lunes, 30 de julio de 2018

Los del "Sí" y los del "No"


La única clasificación real en la política chilena es entre los del “Sí” y los del “No”, pese a que ella tuvo su origen hace treinta años. Todo lo demás es un disfraz de la realidad política.

El problema real de la política chilena es que en estos treinta años sólo han gobernado los del “No” y yo sostengo que lo han hecho de manera dictatorial, falsificando la historia y la realidad presente. Tan dictatorial que si en una exposición del Museo Histórico se exhibe la efigie más representativa del “Sí”, la de Augusto Pinochet, y se reproduce una frase de este ex Presidente, el director del Museo es destituido, se suprimen la efigie, la frase y hasta la exposición y nadie dice nada… nadie dice nada. Los “defensores de la libertad de expresión y la democracia”, la “prensa libre”, la Asociación Nacional de la Prensa, Abraham Santibáñez, perpetuo paladín de la libertad de prensa; el Consejo de Autorregulación Publicitaria, “¿do están, qué se fizieron?” Es que la dictadura del “No” es impenetrable.

Ahora mismo las diferentes facciones del “No” discuten de quién es la culpa de la pérdida de la clasificación de riesgo del país. Porque Sebastián Piñera, entre 2010 y 2014, aumentó el endeudamiento nacional del 8 al 13 por ciento del PIB; y Michelle Bachelet lo aumentó del 13 al 23 por ciento. Y por eso se ha perdido la clasificación de riesgo y se culpan los de la una facción del “no” a los de la otra. ¡Si la culpa es del “No”! El “Sí” entregó el país mejorando siempre su clasificación de riesgo. El “No” la echó a perder.

El mejor elemento del “No”, en este aspecto, fue Andrés Velasco, en quien Bachelet 1.0 depositó su confianza. Él mejoró la clasificación de riesgo. Velasco fue un tipo decente al cual el “No” ha literalmente defenestrado de su espectacular posicionamiento político. En particular el peor de los conductores del “No”, Sebastián Piñera, que se ha trepado al poder sin tener las calificaciones básicas para merecerlo, ha desarticulado completamente la base organizativa del movimiento “Ciudadanos”, de Andrés Velasco, contratando en el gobierno actual a sus principales lugartenientes, Santa Cruz, Sichel y Arrau, todos ahora en cargos públicos y tomando distancia de su ex líder, al cual han abandonado por sendos platos de lentejas.

Lo más increíble es que la maquinaria de Piñera y su prensa adicta han defenestrado a Velasco ante la opinión pública por haber recibido, mediante una boleta de honorarios auténtica, 20 millones de pesos del grupo Penta por concepto de ayuda electoral, mientras dicha maquinaria ha llevado a la más alta dignidad nacional, con su imagen “impoluta”, al mismo Piñera, que ha recibido más de 500 millones de pesos en ayudas electorales de SQM, la misma Penta y otras firmas, mediante facturas ideológicamente falsas, parte de cuyo financiamiento aquel desvió, además, a pagar a los que eran sus dos principales ejecutivos de Chilevisión. Pues, entre los del “No”, sí “hay cornadas”. Y así ha quedado Velasco en la orfandad y el exilio políticos porque Piñera le ha contratado a su estado mayor.

El manejo de la historia reciente por parte de la dictadura del “No” ha sido repugnante. Entre ellos, casi todos se han levantado estatuas tanto como repartido Premios Nacionales. Allende, Aylwin, Frei Montalva y, últimamente, según leí ayer, Valdés Subercaseaux, con estatuas. Van a faltar espacios urbanos para los monumentos del “No”. Y el único que merecía tenerla, el que salvó al país e hizo el mejor gobierno del siglo XX, atendidos los peligros nacionales que derrotó y la radicalidad del cambio político, económico y social que encabezó, en cambio, ha sido convertido en “villano oficial”, cuya efigie no puede siquiera exhibirse y cuyas frases no pueden siquiera citarse.

Y, lo peor, lo que más denigra el temple de la raza, mediando una gigantesca traición de la mayoría de los del “Sí”, hoy consecuentemente vendidos a Piñera a cambio de sendos platos de lentejas. Los que fueron partidos del “Sí” hoy se atropellan para traicionarlo y borrar de sus Declaraciones de Principios toda referencia favorable al régimen que los vio nacer y les dio vida. ¡Vergüenza nacional!

Si yo les relatara los avatares que he atravesado por tener la osadía de revelar en un libro la verdad histórica entre 1973 y 1990 ustedes no podrían creérmelo. Las entidades paradigmáticas de otrora del “Sí”, al cual le juraron lealtad, y que rechazaron editármelo o ni siquiera me devolvieron las llamadas telefónicas, ustedes no las podrían creer. El esfuerzo lo he tenido que hacer absolutamente solo. Pero no me ha sorprendido en absoluto que en la primera semana de venta del libro éste haya aparecido en el quinto lugar entre los más vendidos de “no ficción”, en “El Mercurio”.

Es que el “Sí” es una gran fuerza de base genuinamente popular y ciudadana. Es la gran alternativa real que hay a los problemas nacionales. Es la única fuerza que puede decir que, cuando ella gobernaba, había paz y tranquilidad en la Araucanía. Porque tenía la energía y la decisión para hacer valer el peso de la ley. Bajo el “Sí” no hubo “conflicto mapuche” y los lonkos condecoraban a Pinochet. El “No”, en cambio, creó el problema en la Araucanìa y por eso nunca lo va a solucionar. Porque a Piñera le hacen una huelga de hambre y se pone a temblar y se entrega; porque bajo Piñera meten presos a los carabineros que procuraron condenar a los subversivos, ¡y los declaran "asociación ilícita"!, mientras le entregan al único incendiario preso (Piñera le restó el carácter terrorista al delito de incendio), Celestino Córdova, las facilidades que les deniegan a los Presos Políticos Militares, víctimas de la más ilegal y arbitraria persecución judicial de que se tenga recuerdo en nuestra patria.

Que se disputen entre las facciones del “No” la primacía para determinar cuál ha hecho menos daño. Mientras el “Sí” no reaparezca en la escena nacional, los problemas endémicos de la debilidad ante la violencia, el culto a la personalidad, las estatuas y los Premios Nacionales inmerecidos no van a cesar, porque el principio de autoridad, el coraje para rechazar el populismo, el repudio a la prevaricación judicial, a las “tomas” y a la violencia ilegal no van a cesar mientras gobiernen los que nunca han tenido el coraje para enfrentarlos, sino sólo cuando lo hagan los únicos que lo tuvieron para desterrar todas esas lacras del país.

miércoles, 25 de julio de 2018

El Ejemplo del Presidente

Dos ministros de derecha inexplicablemente designados por el centroizquierdista Sebastián Piñera se encuentran hoy bajo el fuego graneado de la prensa y políticos de izquierda, que suelen opinar la misma cosa. Tienen en común ambos ministros haber dicho cosas verdaderas, razonables y convenientes, lo que la sociedad chilena simplemente no puede tolerar.

