jueves, 30 de enero de 2014

Querido Obama


Te tengo una noticia buena y otra mala. La buena es que vas a tener que venir a Chile y la mala es que va a ser preciso que camines varias veces diez kilómetros por el desierto para decir dónde está el Punto Concordia. Pues Chile y Perú designaron árbitro del Tratado de 1929, que creó ese Punto, al Presidente de los Estados Unidos y ahora te va a caer el tejo a ti, porque están discutiendo dónde está Concordia. Pues ahí comienza la frontera. Ese Tratado dice que ella parte a la orilla del mar, diez kilómetros al norte del puente sobre el río Lluta, y después sigue, también diez kilómetros al norte, el trazado de la línea del ferrocarril de Arica a La Paz.

Los peruanos y los chilenos son tipos tan gansos que no han podido siquiera ponerse de acuerdo en ese punto a la orilla del mar, cuando es tan fácil: basta caminar diez kilómetros desde el puente hasta llegar a la orilla, y ya está.
Yo uso para trotar un aparatito que se pone en la cintura y te cuenta los pasos. Si mides tus pasos en relación a un metro, puedes saber cuántos kilómetros recorres. Yo ahora estoy dando pasos de 80 centímetros, pero seguramente los tuyos serán como de un metro y con un click dejas el aparato listo. Te puedo prestar uno de los aparatos míos, porque tengo dos, y hasta acompañar en el recorrido, yo llevando el otro, para cotejar después los resultados. Y hasta te puedo ayudar en la redacción del fallo. Soy bueno para redactar, pues lo hago casi todos los días. Pregúntale a Piñera, que, según dicen, me lee siempre, para hacer lo contrario de lo que digo. Y después te puedo acompañar a fijar varios puntos a diez kilómetros al norte de ferrocarril para ver si el Hito Uno actual está bien ubicado. Pero ahí hay que tener cuidado porque la frontera debe correrse en algunas partes al norte para dejar algunos yacimientos en el lado chileno, según dice el Tratado. Éste es bastante corto y claro, así es que te lo puedes leer bien antes de venir y no tienes que contratar expertos, que son caros y al final los vamos a tener que pagar chilenos y peruanos.
Si de la medición que hagamos nos resulta un triángulo formado por el Punto Concordia, el Hito Uno y el punto donde el paralelo que pasa por este último corta la costa, bueno, ese triángulo se lo vas a tener que adjudicar a los peruanos, si bien los expertos chilenos dicen que no existe. Pero tú les puedes contestar que si no existe, de qué se quejan. Y, a lo mejor, tranqueando el terreno resulta que de verdad el Punto Concordia y el Hito Uno están a la misma altura y el bendito triángulo de verdad no existe.
Bueno, tú te preguntarás por qué chilenos y peruanos no hacemos todo lo anterior y solucionamos el problema. Yo te voy a explicar: los peruanos necesitan tener siempre un problema con Chile, y por ahora tienen éste. Si los privas de él se van a buscar otro. Y los chilenos somos muy flojos, siempre decimos “hay que hacer algo” y no hacemos nada; y por eso ninguno va a caminar varias veces esos diez kilómetros. Además, pueden quedar minas antipersonales en el trayecto, pero ésa es otra historia, que te la contaré cuando vengas y hagamos el trayecto juntos, cuidando de mandar un grupito por delante “por si las moscas”, tú me entiendes.
¡Ah!, se me olvidaba. Toda mi ayuda ofrecida es desinteresada. Pero si nos extiendes a mí y mi familia una visa de residencia a perpetuidad te quedaríamos muy agradecidos, porque muchos dicen que las cosas están por ponerse muy malas acá. Comunistas en el gobierno, no sé si me entiendes.
Puedes contestarme al pie de este blog. No hagas caso de las cosas que algunos te puedan decir ahí mismo, que pueden ser terribles, pero no vale la pena hacerse mala sangre por ellas. Yo me he acostumbrado de lo más bien.
A la espera de tu respuesta, recibe un abrazo estresho, como decimos en Chile.

miércoles, 29 de enero de 2014

Y La Haya Tampoco Me Hizo Caso

 No tengo buenos recuerdos de La Haya, porque un indonesio al volante de un mini casi me atropelló allá en 1990 y después, cuando fui a un café a tomarme algún bebestible reparador del susto, un mozo, presunto exiliado chileno, se negó a tomar mi pedido, y tuve que ir a reclamarle a su jefe, que reparó la desatención pero no logró tranquilizarme de que lo que me sirvieron no hubiera sufrido alguna alteración fitosanitaria.

Como en este mundo todas las cosas suceden por algo, supuse entonces que la Corte de la misma ciudad, con certeza enterada del pronóstico acerca de su fallo contenido en un reciente blog mío, lo iba a desatender. Y así sucedió, lo cual es una lástima.

Yo sostenía que, ante la evidencia de que Chile tenía toda la razón, salvo en un punto menor, la Corte le iba a conceder a Perú este punto menor, los peruanos celebrarían y quedarían felices, nosotros bastante conformes y así ambos países podrían continuar existiendo como vecinos eternamente separados por rencores históricos imposibles de superar y que comenzaron en el mismo momento en que  financiamos y realizamos la expedición libertadora del Perú y ellos no nos compensaron en nada por el gasto ni el esfuerzo. Veinte años después los libramos del Mariscal Santa Cruz y tampoco dieron las gracias. Y cuarenta años más tarde de eso se aliaron con Bolivia en un tratado secreto en nuestra contra y nos obligaron a ir a la guerra, una muy mala idea tratándose de los chilenos del siglo XIX, que, no hace falta decirlo, eran mucho mejores en todo sentido y, desde luego, más valientes y patriotas que los de los siglos XX y XXI.

Pues el Perú tiene razón en una sola cosa: que el punto Concordia es el comienzo de la frontera, según el Tratado de 1929, y si el Hito Uno se construyó donde está, a unos doscientos noventa metros al noreste del Punto Concordia, fue porque la línea de la frontera subía hasta ahí y por la simple razón de que Concordia está a la orilla del mar y si se levantaba el Hito Uno ahí el oleaje se lo iba a volver a llevar, pues más de una vez lo hizo.

Entonces, si la Corte hubiera reconocido eso, le hubiera dado al Perú las cuatro hectáreas del triángulo y hubiera dicho que el paralelo de la frontera marítima partía del Punto Concordia, los peruanos habrían quedado felices y para Chile eso no habría significado casi nada, porque la frontera marítima sólo habría estado unos centenares de metros más abajo y habría alcanzado hasta las 200 millas.

Pero los jueces de La Haya se tomaron años para discurrir una fórmula llena de agujeros lógicos, que de manera inexplicable pretende conciliar lo inconciliable, como lo es fijar la frontera en el paralelo y la línea de equidistancia al mismo tiempo, y dejando un cabo suelto que va a ser motivo de indefinidas discrepancias entre Chile y Perú, país este último que no necesita ningún pretexto para desavenirse con Chile y que ahora lo va a seguir haciendo teniendo uno bueno: que el triángulo formado por la línea del paralelo, la costa y la unión del Punto Concordia con el Hito Uno, con una superficie de cuatro hectáreas, es territorio peruano.

El desconocimiento de La Haya a la validez del Punto Concordia es insostenible: ¿cómo se explica que la frontera marítima empiece en un Hito Uno que está lejos de la costa y al norte del punto acordado por ambos países en el Tratado de 1929 como inicio de la frontera terrestre? Hace años leí las actas pertinentes al Tratado y comprobé los reconocimientos chilenos al hecho de que ahí comienza el límite terrestre y, por tanto y por lógica elemental, también cualquier límite marítimo que hubiere.

¿Cuántos peruanos están dispuestos a morir por ese triángulo de cuatro hectáreas? No sé, pero es seguro que son más que los chilenos dispuestos a morir por eso, si es que hay alguno, porque acá, en este país degradado, en que las únicas vidas que están disponibles para ser ofrendadas son las de los que están por nacer, porque no pueden defenderse, lanzar bombas molotov ni "tomarse" ningún recinto, los verdaderos ideales patrióticos han muerto y, al contrario, hay una conspiración ilegal y generalizada para meter presos a quienes alguna vez se jugaron el pellejo por defenderlos.

