jueves, 31 de diciembre de 2020

Infeliz Año Nuevo

Si 2020 fue malo, 2021 será peor. Porque si bien este año ha reinado la peste, en el que viene reinará la izquierda, es decir, la violencia. La izquierda no sería nada sin la violencia. Piñera le entregó todo por temor a ésta.

Del virus uno puede esconderse, pero de la izquierda no, porque está en todas partes, te funa, te miente, te amenaza, te cobra, se queda con la plata y después le echa la culpa al modelo y te quita tu libertad y tus cosas. Y lo peor es que lo hace con el aplauso de la mayoría, que acá casi nunca entiende nada de nada, repite los eslóganes comunistas y ahora mismo persigue a los únicos que nos protegen de la violencia. 

Mi mujer se enoja cuando le digo que en 2020 yo no lo he pasado mal. Las cuarentenas las he matizado jugando ajedrez contra un computador que habla y es muy agresivo. Mi rival robot también se enoja porque lo mantengo en el nivel básico y así le puedo ganar, por lo cual me reclama y me desafía a que lo suba de nivel, porque sabe que así me derrotaría. Pero yo ¡las huinchas!, no lo subo. Además, es muy insolente y cuando "se me van los pavos" me dice: "¿Qué eres tú, un vendedor? Sólo un vendedor haría una tontería semejante". 

No sé qué tiene contra los vendedores, a los que siempre he considerado muy vivos. Por lo menos a mí muchas veces me han logrado vender cosas que no quería comprar. Cuando estaba recién recibido de abogado hubo uno que me vendió cincuenta libros que no me interesaban. Era uruguayo, su apellido era Barreiro y cuando le pregunté cómo lo había hecho para hacerme firmar 24 letras por el precio, me contó que en los Estados Unidos le habían enseñado a venderles a los demás cosas que no querían comprar. 

Pero entre esos cincuenta libros leí varios y hubo uno que resultó muy importante para mí: "La Tribu Que Perdió Su Cabeza", de Nicholas Monsarrat, un novelista que relataba cómo una isla del África del Norte, que era la colonia británica más próspera del continente, se alzó en una revolución, mató al gobernador y a los empresarios y agricultores ingleses que no alcanzaron a arrancar, e hizo todo con la cooperación de izquierdistas británicos venidos de la metrópoli a "avivar la cueca" y ayudar a la revuelta: curas como Berríos, periodistas como Matamala e intelectuales como Atria. Todos partidarios de reemplazar el orden establecido, ayudar en la agitación y convencer a los nativos de que las cosas debían cambiarlas en favor suyo despojando a los ingleses. 

Pero "la tribu que perdió su cabeza" terminó más pobre y bajo la dictadura de un nativo educado en Oxford, descendiendo a ser el país más atrasado de África, algo así como Chile durante la UP, tras haber sido el más próspero, algo así como el Chile heredado del gobierno militar. Pero la dictadura se conservó orgullosamente independiente y violenta, mientras los izquierdistas ingleses que la habían azuzado y entronizado eran los primeros en huir de ella y volver a su país. Luego huyeron los blancos sobrevivientes, con una mano por delante y otra por detrás, habiendo perdido sus empresas y sus tierras. 

Es decir, todo un proceso semejante al que está viviendo Chile desde el 18 de octubre de 2019 y la posterior rendición de Piñera y la derecha el 15 de noviembre, fecha oficial a partir de la cual el país realmente se jodió.

Si bien el 2021 va a ser, como dije, ciertamente peor, podría terminar bien si se da el improbable caso, evidentemente milagroso, de que los chilenos elijan a un presidente de derecha, capaz de imponer la mano dura esencial para que Chile funcione. A partir de ahí podría ser posible volver a reconstruirlo, como lo hicieron en su oportunidad Pinochet y la Junta. Si no, prepárense para tener el dólar a luca, porque las reservas y los fondos previsionales que lo sujetan tienen límite; todo para terminar tan encalillados como Argentina y después convertidos en Chilezuela. Así, quedará como una ironía del destino el que, para evitar precisamente esto último, una mayoría hubiera votado en 2017 por Piñera. Por supuesto, el único que alertó al país fuí yo, pero acá hace años que nadie me hace caso.

Con esto termino y me preparo para ganar la presidencial, después trabajar por la última instancia salvadora, el triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida de 2022 y, en lo inmediato, para activar el tablero-computador y soportar que mi "simpático" contendor me acoja con su acostumbrada frase de bienvenida: "Hello, how about a nice game of chess?", a la cual replico casi siempre jugando peón cuatro rey, que es la apertura que manejo mejor. 

Nos volveremos a ver este otro año.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

"Se Me Cayeron" los Estados Unidos

Me eduqué en un colegio de sacerdotes norteamericanos y la principal enseñanza que obtuve de ellos fue ética. Tal vez por eso miento menos que los demás chilenos. Un gran amigo, fallecido el año pasado, solía decirme: "Yo mentía siempre, pero desde que te conocí miento mucho menos".

En sexto año de Humanidades el father Teal nos tomó una prueba y, después de escribir las preguntas en el pizarrón, se fue de la sala porque, dijo, tenía otras cosas que hacer. Éramos 28 y todos, salvo dos, Domínguez y Bonnefoy, copiamos las respuestas del libro. Ambos sacaron las peores notas. Desde entonces los admiré. Pero ese día creo que los 28 recibimos una lección tácita acerca de la buena fe, el inmerecido trato que recibe la honestidad entre nosotros y lo que deben hacer los hombres rectos.

Por eso yo era admirador de la buena fe de los norteamericanos hasta el Gobierno Militar, cuando vi las canalladas que eran capaces de decir y de hacernos, como las mentiras de la Madeleine Albright sobre Pinochet, la Enmienda Kennedy o las que perpetraba su embajador y mi amigo (pues lo era a pesar de todo) "Dirty Harry" Barnes, que dio vuelta el plebiscito del Sí y el No con los millones de dólares del "National Endowment for Democracy". Pero, pese a eso, yo todavía creía en que allá persistía cierta superioridad moral sobre nosotros.

Hasta ahora, en que tras su última elección presidencial veo que no persiste ninguna. Las trampas que han hecho los demócratas son las mismas que hizo la UP en las parlamentarias del 73, de las cuales me enteré en detalle como miembro de la Comisión Investigadora de la Cámara, que presidió Enrique Krauss. En las "mesas truchas" que constituyó a última hora la UP, ésta obtenía 80 o 90 por ciento de los votos, lo mismo que ahora en las "maletas truchas" de votos por correo en la votación de Michigan, a las 6.31 de la madrugada del 4 de noviembre, Biden obtenía 94 % y Trump 6 %. 

En el resto de las mesas del 73 la UP sacaba 35 % y la oposición 65 %. Así como, antes de aparecer las "maletas de la madrugada", Trump ganaba cómodamente a Biden en todos los estados claves, en 18 de los 19 estados "indicadores", donde históricamente ha triunfado el mismo que gana la elección presidencial; igual que siempre el ganador en Florida, Ohio y Iowa (ahora lo fue Trump), salvo una vez en la historia de los EE. UU., ha sido el mismo que llegó a la Casa Blanca. 

Similar predictor de la elección presidencial es el triunfo en la Cámara de Representantes, donde los republicanos ganaron esta vez los 14 asientos que perdieron los demócratas. Otro indicador más de que el Presidente incumbente ganó la elección del "midterm", es decir, tras sus primeros cuatro años. 

