sábado, 30 de mayo de 2020

Asesinos Impunes


La hija del ingeniero comercial Alejandro Correa, asesinado días atrás por un sicario colombiano confeso de haber recibido cinco millones de pesos de parte de ocupantes ilegales de un terreno del primero en Quilpué, se declara hoy, en carta a “El Mercurio”, destrozada por la desgracia que ha sufrido. En medio de su desconsuelo formula preguntas acerca de cómo la desaplicación de sucesivas autoridades condujo a hacer posible la tragedia que la aflige.

El único preso es un mero ejecutor. Pudo haber sido chileno, como el que asesinó al ingeniero Schmidt-Hebbel y hoy cumple cadena perpetua junto a la autora intelectual, Pilar Pérez. Es que esta última no tenía redes de protección política. Los que contrataron al sicario colombiano sí. Éste se niega a confesar quién o quiénes le formularon el encargo, pero todos sabemos quiénes son. Y hoy mandan en Chile.

El ingeniero Correa era un empresario dinámico y había encargado a un abogado acciones judiciales para recuperar su terreno. A la vez, los autores intelectuales del crimen creían que, asesinándolo, podían quedarse con el inmueble, que es lo que probablemente sucederá. Pues tienen una larga historia de impunidad. Todos los que recurrieron al terrorismo y, hasta 1973, se apoderaban de bienes ajenos en Chile, fueron indultados por Aylwin y antes cerca de mil de ellos se habían acogido a la Ley de Amnistía del propio Gobierno Militar, la misma que los jueces hoy deniegan a los exuniformados que otrora los combatieron.

Lamentablemente, pues, la esperanza de la hija de Alejandro Correa es vana: los autores intelectuales del crimen de su padre seguirán en la impunidad, porque son de la misma ideología de los jueces y de las colectividades que mandan y que son, justamente, las que persiguen a quienes combatieron a los usurpadores de terrenos como el de su padre. Los usurpadores han pasado a ser “víctimas” y han sido generosamente indemnizadas por el Estado chileno. “Las víctimas y nuestros camaradas de armas…”, como escribiera en carta al diario de 2005 un excomandante en jefe del Ejército que se pasó al otro bando.

Piñera y sus compañeros de ruta de izquierda y derecha, ahora ya todos en el mismo bando, acaban de liberar a más de cuatro mil delincuentes, pero excluyendo del beneficio a los exmilitares que combatieron a los terroristas. A éstos no sólo les han aumentado el tiempo de reclusión para optar a la libertad condicional sino también denegado los beneficios penitenciarios a que tienen derecho los demás reos, con el pretexto de que no se arrepienten de delitos que niegan haber cometido.

La hija de Alejandro Correa debe comprender en qué país vive. Es uno lleno de garantías y prebendas para gente como los asesinos de su padre y sin ninguna, sino al contrario, sólo persecución tributaria y judicial para emprendedores como su padre, que deben darse a santo por el solo hecho de todavía no correr la suerte de éste si cometen el delito de defender lo suyo.

34 comentarios:

  1. De no desaparecer y desinfectar el espacio q deje el corrupto Poder Judicial d hoy, pa reemplazarlo x un ente honesto y justiciero sin colores políticos, luego llegará al día en q una horda entrará a mi casa, nos sacará a patadas, o nos matará, y colorín colorao ............

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  2. HDP, no se si estas ya con demencia senil pero si uno revisa lo que escribes nos da la impresion de que lo estas. Para ti en Chile solo hubo democracia entre el 11 de sep de 1973 hasta el 11 de Marzo de 1990. En todo el mundo se piensa lo contrario, mundo mas alla de ti y sus lame escrotos, HDP contra el mundo, algo asi como El Super Demencia Senil. Bienvenidos al mundo de fantasia

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    1. Que respuesta tan tonta!! No se refiere a ninguno de los hechos mencionados en la columna. Se nota que es una persona inculta, fanatizada y bastante tonta.

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    2. Como decía el español : ¡ hay que joder !!! ....

