jueves, 30 de mayo de 2019

Se Da Vuelta la Tortilla

La señora y sus pasajeros venían del sur, entrando a la Costanera Norte, cuando tres autos le cerraron el paso y bajaron siete individuos armados que le exigían bajarse, pero ella se pegó a la bocina y entonces ellos aporrearon los vidrios, sin lograr quebrarlos porque eran, si no blindados, muy sólidos. Al ruido acudió un detective que estaba en la pista contraria en un procedimiento y al ver el encierro del auto disparó contra el auto de atrás, creyéndolo de los asaltantes pero hiriendo a la pasajera de un Úber que no tenía nada que ver. Por lo menos los asaltantes se asustaron y huyeron. Sólo el detective está detenido. Los carabineros estuvieron hasta las tres de la mañana en el domicilio de la asaltada recabando antecedentes y le dijeron que se producían diez casos diarios como el que ella sufrió. Nada salió en ningún diario.

Cada vez que detienen a un delincuente resulta que tenía decenas de órdenes de aprehensión pendientes. "Puerta giratoria". Andan sueltos asaltando y nadie hace nada.

Los más viejos se acuerdan de Pinochet, cuando los "patos malos" no tenía todas las garantías de hoy. Porque en ese tiempo el Ejército entraba a las poblaciones, reunía a todos los hombres en la cancha de fútbol y a los que tenían órdenes pendientes se los llevaban a la cárcel y los "patos buenos" se iban de vuelta a sus casas. Por eso los pobladores mayores extrañan a Pinochet. 

Y bajo su gobierno no había "conflicto mapuche", sino que la Junta de Caciques lo había proclamado "gran jefe, conductor y guía", "ullmen f'ta lonko" y en la Araucanía ganó el Sí. ¿Cómo? Dando miles de títulos de dominio a los miembros de las comunidades que, convertidos en propietarios, hacían lo que querían con sus tierras. Ahora en la Araucanía les regalan tierras a los violentistas y por eso los atentados campean casi como en las autopistas de Santiago. Los terroristas andan sueltos y los carabineros son los perseguidos de la justicia.

El país casi no crece porque la burocracia, los ministerios y los impuestos ahogan todo. Piñera se dedicó a crear ministerios y subir impuestos en su primer gobierno y Michelle Bachelet siguió en la misma línea y la agravó con su reforma laboral. Hoy es tan difícil producir que la gente invierte menos. El país cayó del lugar 35 al 42 en el índice mundial de competitividad.

Los gobiernos de la Concertación, incluyendo los dos de Piñera, más el de la Nueva Mayoría, crearon tantos empleos fiscales y tan buenos sueldos burocráticos que hoy día, a igual función, se gana mucho más en el sector público que en el privado. Y siguen inventando ministerios nuevos, superintendencias y burocracia que no deja producir.

Discuten reformas de educación y salud estos nuevos socialistas, cuando, si le dieran la plata que gastan los ministerios respectivos a la gente, que es mucha plata, pues  gastan ocho o nueve BILLONES de pesos al año cada uno, las familias podrían mandar a sus hijos a los mejores colegios particulares pagados, éstos crecerían en número y la educación chilena daría un salto adelante enorme. Y todos podrían tener un seguro de salud mejor que cualquiera actual.

Cuando Pinochet dio libertad para fundar universidades, en 1981, entraron un millón de jóvenes, que antes no tenían cupo, a la educación superior, gracias a las instituciones privadas, que formaron una verdadera industria nueva, con grandes inversiones del exterior. La Concertación destruyó esa industria, hoy "a tres cuartos y un repique".

La gente quiere orden y libertad, justo lo que dio Pinochet. Ahora lo único que hay es plata para delincuentes y terroristas. Andan sueltos atentando contra la gente que trabaja y produce. Se llevan centenares de millones de dólares anuales en dinero fiscal gracias a la dictadura judicial de izquierda que se los concede, mientras encarcela militares.

Piñera, hoy un "pato cojo" (hasta Allamand se dio cuenta y por eso se autoproclamó candidato presidencial), está desesperado porque, mientras más sale en los diarios, más baja en las encuestas. En la Cerc-Mori, que no puede controlar, tiene 27 % de aprobación y 63 % de rechazo. Le dijeron que no saliera tanto en los diarios y la tele para no seguir bajando, porque a la gente le cae mal. Pero sólo aguantó un par de días sin ver a la imagen que más quiere en el mundo en primera plana. Así es que hoy aparece en "La Tercera", p. 6, con un casco que dice "Intendente", porque había avisado que no iba a ir a Concepción y como no resistió más fuera de los focos y fue, le tuvieron que quitar el casco al Intendente y dárselo a él, junto con el del Alcalde y del Ministro.

Se está "dando vuelta la tortilla", la gente se aburrió de los demagogos figurones. Tanta es la "vuelta de tortilla" que hasta el Opus Dei, que se había pasado al No hace años y sus columnistas de "El Mercurio", Joaquín García-Huidobro y Hernán Corral, ya ni defendían de la prevaricación a los Presos Políticos Militares y ni siquiera los nombraban cuando criticaban el activismo judicial, ahora han empezado a hacerlo en sus últimas columnas, criticando que se los mantenga presos con alzheimer y que no se les aplique la prescripción que beneficia a los terroristas de izquierda, como en el caso del secuestrador comunista de Cristián Edwards, a quien el ministro rojo Carroza dejó libre, porque según la justicia chilena si usted secuestra a un derechista no es delito de lesa humanidad y corre la prescripción, pero si secuestra a un terrorista sí lo es y no corre.

