que hacía la DINA'. Ella, una jueza extranjera, no sólo reconoció mi inocencia, sino que pretendía recibir de mí una relación completa de mis actividades y conocimientos acerca del servicio de inteligencia chileno".
Por supuesto, conociendo los antecedentes del brigadier (r) Willecke (y los del juez que lo persiguió y condenó) creo absolutamente en la palabra del primero y considero que, al menos, hay una persona condenada por este crimen a una prisión que, en la práctica, es a perpetuidad, siendo por completo inocente.
Sé que la sociedad chilena actual no está preparada ni para recibir una respuesta a la pregunta que formulé en primer término, ni para revisar seria y concienzudamente esa condena de un inocente.
Condena agravada por el severísimo e indiscriminado baldón que hace recaer sobre él la institución a la cual sirvió toda su vida, que lo "repudia" y declara "infame" por despreciar los valores de aquélla, añadiendo el deshonor a la indefensión y a la injusticia.
Es el sino reservado a muchos soldados en la sociedad que contribuyeron a salvar.
miércoles, 7 de julio de 2010
Malhumor Político
Como no vi el programa humorístico con las imitaciones que hizo Kramer de Marcelo Bielsa y Sebastián Piñera, no me había formado un juicio acerca de aquél, pero un periodista me ha enviado un cuestionario para saber mi opinión y acompañó la dirección de YouTube en que se encuentra dicho programa. Lo vi, me reí bastante, y encontré inexplicables las declaraciones y amenazas que han proferido a raíz de él algunos parlamentarios y dirigentes afines al Gobierno.
Yo crecí en la tradición de que el humor político se hacía a costa de la imagen y la majestad de quienes ocupaban altos cargos o la Primera Magistratura. Cuando yo era niño, hasta había una tira cómica en una revista, cuyo protagonista se llamaba "Don Gabito", en la cual se buscaba hacer reír a costa de los defectos del Presidente. Nunca supe que hubiera habido protestas o represalias del gobernante y sus partidarios por eso.
Había una revista de sátira política, "Topaze", que ridiculizaba a todos los personajes públicos. En una oportunidad el Presidente Arturo Alessandri, a quien representaban como un león domesticado por el general Ibáñez, se ofendió gravemente por el contenido de la publicación y ordenó a Investigaciones requisarla. Pero eso quedó como uno de los episodios negativos de la gestión del gran gobernante, como lo fue el mismo don Arturo, particularmente en su segunda presidencia.
El propio Salvador Allende debía aceptar apodos y ridiculizaciones bajo su gobierno de mil días. El diario "Tribuna" lo apodaba "Bigote Blanco" y hacía hincapié en que vivía amenazado por un agente norteamericano llamado Johnnie Walker. Allende cometió atentados contra la libertad de expresión, pero motivado por la oposición política seria que estaba soportando, y no por las humoradas, que dejó pasar, porque dentro de la tradición chilena siempre se ha caricaturizado e imitado a los Presidentes, incluyendo al del Gobierno Militar. Algunos humoristas tenían como principal oficio personificar a Pinochet. Y antes de eso Manolo González se había especializado en hacerlo con Jorge Alessandri.
En Londres, cuando gobernaba Margaret Thatcher, tuve oportunidad de ver en la TV un sketch en que la representaban a ella y su marido en la puerta de un bar y completamente ebrios. El diálogo era muy divertido y nadie protestó allá por eso. Y si uno ve en el cable el programa "Saturday Night Live", frecuentemente hallará personificados a diferentes políticos norteamericanos, presentados en las más ridículas situaciones. Ninguno se ofende, porque se supone que sólo es humor.
El episodio chileno que se ha subido a YouTube ahora es completamente intrascendente. Se trata de una pieza de humor absurdo y de dos imitaciones caricaturescas, que enfatizan rasgos y defectos de Bielsa y Piñera. No quita ni pone en relación al episodio que ambos protagonizaron y TVN sólo lo ha aprovechado para hacer un sketch irreverente y divertido que, por lo que se puede apreciar en el audio, fue muy disfrutado por el público presente y, me imagino, por los telespectadores.
