sábado, 29 de mayo de 2021

"¡Es Tu Libertad, Estúpido!"

En su primera campaña un asesor de Bill Clinton trataba de convencer al candidato y a su entorno de que el tema que les iba a permitir el triunfo era la situación económica, y por eso repetía a diestra y siniestra, “¡it’s the economy, stupid!”, sin que le hicieran mucho caso al principio, hasta que al final se lo hicieron y Clinton triunfó.

Hoy en Chile la izquierda violenta ha impuesto por el miedo la idea de una nueva constitución, tema que hace dos años no preocupaba a nadie, salvo a esa misma extrema izquierda, que siempre ha necesitado, entonces necesitaba y hoy necesita suprimir la libertad para aplicar su plan político. Su único obstáculo era y sigue siendo la Constitución de la Libertad vigente desde 1980. Bajo ella, por primera vez en su historia, el país se puso a la cabeza de América Latina, vivió los mejores treinta años desde su Independencia y dio a todos sus habitantes un nivel de libertad, igualdad y bienestar que jamás habían conocido.

Ese modelo hizo, en efecto, milagros y hoy tenemos una pujante empresa privada de un millón de pymes que dan empleo al 70 % de los chilenos, aparte del que dan las grandes empresas nacionales que se han internacionalizado y son importantes en Argentina, Brasil, Perú y Colombia. Y contra lo que proclaman la izquierda y sus antenas repetidoras, la Constitución de la Libertad nos ha hecho cada vez más iguales: el profesor Sapelli de la UC ha probado que las nuevas generaciones tienen un ingreso más igualitario que las anteriores y si el índice Gini general ha bajado de 0,55 en 1990 a 0,45 en 2019, en el decil más joven está del orden de 0,30, revelando mucho mayor igualdad, como lo ha recordado en una excelente charla en la Universidad del Desarrollo el profesor Rolf Lüders, cuya grabación ha circulado en las redes sociales.

Novedad ninguna, pues el modelo económico legado por Pinochet era de suyo igualitario y por eso hasta los comunistas, que en los ’80 mantenían una poderosa guerrilla para combatir por las armas al régimen militar, fundaban al mismo tiempo una universidad (Arcis) y un colegio de enseñanza básica y media (Colegio Latinoamericano de Integración). Porque la libertad económica está en la base de todas y en particular posibilita la libertad política.

Bajo esa Constitución todo chileno que cumpliera el requisito básico de ser honesto y trabajador tenía y tiene su sustento asegurado. Nunca vi a alguien con esas condiciones quedarse largo tiempo sin trabajo. Y en los años ‘70 y ‘80 vi el tránsito de personas meritorias desde la pobreza extrema al más alto nivel socioeconómico. Un modesto inquilino de los años ‘60 pasó a ser un rico agricultor en los ‘80, que me convidaba a tomar el té en la terraza de las casas del fundo que había comprado a una familia tradicional y ahora era suyo. Junto con mucha gente como él Chile se levantó desde el último lugar de América Latina en crecimiento en 1973 al primero en 1989. La libertad opera milagros.

El gran problema de Chile es el Estado hipertrofiado, convertido en hijuela pagadora de políticos y su clientela. Si él no se quedara con gran parte del gasto social no habría pobreza alguna.

¿Qué culpa tiene hoy la Constitución de la Libertad de que un mix de mal gobierno, clase dirigente sin personalidad y parlamentarios pusilánimes se haya hecho permeable a las consignas de la izquierda? ¿Qué culpa tiene de que los dirigentes partidistas estén entregados al populismo barato y hayan elegido a un “encuestócrata” sin talla de estadista para presidir el país? ¿Qué culpa tiene de que todos hayan comprado vulgares consignas sin sustento, al extremo de llevar hasta al presidente de la propia Sofofa a votar “Apruebo” y junto con él a la mayoría del gabinete y a no pocos parlamentarios de derecha, echando por la borda así el exitoso modelo chileno, que se cita como ejemplo en el resto del mundo?

Pero no es sólo un modelo económico lo que está en juego: es la libertad de cada chileno. Ella se funda en la propiedad y lo primero que han dicho los triunfadores de la reciente elección circense es que van a comenzar por robar la propiedad: primero el agua a sus dueños legales, porque está de moda, y después todo lo demás.

No puede ser que una votación 78% vs. 22% nos pueda privar de nuestra libertad, cuando sabemos por experiencia que en dos años esa diferencia electoral se puede revertir, tal como lo hizo el 51  % a favor de Allende de mediados de 1971, que dos años después se convirtió en 63 % de los representantes del pueblo en contra suyo y pidiendo a los militares poner término a su gobierno.

Una veleidad colectiva transitoria como la de hoy no puede ser causa de que los chilenos perdamos nuestra libertad. Ésta es un atributo personal inalienable, que nos garantiza la Constitución actual. Simplemente no puede ser. No debe ser.

Cada compatriota debe advertir a su vecino: “¡es tu libertad, estúpido!, lo que está en juego hoy”. Y debe exigir que se forme ya una mayoría para defender, en las últimas instancias que nos van quedando, nuestra Constitución de la Libertad.

 

miércoles, 26 de mayo de 2021

La Dictadura de los Matinales

Me di cuenta de que algo andaba mal conmigo cuando no tenía idea de quién era Daniel Stingo, primera mayoría en la elección de convencionales. Sólo supe de su existencia cuando me llegó por whatsapp la grabación de un panel de TVN donde él decía que, en la Convención Constitucional, el único acuerdo que cabía era aceptar su propuesta de estatizar los derechos de agua y suprimir la salud y la educación privadas, para entregarlo todo al monopolio estatal.

Yo sostengo y siempre he sostenido precisamente lo opuesto, es decir, que el agua debe seguir siendo de sus dueños legales y que, en lugar de más salud y educación estatales, los recursos que obtiene el Estado de los impuestos deben entregarse a las familias pobres, mediante voucheres que las habiliten para tener un buen plan en una Isapre y llevar a sus hijos al colegio particular pagado que elijan. Pues el llamado gasto social del presupuesto sobra para eso y, más aún, hasta para llevar el ingreso de los dos deciles más pobres a un nivel alto, como lo demostró un señero artículo de Rolf Lüders en “La Tercera” del 01.11.19.

