En primer lugar, tranquilizo al país y al mundo comunicándoles que el intento de robo de US$419,99 que quiso perpetrar Pay Pal cargando a mi tarjeta un cobro del antivirus Norton que yo ya había pagado por CLP$61.500, es decir, US$63, ha sido frustrado por mi banco. Éste me garantiza que no lo aceptará ni cursará y sí lo investigará.
Despejado ese importante asunto, paso a tocar campanas a rebato por el estado de locura que vive el país, puesto de nuevo en evidencia por el trato al proyecto minero y portuario Dominga. Éste, con una inversión de US$ 2.500 millones, iba a extraer hierro y cobre y embarcarlos desde un nuevo puerto a construirse en la costa de Coquimbo. Fue presentado en 2013. Los detalles de su calvario están en el primer editorial de El Mercurio de hoy.
Los burócratas del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) demoraron casi cuatro años para aprobarlo, en febrero de 2017. Pero entonces la Comisión Regional de Evaluación Ambiental, con el voto dirimente del Intendente del gobierno empobrecedor de Michelle Bachelet II, votó en contra del proyecto y lo rechazó.
Los inversionistas apelaron al Comité de Ministros de Bachelet II en 2018, pero éstos ratificaron el rechazo. Sin embargo, los titulares de Hacienda, Rodrigo Valdés, y de Economía, Luis Felipe Céspedes, ante ese rechazo, que estimaron injustificado, renunciaron a sus cargos, provocando una crisis de gabinete. Transmitieron todo un mensaje de cordura y honestidad.
Entonces los inversionistas recurrieron al Tribunal Ambiental de Antofagasta, que ordenó retrotraer el estudio ambiental. Vuelto a examinarse éste por el SEIA, de nuevo falló a favor del proyecto. Pero sus detractores entonces llegaron hasta la Corte Suprema, que en 2019 devolvió la causa al Tribunal Ambiental de Antofagasta. Pero éste, tras reestudiar el proyecto, anuló la votación contraria al mismo del Comité de Ministros de 2021 y otorgó a la iniciativa la Resolución de Calificación Ambiental favorable.
Pero en 2021 los chilenos, en un rapto colectivo de locura, eligieron presidente a Gabriel Boric, que en su programa, sin ninguna razón en particular, decía y ofrecía "¡No a Dominga!".
Por consiguiente, en enero de 2023 su Comité de Ministros volvió a rechazar Dominga y sin que esa vez los de Hacienda y Economía renunciaran, porque tipos serios ya no había ninguno.
Pero el Tribunal Ambiental de Antofagasta dictaminó que ese acuerdo del Comité de Ministros de Boric era "ilegal".
Sin embargo Boric, en su primer discurso como mandatario, el 11 de marzo de 2022, también había vociferado "¡No a Dominga!", tras ofrecer repartir de nuevo la riqueza de los chilenos, lo que le valió la mayor ovación de la noche. Pero, claro, todo eso era ilegal, así es que el dólar en las semanas siguientes atravesó la barrera de los mil pesos, se desató la "inflación de Boric", que pasó del 13 por ciento, y entró a actuar el Banco Central aplicando medidas recesivas, lo que se tradujo en 0,2 por ciento de crecimiento en 2023 y estancamiento que sigue hoy.
Cuando a usted le pregunten por qué Chile se fregó (puede usar la otra palabra), conteste recitando el caso Dominga. ¿Se explica ahora por qué la Papelera y Celulosa Arauco, por nombrar sólo casos muy recientes, se han llevado miles de millones de dólares a Brasil?
Y ahora dígame ¿cómo viene votando usted desde ese aciago 5 de octubre de 1988? A lo mejor ahí encuentra toda la explicación.