sábado, 29 de octubre de 2022

Justicia con Fines de Lucro

Yo iba a escribir un blog lapidario, "Cruces Reiterados de la Línea Roja", y ya tenía un borrador, cuando leí en El Mercurio la condena del ex comandante en jefe Juan Emilio Cheyre y otros en el "Caso Caravana", episodio La Serena, recién dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago. Ese fallo es constitutivo de delito y tan ridículo, ilegal y vergonzoso que se justifica postergar mi otro blog. 

La judicatura chilena figura en estadísticas internacionales como la peor del mundo y se lo tiene merecido. Este caso, que conozco bien, explica por qué. Lo traté en mi libro, nunca desmentido y best-seller en su tiempo (2000), "La Verdad del Juicio a Pinochet". Lo de La Serena fue el comienzo de lo peor que le aconteció al gobierno militar y culpa del comandante Sergio Arredondo, hoy fallecido.

El 16 de octubre de 1973, temprano, salió de Santiago la comitiva de Arellano, encargada de acelerar consejos de guerra, porque los regimientos mantenían numerosos presos cuyos familiares los rodeaban y reclamaban a voz en cuello. Al partir a La Serena, por primera vez se incorporó a la comitiva, que venía del sur, donde no había tenido contratiempos, el comandante Arredondo. Llegados a destino, mientras Arellano trabajaba con el comandante del regimiento local, coronel Ariosto Lapostol, el comandante Arredondo sacó a 15 presos de su lugar de detención, acompañado de su amigo, un oficial local recién reincorporado, Tomás Harris. Los llevaron a un galpón, a cuadras de distancia de donde se hallaban Arellano y Lapostol, según me confirmó personalmente el general Cheyre hace unos veinte años, en un almuerzo en el fundo del almirante Poisson.  

Arredondo, por sí y ante sí, hizo fusilar a los 15, participando él directamente. Eso fue sucintamente lo que ocurrió y quedó reiteradamente aclarado en el juicio ante Juan Guzmán y en un "consejo de honor" convocado en el año 2000 por el general (r) Jorge Court, amigo tanto de Lapostol como de Arellano. Ambos estuvieron de acuerdo en que ninguno tuvo nada que ver en las 15 muertes ni las ordenó. Por supuesto, menos tuvieron que ver los ayudantes de ambos, los entonces jóvenes tenientes Juan Emilio Cheyre, de Lapostol, y Viterbo Cheminelli, de Arellano; ni tampoco el piloto del helicóptero, Emilio Robert de la Mahotiére. Pero la Corte ahora condena a 10 años y un día a Cheminelli como coautor, a 5 años y un día al piloto como cómplice y a 3 años y un día a Cheyre como encubridor, amén de imponer 5 años y un día a otros dos jóvenes oficiales locales que tuvieron la mala suerte de estar cerca del galpón. Todo lo cual es disparatado, pero se explica porque el verdadero y único responsable falleció y el propósito del juicio es el lucro: para cobrar es preciso cargar el delito a alguien vivo, por inocente que sea.

Como Cheyre ha prestado invaluables servicios a la izquierda, entre ellos declarar en 2004 que el Ejército reconocía su responsabilidad "en TODOS los hechos punibles y moralmente reprochables del pasado" que eran culpa de la izquierda, la Corte, agradecida, le remitió la pena, es decir, la cumplirá en libertad. Yo he situado a Cheyre, en otro libro mío, "Miserias Morales de la Chilenidad Actual", entre los tres mejores colaboradores del comunismo en su tarea de vengarse de los uniformados. Los otros dos: Patricio Aylwin y Sebastián Piñera.

La Corte de Santiago ha violado en este caso la ley de amnistía, la presunción de inocencia, la prescripción, la cosa juzgada, las leyes reguladoras de la prueba y las que obligan a buscar la verdad de los hechos y a considerar tanto las circunstancias que acreditan culpabilidad como las que eximen de ella, todo con tal de sustraer al fisco centenares de millones de pesos. Su ostensible prevaricación debería algún día llevar a los firmantes del fallo a cumplir una pena privativa de libertad de hasta tres años, de acuerdo con el art. 224 del Código Penal.

Espero me quede suficiente vida para ver que se haga justicia. 

lunes, 24 de octubre de 2022

La Constitución Nos Llama

En lo económico-social ni la Concertación ni Aylwin se perdieron. Por eso respetaron el modelo. Sólo "le rayaron la pintura" subiendo impuestos y deteriorando el mercado laboral. Eso tuvo un costo: mientras el impuesto a las empresas fue 10 % (1985 -1991), el país creció 6,32 % anual; Aylwin lo subió a 15 % (1992-2002) y el país creció menos, 5,6 %; cuando Frei R-T lo subió a 17 % (2003-2011) el país creció todavía menos, 4,7 % anual; Piñera y Bachelet II lo volvieron a aumentar a 27 % (2012-2017) y el crecimiento del PIB bajó a 2,7 % anual. En esos años Donald Trump bajó el mismo impuesto en EE. UU. de 35 % a 21 % y hubo un aumento del crecimiento allá (Camilo Cammas, Economía y Sociedad 13.03.19). El izquierdismo achicó la torta y generó malestar social.