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  3. A ti no se te quita lo pendejo, ¿es de nacimiento o adquirida?

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  4. Es una desgracia don Hermógenes. A veces comparto eso de "que se vayan todos", no en el sentido que le da la izquierda, sino en el sentido que nosotros comprendemos. No son gente capaz de administrar el país. Son el problema. Ya lo decía hace muchos años, desde que escribo en su Blog. No tenemos estado de derecho, ha sido reemplazado por estado de izquerdo.

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  5. Es triste pero cierto....el "acartonamiento" y la complacencia de los politiqueros y sus esbirros sevidores los jueces en Chile no tiene vuelta. Ni Kast ni ningún otro tendrán la oportunidad de mejorar un sistema político desquiciado y corrompido. Solución...no existe ya no hay vuelta...pobre Chile...

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    1. Cierto ..... un ejemplo : los cobardes del gobierno retiran demanda contra del activista Totoro x incitar a derrocar x la fuerza a Tatan ...... ¿a q le tuvieron miedo ? ....¿d ofender a la zurdería ? ...

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  6. Son así a propósito : les pagan x hacer d aportilladores del blog ......

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  7. Hermógenes, cómo supiste quienes le hicieron el encargo?

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    1. Simple y sencillo, HDP sabe exactamente lo que sucede porque los miembros de su quilombo le informan a su cabron

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  8. Los siniestros jesuitas culpa del crimen a "la sociedad".
    Blumel asegura que "Es probable que se produjeran fallos que hay que corregir"


    Je...je...je... Nadie fue.

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  9. Estimado Hermógenes, el joven asesinado por el sicario chilensis por encargo de la siniestra Pilar Pérez se llama Diego Schmidt-Hebbel (QEPD), y es hijo del brillante economista y profesor de la UC Klaus Schmidt-Hebbel.

    Aprovecho de insistir una y otra vez: deploro tu decisión de permitir la presencia de individuos resentidos, ociosos, pelotudos, cero aporte (por citar apenas cuatro de sus rasgos más sobresalientes) que ensucian tu blog y blah blah blah.

    A tus lectores y seguidores no nos interesa perder más de dos segundos antes de seguir de largo y no dejarnos contaminar por desalmados y otros “humanoides”, para recordar a un folklórico almirante del pasado.

    Porfa porfa, Hermógenes, escucha el clamor del pueblo. Do the right thing!

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  10. Probablemente si el señor Correa hubiera estado armado estaría vivo. La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América (o Enmienda II) protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Así, Estados Unidos es uno de los países con menores limitaciones para adquirir y portar armas de fuego. Es parte de la llamada Bill of Rights o Carta de Derechos estadounidense. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones el texto constitucional: ha afirmado que el derecho a portar armas es un derecho individual que tienen todos los estadounidenses, pero también ha declarado que el derecho no es ilimitado y que no prohíbe la regulación de la producción y compra las armas de fuego o de dispositivos similares. La Segunda Enmienda establece que ni el gobierno federal de los Estados Unidos ni los gobiernos estatales y locales pueden infringir el derecho a portar armas.

    Desde finales del siglo XX, la Segunda Enmienda ha estado sujeta a un renovado interés académico, político y judicial. La Corte Suprema de los Estados Unidos, órgano supremo en asuntos de interpretación del texto de la Constitución, aclaró en 2008 que la Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a portar armas. En 2016, la Corte reiteró que "la Segunda Enmienda protege el derecho a portar armas, incluso las que no existían en el tiempo en el que la Enmienda fue ratificada" y que esta protección no se limita a "solo armas útiles para hacer la guerra".1​ A pesar de los numerosos casos judiciales, el debate sociopolítico continúa. Los defensores del derecho a portar armas dicen que un pueblo armado realiza una mejor ejecución de la legítima defensa y que evita que la autoridad gubernamental se vuelva tiránica. Los defensores del control de armas afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiese tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan "más rápido y mejor" que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.

