martes, 30 de junio de 2020

¿Qué Se Siente Ser el Único en el Mundo?

Hasta donde he podido averiguar, el siguiente cuadro de cifras no ha aparecido en ningún otro medio del mundo:

 TOP-TEN DEL CORONAVIRUS:

Países con más contagios                             Países con más fallecimientos
x millón de hbtes.:                                        x millón de hbtes.:

  1. Chile                           14.438                     1. Reino Unido         642
  2. Perú                              8.565                     2. España                  606
  3. EE. UU.                        8.102                    3. Italia                      575
  4. Brasil                            6.448                    4. EE. UU.                 389
  5. España                          6.332                    5. Chile                      292
  6. Reino Unido                 4.595                    6. Perú                       288
  7. Rusia                             4.393                   7. Brasil                     275
  8. Italia                              3.977                   8. Ecuador                 255
 9. Ecuador                         3.155                    9. Irán                        127
10. Bolivia                           2.701                 10. Bolivia                    87

Fuente: "El Mercurio", 30.06.20, pág. A 6. 

¿Qué se siente ser el único medio en el mundo en revelarlo? Comprensión por los miles que han tenido las mismas cifras a la vista y no han sacado conclusiones ni sabido presentar al top-ten. Hace quinientos años todos podían ver que, cuando los barcos aparecían en el horizonte, primero veían las velas y después el casco, pero a uno solo se le ocurrió que eso implicaba la redondez de la Tierra.

¿Qué significa que Chile sea top-one en contagios y top-five en fallecimientos? Que una mayoría de su población, como lo aseveré en el título de mi blog del 15.06, lo erige en el "peor pueblo del mundo", pues ella ya le había inferido a su país enormes daños antes de la llegada del coronavirus, después no ha sido capaz de cumplir las exigencias para detener los contagios y consiguientes fallecimientos y, peor, ahora se apresta a seguir infiriéndole más daños propios de la violencia apenas pase la pandemia.

¿Qué se siente al ser el único diciendo estas cosas? Que se es también el único en predecir que Chile debe no sólo superar el SARCoV-2, llamado coronavirus o Covid19, sino también debe superar un muy dañino SARCoV-3 llamado comunismo; y que si no lo vuelve a hacer pasada la pandemia, como más de una vez ya lo hizo en el pasado, no tiene destino como país libre, pacífico y civilizado.

sábado, 27 de junio de 2020

El Caso Frei: Otra Vergüenza Nacional

Siempre supe la verdad del caso Frei. Hoy considero el proceso como otra vergüenza nacional. Es que pone en evidencia lo que he llamado "la miseria moral de la chilenidad actual", título de mi último libro. Cuando salió el escandaloso fallo del juez Madrid, el historiador Ernesto Medalla me lo mandó por mail. Leí sus 800 páginas en febrero del año pasado. Está tratado en la página 114 de mi libro, bajo el subtítulo de "La canallada peor y la final", en el capítulo titulado "Las Desvergüenzas del Camaleón", referido a lo segundo peor de la chilenidad actual, que es la DC. Lo primero es, por supuesto, la izquierda.

Cuando quince años después de la muerte de su padre la senadora Carmen Frei promovió una acción judicial destinada a probar que se trató de un asesinato, yo era director de Banmédica y compartía la mesa del directorio con el doctor y ex senador DC Osvaldo Olguín, que había sido amigo de Frei  Montalva y nos participó su opinión de que, en la primera operación a que fue sometido, quedó un punto mal suturado, que le provocó al paciente una infección y una peritonitis tardíamente operada, y no lo fue de la manera más adecuada, lo cual derivó en su fallecimiento. 

Como repetí públicamente esa opinión, un detective me fue a entrevistar a mi casa, como parte de la investigación derivada del proceso, y le dije lo mismo . Ahora veo que, una vez más, se debate el tema en las cartas de los lectores de "El Mercurio", donde el abogado Adolfo Paúl Latorre cita el testimonio del doctor Paris, nuevo ministro de Salud, sobre el mismo caso y que resulta coincidente a la letra con el que le oí hace más de veinte años al doctor Osvaldo Olguín.

Luego, siempre se ha sabido la verdad. Lo que pasa es que en Chile es muy fácil, mediante repetición de consignas falsas, destruir la verdad, pero eso no significa que ésta no exista. 

Por suerte tengo buena memoria y recuerdo que, en esa misma época, cuando era Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, en el consejo de redacción de "El Mercurio" su director, Juan Pablo Illanes, nos refirió que, en una reunión con el Presidente, le había preguntado por el proceso promovido por su hermana y aquél le había contestado: "Son cosas de la Carmen". Pero después Frei hijo se cambió de bando y ha sido el más enfático en denunciar "el primer magnicidio en la historia de Chile". Bajo el gobierno de Piñera I le fue a pedir apoyo a éste para una investigación de los restos en los Estados Unidos, en que presuntamente se iba a descubrir el envenenamiento del Presidente muerto. Piñera, que "se sube a todas las micros", sobre todo a las que llevan a darle puñaladas traperas adicionales a Pinochet, le dijo que contara con todo su concurso para "aclarar el crimen". Lo malo fue que el peritaje en los EE. UU. dictaminó que no había rastro de veneno.

En otra oportunidad el abogado de Carmen Frei ganó titulares declarando que la Universidad de Gante, en Bélgica, había confirmado el envenenamiento. Era Presidenta de Chile la Alta Comisionada actual, que se apresuró a dar una conferencia de prensa en La Moneda para magnificar el supuesto magnicidio. Ahí se lució su entonces ministra, Vivienne Blanlot, con su frase apocalíptica, que hizo más titulares y dio la vuelta al mundo: "El horror no termina". Lo malo para "el horror" fue que "La Segunda" llamó a la Universidad de Gante para saber detalles y desde allá le aseguraron que no habían ningún informe sobre la causa de muerte de Frei. Era "puro humo", una vez más. El abogado Varela, de la familia Frei, se limitó a insistir: "¡Hay un informe, hay un informe!", después de lo cual, sin mostrar ninguno, renunció al patrocinio de la causa y desapareció de la escena para beneficio de su buen nombre.