El de Educación expresó la quintaesencia del sentido común al exponer, en un discurso escrito, que le llegaban múltiples cartas de establecimientos escolares públicos que se llovían; y se preguntó por qué los padres de los alumnos no hacían un bingo para recolectar fondos y reparar las techumbres. Obvio: si lo hicieran, podrían contratar un maestro que por doscientos mil pesos les taparía las goteras. En el bingo no tendrían que aportar más de dos o tres mil pesos cada uno, suma perfectamente al alcance de todo el mundo.

Pero como en la mochila de casi todo chileno siempre van una hoz y un martillo, porque la gran mayoría es de mentalidad socialista, les resultan escandalosas estas soluciones privadas para los problemas públicos. Claro, lo que quieren es un llamado a propuestas públicas de 50 mil millones de pesos para tapar las goteras de todos los liceos, previo un trámite burocrático que va a durar dos años y en que algunos contratistas se van a poner de acuerdo con otros para cobrar un sobreprecio, a cambio de pasar un sobre cerrado a algún funcionario. Y después de gastados los 50 mil millones, van a seguir llegando cartas para que se haga tapar las goteras, porque así funciona el Estado y si no me creen pregunten por el puente Can Cau, cuya primera piedra puso el Presidente Piñera ubicándose al centro de la foto.

La mejor solución es la del bingo y que un maestro arregle el techo por 200 mil pesos. Pero estamos a punto de que periodistas, políticos y opinólogos crucifiquen al actual titular por tener la mejor idea que ha expresado un ministro de Educación en los últimos veintiocho años. 

Algo parecido le ha pasado al ministro de Economía por decir la verdad a un entrevistador, reconociendo que tiene inversiones fuera del país y que eso es bueno, porque no conviene poner todos los huevos en una misma canasta. Es tan razonable esto que las AFP, obligadas a velar por los fondos provisionales de los trabajadores chilenos, tienen el 40% de sus inversiones en el exterior. Y el propio Presidente de la República, tras vender LAN en 2010, sacó 1.800 millones de dólares a paraísos fiscales del exterior, es decir, más del 70 % de su fortuna. Claro, hasta que ello fue públicamente comprobado él había sostenido que su patrimonio lo manejaba un fideicomiso ciego y no tenía idea de dónde estaba invertido, pero después y gracias a una querella interpuesta por un diputado comunista, todo el país se enteró de que había traspasado a sus hijos y nietos el grueso de su patrimonio y que éste estaba en paraísos fiscales. Entonces el Presidente no pudo seguir diciendo que no tenía idea.

¿Y qué hizo? Puso “cara de palo” y exhibió certificados de Impuestos Internos de que había cumplido con las leyes.

¿Qué deben hacer los ministros acosados en los “juicios por los diarios”? Lo mismo que su jefe. Sobre todo que ambos han dicho la verdad y tienen razón. El de Educación debe exhibir un presupuesto de cualquier maestro acreditando que puede tapar las goteras de cualquier escuela pública por lo que recolecta un bingo; y el de Economía debe obtener un certificado de Impuestos Internos acreditando que su situación tributaria está estrictamente ceñida a la legalidad. Si se lo dieron al Presidente, no se lo podrán negar a él.


Y el de Economía puede agregar que, además, su principal preocupación es convencer a los inversionistas extranjeros de que hagan lo mismo que él: llevar más recursos al exterior, es decir, en el caso de ellos, traerlos precisamente a Chile.

sábado, 21 de julio de 2018

Radiografía del Chile Actual


Un abogado asesor se presentó sin afeitar, en mangas de camisa y sin corbata ante una comisión de la Cámara. Dos diputados le hicieron ver que no era forma de comparecer ante una instancia como ésa. Han recibido el repudio generalizado de los estamentos hoy decisorios de la sociedad: la farándula y las redes sociales.

          Claro, el diputado Boric va a la Cámara sin corbata, sin chaqueta y sin afeitar y ningún colega le dice nada.

          En realidad, la corbata, la chaqueta y la afeitada van en retirada. Ojalá no las prohíban, porque yo, al menos, desde hace más de medio siglo salgo todos los días de trabajo exhibiendo las tres. Pero sé que la corriente va para el otro lado. A veces soy el único en la cuadra y me miran como bicho raro. Pero si voy a tener que abandonar la chaqueta, la corbata y la afeitada, sobreviviré. Como me dijo una vez un francés al que le di vuelta una copa de vino tinto en el mantel blanco de su restaurant: Ce n’est pas grave, Monsieur.

          La autobiografía de Sebastián Sichel en la revista “Sábado” de hoy es un descarnado texto de revelaciones personales íntimas, pero no me suscitó ninguna reacción negativa. En cambio, sí su contexto político. Sichel era mano derecha de Andrés Velasco, un  hombre decente que, como tal, se ha negado a plegarse al bandwagon de Sebastián Piñera, que quería subirlo a él. Entonces ¿qué hizo Piñera? Le reclutó a sus colaboradores más próximos y los subió al bandwagon. Sichel recibió una oferta que no pudo rechazar (Corfo) y da como razón para alejarse de Velasco una bastante pobre: la de que éste “cree que todo tiene que estar supeditado a su proyecto presidencial”. Pero entonces se va donde otro tipo que sabidamente supedita todo a su proyecto –hoy realidad-- presidencial. ¿No es lo mismo? Y Sichel se declara admirador de Bernardo Leighton, el DC típico, que el 22 de agosto de 1973 firmó el Acuerdo de la Cámara llamando a las Fuerzas Armadas a deponer a Allende y el 11 de septiembre firmó con “los trece” DC el documento repudiando el pronunciamiento, lo que le valió la expulsión transitoria del partido. Estuvo a los dos lados de la barricada. Sichel, en consecuencia, prototipo perfecto del segundo gobierno de Piñera y VI de la Concertación.

          El conflicto en TVN: mi opinión es que el Estado no debe tener un canal de televisión y la señal debe licitarse cuanto antes al mejor postor. Hoy es una típica entidad estatal que derrocha el dinero de los demás, ello simbolizado en los 18 palos mensuales que gana su principal ejecutivo, un hombre de izquierda, por supuesto; y el último lugar del rating que ocupa. Típico estatal. No va a tener solución bajo este gobierno. Habrá que esperar el de Kast.