El gran fraude demócrata, con sus maletas de votos truchos por correo, con sus cajas de cédulas flamantes y sin arrugas ni dobleces, con preferencia marcada por Biden, indicación de que jamás fueron posteadas; con la exclusión forzada de los observadores republicanos a pretexto de que una matriz de agua potable había reventado, lo que no sucedió; con los mismos votos contados varias veces a favor de Biden, con las máquinas Dominion, que con un switch traspasaron seis mil votos de Trump a Biden en un centro de votación de Michigan, son todas trampas de nivel tercermundista, latinoamericano, indignas de lo que, creíamos, era el carácter moral del pueblo norteamericano.

Definitivamente, "se me cayeron" los Estados Unidos. Resulta que son iguales o peores mentirosos y deshonestos que nosotros. Allá los principales diarios y cadenas de radio y televisión también ocultan noticias igual que acá. "La gran prensa" de allá oculta los negocios raros de la familia Biden en China y Ucrania. El último e importantísimo discurso de Trump lo tuve que publicar yo, y apareció sólo en este blog, porque el resto de los medios lo ocultó... igual que allá. Allá las encuestas mienten igual o peor que las de acá. Daban a Trump 15, 16 y 17 puntos bajo Biden en estados en que el primero ganó o perdió apenas.

Amigos norteamericanos: no hay nada al sur del Río Grande que ustedes no sean capaces de hacer, y peor. Viendo todo eso me he preguntado: "¿Qué estará pensando el father Teal desde el Más Allá?"

lunes, 28 de diciembre de 2020

El Discurso que No Salió en Ningún Diario

A mi juicio es el discurso más importante del año, pues denuncia el robo de la elección más importante del año en el país más importante del mundo. Pero acá no ha aparecido en ningún diario ni noticiario, salvo en whatsapp y ahora en este blog. ¿Qué pasa? Lo sé pero no lo diré por ahora. 

He aquí las palabras de Donald Trump, que sólo han visto y oído en internet unos pocos millones de personas dentro y fuera de los Estados Unidos. 

Yo agrego sólo una cosa: si allá la derecha no es como en Chile (es decir, si existe) el resultado de la elección norteamericana va a cambiar. Dijo Trump:

Compatriotas americanos: Hoy quiero explicarles por qué estoy tan decidido a proceder y adoptar todas las opciones legales y constitucionales disponibles para detener el robo de la elección presidencial.

Como Presidente, uno de mis deberes más solemnes es el de proteger la integridad de vuestro sagrado derecho a votar.

Este año, usando el virus como pretexto, funcionarios demócratas, en los estados claves ("swing states") para la elección, ilegalmente violaron sus leyes estaduales para habilitar, alentar y facilitar el fraude, en una escala nunca antes vista en la historia de nuestro país.

La verdad es que nosotros ganamos la elección por una avalancha de votos. La ganamos en grande.

Hoy les voy a presentar los hechos de la manera en que todos los americanos necesitan saberlos. Volvamos a la noche de la elección. A medianoche teníamos una ventaja decisiva en los estados claves o dudosos ("swing states"). Ganamos Florida con un número récord de votos. Ganamos Ohio con un número récord de votos. De igual modo, ganamos Iowa por un 8,2 %, muy diferente de la narrativa falsa divulgada por los medios. Teníamos una ventaja de 293 mil votos en Michigan, de 112 mil votos en Wisconsin, de 356 mil votos en Georgia y de cerca de 700 mil votos en Pennsylvania, todos ellos estados claves o dudosos ("swing states").

Estos números le hacían absolutamente imposible a Joe Biden recuperar terreno. Y los demócratas lo sabían y todos los pronosticadores lo sabían y lo entendían bien. Los más importantes políticos profesionales de nuestra nación llamaron para felicitarme por nuestra victoria. Entonces, repentinamente, todo empezó a desaparecer, todo empezó a cambiar. El recuento de votos se detuvo abruptamente en múltiples estados.

En medio de la noche una serie masiva y estadísticamente inconcebible de "vertederos" de votos surgidos de la nada dieron vuelta los resultados en un estado tras otro. A las 6.31 a.m., muy temprano en la mañana, Michigan inesperadamente reportó 147.224 votos, 94 % para Biden y 6 % para Trump. A las 4.42 a.m. Wisconsin reportó 143.279 votos, casi todos para Biden. Una similar lluvia de votos sobrevino en Georgia a la 1.34 a.m., de nuevo casi todos para Biden. Esta gigantesca, ridícula y unilateral pero milagrosa cosecha de votos fue suficiente para poner a Joe Biden a la cabeza de los resultados en todos los estados claves o dudosos. Estas llamativas anomalías son sólo la punta del iceberg.

Nosotros ganamos 18 de 19 condados predictores que siempre habían anticipado correctamente el ganador de todas las elecciones presidenciales en los últimos cuarenta años. 

También ganamos Ohio, Florida y Iowa por históricos márgenes, significando así que Biden sería el primer candidato desde 1960 y el segundo en la historia americana en ganar la Casa Blanca habiendo perdido esos tres grandes estados. Y no estuvo ni siquiera cerca.

Pese a aparecer Joe Biden a la cabeza del voto, en la Cámara de Representantes los demócratas perdieron 25 de 26 asientos en duda. Eso fue un récord. Los demócratas proyectaban ganar 15 asientos y, en cambio, debido a mi éxito, perdieron 14. Habían dicho que iban a ganar en grande y terminaron perdiendo en grande. Debido a mi éxito en la presidencial los republicanos ganaron esos 14 asientos. Piensen en eso.

Mi campaña recibió mayor cantidad de votos que ninguna otra en la historia, casi 75 millones de votos, aproximadamente 12 millones de votos más que en 2016, el mayor crecimiento en votación de un presidente incumbente jamás registrado.

También recibí la mayor cantidad de votos de votantes no-blancos que cualquier candidato republicano en más de 60 años. De hecho, lo hicimos mejor y tuvimos más votos de votantes afroamericanos e hispanos en todo el país, salvo en un puñado de ciudades corruptas, notorias por el fraude, como Milwakee, Detroit, Atlanta y Filadelfia, todas controladas por maquinarias de políticos demócratas. Nunca un presidente incumbente había perdido su reelección habiendo hecho todas esas ganancias a través de todo el tablero. Nunca había sucedido algo como esto.

No obstante todas esas señales de un triunfo estruendoso de Trump y pese a todas las proyecciones, durante toda la noche, nos quieren hacer creer que Joe Biden, que casi no salía de su subterrráneo para hacer campaña, de algún modo sacó 11,7 millones de votos más que Barack Obama y que lo ganó en todo el país. Eso es histórica, matemática, política y lógicamente imposible. No sucedió. Él no ganó. Nosotros ganamos por avalancha.

En las pasadas siete semanas hemos mostrado abundante evidencia probando que los demócratas han perpetrado este monstruoso fraude ante el pueblo norteamericano y de hecho ante el mundo. Primero hemos demostrado que funcionarios en todos los estados claves ostensiblemente han violado sus propias legislaciones estaduales para cambiar los procedimientos, eliminar salvaguardias, promover el fraude y beneficiar ilegalmente a Joe Biden. Y legislaciones que contemplaban correctivos  fueron rara vez usadas.

Por ejemplo, el secretario de estado demócrata radical de Pensylvannia suspendió todos los requisitos de verificación de firmas y salvaguardia de los votos, quebrantando la ley, para no mencionar las grandes e ilegales apariciones de votos. 

En Michigan el secretario de estado, un demócrata, inundó ilegalmente el estado con votos de ausentes, siendo que la ley del estado limita estrictamente la distribución de estos votos.