Pero Bachelet II y el comunismo, llegados al gobierno en 2014, necesitaban más "pegas" y propusieron cambiar la Constitución, cosa que no le interesaba a la gente. La izquierda no produce nada útil y, entonces, necesita más puestos en el Estado, para vivir mejor y repartir "pegas". Como la Constitución limita a éste a un papel subsidiario y no le permite crecer, la "izquierda con fines de lucro" necesita derogarla para que haya más Estado y así poder dar más "pitutos" a su clientela. Incluso con la actual Carta, desde 1990 y hasta la fecha se arreglaron para que los burócratas tuvieran sueldos 50 % mayores que en el sector privado ("La Tercera" 20.11.21). Ése es todo el tema. Si no derogan la Constitución no pueden crear más pegas ni ganar más plata a costa de "we the people".

Las políticas de izquierda provocaron malestar social, porque "la torta" --vimos-- creció menos. Además Lagos hizo el plan socialista Transantiago, que aumentó el malestar porque quitó horas de hogar a los trabajadores y ocasionó enormes pérdidas fiscales (700 millones de dólares anuales; mientras el sistema libre de las micros amarillas dejaba ganancias). Más encima, Bachelet II discurrió otro negocio socialista, el de la inmigración descontrolada, que perjudicó a los pobres, porque llegaron haitianos que pagaron caro el pasaje para venir a hacer acá trabajos por menos plata que la que ganaban los chilenos. Menos crecimiento, menos trabajo, menos tiempo en la casa, peor locomoción hicieron que se acumularan las deudas y el malestar popular: El descontento, pues, fue de origen exclusivamente socialista. Y Lagos con su reforma constitucional de 2005 deterioró el sistema electoral y transformó al Congreso en un circo que irritó adicionalmente al ciudadano común. 

Entonces los marxistas, causantes del malestar social, hicieron una maniobra propagandística maestra, la "Gran Willy" o "Gran Cambiaso": desataron las violencia callejera culpando al modelo neoliberal y a la Constitución. La ocasión la dieron las tarifas de la locomoción que tuvieron que subir, en parte por cambiar al Metro su fuente de electricidad a las energías verdes, que son más caras. Piñera se rindió, en lugar de declarar la inconstitucionalidad de los 14 partidos sediciosos, inhabilitar a sus parlamentarios comprometidos con la violencia, de acuerdo a los artículos 19 número 5 y 60 de la Constitución y meter presos a discreción a los violadores de la Ley de Seguridad, la Antiterrorista y el Código Penal. Siempre lo habían hecho así Presidentes con pantalones ante las insurrecciones de 1934, 1949, 1957 y 1964, y Pinochet en los 17 estallidos insurreccionales de los 80. 

Tras la rendición de Piñera era inminente la Tercera República Socialista, después de las de 1932 y 1973, cuando a alguien se le ocurrió hacer obligatorio el voto, para asegurar el triunfo del Apruebo. Y ahí vino la gran sorpresa: ganó la derecha. Kast había sacado 3 millones 649 mil votos en 2021 y el Rechazo sacó 7 millones 882 mil votos el 4 de septiembre de 2022. La Constitución recibió un respaldo adicional de 4 millones 200 mil votos. Boric había sacado 4 millones 620 mil votos y el Apruebo subió apenas a 4 millones 860 mil votos. Conclusión: el que antes no votaba era mayoritariamente ¡de derecha! Una marea silenciosa de 4 millones 200 mil votos no quería otra Constitución y respaldó la actual. Los estudios comprobaron que entre los más pobres el Rechazo ganó 70% vs. 30 %, mientras entre los más ricos ganó sólo 60 % vs. 40 %. También que entre los que tenían sólo enseñanza media el Rechazo ganaba por más que entre los que tenían educación universitaria. Los más pobres son más derechistas, pero no votan si no están obligados y no hablan ni saben de política. Sólo tienen sentido común, el cual, como sabemos, se hace fuego con el socialismo. Y liquidaron a éste el 04.09.22. 

En la comuna más pobre de la RM, La Pintana, ganó el Rechazo; la elegante Ñuñork fue una de las 8 del país donde ganó el Apruebo. ¿Cómo se entiende eso? Mera imbecilidad, dicho "con respeto". Igual que la del niñito bien que destruyó un grifo y era partidario del Apruebo. O que los grandes empresarios apoyando lo mismo que los comunistas. En la Araucanía, donde están radicados la revolución armada comunista y el separatismo, el Rechazo ganó con el 80 % de los votos. En una comuna del norte, ciento por ciento indígena aymara, Colchane, el Rechazo ganó con el 95 % de los votos. Es la más derechista y la que más sufre con el negocio izquierdista de la inmigración ilegal. El sentido común es antisocialista y no está correlacionado con la educación superior ni con la riqueza. 