La gente añora los tiempos en que había orden y paz, la justicia de izquierda no se había tomado los tribunales, no había diez asaltos diarios a automovilistas, no había decenas de atentados mensuales en la Araucanía, la burocracia no tenía sueldos millonarios ni paraba todos los proyectos y la gente en las poblaciones podía salir a la calle en las tardes y noches sin que los "patos malos" la asaltaran. Cuando el país crecía ocho a diez por ciento, mejoraba  en el índice de competitividad y la gente se subía a un auto segura de que nadie se lo iba a quitar. 

¿Se estará dando vuelta la tortilla? El tiempo lo dirá.

sábado, 25 de mayo de 2019

Un Consenso Inmoral

Lucía Santa Cruz, en "El Mercurio" del viernes, enumera los factores de una crisis moral: "Sacerdotes emblemáticos acusados de los crímenes más viles; colusión en las empresas, corrupción en el Ejército, en Carabineros, en el Poder Judicial y en la fiscalía. Instituciones fundamentales de la democracia, como partidos políticos y Congreso, resquebrajados y despreciados por la ciudadanía. (...) Narcotraficantes que se apoderan de la ciudad y entierran a sus muertos literalmente en gloria y majestad, bajo la protección de las fuerzas de orden. Dos récords nacionales para enorgullecerse poco: país con el más alto consumo de marihuana en adolescentes y el índice más alto de todo el mundo (74,3 %) de niños nacidos fuera del matrimonio, los cuales, en un porcentaje alto, se verán privados de la contención que entrega la presencia permanente de padre y madre. Niños en situación de calle o a cargo del Estado, maltratados y, en varios casos, asesinados bajo su protección". Y entonces llama a un consenso moral.

Pero uno podría adicionar ese recuento, pues no es completo: una mayoría que votó en 2010 para Presidente por un recién condenado por compra de acciones con información privilegiada y volvió a elegirlo en 2017, pese a que obtuvo más de 500 millones de pesos de financiamiento electoral ilegal mediante facturas no correspondientes a prestaciones efectivas, parte de cuya suma no dedicó a la elección sino a pagar bonos a ejecutivos de una empresa suya; instalaciones de lujo y servicio de hotelería de primera dentro del presidio para narcotraficantes, lo que habla a gritos de soborno, pero no hay ningún acusado de soborno; numerosas sentencias judiciales fundadas en falsedades flagrantes, como las que aseveran que los condenados mantienen hasta hoy personas secuestradas en sus celdas; múltiples otras sentencias que contravienen todas las bases del debido proceso; fallos habitualmente dictados contra leyes expresas y vigentes; aplicación de figuras delictivas inventadas o consagradas después de los hechos sancionados por ellas; todos los terroristas condenados antes de 1990 amnistiados o indultados y sólo un militar indultado, mientras cada vez más de sus camaradas van siendo condenados a presidio sin beneficios; 6.200 millones de dólares de indemnizaciones derivadas de la prevaricación judicial y reserva de otros dos mil millones para los próximos cinco años; pago indebido de pensiones a decenas de miles de falsos exonerados y falsos torturados. Y está lejos de ser una enumeración exhaustiva.

¿Qué consenso moral puede haber en un país así, si el único consenso real que hay consiste en aceptar que impera la inmoralidad general?

Esa es la radiografía de una nación esencialmente deshonesta. Tanto lo es que ni siquiera pueden instalarse fotorradares para controlar el exceso de velocidad, porque casi todos la exceden y usan su potencial mayoría electoral para impedir que los alcaldes decreten aquella instalación.

Un país donde los de un lado denuncian los atentados o crímenes de Carlos Prats, Bernardo Leighton, Orlando Letelier, Tucapel Jiménez y Contreras Maluje y del otro lado les replican con los del teniente Lacrampette, del teniente Carevic, del carabinero Heriberto Novoa, del coronel Roger Vergara, del general Carol Urzúa, del carabinero Vásquez Tobar, de los tres escoltas del general Sinclair, de los cinco del Presidente Pinochet, de la mayor Olderock, del coronel Luis Fontaine, del agente Roberto Fuentes Morrison, de los generales Leigh y Ruiz Bunger y del senador Jaime Guzmán.

¿Por qué enumero más atentados contra los nuestros que contra los de ellos? Porque en Chile existe el acuerdo inmoral de que en política cada uno tira para su lado.

De manera que los únicos consensos que pueden alcanzarse en Chile son los consensos inmorales, como el logrado para designar ministros de la Corte Suprema: ustedes votan por uno de los nuestros y nosotros votamos por uno de los de ustedes. Como partiendo de la base de que no existen jueces realmente morales, que apliquen las leyes objetivamente y no sean ni de nosotros ni de ustedes. Pues si existieran, no podrían llegar a la Corte Suprema, como la ministra Raquel Camposano, nunca nominada, el ministro Juan Manuel Muñoz Pardo o el ministro Alfredo Pfeiffer, ambos rechazados porque la izquierda es tan inmoral que ni siquiera respeta su palabra de cumplir un acuerdo inmoral.

¿Así es que en Chile no podemos llegar a un consenso moral? Tal vez podamos llegar a uno solo: que nuestra moral no tiene remedio. Y entonces podemos seguir intentando llegar a más consensos inmorales, pero sin ninguna seguridad de que la izquierda los vaya a cumplir.

viernes, 24 de mayo de 2019

El Tumor Está en La Moneda

La otra noche me mandaron un whatsapp con la bandera LGBTI izada en La Moneda. No sé si sería trucaje pero el hecho de que uno conciba que puede ser cierto lo dice todo. 