En Wisconsin el alcalde desplegó 500 cajas de votos no asegurados que eran ilegales, una cosecha de votos, pavimentando el camino a un fraude tremendo. 

En Georgia el secretario de estado comenzó procesando ilegalmente votos semanas antes del día de la elección. Y también destruyó los sistemas de verificación de firmas violando la ley.

Muchas otras cosas horribles sucedieron en Georgia. Estas solas acciones fueron suficientes para arreglar la elección en favor de los demócrates.

Segundo, la cuenta de los votos de ausentes prueba que cientos de miles de votos ilegítimos fueron contados en los estados claves. Esto fue por sí mismo suficiente para cambiar el resultado. 

En 2016 el 6,4 % de los votos enviados por correo fueron rechazados en Georgia. Este año sólo un pequeño porcentaje, menor al 1 %, fue rechazado. Así fue todo el trayecto del fraude repetido más de treinta veces.

Lo mismo sucedió en Pennsylvania y otros estados: aceptaban votos ilegales. Cuando la cantidad de votos por correo era mayor que nunca, la tasa de rechazo fue menor que nunca. Había más votos por correo y justamente la tasa de rechazo ha sido mágicamente la menor. 

La única explicación es que decenas de miles de votos fueran ilegalmente procesados y contados. La mayoría de los americanos quedarían golpeados al enterarse de que no se verificaron ni la residencia, ni la nacionalidad ni la identidad en ninguno de los estados claves o dudosos. El potencial de actividad ilegal y fraude es ilimitado. Eso es lo que hemos experimentado.

La única explicación es que miles y miles de votos ilegales fueron procesados y contados. En ningún estado clave hay procedimientos para controlar nacionalidad, identidad ni elegibilidad para votos enviados por correo.

El potencial para la actividad ilegal es enorme y eso es lo que hemos visto.

Tres. Cientos y cientos de testigos han declarado bajo pena de perjurio que vieron a funcionarios contando montones de votos muchas veces. Lo vieron con sus propios ojos. Han jurado también que se cambió la fecha de los votos y descargaban cajas de votos y todos eran para Biden. Contando los mismos votos varias veces.

Otros testigos también vieron que se contabilizaron miles de votos por correo "prístinos", sin doblez ni arruga, como habrían debido tenerlos si hubieran llegado por correo. Eso significa que no fueron enviados por correo y que hubo fraude.

Observadores republicanos fueron obligados a dejar la sala mientras miles y miles de votos eran contados. Votos sacados de debajo de las mesas. Filmaciones de funcionarios sacando maletas de papeletas de debajo de los muebles, continuando el conteo por horas. La excusa para expulsar a los observadores republicanos era que había una gran cañería dañada, pero no hubo tal cañería dañada. Los observadores fueron físicamente removidos del lugar. 

La preocupante cuestión del sistema Dominion "switch votes" ("cambio de votos") apretando un botón. En un solo centro de Michigan cambiaron 6 mil votos de Trump a Biden con solo apretar un botón. El sistema fue empleado en una mayoría de los Estados Unidos. En Texas no admiten sistemas Dominion para ser usados.

En Arizona el senado citó bajo sanción para un examen forense del sistema Dominion. Debe hacerse inmediatamente. 

Hemos desplegado abundante testimonio de un fraude electoral. Nada de esto debería ser permitido que ocurriera en los EE. UU de América. Es un travestismo de la democracia. Es una vergüenza que se cierne sobre nuestra República.  

En 2016 los pillamos por sorpresa. Desde ese año han estado preparando el amañamiento de la siguiente elección. La manipulación de la elección de 2020 fue sólo el paso final de la estrategia demócrata para sobreponerse a la voluntad del pueblo americano y destruir nuestro movimiento por cualquier medio posible y cualquier medio necesario.

Por meses antes de la elección los medios y las grandes compañías tecnológicas estaban abiertamente coludiéndose para engañar al público americano. 

Más temprano este año fue revelado más allá de toda duda que la familia Biden recibió millones de dólares del Partido Comunista Chino. Sin embargo, los medios y las compañías tecnológicas trabajaron juntos para ocultar completamente esta información. 

Nuestro país ya no tiene una prensa libre. Es una prensa de la supresión, donde la verdad nunca puede salir a la luz. Por eso las encuestas muestran que la mitad de los que votaron por Biden nunca siquieran habían oído la historia de los millones de dólares de los chinos a la familia Biden. 

No es la primera vez que los medios y la campaña de Biden le mienten al pueblo americano. Repetidamente nos dijeron que nosotros no produciríamos una vacuna contra el virus antes del fin del próximo año. Sin embargo, al final de este año ya hemos autorizado dos vacunas con decenas de millones de inoculaciones y cientos de millones de vacunas en camino. Esto es considerado un  milagro. 

También otras encuestas divulgadas por los medios me tenían abajo en algunos estados hasta 15, 16 y 17 puntos menos que Biden, para desalentar a mis votantes, estados que finalmente gané o estuve cerca de ganar. Por meses antes de la elección los medios y las grandes compañías tecnológicas se preparaban para ganarla. 

Nuestro país no tiene prensa libre. Estre es el mayor escándalo en la era moderna. Esta no es la primera ni la única vez aue los medios le mienten al pueblo americano.

Todo esto es una vergüenza para la República. Nuestras elecciones deben ser ciento por ciento transparentes. 

En 2016 fueron pillados por sorpresa. Después han pasado por sobre la voluntad de la gente. Por meses y años antes de la elección trataron de hacer un esquema para sobreponerse a la opinión mayoritaria.

El destino de nuestra democracia está en juego. Si este egregio fraude no es corregido, la elección de 2020 será considerada la más ilegítima en la historia de nuestro país.

Ahora es el momento para que se alcen las voces americanas y demanden que estas irregularidades sean inmediatamente corregidas. Ganamos esta elección por una magnifica avalancha de votos. La gente está enojada, la gente tiene miedo. 

Esta ha sido la elección más corrupta de la historia americana. Le han mentido a la gente de America.

Nuestras elecciones deben estar libres de fraude. No podemos permitir que una elección completamente fraudulenta prevalezca.

Gracias, Dios los bendiga y Dios bendiga a América.

viernes, 25 de diciembre de 2020

Piñera y Trump

A Piñera lo que es de Piñera. En estos días ha quedado en evidencia que, en el tema de la vacuna contra el coronavirus, su gobierno ha negociado bien y el hecho concreto es que desde la Argentina y el Perú reconocen la eficiencia con que Chile se ha dotado de ella, en comparación con ambos países, y nadie puede negar el mérito presidencial en haberla conseguido y negociado en términos eficaces. 

Sabemos que nos va a volver locos resaltando este éxito como personal, pero es preciso reconocer que lo es. Como el papelito de "los 33", del cual se apropió contra la voluntad de su autor y el cual paseó por el mundo, en términos en que se justificaba emplear el tan socorrido latinazgo ad nauseam, al extremo de que Cecilia Morel debió decirle (y quedó registrado) "¡hasta cuándo lo muestra!", bueno, ahora va a ser igual: nos va a refregar mientras estemos vivos que se lo debemos a él. Pero se lo va a merecer: lo hizo bien y todo el mundo lo reconoce.

