lunes, 29 de julio de 2019

La Rendición Incondicional de Williamson

Los hechos ocurridos entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990 no han cambiado: ahí han estado, inconmovibles, por 29 años. Las que han cambiado han sido las personas y sus opiniones. Por ejemplo, el coronel Juan Emilio Cheyre recibió orgulloso su medalla "Mision Cumplida" en 1990, después de un brillante desempeño profesional y como Intendente de la III Región completamente jugado por el Sí en 1988 y, es de suponer, orgulloso de su tarea. Pero en 2004, ya como general y comandante en jefe del Ejército, tras sucesivos gobiernos de la Concertación, se declaró públicamente como coautor de delitos antes de 1990. En efecto, manifestó que su institución había sido culpable de "TODAS las actuaciones penalmente punibles y moralmente inaceptables del pasado". El pasado no había cambiado en una coma, pero él sí y con las anteriores palabras se rindió incondicionalmente a la versión del máximo enemigo del régimen militar, el marxismo-leninismo, absolviéndolo de toda culpa al echárselas al Ejército de Chile.

Bueno, Carlos Williamson, un destacado economista y académico, políticamente afín a la UDI, escribía en carta a "El Mercurio" en 2009 que el Museo de la Memoria constituía "una brutal distorsión de la realidad histórica, que no le hace bien a un país que busca con afán reconciliarse con su pasado". Pero hoy, también en carta a "El Mercurio", escribe que "el Museo de la Memoria tiene legitimidad, qué duda cabe, en cuanto expone crudamente el horizonte de significado de este período histórico" (1973-1990). Pero no sólo cambia de opinión, sino que acusa al gobierno que él seguramente apoyó con su voto en la Consulta de 1978, en el plebiscito de 1980, en el de 1988 y en el confirmatorio de la Constitución en 1989, de "atrocidades" y "violaciones a los derechos humanos de  lo cual todos fuimos culpables". Yo ignoraba su participación en tales supuestas violaciones a los derechos humanos y, desde luego, me excluyo de su definición de "todos", pues nunca participé en nada semejante. Sea como fuere, los hechos de ese período siguen siendo los mismos, aunque las personas hayan cambiado su juicio sobre ellos. 

Evidentemente, admiten interpretaciones. Por ejemplo el historiador de ese período, Jorge Baradit, con gran éxito de ventas, sostiene que un militar roció con combustible en 1986 a Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas y los quemó; pero otro historiador de ese período, yo, en mi "Historia de la Revolución Militar Chilena", (con mucho menor éxito de ventas que Baradit, pero ya con tres ediciones) sostengo que un tropezón accidental de un conscripto volcó un recipiente que llevaban ambos quemadores quemados, y eso les provocó las lesiones. Esos hechos se siguen discutiendo hasta hoy, pero sucedieron de una manera determinada y que no ha cambiado. Últimamente el ministro sumariante Carroza ha condenado a diez años de presidio al coronel (r) Jorge Castañer por haber rociado con combustible a los incendiarios detenidos, pero la propia Carmen Gloria Quintana ha declarado en el proceso que fue quemada por un militar vestido de camuflaje y con el rostro pintado, mientras Castañer ha probado que él ese día vestía de civil, estaba a veinte metros de los hechos y no pudo quemar a nadie. Y todo esto ha levantado un gran debate en redes sociales, donde menudean denuncias sobre la prevaricación judicial. 

Pero los hechos fueron los hechos y no han cambiado en 33 años, aunque dos de quince conscriptos participantes en el episodio de 1986 hayan cambiado treinta años después su versión, permitiendo reabrir el proceso, lo que se ha hecho violando las leyes expresas y vigentes sobre cosa juzgada y prescripción.

Pues lo que ha tenido lugar en Chile es una gigantesca operación de revisionismo interpretativo de los hechos, aunque éstos sigan siendo los mismos. Cuando en 2009 Carlos Williamson calificaba al Museo de la Memoria de "una brutal distorsión de la realidad histórica", todavía no había asumido la Presidencia de la República Sebastián Piñera, un opositor al gobierno militar que arrastró del Sí al No a los dos partidos que apoyaron a ese régimen y la reelección de Pinochet en 1988. Piñera adhería a la versión comunista de los hechos 1973-1990, que antes ya había sido abrazada por la DC y Patricio Aylwin, tanto que éste, en 1993, declaró jamás haber afirmado lo que él mismo decía en 1973, en el sentido de que las fuerzas armadas y carabineros habían salvado a Chile de un régimen comunista que se iba a iniciar con un autogolpe totalitario de Allende. Para su mala fortuna, ambas declaraciones contradictorias suyas quedaron perpetuadas en YouTube.