También me llegó la grabación de un encuentro de la diputada RN Karin Luck y la Seremi de la Mujer, Isabel Varas (Evópoli), hablando ante estudiantes de la Universidad del Desarrollo acerca de la política oficial de "deconstruir" la familia tradicional. Nada de niños jugando con soldaditos de plomo ni de niñitas con muñecas, decía la Seremi.

¿Es que la gente no se ha dado cuenta todavía de que no tenemos un gobierno de derecha, de que es del No y que su cabeza y conductor se ha llevado a los partidos que eran de derecha y del Sí a la centroizquierda, de donde es él? 

En Hungría hay un real partido y gobierno de derecha, el de Víctor Orban. Su ministra de la Familia, Katalin Novak, describe todas las medidas que allá se toman para reconstituir la familia tradicional, porque la población de Hungría está disminuyendo y se quiere aumentar el número de matrimonios tradicionales y el número de hijos. Esa política tiene 79 % de apoyo popular.

Y en Hungría ese gobierno de derecha ha establecido una exención de impuestos para las madres de familia que tengan cuatro hijos o más. A las mujeres de menos de 40 años les dan préstamos de 33 mil dólares, sin intereses, para ampliar sus hogares y dar cabida a más hijos. En un país de diez millones de habitantes han ampliado 400 mil viviendas para que las familias sean más grandes.

Legalmente allá se protege a los no nacidos desde la concepción, por contraste con Chile, donde se ha legalizado el aborto en tres causales.

El 5 % del PIB de Hungría se destina a fortalecer la familia tradicional. Ver detalles en:
https:www.lifesitenews.com/news/christian-worldview-driveshungarys-stunningly-successful-pro-family-policies-minister-for-family.

Y, por cierto, es el país más anticomunista de Europa. Siempre lo fue y tuvo que soportar una invasión y terribles represalias soviéticas a mediados del siglo XX. El primer "lavado de cerebro" al estilo soviético mundialmente comprobado --similar al que acá se ha practicado a la población desde 1990-- lo sufrió allá al Cardenal Midzsenty en los años 40. El gobierno comunista lo apresó por sus prédicas en favor de la libertad y, tras muchos meses encarcelado, desde Occidente se pidió que se le mostrara en público para acreditar que estaba vivo. Entonces los comunistas lo exhibieron ante la prensa internacional y la sorpresa fue mayúscula, porque el cardenal, lívido y desencajado, dijo que los comunistas tenían toda la razón y él estaba equivocado al pedir más libertad. Estaba anímicamente tan mal tras el "brainwashing" como la mayoría de los chilenos de hoy, después de 29 años del mismo tratamiento por parte de siete gobiernos del No.

Pues acá los cerebros lavados están felices, por ejemplo, con la persecución ilegal a los militares (r). Y el tumor de ese mal está en La Moneda. Desde allá se origina la mayoría de las querellas que ya han llenado un penal de Presos Políticos Militares y por eso han comenzado a derivarlos a otros. Ayer oí una grabación desde Argentina, donde está preso por pedido de los prevaricadores chilenos el comandante (r) Sergio Jara, perseguido por la misma querella que tiene preso al general nonagenario, con alzheimer y sin control de esfínteres, Héctor Orozco, interpuesta bajo el gobierno anterior de Piñera por el subsecretario Ubilla. 

Los argentinos mantienen preso al oficial Jara mientras tienen libre y como refugiado al jefe terrorista Galvarino Apablaza, comunista y uno de los asesinos del senador Jaime Guzmán.

Y en estos días lucha por su vida en el Hospital Militar el más perseguido e injustamente encarcelado Preso Político Militar, el brigadier (r) Miguel Krasnoff. Hace poco Gendarmería le envió un oficio al penal notificándole de que podrá salir en libertad condicional el 29 de enero de 2450. Porque una ley de los del No --que ahora son todos los partidos, porque ChileVamos sigue a Piñera, que es del No-- dificultó las libertades condicionales a los Presos Políticos Militares. Pero Krassnoff nunca siquiera detuvo a nadie, salvo a Carmen Castillo, conviviente del jefe mirista Miguel Enríquez cuando éste cayó en combate, ella quedó herida y Krassnoff la llevó a una ambulancia. Y una sentencia reciente le cargó otra decena de años por la muerte en combate de Enríquez, por la que fue condecorado en 1975 con la Medalla al Valor.

Sus centenares de años de condena fueron, en su mayor parte, obra del ministro Alejandro Solís, que no probaba los delitos sino, como confesó en TV, se fundaba en una "ficción jurídica".

Una vez la ex ministra de Corte Raquel Camposano, que no llegó a la Suprema porque respetaba las leyes y entonces ningún Presidente la propuso, examinó uno de esos procesos contra militares y declaró a Lilian Olivares, en "La Segunda" de 7 de diciembre de 2013 (cita de Adolfo Paúl en su libro "Prevaricato"): “...no les aplican las leyes que deben aplicarse. Yo estuve en la defensa de uno de ellos, después de leer todos los antecedentes y convencerme de que no había tenido participación. Son varias las cosas que se le imputan. Bueno, en una dictan sentencia. Yo leo el fallo, lo requeteleo y no hay una sola prueba, porque a él lo condenan por haber dado la orden de matar a alguien. No hay una sola prueba de que dio la orden. Y lo acreditan porque fulano dice ‘ah, sí, yo supe que estuvo aquí’. Ninguno lo vio; supo, le contaron. Nadie dice que él dio la orden, nadie lo oyó dar la orden. Pero lo condenan".