La verdad es que nunca he visto un matinal y la única vez que fui a uno se debió a una joven productora de “Bienvenidos”, de Canal 13, que me convidó sin saber quién era yo y sólo porque un video mío, preguntándole a Piñera qué se siente tras años de rendir pleitesía al comunismo, era en esos días “trending topic”. Me encontré en el estudio rodeado de izquierdistas vociferantes y centroderechistas atemorizados y, tras un par de mis intervenciones, la conductora me pidió abandonar el recinto, en razón de mis opiniones como derechista a secas y admirador de Pinochet.

Es indudable que hay dos Chiles: uno mayoritario, de cerca del 80 % (coincidente con el porcentaje que, según las encuestas, no entiende lo que lee), que a la vez cree de buena fe lo que transmiten los matinales; y otro minoritario de personas que entienden lo que leen y, por eso, compran diarios y hasta libros y se informan por su cuenta.

El 25 de octubre pasado el Chile de los matinales venció por 78 % vs. 22 % al otro y optó por cambiar la Constitución, salvo en cuatro comunas donde triunfó ampliamente la opción inversa. Son Colchane, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, habitadas mayoritariamente por personas que desarrollan actividades empresariales y sus familias, de las cuales el Estado obtiene, a través de los impuestos, los recursos para los políticos, la burocracia y los subsidios a los pobres.

El principal mensaje que han inculcado los matinales al grueso de la población es que la Constitución ha hecho de Chile un país desigual, lo cual es falso, porque una investigación del profesor Claudio Sapelli, de la UC, ha comprobado que, dividiendo la población por segmentos de diez años, mientras más jóvenes tienen ingresos más iguales. Es decir, durante la vigencia de la Constitución de 1980 los ingresos de los chilenos se han ido igualando.

Entonces el principal problema de Chile de nuevo reside en una mayoría ocasional equivocada, la misma que reiterada y periódicamente le propina un balazo en el pie y genera profundas crisis que sólo terminan cuando esa mayoría cambia y lo devuelve al buen camino. Si la historia se repite, o incluso si su sólo “rima”, como dicen algunos, la mayoría que apoya los matinales va a cambiar cuando arrostre las consecuencias de las propuestas de Daniel Stingo y la historia lo registre como el otro Marmaduke Grove o el otro Salvador Allende del siglo XXI que realmente es.

sábado, 22 de mayo de 2021

Nuestros Segundos Mil Días o Más

El 62 % (96 de 155) de los convencionales que van a redactar la nueva Constitución son comunistas o de izquierda. El triunfo de ésta en municipios emblemáticos como Santiago, Valparaíso y Viña del Mar confirma que el electorado se ha volcado hacia la extrema izquierda. Los partidos de derecha, con excepción del Partido Republicano, han sido infiltrados en tal grado por la izquierda que los cuatro candidatos presidenciales de Chile Vamos (Lavín, Desbordes, Sichel y Briones) fueron votantes del Apruebo, la opción favorecida por la izquierda, para cambiar la Constitución. El Partido Republicano, que sí es de derecha, pero no se declara legatario de Pinochet, no tuvo mayor éxito electoral y el Partido Fuerza Nacional, que sí se declara representante de ese legado, todavía no ha reunido suficientes firmas para siquiera constituirse, pese a que la gente puede adscribir a él fácilmente en el sitio web del Servel.

En concreto, las posibilidades de que Chile se transforme en un país socialista, gobernado por un presidente de extrema izquierda y con una Constitución socialista, son altas. Si ese escenario se da, podemos predecir nuestro futuro, porque ya lo vivimos antes, bajo otro régimen socialista-comunista, el de Salvador Allende, que duró mil días. 

Durante su primer tercio de ese plazo gozó de gran popularidad, porque imprimió mucho dinero, repartió reservas y recursos productivos. Ello derivó en que durante su segundo tercio se produjera la mayor inflación de la historia del país y a que en el curso del tercero se presentara la escasez, derivada de fijar precios, imprimir dinero descontroladamente e incautar campos, fábricas y comercios, que pasaron a trabajar a pérdida y a producir cada vez menos. 

Entonces la mayoría de la población, desesperada ante la penuria y la escasez, recurrió a sus representantes en la Cámara de Diputados que, por 81 votos contra 47, llamaron a los militares a poner término a la intolerable situación, que ya duraba mil días. Cosa que los requeridos hicieron y, después de resolver los graves problemas que había, devolvieron en 1990 a los civiles el mejor país de América Latina, con una democracia protegida y estable y una Araucanía pacífica, próspera y partidaria del gobierno, a diferencia de la actual; país que se llena de inmigrantes de otras naciones que quieren compartir el bienestar general de acá.

Pero poco a poco la izquierda, mundial y localmente, manejó a la opinión pública. La nuestra, compuesta mayoritariamente de millenials que casi no saben historia, fueron convencidos acerca de un  presunto "malestar" nacional y, así, el país "ha vuelto a fojas uno" y hoy se apresta a iniciar otro ciclo de socialismo, régimen que, según Margaret Thatcher, "dura hasta que se le termina el dinero de los demás". 

Como ahora Chile es mucho más rico que en 1973, existe la posibilidad de que al socialismo le tome "terminar con el dinero de los demás" más de los mil días de 1973. Pero indefectiblemente va a llegar un momento en que, como en todas partes ha sucedido, la mayoría va a pedir el término de ese régimen y el retorno a una sociedad libre. Salvo, por cierto, que el gobierno de izquierda tenga un respaldo militar de tal grado que le permita eternizarse en el poder, caso en el cual puede durar setenta años, como en los países de detrás de la Cortina de Hierro, o 60 años y contando, como en Cuba o 30 años y contando como en Venezuela, cuyo líder Nicolás Maduro ha celebrado con tanto entusiasmo el triunfo acá del sistema que ha llevado a cinco millones de venezolanos a irse de su patria.

Ése es el estado actual de Chile y deriva del axioma de George Santayana que dice: "los países que no aprenden de su historia, están condenados a repetirla."

jueves, 20 de mayo de 2021

De la "Buena Prensa" al Poder

El video del historiador español Escohotado me ha llegado desde hace años muchas veces y cada vez lo encuentro más actual. Le habla a una audiencia de alumnos (cito más o menos de memoria): “El comunismo siempre ha tenido buena prensa. A que a ustedes nadie les ha enseñado que Lenin tuvo un millón y medio de muertos en la revolución bolchevique, pero 30 millones de muertos por hambre, debido a la persecución contra los agricultores. ¿Nadie les ha enseñado eso? Pues yo se lo voy a documentar”.