Lo que pasa es que en Chile existe una institución nacional, consistente en "darse vuelta la chaqueta" cuando la que uno lleva originalmente no exhibe los colores apropiados para una mayor conveniencia del momento. Esto se originó en la revolución de 1891, como he detallado antes en comentarios y escritos; y los chilenos, con escasas y honrosas excepciones, lo practican asiduamente hasta hoy. Así, la derecha se dio vuelta la chaqueta con respecto al gobierno militar. Sus partidos hasta modificaron sus Declaraciones de Principios para adaptarse al reverso colorado de su virada chaqueta. Y esto se torna cada día peor, porque ya casi nadie en la derecha permanece fiel a sus antiguos principios, con excepción de Fuerza Nacional, un partido en formación que precisamente incorpora en su Declaración de Principios las definiciones favorables al régimen militar suprimidas por RN y la UDI. Ni siquiera el Partido Republicano, también en formación y escindido de la UDI, se atrevió a ser tan explícito en su propia Declaración de Principios y en ese punto no se pronunció, de modo que, por el momento, todo el mundo espera su definición.

Yo estoy presentando en estos días un libro con un recuento de estos cambios de opinión de los chilenos que, lamentablemente, sólo refuerzan la versión histórica de la extrema izquierda. Por cierto, el giro de Carlos Williamson habría merecido una mención destacada en ese libro, titulado "Miserias Morales de la Chilenidad Actual", pero da la mala suerte de que ya está impresa su primera edición. Si hubiere una segunda, ciertamente figurará en ella. 


viernes, 26 de julio de 2019

Otro Pillado Diciendo la Verdad

Piñera tiene tan alterada la escala de valores que no echa a sus colaboradores cuando los sorprende mintiendo, sino cuando dicen la verdad. Ahora le ha tocado el turno a Carlos Williamson, a punto de jurar como Subsecretario de Educación  Superior, pero que en una acertada y lúcida carta al diario de 2009 había escrito que el Museo de la Memoria Marxista era "una brutal ditorsión de la realidad histórica que no le hace bien a un país que busca con afán reconciliarse con su pasado y, de paso, hiere a las Fuerzas Armadas chilenas que, al no tener un fundamento de su acción, quedarán sólo como ávidas de poder". ¡Dijo la verdad! Inaceptable. ¡Fuera! ¡No puede ser subsecretario de este gobierno!

Ya un ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Mauricio Rojas, había ido defenestrado abruptamente por Piñera al comprobársele que había escrito, sobre el mismo Museo, que era "un completo montaje" destinado a "entontecer a la gente". Lo único que podría observársele sería que la gente no tiene necesidad de ser entontecida, pero igual lo echaron.

Tanto lo escrito por Williamson como por Rojas es la estricta verdad. Dicho Museo es equivalente, como lo escribí en su momento en "El Mercurio", a que Adolfo Hitler hubiera montado una exhibición para condenar a Churchill como criminal de guerra por haber lanzado bombas de fósforo y quemar a mujeres y niños en Bremen y Hamburgo durante la II Guerra, exhibiendo nada más que testimonios de esto en el museo.

En cambio, el Presidente de la República puede engañar todo lo que quiera, como cuando aseveró que en la Reforma Previsional se iba a respetar el derecho de los trabajadores a determinar la institución que manejara su aporte adicional del 4 %, en circunstancias que él mismo está prohibiendo a los trabajadores ejercer esa libertad al impedirles llevar sus fondos al más natural y confiable administrador de ellos, como lo es su AFP, y entregarlos a un ente estatal obligado.
¡Mintió!: ergo sigue en el cargo.

Y en su primera administración Piñera le aseguraba al país que su patrimonio estaba siendo administrado por un fideicomiso ciego, del cual él nada sabía y que cumplía en exceso las exigencias impuestas por las leyes, en circunstancias que estaba sacando el 72 % de ese patrimonio a paraísos fiscales del exterior, previo haberlo transferido a sociedades de sus hijos y sus nietos. Todo mientras subía los impuestos a quienes mantenían sus haberes a su propio nombre y en Chile. Es que todo se le perdonaba, porque nunca nadie lograba sorprenderlo diciendo la verdad.

Esto último es lo que cuesta el cargo.

Lo peor es que los castigados por decir la verdad procuran remediar su "imperdonable error" emitiendo improperios contra el gobierno militar del cual alguna vez fueron partidarios. Williamson afirma que no quería "justificar las atrocidades que vinieron después" y repite la consigna impuesta por el rector Peña en "El Mercurio" sobre "torturas y desaparición de civiles", en circunstancias que los regímenes más fundadamente acusados de torturas en Chile fueron los de Frei Montalva, por cien abogados socialistas en 1970, y del propio Allende, por el acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973. Resulta pintoresco recordar al efecto cuando Peña fulminó a su colega columnista del diario, Lucía Santa Cruz, por haber ésta justificado su voto Sí en 1988 cohonestando, según Peña, "las torturas", en circunstancias que el propio  marido de ella había sido objeto de pública e impune tortura con electricidad a manos del subdirector de Investigaciones Carlos Toro, comunista, en pleno régimen de Allende, sin que Carlos Peña haya jamás protestado por esta violación pública, comprobada ("El Mercurio", 27.01.72) e impune de los derechos humanos.

