He defendido en este blog la idea de impedir la destrucción total del valor de una empresa, La Polar, en que se cometieron irregularidades. Si los "destructores tradicionales de valor" (de las empresas, de la moneda, de las libertades personales, de los fundamentos morales de la sociedad) logran su propósito, esa empresa, que todavía tiene potencial, pese a sus dificultades, será liquidada y perderán sus puestos los empleados de ella, sus créditos los bancos y tenedores de bonos y sus inversiones los accionistas. Probablemente, al final, los únicos que ganen algo sean los deudores morosos, porque representan centenares de miles de votos, pero esa ganancia será por la acción de los políticos empeñados en destruir la empresa; y será a costa del fisco, es decir, al final "pagará Moya".
Pero también hay un daño no económico muy grande. Es el daño político a todo un sector partidista. Porque, no nos engañemos, todos sabemos perfectamente con qué colectividades tienen afinidad los que aparecen como responsables de las irregularidades detectadas y, también, los que fueron negligentes y no las advirtieron a tiempo.
Cuando se destapó el gran escándalo socialista en el MOP, en los años 90, con las facturas brujas, el reparto de dineros públicos a fines particulares y partidistas a cargo de un funcionario que era, a la vez, el encargado de la recaudación electoral del partido socialista; las triangulaciones, los sobreprecios, los sobresueldos y, finalmente, los "sobres con billetes" para toda la "nomenklatura" (de ése y otros partidos), el daño político para la Concertación fue inconmensurable. No perdió el gobierno de inmediato exclusivamente gracias al "fenómeno Bachelet", que tiene poca explicación racional pero una fuerza y una permanencia innegables.
Ahora el caso La Polar está generando un daño político parecido. Mancha a todo un nivel socio-económico, el ABC1, qué duda cabe. El columnista Claudio Orrego (DC) habla del caso como "el Karadima del retail", en "La Segunda" de hoy. Y ni siquiera tiene lugar en medio de una crisis, sino en plena prosperidad.
Cuando en 1982 salieron a luz irregularidades financieras parecidas, al menos ello sucedía en plena crisis económica internacional, que generó una astringencia crediticia de una magnitud sin precedentes en Chile. Hasta entonces el éxito del Gobierno Militar, medido por todas las encuestas de opinión, era notable. Por eso la Gallup norteamericana sostenía que el resultado del plebiscito de 1980, tan favorable a ese gobierno, reflejaba la opinión que sus sondeos recogían entre los chilenos. Esa imagen se vino abajo con la crisis de 1982, que dejó al descubierto el abuso crediticio, el endeudamiento excesivo con empresas relacionadas y otras situaciones que devaluaron fuertemente a los sectores civiles en que se apoyaba el gobierno.
Ahora el caso de La Polar está provocando un daño político similar a la derecha y al gobierno al que ella apoya. Surge un reparo ético insoslayable. Aunque sea injusto, la masa tiende a pensar que La Polar es sólo la punta de un iceberg. El costo de imagen lo pagará todo el empresariado, aunque sea sólo un grupo minoritario el que haya incurrido en irregularidades. Se renueva el estereotipo de que quienes menos tienen son víctimas del engaño y del abuso de los que tienen más.
Por eso la gente que ocupa más altas posiciones socio-económicas es, a la vez, la que carga con la mayor responsabilidad en la tarea de preservar la ética del sistema de libertades que ella defiende. Si algunos, aunque sean pocos, aparecen trasgrediéndola, no sólo dañan a toda su clase y a su sector político, sino que también debilitan los pilares éticos en que se sustenta una sociedad libre.