El comunismo tiene tan “buena prensa” que en Chile se ha apoderado de la opinión pública y ello le ha valido, a él y sus seguidores, ser los grandes triunfadores en las últimas elecciones. La mayoría de los periodistas promueve sus ideas e iniciativas. Y la mayoría de los políticos, comenzando por el actual presidente, Sebastián Piñera, terminan haciendo lo que dicen los comunistas, pese a que Piñera fue elegido en 2017 porque una parte de la propia izquierda se asustó de la perspectiva de que Chile fuera a convertirse en una segunda Venezuela. Pero después él ha hecho lo que demandan los comunistas y ahora estamos a punto de convertirnos en otra Venezuela.

Además, han surgido movimientos nuevos y uno llamado “Independientes No Neutrales”, que ha conseguido 11 representantes en la Convención, ha ratificado que no son neutrales, sino afines a los comunistas. Por ejemplo, su más alta votación, Benito Baranda, es partidario de no respetar el acuerdo de dos tercios de los votos para aprobar normas constitucionales. Lo que buscan los comunistas.

La “Lista del Pueblo”, otro grupo nuevo triunfante, parece estar aún más a la izquierda del comunismo, como lo han revelado en dos días seguidos sus dirigentes Rafael Montecinos y María Rivera, pero persigue los mismos fines de éste. Dice María Rivera en "El Mercurio": "Cuando hablamos de expropiación, hablamos de la gran empresa. Hablamos de 10 familias: Luksic, Angelini, Piñera y otras que se han apropiado de lo que producen los trabajadores en Chile. ¿Por qué decimos sin indemnización? Es porque ellos han usufructuado con exageración". (Retórica marxista y el mismo pretexto de Allende para confiscar sin pago a la Gran Minería norteamericana en 1971). O sea, lo que dicen las leyes y la reforma constitucional que dio lugar al proceso constituyente no les importa nada. 

La última defensa real, que era la derecha, ya fue arrasada. Tanto es así que los cuatro candidatos suyos para la primaria presidencial del sector votaron “Apruebo”, la alternativa de izquierda en el plebiscito de octubre pasado, que nos ha traído donde estamos. Es decir, la derecha también se fue para la izquierda.

Y así como los comunistas tienen buena prensa, la derecha tiene mala prensa. Yo he sido expulsado de la televisión por expresar puntos de vista de derecha y la revista del Colegio de Abogados le aplicó censura previa a un artículo mío crítico de un fallo judicial de izquierda.

En fin, también las figuras políticas mejor evaluadas en las encuestas son de izquierda, fruto de la "buena prensa". El único ajeno que les compite, Joaquín Lavín, lo logró marchándose hacia allá, pues ahora es, como todos sabemos, socialdemócrata. Pregunta: si su partido lo lleva de candidato, ¿pasará a llamarse Unión Socialdemócrata Independiente? Debería hacerlo.

 


martes, 18 de mayo de 2021

El Sino de Chile

En los años 40 y 50 un gerente norteamericano muy apreciado por los chilenos y que se llamaba Bob Haldeman sostenía que éste era un país donde cada cuarenta años estábamos a punto de alcanzar el desarrollo y entonces nos pegábamos un tiro en el pie. 

Podrá debatirse el número de años, pero no el tiro en el pie. Ese sino de Chile es similar al mito griego de Sísifo, quien subía trabajosamente a la punta de un cerro una gran piedra, sólo para que la misma rodara de nuevo hacia abajo y él tuviera que volver a subirla, por los siglos de los siglos.

No voy a entrar en la discusión de si después del veredicto electoral de ayer éste va a ser en lo sucesivo un país comunista o no, pero sí sé que la mayoría de quienes ganaron el domingo son partidarios de reemplazar la Constitución que garantiza la libertad individual, la propiedad privada y el modelo de economía libre por otro en que predominen la voluntad y la propiedad del Estado, que es lo que propician los comunistas. También sé que de la libertad económica, como decía Margaret Thatcher, dependen todas las demás y por eso no hay libertad política en los países comunistas.

Por añadidura, la mayoría de los elegidos el domingo dice que deben pasar al Estado el agua, la educación, la salud y la minería privada y que se debe indultar a los presos por las recientes asonadas violentas, todo lo cual es lo mismo que propician los comunistas. 

Y, finalmente, nos ha llegado una entusiasta felicitación de Nicolás Maduro por el resultado de los comicios y la inminente desaparición del "modelo neoliberal", como él llama al régimen de propiedad privada, libertad de precios y de iniciativas. Junto con eso acabo de recibir un gráfico del crecimiento en Sudamérica entre 1980 y 2020, donde aparece Chile en el primer lugar con 161,1 % y Venezuela en el último, habiendo caído 75,8 %. Y ayer Chile votó masivamente para ser como Venezuela. Si se respeta democráticamente la voluntad mayoritaria, lo seremos. 

¿Cuál es el problema, entonces? La mayoría de los chilenos, evidentemente. Y eso no sé si tiene remedio. Pero también es cierto que otras veces la mayoría ha cambiado de opinión y nos hemos salvado de un destino similarmente ominoso al de hoy. ¿Volverá a cambiar y nos volveremos a salvar?  

domingo, 16 de mayo de 2021

Sólo un Milagro Nos Salva

La elección de hoy es un gran engaño montado por la violencia y los políticos que se aprovechan de ella, a los cuales llamaré en lo sucesivo "comunistas", entre otras razones, porque todos hacen y dicen lo que ellos dictan.

El país ha caído a un nivel de imbecilidad nunca antes alcanzado, tanto que Sebastián Piñera, el gran responsable del derrumbe, ya está empleando cuatro adjetivos en lugar de tres: declara que tras la votación de hoy Chile será "más libre, más justo, más solidario y más humano". Bueno, eso revela que no sabe lo mal que estamos (y no estoy hablando de la pandemia) ni la inminencia de la amenaza de ponerse todo peor.

Primero, porque todo esto no es real, es artificial. Chile no quería ni necesitaba una nueva Constitución, pero los comunistas sí, porque la de 1980 garantiza una sociedad libre y ellos quieren una sociedad totalitaria.