Vivimos bajo un clima moral lamentable, cuyo derivado es que los terroristas están libres y quienes persiguieron sus delitos están presos. Dentro de esa lógica social, es natural que quienes son sorprendidos diciendo la verdad sean exonerados por los que mienten por sistema y, por tanto, tienen sus cargos asegurados.

jueves, 25 de julio de 2019

Murphy Radicado en Chile

Al que escribió los sucesivos tomos con las Leyes de Murphy siempre lo consideré un humorista, pero en la vida me he ido encontrando con personas que lo toman muy en serio e incluso conozco a alguien que rompió y botó esos libros porque sostenía que eran responsables de hacerle salir todo mal.

Una ley fundamental de Murphy dice que siempre las cosas malas pueden ponerse peores. Yo encontraba que dejar libres a los terroristas y meter presos a los militares era el peor los mundos, pero eso podía todavía empeorar y entonces salió la noticia de que será monumento nacional la sede donde operaba el principal terrorista durante la UP, el Comandante Pepe. Muchos pensarían que el guerrillero más importante era Miguel Enríquez, jefe del MIR, pero el hombre que operaba en terreno y llevaba a cabo la mayor guerra contra la ley y la propiedad, y con mayor eficacia, era Pepe, que se había adueñado de centenares de miles de hectáreas, como un nuevo rey Orelie Antoine en el sur, y esperaba que las huestes de Enríquez bajaran desde el norte, según sus propias palabras.

Y, dentro de todo, la actuación del gobierno tiene cierta lógica: si mete presos a los militares, lo congruente es que homenajee a los terroristas. Si Piñera despidió al director del Museo Histórico por incluir en una muestra a Pinochet o despidió (94 horas después de haberlo nombrado) a su ministro de las Culturas por haber afirmado que el Museo de la Memoria Marxista es un completo montaje, lo consecuente es que respalde a su ministra Valdés Chadwick por declarar monumento nacional la sede de la guerrilla.

Pero en Chile todo puede ser todavía mucho peor con Piñera. Me hace recordar a Luis Corvalán en los años 60, cuando decía, respecto de los DC: "atáquenlos, atáquenlos, hasta que hagan lo que nosotros decimos". E hicieron lo que ellos decían. El programa de Tomic el 70 era igual al de Allende. Los comunistas tienen pocos votos, pero atacan y atemorizan a los elementos más temerosos, que terminan haciendo y diciendo lo que ellos dicen. Y no sólo los DC, también la derecha. Vean ustedes cómo RN y la UDI modificaron sus declaraciones de principios para excluir toda referencia favorable al gobierno militar, sólo porque los comunistas les decían que eran cómplices de las violaciones a los derechos humanos. Atacando y atacando logran que todos digan lo mismo que ellos. Hasta los militares, que el año pasado echaron al director de la Escuela por haberse rendido allí un homenaje, en un acto deportivo, a un ex subdirector, hoy preso político por la persecución ilegal comunista en los tribunales que ellos controlan. ¿Y qué dijo "El Mercurio" cuando se destituyó al director? Apoyó la medida afirmando que el homenaje "lesiona esfuerzos transversales por establecer una doctrina inequívoca de rechazo a las violaciones de los derechos humanos" (21.10.18). Hizo suya la consigna comunista de que gobierno militar y violaciones a los DD. HH. es lo mismo.

Y todavía todo puede ser peor. Ayer leí en "La Segunda" a un columnista de derecha, Fernando Claro, criticando a Kast por pedir la remoción de la estatua de Allende. Afirma que éste fue elegido democráticamente y "no mandó a desaparecer, matar ni torturar a nadie", comprando el paquete comunista que le atribuye a Pinochet esto último, todo lo cual es mentira; y además olvidando que bajo Allende el subdirector de Investigaciones le aplicó tortura eléctrica a un futuro diputado de derecha para hacerlo confesar que estaba conspirando ("El Mercurio" 27.01.72). Pero Allende mantuvo en el cargo a Víctor Toro, el comunista torturador.

En "La Tercera" del 04.01.19 la vicepresidenta de la Juventud de RN, Francisca Richards, refiriéndose al gobierno militar dice: "No hay nada más nefasto que revivir un pasado tan oscuro como las terribles violaciones a los derechos humanos, todas injustificables y aberrantes". También compró el paquete comunista completo y dice lo mismo que ellos.

¿Qué de extraño tiene que su gobierno despida a los que critican al marxismo y respalde a los que erigen monumentos a la guerrilla?

Todo puede ponerse todavía peor. Viendo lo que pasa me digo: "Si Murphy no está radicado en Chile, pega en el palo."

sábado, 20 de julio de 2019

Apología del Terrorismo

El decreto publicado en el Diario Oficial del 6 de julio en que, "por orden del Presidente de la República", la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés Chadwick, rindió homenaje y declaró monumento nacional el recinto guerrillero de Neltume, desde el cual el "Comandante Pepe", del MIR, atacó en septiembre de 1973, con un centenar de subversivos, el cuartel de Carabineros de la localidad, sólo es un testimonio más del estado alterado de conciencia por el que atraviesan el jefe del Estado, su gobierno y, a veces, el país.