Ése es el gran tumor que corroe a la sociedad chilena: el de la destrucción de sus valores fundamentales, como la familia, el derecho a la vida, la verdad, el respeto a las leyes y la justicia. Y la sede del mismo está en La Moneda.

martes, 21 de mayo de 2019

Lo Mejor de Altamirano

Lo mejor de Altamirano fueron sus últimos años, en que guardó silencio. Porque durante su vida de político activo fue un tipo perennemente equivocado, como todos los socialistas, pero más en su caso. Tenía la "fatal arrogancia", como la llamaba Hayek, de creer que se puede manejar la vida de los demás sin considerar la opinión de ellos, expresada en el mercado. Porque en eso consiste el socialismo.

Lo único que diferenciaba a Altamirano de Allende era la fecha del golpe armado para instaurar el socialismo. Allende no se decidía a establecer "el socialismo marxista, científico, integral", como le había confesado a Regis Debray que era su propósito, en la parte menos citada de su famosa entrevista. Pero era un tipo de mucha labia que nunca decidía nada, un procastinador, un dilettante. El español Joan Garcés, que trabajó junto a él en su gobierno y lo conocía bien, escribió después que Allende nunca planificaba nada con más de un día de anticipación. Pero hablaba bien, lo que lo convenció de que con palabrería podía convencer a los demás de cualquier cosa. Él sabía que los suyos se estaban armando para dar el golpe, por supuesto. Una vez se estrelló una camioneta cargada de armas, inscrita a nombre de la Payita, su persona de confianza, y señalando como domicilio La Moneda. Él tenía un ejemplar del "Plan Z", pero probablemente no lo había leído y ahí decía que, en principio, iban a dar de baja a todos los comandantes en jefe el 19 de septiembre de 1973 y tomar el poder, que era lo que estaba tramando Altamirano. 

Altamirano era partidario de, cuanto antes, "golpear al golpe", como él decía, y por eso en su discurso del 9 de septiembre de 1973 habló de convertir a Chile en otro Vietnam, donde les había ido tan bien. Es que allá enfrentaban sólo a soldados norteamericanos y en cambio acá debían enfrentarse a soldados chilenos, que eran otra cosa. Nótese: "eran".

Pero había un marino que se había dado cuenta de la urgencia de actuar, José Toribio Merino, y por eso les mandó un papelito oculto bajo un calcetín del almirante Huidobro a Pinochet y a Leigh comunicándoles que el día D era el 11 y la hora H las 6.30 y pidiéndoles firmar en conformidad con ello, lo cual ambos hicieron.

La diferencia entre los golpistas de izquierda y los militares fue que éstos hicieron las cosas antes de que el 19 los dieran de baja en el almuerzo del Día de las Glorias del Ejército. Además, por "deformación profesional", manejaban mejor las armas que los marxistas. Sabiendo eso Pinochet le había dicho a Prats, en esos días: "Estos gallos no nos aguantan ni una crujida", lo que indignó a Prats, que se había pasado, como buen chileno (lo hemos ratificado durante estos 29 años), al otro bando.

Altamirano, entonces, tuvo que ocultarse desde el 11 y huir. Tuvo suerte, porque el norteamericano Townley le pisaba los talones y si no hubiera sido porque Altamirano se detuvo repentinamente en el aeropuerto de Barajas para saludar a Rafael Tarud, lo que provocó que Townley lo estrellara (y Altamirano entonces le pidió excusas) no habría tenido necesidad de tomar la mejor decisión de su vida: guardar silencio hasta el domingo 19 de mayo último, en que falleció.

Y lo guardó porque había vivido bajo los socialismos reales, que era lo que él buscaba imponer en Chile, y se había dado cuenta de que ésa no era vida. Entonces se convirtió en partidario de la "renovación socialista", que consiste en reconocer que su sistema no sirve pero seguir haciendo como si sirviera. Se convenció de que no vale la pena matar gente, como proponía antes, para instaurar un sistema que no funciona. Su seguidor en terreno, el comandante Pepe, decía que sin un millón de muertos en Chile el socialismo no iba a funcionar. Altamirano pensó que era un precio demasiado alto para cometer un disparate tan grande. Y no habló más. 

Fue lo más meritorio de su existencia y lo hizo acreedor de lo que le deseé en la hora de su muerte: que el Señor lo acoja en su santo seno. 

domingo, 19 de mayo de 2019

Viviendo de Consignas

¿Qué sería de Chile sin consignas falsas? Yo les voy a decir: sería un país desarrollado. Ahora se le va a hacer un gran daño al sistema previsional debido a una consigna suicida: "No + AFP". Y eso nos va a alejar del desarrollo.

El "milagro chileno" se debió en gran medida al sistema de AFP. Antes de que existiera, tal vez el mayor problema de la economía chilena era el sistema previsional de reparto, que estaba quebrado, era principal componente del déficit fiscal y era tan injusto que daba las pensiones más miserables a los obreros, mientras las generaba millonarias para los favoritos de los gobiernos de turno y a quienes conocían sus "vericuetos".

El símbolo del sistema de reparto, que se mantiene para las Fuerzas Armadas, Carabineros y Gendarmería, fue la pensión de doña Myriam Olate de Andrade, que jubiló con 5 millones de pesos teniendo un sueldo de un millón y medio. Al saberse eso, el pueblo chileno, que en su mayor parte no entiende nada de nada, exclamó al unísono: "Yo quiero un sistema de reparto como ése, No + AFP" Y centenares de miles salieron a las calles a vocear la consigna "No + AFP".

