Desde el año 1978 yo le tuve la mayor antipatía a Néstor Kirchner, pues, como gobernador de su provincia sureña, se ensañó con los numerosos chilenos que allá residían, durante la crisis que se vivió entre nuestros dos países ese año, derivada del apetito argentino por territorios insulares chilenos.
Sí, el más odioso entre todos los personajes argentinos en esa coyuntura fue Kirchner, pese a ser hijo de madre chilena. Pues ella era (o es) de los Ostoic de Punta Arenas, gente muy antigua de la zona Pero Néstor solía decir que su madre era "croata". No obstante, en sus últimos tiempos vino a ver a sus parientes acá, tal vez por no poder ubicar a ningún otro en Croacia.
Confesado mi prejuicio, ahora emitiré mi juicio: Kirchner tuvo éxito como gobernante, pero sobre la base de sucesivos "zarpazos", a los cuales los chilenos no fuimos ajenos.
El primero fue a los acreedores externos de Argentina, a quienes simplemente no les pagó. El alivio de la deuda externa le permitió financiar el populismo interno. Todos se preguntaban qué iba a suceder cuando el país necesitara más crédito externo, pero entonces sobrevino el alza mundial de los "commodities", entre ellos los bienes agrícolas que produce en abundancia el país vecino, y entonces los dólares fluyeron en abundancia.
Lo cual Kirchner aprovechó para dar otro "zarpazo" e imponer un tributo adicional a las exportaciones, siguiendo adelante entonces con sus políticas populistas, consistentes en muchas ayudas sociales y congelación de tarifas de servicios de utilidad pública.
Como esa congelación de tarifas no permitía financiar inversiones, comenzaron a suscitarse amenazas de escasez, comenzando por la de gas. Argentina y Chile tenían un tratado relativo al abastecimiento de gas, que era muy conveniente para ese país, porque el vendido a Chile tenía un precio más alto que el vigente allá. Para Chile era también era muy conveniente porque permitía producir electricidad en centrales a gas, a precios más baratos que las alternativas. Pero como en Argentina no se invertía en nuevos yacimientos y el consumo interno aumentaba, Néstor dio otro "zarpazo" e incumplió el tratado con Chile. Simplemente nos cortó el gas. Y así el país vecino pudo seguir con el precio interno bajo el nivel económicamente viable, comprando gas a Bolivia y, creo, también a Brasil.
Por supuesto, a los chilenos nos subieron las tarifas y debimos suplir el gas argentino con gas licuado de importación más caro.
Pero ese tercer zarpazo también se hizo insuficiente para financiar el populismo kirchneriano y tuvo que dar, entonces, otro más: se apoderó de los fondos privados de pensiones, de las AFP de allá. Los sistemas estatales de pensiones siempre están quebrados, así es que no era problema sustraer los recursos del sistema privado para financiar las política sociales generosas y el Estado benefactor argentino. Más adelante el Gobierno podría financiar el déficit previsional con emisión.
Pero para eso era preciso controlar el Banco Central, que tenía un presidente indeseablemente autónomo y preocupado de acumular reservas. Entonces Néstor dio otro "zarpazo" y echó al presidente autónomo, nombrando a una persona con menores escrúpulos monetarios.
Néstor, con sus zarpazos, lograba mantener cierto equilibrio en las finanzas públicas. Lamentablemente, le aconteció algo que tarde o temprano la Providencia ha dispuesto que nos suceda a todos: se murió.
Su viuda no tiene el carácter apropiado para discurrir nuevos "zarpazos". Es más bien una componedora. Tiene sus habilidades. Habla del "compañero" Hugo Chávez y le manda saludos, cosa que siempre es bueno hacer con los que manejan dólares del petróleo. Entiendo que Néstor ya había conseguido algo por esa vía.
Además, muchos argentinos consideraban hacía tiempo que la bonanza kirchneriana algún día iba a terminar y se dedicaron a comprar dólares y llevárselos quizás a dónde. Porque, como una vez allá les hicieron un "corralito" y el Gobierno se quedó con sus dólares, nunca más los dejaron en Argentina, salvo debajo del colchón. Estiman la cifra actual de la fuga de dólares en 20 mil millones.
Parece que Cristina también sabe que la bonanza algún día va a terminar y, recién elegida, como mujer inteligente que es, está consciente de que su marido dio todos los "zarpazos" que se podía dar. Luego, ella va a tener que devolver al país a un lugar fuera del cual ha vivido todos estos años de kirchnerismo: el mundo real.
Entonces, todo el mundo sabe que va a tener que subir el precio del dólar y de variados consumos populares, porque si no el edificio no se sostiene. Y más vale hacerlo ahora que ya muy cerca de la próxima elección.
Pero esta perspectiva ha hecho que los argentinos compren todavía muchos más dólares que antes y el Banco Central está perdiendo aceleradamente sus reservas. Mientras tanto, la inflación sobrepasa el 20 por ciento anual, la inversión directa extranjera ha caído fuertemente y no se ve de dónde se va a poder seguir subsidiando todo lo que se subsidia hasta hoy.
El Estado Benefactor argentino, en consecuencia, está enfrentado a hacer lo mismo que los Estados Benefactores de Europa: un ajuste recesivo. Y Néstor no va a estar ahí para discurrir un nuevo "zarpazo".
Si Cristina hubiera sabido, seguramente habría aceptado la herencia política de su marido con beneficio de inventario.
lunes, 31 de octubre de 2011
sábado, 29 de octubre de 2011
Contragolpe Liberal-Conservador
Como es bien sabido, dentro de casi todo chileno subyace agazapado un socialista encapuchado y dispuesto a privar de sus libertades (y su plata) a los demás.
Basta ver las opiniones publicadas sobre el tema de la educación, que es un bien privado cuya posesión y administración compete a cada individuo y a nadie más, salvo cuando se trate de un menor de edad, en que debe ser del resorte exclusivo de sus padres. Todos pontifican acerca de cómo los demás deben educar a sus hijos.
Pues, como ésta no es una sociedad realmente libre, todos se sienten autorizados para ello, siendo algo en lo cual no tienen nada que meterse.
Y, en particular, el Partido Comunista encabeza impunemente y desde hace ya seis meses una revuelta, fundada en la violencia de las tomas, los saqueos y las bombas molotov (y encubierta por la justicia de izquierda), para establecer en el país un sistema educacional centralizado y totalitario.
Paradójicamente, ésta sería justamente la oportunidad para asestar un contragolpe liberal-conservador que restableciera en plenitud, primero, la libertad educacional y, segundo, todas las demás.
La primera medida del contragolpe debe ser poner término a la PSU, el gran pivote socialista que le permite al Estado privar de su libertad de enseñanza a los chilenos. Como la PSU determina el dinero que el Estado da a los estudiantes para financiar la universidad, todos los que no tienen dinero deben someterse a ella so pena de quedar fuera de la educación superior.
Y como la PSU se toma sobre la base de los "contenidos mínimos obligatorios" que el Estado socialista fija para la enseñanza escolar, contenidos que son obligatorios pero no mínimos, porque no alcanzan a enseñarse en un año lectivo, todos los escolares en Chile deben aprender según los dictados de la burocracia de ese monstruo de la ineficiencia y el despilfarro que se llama Ministerio de Educación.
Desde ya anuncio que si alguna vez soy elegido Presidente de la República (cada uno calibrará las posibilidades de que ello ocurra) en el primer día de mi mandato comenzaré el desmantelamiento de dicho Ministerio y la distribución de los once mil seiscientos millones de dólares que se gastan en educación pública al año para entregarlos a cada jefe de hogar de los tres quintiles más pobres, a fin de que financie la educación de sus hijos en la institución que libremente elija.
Y les anticipo que los mejores establecimientos se van a pelear las matrículas de sus hijos, porque la plata para ello va a sobrar.
La segunda medida del contragolpe va a ser derogar la norma que prohíbe el lucro en la ley que rige las universidades. Esa norma revela que el socialista agazapado dentro de, incluso, los prohombres del Gobierno Militar que redactaron y promulgaron en 1981 esa ley liberalizadora (antes era casi imposible crear universidades) los obligó a meter en ella la norma (inconstitucional, por lo demás) que prohíbe el lucro.
Más aún, ella podría dejarse sin efecto inmediatamente y sin siquiera contragolpe, pues atenta por igual contra la libertad de fundar, organizar y administrar establecimientos educacionales que garantiza la Carta, como contra la libertad de trabajo con derecho a una justa remuneración, que es otra garantía individual establecida en la misma.
Si acá hubiera Estado de Derecho, la Corte Suprema debería declarar la inaplicabilidad de la norma que prohíbe el lucro en la enseñanza universitaria y, una vez fallado eso el suficiente número de veces, el Tribunal Constitucional debería declarar derogada la norma.
Pero el socialista agazapado ha inhibido a las universidades privadas de instar judicialmente por la derogación de esa norma, aunque pronto se les debería presentar la oportunidad de hacerlo cuando alguien pretenda impedirles obtener una ganancia en su quehacer.
El contragolpe liberal-conservador debería propiciar las medidas descritas anteriormente y responder así a la actual revuelta totalitaria encabezada por el Partido Comunista, pero previamente debería restablecer en el país la vigencia de las leyes que garantizan el orden interno y hacer desocupar, con el auxilio de la fuerza pública, todos los establecimientos usurpados por los totalitarios.
Y me olvidaba de añadir que en el mismo hipotético caso de mi ascenso a la primera magistratura, otra de las medidas prontas que pondría en vigor sería la licitación nacional e internacional de todos los establecimientos estatales de enseñanza, incluida la Universidad de Chile, con expresa destinación de las resultas a los padres de familia del decil más bajo.
Al decretar la última parte de esa medida tendré en la memoria, respetuosamente, a mi fallecido colega periodista Julio Martínez Prádanos, a quien oí exclamar una vez, horrorizado, en su programa de radio, y cuando tuvo lugar la privatización de la Línea Aérea Nacional: "¡Cómo va a ser posible que la línea aérea que porta nuestra bandera por el mundo pase a manos de privados!", como si después de eso se fuera a extinguir la nacionalidad.
Bueno, basta comparar LAN de hoy con la de entonces. Tal vez algo parecido sucedería con la Universidad de Chile (y los demás establecimientos de enseñanza estatales) en manos privadas. Pues yo creo que si aquélla fuera privada el rector podría, por lo menos, ir a trabajar a su oficina.
Creo que lo anterior ya sería suficiente como inicio del contragolpe liberal-conservador.
Dejo constancia de que todo ello lo he escrito con perdón de y las respectivas excusas al socialista que casi todos los chilenos llevamos dentro.
Basta ver las opiniones publicadas sobre el tema de la educación, que es un bien privado cuya posesión y administración compete a cada individuo y a nadie más, salvo cuando se trate de un menor de edad, en que debe ser del resorte exclusivo de sus padres. Todos pontifican acerca de cómo los demás deben educar a sus hijos.
Pues, como ésta no es una sociedad realmente libre, todos se sienten autorizados para ello, siendo algo en lo cual no tienen nada que meterse.
Y, en particular, el Partido Comunista encabeza impunemente y desde hace ya seis meses una revuelta, fundada en la violencia de las tomas, los saqueos y las bombas molotov (y encubierta por la justicia de izquierda), para establecer en el país un sistema educacional centralizado y totalitario.
Paradójicamente, ésta sería justamente la oportunidad para asestar un contragolpe liberal-conservador que restableciera en plenitud, primero, la libertad educacional y, segundo, todas las demás.
La primera medida del contragolpe debe ser poner término a la PSU, el gran pivote socialista que le permite al Estado privar de su libertad de enseñanza a los chilenos. Como la PSU determina el dinero que el Estado da a los estudiantes para financiar la universidad, todos los que no tienen dinero deben someterse a ella so pena de quedar fuera de la educación superior.
Y como la PSU se toma sobre la base de los "contenidos mínimos obligatorios" que el Estado socialista fija para la enseñanza escolar, contenidos que son obligatorios pero no mínimos, porque no alcanzan a enseñarse en un año lectivo, todos los escolares en Chile deben aprender según los dictados de la burocracia de ese monstruo de la ineficiencia y el despilfarro que se llama Ministerio de Educación.
Desde ya anuncio que si alguna vez soy elegido Presidente de la República (cada uno calibrará las posibilidades de que ello ocurra) en el primer día de mi mandato comenzaré el desmantelamiento de dicho Ministerio y la distribución de los once mil seiscientos millones de dólares que se gastan en educación pública al año para entregarlos a cada jefe de hogar de los tres quintiles más pobres, a fin de que financie la educación de sus hijos en la institución que libremente elija.
Y les anticipo que los mejores establecimientos se van a pelear las matrículas de sus hijos, porque la plata para ello va a sobrar.
La segunda medida del contragolpe va a ser derogar la norma que prohíbe el lucro en la ley que rige las universidades. Esa norma revela que el socialista agazapado dentro de, incluso, los prohombres del Gobierno Militar que redactaron y promulgaron en 1981 esa ley liberalizadora (antes era casi imposible crear universidades) los obligó a meter en ella la norma (inconstitucional, por lo demás) que prohíbe el lucro.
Más aún, ella podría dejarse sin efecto inmediatamente y sin siquiera contragolpe, pues atenta por igual contra la libertad de fundar, organizar y administrar establecimientos educacionales que garantiza la Carta, como contra la libertad de trabajo con derecho a una justa remuneración, que es otra garantía individual establecida en la misma.
Si acá hubiera Estado de Derecho, la Corte Suprema debería declarar la inaplicabilidad de la norma que prohíbe el lucro en la enseñanza universitaria y, una vez fallado eso el suficiente número de veces, el Tribunal Constitucional debería declarar derogada la norma.
Pero el socialista agazapado ha inhibido a las universidades privadas de instar judicialmente por la derogación de esa norma, aunque pronto se les debería presentar la oportunidad de hacerlo cuando alguien pretenda impedirles obtener una ganancia en su quehacer.
El contragolpe liberal-conservador debería propiciar las medidas descritas anteriormente y responder así a la actual revuelta totalitaria encabezada por el Partido Comunista, pero previamente debería restablecer en el país la vigencia de las leyes que garantizan el orden interno y hacer desocupar, con el auxilio de la fuerza pública, todos los establecimientos usurpados por los totalitarios.
Y me olvidaba de añadir que en el mismo hipotético caso de mi ascenso a la primera magistratura, otra de las medidas prontas que pondría en vigor sería la licitación nacional e internacional de todos los establecimientos estatales de enseñanza, incluida la Universidad de Chile, con expresa destinación de las resultas a los padres de familia del decil más bajo.
Al decretar la última parte de esa medida tendré en la memoria, respetuosamente, a mi fallecido colega periodista Julio Martínez Prádanos, a quien oí exclamar una vez, horrorizado, en su programa de radio, y cuando tuvo lugar la privatización de la Línea Aérea Nacional: "¡Cómo va a ser posible que la línea aérea que porta nuestra bandera por el mundo pase a manos de privados!", como si después de eso se fuera a extinguir la nacionalidad.
Bueno, basta comparar LAN de hoy con la de entonces. Tal vez algo parecido sucedería con la Universidad de Chile (y los demás establecimientos de enseñanza estatales) en manos privadas. Pues yo creo que si aquélla fuera privada el rector podría, por lo menos, ir a trabajar a su oficina.
Creo que lo anterior ya sería suficiente como inicio del contragolpe liberal-conservador.
Dejo constancia de que todo ello lo he escrito con perdón de y las respectivas excusas al socialista que casi todos los chilenos llevamos dentro.
viernes, 28 de octubre de 2011
Y la Revolución Sigue Su Curso
Hasta el "Economist", que suele decir menos tonterías que otros medios anglosajones (como "Time") cuando se refiere a Chile, ahora se ha puesto al nivel de ellos al analizar los desórdenes estudiantiles, punta de lanza de la revolución comunista que está en curso acá.
Desde luego, el "Economist" hace suya la tontería máxima que se ha blandido entre nosotros, como lo es proclamar que la educación es un "bien público", siendo que es esencialmente privado, susceptible de apropiación por particulares y de rivalidad en su aprovechamiento, que son las dos características propias de los bienes privados.
Por eso la educación, en una sociedad libre (la nuestra no lo es cabalmente, por supuesto), es materia de la decisión de las personas y familias y en lo único en que el Estado podría meterse respecto de ella debería ser en darles plata a los más pobres para que ellos mismos se proveyeran de la mejor que encontraran.
Con los 11.600 millones de dólares al año que el Gobierno asigna a la educación se les podría dar lo suficiente, a los tres quintiles más pobres, para mandar a sus hijos a los mejores colegios y universidades que libremente eligieran.
Por supuesto, en una sociedad de libertades no habría "contenidos mínimos obligatorios" ni PSU, que son los mecanismos que usa la burocracia socialista para controlar la enseñanza e impedir que ella sea libre.
En cambio, sí proliferarían las más variadas innovaciones programáticas y pedagógicas, que situarían a nuestro país en un nivel de excelencia. Sería una revolución tan señera como la que realizó el Gobierno Militar al abrir la economía al exterior, liberar los precios, privatizar, bajar los impuestos y estimular el emprendimiento, recetas imitadas después en el resto del mundo.
Todos los países nos volverían a emular, en mayor o menor grado, como lo hicieron en los '70 y los '80, hasta hacer caer el Muro de Berlín.
Bueno, pero la mentalidad socialista local es más fuerte y sostiene que la educación es "un bien público". Y todo el mundo se pone a bailar al son que marcan los socialistas, tanto conscientes como inconscientes (porque muchos lo son sin darse cuenta).
Cien pesos aparte son los pasos que sigue dando acá la revolución comunista en curso, de la cual el Gobierno, cual marido engañado, será el último en enterarse. Ayer supe de una prestigiada pedagoga que da clases en un colegio particular de la cota mil y, también, "pro bono", en otro de La Pintana, donde va gente muy pobre, perpleja al saber que a ambas instituciones llegaron dirigentes estudiantiles no individualizados (léase "agentes de coordinadoras") que comunicaron a las respectivas autoridades escolares que su establecimiento debería entrar en toma, so pena de que, si no lo hacían, vendrían tomadores de fuera que se harían cargo del establecimiento.
Los agentes de la coordinadora hicieron ostentación de medios para llevar a cabo su propósito, partiendo por ofrecer electrificar, sin costo para los colegios, las rejas perimetrales, tanto para prevenir un desalojo por parte de Carabineros como para impedir que ingresaran tomadores "indeseados y no autorizados", que podrían ocasionar destrozos y robos mayores.
Las respectivas autoridaes escolares entraron en una especie de tratativa con los emisarios de la revolución y aceptaron una toma nominal, con tal de no sufrir violencia. Pero su mayor motivo de intriga es que no tienen idea de quiénes son los verdaderos jefes de estos grupos de avanzada, que ostensiblemente tienen muchos medios y obedecen a un mismo mando revolucionario, porque proponen, en dos casos tan alejados como lo están entre sí Las Condes de La Pintana, el mismo "modus operandi" y los mismos "argumentos que no se puede rechazar".
Obviamente, a la cabeza está el Partido Comunista, con sus dirigentes activos, Camila Vallejo y Jaime Gajardo. Ambos han recibido adoctrinamiento en Cuba. Si bien este país carece de dinero como para financiar la revolución en Chile, Hugo Chávez sí lo tiene, y es generoso con él, porque no es propio.
Si nosotros tuviéramos realmente, en Chile, servicios de inteligencia, la red revolucionaria hace mucho tiempo que habría sido desmantelada, pero como combatir terroristas ha sido convertido por los comunistas en "delito de lesa humanidad", nadie se atreve y ellos siguen adelante con su revolución.
Y yo, que no tengo servicio de inteligencia, pero interactúo con un número no menor de personas bien informadas, generalmente ante un plato de espárragos y un jugo natural de manzanas (bueno, a veces transijo en una copa de vino), sé por anticipado cómo los colegios particulares llegan a acuerdos de transacción con los revolucionarios para no sufrir demasiados daños y se resignan a adherirse a las "tomas pacíficas" que nutren la causa revolucionaria.
Estamos mal, muy mal. Porque el peor estado en que puede hallarse una sociedad atacada por una conspiración revolucionaria es no saber siquiera las cosas que los cabecillas de la misma están haciendo para demolerla, bajo las propias narices de autoridades que creen estar en presencia de un movimiento estudiantil "grande, noble, hermoso".
Desde luego, el "Economist" hace suya la tontería máxima que se ha blandido entre nosotros, como lo es proclamar que la educación es un "bien público", siendo que es esencialmente privado, susceptible de apropiación por particulares y de rivalidad en su aprovechamiento, que son las dos características propias de los bienes privados.
Por eso la educación, en una sociedad libre (la nuestra no lo es cabalmente, por supuesto), es materia de la decisión de las personas y familias y en lo único en que el Estado podría meterse respecto de ella debería ser en darles plata a los más pobres para que ellos mismos se proveyeran de la mejor que encontraran.
Con los 11.600 millones de dólares al año que el Gobierno asigna a la educación se les podría dar lo suficiente, a los tres quintiles más pobres, para mandar a sus hijos a los mejores colegios y universidades que libremente eligieran.
Por supuesto, en una sociedad de libertades no habría "contenidos mínimos obligatorios" ni PSU, que son los mecanismos que usa la burocracia socialista para controlar la enseñanza e impedir que ella sea libre.
En cambio, sí proliferarían las más variadas innovaciones programáticas y pedagógicas, que situarían a nuestro país en un nivel de excelencia. Sería una revolución tan señera como la que realizó el Gobierno Militar al abrir la economía al exterior, liberar los precios, privatizar, bajar los impuestos y estimular el emprendimiento, recetas imitadas después en el resto del mundo.
Todos los países nos volverían a emular, en mayor o menor grado, como lo hicieron en los '70 y los '80, hasta hacer caer el Muro de Berlín.
Bueno, pero la mentalidad socialista local es más fuerte y sostiene que la educación es "un bien público". Y todo el mundo se pone a bailar al son que marcan los socialistas, tanto conscientes como inconscientes (porque muchos lo son sin darse cuenta).
Cien pesos aparte son los pasos que sigue dando acá la revolución comunista en curso, de la cual el Gobierno, cual marido engañado, será el último en enterarse. Ayer supe de una prestigiada pedagoga que da clases en un colegio particular de la cota mil y, también, "pro bono", en otro de La Pintana, donde va gente muy pobre, perpleja al saber que a ambas instituciones llegaron dirigentes estudiantiles no individualizados (léase "agentes de coordinadoras") que comunicaron a las respectivas autoridades escolares que su establecimiento debería entrar en toma, so pena de que, si no lo hacían, vendrían tomadores de fuera que se harían cargo del establecimiento.
Los agentes de la coordinadora hicieron ostentación de medios para llevar a cabo su propósito, partiendo por ofrecer electrificar, sin costo para los colegios, las rejas perimetrales, tanto para prevenir un desalojo por parte de Carabineros como para impedir que ingresaran tomadores "indeseados y no autorizados", que podrían ocasionar destrozos y robos mayores.
Las respectivas autoridaes escolares entraron en una especie de tratativa con los emisarios de la revolución y aceptaron una toma nominal, con tal de no sufrir violencia. Pero su mayor motivo de intriga es que no tienen idea de quiénes son los verdaderos jefes de estos grupos de avanzada, que ostensiblemente tienen muchos medios y obedecen a un mismo mando revolucionario, porque proponen, en dos casos tan alejados como lo están entre sí Las Condes de La Pintana, el mismo "modus operandi" y los mismos "argumentos que no se puede rechazar".