El otro día vi al panzer Insulza quejándose de que Piñera no lo hubiera nombrado en una de las comisiones que ha formado para estar siempre al centro de la foto con gente que “le preste ropa”. El panzer tiene razón: este es su gobierno y él debería estar ahí. Lo apoyo en eso. Debe entrar en una próxima foto, con Piñera al centro, por supuesto. De eso se trata el cuento.

          Notable la historieta del homosexual ruso que trae la misma revista “Sábado” de hoy de “El Mercurio”. Decidió irse de Rusia porque allá la vida no es fácil para los gays. Después de mucho viajar le gustaron Iquique y el clima acogedor de Chile para los de su condición, y aterrizó allí con su pareja. Estaban paseando de la mano cuando fueron asaltados por unos encapuchados que los agredieron y despojaron. Fue a la Comisaría y el oficial que lo atendió le dijo: “Esta ciudad no es para usted”. No era un Putin, era un chileno corriente, un uomo qualunque que seguramente no tiene nada contra los homosexuales, pero prefiere que no caminen tomados de la mano por las calles. A todos los uomos qualunques chilensis todavía nos resulta difícil asimilar esto. No a la persecución contra ellos, pero sean discretos.

          Pintoresca la situación creada porque el Gobierno decidió formar otro organismo de inteligencia, como si alguna vez fuera a hacer algo contra la extrema izquierda armada. Creó el Consejo Nacional de Inteligencia, CNI. Tardíamente se dio cuenta de que en Chile, país de cerebros lavados, CNI es una sigla obscena, aunque le hayamos debido tanto en la tarea de impedir que el terrorismo de extrema izquierda se hiciera del poder. Y uno de los que más protestaron por twitter contra la sigla fue el hijo de un jefe del FPMR asesinado en 1985, un “degollado”. Pero los que estamos enterados de la historia verdadera sabemos que fue la CNI precisamente la que identificó a los asesinos de los jefes frentistas y denunció a los autores, carabineros de la DICOMCAR, al ministro sumariante que conocía del caso, Cánovas Robles. Pero éste no le creyó a la CNI. A la postre y diez años después los tribunales comprobaron que justamente la CNI había averiguado desde un comienzo la verdad del atentado. Este contrariaba la política de respeto a los derechos, incluso de los terroristas, que observaba el gobierno constitucional del Presidente Pinochet, elegido por ocho años en 1980 para conducir la transición a la plena democracia que culminó de manera exitosa el 11 de marzo de 1990, la única transición política que hemos tenido después de 1973, por lo demás. Un inefable ex partidario del “Sí” y hoy “arrepentido” ha felicitado por twitter al Gobierno por cambiar la sigla del nuevo órgano de inteligencia, de “CNI” a “CAI”, “Consejo Asesor de Inteligencia”. ¡Qué notable avance nacional! ¡Qué señal más portentosa de inteligencia política! Podemos dormir tranquilos.

          Sorpresa: la Corte Suprema revocó el desafuero del diputado UDI Ignacio Urrutia, a quien los grupos de extrema izquierda pretendían procesar por haber dicho una verdad pública y notoria, como la de que el bono de tres millones de pesos a todos y cada uno de los premiados por la Comisión Valech era un “aguinaldo para terroristas”. El hecho contradice mi tesis de que vivimos bajo una dictadura judicial de izquierda. La pongo en revisión.

          No el hecho de que la Comisión Valech fue una iniciativa escandalosa del ex Presidente Lagos, destinada a concederles pensiones vitalicias y otros beneficios a todos los que hubieran sido interrogados por organismos policiales o de seguridad durante el Gobierno Militar. Sometían a interrogatorio, obviamente, a las personas que podían tener vínculos con actividades terroristas, en particular con el MIR, el FPMR y posteriormente el Movimiento Lautaro. Eran los que ponían bombas y consumaban atentados. Nadie interrogaba a los floristas, bioquímicos, abogados o flebotomianos.

          En el Chile de hoy el ambiente es hostil al desarrollo de actividades empresariales. Lo prueban los casos Maersk, Suazo, Iansa y Wild.

          Estos dos últimos son fiel reflejo de ese Chile de hoy: Iansa cierra perseguida por los impuestos verdes, un invento de la izquierda internacional para encarecer la producción, en circunstancias de que nuestro país genera apenas el 0,2% de los Gases de Efecto Invernadero y que los países que generan la casi totalidad de ellos no han suscrito el Acuerdo de París que obliga a gravar a las empresas. No hay tal “calentamiento global”: en los últimos 21 años ha bajado la temperatura de la Tierra. El CO2 beneficia la vida en la Tierra y no provoca el calentamiento global, aunque sí éste provoca un aumento leve del CO2. Más consultas, dirigirla al experto Douglas Pollock, contribuyente de este blog.

          El caso del empresario suizo Otto Wild es peor. Vino a Chile en 1975, cuando en el país había tranquilidad y comenzaba un período de crecimiento acelerado y en paz social. Se instaló en el Alto Bío Bío. En la presidencia de Augusto Pinochet, como es bien sabido, no existía el “conflicto mapuche” actual y reinaban la ley el orden en la zona. Por algo ahí ganó el “Sí”.

          Otto Wild invirtió tres millones de dólares en una central hidroeléctrica y ahora le han incendiado todas sus instalaciones. Su familia se acababa de volver a Suiza, debido a la inseguridad de la región. Ahora él anuncia la liquidación de sus activos en Chile porque ni siquiera puede salir a pasear a su perro sin temor a que lo asalten. Tiene miedo. ¡Cómo no va a tenerlo si hasta los carabineros lo tienen! Lo revela este triste párrafo de “La Segunda” del 19 de julio: desde septiembre de 2015 Carabineros no ha podido notificar a los individuos que ocuparon violentamente la sede de la CONADI en Temuco ese año. ¿Por qué? “Carabineros no ha logrado cumplir el trámite debido a que los comuneros se comportan en forma violenta cuando se han acercado a notificarlos”. No se atreven a acercarse siquiera.

