miércoles, 31 de agosto de 2022

Chile Gangrenado

Antes se respetaba el emblema patrio. Víctor Domingo Silva, interpretando el sentir nacional, compuso su poema a la bandera: "¿Conciudadanos ¿qué nos une en este instante/ qué nos llama/ encendidas las pupilas y frenéticas las manos?/...Es el épico estandarte/ es la espléndida oriflama/ es el patrio pabellón/ que halla en cada ciudadano un paladín". 

Ahora degenerados han reemplazado a paladines y ultrajan públicamente la bandera delante de los niños y hasta limpian con ella sus detritus. Un tal @gabrielboric, de esta nueva hornada, escribía a las 3.28 de un 18 de septiembre de 2016: "Maldigo la solitaria estrella de la bandera". La misma de la cual el poeta escribía: "La soñamos inmortal/ con su blanco, con su rojo y con su azul/ en que descuella --perla viva y colosal--/ esa estrella arrancada para ella/ del océano de luz del cielo austral". ¿Cuándo se perdieron los valores? Fueron enterrados junto a Pinochet. La derecha se entregó a un adversario de éste, Piñera, que les "hacía la pata" a más no poder a los comunistas y, no contento con eso, les terminó regalando la Constitución y el país.

Dice el artículo primero de ésta, que todavía está en pleno vigor, aunque el senador entreguista Moreira afirme en la TV que "ya cumplió su ciclo": "La familia es el núcleo fundamental de la sociedad". Pero de hecho, en manos de los destructores de la familia y del país, ella ya no es el núcleo, pues ésta es la nación en que más niños nacen fuera del matrimonio: 74 %. En Japón y en Corea del Sur es el 2 %. ¿Cuándo se destruyó la familia? Justo antes de que empezara la destrucción general. Casi todos cooperaron. 

Toda moral se derrumbó. Ya el 30 % elude el pasaje en el metro y la locomoción. Una de las fotos más conocidas del presidente actual lo muestra pasando bajo un torniquete del metro. ¡Qué buen ejemplo! La juventud votó en masa por él.

Al destruirse su núcleo, en la sociedad se está produciendo un "estallido nuclear" y el país agoniza, regido por el delito. Ayer a Carlos Grollmus, de 79 años, le han amputado una pierna tras recibir disparos de terroristas de izquierda impunes, que también dispararon e hicieron perder un ojo a un joven que intentó auxiliarlo, mientras incendiaban el centenario Molino Grollmus, monumento nacional, su casa y sus vehículos en Contulmo. 

Se ha tolerado por amplia mayoría que la violencia se enseñoree. ¿Por qué, si la Constitución declara inconstitucionales los partidos, movimientos u otras formas de organización que hagan uso de la violencia, la propugnen o inciten a ella? Porque se ha renunciado a hacer respetar la Constitución. Catorce partidos y movimientos emitieron un documento el 12 de noviembre de 2019 exigiendo, en nombre de la violencia ("la ciudadanía movilizada", la denominaban), una nueva Constitución. El gobierno de Piñera no hizo nada y se rindió. Lo estamos pagando hoy. 

Como todavía es tiempo y hay acción pública --dice la misma Constitución-- para pedir se declare la inconstitucionalidad de los catorce partidos y grupos sediciosos, yo me propuse ingenuamente recurrir al Tribunal Constitucional. Quise dar un ejemplo. Pero luego me enteré de que, según la ley, en caso de desecharse el recurso, quien lo hubiere presentado deberá pagar las costas. Éstas, en un caso contra catorce partidos y movimientos, serían millonarias. Y además se exige una fianza, a hacerse efectiva si el recurso es desechado. En fin, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional anticipa que lo desechará: ya antes rechazó la declaración de inconstitucionalidad de la Coordinadora Arauco-Malleco, de Héctor Llaitul, y la inhabilidad del diputado comunista Hugo Gutiérrez.

En resumen, Su Seguro Servidor no presentará el recurso y la violencia política seguirá prevaleciendo impune y gangrenando el organismo social, hasta que se proceda a la amputación, si la hubiere una vez más.

sábado, 27 de agosto de 2022

Su Seguro Servidor

Escribo inspirado en una frase de la columna de Axel Kaiser en El Mercurio de hoy, p. B5: "Hay cosas que se deben hacer simplemente porque es lo correcto". 

A instancias de jóvenes de derecha estamos grabando la Constitución vigente en video. Al hacerlo me enteré de disposiciones que había olvidado y que permiten poner fuera de la ley a quienes empleen la violencia con fines políticos, como también permiten marginarlos de los cargos para los que hubieren sido elegidos (art. 19 Nº 15 y art. 60, incisos 5º y 6º). Esas normas, aplicadas a tiempo, habrían permitido al gobierno de Sebastián Piñera y sus parlamentarios terminar, en un día, con la insurrección violenta iniciada el 18 de octubre de 2019, detener con todo derecho, en la primera jornada de saqueos e incendios, a todos sus cabecillas y después demandar del Tribunal Constitucional la declaración de inconstitucionalidad de los partidos comprometidos en la revuelta y la inhabilitación y destitución de sus parlamentarios, vedándoles por cinco años el acceso a cargos de elección popular. Boric no habría podido ser candidato.

Piñera, por razones que debería explicar, no hizo nada de eso sino que se rindió tres días después a los insurrectos.

Pero aquellas normas siguen vigentes. Y los hechos constitutivos de inconstitucionalidad persisten y no están prescritos. Cualquier ciudadano puede interponer hoy ante el Tribunal Constitucional un recurso para pedir que se declare la  inconstitucionalidad de los partidos, organizaciones y movimientos que confesaron, pública y notoriamente, en declaración conjunta que suscribieron desde comunistas a democratacristianos el 12 de noviembre de 2019, su rol en la revolución violenta. Así es que me propongo presentar ese recurso esta semana. 