Restablecida la verdad política por el voto no-voluntario de la gente con sentido común, se confirmó la Constitución de 1980, como lo dice expresamente su artículo 142. Y, por ahora, se salvó Chile del comunismo por segunda vez desde 1973. Entretanto, el principal adalid de la nueva Constitución, Gabriel Boric, obtiene dos tercios de rechazo, 66 % (Cadem).

Pero ¡oh sorpresa! ¡Boric recibe apoyo del "vientre blando" de la centroderecha! A la izquierda le presta ropa el primer editorial de El Mercurio del 05.09.22, según el cual ¡el proceso constituyente sigue! Francisco Chahuán y Javier Macaya, presidentes de RN y UDI, respectivamente, corrieron el 5 a La Moneda a apoyar a Boric y decirle que están con él en su deseo de cambiar la Constitución. Boric mismo repite: "el proceso no ha terminado." Sólo falta que aparezca de nuevo Macaya con la camiseta con Jaime Guzmán baleado y que vaya a reconfortar en París a su asesino Palma Salamanca, al igual que Boric. Los grandes empresarios ¡también quieren darles a los comunistas su nueva Constitución! Por suerte los más chicos, los de Cumsille, son muchos más y anhelan orden público antes que nueva Constitución, entonando el himno de Carabineros.

La derecha ganó con el 62 %, pero su "vientre blando" entreguista no halla cómo arreglarse para perder. Hasta excomunistas, como Sergio Muñoz Riveros o Max Colodro, ya han visto la luz y se preguntan hasta cuándo el piñerismo insistirá en entregarse. Éste responde, como el escorpión picando a la rana, "es que está en mi naturaleza, no sé hacer otra cosa". Pero los votantes obligados de la mayoría silenciosa recitan: "Que no ataje nuestro paso mina, foso ni trinchera/ cuando oigamos que nos gritan la Constitución y la bandera: "¡Hijos míos, defendednos, estamos aquí!". 

viernes, 21 de octubre de 2022

Estamos en Chile

Ayer Boric, hablando ante pequeños empresarios, se molestó porque alguien contradijo su aserto de que hay un "mandato de la mayoría" para hacer una nueva Constitución. Pero eso no es verdad. No existe. No consta en ninguna parte. Pero no pasará nada. No importa. Estamos en Chile.

 En carta a El Mercurio, "Claudio Alvarado, Investigador IES" dice: "Chile carece de un pacto constitucional ampliamente compartido y legitimado". No es verdad: el pacto constitucional actual ha sido el más ampliamente compartido y está legitimado. Fue aprobado en 1980 por el 67 % del electorado, un 56 % de la población, proporción mayor que en los comicios de los últimos años, salvo el reciente plebiscito del 4 de septiembre. También la Constitución fue ratificada y legitimada en 1989, en plebiscito acordado entre la Concertación y el gobierno de Pinochet. Votó el 86 % de los inscritos y la ratificó el 91,25 % de los votos. Finalmente, en 2005 fue modificada y, debido a un acuerdo entre el gobierno de Ricardo Lagos y la oposición, no hubo plebiscito. Lagos aprovechó de sustituir con su firma la de Pinochet, declarando que, por fin, teníamos una Constitución democrática "acorde con el espíritu de Chile, del alma permanente de Chile". En definitiva, es "la casa de todos". Pero Alvarado dice que no ha sido legitimada. No es verdad pero no importa. Estamos en Chile.

Los que más faltan a la verdad son los jueces. Al general (r) Hernán Núñez Manríquez lo han recién condenado a virtual presidio perpetuo (15 años, teniendo él 79) por un supuesto "delito de lesa humanidad" ocurrido en 1973, no cometido por él. Y de hace 49 años. La prescripción más larga del Código Penal es de 15 años. ¿Cómo pueden entonces condenarlo? Faltando a la verdad, a la ley o a ambas. Es lo que hacen nuestros tribunales a los uniformados (r). Hay jurisprudencia. Hasta hace poco, para burlar la prescripción y la amnistía, fingían que los procesados mantenían secuestradas a sus víctimas desde 1973 (secuestro permanente). De hecho, acaban de condenar a 32 militares (r) por tener secuestrado desde 1974 hasta hoy al mirista Zacarías Machuca. Otra mentira. No importa. Estamos en Chile.

Pillados muchas veces, los jueces decidieron cambiar la causal y últimamente argumentan "delito de lesa humanidad", que declaran "imprescriptible". Pero esos delitos no existían cuando ocurrieron los hechos y la Constitución dice: "Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración". La ley estableció los delitos de lesa humanidad en 2009 y además dice que no se aplicará a hechos anteriores a su publicación. Tampoco importa. Estamos en Chile. 