Otro personaje que se ha jugado entero y yo, al menos, espero que la derecha norteamericana sea mejor que la chilena y lo respalde, es Donald Trump. Siempre he creído que ganó la elección. "Lo sospeché desde un principio". He seguido de cerca demasiados cómputos electorales en mi vida como para haber sabido desde la misma mañana del 4 de noviembre que le robaron la elección. Me fui a acostar a las dos de la madrugada viendo que, según la tendencia, tenía el triunfo asegurado, pero cuando volví al televisor a las ocho ¡todo se había dado vuelta! ¡Repentinamente habían salido "de ninguna parte" centenares de miles de votos que daban vuelta el resultado en los "swing states", los estados decisivos! Nunca se había visto que la tendencia de los votos normales se alterara repentinamente y tanto en el último momento. 

Bueno, en discurso divulgado hoy Trump ha citado todas las irregularidades comprobadas, la magnitud del fraude y su decisión de dar la lucha por la decencia electoral. Y ha proclamado su triunfo en las urnas. Si la derecha norteamericana no es como la chilena --y, de hecho, parece mucho más valiente, resuelta y consecuente-- el 6 de enero no va a permitir que el fraude se imponga. Trump no es Piñera (salvo en lo de la vacuna, en que se han igualado) y no se va a rendir. 

Lo que resulta increíble es el espectáculo de la prensa dominante en contubernio con el partido demócrata. Cadenas televisivas hasta han censurado los discursos del propio presidente norteamericano, cosa nunca vista antes, acusándolo de denunciar un "fraude no comprobado", cuando no sólo las evidencias son incontrarrestables, sino que las presunciones son numerosas, graves, precisas y concordantes: nunca en la historia de los Estados Unidos se había visto un vuelco semejante en el último minuto ni se había renunciado, como hasta ahora, a investigar irregularidades que han quedado videograbadas y documentadas y que las principales cadenas televisivas se han negado a exhibir.

De Trump podrán decirse muchas cosas, pero no se le puede negar la condición del mejor adalid del pensamiento de derecha en el mundo actual. Ha aniquilado ideológicamente al socialismo. Ha defendido la vida del que está por nacer. Ha combatido como nadie el crecimiento del Estado-Leviatán, disminuyendo impuestos y suprimiendo regulaciones. Ha tenido el coraje de contradecir el mito de la ONU globalista sobre el papel del hombre en el cambio climático, mito que nos tiene a los chilenos pagando cuentas de luz más caras por estar provocando ¡el 0,0000864 %! de los gases con "efecto invernadero". Ha sabido mantener el orden público --es el polo opuesto de Piñera en esto-- y hasta se ha atrevido a elogiar públicamente a quien fue capaz de derrotar la violencia comunista en Chile, Augusto Pinochet. Bolsonaro y él son los únicos entre los vivos que se atrevieron a tanto, pues entre los muertos también osaron hacerlo Margaret Thatcher y Ronald Reagan.

El polo opuesto de Trump, Piñera, se ha anotado un éxito en Chile y es preciso reconocérselo. Trump irá por los fueros de la derecha en los Estados Unidos y los verdaderos derechistas chilenos confiamos en que su triunfo se produzca con motivo del pronunciamiento electoral norteamericano definitivo, según su Constitución, en el parlamento el 6 de enero próximo.  

   

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Locura de Justicia Imaginaria

En "El Mercurio" aparece hoy a ocho columnas el presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva, diciendo una falsedad: que ningún juez puede permanecer en el Poder Judicial si no aplica las leyes. Justo cuando acaba de nombrarse en la Corte Suprema a Mario Carroza, juez caracterizado, como lo probé en mi penúltimo blog, por no aplicar las leyes en juicios contra exmilitares.

Hoy, desde luego, ya ningún juez chileno aplica la Ley de Amnistía, pese a estar plenamente vigente. Lo está, pues la Corte Suprema, en pleno y por unanimidad, en fallo publicado el 25 de agosto de 1990, precisó que lo estaba, al decir textualmente: "Ninguno de los acuerdos internacionales vigentes limita la facultad de amnistiar; por el contrario, el referido Pacto de Derechos Civiles y Políticos reconoce expresamente la eficacia de esta institución, cuando en su artículo 6°, punto 4°, aun cuando se refiere a condenados a muerte, declara que la amnistía procede en todos los casos". Además, en ese pleno la Suprema confirmó que ello no se opone a los Convenios de Ginebra, suscritos por Chile.

Hoy todo el mundo, menos el presidente de la Corte Suprema, sabe que la justicia no rige en los juicios contra exmilitares. En carta al mismo diario del 27 de octubre de 2019, el ex presidente del Colegio de Abogados, Sergio Urrenjola, decía: "A los exmilitares chilenos se les juzga  por el sistema antiguo penal, en que prevalece para condenarlos la prueba de presunciones; testigos febles, que declaran sobre hechos ocurridos hace 40 años ante un actuario, y por escrito, lo que luego el juez lee, con lo cual se dictan en muchos casos condenas injustas y sin ningún estándar mínimo de veracidad". Y yo agrego algo que Urrejola omitió: las sentencias violan leyes expresas y vigentes, como las de amnistía, prescripción, cosa juzgada y el principio pro reo (ante una ley nueva, se aplica la más favorable al reo) contemplado en la Constitución.

En estos días el exbrigadier Miguel Krassnoff, condenado a, nos dice, ¡casi mil años de presidio! en esas condiciones, ha escrito un "Manifiesto" de 52 páginas que reiteradamente ha enviado al Presidente, al ministro de Justicia, a la Corte Suprema, al Comandante en Jefe del Ejército ¡ninguno de los cuales nunca le ha siquiera respondido! No le contestan, pero añaden la burla al escarnio de la injusticia: Gendarmería le ha enviado una carta perfectamente seria en que le manifiesta que en enero de 2450 tendrá derecho a pedir su libertad condicional.

Krassnoff pormenoriza las atrocidades judiciales de que ha sido víctima, principalmente por parte del exministro sumariante Alejandro Solís y también, por cierto, del citado Mario Carroza. Estuvo en 1974 un año y medio destinado a la DINA, donde su misión era interrogar a detenidos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, grupo terrorista que perpetraba constantes atentados y asaltos de bancos en todo el país. Nunca detuvo a nadie. Casi mil años de presidio le han caído por secuestros que nunca cometió, de personas a las que jamás vio. Los jueces lo han penado, dicen ellos mismos en sus fallos, como parte de la "cúpula de la DINA", en circunstancias que en 1974 era un teniente veinteañero al mando de cuatro personas menores que él. En más de un caso se le ha condenado dos veces por un mismo delito. En otros, por la muerte de mujeres miristas, como Diana Arón, caída en un combate en que no participó, pues estaba fuera del país; o Lumi Videla, a quien jamás vio y cuyo propio hermano lo exculpó.

Yo supongo que dentro de cincuenta años (no menos) en las escuelas de derecho serias van a estudiar el "Manifiesto" de Krassnoff, quien ya lleva más de veinte años injustamente preso, principalmente a raíz de fallos de Solís (que jamás lo interrogó y a quien por primera vez vio cuando éste lo convocó "para conocerlo", una humorada, a pocos días de jubilar y para una charla intrascendente "del gato con el ratón".) 