Y además, con el respaldo de diez parlamentarios que exige la Constitución, todavía se podría recurrir ante el mismo Tribunal para que declare la inhabilidad del actual Presidente de la República y de los que hoy son parlamentarios de las entidades declaradas inconstitucionales y comprometidas en la revolución violenta. Al efecto, envié recado el lunes pasado, con un distinguido militante republicano, a diez parlamentarios de su partido para que demanden dicha declaración de inhabilidad ante el TC. De ser acogido su recurso, provocaría la vacancia del cargo del Jefe del Estado y de numerosas bancas de senadores y diputados, repito, desde comunistas a democratacristianos, firmantes de su convocatoria-confesión pública llamando a la violencia del 12 de noviembre de 2019.

No he recibido todavía respuesta. Nadie ha dicho nada. No interesa el tema. Chile hoy está entregado, rendido al comunismo, y no desea esto. Es que, como prueba la columna de Axel Kaiser, el país ya se sometió a la violencia y se fue al diablo por gran mayoría. Aunque gane el Rechazo, opción que, por lo demás, ya está en manos de la izquierda "amarilla". A la derecha le han pedido invisibilizarse. Ahora, si gana el Apruebo, Chile actual simplemente desaparecerá a corto plazo.

Como casi toda la gente está "en otra", ocultando patrimonio o huyendo, no quiere saber de nada que tenga que ver con luchar por la ley y orden. Sin embargo, garantizo que hay una persona, al menos, decidida a hacer valer lo que dicen la Constitución y la ley, es decir, a defender eso con lo cual todos hacen gárgaras, pero simultáneamente y casi por unanimidad atropellan a diario: el estado de derecho. Los partidos de centroderecha están rendidos y embarcados, junto con la centroizquierda y la izquierda, en reeditar la asamblea constituyente aunque gane el Rechazo. Les han pedido sumarse a "los cambios" y lo han hecho. Pero yo no.

Voy a presentar en solitario el recurso de inconstitucionalidad de los partidos y grupos firmantes del llamado al alzamiento del 12 de noviembre de 2021. Puede que vaya a parar al archivador redondo que la Presidente del TC tiene en el suelo al lado de su escritorio, tras declararlo improcedente por "mal planteado" y sin explicar por qué. También puede que los diez parlamentarios republicanos ni siquiera respondan mi recado. Entonces habrá habido un solo habitante que, cuando Chile se está yendo al diablo, habrá hecho lo correcto: Su Seguro Servidor.


jueves, 25 de agosto de 2022

Los Hechos y el Derecho Están Ahí

El artículo 19 Nº 15 de la Constitución declara inconstitucionales a "los partidos, movimientos u otras formas de organización... que hagan uso de la violencia, la propugnen o inciten a ella". La norma está ahí, cualquiera puede leerla. Cualquiera puede pedir la correspondiente declaración de inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional (art. 93 Nº 16).

Su artículo 60, inciso quinto, declara la cesación en el cargo del diputado o senador que propicie el cambio del orden jurídico institucional por medios distintos de los que establece la Constitución. Esa norma también está ahí y cualquiera puede leerla. Pero se requieren diez parlamentarios para pedir la inhabilidad.

Su artículo 90 Nº 10 declara la responsabilidad de las personas que participaren en los hechos motivantes de la declaración de inconstitucionalidad. El texto también está ahí y cualquiera puede leerlo.

El inciso quinto del número 15 de su art. 19 impide a esas mismas personas optar a cargos públicos de elección popular. Está claro también ahí. Como lo está la norma que determina la procedencia de la cesación en su actual cargo de Gabriel Boric y de parlamentarios electos en la misma ocasión cuando dice: "Si a esa fecha (la de declaración de inconstitucionalidad) las personas referidas estuvieren en posesión de las funciones o cargos indicados, los perderán de pleno derecho". 

Sin esperar eso Boric debería irse. Los hechos y el derecho están claros y son públicos y notorios. Por eso antes de que se emita la declaración de inconstitucionalidad de su partido yo le he pedido renunciar voluntariamente. Las normas que imposibilitan su permanencia están ahí y cualquiera las puede leer. No obstante, de acuerdo al art. 93 Nº 10 de la Carta, para destituirlo se requiere el acuerdo del Senado. Si él no renuncia voluntariamente, entonces deberá obtenerse ese acuerdo.

La confesión de su conducta inconstitucional por parte de todos los insurrectos de 2019 y sus partidos, organizaciones y movimientos consta en su declaración conjunta del 12 de noviembre de ese año, publicada en toda la prensa de los días siguientes. Allí dijeron que fue "la ciudadanía movilizada" (manera retórica de describir a hechores de incendios, saqueos, lanzamiento de molotovs, apedreos y pateaduras contra la policía) la que había "corrido el cerco de lo posible". Una acción de facto, dirigida --confesaron-- a "establecer un nuevo modelo político, económico y social". Esa confesión culmina con la aceptación explícita de la inconstitucionalidad y antijuridicidad de la posterior y ya difunta Convención Constitucional y sus prolegómenos, al expresar: "el proceso constituyente ya estaba establecido por la vía de los hechos". 

"Vías de hecho" que nunca han sido un antecedente jurídico para justificar nada, ni menos una nueva Constitución, en ninguna parte.

De acuerdo con el art. 262 del Código Penal, cualquier persona puede detener a quienes están desempeñándose en actitud de flagrancia contra la ley o la Constitución. Desde luego, todos los electos en diciembre pasado en nombre de la violencia de hecho, se hallan hoy en condición de flagrancia y pueden ser legalmente detenidos por cualquier persona, para ser puestos a disposición de una autoridad competente.

