Declaré que ayer era un día de gloria para Chile porque triunfaríamos sobre Brasil. Mi mujer, enterada de ello, vaticinó que yo haría el ridículo. Una vez más, ella tuvo razón.
Chile controló más la pelota que Brasil, pero tiró al arco en siete oportunidades, mientras Brasil lo hizo en ocho. Chile en sólo tres de ellas le apuntó al arco y en ninguna convirtió. Brasil en cinco le apuntó al arco e hizo un gol en tres de ellas. Ergo, la diferencia estuvo en los tiros al arco. Algo obvio: los chilenos deberían haber disparado más al arco y haberlo hecho mejor.
En mi calidad de dilettante en estas materias, como en tantas otras (soy un especialista sólo en asuntos generales) formulo dos observaciones:
Primera, que si la falencia está en los disparos al arco, el énfasis del entrenamiento debe ponerse en eso. Cuando yo cometía un error en el colegio, me hacían escribir quinientas veces lo que era correcto, y no volvía a cometer el mismo error.
Valdivia disparó a la entrada del área, en uno de los siete tiros de Chile al arco, y elevó. Robinho tuvo la pelota a la entrada del área, en uno de los ocho tiros de Brasil, y le dio fuerte, a media altura y a un costado inalcanzable para el arquero, e hizo el gol. Seguramente lo ha practicado quinientas veces, si no diarias, a la semana.
Segunda observación: un corner brasileño es medio gol, porque sus jugadores altos se agrupan en un verdadero "cuartel" dentro del área, de manera que los chilenos no podían "amarrarlos" (ilícitamente, por supuesto, pero es una conducta que los árbitros tácitamente toleran). Esta táctica no la había visto antes y es muy eficaz, porque quien sirve el corner lo dirige hacia el "cuartel" de sus compañeros y, dentro de éste, salta a cabecear libremente el mejor ubicado. Así salió el primer gol de Brasil.
Dicho todo lo anterior y esperando que sea para beneficio y progreso del fútbol nacional, pido excusas por haber hecho el ridículo ayer, las cuales he iniciado en francés para revestirlas de más elegancia y dignidad, y vuelvo a otros temas menos especializados que, en mi condición de generalista, estoy capacitado para abordar sin incurrir en costos de seriedad tan altos como los que he soportado en esta oportunidad.
martes, 29 de junio de 2010
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Estimado excusado (aunque suene mal), lo dije en una columna suya anterior, el gran problema de los chilenos es que, si bien cuentan con un muy buen manejo de balón y una sólida delantera, es al mometo de concretar el tiro al arco donde la actual selección chilena muestra su mayor y decisiva falencia....¡¡Dicho y hecho!!!....
ResponderEliminarY esto no sólo lo podemos observar en el fútbol, hace justo 20 años Chile SÓLO frente al arco del desarrollo ...¡¡¡Y tiramos afuera.....elegimos un gobierno de izquierda....!!!...si seremos.
No es recomendable hacer este tipo de juicios ahora que Chile vive una borrachera Bielsista que inhibe la capacidad de análisis de hasta los más "avezados" comentaristas deportivos.
ResponderEliminarEl gusto de buscarse problemas don Hermógenes.
Saludos
Vaya, que diferencia, leo prensa actual: "DT de México, Javier Aguirre deja el cargo porque asegura que "es lo obligado y lo honesto" tras quedar eliminado en octavos del Mundial"
ResponderEliminar..Y acá a Bielsa se le pide quedarse hasta el 2014 y recibido como héroe...Alguien en todo esto está mal...¿o ellos o nosotros?
La pena es que justo sucedió todo lo que se temía desde antes de partir. Fuimos a Sudáfrica con dos centrodelanteros saliendo de lesiones y a consecuencia de no estar en condiciones óptimas, ninguno pudo convertir.
ResponderEliminarSin Suazo en su mejor nivel, el entrenador se vio obligado a improvisar esquemas y jugadores para el equipo.
Desde que se conoció el sorteo se dijo que la lógica indicaba que Chile ganaría a Suiza y Honduras y perdería con España, encontrándose con Brasil en segunda ronda para despedirse en esa instancia del Mundial.
La lógica, a la que siempre apela el autor de este blog, nos mostró su inapelable certeza. Todo lo otro fue como una fe esperanzada sobre la posibilidad de que algo improbable ocurriera.
Creo que por eso, y pese a que se destaque una buena campaña y un buen juego en general, quedó una sensación amarga. Ocurrió todo lo que se sabía que iba a pasar, pese a la calidad del proceso y a nuestra buena esperanza.
Hoy, tras los resultados, debemos sentarnos a conversar seriamente acerca de los motivos reales de porqué nos va así en estos eventos mundiales (no sólo futbolístico), ¿hay una condición intríseca o extrínseca que nos condiciona a ser, ni siquiera secundones...eterna mala suerte, o simplemente no hacemos las cosas bien?...y/o dicho con valentía..¿somos acaso inferiores? (de seguro muchos saltarán indignados de sus asientos tras la última disyuntiva)
ResponderEliminarConversemos....
Si perdemos en La Haya tendremos que celebrar por salir segundos.
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