La sanción teórica para los jueces que mienten y prevarican es privación de libertad hasta por cinco años. Si "se diera vuelta la tortilla" irían presos. Pero por ahora no importa, estamos en Chile y no les pasará nada.

martes, 18 de octubre de 2022

Deserciones

En 1973 se pronunciaban por el término de la dictadura comunista: (1) La mayoría de 81 diputados Nacionales, DC, de la Democracia Radical y del Partido de Izquierda Radical versus 47 marxistas. (2) La Corte Suprema, por la negativa del Ejecutivo a cumplir fallos. (3) La Contraloría General de la República, por decretos "de insistencia" ilegales. (4) Los principales dirigentes industriales, a quienes, en entrevista con el presidente del Senado, Eduardo Frei Montalva, éste les declaraba: "esto se arregla sólo con fusiles" y los mandaba a hablar con los Comandantes en Jefe (Acta Rivera). (5) Los demás líderes de la grande, mediana y pequeña industria y comercio, agricultura y transporte. Este último gremio estaba en huelga general en 1972, como consecuencia de la cual Allende impuso el toque de queda (El Mercurio de hoy, A 2, "Hace 50 Años"). (6) Los mineros de "El Teniente". (7) Las dueñas de casa que golpeaban sus cacerolas vacías. (8) Los colegios profesionales Médico y de Abogados, clamando contra ilegalidades.

Más de 49 años después, hoy 18 de octubre de 2022 de nuevo gobierna el comunismo, pero con menos oposición que el '73. Pues (1) controla el Ejecutivo y, en particular, su cartera de Defensa, a cuya cabeza están la nieta del dictador Allende e hija de un ex jefe de inteligencia cubano, con un subsecretario comunista que crea una nutrida planta de comisarios rojos para lavar cerebros de uniformados. (2) El régimen controla aproximadamente la mitad del Poder Legislativo, a diferencia de 1973, cuando era minoría. (3) Lo apoya el conglomerado piñerista ChileVamos, que desertó del sólido anticomunismo del PN del '73 y hoy adhiere al Proceso Constituyente con que Boric busca remover el único obstáculo que hay contra la preeminencia del Estado: la Constitución. La de 1925 no fue obstáculo para Allende, en parte porque tampoco la respetó. (4) Han desertado también de la oposición al régimen comunista que llevaban a cabo hace 49 años, medios de prensa como El Mercurio y La Tercera, que hoy apoyan el Proceso Constituyente de éste. (5) Han desertado asimismo canales de televisión, hoy en manos de la izquierda pro-gobierno, a diferencia del '73, en que las estaciones universitarias eran antimarxistas. (6) Hasta ha desertado de la lucha el empresariado, autoinculpándose , "comprando" la propaganda oficial y apoyando el Proceso Constituyente para aliviar, dice, "el descontento ciudadano", como si éste no tuviera origen en las políticas socialistas y no en la conducta empresarial.(7) Desertaron, en fin, los colegios profesionales de Abogados y Médico, el primero ejerciendo hasta censura previa contra un asociado suyo en su revista, con tal de encubrir la prevaricación sostenida de la dictadura judicial roja.

El comunismo domina además el nuevo sistema procesal penal, hoy preferentemente dedicado a perseguir carabineros. A éstos su institución los da de baja cuando enfrentan querellas por defender el orden público. Posteriormente sufren largas condenas, tras un sesgo inaceptable de fiscalías y tribunales, denunciado por la abogada Nubia Vivanco ("Querella a fiscal Chong.pdf").

Y, publicitariamente, el régimen ha impuesto lo que he llamado "el Gran Cambiaso", un gran engaño, consistente en culpar al "modelo neoliberal" y "la Constitución" del deterioro causado por el socialismo marxista. Ricardo Lagos, con su plan Transantiago, robó horas diarias de vida hogareña a los trabajadores metropolitanos. Michelle Bachelet hizo caer el crecimiento y el empleo con su reforma tributaria y su negocio de inmigración descontrolada en perjuicio de los más pobres. El marxismo redujo el ingreso por habitante de US$15.743 que era en 2013 a US15.603 en 2022 (World Economic Forum, oct. '22). Y achacó el malestar social consiguiente al "modelo neoliberal" y a la "actual Constitución". Fue increíble que empresarios y políticos de derecha hayan comprado tal engaño, pero más increíble aún que se autoinculparan, adhiriendo a la derogación de la Constitución, único y último dique contra un Estado todopoderoso..

En consecuencia, si alguien, ante el espectáculo lamentable del Chile actual pregunta "¿por qué fracasa este otrora gran país?", la respuesta debe ser: "por la imbecilidad de su élite".

sábado, 15 de octubre de 2022

En Manos Comunistas

Lo que más necesitan los comunistas es derogar la Constitución: minimiza al Estado y ellos viven de él. Sus adversarios de siempre ¡increíble! le están haciendo la pega: el piñerismo, es decir, RN, la UDI y Evópoli, junto con El Mercurio, La Tercera y ¡hasta la cúpula empresarial! impulsan otro "proceso constituyente".