Los hechos y el derecho están ahí. Si los titulares de los cargos, los partidos, los movimientos y las organizaciones se hacen los desentendidos y el establishment resuelve mirar para otro lado y no hacer nada, entonces, cuando alguien actúe para restablecer la legalidad y la constitucionalidad perdidos --porque algún día alguien lo hará-- por favor que no se le diga siquiera que no tenía de su parte al estado de derecho y a la verdad.


lunes, 22 de agosto de 2022

"Boric, Renuncie"

En mi último blog confesé no haberme dado cuenta en su momento de que, con estricto apego a la Constitución, Piñera podría haber terminado en un día y sin derramamiento de sangre con la violenta insurrección de 2019. En efecto, respetando aquélla y la ley, podría haber dado vuelta el naipe a su favor si tan solo hubiera tenido los pantalones y abogados necesarios.

Cuando la izquierda quiso hacerle al presidente Ibáñez, en los años '50, lo que acostumbraba periódicamente y que era lo mismo que le hizo a Piñera hace casi tres años, aquél convocó a los políticos alzados a su despacho y los sentó en dos filas. Entonces entraron unos carabineros y, sin decir nada, se llevaron detenidos a los de una fila. Ibáñez se paró frente a la otra, en la cual estaba el senador pro-violencia, Salvador Allende, y les dijo: "O ponen fin al movimiento hoy o también se van detenidos". "¿Y qué hicieron ustedes?" le preguntó su interlocutor a Allende, cuando le relató el episodio: "Terminamos el movimiento", le contestó escuetamente éste. Está en un libro de memorias políticas de un exministro de Ibáñez. "No tengo en este momento la cita".

Pero Piñera carecía de los pantalones de Ibáñez y no había leído la Constitución. Pues el artículo 19 número 15 de ésta dice que son inconstitucionales los partidos, movimientos u organizaciones que hagan uso de la violencia. Y su art. 60, inciso quinto añade: "...cesará asimismo en sus funciones el diputado o senador que de palabra o por escrito incite a la alteración del orden público o propicie el cambio del orden jurídico-institucional por medios distintos de los que establece esta Constitución..." Es decir, precisamente lo que hicieron los parlamentarios, que iban desde comunistas a DC, el 12 de noviembre de 2019, en un documento que firmaron y publicaron:

"...la ciudadanía movilizada... ha corrido el cerco de lo posible para... establecer un nuevo modelo político, económico y social.... el proceso constituyente ya estaba establecido por la vía de los hechos". (Negritas mías). Es decir, propiciaron el cambio del orden jurídico-institucional por medios violentos y distintos de los que establece la Constitución. Ergo, según la letra de la Constitución deben irse, si todavía son parlamentarios. Y Boric. según veremos, debería dejar la presidencia.

Ya el mismo 13 de noviembre de 2019 Piñera debió haber presentado el requerimiento al TC para cesar a los firmantes del ultimátum. Pero estaba dedicado a rendirse. Sin embargo, todavía puede presentarse. Y el TC debería acogerlo, porque los autores están confesos.

Además, si Piñera hubiera tenido abogados dedicados a defenderlo en lugar de perseguir a militares (r), debió haber pedido al Tribunal Constitucional algo más: la declaración de inconstitucionalidad de los antes nombrados partidos y movimientos. Y habría habido otra consecuencia: "Las personas que hubieren tenido participación en los hechos que motiven la declaración de inconstitucionalidad --dice la Constitución-- no podrán optar a cargos de elección popular." Boric no podría haber sido candidato presidencial. 

Ninguna de estas acciones ante el TC está prescrita y, por tanto, pueden interponerse mañana mismo. No importa que en el ínterin Boric u otros firmantes hayan sido elegidos, pues la Constitución aclara el punto: "Si a esa fecha las personas referidas estuvieren en posesión de las funciones o cargos indicados, los perderán de pleno derecho" (art. 19 Nº 15). De iure, de pleno derecho, Boric ya perdió la Presidencia de la República. Sólo falta que el órgano competente lo declare así.

Jurídica y constitucionalmente debería dejar sus funciones. Si no renuncia, la petición de destitución podría presentarse y debería ser acogida, porque está patente y confeso el compromiso con la violencia de quienes suscribieron el ultimátum del 12 de noviembre de 2019.

¿Quién garantiza que todo esto se cumpla? La "rule of law" o "estado de derecho". Y a su vez garantiza el estado de derecho la "doctrina legalista de Schneider", comandante en jefe del Ejército, sentada en una reunión de generales del 23 de julio de 1970, en que estaban también presentes los generales Prats y Pinochet, y cuya acta dice: "Hacer uso de las armas para asignarse una opción implica una traición al país". Esa es la parte más citada por los políticos, que suelen olvidar su último párrafo: "La única limitación de este pensamiento legalista está en que los poderes del Estado abandonen su posición legal. En tal caso, las Fuerzas Amadas, que se deben a la nación --que es lo permanente-- más que al Estado --que es lo temporal-- quedan en libertad para resolver una situación que es absolutamente anormal y que sale de los marcos jurídicos en que se sustenta la conducción del país" (libro de Manuel Fuentes Wendling citado por Gonzalo Vial Correa en "La Segunda" de 24 de octubre de 2000). Las negritas son mías.

Boric, renuncie. Es lo que jurídicamente le corresponde hacer.

viernes, 19 de agosto de 2022

Si Se Hubiera Aplicado la Constitución

Yo creía conocer la Constitución que presidió nuestro tránsito desde el último lugar del crecimiento (1973) al primero (1989) de América Latina y nos permitió vivir diez años más que antes y uno más que los norteamericanos. Y multiplicar por cuatro el salario mínimo real y tener diez centímetros más de estatura. Pero cuando unos jóvenes me propusieron días atrás hacer un video leyendo la Carta, resultó que ni siquiera recordaba bien lo que decía. El gobierno derrocha millones divulgando el engendro que nos puede dividir para siempre, pero no gasta nada en dar a conocer la Constitución actual. Ergo, debemos hacerlo los particulares.