¿Dónde estamos hoy, entonces, con Perú? A fojas uno, con 22 mil kilómetros cuadrados menos de mar, sin haber superado una impenitente disputa vecinal y listos para explicar por qué vamos a tener, tarde o temprano, "otro pedacito menos". 

domingo, 26 de enero de 2014

"Pasa Colado" Entre Dos Desgobiernos


Doy a conocer el siguiente texto legal como una curiosidad, pues, pese a estar plenamente vigente, como tantos otros similares, no se aplica en nuestro país. Dice el artículo sexto de la Ley de Seguridad del Estado en su letra c) que castiga con pena de presidio a:
”c) Los que inciten, promuevan o fomenten, o de hecho y por cualquier medio destruyan, inutilicen, paralicen, interrumpan o dañen las instalaciones, los medios o elementos empleados para el funcionamiento de servicios públicos o de utilidad pública o de actividades industriales, mineras, agrícolas, comerciales, de comunicación, de transporte o de distribución, y los que, en la misma forma, impidan o dificulten el libre acceso a dichas instalaciones, medios o elementos”.
Casi todas esas actividades delictivas han sido perpetradas impunemente en terminales portuarios chilenos durante casi un mes ¿y sabe usted la penalidad que han sufrido los que han incurrido en esos delitos? Yo le voy a decir: les han dado un millón y medio de pesos a cada uno por dejar de cometerlos y volver a cumplir sus tareas; les han prometido impunidad total, aunque hayan incurrido en otros delitos violentos, además de los de la letra c); van a reintegrar en sus trabajos a todos los que, en forma perfectamente justificada y ejemplarizadora, habían sido desvinculados de ellos por sus empresas por no presentarse a cumplirlos; y, en fin, (lea atentamente esto, señor Moya, porque lo va a pagar usted) el gobierno va a compensar pecuniariamente a cada huelguista ilegal por media hora de colación diaria que no le otorgaron (ni tenían legalmente que darle) entre 2005 y 2014, lo que representará un millonario desembolso fiscal, pues en muchos casos alcanzará hasta cuatro millones de pesos por persona.
“El hombre de las mil y una triquiñuelas para remontar en las encuestas” ha hecho “pasar colado” este escandaloso desenlace  aprovechando la atención que ha suscitado el futuro gabinete del desgobierno que lo sucederá, gabinete que, igual que el actual, no tiene la menor importancia porque todos estamos ciertos de que no va a resolver nada por sí mismo, sino que va a bailar al son que le señale “la calle”, ente que es el que realmente gobierna al país desde hace años y del cual es, precisamente, una manifestación más el paro portuario cuyo término usted va a posibilitar mediante sus impuestos.
Junto al nuevo gabinete, el Fallo de La Haya también ha posibilitado que usted no se dé cuenta de cómo lo han pasado una vez más por el aro. Fallo de La Haya que le ha permitido al Primer Protagonista de la República repetir una y otra vez una inepcia derrotista con expresión triunfal, pues ha dicho que al gobierno de Chile sólo le va a corresponder “implementar el fallo”, lo cual es completamente contradictorio con su propia y muy reiterada afirmación de que Chile tiene toda la razón legal en el litigio y de que su gobierno está confiado en que se respeten sus derechos. Pues si se respetaren los derechos de Chile, la situación limítrofe debería continuar siendo la que ha sido siempre y, por tanto, no habría nada qué implementar en la frontera. Pero todos sabemos que si una cosa no cabe esperar del actual des-gobernante, a estas alturas de su período, es que no se contradiga.
Yo creo que el estado de la nación en este tránsito de un des-gobierno al siguiente está muy bien reflejado en lo que sucede crónicamente en un elegante, céntrico y público parque de nuestra capital a partir del atardecer, donde se reúnen numerosas parejas hétero, homo y bisexuales y, a vista y paciencia del desesperado vecindario (solía ser uno de los barrios distinguidos de la capital), practican el sexo grupal y binario con entera confianza de que nadie interferirá en su actividad, que muchos años atrás, cuando hubo por algo más de década y media un verdadero gobierno en Chile, era considerada ofensiva para “la moral y las buenas costumbres”, entelequia que a lo largo de los siglos ha sido por completo desterrada del modo de vida de ciudades como Sodoma, Gomorra y Santiago de Chile, con las consecuencias que conocidos textos de universal lectura han dado a conocer en los dos primeros casos y cabe esperar que tarde o temprano se reediten en el tercero.

 

viernes, 24 de enero de 2014

Libertad de Prensa al Estilo Chileno


                El Gobierno controla bastante lo que aparece en los principales diarios, eso es evidente, pero no de manera coercitiva. Simplemente “llama”. En Chile estas cosas se hacen “llamando” y el establishment lo sabe. Hace años el director de un diario me contó que había “llamado” al entonces Ministro del Interior (era el gobierno de Lagos) y le había dicho, medio en broma, medio en serio, que no era bueno que él “llamara” a los jueces para inducirlos a contravenir las leyes para meter presos a los militares, porque eso era incompatible con una verdadera reconciliación. El ministro le contestó (eran relativamente amigos, del mismo colegio): “Oye, si nosotros no llamamos a los jueces… ellos nos llaman a nosotros”.  Esta anécdota revela cómo funciona el “Chile Democrático Real”. Y explica por qué no ha habido ni habrá verdadera reconciliación.

                Entonces, ahora sale la encuesta CERC, firma a la cual La Moneda por el momento no puede controlar, y revela que la popularidad de Piñera es sólo 36%, lo cual es siete puntos menos que la indicada por la última Adimark, que ha servido infinitamente para inflar de manera oficial la imagen de popularidad de Piñera y para que sus panegiristas digan que “ya apunta al 50%” e incluso comentaristas independientes y hasta opositores hablen de “popularidad del Presidente por sobre el 40%”. Pero yo antes había advertido varias veces en este blog que el 43% no era verdad, pues las últimas encuestas CEP y CERC de 2013 le daban 33% o máximo 35% y hasta la propia Adimark del 43% a renglón seguido revelaba que la popularidad del Gobierno era 29%, guarismo imposible de conciliar con el 43% de quien lo encabeza.

                Bueno, el hecho es que ayer jueves aparece la CERC con su 36% y si uno revisa los diarios de hoy viernes no encuentra la noticia por ninguna parte, siendo un sondeo que abarca todo el país y hecho por una firma seria y antigua. Evidentemente, “alguien llamó”, pero hubo un vespertino al cual no alcanzaron a “llamar” ayer, porque se confecciona muy rápido, “La Segunda”, que pescó la CERC recién salida del horno y dio (aunque sólo a una col.) sus resultados. A raíz de ello consulté en la página web de CERC el detalle del sondeo y me anticipé a predecir, para mi fuero interno, que el 36% no iba a aparecer en los matutinos de hoy. Y mi fuero interno hoy me ha felicitado, porque así sucedió. Obvio, los “llamaron”.

                Seguramente también “llamaron” al Ministerio de Educación para que en los programas de estudio sobre el tema del emprendimiento pusieran como uno de los ejemplos de “emprendedores” que debe enseñarse a los alumnos del país a imitar y admirar es el de Sebastián Piñera, cosa que el Consejo Nacional de Educación, con un sentido básico del buen gusto y la mesura, ha rechazado. Es que está bien querer estar siempre en el candelero, pero no en TODOS los candeleros. El MINEDUC (bajo un anterior ministro) se pasó en esto de querer complacer al jefe.

                Pero es verdad que el 36% de Piñera le representó una mejoría, porque en junio, en la CERC, tenía 33%. Claro, en septiembre hizo la “pasada” de todos conocida para ganarse los aplausos de la izquierda, encabezando la denigración del Gobierno Militar y trasladando espectacularmente, con la bandera comunista flameando en el portón del penal, a los oficiales presos políticos más connotados desde Cordillera a un presidio peor. Pero así y todo, según la CERC, va a terminar su mandato como el Presidente de menor adhesión entre todos los posteriores a 1990. De los anteriores, el que suscita menos apoyos, con 13%, es, obviamente, Augusto Pinochet, oficialmente designado por la izquierda, el centro y la derecha como “Enemigo Público Número Uno” para efectos propagandísticos. Pues él, al igual que el villano oficial del régimen totalitario de la novela “1984”, Emmanuel Goldstein, debe ser periódicamente denostado e injuriado por todos los medios y toda la población cada cierto tiempo. Con semejante “lavado cerebral” propagandístico reiterado y casi unánime no es extraño que su figura suscite cada vez menos reconocimiento positivo ni resultó tampoco en absoluto inesperado que en la última elección, y justamente tras el vendaval propagandístico totalitario desatado a raíz de los 40 años del 11 y encabezado por Sebastián Piñera, los dos partidos nacidos bajo la égida del Gobierno Militar hayan perdido más de un millón de votos. Porque, aunque sus actuales dirigentes crean y procuren otra cosa, y aunque tardíamente logren rectificar hasta sus “Declaraciones de Principios” a ese efecto, la marca de nacimiento nunca se la van a poder borrar.

 

miércoles, 22 de enero de 2014

TRADUCIENDO A EYZAGUIRRE

                Fue un golpe maestro de “El Mercurio” publicar los párrafos principales de la exposición de Nicolás Eyzaguirre ante militantes del PPD, el miércoles 15. Es que resulta muy difícil sorprender a los revolucionarios de izquierda, en particular a los de la “Izquierda Boutique”, diciendo la verdad. Y éste fue sorprendido en eso.

                Yo he sostenido desde hace largo tiempo que en Chile está en curso una revolución socialista. Lo dije desde que el populacho estudiantil de extrema izquierda se tomó las calles en 2011 y Sebastián Piñera, en lugar de restablecer la ley y el orden, describió al movimiento como “noble, grande, hermoso”, revelando así no entender nada, porque ese sublime movimiento lo que pretendía era derrocarlo a él.

                ¿Qué busca la revolución de izquierda, cuyo primer paso fue ése? Lo que siempre ha buscado, desde Lenin hasta Eyzaguirre: quedarse con todo. El poder y el dinero. ¿Cómo? Este último lo declara francamente: “Es una revolución  política, donde tenemos que torcerle nuevamente la nariz a las organizaciones autoritarias y volver a tener una democracia profunda en que las mayorías determinen su destino”.

¿Por qué habla de “torcerle la nariz a las organizaciones”? ¿Por qué dice “nuevamente”? Porque ya lo hicieron antes, durante la UP, a través de los “resquicios legales”. Mediante ellos, “torciéndoles la nariz” a las leyes, se iban quedando con todo: fundos, fábricas, bancos.  Según explicaba el jurista del régimen Eduardo Novoa Monreal, eran “resquicios legales”. Eyzaguirre dice que estarán de vuelta.

