Si en Chile existiera un atisbo de respeto a la honestidad de la justicia, varios ministros de Corte ya no estarían, desde hace mucho tiempo, ejerciendo su función. Hoy ha aparecido la noticia de que uno de ellos ha condenado por "secuestro calificado" a varios ex oficiales por mantener privados de libertad a ocho individuos desde hace 35 años, acusación absurda, porque los condenados están desde hace muchos años privados de libertad e imposibilitados de mantener a nadie secuestrado. Primera falsedad flagrante, esta vez del ministro Solís, comprobable a simple vista y sin sanción alguna de sus superiores, que, en este como en otros casos, seguramente la ratificarán.
Uno de los condenados por mantener a estas ocho personas bajo secuestro es el brigadier (r) Miguel Krassnoff, un oficial íntegro, cuya hoja de vida en el Ejército fue impecable, padre de familia ejemplar. Nunca cometió un delito en su función de teniente a cargo de interrogar terroristas presos hace màs de 35 años, pero ha sido condenado a penas que suman cadena perpetua por la justicia de izquierda, que probablemente lo ha hecho su blanco favorito debido a que su padre y su abuelo fueron ahorcados por el gobierno soviético en la Plaza Roja de Moscú.
Gisela Silva Encina escribió un libro sobre Krassnoff, que fue best-seller entre nosotros, pero que de nada sirvió para remediar las injusticias que este oficial y caballero intachable ha sufrido por muchos años. Ahí se da cuenta de que ha sido vuelto a procesar por causas que ya antes habían sido sobreseidas y por hechos prescritos. Ha sido condenado a diez años por la muerte de la extremista Lumi Videla y su marido, en circunstancias que el hermano de la víctima, Lautaro Videla, declaró en la causa que Krassnoff no era responsable y dio los nombres de quienes lo eran. En ese proceso no se le interrogó siquiera y a título de declaración indagatoria el juez incluyó una fotocopia de lo que el perseguido político había declarado en otro proceso. Ninguno de sus superiores le ha representado al juez esa irregularidad. SI en Chile una prevaricación es políticamente correcta, queda impune.
En el proceso por la desaparición de un terrorista de apellido San Martín fue condenado a otros cinco años, pese a que otros dos detenidos junto con aquél testificaron que Krassnoff no había tenido nada que ver en el caso.
En el de la desaparición del mirista Miguel Ángel Sandoval fue condenado a otros diez años pese a haber acreditado encontrarse en comisión de servicio en los EE. UU. cuando el citado extremista desapareció.
En ninguno del medio centenar de procesos seguidos en su contra hay siquiera una sola acusación concreta o comprobada de que haya sido ejecutor del delito. Todas las condenas se fundan en "presunciones".
Ha sido condenado por la "desaparición" de un sujeto que, según certificado de Relaciones Exteriores, se encontraba radicado en Méjico. También ha sido condenado por la "desapariciòn" de Iván Monti en 1975, pese a haberse acompañado certificado notarial de don Raúl Armando Herman, bombero, de haberlo visto en enero de 1977, durante un llamado de Comandancia. Ha sido acusado de secuestrar a Ricardo Troncoso Muñoz, pese a certificado de Relaciones Exteriores de que dicha persona se asiló en México. También la justicia lo ha acusado de mantener secuestrado a Luis Gregorio Muñoz Rodríguez, no obstante el certificado de defunción que acredita su fallecimiento.
Krassnoff forma parte de las legiones de "caídos tras las líneas enemigas", abandonados por su institución (cuando no sujeto a vituperios de su comandante en jefe), desprestigiados por publicaciones de prensa, perseguidos injusta e ilegalmente por los jueces y olvidados por la ciudadanía a la cual salvaron de un régimen totalitario. Peor aún, las encuestas dicen que una mayoría de ella se opone a cualquier clase de indulto en su favor, como el que se les brindó a todos los terroristas que fueron llamados a combatir.
Todos estos antecedentes constan del libro de Gisela Silva Encina, "Miguel Krassnoff Prisionero por Servir a Chile", y de los expedientes judiciales respectivos.
Si hay alguna impunidad en Chile, es la de los jueces que cometen atropellos a las leyes y la verdad, a los cuales se añade el constituido por la sentencia de que da cuenta la prensa de hoy.
sábado, 31 de julio de 2010
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Soberanos Magistrados:
ResponderEliminarVos que estáis colocados en la cumbre del Poder para administrar justicia. Ya que no os es dado investigar y discutir en público lo que hay de cierto en las causas; ya que por rencor o temor reverencial, no os atrevéis a entablar justicia, permítaseme al menos que la verdad llegue a vuestros oídos por el conducto privado de la palabra escrita.
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Si en todas las provincias hay desplegado Tribunales para perseguir a los bandidos, ¿Por qué no aplicáis en igualdad las penas? ¿Por que absolvéis de modo tan arbitrario a unos por homicidios, asaltos y graves fechorías, mientras que a otros que calificáis reos por lesa magestad, entráis de lleno a violar toda forma jurídica de proceso y sin que importen sus pasadas investiduras, le sancionáis inmisericorde, sin alafias ni bien ganados atenuantes?.
¡Donosa resolución y a todas luces descabellada¡
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Parece que la consigna es perseguirlos dándole por sentado que no son inocentes y hay que castigarlos como si fuesen culpables.
¿En qué viene a parar la seriedad de la Justicia?
Y tenemos así a unos ciudadanos despojados de sus derechos y tratados como parias, sin consideración a que la mayoría defendió en su momento la verdad de su convencida fe por los intereses del suelo patrio.
Se pregunta: ¿Para qué hacen votos los Magistrados prevaricadores cubriendo sus despachos con hojas de laurel, si les corresponde – por sus fallos y edictos – dar a sus propios bufetes las apariencias de lupanares?
¿Por qué habéis de creerles a los picapleitos, esos que hormiguean en torno a los estrados, que después de prestar falsos testimonios, con su mordacidad vindicatoria, no conceden indulgencias ni perdones?
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Así Magistratura, vosotros que por sus actos habéis pecado en abusos que son perjudiciales al sosiego público; ustedes administradores de una torcida justicia, han llegado finalmente a transformarse en vulgares Radamanto, ese cretense, conocido como el “Juez de las Sombras”, que ejercía un imperio durísimo, dictando sus sentencias arbitrarias y fiando su expiación al tardío momento senil de la muerte de los culpados.
(De “Crónicas de Laelaps”.)
Sugiero funar a Piñera.
ResponderEliminarSolis, el paradigma del prevaricador y lo peor, sigue prevaricando descaramente ya que cuenta con el apoyo de sus superiores, los supremos, tan prevaricadores como Solis.
ResponderEliminarNadie pone atajo a esta venganza judicial que ya se ha transformado en chacota? Ud. ha tenido el valor de levantar su voz contra esta justicia delictual, y varios lo hacemos a través de los blogs, único medio donde podemos expresarnos, pero son clamores en el desierto nuestras cartas no son publicadas por la prensa, todo medio de diifusión hace oido sordos y vista gorda ante la prevaricación diaria de nuestras cortes, claro, políticamente no es correcto estar al lado de los ex-uniformados y por lo tanto los medios de difusión simplemente se abstienen de publicar cualquier cosa que destaque la arbirariedad judicial, claro que con ello se hacen cómplices del actuar contrario a derecho de personas como Solis.