El año pasado, publicado el fallo, desde lo alto de los altares dos figuras femeninas próximas a la DC, Marta Lagos Cruz-Coke y Sylvia Soublette de Valdés, coincidieron en sendas cartas a "La Tercera" y "El Mercurio" en que "si Pinochet mandó matar a tanta gente, lo probable es que hubiera hecho lo mismo con Frei". El único que había intentado probar, sin éxito, que Pinochet había mandado matar gente había sido Juanito Guzmán, y su falta de pruebas arruinó su carrera. 

Pero la gente seria próxima a la DC (la hay, aunque escasa) pensaba otra cosa: Ascanio Cavallo escribió que, de seguir la extraña lógica del fallo, la conspiración para asesinar al expresidente habría ocurrido ¡dentro de la DC!

Hasta que la semana pasada el columnista habitual de "El Mercurio", José Rodríguez Elizondo, que era comunista cuando ambos estudiábamos leyes, opinó que la tesis del asesinato era "un dato duro", lo que lo llevó a recibir un chaparrón de testimonios realmente "duros" en contrario, aparte del del doctor Paris, como el del doctor Beca, yerno de Frei, presente en las operaciones de su suegro y que nunca ha compartido la tesis de su cuñada Carmen.

Quedan todavía instancias judiciales, pero vista la dictadura de izquierda que controla ese poder del Estado, no debemos tener la menor esperanza. Acá cualquiera que se haya lanzado al mar para salvar a un izquierdista de ahogarse y éste se ahogó, puede ser condenado por su asesinato, con una indemnización multimillonaria para la familia a expensas del Estado, que no quiero siquiera imaginar cómo se reparte. 

Son las "miserias morales de la chilenidad actual", una omnipresente vergüenza nacional.

jueves, 25 de junio de 2020

Y Ahora Va a Caer el Banco Central

Piñera ha sido el más destructivo de los cinco presidentes de la Concertación (porque lo ha sido en los hechos)  habidos desde 1990. Pulverizó el estado de derecho ("rule of law") al gusto de la izquierda, como autor, a través de su gobierno, de un millar de querellas ilegales contra ex uniformados, que se han traducido en más de doscientos Presos Políticos Militares privados de libertad con atropello a "todos, pero todos" (términos de un penalista y decano universitario) los fundamentos del derecho penal.

Recientemente mandó a una abogada de su confianza a presidir y poner una bomba de racimo en el Tribunal Constitucional, último baluarte y el más combatido por la izquierda, de los que quedaban para contener los desbordes parlamentarios en desmedro de la Carta Fundamental. Hoy el Tribunal está dividido y estremecido hasta sus cimientos.

Secundó el destructivo proyecto de las 40 horas semanales, sólo subiéndolas a 41.

Regaló el 15 de noviembre pasado hasta la Constitución que le dio estabilidad política, económica y social a Chile por 40 años, como consecuencia de su incapacidad para restablecer el orden público.

No vetó ni mandó al TC, sino que promulgó, el proyecto inconstitucional sobre cuentas de consumos básicos.

Y ahora termina con la autonomía monetaria del Banco Central, al proponer una reforma constitucional para autorizarlo a comprar instrumentos de deuda pública en el mercado secundario, abriendo así la puerta a emisiones inorgánicas para financiar el déficit público: argentinización, inflación ad portas.

El economista Sergio Melnick ha escrito en twitter: "Piñera entregó hasta aquí: 1. La ciudad al vandalismo (octubre). 2. A Mañalich, Sichel y otros. 3. TVN. 4. Aumento desmedido del gasto y deuda. 5. Aumentó impuestos. 6. La Constitución. 7. Ya una parte de las AFP. 8...¿me falta algo?" Sí: 9. La autonomía del Banco Central. 10. El Tribunal Constitucional. 11. El orden público. 12. La verdad histórica. 13. La facultad de velar por la conducta ministerial de los jueces. 14. La de indultar a los presos políticos injustamente condenados. 15. El veto presidencial a textos inconstitucionales. 16. La mesura en el uso de las cadenas de radio y TV. 17. El buen ejemplo de mantener el patrimonio en el país. 18. El cumplimiento de su palabra (a militares (r)). 19. El deber de abstención teniendo información privilegiada. 20. El de no ocultarse al ser requerido por la justicia. 21. El de no amenazar con su facultad de legislar como senador para obtener un mayor precio de algo que vende. 22. Como gerente de banco, no autootorgarse un crédito para comprar acciones del banco. 23. El de no falsear la verdad financiando un Museo de la Memoria Marxista. 23. El de defender a la fuerza pública en lugar de acosarla con inspectores miristas de DD. HH. de $4 millones mensuales. 24. Como senador, el de no destituir a un ministro de corte por aplicar la ley vigente de amnistía. 25. El de no destruir la propaganda de su competidor electoral. 26. El de no comprar sociedades zombis para eludir impuestos. 27. El de no mentir en público al decir que Allende fue mejor presidente que Pinochet. 28. El de respetar los DD. HH. del general Orozco, inocente, nonagenario, sin control de esfínteres y con Alzheimer, preso por querella suya infundada. 29. El deber de no figurar tanto y no torturar a la audiencia apareciendo hasta en la sopa para decir tres sinónimos.

Y que cuando termine la pandemia no volvamos al desgobierno y al caos. Escúchanos señor, te rogamos.

domingo, 21 de junio de 2020

¿Por Qué No Decir la Verdad?

En subtítulo de primera página de "El Mercurio" de hoy, domingo 21 de junio de 2020, se dice: "Chile sigue en el noveno lugar en número de contagiados" (por el Covid19).

Pero eso no es verdad. El mismo diario, seis páginas más adelante, nos la dice: bajo el título "Los países con más contagios" informa que Chile es el primero, con 12.388 contagiados por millón de habitantes, que es la manera de contabilizarlos. 