Ahora la DC, que tras el fallo del "caso Frei" y su lobby para impulsar el respectivo y escandaloso proceso se ha ganado, con toda justicia, el título del partido más desvergonzado de Chile, le ha impuesto al gobierno, junto con la izquierda y como exigencia para aprobar la idea de legislar sobre reforma previsional, que el 4 % adicional de cotización sea administrado por un ente público: es decir, funcionarios de nuevo a cargo de los ahorros previsionales, que es lo mismo que decir "sistema de reparto".

El gran salto que dio Chile desde el vagón de cola de los subdesarrollados hasta la cabeza de América Latina se debió fundamentalmente al sistema de AFP, que reemplazó el quebrado régimen de reparto y así, en lugar de despilfarrarse las enormes sumas de las cotizaciones para jubilar, ellas pasaron a cuentas individuales bien administradas, que fueron a financiar la producción económica capaz de dar buenos dividendos y generar un mayor crecimiento. Ahora la exigencia de la DC y de la izquierda es que esos fondos pasen a un ente del Estado, cuando todo el mundo se ha dado cuenta ya en el siglo XXI de que "el Estado no soluciona los problemas, sino que es EL problema". Si no, mire usted alrededor y vea cuánto le roban al Estado en las más diversas reparticiones y cómo abusan de él los políticos para su propio beneficio.

Cuando en Chile el Estado administraba el sistema de reparto, las "Cajas de Previsión" construían edificios de lujo, cuyos departamentos arrendaban a "los favoritos del régimen" por cánones mensuales miserables. Así y en otros negocios similares ruinosos se iban los fondos previsionales y no alcanzaban para pagar pensiones mínimas. ¿A eso se quiere volver? 

El "ente" público que se va a crear para administrar el 4 % lo quieren los políticos DC y de izquierda para dar empleos para sus correligionarios y tener mucho dinero para financiar prebendas, como las que reciben hoy los falsos exonerados e incluso los exonerados de verdad, pues bajo el Gobierno Militar un tercio de los burócratas fueron despedidos para que Chile lograra lo que Argentina, por ejemplo, hoy no puede lograr: una burocracia de menor tamaño y un presupuesto público equilibrado. Éste lo consiguió el Gobierno Militar y se ha ido perdiendo con los años, pues el déficit fiscal ya se ha hecho crónico.

Ese problema se agravará y será el costo de la consigna "No + AFP": un retorno parcial al peor lastre que soportaba la economía chilena antes de las AFP, el déficit previsional.

jueves, 16 de mayo de 2019

Justicia Divina

El rechazo del nombre de la ministra Dobra Lusic para integrar la Corte Suprema era procedente, desde el punto de vista del más alto interés del país, por una razón que dieron los senadores socialistas y que, justamente, a ellos les dificultaba vetarla: "por su destacada trayectoria en materia de DD. HH." ("La Tercera", 16.05.19).

Dicho por los socialistas, eso significa que sus fallos siempre se fundaron en la transgresión de leyes expresas y vigentes para condenar a Presos Políticos Militares.

Pues jurídicamente y siendo puristas, no podría admitirse, pero de hecho se admite, que integren la Corte Suprema jueces que fallen en contravención a las leyes. La obligación que tienen de ceñirse a ellas la señalan la Constitución, la ley y la moral, pero "estamos en Chile" y lo contrario es lo habitual aquí. 

Precisamente el ministro jubilado de la Corte Suprema a quien estaba llamada a reemplazar Dobra Lusic, Milton Juica, se caracterizó más que ninguno, con la posible excepción de Alejandro Solís (que afortunadamente nunca llegó a la Suprema) por trasgredir en sus fallos relativos a militares (r) la legalidad vigente, cosa que, en la deteriorada atmósfera jurídico-legal en que vive el país, lo ha erigido en figura señera de la prevaricación ya habitual en la justicia chilena bajo la dictadura del No, que el país soporta ya durante 29 años.

Juica fue el presunto redactor del Informe 33-2015 ("la legislación no contenía delitos adecuados") de la Corte Suprema --presunto autor, escribo, porque los errores de sintaxis del Informe lo tornan a él sospechoso número uno de haberlo redactado-- Informe en el cual el más alto tribunal confesó haber desconocido el texto expreso de las leyes y fundamentos del debido proceso, como el principio de legalidad, la territorialidad y la irretroactividad de la ley penal, para condenar a quienes derrotaron al terrorismo armado marxista.

Paradójicamente, con todo, "se hizo justicia" y se rechazó la nominación de Dobra Lusic por una razón subalterna: el haberse vinculado la ministra, para su nominación, con un abogado de la UDI, al cual se ha sindicado como "operador político", que a su turno habría sido beneficiado con nombramientos notariales atribuidos a la influencia de Lusic. Eso habría constituido un pecado imperdonable para la izquierda, tan grave como para llevarla a desconocer el "mérito" de una trayectoria de DD. HH. caracterizada por el desconocimiento de la legalidad vigente.

Y no está demás recordar que el voto favorable de Dobra Lusic en reciente fallo para aplicar la prescripción al proceso por las boletas y facturas falsas empleadas para recaudar fondos por la candidatura de Sebastián Piñera en 2009, y sobreseerlo, puede vincularse al llamado telefónico personal que le hiciera el beneficiario real de ese perdón a la jueza, anunciándole a ésta que había elegido su nombre en la quina sometida a él por la Corte Suprema. Quería hacer explícito el chilenísimo "una mano lava la otra", para que ella lo tuviera en cuenta "por si las moscas". Pero no les resultó, porque "Dios escribe derecho con líneas torcidas".

