domingo, 30 de enero de 2022
Festival de Entreguismo
jueves, 27 de enero de 2022
Locos por Boric
Después de la Enade los empresarios grandes quedaron tan entusiasmados con Boric que Juan Suitl, presidente de todos ellos, deslumbrado, estimó que el recién electo "está mucho más convocante, responsable y prudente en favor de todos los chilenos". Ricardo Mewes, del comercio, manifestó que los deja "mucho más optimistas... tiene una visión de diálogo". Y Richard von Appen, fabril, manifestó que el del extremista electo "fue un muy buen discurso, en el sentido de llamar a construir todos juntos y avanzar en resolver los desafíos que tenemos como sociedad".
¡No sé cómo los comunes mortales no nos damos cuenta! Parece que somos completos "gansos", pues pensamos que las propuestas de Boric van a liquidar no sólo a la gran empresa, sino también a la mayor parte de las pequeñas y medianas, que van a ver afectados sus resultados por fuertes aumentos de costos, al tener que pagar un salario mínimo de $500 mil, y disminuir su producción, debido a que sus trabajadores laborarán menos horas a la semana (40 en lugar de 45), junto con tener que pagar mayores cotizaciones previsionales y someterse a negociación colectiva por ramas, lo cual sabidamente castiga a las empresas menores. Su dirigente Juan Pablo Swett prevé que muchas quebrarán.
Y somos tan "gansos" que creemos que a los empresarios mayores les va a ir todavía peor que a los menores, pues Boric no sólo les va a subir los actuales impuestos, que ya son 20 % más altos que el promedio de la OECD, sino que a los principales los va a gravar con otro tributo nuevo, el "impuesto a los superricos". Éste es confiscatorio, pues les va a llevar más que todas sus utilidades, dado que, como lo ha demostrado en reciente artículo en "La Tercera" (23.01.22) Francisco Pérez Mackenna, el promedio de rentabilidad del capital es 2,3 %. Como Boric les va a aplicar un 2,5 %, deberán vender activos para pagar. Al mismo tiempo, les va a subir las contribuciones a los bienes raíces más valiosos e imponer un tributo sobre los automóviles caros. Con razón las "family offices" de la gente rica están sacando la plata de Chile.
Entretanto, Australia se soba las manos, pues ya recibió 19 mil millonarios de países con impuesto a los superricos. Supongo que Irlanda y Rusia también (sólo cobran un impuesto único de 13 % a las utilidades).
Cuando Francia estableció el impuesto a los superricos, recomendado por su súperastro izquierdista Piketty, entre 2000 y 2016 se marcharon 60 mil de ellos. Entonces Macron tuvo que derogarlo ("Economía y Sociedad", 07.01.22). En Chile los superricos ya pagan impuesto al patrimonio a través de la patente municipal, 0,5 % sobre el capital de sus sociedades (pero las municipalidades "compiten" y algunas cobran la mitad). En isla de Pascua no cobraban nada, así es que hubo abogados que constituyeron no pocas sociedades de inversión allá.
Hay otros igualmente "locos por Boric". Acabo de ver una foto de altos mandos militares, a los cuales les dio una bofetada en la cara al nombrar ministra de Defensa a la bióloga, veterinaria, hija de un exjefe del espionaje cubano y nieta de Salvador Allende, Maya Fernández. Aparecen sonrientes y felices ella, Boric y los uniformados, éstos poniendo la otra mejilla. Todo muy cristiano. Lo malo es que Boric tampoco cree en Cristo.
Y, en fin, otro importante "loco por Boric" es Mario Marcel, quien aceptó sin vacilar el ministerio de Hacienda, no obstante estar en desacuerdo con el programa del extremista electo. En efecto, Marcel escribió, sobre el régimen de AFP, en su Informe previsional de 2006, que ese sistema ha tenido efectos positivos sobre el crecimiento y el desarrollo, que se reflejan en realidades más cercanas a las personas, "como el costo de los créditos hipotecarios, los créditos de consumo y los créditos para las pequeñas empresas" (Economía y Sociedad", 25.01.22). No obstante, el programa de Boric tiene como primer propósito suprimir las AFP y, así, se lee en él: "Nuevo Sistema de Pensiones. No + AFP: Proponemos la creación de un sistema sin AFP". Marcel tiene hasta el 11 de marzo para preparar una explicación.