    En 2016, cuatro de cada diez estadounidenses afirmaban tener al menos una arma de fuego en sus casas,2​ aunque esta proporción podría ser mucho mayor ya que los datos solo recogen a aquellas personas que quieren revelar voluntariamente si poseen un arma de fuego o no. Desde la década de 1990, el apoyo a la Segunda Enmienda ha incrementado progresivamente tanto entre votantes liberales como conservadores. En 2016, el 76% de los estadounidenses se opone a la derogación de la Segunda Enmienda; esta cifra era solo del 36% en 1960.2​

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  11. En Chile desde que llegó el comunismo, en 1990 con un presidente ansioso de poder pero "extorsionado desde antes de llegar, por los "terroristas de siempre de chile" quienes lo exprimieron hasta donde pudieron haciendo a este cambiar por ejemplo los informes Rettig y Valech hasta que fueron aprobados por el "terrorismo"-co gobernante. Posteriormente siguieron no solo amenazando sino que advirtiendo por medio del asesinato de Jaime Guzmán que sus amenazas iban en serio. (Amnistía para todos los terrorista, pensiones de por vida, vecas y salud para ellos y parientes etc.etc.). Y liquidar a las FF AA.

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  12. En Chile desde que llegó el comunismo, en 1990 con un presidente ansioso de poder pero "extorsionado desde antes de llegar, por los "terroristas de siempre de chile" quienes lo exprimieron hasta donde pudieron haciendo a este cambiar por ejemplo los informes Rettig y Valech hasta que fueron aprobados por el "terrorismo"-co gobernante. Posteriormente siguieron no solo amenazando sino que advirtiendo por medio del asesinato de Jaime Guzmán que sus amenazas iban en serio. (Amnistía para todos los terrorista, pensiones de por vida, vecas y salud para ellos y parientes etc.etc.). Y liquidar a las FF AA.

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  13. En Chile desde que llegó el comunismo, en 1990 con un presidente ansioso de poder pero "extorsionado desde antes de llegar, por los "terroristas de siempre de chile" quienes lo exprimieron hasta donde pudieron haciendo a este cambiar por ejemplo los informes Rettig y Valech hasta que fueron aprobados por el "terrorismo"-co gobernante. Posteriormente siguieron no solo amenazando sino que advirtiendo por medio del asesinato de Jaime Guzmán que sus amenazas iban en serio. (Amnistía para todos los terrorista, pensiones de por vida, vecas y salud para ellos y parientes etc.etc.). Y liquidar a las FF AA.

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  14. Probablemente si el señor Correa hubiera estado armado estaría vivo. La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América (o Enmienda II) protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Así, Estados Unidos es uno de los países con menores limitaciones para adquirir y portar armas de fuego. Es parte de la llamada Bill of Rights o Carta de Derechos estadounidense. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones el texto constitucional: ha afirmado que el derecho a portar armas es un derecho individual que tienen todos los estadounidenses, pero también ha declarado que el derecho no es ilimitado y que no prohíbe la regulación de la producción y compra las armas de fuego o de dispositivos similares. La Segunda Enmienda establece que ni el gobierno federal de los Estados Unidos ni los gobiernos estatales y locales pueden infringir el derecho a portar armas.

    Desde finales del siglo XX, la Segunda Enmienda ha estado sujeta a un renovado interés académico, político y judicial. La Corte Suprema de los Estados Unidos, órgano supremo en asuntos de interpretación del texto de la Constitución, aclaró en 2008 que la Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a portar armas. En 2016, la Corte reiteró que "la Segunda Enmienda protege el derecho a portar armas, incluso las que no existían en el tiempo en el que la Enmienda fue ratificada" y que esta protección no se limita a "solo armas útiles para hacer la guerra".1​ A pesar de los numerosos casos judiciales, el debate sociopolítico continúa. Los defensores del derecho a portar armas dicen que un pueblo armado realiza una mejor ejecución de la legítima defensa y que evita que la autoridad gubernamental se vuelva tiránica. Los defensores del control de armas afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiese tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan "más rápido y mejor" que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.