A poco de la lectura nos encontramos con el artículo 19 número 15, cuyas partes pertinentes resumo a continuación: 

"La Constitución... garantiza el pluralismo político. Son inconstitucionales los partidos, movimientos y otras formas de organización cuyos objetivos, actos o conductas... hagan uso de la violencia, la propugnen e inciten a ella como método de acción política. Corresponderá al Tribunal Constitucional declarar esta inconstitucionalidad."

Añade el número 15: "...las personas que hubieren tenido participación en los hechos que motiven la declaración de inconstitucionalidad... no podrán participar en la formación de otros partidos políticos, movimientos u otras formas de organización política ni optar a cargos públicos de elección popular ni desempeñar los cargos que se mencionan en los números 1 a 6 del artículo 57 (ministros, subsecretarios, parlamentarios, altos funcionarios) por el término de cinco años, contados desde la resolución del Tribunal. Si a esa fecha las personas referidas estuvieren en posesión de las funciones o cargos indicados, las perderán de pleno derecho. Las personas sancionadas en virtud de este precepto no podrán ser rehabilitadas durante el plazo señalado en el inciso anterior".

Si Piñera hubiera presentado ese recurso al TC en noviembre de 2019 debería haber sido acogido y habrían quedado destituidos desde comunistas y frenteamplistas a democratacristianos. De hecho, la prueba de su responsabilidad en la violencia la aportaron ellos mismos, en la declaración que firmaron el 12 de ese mes, el día de mayor violencia. Confesaron que "la ciudadanía movilizada" había corrido "el cerco de lo posible" para "establecer un nuevo modelo económico, político y social" y que "el proceso constituyente ya estaba establecido por la vía de los hechos". Es decir, de facto. Habían confesado uso de la "violencia como método de acción política". "A confesión de parte, relevo de pruebas". Hasta el fiscal Abbott habría considerado probada la causal. Luego, el Tribunal Constitucional habría debido acoger el recurso. Un Presidente enérgico lo habría hecho entender "con buenas palabras". 

La declaración de inconstitucionalidad de violentistas como Teillier, Jadue, Provoste, Boric, Jackson, Quintana y compañía, habría conducido a que perdieran sus cargos por una causal jurídicamente impecable. A la calle y sin sueldo millonario. Y no habrían podido optar después a ser candidatos presidenciales ni reelegidos parlamentarios durante otros cinco años. ¿Y Chile? Una taza de leche.

¿Por qué no lo hizo Sebastián Piñera, en lugar de rendirse? Porque su gobierno lleno de abogados socialistas dedicados a perseguir militares (r) seguramente ni se lo informó. Y con el miedo que tenía... El sentido de autoridad no está en su naturaleza. Es cosa de leer la historia para ver que varios presidentes anteriores sí tuvieron los pantalones necesarios. Con cualquiera de ellos el estallido insurreccional habría sido sofocado lo mismo que los 17 que le hicieron a Pinochet en los 80, que el que le hicieron a Frei en Pampa Irigoin en los 60, a Ibáñez en los 50 y a González Videla en los 40, tras el cual éste dictó la Ley de Defensa de la Democracia que puso al comunismo fuera de la ley por nueve años. Es donde hoy se ha situado y debería estar jurídicamente.

Y Chile se habría salvado en noviembre de 2019 y seguiría progresando, en lugar de estarse yendo al diablo. Boric ni ninguno como él habría podido siquiera ser candidato presidencial.. 

miércoles, 17 de agosto de 2022

"Más Discurre un Hambriento..."

La mayor parte del siglo XX Chile fue un país mediocre, generalmente izquierdista y pobre. Lo sé porque nací y viví en él. Cuando era niño, los grandes siempre decían: "¡Qué mala está la situación!" y los chicos preguntábamos qué era "la situación". Cuando llegaron unos buses Reo nuevos para reemplazar góndolas y micros viejas con gente colgando, vi a hombres con navaja tajear los flamantes asientos de cuero verde de los nuevos. Entonces intuí por qué era mala "la situación". En mi madurez ese Chile "difícil" hizo crisis y cuando, en 1973,  parecía que la cosa culminaba y todos nos íbamos al diablo, pues gobernaban quienes justificaban a los que tajeaban asientos, inesperadamente se inició un intervalo lúcido de 17 años, el mundo habló de un "milagro chileno", el país se elevó al primer lugar de América Latina y después hasta entró a la OECD. Pero todavía quedaba gente según la cual estaba "mala la situación".

Lo curioso de ese intervalo lúcido de 17 años fue que se generó porque, como dice el refrán, "mejor discurre un hambriento que cien letrados": pues el 7 de septiembre de 1973 Allende declaraba que sólo quedaba harina para tres días más y la mayoría hambrienta entonces opinaba que para salir de la penuria él debía irse. Personas lanzaban maíz a los cuarteles militares, molestas porque los uniformados no lo sacaban. Los hambrientos discurrieron entonces pedir a sus letrados elegidos al Congreso (me consta, yo era uno de éstos) que conminaran a los militares a sacarlo. Pues fueron sus propias "bases electorales" las que presionaron a Frei Montalva y Aylwin, cuyo partido había llevado a Allende al poder, a cambiar de bando y hasta a decir "esto se arregla sólo con fusiles", el primero, y "Allende se aprestaba a dar un autogolpe... la intervención de las fuerzas armadas no hizo más que anticiparse", el segundo. Después este último se olvidó y lo negó, pero había quedado grabado en video. 

Los militares cumplieron la orden de los letrados instados por los hambrientos el 11 de septiembre. El pueblo estaba feliz y "se levantaban banderas en las poblaciones" (carta de Frei a un hijo suyo). En el barrio alto (hoy "cota mil") descorchaban champagne. Es verdad que después algunas actitudes cambiaron. Bueno, en fin, el resto es historia. 