martes, 21 de junio de 2011
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Quiero señalar algo que parece a todos se les pasó por alto, y es lo que más me tiene molesto. Ya no existe duda que hubo delitos en la administración de créditos de la Polar, confieso mucho más de lo que en un principio creí, el que debieran duplicar las provisiones, es clara señal, de lo grave del problema. Sin embargo, estos días hay bastantes inútiles de la concerta, partiendo por ese miserable de escalona, solicitando renuncias de un ministro, el que le respondió informando, que las irregularidades venían de 2008, tiempos de la stasi bachelet, velasco y lavados (por cierto Fontaine, respondió de forma timorata y acobardada, típico rasgo de este gobiernillo). Así que escalona, es mentiroso o ignorante o ya tiene demencia senil, en cualquier caso, debería saltar al interior del Puyehue. Sin embargo, lo que me tiene molesto, no es la actitud de ningún ministro, ni de este ni de otros gobiernos, lo que me tiene molesto es la incompetencia de la manga de flojos e inútiles de los empleados públicos, de SII, SVS y la Super de Bancos, manga de patanes de mi.. siempre buenos para pedir plata, para apernarse en el sillón, para sacar la vuelta y tirar licencia a cada rato, esas ratas protegidas de la ANEF, ¿dónde diablos estuvieron y están? piara de parásitos, chupasangre.. toda la mugre va para los que defraudaron, ¿y estás perlas inútiles, flojas, incompetentes, apitutados la sacan barata y sin un reto? si eran ellos los que tenían que ver los balances, los instrumentos, los seguros, etc… ¿y no vieron el delito?
ResponderEliminarO SON UNA MANGA DE INÚTILES, O SON UNA MANGA DE CORRUPTOS PAGADOS POR LOS DELINCUENTES, PARA MIRAR PARA OTRO LADO, ¿Y SE LA VAN A LLEVAR GRATIS ESTA LEGIÓN DE FLOJOS BUENOS PARA NADA?
Ahora si que estamos de acuerdo Don Hermogenes. Como ejemplos, la UP cayó por su propia ideología criminal y fracasada; la concertación cayó por sus propias negligencias y sinverguenzuras; y el gobierno militar por la crisis de 1982, que si bien fue una crisis internacional, la permisividad del gobierno y el desenfreno y la voracidad sin límites de los grupos económicos la agravaron hasta límites dantescos.
ResponderEliminarSi extrapolamos esto al gobierno actual, podremos concluir que también van a provocar su propio desastre, y este es el populismo y la farsa que utilizan para parecerse a la izquierda, y la traición a la gente que espero por un gobierno distinto durante dos décadas. En resumen, a la alianza la van a derrotar sus propios miedos.
En cuanto a La Polar, y sin saber su real situación económica, no creo que la liquiden, ya que tal como dije el otro día “vale mas viva que muerta”, tanto en el aspecto económico como político. Seguramente llegara algún grupo económico para comprarla “a huevo” y el asunto se va a arreglar.
DON Hermogenes usted no sabe si fue un sector minoritario y yo tampoco (en la clase alta la definicion de minoritario difiere de la convencion (tya 1000 seria un delito de clase)), esperemos a lo que se averigue.
ResponderEliminarHay un pecado que justifica el actual desprestigio ed la clase alta y politica, ellos fomentaron la desregularizacción y la no intervencion del estado cuando ols problemas vienen por que faltaron ambos elementos, cuando sabian mejor que nadie que no podian autoregularse y que obligaban a los debiles a aceptar tratos que ellos jamás aceptarían.
ResponderEliminarHermógenes, necesito contactarlo para hacerle una entrevista para un trabajo de actualidad. Estudio Periodismo en la Universidad del Desarrollo.
ResponderEliminarAgradezco su ayuda.
Hermógenes, estamos de acuerdo en lo medular.
ResponderEliminarConcidimos con Heitai en la responsabilidad de los burócratas "calientasientos" que no hacen su trabajo.
El gobierno de las Fuerzas Armadas dió libertad para emprender, como nunca antes se hizo, sin embargo, paralelamente ideó las herramientas que controlaran los excesos , los organismos fiscalizadores y estableció las sanciones para aquellos que se aprovecharan de estas libertades. Seguramente no faltará el "Escalín" que dirá que, "no sirven" en la práctica.
Pues, han pasado veinte años de "democracia" para pulir o perfeccionar estos controles.