Dominan el gobierno con Camila Vallejo, el senado con Guillermo Teillier y la Cámara con Karol Cariola. Lo primero que obtuvieron fue lo más importante, el ministerio de Defensa. La nieta de Allende, hija de un top de la inteligencia cubana, Fernández de Oña, se hizo cargo. Tenía la formación. Galo Edelstein en la subsecretaría clave nombra a los suyos y maneja los currículae de las escuelas uniformadas.

Lorena Pizarro, la más combativa, preside la Comisión de DD. HH. de la Cámara. Prepara un proceso "por lesa humanidad" contra Sergio Micco, el kerensky al cual echaron del Instituto de DD. HH. porque dejó de serles útil, pues se negó a propagar sobre Piñera lo mismo que sobre Pinochet: que era un "violador sistemático de DD. HH." En Chile habían armado una guerrilla de 20 mil hombres para tomarse el poder el '73, pero no han cejado en acusar de crímenes de "lesa humanidad" a quienes no se lo permitieron. Ni de cobrar indemnizaciones por eso, pues controlan el Poder Judicial en general y la Sala Penal de la Corte Suprema en particular, que adjudican multimillonarias indemnizaciones incesantes, aún condenando a un general fallecido, como Luis Prussing o a un fiscal de un consejo de guerra que materialmente no podía haber participado en un fusilamiento del '73. Es que los autores materiales murieron y hay que seguir cobrando. Como también las pensiones de cien mil exonerados falsos. Y dominan el nuevo sistema procesal penal: lea usted la querella de la abogada Nubia Vivanco y sepa cómo se han apoderado de la Fiscalía, persiguen a Carabineros y protegen a la "primera línea".

Abogados comunistas están sistemáticamente cambiando nombres, como el del suboficial mártir de Carabineros Fabriciano González de una calle de Peñalolén por el de una guerrillera roja. Lograron que la Armada removiera el monumento de Merino sin ejercer todos los recursos legales para conservarlo. Ya en 2004 el Ejército, a través de Cheyre, ¡se culpó de todo! Y en 2021 Martínez puso la guinda y publicó un libro contra Pinochet. 

Son el principal partido de gobierno y el presidente es su títere. Controlan a las FF. AA. desde Defensa, casi toda la prensa y están derogando la Constitución por mano ajena. En definitiva, tienen a Chile en su mano, tras lograr "el Gran Cambiaso": culpar en 2019 del malestar social (derivado de medidas socialistas como el Transantiago, la reforma tributaria de Bachelet y su inmigración desenfrenada, que hicieron caer la inversión, el empleo y el crecimiento) al "modelo neoliberal". ¡Comunistas, chapeau!

miércoles, 12 de octubre de 2022

Lo Que No Se Puede Entender

Los partidarios de una sociedad libre triunfamos el 4 de septiembre, al recibir 62 % de apoyo la Constitución que la estableció. Se votaba acerca de lo que ella dice en sus arts. 130 a 142. Los que entendemos lo que leemos quedamos convencidos de que terminaba el proceso constituyente y seguía vigente la Carta de 1980. 

Entonces no se pudo entender que al día siguiente El Mercurio, otrora bastión de la sociedad libre, en su primer editorial llamara a "Completar el Proceso Constitucional" terminado el día antes. Éste amenazaba a dicha sociedad libre, al agigantar el rol del Estado. Tampoco se entendió por qué el mismo editorial afirmaba que un 78 % de la ciudadanía, en el plebiscito de entrada, se había pronunciado en favor de una nueva Carta, pues esto era, en el mejor de los casos, una "media verdad", dado que el mismo 78 % determinó que, en caso de rechazarse esa nueva Carta, seguía vigente la actual. En mi blog del 5 de septiembre desafié a El Mercurio a someter ese primer editorial a su sección "El Polígrafo", en la convicción de que no iba a pasar la prueba.

Tampoco se puede entender que los presidentes de dos partidos, RN y UDI, defensores de la sociedad libre y, por tanto, triunfadores el 4 de septiembre, acudieran el 5 a La Moneda a ofrecer al régimen derrotado en la misma fecha, dominado por el comunismo y partidario de aumentar el tamaño del Estado (y disminuir correlativamente la libertad personal), a iniciar otro proceso para conseguirlo. Durante la campaña plebiscitaria se difundió el video de Ronald Reagan advirtiendo que cada crecimiento del Estado implica un detrimento de la libertad personal. En síntesis, nadie puede entender que los defensores de ésta quieran ayudar a los estatistas a reducirla haciendo crecer al Estado. ¿O han dejado de ser defensores de la libertad?