La encuesta CEP, la más seria del país, en octubre de 2017, al pedir a la población que enumerara los problemas del país, en último lugar y con sólo 2 por ciento mencionó la nueva Constitución. Pero los comunistas la querían, porque necesitan suprimir la libertad, para quedarse ellos con el poder como en todas partes y están logrando hacerlo hoy acá. Ellos consideran a los chilenos mayoritariamente imbéciles. Yo simulé en un blog del año pasado (20 de abril, que se leyó nueve veces más que el resto y lo reproduzco a continuación, pues no es muy largo) una conversación de dos comunistas:

Uno le decía al otro (sobre la Constitución):

 "Tenemos que convencerlos de que es un fracaso, que provoca desigualdad y crea pobreza". 

El otro le replicaba:"Pero si ha reducido la desigualdad de 0,58 a 0, 48 según el índice Gini y ha reducido la pobreza de 60 % a 8 %. Si no son imbéciles." 

"Sí, son imbéciles" replicaba el otro. "Si les repetimos suficientemente y a voz en cuello que su modelo ha creado desigualdad y pobreza, te lo van a creer. Como decía el camarada Lenin, si los hechos contradicen lo que nosotros decimos, peor para los hechos".

 "Pero si el modelo los ha puesto a la cabeza de América Ltina y viven en paz y prosperidad. No van a querer cambiarlo por otro como los de Venezuela o Cuba. No son tan imbéciles"

 "Sí, son tan imbéciles. Verás: si nosotros les sumimos el país en la violencia, destruimos e incendiamos todo ¿tú crees que van a seguir tan felices con su modelo?"

 "Pero es que tienen tienen buenas y caras Fuerzas Armadas y Carabineros y los usarían para aplastar nuestra violencia. Si no son imbéciles".

 "Es que sí son imbéciles", le replicaba el otro. "Si los convencemos de que usar las armas contra nosotros es un atropello a los derechos humanos, no las podrán usar y los derrotaremos. Nuestra violencia se impondrá y de puro miedo te entregarán hasta la Constitución, para que hagamos otra a nuestro gusto. Y además crearemos el Ministerio de DD. HH. y el Instituto de DD. HH., y los pagarán ellos y sólo servirán para defender a los nuestros y condenarlos a ellos. Dime si no serán imbéciles. Y después desmantelaremos a sus Carabineros y a sus Fuerzas Armadas hasta que hagan lo que nosotros decimos".

 "¿Cómo puedes creer que se van a autocondenar y que van a financiar organismos para anular a sus propias fuerzas armadas para combatir la violencia? ¿Tan imbéciles los crees?"

 "Por supuesto. Es que lo son. Mira, repitiéndoselo suficientemente los podemos convencer de que, si se defienden, serán acusados como violadores de derechos humanos, igual que Pinochet".

 "¿Y cómo los vas a convencer de eso?"

 "Pues, proclamándolo en coro hasta el cansancio y en todos los lugares donde se junte gente, hasta en los estadios. Si unos pocos lo cantan, al poco rato lo cantarán todos. Mira, si a esta gente le repites suficientemente algo, terminan por creérselo y se ponen a repetirlo ellos hasta en sus diarios".

 "Pero es que no pueden ser tan imbéciles.

"Sí, pueden. El recordado compañero Luis Corvalán siempre decía: 'Presiónenlos, presiónenlos, hasta que hagan lo que nosotros decimos'. Él siempre supo que eran imbéciles. Por eso fue un 'grande de la historia de Chile', como decía ¡el presidente de ellos! cuando se murió Volodia Teitelboim".

"Con eso sí que me convenciste: tienen que ser realmente imbéciles."


Ése es el problema. Y estamos a punto de caer en manos de ellos. Hasta los últimos baluartes se derrumban, como la revista "Economía y Sociedad", de José Piñera, cuyo último número llama a votar por constituyentes del pacto Vamos por Chile, en el cual hay varios votantes del Apruebo, cuando de lo que se trata es de elegir a partidarios del Rechazo y de la actual Constitución, como Henry Boys o Francisco Orrego en Las Condes, por ejemplo. ¿Cómo puede llamar a votar por la lista donde están prohombres del Apruebo y del entreguismo?

Yo ahora no creo en nada. Mi pronóstico es que de esta elección no va a salir Constitución alguna. Después de un año todavía van a estar discutiendo el reglamento y "si son galgos o podencos". Los comunistas van a estar ejerciendo la violencia y van a imponer un texto, como el que impusieron en iguales asambleas Lenin en Rusia, Fidel en Cuba y Chávez en Venezuela. Y después se van a quedar con todo el poder.

Antes de terminar quiero decir que si el presidente el 18 de octubre de 2019 hubiera sido Pinochet, el lío no habría durado más de un día, eso sí, con una veintena de muertos. Habría puesto veinte mil hombres en las calles y en las estaciones del metro y pobre del que se saltara los torniquetes y con mayor razón del que quisiera incendiar o saquear. Tal como lo hizo el 12 de agosto de 1983, cuando los comunistas decían que lo iban a derrocar y seriamente lo intentaron. Para mala fortuna nuestra, ahora teníamos un Sebastián Piñera y no un Augusto Pinochet y por eso estamos a punto de caer en el comunismo, no sé si vía Yasna Provoste o Pamela Jiles, guiados por los matinales y la farándula, arruinando la economía, expulsando capitales a razón de 3.500 millones de dólares anuales, sin otra esperanza que la de un milagro que no se ve de dónde puede venir.

viernes, 14 de mayo de 2021

No Votes Contra lo que Piensas

Si votaste Rechazo ¿cómo ahora vas a votar por la lista de Vamos por Chile, donde van personas del Apruebo? 

¿Cómo en Vitacura podrías votar por Camila Merino, que votó Apruebo, cuando también va de candidato Cristián Araya, que votó Rechazo? 

¿Cómo en Las Condes podrías apoyar la lista en que va Cristián Monckeberg, del Apruebo, en lugar de votar para convencionales constituyentes por Henry Boys o Francisco Orrego, que siempre estuvieron por el Rechazo?

No puedes votar contra lo que tú piensas. No puedes votar contra el mejor Chile de la Historia del país, que es el del post 90, hecho posible bajo la Constitución que estructura una sociedad libre y que los contrarios a ella quieren cambiar por una sociedad socialista. Tú piensas que es mejor una sociedad libre. Entonces, no puedes votar contra lo que piensas, favoreciendo la lista en que hay candidatos del Apruebo a cambiar la sociedad libre por otra.

Y si tienes que votar ahora es porque ya has sido víctima de un proceso lleno de irregularidades, como denuncia una página entera, la C 3 de "El Mercurio" del martes 11 de mayo, firmada por los abogados Sergio García Valdés y Jorge Reyes Zapata, denunciando todas las trampas que han hecho a la ciudadanía desde el sector político, que es el gran beneficiario del engaño general. 