Cuando, dentro de cincuenta años, los estudiantes de 2070 cotejen esos fallos espurios y delictuales con la poca verdad contenida en los expedientes, van a comprender cómo entre 2000 y 2020 y tantos se vivió en Chile un negro período de "justicia imaginaria", en que los jueces podían impunemente atropellar las leyes, mentir y hacer desgraciadas a miles de personas inocentes y a sus familias; y perpetrar todo eso no sólo con impunidad, sino siendo honrados (los más prevaricadores) con el ascenso a la Suprema, a iniciativa y con el apoyo en el Senado de la mayoría de una derecha política traidora y canallesca a la que, supongo, en algún momento su electorado debería castigar.


domingo, 20 de diciembre de 2020

La Mala Memoria de los Chilenos

Los países que no tienen memoria repiten su historia. Chile es uno de ellos. Chile olvida todo. Como la mayoría manda y la mayoría (comprobadamente) no entiende lo que lee, es decir, no sabe lo que realmente ha pasado y está pasando, entonces sólo repite las consignas que más oye (generalmente de origen comunista), y se equivoca una y otra vez. Hace poco esa mayoría acordó cometer un error insigne, increíble: por 78 contra 22 por ciento, de manera categórica, decidió reemplazar la Constitución que le había dado al país los mejores treinta años de su historia. 

Es sintomático que, en las comunas donde vive gente que sabe lo que pasa porque entiende lo que lee, no compra las consignas y no depende del Estado sino, más bien, lo financia (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Colchane), el porcentaje de respaldo a la actual Constitución pasó del 60%. Yo propuse que esas comunas se separaran amistosamente del resto, en vista de su sentir tan opuesto, en cuanto al estatuto bajo el cual desean vivir, pero ni siquiera las "fuerzas vivas" de ellas mismas acogieron la idea, porque esas fuerzas están, si no muertas, adormecidas y resignadas a sufrir la suerte del resto, que se prevé ominosa. 

En estos días ha remecido el ambiente la idea de indultar a todos los que han cometido los delitos violentos que han alterado y dañado tan gravemente la vida nacional en el último año. Las voces más sensatas se han alzado escandalizadas ante semejante perdón. ¿Por qué? Yo no recuerdo que hayan dicho prácticamente nada cuando Patricio Aylwin, en 1991, hizo lo mismo, es decir, indultó hasta a los autores de los más sangrientos atentados. El senador Jaime Guzmán, que alzó su voz para oponerse a la reforma constitucional necesaria para permitir semejante indulto, fue desoído. Peor aún, poco después fue asesinado por el brazo armado del partido comunista, el que más armas ilegales había internado, más se beneficiaba de ese indulto y más había patrocinado el terrorismo y la violencia política (y lo sigue haciendo hasta hoy). Su candidato presidencial pelea el primer lugar en las encuestas.

Los que en Chile premian la violencia y promueven que se castigue a las fuerzas de orden, defensoras de la legalidad, son mayoría. Por eso hay centenares de presos políticos uniformados, condenados contra toda legalidad con el beneplácito general, y se sustancian miles de procesos adicionales. A la vez, el presupuesto destina centenares de millones de dólares anuales (y ha destinado miles de millones en el pasado) a indemnizar a los violentistas del ayer.

Si Chile premia la violencia es porque quiere violencia y por eso tiene violencia. Lo único que explica que algunos alcen la voz contra el perdón que. una vez más, se propone extender a sus hechores, es la proverbial mala memoria nacional. 

jueves, 17 de diciembre de 2020

Depredadores del Derecho y la Justicia

Como si faltaran razones para juzgar mal a este gobierno, Sebastián Piñera y el ministro de Justicia, Hernán Larraín, se han arreglado para añadir a su quehacer otra y decisiva barbaridad: proponer el nombre del ministro sumariante Mario Carroza como nuevo integrante de la Corte Suprema.

Pues Carroza es el más insigne atropellador de las leyes en perjuicio de los militares desde que el maestro en la materia, su colega Alejandro Solís (que se hizo famoso en la TV al confesar que "fingía" delitos, con tal de condenar a uniformados) se acogió a retiro. Si hubiera sido la extremista (r) Michelle Bachelet la que hubiera propuesto a Carroza, ello habría sido considerado una provocación. Que lo hagan el indescriptible Piñera y su inefable ministro Larraín es francamente inverosímil y puede tener consecuencias para ambos.

Pues Carroza ha perpetrado las mayores barbaridades judiciales registradas desde que se retiró Solís, quien difícilmente va a ser superado en ese aspecto. La más escandalosa, a mi juicio, aquél la cometió cuando condenó a un héroe nacional, condecorado con la Medalla Al Valor, el  brigadier Miguel Krassnoff, a diez años y un día de presidio por el supuesto "asesinato" del cabecilla terrorista Miguel Enríquez. Pues la inmensa mayoría del país, desde sindicalistas hasta líderes políticos, lo habían aplaudido por ello en 1974. Krassnoff logró ubicarlo y derrotarlo en su guarida, en un enfrentamiento iniciado por Enríquez. Pocos días antes éste había asaltado la sucursal "Huelén" del Banco de Chile. Ante la negativa del respectivo agente a entregarle las llaves de la bóveda y el combo en un ojo que éste le acertó, le había ordenado a uno de sus secuaces "bajarlo", lo cual éste hizo mediante seis balazos que, sin embargo, no lograron quitarle la vida al héroe de la jornada, el bancario Renato Robinson del Canto. El ojo de Enríquez permanecía todavía morado el día de su muerte, cuando Krassnoff lo descubrió.

El país entero celebró este triunfo contra el extremismo. Por esos mismos días el ministro pro-DC de la Suprema, Rafael Retamal, le decía a Aylwin, gatillador del golpe del 11.09.73 y que ya había iniciado su "vuelta de chaqueta" pidiendo garantías para los terroristas: "Mire, Patricio, deje que los militares hagan la parte sucia, después vendrá la hora del derecho. Los extremistas nos iban a matar a todos", según revela el mismo Aylwin en sus memorias.

El mundo sindical, la civilidad democrática y la prensa aplaudieron a Krassnoff y justificaron su condecoración. Cuarenta años después, un juez prevaricador del derecho y falsificador de los hechos inventó el "asesinato" de Enríquez y condenó a diez años y un día al héroe del '74. Se llama "el pago de Chile". 

Y ya los jueces rojos le han cargado 650 años de presidio a Krassnoff por salvar al país. Díganme si éste se ha vuelto o no miserable.

Tiempo después de la referida "proeza", Carroza se hizo cómplice de otra de las más desvergonzadas actuaciones de Michelle Bachelet 2.0: por dudosos procedimientos ella logró que dos ex conscriptos de una patrulla que controló a terroristas incendiarios en una "jornada de protesta" de 1986, culparan a un oficial de haberlos rociado con combustible y quemado. Los hechos habían sido juzgados ya en 1986 por el respetado ministro instructor Alberto Echavarría Lorca. No obstante, Carroza, ilegalmente, abrio un nuevo proceso, con violación de la cosa juzgada y de la prescripción, arruinó la existencia de una decena de ex conscriptos, en la actualidad gente de trabajo modesta, privándolos de libertad y, no conforme con toda esa ya sustancial prevaricación, imputó a un oficial que no tuvo injerencia en los hechos un delito que no había cometido, el de haber personalmente quemado a los dos extremistas. La reacción general de respaldo al oficial en las redes ha sido tan fuerte que ya nadie sabe cómo va a salir Carroza  del intríngulis en que se ha metido en el caso. 

Supongo que, en unos años más, se va a dictar un fallo tan funambulesco como el del "caso Frei", otro escarnio para la justicia chilena que ya la opinión pública observa hasta con sorna.

Pero Sebastián Piñera y Hernán Larraín han encontrado la fórmula para rescatar a Carroza del embrollo de los "quemadores quemados", proponiéndolo para la Corte Suprema, tribunal al que actualmente se accede si y sólo si en la hoja de vida del postulante hay reiteradas pruebas de que es capaz de atropellar las leyes y contradecir los hechos.