Pues es obvio que un país como los Estados Unidos, con 300 millones de habitantes, siempre va a tener más contagiados que otro, como Uruguay, con tres millones de habitantes. La manera de encontrar la verdad de la gravedad del problema en cada nación es mediante la cifra ponderada por cada millón de habitantes.

Si se hiciera un ránking de naciones con más contagios (que el diario podría haber hecho en la misma página), éste habría arrojado:

                      1) Chile, con                12.388 p.m.h.
                      2) Perú, con                   7.626    "
                      3) Estados Unidos         7.042    "
                      4) España, con             6.267    "
                      5) Brasil, con                5.036    "
                      6) Reino Unido, con     4.466    "
                      7) Rusia, con                3.954    "
                      8) Italia, con                 3.941     "
                      9) Ecuador, con            2.820    "
                    10) Irán, con                   2.413    "
                    11) Bolivia, con               1.926    "
                    12) Colombia, con          1.290    "
                    13) Argentina, con             912    "
                    14) India, con                     298    "
                    15) Uruguay, con               247     "
                    16) Paraguay, con             191     "
                    17) Venezuela, con            133    "

Éste es a la vez un ránking del descuido y la desidia de los pueblos. 

Si consideráramos a todos los países, el último lugar, es decir, el del mejor y más responsable, con cero contagios, lo obtendría Nueva Zelandia, que no figura en la tabla, pues por semanas no tuvo ningún caso nuevo, aunque hace un par de días se informó de otro detectado. Pero es el pueblo más responsable, sin duda, porque es evidente que allí cada individuo usa mascarilla y guantes y no concurre a lugares donde no se pueda guardar distancia de otras personas.

En ese sentido se justifica mi calificación de Chile (blog del 15.06.20) como "el peor pueblo del mundo", con un agravante: que antes del contagio ya, por la vía de la violencia y los desórdenes, impuso al país un costo parecido al generado después por las restricciones derivadas del coronavirus. 

Es de temer entonces que también, después de que éste sea superado, el mismo pueblo antisocial, díscolo y descontentadizo, que no sabe hacer uso de su libertad, es previsible que vuelva "a las andadas" y restablezca en el país un clima de destrucción, incendios y violencia, sobre todo teniendo en cuenta que no hay un gobernante capaz de mantener el orden público.

A ver si, sabiendo estas verdades, el pueblo chileno es capaz de generar reacciones para superar las consecuencias de sus graves inconductas presentes y pretéritas.

sábado, 20 de junio de 2020

Demasiado Tarde

Hoy en "El Mercurio" escriben distinguidas personalidades de representatividad transversal, y en "La Tercera" 165 abogados, unos y otros expresando su alarma por los constantes atropellos a la Constitución, a los cuales se ha sumado Piñera al promulgar, sin vetar ni recurrir al Tribunal Constitucional, un proyecto de ley inadmisible que pasa por sobre las atribuciones del propio Ejecutivo, autorizando el no pago de servicios básicos, como agua, luz y gas. Es un "impacto bajo la línea de flotación" contra el sistema productivo nacional. Todo fuera de la Constitución.

"Es penoso que los tribunales se salten las leyes y la Constitución y hagan activismo político a través de sus fallos", añaden los representantes de diferentes instituciones, que terminan su carta con una inquietante pregunta: "¿Quién podrá defendernos?" Respuesta: hoy, nadie, porque ¿dónde estaban ustedes o qué decían cuando los jueces rojos, contra todo debido proceso, comenzaron a perseguir a exmilitares? Hoy están "lanzados" y no los para nadie.

¿Cuánta tinta creen ustedes que he gastado denunciando durante treinta años los sucesivos atropellos a la Constitución y las leyes por parte de las mil querellas ilegales de Piñera I y la dictadura judicial imperante contra exmilitares? Ríos de tinta. Y en vano. ¿Recuerdan el vergonzoso desafuero, hace veinte años, del senador Pinochet --anunciado al mundo desde la Plaza Montt-Varas por el comunista Hugo Gutiérrez-- en un juicio ilegal, inconstitucional y espurio, y por hechos en los que probadamente no tenía nada que ver? Ustedes entonces se hicieron los desentendidos. Bueno. "De aquestos polvos, señores, vinieron estos lodos".

¿Y qué han hecho por años tantos angustiados denunciantes actuales por los más de doscientos presos políticos militares ilícitamente condenados, muchos a perpetuidad? Nada. ¿Y para detener la sangría de 400 millones de dólares anuales para indemnizar a la extrema izquierda terrorista? Menos que nada. La sociedad entera ha mirado para otro lado.

Como no se me olvidan las cosas, periódicamente revisito mi blog de hace cinco años, titulado "Artículo Impublicable en la Revista del Abogado", de 27 de marzo de 2015, que acumula a esta fecha 2.051 lecturas (ciertamente más de las que habría conseguido en la Revista que lo censuró). Ahí denuncié lo mismo --y peor-- que lo que centenares de abogados y dirigentes denuncian hoy en materia de atropello a las leyes y la Constitución. ¡No me lo quisieron publicar siquiera! El consejo editorial era de "centroderecha". Y el Colegio de Abogados, durante los últimos cinco años de prevaricaciones escandalosas, ha seguido "mirando para otro lado". Pero hoy ya son más de centenar y medio los miembros de la orden que denuncian por la prensa esos atropellos, cometidos de nuevo con la complicidad de Piñera. Tanto que hoy él, como el país, están en la penosa condición de rehenes de los violentos de extrema izquierda. Esperen a que pase la pandemia para corroborarlo.

El Pastor Niemöller decía, hace más de 80 años en Alemania: "vinieron por los socialdemócratas, pero como yo no era socialdemócrata guardé silencio; vinieron por los sindicalistas, pero como yo no era sindicalista, guardé silencio; vinieron por los judíos, pero como yo no era judío, guardé silencio; ahora vienen por mí, pero como la mayoría no son Pastores, guardan silencio". Al final cayeron todos. Acá sucede igual, pero sólo ahora la mayoría comienza a darse cuenta de que no era sólo un problema de los ex militares, sino de todos. 