Obviamente, a la cabeza está el Partido Comunista, con sus dirigentes activos, Camila Vallejo y Jaime Gajardo. Ambos han recibido adoctrinamiento en Cuba. Si bien este país carece de dinero como para financiar la revolución en Chile, Hugo Chávez sí lo tiene, y es generoso con él, porque no es propio.
Si nosotros tuviéramos realmente, en Chile, servicios de inteligencia, la red revolucionaria hace mucho tiempo que habría sido desmantelada, pero como combatir terroristas ha sido convertido por los comunistas en "delito de lesa humanidad", nadie se atreve y ellos siguen adelante con su revolución.
Y yo, que no tengo servicio de inteligencia, pero interactúo con un número no menor de personas bien informadas, generalmente ante un plato de espárragos y un jugo natural de manzanas (bueno, a veces transijo en una copa de vino), sé por anticipado cómo los colegios particulares llegan a acuerdos de transacción con los revolucionarios para no sufrir demasiados daños y se resignan a adherirse a las "tomas pacíficas" que nutren la causa revolucionaria.
Estamos mal, muy mal. Porque el peor estado en que puede hallarse una sociedad atacada por una conspiración revolucionaria es no saber siquiera las cosas que los cabecillas de la misma están haciendo para demolerla, bajo las propias narices de autoridades que creen estar en presencia de un movimiento estudiantil "grande, noble, hermoso".
jueves, 27 de octubre de 2011
¡Ya, Suban los Impuestos y Friéguense!
¿Quién ha sido el único estadista chileno que ha bajado los impuestos a las empresas y ha hecho crecer al país al 7 por ciento promedio al año? Respuesta: el mismo estadista chileno que es el único hoy en oponerse al alza de impuestos, Hernán Büchi.
Cuando él mandaba en la economía el impuesto a las empresas era la mitad que hoy, el crecimiento era el doble del de los últimos años y el desempleo estaba en cinco por ciento.
¿Tiene que ver una cosa con las otras? Por supuesto. Cuando la empresa paga menos impuesto invierte más. Y cuando sucede esto, la economía crece más. Es obvio: mil millones de pesos en manos de un empresario generan más crecimiento que la misma suma en manos de un funcionario, porque el primero dedica esa plata a producir más y el segundo a contratar burócratas y crear nuevos ministerios, subsecretarías y superintendencias que no producen casi nada.
Tras leer los diarios de hoy ya estoy casi seguro de que volverán a subir los impuestos.
Uno, el ex decano de Economía de la Universidad de Chile y actual profesor, Joseph Ramos, escribe un entretenido artículo en "El Mercurio", donde dice algo interesante: la distribución del ingreso en Chile antes de impuestos es más igualitaria que después de impuestos. Es decir el sistema tributario es regresivo. Entonces propone básicamente dos cosas: gravar las ganancias de capital y las utilidades no distribuidas. Actualmente, si una acción sube de precio en la Bolsa, su dueño obtiene una ganancia de capital y no paga impuesto por ella; y, también, si una empresa reinvierte sus utilidades no paga impuesto personal a la renta por ellas, el cual sólo debe pagar si la empresa le da dividendos, es decir, si distribuye sus utilidadds entre sus dueños.
La receta de Ramos es tentadora: si se gravan las ganancias de capital y las utilidades no distribuidas, se puede bajar el IVA a la mitad y hacer más progresivo el sistema tributario, es decir, disminuir la desigualdad.
Se nota que el profesor Ramos no conoce todos los artículos "ter" y "quáter" de la Ley de la Renta. Si su propuesta fructifica, esos recovecos van a ser mucho más utilizados. Pero ése es otro tema.
El artículo de Joseph Ramos me hizo recordar un libro fundamental de Economía, escrito en 1946 por Henry Hazlitt, y que se titula "Economía en una Lección". La lección es muy breve: "Para analizar cualquier medida económica debe no sólo examinarse su efecto inmediato, sino en el largo plazo; y no sólo su efecto directo sobre determinadas personas afectadas por la medida, sino sobre los restantes miembros de la sociedad".
Esa lección no la saben los políticos chilenos, desde luego, pero tampoco la saben muchos economistas.
Actualmente las utilidades no distribuidas de las empresas pagan el 20 por ciento de impuesto, porque Sebastián Piñera subió ese tributo de 17 a 20 por ciento el año pasado. Si se aprueba la propuesta del profesor Joseph Ramos, las ganancias de capital y las utilidades no distribuidas pasarán a pagar hasta el 40 por ciento de impuesto. Ese será un efecto inmediato. Pero ¿qué creen ustedes que sucederá con la inversión? ¿Invertirá lo mismo un empresario que era gravado con 20 por ciento que uno con el 40 por ciento? Por supuesto que no. Si a uno lo gravan igual ahorrando que consumiendo, va a consumir más, ahorrar menos e invertir menos. Luego, va a haber menos crecimiento. Y más pobreza. Y, al final, hasta menos impuestos. Y muchos más exentos que se habrán refugiado en los artículos "ter" y "quáter".
Cuando Hernán Büchi era Ministro de Hacienda, bajó el impuesto a las empresas al 10 por ciento. Cuando asumió Aylwin, tuvo el apoyo del senador Sebastián Piñera para empezar a subir ese impuesto. Decían que era para legitimar el modelo. El año pasado, Sebastián Piñera, ya como Presidente, siguió por la misma senda de la Concertación y lo llevó al doble que con Büchi. Además subió el royalty a las mineras, el impuesto a los ahorros, las contribuciones de bienes raíces y gravó las viviendas económicas DFL 2 cuando fueran más de dos en las mismas manos. Es decir, continuó la línea de la Concertación, que aumentó la burocracia y redujo el crecimiento a la mitad.
Dos. Ya la marea actual para subir los impuestos se hace incontenible. Cuando leí que uno de los hombres más ricos de Chile, el empresario Juan Cúneo, dueño de Falabella, se trepó también al carro ("La Segunda" de hoy), me dije: "Estamos listos".
Lo que partió como un vocerío de adolescentes cuyo 80 por ciento no entiende lo que leen (y leen cada vez menos), a lo cual se sumó, naturalmente, la grita de la izquierda, que siempre ha estado por destruir a la empresa privada, ahora es ya estandarte de la propia empresa privada. Con razón Lenin (creo) decía que los empresarios eran capaces de venderles a sus verdugos las sogas con que los iban a ahorcar.
¡Ya, suban otra vez los impuestos, hagan todavía más rico al más rico e improductivo de Chile, el Estado, y crezcan a la mitad, creen menos empleos y perpetúen la pobreza!
Si era lo que la gran mayoría quería, entonces, con su pan se lo coman.
Cuando él mandaba en la economía el impuesto a las empresas era la mitad que hoy, el crecimiento era el doble del de los últimos años y el desempleo estaba en cinco por ciento.
¿Tiene que ver una cosa con las otras? Por supuesto. Cuando la empresa paga menos impuesto invierte más. Y cuando sucede esto, la economía crece más. Es obvio: mil millones de pesos en manos de un empresario generan más crecimiento que la misma suma en manos de un funcionario, porque el primero dedica esa plata a producir más y el segundo a contratar burócratas y crear nuevos ministerios, subsecretarías y superintendencias que no producen casi nada.
Tras leer los diarios de hoy ya estoy casi seguro de que volverán a subir los impuestos.
Uno, el ex decano de Economía de la Universidad de Chile y actual profesor, Joseph Ramos, escribe un entretenido artículo en "El Mercurio", donde dice algo interesante: la distribución del ingreso en Chile antes de impuestos es más igualitaria que después de impuestos. Es decir el sistema tributario es regresivo. Entonces propone básicamente dos cosas: gravar las ganancias de capital y las utilidades no distribuidas. Actualmente, si una acción sube de precio en la Bolsa, su dueño obtiene una ganancia de capital y no paga impuesto por ella; y, también, si una empresa reinvierte sus utilidades no paga impuesto personal a la renta por ellas, el cual sólo debe pagar si la empresa le da dividendos, es decir, si distribuye sus utilidadds entre sus dueños.
La receta de Ramos es tentadora: si se gravan las ganancias de capital y las utilidades no distribuidas, se puede bajar el IVA a la mitad y hacer más progresivo el sistema tributario, es decir, disminuir la desigualdad.
Se nota que el profesor Ramos no conoce todos los artículos "ter" y "quáter" de la Ley de la Renta. Si su propuesta fructifica, esos recovecos van a ser mucho más utilizados. Pero ése es otro tema.
El artículo de Joseph Ramos me hizo recordar un libro fundamental de Economía, escrito en 1946 por Henry Hazlitt, y que se titula "Economía en una Lección". La lección es muy breve: "Para analizar cualquier medida económica debe no sólo examinarse su efecto inmediato, sino en el largo plazo; y no sólo su efecto directo sobre determinadas personas afectadas por la medida, sino sobre los restantes miembros de la sociedad".
Esa lección no la saben los políticos chilenos, desde luego, pero tampoco la saben muchos economistas.
Actualmente las utilidades no distribuidas de las empresas pagan el 20 por ciento de impuesto, porque Sebastián Piñera subió ese tributo de 17 a 20 por ciento el año pasado. Si se aprueba la propuesta del profesor Joseph Ramos, las ganancias de capital y las utilidades no distribuidas pasarán a pagar hasta el 40 por ciento de impuesto. Ese será un efecto inmediato. Pero ¿qué creen ustedes que sucederá con la inversión? ¿Invertirá lo mismo un empresario que era gravado con 20 por ciento que uno con el 40 por ciento? Por supuesto que no. Si a uno lo gravan igual ahorrando que consumiendo, va a consumir más, ahorrar menos e invertir menos. Luego, va a haber menos crecimiento. Y más pobreza. Y, al final, hasta menos impuestos. Y muchos más exentos que se habrán refugiado en los artículos "ter" y "quáter".
Cuando Hernán Büchi era Ministro de Hacienda, bajó el impuesto a las empresas al 10 por ciento. Cuando asumió Aylwin, tuvo el apoyo del senador Sebastián Piñera para empezar a subir ese impuesto. Decían que era para legitimar el modelo. El año pasado, Sebastián Piñera, ya como Presidente, siguió por la misma senda de la Concertación y lo llevó al doble que con Büchi. Además subió el royalty a las mineras, el impuesto a los ahorros, las contribuciones de bienes raíces y gravó las viviendas económicas DFL 2 cuando fueran más de dos en las mismas manos. Es decir, continuó la línea de la Concertación, que aumentó la burocracia y redujo el crecimiento a la mitad.
Dos. Ya la marea actual para subir los impuestos se hace incontenible. Cuando leí que uno de los hombres más ricos de Chile, el empresario Juan Cúneo, dueño de Falabella, se trepó también al carro ("La Segunda" de hoy), me dije: "Estamos listos".
Lo que partió como un vocerío de adolescentes cuyo 80 por ciento no entiende lo que leen (y leen cada vez menos), a lo cual se sumó, naturalmente, la grita de la izquierda, que siempre ha estado por destruir a la empresa privada, ahora es ya estandarte de la propia empresa privada. Con razón Lenin (creo) decía que los empresarios eran capaces de venderles a sus verdugos las sogas con que los iban a ahorcar.
¡Ya, suban otra vez los impuestos, hagan todavía más rico al más rico e improductivo de Chile, el Estado, y crezcan a la mitad, creen menos empleos y perpetúen la pobreza!
Si era lo que la gran mayoría quería, entonces, con su pan se lo coman.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Nuestra Caja de Pandora
Tras comprobar que ningún diario publicó la noticia del sobreseimiento del único procesado en el caso Riggs, pese a haber corrido ríos de tinta y haber la prensa desplegado los más anchos titulares para comentar la supuesta "fortuna de Pinochet", que terminó no siendo tal, recordé otro episodio del mismo caso en que me tocó participar: la demanda del Consejo de Defensa del Estado contra el Banco Espíritu Santo de Miami, donde el general quiso poner a salvo de la rapiña vengativa marxista, por consejo de sus amigos cercanos, un cierto volumen de recursos.
El Banco Espíritu Santo se defendió y envió a Chile a profesionales para examinar los antecedentes que aducía el Consejo de Defensa del Estado para demandarlo en Estados Unidos. Pues el fundamento del Consejo era que los fondos de Pinochet pertenecían, en realidad, al Estado chileno.
Como esto no era verdad, a aclarar lo cual contribuí con una modesta y desinteresada asesoría, la justicia norteamericana finalmente desechó la demanda del CDE, que perdió tiempo y dinero procurando acreditar una inexistente corrupción del ex Presidente. No había ningún antecedente para afirmar que esos fondos fueran del Estado chileno. Este fracaso de la persecución izquierdista tampoco se publicó en Chile.
Precisado lo anterior, vuelvo la mirada al Chile de hoy, y en particular a la bomba descubierta a tiempo en el interior de la Catedral, similar a las numerosas otras detonadas y que sirvieron a la fiscalía para acusar a los imputados en el "caso bombas", todos los cuales fueron dejados libres por los jueces de garantía (garantía para los delincuentes, no para las víctimas ni la ciudadanía honrada). Esa impunidad explica, seguramente, la nueva bomba recién detectada.
También tomo nota de los trastornos provocados por los colectiveros, un gremio más que se ha dado cuenta de que la manera de conseguir cualquier cosa en Chile es mediante la alteración del orden y la creación de caos urbano.
Y no dejo pasar el incendio terrorista de dos valiosos camiones más en la Araucanía, región donde el Gobierno ha resuelto NO recurrir a la Ley Antiterrorista.
Asismismo, tomo nota de los millonarios destrozos en establecimientos de enseñanza rescatados de las tomas. En algunos, los perjuicios impiden reanudar las clases, aunque ya no estén tomados.
Ayer una señora, vecina de Providencia, me refería que vive frente a dos de los colegios de la comuna. Uno está tomado, el otro funciona normalmente. En el que está tomado hay frecuentes fiestas ruidosas y orgiásticas que duran hasta el amanecer y no dejan dormir a los vecinos. Es, justamente, el que tiene la mayor proporción de alumnos de otras comunas. La vecina le reclamó a una profesora del citado colegio, la cual le manifestó que nada podía hacer frente a la toma. Y le comentó a la vecina: "Supongo que, al igual que después de la toma por la revolución de los pingüinos del 2006, vamos a tener que lidiar nuevamente con muchos casos de embarazo adolescente". Otro subproducto de las tomas.
En el horizonte no faltan más conflictos. Leo que Arturo Martínez, presidente de la CUT y cuyas únicas ocupaciones reales y conocidas son las de convocar a paros en apoyo a reajustes por ley y concurrir a restoranes caros, dice que ya los desórdenes han pasado de la Plaza Italia hacia arriba. Y, en efecto, una circunspecta concurrencia de empresarios del retail, reunidos en Casapiedra, se vio interrumpida violentamente por un grupo de estudiantes de izquierda que fueron a gritonearlos por no pagar más impuestos. Martínez ha anunciado expresamente que las movilizaciones van a llegar a La Dehesa. Él debe saber por qué lo dice.
Tengo la sensación de que se ha abierto acá una Caja de Pandora. Zeus envió a Pandora a la Tierra llevando dentro de una caja todos los bienes y los males, con la instrucción de no abrirla. Pero su pareja, como se diría ahora, Epimeteo, no resistió la tentación y la abrió, a raíz de lo cual se esparcieron todas las calamidades, sin que se apreciara mucho, como suele suceder entre los humanos, cuáles fueron los bienes que también surgieron de ella. Al final, lo único que quedó dentro de la Caja fue la esperanza.
Lo malo es que en Chile no parece haber alguien que la encarne.
El Banco Espíritu Santo se defendió y envió a Chile a profesionales para examinar los antecedentes que aducía el Consejo de Defensa del Estado para demandarlo en Estados Unidos. Pues el fundamento del Consejo era que los fondos de Pinochet pertenecían, en realidad, al Estado chileno.
Como esto no era verdad, a aclarar lo cual contribuí con una modesta y desinteresada asesoría, la justicia norteamericana finalmente desechó la demanda del CDE, que perdió tiempo y dinero procurando acreditar una inexistente corrupción del ex Presidente. No había ningún antecedente para afirmar que esos fondos fueran del Estado chileno. Este fracaso de la persecución izquierdista tampoco se publicó en Chile.
Precisado lo anterior, vuelvo la mirada al Chile de hoy, y en particular a la bomba descubierta a tiempo en el interior de la Catedral, similar a las numerosas otras detonadas y que sirvieron a la fiscalía para acusar a los imputados en el "caso bombas", todos los cuales fueron dejados libres por los jueces de garantía (garantía para los delincuentes, no para las víctimas ni la ciudadanía honrada). Esa impunidad explica, seguramente, la nueva bomba recién detectada.
También tomo nota de los trastornos provocados por los colectiveros, un gremio más que se ha dado cuenta de que la manera de conseguir cualquier cosa en Chile es mediante la alteración del orden y la creación de caos urbano.
Y no dejo pasar el incendio terrorista de dos valiosos camiones más en la Araucanía, región donde el Gobierno ha resuelto NO recurrir a la Ley Antiterrorista.
Asismismo, tomo nota de los millonarios destrozos en establecimientos de enseñanza rescatados de las tomas. En algunos, los perjuicios impiden reanudar las clases, aunque ya no estén tomados.
Ayer una señora, vecina de Providencia, me refería que vive frente a dos de los colegios de la comuna. Uno está tomado, el otro funciona normalmente. En el que está tomado hay frecuentes fiestas ruidosas y orgiásticas que duran hasta el amanecer y no dejan dormir a los vecinos. Es, justamente, el que tiene la mayor proporción de alumnos de otras comunas. La vecina le reclamó a una profesora del citado colegio, la cual le manifestó que nada podía hacer frente a la toma. Y le comentó a la vecina: "Supongo que, al igual que después de la toma por la revolución de los pingüinos del 2006, vamos a tener que lidiar nuevamente con muchos casos de embarazo adolescente". Otro subproducto de las tomas.
En el horizonte no faltan más conflictos. Leo que Arturo Martínez, presidente de la CUT y cuyas únicas ocupaciones reales y conocidas son las de convocar a paros en apoyo a reajustes por ley y concurrir a restoranes caros, dice que ya los desórdenes han pasado de la Plaza Italia hacia arriba. Y, en efecto, una circunspecta concurrencia de empresarios del retail, reunidos en Casapiedra, se vio interrumpida violentamente por un grupo de estudiantes de izquierda que fueron a gritonearlos por no pagar más impuestos. Martínez ha anunciado expresamente que las movilizaciones van a llegar a La Dehesa. Él debe saber por qué lo dice.
Tengo la sensación de que se ha abierto acá una Caja de Pandora. Zeus envió a Pandora a la Tierra llevando dentro de una caja todos los bienes y los males, con la instrucción de no abrirla. Pero su pareja, como se diría ahora, Epimeteo, no resistió la tentación y la abrió, a raíz de lo cual se esparcieron todas las calamidades, sin que se apreciara mucho, como suele suceder entre los humanos, cuáles fueron los bienes que también surgieron de ella. Al final, lo único que quedó dentro de la Caja fue la esperanza.
Lo malo es que en Chile no parece haber alguien que la encarne.
martes, 25 de octubre de 2011
Se Desinfla Otra Mentira Sobre Pinochet
Tal como los imaginarios centenares de millones de dólares en lingotes de oro de Pinochet en un banco de Hong Kong, que simplemente no existían, pero llenaron titulares en Chile denostando al ex Presidente, información que fue considerada "seria" por el entonces canciller Foxley, ahora pierde contenido la investigación de las famosas cuentas en el Banco Riggs. Se ha sobreseído al albacea del general, abogado Oscar Aitken, y no hay procesados en la causa.
Ningún hecho del Gobierno Militar ni ninguna situación que afectara al Presidente Pinochet le hizo más daño que la denuncia sobre su cuenta en el Banco Riggs. Personas muy próximas a él "tomaron distancia" a raíz de la campaña de injurias y calumnias, que dieron por veraces sin investigar nada, desatadas tras descubrirse esa cuenta.
Lo primero que debe decirse al respecto es que dicha cuenta no tiene nada que ver con el Gobierno de Pinochet, porque la abrió en 1994, es decir, mucho después de haber entregado el poder.
Lo segundo es que la abrió a instancias del dueño del Banco, Mr. Joseph Albritton, que obviamente no deseaba hacerse rico con los depósitos del general, sino que era admirador de la obra de su gobierno y deseaba ayudarlo, consciente de los enormes beneficios que la acción del régimen militar deparó para la Humanidad (ejemplo exitoso de economía libre, causa mediata de la caída del Muro de Berlín --cosa que no probaré hoy, pero sí otro día-- y ejemplo que siguieron numerosos países, para su propio bien).
Lo tercero que debe recordarse es que la jauría marxista se lanzó sobre Pinochet en su carácter de enemigo público universal número uno del comunismo. En los Estados Unidos los marxistas de allá no usaron las facultades de investigación que abrió la Patriotic Act dictada con motivo de los atentados a las Torres Gemelas para ese fin, sino para ver si encontraban una cuenta de Pinochet, y la encontraron. Y en Chile el director socialista de Impuestos Internos hizo una investigación detallada de todos los gastos e ingresos del general desde 1973 adelante.
¿Y saben ustedes qué descubrió? Que en sus 17 años de gobierno hubo un total de sólo 544 mil quinientos dólares que no se podía justificar con sus ingresos normales. ("La Tercera", 8 de octubre de 2005).
Pudiendo haberse llevado para la casa cien millones de dólares en gastos reservados no investigables, lo único que el Director socialista de Impuestos internos encontró que no se podía justificar era quinientos mil dólares, en 17 años.
¡ESA SUMA SE LA LLEVABAN LAGOS Y SUS AD LÁTERES PARA LA CASA CADA DOS MESES EN SOBRES CON BILLETES DE GASTOS RESERVADOS! Esta afirmación mía, que he hecho muchas veces, tuve ocasión de probarla ante un Tribunal que me citó para fundamentarla. Detalles en mi libro "Terapia para Cerebros Lavados", El Mercurio-Aguilar, pág. 450.
Lo cuarto que debo recordar es una conversación que presencié entre dos personas de gran fortuna, chilenas, cuando vino Margaret Thatcher a comienzos de los 90, en que una de ellas le dijo a la otra: "Deberíamos preocuparnos de que el general tuviera un fondo a salvo de los marxistas, porque le van a iniciar juicios y le van a quitar todo lo que pueda haber ahorrado en su vida".
No sé qué relación tuvo esa frase, que oí personalmente, y el posterior ofrecimiento de Mr. Albritton, que efectivamente recibió depósitos del general y se los invirtió con altas rentabilidades, hasta que los izquierdistas norteamericanos los descubrieron.
La quinta cosa que debe tenerse presente es que en el Tribunal del caso Riggs, donde están embargados todos los fondos que se puedan haber detectado en cualquier parte del mundo a nombre del general, hay menos de siete millones de dólares. Su viuda tiene que pedir periódicamente de esos fondos para pagar las contribuciones de sus inmuebles, porque no tiene ingresos para solventarlas. ¿Esa es "la fortuna de Pinochet"?
Cuando sus injuriadores le acusaban de "recibir dinero de las ventas de armas" yo lo había ido a ver a su casa, llevándole un libro de regalo, y me dijo: "Ahora andan diciendo que recibí comisiones por ventas de armas.... ¡Jamás he recibido nada de eso! ¿De dónde sacan esas cosas?".
El sobreseimiento del albacea, abogado Aitken, prueba que no lo sacaban de ninguna otra parte que de la infinita capacidad marxista de mentir, injuriar y disfrazar la verdad.