¿Qué han hecho los políticos?
¡NADA!
Ahora se culpan unos con otros.
El caso de las farmacias ha sido un verdadero escándalo, y también fallaron todos los controles antimonopolio. Actualmente las cadenas de farmacias siguen con sus malas prácticas. Pero lo peor no es el precio excesivo de los fármacos sino que la perversidad ha llegado al grado de no querer vender ciertos medicamentos necesarios. Se coluden para no expender medicamentos. ¡ES EL COLMO!
"pagará Moya"
ResponderEliminarLa solución de todo lo planteado por don HPdA es justamente liberar a Moya de cargar con mochila ajena. Las responsabilidades y las culpas tienen nombre y apellido(s).
Caso por caso, sin caer en la tentación de generalizar, con voluntad de justicia se puede llegar a determinar lo que le corresponde a cada uno.
Hoy La Polar y mañana la empresa que sea: sólo así se podrá salvar el sistema.
(Por muy ilustres los apellidos y muy contertulios que sean quienes deban responsabilizarse y pagar.)
ahora si que si me quedo clara su postura don Hermogenes, bueno, tiene que pagar la Polar junto a los señores endeudados (pero tienen que pagar lo justo), al señor moya déjelo tranquilo mire que el estado lo tiene en la ruina con tanto arreglín.
ResponderEliminarEs lamentable el actuar de la concertacion van aterminar farandularizando la política, pero mas lamentable aun son los cogoteros elegantes que están en el poder.
El problema es partir de la premisa de que el privado es un santurrón, mientras el empleado fiscal es un monstruo inicuo! Ambos son humanos y chilenos, responden a las mismas pasiones, estímulos, incentivos. Si el empleado fiscal es inamovible y poco exigido, tarde o temprano va a empezar a calentar el asiento y hacer mal la pega; si el empresario puede hacer impunemente una trampa al límite de la legalidad (o a veces fuera de ella), la va a hacer, porque en ese mundo se sobrevalora el éxito por sobre el cómo se llegó a él.
ResponderEliminarAsí, tenemos tanto ineficiencia, abusos de poder y corrupción en el sector público, como chanchullos privados para eludir impuestos, pagar poco a sus empleados, bajar la calidad de sus productos y servicios (en sectores de competencia débil o inexistente), etc.
Salvo que mejoremos en algo la base ética de nuestros ciudadanos, de la clase social que sean, esto se va a seguir repitiendo.
"Se renueva el estereotipo de que quienes menos tienen son víctimas del engaño y del abuso de los que tienen más"... ¿Estereotipo? ¿Prejuicio? Aquí sólo cabe el "lenguaje de los hechos".
ResponderEliminarAñade el autor: "...también debilitan (los actos comentados) los pilares éticos en que se sustenta una sociedad libre". Eso sí es un estereotipo: ¿cómo se puede hablar de pilares éticos, sostenidos por un grupo específico de personas (los que ocupan "las más altas posiciones socioeconómicas"), y al mismo tiempo denunciar insistentemente en este blog la "descomposición moral" del país? Pues, si se sigue la lógica de HPDA, la élite es la guardiana de tal moral; por ende, la responsable de su vigencia en el resto de la sociedad, que no pasa de ser, en esta visión, una simple "masa" (HPDA dixit), propensa al sentimentalismo y la irracionalidad. Así, sólo una masa ignorante es capaz de pensar, con perfidia, que quienes dirigen pueden aprovecharse de los más débiles...
En suma: pensamiento propio del siglo XIX, que recuerda un tanto a Spencer, aunque ésta no haya sido la intención del autor. Y ya decía Nietzsche de Spencer: "pensador estimable, pero mediocre".
Queda demostrado que no hay moral, y menos en la élite. La élite está plagada de pecadores, con la diferencia que como son "gente" sus pecados parecen ser entendibles, excusables. Puro tribalismo.
ResponderEliminarLa clase media era el último reducto de la moral, la cultura y la decencia, pero todos quieren destruirla y lo han hecho muy eficientemente.