En consecuencia, la justicia inmanente volvió a operar.

lunes, 13 de mayo de 2019

Siempre lo Pillan pero Nunca le Pasa Nada

El diario más difícil de controlar es "La Segunda", porque debe confeccionarse muy rápido y salir al mediodía, pues depende de su venta en la calle. Por consiguiente, no alcanzó a impedir que publicara que por treinta años no ha pagado contribuciones de bienes raíces por su complejo inmobiliario en Caburgua, de 20 hectáreas tasadas en $12 millones, pero que vale más de $400 millones.

El alcalde local, de RN, interrogado acerca de esta omisión, ha dicho que se está haciendo el estudio para liquidar las contribuciones impagas.

La noticia no salió en ningún otro diario, porque todos los demás alcanza a controlarlos. Pero estalló en twitter, donde ahora hay una tempestad sobre el tema ("La Segunda", 13.05, p. 20). 

La prensa sometida, que es "la del día siguiente", ha silenciado completamente los treinta años sin pagar contribuciones y, en cambio, le ha prodigado el siguiente y espectacular "lavado de cabeza": "Un conjunto de circunstancias ha colocado al Presidente Piñera en una posición de liderazgo regional. (...) Mezquino sería, sin embargo, desconocer la contribución de la propia figura de Piñera, con la experiencia acumulada luego de su primer gobierno, sus contactos y una visión internacional que aúna el pragmatismo con principios tradicionales de nuestra política exterior".

Todo eso en momentos en que hay una visible crisis en la Cancillería, derivada precisamente de que Piñera ha pasado a llevar al Canciller, de modo que a la cuenta de éste se cargan errores de aquél (como declarar que el pueblo chino se ha dado el gobierno que quiere), mientras a Piñera se le acreditan los logros diplomáticos de la Cancillería, la cual debe cargar con el pasivo: "En esta última se han apreciado debilidades que probablemente han impedido el aprovechamiento pleno de las potencialidades del servicio exterior" ("La Semana Política","El Mercurio", 05.05.19).

Siempre lo han pillado y nunca ha pagado las consecuencias de sus actos. Desde los 80, en la crisis bancaria, cuando él y sus socios obtenían préstamos del Banco de Talca para comprar acciones de éste ("ese niño quería quedarse con el banco", decía su principal controlador, Calaf, que también fue preso, pero él no). 

Mediante un exitoso recurso de amparo, que perdió en la Corte de Apelaciones pero ganó ante la Suprema, la cual debió enfrentarse a una primera línea de público en que estaban don Pepe, la señora Pichita, el obispo Piñera y el tío Herman Chadwick, mientras el amparado seguía prófugo. Lo dejaron libre. Solventó el honorario del abogado que lo salvó con diez letras de cambio, de las cuales el jurista sólo pudo cobrar tres. Me lo contó un amigo común, sin pedirme reserva. 

¿Y por qué dicen que estoy obsesionado con él? Sólo comento cuando hace noticia. Eso es información, no obsesión. ¿O quieren que sea como los medios que le ocultan todo? Prefiero ser como las redes sociales, que no ocultan nada.

Siempre lo pillan, pero se sale con la suya. Pasará a la historia por eso.

viernes, 10 de mayo de 2019

Dobra Quiere Censura

Dobra Lusic ha insinuado la necesidad de "regular las informaciones " a raíz de todo lo que se ha publicado con motivo de haberse propuesto su nombre para la Corte Suprema. Parece sugerir una censura de prensa y ha sido criticada por eso. Pero yo creo que debe tranquilizarse, porque ella cumple con todos los requisitos para ser ministra de la Corte Suprema: no aplica las leyes en los juicios contra militares y sí les aplica a los civiles procesados la prescripción, eximente de responsabilidad que niega a los ex uniformados. Perfecta integrante de la Sala Penal.

Piñera la llamó por teléfono para anunciarle que había escogido su nombre entre los de la quina que le fuera presentada por la Corte Suprema. Como en el proceso seguido contra Santiago Valdés, ex gerente de Bancard y ex apoderado electoral de Piñera, aquél ha resultado absuelto en virtud de la prescripción, y Dobra votó por eso, lo menos que merecía era un llamado de agradecimiento. 

Pues todo el país sabe que el procesado debió ser Piñera, que fue quien pidió dinero a las empresas para su campaña de 2010. También todo el país sabe que quien desvió recursos donados por las empresas para la elección a pagar bonos de reconocimiento a los ejecutivos de Chilevisión, canal de Piñera, fue él y no Santiago Valdés.

  Pero Chile hizo como que fue Santiago Valdés y estuvo de acuerdo en echarle la culpa, porque además el verdadero responsable era candidato a la presidencia de la República y la Constitución dice que para serlo hay que tener la condición de ciudadano con derecho a sufragio y si a uno lo procesan por un delito que merece pena aflictiva (mayor a 3 años y un día) se suspende el derecho a sufragio. 