                “Hay que cambiar mucho, por no decir todo”, confesó abiertamente.  Ése es el propósito de la Nueva Mayoría, pero sus representantes oficiales no lo dicen, porque necesitan que los empresarios sigan produciendo como si tal cosa, hasta el mismo momento en que les “vendan a los revolucionarios la soga con que los van a ahorcar” (Lenin). Eyzaguirre conoce a los empresarios, y sabe que usted puede confiar en que van a producir cosas como nadie, y eso se necesita que hagan hasta el mismo momento en que les quiten todo. Y lo harán, porque debemos tener conciencia de que los empresarios son políticamente nulos. Completamente ciegos e inestables. Eyzaguirre no puede haber olvidado cuando él, siendo Ministro de Hacienda, y hablándoles en uno de esos desayunos apetitosos que dan en Casapiedra, con sándwiches de jamón con huevos revueltos que a uno lo dejan sin ganas e almorzar, les reveló que él había sido parte de la Juventudes Comunistas y, con lágrimas en los ojos, les confidenció que perfectamente él podría haber sido uno de los caídos de esa militancia bajo “la dictadura”. Esos caídos habían sido entrenados en Cuba para matar a civiles y uniformados chilenos bajo la dirección del “encargado militar” “Sebastián Larraín” (Guillermo Teillier, que no estaba dispuesto a elegir un alias de clase media), y efectivamente mataban, incendiaban y ponían bombas o, peor, autos-bombas, como el que fue colocado en el estacionamiento del Festival de Viña, con una potencialidad de haber muerto a decenas o centenares de personas, pero que afortunadamente fue desactivado por la CNI.

¿Y saben ustedes lo que hicieron los centenares de empresarios en Casapiedra cuando Eyzaguirre les dijo eso? ¡Se pusieron de pie y lo aplaudieron largamente, también ellos con lágrimas en los ojos! Fue entonces que escribí una columna titulada “Tú También, Bruto”.

                Añade Eyzaguirre, que en ese tiempo fue respetuoso de la legalidad y la libre empresa, pero ahora regresa “empoderado”, 2.0: “No podemos por ningún motivo abandonar a los movimientos sociales”.  He oído a algunos ingenuos decir: “¡Pobre Michelle, qué va a hacer cuando vuelvan a salir los revolucionarios a las calles!”. Yo les voy a decir lo que va a hacer: ponerse a la cabeza de ellos. No en vano ella fue ayudista del MIR y convivía con el vocero del FPMR cuando éste ultimaba más uniformados. Ahora ha vuelto esa Michelle, la verdadera, la 2.0. Y remacha Eyzaguirre, para confirmarlo: “Tenemos que juntar dos pies en el gobierno, dos pies en la calle”, pues “sin la presión de la gente, los gallos pasan colados”. Ése es el Eyzaguirre de hoy.

El de ayer, en efecto, era otra cosa. Él mismo lo confesó el miércoles 15: “Pero creo que nos dimos cuenta, porque es cierto que nos pudimos haber achanchado un poco en los últimos 20 años”.  Por supuesto. Ahora, es verdad que ha perdido un poco de la memoria, pues le dijo a su auditorio, hablando del royalty, creado bajo su ministerio y aumentado alegremente por Sebastián Piñera un quinquenio después: “Yo perdí, se me cayeron las lágrimas de impotencia, de ira. Yo decía, ¿cómo hubiese sido esta votación con las redes sociales, con el pueblo afuera movilizado gritando?”

                Este gallo cree que todos somos como los empresarios, que no nos damos cuenta de nada y ninguno tiene memoria. El royalty, un impuesto extra que siempre he considerado un disparate, porque sin él habría habido mucho más inversión minera todavía y se habría recaudado más impuestos finales que con él, fue una idea de Jorge Lavandero, el senador DC, que la sostuvo porfiadamente y la cual le valió ser precandidato presidencial del Partido Comunista. El Ministro de Hacienda de la época, Nicolás Eyzaguirre, se oponía al royalty, pero fue precisamente “la presión de la calle” (las encuestas decían que la mayoría estaba muy a favor), la que determinó su aprobación. Si hubo entonces lágrimas en sus ojos fue porque hubo royalty, no porque no hubiera sido más alto.

                Eyzaguirre ha dicho, en fin, obviamente sin desear que trascendiera, la verdad de lo que viene, que es una revolución socialista, “con los dos pies en la calle y los dos pies en el gobierno”. Eso es lo que viene. Y el socialismo es, según un personaje que sabía mucho más que Eyzaguirre, de nombre Winston Churchill, “la filosofía del fracaso, la prédica de la envidia y el credo de la ignorancia. Su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”. Grabémoslo bien en nuestras mentes y preparémonos para afrontarlo bajo el gobierno de Michelle 2.0. Y no digamos después que Eyzaguirre 2.0 no nos avisó.

domingo, 19 de enero de 2014

Monopolista Perfectamente Discriminador


                Todos se preocupan por la autodemolición de la derecha, que coincide, según dicen, con un repunte de la popularidad de Piñera. ¿Quieren saber el por qué de ambas cosas? Vean las portadas de los diarios de hoy. ¿Quiénes están en la principal fotografía? Ignacio Casale, primer chileno ganador de  una prueba en el Dakar, y  a su lado, blandiendo una gran bandera chilena, compartiendo el éxito, Sebastián Piñera. Recordé cuando en la Olimpíada de Atenas Massú y González ganaron las medallas de oro y la única persona que apareció casi tanto como ellos en Teletrece esa noche fue Sebastián Piñera, enfocado en las tribunas atenienses blandiendo una gran bandera chilena. La verdadera historia salió días después en “La Tercera”: el protagonista de última hora había llegado a Atenas para la final y, como no había entradas, dio pasajes de LAN a los dirigentes para que le cedieran la del kinesiólogo. Después, con la connivencia de los camarógrafos, compartió ante la teleaudencia el protagonismo por el triunfo de los héroes tenísticos. Así se labra la popularidad en política.

                ¿Van a encontrar ustedes en estos días la imagen de Piñera en la primera línea del conflicto portuario, enfrentándose a los huelguistas ilegales? ¿O dando la cara en la Araucanía e imponiendo mano dura contra el terrorismo? ¿O impulsando decididamente HydroAysén? No, ésas son causas “impopulares”, que, si se impusiera la legalidad, podrían dar lugar a despidos y hasta víctimas de la confrontación. Nadie puede subir en las encuestas si lo culpan de esas bajas. Al contrario, a los que imponen la ley y el orden a veces los matan, como a Pérez Zujovic. Luego, la huelga portuaria ilegal, el terrorismo en la Araucanía continúan (y continuarán) impunes, lo mismo que el problema energético sin solución. Aparecer enfrentándolos resta y no suma popularidad política. Ésos son problemas del país y no de Sebastián Piñera

                Si ustedes tienen la paciencia de revisar lo que escribe la brigada de comentaristas de extrema izquierda encargada de contradecir mi blog, comprobarán últimamente un giro de ella, de simpatía hacia Piñera, iniciado cuando éste se puso a la cabeza del asesinato moral del régimen militar a raíz de los 40 años del 11, asesinato moral que explica, a su turno, el derrumbe electoral de la derecha en las elecciones posteriores, como lo he descrito en sucesivos blogs y en particular en el reciente “Un Fantasma Recorre la Derecha”.

                Nótese que el referido derrumbe electoral se produjo en la votación de las comunas populares y no en las más pudientes, donde incluso hubo un ligero mejoramiento de la votación de la derecha. Es que el lavado cerebral masivo sobre los “horrores” del régimen militar, encabezado por Piñera con su condena a los “cómplices pasivos” y el castigo extra a los presos políticos militares con el cierre del penal más digno (que de paso arrojó dos pérdidas de vidas que, como fueron de uniformados, no acarrean impopularidad), donde provocó real daño a la derecha fue en su “voto duro” de las comunas populares. Pues allí habita esa misma gente que en 2006 hizo fila toda la noche para despedir los restos del general Pinochet. Ahí no estaba la aristocracia, cuyo cerebro es difícil de lavar, sino el pueblo. Pueblo en el cual caló hondo la masiva y unánime, pero falsa, campaña propagandística por diarios, revistas, televisión y diarios para desprestigiar al Gobierno Militar y culparlo de toda suerte de atrocidades. El impacto en la gente del pueblo incidió en que gran parte de ella dejara de darle su voto a los partidos que, como todo el mundo sabe, inspiraron, apoyaron y contribuyeron al éxito del Gobierno Militar. Porque Lily Pérez, que hoy hace causa común con Piñera en el repudio a los militares, en 1988 no votaba “No” junto con él, sino que votaba “Sí” y con mucho entusiasmo, y por ese entonces fue Piñera el que se trasladó al “Sí”, apoyando a Hernán Büchi y no al candidato del “No”, Patricio Aylwin, porque creyó que allí era donde calentaba el sol (se equivocó, pero poco después se amistó mucho con Aylwin, especialmente para comprar acciones que eran de CORFO y para apoyar el alza tributaria de éste “para legitimar el modelo económico”, como solía explicar entonces.)

El “monopolista perfectamente discriminador” es una figura económica teórica de alguien que, si pudiera tener el poder de hacerlo, se apropiaría de todo el beneficio que obtienen los consumidores al adquirir bienes. Porque cada consumidor tiene, en su fuero interno, una idea del máximo precio que estaría dispuesto a pagar por un bien. Yo soy aficionado al pan y fácilmente pagaría cinco mil pesos por mi marraqueta diaria, pero vale mil pesos (creo) y cada vez que en mi casa compran una estoy, por consiguiente, obteniendo un beneficio, que se llama “excedente del consumidor”, es decir, la diferencia entre lo que pago y lo que estaría dispuesto a pagar. Si hubiera un panadero monopolista que supiera que yo estaba dispuesto a pagar cinco mil pesos, me cobraría precisamente eso, pero como hay competencia ninguno puede hacerlo y los consumidores tenemos ese beneficio de pagar menos de lo que estaríamos dispuestos a pagar.