El primero ha protagonizado, en los días recientes, actuaciones peculiares: anunció que se marcharía a un evento privado en los Estados Unidos, durante cinco días, haciendo uso de sus "días administrativos". Éstas son jornadas durante las cuales el personal del sector público puede faltar a su trabajo para realizar trámites que sólo pueden cumplirse en horario hábil. En el caso de Piñera era simplemente otro ardid, pues no iba a realizar ningún trámite administrativo sino a participar de un evento particular en los Estados Unidos, donde esperaba fotografiarse o filmarse con personajes internacionales de alto coturno. Pero un accidente contaminó el agua potable de Osorno, cuyo abastecimiento fue interrumpido y el Presidente, siempre atento a la encuestas, juzgó que no podía ausentarse a pasarlo bien en los Estados Unidos mientras Osorno se quedaba sin agua, y entonces se fue para el sur.

Pero también ese día se había comprometido a asistir a una cumbre de Mercosur en Argentina, que le garantizaba figuración junto a otros mandatarios. Entonces no resistió y voló a Argentina, pero llegó atrasado. Jair Bolsonaro, que estaba pronunciando un discurso, dijo resignado, aunque sonriente, ante la irrupción tardía, "Piñera... Piñera...", mientras el visitante tomaba una posición que no le correspondía y era sacado de ella para ocupar la que realmente le estaba asignada, todo en medio de la expectación de la sala.

Y como acá, por orden suya, en el Diario Oficial se había rendido homenaje al ataque armado terrorista a un cuartel policial, protagonizado en 1973 por las hordas del Comandante Pepe, y ni la prensa ni la radio ni la televisión se daban por enteradas de esta apología a la subversión dispuesta "por orden del Presidente de la República", la presidenta de la UDI, senadora Jacqueline Van Rysselberghe, juzgó que no podía seguir manteniendo silencio y criticó la declaratoria de "monumento nacional" del recinto terrorista. A raíz de ello, por fin, la prensa escrita publicó algo sobre el tema, que pese a su silencio había provocado conmoción en las redes sociales, como que el blog en que di a conocer el insólito decreto ya ha pasado de las siete mil lecturas, en circunstancias de que normalmente no atrae más de mil quinientas.

La ministra ha argüido, sorprendentemente, que si no promulgaba el decreto podría haber sido acusada de "notable abandono de deberes". Pero la verdad es que, justamente, al ordenar publicarlo ha incurrido en una conducta sancionada por la ley antiterrorista desde siempre, con penas que van de tres años y un día a cinco años: "propagar o fomentar ... doctrinas que tiendan a destruir por medio de la violencia el orden social o la organización política y jurídica de la nación", que era lo que propiciaban las huestes del homenajeado Comandante Pepe.

En realidad, si el país estuviera dentro de sus cabales debería dictarse "por orden del Presidente de la República" un decreto declarando monumento nacional al Cuartel de Carabineros de Neltume, donde cuatro suboficiales y sus familias, cercados por numerosos miristas armados que les disparaban y arrojaban explosivos, resistieron toda una noche sin rendirse y respondiendo el fuego adversario,

Durante toda la noche el sargento 1° Benito Carrasco, el cabo Juan Campos y los carabineros René Cáceres y Belisario Navarrete resistieron el asedio de los miristas comandados por Pepe. Habían llevado a sus familias al interior del cuartel para protegerlas y la señora de Carrasco, doña Rosa García, se comportaba como una Javiera Carrera o Paula Jaraquemada, asistiendo a los uniformados y recargándoles sus armas.

Sólo al amanecer llegaron refuerzos desde Choshuenco, los que hicieron huir a los miristas, que dejaron lleno de orificios de balas y forados causados por explosiones el benemérito cuartel, que no se rindió, pero nunca ha sido homenajeado.

En lugar de eso, hoy se rinde culto al terrorismo y la ministra teme que, si no lo hace, podría ser acusada constitucionalmente.

Cabe preguntarse si el país y su gobierno están su sano juicio.

martes, 16 de julio de 2019

Gran Prensa Controlada

La primera lección que reciben los periodistas cuando asisten a la universidad es la de que su deber es informar las noticias. Y para definir qué es noticia se les dice: "Miren, si al Presidente de la Corte Suprema lo muerde un perro, eso no es noticia; pero si el Presidente de la Corte Suprema muerde a un perro, eso sí es noticia".

Si un gobierno de izquierda hubiera declarado monumento histórico a un recinto terrorista de extrema izquierda, eso no habría sido noticia. La extrema izquierda en todo el mundo prohíja el terrorismo, que es el medio que tiene para alcanzar el poder, pues mediante los votos no lo consigue, salvo que haya un pueblo tan tonto que la elija y no me voy a meter a averiguar cuál lo hizo.