Como Valdés estaba procesado por un delito que merecía 4 años, entonces, si se procesaba al verdadero responsable, Piñera debía bajar su candidatura. Pero como es del No, hace muchas cosas del agrado de los comunistas, como perseguir a los militares, subir los impuestos, crear ministerios y agrandar el Estado, nadie dijo nada, Piñera pudo seguir de candidato y Santiago Valdés cargó con la culpa. Miel sobre hojuelas y ahora Dobra le aplicó la prescripción al proceso y Piñera la eligió a ella dentro de la quina, así es que una mano lava la otra y las dos lavan la cara y no hay ninguna necesidad de la censura de prensa y todos felices.

Dobra, tranquila, estamos en Chile y Chile está contigo.

martes, 7 de mayo de 2019

Treinta Años Haciendo Daño

Hoy en "El Mercurio Hace 30 Años" aparece la noticia de que el candidato presidencial Hernán Büchi viajó a Lima a entrevistarse con Mario Vargas Llosa, candidato presidencial peruano en esa época.

Eso tiene su historia y la conozco por dentro. El ministro de Hacienda del presidente Pinochet, Hernán Büchi, era no sólo exitoso sino muy popular. En las encuestas de opinión de fines de 1988 los aventajaba a todos y, desde luego, a Patricio Aylwin. Como venían elecciones presidenciales en diciembre de 1989, fue el candidato natural del Sí. 

Renunció a Hacienda y se puso en campaña. Inmediatamente "lo rodearon" políticos de derecha. Le oí a Hernán en ese tiempo expresar admiración por un nuevo amigo que había hecho, Andrés Allamand. "Mal presagio", me dije, pues éste, entonces, antes y después, hasta hoy, es un político que empuja a la derecha hacia el centro y la izquierda. Desde luego, entonces le recomendó a Büchi llamar a un joven empresario de la DC, Sebastián Piñera, que ya había hecho quebrar a un banco, como jefe de su comando de campaña. 

El viaje a Lima a entrevistarse con Vargas Llosa fue de las primeras ideas de Piñera, para ganar figuración. Su especialidad. Con su hiperactividad "volvió loco" a Büchi, un tipo de natural tranquilo, y le aconsejó distanciarse de Pinochet, haciéndolo declarar que no lo mantendría como comandante en jefe del Ejército. Lo hizo repetir las consignas comunistas sobre "atropellos a los derechos humanos". Deslealtad y sumisión al eslogan comunista, rasgo típicos de Piñera, que no eran de Büchi. 

Los partidarios de éste no podíamos entenderlo y él tampoco, hasta que declaró hallarse en "contradicción vital" y renunció a su candidatura. Después volvió, ya sin Piñera, pero el daño estaba hecho. Éste fue candidato a senador junto conmigo y sufrí todas sus zancadillas y triquiñuelas. E hizo hacer a Büchi cosas horribles contra mí, siendo que el mismo Büchi me había pedido ser candidato a senador. Por ejemplo, cuando Piñera cumplió 40 años, en 1989, hizo a Büchi aparecer en un aviso en los diarios diciéndole a él "Feliz Cumpleaños, Senador", lo que implicaba darme a mí por derrotado de antemano. Büchi no quería, pero, bajo presión, cedió a anunciar públicamente que yo no sería elegido. Después Piñera hizo aparecer a los tres principales ex senadores derechistas de siempre, Jarpa, Bulnes y Pedro Ibáñez, en un aviso en que llamaban a la derecha a votar por él y no por mí, por razones falsas que me hicieron un inmenso daño. A los tres les sacó la aprobación del aviso con fórceps, pero se la dieron. Cuando, a raíz del aviso, renuncié al Consejo de la Fundación Adolfo Ibáñez donde don Pedro me había nombrado, él me preguntó la razón, se la dí, y no recordaba siquiera el aviso.

Después Büchi perdió la elección, yo también y Piñera salió senador. Ayudó en lo que pudo a Aylwin y Aylwin lo ayudó a él a quedarse con las acciones de Corfo en Lan, lo que fue la base de su fortuna, base que mantiene hoy en paraísos fiscales, ya traspasada a sus hijos y nietos, todo con el visto bueno de Impuestos Internos, cuyo director, nombrado por Bachelet, se mantiene, por supuesto, en el cargo.

El mayor daño que ha hecho Piñera en 30 años ha sido traicionar a los militares. Ha comprado completo el paquete propagandístico comunista en contra de ellos, ha sido el mayor impulsor de querellas y coautor de la prevaricación contra ellos y en el 40° aniversario del 11 insultó a los partidarios del Sí, que fueron los que lo llevaron a él como candidato presidencial y votaron para elegirlo, y los llamó "cómplices pasivos" de violaciones a los derechos humanos.

Pero la única "complicidad" inmoral de la derecha ha sido con Piñera en su traición a los militares, a la verdad histórica y a sus principios.

Hoy hay más de 200 Presos Políticos Militares. El mayor escándalo de nuestra historia política y judicial, con derivaciones económicas vergonzosas y multimillonarias. La izquierda, con el concurso del oficialismo, modificó la ley de libertades condicionales para impedírselas a esos presos. Ha sido la enésima traición de Piñera contra ellos, tras impulsar más de mil querellas ilegales, trasladar a oficiales a un penal peor en medio de la pedrea comunista (avisada de antemano) y tras negarle el indulto a un general inocente y enfermo terminal, Odlanier Mena, que por eso se suicidó.

Al cumplirse 30 años de daño profundo de Piñera a una derecha que ha perdido por completo la moral y los principios (tanto que, por eso, RN y la UDI debieron modificar sus Declaraciones de Principios), la opinión pública lo repudia mayoritariamente en las encuestas y su apoyo apenas supera un tercio. Es que decidió monopolizar las pantallas, los micrófonos y los titulares en tal grado (pues este gobierno es de Piñera, por Piñera y sólo para Piñera) que la gente vio a toda hora su imagen y lo que vio trasuntaba un alma que no le gustó. Por eso, junto con monopolizar el escenario, cayó en picada en las encuestas.