De un modo u otro, parece que nada importa. Todos están locos por Boric. ¡Que tengan mil 460 días muy felices... o mil... o lo que fuere!
lunes, 24 de enero de 2022
Gabinete de Locuras y Peligros
jueves, 20 de enero de 2022
Un Embajador con Cerebro Lavado
Un artículo del embajador argentino Rafael Bielsa, en "El Mercurio" de hoy, menciona una supuesta "operación de terror", refiriéndose a la "Operación Cóndor", acordada entre los gobiernos militares de Argentina, Chile y otros países en los años 70.
Pero lo que escribe e insinúa Bielsa acerca de algún supuesto "terror de Estado" no es verdad. Prefiero pensar que ello se debe a que ignora la verdad, carencia que comparte con el 80 % de los chilenos. Esto último explica por qué, por segunda vez en poco más de medio siglo, este país va a volver a caer en manos del comunismo por la vía electoral. Pues, en efecto, la "Operación Cóndor" no fue "de terror", como reza la leyenda de izquierda y dice el embajador, sino todo lo contrario, para defendernos del terror.
Cuando la subversión más asolaba a este continente fue a mediados de los 70, en 1974, año en que se reunió en París una "Junta de Coordinación Revolucionaria" integrada por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de Argentina, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros de Uruguay y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de Chile (del cual ese mismo año era una activa ayudista una joven llamada Michelle Bachelet, según su biografía más reconocida, la de Insunza y Ortega, 2005).
El secretario de la "Junta de Coordinación Revolucionaria" era el cubano y miembro de la DGI (el KGB de Cuba) Fernando Luis Álvares, casado con Ana María Guevara, hermana de un conocido asesino serial que desempeñó su cometido en Cuba, Ernesto "Ché" Guevara.
En octubre de ese año el MIR me informaba de lo anterior mediante un periódico a mimeógrafo, que hacían llegar puntualmente a mi oficina particular de la calle Doctor Carlos Charlín, en Providencia.
Los gobiernos del cono sur, entonces, resolvieron enfrentar unidos esa coordinación terrorista, que era para cometer atentados y asesinar uniformados y civiles. Así nació la "Operación Cóndor", para defenderse del terror, no para practicarlo.
Por supuesto, "veinte años después" en Chile (y antes en Argentina) los gobernantes, legisladores y jueces comenzaron a perseguir a los militares que participaron en la "Operación Cóndor" y, al mismo tiempo, los gobiernos civiles han amnistiado e indemnizado al verdadero victimario de los países, el terrorismo de extrema izquierda, como si quienes lo prohijaban hubieran sido las "víctimas".
Una verdadera "Operación Mentira Histórica" continental se ha impuesto así durante décadas y ampliamente. Y en virtiud de esa gigantesca impostura, en nuestros países los agresores han pasado a ser "agredidos", los victimarios han devenido "víctimas" ("nuestros camaradas y las víctimas", concedía textualmente en su tiempo el CJE Juan Emilio Cheyre, cuyo cerebro estaba tan bien lavado de toda verdad como el del embajador Bielsa). Y, en fin, los totalitarios ya han pasado a ser oficialmente "demócratas". Tanto que hasta Boric ahora afirma serlo. Se ha perdido hasta el sentido del ridículo.
En Chile una clase dirigente política y empresarial débil, inepta y entreguista ha dejado, a su turno, que le laven el cerebro a ella y a todo el mundo y que la verdad sea censurada o suprimida de los medios que ella controla o cree controlar, porque de hecho se los maneja la izquierda. Si no, "se toma" las instalaciones de los periódicos. Desinformación exitosa a tal extremo que hasta las nuevas generaciones "cuicas", en Chile, creen hoy que el "terror" lo trajeron los militares. No pocos jóvenes ABC1 declaran que un gobierno de derecha "les da miedo" y, en consecuencia, votan concienzudamente por el comunismo y por amplia mayoría llevan al poder a su candidato, que tan solemnemente le rindió un homenaje al busto de Allende en La Moneda en su única visita a palacio.
Entonces Chile entero se apresta a corroborar otra vez, más temprano que tarde que, si bien los pecados se pagan en la otra vida, las imbecilidades se pagan en ésta.
domingo, 16 de enero de 2022
Boric Con (o Sin) Corbata
Dada la personalidad que ha adoptado, Boric puede ser capaz, piensan algunos, hasta de presentarse con corbata a la transmisión del mando.