Pero si un gobierno integrado por los partidos de derecha declara monumento nacional a un recinto terrorista, eso es como si el Presidente de la Corte Suprema mordiera a un perro y ciertamente es una tremenda noticia. Por eso, cuando vi en un whatsapp la reproducción del Diario Oficial de un decreto mediante el cual el gobierno de Piñera, en que están los partidos de derecha, UDI y RN, ha rendido homenaje al más resuelto jefe de la guerrilla armada que ha existido en Chile, superando incluso en la acción a Miguel Enríquez, como fue el caso del Comandante Pepe, supe que estaba ante una tremenda noticia. Así es que la comenté en este blog y, de tener los habituales mil a mil quinientos lectores, su número saltó a cerca de seis mil, convirtiéndose en trending topic y mereciendo comentarios de otros participantes en las redes, notoriamente Johannes Kaiser, cuyos espacios son muy vistos y que se mandó un comentario desde Austria que ha batido récords de audiencia.

Pero nada de lo anterior es demasiado notable, porque era esperable. Lo inesperado a inesperable ha sido que la "gran prensa", los principales diarios, radios y canales de TV, no han dicho una sola palabra acerca de este verdadero notición, aparecido ni más ni menos que en el Diario Oficial, donde se publican las leyes y decretos y que nadie informado deja de mirar; donde "por orden del Presidente de la República", la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio", Consuelo Valdés Chadwick, rinde este homenaje y declara "monumento nacional" a la sede de la guerrilla armada ilegal más significativa que ha existido en Chile.

¿Qué pasa en la derecha? ¿Es que en sus medios de prensa, radio y televisión ya no hay verdaderos periodistas que se preocupen de publicar las reales noticias?  ¿Es que no han captado el contraste habido entre la inmediata aceptación de la renuncia del subsecretario de Salud, Luis Castillo, por un comentario baladí y, por lo demás, perfectamente ajustado a la verdad, en el sentido de que hay personas que acuden a los consultorios a sociabilizar en un lugar abrigado? Todo eso ha sido noticia y se ha publicado y comentado, pero el homenaje público de un gobierno de los partidos de derecha a la guerrilla extremista no.

¿Tan controlada está la prensa de la corriente dominante que, cuando Piñera es sorprendido, una vez más ("siempre lo pillan") en una inconsecuencia mayúscula y escandalosa, toda ella es silenciada y soterrada, como sucedía cuando Stalin daba una "orden de no publicar"?

Esto  no lo había visto nunca en Chile, desde luego no durante el Gobierno Militar bajo sus términos más rigurosos, en que nunca se censuró una noticia fundada en una publicación del Diario Oficial. 

Por suerte existen las redes sociales, porque sin ellas quizás cuántas cosas más se nos ocultarían bajo el actual control oficial ¡hasta de la información oficial!

lunes, 15 de julio de 2019

Castañer Duro de Roer

Muchos se mostraron críticos del coronel Julio Castañer por su intervención en "Mentiras Verdaderas" de La Red, porque lo encontraron "blando", frente a la inmensidad del abuso de que es víctima. Pero él ha logrado algo que ninguno de los Militares Perseguidos Políticos ha conseguido hasta ahora: presentar la verdad de su caso a la opinión pública en un medio masivo.

El proceso por los quemadores quemados sería el más escandaloso de todos los que ha incoado la Dictadura Judicial de Izquierda que impera en el país, con la coautoría y completa complicidad de Piñera, por supuesto, (dedicado últimamente a instalar monumentos históricos de homenaje a la guerrilla extremista del '73), si no existiera otro proceso todavía más vergonzoso y también prohijado por Piñera: el caso Frei.

Castañer fue completamente ajeno al desenlace sufrido por los quemadores quemados, Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana, pero lo han condenado a diez años de presidio que pronto debe entrar a cumplir. Lo importante es que ha logrado probar públicamente su inocencia en los hechos, con lo cual el descrédito del ministro Carroza, que le impuso la pena, ha caído al más bajo nivel, porque no sólo ha quedado en evidencia que ha prevaricado al pasar por sobre la cosa juzgada y la prescripción, sino también por haber contravenido la verdad de los hechos: como ha probado el coronel (r) Cristián Slater, Carmen Gloria Quintana declaró que la había rociado con combustible un militar con uniforme de camuflaje y cara pintada... y Castañer ha probado que ese día vestía de civil, sin pintura en la cara y estaba a veinte metros de distancia de los hechos.

Jeannette Reyes de Castañer ha conducido, en las redes sociales, la defensa de su marido con una tenacidad y un coraje que ya se quisieran los hombres chilenos y ha allegado pruebas documentales que por sí solas quitan toda base al argumento fundamental del ministro Carroza para reabrir una causa que estaba cerrada: ha probado que el único conscripto (entre los que participaron en los hechos) que, 29 años después de sus declaraciones de 1986, se ha contradicho y cambiado su versión, merodeó en 2015 a políticos DC y de izquierda y tiene antecedentes psiquiátricos que le restan credibilidad.

La actuación contra legem del ministro Carroza ha sido de una gran crueldad con personas modestas y que viven de su trabajo, como los conscriptos envueltos en el caso en 1986, que han sido sometidos a prisión por él y algunos de los cuales han perdido sus ocupaciones, siendo gente de escasos recursos. Pero entre ellos ha destacado Leonardo Riquelme Alarcón, que en este ilegal proceso reveló voluntariamente algo que nadie sabía: que fue él quien, en el episodio de 1986, cuando los quemadores de buses y personas fueron sorprendidos portando elementos altamente combustibles, de manera casual tropezó con un recipiente, quebrándolo y provocando las llamas que quemaron a ambos extremistas. Ese solo testimonio exculpa adicionalmente al coronel Castañer.