Por supuesto, la gran mayoría probó ser partidaria de la libertad y de los límites que la Constitución impone al Estado. Por eso dicha mayoría halla irreconocibles a los actuales Presidentes de RN y UDI, Chahuán y Macaya. ¿Cómo pueden menospreciar los frutos de la libertad? Justamente dice sobre éstos el primer editorial de hoy del mismo El Mercurio que con la actual Carta   "...entre 1990 y 2019, el ingreso per cápita se multiplicó por 2,5 veces, además el de las personas de menos recursos creció más rápido. Ello explica que el coeficiente de Gini haya pasado de 0,57 en 1990 a 0,45 en 2020 y que la pobreza medida por el indicador más exigente del Banco Mundial ...haya caído de 56 % en 1990 a 8 % treinta años después".

Todo el mundo entiende que los comunistas gobernantes y sus fuerzas afines quieran cambiar la Constitución por otra con un Estado más grande, pues el Estado lo manejan ellos y los enriquece a ellos. Lo que nadie entiende es que sus contrarios quieran ayudarlos en esa tarea. ¿Qué lleva a Chahuán, Macaya, El Mercurio, La Tercera y un largo etcétera de canales y emisoras, asociaciones de empresarios, todos otrora defensores de la sociedad libre, a negociar un cercenamiento de la libertad y un aumento correlativo del Estado? Es la pregunta que nadie responde. 

Por favor, que nadie argumente con "el malestar social", porque fueron medidas estatistas, como las de Aylwin en la Araucanía o la de Lagos con el Transantiago, más las adoptadas desde que el comunismo volvió al gobierno de la mano de Michelle Bachelet, en 2014, más la inmigración descontrolada de ésta, las que condujeron a que hoy el ingreso per cápita sea de US$ 15.603, en circunstancias que en 2013 era de US$ 15.743 ("World Economic Outlook del FMI, oct. '22)). Más socialismo, más Estado y menos crecimiento provocaron el malestar de 2019, en que se fundó la insurrección, y no "el modelo neoliberal" ni "la Constitución de Pinochet". 

Si el inentendible sometimiento de la centroderecha y la élite al gobierno resulta, la Constitución será reemplazada, el comunismo prevalecerá, como ya lo ha hecho en el Ejecutivo, en la Defensa, en el Poder Judicial y en la prensa, y podremos olvidarnos de la vigencia de una sociedad libre en Chile.

domingo, 9 de octubre de 2022

Reflexiones de un Mayoritario

Soy de una sola línea política, conservador en lo valórico y liberal en lo económico-social. Tal como lo fue el gobierno militar, al cual siempre apoyé. Sigo pensando que fue un error no reelegir a Pinochet en 1988, porque bajo una presidencia adicional suya, de nuevos ocho años (1989-1997), no tengo duda de que Chile habría alcanzado el grado de país desarrollado. Y ello en plena democracia, como la que se habría inaugurado el 11 de marzo de 1989, junto con entrar en vigor el articulado permanente de la Carta y un Congreso elegido. Todo lo cual se retrasó un año debido al infortunado triunfo del "No".

Hoy, dentro de esa misma línea, soy partidario de mantener la Constitución vigente, que nos ha permitido el período más exitoso (aunque con crecimiento decreciente achacable a medidas socialistas) de la historia política, económica y social de Chile. Sólo interrumpido por la insurrección revolucionaria, todavía inexplicablemente impune, del 18 de octubre de 2019. 

Hoy me he enterado de que concuerda conmigo en mantener la Constitución de 1980 el 97 % de los chilenos, según encuesta Black & White publicada en El Mercurio de esta fecha, p. D4. Pues en ella sólo el 3 % menciona, y en último lugar, "nueva Constitución", junto con "inmigración", entre los temas que menos les preocupan. El "medio ambiente" les preocupa cero y no lo menciona nadie, salvo el encuestador que preguntó. Los temas que sí preocupan más a la gente (y no tienen que ver con la Constitución) son delincuencia (52%); la economía, el desempleo y el bajo crecimiento (22%); las pensiones, la salud, la educación y la vivienda (9%);  la división y la odiosidad políticas (6%); y la desigualdad (4%), que Boric menciona a cada rato pero a casi nadie le importa. 

Por consiguiente, por segunda vez en poco más de un mes y desde el 4 de septiembre, he vuelto a sentirme mayoritario. Ello tras 32 años sufriendo la condición inversa, pues también fui opositor de la Concertación, de Sebastián Piñera y de la Nueva Mayoría. 

Infortunadamente han abandonado esta condición mayoritaria, de la ciudadanía y mía, bastiones tradicionales del régimen militar, de la derecha y la libertad, como los partidos RN y UDI y los diarios históricamente derechistas como El Mercurio y La Tercera. Se han pasado todos, inexplicablemente, al bando hoy minoritario de la izquierda y centroizquierda, empeñadas en derogar la Constitución y reemplazarla por otra que no tenga el "estigma" de haber nacido bajo la presidencia constitucional de Augusto Pinochet (1981-1990). "Estigma" que es inexplicable pero persiste, pese a ser, la actual, la Constitución más ratificada popular y democráticamente de nuestra historia. Pues no sólo nació de un plebiscito en 1980, sino que fue ratificada por otro, tras ser reformada en 1989, donde obtuvo el 91,25 % de confirmación; y vuelta a apuntalar por los poderes Ejecutivo y Legislativo en 2005 (lo que hizo innecesario un plebiscito).