Ningún hecho del Gobierno Militar ni ninguna situación que afectara al Presidente Pinochet le hizo más daño que la denuncia sobre su cuenta en el Banco Riggs. Personas muy próximas a él "tomaron distancia" a raíz de la campaña de injurias y calumnias, que dieron por veraces sin investigar nada, desatadas tras descubrirse esa cuenta.
Lo primero que debe decirse al respecto es que dicha cuenta no tiene nada que ver con el Gobierno de Pinochet, porque la abrió en 1994, es decir, mucho después de haber entregado el poder.
Lo segundo es que la abrió a instancias del dueño del Banco, Mr. Joseph Albritton, que obviamente no deseaba hacerse rico con los depósitos del general, sino que era admirador de la obra de su gobierno y deseaba ayudarlo, consciente de los enormes beneficios que la acción del régimen militar deparó para la Humanidad (ejemplo exitoso de economía libre, causa mediata de la caída del Muro de Berlín --cosa que no probaré hoy, pero sí otro día-- y ejemplo que siguieron numerosos países, para su propio bien).
Lo tercero que debe recordarse es que la jauría marxista se lanzó sobre Pinochet en su carácter de enemigo público universal número uno del comunismo. En los Estados Unidos los marxistas de allá no usaron las facultades de investigación que abrió la Patriotic Act dictada con motivo de los atentados a las Torres Gemelas para ese fin, sino para ver si encontraban una cuenta de Pinochet, y la encontraron. Y en Chile el director socialista de Impuestos Internos hizo una investigación detallada de todos los gastos e ingresos del general desde 1973 adelante.
¿Y saben ustedes qué descubrió? Que en sus 17 años de gobierno hubo un total de sólo 544 mil quinientos dólares que no se podía justificar con sus ingresos normales. ("La Tercera", 8 de octubre de 2005).
Pudiendo haberse llevado para la casa cien millones de dólares en gastos reservados no investigables, lo único que el Director socialista de Impuestos internos encontró que no se podía justificar era quinientos mil dólares, en 17 años.
¡ESA SUMA SE LA LLEVABAN LAGOS Y SUS AD LÁTERES PARA LA CASA CADA DOS MESES EN SOBRES CON BILLETES DE GASTOS RESERVADOS! Esta afirmación mía, que he hecho muchas veces, tuve ocasión de probarla ante un Tribunal que me citó para fundamentarla. Detalles en mi libro "Terapia para Cerebros Lavados", El Mercurio-Aguilar, pág. 450.
Lo cuarto que debo recordar es una conversación que presencié entre dos personas de gran fortuna, chilenas, cuando vino Margaret Thatcher a comienzos de los 90, en que una de ellas le dijo a la otra: "Deberíamos preocuparnos de que el general tuviera un fondo a salvo de los marxistas, porque le van a iniciar juicios y le van a quitar todo lo que pueda haber ahorrado en su vida".
No sé qué relación tuvo esa frase, que oí personalmente, y el posterior ofrecimiento de Mr. Albritton, que efectivamente recibió depósitos del general y se los invirtió con altas rentabilidades, hasta que los izquierdistas norteamericanos los descubrieron.
La quinta cosa que debe tenerse presente es que en el Tribunal del caso Riggs, donde están embargados todos los fondos que se puedan haber detectado en cualquier parte del mundo a nombre del general, hay menos de siete millones de dólares. Su viuda tiene que pedir periódicamente de esos fondos para pagar las contribuciones de sus inmuebles, porque no tiene ingresos para solventarlas. ¿Esa es "la fortuna de Pinochet"?
Cuando sus injuriadores le acusaban de "recibir dinero de las ventas de armas" yo lo había ido a ver a su casa, llevándole un libro de regalo, y me dijo: "Ahora andan diciendo que recibí comisiones por ventas de armas.... ¡Jamás he recibido nada de eso! ¿De dónde sacan esas cosas?".
El sobreseimiento del albacea, abogado Aitken, prueba que no lo sacaban de ninguna otra parte que de la infinita capacidad marxista de mentir, injuriar y disfrazar la verdad.
lunes, 24 de octubre de 2011
Cosas Que Sólo Puede Hacer la Izquierda
Los jueces de izquierda (que son la mayoría) han reaccionado críticamente ante la observación del Ministro de Justicia, Teodoro Ribera, en el sentido de que el Ejecutivo tendrá en cuenta su forma de aplicar las leyes para resolver sobre los ascensos judiciales.
Pues ese predicamento gubernativo está consagrado por los precedentes institucionales chilenos como de exclusivo uso de la izquierda.
¿Cómo creen ustedes que se ha consagrado el predominio de la actual justicia de izquierda en el país? Justamente porque los gobiernos de la Concertación se preocuparon sistemáticamente de presionar y vedar los ascensos a jueces que no fueran de su línea.
Pregúntenles ustedes a las personas interiorizadas en el Poder Judicial por qué la ministra Raquel Campsano no accedió a la Corte Suprema. Tenía méritos sobrados para ello. Estaba incluida en las quinas. Era mujer, cosa que la propia Concertación consideraba un atributo sobresaliente. Pero aplicaba las leyes con rigor, y eso nunca ha sido del agrado de los DC, socialistas y comunistas. Estos exigen que la ley se aplique de una manera que favorezca a la izquierda.
Los gobernantes pueden presionar todo lo que quieran a los jueces, siempre que aquéllos sean de izquierda.
El caso del Presidente Aylwin, citado en carta de hoy a "El Mercurio" por el abogado Rodrigo Cooper, lo puso en evidencia: mandó una carta inconstitucional, en 1991, a la Corte Suprema, presionándola e instruyéndola acerca de cómo se debía aplicar la Ley de Amnistía (entre paréntesis, en la misma carta reconoció la "plena vigencia" de esa ley). Aylwin sostenía que no se debía sobreseer inmediatamente los juicios, como lo ordena el código, sino que debía amnistiarse en la sentencia. Claro, después los jueces de izquierda simplemente "se subieron por el chorro" de la presión de Aylwin y dejaron del todo de aplicar la amnistía.
Si en Chile hubiera existido un real Estado de Derecho, ese Presidente debería haber sido acusado constitucionalmente por dicha intromisión, que le está vedada por el artículo 73 de la Constitución, la cual, entonces, "infringió abiertamente" (causal de acusación constitucional). Pero la derecha estaba agónica (lo sigue estando) y él gobernaba con la izquierda. Luego, podía presionar a los jueces y pasar por sobre la Constitución impunemente.
Posteriormente la izquierda y la DC fueron más allá y discurrieron acusar constitucionalmente a un ministro de la Corte Suprema, y lo destituyeron, sin otra razón real que la de éste haber aplicado la misma ya citada Ley de Amnistía. Por favor, no me pregunten qué senadores de RN de ese tiempo se aliaron con la izquierda para destituir a Hernán Cereceda. En serio, prefiero que no me lo pregunten.
El hecho es que pasar por sobre la Constitución y presionar a los jueces es, en Chile, una prerrogativa exclusiva de la izquierda, establecida por la costumbre. ¿Cómo se le puede ocurrir a un gobierno de otro signo hacer lo mismo?
En este momento, por lo demás, ya la izquierda no tiene siquiera necesidad de hacer uso de esa prerrogativa, porque la mayoría de los jueces se ha alineado con ella. He citado al Director de la Asociación Nacional de Magistrados, Patricio Souza, quien ha explicado por qué no dejan detenido a casi ninguno de los mil 700 arrestados por la policía por desórdenes, destrozos y atentados incendiarios y terroristas: "El derecho penal no está para solucionar los problemas de índole social".
Es decir, usted puede cometer cualquier delito si alega tener un problema "de índole social". Obviamente, sólo son tales los planteados por la izquierda.
Si alguien creía que la revolución comunista, violenta y prolongada, que está teniendo lugar entre nosotros, iba a encontrar atajo en la legalidad; y que sólo faltaba que el Gobierno hiciera real uso de sus atribuciones para restablecer el orden, estaba equivocado: la justicia de izquierda ampara la revolución y, además, acusa de presión indebida a cualquier esfuerzo del Gobierno que pretenda inducirla a hacer respetar la ley.
Pues ese predicamento gubernativo está consagrado por los precedentes institucionales chilenos como de exclusivo uso de la izquierda.
¿Cómo creen ustedes que se ha consagrado el predominio de la actual justicia de izquierda en el país? Justamente porque los gobiernos de la Concertación se preocuparon sistemáticamente de presionar y vedar los ascensos a jueces que no fueran de su línea.
Pregúntenles ustedes a las personas interiorizadas en el Poder Judicial por qué la ministra Raquel Campsano no accedió a la Corte Suprema. Tenía méritos sobrados para ello. Estaba incluida en las quinas. Era mujer, cosa que la propia Concertación consideraba un atributo sobresaliente. Pero aplicaba las leyes con rigor, y eso nunca ha sido del agrado de los DC, socialistas y comunistas. Estos exigen que la ley se aplique de una manera que favorezca a la izquierda.
Los gobernantes pueden presionar todo lo que quieran a los jueces, siempre que aquéllos sean de izquierda.
El caso del Presidente Aylwin, citado en carta de hoy a "El Mercurio" por el abogado Rodrigo Cooper, lo puso en evidencia: mandó una carta inconstitucional, en 1991, a la Corte Suprema, presionándola e instruyéndola acerca de cómo se debía aplicar la Ley de Amnistía (entre paréntesis, en la misma carta reconoció la "plena vigencia" de esa ley). Aylwin sostenía que no se debía sobreseer inmediatamente los juicios, como lo ordena el código, sino que debía amnistiarse en la sentencia. Claro, después los jueces de izquierda simplemente "se subieron por el chorro" de la presión de Aylwin y dejaron del todo de aplicar la amnistía.
Si en Chile hubiera existido un real Estado de Derecho, ese Presidente debería haber sido acusado constitucionalmente por dicha intromisión, que le está vedada por el artículo 73 de la Constitución, la cual, entonces, "infringió abiertamente" (causal de acusación constitucional). Pero la derecha estaba agónica (lo sigue estando) y él gobernaba con la izquierda. Luego, podía presionar a los jueces y pasar por sobre la Constitución impunemente.
Posteriormente la izquierda y la DC fueron más allá y discurrieron acusar constitucionalmente a un ministro de la Corte Suprema, y lo destituyeron, sin otra razón real que la de éste haber aplicado la misma ya citada Ley de Amnistía. Por favor, no me pregunten qué senadores de RN de ese tiempo se aliaron con la izquierda para destituir a Hernán Cereceda. En serio, prefiero que no me lo pregunten.
El hecho es que pasar por sobre la Constitución y presionar a los jueces es, en Chile, una prerrogativa exclusiva de la izquierda, establecida por la costumbre. ¿Cómo se le puede ocurrir a un gobierno de otro signo hacer lo mismo?
En este momento, por lo demás, ya la izquierda no tiene siquiera necesidad de hacer uso de esa prerrogativa, porque la mayoría de los jueces se ha alineado con ella. He citado al Director de la Asociación Nacional de Magistrados, Patricio Souza, quien ha explicado por qué no dejan detenido a casi ninguno de los mil 700 arrestados por la policía por desórdenes, destrozos y atentados incendiarios y terroristas: "El derecho penal no está para solucionar los problemas de índole social".
Es decir, usted puede cometer cualquier delito si alega tener un problema "de índole social". Obviamente, sólo son tales los planteados por la izquierda.
Si alguien creía que la revolución comunista, violenta y prolongada, que está teniendo lugar entre nosotros, iba a encontrar atajo en la legalidad; y que sólo faltaba que el Gobierno hiciera real uso de sus atribuciones para restablecer el orden, estaba equivocado: la justicia de izquierda ampara la revolución y, además, acusa de presión indebida a cualquier esfuerzo del Gobierno que pretenda inducirla a hacer respetar la ley.
domingo, 23 de octubre de 2011
Vergüenza Propia
Como el único mérito de este blog, si es que alguno tiene, es el de decir la verdad según mi leal saber y entender, con mucha vergüenza dejo constancia de lo siguiente:
Esta mañana supuse el triunfo de la revolución roja en Chile a partir del hecho de que pasadas las nueve de la mañana, y como signo presuntivo de tal triunfo (signo que yo mismo había dejado preestablecido en mi entorno próximo) no se había recibido ningún diario en mi domicilio.
La verdad fue que ello parecía así desde que salí a buscar los diarios a las siete, sin encontrar ninguno, pero lo que yo no sabía era que a las seis una persona de mi familia llegó de vuelta a casa y recogió el diario "La Tercera", sin informarme hasta avanzada la tarde.
Doy la señalada explicación para remediar cualquier detrimento que mi comentario haya podido causar en la imagen de cumplimiento del señalado matutino.
Esta mañana supuse el triunfo de la revolución roja en Chile a partir del hecho de que pasadas las nueve de la mañana, y como signo presuntivo de tal triunfo (signo que yo mismo había dejado preestablecido en mi entorno próximo) no se había recibido ningún diario en mi domicilio.
La verdad fue que ello parecía así desde que salí a buscar los diarios a las siete, sin encontrar ninguno, pero lo que yo no sabía era que a las seis una persona de mi familia llegó de vuelta a casa y recogió el diario "La Tercera", sin informarme hasta avanzada la tarde.
Doy la señalada explicación para remediar cualquier detrimento que mi comentario haya podido causar en la imagen de cumplimiento del señalado matutino.
¡Y la Revolución Comunista Triunfó!
Yo les había dicho a todos en mi entorno más próximo que si los diarios no llegaban algún día a las 9 de la mañana, quería decir que la revolución comunista que está teniendo lugar en Chile (y de la cual la gente, comenzando por el Gobierno, no se ha dado cuenta) había triunfado.
Pues desde que empezaron las tomas, hace meses, los diarios comenzaron a llegar cada día más tarde, como signo del estado de convulsión del país Durante décadas yo mismo los recogía puntualmente antes de las siete de la mañana. Bueno, ahora son las 9.10, no ha llegado ningún diario, nadie me da una explicación satisfactoria, y supongo que ya las hordas rojas están cerca de mi domicilio y pronto van a arrasar con este computador, de modo que pongo en el espacio virtual estas postreras reflexiones.
A falta de las "fuentes abiertas" en que habitualmente me nutro, he estado leyendo "Qué Pasa" del viernes, donde se detalla el conflicto suscitado en el Consejo para la Transparencia, que conserva ese nombre pese que yo propuse, en 2009 y en carta a "El Mercurio", que fuera cambiado a Consejo para la Opacidad, con motivo de la renuncia de su directiva y paralización de sus actividades a raíz de haberse dado a conocer desde él y mediante un oficio a Transparency International que el entonces candidato Sebastián Piñera había comprado acciones de LAN haciendo uso de información privilegiada.
Esto último era enteramente efectivo y constaba del veredicto sobre el caso de la Superintendencia de Valores. Por supuesto, el candidato Frei se lo enrostró a su oponente Piñera, en un foro, por razones electorales, pues confiaba en sacar una ventaja de ello. Y los dos funcionarios subalternos del Consejo para la Transparencia que lo filtraron internacionalmente, que eran de la Concertación, seguramente también lo hicieron buscando una ventaja electoral para su candidato, Eduardo Frei. Pero lo importante no era eso, sino si lo transmitido y transparentado era verdad o no.
No obstante ello, el Consejo chileno entró en crisis a raíz de la filtración. Gran parte de su directorio renunció por ese despliegue de indebida transparencia. Fue entonces que yo solicité el señalado cambio de nombre, pero mi ponencia no fue acogida.
Y el actual conflicto en el Consejo también parece tratarse, precisamente, de eso, de Opacidad, pues hay quienes no confían en que los actuales directivos tengan el suficiente criterio como para ocultar lo que se debe ocultar y por eso se trata de reemplazarlos.
Pero en el caso de las acciones de LAN hubo un diputado, Jorge Burgos, que persistió en su afán de transparencia y formó una comisión investigadora del caso en la Cámara. En ella se llegó al punto culminante cuando se gestó en su seno la iniciativa de oficiar a Banchile Corredores de Bolsa para que enviara la grabación del llamado ordenando la compra objetada. El diputado creía que en esa grabación iba a aparecer una voz colocando la orden, lo que iba a aclarar el caso. Pero entonces, en el seno de la comisión investigadora, alguien propuso que se votara la idea de enviar el oficio a Banchile, lo cual el presidente de la comisión pensó que no representaba mayor problema. La Concertación tenía mayoría en dicha comisión. Sin embargo, para su enorme sorpresa, en lugar de ganar la votación cinco a tres, como era la correlación de fuerzas, la perdió cinco a tres. Dos diputados concertacionistas "se dieron vuelta", por motivos inexplicables, según algunos, y fácilmente explicables, según otros.
Nada de esto interesó en lo más mínimo al Consejo para la Opacidad, según el nombre que yo había propuesto, o para la Transparencia, según el que la ley le ha dado, pero ello no obstó a que los lectores de este blog, que son un grupo inquisitivo e inmisericorde, investigaran por su cuenta los nombres de los parlamentarios "que se dieron vuelta", dejando constancia de ellos en los comentarios del blog respectivo, que cualquiera puede tracear, si tiene la suficiente paciencia.
Entonces, el conflicto por los nombramientos en el Consejo viene siendo la última lectura de la fuentes abiertas que he hecho antes de que las hordas revolucionarias arrasen con este computador...
Pero, inesperadamente, siendo las 9.45 horas, me entero con sorpresa de que dos diarios vienen llegando, lo que pone en tela de juicio el temido triunfo de la revolución. Sin embargo, habiendo escrito lo anterior y considerándolo un ayuda-memoria útil para los chilenos y ciudadanos del mundo que nunca lo supieron o lo han olvidado, lo dejo instalado en el espacio virtual.
Pues desde que empezaron las tomas, hace meses, los diarios comenzaron a llegar cada día más tarde, como signo del estado de convulsión del país Durante décadas yo mismo los recogía puntualmente antes de las siete de la mañana. Bueno, ahora son las 9.10, no ha llegado ningún diario, nadie me da una explicación satisfactoria, y supongo que ya las hordas rojas están cerca de mi domicilio y pronto van a arrasar con este computador, de modo que pongo en el espacio virtual estas postreras reflexiones.
A falta de las "fuentes abiertas" en que habitualmente me nutro, he estado leyendo "Qué Pasa" del viernes, donde se detalla el conflicto suscitado en el Consejo para la Transparencia, que conserva ese nombre pese que yo propuse, en 2009 y en carta a "El Mercurio", que fuera cambiado a Consejo para la Opacidad, con motivo de la renuncia de su directiva y paralización de sus actividades a raíz de haberse dado a conocer desde él y mediante un oficio a Transparency International que el entonces candidato Sebastián Piñera había comprado acciones de LAN haciendo uso de información privilegiada.
Esto último era enteramente efectivo y constaba del veredicto sobre el caso de la Superintendencia de Valores. Por supuesto, el candidato Frei se lo enrostró a su oponente Piñera, en un foro, por razones electorales, pues confiaba en sacar una ventaja de ello. Y los dos funcionarios subalternos del Consejo para la Transparencia que lo filtraron internacionalmente, que eran de la Concertación, seguramente también lo hicieron buscando una ventaja electoral para su candidato, Eduardo Frei. Pero lo importante no era eso, sino si lo transmitido y transparentado era verdad o no.
No obstante ello, el Consejo chileno entró en crisis a raíz de la filtración. Gran parte de su directorio renunció por ese despliegue de indebida transparencia. Fue entonces que yo solicité el señalado cambio de nombre, pero mi ponencia no fue acogida.
Y el actual conflicto en el Consejo también parece tratarse, precisamente, de eso, de Opacidad, pues hay quienes no confían en que los actuales directivos tengan el suficiente criterio como para ocultar lo que se debe ocultar y por eso se trata de reemplazarlos.
Pero en el caso de las acciones de LAN hubo un diputado, Jorge Burgos, que persistió en su afán de transparencia y formó una comisión investigadora del caso en la Cámara. En ella se llegó al punto culminante cuando se gestó en su seno la iniciativa de oficiar a Banchile Corredores de Bolsa para que enviara la grabación del llamado ordenando la compra objetada. El diputado creía que en esa grabación iba a aparecer una voz colocando la orden, lo que iba a aclarar el caso. Pero entonces, en el seno de la comisión investigadora, alguien propuso que se votara la idea de enviar el oficio a Banchile, lo cual el presidente de la comisión pensó que no representaba mayor problema. La Concertación tenía mayoría en dicha comisión. Sin embargo, para su enorme sorpresa, en lugar de ganar la votación cinco a tres, como era la correlación de fuerzas, la perdió cinco a tres. Dos diputados concertacionistas "se dieron vuelta", por motivos inexplicables, según algunos, y fácilmente explicables, según otros.
Nada de esto interesó en lo más mínimo al Consejo para la Opacidad, según el nombre que yo había propuesto, o para la Transparencia, según el que la ley le ha dado, pero ello no obstó a que los lectores de este blog, que son un grupo inquisitivo e inmisericorde, investigaran por su cuenta los nombres de los parlamentarios "que se dieron vuelta", dejando constancia de ellos en los comentarios del blog respectivo, que cualquiera puede tracear, si tiene la suficiente paciencia.
Entonces, el conflicto por los nombramientos en el Consejo viene siendo la última lectura de la fuentes abiertas que he hecho antes de que las hordas revolucionarias arrasen con este computador...
Pero, inesperadamente, siendo las 9.45 horas, me entero con sorpresa de que dos diarios vienen llegando, lo que pone en tela de juicio el temido triunfo de la revolución. Sin embargo, habiendo escrito lo anterior y considerándolo un ayuda-memoria útil para los chilenos y ciudadanos del mundo que nunca lo supieron o lo han olvidado, lo dejo instalado en el espacio virtual.
sábado, 22 de octubre de 2011
El ADN de la Derecha
Confieso que mi heroísmo patriótico se manifiesta principalmente en decir algunas cosas revolucionarias en nutritivos almuerzos de derechistas especializados en asuntos generales, y en escribir otras en este blog.
Como buen varón chileno, no soy capaz de salir a la calle a enfrentar a los violentistas y reconozco que la señora que salió con un bastón de hockey a golpear a encapuchados que destruían semáforos es más valiente que todos los hombres que conozco, pues no sé de ninguno que haya tenido similar actitud en todos estos meses de destrucción masiva del mobiliario urbano y de propiedades y bienes particulares.
En los últimos almuerzos de derecha a que he asistido he propuesto algo muy concreto: cambiar el ADN de nuestro sector, a vista y paciencia del cual se está destruyendo la democracia, cosa que se va a concretar porque los únicos que pueden salvarla, que son ellos (pues los izquierdistas están haciendo la revolución y los kerenskys de siempre los están encubriendo), se limitan a decir "¡hay que hacer algo!", pero no hacen nada.
En cambio la izquierda bolchevique logra alterar por completo la normalidad ciudadana y arrasar con la legalidad, porque es capaz de emplear la única arma exitosa para conseguir las cosas en Chile: la violencia.
En estos días en que entramos al sexto mes en que las tomas por la fuerza han paralizado la educación y alterado la vida ciudadana, se han ido acentuando los hechos de violencia izquierdista, hasta llevarnos a ver, si bien brevemente, aterrizar en el suelo, tras ser empujada, a la figura del Ministro de Educación en el edificio del Congreso. Éste había sido invadido por extremistas que se apoderaron de él, se pararon con letreros sobre la mesa de reuniones y obligaron a salir a empujones al referido ministro, amparados por el más extremista de todos, el presidente del Senado, Guido Girardi. Con éste gusta de fotografiarse sonriente el Presidente de la República (a pedido de este mismo, según leí en "El Mercurio" durante una gira presidencial al Asia). Les garantizo que ninguna censura contra Girardi va a prosperar, si es que se presenta alguna.