El coraje y honestidad de Riquelme Alarcón me llevaron a proclamarlo "chileno del año" en 2017 y concitaron la admiración de un grupo de patriotas que hasta hoy colabora en su defensa contra la persecución judicial ilícita que está sufriendo. Habla bien del pueblo chileno que, de más de una docena de conscriptos del año 86, sólo dos hayan caído, 29 años después, en la tentación de contradecir su testimonio de entonces, por móviles que sólo cabe conjeturar. Y de ambos, sólo uno inculpa al coronel Castañer.

El caso de éste revela que vivimos en un país en que quienes dicen la verdad van a la cárcel, lo mismo que quienes velan por el orden público impidiendo que transeúntes inocentes sean quemados; y, en cambio, quienes consuman actos terroristas son indemnizados, premiados y hasta objeto de homenajes públicos y monumentos nacionales.

Una dictadura judicial desnaturalizada y un gobierno coautor de su prevaricación y que rinde culto a los contravalores sociales no pueden durar. El coraje del matrimonio Castañer en defensa de los verdaderos valores establece un antes y un después en este Chile de desnaturalización de la historia, la verdad y la justicia.

viernes, 12 de julio de 2019

Homenaje al Comandante Pepe

En el Diario Oficial del 6 de julio último se publicó el Decreto N° 32, dictado "por orden del Presidente de la República" y firmado por su Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés Chadwick, que ordena instituir como "monumentos nacionales" los recintos en que operó y fue capturado en 1973 el guerrillero José Gregorio Liendo, mejor conocido como "Comandante Pepe".

Se trata de un lugar de culto,  para que los chilenos de hoy y mañana se prosternen ante una figura histórica que se esforzaba en el noble propósito de hacernos pasar a una mejor vida.

Este homenaje presidencial seguramente se justifica por la admiración que debe haber despertado en el Jefe del Estado la siguiente frase del egregio Comandante Pepe, dicha a la periodista Nena Ossa, en entrevista personal con ella de 1972, reproducida en su libro "Allende, Thank You": 

“Nena Ossa: ¿Cuál es el plan de fondo de ustedes, a corto mediano o largo plazo?

“Comandante Pepe: Tomarnos los campos y los pueblos del sur, violentamente si es necesario, mientras en Santiago el MIR se toma la ciudad y bajan a unirse con nosotros a medio camino.
“Nena Ossa: O sea la meta es ‘tomarse’ todo Chile violentamente. ¿No les importa si muere gente?
“Comandante Pepe: Claro que violentamente. Tiene que morir un millón de chilenos para que el pueblo se compenetre de la revolución y ésta se convierta en realidad. Con menos muertos no va a resultar”.

Esta generación guerrillera de 1972 fue entrenada en el campo de Punto Cero, en Cuba, y en Argel y Libia. Pero los abyectos militares que les impidieron su propósito, por lo menos hoy están pagándolo caro. Los cientos de querellas de la Concertación y las mil y tantas de Piñera y Ubilla los han encerrado en los penales, como se merecen por haber frustrado el logro epónimo de llevar a un millón de chilenos a una vida mejor. Y esos uniformados están muy justamente, además, sujetos a aleccionadoras leyes de libertad condicional que no les permitirán acceder a la misma antes del año 2400 (como se les comunica en sendos y serios oficios Gendarmería).

La sabia, homérica y admirable frase, "tiene que morir un millón de chilenos para que el pueblo se compenetre de la revolución", debe haber cautivado a Piñera más que las de Volodia, a quien describiera como "un grande de la historia de Chile" y que las de Chávez, en cuya capilla ardiente hizo guardia de honor vis-a-vis con Raúl Castro.

¡Éstas son las circunstancias que el gobierno de Chile Vamos a la Izquierda quiere destacar! No la horrorosa cita de la frase de Pinochet sobre la derrota del marxismo, que llevó al mismo Piñera a ordenar a su entonces ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Alejandra Pérez, a despedir al director del Museo Histórico que había permitido presentarla, junto a la efigie del general, en una muestra. La actual ministra en cambio, que por algo lleva el tranquilizador segundo apellido "Chadwick", sí conoce la vocación histórica del Presidente y ha obedecido feliz la orden de firmar el decreto que rinde homenaje e instala como monumentos nacionales los recintos donde el Comandante Pepe quiso llevar a cabo su histórica tarea.

El decreto también afirma que el Comandante fue detenido utilizando "un montaje comunicacional conocido como 'Plan Z', ideado por los servicios de seguridad de la Armada de Chile y utilizado como discurso de legitimación del golpe de Estado". ¡Qué canallada de los marinos! ¡Y qué digno compromiso de Piñera y su Ministra con la izquierda al delatarla! ¡Qué brillantes han estado ambos para esclarecer la memoria de los chilenos! 

