lunes, 23 de junio de 2025

DOROTHY PÉREZ Y LOS JUICIOS DE DD. HH.

El fenómeno excepcional que representa la acción de la Contralora General de la República, Dorothy Pérez, quien aplica la ley a diferentes situaciones irregulares que antes prevalecían, tiene otra tarea por delante.

Ella probablemente no ha previsto incursionar en los procesos sobre violaciones a los derechos humanos, porque tal vez cree que no se vinculan con su quehacer. Pero objetivamente y de modo crónico ellos sustraen ilegalmente dinero del erario, y el artículo 98 de la Constitución ordena a la Contraloría fiscalizar "el ingreso y la inversión de los fondos del Fisco". Luego, su deber es investigarlos.

Vengo denunciando por años esa ilicitud, sin resultado. Me supera por mucho en esta tarea el abogado Adolfo Paúl Latorre, que está precisamente lanzando la reedición de su libro "Prevaricato", donde aborda la materia circunstanciadamente. Pero no hemos conseguido nada. Ni siquiera la atención de la prensa dominante.

Los juicios sobre violaciones a los derechos humanos son una lucrativa venganza política de la izquierda contra los militares que la derrotaron en su tentativa de conquistar el poder por las armas. Su origen está en la labor represiva contra la guerrilla, acometida desde el 11 de septiembre de 1973. Fue plenamente exitosa, la derrotó y pacificó al país. 

La Ley de Amnistía de 1978 (que terminó beneficiando a muchos más extremistas que uniformados); la prescripción establecida en el Código Penal y muchas veces la cosa juzgada, sellaron el término de la lucha antisubversiva. 

Pero la izquierda descubrió que podía burlar las leyes para cobrar venganza contra los militares y también mucho dinero. Un ministro sumariante, Alejandro Solís, descubrió un ardid y otros magistrados lo usaron: fingir que los extremistas caídos habían sido "secuestrados" y continuaban en esa condición hasta hoy. Entonces dictaminaban en sus sentencias que los subversivos estaban secuestrados hasta nuestros días, condenaban sin pruebas a los exmilitares como "agentes del Estado" y obligaban a éste a pagar millonarias indemnizaciones. Todo ilegal, pero "pasó". De hecho, un presidente supuestamente "de centroderecha" fue el más activo impulsor de ese fraude judicial, presentando cerca de mil querellas contra exuniformados. 

De ese modo los jueces han eludido por veinte años aplicar las eximentes de responsabilidad, como la amnistía, la prescripción y la cosa juzgada, cuyas normas mandan poner término a los juicios.

Antes de eso, cuando en los tribunales colegiados había mayoría de jueces apolíticos, el ardid del "secuestro permanente" o el de buscar algún otro resquicio, como, por ejemplo, decir que los Convenios de Ginebra hacían inaplicables la amnistía y la prescripción (lo cual no es verdad, como bien lo acredita Adolfo Paúl en su referido libro), los juicios no prosperaban. Pero después, nombrada una mayoría de izquierda en el Poder Judicial, los argumentos de los defensores de exmilitares pasaron a ser desechados.

Las condenas llegaron a privar de libertad ilegalmente a medio millar de exmilitares. Cien han fallecido tras las rejas o se han quitado la vida. Unos cuatrocientos sobreviven (muchos en condiciones inhumanas). Han visto flagrantemente violado su derecho humano a un debido proceso, establecido en nuestra Constitución y en tratados internacionales.

Si la Contralora Dorothy Pérez extendiera su celo legalista a esos juicios, inmediatamente comprobaría la ilegalidad, pues todas las condenas se fundan en un supuesto "secuestro permanente" que no existe. Además, corroboraría que el artículo 141 del Código Penal, que describe y sanciona el secuestro, se ubica en su título II, párrafo 3 titulado "Crímenes y simples delitos contra la libertad y seguridad, cometidos por particulares"; y concluiría que, no habiendo sido nunca los exmilitares "particulares", sino agentes del Estado, ninguno habría debido ser condenado ni, por consiguiente, dado lugar a que se sustrajera al Fisco las millonarias indemnizaciones ordenadas por los tribunales en los últimos veinte años.

Antes de la captura del Poder Judicial por la izquierda, los jueces fallaban en derecho. No había condenas a exmilitares ni exacciones ilegales de dinero fiscal. Una sola persona en Chile muestra hoy el coraje suficiente como para regresar al imperio de la ley, poniendo término al escándalo jurídico y moral que constituyen estos juicios, bien descritos por el exministro y exparlamentario Felipe Ward, en una declaración a La Tercera, que le costó se defenestrado en el acto mismo de jurar como ministro del Interior de Sebastián Piñera: "Los juicios de derechos humanos son un cajero automático que tiene la izquierda para sacarle plata al fisco".