Inexplicable resulta este alejamiento del sentir popular de las élites habladoras políticas y periodísticas, como las calificaba Paul Johnson. Pues en reciente twitter José Antonio Kast, líder del Partido Republicano y no incurso en el mismo renunciamiento, ha probado, desmintiendo al periodista Daniel Matamala, tras haber éste afirmado que durante 30 años la mayoría pedía una nueva Constitución, que esta inquietud fue siempre muy minoritaria, según la encuesta anual del Centro de Estudios Públicos.

Cómodamente instalado en esta condición mayoritaria, me apresto a observar cómo salen del atolladero en que se han metido quienes, de manera tan inconsulta e inexplicable, se han entregado a sus adversarios de siempre, renunciando a defender los principios y posiciones que tradicionalmente sustentaron.

jueves, 6 de octubre de 2022

Medio Siglo

Entre recortes que examiné sin motivo, apareció un artículo en "El Mercurio" de diciembre de 1971 de Alone, seudónimo de Hernán Díaz Arrieta, el más famoso crítico literario de entonces, titulado "Salvemos la Palabra". Se refería a un comentario mío del 6 de diciembre de 1971 en Radio Agricultura, según el cual el país estaba siendo destruido por el gobierno marxista. Alone concluía que, mientras eso pudiera denunciarse, todavía quedaba una esperanza. 

Medio siglo después estoy en lo mismo. De nuevo Chile en manos del comunismo y siendo arruinado por éste. La diferencia: hoy está apoyado en su principal propósito (derogar la Constitución) por, prácticamente, todas las fuerzas sociales, de opinión y políticas importantes. Gobierno, partidos de oposición, principales diarios, canales de TV, radios, figuras representativas de todos los colores políticos con un solo propósito. Por poner nombres de actualidad, desde Cayetana Álvarez de Toledo a Daniel Matamala, discrepantes en todo, salvo en lo que más interesa al comunismo: cambiar la Constitución. Imposible no reconocer el triunfo de éste en "la batalla de las batallas", pese a haber perdido estruendosamente, hace un mes, el plebiscito que ratificó la Constitución. Más notable es entonces, como acaba de probar José Antonio Kast, desmintiendo a Matamala, que nunca en 30 años el cambio de ella fue prioridad entre la gente. Pero ¿cuándo la gente ha mandado a los políticos? En Chile sucede al revés. Además, para los rojos la Carta es el gran bastión de la libertad a derribar.

Chile está hoy más indefenso que en 1971, porque está más equivocado. Mejor dicho, engañado. Es casi unánime la versión de que el modelo neoliberal ha generado el malestar. Falso. Lo generó la izquierda con su Transantiago, que privó a la masa de horas de hogar; con la inmigración descontrolada de Bachelet, que hizo caer las remuneraciones de los pobres y resintió los servicios de salud y educación; con las alzas de impuestos de Bachelet-Piñera, que contrajeron el crecimiento y los empleos; con la anulación de Carabineros, que les impidió reprimir saqueos, vandalismo e incendios del metro, iglesias, buses y propiedades. 

Fue, en verdad, un golpe maestro: trastrocar la verdad y culpar al "neoliberalismo". Recorté lo que escribió una empresaria, completamente engañada, el 1º de noviembre de 2019: "muda, estupefacta, en silencio. Así he estado en estas últimas semanas, con un profundo dolor por la ceguera de no haber visto y no haber empatizado con el malestar generalizado a pesar de todas las señales de evidente descontento y pido perdón por eso". 

Eso no ha parado. El marxismo ha destruido grifos, semáforos, trenes, buses, maquinaria; saqueado comercios, liquidado barrios enteros y devastado comunas como Valparaíso y Santiago. Y la empresaria se autoculpó de haberlo provocado. Ayer Evelyn Matthei se abrazaba con el subsecretario comunista Cataldo, persecutor de Carabineros, como si fuera un benefactor. Y hoy Richard von Appen, por los industriales, y Marisol Peña, por los juristas, se ofrecen en "El Mercurio" para facilitar la sustitución de la Carta, bajo la cual se salvó el país de la ruina y la guerra civil hace 50 años, y que les dio diez años de vida adicionales y diez centímetros más de estatura a los chilenos. ¡Hay que cambiarla cuánto antes!