Pretender elevar eso al grado de crisis en el canal público y amenazar con reemplazar a su plana mayor habla muy mal tanto de quienes buscan defender así al gobernante como también del concepto que ellos tienen sobre la libertad de expresión y la autonomía del canal estatal.
Los políticos tienen que estar siempre dispuestos a perder votaciones y elecciones, pero lo que no deberían perder nunca es el sentido del humor.
Yo crecí en la tradición de que el humor político se hacía a costa de la imagen y la majestad de quienes ocupaban altos cargos o la Primera Magistratura. Cuando yo era niño, hasta había una tira cómica en una revista, cuyo protagonista se llamaba "Don Gabito", en la cual se buscaba hacer reír a costa de los defectos del Presidente. Nunca supe que hubiera habido protestas o represalias del gobernante y sus partidarios por eso.
Había una revista de sátira política, "Topaze", que ridiculizaba a todos los personajes públicos. En una oportunidad el Presidente Arturo Alessandri, a quien representaban como un león domesticado por el general Ibáñez, se ofendió gravemente por el contenido de la publicación y ordenó a Investigaciones requisarla. Pero eso quedó como uno de los episodios negativos de la gestión del gran gobernante, como lo fue el mismo don Arturo, particularmente en su segunda presidencia.
El propio Salvador Allende debía aceptar apodos y ridiculizaciones bajo su gobierno de mil días. El diario "Tribuna" lo apodaba "Bigote Blanco" y hacía hincapié en que vivía amenazado por un agente norteamericano llamado Johnnie Walker. Allende cometió atentados contra la libertad de expresión, pero motivado por la oposición política seria que estaba soportando, y no por las humoradas, que dejó pasar, porque dentro de la tradición chilena siempre se ha caricaturizado e imitado a los Presidentes, incluyendo al del Gobierno Militar. Algunos humoristas tenían como principal oficio personificar a Pinochet. Y antes de eso Manolo González se había especializado en hacerlo con Jorge Alessandri.
En Londres, cuando gobernaba Margaret Thatcher, tuve oportunidad de ver en la TV un sketch en que la representaban a ella y su marido en la puerta de un bar y completamente ebrios. El diálogo era muy divertido y nadie protestó allá por eso. Y si uno ve en el cable el programa "Saturday Night Live", frecuentemente hallará personificados a diferentes políticos norteamericanos, presentados en las más ridículas situaciones. Ninguno se ofende, porque se supone que sólo es humor.
El episodio chileno que se ha subido a YouTube ahora es completamente intrascendente. Se trata de una pieza de humor absurdo y de dos imitaciones caricaturescas, que enfatizan rasgos y defectos de Bielsa y Piñera. No quita ni pone en relación al episodio que ambos protagonizaron y TVN sólo lo ha aprovechado para hacer un sketch irreverente y divertido que, por lo que se puede apreciar en el audio, fue muy disfrutado por el público presente y, me imagino, por los telespectadores.
Pretender elevar eso al grado de crisis en el canal público y amenazar con reemplazar a su plana mayor habla muy mal tanto de quienes buscan defender así al gobernante como también del concepto que ellos tienen sobre la libertad de expresión y la autonomía del canal estatal.
Los políticos tienen que estar siempre dispuestos a perder votaciones y elecciones, pero lo que no deberían perder nunca es el sentido del humor.
martes, 6 de julio de 2010
La Personalidad del Gobernante
Las situaciones que ha vivido el Presidente en las últimas semanas han llevado a su gabinete a sesionar cuatro horas para analizarlas y han provocado una generalizada controversia entre sus partidarios. El senador Allamand, en "La Segunda" de hoy, le pide "que se encuadre un poco mejor en el rol presidencial" y "que se olvide de la parka roja y se la deje a sus ministros e intendentes".
Pero pedir eso es no conocer a Sebastián Piñera. Él es y se siente un "protagonista". Este acertado adjetivo se lo adjudicó un moderado columnista de centroizquierda, Agustín Squella.