    En 2016, cuatro de cada diez estadounidenses afirmaban tener al menos una arma de fuego en sus casas,2​ aunque esta proporción podría ser mucho mayor ya que los datos solo recogen a aquellas personas que quieren revelar voluntariamente si poseen un arma de fuego o no. Desde la década de 1990, el apoyo a la Segunda Enmienda ha incrementado progresivamente tanto entre votantes liberales como conservadores. En 2016, el 76% de los estadounidenses se opone a la derogación de la Segunda Enmienda; esta cifra era solo del 36% en 1960.2​

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  15. Probablemente si el señor Correa hubiera estado armado estaría vivo. La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América (o Enmienda II) protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Así, Estados Unidos es uno de los países con menores limitaciones para adquirir y portar armas de fuego. Es parte de la llamada Bill of Rights o Carta de Derechos estadounidense. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones el texto constitucional: ha afirmado que el derecho a portar armas es un derecho individual que tienen todos los estadounidenses, pero también ha declarado que el derecho no es ilimitado y que no prohíbe la regulación de la producción y compra las armas de fuego o de dispositivos similares. La Segunda Enmienda establece que ni el gobierno federal de los Estados Unidos ni los gobiernos estatales y locales pueden infringir el derecho a portar armas.

    Desde finales del siglo XX, la Segunda Enmienda ha estado sujeta a un renovado interés académico, político y judicial. La Corte Suprema de los Estados Unidos, órgano supremo en asuntos de interpretación del texto de la Constitución, aclaró en 2008 que la Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a portar armas. En 2016, la Corte reiteró que "la Segunda Enmienda protege el derecho a portar armas, incluso las que no existían en el tiempo en el que la Enmienda fue ratificada" y que esta protección no se limita a "solo armas útiles para hacer la guerra".1​ A pesar de los numerosos casos judiciales, el debate sociopolítico continúa. Los defensores del derecho a portar armas dicen que un pueblo armado realiza una mejor ejecución de la legítima defensa y que evita que la autoridad gubernamental se vuelva tiránica. Los defensores del control de armas afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiese tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan "más rápido y mejor" que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.

    En 2016, cuatro de cada diez estadounidenses afirmaban tener al menos una arma de fuego en sus casas,2​ aunque esta proporción podría ser mucho mayor ya que los datos solo recogen a aquellas personas que quieren revelar voluntariamente si poseen un arma de fuego o no. Desde la década de 1990, el apoyo a la Segunda Enmienda ha incrementado progresivamente tanto entre votantes liberales como conservadores. En 2016, el 76% de los estadounidenses se opone a la derogación de la Segunda Enmienda; esta cifra era solo del 36% en 1960.2​

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  16. Probablemente si el señor Correa hubiera estado armado estaría vivo. La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América (o Enmienda II) protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Así, Estados Unidos es uno de los países con menores limitaciones para adquirir y portar armas de fuego. Es parte de la llamada Bill of Rights o Carta de Derechos estadounidense. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones el texto constitucional: ha afirmado que el derecho a portar armas es un derecho individual que tienen todos los estadounidenses, pero también ha declarado que el derecho no es ilimitado y que no prohíbe la regulación de la producción y compra las armas de fuego o de dispositivos similares. La Segunda Enmienda establece que ni el gobierno federal de los Estados Unidos ni los gobiernos estatales y locales pueden infringir el derecho a portar armas.

    Desde finales del siglo XX, la Segunda Enmienda ha estado sujeta a un renovado interés académico, político y judicial. La Corte Suprema de los Estados Unidos, órgano supremo en asuntos de interpretación del texto de la Constitución, aclaró en 2008 que la Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a portar armas. En 2016, la Corte reiteró que "la Segunda Enmienda protege el derecho a portar armas, incluso las que no existían en el tiempo en el que la Enmienda fue ratificada" y que esta protección no se limita a "solo armas útiles para hacer la guerra".1​ A pesar de los numerosos casos judiciales, el debate sociopolítico continúa. Los defensores del derecho a portar armas dicen que un pueblo armado realiza una mejor ejecución de la legítima defensa y que evita que la autoridad gubernamental se vuelva tiránica. Los defensores del control de armas afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiese tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan "más rápido y mejor" que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.