Concomitantemente, la derecha inicia ahora una fuga hacia la izquierda que considero memorable, pues figuras representativas de ella ya han hecho suyas las peticiones principales de los estudiantes amotinados por el comunismo y aliados con los encapuchados impunes. Ya se hacen escasas las páginas de los diarios para contener las entrevistas en que personajes de derecha claman por la reforma tributaria que demandan los dirigentes comunistas.
El papel que han jugado los kerenskys chilenos en todo esto ha sido el habitual, pues los graves desórdenes de esta semana en la Cámara de Diputados los protagonizaron los invitados de los diputados comunistas elegidos gracias a su pacto con los kerenskys, uno de los cuales (Carmona) aliado con Ascencio (DC), insultaron y zamarrearon a los carabineros y a una carabinera convocados por el presidente de la Cámara a restablecer el orden. Por supuesto, contra este sí se ha presentado una censura.
Y no hay la menor esperanza de que el orden sea restablecido, porque leo la declaración del juez de garantía y director de la asociación de magistrados, Patricio Souza, donde explica por qué, de más de mil 700 apresados por desórdenes, no hay ninguno sometido a prisión preventiva, y en ella dice: "Ante grandes volúmenes de personas que pasan detenidas con ocasión de manifestaciones, las herramientas del derecho penal para resolverlo parecen no ser idóneas. EL DERECHO PENAL NO ESTÁ PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS DE ÍNDOLE SOCIAL. Ellos deben resolverse en sede política".
¿Les traduzco lo que dijo el juez?: "Los encapuchados tienen razón y yo no los voy a meter presos aunque cometan delitos, porque lo que piden es justo".
Por supuesto, ése no es un juez, es un político, tal como lo eran los jueces en tiempos de los nazis o del leninismo y el stalinismo en la URSS o lo son hoy en Chile quienes condenan a uniformados que combatieron al terrorismo. En Chile la justicia está hoy del lado de la revolución comunista que está teniendo lugar.
Y como en el ADN de la derecha están enquistados el miedo y la consiguiente incapacidad de hacer nada violento, que es lo único que permite conseguir algo en Chile, tenemos una gran fuga derechista hacia las posiciones de los revolucionarios comunistas: subamos los impuestos, terminemos con el lucro en la educación y la libertad de enseñanza, reformemos la Constitución, reemplacemos el binominal. La derecha inició otra fuga.
Y les voy a decir una cosa más: hay una sola idea, pacífica, de protesta y presión de la derecha, que es el Plan Ahora, al que han adherido miles de personas, para anular todos los votos para concejales de derecha y votar sólo por sus candidatos a alcaldes, en protesta por haber, ese sector y su actual gobierno, abandonado a los militares "caídos tras las líneas enemigas" a su suerte en manos de los jueces de izquierda.
Pues bien, en todas las reuniones en que he expuesto esta leve propuesta de presión política, LA MAYORÍA DE LOS DERECHISTAS TAMBIÉN SE OPONE A ELLA. Es decir, todos los que dicen "¡hay que hacer algo!" no están dispuestos ni siquiera a hacer lo mínimo, que es esa protesta cívica de presión contra los propios partidos políticos que han desertado de su misión cívica como partidos de derecha.
Mientras no cambie el ADN de ésta, que la convierta en un sector combativo y que realmente se la juegue por sus propios principios, en lugar de "arrancar hacia el bando opuesto" cada vez que los comunistas pegan un par de gritos, haciendo suyas cada vez más banderas de los adversarios, la situación no tendrá remedio y el país, suficientemente anarquizado y convulsionado, como hoy, va a ir a caer otra vez en la falda de una Michelle Bachelet cada vez más izquierdizada a su vez (a estas alturas debe estarse preguntano "¿por qué no lo hice en mi gobierno? ¿Por temor a estos cobardes?")
Con este ADN, la derecha no llegará a ninguna parte. Simplemente, no es capaz de defender el Estado de Derecho. Y que ni siquiera piense ("don't even think of it", como seguramente le dirían Patricio Navia o Leonardo Farkas), para restablecerlo, en los militares, primero convocados en 1973 y después traicionados en 1990. Juzgados y condenados por los kerenskys e izquierdistas, mientras la derecha "tomaba distancia", no volverán a sacar al país del atolladero. Tan acoquinados están que los encapuchados, días atrás, le rompieron todos los vidrios impunemente al nuevo edificio del Ejército.
Con eso queda dicho todo.
Como buen varón chileno, no soy capaz de salir a la calle a enfrentar a los violentistas y reconozco que la señora que salió con un bastón de hockey a golpear a encapuchados que destruían semáforos es más valiente que todos los hombres que conozco, pues no sé de ninguno que haya tenido similar actitud en todos estos meses de destrucción masiva del mobiliario urbano y de propiedades y bienes particulares.
En los últimos almuerzos de derecha a que he asistido he propuesto algo muy concreto: cambiar el ADN de nuestro sector, a vista y paciencia del cual se está destruyendo la democracia, cosa que se va a concretar porque los únicos que pueden salvarla, que son ellos (pues los izquierdistas están haciendo la revolución y los kerenskys de siempre los están encubriendo), se limitan a decir "¡hay que hacer algo!", pero no hacen nada.
En cambio la izquierda bolchevique logra alterar por completo la normalidad ciudadana y arrasar con la legalidad, porque es capaz de emplear la única arma exitosa para conseguir las cosas en Chile: la violencia.
En estos días en que entramos al sexto mes en que las tomas por la fuerza han paralizado la educación y alterado la vida ciudadana, se han ido acentuando los hechos de violencia izquierdista, hasta llevarnos a ver, si bien brevemente, aterrizar en el suelo, tras ser empujada, a la figura del Ministro de Educación en el edificio del Congreso. Éste había sido invadido por extremistas que se apoderaron de él, se pararon con letreros sobre la mesa de reuniones y obligaron a salir a empujones al referido ministro, amparados por el más extremista de todos, el presidente del Senado, Guido Girardi. Con éste gusta de fotografiarse sonriente el Presidente de la República (a pedido de este mismo, según leí en "El Mercurio" durante una gira presidencial al Asia). Les garantizo que ninguna censura contra Girardi va a prosperar, si es que se presenta alguna.
Concomitantemente, la derecha inicia ahora una fuga hacia la izquierda que considero memorable, pues figuras representativas de ella ya han hecho suyas las peticiones principales de los estudiantes amotinados por el comunismo y aliados con los encapuchados impunes. Ya se hacen escasas las páginas de los diarios para contener las entrevistas en que personajes de derecha claman por la reforma tributaria que demandan los dirigentes comunistas.
El papel que han jugado los kerenskys chilenos en todo esto ha sido el habitual, pues los graves desórdenes de esta semana en la Cámara de Diputados los protagonizaron los invitados de los diputados comunistas elegidos gracias a su pacto con los kerenskys, uno de los cuales (Carmona) aliado con Ascencio (DC), insultaron y zamarrearon a los carabineros y a una carabinera convocados por el presidente de la Cámara a restablecer el orden. Por supuesto, contra este sí se ha presentado una censura.
Y no hay la menor esperanza de que el orden sea restablecido, porque leo la declaración del juez de garantía y director de la asociación de magistrados, Patricio Souza, donde explica por qué, de más de mil 700 apresados por desórdenes, no hay ninguno sometido a prisión preventiva, y en ella dice: "Ante grandes volúmenes de personas que pasan detenidas con ocasión de manifestaciones, las herramientas del derecho penal para resolverlo parecen no ser idóneas. EL DERECHO PENAL NO ESTÁ PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS DE ÍNDOLE SOCIAL. Ellos deben resolverse en sede política".
¿Les traduzco lo que dijo el juez?: "Los encapuchados tienen razón y yo no los voy a meter presos aunque cometan delitos, porque lo que piden es justo".
Por supuesto, ése no es un juez, es un político, tal como lo eran los jueces en tiempos de los nazis o del leninismo y el stalinismo en la URSS o lo son hoy en Chile quienes condenan a uniformados que combatieron al terrorismo. En Chile la justicia está hoy del lado de la revolución comunista que está teniendo lugar.
Y como en el ADN de la derecha están enquistados el miedo y la consiguiente incapacidad de hacer nada violento, que es lo único que permite conseguir algo en Chile, tenemos una gran fuga derechista hacia las posiciones de los revolucionarios comunistas: subamos los impuestos, terminemos con el lucro en la educación y la libertad de enseñanza, reformemos la Constitución, reemplacemos el binominal. La derecha inició otra fuga.
Y les voy a decir una cosa más: hay una sola idea, pacífica, de protesta y presión de la derecha, que es el Plan Ahora, al que han adherido miles de personas, para anular todos los votos para concejales de derecha y votar sólo por sus candidatos a alcaldes, en protesta por haber, ese sector y su actual gobierno, abandonado a los militares "caídos tras las líneas enemigas" a su suerte en manos de los jueces de izquierda.
Pues bien, en todas las reuniones en que he expuesto esta leve propuesta de presión política, LA MAYORÍA DE LOS DERECHISTAS TAMBIÉN SE OPONE A ELLA. Es decir, todos los que dicen "¡hay que hacer algo!" no están dispuestos ni siquiera a hacer lo mínimo, que es esa protesta cívica de presión contra los propios partidos políticos que han desertado de su misión cívica como partidos de derecha.
Mientras no cambie el ADN de ésta, que la convierta en un sector combativo y que realmente se la juegue por sus propios principios, en lugar de "arrancar hacia el bando opuesto" cada vez que los comunistas pegan un par de gritos, haciendo suyas cada vez más banderas de los adversarios, la situación no tendrá remedio y el país, suficientemente anarquizado y convulsionado, como hoy, va a ir a caer otra vez en la falda de una Michelle Bachelet cada vez más izquierdizada a su vez (a estas alturas debe estarse preguntano "¿por qué no lo hice en mi gobierno? ¿Por temor a estos cobardes?")
Con este ADN, la derecha no llegará a ninguna parte. Simplemente, no es capaz de defender el Estado de Derecho. Y que ni siquiera piense ("don't even think of it", como seguramente le dirían Patricio Navia o Leonardo Farkas), para restablecerlo, en los militares, primero convocados en 1973 y después traicionados en 1990. Juzgados y condenados por los kerenskys e izquierdistas, mientras la derecha "tomaba distancia", no volverán a sacar al país del atolladero. Tan acoquinados están que los encapuchados, días atrás, le rompieron todos los vidrios impunemente al nuevo edificio del Ejército.
Con eso queda dicho todo.
viernes, 21 de octubre de 2011
Almuerzos Patrióticos
Suelo ir a almuerzos patróticos, es decir, de gente de derecha, que siempre es la más preocupada por la Patria, sobre todo ante los desfallecimientos que hoy la afligen. La gente de derecha siempre exclama: "¡Hay que hacer algo!", pero la verdad es que no hace nada.
En esos almuerzos se suele analizar temas de importancia para el país. En una oportunidad los reproduje en una columna periodística y fui reprendido por la mesa directiva, porque lo tratado en ellos no debe salir del respectivo comedor. Como reconocí mi culpabilidad, me autoexpulsé en castigo y dejé de asistir a ellos. Pero después el almuerzo se dividió y la fracción más derechista me perdonó y me convidó a reincorporarme, así es que lo hice.
Como hoy pienso comentar el último almuerzo, es probable que de nuevo deba autoexpulsarme y esperar a que este almuerzo a su vez se divida para que me vuelvan a admitir. Pero corro el riesgo conscientemente, por el interés nacional de lo tratado.
Un contertulio interpretó el sentir de todos al referir el grado de trasgresiones a la legalidad que está viviendo el país. Desde luego, él mismo acaba de sufrir un asalto en su domicilio y lo abismó el gran número de llamados que recibió de personas que habían pasado por lo mismo. Y dijo algo así como:
"Todo esto empezó en el gobierno de Aylwin, con las leyes Cumplido, que llenaron de garantías a los delincuentes; siguió con la derogación de la facultad de detener por sospechas a los antisociales y con la justicia garantista que deja libres a casi todos los maleantes que son apresados".
Entonces otro contertulio refirió que había vivido en Trinidad y Tobago, dos islas paradisíacas que pertenecían a la Corona Británica y luego se independizaron. Eran muy prósperas gracias al turismo y sus bellezas naturales, pero se empezó a suscitar un movimiento general en favor de la igualdad en las islas, pues, efectivamente, había diferencias grandes de ingreso. Esto se tradujo en que quedaran sin sanción los atropellos y robos por parte de las personas que se decían pobres, que asaltaban a los llamados ricos, para así ser todos más iguales.
Pero resultaba que entre los ricos estaban todos los turistas, especialmente anglosajones, y cuando los comenzaron a asaltar e incluso asesinar, para contribuir a una mayor igualdad, dejaron de viajar a Trinidad y Tobago. Antes los vuelos desde Miami iban llenos, pero ahora van vacíos, tanto que se ha buscado resucitar el turismo ofreciendo vuelos gratuitos.
Ahora en Trinidad y Tobago todos están peor que antes, es decir, más pobres, pero han logrado ser iguales.
Otro circunstante refirió lo que está sucediendo con los arriendos en el centro de Santiago. Debido a los desórdenes, han bajado mucho, lo mismo que el precio de las propiedades. Los taxistas del sector han visto reducidos enormemente sus ingresos, lo mismo que los comerciantes de todo tamaño.
Me paré del almuerzo resuelto a trasgredir una vez más la regla del secreto de lo tratado, pero diciéndome que Chile está primero y que era preciso revelárselo por este medio, antes de que en nombre de la igualdad terminemos como en Tribnidad y Tobago.
En esos almuerzos se suele analizar temas de importancia para el país. En una oportunidad los reproduje en una columna periodística y fui reprendido por la mesa directiva, porque lo tratado en ellos no debe salir del respectivo comedor. Como reconocí mi culpabilidad, me autoexpulsé en castigo y dejé de asistir a ellos. Pero después el almuerzo se dividió y la fracción más derechista me perdonó y me convidó a reincorporarme, así es que lo hice.
Como hoy pienso comentar el último almuerzo, es probable que de nuevo deba autoexpulsarme y esperar a que este almuerzo a su vez se divida para que me vuelvan a admitir. Pero corro el riesgo conscientemente, por el interés nacional de lo tratado.
Un contertulio interpretó el sentir de todos al referir el grado de trasgresiones a la legalidad que está viviendo el país. Desde luego, él mismo acaba de sufrir un asalto en su domicilio y lo abismó el gran número de llamados que recibió de personas que habían pasado por lo mismo. Y dijo algo así como:
"Todo esto empezó en el gobierno de Aylwin, con las leyes Cumplido, que llenaron de garantías a los delincuentes; siguió con la derogación de la facultad de detener por sospechas a los antisociales y con la justicia garantista que deja libres a casi todos los maleantes que son apresados".
Entonces otro contertulio refirió que había vivido en Trinidad y Tobago, dos islas paradisíacas que pertenecían a la Corona Británica y luego se independizaron. Eran muy prósperas gracias al turismo y sus bellezas naturales, pero se empezó a suscitar un movimiento general en favor de la igualdad en las islas, pues, efectivamente, había diferencias grandes de ingreso. Esto se tradujo en que quedaran sin sanción los atropellos y robos por parte de las personas que se decían pobres, que asaltaban a los llamados ricos, para así ser todos más iguales.
Pero resultaba que entre los ricos estaban todos los turistas, especialmente anglosajones, y cuando los comenzaron a asaltar e incluso asesinar, para contribuir a una mayor igualdad, dejaron de viajar a Trinidad y Tobago. Antes los vuelos desde Miami iban llenos, pero ahora van vacíos, tanto que se ha buscado resucitar el turismo ofreciendo vuelos gratuitos.
Ahora en Trinidad y Tobago todos están peor que antes, es decir, más pobres, pero han logrado ser iguales.
Otro circunstante refirió lo que está sucediendo con los arriendos en el centro de Santiago. Debido a los desórdenes, han bajado mucho, lo mismo que el precio de las propiedades. Los taxistas del sector han visto reducidos enormemente sus ingresos, lo mismo que los comerciantes de todo tamaño.
Me paré del almuerzo resuelto a trasgredir una vez más la regla del secreto de lo tratado, pero diciéndome que Chile está primero y que era preciso revelárselo por este medio, antes de que en nombre de la igualdad terminemos como en Tribnidad y Tobago.
jueves, 20 de octubre de 2011
Financiamiento de Universidad Que No Funciona
Hemos leído una extensa declaración del rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, en la cual protesta por la insuficiencia del financiamiento contemplado en el Presupuesto 2012 para esa casa de estudios. Quiere más plata.
Sorprendente protesta, porque dicha casa de estudios ni siquiera funciona. Tanto es así que él no puede entrar a su propia oficina, desde hace casi cinco meses. La universidad está en manos de terceros, erigidos en delincuentes flagrantes, que no lo dejan entrar. Una universidad en que no hay clases, ni investigación, ni extensión ni nada ¿cómo pretende que el dueño le dé todavía más dinero?
¿Qué se opinaría en el directorio de una empresa si el gerente se presentara un día pidiendo un aumento del subsidio para hacerla funcionar, si ella estuviera paralizada?
Los directores le preguntarían:
--Pero ¿cómo quiere más subnsidio si la empresa no funciona?
--Bueno... es que se la tomaron...
--¿Y usted, qué ha hecho para recuperarla? ¿Recurrió a la policía?
--No...
--¿Presentó un recurso de protección a los tribunales?
--No...
--Es decir, usted no ha cumplido ninguno de sus deberes básicos como cabeza de la empresa, la mantiene sin producir nada ¿y quiere que más encima le demos dinero?
Ese directorio ni siquiera sabía que el gerente había desfilado por las calles en apoyo de los que se tomaron la empresa.
Pues ése fue el caso del rector de la Universidad de Chile: desfiló a la cabeza de los grupos que le tomaron por la fuerza su universidad y la paralizaron. ¿Y quiere más plata encima?
No deberían darle siquiera la subvención presupuestaria que tiene ya asignada. ¿No existe en el país una Contraloría para velar por eso? Pues se la dan. Y se la dan porque éste se ha convertido en un país donde el Gobierno asigna en el Presupuesto anual decenas de miles de millones de pesos a instituciones que no funcionan.
Y no funcionan porque están usurpadas por la fuerza y sus directivos no cumplen ni siquiera el papel mínimo que les cabe como tales, que es el de recuperar los inmuebles institucionales que están bajo su responsabilidad. Aunque más no fuera por dignidad, el rector debería por lo menos reivindicar el derecho a ingresar a su propia oficina.
¿En qué país vivimos?
Respuesta: en Chile, un país de opereta.
Sorprendente protesta, porque dicha casa de estudios ni siquiera funciona. Tanto es así que él no puede entrar a su propia oficina, desde hace casi cinco meses. La universidad está en manos de terceros, erigidos en delincuentes flagrantes, que no lo dejan entrar. Una universidad en que no hay clases, ni investigación, ni extensión ni nada ¿cómo pretende que el dueño le dé todavía más dinero?
¿Qué se opinaría en el directorio de una empresa si el gerente se presentara un día pidiendo un aumento del subsidio para hacerla funcionar, si ella estuviera paralizada?
Los directores le preguntarían:
--Pero ¿cómo quiere más subnsidio si la empresa no funciona?
--Bueno... es que se la tomaron...
--¿Y usted, qué ha hecho para recuperarla? ¿Recurrió a la policía?
--No...
--¿Presentó un recurso de protección a los tribunales?
--No...
--Es decir, usted no ha cumplido ninguno de sus deberes básicos como cabeza de la empresa, la mantiene sin producir nada ¿y quiere que más encima le demos dinero?
Ese directorio ni siquiera sabía que el gerente había desfilado por las calles en apoyo de los que se tomaron la empresa.
Pues ése fue el caso del rector de la Universidad de Chile: desfiló a la cabeza de los grupos que le tomaron por la fuerza su universidad y la paralizaron. ¿Y quiere más plata encima?
No deberían darle siquiera la subvención presupuestaria que tiene ya asignada. ¿No existe en el país una Contraloría para velar por eso? Pues se la dan. Y se la dan porque éste se ha convertido en un país donde el Gobierno asigna en el Presupuesto anual decenas de miles de millones de pesos a instituciones que no funcionan.
Y no funcionan porque están usurpadas por la fuerza y sus directivos no cumplen ni siquiera el papel mínimo que les cabe como tales, que es el de recuperar los inmuebles institucionales que están bajo su responsabilidad. Aunque más no fuera por dignidad, el rector debería por lo menos reivindicar el derecho a ingresar a su propia oficina.
¿En qué país vivimos?
Respuesta: en Chile, un país de opereta.
miércoles, 19 de octubre de 2011
Tonterías, Deserciones y Desfallecimientos
El debate y la lucha políticos se dan siempre entre dos bandos: los liberadores y los totalitarios. Es decir, entre los que defienden la libertad y los que quieren suprimirla (o administrarla ellos, que es lo mismo).
Conste que para designar a los primeros no uso el término "libertarios", porque éste significa ser partidarios absolutos de la libertad, pero serlo también de suprimir cualquier gobierno, lo que va más allá de lo buscado por los defensores de ella.
El largo debate en todos los niveles de la actual coyuntura y, en particular, en las "Cartas al Director" de los diarios, se da siempre entre esos dos bandos. Los que quieren "educación pública de calidad" y "no al lucro", en realidad procuran que el Estado la monopolice y así impedir que las personas libres puedan enseñar, llegando a acuerdos con otras personas libres. Como no se atreven a confesar que, en realidad, quieren suprimir la libertad de enseñanza, entonces dan su lucha diciendo que seaa el Estado (es decir, ellos) el que monopolice ese quehacer, y a eso lo denominan "educación pública de calidad y sin fines de lucro".
Su premisa básica es que "la educación es un bien público". Pero esto es sólo una tontería más, como casi todas las que están apoyadas actualmente en la fuerza y la violencia de las tomas estudiantiles. Pues debe reconocerse que sin fuerza ni violencia la postura totalitaria no duraría un segundo en el debate. En cambio, las tomas, los destrozos y las amenazan les garantizan pantallas y titulares y el consiguiente amedrentamiento de la gente ideológicamente feble, que siempre procura estar bien con "la corriente dominante", que en este caso es la que impone la fuerza.
Pues ¿qué es un "bien público"? El Código Civil lo define (art. 589): "el que pertenece a todos los habitantes de la nación, como calles, plazas, puentes y caminos". Entonces, obviamente, la educación no lo es. Ella (la propia y la de sus hijos) le pertenece a cada ciudadano privativamente.
Los economistas, que tienden a ser más racionales que el resto de las personas, porque, para evitar las pérdidas económicas, se ven obligados a lidiar con el sentido común propio del quehacer productivo y de consumo (sentido común que no preside otros quehaceres, en particular el de escribir cartas a los diarios), también han definido los "bienes públicos": son aquellos en que el dueño no puede excluir de su disfrute a los demás y en los cuales no hay rivalidad en el uso o consumo. Por ejemplo, si yo formo un parque y no lo cierro, cualquiera puede disfrutarlo y nadie puede impedir que otro lo goce o al menos lo admire. Y los parques suelen ser suficientemente grandes como para que toda persona esté en ellos sin impedir que otras lo hagan. Por eso, como bienes públicos, quedan excluidos del mercado: nadie puede impedir su goce ni, por tanto, cobrar por él. Por eso el Estado forma generalmente los parques y sólo particulares muy ricos y altruistas pueden permitirse hacer lo mismo, sin ganar nada y entregando mucho.