Pues cuando los otrora hambrientos ya tuvieron qué comer se fueron poniendo exigentes y encontraron que era poco. Los comunistas formaron su grupo revolucionario y azuzaron a la mayoría a rebelarse contra el modelo que les dio de comer, en nombre de la "igualdad sustantiva" y de que era injusto que algunos tuvieran más. Entonces la mayoría de los letrados traicionó a los militares que había convocado a sacar a Allende, los culpó por usar sus fusiles y los metió presos y les pidió perdón a quienes había pedido echar.  Las plumas de izquierda y teleseries reescribieron la historia, los malos pasaron a ser los buenos y viceversa. Y los gobiernos y jueces llenaron escandalosamente de plata a los violentos. Los cerebros fueron completamente lavados y "la situación" culminó con el 78 % del Apruebo y el 55 % de Boric llevado a la presidencia junto con los comunistas. 

Ésa es "la situación" hoy. Volvimos a fojas 1. Todavía queda harina para algún tiempo. No hay aún hambrientos que discurran mejor que cien letrados. Pero desde el poder éstos, a su turno, sólo discurren políticas conducentes a que los haya en el futuro no tan lejano. 

Es cuestión, como dicen los árabes, de sentarse a la puerta de la tienda a esperar que pase el cadáver del enemigo. Lo que sucederá cuando cada hambriento otra vez discurra más que cien letrados. 


domingo, 14 de agosto de 2022

Apruebo con Fines de Lucro

La mayoría en Chile dice repudiar el lucro, pero el de los demás, no el propio. Pues esa misma mayoría lo que más quiere es lucrar. Boric ganó lejos en la segunda vuelta porque ofreció $500 mil de salario mínimo y pensión mínima de $250 mil. Puro lucro. Y fue elegido. Ahora, como no ha cumplido, tiene la mayoría en contra. A nadie le han subido a $500 mil el sueldo ni a $250 mil la pensión. Pero él ya salió elegido. "Pasó la vieja". 

"Chispeza criolla". Era con letra chica. Por eso le da rabia a la gente. Y los de Boric son tan frescos que en la franja dicen que los empresarios abusan de la letra chica, cuando llegaron al gobierno gracias a ella. 

Pero como la estupidez humana es infinita, según sugirió Einstein, ahora los chicos de Boric se aprovechan de eso para decir en la franja: "No, es que hay que poner en la Constitución que los sueldos y las pensiones van a subir, y entonces van a subir". "¡Ah, ya!" dice la gente y votará Apruebo para que el 5 de septiembre la nueva Constitución les suba los sueldos y las pensiones. ¿Con qué plata? La de los demás, por supuesto.

Y los del Apruebo añaden que también va a haber mucho mejor salud y mucho mejores pensiones cuando la Constitución diga que serán los chicos de Boric quienes recibirán las cotizaciones de salud y las imposiciones y no las Isapres y las AFPs. Pero las isapres no tienen "listas de espera" y Fonasa sí. Y las AFP han dado de rentabilidad dos pesos por cada uno que se cotiza. ¿Irán a rentar lo mismo los fondos previsionales en manos de los chicos de Boric, o éstos se quedarán con gran parte de la plata, como cuando había sistema de reparto y los políticos se reservaban la "parte del león"? .  

A los chilenos nos encanta lucrar, siempre que sea uno el que lucra, no los demás. Cuando son otros lo consideramos inmoral y pecaminoso. El papá de Boric le vendió al Estado en $ 1.270 millones un sitio tasado en $5 millones. "Yo no lo habría hecho", concedió Boric, arrinconado por Tomás Mosciatti. Pero él llevó a la agitadora Doris González, especializada en tomas de terrenos, a Punta Arenas para presionar al gobierno a "dar solución" a los "sin casa" y comprar el terreno en $1.270 millones. Fue un lucro popular y bendecido por la democracia. Vale.

Por eso le concedo una buena posibilidad en el plebiscito al Apruebo con fines de lucro, que le gusta a tanta gente. Porque representa lo que quiere la mayoría: obtener algo sin dar nada en cambio, es decir, lucro óptimo, sin necesidad de trabajar. Pero como se les deniega el lucro a los que realmente trabajan y producen, a través del debilitamiento de la propiedad, más impuestos, ocupaciones, tomas, recuperaciones indígenas, acusaciones de colusión, fin de las concesiones mineras y de los derechos de agua, "precio justo", quemas, asaltos, encerronas y robos (los que no están en la producción misma no saben lo que han aumentado últimamente las pérdidas por robos), aparece el fantasma de la escasez. 

Allende redivivo en "El Mercurio" del 7 de septiembre de 1973: "Queda harina para tres días más". La gehena, "el rechinar de dientes". Pero eso viene después. ¿A quién le importa lo que pase después? Antes, "lo comido y lo bailado no te lo quita nadie" y en eso estamos, por ahora, y parece ser lo que interesa para ir a votar.  

jueves, 11 de agosto de 2022

Un Consejero Indeseado

Joseph Ramos es un profesor de economía norteamericano nacionalizado chileno, de izquierda, que fue decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile. Presumiblemente votó "No" a Pinochet en 1988 y "Sí" a las reformas de la Constitución en 1989. Seguro que nunca más votó con la derecha y que votó "Apruebo" en 2020 y en 2021 por Boric. Pero no segura ni presumible, sino sabidamente, se convenció de que Dios existe. Tanto que ahora ha presentado su libro best-seller, "Creer o No Creer a la Luz de la Razón".