Pero, en lo personal, aunque se la ponga no le voy a creer nada, pues ese circunspecto "lector de poemas", que emocionó a los empresarios en la Enade, es el mismo que insultaba a carabineros durante la revuelta y el mismo que quiso engañar al país con un test de drogas trucho durante el último foro presidencial, tras cuyo intento quedó al descubierto. Pero entonces no hubo el acostumbrado "juicio por los diarios" ni menos una acción de la autoridad sanitaria. En definitiva, Boric nunca se hizo un test de pelo. Por cierto, su prensa adicta se encargó de hacer olvidar el episodio, junto con magnificar maniobras publicitarias que perjudicaran a Kast.
Vale la pena hacer notar que nuestra ("nuestra" = de la derecha) derrota de segunda vuelta del 21 de diciembre fue idéntica a la del plebiscito de 1988, 56 vs. 44 por ciento. Pero las consecuencias ahora pueden ser peores.
La mayor diferencia entre ambas situaciones deriva de los propósitos de los respectivos triunfadores: en 1988, con Aylwin a la cabeza, se respetaban más la institucionalidad política y el modelo socio-económico. En 2022, con Boric a la cabeza, se quiere arrasar con todo eso.
Para ganar la elección éste practicó un gigantesco cohecho: como la mitad de los chilenos gana $400 mil mensuales o menos, ofreció un salario mínimo de $500 mil, más cargos en los directorios de las empresas para los trabajadores y menos horas de trabajo (de 45 a 40 semanales). Entonces más de un millón de personas, que antes no votaban, se sintieron estimuladas a ir a sufragar y ahora se aprestan a "pasar por caja" después del 11 de marzo, ganando más y trabajando menos. Pero ¿cuántas pymes van a quebrar después de esa fecha?
Obviamente Boric se ha vestido con piel de oveja para evitar que antes del 11 de marzo la gente que algo tiene ponga su plata a buen recaudo. Pues a partir de esa fecha tendrán lugar sus "transformaciones": la primera, subir los impuestos y las contribuciones. Y ya está en marcha el nuevo gravamen sobre el patrimonio de los "superricos", moción inconstitucional, por supuesto, que ya aprobó una comisión de la Cámara.
Ya los gobiernos de la Concertación y de Piñera han aumentado mucho lo que el Estado se lleva de "la torta": desde US$22 mil millones en 2000 a US$94 mil millones en 2019 (de 19,5% a 31,7% del PIB: José Ramón Valente, "El Mercurio", 11.01.22). La deuda pública también ha aumentado. Y entre bonos de ayuda y retiros de ahorros los chilenos han recibido unos US$80 mil millones desde que comenzó la crisis. Por eso hoy cuesta encontrar connacionales que trabajen en menesteres básicos.
Pero la primera medida de Boric después del 11 de marzo será, sin duda, liberar a los presos de la insurrección violenta. Lo mismo que hizo Allende con los "muchachos idealistas" presos por terrorismo en 1970. Lástima que poco después los idealistas asesinaron a Edmundo Pérez Zujovic.
En cuanto al resto de la gente que aspire a obtener algo que no tenga, cualquier cosa, después del 11 de marzo, seguramente va a optar por tomárselo de facto, porque Jackson ha prometido, para esos casos, "diálogo" antes que desposesión o desalojo.
Lo malo es que, para progresar, Chile necesitaba lo contrario: orden público y respeto a la propiedad. Y también conseguir que la plata de que se apropia hoy el Estado (es decir, los políticos y su clientela, que en el sector público ganan en promedio un 50 % más que en el privado, "La Tercera", 20.11.21) en lo sucesivo llegara a los pobres de verdad y todos tuvieran isapre (con el actual gasto en Salud alcanzaría), colegios particulares pagados con "vouchers" (con el actual gasto en Educación alcanzaría) y pensiones mínimas de $400 mil pesos (esto último se financiaría gravando en 10 % las remuneraciones de los sobrepagados funcionarios públicos: "Ley Bettina Horst", economista autora de la idea.) Todo eso pudo pasar si hubiera ganado Kast. Pero el electorado prefirió la otra receta.
A estas alturas vale la pena tratar de responder si el nuevo gobernante que subirá con los comunistas al gobierno será más semejante a Gabriel González Videla o a Salvador Allende, que hicieron antes lo mismo. El primero era del moderado Partido Radical y demócrata, y por eso terminó marginando a los comunistas, pues querían hacerse de todo el poder, y poniéndolos donde deben estar: fuera de la ley. El segundo era tan afín al comunismo que el KGB lo tenía en su nómina como agente, con la chapa de "Líder" (Vasili Mitrokhin, ex KGB, en "El Mundo Iba en Nuestra Dirección", Basic Books, Cambridge, Massachussets, 2005). Boric es mucho más parecido a Allende y no tiene nada de GGV, pues ha declarado que su partido se sitúa "a la izquierda del comunismo".