Entonces, claramente la educación no es un bien público. Porque si yo enseño, puedo cobrar por mis clases y si no, no las hago. Y puedo impedir la entrada a ellas de los que no quieran pagarlas. Además, en mis clases sólo cabrá un número limitado de personas. Es decir, hay "rivalidad", y la asistencia de unos excluye a los demás, lo que es propio de un bien privado.
Luego, debatir sobre la base de que la educación es "un bien público" es sólo una más de las falacias que admiten las "Cartas al Director". Y lo mismo corre para la salud, que tampoco es un bien público.
Pero, además de tonterías, se registran deserciones políticas notables en el curso de este debate. Un inteligente y alto ex funcionario del Gobierno Militar, que, por lo que yo sé, siempre se mantuvo leal a los principios rectores de ese régimen, entre los cuales está la libertad de esneñanza, ahora aparece dando una conferencia y ¡comprando completo el paquete de argumentaciones marxistas sin base, que es la punta de lanza del actual proceso revolucionario que está viviendo el país!
Increíble: dice que hay que hacer una reforma tributaria para mejorar la educación y nivelar las desigualdades, cuando él debería saber mejor que nadie que la causa básica de las desigualdades económicas está en la legislación socialista que encarece la contratación de personas y lleva a que el desempleo en el quintil más pobre sea diez o más veces mayor que en el quintil más rico. Si todos los ricos que quieren trabajar encuentran empleo y, en cambio, sólo la mitad de los más pobres logran lo mismo, ¿cómo no va a haber gran desigualdad? Es obvio que ella radica ahí. Son las políticas socialistas las que privan de gran parte de su ingreso a los pobres.
En fin, la cadena de los desfallecimientos de la autoridad para restablecer el orden y la legalidad y poner término a la violencia y las tomas, ha provocado el amedrentamiento ideológico de los que, temiendo ser arrasados, pliegan sus banderas propias y buscan congraciarse con las de la actual "corriente dominante", impuesta por la fuerza de un estudiantado ajeno a toda disciplina y, a su vez, hábilmente dirigido y utilizado por la cúpula comunista.
¡Cuánta razón tenía Felipe Cubillos al declararse indignado ante el hecho de que la derrota de la libertad se debiera, más que a la fuerza de sus adversarios, a la debilidad de sus defensores!
Conste que para designar a los primeros no uso el término "libertarios", porque éste significa ser partidarios absolutos de la libertad, pero serlo también de suprimir cualquier gobierno, lo que va más allá de lo buscado por los defensores de ella.
El largo debate en todos los niveles de la actual coyuntura y, en particular, en las "Cartas al Director" de los diarios, se da siempre entre esos dos bandos. Los que quieren "educación pública de calidad" y "no al lucro", en realidad procuran que el Estado la monopolice y así impedir que las personas libres puedan enseñar, llegando a acuerdos con otras personas libres. Como no se atreven a confesar que, en realidad, quieren suprimir la libertad de enseñanza, entonces dan su lucha diciendo que seaa el Estado (es decir, ellos) el que monopolice ese quehacer, y a eso lo denominan "educación pública de calidad y sin fines de lucro".
Su premisa básica es que "la educación es un bien público". Pero esto es sólo una tontería más, como casi todas las que están apoyadas actualmente en la fuerza y la violencia de las tomas estudiantiles. Pues debe reconocerse que sin fuerza ni violencia la postura totalitaria no duraría un segundo en el debate. En cambio, las tomas, los destrozos y las amenazan les garantizan pantallas y titulares y el consiguiente amedrentamiento de la gente ideológicamente feble, que siempre procura estar bien con "la corriente dominante", que en este caso es la que impone la fuerza.
Pues ¿qué es un "bien público"? El Código Civil lo define (art. 589): "el que pertenece a todos los habitantes de la nación, como calles, plazas, puentes y caminos". Entonces, obviamente, la educación no lo es. Ella (la propia y la de sus hijos) le pertenece a cada ciudadano privativamente.
Los economistas, que tienden a ser más racionales que el resto de las personas, porque, para evitar las pérdidas económicas, se ven obligados a lidiar con el sentido común propio del quehacer productivo y de consumo (sentido común que no preside otros quehaceres, en particular el de escribir cartas a los diarios), también han definido los "bienes públicos": son aquellos en que el dueño no puede excluir de su disfrute a los demás y en los cuales no hay rivalidad en el uso o consumo. Por ejemplo, si yo formo un parque y no lo cierro, cualquiera puede disfrutarlo y nadie puede impedir que otro lo goce o al menos lo admire. Y los parques suelen ser suficientemente grandes como para que toda persona esté en ellos sin impedir que otras lo hagan. Por eso, como bienes públicos, quedan excluidos del mercado: nadie puede impedir su goce ni, por tanto, cobrar por él. Por eso el Estado forma generalmente los parques y sólo particulares muy ricos y altruistas pueden permitirse hacer lo mismo, sin ganar nada y entregando mucho.
Entonces, claramente la educación no es un bien público. Porque si yo enseño, puedo cobrar por mis clases y si no, no las hago. Y puedo impedir la entrada a ellas de los que no quieran pagarlas. Además, en mis clases sólo cabrá un número limitado de personas. Es decir, hay "rivalidad", y la asistencia de unos excluye a los demás, lo que es propio de un bien privado.
Luego, debatir sobre la base de que la educación es "un bien público" es sólo una más de las falacias que admiten las "Cartas al Director". Y lo mismo corre para la salud, que tampoco es un bien público.
Pero, además de tonterías, se registran deserciones políticas notables en el curso de este debate. Un inteligente y alto ex funcionario del Gobierno Militar, que, por lo que yo sé, siempre se mantuvo leal a los principios rectores de ese régimen, entre los cuales está la libertad de esneñanza, ahora aparece dando una conferencia y ¡comprando completo el paquete de argumentaciones marxistas sin base, que es la punta de lanza del actual proceso revolucionario que está viviendo el país!
Increíble: dice que hay que hacer una reforma tributaria para mejorar la educación y nivelar las desigualdades, cuando él debería saber mejor que nadie que la causa básica de las desigualdades económicas está en la legislación socialista que encarece la contratación de personas y lleva a que el desempleo en el quintil más pobre sea diez o más veces mayor que en el quintil más rico. Si todos los ricos que quieren trabajar encuentran empleo y, en cambio, sólo la mitad de los más pobres logran lo mismo, ¿cómo no va a haber gran desigualdad? Es obvio que ella radica ahí. Son las políticas socialistas las que privan de gran parte de su ingreso a los pobres.
En fin, la cadena de los desfallecimientos de la autoridad para restablecer el orden y la legalidad y poner término a la violencia y las tomas, ha provocado el amedrentamiento ideológico de los que, temiendo ser arrasados, pliegan sus banderas propias y buscan congraciarse con las de la actual "corriente dominante", impuesta por la fuerza de un estudiantado ajeno a toda disciplina y, a su vez, hábilmente dirigido y utilizado por la cúpula comunista.
¡Cuánta razón tenía Felipe Cubillos al declararse indignado ante el hecho de que la derrota de la libertad se debiera, más que a la fuerza de sus adversarios, a la debilidad de sus defensores!
martes, 18 de octubre de 2011
Un País de Opereta
El Partido Comunista, que encabeza la campaña de "No al Lucro", también encabeza la lista de los que lucran indebidamente con las pensiones para supuestos "exonerados políticos". Pues ha declarado haber tenido 1.024 funcionarios cuando se produjo la segunda independencia de Chile, el 11 de marzo de 1973, y todos sus funcionarios estaban dedicados (como miembros del Partido) a poner a Chile bajo la dependencia de la URSS. Como no se les permitió completar su tarea, debemos indemnizarlos ¡aunque ni siquiera hayan sido funcionarios del Partido! Pues no hay ninguna colectividad política en Chile que pase de 40 funcionarios. Pero es que ellos son comunistas.
Así es que cobran 1.024 pensiones por igual número de exonerados en 1973. ¡Sí al lucro, pero sólo para mí!, exclaman al unísono los felices camaradas.
En conjunto con sus socios del Partido Socialista, del MAPU y del MIR, están cobrando 1.964 pensiones. Lo más llamativo es que el MIR, una asociación ilícita terrorista, dé origen también centenares de pensiones de supuestos "injustamente despedidos". ¡No se les dejó seguir trabajando en poner bombas y matar gente! Ergo, hay que pensionarlos.
Como éste es un país de opereta, el 2007, por dictamen oficial de la Contraloría General de la República, el MIR fue declarado "empresa de servicios". Obvio, prestaba el ya referido de colocar artefactos explosivos y asesinar personas. Cómo "la dictadura" era tan cruel, les impidió seguir en esos patrióticos menesteres y hoy se les debe conceder pensiones, amén de habérseles pagado cuantiosas indemnizaciones en caso de fallecimiento en cumplimiento de su "deber", y de darles gratuidad de prestaciones de educación y salud para los deudos de caídos en el cumplimiento del benemérito deber terrorista.
En este mismo país de opereta hay, como todos vemos a diario, una revolución marxista en curso, para derrocar a un régimen democrático, al revés de lo que han hecho numerosas naciones serias y civilizadas del mundo, que ha sido derrocar a los regímenes marxistas para instalar gobiernos democráticos.
Y, como corresponde a tal país de opereta, la revolución la encabezan una niña llamada Camila Vallejo, líder de los estudiantes, pero que no estudia; un tal Jaime Gajardo, líder de los profesores, pero que no hace clases; y un "gourmand" llamado Arturo Martínez, líder de los trabajadores, pero que no trabaja. No se extrañe. Nada es serio. Es sólo ópera cómica.
En concordancia, el Ministro del Interior del mismo país acaba de anunciar hoy que, ante sucesivos atentados terroristas de los revolucionarios, ha llegado ya "al límite de tener que aplicar la Ley de Seguridad del Estado".
Esa ley justamente fue dictada, hace muchos años, para prevenir y sancionar los delitos que están teniendo lugar ya por más de cinco meses y de los cuales el Ministro se ha venido a dar cuenta, al parecer, recién hoy día. ¿Para dónde ha estado él mirando todos estos meses? ¿Estaba componiendo la música de la opereta?
Y como "gran finale" de la misma, en vista de que no detienen a nadie por usurpar establecimientos de enseñanza, lanzar bombas incendiarias y piedras a la policía y destruir mobiliario urbano, señalética y vehículos públicos y particulares, el domingo se han impuesto "sanciones ejemplarizadoras" a unos sujetos que cometieron dos delitos, que, naturalmente, sólo puede ser tales en un país de opera cómica: vestir la casaca de Colo Colo y transitar por la comuna de Las Condes. ¡Bárbaros, salvajes, criminales!
¿Qué música le pondremos, de Offenbach o de Lehar?
Así es que cobran 1.024 pensiones por igual número de exonerados en 1973. ¡Sí al lucro, pero sólo para mí!, exclaman al unísono los felices camaradas.
En conjunto con sus socios del Partido Socialista, del MAPU y del MIR, están cobrando 1.964 pensiones. Lo más llamativo es que el MIR, una asociación ilícita terrorista, dé origen también centenares de pensiones de supuestos "injustamente despedidos". ¡No se les dejó seguir trabajando en poner bombas y matar gente! Ergo, hay que pensionarlos.
Como éste es un país de opereta, el 2007, por dictamen oficial de la Contraloría General de la República, el MIR fue declarado "empresa de servicios". Obvio, prestaba el ya referido de colocar artefactos explosivos y asesinar personas. Cómo "la dictadura" era tan cruel, les impidió seguir en esos patrióticos menesteres y hoy se les debe conceder pensiones, amén de habérseles pagado cuantiosas indemnizaciones en caso de fallecimiento en cumplimiento de su "deber", y de darles gratuidad de prestaciones de educación y salud para los deudos de caídos en el cumplimiento del benemérito deber terrorista.
En este mismo país de opereta hay, como todos vemos a diario, una revolución marxista en curso, para derrocar a un régimen democrático, al revés de lo que han hecho numerosas naciones serias y civilizadas del mundo, que ha sido derrocar a los regímenes marxistas para instalar gobiernos democráticos.
Y, como corresponde a tal país de opereta, la revolución la encabezan una niña llamada Camila Vallejo, líder de los estudiantes, pero que no estudia; un tal Jaime Gajardo, líder de los profesores, pero que no hace clases; y un "gourmand" llamado Arturo Martínez, líder de los trabajadores, pero que no trabaja. No se extrañe. Nada es serio. Es sólo ópera cómica.
En concordancia, el Ministro del Interior del mismo país acaba de anunciar hoy que, ante sucesivos atentados terroristas de los revolucionarios, ha llegado ya "al límite de tener que aplicar la Ley de Seguridad del Estado".
Esa ley justamente fue dictada, hace muchos años, para prevenir y sancionar los delitos que están teniendo lugar ya por más de cinco meses y de los cuales el Ministro se ha venido a dar cuenta, al parecer, recién hoy día. ¿Para dónde ha estado él mirando todos estos meses? ¿Estaba componiendo la música de la opereta?
Y como "gran finale" de la misma, en vista de que no detienen a nadie por usurpar establecimientos de enseñanza, lanzar bombas incendiarias y piedras a la policía y destruir mobiliario urbano, señalética y vehículos públicos y particulares, el domingo se han impuesto "sanciones ejemplarizadoras" a unos sujetos que cometieron dos delitos, que, naturalmente, sólo puede ser tales en un país de opera cómica: vestir la casaca de Colo Colo y transitar por la comuna de Las Condes. ¡Bárbaros, salvajes, criminales!
¿Qué música le pondremos, de Offenbach o de Lehar?
lunes, 17 de octubre de 2011
Otro Acto Revolucionario
Esta mañana tuvo lugar otro acto revolucionario, en el contexto del levantamiento general que está materializando en el país el Partido Comunista, a través de sus agentes Camila Vallejo y Jaime Gajardo, con la acostumbrada complicidad socialista, personificada por Giorgio Jackson, personero del Partido Socialista, y la también acostumbrada complicidad y encubrimiento de los Kerenskys chilenos de siempre, los DC.
Pues la historia se repite en los países que no aprenden nada de ella.
Acá la gente no se ha percatado todavía de la revolución en curso. Tanto que el asalto por los encapuchados (sucedáneos del FPMR) a la UDI ha sido calificado por los dirigentes de este partido como un "delito común". ¡Por supuesto, tan delito común como el asesinato de su senador Jaime Guzmán Errázuriz!
Es increíble cómo el vacío de poder que ha generado la completa inepcia del Gobierno para imponer la legalidad y mantener el orden público está contagiando a todos sus cuadros, incluido el menos corroído por el populismo, la UDI.
En todas partes la gente le dice a uno que faltan autoridad y orden. Cada vez más frecuentemente le comentan a uno: "¡Cómo hace falta un Pinochet!". Pero, lamentablemente, Pinochet se murió antes de tiempo.
Recuerdo la anarquía gestada bajo los gobiernos radicales, en los años 40 del siglo pasado, justamente cuando también los comunistas estaban haciendo de las suyas para tomarse el poder, igual que ahora. Pero en ese tiempo el Presidente González Videla, a diferencia de Sebastián Piñera, se dio cuenta a tiempo y logró hacer despachar la Ley de Defensa de la Democracia, que extirpó el cáncer comunista de todos los lugares donde estaba gestando su nefasta conspiración y los mandó a campos de relegación, algunos más cómodos que otros. Pues el del senador comunista Neruda fue un cómodo exilio en Italia (véase "Il Postino"). (Todo lo que hacía Neruda era cómodo para él. Por eso abandonó a una hija enferma que tuvo y a su madre, porque él no estaba para andarse molestando con esos problemas. Igual que Marx, que también abandonó a su familia, pues estaba para cosas más grandes, como "salvar" a la Humanidad).
El hecho fue que el país de 1950, dándose cuenta del desbarajuste radical-socialista-comunista, eligió entonces al General Ibáñez, que prometía barrer todo con "la escoba", símbolo de su campaña: la politiquería, la demagogia, el desorden, los revolucionarios de izquierda y la inflación.
Ibáñez había sido destituido en 1931 por ser dictador, pero veinte años después la mayoría de los chilenos concluía que al desbarajuste sólo podía ponérsele término con mano dura, y eligió a Ibáñez. Pero éste no la tuvo y por eso, cuando los chilenos volvieron a votar, eligieron a Jorge Alessandri, en 1958, otro político autoritario (se creía). Pero tampoco lo fue. Y por eso terminamos en la antesala de Allende (Frei Montalva), en Allende mismo y, por fin, y con gran respaldo popular, en lo que el pueblo venía demandando ya en dos elecciones: la mano dura a partir del 11 de septiembre de 1973.
Ahora, al igual que entre 1931 y 1951, año en que Ibáñez reapareció en la política, el pueblo (pasados ya veinte años desde 1990), vuelve a clamar por gobernabilidad, autoridad y que se ponga término a la anarquía. Pero la anarquía está ganando la batalla.
La revolución comunista sigue avanzando. Y lo peor no es eso. Lo peor es que nadie, comenzando por el Gobierno, incluida su ala más lúcida, la UDI, se ha dado cuenta. Y por eso los dirigentes de dicho partido sostienen que el atentado revolucionario que sufrieron esta mañana es "sólo un delito común".
¡Dios los bendiga!
Pues la historia se repite en los países que no aprenden nada de ella.
Acá la gente no se ha percatado todavía de la revolución en curso. Tanto que el asalto por los encapuchados (sucedáneos del FPMR) a la UDI ha sido calificado por los dirigentes de este partido como un "delito común". ¡Por supuesto, tan delito común como el asesinato de su senador Jaime Guzmán Errázuriz!
Es increíble cómo el vacío de poder que ha generado la completa inepcia del Gobierno para imponer la legalidad y mantener el orden público está contagiando a todos sus cuadros, incluido el menos corroído por el populismo, la UDI.
En todas partes la gente le dice a uno que faltan autoridad y orden. Cada vez más frecuentemente le comentan a uno: "¡Cómo hace falta un Pinochet!". Pero, lamentablemente, Pinochet se murió antes de tiempo.
Recuerdo la anarquía gestada bajo los gobiernos radicales, en los años 40 del siglo pasado, justamente cuando también los comunistas estaban haciendo de las suyas para tomarse el poder, igual que ahora. Pero en ese tiempo el Presidente González Videla, a diferencia de Sebastián Piñera, se dio cuenta a tiempo y logró hacer despachar la Ley de Defensa de la Democracia, que extirpó el cáncer comunista de todos los lugares donde estaba gestando su nefasta conspiración y los mandó a campos de relegación, algunos más cómodos que otros. Pues el del senador comunista Neruda fue un cómodo exilio en Italia (véase "Il Postino"). (Todo lo que hacía Neruda era cómodo para él. Por eso abandonó a una hija enferma que tuvo y a su madre, porque él no estaba para andarse molestando con esos problemas. Igual que Marx, que también abandonó a su familia, pues estaba para cosas más grandes, como "salvar" a la Humanidad).
El hecho fue que el país de 1950, dándose cuenta del desbarajuste radical-socialista-comunista, eligió entonces al General Ibáñez, que prometía barrer todo con "la escoba", símbolo de su campaña: la politiquería, la demagogia, el desorden, los revolucionarios de izquierda y la inflación.
Ibáñez había sido destituido en 1931 por ser dictador, pero veinte años después la mayoría de los chilenos concluía que al desbarajuste sólo podía ponérsele término con mano dura, y eligió a Ibáñez. Pero éste no la tuvo y por eso, cuando los chilenos volvieron a votar, eligieron a Jorge Alessandri, en 1958, otro político autoritario (se creía). Pero tampoco lo fue. Y por eso terminamos en la antesala de Allende (Frei Montalva), en Allende mismo y, por fin, y con gran respaldo popular, en lo que el pueblo venía demandando ya en dos elecciones: la mano dura a partir del 11 de septiembre de 1973.
Ahora, al igual que entre 1931 y 1951, año en que Ibáñez reapareció en la política, el pueblo (pasados ya veinte años desde 1990), vuelve a clamar por gobernabilidad, autoridad y que se ponga término a la anarquía. Pero la anarquía está ganando la batalla.
La revolución comunista sigue avanzando. Y lo peor no es eso. Lo peor es que nadie, comenzando por el Gobierno, incluida su ala más lúcida, la UDI, se ha dado cuenta. Y por eso los dirigentes de dicho partido sostienen que el atentado revolucionario que sufrieron esta mañana es "sólo un delito común".
¡Dios los bendiga!
sábado, 15 de octubre de 2011
Ideas y Consignas
En Chile le ganamos la guerra al terrorismo totalitario marxista, pero perdimos la posguerra. Por eso hoy están presos los uniformados que derrotaron al terrorismo y están libres todos los terroristas, lo que constituye uno de las mayores escándalos e injusticias de la historia de Chile. Triunfaron las consignas por sobre la verdad histórica.
Y junto con ganar la guerra antitotalitaria, ganamos la de las ideas. El Gobierno Militar fue precursor en crear una economía libre. País tras país imitaron su ejemplo: primero Margaret Thatcher en Gran Bretaña, después Ronald Reagan en los Estados Unidos y después, bueno, casi todos los demás, como que cayó el Muro de Berlín, tras el cual se cobijaban los estertores del socialismo real o comunismo marxista-leninista, fundado en consignas que hundieron a los pueblos que las abrazaron.
El modelo chileno pasó a dominar el mundo, pero como acá la gente eligió las consignas que voceaban gobernantes contrarios al modelo, éstos lo fueron desvirtuando de a poco. El Gobierno Militar les entregó un país creciendo al siete por ciento al año y con un desempleo de cinco por ciento, el cual ellos transformaron en un país que crecía cada vez menos, tipo tres a cuatro por ciento promedio, y con un desempleo de 7 a 8 por ciento.
Es que triunfaron las consignas sobre las ideas. Era malo para el crecimiento subir los impuestos, pero aumentarlos era y es una consigna popular, y entonces los subieron. Y el país creció menos.
Era malo para el crecimiento que el Estado se agigantara mucho, pero ellos lo agigantaron. Cada año el gasto estatal aumentó más que el tamaño de la economía. Hoy tenemos de nuevo un Estado grande.
Era malo para el empleo encarecer el salario mínimo y la contratación de mano de obra, pero ellos lo hicieron, en nombre de la consigna de crear "empleos decentes". Bueno, el resultado es que entre los pobres el desempleo se disparó.
Ahora estamos viviendo el apogeo de las consignas. Hoy vi marchar a los "indignados" y la televisión mostró a uno representativo, que dijo desear que se pusiera término a las AFP, a las isapres, al sistema financiero y al retail.
Cuando no había AFPs teníamos un sistema estatal de pensiones quebrado, que pagaba jubilaciones miserables a los obreros y muchos de cuyos fondos se invertían en hacer edificios de departamentos de lujo que las "cajas de previsión" arrendaban a prohombres de gobierno en una renta miserable. Hoy cada trabajador tiene su cuenta de ahorro y le ha ido muy bien, con una rentabilidad real de 9 por ciento promedio al año desde que se creó en 1981. El Gobierno Militar solventó la quiebra del sistema estatal.