Sin embargo, los jueces rojos deberían comenzar a tener miedo de que pueda advenir en el futuro un gobierno serio en Chile, porque lo primero que debería hacer sería meterlos a todos presos. Y también, por cierto, a Sebastián Piñera y Hernán Larraín, en calidad no sólo de cómplices, sino de coautores.

No se rían. En 1973 también los rojos abusaban igual, confiados en que "en Chile nunca pasa nada".

lunes, 14 de diciembre de 2020

La Falla Estructural

En alguna carta a un diario un lector critica a Piñera por sostener en "Tolerancia Cero" que la actual Constitución "divide a los chilenos" y, en cambio, de la Convención Constituyente va a surgir otra, "la casa de todos" y un texto que los una. ¡Pero si eso es lo mismo que sostiene la oposición!, se lamenta el lector. 

Pero, estimado lector, ¿cuál es la novedad? Siempre Piñera ha sido "del otro bando". Cuando el nuestro estaba con el "Sí", él era del "No". Cuando, después del '90, estábamos en la oposición, él negociaba con el gobierno (entre otras cosas, su compra de acciones de LAN a la Corfo) y le daba mayoría a Aylwin. 

Cuando nosotros defendíamos a los militares de la venganza de éste y de la izquierda, Piñera era el peor cuchillo de aquéllos, votaba en el Senado por la destitución de un ministro que aplicaba la amnistía y, después, llevado al gobierno en brazos de la derecha, multiplicaba por tres las querellas contra exuniformados y trasladaba a los oficiales presos a un penal peor (con el aplauso comunista). 

El primer gobierno de Piñera ya fue un desastre para la derecha, que perdió 62-38 % en la siguiente presidencial. Los autores norteamericanos William Sater y Simon Collier, autores de una objetiva "Historia de Chile", afirmaban: "Los chilenos coinciden en pocas cosas, pero una de ellas era que Piñera parecía manifiestamente inepto, o en palabras de un senador de la derecha, el suyo ha sido de los peores gobiernos de la historia de Chile".

La cita está en un artículo del historiador Gonzalo Serrano del Pozo, de la Universidad Adolfo Ibáñez, quien añade por su cuenta, dado que Sater ha sobrevivido a Collier, y podría ampliar la "Historia..." de ambos e incluir al actual gobierno de Piñera: "el Presidente... sigue perpetuando una conducta que llega a ser, en contexto de crisis social, económica y sanitaria, insoportable".

La falla estructural se llama Piñera. Lo advertí desde un principio.

Pues el éxito de Chile consistió en la Constitución que garantizó la libertad y en el modelo que legaron Pinochet y la Junta. Eso lo sabemos, pero nadie se atreve a decirlo, pues cuando el embajador Otero lo expresó, Piñera lo echó. 

El "segundo milagro chileno" residió en que la Concertación, durante cinco gobiernos, incluido el de Piñera, preservara las bases del modelo y la Constitución. Pues ésta, al revés de lo que dijo Piñera en "Tolerancia Cero" y según palabras del propio Ricardo Lagos en 2005, "se pone a la altura del espíritu de TODOS los chilenos y EL PAÍS SE UNE tras este texto constitucional". ¡Ya tenemos "la casa de todos"! Pero ahora Piñera quiere derogarla porque, según su inepta opinión, "divide a los chilenos".  

Ése es el origen de la crisis. Víctimas de la violencia generalizada, pues el gobierno no es capaz de combatirla; en medio del desinterés por la política (en la útima elección de presidente de la UDI votaron menos que en la elección del Colegio Médico), entraremos en un torbellino electoral artificial y caótico.

Paradójicamente, velan públicamente por los fueros de la libertad, alarmados, la falange de columnistas de izquierda de "El Mercurio" (Carlos Peña, Agustín Squella, Eugenio Tironi, José Joaquín Brünner). Ahora se autodenominan "liberales". Son los únicos encargados de desenmascarar a los "kerenskys" y demagogos, como Ignacio Walker o el cura Berríos. Esos columnistas de izquierda son, a la vez, favoritos de los empresarios (varios de éstos ¿serán...? se ufanan de haber votado "Apruebo", junto con la izquierda, en el plebiscito surgido del conato revolucionario). Convidan a dichos columnistas de izquierda como expositores preferentes a sus eventos. Quieren parecer "pluralistas", pero en ellos hay, de antemano, una palabra con censura previa: "Pinochet" (a quien todo le deben). 

En fin, el hecho es que la falla estructural se llama Piñera. Y es estructural porque, por ejemplo, en "El Mercurio" Eugenio Tironi sostiene que los empresarios deben dedicarse al bienestar social y no al lucro, y él va a querer que la nueva Constitución lo diga así; y Jorge Quiroz lo contradice y sostiene que los empresarios deben privilegiar el lucro. Pero lo importante es que la actual Constitución no se pronuncia, sino que les garantiza a ellos y a todos la libertad de hacer lo uno o lo otro u optar por una meta diferente. Eso es lo que se llama "libertad". Eso es lo estructural. 

¡Y la falla lo es porque, según parece inminente, vamos a perder nuestra libertad!

Quedará un solo salvavidas: el plebiscito de salida. Pero si ya en el de entrada las ideas liberticidas triunfaron con el 78 % ¿qué esperanza hay? 

 

viernes, 11 de diciembre de 2020

Nunca Tantos Dieron Tanto a Tan Pocos

Piñera está en pánico y hasta olvida ponerse la mascarilla. Debe "autodenunciarse" de eso y sólo de eso. Si no, sería una extensísima autodenuncia. Ya ha regalado todo, pero los rojos le piden más. Son el 5 por ciento del electorado, pero mandan como si fueran el 95 %, porque, como es bien sabido, MATAN, y eso es y siempre ha sido un argumento muy convincente. Lo peor es que, tal vez por eso mismo, nadie les hace nada. Toda esta evidencia en este momento "pone a Piñera a temblar", como recordaba la exguerrillera Bachelet al asumir en 2005 y decía: "Cuando la izquierda sale a la calle, la derecha se pone a temblar". Bueno, ahora él y toda ella están temblando.

Tellier, jefe comunista recién reelecto por enésima vez, se ha ufanado públicamente de que mandó asesinar a cinco uniformados. Denunciado a los jueces rojos, estos declararon ¡era que no!, que "ese" delito estaba prescrito (no como los de los militares) y no le han hecho nada. Su compañero de ruta Micco, funcionario de gobierno, hoy mismo negocia con Piñera y le hace cada vez más exigencias. Piñera se humilla y jura y rejura que "jamás atropellará los DD. HH." Micco exige más cosas a su jefe y manda fuerza, pues está a la cabeza de ex miristas y frentistas "inspectores de derechos humanos", que ganan cuatro millones y medio que usted, contribuyente, les paga, sí, y tienen vigiladas y paralizadas a las policías y a los militares, que no pueden disparar porque, si llegan a darle a algún violentista, no faltará una fiscal Chong que los mande presos.

Por eso a Ancalaf le basta pararse frente a un predio, bloqueando la entrada, arruinando a su propietario y pidiéndole al Gobierno que se lo den a él, a vista y paciencia de un fuerte contingente policial que no le hace NADA. Al contrario, ya le han dado 275 hectáreas, pero quiere más.

Piñera en estos días está temblando ante Micco, además, porque éste puede declararlo "urbi et orbi", en cualquier momento, "violador sistemático de DD. HH.", dándoles así a los comunistas "licencia para matar" y para que cualquiera de sus "compañeros de ruta", algún sucesor del juez Garzón, pueda en el futuro despachar orden de captura internacional contra él y hasta embargarle sus inversiones en paraísos fiscales, convirtiéndolo en paria internacional, después que termine su mandato. 