Pero en la política chilena tenemos un “monopolista perfectamente discriminador”  que aborda a cada uno y le extrae su “excedente”. Ayer le quitó protagonismo a Casale y se apropió de parte de su éxito sin haber tenido que soportar ni siquiera un minuto de recorrido arduo por el desierto. Antes controló a RN y fue su candidato presidencial, extrayéndole todo el excedente disponible. Y ahora la abandona exangüe, cuando quedan los despojos debidos precisamente a que quiso apropiarse de todo el “excedente del consumidor” que generó la campaña denigratoria del 11 y se sumó a ella consiguiendo que hasta los comentaristas marxistas de este blog lo aplaudan. Mientras, los que fueron partidarios del Gobierno Militar, como RN, que nació bajo su égida, se desangran.

Yo no creo que él vuelva a RN, pero, si vuelve, la va a volver a desangrar y se va a volver a quedar con todo su “excedente el consumidor”. Mi pronóstico es que va a integrarse a “Amplitud”, iniciando contactos tanto hacia RN como hacia la DC, buscando extraerles a ambas todo su “excedente del consumidor”, para después hacer lo propio con “Amplitud” misma, en procura de repetirse el plato en 2018.

Que la UDI no tome palco en esta exhibición de habilidades, porque mejor debería estar lamiendo sus heridas y poniéndolas al sol para cicatrizarlas, pues, por si no se ha dado cuenta, todas ellas se han debido a que el mismo “monopolista perfectamente discriminador” se acercó a ella en 2009 y, amenazando por aquí y prometiendo por allá, se echó al hombro para sus fines al partido de Jaime Guzmán, en una operación que éste jamás habría permitido, pues yo sé mejor que nadie lo que éste pensaba del “monopolista perfectamente discriminador”.

Y ahora el personaje está obteniendo amplios dividendos publicitarios (si bien transitorios) de un problema, como el de La Haya, que posiblemente a la postre no ofrezca ningún excedente qué extraer. Pero ha logrado involucrar en él a tan gran número de personajes que ya tiene garantizado, por lo menos, un equitativo reparto de los costos, si los hubiere. Pues otro rasgo del “monopolista perfectamente discriminador” es el de que, si no hubiere excedente alguno del cual apropiarse, y sólo perjuicios, los mismos recaigan en la mayor medida posible sobre los demás y no sobre él.

viernes, 17 de enero de 2014

Alguien Quiere Hacer una "Pasada" Rentable

En este momento RN, con un senador y tres diputados menos, con su principal militante marginado de sus filas, con ministros del partido y algún otro parlamentario que están públicamente "reflexionando" acerca de si renuncian o no (pregunta: ¿puede un ministro dar a conocer que reflexiona sobre una cosa que atañe a un partido de gobierno, sin la anuencia del Presidente?), tiene que estar "barato". Es decir, se le puede comprar a bajo precio o, mejor (o peor)  aún, adquirirlo a través de una "compra hostil" de una mayoría de su órgano directivo.

La "pasada" puede resultar muy rentable, porque el adquirente a bajo precio, después de concretada la operación, puede volver a incrementar casi inmediatamente el activo de la entidad, con el reingreso de él mismo a la tienda, de los parlamentarios que la han abandonado y del término de la "reflexión" sobre su renuncia en que se hallan sumidos los sabidamente más cercanos al nuevo dueño, revalorizando así el ente adquirido, instantáneamente. Sería una "pasada" espectacular.

Pero no hay que menospreciar a Carlos Larraín. Cuando "alguien" creía tener al partido en el bolsillo, Carlos recorrió el país y consiguió adhesiones suficientes de miembros del Consejo como para ganar la presidencia de la colectividad, sorprendiendo a su controlador oficial, que tenía otro candidato y lo consideraba asegurado. Él mismo había hecho similar recorrido de reclutamiento unos años antes, en 2005, para convertirse en candidato presidencial del partido, cuando todos aseguraban (partiendo por su presidente de entonces, el senador Sergio Diez) que RN apoyaría a Joaquín Lavín.

El tema está en desarrollo este fin de semana. ¿Habrá "compra hostil" de RN a precio de liquidación? ¿Logrará el controlador actual impedirla?

Si lo lograre, bueno, ya sabemos que entonces habrá aparecido otro referente de centroderecha, "Amplitud", y sabemos que el 12 de marzo va a tener un controlador económicamente solvente, cuya mira va a estar puesta en la elección presidencial de 2017.

Cabe prever, en ese caso, que la nueva colectividad se nutrirá a expensas de un mayor desangramiento de RN y de la posibilidad de capturar a elementos moderados de la DC (que ya votaron, sin decírselo a nadie, por Ossandón y Allamand en Santiago y les dieron el margen indispensable e imprevisto para sendos triunfos) y también de "recuperar" a grupos menores que habían concurrido en 2008 a formar la Coalición por el Cambio, conglomerado que murió de inanición a poco de elegido Sebastián Piñera y ya cumplida la misión de esos grupos menores de aportarle votos que antes pertenecían a la Concertación, lo cual posibilitó la derrota final de esta última.

Será interesante ver este fin de semana el curso que seguirá esta "pasada" de alguien conocido por haber hecho otras anteriores en diferentes mercados (el bursátil y el político, desde luego) y con señalado éxito.

miércoles, 15 de enero de 2014

La Mayor Inmoralidad de Nuestros Días

                Esta mañana fue públicamente confesada, por uno de sus autores subalternos, la mayor traición política de nuestro tiempo, que viene a coronar el que es, a su turno, el mayor escándalo moral y judicial contemporáneo en Chile: el Subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, en ceremonia pública a la cual concurrieron el Ministro del Interior y los otros dos Subsecretarios de la misma cartera, con el Presidente de la República ubicado en el lugar en que mejor se siente, es decir, el centro de la escena ante los focos y las cámaras, confesó que bajo su gestión, a los 246 casos judiciales por querellas de derechos humanos en que se había hecho parte esa cartera hasta el gobierno anterior, él había añadido otras 912 querellas bajo el actual, es decir “un 270%  más”, como declaró orgulloso, de persecuciones inconstitucionales, ilegales y arbitrarias (tres sinónimos, según la “norma Piñera”). Todo de acuerdo a lo que informa “La Segunda” de hoy.

                El desdoroso anuncio se ha hecho con total cinismo, pues ha tenido lugar con la prensa convocada a Palacio para alcanzar la mayor difusión. En efecto, todo esto es históricamente vergonzoso, en razón de que el otrora candidato Sebastián Piñera, con el fin de conseguir los votos de los uniformados y de la familia militar, en la sede de los oficiales en retiro, en 2009, se comprometió a hacer valer el debido proceso en los juicios contra el personal en retiro que, siendo militares activos y llamados sus altos mandos por la mayoría democrática civil a través de la Cámara de Diputados, acudió a combatir con sus armas (“esto se arregla sólo con fusiles”, E. Frei) al ejército extremista clandestino forjado por comunistas, miristas, socialistas, mapucistas e izquierdistas cristianos en número de diez mil efectivos locales (C. Altamirano), además de doce a quince mil foráneos (OEA) que se preparaban para el asalto al poder total en 1973.

                El Piñera candidato fue particularmente enfático para prometer que defendería la aplicación de la prescripción en los “indebidos procesos”, pero, ya conseguidos los votos que le interesaban, “hecha la pasada” y obtenida la ganancia, según su hábito de toda una vida, no sólo olvidó su promesa electoral, sino que activó en la forma descrita hoy por su Subsecretario Ubilla y sumó, a las 246 querellas por hechos prescritos, amnistiados y frecuentemente falsos que Interior había iniciado bajo Bachelet, otras 912 propias. Es decir, no sólo incumplió en hacer respetar la prescripción, sino que ha sido activo para contravenirla ilegalmente.

                Próximamente se presentará la segunda edición de un libro históricamente importante, que el “establishment” chileno ha ninguneado de una manera que hace desmerecer a nuestra sociedad. Es el extenso estudio jurídico que describe las “inconstitucionalidades, ilegalidades y arbitrariedades” de los “Procesos Sobre Violaciones a los Derechos Humanos”, obra del jurista Adolfo Paul Latorre. Tras la recuperación moral que algún día (que hoy se ve muy lejano) deberá sobrevenir en el país, ése va a ser un texto de estudio en la universidades e institutos de investigación interesados en saber por qué el Poder Judicial en particular y la sociedad chilena en general pudieron caer a tan bajos niveles de solvencia moral.

                Testimoniando la profundidad de esa crisis ética, un reciente fallo judicial ha aplicado precisamente, y con llamativo cinismo, la eximente de la prescripción a los asesinatos múltiples, premeditados, a traición y con alevosía de cinco uniformados en 1986, cuya autoría intelectual reinvindicara no hace mucho el diputado comunista y “encargado militar” del partido, Guillermo Teillier, en forma pública y con notable desplante. El abogado y ex militante de la UDI, Raúl Meza, tuvo el coraje de presentar una querella por el quíntuple crimen, hasta hoy impune, tomando pie de que precisamente la jurisprudencia actual de los tribunales sostiene que la prescripción no ampara homicidios. Pero como nuestros Tribunales son tales, pero no de Justicia, desecharon la querella contra Teillier aplicando, en su caso, la prescripción, no obstante lo cual ayer mismo el diario digital “Chile Informa” da a conocer que la Sala Penal de Izquierda de la Corte Suprema ha condenado a cinco años de presidio efectivo al general (r) de Carabineros, Patricio Jeldres, por la muerte, en octubre de 1973, de dos dirigentes socialistas.