En consecuencia, el panorama nacional es: o caer en el comunismo de manera indefinida, como sucedió en Cuba o, tras mil días (o, por último, mil 460 = 4 años), que tenga lugar un cambio de tendencia hacia la derecha en la opinión pública, tal como el registrado en 1973, para que entonces Chile vuelva a ser "país modelo" otra vez.
miércoles, 12 de enero de 2022
Gulliver en el País de los Imbéciles
viernes, 7 de enero de 2022
Golpe en Colegio de Abogados
La prensa piñerista ha más bien ocultado que publicado el resultado electoral en el Colegio de Abogados, donde la lista gremial "por la defensa del Estado de Derecho" obtuvo seis de los diez cargos de consejeros en los recientes comicios. Representa un cambio importante, pues abre perspectivas de que dicho Colegio cumpla con su obligación estatutaria de velar por el respeto a las leyes que crónicamente atropellan los jueces prevaricadores de izquierda en juicios contra militares (r).
El mismo Colegio, controlado por el piñerismo, censuró y se negó a publicar en 2015 un artículo mío denunciando las ilegalidades de un fallo contra militares (r), redactado por un abogado integrante de la Corte Suprema y amigote de los piñeristas, que así le guardaron las espaldas.
El fallo condenó a cinco años y un día a tres exmarinos, un excarabinero y un exdetective por la detención y muerte del mirista Rudy Cárcamo en 1974, en el cuartel "Ancla 2" de Talcahuano, infringiendo no sólo los códigos sino principios básicos del derecho penal. Los jueces de primera instancia y apelaciones también habían condenado pero, como diciendo "sí, prevaricamos, por lo menos no hacemos daño en exceso", impusieron 541 días remitidos. Los supremos, en cambio, más odiosos, "querían sangre" e impusieron cinco años (y hasta uno propuso diez) efectivos.
Como condenaban a un marino (r) amigo mío, que ni siquiera había estado en el cuartel a la fecha de la detención, decidí leer el fallo, reproducido en el memorable libro de Adolfo Paúl, "Procesos Sobre Violación de Derechos Humanos". Comprobé (1) que no probaba el delito y hasta confesaba no poder hacerlo, (2) condenaba por un delito que sólo pueden cometer particulares, lo cual mi amigo no era, en su condición de funcionario de la Armada, (3) además lo acusaba de detener a alguien en un lugar en que él no había siquiera estado en esa fecha. Esto traspasaba la "línea roja", porque ya era sabido que los jueces prevaricadores habitualmente mandaban (y mandan) presos a militares por "estar ahí", pero hasta entonces no condenaban por "no estar ahí"; y (4) el fallo atropellaba las leyes sobre prescripción, amnistía, cosa juzgada y reguladoras de la prueba, incumplidas estas últimas sobre todo tratándose de establecer presunciones.
Entonces reproduje mi artículo, impublicable en la Revista del Abogado, en este blog el 27 de marzo de 2015 y hasta hoy ha recibido 2.320 lecturas.
Cuando en el futuro se imponga la verdad histórica y jurídica (pues, como dice el refrán, "para verdades, el tiempo"), supongo que la renovada directiva del Colegio, aparte de publicar mi artículo con una nota de desagravio (aunque sea póstuma), también lo enmarcará y colgará con una contrición escrita al pie en su sala de reuniones.
No es que quiera amenazar a nadie, pero un matinal que me censuró con la misma arbitrariedad que el Colegio hoy ha desaparecido de la pantalla.
miércoles, 5 de enero de 2022
Negocio Nivel Boric
sábado, 1 de enero de 2022
Cambios de Opinión
Lucía Santa Cruz escribe en “El Mercurio”, en su columna de ayer, una carta al presidente electo Boric que incluye el siguiente párrafo: “Y vino una larga dictadura militar que infligió costos inconmensurables para muchos de nuestros compatriotas y fue vivida como una tragedia inolvidable por otros”.