Y más encima, según la más reciente encuesta, su rechazo ciudadano sobrepasa ya el 80% y su apoyo se reduce a 7 %, la cifra más exigua registrada, lo cual no lo ayuda en momentos en que los comunistas, con todo el peso de su 5 % de los votos y su capacidad de matar, le exigen que se vaya ¡ya!

Los mismos comunistas, desde que gobernaba su compañero de ruta Aylwin en adelante, se han ido quedando con una parte inmoral de la plata de los chilenos. Y como, además, desde 2000 mandan sin contrapeso en el Poder Judicial, día a día salen más sentencias que les otorgan cada vez otros centenares de millones de pesos más por subversivos caídos hace cuarenta y tantos años, cuando había un gobierno que realmente derrotaba a la guerrilla, en lugar de llevarle el amén. Cosa que a ese gobierno no le perdonarán jamás, por repetidas que sean las veces en que el ministro de Justicia y DD. HH., Hernán Larraín, les haya pedido perdón y les haya hecho ver que ya se les ha dado más de seis mil millones de dólares en indemnizaciones, suma que no toma en cuenta los cien mil falsos exonerados, los treinta mil pensionados Valech por haber sido interrogados, la pensión y la salud gratis y las indemnizaciones de la Comisión Rettig y su sucesora, los mil indultos de Aylwin a terroristas presos, más trabajo garantizado en el extranjero. Y, encima de eso, el presupuesto les reserva 400 millones de dólares anuales cada año para seguir indemnizándolos, prometidos por la Subsecretaria de DD. HH. Lorena Recabarren.

Ahora los comunistas anuncian que van a "rodear" la futura Convención Constituyente hasta que ésta acceda a sus demandas. Su candidato Artés, en 2017, desde la majestad del uno por ciento de votos que obtuvo, anunciaba que harían exactamenter eso: "rodear" con una masa movilizada al Congreso y a La Moneda. Ahora lo harán con la Convención Constituyente. Y lo vienen haciendo con éxito desde que eran minoría bolchevique en Rusia en 1917 y, gracias a los ""kerenskis", que acá también tenemos en abundancia, se impusieron, mataron y gobernaron, en ese orden, más de setenta años. 

Nunca tantos (78 % del Apruebo) dieron tanto a tan pocos (5% del comunismo). A mi, que me registren. "Lo sospeché desde un principio" y denuncié en 1989. Pero la mayoría, partiendo por la derecha, le creyó una y otra vez a Piñera y no a mí. "¿Qué le pasa a Hermógenes?", preguntaban. "De aquellos polvos vinieron aquestos lodos". Y cuando la "masa movilizada" comunista los "rodee" en la Convención en 2021 ¿creen ustedes que carabineros y militares los van a defender? Por eso, y como siempre desde 1917, ustedes, una vez más, les van a dar de nuevo todo lo que ellos les quieran pedir.

martes, 8 de diciembre de 2020

A Otro Pérez con ese Hueso

El antipoeta solía decir "¡a otro Parra con ese hueso!", cuando le venían con ideas peregrinas. Yo lo imito ahora y digo "¡a otro Pérez con ese hueso!", cuando me invitan al circo constituyente.

No querría tomar parte en nada hasta volver a votar "Rechazo" en el plebiscito de salida de 2022. Pero será preciso elegir un Presidente que garantice el orden y un alcalde de derecha, Gonzalo de la Carrera, en mi comuna, Las Condes. Parece que casi toda la gente estima que las demás votaciones serán sólo circo, pues en las recientes primarias que han iniciado el carnaval votó, dependiendo de la comuna, sólo entre un 2,8 % y un 4,37 % de los que podían hacerlo, es decir, se abstuvo entre el 95,63 % y el 97,2 % de la gente.

Eso dio lugar a que, con un par de miles de votos de sus amigos, Camila Merino, que había votado "Apruebo" junto a la izquierda, ganara el derecho a ser la candidata a alcaldesa del pacto Chile Vamos en Vitacura, donde más del 60 % había votado "Rechazo" y es una de las tres comunas más derechistas de Chile, junto a Colchane (74 % de "Rechazo") y Lo Barnechea (casi 67 %). 

Obviamente, al enterarme de que la inefable centroderecha llevará una candidata del "Apruebo" le mandé un mail a José Antonio Kast diciéndole que su partido podía aspirar a esa importante alcaldía. Pues el electorado de Vitacura es tan derechista que lo va a elegir. Por eso me dio a mí la primera mayoría en la elección senatorial de 1989, aventajando cómodamente en la comuna a Eduardo Frei y a Sebastián Piñera, que me ganaron en todo el resto de la circunscripción. Y en la elección presidencial de 1993 también José Piñera, el candidato de más a la derecha, triunfó en Vitacura por sobre el mismo Frei, que salió elegido Presidente, y Arturo Alessandri Besa, del pacto de centroderecha.

Ha sido lamentable que el único partido de derecha que reconoce en su Declaración de Principios el legado del gobierno militar, Fuerza Nacional, no haya alcanzado a constituirse para aprovechar oportunidades como la que brinda Vitacura. 

Un joven constitucionalista me consulta sobre ideas para la nueva Constitución. "A otro Pérez con ese hueso", pensé, pero dados los "convencionales designados" que surgirán de la paridad de género y de la representación de pueblos indígenas, le sugerí lo conveniente que sería restablecer en la Carta los senadores designados, idea originaria de don Jorge Alessandri, cuya materialización dio tanta estabilidad institucional y varios de los mejores senadores del pasado, como la recordada Olga Feliú. Y también se me ocurrió la idea de restablecer el derogado sistema mayoritario binominal, que tantos "mejores poderes legislativos que el actual" le diera al país, por comparación con el caótico que hay en funciones, surgido del sistema proporcional.

En el Día de la Virgen no puedo dejar de hacerme la ilusión de que, de tanto mal presente, no pueda resurgir, terminados la nefasta presidencia de Piñera y el circo constitucional, un nuevo período de auge y reconstrucción como el que nos puso a la cabeza del hemisferio después de los terribles mil días anteriores al 11.09.73.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Verdadera Historia de un Mito

Hay un mito urbano que me concierne, pero es falso. Partió en el diario digital "El Mostrador" el 1° de diciembre de 2009, bajo el título "La vez que Piñera reprobó a Hermógenes Pérez de Arce", lo que no tendría mucho de particular si fuera verdad, pero no lo era ni lo es. Porque Sebastián Piñera, como mi profesor del ramo de Asignación de Recursos en un magister de Economía, me aprobó y con cierta generosidad. 

Esto sucedió a mediados de los años '70. Yo debía repetir el ramo para terminar el curso, pero había recién asumido la dirección de "La Segunda" y no podía asistir a clases. Fui a ver al profesor, se lo expliqué y él estuvo de acuerdo. Pero durante el respectivo semestre, otros alumnos me informaban que, clase a clase, el profesor pasaba lista y siempre hacía ver su molestia por mi total inasistencia. 

Al final del curso me presenté a rendir el examen, el cual aprobé con lo justo. Fui a ver a Sebastián a su oficina de las Naciones Unidas, en Vitacura, para agradecerle su comprensión, y él me comentó que el ayudante que corregía los exámenes quería reprobarme, pero él le había indicado que yo manejaba bien los conceptos y que mis fallas en el desarrollo de alguna fórmula no justificaban reprobarme y me aprobó, de modo que le agradecí doblemente.