Tenemos el peor poder legislativo de nuestra historia. ¿Vas a dejar que él cambie esa historia en contra de lo que tú piensas? 

No estás indefenso frente a los políticos, pues conservas tu derecho a voto. Por eso, no lo desperdicies, como ellos quieren que lo hagas. Vota según lo que tú piensas y no según lo que les conviene a ellos.

jueves, 13 de mayo de 2021

Teoría Histórica en Revisión

Históricamente Chile, después de un período de caos revolucionario, votaba por el orden y superaba la situación. Tras el de mediados de los '20 asumió Ibáñez y gobernó con mano dura y amplio apoyo hasta la crisis de 1931, cuando fue derrocado ("convencido de renunciar", para ser más preciso). Vino entonces un año y medio de socialismo y desorden, hasta que a fines de 1932 Chile volvió en sí, votó por la derecha y Alessandri gobernó hasta 1938. 

Los gobiernos radicales izquierdizaron al país hasta que éste en 1949 sufrió una asonada comunista ("revolución de la chaucha", por alza de la locomoción). La mayoría quedó tan traumatizada que en 1952 eligió al mismo Ibáñez de 1931, para que repusiera la mano firme. Pero fue blando y los comunistas se aprovecharon de eso y le hicieron su acostumbrada revuelta el 2 y 3 de abril de 1957. Las tropas los derrotaron. La mayoría de nuevo quiso orden y eligió, contra todo pronóstico, a un duro de derecha, Jorge Alessandri, en 1958. 

Después el caos revolucionario no estremeció de nuevo al país hasta 1970 - 1973. La mayoría democrática volvió a llamar a las tropas. Éstas se demoraron en pacificar el país y devolverlo a los civiles, pero les entregaron "la joya más preciada de la corona latinoamericana" (Clinton), en 1990, con el mayor crecimiento de la región, sin terrorismo y ni siquiera conflicto mapuche.  

Como corolario de todo eso, mi teoría decía que históricamente, tras el desorden creado por la izquierda, siempre venia una reacción a favor de la derecha, que volvía a restablecer el orden hasta que de nuevo la izquierda lo echaba todo a perder. Pero los chilenos han cambiado mucho en los últimos treinta años y nada indica que otra vez, tras el caos actual, vayan a elegir un gobierno de libertad y orden. 

¿Causas? La educación en manos de la izquierda. Los profesores les inculcan a los estudiantes marxismo-leninismo desde niños. Y lo que mejor aprenden es a lanzar piedras, insultar y romper. Cuando crecen los convencen de que lo deseable es un régimen como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde todos son iguales, porque todos son pobres.

Además ha habido treinta años de izquierdismo en los matinales, la prensa, la radio y la TV, que han adulterado la historia, predicado la disolución de la familia tradicional (que era coeducadora) y lavado los cerebros en términos de cambiar la mentalidad predominante. 

Y el hogar ya casi no cuenta. Más de las tres cuartas partes de los chilenos hoy nacen fuera del matrimonio, es decir, no tienen un padre y una madre que los formen y coeduquen, además de sus profesores de izquierda. 

Todo eso explica que ganara el "Apruebo" para cambiar la sociedad libre, con 78 % versus 22 % del "Rechazo" representativo de ella. Sólo en cuatro comunas y la Antártica, donde hay casi sólo uniformados, ganó el "Rechazo". En esas comunas rige mayoritariamente la enseñanza particular pagada y perviven, más que en el resto del país, el hogar con padre y madre que co-educan e inculcan valores democráticos en lugar de totalitarios. Esas comunas son otro país, de hecho. Pero son sólo cuatro entre 345.

Entonces, todo hace pensar que la elección del domingo la van a ganar los comunistas y sus compañeros de ruta, quienes a fin de año, además, podrán elegir un gobierno bajo el cual ningún rico "infeliz" ni ninguna odiada empresa privada de importancia queden en pie. De hecho, las encuestas presidenciales las encabeza Pamela Jiles, ex comunista que se fue del partido para correrse más a la izquierda. La única persona que la aventaja en popularidad es la doctora Izkia Siches, también ex comunista e indudablemente revolucionaria, tanto que trata a sus interlocutores no-rojos de "infelices" y revela que estudiadamente y sólo para la foto se comporta "muy señorita con ellos", sugiriendo que si mandara  "verían lo que es canela."

Además, tenemos una derecha y una clase dirigente entreguistas y prestas a rendirse al comunismo. Eligieron a Piñera dos veces por ser muy representativo de ellas mismas. Éste y sus partidos les han entregado todo a los rojos, partiendo por los presos políticos militares, para que se los faenaran con una impudicia vergonzosa jueces que no son tales, sino vengativos revolucionarios. También les han cedido la historia ("el que maneja el pasado maneja el presente y el que maneja el presente maneja el futuro"); después rindieron la Constitución y finalmente la calle, pues han renunciado a mantener el orden público y la autoridad, que la ejercen ahora políticos de izquierda, guerrilleros, asaltantes, narcos y ladrones.

El país está técnicamente caído en manos de los rojos, que además "tienen buena prensa", dominan los matinales, la parte informativa de los diarios y la mayoría de los espacios de opinión. Para peor, el único candidato que se les acerca a los de izquierda en las encuestas, Joaquín Lavín, se pasó a su bando y funge ahora como "socialdemócrata", listo para decir y hacer lo mismo que los rojos.

Perdidas las elecciones de este año, si Chile se salva sólo será por milagro. Parafraseando a Lope de Vega podríamos decir: "¿Crees en milagros, Garay? No, pero, de haberlos, los hay". Y si no se produce uno pronto, entonces hasta el 2021 no más llegamos en democracia y con libertad.

domingo, 9 de mayo de 2021

No Hay "Mínimos Comunes"

Los que había ya fueron, largo tiempo ha, arrasados. Uno pensaría que los "mínimos comunes" obvios y de sentido común para acuerdos políticos civilizados deberían ser: 1) que no intervenga la violencia y 2) que haya respeto a la verdad, la Constitución y las leyes. Eso sería, para cualquier persona normal, como un "mínimum minimórum". Y es evidente desde hace tiempo que nada de ello en Chile existe ni es garantizado por los poderes públicos.