Ahora ya es demasiado tarde. "¿Quién podrá defendernos?", se preguntan, angustiados, los numerosos firmantes de la carta en "El Mercurio". Yo les contesto: NADIE, ya es demasiado tarde, hubo metástasis, están coludidos gobierno y oposición, los comunistas mandan en ambos y cada vez más de los nuestros se cambian de bando.


jueves, 18 de junio de 2020

Lo que Debió Decir el Titular de Hoy

Mi hijo número dos me mandó decir que yo estaba equivocado al escribir que Chile tiene el mayor número de contagiados por el Covid 19 en el mundo, pues el titular de "El Mercurio" de hoy, en la página C 1, dice que somos el noveno país con más contagiados. Entonces le mandé decir de vuelta que no crea en los titulares y que lea en la página A 4 del mismo diario la sección "Países con más contagios": dice que Chile, con 11.545 contagiados por millón de habitantes es, lejos, el que tiene más en el mundo, seguido a larga distancia por Perú con 7.311. Esa es la manera correcta de medir la proporción de contagiados. Pero la manera "políticamente correcta" de presentar las cifras es la otra, la errónea que nos ubica novenos. 

Es que se debe aprender a leer el diario. Pues ninguna de las anteriores es la principal noticia de hoy. Lo es, a mi juicio, la que dio el ministro de Minería, Baldo Prokurica (con apóstrofe en la "c", que no sé poner, pues se pronuncia "Prokurisa"). Él aparece declarando en la página B 4:

"ENAP tiene más de US$ 4 mil millones de deuda y US$ 400 millones de patrimonio". Yo, que estoy a cargo del interés general hace muchos años, no recordaba eso. Imperdonable olvido. Pues significa que ya en diez oportunidades ENAP ha perdido todo su patrimonio y las diez veces ha pedido prestado dinero, con el aval del Estado, naturalmente, pero sólo para volver a perderlo una y otra y otra vez. Sin duda, el titular principal debió ser: "ENAP HA PERDIDO DIEZ VECES SU PATRIMONIO".

Los Chicago Boys quisieron privatizarla durante el gobierno benemérito, pero la Armada se opuso, por considerarla "empresa estratégica" (supongo que deben ser tales las que pierden periódicamente su patrimonio). Y como los Chicago Boys también querían privatizar Codelco, pero la mayoría de los altos oficiales del Ejército se oponía, ninguna de las dos ideas se concretó. Y entonces Pinochet menos que nadie podía objetar el veto de los marinos sobre ENAP.

Piense que usted, como particular, fuera dueño de una empresa y su gerente general le informara: "Perdone, jefe, pero perdimos la empresa". Usted le diría:"¿Cómo que la perdimos'? Lo hizo usted, you are fired, pero el que la perdí fui yo. Voy a conseguir otro gerente y a pedir un crédito para recuperarla o vender sus instalaciones para pagar la deuda". Y, en todo caso, no la habría vuelto a perder más. Pero el Estado sí la puede perder muchas veces.

Es que el Estado está manejado por los chilenos más astutos de todos, que se llaman políticos, y siempre lo convencen a usted de darles más plata, aunque la dilapiden siempre. Porque el Estado no la produce, sino que la echa en un tonel sin fondo. Los políticos "se han llevado para la casa" a la ENAP completa ¡diez veces seguidas! y usted no se había dado cuenta ni lo habría sabido jamás si "El Mercurio" no hubiera publicado lo que dijo el ministro Prokurica con apóstrofe bajo la "c".

Esta es sólo una parte de la historia. El 28 de mayo publiqué otro blog, "Se Farrearon Chile", recordando cómo los políticos hicieron crecer el tamaño del gobierno, multiplicándolo por siete desde 1990; generando US$ 27 mil millones de déficit entre 2008 y 2018, sin contar las "partidas bajo la línea", que pueden ser 20, 30 o 40 mil millones de dólares anuales más; y proyectando otro déficit de US$ 23 mil millones para el período 2021-2024 (economistas Rodrigo Cerda y Sergio Urzúa, "El Mercurio" 28.05.20). O sea, ENAP es peanuts. Y hay una mayoría que quiere "más Estado" y vota por los políticos que se lo ofrecen.

¿Quién va a pagar todo eso? El poeta John Donne ya nos lo dijo hace muchos años: "No preguntes por quién doblan las campanas: están doblando por ti". 

lunes, 15 de junio de 2020

El Peor Pueblo del Mundo

Las cifras sobre la pandemia, en los países más afectados por ella, muestran a Chile como el que tiene más personas contagiadas por millón de habitantes, a bastante distancia de los demás: tenemos más de nueve mil y ninguna otra nación llega siquiera a siete mil.

Este penoso primer lugar mundial, nada de deseable, no ha sido comentado ni destacado por ningún medio de comunicación ni ningún personaje público. Publican las cifras, pero a nadie parece llamarle la atención que Chile sea el país más contagiado del mundo.

Por contraste, frente a Chile en el océano Pacífico y a similar latitud, está Nueva Zelandia, hoy con cero contagios. Tiene la cuarta parte de habitantes que nosotros y desde hace tres semanas no registra ningún nuevo contagio. Ha normalizado su vida interna, aunque mantiene cerradas sus fronteras.

¿Qué tiene Nueva Zelandia que no tengamos nosotros? Bueno, neozelandeses, mientras nosotros tenemos chilenos. Antes del virus los neozelandeses no habían vandalizado su territorio ni destruido el mobiliario urbano ni destrozado vitrinas del comercio ni quemado a policías, iglesias y estaciones del metro ni saqueado los supermercados. Buena gente. Y después del virus ella ha sanado.

Acá hubo una masa que hizo todas esas tropelías y después hubo un millón de personas apoyándolos, desfilando  en las calles y una mayoría del periodismo y la prensa hablando de "malestar social", cuando lo que en verdad había era un estallido delictivo impune, un atentado masivo antisocial, en medio de un derroche escandaloso e impresionante de recursos públicos en manos de los promotores de la asonada. Y todo eso desemboca en que somos los más contagiados del mundo, porque la anterior inconducta social deriva necesariamente en la posterior inconducta sanitaria.