La salud pública, antes de las isapres, era un desastre, pues los "hospitales públicos", en primer lugar, se los habían quitado a la Beneficencia, que era privada y los había construido con dineros privados; y, segundo, construyeron monstruos que derrochaban dinero y atendían mal a la gente. Las isapres vinieron a aliviar al mal sistema estatal y si se hubiera proseguido con las políticas privatizadoras todos los chllenos tendrían isapres y serían mucho mejor atentidos. Por algo los parlamentarios de izquierda que atacan a las isapres se han asegurado en ellas.
¿Y los bancos y el retail? ¿Quieren volver a la época del crédito estatalmente controlado, al cual sólo accedían los paniaguados del régimen o los que conseguían el favor de los gerentes, porque no había mecanismos de mercado para asignar el crédito?
Y sobre el retail ¿cuándo habían visto a los chilenos comprar más que en los años desde que se masificó el comercio minorista privado? ¿Que ya no recuerdan la época socialista de la escasez y de las enormes diferencias que veíamos los chilenos cuando viajábamos al exterior, entre la variedad de cosas que allá se vendía y la penuria y pobreza del comercio local?
Bueno, pero ahora la gente sale a la calle a protestar y vocea consignas. Las consignas populares le han costado muy caras a la Humanidad. Hitler y los bolcheviques llegaron al poder voceando consignas populares pero sin ninguna buena idea. ¿Cuantos centenares de millones de muertes costó eso?
Lamentablemente, vivimos un presente presidido por consignas tan simplistas y tan falsas como las de los bolcheviques y los nazis. Y tenemos un gobierno que, lejos de defender las ideas, se pliega a las consignas.
Yo pienso que eso encamina al país a una crisis, como escribí en blogs anteriores. Y creo que esta vez se sumaran y coincidirán las históricas encrucijadas que ha vivido nuestra nación cada cuarenta años con las anarquías que ha debido soportar cada cien.
Pues todas las veces ello ha sucedido cuando la mayoría ha sido tentada por las consignas fáciles y ha despreciado las buenas ideas. Tal como lo estamos viendo ahora.
Y junto con ganar la guerra antitotalitaria, ganamos la de las ideas. El Gobierno Militar fue precursor en crear una economía libre. País tras país imitaron su ejemplo: primero Margaret Thatcher en Gran Bretaña, después Ronald Reagan en los Estados Unidos y después, bueno, casi todos los demás, como que cayó el Muro de Berlín, tras el cual se cobijaban los estertores del socialismo real o comunismo marxista-leninista, fundado en consignas que hundieron a los pueblos que las abrazaron.
El modelo chileno pasó a dominar el mundo, pero como acá la gente eligió las consignas que voceaban gobernantes contrarios al modelo, éstos lo fueron desvirtuando de a poco. El Gobierno Militar les entregó un país creciendo al siete por ciento al año y con un desempleo de cinco por ciento, el cual ellos transformaron en un país que crecía cada vez menos, tipo tres a cuatro por ciento promedio, y con un desempleo de 7 a 8 por ciento.
Es que triunfaron las consignas sobre las ideas. Era malo para el crecimiento subir los impuestos, pero aumentarlos era y es una consigna popular, y entonces los subieron. Y el país creció menos.
Era malo para el crecimiento que el Estado se agigantara mucho, pero ellos lo agigantaron. Cada año el gasto estatal aumentó más que el tamaño de la economía. Hoy tenemos de nuevo un Estado grande.
Era malo para el empleo encarecer el salario mínimo y la contratación de mano de obra, pero ellos lo hicieron, en nombre de la consigna de crear "empleos decentes". Bueno, el resultado es que entre los pobres el desempleo se disparó.
Ahora estamos viviendo el apogeo de las consignas. Hoy vi marchar a los "indignados" y la televisión mostró a uno representativo, que dijo desear que se pusiera término a las AFP, a las isapres, al sistema financiero y al retail.
Cuando no había AFPs teníamos un sistema estatal de pensiones quebrado, que pagaba jubilaciones miserables a los obreros y muchos de cuyos fondos se invertían en hacer edificios de departamentos de lujo que las "cajas de previsión" arrendaban a prohombres de gobierno en una renta miserable. Hoy cada trabajador tiene su cuenta de ahorro y le ha ido muy bien, con una rentabilidad real de 9 por ciento promedio al año desde que se creó en 1981. El Gobierno Militar solventó la quiebra del sistema estatal.
La salud pública, antes de las isapres, era un desastre, pues los "hospitales públicos", en primer lugar, se los habían quitado a la Beneficencia, que era privada y los había construido con dineros privados; y, segundo, construyeron monstruos que derrochaban dinero y atendían mal a la gente. Las isapres vinieron a aliviar al mal sistema estatal y si se hubiera proseguido con las políticas privatizadoras todos los chllenos tendrían isapres y serían mucho mejor atentidos. Por algo los parlamentarios de izquierda que atacan a las isapres se han asegurado en ellas.
¿Y los bancos y el retail? ¿Quieren volver a la época del crédito estatalmente controlado, al cual sólo accedían los paniaguados del régimen o los que conseguían el favor de los gerentes, porque no había mecanismos de mercado para asignar el crédito?
Y sobre el retail ¿cuándo habían visto a los chilenos comprar más que en los años desde que se masificó el comercio minorista privado? ¿Que ya no recuerdan la época socialista de la escasez y de las enormes diferencias que veíamos los chilenos cuando viajábamos al exterior, entre la variedad de cosas que allá se vendía y la penuria y pobreza del comercio local?
Bueno, pero ahora la gente sale a la calle a protestar y vocea consignas. Las consignas populares le han costado muy caras a la Humanidad. Hitler y los bolcheviques llegaron al poder voceando consignas populares pero sin ninguna buena idea. ¿Cuantos centenares de millones de muertes costó eso?
Lamentablemente, vivimos un presente presidido por consignas tan simplistas y tan falsas como las de los bolcheviques y los nazis. Y tenemos un gobierno que, lejos de defender las ideas, se pliega a las consignas.
Yo pienso que eso encamina al país a una crisis, como escribí en blogs anteriores. Y creo que esta vez se sumaran y coincidirán las históricas encrucijadas que ha vivido nuestra nación cada cuarenta años con las anarquías que ha debido soportar cada cien.
Pues todas las veces ello ha sucedido cuando la mayoría ha sido tentada por las consignas fáciles y ha despreciado las buenas ideas. Tal como lo estamos viendo ahora.
viernes, 14 de octubre de 2011
Los Pobres Sí Pueden Esperar
Hoy en "La Segunda" (p. 54) se informa que con 622 mil millones de pesos anuales se terminaría la pobreza en Chile, sobre la base de cifras de la encuesta CASEN de 2009.
En estos días se ha informado del escándalo del pago a "exonerados" de izquierda, personas que dicen haber sido despedidas por razones políticas durante el Gobierno Militar. Los solos exonerados son 157 mil, pero también se pagan pensiones a más de 30 mil que se han declarado "torturados" y hay además 80 mil personas de izquierda que reciben diferentes pagos, indemnizaciones y pensiones decretadas por las Comisiones Rettig y de Reparación de los años 90.
Con los fondos destinados cada año a los solos "exonerados", una dádiva política que la Concertación logró consagrar para sus partidarios, es decir, su clientela política, se podría sacar de la pobreza al 38 por ciento de las personas que la sufren en Chile. Pero "los pobres pueden esperar".
Se ha denunciado, además, la forma escandalosa en que la extrema izquierda ha falsificado situaciones para que su clientela política medre a costa del Estado chileno. Por ejemplo, el Partido Comunista ha conseguido que se les paguen pensiones de "exonerados" a entre mil y mil 200 supuestos funcionarios suyos que alega haber tenido en 1973. El partido Renovación Nacional, varias veces mayor que lo que ha sido siempre el Comunista, tiene hoy entre 30 y 40 funcionarios, según ha revelado su diputado Edwards. Así abusa la extrema izquierda del erario, en una operación fraudulenta que, por comparación, ha convertido al MOP-GATE en "peanuts".
De hecho, en Chile el Estado paga prácticamente dos plantas administrativas: la propia, constituida por la burocracia que trabaja para el Estado, y la "planta en la sombra", que son los pagos a la extrema izquierda pensionada e indemnizada.
Los pobres chilenos, que conocen directamente la situación, pues ven que familias extremistas de mejor situación económica que ellos reciben mucho más del Estado, por el solo hecho de haber participado en la lucha armada (que tenía por objeto terminar con la democracia), ven con rabia cómo los que se dedicaron a la subversión para tomarse el poder reciben pensiones, indemnizaciones, becas educacionales, atención gratuita de salud (programas PRAIS) y subsidios variados.
Un botón de muestra de la generosidad oficial con la subversión roja: el Partido Comunista funciona en un inmueble de la Avenida Vicuña Mackenna que es de propiedad estatal y que el Gobierno de Sebastián Piñera le cede gratuitamente.
La ironía máxima reside en que el comunismo, que goza de todos estos beneficios y granjerías a costa de los contribuyentes chilenos, se encuentra empeñado en una labor revolucionaria en contra del régimen que tanto lo favorece, encabezada por dos de sus agentes principales, Camila Vallejo, dirigente estudiantil, y Jaime Gajardo, dirigente del profesorado; y por sus "encapuchados", la fuerza terrorista heredera del FPMR, que nunca se ha disuelto por completo ("por si las moscas", como confesó Corvalán). Todos ellos despliegan la violencia de la cual los chilenos somos testigos.
Los pobres sí "pueden esperar", porque primero y antes que a ellos hay que darles el dinero público a los comunistas y demás extremistas.
El partido rojo sesiona en su sede de Vicuña Mackenna para discurrir la manera más apropiada de derrocar al régimen que se la ha cedido gratuitamente; y sus grupos de choque viven dedicados a subvertir el orden legal, aprovechándose de que en el país no existe autoridad que haga valer sus prerrogativas legales y constitucionales.
Si no fuera trágico sería risible.
En estos días se ha informado del escándalo del pago a "exonerados" de izquierda, personas que dicen haber sido despedidas por razones políticas durante el Gobierno Militar. Los solos exonerados son 157 mil, pero también se pagan pensiones a más de 30 mil que se han declarado "torturados" y hay además 80 mil personas de izquierda que reciben diferentes pagos, indemnizaciones y pensiones decretadas por las Comisiones Rettig y de Reparación de los años 90.
Con los fondos destinados cada año a los solos "exonerados", una dádiva política que la Concertación logró consagrar para sus partidarios, es decir, su clientela política, se podría sacar de la pobreza al 38 por ciento de las personas que la sufren en Chile. Pero "los pobres pueden esperar".
Se ha denunciado, además, la forma escandalosa en que la extrema izquierda ha falsificado situaciones para que su clientela política medre a costa del Estado chileno. Por ejemplo, el Partido Comunista ha conseguido que se les paguen pensiones de "exonerados" a entre mil y mil 200 supuestos funcionarios suyos que alega haber tenido en 1973. El partido Renovación Nacional, varias veces mayor que lo que ha sido siempre el Comunista, tiene hoy entre 30 y 40 funcionarios, según ha revelado su diputado Edwards. Así abusa la extrema izquierda del erario, en una operación fraudulenta que, por comparación, ha convertido al MOP-GATE en "peanuts".
De hecho, en Chile el Estado paga prácticamente dos plantas administrativas: la propia, constituida por la burocracia que trabaja para el Estado, y la "planta en la sombra", que son los pagos a la extrema izquierda pensionada e indemnizada.
Los pobres chilenos, que conocen directamente la situación, pues ven que familias extremistas de mejor situación económica que ellos reciben mucho más del Estado, por el solo hecho de haber participado en la lucha armada (que tenía por objeto terminar con la democracia), ven con rabia cómo los que se dedicaron a la subversión para tomarse el poder reciben pensiones, indemnizaciones, becas educacionales, atención gratuita de salud (programas PRAIS) y subsidios variados.
Un botón de muestra de la generosidad oficial con la subversión roja: el Partido Comunista funciona en un inmueble de la Avenida Vicuña Mackenna que es de propiedad estatal y que el Gobierno de Sebastián Piñera le cede gratuitamente.
La ironía máxima reside en que el comunismo, que goza de todos estos beneficios y granjerías a costa de los contribuyentes chilenos, se encuentra empeñado en una labor revolucionaria en contra del régimen que tanto lo favorece, encabezada por dos de sus agentes principales, Camila Vallejo, dirigente estudiantil, y Jaime Gajardo, dirigente del profesorado; y por sus "encapuchados", la fuerza terrorista heredera del FPMR, que nunca se ha disuelto por completo ("por si las moscas", como confesó Corvalán). Todos ellos despliegan la violencia de la cual los chilenos somos testigos.
Los pobres sí "pueden esperar", porque primero y antes que a ellos hay que darles el dinero público a los comunistas y demás extremistas.
El partido rojo sesiona en su sede de Vicuña Mackenna para discurrir la manera más apropiada de derrocar al régimen que se la ha cedido gratuitamente; y sus grupos de choque viven dedicados a subvertir el orden legal, aprovechándose de que en el país no existe autoridad que haga valer sus prerrogativas legales y constitucionales.
Si no fuera trágico sería risible.
jueves, 13 de octubre de 2011
Un País Sin Conciencia
El abogado Marcelo Elissalde ha investigado el negocio de los supuestos "exonerados" por el Gobierno Militar, que es uno de los forados más grandes que la Concertación ha perpetrado, y de los cuales ha profitado, en el patrimonio fiscal.
La gente común no tiene idea de la cantidad de dinero público que la izquierda sustrae para sus finalidades proselitistas. En estos días se ha inaugurado una sucursal del "Museo de la Memoria", en Osorno. Ese museo es una fabricación marxista para desfigurar la historia, que financian los contribuyentes chilenos. Lo fantástico de todo eso es que la extrema izquierda, que preparó e intentó en Chile la toma del poder por las armas, recibe ahora el aplauso y el reconocimiento como "víctima" de algunos de sus propios adversarios, hasta de derecha, que le dedican panegíricos al Museo de fachada de la izquierda otrora terrorista,para maquillar sus pecados contra la democracia y el pueblo chilenos.
El inventario de abusos que ha denunciado el abogado Elissalde queda sintetizado en una sola cifra, que hace palidecer las pérdidas del Transantiago, de Enap, de Ferrocarriles, generadas por las gestiones dispendiosas y corruptas de la centroizquierda mientras estuvo en el Gobierno: son mil setecientos millones de dólares que se han llevado los "exonerados".
Los contribuyentes chilenos le pagamos alrededor de 150 mil pesos mensuales a cada uno, por el solo hecho de que hayan sido despedidos durante el Gobierno Militar, pero muchos no lo habían sido.
El Partido Comunista aparece como una empresa en que fueron despedidos más de mil trabajadores. Lo mismo el Partido Socialista, con más de 600, y hasta el MIR, asociación ilícita terrorista, aparece habiendo sido declarado como una "empresa" por la Contraloría General de la República, lo que le permite al jefe guerrillero Andrés Pascal ser un "exonerado" y cobrar pensión por este capítulo.
Los exonerados-rentistas son, en este momento, 157 mil, y le cuestan al Estado chileno más de cien millones de dólares anuales. Pero la izquierda también recibe fondos estatales por indemnizaciones y pensiones a supuestos "ejecutados" y "torturados". Además, todos tienen beneficisos por concepto de becas de estudio y atención gratuita de salud.
Todo ello se acerca ya a los 300 millones de dólares anuales.
En 2007 el senador DC Hossain Sabag manifestó públicamente su extrañeza porque él estimaba que, en su región, había unos 16 mil exonerados. Sin embargo, resultó que se presentaron 200 mil solicitudes. Eso es un índice de lo que está siendo sustraído demás por los ardides concertacionistas.
Finalmente ha estallado el escándalo y el diputado Sergio Ojeda (DC), presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, ha terminado confesando que fue parte en la "fabricación" de "exonerados" imaginarios. Sometido a censura en la Comisión, ¡ella fue rechazada! por la mayoría concertacionista. Así es que el parlamentario, no sólo acusado, sino confeso de haber defraudado al fisco, ha sido confirmado en su cargo. ¡Ha recibido un espaldarazo moral de su coalición!
En este escándalo, en que decenas de miles de personas medran de los recursos fiscales indebidamente, sólo hay, hasta el momento, un procesado, ¡uno solo! de apellido Allendes, de la zona sur. Nadie más.
Hay procesos contra uniformados en que se ha sometido a proceso a veintenas de ellos y ya duran once o más años. Legalmente esas personas deberían estar libres, pero la justicia de izquierda las mantiene procesadas porque ése es el castigo que se le puede inferir a quienes son inocentes o legalmente exentos de responsabilidad penal, pero deben ser castigados políticamente. Yo escribí un libro en 1999 sobre "La Verdad del Juicio a Pinochet", probando su inocencia y la del general Arellano en el caso de la comitiva que encabezó este último. Ese proceso no se va a cerrar nunca, porque es tan ostensible la ilegalidad de las principales acusaciones que sería insostenible políticamente dictar sentencia reconociendo eso. Han pasado doce años y pasarán otros tantos sin que el proceso termine. Hay otros casos similares. ¡Qué distinto del caso exonerados, en que no procesan a casi nadie, pese a las evidencias!
Porque aquí la conveniencia política de la corriente dominante prevalece sobre la ética, la moral, la justicia y el derecho.
¿Tiene conciencia moral un país así?
La gente común no tiene idea de la cantidad de dinero público que la izquierda sustrae para sus finalidades proselitistas. En estos días se ha inaugurado una sucursal del "Museo de la Memoria", en Osorno. Ese museo es una fabricación marxista para desfigurar la historia, que financian los contribuyentes chilenos. Lo fantástico de todo eso es que la extrema izquierda, que preparó e intentó en Chile la toma del poder por las armas, recibe ahora el aplauso y el reconocimiento como "víctima" de algunos de sus propios adversarios, hasta de derecha, que le dedican panegíricos al Museo de fachada de la izquierda otrora terrorista,para maquillar sus pecados contra la democracia y el pueblo chilenos.
El inventario de abusos que ha denunciado el abogado Elissalde queda sintetizado en una sola cifra, que hace palidecer las pérdidas del Transantiago, de Enap, de Ferrocarriles, generadas por las gestiones dispendiosas y corruptas de la centroizquierda mientras estuvo en el Gobierno: son mil setecientos millones de dólares que se han llevado los "exonerados".
Los contribuyentes chilenos le pagamos alrededor de 150 mil pesos mensuales a cada uno, por el solo hecho de que hayan sido despedidos durante el Gobierno Militar, pero muchos no lo habían sido.
El Partido Comunista aparece como una empresa en que fueron despedidos más de mil trabajadores. Lo mismo el Partido Socialista, con más de 600, y hasta el MIR, asociación ilícita terrorista, aparece habiendo sido declarado como una "empresa" por la Contraloría General de la República, lo que le permite al jefe guerrillero Andrés Pascal ser un "exonerado" y cobrar pensión por este capítulo.
Los exonerados-rentistas son, en este momento, 157 mil, y le cuestan al Estado chileno más de cien millones de dólares anuales. Pero la izquierda también recibe fondos estatales por indemnizaciones y pensiones a supuestos "ejecutados" y "torturados". Además, todos tienen beneficisos por concepto de becas de estudio y atención gratuita de salud.
Todo ello se acerca ya a los 300 millones de dólares anuales.
En 2007 el senador DC Hossain Sabag manifestó públicamente su extrañeza porque él estimaba que, en su región, había unos 16 mil exonerados. Sin embargo, resultó que se presentaron 200 mil solicitudes. Eso es un índice de lo que está siendo sustraído demás por los ardides concertacionistas.
Finalmente ha estallado el escándalo y el diputado Sergio Ojeda (DC), presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, ha terminado confesando que fue parte en la "fabricación" de "exonerados" imaginarios. Sometido a censura en la Comisión, ¡ella fue rechazada! por la mayoría concertacionista. Así es que el parlamentario, no sólo acusado, sino confeso de haber defraudado al fisco, ha sido confirmado en su cargo. ¡Ha recibido un espaldarazo moral de su coalición!
En este escándalo, en que decenas de miles de personas medran de los recursos fiscales indebidamente, sólo hay, hasta el momento, un procesado, ¡uno solo! de apellido Allendes, de la zona sur. Nadie más.
Hay procesos contra uniformados en que se ha sometido a proceso a veintenas de ellos y ya duran once o más años. Legalmente esas personas deberían estar libres, pero la justicia de izquierda las mantiene procesadas porque ése es el castigo que se le puede inferir a quienes son inocentes o legalmente exentos de responsabilidad penal, pero deben ser castigados políticamente. Yo escribí un libro en 1999 sobre "La Verdad del Juicio a Pinochet", probando su inocencia y la del general Arellano en el caso de la comitiva que encabezó este último. Ese proceso no se va a cerrar nunca, porque es tan ostensible la ilegalidad de las principales acusaciones que sería insostenible políticamente dictar sentencia reconociendo eso. Han pasado doce años y pasarán otros tantos sin que el proceso termine. Hay otros casos similares. ¡Qué distinto del caso exonerados, en que no procesan a casi nadie, pese a las evidencias!
Porque aquí la conveniencia política de la corriente dominante prevalece sobre la ética, la moral, la justicia y el derecho.
¿Tiene conciencia moral un país así?
miércoles, 12 de octubre de 2011
La Tercera Anarquía se Anticipa
Un empresario norteamericano describía hace años a Chile como "un país que, cuando está al borde del desarrollo, se dispara en el pie". De este aforismo se colgó Álvaro Bardón para enunciar su ley de que "cada cuarenta años, Chile se pega un tiro en el pie": comienzos de los '30, comienzos de los 70 y, por tanto, correspondería que ahora nos diéramos el balazo. Y todo indica que lo estamos haciendo. Porque se oye cada locura...
Históricamente, también, cada cien años el país vive una anarquía. Los "pipiolos" o izquierdistas del siglo XIX la provocaron entre 1826 y 1830, hasta que llegó un estadista enérgico y conservador, Diego Portales, después de que el general Joaquín Prieto pusiera las cosas en su lugar, y reordenó al país, restableciendo la autoridad y el orden.
Cien años después, en los años '20 del siglo pasado, sobrevino una nueva anarquía, en 1925 y 1926. El general Ibáñez le puso transitorio término en 1927, pero fue depuesto en 1931 y entre ese año y el siguiente tuvimos nueve gobiernos, hasta que, finalmente, la derecha reordenó definitivamente al país y pudo gobernar hasta 1938, dejando restablecida la estabilidad republicana por los respectivos cuarenta años. Ahora estamos cerca de cumplir otros cuarenta de orden restablecido por el Gobierno Militar.
Y correspondía que en la próxima década sobreviniera la siguiente anarquía, pero parece que se ha anticipado. La estamos viviendo ahora. Parece que vamos a unificar los cuarenta años del disparo en el pie con los cien años entre anarquías. Vemos las cosas más insólitas. Todo se resuelve en el fragor de la violencia callejera. Las ideas se imponen a peñascazos. El "agente del cambio" es el cóctel molotov. No se aplican las leyes. La última transgresión ha sido la del artículo 15 de la Constitución, que dice: "Sólo podrá convocarse a votación popular para las elecciones y plebiscitos previstos en esta Constitución". Pero, en un acto abiertamente sedicioso, los dirigentes comunistas Jaime Gajardo y Camila Vallejo hicieron un plebiscito como si tal cosa y nadie les dijo ni hizo nada. Y van a ir a dejar a La Moneda los resultados, para que el Gobierno (como si hubiera alguno) tome nota y proceda en consecuencia.
Pues si hubiera gobierno, ahí mismo deberían tomarlos presos por sedición, pero seguramente el personaje que todos sabemos se va a retratar sonriente con ambos y los va a convidar a tomar té y dialogar.