          ¡Cómo se extraña a Pinochet! Lo más distinto a él que hay en el mercado político es Sebastián Piñera. Y lo más parecido, José Antonio Kast. La extrema izquierda lo sabe y por eso lo agrede y lo ataca. Pero el alma popular, el uomo qualunque chilensis, también lo sabe y votará por él en 2021.

miércoles, 18 de julio de 2018

El Cuadro Actual Bajo la Dictadura del "No"


          Bajo esta dictadura, que ya gobierna por más de 28 años, los nombres se repiten: Jaime de Aguirre de nuevo en el ojo del huracán. Pues hace años reveló que sus bonos anuales extra como director en Chilevisión, canal de Sebastián Piñera, fueron pagados con dinero que éste obtuvo de SQM, Aguas Andinas y otras firmas como contribución a su campaña electoral. Y eran mayores que los que hoy le paga TVN y llaman a escándalo. Piñera explicaba que era una asesoría que la sociedad “La Música” de de Aguirre prestaba al canal. Pero eso era pura música. Todo falso. E impune.

Hoy caen otros por boletas y facturas menores que las suyas pero igualmente “rectificadas” por las empresas: ME-O, Rossi, Pizarro, etc. A Piñera ni siquiera lo nombran en “el juicio por los diarios”, porque es Presidente del “No” y está por sobre el bien y el mal. ¿Lula, Humala, Kuzscinsky, Fernández de Kirchner, Correa? Eso pasará en otros países “democráticos”, no en el país de la férrea dictadura del “No”, que garantiza impunidad, tanto como las de Maduro o los Castro. Además, Piñera tiene el privilegio de que otro paga por él en el proceso: Santiago Valdés. En los otros países los jueces no aceptan eso.

La vocera de gobierno aclara que Piñera fue citado a declarar, pero sólo “como testigo”. ¡Vaya testigo! Fue a pedir la plata para la elección, se la dieron a cambio de facturas de sus empresas (y fue al que más le dieron, sobre $500 millones); desvió parte para pagar a los ejecutivos de su canal, el cual tenía a la venta (así le mejoraba los resultados y el precio) y es al único que citan sólo “como testigo”. Y en el “juicio por los diarios” no lo nombran siquiera. Sólo es mencionado en este blog, el cual está prohibido reproducir en ninguna parte. Es que en la República del Chile de Orwell son todos iguales, pero algunos son más iguales que los demás y uno, sólo uno, el que sale siempre al centro de la foto, es el más igual de todos.

          Dato: el fiscal Gómez, tan severo con Rossi y tan benévolo con Piñera, es casado con la ex ministra de Justicia de éste, Patricia Pérez, que se distinguió por negarse a distribuir la “Historia del Ministerio de Justicia” de Patricia Arancibia, encargada por el antecesor de Pérez, Teodoro Ribera, ambos del "Sí". “Es que el libro llama ‘Joaquín Prieto’ a José Joaquín Prieto”, objetó la ministra. Pero el historiador Fernando Silva Vargas, en carta al diario y con fe de bautismo en mano, acreditó que era, en realidad, “Joaquín Prieto”. Es la petite histoire del “Sí” versus el “No”.

          “Más iguales que los demás”. ¿Y “los demás”? Esos, que se vayan al infierno. Al coronel (r) Sergio Jara lo van a extraditar desde Argentina, donde se había ocultado del largo brazo de la prevaricación de la dictadura. Porque ésta se apoderó de los tribunales y, según nos enseñó Tocqueville, la dictadura de los jueces es la peor de todas.

Veamos un poco de historia real, es decir, de la proscrita: hace 45 años el entonces teniente Sergio Jara manejaba una camioneta en que trasladaba a dos procesados de la izquierda extremista que se iba a tomar el poder por las armas. Debió detenerse a poner bencina. Ambos estaban vigilados por un conscripto, de apellido Bañados, premunido de un fusil automático SIG que disparaba veinte balas por segundo. Estando el teniente Jara fuera del vehículo, los dos presos escaparon. El conscripto les disparó. Murieron en la calle. Cuarenta y cinco años después una ministra sumariante de la dictadura del “No” condena a 18 años de presidio al entonces teniente Jara, al entonces subteniente Lovera, que iba a su lado en la camioneta, y al comandante del regimiento de San Felipe, hoy nonagenario y con Alzheimer, Héctor Orozco, quien se asomó en 1973 al oír disparos fuera de su cuartel. El conscripto Bañados había fallecido años atrás y por el momento la dictadura judicial del “No” no está metiendo presos a los cadáveres, aunque no se descarta que lo pueda hacer en el futuro, porque es capaz de cualquier cosa.

        Los detalles del proceso pueden leerse en el párrafo 1.4 del libro “Prevaricato” de Adolfo Paúl, donde se deja constancia de que el presente dictador del “No”, Sebastián Piñera, a través de su subsecretario Ubilla, hoy renovado en el cargo, fue el que interpuso la querella contra el teniente Jara, el subteniente Lovera y el coronel Orozco, los dos últimos hoy presos en Punta Peuco aunque el segundo no sabe que lo está. Más vale así, porque no podría explicarse por qué  haberse asomado a preguntar “¿qué pasó?” fue delito y, en caso de haberlo sido, por qué no está prescrito tras 45 años, aparte de haber sido ya juzgado en su tiempo y amnistiado después.

          Es que las dictaduras no explican nada. Pues en estos días su ministro Carroza ha acusado oficialmente a nueve conscriptos que en 1986 formaban una patrulla que velaba por el orden público en un día de “protesta pacífica”, en que dos revolucionarios, Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana, portaban elementos altamente combustibles para lanzarlos a los vehículos que osaran circular por las calles. La patrulla les impidió quemar gente, autos o buses, con tan mala suerte que uno de los recipientes del líquido altamente inflamable se volcó accidentalmente y quemó a ambos extremistas, resultando el primero de los nombrados muerto. Todo eso se investigó, juzgó y sentenció en 1986 y un respetado ministro de Corte, don Alberto Echavarría Lorca, concluyó que hubo una quemadura accidental de los extremistas y que el jefe de la patrulla, capitán Fernández Dittus, había accedido al pedido de ellos de dejarlos libres en lugar de detenidos y ser procesados por su actividad incendiaria frustrada. Por no haber apreciado la gravedad de las quemaduras y dejarlos bajarse, Fernández Dittus recibió pena de cuasidelito.

          Pero eso ocurría con un juez independiente, civil, cuando no había dictadura judicial. Desde que ésta se instituyó, a fines de los ’90, comenzaron a reabrirse causas prescritas, juzgadas antes y amnistiadas y, entre ellas, el “Caso Quemados”, abundantemente falsificado por las consignas de los sucesivos gobernantes del ”No”, que han llevado al propio senador Ossandón, del “Sí” y de derecha, a afirmar que “el Gobierno Militar quemaba a la gente por pensar distinto”. Es que no se puede establecer una verdadera dictadura sin lavar bien todos los cerebros, pero todos, mediante la afirmación de consignas, siguiendo la doctrina del padre de la propaganda política, Josef Goebbels: “una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad”.