Como las personas cambian con el tiempo (pero las cosas no) "El Mostrador" publicó más de 30 años después su artículo, Evelyn Matthei apareció comentando mi "reprobación" y el propio Piñera, ante mis frecuentes críticas en este blog a sus actuaciones y debido a que yo solía y suelo publicar su nutrido prontuario, repetía ante diversos circunstantes y auditorios cautivos que ello era motivado por mi resentimiento, nacido de que me había reprobado en el único examen que me tomó. 

Además, una persona que comenta religiosamente este blog, no sé si remuneradamente o no, y siempre me prodiga variados insultos bajo diversos seudónimos (el último, "Palermo") reitera una y otra vez que mi motivación para criticar a Piñera es por haberme éste reprobado en el referido examen. Y como "una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad", como aseguraba Goebbels, el respectivo "mito urbano" prendió.

Pero la verdad es la que más arriba relaté.

jueves, 3 de diciembre de 2020

Piñera en su Apogeo

Nada refleja tan fielmente el verdadero temperamento político de Sebastián Piñera como su proposición del nombre del ministro Mario Carroza para integrar la Corte Suprema. Aun si ocurriera que, por falta de pensamiento jurídico-político propio, estuviera obrando por mera conveniencia táctica, ello revelaría su completo menosprecio por el estado de derecho y su conocida sumisión a la extrema izquierda.

Pues si se tratara de un mero gambito para contentar a quienes quieren sacarlo anticipadamente de La Moneda, ya hay precedentes. En efecto, se rindió ante los mismos adversarios el 15 de noviembre del año pasado, ofrendándoles ni más ni menos que la Constitución. Ahora, al proponer a un ministro caracterizado en sus fallos por la venganza contra los militares y por su desconocimiento de las bases del derecho penal, con tal de castigarlos, Piñera reedita una conducta que ya observó cuando interpuso mil querellas contra exuniformados y, en plena caída de popularidad bajo su primer mandato, cuando trasladó, bajo el símbolo de la hoz y el martillo instalado en el pórtico del penal, a altos oficiales a otro distante y peor, "Punta Peuco". Ello acarreó el suicidio de un general ejemplar, Odlanier Mena, quien, aparte de estar sometido a un proceso injusto, pasaba a quedar imposibilitado de atender su enfermedad terminal, debido a la distancia entre la nueva prisión y el centro hospitalario.

El ministro Mario Carroza, a su turno, logró alta figuración al reabrir, en 2018, un caso que ya había sido 32 años antes juzgado y fallado. Es decir, transgredió la cosa juzgada y, además, las leyes sobre prescripción y amnistía. Fue a raíz del episodio de los "quemadores quemados", que afectó a los activistas Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana, en 1986. Quien investigó y falló el caso entonces fue un prestigiado ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, don Alberto Echavarría Lorca, cuya resolución del 23 de julio de 1986 determinó que, "por un movimiento de la joven" Carmen Gloria Quintana, se volcó un artefacto incendiario de los que ella y su acompañante portaban, quemándolos a ambos. 

Treinta y dos años después Carroza, además, ocasionó una situación humanitaria gravísima a una decena de modestos trabajadores, que habían sido jóvenes conscriptos y formaban parte de la patrulla de vigilancia en 1986, privándolos de libertad y procesándolos contra todas las leyes y ocasionándoles enormes perjuicios personales y familiares. 

Además, también procesó injustificadamente a un alto oficial que no  había tenido participación en los hechos y que, por eso y por la ilegalidad de todo el procedimiento, ha conseguido un respaldo ciudadano importante.

Con razón, frente a los intereses políticos que rodean el quehacer judicial en Chile, el abogado Adolfo Paúl se ha abismado de que, cuando la ministra Ana Gloria Chevesich, a su turno, postulaba a la Corte Suprema, se ufanara públicamente y como carta de recomendación, de "nunca haber aplicado la prescripción, ni la media prescripción ni la amnistía", leyes expresas y vigentes. Paúl ha destacado de que esa pública confesión de un delito, la prevaricación (tipificado como la contravención de leyes expresas y vigentes por un juez en sus fallos) sirva de antecedente meritorio para llegar a la Corte Suprema.

La proposición del nombre de Mario Carroza por parte de Piñera sólo confirma esa pérdida de la juridicidad general.

Es que ése es el país que hoy somos. Un "parlamentarismo de facto", una dictadura judicial de izquierda y un Ejecutivo que se somete al primero y cohonesta a la segunda. 

Piñera en su apogeo y Chile en demolición. 


martes, 1 de diciembre de 2020

Ya No Queda Nada

Mario Vargas Llosa le preguntó a Sebastián Piñera, en un foro internacional, qué había hecho con el mejor país de América Latina, ahora sumido en la violencia revolucionaria de izquierda. La respuesta de Piñera fue larga, como siempre son las de los culpables, pero pudo haber sido corta y más correcta: "Favorecer a la guerrilla con la impunidad y mucho dinero, perseguir a militares y carabineros, buscar el reemplazo de la Constitución, subir los impuestos, crear ministerios y minar una base del crecimiento: la previsión fundada en la capitalización individual". Y pudo ser más corta aún: "Garantizar la impunidad a los violentos". Una funcionaria pública, la Defensora de la Niñez, llama a los niños a "saltarse los torniquetes", la conducta que dio inicio al conato revolucionario hoy triunfante. 

En el reciente plebiscito votó sólo la mitad de la gente, y el 78 % de ella quiso otra Constitución. Otro modelo. En Vitacura, donde había triunfado el "Rechazo", acaba de imponerse ahora, como candidata a alcaldesa de la coalición de gobierno, una partidaria del "Apruebo", gracias a que la gente casi no fue a votar en las primarias. Parece que ya no queda ni siquiera eso.

Como "Júpiter ciega a quienes quiere perder", la mayoría comparte un diagnóstico errado: el modelo económico-social generó malestar. Falso: el modelo dio, sobradamente, los recursos para que no hubiera ningún malestar, pero la clase política y, en particular, la burocracia de izquierda, se quedó con la plata. Si el "gasto social" del presupuesto hubiera ido a los pobres, no habría pobres; si los sueldos millonarios del sector público (32 % mayores que los del privado) se redujeran en sólo 10 %, podría financiarse una jubilación básica no menor a 400 mil pesos mensuales para todos.

Si las familias pobres pudieran recibir el gasto social en educación, sus hijos podrían financiar los mejores colegios y la enseñanza daría un salto cualitativo gigantesco. Si los pobres pudieran recibir el gasto público en salud, podrían estar en isapres y con los mejores seguros, sin "listas de espera".

Pero ya no queda nada, salvo la violencia. El doctor en Economía John Cobin se defendió del asalto de una turba a su camioneta, con su arma inscrita. Disparó al pavimento y un rebote hirió a un asaltante de los que gritaba "¡hay que matarlo!". Ha sido condenado a once años de presidio por varios "homicidios frustrados". El Intendente de Piñera se querelló contra él como si hubiera salido a matar, cuando sólo se defendió.

Del mismo modo, los militares que frustraron el asalto violento al poder en 1973, hoy son perseguidos por la justicia de izquierda, contra todas las leyes. Hay doscientos presos políticos, condenados ilegalmente y miles de procesos más en ciernes.

Del "mejor país de América Latina", que se logró con el modelo de sociedad libre y con el respeto de la ley ("rule of law", "estado de derecho"), que legó Pinochet, Mario, ya no queda nada. 

Hiciste mal en preguntarle por él a su principal enterrador.