Si eso realmente aconteció entre 1973 y 1990 ¿entonces por
qué Lucía me pidió llevarle de regalo a Augusto Pinochet, cuando estaba preso
en Londres a fines de los 90 y lo fui a visitar, un gran libro de cocina de su
autoría, con una dedicatoria que visiblemente emocionó al general cuando la
leyó, delante de mí, en su escritorio de Virginia Water? Puedo asegurar,
habiéndolo visto enterarse de las cariñosas líneas, que ellas no lo culpaban de
haber infligido “costos inconmensurables para muchos” en una etapa “vivida como
tragedia inolvidable para otros”. Explicación: Lucía ha experimentado un cambio
de opinión.
Ella reveló hace no mucho haber votado “Sí” a Pinochet en
1988, antes de cambiar de opinión, motivo por el cual fue lapidada en el mismo
diario por uno de sus columnistas de izquierda, Carlos Peña, aduciendo, entre
otras cosas, “¡las torturas…!” bajo el gobierno militar, por supuesto. Pero
olvidando, junto al 99,9 % de los chilenos, que el subdirector de
Investigaciones de Allende, el comunista Carlos Toro, interrogó a quien después
fue marido de Lucía Santa Cruz, el abogado Juan Luis Ossa, en 1972, tras ser éste
largamente torturado con electricidad en un sillón ad hoc del cuartel de
Investigaciones de Rancagua. Todo ello denunciado en “El Mercurio” de 23 de
enero de 1972. Allende no desmintió a “El Mercurio” ni removió al subdirector
de Investigaciones. ¡Qué “metida de pata” de Peña! El torturador de opositores pacíficos
era el gobierno de la UP, como, por lo demás, lo denunció después el Acuerdo de
la Cámara de 22 de agosto de 1973.
Es que hay demasiados y tremendos cambios de opinión. Pero también
hay una mayoría de chilenos de sobre 50 años de edad que no la ha cambiado. Si
el derecho a voto se adquiriera en Chile a los 50 años (a lo mejor no sería
mala idea), hoy el presidente electo sería José Antonio Kast, pues los de ese grupo etario saben lo que
significa un régimen marxista y no han olvidado lo que fue el Gobierno Militar.
Los menores de esa edad sólo han aprendido la "historia oficial”, relatada fundamentalmente
por el comunismo, que desde 1990 domina en la política, la enseñanza y los
medios de comunicación.
Ni más ni menos también el propio presidente Patricio
Aylwin, en 1990, ya había cambiado de opinión. Él fue un verdadero “gatillador”
del golpe de 1973 y defensor de los militares entonces, porque estaba convencido
de que la alternativa era una dictadura totalitaria. Lo decía públicamente así
en octubre de ese año. Ha quedado grabado en video. Y en esos días (septiembre-diciembre
de 1973) cayeron 1.823, es decir, cerca del 60 % del total de 3.097 muertos por
enfrentamientos entre 1973 y 1990. Y, por tanto, en octubre de 1973 Aylwin se negaba a
condenar a los militares, decía, “desde detrás de un escritorio… cuando ellos
están recibiendo el fuego”.
Pero diecisiete años después formó una comisión para
condenarlos por eso mismo de lo cual los defendía antes. Había cambiado de
opinión. Cuando alguien inoportuno le recordó en 1993 sus palabras de 1973, ¡replicó
que estas últimas las había inventado el “Libro Blanco” de 1974 del gobierno
militar! Aylwin hasta había olvidado sus propias declaraciones de hacía veinte
años. Lástima que un video, que cualquiera puede todavía ver en YouTube, lo
puso en evidencia. Y hoy los jueces de izquierda siguen condenando a ancianos
militares por esas muertes de 1973 que entonces Aylwin justificaba y se negaba
a condenar porque los militares, decía, “están recibiendo el fuego adversario”
y “han evitado una dictadura totalitaria”.
Es el eterno y humano “antes” y “después”. Boric ganó
porque la mayoría, como Lucía Santa Cruz y Patricio Aylwin, “después” cambió de
opinión, aun habiendo conocido de primera mano y “antes” los hechos. O los han
olvidado y creen hoy que sucedieron de otra manera. Y se ha convencido a la
mayoría nacional de quienes no los vivieron. Pero no a la mayoría de más de 50
años, que sí los vivió y que recién votó mayoritariamente, no por Boric, sino
por Kast.
Conclusión: ¡qué distinto y cuánto más estable y seguro
sería Chile con menos cambios de opinión! O con un cuerpo electoral formado por
mayores de 50 años.