Y sobre esta “verdad” el hoy ministro sumariante Carroza ha reabierto el proceso, perseguido a oficiales y soldados que estuvieron cerca de los acontecimientos de 1986 y acaba de presentar acusación contra los conscriptos de entonces que, en una actitud que hace reverdecer la fe en nuestro pueblo, han mantenido sus versiones de 1986, pese a que otros dos ex conscriptos han afirmado reciente y sospechosamente “motivados” (contradiciéndose entre sí, por lo demás) que hubo oficiales que ordenaron quemar a Rojas y Quintana, en circunstancias que un suboficial resultó quemado justamente al tratar de apagarlos. Carmen Gloria Quintana es hoy representante diplomática en Canadá, designada por Michelle Bachelet y  mantenida en el cargo por su sucesor, también del “No”, Sebastián Piñera, que recientemente ha rendido homenaje a la memoria de su ex funcionario de confianza y militante del MIR, hace poco fallecido, ex director del Instituto Médico Legal bajo su gobierno, doctor Patricio Bustos.

      El más digno de destacar entre los conscriptos leales y veraces, y por tanto perseguidos por la dictadura del “No” hasta hacerles perder sus trabajos, es Leonardo Riquelme, quien ha tenido el coraje de reconocer algo que no dijo durante el proceso de 1986: que fue él quien, accidentalmente, volcó el recipiente de líquido altamente combustible que quemó a Rojas y Quintana. Sometidos discriminatoria e inconstitucionalmente Riquelme y sus camaradas al antiguo procedimiento penal, acaban de ser objeto de la acusación del juez Carroza, tras cerrar el sumario. En el  nuevo procedimiento penal “garantista” el Estado financia un defensor público para los acusados. En el antiguo no y como lo ex conscriptos carecen de medios, un grupo de agradecidos del servicio que los uniformados prestaron al salvar al país del marxismo estamos contribuyendo a proporcionarles defensa. Ahora mismo estamos recolectando quinientos mil pesos más para continuar financiando un abogado que defenderá –sin mayores esperanzas de éxito— a Leonardo Riquelme de la persecución del ministro sumariante de la dictadura.

          Ése es el cuadro bajo la actual égida del “No”: el titular del Ejecutivo, impune, pese a haber sido el principal receptor de fondos del caso SQM, ni siquiera nombrado en el “juicio por los diarios” que soportan los más, y sólo “citado a declarar como testigo”; el coronel (r) Jara, condenado a 18 años por “haber estado ahí”, hoy en Argentina y presto para ser extraditado; el general (r) Orozco, condenado a 18 años por haberse asomado a preguntar “¿qué pasó?”; el ex conscripto Bañados, mirando la escena desde el Más Allá y, supuestamente, con la perspectiva que da la otra vida, sabiendo si obró bien o mal cuando, habiendo recibido la orden de velar porque no escaparan dos procesados por extremismo, les disparó una ráfaga que les dio muerte cuando se fugaron. Me pregunto qué habría hecho yo en su situación y me respondo que probablemente lo mismo, por cuyo motivo estaría hoy enfrentado a cumplir, a esta edad, una condena de presidio perpetuo de hecho.

          ¿Retendrá de Aguirre su antiguo derecho a bonos generosos? ¿Mantendrán su versión los conscriptos del ’86? ¿O serán condenados igual, pese a la “defensoría pública” financiada por privados del “Sí”? ¿Llevará la ráfaga del conscripto Bañados a la cárcel a todos sus oficiales superiores por sendos “delitos” de “haber estado ahí” y “salido a preguntar qué pasó”? Tal vez sólo lo sepamos cuando se escriba la “Historia de la Dictadura del ‘No’”, que ya ha durado más de 28 años.

domingo, 15 de julio de 2018

¿Y Quién le va a Agradecer al Mercado?


          La última movida de Lavín acarrea algunos problemas que, en definitiva, el mercado va a solucionar. Pero en el tiempo intermedio, como siempre sucede, algunos van a ganar y otros van a perder.

          La UP tuvo la misma idea de Lavín y construyó departamentos de viviendas sociales en el riñón de uno de los barrios con mayor plusvalía de Las Condes, entre Manquehue, Alonso de Córdova y Presidente Riesco: la “Villa San Luis”. Luego vino la Revolución Militar, que dejó la solución, como en otros casos, entregada al mercado.

Pues las empresas inmobiliarias levantaron alrededor de la Villa San Luis los departamentos y oficinas posiblemente más sofisticados de Santiago, formando un barrio lleno de edificios “inteligentes” y que parece, en algunos aspectos, del Primer Mundo. Los dueños originales de las viviendas sociales de la Villa San Luis las pudieron vender a muy altos precios para que las inmobiliarias hicieran más edificios inteligentes y entonces esos ex pobladores pobres pudieron así comprar en otras comunas casas mejores, instalar negocios y hasta, algunos, adquirir parcelas agrícolas y cambiar de estrato socio-económico gracias al capital que les brindó la plusvalía de sus viviendas sociales.

          La movida de Lavín va a terminar, tarde o temprano, igual. Cuando él construya su torre en la Plaza Atenas, las viviendas vecinas van a bajar de precio, que es el efecto que produce la construcción de viviendas populares en barrios acomodados. Pero la pérdida de valor será transitoria. Pues, al mismo tiempo, los departamentos con subsidio de la “torre de Lavín” van a subir de precio, por estar en un sector acomodado de Las Condes, y tarde o temprano, como “el mercado es más fuerte”, va a surgir alguna fórmula que les permita a sus dueños venderlos con una buena ganancia de capital. Tal como los de la Villa San Luis, van a estar entre los más caros de los adquiridos con subsidio. Y, como consecuencia, entonces van a llegar a vivir a la Plaza Atenas personas ABC1 y las viviendas del entorno van a recuperar su valor y su ritmo de plusvalía. Estos vecinos, sucedido eso, van a perdonar a Lavín y los adquirentes con subsidio de la torre (si siguen en la comuna) van a pasar a ser electores incondicionales de él, por haberles procurado una buena ganancia de capital. Sólo es cuestión de esperar.