                ¿Por qué el responsable de un quíntuple asesinato a sangre fría ocurrido hace 26 años, públicamente confeso de su autoría, es eximido de responsabilidad por prescripción, y el supuesto autor de dos muertes hace 40 años, que niega su participación, no es amparado por esa eximente? La respuesta correcta es que sólo porque nuestros tribunales están integrados por jueces de izquierda, que condonan los crímenes de izquierda de hace 26 años y castigan ilegalmente a los acusados de la muerte de izquierdistas hace 40 años. Es simplemente un tema de pertenencia política. ¿Estado de Derecho? Eso no existe en Chile.

                El caso del general Jeldres es particularmente revelador del odio político que prevalece tanto en el Ministerio del Interior de Piñera como en la Sala Penal de la Corte Suprema. Pues dicho general (r), fue absuelto por el Juez de Primera Instancia de Chillán. Luego la Corte de Apelaciones de Izquierda correspondiente lo condenó, pero como su nivel de odio político no alcanza al del Ministerio del Interior de Piñera  ni al de la Sala Penal de la Suprema, le impuso cinco años y un día de libertad vigilada.

Entonces la abogada del Ministerio del Interior de Piñera y subordinada de Ubilla, Patricia Parra, recurrió de casación ante la Corte Suprema, confiada en que el odio finalmente se impondría, y así consiguió que los ministros Juica, Künsemüller, Brito y Blanco, transformaran los cinco años y un día de libertad vigilada en igual tiempo de presidio efectivo. El ministro Dolmetsch, en cambio, probó que su nivel de odiosidad es menor y votó por mantener los cinco años y un día de libertad vigilada. Naturalmente, Moya pagará quinientos millones de pesos a los parientes de los dos dirigentes socialistas (¿cuánto de eso irá a parar a las manos de los “abnegados abogados de derechos humanos”? Mi pálpito: 60%.) El general (r) Jeldres ingresará a Punta Peuco.

Pero la Corte Suprema prevaricó de manera diferente a la de Apelaciones, según la cual los dos dirigentes permanecían secuestrados en manos del  general Jeldres (una mentira tan flagrante como frecuente). Pues sostuvo una ilegalidad distinta: que la razón para que no se aplicaran la prescripción ni otras eximentes es que se trató de “delitos de lesa humanidad”. Pero éstos no existían en la legislación en 1973 (“no hay crimen sin una ley previa”), sino que fueron establecidos por la ley 20.352 de 26 de mayo de 2009, la cual, además, expresamente declara que no regirá para hechos anteriores a su vigencia. Ilegalidad sobre ilegalidad. Además, la muerte de los dos dirigentes socialistas no se encuadra en la tipificación que hace esa ley de los delitos de lesa humanidad. Ilegalidad sobre ilegalidad sobre ilegalidad. En cambio, el quíntuple asesinato de uniformados que la “Justicia” declaró prescrito sí se encuadra mucho mejor en el referido tipo penal.

Pero, naturalmente, todas estas divagaciones tendrían sentido bajo un Estado de Derecho,  que sabidamente no impera en Chile.

¿No le suscitan estas situaciones de la realidad actual vergüenza de ser chileno y, en su caso, de haber votado alguna vez por Sebastián Piñera? Si su respuesta es “no”, quiere decir que es tiempo de que recurra a alguna instancia de dirección espiritual. Y si no lo hace, al menos debería sentir vergüenza de mirarse al espejo cada mañana.          

domingo, 12 de enero de 2014

Un Fantasma Recorre la Derecha


                Leyendo las declaraciones de los dirigentes de la UDI y las versiones periodísticas de lo tratado en su último consejo directivo ampliado, como asimismo el extenso “manifiesto político” de catorce páginas de Andrés Allamand, publicado en “El Mercurio”, seguido, a mayor abundamiento, de una entrevista al mismo senador electo, todo ello explicando la derrota en las pasadas elecciones (derrota graficada en un cuadro estadístico según el cual ese sector casi volvió al caudal más bajo de votos que ha registrado desde 1990 en una primera vuelta presidencial, 24,4 % en 1993 y 25% en 2013), es posible encontrar toda suerte de razones atendibles para explicar el desastre, con una sola excepción, la de la principal, pues nadie menciona siquiera a “la madre del cordero”.

                En efecto, en esos ríos de tinta y mares de oratoria no hay una sola mención a la causa fundamental de lo que le ha sucedido a la derecha, que es su identificación con el Gobierno Militar y la figura de Augusto Pinochet y la calculada campaña de desprestigio y “asesinato moral” de su principal exponente. Pues bajo el mandato de éste las huestes de la derecha desplegaron sus capacidades y esfuerzos para gobernar, ya fuere desde cargos en el Ejecutivo, en las Comisiones Legislativas, Intendencias, Gobernaciones y Alcaldías, y así reconstruir el país devastado por el socialismo marxista.
Fueron titulares de esa tarea prácticamente todos los dirigentes y parlamentarios de RN y la UDI que a la época tenían edad de trabajar. Y hay que añadir que, a ese efecto, realizaron una labor brillante y habrían sido merecedores, ellos también, y no sólo los altos oficiales uniformados, de haber recibido al cabo del mandato gubernativo la medalla al mérito “Misión Cumplida”, resumen y testimonio de la transformación del Chile al que le quedaba “harina y leche para pocos días más” (Salvador Allende, 1973) en “la joya más preciada de la corona latinoamericana” (Bill Clinton, 1997).
                Ya ni siquiera la derecha reconoce que el Gobierno Militar fue, merced a su injerencia en él, un gobierno de derecha (rasgo que, por lo demás, lo salvó del fracaso de sus similares de otras latitudes). Pues en los documentos y discursos de la actual catarsis derechista se afirma que antes del gobierno de Piñera (como si éste hubiera sido de derecha, lo cual ciertamente no ha sido), es preciso remontarse al de Jorge Alessandri como el inmediatamente anterior de tal condición, saltándose olímpicamente los 17 años en que estuvieron en el poder con la misma frescura excluyente con que lo hace la exhibición de los Presidentes de Chile ostentada en un panel del izquierdista y venido a menos café “Torres” de la capital.
            Pues, en efecto, vivimos en un país de derecha que es un lujo latinoamericano, legado por el Gobierno Militar tutelado por la derecha del país, y a mucha honra para ella. Justamente por ser un lujo de país los DC y socialistas llegados al poder a lo largo de veinte años no se atrevieron a desmantelarlo y se limitaron sólo a “rayarle la pintura”, llegando hasta a vanagloriarse de algunos de sus logros fundamentales, como la salud privada (Frei Ruiz-Tagle ante el Congreso norteamericano) o la Constitución de 1980, que les gustó tanto que se la apropiaron, como lo hizo Ricardo Lagos con bastante frescura, al poner su firma al pie de ella en lugar de la de su legítimo inspirador, Augusto Pinochet. No resisto volver a reproducir el discurso de Lagos cuando consumó esa confiscación impaga, en 2005 (aunque a Lagos no le gusta que se le recuerde, como la mayoría de las cosas que ha escrito, dicho y hecho). Así discurseó entonces:
"Felicitémonos por este paso trascendente, hoy es un gran día  para Chile. El Congreso Pleno ha ratificado un conjunto de cambios a la Constitución, que Chile venía reclamando desde hace muchos años.
“La sociedad chilena, que nunca ha perdido su espíritu democrático, venía construyendo desde hace años una práctica democrática que no se reflejaba en la Constitución.
“Hoy, el nuevo texto constitucional se pone a la altura del espíritu democrático de todos los chilenos.
“Todos sabemos que la Constitución nacida como expresión de un régimen autoritario no expresaba a la mayoría de los chilenos y mucho menos era expresión de unidad nacional".
"Hoy tenemos, entonces, en Chile un día de alegría, de unidad, de reencuentro con nuestra historia. Como Presidente de todos los chilenos agradezco a todos los ciudadanos que lucharon por contar con una Constitución a la altura de nuestro espíritu libertario, agradezco a todos los partidos que pusieron su empeño en esta tarea, agradezco al Congreso Nacional, a todos sus miembros que han hecho posible que desde ahora Chile pueda mostrar al mundo un texto constitucional que lo hace participar plenamente de las naciones democráticas".
Hoy él, como tantos (casi todos) ha quemado lo que ayer adoró y se juega por la vacua e impredecible AC.
Pero volvamos a lo nuestro: la derecha debería estar orgullosa de los pilares básicos de su legado: el ideario valórico y socioeconómico que inspiró al Gobierno Militar, vaciados en la Carta y otros derivados de las garantías de su texto: primero, la familia como pilar fundamental de la sociedad, obviamente fundada en la institución que la Humanidad eligió desde sus albores como la más apropiada  para construir una vida en comunidad fructífera y progresista, el matrimonio de un hombre con una mujer, garante de la integridad de los hijos y la prosperidad de las sucesivas generaciones.
¿Por qué los revolucionarios hoy dispuestos a arrasar con todos los valores permanentes de nuestra sociedad han puesto el grito en el cielo ante la verdad expuesta por Miguel Otero en un encuentro estudiantil, en el sentido de que el hogar fundado en el matrimonio es el que engendra los mejores hijos? Porque Otero ha puesto el dedo en la llaga, ha dado en el blanco de la principal arma marxista contra la integridad y solidez de la sociedad: el arma que busca destruir la familia normal como su núcleo fundamental.
Segundo: la derecha debería estar orgullosa de haber rescatado de las garras totalitarias el derecho de propiedad, base de todo progreso real contemporáneo.
Y también debería estar orgullosa de haber sido parte de un régimen que derrotó a la delincuencia y al terrorismo. ¿Alguien se imagina que el caos en la Araucanía, la ilegal anarquía portuaria actual, la proliferación impune de los incendios intencionales, las “tomas” generalizadas, los saqueos de los “encapuchados”, el reinado sin contrapeso de la delincuencia y la impunidad del terrorismo podrían haber existido bajo el Gobierno Militar? ¿Alguien concibe que bajo ese régimen un matrimonio pudiera ser asaltado y quemado dentro de su hogar con casi total impunidad? ¿Alguien creería que entonces pudieran haber salido libres los que colocaron un centenar de bombas terroristas o el asesino comprobado de un carabinero en la Araucanía?
Ése era otro país, pacífico y progresista, donde los únicos que tenían razón para temer eran los delincuentes y los terroristas, que es como debe ser. Era un país donde se creaban fuentes de energía eléctrica suficientes para abastecer el crecimiento, no como hoy, bajo un gobierno que de hecho es de centroizquierda, además de personalista y débil, el cual, para no caer en las encuestas, suspende centrales generadoras y ni siquiera va a poder decir en dos meses más, cuando se vaya, “el último apaga la luz”, porque casi no va a quedar luz.
La derecha debería estar haciendo en estos días un recuento orgulloso de los cinco pilares que posibilitaron el crecimiento de dos dígitos anuales a fines del Gobierno Militar, obra de sus ideas y sus funcionarios, pilares que cinco gobiernos de signo opuesto no han podido derribar:
I.                         La previsión privada, que puso a disposición del crecimiento los fondos de jubilación que antes derrochaban los políticos en lujos propios e indebidos;