Hemos visto durante dos años a Sebastián Piñera sumergiéndose como buzo (y haciendo comentarios insólitos al respecto, que habrían hecho las delicias de una prensa más inquisitiva que la nuestra); con casco de soldado arriba de un tanque, vestido de huaso galopando en la más vistosa yegua de criadero, pilotando un helicóptero (aunque la vez en que cayó entre las ramas de los árboles en Lago Ranco la misma poco inquisitiva prensa chilena minimizó el incidente); dominando una pelota en una cancha de fútbol, jugando tenis, vestido de bombero con casaca y un casco enorme que insistía en caérsele... para no hablar de las ocasiones en que ha debido ser salvado de caídas graves, como cuando fue sostenido a punto de deslizarse por una explanada al cauce del río Mississipi o tras saltar de un muelle para aterrizar precariamente en diferentes barcos en nuestros puertos. En fin, parece inevitable que siga monopolizando las cámaras con su casaca roja en las más diversas situaciones.
Él es un protagonista porque quiere y le nace serlo. Está en su naturaleza. Eso no va a cambiar. ¿Es bueno o malo para su imagen? No lo sabemos. Se habla de que en el prolongado consejo de gabinete último se dio a conocer una encuesta "flash", y como todos los comentarios de sus más próximos son de preocupación, podría haber sucedido que ella no le hubiera sido favorable, pero no se ha publicado y la poco inquisitva prensa chilena no ha podido enterarnos de ella.
Lo más injusto de todo es que parte de las críticas surgidas alrededor de todo esto se dirijan contra la vocera de gobierno, Ena von Baer, por no defender con más vehemencia al mandatario. Pero ¿cómo podría defenderlo? ¿Diciendo que se veía muy bien con casco de bombero? ¿Declarando que Bielsa es "un roto", como lo hizo la hija de Piñera? Parece que eso sería lo peor, tanto que la propia hija referida tuvo que retirar y sustituir el término que había empleado.
La vocera de gobierno es una persona seria y honesta y desempeña su papel encuadrada en esas características. Lo peor que podría hacer sería salirse de ellas, porque ahí sí que dejaría de inspirar confianza (por algo está bien evaluada en las encuestas que hay).
Concedamos a la realidad su propio peso, y ella nos indica que tenemos un gobernante con la personalidad que le conocemos. Eso no va a cambiar fundamentalmente. Sí puede cambiar marginalmente. Tal vez podría moderar sus ímpetus protagonísticos.
Otra cosa que no va a cambiar son los conflictos de intereses que lo rodean. Ya no cumplió con deshacerse de todas las vinculaciones de negocios que los provocaban. Él piensa que no los hay en el hecho de ser dueño de Colo Colo, pero en estos días ha quedado acreditado que sí los hay. Y ni siquiera considera deshacerse de sus acciones de Blanco y Negro. Dice que tiene "su alma en Colo Colo" (olvidando que antes era hincha de la Católica). Parece creer que nadie se ha dado cuenta.
Ni el protagonismo ni esos conflictos y contradicciones van a desaparecer, para bien o para mal. Y más valdría que sus partidarios se fueran acostumbrando a lidiar con las consecuencias que ello trae y seguirá trayendo inevitablemente consigo.
Pero pedir eso es no conocer a Sebastián Piñera. Él es y se siente un "protagonista". Este acertado adjetivo se lo adjudicó un moderado columnista de centroizquierda, Agustín Squella.
Hemos visto durante dos años a Sebastián Piñera sumergiéndose como buzo (y haciendo comentarios insólitos al respecto, que habrían hecho las delicias de una prensa más inquisitiva que la nuestra); con casco de soldado arriba de un tanque, vestido de huaso galopando en la más vistosa yegua de criadero, pilotando un helicóptero (aunque la vez en que cayó entre las ramas de los árboles en Lago Ranco la misma poco inquisitiva prensa chilena minimizó el incidente); dominando una pelota en una cancha de fútbol, jugando tenis, vestido de bombero con casaca y un casco enorme que insistía en caérsele... para no hablar de las ocasiones en que ha debido ser salvado de caídas graves, como cuando fue sostenido a punto de deslizarse por una explanada al cauce del río Mississipi o tras saltar de un muelle para aterrizar precariamente en diferentes barcos en nuestros puertos. En fin, parece inevitable que siga monopolizando las cámaras con su casaca roja en las más diversas situaciones.