    En 2016, cuatro de cada diez estadounidenses afirmaban tener al menos una arma de fuego en sus casas,2​ aunque esta proporción podría ser mucho mayor ya que los datos solo recogen a aquellas personas que quieren revelar voluntariamente si poseen un arma de fuego o no. Desde la década de 1990, el apoyo a la Segunda Enmienda ha incrementado progresivamente tanto entre votantes liberales como conservadores. En 2016, el 76% de los estadounidenses se opone a la derogación de la Segunda Enmienda; esta cifra era solo del 36% en 1960.2​

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  17. Probablemente si el señor Correa hubiera estado armado estaría vivo. La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América (o Enmienda II) protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Así, Estados Unidos es uno de los países con menores limitaciones para adquirir y portar armas de fuego. Es parte de la llamada Bill of Rights o Carta de Derechos estadounidense. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones el texto constitucional: ha afirmado que el derecho a portar armas es un derecho individual que tienen todos los estadounidenses, pero también ha declarado que el derecho no es ilimitado y que no prohíbe la regulación de la producción y compra las armas de fuego o de dispositivos similares. La Segunda Enmienda establece que ni el gobierno federal de los Estados Unidos ni los gobiernos estatales y locales pueden infringir el derecho a portar armas.

    Desde finales del siglo XX, la Segunda Enmienda ha estado sujeta a un renovado interés académico, político y judicial. La Corte Suprema de los Estados Unidos, órgano supremo en asuntos de interpretación del texto de la Constitución, aclaró en 2008 que la Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a portar armas. En 2016, la Corte reiteró que "la Segunda Enmienda protege el derecho a portar armas, incluso las que no existían en el tiempo en el que la Enmienda fue ratificada" y que esta protección no se limita a "solo armas útiles para hacer la guerra".1​ A pesar de los numerosos casos judiciales, el debate sociopolítico continúa. Los defensores del derecho a portar armas dicen que un pueblo armado realiza una mejor ejecución de la legítima defensa y que evita que la autoridad gubernamental se vuelva tiránica. Los defensores del control de armas afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiese tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan "más rápido y mejor" que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.

    En 2016, cuatro de cada diez estadounidenses afirmaban tener al menos una arma de fuego en sus casas,2​ aunque esta proporción podría ser mucho mayor ya que los datos solo recogen a aquellas personas que quieren revelar voluntariamente si poseen un arma de fuego o no. Desde la década de 1990, el apoyo a la Segunda Enmienda ha incrementado progresivamente tanto entre votantes liberales como conservadores. En 2016, el 76% de los estadounidenses se opone a la derogación de la Segunda Enmienda; esta cifra era solo del 36% en 1960.2​

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  18. Probablemente si el señor Correa hubiera estado armado estaría vivo. La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América (o Enmienda II) protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Así, Estados Unidos es uno de los países con menores limitaciones para adquirir y portar armas de fuego. Es parte de la llamada Bill of Rights o Carta de Derechos estadounidense. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones el texto constitucional: ha afirmado que el derecho a portar armas es un derecho individual que tienen todos los estadounidenses, pero también ha declarado que el derecho no es ilimitado y que no prohíbe la regulación de la producción y compra las armas de fuego o de dispositivos similares. La Segunda Enmienda establece que ni el gobierno federal de los Estados Unidos ni los gobiernos estatales y locales pueden infringir el derecho a portar armas.