Dorothy Pérez es la única persona que tiene las facultades y el temple para poner término a esta vergûenza nacional.

19 comentarios:

  1. Muy bien. Esperemos que se corrija essa infamia por parte de la senora contra lora.

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  2. Don Hermógenes, acabo de comprar su libro "Trampantojo", espero deleitarme igual que Ud. Muchos saludos.

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    1. Gracias por su interés, don Sergio. La verdad fue que me entretuve leyéndome porque ya se me habían olvidado muchas cosas. La opinión pública ya no recuerda casi nada de lo que sucedió. Tanto que los que "castigaron" a José Antonio Kast, bajándolo del primer luqar que ocupaba como presidenciable (ahí partió el Ciclo de Evelyn a la cabeza), ahora lo han devuelto al mismo primer lugar. País de memoria corta.

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    2. Recuerde Hermógenes, El Instituto Psiquiátrico del Dr. José Horwitz Barak (antes Casa de Orates de Nuestra Señora de Los Ángeles) cuenta con las mejores instalaciones y los mejores especialistas del país para atender la grave y avanzada esquizofrenia paranoide que lo viene afectando.

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  3. Don "genuino",
    ¿Qué pasa con su candidata? ¡Ubilla, Ubilla!...

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    1. Mientras tanto, Centurio, vaya ensayando el baile de la colita. Mire que el Guaton está empatando con el FA.

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    2. Alla usted, si eso le sirve de consuelo.

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    3. ¡Concéntrese en su candidata y en su Ubilla, en su Ubilla!

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    4. Tiró la toalla, Centurio. Bueno, vote Kast. El gordo será un buen seremi.

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    5. No, no ha tirado la toalla. Sigue adelante. Usted preocúpese de su flamante asesor Ubilla...

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  4. Hola Hermo, creo terminaras votando por Kast- por quien pienso ya votaste.

    La pregunta es si ganara además ambas Cámaras crees seria capaz de arreglar este pais?

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  5. Don Hermogenes:

    Tarde o temprano la Contralora tendrá que meterse justo donde las papas queman, donde le tendrán de mas que seguro la trampa para que caiga. Incluso la "independencia de poderes" le va a cerrar la puerta en la cara, porque la contraloría no es una entidad que esté por sobre los demás poderes del estado.

    Los zurdos ya urdieron todo de tal manera de que cuando caigan los responsables, no les salga ni por curados y será muy poco lo que puedan o tengan que reponer. Ya pasó con los falsos exonerados en donde hasta la mismísima Isabel Allende, la que quería "vender" la casa, estaba metida hasta el tuétano, pasó con Javiera Blanco, con la Iraci Hassler e incluso con la Tohá, que nunca respondió por su mala gestión como alcaldesa de Santiasco.

    Si el congreso le otorga más atribuciones, se volverá imparable.

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    1. Apango, aburrete con tus autoreferencias. eso de reflejar tus taras en los demas llego a ser patológico. ¿o estás picado porque no te renovaron la PRAIS?

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  6. Don Hermógenes,
    Doña Dorothy hace honor a su apellido y esperemos que siga adelante en su caza de sinvergüenzas, incluido a los victimarios prevaricadores...cosa difícil, ya que esa "mafia multimillonaria" es protegida por "leyes vinculantes" internacionales promulgadas por otros mafiosos y además, Doña Dorothy "pareciera" estar vinculada con el PPD...

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  7. Sr. Hermógenes Pérez de Arce
    Presente

    Estimado don Hermógenes:

    Junto con saludarle cordialmente, me permito escribirle como lector interesado en profundizar ciertos aspectos de su valiosa obra, especialmente aquellos relacionados con el fenómeno del exilio durante el período de gobierno militar en Chile.

    En particular, me encuentro realizando una investigación centrada en el número de personas que fueron exiliadas por sentencia judicial o mediante conmutación de pena por extrañamiento. Tengo conocimiento de que usted ha abordado el tema en sus publicaciones, citando fuentes oficiales y documentos verificables.

    Le agradecería enormemente si pudiera indicarme en qué libro(s) usted desarrolla este asunto, y si fuera posible, señalar las fuentes documentales o decretos específicos que respalden dicha información.

    Mi intención es adquirir la obra correspondiente y profundizar en el análisis con base en sus referencias, siempre en un marco de respeto y búsqueda rigurosa de verdad histórica.

    Agradezco desde ya su atención, y quedo atento a su amable respuesta.

    Con admiración y respeto,
    Patricio Castillo Hernández

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