Él es un protagonista porque quiere y le nace serlo. Está en su naturaleza. Eso no va a cambiar. ¿Es bueno o malo para su imagen? No lo sabemos. Se habla de que en el prolongado consejo de gabinete último se dio a conocer una encuesta "flash", y como todos los comentarios de sus más próximos son de preocupación, podría haber sucedido que ella no le hubiera sido favorable, pero no se ha publicado y la poco inquisitva prensa chilena no ha podido enterarnos de ella.
Lo más injusto de todo es que parte de las críticas surgidas alrededor de todo esto se dirijan contra la vocera de gobierno, Ena von Baer, por no defender con más vehemencia al mandatario. Pero ¿cómo podría defenderlo? ¿Diciendo que se veía muy bien con casco de bombero? ¿Declarando que Bielsa es "un roto", como lo hizo la hija de Piñera? Parece que eso sería lo peor, tanto que la propia hija referida tuvo que retirar y sustituir el término que había empleado.
La vocera de gobierno es una persona seria y honesta y desempeña su papel encuadrada en esas características. Lo peor que podría hacer sería salirse de ellas, porque ahí sí que dejaría de inspirar confianza (por algo está bien evaluada en las encuestas que hay).
Concedamos a la realidad su propio peso, y ella nos indica que tenemos un gobernante con la personalidad que le conocemos. Eso no va a cambiar fundamentalmente. Sí puede cambiar marginalmente. Tal vez podría moderar sus ímpetus protagonísticos.
Otra cosa que no va a cambiar son los conflictos de intereses que lo rodean. Ya no cumplió con deshacerse de todas las vinculaciones de negocios que los provocaban. Él piensa que no los hay en el hecho de ser dueño de Colo Colo, pero en estos días ha quedado acreditado que sí los hay. Y ni siquiera considera deshacerse de sus acciones de Blanco y Negro. Dice que tiene "su alma en Colo Colo" (olvidando que antes era hincha de la Católica). Parece creer que nadie se ha dado cuenta.
Ni el protagonismo ni esos conflictos y contradicciones van a desaparecer, para bien o para mal. Y más valdría que sus partidarios se fueran acostumbrando a lidiar con las consecuencias que ello trae y seguirá trayendo inevitablemente consigo.
lunes, 5 de julio de 2010
Conflictos de Intereses
El único político que se ha dado cuenta de "por dónde va la cosa" ha sido el senador Hernán Larraín. Él ha dicho que el Presidente debe deshacerse de sus acciones del club Colo Colo, las mismas que le dan el control del mismo, asociado al otro gran accionista, el Subsecretario de Deportes.
Ése es el origen de los episodios incómodos que aquél y éste han debido afrontar en estos días, porque ese club está en posición antinómica con la directiva de la ANFP. Y el conflicto de intereses deriva de que el Presidente quiere estar bien, a los ojos del público, con la ANFP, pero a la vez quiere seguir siendo controlador de Colo Colo, club que está fraguando una oposición contra la directiva de la ANFP y pretende sustituirla y controlarla. Por eso los directores de Colo Colo se han negado a comentar los episodios de estos días. Si lo hicieran, deberían descubrir todas sus cartas y se confirmaría la real causa de la molestia que embarga a quienes trabajan en la ANFP, molestia dirigida contra los controladores de Colo Colo que, junto con serlo, dirigen el Gobierno y la Subsecretaría de Deportes.
Mayne-Nicholls le hizo ver al Presidente esa situación y éste le aseguró que desde que asumió "no ha sabido nada de Colo Colo". Entonces el primero se dio por satisfecho con la explicación y le ofreció excusas al Presidente por sus suspicacias(ver entrevista en "La Tercera" de ayer). Pero eso sólo revela la ingenuidad de Mayne-Nicholls.