II.                       La salud privada, que liberó enormes recursos del Estado, permitiendo que creciera la inversión en clínicas y mejorara la atención para millones de chilenos;

III.                     Las universidades privadas, que crearon un polo de atracción para enormes inversiones educacionales nacionales y extranjeras, las cuales dieron cabida a un millón de estudiantes que antes no tenían acceso a la universidad, si bien la absurda persecución al lucro desatada bajo este “V Gobierno de la Concertación” ha implicado una enorme destrucción de valor y paralización de inversiones en ese campo, hoy en lamentable declinación;

IV.                     El FUT o incentivo tributario al ahorro privado, que permitió un salto gigantesco en la inversión, el empleo y el crecimiento, progresos que la Concertación en sus cinco gobiernos no quiso o no pudo anular, pero que se apresta a derogar en el próximo, con el entusiasta apoyo de los destructores de progreso por antonomasia, los comunistas;

V.                       Y “last but not least”, porque económicamente puede haber sido lo más importante, el respeto a la propiedad privada de las concesiones mineras, que ha permitido un auge sin precedentes en esa actividad y que ha sido la base de los aumentos de crecimiento y empleo bajo el actual gobierno, el cual, como dijera el profesor Ernesto Fontaine, realmente no ha hecho nada por el crecimiento y el empleo, sino al contrario (alza de impuestos), pero se ha beneficiado sobremanera del auge de los commodities, gracias a la institucionalidad que dio seguridad a los inversionistas bajo Pinochet.
              Pero la derecha ha olvidado todo eso. Bajo la marea de la mentira institucionalizada de los cinco gobiernos de centroizquierda ha permitido que se le lave el cerebro al país y que se lo laven a ella, llegándose al extremo de que muchos derechistas piden perdón y “se arrepienten”, tal como el cardenal Midszenty de Hungría, tras el lavado de cerebro que le prodigaron los soviéticos, les pedía perdón públicamente por haber cometido los falsos delitos que sus captores rojos le imputaban.

El peor pecado de esta derecha ha sido haber permitido, cuando no actuando lisa y llanamente en calidad de portavoz y cómplice, la falsificación histórica más escandalosa que ha presenciado el país, con motivo de los 40 años de la Segunda Independencia Nacional. Fue un suicidio político, una autodestrucción encabezada por Sebastián Piñera, que puso en marcha la ejecución de la estrategia de Goebbels: “una mentira mil veces repetida, pasa a ser verdad”. La reiteración hasta el cansancio de la mentira histórica ha sido la causa básica de la demolición electoral de la derecha, y fue realizada con su propio concurso y encabezada por el propio individuo que ella eligió para conducir los destinos del país.
Los representantes de la derecha, desorientados por la propaganda, ideológicamente debilitados, absurdamente “arrepentidos”, lo único que hacen en estos días es prometer que se alejarán de sus propios valores, doctrina, logros e historia. Se atropellan para irse “hacia el centro”, donde creen que está la salvación (y los votos que se les fueron). Se superan unos a otros con tal de parecerse más a sus adversarios, creyendo que ahí está la elusiva “popularidad”.
La derecha les está dando al país, al mundo y a los que conocemos la verdad histórica objetiva un espectáculo lamentable, como si en los recintos en que debate su desesperada condición de sector huidizo, carente de memoria y personalidad propias,  no estuviera apareciendo a la vista de todo el mundo, omnipresente y a cada paso, un fantasma, el de una figura a la cual la única que no ve es ella, y de la cual nunca, por más que lo procure e intente, se va a poder desligar. El fantasma de quien ella inspiró, apoyó y ayudó a fundar el exitoso Chile actual; Chile actual que, también con la complicidad de ella, de sus indefiniciones, desmayos y cobardías, está destinado a ser lanzado por la borda a partir de menos de dos meses más, en cumplimiento del sino histórico nacional de darnos cada cuarenta años un balazo en el pie.

 

viernes, 10 de enero de 2014

La Galería de los Presidentes


¿Será de mal gusto volver a recordar que yo le dije en 2009 a la derecha que Sebastián Piñera la iba a dejar en un estado tan lamentable como el que hoy la aflige? Probablemente, pero tengo derecho a darme el gusto una vez más porque el sepulturero prosigue su tarea. ¿Alguien duda de que él está detrás de la deserción de Rubilar, Godoy y Browne de RN? Al menos yo no conozco a nadie. Y vendrán más, salvo que recupere para sí y sólo para sí el partido que en un momento de distracción le quitó de las manos Carlos Larraín, en una operación genial que yo catalogué en su oportunidad como equivalente a la de “robarle los huevos al águila”.

A todo esto, que la DC no tome palco ni aplauda, porque ahora los balazos van para allá. “Amplitud” es sólo una cabeza de playa antes del desembarco de Piñera en la DC, la cual en tres años más va a estar sufriendo el éxodo de su militancia hacia cualquier parte menos la izquierda, tras el tenebroso período de retorno al socialismo que se inicia el próximo 11 de marzo.
Ya la DC sufrió un anticipo en Santiago de las consecuencias de su alianza con el comunismo, cuando parte de su electorado más moderado prefirió votar por los candidatos de RN a senadores que por los de ella. Ese efecto no esperado del pacto con los rojos no ha sido bien analizado por los expertos electorales, pese a constituir la única explicación de por qué esta vez los buenos candidatos que llevaba la UDI no ganaron a los de RN, como invariablemente lo habían hecho antes en dichas circunscripciones Novoa, Bombal y Longueira; y por qué se perdieron los dos DC a manos de los socialistas.
Entretanto, Sebastián Piñera ha reservado algunas de sus mejores energías para realzar el culto del cual es más devoto, en especial en estas semanas finales de su mandato, que sólo podría echárselas a perder el fallo de La Haya. Ahora ha inaugurado con amplia publicidad la remozada “Galería de los Presidentes”, en La Moneda, remozamiento resuelto por él y dirigido a realzar el señalado culto. Ya había convocado a otros mandatarios anteriores a él que tampoco tienen busto en La Moneda, y cuyo concurso era necesario para poder llegar a inaugurar el más anhelado de todos.

El principal deterioro sufrido por la Galería de los Presidentes no resultó del bombardeo del Palacio en 1973, sino de las iras de un enfurecido Salvador Allende que, en medio del intercambio de fuego del 11 y de los ex abruptos provocados por la ingesta excesiva de Chivas Regal, ese 11 de septiembre, según testimonio de sus más próximos, exclamó: “Habría que destrozar a todos estos viejos de m…”, emprendiéndolas contra las esculturas de los ex Presidentes, las cuales derribó y después golpeó con la culata de la AK-47 que le había regalado Fidel Castro y de la cual haría todavía más tétrico uso pocas horas más tarde, según ha comprobado la Corte Suprema de izquierda, sin ningún sentido del ridículo y tras ímprobos esfuerzos destinados a corroborar lo que el testigo presencial del suicidio, doctor Patricio Guijón Klein, revelara a los telespectadores de Chile y el mundo ese mismo 11 de septiembre de 1973.

Obviamente, la Galería de los Presidentes concebida por Sebastián Piñera tenía como propósito dejar todo listo para que su propio busto fuera exhibido en ella, pero a la altura de Salvador Allende se topó con una dificultad imprevista: si incluía a los Presidentes posteriores, como era indispensable para llegar a él mismo, debía instalar el del más importante de los que faltaban, y probablemente también de los que no faltaban, Augusto Pinochet. Y si lo hacía, el comunismo encabezaría una verdadera revuelta propagandística que lo podría castigar sobremanera en las encuestas, siendo la tarea de remontar en ellas a la que más dedica su preocupación de gobernante. A la vez, si no lo hacía y excluía a Pinochet, dando así gusto a la izquierda, la derecha tendría una razón más para murmurar (es lo máximo a que alcanza a alzar la voz) que Piñera habría cometido una nueva traición.
Entonces ha tenido que dejar la Galería de los Presidentes sólo hasta Allende, pero en la certeza de que Michelle Bachelet sí que se va a saltar a Pinochet sin miramientos y va a instalar los bustos de Aylwin, Frei, Lagos, sí misma y, finalmente, el más esperado de todos por Sebastián Piñera.
Hay un café izquierdista de segunda clase en Santiago, el “Torres”, que exhibe los retratos de los Presidentes de Chile por orden cronológico, salvo el de uno, lo que provoca un vacío no explicado de casi 17 años en la sucesión de los mandatarios. La Galería de los Presidentes en La Moneda corre el riesgo de quedar a la altura del "Torres", lo que sin duda haría desmerecer al país.