Ahora va a votar "Rechazo" el 4 de septiembre, a juzgar por su respuesta a la revista Ya de El Mercurio, cuando le preguntó: "¿Qué opina de la frase 'no son 30 pesos, son 30 años'?", a la cual respondió:

"Ignorancia. Nunca en la historia de Chile hubo tanto progreso, no sólo económico, sino social, que en esos 30 años. Dos botones de muestra: hoy, en el indicador más relevante de bienestar --esperanza de vida--, Chile ha alcanzado un año más que EE. UU. Y el salario mínimo hoy es cuatro veces en términos reales lo que era en 1990. Obviamente, todavía queda mucho para alcanzar el nivel de vida de Europa, por eso hay insatisfacción, pero no se va de 1/4 del nivel de vida de Europa al 100% de ese nivel sin pasar primero por la mitad".

En cuanto a Dios, sin necesidad de leer a Ramos yo supe a los nueve años, racionalmente, que existía, cuando el father Send se sacó el reloj y le dijo al curso: "¿Alguien piensa que este reloj se hizo solo? ¿Han encontrado o sabido de alguno que se haya hecho solo? Bueno, el ser humano es mucho más complicado que este reloj y nadie puede pensar que se hizo solo". 

Pero sé que casi siempre diferí de Joseph Ramos en política, pues soy un convencido de que Pinochet fue el mejor presidente que hemos tenido y voté "Sí" en 1988. Pero seguramente votamos igual en 1989, aunque, a diferencia de él, voté "Rechazo" en 2020 y por Kast en 2021. Con todo, en una cosa coincido 100% con él: en que "nunca hubo tanto progreso, no sólo económico, sino social, que en esos 30 años". Y, espero, pronto votaré igual que Joseph Ramos el 4 de septiembre, en cuya noche ambos, supongo, daremos gracias a Dios por el resultado. O, si no,  "Dios nos pille confesados".

Todo esto me tenía contento, hasta que ayer Larraín Vial, firma que administra parte de mi patrimonio,  me convidó a asistir a una charla del ¡rector Carlos Peña! para ilustrarme sobre la situación política. ¿Ilustrarme a mí Carlos Peña? Por favor. Como se desprende de sus casi diarios escritos y de mis blogs del 6 y 26 de junio y 17 de julio últimos, está en las antípodas del pensamiento de la derecha y mío sobre la actualidad. Y también sobre el pasado. No sólo votó "No" en 1988, sino que, antes, fue partidario de la UP. Y sigue siéndolo. Hace algún tiempo lapidó a Lucía Santa Cruz públicamente por haber confesado que votó "Sí" a Pinochet en 1988. Ahora último ha quebrado lanzas por convencer a Boric de que tiene atribuciones --de las cuales constitucionalmente carece-- para seguir con el proceso constituyente (que por ahora ha dado origen al engendro conocido) aunque triunfe el "Rechazo". En fin, ha abogado por el entreguismo de la derecha, que ya por sí sola es suficientemente entreguista, recomendándole "lanzar lejos de sí la Constitución de 1980", la cual ha declarado "difunta", sin estarlo ni jurídicamente ni de hecho, por mucho que esté siendo atropellada. 

Por suerte sé de primera mano que quienes administran mis fondos en Larraín Vial no piensan ni como Carlos Peña ni como los organizadores de sus seminarios, lo que me deja tranquilo. Pero no puedo dejar cada día de abismarme de la llamada "centroderecha". 

"De las aguas mansas líbreme Dios, que de las bravas me libro yo".


lunes, 8 de agosto de 2022

Aniversario de Una Mentira Suprema

Hoy 8 de agosto se cumplen veintidós años de una mentira flagrante que una mayoría de ministros de la Corte Suprema, orgullosamente, comunicó urbi et orbi ("a la ciudad y al orbe") como si fuera verdad inconcusa. Lo más sorprendente, el orbe mayoritariamente aplaudió y minoritariamente guardó silencio. Es sabido que, respecto a Chile, en todo el mundo se miente tanto o más que en el propio Chile.  

En efecto, el 8 de agosto de 2000 se publicó el fallo en que catorce ministros de la Corte desaforaron a Pinochet, imponiéndose a una minoría de seis que insistían en fallar con la verdad, respetando la ley y, por tanto, en rechazar el desafuero.

Aquella mayoría triunfante entregó a la publicidad, ufana, un largo fallo confirmatorio del desafuero del senador vitalicio y expresidente Augusto Pinochet del Senado, basados en que éste estaría "encubriendo" a media docena de militares, a su vez secuestradores de un gran número de extremistas de izquierda, a quienes supuestamente mantenían privados de libertad desde 1973 hasta 2000. 

Casi todos los supuestos secuestradores ya estaban cumpliendo condenas de presidio en el penal de Punta Peuco, de modo que, entonces, la mayoría de la Suprema suponía que, a la sazón, mantenían a sus numerosas víctimas en sus calabozos de dos por tres metros. 

Por supuesto, allí no habrían cabido ni siquiera tres individuos de las decenas de supuestos cautivos. Pero, como decía Lenin (verdadero mentor de algunos supremos), "si los hechos contradicen a la Revolución, peor para los hechos". La única manera de eludir las leyes sobre amnistía, prescripción y cosa juzgada era mintiendo.

El principal gestor del desafuero fue el entonces diputado comunista Hugo Gutiérrez, que manejó como quiso al ministro instructor de primera instancia, Juan Guzmán, y extrajo de él la resolución que el propio Gutiérrez había leído entonces en la Plaza Montt-Varas ante las cámaras, micrófonos y "chicos de la prensa" venidos de todo el mundo a transmitir la noticia. Pues Pinochet había sido demonizado por el KGB, en rara complicidad con el New York Times, el Washington Post y la revista Time, entre muchos, y convertido en "enemigo público número uno" de la Humanidad.

¿Novedad? Ninguna. Hoy la Corte Suprema y tribunales inferiores siguen mintiendo y prevaricando igual, ingentes cantidades de dinero mediante, en juicios contra militares. Punta Peuco ya está lleno. Todavía pueden venir decenas de miles de fallos igualmente mentirosos e ilegales como el del 8 de agosto de 2000. Y mucho más caros. 