¡Volodia, Gladys, Sebastián y Consuelo, el marxismo en armas chileno nunca olvidará los servicios que le habéis prestado ni los homenajes tributados! (Ni los dineros recibidos). ¡Hasta la victoria siempre!

martes, 9 de julio de 2019

Arrugar o No Arrugar

"Como partido político entregamos nuestro más irrestricto e incondicional apoyo a nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, como Carabineros de Chile y Policía Civil, reconociendo la contribución que éstas han hecho con sus gestas históricas y libertarias de nuestra Patria, en particular el pronunciamiento libertador de las instituciones armadas que permitió refundar la República de Chile y gozar hoy de una nación libre, próspera y soberana, construyéndose durante el Gobierno Militar las bases del desarrollo económico, social y político que están viviendo nuestros compatriotas. En el citado contexto y dentro de sus objetivos institucionales, Fuerza Nacional agotará todas las instancias judiciales y políticas nacionales e internacionales para obtener la libertad de los Presos Políticos Militares que se encuentran actualmente encarcelados, sin perjuicio de promover iniciativas legislativas que contribuyan a dicho objetivo y también a la reconciliación entre todos los chilenos. Este es el único partido de la derecha que defenderá, reivindicará y proyectará el legado y la gran obra del Gobierno Militar, sin temor y sin complejos".

Eso está contenido en la Declaración de Principios de Fuerza Nacional, un partido en formación que tiene una particularidad: no ha "arrugado".

"Arrugar" es acobardarse, tener miedo, pensar en el "qué dirán", evitar que a uno los comunistas lo insulten o, peor, por supuesto, lo maten. Es tratar de acomodarse a la corriente dominante chilena, que no es "ni fu ni fa".

En columnas anteriores manifesté mi incredulidad cuando, en la Declaración de Principios del Partido Republicano, no apareció ninguna referencia a lo sucedido entre 1973 y 1990 ni a la falsificación de la verdad histórica en el país; ni, lo peor, al atropello del estado de derecho y del debido proceso en los juicios contra ex uniformados. Ni menos hallé una crítica a la consagración de una clase económica privilegiada, constituida por el entorno terrorista de extrema izquierda que ha obtenido seis  mil millones de dólares en indemnizaciones ilegales y, según reconoce la subsecretaria de DD. HH., Lorena Recabarren, contempla recibir dos mil millones de dólares estos cinco años.

¿Cómo es posible que en una Declaración de Principios de un partido de derecha no se haga una sola referencia a principios fundamentales de una nación, como son el respeto a la verdad histórica, el debido proceso en los juicios, la sana administración de los recursos públicos, en términos que ellos no vayan a parar a manos del terrorismo subversivo? Si esos no son principios dignos de ser proclamados, ¿cuáles lo serán?

En Chile casi toda la derecha política "ha arrugado". Hoy en "La Segunda" leo que el famoso tenista Hans Gildemeister declara haber ido al cerro Chacarillas en apoyo a Pinochet en 1977 y se disculpa: "En esa época se sabía poco lo que estaba pasando". Hans también "arrugó". Porque en esa época se sabía todo lo que estaba pasando. La realidad se ha falseado después de 1990. ¿Qué pasaba en 1977? Según el Informe Rettig, hubo ese año 25 fallecidos por el enfrentamiento gobierno-guerrilla en el país. Dos caídos al mes. Al año siguiente el número bajó a nueve, menos de uno al mes. Un país pacificado. Por eso iba la juventud a Chacarillas, porque el país crecía, se reconstruía y la delincuencia y el terrorismo habían dejado de ser un problema. Pero después se ha reescrito la historia y los incautos caen en aceptar la versión falsificada. De los 2.279 muertos que contabilizó el Informe Rettig durante el Gobierno Militar, 1.269 cayeron entre septiembre y diciembre de 1973. Y justamente en esos meses Patricio Aylwin y Eduardo Frei Montalva elogiaban a la Junta y la apoyaban, 

Si es por Declaraciones de Principios, ciertamente me identifico más con la de Fuerza Nacional, que no ha "arrugado" a la hora de defender la verdad y el debido proceso.

sábado, 6 de julio de 2019

La Vergüenza de los Abogados

La elección de directiva en el Colegio de Abogados ha generado una crisis que pocos entienden, pero que deriva de la sumisión de la entidad a la corriente política dominante, lo que la ha llevado a renunciar a uno de los fundamentos básicos de su misión, como lo es el de velar por el imperio del derecho.

De hecho, la entidad se ha ganado justificadamente la deshonrosa etiqueta de "cómplice pasiva" del atropello al debido proceso en los juicios contra ex uniformados que fueron llamados por la mayoría civil a combatir la guerrilla armada marxista. Pues no ha dicho una sola palabra sobre el sistemático atropello a la legalidad en los fallos de los tribunales contra esos ex uniformados. 