Hoy se cumplen 30 años de su acción corrosiva y destructiva de la derecha chilena, que ya estuvo al borde de la desaparición al apoyar a otro DC, Frei Montalva, en 1964-65 y también fue traicionada por éste,  pero no aprendió.

La crisis moral de la derecha por adherir a Piñera merece capítulo aparte y la he caracterizado como una de la "miserias morales de la chilenidad actual". Comenzó hace 30 años en un día como hoy cuando Allamand se lo recomendó a Büchi y éste comenzó a seguir sus consejos, lo que fue su perdición.

La misma que mantiene hoy a la derecha --y ojalá fuera nada más que a la derecha (sólo lea los diarios)-- en medio de la mayor miseria moral.

viernes, 3 de mayo de 2019

De los Arrepentidos Es el Reino de las Encuestas

El primero de mayo no había diarios y para informarme recurrí a la TV del mediodía. Allí me encontré con un foro o panel de partidarios del No, con total ausencia de partidarios del Sí, como se estila bajo la actual dictadura del No que nos oprime desde 1990. Ésta, en su actual etapa bajo Piñera II, llega a extremos tan inverosímiles de totalitarismo como pedir la renuncia al director del Museo Histórico por exhibir una frase y una efigie del ex Presidente Pinochet o destituir al ministro de las Culturas y del Patrimonio, sólo 94 horas después de designado, por haber dicho una verdad del tamaño de una catedral, como la de que el Museo de la Memoria Marxista es un montaje engañoso. Pero así son las dictaduras.

En ese sesgado panel del No estaba el conductor de TV Sergio Lagos, a quien se le escapó que durante "la dictadura" había una extensa lista de revistas de izquierda y un diario crítico del gobierno. Estaba también un ex marino relativamente joven que hacía esfuerzos por mostrarse "arrepentido", diciendo que antes de 1990 "no sabía" o "no se había dado cuenta" de casi nada. También estaban el ex ministro, omnipresente en los foros, Francisco Vidal; asimismo, estaba el más conocido "arrepentido", el ex candidato presidencial, ex ministro y actual alcalde Joaquín Lavín, que nos golpeó a todos en 2000, siendo nuestro candidato presidencial, al declararse así, "arrepentido", porque, decía, "no sabía lo que pasaba"; y, por último, había un sujeto odiosamente izquierdista que, por cierto, no se arrepentía de nada. 

Pero el más severo para juzgar al gobierno militar no fue éste, sino Lavín, el cual, sin embargo, demostró que cuando "no sabía las cosas" era ahora y no antes de arrepentirse. Pues le enrostró al régimen del cual fue el más resuelto partidario el asesinato de Orlando Letelier, al cual, sin embargo, fue comprobadamente ajeno, como lo reconoció hasta el propio hijo de Letelier. ¡Qué cambio desde cuando Lavín era el mejor defensor! Recuérdense su libro "La Revolución Silenciosa" y su condición de "gallo de pelea" en la elección de 1989, acompañado en la lista de una candidata sólo "tibia", como Evelyn Matthei.

Pero, al culpar a la Junta del crimen de Letelier, Lavín demostró que cuando "no sabía" era ahora, pues tal acusación es infundada: "Y lo Negó Tres Veces" se titulaba la crónica de "El Mercurio" del 2 de abril de 2000, confirmatoria de lo anterior y referida al interrogatorio de Pinochet al general Manuel Contreras, que había sido director de la DINA, acerca de si conocía a Townley, autor del crimen de Letelier. 

Ante la Junta en pleno, informó el diario, "Pinochet le preguntó a Contreras: 'Categóricamente, dígame si (la DINA) tiene alguna relación lejana o que usted no sepa con este individuo'. 

'No, ninguna, mi general', respondió Contreras. Tres veces le preguntó lo mismo. 'Como máximo podría haber sido un informante, pero jamás un agente de la DINA', reiteró Contreras. 

"Quiere decir que tenemos que entregar a Townley ¿usted se opone a eso?" dijo entonces Pinochet. "No, por ningún motivo, si no tiene nada que ver con nosotros", reafirmó Contreras." Y ahí se definió la entrega de Townley a los EE. UU.

Ese diálogo nunca ha sido desmentido ni contradicho en los 26 años desde que se publicó y prueba el desconocimiento de la Junta y del gobierno de la época acerca del crimen de Letelier.

¿Por qué un "arrepentido", supuestamente bien informado, como Lavín, insiste en achacarle ese crimen a la Junta? Respuesta: porque en realidad está mal informado y mal arrepentido. Se arrepintió en 2000 diciendo que "no sabía", en circunstancias que, justamente, si "hubiera sabido" no debería haberse arrepentido. 

Todo le sucedió durante la campaña presidencial contra Lagos, en 1999, dejándonos a sus partidarios de entonces con un palmo de narices que dura hasta hoy y nos induce, a quienes no nos "damos vuelta la chaqueta", a no volver a votar por él. Pues se ha evidenciado que su postura la determinan las consignas falsas de los adversarios y no las verdades propias. 

Mal arrepentido y todo (o tal vez por eso) hoy sube en las encuestas presidenciales y alcanza a José Antonio Kast, confirmando que, en política, cambiarse de bando puede resultar tanto o más rentable que mantener una sola línea.