Sea como fuere, Piñera ha debido dejar la misión de completar dicha Galería a su sucesora y antecesora, y seguramente piensa que ya verá ella cómo se las arregla sin o con Pinochet, lo cual poco le importa a él, pues lo único que realmente le preocupa es que el busto propio (seguramente ya encargado a algún escultor de renombre) sea inaugurado a la brevedad.
Oscar Wilde decía que cuando uno se enamora de sí mismo suele iniciar un idilio que dura toda la vida.     

jueves, 9 de enero de 2014

¿Lapidación Pública de Miguel Otero?

Miguel Otero es un político inteligente. Nunca he oído a nadie que le niegue esta condición. Pero suele decir verdades "políticamente incorrectas". El problema es que la corrección política es frecuentemente rayana en la estupidez. En un ambiente en que ella reina sin contrapeso, un personaje público que no tiene empacho en expresar verdades inteligentes corre serio riesgo de ser lapidado.

Siendo Miguel embajador de este gobierno en Argentina, le declaró a un diario de allá que Pinochet había hecho un buen gobierno. En Argentina esa opinión no levantó mayor revuelo, pero acá la extrema izquierda y la Concertación hicieron del asunto un gran escándalo y, teniendo el presidente "encuestocrático" que tenemos, inmerso hasta lo más profundo en todos los lugares comunes y simplezas de general aceptación, éste resolvió pedirle la renuncia al embajador. En Argentina no tenía problemas, pero en Chile sí. Y nadie tuvo en cuenta que en 1973 el Gobierno Militar recibió un país en ruinas, que iba a la zaga de las naciones subdesarrolladas ni que en 1990 devolvió a los civiles otro que era puesto como ejemplo para América Latina. Ésa es una verdad del tamaño de un catedral, pero es "políticamente incorrecto" decirla. Miguel Otero fue lapidado porque la dijo.

Hace un par de días él, durante una intervención televisada, citó un estudio según el cual los hijos de matrimonios normales tienen un alto cuociente intelectual, los de padres separados tienen uno menor y los de mujeres solas el más bajo de todos. Dado el país en que vivimos, es evidente que citar un estudio como el invocado por Otero es un gran imprudencia: dos tercios de los chilenos nacen fuera del matrimonio. Nadie puede ganar una elección si le planta en la cara a las dos terceras partes de los padres semejante presunción acerca de la capacidad intelectual de sus hijos. Pero, evidentemente, desde el punto de vista del interés social, es conveniente que tal estudio, pese a su manifiesta impopularidad, sea por lo menos conocido.

Si resulta científicamente validado, es bueno que los chilenos sepan que si mantienen sus matrimonios vigentes van a tener hijos intelectualmente más capacitados; que si se separan, éstos lo serán menos; y que si los abandonan en manos de una madre sola, esos hijos van a sufrir un menoscabo intelectual mayor. Antes de separarse o dejar solas a sus mujeres e hijos sería bueno que los chilenos supieran todo eso. Y si ese estudio carece de fundamento, con seguridad aparecerá otro cuyos resultados dirán lo contrario, pero hasta ahora nadie lo ha invocado ni revelado. De modo que el citado por Miguel Otero debería ser, por el momento, tenido en cuenta para las políticas públicas y en las decisiones privadas de los chilenos, para que éstos sepan cuáles son las consecuencias de las mismas.
 
Pero vivimos en el país en que vivimos,  de modo que mi mujer, que mientras yo escribo ha estado mirando programas matinales de televisión, ha entrado a mi escritorio y me ha dicho: "Supongo que no vas a escribir sobre lo que dijo Miguel Otero, porque lo están despedazando en la televisión". Y entonces yo le expuse lo que me proponía escribir, que es lo que he dejado expresado más arriba, y ella se retiró dando muestras de extremo disgusto y diciéndome que no tengo remedio.

Pero yo creo que es el país el que no tiene remedio. ¿Qué va a hacer si el estudio citado por Miguel Otero es fundado? ¿Van a dictar una ley tipificando como delito la divulgación de estudios que digan esas cosas? ¿Van a dictar otra que se incorpore al Plan AUGE la prescripción de una "inyección de imbecilidad" obligatoria para todos los hijos de matrimonios normales o de padres separados a fin de dejarlos en el mismo nivel intelectual de los de madres solas, de modo que así no haya desigualdad ni "segregación"?

¡Ojo, que "por ahí va a ir la cosa" bajo el nuevo régimen igualitario al que ingresaremos el 11 de marzo!  

martes, 7 de enero de 2014

El Sepulturero de la Derecha


Hace cuatro años la derecha decidió cavar su propia tumba y eligió a la persona más idónea para ese lúgubre menester: Sebastián Piñera.

Hoy él está culminando tal cometido con singular eficacia. Para comenzar, el que era su partido, RN, hace agua por sus cuatro costados y los tripulantes empiezan a abandonarlo. Los diputados Karla Rubilar, Pedro Browne y Joaquín Godoy, todos piñeristas caracterizados, han renunciado a la colectividad y proclamado la formación de otra, “Amplitud”, que pese a su denominación dice no querer tener nada que ver con las fuerzas pinochetistas y conservadoras que dominan, según ellos, su antigua tienda.

El mismo Piñera, a todo esto, se muestra renuente a volver a militar en ella. A juzgar por sus actuaciones de los últimos meses, en particular desde el momento en que, con motivo de los 40 años del  11 de septiembre, se puso a la cabeza del “derby de demolición” del legado histórico del Gobierno Militar, ya no podría moralmente volver a un partido fundado por connotados integrantes de ese régimen y cuando todavía los militares estaban en el poder. Claro, Piñera a estas alturas también ha olvidado por completo que él mismo, en 1989, saltó ágilmente desde las filas del “No” a las del “Sí”, para ser generalísimo del candidato presidencial Hernán Büchi contra el representante del “No”, Patricio Aylwin. Sin perjuicio de ello, Aylwin ha pasado a ser ahora el político al que más visita y admira y con el cual se prodigan mutuos elogios. En realidad, tienen bastante en común, y en particular comparten la habilidad para asestar puñaladas en la espalda a los militares cuando ya han dejado de serles útiles para sus ambiciones políticas personales.

En este último aspecto Piñera ha sido particularmente habilidoso, pues consiguió el “voto militar” comprometiéndose expresamente a hacer respetar la prescripción en los juicios contra uniformados y después, bajo su gobierno, su subsecretario Ubilla ha sido el más activo para presentar querellas contra militares en casos ostensiblemente extinguidos por la prescripción que su jefe se comprometió a hacer respetar. Pero la política no es un quehacer caracterizado por imponer sanciones morales a quienes cometen trasgresiones como la descrita y, de hecho, a veces los premia. Pues Piñera ha aumentado, según la última encuesta Adimark, a 45 por ciento su nivel de apoyo ciudadano.

Claro, Adimark es la única encuesta que le brinda ese guarismo, pues CEP y CERC, que realizan encuestas menos frecuentes (no tienen los medios de Adimark), muestran un apoyo a lo menos diez puntos menor para el Presidente. Y la propia Adimark se contradice consigo misma, pues en ella la Alianza, que es el conglomerado encabezado por Sebastián Piñera, tiene un apoyo de menos de la mitad que él, 21 por ciento, y un rechazo de 63 por ciento; y, asimismo, la identificación con el gobierno de Piñera es sólo de un 29 por ciento. Notable diferencia entre 29 y 45 por ciento, siendo éste, ostensiblemente, el gobierno de, por y para Sebastián Piñera.

Si RN hace agua, la UDI no está libre de embates y dentro de ella se enfrentan dos corrientes, una de las cuales, según su personero José Pedro Guilisasti, presidente de la juventud, representa la necesidad de transformar al partido en “un colectivo más tolerante”, pues “sufre del estigma de mostrarse ‘pinochetista y conservador’” (“La Segunda”, 07.01.14).

El “derby de demolición” emprendido por Sebastián Piñera en septiembre ciertamente es sólo un colofón, pues había sido iniciado hace veinte años por Aylwin con el “Informe Rettig”, instrumento de falsificación histórica que tenía el fin preciso de condenar al Gobierno Militar y exculpar a la extrema izquierda, junto con llenarla de dinero indemnizatorio, en compensación por habérsele impedido consumar la benemérita tarea de transformar a Chile en un estado totalitario marxista-leninista.

A todo esto, es interesante ir a la página web de CERC y estudiar sus encuestas sobre la opinión acerca del Gobierno Militar, la última de las cuales es de junio de 2013. Allí se comprueba cómo el lavado de cerebros sobre la historia reciente del país ha operado entre los chilenos, pues desde una adhesión importante a ese régimen a comienzos de los ’90, se ha llegado a una muy escasa en la actualidad, como lo prueban por lo demás las divisiones actuales en los partidos cuyos militantes y líderes fueron parte del mismo Gobierno Militar.