Si Neruda pudiera resucitar de felicidad por lo que sus camaradas están logrando a expensas de la ingenuidad de los chilenos, lo haría hoy.

domingo, 2 de octubre de 2022

Derechistas de Izquierda

Los de derecha de verdad, a secas y sin apellido, sostenemos que la causante del descontento ciudadano manifestado en la violencia de octubre de 2019 (que el des-gobierno del ex DC, no derechista, Sebastián Piñera, renunció a controlar y penalizar) fue la izquierda. El plan socialista Transantiago de Lagos-Bachelet deterioró el nivel de vida y generó pérdidas fiscales exorbitantes; la inmigración descontrolada bajo Bachelet deterioró las remuneraciones, por la competencia de la mano de obra extranjera, y sobrecargó y deterioró las prestaciones sociales de salud y educación; y, en fin, los aumentos socialista-comunistas de impuestos y royalty resintieron el crecimiento, destruyendo empleos y colmando el descontento social. Fue un estallido generado por la izquierda y alentado por la izquierda. 

La gran ironía, o más bien burla, es que se culpó a la derecha y a la Constitución de 1980. Peor aún ¡la derecha compró ese relato! Es que dentro de ella hay demasiados izquierdistas, no ideológicamente pero sí en el sentido de obrar según manda la izquierda. Entreguistas. Ahora mismo sucede: el reciente plebiscito, que ganó la derecha por amplio margen y mantuvo la Constitución (elaborada bajo un gobierno de derecha, como lo fue el militar, y redactada por una comisión predominantemente de derecha, primero, y después casi totalmente integrada por gente de esas ideas) ahora dirigentes de la UDI, RN y Evópoli, partidos de centroderecha, e incluso uno del Partido Republicano, el único de derecha, fueron a La Moneda a ofrecerle transformar su derrota en triunfo e iniciar un nuevo proceso constituyente. El republicano posteriormente se distanció, pero los restantes han continuado entregándose y precisando "bordes" (que están todos en la Constitución actual) para evitar que el nuevo proceso termine igual que el primero.

Para peor, la élite empresarial en pleno apoya este nuevo proceso. Su vocera, Cristina Bitar, explica que lo hace "porque Chile tiene que responder al descontento ciudadano". ¡Confesión de culpa! Pero vimos que el descontento es culpa de la izquierda. ¡Empresarios buenos para ganar plata y perder elecciones con 62 %!

"El Mercurio", otrora bastión de la derecha, hoy con una legión mayoritaria de columnistas de izquierda, entrevista sólo a personalidades de izquierda o entreguistas. Apareció el lunes 5 de septiembre con un editorial que no habría pasado el cedazo de su propia sección "El Polígrafo", pues convocaba a "Completar el proceso constituyente", justamente ya completado el día anterior reafirmando la Constitución actual.

¿Por qué servirle en bandeja esta revancha al adversario? Los dirigentes partidarios argumentan que antes ofrecieron al centro y la izquierda, para atraerlos a votar Rechazo, un nuevo proceso si triunfaba esta última opción. Dicen cumplir su palabra. Pero hay algo más que eso: el historiador e investigador del CEP Juan Luis Ossa, cercano a RN, dice a "La Tercera" del 01.10.22: "Lo que yo veo ahora es una oportunidad de marginarse de los sectores más radicales de la derecha". El término "marginarse" apunta a un deseo de deshacerse de la derecha.

Ya desde su fundación, en los años '80, la difícil convivencia de RN con la UDI hizo imposible que ambas tendencias integraran un solo partido, Renovación Nacional. De ahí surgió la escisión UDI: Unión Demócrata Independiente, con Jaime Guzmán a la cabeza.

En un comienzo, en los años '90, la UDI obtuvo triunfos electorales superiores a los de RN y parecía destinada a ganar la Presidencia de la República con Joaquín Lavín, pero entonces surgió en RN la figura de su senador Sebastián Piñera, que confesaba no ser de derecha. Después éste llegó a la Presidencia "abrazando las ideas de la izquierda", como confesó su lugarteniente, Rodrigo Hinzpeter. El mismo Lavín (UDI) emprendió igual deriva, distanciándose del gobierno militar (ambas colectividades eliminaron de sus declaraciones de principios el reconocimiento al régimen militar). Y Lavín terminó declarándose "socialdemócrata".. 

Esta dificultad de la derecha para ser tal amainó con el triunfo de José Antonio Kast, de derecha declarado, en la primera vuelta de 2021. Hasta entonces la izquierda y la DC creían lapidar a cualquiera con sólo tacharlo "de derecha." Kast obligó a revisar tal estrategia, en particular cuando en la misma ronda resultó relegado al cuarto lugar el candidato de RN, el centroizquierdista Sichel, favorito de las élites entreguistas. Y quinta quedó la DC Provoste. Surge la pregunta: ¿hasta cuándo se va a entregar la "centroderecha"? ¿Hasta que ya no quede sino lo que describía el dictador Allende el 7 de septiembre de 1973, "harina para tres días más"?

El país sólo puede ser salvado por una derecha con personalidad. A lo Meloni: "Dios, Patria, Familia y Libertad". Con Constitución recién ratificada (por tercera vez) y el orden que legara Pinochet. Y sin terrorismo ni conflicto en la Araucanía; con bajos impuestos, Estado pequeño subsidiario y creciendo 10 % anual.