Pero las efemérides nacionales, aunque sean de nuestras mayores infamias, hay que celebrarlas.

sábado, 6 de agosto de 2022

Suenan Todas las Alarmas

Nunca escribo dos días seguidos, salvo en caso de emergencia. Ahora estamos ante una: el presidente  demuestra no saber nada de nada y, lo peor, desde el mismo 11 de marzo en que asumió. Como todos vamos en este avión llamado "Chile" y él es el piloto, estamos alarmados. En sus manos es seguro que nos estrellaremos. En un caso así se nos aconsejaba, cuando yo eran joven y el desastre era inminente, como última ratio, musitar las siguientes palabras: "Padre nuestro, que estás en los cielos..."

Es que acabo de leer que Boric se sorprendió ayer de que una señora le dijera "merluzo". ¡Ignoraba por qué! ¿En qué planeta vive? Tuvieron que explicarle: cuando él asumió, en un programa de TV acusó al rey de España de haberse atrasado en llegar a la ceremonia de asunción del mando y haberlo obligado a esperar, lo que declaró "inaceptable". La noticia dio la vuelta al mundo y tuvo particular eco en España, donde la televisión divulgó la verdad (que el auto donde iba el rey había sido detenido durante media hora por las autoridades chilenas y eso había provocado el atraso). De ahí derivaron epítetos de los hispanos contra el presidente chileno y el que más se divulgó fue el de "merluzo" (sujeto bobo y torpe). Ampliamente reproducido en todos los medios y en las redes sociales, se sigue hasta hoy aludiendo así a él. La televisión argentina también se hizo ampliamente eco del epíteto. Y entonces ahora resulta que el único adulto informado del cono sur que lo ignoraba era Boric. Y eso hace sonar todas las alarmas. Pues somos pasajeros del avión llamado "Chile" y nos enteramos de que el piloto, que tiene el grueso de los poderes de conducción de la aeronave, ignora hasta lo más básico.

Es normal que muchos chilenos también lo ignoren, aun siendo gente supuestamente informada. Pero no están a cargo de los mandos de la aeronave. Sin ir más lejos hoy mismo leo en "cartas al director" de "El Mercurio" que el inefable rector Carlos Peña, redactor de ese diario, cree estar asestando un golpe definitivo a personajes de derecha por haber éstos declarado en 1980 la "legitimidad" del gobierno de la Junta Militar. Pero el rector Peña ignora o ha olvidado que ése era el predicamento mayoritario del país en los años 70, a tal grado que una separata de la Revista de Derecho y Jurisprudencia de octubre de 1973 contenía un documento acreditando y declarando la legitimidad jurídica y moral de la Junta. Dicho documento era de la autoría del entonces presidente del Colegio de Abogados y principal jurista DC, Alejandro Silva Bascuñán. 

En ese tiempo la Junta gozaba del indubitable respaldo mayoritario de los chilenos, que se había manifestado en el Acuerdo de la Cámara de Diputados de 22 de agosto de 1973 donde se llamó a las Fuerzas Armadas a poner término al régimen de Allende. Éstas procedieron a cumplir ese mandato de la civilidad democrática a contar del 11 de septiembre de ese año. El rector Peña evidentemente ignoraba eso y por ello cree estar propinando un verdadero golpe publicitario a los derechistas y exderechistas que nombra, probablemente varios de ellos "arrepentidos" hoy y que han pasado a comulgar con la versión histórica impuesta al país por la izquierda y la DC después de 1990, en un espectacular proceso de lavado colectivo de cerebros.

Entonces, por favor, sólo un minuto de seriedad: que alguien le informe a Gabriel Boric Font que, para extensos sectores de opinión nacionales e internacionales, él es un "merluzo", por las razones arriba reseñadas. Y al rector Peña y a casi todo el resto de la opinión pública chilena con sus respectivos cerebros lavados, que la Junta Militar de Gobierno, en los años 70 y 80, era considerada como nuestro gobierno legítimo, que en tal condición nombró una comisión de juristas para redactar una nueva Constitución que terminó legitimada y ratificada por el 91,25 % de los votantes chilenos en un plebiscito acordado por gobierno y oposición en 1989. Constitución legitimada que nos rige hasta hoy, aunque desde el 15 de octubre de 2019 viene siendo reiteradamente atropellada. Esto nos tiene en calidad de "democracia defectuosa" (The Economist) y con un futuro incierto. 

Pero parece haber hoy una mayoría de chilenos deseosos de recuperar, el 4 de septiembre próximo, la verdad histórica y la normalidad constitucional..

viernes, 5 de agosto de 2022

No Pasará Nada

Después de todo lo que hemos visto, pronostico que la retractación de un testigo y su confesión de haber sido sobornado para prestar falso testimonio en juicio y así condenar a ex militares inocentes, en el caso de los quemadores quemados de 1986, tampoco tendrá mayores consecuencias ni repercusión y la prevaricación judicial prevalecerá una vez más.

La fibra moral del país ha sido corrompida en lo profundo. Tanto que uno de los forjadores del soborno y falso testimonio para incriminar a inocentes ha sido galardonado con un premio nacional por su contribución a "defender los derechos humanos".  

La noticia en sí de la retractación del testigo era bombástica, de primera plana, pero apareció perdida y a una columna en páginas interiores. Hay una complicidad general de los medios, el establishment y la propia opinión pública para ocultar la verdad en los juicios contra exmilitares. 

Quienes con más angustia convocaron en 1973 a éstos a derrotar al terrorismo marxista e impedir la entronización de un régimen totalitario son hoy sus peores cuchillos.

Si Emile Zola hubiera hecho en el Chile actual su denuncia en defensa de la inocencia del capitán Alfred Dreyfus, se habría informado de ella a una columna en páginas interiores, nadie habría reaccionado y al oficial le habrían doblado la pena, tal como lo hizo la Corte de Apelaciones de Santiago, que se la aumentó de diez a veinte años de presidio a los oficiales falsamente acusados por el testigo espurio. 