Primero, impera una violencia ostensible y generalizada y mientras ella exista el "mínimo común" de paz interna para una coexistencia civilizada en Chile es imposible.

En seguida, tampoco hay una verdad mínima común, pues un sector sostiene que entre 1973 y 1990 hubo una dictadura que atropelló los DD. HH. y otro sector sostiene que entre esos años hubo un gobierno legítimo, según quedó estampado por el Presidente del Colegio de Abogados, Alejandro Silva Bascuñán (DC) en la Revista de Derecho y Jurisprudencia de octubre de 1973, gobierno que a partir de 1981 se desempeñó, además, popularmente ratificado por una votación y se rigió por el articulado transitorio y parte del permanente de la Constitución de 1980. 

Los mínimos comunes en cuanto deben respetarse la Constitución y las leyes también fueron sobrepasados desde hace años y de facto en el Poder Judicial, como resultado de lo cual Chile exhibe no menos de doscientos presos políticos, al haberse puesto tras las rejas a ese número de exmilitares faltando metódicamente a la verdad de los hechos, a la Constitución y a las leyes vigentes. 

Cuando escribí un artículo a ese respecto para la revista del Colegio de Abogados, denunciando dichos atropellos en relación a una sentencia que violaba los tres requisitos de verdad, Constitución y ley, la directiva de centroderecha del gremio lo censuró y no lo quiso publicar. Pero el mismo puede leerse en este blog del 27 de marzo de 2015. Asimismo, la prestigiada ex ministra de Corte, Raquel Camposano, llamada a opinar sobre otra condena prevaricatoria a un exmilitar por la Corte Suprema, declaró: "Bueno, yo leo el fallo y lo requeteleo y no hay una sola prueba". Y sobre las condenas por "delitos de lesa humanidad" añadía: "Mal pueden a usted castigarla por una cosa que no era delito cuando usted la cometió" ("La Segunda", 07.12.13). Pero los jueces prevaricadores lo hacen.

Tampoco existen ni verdad ni legalidad en el actuar del Poder Legislativo. Un columnista (que antes era de derecha pero ahora es del "Apruebo" y habla de "la dictadura") detalla en "El Mercurio", 08.05.21, los siguientes proyectos absolutamente inconstitucionales en pleno y actual trámite en el Congreso: "Impuesto a los súper ricos, sin ver el efecto que tiene en la fuga de capitales. Retiro de los fondos previsionales, sin ver los efectos en las jubilaciones. Royalties desproporcionados a la minería, sin ver los efectos en el desarrollo de proyectos nuevos. Incremento en los impuestos a las empresas, sin ver los efectos en la inversión. Baja en las horas de trabajo, sin ver los efectos en el empleo. Y así suma y sigue. Puras materias en las que sólo tiene facultad exclusiva el Poder Ejecutivo, donde no se ha sacado ningún cálculo y donde los parlamentarios se han dado un festín". Es decir, ya atropellados por el Congreso todos los "mínimos comunes" económicos y jurídicos.

Y en cuanto al tercer poder, el Ejecutivo, simplemente ya no existe, porque su titular sobrevive apenas en estado de pánico, con un 84 % de rechazo y  un 8 % de aprobación popular (CADEM, "El Mercurio", 09.05.21). A él se le ha extraído por la fuerza, es decir, bajo amenaza de violencia, el consentimiento para todo lo que ha concedido. Pero la fuerza es causal de nulidad del consentimiento, así es que todo lo concedido es inválido y se ha hecho violando la Constitución, cuyo artículo 9, dice expresamente: "Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas puede atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente le hayan sido conferidos en virtud de la Constitución y las leyes. Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la ley señale". Las contravenciones las han perpetrado los dirigentes políticos sin pausa desde el 12 de noviembre de 2019, en que los de izquierda declararon "haber corrido el cerco" de sus atribuciones sin autorización jurídica alguna. Ellos mismos (senador Jaime Quintana) han bautizado la situación como "parlamentarismo de facto".

En consecuencia, sin mínimos comunes de verdad y legalidad en ningún poder del Estado y bajo un régimen de facto, Chile es hoy un país en desguace, a la espera de ser tomado por el primero que tenga la audacia y la fuerza para hacerlo, pues con ello no contravendrá más ni la Constitución ni las leyes de lo que ya lo están haciendo los tres poderes, ampliamente incursos en ilegitimidad de ejercicio de la autoridad que respectivamente ostentan.

viernes, 7 de mayo de 2021

No Quiero Pero Debo Ser Candidato

En los años '40 el Partido Liberal proclamó candidato presidencial a Arturo Alessandri y éste declaró, "no puedo, no debo ni quiero". El "Topaze", magazine satírico, publicó su caricatura con el sombrero extendido y diciendo: "No puedo, no debo ni quiero, pero échenmela al sombrero" y esa frase quedó así para la historia. "El León" fue candidato, pero pronto renunció y dejó en su lugar a su hijo Fernando, que llegó tercero en la presidencial del '46, después de González Videla y Cruz-Coke.

Ahora apareció en diferentes medios la noticia de que el partido en formación Fuerza Nacional me ha proclamado candidato presidencial y que pronto habrá una presentación oficial virtual con la asistencia de Lucía Pinochet Hiriart. 

Hace dos años la directiva del mismo partido en formación también me había proclamado y yo le había manifestado mi agradecimiento, declinando la designación porque mi familia se oponía y sigue oponiéndose a ella. Pero en mi escala de valores está primero Dios, segunda la Patria y tercera la Familia.

Entonces ahora mi mujer y mis hijos me han interpelado ante la noticia, diciéndome: "¿En qué quedamos?" Y les he respondido la verdad: "El partido en formación Fuerza Nacional necesita 15 mil firmas para existir en todo el país. Su directiva piensa que si soy su candidato puedo ayudarlos a recolectarlas. Yo considero esencial que exista un partido que en su Declaración de Principios se manifieste continuador del legado del Gobierno Militar, manifestación  que suprimieron de sus Declaraciones de Principios RN y la UDI y que el Partido Republicano, también en proceso de constituirse, se negó a incluir, motivo por el cual no firmé sus registros."

Yo les había recomendado a los republicanos que en todas sus reuniones colectivas cantaran "Libre", la canción de Nino Bravo tan característica de los primeros tiempos del Gobierno Militar y tan representativa de lo que éste le dio a Chile. No se atrevieron. Ayer la derecha española, triunfante en Madrid, se atrevió y miles de personas corearon "Libre". Eso lo dice todo sobre la debilidad de la derecha local. 

