Esta mañana vi en el diario que el libro "La Caída", del periodista Francisco Sagredo, se ha convertido en el más vendido entre los de "no ficción". Refiere con todo detalle por qué fue defenestrado Mayne-Nicholls de la ANFP, tema que parece seguir interesando al público lector. Cuando han entrevistado a Sagredo a propósito de su libro, siempre le preguntan cuál fue el papel del Presidente en el desenlace de la ANFP, y él contesta que es preciso leer el libro para enterarse. Pero la respuesta no está en el libro. Más bien, éste no entra en ese tema, sino que se limita a afirmar, por una parte, que el periodista Felipe Bianchi y yo declaramos que había habido llamados presidenciales a Antonio Bloise para animarlo a competir contra Mayne-Nicholls en la elección de la ANFP y, por otra parte, que Bloise jura por Dios que no hubo llamada alguna.
Y ese tema es el que me motiva para escribir este blog. Pero, como tenía dudas, le pregunté a mi mujer si debía hacerlo, y ella me dijo que no, que era una cosa del pasado y muy trillada. Pero este blog tiene por objeto recibir observaciones mías acerca de cosas que me motivan, y la que me motiva hoy es ésa. De modo que si quiero escribir hoy deberé desatender el consejo de mi mujer, que generalmente me da buenos consejos. Así es que, supongo, no debería escribir ese blog. Pero lo voy a hacer.
El libro "La Caída" debería haber averiguado por qué yo declaré, en una entrevista a CNN, que el mismo libro cita textualmente, que el presidente de Everton, Antonio Bloise, había recibido tres llamados del Presidente Piñera para convencerlo de competir en la elección de la ANFP contra Harold Mayne-Nicholls. Bueno, yo lo declaré porque una persona veraz me lo informó a través de un correo electrónico.
El único contacto personal que yo había y he tenido con Harold había sido para desearle la paz en una Misa de ex alumnos del Saint George´s College, el año pasado. Después de eso él me mandó un correo electrónico de agradecimiento, porque en este blog escribí que lo consideraba un tipo honrado, que decía siempre la verdad y hacía bien su trabajo. Después me envió otro más, informándome de la campaña que se estaba gestando entre los clubes para no votar por su reelección, campaña encabezada por Colo Colo, club del cual era accionista controlador el Presidente.
En una entrevista a "La Tercera", entonces, Mayne-Nicholls declaró que le había pedido audiencia al Presidente para hablar de lo que estaba haciendo Colo Colo, y éste le había asegurado ser completamente ajeno a eso y a lo que sucedía en Colo Colo, y él le había creído. Entonces yo hice otro blog afirmando que Harold era ingenuo si le había creído eso al Presidente, y él me respondió que no era ingenuo.
Entonces sucedió lo siguiente: en una reunión o encuentro de apoderados de un colegio de niñas, la hermana de Antonio Bloise le contó, conversando informalmente, a un padre de familia asistente, que el Presidente había llamado tres veces a su hermano para que mantuviera su candidatura. Esto lo supo Harold Mayne-Nicholls y lo supe yo, de modo que así lo afirmé cuando algunos periodistas me pidieron que fundara mi afirmación acerca de los tres llamados. Pero en "La Segunda" apareció la hermana de Bloise diciendo que no había dicho tal cosa.
Otras personas, como la senadora Soledad Alvear y el periodista Felipe Bianchi, también afirmaron que había habido llamados oficiales para influir contra Mayne-Nicholls en la elección que venía. Obviamente, la persona clave era el apoderado del colegio que le había oído a la hermnana de Bloise lo de los tres llamados presidenciales. Yo traté de obtener este nombre de mi fuente, pero ésta se limitó a decirme que el periodista Felipe Bianchi lo tenía. Entonces le pedí a Felipe que me lo diera, y él se negó. Supongo que a esas alturas el apoderado del colegio de niñas estaba muy preocupado por ser el centro de un affaire que molestaba extraordinariamente a La Moneda.
Por otro lado, yo recibí el llamado de un amigo, por encargo de un ministro, en que se me aseguraba que el Presidente no había telefoneado a Bloise. En el libro "La Caída", Bloise jura por Dios no haber recibido ese llamado. Cuando alguien del Gobierno aseguró que, a raíz de todo esto, habría una querella judicial con motivo de informaciones falsas, yo me alegré, porque en esa instancia deberían aparecer el amigo de mi informante y la hermana de Bloise reconociendo (o negando) lo que hubiren conversado. Pero no hubo tal querella y no se pudo verificar la información con el apoderado que se la proporcionó a mi fuente. Y el libro "La Caída" eludió esa investigación, lo que habla de la prudencia de su autor. Luego, el punto que, por lo que he visto, más le interesa a la gente, no queda aclarado en ese libro.