Pues si éste cree que un dueño no sabe nada de la entidad que posee, quiere decir que sabe muy poco acerca de los dueños, y sobre todo de uno que se llama Sebastián Piñera, representado en el directorio de Colo Colo por personas de su confianza. Éstas, con toda certeza, no obrarán por su cuenta cuando se trate de impugnar a la directiva de la ANFP, un entidad constantemente enfocada por el interés público.
Los inadvertidos que creen que todo lo que ha sucedido se origina en motivaciones políticas no entienden nada de cuanto está pasando. Desde luego, si algo ha sido Mayne-Nicholls en política, es cercano a la UDI. Y Bielsa no va a adoptar actitudes basado en motivaciones ideológicas, porque es un hombre absorbido por su quehacer y lo que está viendo es que hay intereses económicos, deportivos y empresariales en juego que amenazan al equipo directivo y técnico del cual forma parte y al trabajo que realiza.
El único que ha dado en el clavo en todo esto, repito, ha sido el senador Larraín, y si ha sido refutado tanto desde RN como desde la UDI, quiere decir que los restantes personeros de la Alianza todavía no comprenden el alcance de las normas escritas y no escritas que aconsejan evitar los conflictos de intereses de las personas que tienen responsabilidades públicas.
Como ha dicho Larraín, Piñera debe vender; y, por cierto, Ruiz-Tagle también. Y vender de verdad.
Ése es el origen de los episodios incómodos que aquél y éste han debido afrontar en estos días, porque ese club está en posición antinómica con la directiva de la ANFP. Y el conflicto de intereses deriva de que el Presidente quiere estar bien, a los ojos del público, con la ANFP, pero a la vez quiere seguir siendo controlador de Colo Colo, club que está fraguando una oposición contra la directiva de la ANFP y pretende sustituirla y controlarla. Por eso los directores de Colo Colo se han negado a comentar los episodios de estos días. Si lo hicieran, deberían descubrir todas sus cartas y se confirmaría la real causa de la molestia que embarga a quienes trabajan en la ANFP, molestia dirigida contra los controladores de Colo Colo que, junto con serlo, dirigen el Gobierno y la Subsecretaría de Deportes.
Mayne-Nicholls le hizo ver al Presidente esa situación y éste le aseguró que desde que asumió "no ha sabido nada de Colo Colo". Entonces el primero se dio por satisfecho con la explicación y le ofreció excusas al Presidente por sus suspicacias(ver entrevista en "La Tercera" de ayer). Pero eso sólo revela la ingenuidad de Mayne-Nicholls.
Pues si éste cree que un dueño no sabe nada de la entidad que posee, quiere decir que sabe muy poco acerca de los dueños, y sobre todo de uno que se llama Sebastián Piñera, representado en el directorio de Colo Colo por personas de su confianza. Éstas, con toda certeza, no obrarán por su cuenta cuando se trate de impugnar a la directiva de la ANFP, un entidad constantemente enfocada por el interés público.
Los inadvertidos que creen que todo lo que ha sucedido se origina en motivaciones políticas no entienden nada de cuanto está pasando. Desde luego, si algo ha sido Mayne-Nicholls en política, es cercano a la UDI. Y Bielsa no va a adoptar actitudes basado en motivaciones ideológicas, porque es un hombre absorbido por su quehacer y lo que está viendo es que hay intereses económicos, deportivos y empresariales en juego que amenazan al equipo directivo y técnico del cual forma parte y al trabajo que realiza.
El único que ha dado en el clavo en todo esto, repito, ha sido el senador Larraín, y si ha sido refutado tanto desde RN como desde la UDI, quiere decir que los restantes personeros de la Alianza todavía no comprenden el alcance de las normas escritas y no escritas que aconsejan evitar los conflictos de intereses de las personas que tienen responsabilidades públicas.
Como ha dicho Larraín, Piñera debe vender; y, por cierto, Ruiz-Tagle también. Y vender de verdad.
domingo, 4 de julio de 2010
Episodio Bielsa: Epílogo
Primera cosa que debe dejarse establecida: si hay algo que no se controvierte en la Argentina es que Marcelo Bielsa es un tipo decente; y si hay algo que nadie controvierte en Chile es que Harold Mayne-Nicholls es un tipo decente.