          Esta movida de Lavín también tuvo su origen en las leyes del mercado. Las Condes era dueña de un paño de terreno en Vitacura y Lavín quería construir allí viviendas sociales, lo cual era una solución perfecta para él, porque les daba casas a habitantes pobres de su comuna sin bajar los precios de otros vecinos de la misma, porque los que iban a bajar iban a ser los de Vitacura. Por eso el alcalde de Vitacura se opuso al proyecto y finalmente decidió comprarle a Las Condes el terreno y anunció que allí haría un nuevo parque, lo que le redituará votos de los vecinos felices de contar con una nueva área verde y de haberse librado del vecindario C3 y C4.

          Así Lavín, con la plata del terreno de Vitacura, pudo proponerse la torre de la Plaza Atenas. Al final, como el mercado es más fuerte, todos se beneficiarán con la valorización de los departamentos de la nueva torre y la llegada de nuevos adquirentes de ellos, de más alto nivel socio-económico, lo que dejará sin efecto cualquier desvalorización transitoria de su entorno, el cual verá recuperarse sus precios. Y entonces los vecinos de la Plaza Atenas perdonarán a Lavín y nadie le dará las gracias al verdadero responsable de la solución que, como siempre, habrá sido el mercado.

jueves, 12 de julio de 2018

Mi "Samiszdat" Contra la Dictadura

Cuando la mayoría de los chilenos me hace cosas terribles yo le hago otra todavía más terrible: escribo un libro. Lo he perpetrado muchas veces.


Últimamente, advirtiendo la cantidad de falsedades que, durante casi tres décadas,  han propalado los ininterrumpidos y sucesivos gobiernos del "No" al referirse a la Segunda Revolución Nacional Libertadora que, aparte de salvar a Chile del marxismo totalitario en 1973, cambió la fisonomía socio-económica del mundo entero, al convertirse en testimonio (el primero, según Niall Ferguson) del éxito material de la economía libre y, por añadidura, al obligar a respetar los derechos humanos a los socialismos reales, lo que condujo a su virtual desaparición (pues ningún régimen tal subsiste si reconoce la libre elección de sus ciudadanos) decidí escribir la "Historia de la Revolución Militar Chilena 1973-1990". El texto quedó gratuitamente a disposición de los lectores de este blog en veintidós sucesivas entregas. También puede bajarse al computador por un módico precio, a través de las firmas de e-books "Patagonia" y "Amazon". Es que, siendo el lucro un derecho social, no he querido ejercerlo en este caso, por altas razones de interés nacional.


Pero está visto que el libro impreso mantiene un encanto especial para una gran masa. Entonces ofrecí la obra a tres casas editoriales no controladas por la izquierda ni por el "No", pero no manifestaron interés. Entonces lo imprimí a través de mi pequeño sello editorial "El Roble", el cual había publicado antes otros libros míos políticamente incorrectos que alcanzaron satisfactorio éxito. Y luego contraté la distribución a las librerías con una antigua firma de la plaza que tiene una buena fuerza de ventas. 


El viernes pasado "El Mercurio" publicó una favorable reseña sobre mi "Historia...", a raíz de lo cual se desató una ola de pedidos del público cuando todavía el volumen no se había distribuido a librerías. Como consecuencia, recibí en mi celular y mi correo las invectivas de amigos, amigas y amigues que habían ido a comprarlo y no lo encontraron. Finalmente la distribuidora logró abastecer a las librerías. 

Algunos compradores vivieron experiencias curiosas, propias del clima imperante bajo la actual dictadura del "No" (que llegó al extremo de destituir al director del Museo Histórico por publicar una frase del principal exponente del "Sí"). 

Veamos la situación que relata un joven abogado, para hacer patentes las dificultades que enfrentamos los opositores a la  dictadura. Me escribe:

"También quiero comentarle algo que acaba de suceder, minutos atrás. Fui a la Feria Chilena del Libro, en el mall Costanera Center para adquirir una copia de su libro 'Historia de la Revolución Militar Chilena'. Con gusto lo vi en la vitrina de la librería y entré a buscarlo, pero no lo encontré en ninguna góndola, estante o mesa. Pregunté por el libro a una vendedora y me dijo no le sonaba. El diálogo con la vendedora fue más o menos así:

-“Estoy buscando el libro de don Hermógenes Pérez de Arce, 'Historia de la Revolución Militar Chilena'”- le dije. 
-“No me suena” – me respondió.
-“Pero si está en la vitrina de la librería”- le argumenté.
-“Déjeme ver”-. Se dirigió a la sección de Historia de Chile. 
En ella se encontraba un joven de pelo rapado, trabajador de la librería y, ante el requerimiento del libro, le respondió en tono irónico: 'Aahh, esa maravilla historiográfica'. El tipo se agachó y metió el brazo hacia el fondo de la repisa inferior y sacó un ejemplar, literalmente escondido dentro de los libros de la sección indicada, se lo entregó a la vendedora y ella me lo pasó.
- “Lo tienen escondido, qué curioso”- les respondí y me llevé el ejemplar a la caja. El tipo me respondió: “Es para que no se los roben, caballero…”
"Se lo hago presente, para que tenga en cuenta la irracional censura imperante, ya sea por decisión de la librería, o bien por la censura impuesta por un joven que trabaja en el mismo lugar. 
Le adjunto la boleta, para darle mayor certeza de mi relato."

En efecto, la dictadura del "No" es severa. Tiene agentes en todas partes. en el gobierno y en la oposición, ambos dominados por el "No". Pero, reconozco, es menos severa que la dictadura marxista tradicional. Mientras ésta gobernaba la URSS los habitantes de sus distintas nacionalidades utilizaban medios de comunicación clandestinos, ya fueren diarios, revistas o libros, que eran llamados "samiszdats".  

En Chile, hoy, dado que no se tolera al "Sí" (tanto que su exponente más destacado, Augusto Pinochet, ni siquiera puede ser nombrado públicamente sin que se desate la represalia, como se vio en el Museo Histórico) también debemos recurrir a los "samiszdats". El más reciente mío tiene 644 páginas. 

Estoy preparando otro, de la cuarta parte de esa extensión, titulado "El Lucro Como Derecho Social". Seguramente tampoco encontraré editores, porque el pensamiento dominante execra del lucro, como queda de manifiesto en todas las manifestaciones que formulan tanto el gobierno como la oposición. Así es que repetiré el proceso. Y lo haré, paradójicamente, "sin fines de lucro", pues los que defendemos el derecho social a tener fines de lucro somos los que menos lucramos en la práctica, en nuestra defensa de la verdadera libertad en nuestra sociedad, hoy tan conculcada por la dictadura del "No".






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domingo, 8 de julio de 2018

¡Atrás Sin Golpes!