En cuanto a la pandemia, los neozelandeses siguieron las instrucciones dictadas por el buen orden natural y el sentido común: usaron mascarillas y guantes, respetaron la cuarentena, observaron distanciamiento entre personas. Nosotros, como es obvio, vista nuestra condición de mal comportados, subversivos y violentos, también somos top-one mundial en contagios, porque no respetamos las conductas aconsejadas por el buen orden natural, el sentido común, el respeto y la disciplina social.

Cada pueblo se compone de individuos. Si los individuos son respetuosos y bien inspirados, se cuidan de no contagiar ni ser contagiados. Su pueblo erradicará la peste. Si no lo son, sino violentos, irracionales e irritados, se contagian y contagian a otros y la peste cunde. Es un tema de actitud y de educación.

Es un tema de lo que enseñan en las familias los padres y las madres y en los colegios los buenos maestros. Eso establece la diferencia. Donde se les inculca a los individuos que sus acciones tienen consecuencias, se cuidan y observan conductas constructivas. La sociedad puede vivir tranquila y sin temor al porvenir. Donde se les enseña que son víctimas de la sociedad, que sólo tienen derechos y no deberes, tienden a ser descontentadizos, a no respetar las normas y, cuando sobreviene una pandemia, son los que más contagian y se contagian.

Hace unos días un ciudadano que en la capital enrostró a unos transeúntes por no usar mascarillas, fue agredido por éstos y terminó con lesiones de mediana gravedad: un ojo amoratado y un brazo en cabestrillo. Eso lo dice todo. En un país así no es extraño que condenen a presidio a los que combaten el terrorismo y les den indemnizaciones millonarias a quienes lo perpetran. Los "inspectores de DD. HH", a los cuales el Gobierno les paga entre cuatro y cinco millones de pesos mensuales por vigilar a los carabineros y acusarlos, facilitando así el vandalismo y los desórdenes, son todo un símbolo de la decadencia moral que impide a los pueblos distinguir el bien del mal. El juez que imputa a una patrulla víctima de intento de atropello por disparar balas de goma a los agresores es otro síntoma de que hay un pueblo que ha perdido el norte.

Del contagio no podemos culpar a la sociedad, a las políticas ni al modelo, porque depende de cada individuo. Si los chilenos observáramos la distancia con los demás y anduviéramos con mascarillas y guantes, no habría contagio y se podría volver a la normalidad. Pero ni siquiera esa perspectiva es buena para Chile, porque cuando terminen el estado de excepción y el toque de queda recomenzará la violencia, eso lo sabemos. Hay una enfermedad del alma nacional, que se ha tornado negra. Hay una masa desalmada. Y también sabemos que no hay una autoridad capaz de garantizar el orden. Si salimos de la pandemia caeremos en algo peor, la violencia. Un estudio hecho en Santiago reveló que ha sido mayor el costo de ésta para el comercio que el de la crisis sanitaria.

Los números nos sindican como el peor de los pueblos. Y quienes elegimos para velar por la defensa de nuestros valores, el orden social, la decencia y la disciplina interna, se han cambiado de bando y aliado con los que nos han llevado al penoso nivel en que nos hallamos.

viernes, 12 de junio de 2020

Chile Top-One Mundial

Con todo lo que nos ha costado a lo largo de la historia ser top-one de cualquier cosa, ningún medio masivo ha publicado ni destacado que ahora lo seamos holgadamente como el país que más contagios de coronavirus tiene en el planeta: sobre ocho mil por millón de habitantes, sin que ninguna otra nación pueda alcanzar siquiera a siete mil.

Hay que celebrar este top-one porque la historia de nuestros logros mundiales está plagada sólo de segundos lugares: Manuel Plaza en Amsterdam, a fines de los 20, derrotado por El-Ouaffi a la entrada del estadio, en la maratón olímpica; "Tani" Loayza, que iba ganando la pelea por un título mundial de boxeo en los mismos 20 cuando el árbitro le pisó un pie y lo lesionó, haciéndolo perder el combate; Arturo Godoy, dos veces desafiante, por el título de los pesados, de Joe Louis, en los 40, el cual en una oportunidad ni siquiera pudo noquearlo, pero en ambas lo ganó; Marlene Ahrens, segunda en la olimpiada de Melbourne en 1956; Godffrey Stevens y Martín Vargas, ambos derrotados en la definición de títulos mundiales más tarde; De Iruarrízaga, plata en tiro en Seúl 88. Sólo tenemos dos top-one, que yo recuerde: Juan Enrique Lira, campeón mundial de tiro skeet en los 60 y Marcelo Ríos, top-one del tenis en los 90. 

Pero un logro planetario colectivo de la nación, como éste de ahora, sólo podría tener parangón en la elección por voto popular de un marxista-leninista para presidente en 1970, proeza nunca antes consumada por ningún otro electorado en la Tierra.

¿Cómo hemos alcanzado ése y el actual logros planetarios? En parte está explicado en mi blog titulado "Imbéciles", del 28 de abril último, que ha conseguido 8.644 lectores a la sazón, siendo que normalmente me cuesta atraer más de mil. O en mi otro blog  "¿Qué se Siente, Sebastián?" del 22 de noviembre del año pasado, que consiguió 14.162 lecturas y, cuando lo grabé para You Tube obtuvo un cuarto de millón de visitas, fue trending topic en las redes y ocasionó que me convidaran al matinal Bienvenidos, de canal 13, de donde me expulsaron por decir lo que pienso del gobierno militar, motivando que el dueño del canal pidiera perdón por twitter a la teleaudiencia por la grave falta cometida al invitarme.