Entonces autoricé a Fuerza Nacional a lanzar mi nombre, dispuesto a arrostrar las consecuencias, para que este partido pueda existir. Pero sólo si se constituye en todo el país puede llevar un candidato presidencial. Con todo, para ser legalmente un partido le basta estar constituido en tres regiones contiguas o en ocho en total. En cualquier caso, espero que siempre sus militantes, cuando se junten en cierto número, entonen "Libre".

Estoy consciente de lo que significa la oposición familiar. En 1989 mi mujer ofreció a la Virgen de Lourdes levantarle una gruta si yo no era elegido senador. No lo fui y resultó electo Sebastián Piñera, con las consecuencias de todos conocidas. Ella levantó la gruta. Ahora sé que está rezando para que fracase esta nueva candidatura. Yo no rezaré, porque no pretendo dividir a la Sagrada Familia. Sólo cumpliré mi deber.

Ésa es la verdad. No quiero ser candidato, pero debo serlo. Si se reúnen las firmas para constituirse en todo el país, espero que mi familia comprenderá que deberé asumir la responsabilidad. Si no se reúnen, estoy cierto de que al menos Fuerza Nacional tendrá firmas para actuar como partido, aunque no pueda llevar candidato presidencial. Pero así y todo será una colectividad esencial, desde el punto de vista del debate público y del rescate de la verdad histórica. Pues, como escribió Orwell, quien controla el pasado, controla el presente; y quien controla el presente, controla el futuro. Y así Fuerza Nacional existirá legalmente, yo habré cumplido con la Patria y recuperaré el respaldo de mi familia.

En todo caso, creo estar "haciendo algo". "Hay que hacer algo", dicen siempre los chilenos en las emergencias y generalmente no hacen nada. Nunca debe olvidarse que, como decía Edmund Burke, "para que el mal triunfe, basta que los hombres de bien no hagan nada".

martes, 4 de mayo de 2021

Mi Blog Más Leído en 11 Años

Es perfectamente racional que los políticos (que viven de la plata del Estado, pues la manejan) se pongan de acuerdo en subir impuestos a los particulares --que son quienes le dan la plata al Estado, pues producen cosas necesarias y ganan plata, parte de la cual el Estado se apropia--. Y por eso es razonable que los políticos quieran subir los impuestos, para tener ellos cada vez más plata. 

Obvio, cuando suben los impuestos, ganan más. Así, durante los gobiernos de la Concertación (todos los posteriores a Pinochet) ha aumentado en siete veces el gasto en personal del gobierno central, en términos reales (Bettina Horst, "El Mercurio", 15.03.20) y además han aumentado los sueldos que paga el Estado y ya éstos son 32 % más altos que los de igual trabajo en el sector privado, según un estudio que hizo, cuando era académico en la UC, Rodrigo Cerda, actual ministro de Hacienda. 

Gary Becker, de Chicago, probó que los funcionarios públicos tienen el mismo incentivo que los particulares para tener más plata: aumentar su propio bienestar. Y le dieron el Premio Nobel por descubrir algo que todos sabemos y es tan obvio. Pero le puso números.

El pobre pueblo, que no entiende nada de esto, pero vota, cree que los políticos suben los impuestos para darles la plata a los pobres y vota por ellos. Por supuesto que no es así, los políticos lo hacen para tener más plata ELLOS. 

Rolf Lüders probó, en su famoso artículo en "La Tercera" del 01.11.19, que si el "gasto social" de ese año (supuestamente destinado a los pobres) les hubiera llegado a éstos, en Chile no habría pobres, pues cada familia del quintil de menor ingreso habría recibido $ 2,5 millones mensuales. Y de paso se habría  acabado la desigualdad que había. Pero el "gasto social", en gran parte, no les llega y se queda enredado en manos de los políticos y sus apitutados. Y como al pueblo no le alcanza, entonces éstos le dicen que hay que cambiar la Constitución para que le llegue la plata, con "otro modelo" que les daría más, cuando los que se han quedado con la que hay son ellos. Justamente el modelo que ha dado más que suficiente plata para hacer ricos a los pobres, ha sido el actual. Entonces, obvio, ¡hay que cambiar a los políticos y no al modelo! Pero acá vamos a hacer todo lo contrario y nos vamos a ir al diablo, salvo que haya un milagro.

Mi candidato a gobernador por la RM, Rojo Edwards, ha hecho la mejor propuesta de todas las recientes: que pague el más súper rico de todos, el Estado, y comience por vender su empresa más grande, Codelco, para después entregar la plata a los más pobres. Si Codelco valiera US$34 mil millones, cada persona del veinte por ciento de menores ingresos recibiría siete millones de pesos, con los cuales una familia de cuatro podría recibir $28 millones y salir de todos sus apuros en la actual crisis y tener un buen respaldo después. 

Y si a fin de año elegimos a un candidato de derecha en la presidencial, todo pobre puede aspirar a eso que dice Rojo y, además, a que anualmente le llegue todo el gasto social y su familia tenga $2,5 millones mensuales para vivir tranquila. 

Pero no hay caso, dicen, pues la mayoría vota por la izquierda, para que los políticos vuelvan a quedarse con la plata. Y nos volvamos a ir al diablo, salvo que haya un milagro.

¿Ustedes saben cuál ha sido el más leído de mis casi dos mil blogs, durante los once años en que los he escrito? Uno del 6 de marzo de 2015, "Máquinas Chilenas de Defraudar", en que detallé la lista, publicada por mi lector Renato Jaramillo el 27 de febrero de 2015 y que nadie nunca desmintió antes ni ha desmentido después, de los pagos "no destinados a su giro" de Codelco, y sí destinados a personajes de la Concertación. Algunos pagos fueron de millones dólares y hasta hubo uno de cientos de millones. Entonces se explica por qué los políticos quieren que Codelco siga siendo estatal. Ese blog tuvo 17.521 visitas hasta hoy. Pero "nadie dijo nada... nadie dijo nada". Es que "la política es más fuerte".  

Lo grave es que si los votantes no los atajamos, los políticos nos dejarán otra vez en la ruina. Ya lo están haciendo. En 2020, por temor a sus medidas, salieron 3.500 millones de dólares al exterior, en circunstancias en que año a año hasta entonces entraban diez mil millones (Sebastián Claro, "El Mercurio", 02.05.21, C3). Fuga de capitales. 