En el boxeo, cuando se produce un “clinch” y ambos púgiles quedan tan enredados que la pelea no puede continuar, el árbitro grita “¡atrás sin golpes!” y entonces ambos bajan la guardia y se separan sin aprovecharse de la momentánea indefensión del adversario.

Sólo se recuerda una vez ¡y tenía que ser en Chile! en que al separarse los púgiles uno aprovechó el momento en que el otro bajó la guardia y lo noqueó con un recto al mentón. Y fue declarado ganador. Es que así somos en Chile.

Ahora se da el caso de que el sector más poderoso de Chile, el de los políticos (porque controlan los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial) han sido sorprendidos, de izquierda a derecha por igual, financiando ilegalmente sus campañas electorales. Como estaban todos enredados en eso, se arreglaron para proclamar una tregua, “¡atrás sin golpes!”, y de partida hicieron algo muy fácil: legislar para que nunca más tuvieran que conseguir ellos los fondos para financiar sus campañas. Porque nunca, por ricos que fuesen, eran ellos los que las financiaban, sino que pedían el dinero a otros, los grandes empresarios, que se lo daban en el tácito entendimiento de que entonces los políticos “se iban a portar bien con ellos”.

Entonces usted, ciudadano corriente, uomo qualunque, adivine quién discurrieron los políticos que debía pagar el costo de las campañas: ¡usted, por supuesto! Y así todas las últimas elecciones han sido financiadas por los contribuyentes, sin perjuicio de que quienes quisieran hacer donaciones lo pudieran hacer, pero ahora legalmente, a través del Servicio Electoral. 

Pero había que superar el “clinch” en que todos estaban enredados, pues como obtenían el financiamiento con boletas y facturas que no correspondían a prestaciones efectivas, estaban todos, donantes y donatarios —menos el más “listo” de todos, por supuesto— sometidos a proceso por fraude tributario, pues las empresas habían rebajado como costos de su producción las boletas y facturas imaginarias, pagando a raíz de eso menos impuestos.

Pero “el mas listo de todos” convenció al país y al mundo de que él no había sabido nada de todo ese dinero que le habían donado y que su encargado electoral era el único culpable. De hecho, este último es el único procesado por eso en su caso y no el candidato, que ni siquiera es ya mencionado por la prensa como responsable, siendo que hasta usó parte de los fondos electorales para pagar bonos a sus ejecutivos de una empresa suya que tenía en venta y cuyos resultados deseaba mejorar.

Entonces ahora “¡atrás sin golpes!” está significando que los empresarios donantes de fondos para los políticos están obteniendo un tratamiento benévolo y librándose de cumplir condenas efectivas. Salen bien librados pagando multas y cumpliendo sus penas en libertad.

En Chile, en realidad, las “condenas efectivas” sólo las cumplen los más indefensos de la sociedad: los que están por nacer y los militares retirados. A los primeros la sociedad los condena a muerte cuando  incomodan a su madre y a los segundos a cadena perpetua (diez años de cárcel para un nonagenario es cadena perpetua), sólo porque se derogó la pena de muerte para los ya nacidos (es que éstos votan, en cambio los no nacidos no).

“¡Atrás sin golpes!”, entonces, va. Al Consejo de Defensa del Estado nadie le cree sus corcovos. Si alguna vez accionara contra Piñera, ahí se le empezaría a creer, pero todo el mundo sabe que entre los del “No” no hay cornadas. En Chile, hoy, eso es lo único que en definitiva importa. Por eso el CDE ha resucitado, con la complicidad de la Sala Penal de izquierda de la Suprema, el extinto caso Riggs.

Declaración de intereses: fui candidato a senador en 1989 y las empresas me dieron plata a cambio de boletas que un centenar de profesionales jóvenes extendieron, sin prestar los correspondientes servicios. Lo vine a saber cuando los encargados de mi campaña me presentaron un centenar de cartas de agradecimiento a los profesionales que extendieron boletas truchas. Entonces me empecé a preparar para el problema que iba a tener con Impuestos Internos, pero el, a la sazón, director del Servicio gritó “¡atrás sin golpes!” y declaró públicamente que el financiamiento de las campañas no sería investigado. Una decisión muy “republicana”, como dirían ahora. 

Perdí esa elección y me sobró plata (el colmo de un candidato), pero creo que ni siquiera si hubiera “raspado la olla” habría sido electo. No eran tiempos para un candidato de una sola línea y partidario de la Revolución Militar Chilena. Les di mi excedente financiero a dos candidatos de la UDI también derrotados, ambos hoy “arrepentidos” y piñeristas.

¿O alguien creyó que en el país de las trampas, donde no se puede instalar fotorradares porque todos serían pillados, alguien iba a cumplir alguna condena efectiva por haber participado en el financiamiento ilegal de las campañas de los dueños del cuento? 

miércoles, 4 de julio de 2018

Epifanías de la Dictadura

La dictadura —la del “No”, por supuesto, que nos gobierna hace 28 años y que es dictadura, entre otras razones, porque prohibe la libertad de expresión en una muestra histórica de una frase del gobernante del “Sí”— ha vivido varias Epifanías en estos días, en la persona de su dictador de turno, Sebastián Piñera.

En el orden valórico él ha impuesto un protocolo sobre aborto que impide a los médicos y paramédicos del “Sí”, que defienden la vida del que está por nacer —para defender la vida de los ya nacidos los del “Sí” gestamos un 11 de septiembre de 1973— oponer su objeción de conciencia al asesinato de personas en estado de gestación cuando haya subsidios estatales al respectivo centro de salud. Piñera está muy contento de recibir por eso el aplauso del resto de las fuerzas del “No” y en particular de las de extrema izquierda, para las cuales la solución de todo siempre ha consistido en matar: al no nacido cuando se presenta indeseadamente y al nacido, cuando se opone a su toma violenta del poder.

En el orden histórico, el V Presidente del “No” ha vivido otra Epifanía al inaugurar el monumento a Pedro Aguirre Cerda, Presidente de la República que encabezó el Frente Popular en 1938  (la política de los “Frentes Populares” había sido promovida por el Comintern soviético como su método de penetración en las democracias occidentales inmaduras, para preparar el golpe comunista en el momento oportuno). También el dictador de turno del “No” ha anunciado un monumento a Patricio Aylwin, uno de los principales promotores del 11 de septiembre de 1973 que, sin embargo, remedió este monumental renuncio a la tarea de servir al comunismo traicionando en 1990 a los militares a los cuales había inducido a actuar 18 años antes, y crucificándolos ante el país y el mundo mediante una Comisión parcial y sesgada, para lo cual debió  presionar ilegalmente a los Tribunales de Justicia hasta lograr que los condenaran vulnerando las leyes penales y procesales vigentes.