En una oportunidad en que un abogado le representó a la entonces presidenta del Colegio su silencio ante la prevaricación de la mayoría izquierdista de jueces y ministros, ésta le respondió: "Si propongo ese tema, se quiebra el Colegio". En otras palabras, puesto a defender la legalidad y a cumplir su propio estatuto, se quiebra. Entonces ¿es o no esto una paradoja? 

Una entidad tan feble en los principios no podía sino caer en crisis en la primera oportunidad, como le ha sucedido ahora. Por ser tan "políticamente correcta" a cualquier costo, incorporó las "cuotas de género" en su última elección de directiva (cuotas que son antidemocráticas, pues pueden contradecir la voluntad electoral mayoritaria). A raíz de ello, el Colegio se ve ahora desafiado por otra paradoja: las candidatas mujeres sacaron, imprevistamente, tantos votos que, en virtud precisamente de la norma sobre cuotas, algunas que ganaron han debido ceder su cargo a hombres que perdieron. Y esta mayoría de hombres en la directiva, gestada "por secretaría", no eligió para presidir el Colegio a una mujer, sino a un hombre que, consciente de la contradicción, ha puesto su cargo "a disposición", lo que ha generado la crisis.

Yo, por supuesto, no fui a votar, en protesta por la censura a mi libertad de expresarme en la "Revista del Abogado", que se negó a publicar un artículo mío crítico de la prevaricación judicial contra los militares. Yo entonces lo publiqué el 27 de marzo de 2015 en este blog, bajo el título "Artículo Impublicable en la Revista del Abogado" y ha merecido casi dos mil lecturas y cien comentarios.

Entre otras críticas, mi artículo condenaba la confesión de los sentenciadores de izquierda, en el propio fallo que comentaba, de no haber podido siquiera probar la existencia del delito (la obligación más elemental de todo juez penal) pese a lo cual imponían una pena de cinco años y un día de presidio a cuatro ex uniformados y un ex policía.

La degradación moral representada por todo lo anterior e imperante en el país, lleva a cada vez más de sus instituciones a la crisis. Y eso está en la raíz de la que está viviendo la directiva del Colegio de Abogados, que así está purgando su silencio cómplice en el atropello a la legalidad, al debido proceso y al estado de derecho perpetrado reiteradamente y ya por años por una mayoría del Poder Judicial. Y también su falta de respeto al pluralismo y a la libertad de expresión de que me hizo víctima en su medio de comunicación.


miércoles, 3 de julio de 2019

Un País Eclipsado

Ayer en la tarde me llamaron de Radio La Clave para preguntarme por el eclipse y ahí me enteré de que no me había dado cuenta. Ya había visto otro en los años 50 y tengo la impresión de que el país se había preocupado mucho menos entonces que ahora. "Los chilenos nos hemos unido en torno al eclipse", leo en algún titular, pero en el mismo diario viene la carta de un lector que pregunta si los padres no se han dado cuenta del daño que provoca a sus hijos la huelga de profesores de la enseñanza pública. El mismo diario editorializa informando que el país está invirtiendo 2.500 millones de dólares en mejorar la condición de los profesores públicos, pero éstos simplemente no hacen clases ya por cinco semanas.

Cualquier habitante de una nación ordenada preguntaría si a los maestros que durante un mes no hacen clases les van a pagar el sueldo. Los de acá sabemos la respuesta: "¡Les van a pagar más que si hubieran hecho clases!" Porque sabemos que no hay autoridad y, por tanto, el que no cumple no paga, sino que cobra.

En 1990 la educación pública tenía una matrícula del 58 % de los estudiantes, que hoy día ha caído al 35 %. Es decir, 800 mil alumnos han abandonado la enseñanza estatal entre 1990 y 2018, bajo los gobiernos de la Concertación y de la Nueva Mayoría (siempre he sostenido que los dos de Piñera son, en el hecho, de la primera coalición).

Al daño que la centro-izquierda ha inferido a la enseñanza universitaria, la cual tuvo una extraordinaria expansión gracias a la libertad consagrada bajo el Gobierno Militar en 1981 (bastaba llevar los estatutos al Ministerio para fundar una universidad), se han añadido los sufridos por la educación estatal, debido a la indisciplina reinante; y por la particular subvencionada, en razón de los costos del intervencionismo, que han llevado a establecimientos a cerrar o transformarse en particulares pagados.

Incluso los mejores, que son estos últimos, están constreñidos por la obligación de impartir "contenidos mínimos" dictados por el Estado, que no son "mínimos" sino "máximos", desvirtuando así la libertad de enseñar.

Los padres de los alumnos en obligada huelga pueden no decir nada, pero yo creo que saben que los billones (porque ya no son millones) que la burocracia socialista recibe cada año estarían mucho mejor administrados en sus propias manos y les permitirían mandar a sus hijos a buenos colegios particulares pagados de su elección, donde los profesores no hacen huelgas de cinco semanas con goce de sueldo, más bono de término y, en cambio, enseñan.

Más temprano que tarde, una mayoría silenciosa va a votar por quien ofrezca verdadera libertad de enseñar y aprender y les dé a las familias libertad de elegir, dotada del dinero hoy malbaratado por la burocracia socialista y sus sucesivos gobiernos cómplices.