Pero si Bloise jura por Dios que no recibió ningún llamado del Presidente, yo le creo. Yo juro por Dios que ningún ministro me ha llamado a raíz de este asunto, y también digo la verdad, y tengo derecho a ser creído. Pero también es verdad que un amigo común del ministro y mío me llamó por encargo del primero para hablar de esto. Si yo le contara a mi hermana que me llamó el ministro no estaría faltando a la verdad del todo y yo quedaría ante ella como un tipo al cual lo llaman los ministros, lo que seguramente despertaría su admiración hacia mí. Si el Presidente manda un recado y el que lo recibe lo convierte en un llamado personal, para efecto de referírselo a su hermana, y ésta se lo refiere a un conocido que le pregunta si es cierto que su hermano va a competir en la elección de la ANFP, habrá habido una exageración, pero no una mentira. Y también, si todo sale a luz, se puede decir, sin faltar a la verdad, que no hubo un llamado telefónico presidencial, pero también se podrá decir que hubo injerencia presidencial en los comicios de la ANFP. Y no sólo porque el club más activo en promover la derrota de Mayne-Nicholls tenía como accionista-controlador al Presidente, ni porque éste, en la fecha de los comicios, prometió a dos clubes (que votaban y estaban indecisos) construirles o refaccionarles estadios. Las cosas suelen ser así, relativas.
Todo esto lo supieron Mayne-Nicholls y Bielsa y explica el semi-saludo de éste al Presidente. Al entrenador seguramente le chocó ser invitado a La Moneda a un homenaje a la selección, a la directiva y al cuerpo técnico, por parte de quien estaba interesado en remover a la segunda, lo que acarrearía (como acarreó) la salida también del último.
Y todo esto quedó, con sus matices y preguntas no respondidas, en el inconsciente colectivo, que se formó un juicio.
Todos sabemos cuál fue ese juicio.
sábado, 17 de diciembre de 2011
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Dicen que me dicen que dijeron.
ResponderEliminarSi algo admiro de ud. don Hermógenes, es e se recurrente "meterse entre las patas de los caballos", pero esto lo hacen solo los valientes que están seguros de lo que dicen, por ende "van a la pelea", ¿acertados o errados?
ResponderEliminarClaramente, aquí quien puede zanjar todo esto es el periodista Bianchi, que tiene, al parecer, la información clave que dirimide todo...y la profesión por la que un día juró.
Bien defenestrado está por pesado
ResponderEliminarAh..Y a Bianchi no le creo ni el resulatdo de los partidos
ResponderEliminarPrimero: Don Hermógenes, no le haga caso a las mujeres, los hombres que caen en eso nunca llegan a ninguna parte.
ResponderEliminarSegundo: El libro de Sagredo no dice nada, lo que no es de extrañar de un periodista que trabaja con Carcuro y Solabarrieta. Cual de los tres más políticamente correcto y zalamero. Sagredo, Carcuro y Solabarrieta son lo más parecido que existe en la televisión chilena a “los tres chiflados”, pero en versión FOME.
Tercero: El cahuin del me dijo o no me dijo no me interesa.
Cuarto: Que Carlos Larrain aprenda la lección de la conversación entre HMN Y Piñera.
Quinto: Lo más importante, deje de defender a HMN, recuerde que es empleado de la FIFA, uno de los organismos más corruptos del mundo, y no lo digo yo, lo sabemos todos. Además, si había una persona en Chile con conflictos de interés era HMN, ¿Ser empleado de la FIFA y a la vez presidente de la ANFP?. El colmo. Y lo que hicieron con Jorge Segovia fue un asco. No defienda a Bielsa, que trabajó seis años de empleado de la AFA que dirigía el truculento y también miembro de la FIFA Julio Grondona, que está lleno de acusaciones de corrupción. Entonces, Bielsa asegura que no puede trabajar con ningún dirigente chileno, pero si lo puede hacer con HMN y Grondona. Es bien cara de palo el Sr. Bielsa.
Sexto: Don Hermógenes, que no le guste Piñera es una cosa, pero defender a los “FIFOS” es otra cosa muy distinta.
Ay Hermogenes, yo creo que tu señora tenia la razon.
ResponderEliminarAdemas, al pesado de Bielsa---si no le gustaba Piñera---se declara enfermo pero no va a La Moneda a faltarle el respeto al Pdte de los chilenos, aunque no sea una maravilla.
Ni Mayne-Nicholls ni Bielsa son blancas palomas. Ambos tuvieron una postura política de apoyo incondicional al gobierno de Bachelet. Aunque hay trazas de involucramiento de Piñera en este asunto, el caso es débil. No es cosa de darle con todo y aún lo que no haya al actual Presidente, porque eso resta seriedad. Debió hacer caso a su señora, a quien pido que en lo sucesivo sea más estricta.
ResponderEliminar¿Por qué no encontramos la misma reflexión en los abogados de derecha tales como Harald Bayer, Lucas Sierra, Arturo Fontaine, Allamand, Espina, Hinzpeter y Godoy? ¿Dónde están los filósofos del Derecho de la derecha que hagan ver que semánticamente la derecha y izquierda entienden cosas distintas cuando se habla de los derechos humanos? La izquierda puede funar, la derecha, no, entre otras diferencias.
ResponderEliminarMe parece muy buena la narración que hace, Hermógenes.
ResponderEliminarSi Bloise dice la verdad, cosa que dudo, y el presidente Piñera no efectuó ningún llamado, de todas maneras esto no tiene ninguna relevancia para las personas con 2 dedos de frente. Lo cierto es que Colo Colo y los otros 2 grandes quieren toda la plata del CDF y querian que HMN se fuera a toda costa. Y el controlador de Colo Colo era el presidente, nada más que decir...
ResponderEliminar... y los controladores de azul y de cruzados? era el presidente también? todo este asunto de viejas cahuineras, del juego del teléfono, me parece poco viril por decirlo eufemísticamente.
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