Segunda cosa que debe dejarse establecida: en palabras de Mayne-Nicholls en "La Tercera" de hoy: "Colo Colo está impulsando una lista contra mí en las próximas elecciones de la ANFP, que se realizarán en noviembre". Hasta ahora nadie ha desmentido esa información, como hace constar el mismo Mayne-Nicholls.
Tercera cosa que debe dejarse establecida: este último consiguió el concurso de Bielsa. Posiblemente si otra persona hubiera dirigido al fútbol chileno, Bielsa no habría aceptado la proposición. Ambos forman una dupla que se entiende y se siente parte de una misión común.
Cuarta cosa que debe dejarse establecida: el Presidente de Chile y el Director de Chiledeportes son los principales dueños y controladores de Colo Colo, club que promueve el desplazamiento de la directiva de Mayne-Nicholls.
Sabido todo eso, resulta que el Presidente quiso hacerse partícipe de la acogida y popularidad que ese equipo directivo, con sus técnicos y sus jugadores, se han ganado a raíz de Mundial.
Los dos tipos decentes antedichos seguramente ven, pienso yo, una maniobra oportunista en todo lo anterior. El oportunismo es un rasgo de Piñera, como lo deja en claro la columna de hoy en "El Mercurio" de Juan Carlos Eicholtz, panelista de "Tolerancia Cero", programa del canal de Piñera. Además, Eicholtz en el pasado ha trabajado con Sebastián. Pues bien, hoy escribe, sobre el tema que nos ocupa: "Como en otras ocasiones, Piñera no pudo evitar que aflorara su lado sombrío --el oportunismo-- e invitó a la selección nacional a La Moneda para condecorarla, intentando generar un efecto comunicacional que lo pudiera favorecer".
Para un tipo como Bielsa esto es difícil de tolerar: por un lado los dueños de Colo Colo quieren desplazar de la ANFP al "team" de que él forma parte y tomar el control de aquélla; por otro, quieren hacerse partícipes de los logros del mismo "team".
¿No es otro caso en que Piñera "quiere quedarse con todas las bolitas"?
Obviamente Bielsa no podía negarse a acudir a la invitación (aunque formulada por los diarios) a La Moneda. Pero, por otro, le resultaba difícil la cordialidad con el mismo invitante que quiere echar a su equipo de la ANFP. A lo mejor dicho invitante sólo quiere ocupar la directiva (una "bolita" que hoy no tiene) y mantener a Bielsa, pero nadie que conozca a este último creerá que él se va a quedar si el "take over" se consuma.
He titulado que éste es el epílogo del episodio porque los antecedentes ahora conocidos lo explican todo: Bielsa cumplió una obligación protocolar, pero no estaba dispuesto a brindar gestos de cordialidad a quienes quieren reemplazar a Mayne-Nicholls. Este último respetó las formas más que Bielsa. Pero la personalidad del argentino no pudo dejar de manifestarse y por eso pasó de largo al lado de un controlador de Colo Colo e intentó hacer lo mismo al pasar junto al otro, pero éste le estiró la mano, y entonces debió darle la suya, pero apenas.
Queda todo perfectamente explicado y aclarado y el episodio superado, pero nadie puede asegurar que haya sido el último de esta saga donde hay un personaje "que quiere ganarlo todo", como él mismo confesó una vez a "Las Últimas Noticias".
Segunda cosa que debe dejarse establecida: en palabras de Mayne-Nicholls en "La Tercera" de hoy: "Colo Colo está impulsando una lista contra mí en las próximas elecciones de la ANFP, que se realizarán en noviembre". Hasta ahora nadie ha desmentido esa información, como hace constar el mismo Mayne-Nicholls.
Tercera cosa que debe dejarse establecida: este último consiguió el concurso de Bielsa. Posiblemente si otra persona hubiera dirigido al fútbol chileno, Bielsa no habría aceptado la proposición. Ambos forman una dupla que se entiende y se siente parte de una misión común.