¿Cómo lo hace Nueva Zelandia, última en el ranking de los contagiados, pues ya no los tiene? Comportándose cada habitante suyo a la inversa de los chilenos, es decir, respetando  las normas, obedeciendo a la fuerza pública, no destrozando el mobiliario urbano ni los semáforos ni incendiando iglesias ni destruyendo el metro; no violando las leyes ni la Constitución ni liberando y dando millones a los terroristas junto con meter a la cárcel a los militares, es decir, no liberando a un FPMR, Espínola Robles, que estaba condenado a perpetuidad en juicio, mientras se condena a perpetuidad, contra la ley y sin  pruebas, al brigadier (r) Krassnoff, condecorado en 1975 con la Medalla al Valor por sus éxitos contra el terrorismo.

Claro, es que hasta 1990 este era otro país, tanto que había paz en la Araucanía y los lonkos condecoraban al Presidente de la República de entonces como su "jefe, conductor y guía" ("ullmen f'ta lonko"). En fin, era el Chile que decía "Adiós América Latina" (el otro Lavín dixit) y nos parecíamos cada vez más a Nueva Zelandia.

Creo que este top-one mundial de ahora lo vamos a conservar porque, cuando pase la pandemia, vamos a recaer en manos de la extrema izquierda que ya nos liquidó entre 1970 y 1973 y entre octubre y diciembre de 2019, cuando el gobierno se rindió a ella el 15 de noviembre y así nos puso en la senda de reeditar la única otra corona mundial colectiva obtenida hace casi 47 años atrás.

miércoles, 10 de junio de 2020

La Mayoría No Cree en la Mayoría


La mayoría, según las encuestas, es partidaria de que no puedan reelegirse indefinidamente parlamentarios ni ediles. Pero si ellos se reeligen indefinidamente es porque, en cada oportunidad, ganan las elecciones por mayoría. Luego, la mayoría no quiere que se haga la voluntad mayoritaria, lo cual implica una contradicción en los términos y carece de lógica. Ello sugiere que semejante sistema nunca funcionará bien.

Pero todos sabemos por qué la mayoría no quiere la reelección indefinida: es porque supone que quien ostenta un cargo tiene una ventaja no merecida sobre otros aspirantes al mismo, pues es más conocido del electorado, puede usar su función para obtener votos y administra recursos públicos utilizables en conseguirlos, ventajas de las cuales carecen otros aspirantes.

Estas contradicciones llevaron a Winston Churchill a emitir su famoso veredicto: “la democracia es el peor de los sistemas, si se exceptúan todos los demás”. Él sabía que la mayoría no es confiable, pero también que las minorías tampoco lo son.

Desde luego, la mayoría es voluble. En 1971 apoyaba a Salvador Allende: la UP obtuvo ese año más de la mitad de los votos en la elección municipal. Pero en 1973 había cambiado radicalmente de opinión y quería que Salvador Allende fuera sacado del cargo. Por eso, representada por 81 votos contra 47 en la Cámara de Diputados, pidió a las fuerzas armadas poner término a la situación imperante. Es decir, la mayoría, a través de sus representantes, llamó al golpe de estado. Pero hoy la mayoría, según las encuestas, condena ese golpe de estado que ella misma solicitó.

Claro, no es menos voluble ni peor que sus líderes. En su historia del gobierno de Allende, Gonzalo Vial refiere que en 1971 Eduardo Frei dirigió una encolerizada carta a quienes habían conducido la economía bajo su gobierno de 1964 a 1970 (léase Andrés Zaldívar, Carlos Massad, Sergio Molina), increpándolos porque le habían impedido aplicar la misma receta de controlar precios y emitir desaforadamente dinero que estaba poniendo en práctica Allende en 1971 y tenía al país feliz, creciendo, sin desempleo, con menos inflación y abundantes billetes en todos los bolsillos. Pero esa política condujo a tener la mayor inflación de la historia en 1972 y luego a la escasez y a un verdadero caos económico en 1973, los cuales provocaron que el mismo Frei recomendara en julio de ese año a los dirigentes industriales (“Acta Rivera”) ir donde los comandantes en jefe porque “esta situación se arregla sólo con fusiles” (atendido también, no hay que olvidarlo, el profuso armamentismo ilegal de la UP).

Por eso la sabia Constitución de 1980 se precavía contra las veleidades de la mayoría e impedía e impide aún hoy, pero en menor grado, que ella haga cualquier cosa. Limitaba a la mayoría a través de los senadores designados, lamentablemente suprimidos; de la vigilancia del Consejo de Seguridad Nacional (hoy casi nulo, pues fue debilitado al extremo por Lagos en 2005); y de los quórum supramayoritarios (2/3 para reformas fundamentales), que todavía subsisten, afortunadamente. Por éstos los grupos revolucionarios violentos (siempre los ha habido en Chile) quieren hoy cambiar la Constitución.

Yo, que desconfío profundamente de la mayoría (por algo casi nunca he pertenecido a ella, salvo al final de la UP), sin embargo soy contrario a limitar las reelecciones. Si no le gustan a la mayoría, que simplemente deje de votar por los incumbentes. Se le pide sólo un mínimo de lógica. Pero parece que es demasiado pedirle, pues es el peor de los sistemas, si se exceptúan todos los demás.

domingo, 7 de junio de 2020

Lapidada por Decir la Verdad

El senador Juan Antonio Coloma declara que "la presidenta del Senado diga que puede saltarse la Constitución es objetivamente algo muy alarmante". Y "El Mercurio" lo pone en primera plana. Pero eso ya no es alarmante. Tampoco lo fue que el gobierno de ChileVamos propusiera, impulsara y aprobara, con el voto del senador Coloma, un proyecto inconstitucional que excluyó arbitrariamente del beneficio de cumplir las penas en sus domicilios a los Presos Políticos Militares (PPM) en nombre de haber sido ellos autores de "delitos de lesa humanidad", delitos que además no existían en nuestra legislación al tiempo de los respectivos hechos.

Decididamente eso fue más inconstitucional que admitir a trámite un proyecto extendiendo el posnatal, que carece del patrocinio del Ejecutivo. En efecto, los exmilitares discriminados no pudieron ser autores de delitos de lesa humanidad, porque hasta 2009 éstos no existían, y la Constitución dice: "Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración". Ese proyecto violó la Constitución y nadie se alarmó. Tal vez porque nadie lo confesó públicamente, como Adriana Muñoz. Es que en Chile es peligroso ser sorprendido diciendo la verdad.