    Desde finales del siglo XX, la Segunda Enmienda ha estado sujeta a un renovado interés académico, político y judicial. La Corte Suprema de los Estados Unidos, órgano supremo en asuntos de interpretación del texto de la Constitución, aclaró en 2008 que la Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a portar armas. En 2016, la Corte reiteró que "la Segunda Enmienda protege el derecho a portar armas, incluso las que no existían en el tiempo en el que la Enmienda fue ratificada" y que esta protección no se limita a "solo armas útiles para hacer la guerra".1​ A pesar de los numerosos casos judiciales, el debate sociopolítico continúa. Los defensores del derecho a portar armas dicen que un pueblo armado realiza una mejor ejecución de la legítima defensa y que evita que la autoridad gubernamental se vuelva tiránica. Los defensores del control de armas afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiese tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan "más rápido y mejor" que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.

    En 2016, cuatro de cada diez estadounidenses afirmaban tener al menos una arma de fuego en sus casas,2​ aunque esta proporción podría ser mucho mayor ya que los datos solo recogen a aquellas personas que quieren revelar voluntariamente si poseen un arma de fuego o no. Desde la década de 1990, el apoyo a la Segunda Enmienda ha incrementado progresivamente tanto entre votantes liberales como conservadores. En 2016, el 76% de los estadounidenses se opone a la derogación de la Segunda Enmienda; esta cifra era solo del 36% en 1960.2​

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  19. La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América (o Enmienda II) protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Así, Estados Unidos es uno de los países con menores limitaciones para adquirir y portar armas de fuego. Es parte de la llamada Bill of Rights o Carta de Derechos estadounidense. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones el texto constitucional: ha afirmado que el derecho a portar armas es un derecho individual que tienen todos los estadounidenses, pero también ha declarado que el derecho no es ilimitado y que no prohíbe la regulación de la producción y compra las armas de fuego o de dispositivos similares. La Segunda Enmienda establece que ni el gobierno federal de los Estados Unidos ni los gobiernos estatales y locales pueden infringir el derecho a portar armas.

    Desde finales del siglo XX, la Segunda Enmienda ha estado sujeta a un renovado interés académico, político y judicial. La Corte Suprema de los Estados Unidos, órgano supremo en asuntos de interpretación del texto de la Constitución, aclaró en 2008 que la Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a portar armas. En 2016, la Corte reiteró que "la Segunda Enmienda protege el derecho a portar armas, incluso las que no existían en el tiempo en el que la Enmienda fue ratificada" y que esta protección no se limita a "solo armas útiles para hacer la guerra".1​ A pesar de los numerosos casos judiciales, el debate sociopolítico continúa. Los defensores del derecho a portar armas dicen que un pueblo armado realiza una mejor ejecución de la legítima defensa y que evita que la autoridad gubernamental se vuelva tiránica. Los defensores del control de armas afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiese tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan "más rápido y mejor" que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.

    En 2016, cuatro de cada diez estadounidenses afirmaban tener al menos una arma de fuego en sus casas,2​ aunque esta proporción podría ser mucho mayor ya que los datos solo recogen a aquellas personas que quieren revelar voluntariamente si poseen un arma de fuego o no. Desde la década de 1990, el apoyo a la Segunda Enmienda ha incrementado progresivamente tanto entre votantes liberales como conservadores. En 2016, el 76% de los estadounidenses se opone a la derogación de la Segunda Enmienda; esta cifra era solo del 36% en 1960.2​

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  20. eso no es verdad son mentiras el primer pais es USA
    que manera de destruir tu pais <

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  21. podria informarse y no provocar panico en la poblacion eso no es de patriotas
    nueva Zelanda tiene 2 casos nuevos y chile tendra mas contagiados pero no es el que tiene mas muertos ademas esta Inglaterra Suecia Alemania Belgica Holanda Iran Turquia que tienen mas muertos que chile y es un pequeno pais una isla que no la puede comparar con chile ud a quien les escribe a esos comentarios cree que los chilenos no nos informamos y no vemos la realidad vivo en Alemania y como otros de mis compatriotas chilenos que vivien aca estamos viendo lo que pasa a nuestro alrededor . ud e escribe a las personas ignorantes que se dejan influenciar por sus comentarios y ademas pone en peligro la siberania de chile ya esta bueno que se cuide. es ud el que escribe estas mentiras en que mundo vivie o ya esta con demencia Senil

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