Cuarta cosa que debe dejarse establecida: el Presidente de Chile y el Director de Chiledeportes son los principales dueños y controladores de Colo Colo, club que promueve el desplazamiento de la directiva de Mayne-Nicholls.
Sabido todo eso, resulta que el Presidente quiso hacerse partícipe de la acogida y popularidad que ese equipo directivo, con sus técnicos y sus jugadores, se han ganado a raíz de Mundial.
Los dos tipos decentes antedichos seguramente ven, pienso yo, una maniobra oportunista en todo lo anterior. El oportunismo es un rasgo de Piñera, como lo deja en claro la columna de hoy en "El Mercurio" de Juan Carlos Eicholtz, panelista de "Tolerancia Cero", programa del canal de Piñera. Además, Eicholtz en el pasado ha trabajado con Sebastián. Pues bien, hoy escribe, sobre el tema que nos ocupa: "Como en otras ocasiones, Piñera no pudo evitar que aflorara su lado sombrío --el oportunismo-- e invitó a la selección nacional a La Moneda para condecorarla, intentando generar un efecto comunicacional que lo pudiera favorecer".
Para un tipo como Bielsa esto es difícil de tolerar: por un lado los dueños de Colo Colo quieren desplazar de la ANFP al "team" de que él forma parte y tomar el control de aquélla; por otro, quieren hacerse partícipes de los logros del mismo "team".
¿No es otro caso en que Piñera "quiere quedarse con todas las bolitas"?
Obviamente Bielsa no podía negarse a acudir a la invitación (aunque formulada por los diarios) a La Moneda. Pero, por otro, le resultaba difícil la cordialidad con el mismo invitante que quiere echar a su equipo de la ANFP. A lo mejor dicho invitante sólo quiere ocupar la directiva (una "bolita" que hoy no tiene) y mantener a Bielsa, pero nadie que conozca a este último creerá que él se va a quedar si el "take over" se consuma.
He titulado que éste es el epílogo del episodio porque los antecedentes ahora conocidos lo explican todo: Bielsa cumplió una obligación protocolar, pero no estaba dispuesto a brindar gestos de cordialidad a quienes quieren reemplazar a Mayne-Nicholls. Este último respetó las formas más que Bielsa. Pero la personalidad del argentino no pudo dejar de manifestarse y por eso pasó de largo al lado de un controlador de Colo Colo e intentó hacer lo mismo al pasar junto al otro, pero éste le estiró la mano, y entonces debió darle la suya, pero apenas.
Queda todo perfectamente explicado y aclarado y el episodio superado, pero nadie puede asegurar que haya sido el último de esta saga donde hay un personaje "que quiere ganarlo todo", como él mismo confesó una vez a "Las Últimas Noticias".
sábado, 3 de julio de 2010
La Vida Real de los Chilenos
Como todo está farandulizado, sólo se habla de cosas baladíes que den espectáculo, pero la mayoría de los chilenos, lejos de los focos, vive problemas que no son baladíes. Como los de la pareja que llegó a un hospital público al hacerse inminente el parto de la señora. Allí ella tuvo que esperar 26 horas, en una camilla en un pasillo, antes de que alguien la atendiera, pero en esas horas nació la criatura que esperaba... nació en una chata, desatendida de todos. Pero lo peor estaba por venir: eran trillizos. Como la primera guagua murió, sonaron algunas alarmas en el hospital público, porque si se muere alguien pueden llegar la prensa y la TV. Sólo entonces se preocuparon de la joven señora. Cuando la subían en ascensor a un pabellón, nació la segunda criatura. También murió. Y la tercera nació entrando al pabellón y tampoco pudo sobrevivir.
¿Qué obtiene ese marido con haber pagado cotizaciones de salud al FONASA? Obtiene 26 horas de espera y que sus tres hijos deban morir al nacer, porque la señora dice: "El primer doctor que apareció lo hizo cuando tuve al tercer trillizo".
Ergo, llegó la televisión, porque tres muertes en un hospital público lo justifican, casi tanto como filmar la visita de la selección a La Moneda o al Presidente con casco de bombero o viendo un partido de Chile junto a Zafrada en Iloca.