Se trata de la misma Corte de Apelaciones de Santiago que falló en el inverosímil sentido de que una estatua del Almirante Merino constituía una perturbación y amenaza contra las garantías individuales de un abogado comunista que recurrió de protección ante ella. Se ordenó la remoción del monumento, a la cual la Armada accedió. Era incompatible con la versión falsa imperante de nuestra historia reciente.

Ése es el país que hemos llegado a ser. ¿Quién podría extrañarse de que en su seno se esté fraguando activamente su autodestrucción? 

martes, 2 de agosto de 2022

Lloro Por Ti, Chile

¿Qué te han hecho, Chile, en qué te han convertido? "El Líbero" revela que 86 mil personas se han ido desde 2021. Antes, la cifra acostumbrada indicaba que anualmente volvían al país unos pocos miles más de los que se iban cada año. Ahora se marchan masivamente para no volver. Y suelen ser los mejores. Una empresaria que vendía artículos de belleza a señoras de alto coturno ("empingorotadas", como les decía don Patricio), cuyos maridos eran muy exitosos, vio terminarse su negocio porque, dice, ya no queda ninguna. Con mayor razón se van los industriales de San Antonio, de Rupanco y de la Araucanía. Y en Bío Bío Otto Wilde sobrevive en un container porque le "okuparon" el fundo que compró hace 40 años, cuando llegó de Suiza, fundo del cual vivía. Y donde no "okupan" incendian.

Las mujeres que se han quedado lloran todos los días. En Santiago (cuyo centro es hoy irreconocible) tienen miedo de salir a pie por los asaltos y en auto por las encerronas. En la Costanera Norte lloran los niños en pánico ante una encerrona grabada y dicen llorando: "¡Llama a la policía, papá!". Pero el Apruebo va a desmantelar hasta las policías. 

Yo no lloro, salvo por Chile, y casi no salgo. Me asomo telemáticamente a algunos almuerzos de amigos. En lo personal, no en lo económico, estoy mejor que antes. Pero en lo político me siento completamente ajeno. Creo que el mejor presidente de la historia de Chile fue Pinochet, a quien ya no se puede siquiera mencionar. El mejor país en que he vivido fue el que legó él. El peor, el de Allende. Y ahora el del candidato que ganó el año pasado y que ha sido el peor aspirante a La Moneda que jamás vi competir. Todo lo que se habla y resuelve hoy me parece absurdo y descabellado. 

Opino que los menores de 30 no entienden nada, ni de política ni de historia. Y hay encuestas que dicen que, en la medida en que la gente tiene más estudios, vota más por el Apruebo. Eso me resulta de otro planeta. Tanto como el hecho de que el Apruebo tenga más votos entre los más pudientes que entre los más pobres. Y que el 70 % de las mujeres menores de 30 años hayan votado por Boric. ¿En qué mundo viven? Todo esto me resulta enajenante. 

Debería irme, supongo, pero no me iré. No soy un perseguido, pero sí soy cada vez más minoritario. No me cabe en la cabeza que hayan debido ocultar, por la presión comunista, las estatuas de Merino y de Baquedano y que eso se normalice. Tampoco que personas de la clase dirigente repitan consignas y falsedades comunistas, como lo hacen frecuentemente en los medios. 

Cuando me hablan de desigualdad y de injusticia yo pienso en los políticos y burócratas que ganan un 50 % más que en el sector privado y que han septuplicado el personal del Estado, y en los jueces prevaricadores de izquierda que reparten millones a destajo y encierran exmilitares, pero casi toda la gente está pensando en cómo esquilmarnos a nosotros, los que todavía tenemos algo, una buena casa, por ejemplo, como si fuéramos privilegiados. Pero nosotros le pagamos 700 mil pesos mensuales de "arriendo" al Estado (contribuciones). También por una casa familiar en la costa, por la cual le pagamos 300 mil pesos mensuales de arriendo al fisco (y que el gobierno ha tasado en más de lo que vale comercialmente, pero nadie en la familia quiere venderla, porque todos han ido ahí desde que nacieron). Vivimos, de hecho, una servidumbre humana.

Terroristas, delincuentes e inmigrantes ilegales están asolando el norte, el centro y el sur. Han asesinado a un muchacho en la Alameda para robarle y se desangró en la vereda. Muere gente en las calles todos los días. Multitudes protestan en Antofagasta e Iquique ante el caos de la inmigración. Y en Arica ante el agresivo Tren de Aragua. En el sur Llaitul incendia impunemente y anuncia por los medios que lo va a seguir haciendo. Recuerdo cuando Boric fue a visitar a los separatistas del sur y levantó la mano empuñada incitándolos. Después arrasó en la elección. Hasta Ricardo Lagos, el "repúblico designado", votó por él. "Por lo que soy", dijo para explicarlo. Y así estamos.

Ahora los comunistas están marcando las casas, como lo hacían los nazis. La postal favorita de Chile muestra el Costanera Center contra la cordillera nevada. Pero nunca volverá a haber otro Costanera Center, pues no habrá otro Pinochet ni la propiedad respetada de la Carta del 80 ni la libertad de emprender ni el Estado subsidiario ni la autoridad simpatizante con el progreso. Por doquier hay edificios terminados que el odio marxista impide ocupar. Aquel Chile se acabó. La única disputa política actual se refiere, precisamente, a cómo terminar con la Constitución de la libertad, que posibilitó todo eso. Casi todos la dan por muerta.

Sentido pésame, Chile. En el mejor de los casos volverás a ser el país pobre y mediocre en que viví mis primeros cuarenta años. Y en el peor, ganará el Apruebo y Boric con los comunistas te dejarán como Cuba o Venezuela. Y de eso no te librarás más. Sí, Chile, miro alrededor y lloro por ti.