Peor todavía, ya es habitual que no se respete el inciso 6° del mismo número y artículo de la Constitución que dice: "Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado". ¿Cómo van a haber sido "legalmente tramitados" centenares o miles de procesos que contrarían leyes expresas y vigentes (amnistía, prescripción, cosa juzgada) y se fundan en "ficciones jurídicas", según confesó públicamente el ministro sumariante que más condenas les ha impuesto a los PPM, Alejandro Solís, en un programa de televisión en que yo le pregunté: "¿en qué lugar de sus celdas de dos por dos mantenían a las personas a las cuales él describía en sus sentencias como secuestradas permanentemente hasta esa fecha (y hasta hoy) por ellos?" ¡El juez confesó que él "fingía" el secuestro y nadie le dijo nada! Al contrario, al día siguiente el ministro José Antonio Gómez lo premió con un contrato de jugoso honorario para una asesoría en DD. HH. en su ministerio.

Otro precepto fundamental de la Constitución, violado frecuentemente y desde hace años por jueces y ministros de corte, es el artículo 7°, que dice: "Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución y las leyes". Lo violan los legisladores y el Ejecutivo que discriminan a los PPM y que lleva, por ejemplo, a que se haya condenado a un general retirado hoy nonagenario y con sus facultades perdidas, a 18 años de presidio por haber salido en 1973 del cuartel de su regimiendto a preguntar el motivo de unos disparos, lo que no es ni ha sido nunca constitutivo de delito, pero que, además, si lo fuera, estaría cubierto por la prescripción, la amnistía y la cosa juzgada. Ultraindebido proceso, ultrainconstitucional, al punto de que bordearía el ridículo si no fuera también trágico.

Otro precepto de la Carta habitualmente violado es un inciso del artículo 19 que dice: "Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias". Sin ir más lejos, la reciente ley que favoreció a más de cuatro mil reclusos con la prisión domiciliaria, estableció una diferencia arbitraria para excluir a los PPM. Iguales de arbitrarias son las normas que impiden a éstos tener los mismos beneficios penitenciarios que los reos comunes. Y nadie se alarma por eso.

Juristas distinguidos y desde hace muchos años vienen denunciando lo anterior, sin mayor eco periodístico ni alarma de la gente. El penalista y decano universitario Miguel Alex Schweitzer escribía en "La Segunda" del 16 de marzo de 2005, hace quince años, después de enumerar los principios básicos del derecho: "Pues bien todos, y repito todos, esos principios básicos del derecho han sido abandonados en algunos casos que se tramitan ante nuestros tribunales". El abogado e historiador Gonzalo Vial escribía en el mismo diario, el 2 de febrero de 2006, que existía "una denegación de justicia a un grupo de chilenos por no darles debido proceso, cuya responsabilidad corresponde a la Corte Suprema". Un voto disidente de un ministro de la propia Corte, don Patricio Valdés Aldunate, citado en la pág. 184 del libro "Prevaricato" de Adolfo Paúl Latorre, dijo: "... es un hecho público y notorio... que la mayoría de los procesos a los cuales se ha nombrado un ministro en visita han sido resueltos en virtud de principios y doctrinas foráneas, apartándose e infringiendo normas constitucionales y legales que rigen la materia". Y cero alarma, cero titular de primera página. La situación se ha repetido en los siguientes 15 años, pero ya nadie la denuncia.

Los que hoy mandan en Chile, presidente, parlamentarios, tribunales, se han saltado y se saltan la Constitución. ¿A qué tanto escándalo porque la presidenta del senado lo confiesa públicamente? ¿O es que la vamos a lapidar por ser sorprendida, por una vez, diciendo en voz alta la verdad?

jueves, 4 de junio de 2020

VTR Me Emocionó

Mi suegra falleció y entonces, explicablemente, dejó de pagar su cuenta de VTR, que estaba a mi nombre porque, cuando hace años se generalizó el cable y ella sólo tenía TV abierta, yo me ofrecí a contratarle el servicio y, para evitarle trámites "presenciales", puse su cuenta a mi nombre.

Hace seis meses fui a la oficina de VTR en la calle Gilberto Fuenzalida (un capellán aficionado al fútbol, popular en mi adolescencia) con Las Condes y me atendió un señor muy amable. Me dijo que, además de suprimir el cobro por mi suegra, por supuesto, me iba a rebajar lo que yo estaba pagando por mi propia cuenta, pues tenía alternativas más baratas. No entendí bien su explicación porque en ese momento un defensor del Gobierno Militar me estaba felicitando efusivamente y describiéndome el grado de maldad de los que ilegalmente metían presos a los militares que habían derrotado al terrorismo entre 1973 y 1990, y yo entendía mucho mejor sus consideraciones que las del funcionario de VTR. Me limité a emocionarme con la promesa de éste de rebajar mi cuenta, además de no seguir cobrándome la de mi suegra. Ambas en ese momento sumaban 85 mil pesos mensuales y se pagaban con descuento automático.

Debo decir que me pareció generoso y pensé en lo injusta que es tanta gente que reclama contra "los abusos de las empresas".

Pero, en el hecho, cuando me llegó la siguiente factura de VTR, el monto no sólo no había bajado, sino que, de pagar 85 mil pesos con la de mi suegra incluida, pasé a pagar más de $ 90 mil con ella descontada y hechas las rebajas que me ofreció el gentil funcionario. Pero no reclamé, no mandé carta a Línea Directa ni hice nada y me resigné a mi suerte, porque temí que si iba de nuevo a Gilberto Fuenzalida con Las Condes me podrían ofrecer más descuentos y mi factura mensual podría pasar de cien mil pesos. Además, estoy principalmente preocupado de los grandes problemas del país desde hace muchos años. Entonces opté por seguir pagando callado y sumiso.

Claro, cuando vi a fin de año un millón de personas en la calle reclamando "contra los abusos", no voy a negar que pensé ir con una pancarta diciendo "VTR me engañó". Pero después recapacité y concluí que sólo iba a "hacer número" en favor de los comunistas que estaban destruyendo el país. 