Y como la televisión está ahí en el hospital, aprovecha de filmar los pasillos atiborrados de camillas de gente enferma que no puede ser atendida. Cónyuges, hermanos, padres llorosos por sus enfermos inatendidos. Al fin las cámaras sorprenden a un doctor desprevenido, que no ha logrado ocultarse de ellas: "Es que no tenemos personal para manejar los equipos de atención a los enfermos". Claro, la FENATS ha aprovechado la congestión de gente enferma para declararse en huelga y sacar otro reajuste extraordinario. No importa que los chilenos se mueran en los pasillos. Tienen el respaldo de la CUT y de los partidos de izquierda, nadie les puede hacer nada, porque el Gobierno jamás se atreverá a aplicarles la ley a los huelguistas. Ya conocen a este Gobierno. Pues la ley prohíbe a los funcionarios públicos declararse en huelga y si alguien hubiera despedido a los huelguistas la primera vez que paralizaron, no lo habrían vuelto a hacer más. Pero no los despidieron, sino que les dieron lo que pedían.
Por eso hemos llegado a esto. Se le ha cuadruplicado el presupuesto a la salud pública, todos los funcionarios ganan mucho más, pero los chilenos de carne y hueso siguen esperando 26 horas a ser atendidos y siguen agonizando en los pasillos.
Con la plata que gasta ese monstruo llamado salud pública todo chileno podría tener un seguro de salud como el que dan las isapres. Pero eso sería una revolución. No. Se le dará más plata a la FENATS, un poco más al hospital donde murieron los trillizos y todo seguirá un poco menos peor, pero sin solución.
El socialismo en salud nunca ha sido solución y lo que la mayoría de los chilenos tiene como salud es puro socialismo. Y no hay visos de que algo en ella pueda cambiar.
¿Qué obtiene ese marido con haber pagado cotizaciones de salud al FONASA? Obtiene 26 horas de espera y que sus tres hijos deban morir al nacer, porque la señora dice: "El primer doctor que apareció lo hizo cuando tuve al tercer trillizo".
Ergo, llegó la televisión, porque tres muertes en un hospital público lo justifican, casi tanto como filmar la visita de la selección a La Moneda o al Presidente con casco de bombero o viendo un partido de Chile junto a Zafrada en Iloca.
Y como la televisión está ahí en el hospital, aprovecha de filmar los pasillos atiborrados de camillas de gente enferma que no puede ser atendida. Cónyuges, hermanos, padres llorosos por sus enfermos inatendidos. Al fin las cámaras sorprenden a un doctor desprevenido, que no ha logrado ocultarse de ellas: "Es que no tenemos personal para manejar los equipos de atención a los enfermos". Claro, la FENATS ha aprovechado la congestión de gente enferma para declararse en huelga y sacar otro reajuste extraordinario. No importa que los chilenos se mueran en los pasillos. Tienen el respaldo de la CUT y de los partidos de izquierda, nadie les puede hacer nada, porque el Gobierno jamás se atreverá a aplicarles la ley a los huelguistas. Ya conocen a este Gobierno. Pues la ley prohíbe a los funcionarios públicos declararse en huelga y si alguien hubiera despedido a los huelguistas la primera vez que paralizaron, no lo habrían vuelto a hacer más. Pero no los despidieron, sino que les dieron lo que pedían.
Por eso hemos llegado a esto. Se le ha cuadruplicado el presupuesto a la salud pública, todos los funcionarios ganan mucho más, pero los chilenos de carne y hueso siguen esperando 26 horas a ser atendidos y siguen agonizando en los pasillos.
Con la plata que gasta ese monstruo llamado salud pública todo chileno podría tener un seguro de salud como el que dan las isapres. Pero eso sería una revolución. No. Se le dará más plata a la FENATS, un poco más al hospital donde murieron los trillizos y todo seguirá un poco menos peor, pero sin solución.
El socialismo en salud nunca ha sido solución y lo que la mayoría de los chilenos tiene como salud es puro socialismo. Y no hay visos de que algo en ella pueda cambiar.
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