Bueno, en esta nueva anarquía son tantos los que atropellan las leyes, son tan numerosos los establecimientos ilícitamente tomados, son varios centenares las sentencias ilegales dictadas impunemente por los jueces de izquierda, son tan públicos y notorios los actos de violencia impunes, que ya podemos concluir que no deberemos esperar hasta la segunda década del siglo.
No habiendo, pues, propiamente gobierno, concluimos que lo que hay es desgobierno. Por eso la encuesta de la Universidad Diego Portales, dada a conocer hoy, en la cual el régimen obtiene apenas un 21 por ciento de respaldo, revela notas rojas (bajo 4) en todos salvo uno de los aspectos de la labor gubernativa ("capacidad de representar a Chile en el extranjero", con 4,2). En particular, en "firmeza en la toma de decisiones", es decir, gobernar, recibe un 3,7 y reprueba.
Como es propio de una condición así, el régimen ha pasado a ser ya "un pato cojo", sin posibilidad de prolongarse en una sucesión afín, pues en la pregunta abierta sobre el próximo Presidente de la República Michelle Bachelet obtiene el 43,2 por ciento, contra 6,6 por ciento de Laurence Golborne. Mientras tanto, el 28,3 por ciento de los encuestados se inclina por un futuro gobierno de la Concertación, versus un 14,5 por ciento de la Alianza, un 9,1 por ciento de un "independiente" no precisado, y un 6,7 por ciento de Juntos Podemos, es decir, de los comunistas. Los que, sin embago y de acuerdo con todas las evidencias, son los que están mandando en el país, a la cabeza de la revolución que está teniendo lugar y de la cual nadie parece darse cuenta.
Lo que confirma la regla histórica de que siempre los comunistas, en las revoluciones, siendo una minoría pequeña, terminan haciéndose del poder.
Otro rasgo de la anarquía es que empieza a prender la idea de "empezar de cero", con una nueva Constitución", a pesar de que la actual ha sido ratificada una y otra vez por inmensas mayorías populares y de que ha sido convalidada por todos los sectores, hasta llegarse a que los originariamente más adversos a ella, como los socialistas, terminaran por apropiársela y aparecer suscribiéndola, como lo hiciera Ricardo Lagos a partir de 2005. No obstante, ahora leo en "La Segunda" que Camilo Escalona (PS) y Andrés Zaldívar (DC) han "lanzado la idea de constituir una comisión bicameral constituyente en el Congreso Nacional".
Esa ya sería la "guinda de la torta" o, en términos más autóctonos, y apenas comedidos, "la cueca sin ropa".
Históricamente, también, cada cien años el país vive una anarquía. Los "pipiolos" o izquierdistas del siglo XIX la provocaron entre 1826 y 1830, hasta que llegó un estadista enérgico y conservador, Diego Portales, después de que el general Joaquín Prieto pusiera las cosas en su lugar, y reordenó al país, restableciendo la autoridad y el orden.
Cien años después, en los años '20 del siglo pasado, sobrevino una nueva anarquía, en 1925 y 1926. El general Ibáñez le puso transitorio término en 1927, pero fue depuesto en 1931 y entre ese año y el siguiente tuvimos nueve gobiernos, hasta que, finalmente, la derecha reordenó definitivamente al país y pudo gobernar hasta 1938, dejando restablecida la estabilidad republicana por los respectivos cuarenta años. Ahora estamos cerca de cumplir otros cuarenta de orden restablecido por el Gobierno Militar.
Y correspondía que en la próxima década sobreviniera la siguiente anarquía, pero parece que se ha anticipado. La estamos viviendo ahora. Parece que vamos a unificar los cuarenta años del disparo en el pie con los cien años entre anarquías. Vemos las cosas más insólitas. Todo se resuelve en el fragor de la violencia callejera. Las ideas se imponen a peñascazos. El "agente del cambio" es el cóctel molotov. No se aplican las leyes. La última transgresión ha sido la del artículo 15 de la Constitución, que dice: "Sólo podrá convocarse a votación popular para las elecciones y plebiscitos previstos en esta Constitución". Pero, en un acto abiertamente sedicioso, los dirigentes comunistas Jaime Gajardo y Camila Vallejo hicieron un plebiscito como si tal cosa y nadie les dijo ni hizo nada. Y van a ir a dejar a La Moneda los resultados, para que el Gobierno (como si hubiera alguno) tome nota y proceda en consecuencia.
Pues si hubiera gobierno, ahí mismo deberían tomarlos presos por sedición, pero seguramente el personaje que todos sabemos se va a retratar sonriente con ambos y los va a convidar a tomar té y dialogar.
Bueno, en esta nueva anarquía son tantos los que atropellan las leyes, son tan numerosos los establecimientos ilícitamente tomados, son varios centenares las sentencias ilegales dictadas impunemente por los jueces de izquierda, son tan públicos y notorios los actos de violencia impunes, que ya podemos concluir que no deberemos esperar hasta la segunda década del siglo.
No habiendo, pues, propiamente gobierno, concluimos que lo que hay es desgobierno. Por eso la encuesta de la Universidad Diego Portales, dada a conocer hoy, en la cual el régimen obtiene apenas un 21 por ciento de respaldo, revela notas rojas (bajo 4) en todos salvo uno de los aspectos de la labor gubernativa ("capacidad de representar a Chile en el extranjero", con 4,2). En particular, en "firmeza en la toma de decisiones", es decir, gobernar, recibe un 3,7 y reprueba.
Como es propio de una condición así, el régimen ha pasado a ser ya "un pato cojo", sin posibilidad de prolongarse en una sucesión afín, pues en la pregunta abierta sobre el próximo Presidente de la República Michelle Bachelet obtiene el 43,2 por ciento, contra 6,6 por ciento de Laurence Golborne. Mientras tanto, el 28,3 por ciento de los encuestados se inclina por un futuro gobierno de la Concertación, versus un 14,5 por ciento de la Alianza, un 9,1 por ciento de un "independiente" no precisado, y un 6,7 por ciento de Juntos Podemos, es decir, de los comunistas. Los que, sin embago y de acuerdo con todas las evidencias, son los que están mandando en el país, a la cabeza de la revolución que está teniendo lugar y de la cual nadie parece darse cuenta.
Lo que confirma la regla histórica de que siempre los comunistas, en las revoluciones, siendo una minoría pequeña, terminan haciéndose del poder.
Otro rasgo de la anarquía es que empieza a prender la idea de "empezar de cero", con una nueva Constitución", a pesar de que la actual ha sido ratificada una y otra vez por inmensas mayorías populares y de que ha sido convalidada por todos los sectores, hasta llegarse a que los originariamente más adversos a ella, como los socialistas, terminaran por apropiársela y aparecer suscribiéndola, como lo hiciera Ricardo Lagos a partir de 2005. No obstante, ahora leo en "La Segunda" que Camilo Escalona (PS) y Andrés Zaldívar (DC) han "lanzado la idea de constituir una comisión bicameral constituyente en el Congreso Nacional".
Esa ya sería la "guinda de la torta" o, en términos más autóctonos, y apenas comedidos, "la cueca sin ropa".
lunes, 10 de octubre de 2011
El País Donde Mandan los Malos
Hoy a alrededor de las dos de la tarde, tras un frugal almuerzo, me senté a ver noticias en TVN. En pantalla aparecía la Alameda a la altura del cerro Santa Lucía, frente a la Biblioteca Nacional. Un cuarteto de enmascarados hacía grandes esfuerzos por derribar un letrero que no era culpable de nada, pues sólo pedía a los peatones cruzar con luz verde.
Lo zamarrreaban en todos los sentidos, pero sus pilares de fierro no cedían. ¿Cuánto cuesta un letrero así? Materiales y mano de obra, estoy seguro de que, por lo menos a mí, ningún maestro me lo hace por menos de cincuenta mil pesos. Pero ahì estaban los vándalos, impunes, rompiéndolo nada más que por hacer daño. Esos son los que hoy mandan, los invitados a "dialogar" a La Moneda.
"Seguramente son de alguna Coordinadora", me dije. No me equivocaba: había desfilado recién una Coordinadora mapuche. Es decir, la que agrupa y utiliza a los malos mapuches, porque la inmensa mayoría son buenos. Tan buenos que en la zona donde más mapuches hay Pinochet ganó el plebiscito de 1988. Fue la única región en que ganó. Cómo serían de buenos sus habitantes. Y justamente los jefes mapuches le rindieron homenaje al general y lo declararon "Ullmen F'ta Lonko", Gran Jefe Principal.
Pero aquí tenemos a la minoría de la Coordinadora comunista haciendo daño. Y nadie se lo impedía. Un distante y lánguido carro lanza-aguas tiraba melancólicos chorros que no mojaban a nadie.
¿Cómo puede ser que Chile quede entregado a los más malos? Estas cosas suceden cuando los buenos no hacen nada. Todos estos movimientos destructivos están encabezados por los comunistas, que tienen un título reconocido universalmente: han provocado cien millones de muertos. Bueno, yo he sumado todos los que documentó el "Libro Negro del Comunismo" y en rigor son 97 millones, pero todavía no han completado la tarea. Todavía puede haber otras revoluciones y pueden treparse a otros gobiernos. Siempre hay Kerenskys dispuestos a facilitarles el acceso.
Sin ir más lejos, en Chile ya están pidiendo adelantar la elección presidencial, porque creen que con la Camila la ganan, sobre todo si va a llevar como Ministro del Interior a ese prohombre de las grandes ideas, Jaime Gajardo.
¡Cómo se añora a Pinochet! Toda la gente me lo dice, gente a la cual, a su vez, se lo dicen cada vez más personas, especialmente los taxistas. Vox pópuli, vox Dei.
El desfile de hoy de los malos mapuches, los de las Coordinadoras, es tanto más injustificado cuanto que los regímenes populistas de los últimos dos decenios les han regalado tierras a granel, por miles de millones de pesos, sin otro mérito que habérselas tomado por la fuerza.
Ayer o anteayer comentaba en este blog el incendio en el sur de la casa recién terminada de la gobernadora Flor Weisse, reducida a cenizas tras haber costado 90 millones de pesos. Terroristas impunes. ¿La herencia de Michimalonco, que incendió y saqueó tantas veces Santiago, en el siglo XVI?
Leyendo la estupenda "Historia de Valdivia", del padre Gabriel Guarda, que si hubiera sido historiador de izquierda habría recibido los más desmesurados homenajes (¿vieron, entre paréntesis, los titulares a cuatro columnas ensalzando la obra del mediocre escritor comunista José Miguel Varas?), me enteré de que Valdivia, la ciudad de mis antepasados paternos, en el siglo XVI llegó a ser más poblada y más importante que Santiago y que Buenos Aires en la misma época, por su ubicación y naturaleza privilegiadas y la industriosidad de su gente. Hasta que los antecesores de las Coordinadoras simplemente la destruyeron, la arrasaron. Nunca volvió a ser la misma.
¿Le pasará lo mismo a Santiago... o a Chile? ¿Cómo podemos haber caído tan bajo? Yo les voy a decir cómo, de nuevo: con buenos que son pusilánimes, Kerenskys que son populistas y malos dispuestos a todo.
Lo zamarrreaban en todos los sentidos, pero sus pilares de fierro no cedían. ¿Cuánto cuesta un letrero así? Materiales y mano de obra, estoy seguro de que, por lo menos a mí, ningún maestro me lo hace por menos de cincuenta mil pesos. Pero ahì estaban los vándalos, impunes, rompiéndolo nada más que por hacer daño. Esos son los que hoy mandan, los invitados a "dialogar" a La Moneda.
"Seguramente son de alguna Coordinadora", me dije. No me equivocaba: había desfilado recién una Coordinadora mapuche. Es decir, la que agrupa y utiliza a los malos mapuches, porque la inmensa mayoría son buenos. Tan buenos que en la zona donde más mapuches hay Pinochet ganó el plebiscito de 1988. Fue la única región en que ganó. Cómo serían de buenos sus habitantes. Y justamente los jefes mapuches le rindieron homenaje al general y lo declararon "Ullmen F'ta Lonko", Gran Jefe Principal.
Pero aquí tenemos a la minoría de la Coordinadora comunista haciendo daño. Y nadie se lo impedía. Un distante y lánguido carro lanza-aguas tiraba melancólicos chorros que no mojaban a nadie.
¿Cómo puede ser que Chile quede entregado a los más malos? Estas cosas suceden cuando los buenos no hacen nada. Todos estos movimientos destructivos están encabezados por los comunistas, que tienen un título reconocido universalmente: han provocado cien millones de muertos. Bueno, yo he sumado todos los que documentó el "Libro Negro del Comunismo" y en rigor son 97 millones, pero todavía no han completado la tarea. Todavía puede haber otras revoluciones y pueden treparse a otros gobiernos. Siempre hay Kerenskys dispuestos a facilitarles el acceso.
Sin ir más lejos, en Chile ya están pidiendo adelantar la elección presidencial, porque creen que con la Camila la ganan, sobre todo si va a llevar como Ministro del Interior a ese prohombre de las grandes ideas, Jaime Gajardo.
¡Cómo se añora a Pinochet! Toda la gente me lo dice, gente a la cual, a su vez, se lo dicen cada vez más personas, especialmente los taxistas. Vox pópuli, vox Dei.
El desfile de hoy de los malos mapuches, los de las Coordinadoras, es tanto más injustificado cuanto que los regímenes populistas de los últimos dos decenios les han regalado tierras a granel, por miles de millones de pesos, sin otro mérito que habérselas tomado por la fuerza.
Ayer o anteayer comentaba en este blog el incendio en el sur de la casa recién terminada de la gobernadora Flor Weisse, reducida a cenizas tras haber costado 90 millones de pesos. Terroristas impunes. ¿La herencia de Michimalonco, que incendió y saqueó tantas veces Santiago, en el siglo XVI?
Leyendo la estupenda "Historia de Valdivia", del padre Gabriel Guarda, que si hubiera sido historiador de izquierda habría recibido los más desmesurados homenajes (¿vieron, entre paréntesis, los titulares a cuatro columnas ensalzando la obra del mediocre escritor comunista José Miguel Varas?), me enteré de que Valdivia, la ciudad de mis antepasados paternos, en el siglo XVI llegó a ser más poblada y más importante que Santiago y que Buenos Aires en la misma época, por su ubicación y naturaleza privilegiadas y la industriosidad de su gente. Hasta que los antecesores de las Coordinadoras simplemente la destruyeron, la arrasaron. Nunca volvió a ser la misma.
¿Le pasará lo mismo a Santiago... o a Chile? ¿Cómo podemos haber caído tan bajo? Yo les voy a decir cómo, de nuevo: con buenos que son pusilánimes, Kerenskys que son populistas y malos dispuestos a todo.
domingo, 9 de octubre de 2011
El Camino de la Ingobernabilidad
Cuando yo creía que en Chile había un Gobierno, por deficiente que lo encontrara, pronostiqué que las paralizaciones estudiantiles pasarían sin mayores consecuencias. Porque partía de la base de que las primeras tomas de establecimientos no serían permitidas y se reanudarían las clases, previas sanciones ejemplarizadoras a los autores de ilícitos, que los dejarían sin ganas de reincidir.
Me equivoqué, porque no había tal Gobierno. Cometer ilicitudes no acarreaba consecuencias. Cualquiera podía hacer cualquier cosa. Hasta treparse impunemente, como anteayer, a los balcones de La Moneda.
En Chile es un delito "arrancar resoluciones a la autoridad por medio de la fuerza". Ese delito está sancionado en el Código Penal, artículo 126, con reclusión de hasta cinco años. Pero acá se tomaron innumerables establecimientos, como medida de fuerza, para arrancar resoluciones a la autoridad, y ésta ni siquiera interpuso una querella, ni menos procedió a los desalojos pertinentes.
Entonces le avisé, a través de este mismo blog, al Gobierno, que estaba en curso una revolución, y que la encabezaba el Partido Comunista. Pero el Gobierno seguramente no leyó ese blog y, por tanto, no hizo nada de lo que debería haber hecho. Al contrario, abrió un "diálogo" para discutir los términos de su rendición ante los revolucionarios. Pero éstos quieren una rendición incondicional, así es que rompieron las conversaciones.
Entonces la revolución sigue su curso, como era de preverlo, porque no tiene oposición: leo en "El Mercurio", C 6, que los revolucionarios acentuarán las ilegalidades este mes de octubre. Habrá paro nacional el 18 y 19.
El presidente comunista del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, pide un "plebiscito vinculante", que debe ser establecido por una reforma constitucional, pues se vive, dice, un estado de ingobernabilidad en el país. O sea, está incurriendo precisamente en la conducta sancionada por el art. 126 del Código Penal: arrancar por la fuerza de las tomas y las movilizaciones una resolución de las autoridades. Pero aquí, reitero, ya los delitos no se castigan.
Y por su parte la directiva, también comunista, de los estudiantes, se reunió en Valdivia. Después de echar de la sala a un dirigente estudiantil de Renovación Nacional, durante nueve horas analizaron qué va a ser de este país. Dice "El Mercurio": "También se planteó ocupar espacios públicos estratégicos e, incluso, surgió la idea de solicitar el adelanto de las elecciones presidenciales".
¡Procurarán que este Gobierno ni siquiera pueda terminar su período!
¿Volverá el Presidente a llamarlos a La Moneda para dialogar sobre esta "legítima aspiración de los estudiantes"? Porque aquí la autoridad ya está tan debilitada que encuentra "legítimas" hasta las más disparatadas pretensiones de los que se han confabulado para derrocarla.
¿Querían los chilenos saber cuál es el recorrido del camino de la ingobernabilidad? Pues, limítense a leer los diarios.
Me equivoqué, porque no había tal Gobierno. Cometer ilicitudes no acarreaba consecuencias. Cualquiera podía hacer cualquier cosa. Hasta treparse impunemente, como anteayer, a los balcones de La Moneda.
En Chile es un delito "arrancar resoluciones a la autoridad por medio de la fuerza". Ese delito está sancionado en el Código Penal, artículo 126, con reclusión de hasta cinco años. Pero acá se tomaron innumerables establecimientos, como medida de fuerza, para arrancar resoluciones a la autoridad, y ésta ni siquiera interpuso una querella, ni menos procedió a los desalojos pertinentes.
Entonces le avisé, a través de este mismo blog, al Gobierno, que estaba en curso una revolución, y que la encabezaba el Partido Comunista. Pero el Gobierno seguramente no leyó ese blog y, por tanto, no hizo nada de lo que debería haber hecho. Al contrario, abrió un "diálogo" para discutir los términos de su rendición ante los revolucionarios. Pero éstos quieren una rendición incondicional, así es que rompieron las conversaciones.
Entonces la revolución sigue su curso, como era de preverlo, porque no tiene oposición: leo en "El Mercurio", C 6, que los revolucionarios acentuarán las ilegalidades este mes de octubre. Habrá paro nacional el 18 y 19.
El presidente comunista del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, pide un "plebiscito vinculante", que debe ser establecido por una reforma constitucional, pues se vive, dice, un estado de ingobernabilidad en el país. O sea, está incurriendo precisamente en la conducta sancionada por el art. 126 del Código Penal: arrancar por la fuerza de las tomas y las movilizaciones una resolución de las autoridades. Pero aquí, reitero, ya los delitos no se castigan.
Y por su parte la directiva, también comunista, de los estudiantes, se reunió en Valdivia. Después de echar de la sala a un dirigente estudiantil de Renovación Nacional, durante nueve horas analizaron qué va a ser de este país. Dice "El Mercurio": "También se planteó ocupar espacios públicos estratégicos e, incluso, surgió la idea de solicitar el adelanto de las elecciones presidenciales".
¡Procurarán que este Gobierno ni siquiera pueda terminar su período!
¿Volverá el Presidente a llamarlos a La Moneda para dialogar sobre esta "legítima aspiración de los estudiantes"? Porque aquí la autoridad ya está tan debilitada que encuentra "legítimas" hasta las más disparatadas pretensiones de los que se han confabulado para derrocarla.
¿Querían los chilenos saber cuál es el recorrido del camino de la ingobernabilidad? Pues, limítense a leer los diarios.
sábado, 8 de octubre de 2011
Tal Vez No Debería Leer el Diario
Uno de mis vicios es el de leer los diarios. No he podido satisfacerlo bien últimamente porque, en medio del desgobierno general (definición de gobernar: preocuparse de que se apliquen las leyes), hasta los diarios han comenzado a llegar más tarde. Supongo que todas las disciplinas se han relajado. Los estudiantes se han tomado los colegios, con la complicidad de los profesores (llamados a inculcarles disciplina); los jueces no aplican las leyes; los gobernantes no las invocan; el pobre Alcalde Labbé, el único que intentó hacerlo, aparece denostado y aislado, un "hijo de la dictadura" que, en medio de su delirio de crueldad, quería que los estudiantes volvieran a clases; dos jugadores del seleccionado de fútbol son acusados de ir a un último entrenamiento, antes de la última derrota, con hálito alcohólico.
Se ha perdido completamente el sentido del orden y la autoridad. Por lo menos a mí me queda un último baluarte, mi hogar, donde todavía el desayuno se me sirve a las siete. Declaro que defenderé la vigencia de esa norma hasta las últimas consecuencias.
Pues leo los diarios tomando el desayuno, aunque se me indigeste. Una vez leí que un siquiatra aconsejaba a su paciente que si le hacía mal leer el diario, dejara de hacerlo. Pero yo no puedo. Confieso que soy adicto. Entonces leí hoy el artículo del Ministro del Interior explicando su proyecto que penaliza las usurpaciones de colegios, los destrozos en la vía pública, las alteraciones del orden. Pero ¿que ninguna de esas cosas estaba penalizada antes? ¡No, lo estaban todas! Lo que sucede es que ya no es políticamente correcto aplicar algunas leyes vigentes, como la de Seguridad del Estado, que sanciona todas esas conductas. Entonces la autoridad política débil busca, mediante una nueva ley, hacer políticamente correcto velar por el orden público.
¿No es absurdo todo esto? Por supuesto, claro que lo es, pero éste se ha convertido en el país del absurdo.
Sigo leyendo el diario y me entero de que doña Flor Weisse, gobernadora de Arauco, y su marido, don Pedro Durán, construyeron una casa a orillas de la laguna Butaco, a un costo de 90 millones de pesos. Entonces, cuando estuvo lista y a punto de ocuparse, una madrugada llegaron los guerrilleros que operan, como en territorio propio, en la zona de Arauco, e incendiaron la nueva casa, hasta dejarla reducida a cenizas. La foto de las cenizas viene en el diario.
Como los guerrilleros saben que gozan de impunidad, mandaron una carta a los medios de comunicación, diciendo que la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), se responsabiliza del incendio. Todo lo que se llame "Coordinadora" es comunista y el comunismo goza de fuero en Chile. ¿Debo repetir los homenajes que le ha rendido el Presidente? No, hoy no, porque lo hice ayer.
Todo el mundo sabe quiénes son los de la CAM, pero nadie les hace ni les hará nada. En julio, hace poco más de dos meses, incendiaron cuatro valiosos camiones forestales. ¿Hay algún reo por eso? Ninguno, pese a que la CAM le comunicó entonces al país que había sido ella la autora del atentado incendiario terrorista.
Entonces ¿para qué dictar nuevas leyes, si no se aplican?
Sigo leyendo el diario y me entero de que el ministro sumariante Alejandro Solís, cuya "dedicación exclusiva" es a condenar a uniformados en retiro burlando las leyes y la verdad de los hechos, ahora les ha impuesto a cuatro de ellos otra nueva condena de quince años de presidio. Son ex funcionarios de la DINA, y se les atribuye mantener secuestrado hasta hoy a un dirigente mirista, desde el 24 de mayo de 1974.