Estamos, pues, asistiendo  a un funeral, el de la derecha. Y ni siquiera es un funeral de primera, porque en los de esa clase se habla muy bien del difunto, en cambio en este caso la extinta sólo recibe críticas y vituperios por su pasado, mientras su sepulturero le lanza “paletada tras paletada”, y surge victorioso subiendo en las encuestas, mientras la Alianza que lo apoya y el propio gobierno que encabeza se hunden en el desprestigio; y los partidos que en mala hora lo apoyaron y eligieron se encaminan a la desintegración.

Ya les decía yo hace cuatro años que todo esto les iba a suceder. Pero, como de costumbre, no me hicieron caso. Y hasta algunos contumaces aseguran que dentro de cuatro años volverán a votar por su sepulturero de hoy.

lunes, 6 de enero de 2014

Encuesta Entre los Comentaristas

Esta mañana durante el desayuno mi mujer me dijo que le causaba desazón el hecho de que desde hace cerca de un mes este blog no haya aparecido en un muy leído diario digital que durante los últimos dos o tres años lo reproducía una o dos veces a la semana.

Yo le contesté que no se preocupara y que me daba más o menos lo mismo si era reproducido o no, porque estoy acostumbrado a convivir con un gran defecto de los chilenos, cual es el de que casi ninguno me hace caso; y eso sucede igual si mis opiniones se divulgan a centenares de miles de lectores o a los mil y tantos de este blog, más las reproducciones que distribuyen varios internautas a través de sus propias redes.

Todo habría llegado sólo hasta ahí si no fuera porque discutimos después acerca de las causas por las cuales el diario digital ya no reproduce este blog. Yo le expresé que sometería el punto a los comentaristas del blog, que suelen enviar hasta un centenar de opiniones al pie del mismo, para que se pronuncien acerca de la razón por la cual estiman que el diario digital dejó de publicarlo.

Por consiguiente, les ruego elegir una y solo una de las siguientes alternativas de respuesta, para determinar por qué dejó de aparecer el blog en el diario digital:

1) Por considerar su dirección que él contraviene la línea editorial del diario;
2) Por estimarlo de escaso interés y poca calidad;
3) Por haber una alta autoridad solicitado su no publicación;
4) Por estimar la dirección del diario que este blog habitualmente falta el respeto a altas autoridades y personalidades varias.

Cada comentarista puede votar sólo una vez y por una sola alternativa.

Los comentaristas de extrema izquierda están autorizados para hacerlo incluyendo sus acostumbradas descalificaciones al autor del blog, sin que ello invalide su sufragio.

Se dará a conocer el resultado de la votación cuando se haya recibido cien sufragios o el día 10 de enero, si no se hubiere enterado ese número.

El voto triunfante será considerado como la "voz de la calle" acerca de la razón por la cual este blog ha sido excluido del diario digital.

domingo, 5 de enero de 2014

Llantos en el Funeral de la Derecha

No cesan los comentarios fúnebres de los adversarios de la derecha llorando su desaparición. No es que yo no la lamente, sino al contrario, tanto que la lamenté y pronostiqué allá por 2008 cuando ella incurrió en la conducta suicida que le ha provocado el deceso, consistente en apoyar a un hombre de negocios que no era de sus filas ni sustentaba sus ideas y que sólo había arrendado, para fines de algo así como otra "pasada bursátil" y si bien por una renta subida, las estructuras partidarias de la derecha para alcanzar la mayor meta de su existencia: un gobierno de, para, por, desde y hasta Sebastián Piñera, que es lo que hemos tenido en estos cuatro años. Bueno, no vale la pena llorar sobre la leche derramada y sólo vale comprobar que, al cabo de ellos, entonces, tenemos una defunción y una paradoja.

La defunción es la de la derecha propiamente tal como presencia activa en la política chilena y el comienzo del desmantelamiento de su único exponente, la UDI. Lo peor es que todo lo que se oye venir desde la propia UDI no son sino convocatorias a las mismas conductas que le generaron su fracaso: constantes miradas y concesiones hacia donde no están ni sus ideas ni su historia, es decir, hacia su izquierda, el centro político. Con su pan se lo coma.

Y la paradoja es la que vive RN, que ha perdido estruendosamente el gobierno de un (nominal) militante suyo y sufre las peores divisiones, convulsiones e indefiniciones internas, determinadas por ese mismo ¿militante?, un personaje de centroizquierda que sólo podía provocar todos esos síntomas y que a estas alturas ni siquiera manifiesta interés en retomar su ¿militancia?, tras su destructivo paso por el plantel.

Pero, y en esto consiste la paradoja, RN salió bastante bien parada de la elección parlamentaria, con su presencia en el Congreso intacta y habiéndose anotado dos golpes de triunfo mayores: las dos senaturías de la Región Metropolitana que hasta ahora le había ganado la UDI, una desde el mismo 1989, con Jaime Guzmán y después Jovino Novoa, y la otra desde 1998, con Carlos Bombal y Pablo Longueira. ¿Y cuál es la paradoja? Que en este buen resultado para RN ha sido definitoria la izquierdización de la DC, entrampada en un pacto explícito con los comunistas que no había formalizado nunca (pues siempre, desde la puñalada de Aylwin al régimen militar en 1990, el pacto DC-comunista había sido sólo implícito, dándoles algo, como el Informe Rettig, por ejemplo, o cupos "por omisión", y recibiendo los votos rojos simulando no saber de dónde venían).

Pues en 2013 el electorado DC moderado de Santiago les ha entregado a Ossandón y Allamand el margen preciso y estrecho de votos que nunca antes tuvieron para derrotar a los fuertes candidatos de la UDI, esta vez Golborne y Zalaquett, a los cuales no habrían tenido por dónde ganar si no hubiera sido por el sorpresivo, decidor y paradójico aporte del electorado DC moderado, que le dijo a su directiva y al país: "nuestros votos para un gobierno con los comunistas, no", y votó por ambos RN, postergando a sus fuertes cartas propias Soledad Alvear y Alberto Undurraga.

Valga destacar que Golborne, derrotado, hasta sacó más votos que el electo socialista Carlos Montes, que en otra paradoja memorable ha pasado a ser "hijo del binominal", pues sin este sistema no habría sido elegido.

El funeral de la derecha amenaza con ser prolongado, pues no cesan las homilías que en su memoria emiten personajes de la DC y la izquierda. Muy explicables, por lo demás, porque nadie sabe cómo un país como éste puede funcionar medianamente mal (nadie espera que funcione siquiera medianamente bien con un gobierno y un programa como los que se avecinan) sin una presencia e influencia políticas significativas de la derecha.

viernes, 3 de enero de 2014

Nerviosismo Injustificado

Se ha creado un clima de nerviosismo en torno al fallo de la Corte de La Haya sobre el límite marítimo con Perú. Muchos atribuyen los esfuerzos del Jefe del Estado por compartir con anteriores Presidentes, y en particular con Michelle Bachelet, el escenario de la recepción de la sentencia, a la certeza de que no será favorable a Chile. Es verdad que es propio de la personalidad el Presidente el afán de protagonizar los éxitos y de compartir generosamente los fracasos, pero el pesimismo ante el fallo carece de justificación, salvo en un aspecto de menor cuantía que explicaré más adelante y que ya he mencionado en anterior blog sobre este tema.

De partida, la profusión de recientes pronósticos pesimistas se funda en la famosa "pregunta del juez Mohamed Bennouna", acerca de cuál era el mar territorial vigente internacionalmente cuando Chile y Perú firmaron sus tratados de 1952 y 1954, implicando que dicho mar se extendía por sólo 12 millas desde la costa. Entonces se teme que se reconozca el límite del paralelo, pero sólo hasta 12 millas, y no 200. Pero eso carece de base: desde 1947 ambos países habían acordado las 200 millas marítimas y específicamente el Perú había reconocido la vigencia del paralelo fronterizo para medirlas. Así es que la respuesta a la pregunta del juez Bennouna no trae consecuencia alguna para la solidez de la posición chilena.

Sin embargo, hay un punto de menor cuantía que sí puede dar lugar a que el Perú se declare ganador del litigio, siendo el caso que Chile no tenía nada qué ganar con él y la única crítica a que podría haber quedado sujeta la postura nacional, sustentada por sucesivos gobiernos, podría haber sido la formulada contra la aceptación misma del arbitraje y afectaría al entonces canciller Ignacio Walker y a la entonces Presidenta Michelle Bachelet, que la resolvieron.

El punto de menor cuantía deriva de que el actual "Hito Uno", desde el cual parte el paralelo marítimo y en el que se inicia la frontera terrestre, queda unos centenares de metros al noreste del "Hito Uno" originario, que el Perú denomina "Punto Concordia" y desde el cual partió la frontera entre ambos países ("Línea de la Concordia") hasta que las marejadas lo destruyeron, cosa que llevó a re-situarlo unos centenares de metros más hacia el noreste.

La Corte de la Haya bien podría reconocer que el paralelo de delimitación marítima parte del "Punto Concordia" y no del actual "Hito Uno", y que la frontera marítima constituida por el paralelo debe partir unos centenares de metros más al sur, beneficiando al Perú. Y como eso, multiplicado por 200 millas, pasa a ser ya una superficie de mar de alguna significación, podría dar pie a la celebración de un triunfo peruano menguado, pero triunfo al fin. Y, si así sucede, ojalá no dé lugar a que un Presidente chileno vuelva a hablar de que han sido perdidos sólo "pedacitos más, pedacitos menos".

Más allá de eso, que es una posibilidad cierta, no creo que pueda haber alguna pérdida mayor territorial ni marítima para Chile a raíz del fallo que se dará a conocer el 27 de enero y me parece que el clima de nerviosismo creado por opinólogos y comentaristas es completamente injustificado..