Entonces sucedió la semana pasada que VTR volvió a emocionarme, pues me mandó un correo electrónico diciéndome que no iba a cobrarme el Canal del Fútbol. En realidad, es elemental, porque ya no hay fútbol. Pero, de todos modos, me conmovió otro poco y me pareció generoso, porque si me lo hubieran seguido cobrando yo tampoco habría hecho nada, por estar, como dije, absorbido por los grandes problemas nacionales.

Hasta que me llegó la última cuenta, también sin la de mi suegra y con las rebajas ofrecidas el año pasado y, además, descontado el canal del fútbol, pero subió mucho: ascendió a 112 mil pesos, es decir, aumentó como veinte mil pesos más. No sé dónde irá a parar esto.

Se comprenderá el temor que tengo a pedirle a VTR que me haga nuevas rebajas, porque si no hubiera hecho nada, absolutamente nada y hubiera seguido preocupado sólo de los grandes problemas nacionales y pagando distraídamente la cuenta de mi fallecida suegra, sin ningún "generoso descuento", me estaria ahorrando 27 mil pesos mensuales.

A veces la cómoda e indolente decisión de "no hacer nada" y seguir dedicado a salvar al país y nada más, puede resultar, en definitiva, la mejor.
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lunes, 1 de junio de 2020

Y Lavín Se Volvió a Ir

Lavín era el candidato de derecha en  las presidenciales de 1999 y, hacia el fin de la campaña, se trasladó del "Sí" al "No", que era el símbolo de la izquierda y de su candidato Lagos, y nos dejó a sus partidarios "marcando ocupado" y sin saber qué pensar. Después de eso dijo e hizo tantas cosas sorprendentes en una figura supuestamente de derecha, como declararse "bacheletista-aliancista", es decir, de gobierno y oposición a la vez, que en una oportunidad la Evelyn Matthei no se pudo contener y comentó: "Es la última tontera de Lavín".

Pero no fue la última. Lavín siguió ganando elecciones como alcalde porque era bueno como tal y no había otra figura alternativa nominalmente de derecha, pues realmente él ya no lo era. Es que se le perdona mucho porque es buena persona, a diferencia de Piñera, que también se va constantemente para el otro lado pero es capaz de todo. Lavín, además, es un poco ingenuo, como que una vez confesó usar un cilicio para atormentarse y no ser tan inmoralmente feliz. En otra oportunidad confidenció paladinamente que se había convencido de que para alcanzar el poder era preciso abrazar las ideas de los adversarios, lo que ahora está abiertamente practicando. Tanto que cree, según declaró ayer a "El Mercurio", que Chile deberá instituir un "comunitarismo del siglo XXI", cosa que nadie sabe en qué consiste, porque los DC estuvieron todo el siglo XX tratando de definirlo y no les alcanzó.

Ayer, además, Lavín hizo una confesión adversa a la sociedad libre y proclamó la necesidad de ir a "otro modelo". Ante eso, ha llegado la hora de plantearse que ya no es una figura de derecha sino de franca izquierda. Yo, como elector, me pregunto si mi partido, Fuerza Nacional, alcanzará a formarse para llevar otro candidato a alcalde en Las Condes y poder votar por él. O, por último, los Republicanos podrían ofrecernos otra opción. Porque Lavín, además de promover "otro modelo", está por el "Apruebo", como la izquierda, y aspira a un Chile "más pobre", de modo que podría perfectamente suscribir el convenio entre el Papa argentino Francisco y el presidente argentino Alberto Fernández para construir una "Argentina más pobre, más primitiva y más igualitaria". Aunque no lo van a poder hacer, porque a Fernández ya se le acabó la plata de los demás --como a todos los socialistas-- y está en default e imprimiendo billetes como loco, de modo que se le viene la "híper" y los argentinos van a clamar por un Pinochet.

Por suerte nuestras ideas de derecha son definidas y permanecen incólumes, aunque Lavín las haya abandonado. Agradezco a Jorge Reyes haber aportado al whatsapp del Club de los Viernes de derecha (hay otro de centroderecha) la grabación del siguiente discurso de Margaret Thatcher en 1979, que las resume como nadie y en sólo ocho líneas:

"Algunos socialistas parecen creer que las personas son números en un computador estatal. Nosotros creemos que son individuos. Todos los individuos somos distintos. Nadie, gracias a Dios, es enteramente igual a otro, aunque los socialistas parezcan pensar de otro modo.

"Creemos que todos tenemos derecho a ser desiguales. Pero para nosotros todas las personas son igualmente importantes.

"Cada ser humano tiene derecho a trabajar en lo que prefiera, a gastar el producto de su trabajo como quiera, a adquirir derechos de propiedad y a que el Estado esté a su servicio en lugar de ser su patrón.

"Ésa es la esencia de la economía libre. Y de esa libertad dependen todas las demás".

Esas ideas, que parecían tan radicales cuando Margaret Thatcher las expuso en 1979, las había llevado a la práctica un solo gobierno en el mundo: la Junta Militar chilena, que en 1973 había emprendido una revolución libertadora cuya importancia mundial fue equivalente a la de la Revolución Francesa en su tiempo o a la de la Revolución Rusa en el suyo. Pero en el caso de la chilena fue para beneficio y no para retroceso o sufrimiento de la Humanidad. Y, como reconoció el pensador inglés Niall Ferguson muchos años después, "los militares chilenos fueron los primeros; Thatcher y Reagan vinieron después".

Por eso cuando Thatcher y Reagan llegaron al poder hicieron lo mismo que Pinochet y la Junta: dieron más libertad económica a sus pueblos, y de ahí salieron fortalecidas todas las demás libertades. Y sus países se beneficiaron del modelo de la libertad y ahora, pasada la pandemia, lo van a volver a hacer.

Post data: Lavín encabeza todas las encuestas presidenciales, pero si antes debe ir a una primaria de derecha, la va a perder y no va a poder ir a la primera vuelta.