Se Reanuda la Revolución

Concertadamente han vuelto las tomas de establecimientos educacionales... y otras. No es de extrañar, pues forma parte de una estrategia revolucionaria. ¿Quién la promueve? Adivine usted. Le doy una pista: el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo (PC), anuncia que sus afiliados también irán a paro.

En un importante colegio, el Instituto Nacional, la mayoría de los estudiantes rechazó la toma del establecimiento, y sin embargo la minoría se lo tomó. ¿Qué indica eso? Que esa minoría conduce el movimiento revolucionario.

¿Qué ha obtenido el gobierno con renucnciar a ejercer su autoridad y adoptar la dialéctica de la oposición para enfrentar el tema de la educación? Nada. Esta dialéctica, como sabemos, sostiene que los problemas de la enseñanza se solucionan con más gasto público y con la creación de nuevos entes estatales; y que ello debe financiarse aumentando los impuestos.

La dialéctica de derecha sostiene que debe fortalecerse la libertad de enseñanza y que, en lugar de aumentarse el tamaño del estado y el gasto público, éste debe disminuirse y así hacer posible entregar los respectivos recursos a las familias pobres, para que financien la educación de sus hijos en las instituciones que elijan. La calidad de la educación experimentaría un gran salto adelante, porque todos podrían acceder a la enseñanza privada, que siempre ha tenido mejores resultados que la pública. Pero ésta no es la dialéctica del gobierno.

La principal bandera opositora era la reforma tributaria y, como en tantos otros temas, el gobierno de Sebastián Piñera la abrazó. ¿Qué ha significado eso? Que ahora la centroizquierda y la izquierda dicen: "su aumento de impuestos y otro más". Anuncian que en un próximo gobierno va a haber un alza todavía mucho mayor. Si antes de la reforma tributaria de Piñera los ideólogos de Bachelet estaban pensando en un aumento moderado de impuestos, bajo el gobierno que esperan asumir, ahora están pensando en un alza que multiplique la propuesta por Piñera. Otro error estratégico garrafal de éste.

¿Y ha calmado esto a los revolucionarios? No: lo estamos viendo esta semana y ello se acentuará en los días que vienen. Con la circunstancia agravante de que la gente ya ha internalizado la convicción de que los problemas sólo se arreglan mediante tomas. Esta mañana se tomaron la avenida Vitacura ante la falta de locomoción colectiva. Inmediatamente apareció una decena de buses. ¿Corolario? "La toma es la solución", por supuesto.

Sin ideas propias, sin capacidad de ejercer la autoridad y enfrentado a una revolución que no le da tregua, pese a todas las concesiones que obtiene, el futuro del régimen no parece que le deparará a su conductor lo que más anhela: remontar en las encuestas.