El economista Alejandro Alarcón dice: "En términos gruesos, los recursos fiscales comprometidos son prácticamente dos veces el presupuesto completo de la nación para este año" y concluye: "Claramente, Chile se está suicidando y aquellos que condujeron a esta situación desaparecerán de forma rápida cuando haya que pagar la cuenta" ("El Mercurio", 03.05.21,  B2).

Chileno: vota contra el suicidio colectivo. Vota Rojo Edwards, vota derecha. Vota Henry Boys, vota Teresa Marinovic, vota Gonzalo de la Carrera, vota Regina Catalán, pinochetista de la línea dura. Y que pague el mayor súper rico de todos, la plata vaya a los pobres y los políticos se vayan con su música a otra parte.

sábado, 1 de mayo de 2021

Avergoncémonos Todos

No puede dar su nombre porque, como toda persona honesta en el Chile actual, tiene miedo. Si ya no se puede andar por la calle por temor a un "abordazo" ni se puede ir en auto por miedo a una "encerrona" ni estar tranquilo en casa por la amenaza de asalto, es que en este país de izquierda el delito está tan favorecido que se generaliza, manda y prevalece. Y un(a) poeta o poetisa de derecha ni siquiera se atreve a publicar su nombre. 

La izquierda siempre ha prohijado el delito y la violencia que le es consustancial. "Primero el pan y luego la moral", predicaba el dramaturgo rojo Bertolt Brecht. Y por eso en el Chile rojo de hoy (sin perjuicio de que llegue a serlo mucho más) no se puede decir o escribir la verdad: ello desencadena injurias atroces contra quien lo haga. Al pie de este blog hay numerosos comentarios, pero se puede advertir que ninguno es de mujeres, porque cuando ellas los han hecho los violentos y groseros izquierdistas han desencadenado en su contra invectivas atroces y denigrantes, aprovechándose de que aquí no hay censura. Como ellas son más vulnerables que los hombres, se abstienen.

Entonces, cuando un gran poeta o poetisa anónimo(a) ha escrito su ¿soneto? (pues tiene 22 versos y, según Lope, "catorce versos dicen que es soneto"), "¿Qué Has Hecho, Ejército?", éste ha circulado por los whatsapps, pero aparentemente nada ha sucedido. Quedó ahí, sin comentarios. Lo leí la primera vez y, como buen chileno, no lo entendí. No tuve tiempo, probablemente, ¡llegan tantas cosas! Pero me volvió a llegar y entonces leí con más atención y me di cuenta de que estaba ante un(a) gran vate chileno(a) anónimo(a). Lo repasé y cada vez lo admiré más. Hasta que ya casi lo he memorizado. Comienza así:

¿Qué has hecho Ejército, que ahora
quienes ayer mandaste a luchar
están muriendo en esas sombras
en que los dejaste encarcelar? 

Pregunta que envuelve tres verdades aplastantes y dramáticas: ayer los mandó a luchar, verdad indiscutible; y fueron mandados con indudable respaldo mayoritario. Otra verdad. Y también que hoy están muriendo en las sombras, Y, en fin, que en ellas el Ejército los dejó encarcelar. Pues nada hizo. Al menos cuando Pinochet todavía era Comandante en Jefe, sí hizo algo y advirtió: "si tocan a uno solo de mis hombres, se acaba el estado de derecho". Y nadie tocó a ninguno. Pero, ya sin Pinochet, todo cambió. Los chilenos y su Ejército padecieron de amnesia, y el poeta o poetisa no lo deja pasar:

¿Qué has hecho, por Dios, con tus hombres
que fueron ayer tus combatientes
salvando a la Patria del horror
de aquellos verdaderos delincuentes?

Clama al cielo. Los del Plan Z para la degollina de altos mandos en el almuerzo ceremonial del 19 de septiembre, es decir, los verdaderos delincuentes, hoy mandan, medran, se enriquecen y persiguen a quienes nos salvaron de incrementar los 150 millones de muertos que sumaron Mao, Stalin, Castro et al. Y el poeta o poetisa no olvida tampoco a los 84 soldados caídos en la gesta entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973 (Memorial del Ejército a la Comisión Rettig), amén de tantos otros después, hasta completar 423:

¿Qué has hecho con quienes por la Patria
en horas tan comprometidas
combatieron con total entrega
resignando por ello hasta sus vidas?

Nada. Dieron sus vidas, pero ello no impidió que sus camaradas sobrevivientes hoy estén muriendo en las sombras de un encarcelamiento ilegal e injusto. ¡Qué vergüenza nacional! Y el Ejército, como institución, no queda ajeno a ella. Es peor:

¡Ocultaron en sombras tu linaje,
tus héroes, tu verdad, también tu gloria!

Inevitable recordar 2004, cuando un Comandante en Jefe se permitió arriar la bandera ante "aquellos verdaderos delincuentes", se rindió incondicionalmente e imputó ¡a su propia y gloriosa institución! "todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado" ("El Mercurio", 10.12.04, C6). Así concedió la victoria a los indeseables que mandan hoy en el país. Pero el poeta o poetisa no se queda ahí y sigue preguntando:

¿¡Qué has hecho, en qué te transformaron,
bastión del honor que siempre fuiste!?
¡De afuera y de adentro te coparon
y en temor tus guerreros escondiste!

Terrible acusación, "De afuera y de adentro te coparon". "Tus guerreros escondiste". ¿No lo vemos hoy en la plebe enardecida insultando uniformados impunemente, destruyendo sus vehículos e instalaciones? ¿Y en la justicia roja desatada, contraviniendo textos expresos de la Constitución y las leyes y en sus jueces prevaricando "como verdaderos delincuentes", mientras mandan inocentes a presidio y sustraen al fisco miles de millones de dólares para indemnizar a los violentos? ¿Y cómo olvidar a Baquedano escondido de ellos, donde el bravo general nunca se habría permitido estar en vida? Pues: 

Ocultaron en sombras tu linaje, 
tus héroes, tu verdad, también tu gloria.

Y la terrible pregunta final, que permanece sin respuesta, porque no hay nadie digno de darla:

¿¡Qué has hecho permitiendo al enemigo
negociar tu sangre derramada,
dejando que te arrasen la traición
y una falaz historia adulterada!?

Chilenos: lean y, por una vez, entiendan. Y, si bien orgullosos de tener un(a) gran poeta o poetisa anónimo(a) y de derecha, avergoncémonos todos.