Obviamente, eso no es verdad, porque esos militares presos no podrían haber mantenido secuestrado a un terrorista durante 37 años, sobre todo si en los últimos diez o más han estado presos. ¿Cómo Gendarmería no se ha enterado de que tienen a un mirista secuestrado dentro del penal? (Risas).
Por supuesto, todos sabemos que el juez Solís falta a la verdad, no aplica las leyes de amnistía y prescripción ni la presunción de inocencia ni las normas básicas del debido proceso, como las que regulan las pruebas. Pero a nadie le importa. Él es un juez de izquierda y acá manda la izquierda. Puede prevaricar tranquilo.
En el penal Cordillera el brigadier (r) Miguel Krassnoff recibirá esta enésima condena sin base y, también, sólo sonreirá. Está acostumbrado. Lleva demasiados años preso por delitos que no ha cometido. Peor aún, que no sólo no ha cometido y por tanto le ampara la presunción de inocencia, sino porque EN CADA EXPEDIENTE ESTÁ PROBADA SU INOCENCIA. ¿Ustedes no lo pueden creer? Vayan a ver el expediente de este caso: ahí está probado que el entonces teniente Krassnoff fue asignado a la DINA como analista de inteligencia a fines de julio de 1974. Y, sin embargo, se le condena a 15 años por haber secuestrado al mirista Reyes González el 24 de mayo de 1974, antes de ingresar a la DINA y cuando servía en otra repartición del Ejército. ¿Por qué lo condena entonces el juez Solís? Yo les voy a decir: porque Krassnoff encontró a Miguel Enríquez en su guarida de calle Santa Fe 725 de San Miguel, donde golpeó la puerta y se le respondió con una ráfaga, de la cual se libró sólo gracias a que el sargento de Carabineros que lo acompañaba, Rufino Jaime Astorga, oyó amartillar la metralleta tras la puerta y lo empujó arrojándolo al suelo y salvándole la vida. (Ver detalle del episodio en el diario Digital "Chile Informa" de ayer).
Ambos, Krassnoff y Jaime, recibieron la Medalla al Valor. Y Chile le está pagando a Krassnoff este servicio social de protección contra el terrorismo y la violencia con años y más años de presidio que le imponen jueces de izquierda y prevaricadores.
¿Vale la pena leer el diario?
Tal vez no, si es para enterarse de la miseria de país en que nos han convertido los políticos de todos los colores.
Se ha perdido completamente el sentido del orden y la autoridad. Por lo menos a mí me queda un último baluarte, mi hogar, donde todavía el desayuno se me sirve a las siete. Declaro que defenderé la vigencia de esa norma hasta las últimas consecuencias.
Pues leo los diarios tomando el desayuno, aunque se me indigeste. Una vez leí que un siquiatra aconsejaba a su paciente que si le hacía mal leer el diario, dejara de hacerlo. Pero yo no puedo. Confieso que soy adicto. Entonces leí hoy el artículo del Ministro del Interior explicando su proyecto que penaliza las usurpaciones de colegios, los destrozos en la vía pública, las alteraciones del orden. Pero ¿que ninguna de esas cosas estaba penalizada antes? ¡No, lo estaban todas! Lo que sucede es que ya no es políticamente correcto aplicar algunas leyes vigentes, como la de Seguridad del Estado, que sanciona todas esas conductas. Entonces la autoridad política débil busca, mediante una nueva ley, hacer políticamente correcto velar por el orden público.
¿No es absurdo todo esto? Por supuesto, claro que lo es, pero éste se ha convertido en el país del absurdo.
Sigo leyendo el diario y me entero de que doña Flor Weisse, gobernadora de Arauco, y su marido, don Pedro Durán, construyeron una casa a orillas de la laguna Butaco, a un costo de 90 millones de pesos. Entonces, cuando estuvo lista y a punto de ocuparse, una madrugada llegaron los guerrilleros que operan, como en territorio propio, en la zona de Arauco, e incendiaron la nueva casa, hasta dejarla reducida a cenizas. La foto de las cenizas viene en el diario.
Como los guerrilleros saben que gozan de impunidad, mandaron una carta a los medios de comunicación, diciendo que la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), se responsabiliza del incendio. Todo lo que se llame "Coordinadora" es comunista y el comunismo goza de fuero en Chile. ¿Debo repetir los homenajes que le ha rendido el Presidente? No, hoy no, porque lo hice ayer.
Todo el mundo sabe quiénes son los de la CAM, pero nadie les hace ni les hará nada. En julio, hace poco más de dos meses, incendiaron cuatro valiosos camiones forestales. ¿Hay algún reo por eso? Ninguno, pese a que la CAM le comunicó entonces al país que había sido ella la autora del atentado incendiario terrorista.
Entonces ¿para qué dictar nuevas leyes, si no se aplican?
Sigo leyendo el diario y me entero de que el ministro sumariante Alejandro Solís, cuya "dedicación exclusiva" es a condenar a uniformados en retiro burlando las leyes y la verdad de los hechos, ahora les ha impuesto a cuatro de ellos otra nueva condena de quince años de presidio. Son ex funcionarios de la DINA, y se les atribuye mantener secuestrado hasta hoy a un dirigente mirista, desde el 24 de mayo de 1974.
Obviamente, eso no es verdad, porque esos militares presos no podrían haber mantenido secuestrado a un terrorista durante 37 años, sobre todo si en los últimos diez o más han estado presos. ¿Cómo Gendarmería no se ha enterado de que tienen a un mirista secuestrado dentro del penal? (Risas).
Por supuesto, todos sabemos que el juez Solís falta a la verdad, no aplica las leyes de amnistía y prescripción ni la presunción de inocencia ni las normas básicas del debido proceso, como las que regulan las pruebas. Pero a nadie le importa. Él es un juez de izquierda y acá manda la izquierda. Puede prevaricar tranquilo.
En el penal Cordillera el brigadier (r) Miguel Krassnoff recibirá esta enésima condena sin base y, también, sólo sonreirá. Está acostumbrado. Lleva demasiados años preso por delitos que no ha cometido. Peor aún, que no sólo no ha cometido y por tanto le ampara la presunción de inocencia, sino porque EN CADA EXPEDIENTE ESTÁ PROBADA SU INOCENCIA. ¿Ustedes no lo pueden creer? Vayan a ver el expediente de este caso: ahí está probado que el entonces teniente Krassnoff fue asignado a la DINA como analista de inteligencia a fines de julio de 1974. Y, sin embargo, se le condena a 15 años por haber secuestrado al mirista Reyes González el 24 de mayo de 1974, antes de ingresar a la DINA y cuando servía en otra repartición del Ejército. ¿Por qué lo condena entonces el juez Solís? Yo les voy a decir: porque Krassnoff encontró a Miguel Enríquez en su guarida de calle Santa Fe 725 de San Miguel, donde golpeó la puerta y se le respondió con una ráfaga, de la cual se libró sólo gracias a que el sargento de Carabineros que lo acompañaba, Rufino Jaime Astorga, oyó amartillar la metralleta tras la puerta y lo empujó arrojándolo al suelo y salvándole la vida. (Ver detalle del episodio en el diario Digital "Chile Informa" de ayer).
Ambos, Krassnoff y Jaime, recibieron la Medalla al Valor. Y Chile le está pagando a Krassnoff este servicio social de protección contra el terrorismo y la violencia con años y más años de presidio que le imponen jueces de izquierda y prevaricadores.
¿Vale la pena leer el diario?
Tal vez no, si es para enterarse de la miseria de país en que nos han convertido los políticos de todos los colores.
viernes, 7 de octubre de 2011
Un Gobierno en Bandeja Para la Izquierda
La siguiente es la frase más importante de este blog: "Cuando Michelle Bachelet asuma su segunda presidencia, va a haber recibido un mandato izquierdista indubitable, pues bajo el gobierno de su antecesor se va a haber registrado un triunfo ideológico muy importante del comunismo, con una mayoría de opinión apoyando las demandas de los dirigentes comunistas y socialistas de la enseñanza, para consagrar el monopolio educacional del Estado, la prohibición del lucro, la renacionalización del cobre y un nuevo aumento de los impuestos. En el ADN de Michelle siempre estuvo todo eso, pero cuando fue Presidenta, por prudencia, no hizo casi nada de eso. Sin embargo ahora, bajo el gobierno de su antecesor, se ha probado a través de las encuestas que, precisamente, todo eso es lo que quiere la mayoría de la gente, de modo que, entonces, cuando ella triunfe y asuma en 2014, simplemente lo va a hacer".
Dicho lo anterior, recapitulo: en el ADN de los DC (considero que nuestro Presidente actual es portador de ese ADN) está la noción de que se debe hacer lo que predican los comunistas. Estos últimos lo han sabido siempre. Por eso Luis Corvalán, secretario general del PC, les recomendaba a sus correligionario y aliados, bajo el gobierno de Frei Montalva, en los '60: "Presiónenlos, presiónenlos, hasta que hagan lo que nosotros decimos".
Y los DC lo hicieron y así pavimentaron el camino del comunismo al poder, liderado por Allende.
Ahora el espíritu de Corvalán, ya fallecido, les dice lo mismo a las nuevas generaciones comunistas. Y éstas siguen su consejo: presionan y presionan, hasta que el Gobierno termina haciendo lo que ellos quieren.
En realidad, este gobierno desde un comienzo hizo lo que ellos querían, pues el Presidente Piñera lo primero que hizo tras asumir fue hacerles un gran regalo a los comunistas y subió numerosos impuestos: el royalty minero, que es del enorme agrado de los comunistas; el impuesto a las empresas, el impuesto al ahorro, el impuesto a los bienes raíces y, muy en particular, a algo que los comunistas siempre han odiado: el DFL 2, que por cincuenta años había hecho propietarios de los proletarios. Todo lo hizo el actual Presidente buscando las sonrisas del comunismo.
Pero, a pesar de ello, éste decidió venírsele con todo encima este año. Le organizó la violencia estudiantil extrema, en la certeza de que en el ADN de los DC está el no atreverse a imponer la autoridad de la ley sino, al contrario, tratar siempre de complacerlos (recuérdense los homenajes de Piñera al entonces recién fallecido Volodia Teitelboim, sus ayudas a Gladys Marín, sus invitaciones a los parlamentarios comunistas). Está en su ADN.
Entonces, cuando fueron usurpados los primeros liceos, no los mandó desalojar. Resultado: se los tomaron casi todos y muchas universidades también. Yo creo que el rector de la U ya ni siquiera recuerda dónde queda su oficina, pues lleva tomada casi medio año.
Los extremistas se toman todo y no les pasa nada. Le tomaron la oficina al Ministro de Educación y no les pasó nada. Anteayer se treparon a numerosos balcones de La Moneda y, cuando se aburrieron, se bajaron, y tampoco les pasó nada. Porque los comunistas saben con quién están tratando.
Y después de saquear, apedrear, incendiar y agredir a carabineros una y otra vez sin que haya detenidos ¿qué hizo el Presidente? ¡Los invitó a La Moneda a dialogar! Al cabo, les fue diciendo que sí, total o parcialmente, a la mayoría de las peticiones comunistas, pero los dirigentes estudiantiles dieron por fracasado el diálogo. ¡Porque ya ganaron!
Van a devolver los colegios y universidades cuando ellos quieran, pues ya probaron que el Gobierno no es capaz de recuperarlos. Y han conseguido que la opinión pública respalde, con una mayoría de casi un 80 por ciento, sus peticiones.
Y todo esto va a culminar con una Presidencia de ellos.
¿Ven ustedes por qué yo decía que no se debía votar por Piñera? Porque lo único que iba a hacer era lo que estaba en su ADN, que es DC: pavimentarle el camino a la izquierda.
Y así no más ha sido y va a ser.
Dicho lo anterior, recapitulo: en el ADN de los DC (considero que nuestro Presidente actual es portador de ese ADN) está la noción de que se debe hacer lo que predican los comunistas. Estos últimos lo han sabido siempre. Por eso Luis Corvalán, secretario general del PC, les recomendaba a sus correligionario y aliados, bajo el gobierno de Frei Montalva, en los '60: "Presiónenlos, presiónenlos, hasta que hagan lo que nosotros decimos".
Y los DC lo hicieron y así pavimentaron el camino del comunismo al poder, liderado por Allende.
Ahora el espíritu de Corvalán, ya fallecido, les dice lo mismo a las nuevas generaciones comunistas. Y éstas siguen su consejo: presionan y presionan, hasta que el Gobierno termina haciendo lo que ellos quieren.
En realidad, este gobierno desde un comienzo hizo lo que ellos querían, pues el Presidente Piñera lo primero que hizo tras asumir fue hacerles un gran regalo a los comunistas y subió numerosos impuestos: el royalty minero, que es del enorme agrado de los comunistas; el impuesto a las empresas, el impuesto al ahorro, el impuesto a los bienes raíces y, muy en particular, a algo que los comunistas siempre han odiado: el DFL 2, que por cincuenta años había hecho propietarios de los proletarios. Todo lo hizo el actual Presidente buscando las sonrisas del comunismo.
Pero, a pesar de ello, éste decidió venírsele con todo encima este año. Le organizó la violencia estudiantil extrema, en la certeza de que en el ADN de los DC está el no atreverse a imponer la autoridad de la ley sino, al contrario, tratar siempre de complacerlos (recuérdense los homenajes de Piñera al entonces recién fallecido Volodia Teitelboim, sus ayudas a Gladys Marín, sus invitaciones a los parlamentarios comunistas). Está en su ADN.
Entonces, cuando fueron usurpados los primeros liceos, no los mandó desalojar. Resultado: se los tomaron casi todos y muchas universidades también. Yo creo que el rector de la U ya ni siquiera recuerda dónde queda su oficina, pues lleva tomada casi medio año.
Los extremistas se toman todo y no les pasa nada. Le tomaron la oficina al Ministro de Educación y no les pasó nada. Anteayer se treparon a numerosos balcones de La Moneda y, cuando se aburrieron, se bajaron, y tampoco les pasó nada. Porque los comunistas saben con quién están tratando.
Y después de saquear, apedrear, incendiar y agredir a carabineros una y otra vez sin que haya detenidos ¿qué hizo el Presidente? ¡Los invitó a La Moneda a dialogar! Al cabo, les fue diciendo que sí, total o parcialmente, a la mayoría de las peticiones comunistas, pero los dirigentes estudiantiles dieron por fracasado el diálogo. ¡Porque ya ganaron!
Van a devolver los colegios y universidades cuando ellos quieran, pues ya probaron que el Gobierno no es capaz de recuperarlos. Y han conseguido que la opinión pública respalde, con una mayoría de casi un 80 por ciento, sus peticiones.
Y todo esto va a culminar con una Presidencia de ellos.
¿Ven ustedes por qué yo decía que no se debía votar por Piñera? Porque lo único que iba a hacer era lo que estaba en su ADN, que es DC: pavimentarle el camino a la izquierda.
Y así no más ha sido y va a ser.
jueves, 6 de octubre de 2011
Lo Que Quiere la Mayoría
El lema de los dirigentes estudiantiles, "educación gratuita, de calidad y sin fines de lucro", tiene entre 70 y 80 % de apoyo de la opinión pública. Los dos principales entre dichos dirigentes son Camila Vallejo, comunista, y Giorgio Jackson, socialista. En Chile, por años, se ha discutido si los socialistas están o no a la izquierda de los comunistas. Pero ahora esa discusión es ociosa, porque en este caso el PC y el PS están en la misma posición.
El problema es que esa consigna, que tiene tanta fuerza popular, es un completo disparate. Pero esto nunca ha sido óbice para que una idea adquiera una fuerza incontrarrestable. Hoy todo el mundo está de acuerdo en que la ideología de Adolfo Hitler era un completo disparate, pero en un momento dado tuvo un respaldo mayoritario incontrarrestable en una nación tan culta como Alemania. También la historia demostró que el marxismo-leninismo, o comunismo soviético, era un completo disparate, pero el mundo demoró setenta años en darse cuenta y cuando lo hizo había pagado un costo de cien millones de vidas.
Demostrar que "educación gratuita, de calidad y sin fines de lucro" es un completo disparate no cuesta nada. Porque al ser gratuita y no admitir el lucro no puede ser desarrollada por particulares, dado que éstos deben ganarse la vida, es decir, deben obtener un excedente (lucro) sobre lo que invierten en cualquier cosa que hagan. Luego, la referida educación gratuita la tiene que entregar sólo el Estado. Y en Chile es evidente que el Estado es el que educa peor. Tan mal educa que los profesores estatales se niegan a someterse a procesos de evaluación, y eligen como su presidente a un comunista, Jaime Gajardo, seguramente porque él se opone a la evaluación docente.
Luego, "educación gratuita, de calidad y sin fines de lucro" representa una triple contradicción en los términos, porque si es gratuita la debe entregar el Estado y, por tanto, no puede ser de calidad. Y tampoco puede ser de calidad y sin fines de lucro, porque es el lucro el que la abre a la competencia y la competencia es la mejor garantía de calidad.
Sintetizando: si es gratuita, no puede ser de calidad, porque debe ser estatal. Si es de calidad, debe tener fines de lucro, porque éste genera competencia, que es la garantía de calidad. Y si debe tener fines de lucro, no puede ser estatal ni gratuita.
En Chile el Estado gastará en 2012, según el Presupuesto en discusión, alrededor de 11 mil 500 millones de dólares en educación. Si le diera todo ese dinero a las familias pobres para financiar la educación de sus hijos, los jefes de hogares pobres recibirían 250 mil pesos mensuales por cada hijo para pagar colegios y universidades.
Y esa educación sería, entonces, sin costo para los pobres, lo que es de igual beneficio para ellos que si fuera gratuita; sería de calidad, porque habría libre competencia entre instituciones de enseñanza; y tendría fines de lucro, que garantizarían que muchas personas capaces resolvieran dedicarse a la enseñanza para obtener un beneficio.
Y, por último, ésa es la receta propia de una sociedad de personas libres.
O sea, es una receta de derecha. Pero, como no tenemos un gobierno de derecha ni, menos, una oposición de derecha, la receta educacional de la sociedad libre no tiene caso.
De modo que el país "dialoga" y "debate" exclusivamente a partir de una consigna comunista, es decir, disparatada y totalitaria, aparte de que nadie ha elegido a los comunistas para gobernar.
¿No es absurdo? Y esa consigna tiene un apoyo masivo y mayoritario. Y la levanta una ideología que el mundo ha arrojado al basurero de la historia. Y, todavía peor, aparte de sustentarse en la infinita ignorancia y superficialidad de la gente, también se apoya en la fuerza ilícita, representada por las tomas de establecimientos, los saqueos, los daños a comercios y propiedades, los ataques a policías y sus caballos y los desórdenes callejeros que impiden la normalidad ciudadana. Pero todo eso asusta a gobernantes y parlamentarios, que son avasallados. Bolchevismo puro, que siempre puede contar con la blandura de los kerenskys.
Bueno, ¿en qué va a terminar todo esto? En lo mismo que en 2006: más socialismo, más gasto en burocracia estatal, insuficiente progreso en educación y, en esta pasada, un gran daño a la presencia privada en la enseñanza superior, pues, contrariando la Constitución, se penalizará el lucro en ese nivel y, por tanto, las inversiones en él se reducirán.
Ser "tontos útiles" en manos del comunismo nunca ha sido un buen negocio para los habitantes de ningún país. Tampoco lo será esta vez para Chile.
El problema es que esa consigna, que tiene tanta fuerza popular, es un completo disparate. Pero esto nunca ha sido óbice para que una idea adquiera una fuerza incontrarrestable. Hoy todo el mundo está de acuerdo en que la ideología de Adolfo Hitler era un completo disparate, pero en un momento dado tuvo un respaldo mayoritario incontrarrestable en una nación tan culta como Alemania. También la historia demostró que el marxismo-leninismo, o comunismo soviético, era un completo disparate, pero el mundo demoró setenta años en darse cuenta y cuando lo hizo había pagado un costo de cien millones de vidas.
Demostrar que "educación gratuita, de calidad y sin fines de lucro" es un completo disparate no cuesta nada. Porque al ser gratuita y no admitir el lucro no puede ser desarrollada por particulares, dado que éstos deben ganarse la vida, es decir, deben obtener un excedente (lucro) sobre lo que invierten en cualquier cosa que hagan. Luego, la referida educación gratuita la tiene que entregar sólo el Estado. Y en Chile es evidente que el Estado es el que educa peor. Tan mal educa que los profesores estatales se niegan a someterse a procesos de evaluación, y eligen como su presidente a un comunista, Jaime Gajardo, seguramente porque él se opone a la evaluación docente.
Luego, "educación gratuita, de calidad y sin fines de lucro" representa una triple contradicción en los términos, porque si es gratuita la debe entregar el Estado y, por tanto, no puede ser de calidad. Y tampoco puede ser de calidad y sin fines de lucro, porque es el lucro el que la abre a la competencia y la competencia es la mejor garantía de calidad.
Sintetizando: si es gratuita, no puede ser de calidad, porque debe ser estatal. Si es de calidad, debe tener fines de lucro, porque éste genera competencia, que es la garantía de calidad. Y si debe tener fines de lucro, no puede ser estatal ni gratuita.
En Chile el Estado gastará en 2012, según el Presupuesto en discusión, alrededor de 11 mil 500 millones de dólares en educación. Si le diera todo ese dinero a las familias pobres para financiar la educación de sus hijos, los jefes de hogares pobres recibirían 250 mil pesos mensuales por cada hijo para pagar colegios y universidades.
Y esa educación sería, entonces, sin costo para los pobres, lo que es de igual beneficio para ellos que si fuera gratuita; sería de calidad, porque habría libre competencia entre instituciones de enseñanza; y tendría fines de lucro, que garantizarían que muchas personas capaces resolvieran dedicarse a la enseñanza para obtener un beneficio.
Y, por último, ésa es la receta propia de una sociedad de personas libres.
O sea, es una receta de derecha. Pero, como no tenemos un gobierno de derecha ni, menos, una oposición de derecha, la receta educacional de la sociedad libre no tiene caso.
De modo que el país "dialoga" y "debate" exclusivamente a partir de una consigna comunista, es decir, disparatada y totalitaria, aparte de que nadie ha elegido a los comunistas para gobernar.
¿No es absurdo? Y esa consigna tiene un apoyo masivo y mayoritario. Y la levanta una ideología que el mundo ha arrojado al basurero de la historia. Y, todavía peor, aparte de sustentarse en la infinita ignorancia y superficialidad de la gente, también se apoya en la fuerza ilícita, representada por las tomas de establecimientos, los saqueos, los daños a comercios y propiedades, los ataques a policías y sus caballos y los desórdenes callejeros que impiden la normalidad ciudadana. Pero todo eso asusta a gobernantes y parlamentarios, que son avasallados. Bolchevismo puro, que siempre puede contar con la blandura de los kerenskys.
Bueno, ¿en qué va a terminar todo esto? En lo mismo que en 2006: más socialismo, más gasto en burocracia estatal, insuficiente progreso en educación y, en esta pasada, un gran daño a la presencia privada en la enseñanza superior, pues, contrariando la Constitución, se penalizará el lucro en ese nivel y, por tanto, las inversiones en él se reducirán.
Ser "tontos útiles" en manos del comunismo nunca ha sido un buen negocio para los habitantes de ningún país. Tampoco lo será esta vez para Chile.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)