Otra Epifanía del dictador en ejercicio del “No” la ha vivido al felicitar cordialmente a Andrés Manuel López Obrador, seguidor de Fidel Castro que ha ganado la elección presidencial en México. La ganó gracias a que se ha “descafeinado” completamente, anunciando que no subirá los impuestos ni confiscará, expropiará o estatizará empresas. Pues AMLO aprendió que los mexicanos, en su mayoría izquierdistas, pero no tan tontos, no querían un socialismo real, sino sólo un socialismo virtual. Y también aprendió del triunfo de Piñera en otro país de mayoría izquierdista como Chile, pero que tampoco quiere el socialismo real que pretendió instaurar Michelle Bachelet 2.0 y prometía consumar el inadvertido Alejandro Guillier, que todavía está preguntándose por dónde iba la cosa y no se explica cómo perdió la elección presidencial estando apoyado por una mayoría que el mismo día ganaba el control del Congreso. Es que chilenos "ser indios, pero no tontos".

En testimonio de su archi demostrada inepcia, Piñera twitteó a AMLO que tras su triunfo vendrían “90 minutos de gloria” ante Brasil en Rusia, menoscabando innecesariamente a Brasil, nuestro principal aliado sudamericano. Obviamente los “90 minutos” de gloria mexicana no se produjeron, como no se produjo el año anterior el triunfo que Piñera auguró a Hillary Clinton en otro twitter que le mandó a ésta cuando estuvo seguro de que todas, pero todas las encuestas, la daban por triunfadora sobre Donald Trump. Éste, por supuesto, no lo va a recibir cuando ahora vaya a meterse allá, a mediados de julio, para ejercer su principal vocación y actividad, que es ser el centro de todos los focos, cámaras, titulares, fotos y escenarios a los cuales pueda treparse. 

Con los nuevos monumentos con que el “No” termina de atiborrar la Plaza de la Constitución viene a hacerse más patente la “estatua que falta” en ella, la del principal estadista chileno del siglo XX, que sacó a su patria del vagón de cola de los países subdesarrollados en que la mantenían los Aguirre Cerda, los Frei, los Allende y demás cultores del ideario de izquierda, y la trasladó al primer lugar de América Latina. El mismo que acaba de perder a manos de Panamá, cuando ni siquiera el legado de la Revolución Militar de 1973 pudo resistir los embates y detrimentos que le impusieron durante 28 años los cinco sucesivos, a veces repetidos y siempre ineptos gobernantes del “No”.

lunes, 2 de julio de 2018

Sin Derecho y Sin Derecha

¿Puede un país vivir sin derecho y sin derecha? Por supuesto. La prueba está en que Chile está perfectamente vivo y en él no impera el derecho (tanto que Haroldo Brito es presidente de la Corte Suprema) ni existe existe la derecha (tanto que Sebastián Piñera, un centro-izquierdista, es Presidente de la República con apoyo de la que llaman “derecha”, lo que prueba que, en el hecho, la misma no existe como alternativa real de gobierno).

Chile es muy parecido a México y allá han elegido a un izquierdista que, a diferencia del pasado, cuando él era revolucionario, ahora está descafeinado y ha declarado una sola cosa fundamental: que no va a subir los impuestos. El que no sube impuestos (que es lo menos) tampoco confisca ni estatiza (que es lo más y propio de la izquierda). 

En México tampoco existe la derecha, pero la mayoría sabe, tal como acá, que con ideas de izquierda no se va a ninguna parte y, por tanto, les basta con que un tipo de izquierda diga “no voy a subir los impuestos” para que la mayoría lo apoye. 

Porque en México, tal como en Chile, en la mochila todo ciudadano, aunque no quiera la revolución marxista, de todas maneras lleva una hoz y un martillo, tal como Napoleón decía que todos sus soldados llevaban en la mochila un bastón de mariscal. Entonces allá como acá votan por un izquierdista que les garantice bases de derecha. AMLO lo hace con una sola frase: “no voy a subir los impuestos”. Porque así les está diciendo: “no voy a hacer la revolución marxista-leninista”, que es lo que a estas alturas del aprendizaje de la Humanidad a la mayoría de todas partes le interesa saber. 

Pues la mayoría no entiende casi nada, pero sí ha aprendido una cosa: que el socialismo real, el de la revolución marxista-leninista, no funciona.

Como Chile es muy parecido a México y, por tanto, de mayoría izquierdista, acá la mayoría hizo algo muy parecido a lo que ha hecho en México. En vista de que la izquierda de Michelle Bachelet hacía la revolución marxista-leninista y su posible sucesor Alejandro Guillier decía que la iba a continuar, eligieron a Sebastián Piñera, que no es de derecha y es un DC centro-izquierdista, pero tiene clara una cosa: no va a hacer la revolución marxista-leninista. Eso lo entiende cualquier chileno, sin perjuicio de llevar la hoz y el martillo en su mochila. Pues justamente  porque la lleva eligió, junto con votar por Piñera, a una mayoría izquierdista en el Congreso.

La mejor frase de Churchill (un amigo me las acaba de mandar todas por WhatsApp) es la que dice: “para convencerse de que la democracia es el peor de los sistemas basta conversar cinco minutos con una persona común”. Claro que también tiene otra frase: “La democracia es el peor de los sistemas, si se exceptúan todos los demás”. Por ahí va la cosa.

Por eso en Chile podemos vivir sin derecha, como lo prueba que Piñera sea Presidente; y sin derecho, como lo prueba que Haroldo Brito, un tipo que se ha reído a más no poder de lo que ordenan las leyes, presida la Corte Suprema.

Acá todos los valores de la derecha se están yendo al tarro de la basura: el primero, según el cual la familia es la base de la sociedad, ha casi desaparecido, pues el 74 por ciento de los nacimientos ocurren fuera del matrimonio entre un hombre y una mujer, que es la única familia de verdad. Ahora la gran mayoría se empareja de hecho o suscribe un “Acuerdo de Vida en Común”, engendro creado por Piñera para que las  parejas puedan decirse casadas y separarse fácilmente. Pero eso no es “familia”, una entidad permanente. Y por que se acabó tuvo que haber un Sename: los niños quedaban botados y alguien debía hacerse cargo.

¿Se puede vivir sin derecha y sin derecho? Por supuesto. Lo prueban México y Chile.