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lunes, 24 de octubre de 2022

La Constitución Nos Llama

En lo económico-social ni la Concertación ni Aylwin se perdieron. Por eso respetaron el modelo. Sólo "le rayaron la pintura" subiendo impuestos y deteriorando el mercado laboral. Eso tuvo un costo: mientras el impuesto a las empresas fue 10 % (1985 -1991), el país creció 6,32 % anual; Aylwin lo subió a 15 % (1992-2002) y el país creció menos, 5,6 %; cuando Frei R-T lo subió a 17 % (2003-2011) el país creció todavía menos, 4,7 % anual; Piñera y Bachelet II lo volvieron a aumentar a 27 % (2012-2017) y el crecimiento del PIB bajó a 2,7 % anual. En esos años Donald Trump bajó el mismo impuesto en EE. UU. de 35 % a 21 % y hubo un aumento del crecimiento allá (Camilo Cammas, Economía y Sociedad 13.03.19). El izquierdismo achicó la torta y generó malestar social.

Pero Bachelet II y el comunismo, llegados al gobierno en 2014, necesitaban más "pegas" y propusieron cambiar la Constitución, cosa que no le interesaba a la gente. La izquierda no produce nada útil y, entonces, necesita más puestos en el Estado, para vivir mejor y repartir "pegas". Como la Constitución limita a éste a un papel subsidiario y no le permite crecer, la "izquierda con fines de lucro" necesita derogarla para que haya más Estado y así poder dar más "pitutos" a su clientela. Incluso con la actual Carta, desde 1990 y hasta la fecha se arreglaron para que los burócratas tuvieran sueldos 50 % mayores que en el sector privado ("La Tercera" 20.11.21). Ése es todo el tema. Si no derogan la Constitución no pueden crear más pegas ni ganar más plata a costa de "we the people".

Las políticas de izquierda provocaron malestar social, porque "la torta" --vimos-- creció menos. Además Lagos hizo el plan socialista Transantiago, que aumentó el malestar porque quitó horas de hogar a los trabajadores y ocasionó enormes pérdidas fiscales (700 millones de dólares anuales; mientras el sistema libre de las micros amarillas dejaba ganancias). Más encima, Bachelet II discurrió otro negocio socialista, el de la inmigración descontrolada, que perjudicó a los pobres, porque llegaron haitianos que pagaron caro el pasaje para venir a hacer acá trabajos por menos plata que la que ganaban los chilenos. Menos crecimiento, menos trabajo, menos tiempo en la casa, peor locomoción hicieron que se acumularan las deudas y el malestar popular: El descontento, pues, fue de origen exclusivamente socialista. Y Lagos con su reforma constitucional de 2005 deterioró el sistema electoral y transformó al Congreso en un circo que irritó adicionalmente al ciudadano común. 

Entonces los marxistas, causantes del malestar social, hicieron una maniobra propagandística maestra, la "Gran Willy" o "Gran Cambiaso": desataron las violencia callejera culpando al modelo neoliberal y a la Constitución. La ocasión la dieron las tarifas de la locomoción que tuvieron que subir, en parte por cambiar al Metro su fuente de electricidad a las energías verdes, que son más caras. Piñera se rindió, en lugar de declarar la inconstitucionalidad de los 14 partidos sediciosos, inhabilitar a sus parlamentarios comprometidos con la violencia, de acuerdo a los artículos 19 número 5 y 60 de la Constitución y meter presos a discreción a los violadores de la Ley de Seguridad, la Antiterrorista y el Código Penal. Siempre lo habían hecho así Presidentes con pantalones ante las insurrecciones de 1934, 1949, 1957 y 1964, y Pinochet en los 17 estallidos insurreccionales de los 80. 

Tras la rendición de Piñera era inminente la Tercera República Socialista, después de las de 1932 y 1973, cuando a alguien se le ocurrió hacer obligatorio el voto, para asegurar el triunfo del Apruebo. Y ahí vino la gran sorpresa: ganó la derecha. Kast había sacado 3 millones 649 mil votos en 2021 y el Rechazo sacó 7 millones 882 mil votos el 4 de septiembre de 2022. La Constitución recibió un respaldo adicional de 4 millones 200 mil votos. Boric había sacado 4 millones 620 mil votos y el Apruebo subió apenas a 4 millones 860 mil votos. Conclusión: el que antes no votaba era mayoritariamente ¡de derecha! Una marea silenciosa de 4 millones 200 mil votos no quería otra Constitución y respaldó la actual. Los estudios comprobaron que entre los más pobres el Rechazo ganó 70% vs. 30 %, mientras entre los más ricos ganó sólo 60 % vs. 40 %. También que entre los que tenían sólo enseñanza media el Rechazo ganaba por más que entre los que tenían educación universitaria. Los más pobres son más derechistas, pero no votan si no están obligados y no hablan ni saben de política. Sólo tienen sentido común, el cual, como sabemos, se hace fuego con el socialismo. Y liquidaron a éste el 04.09.22. 

En la comuna más pobre de la RM, La Pintana, ganó el Rechazo; la elegante Ñuñork fue una de las 8 del país donde ganó el Apruebo. ¿Cómo se entiende eso? Mera imbecilidad, dicho "con respeto". Igual que la del niñito bien que destruyó un grifo y era partidario del Apruebo. O que los grandes empresarios apoyando lo mismo que los comunistas. En la Araucanía, donde están radicados la revolución armada comunista y el separatismo, el Rechazo ganó con el 80 % de los votos. En una comuna del norte, ciento por ciento indígena aymara, Colchane, el Rechazo ganó con el 95 % de los votos. Es la más derechista y la que más sufre con el negocio izquierdista de la inmigración ilegal. El sentido común es antisocialista y no está correlacionado con la educación superior ni con la riqueza. 

Restablecida la verdad política por el voto no-voluntario de la gente con sentido común, se confirmó la Constitución de 1980, como lo dice expresamente su artículo 142. Y, por ahora, se salvó Chile del comunismo por segunda vez desde 1973. Entretanto, el principal adalid de la nueva Constitución, Gabriel Boric, obtiene dos tercios de rechazo, 66 % (Cadem).

Pero ¡oh sorpresa! ¡Boric recibe apoyo del "vientre blando" de la centroderecha! A la izquierda le presta ropa el primer editorial de El Mercurio del 05.09.22, según el cual ¡el proceso constituyente sigue! Francisco Chahuán y Javier Macaya, presidentes de RN y UDI, respectivamente, corrieron el 5 a La Moneda a apoyar a Boric y decirle que están con él en su deseo de cambiar la Constitución. Boric mismo repite: "el proceso no ha terminado." Sólo falta que aparezca de nuevo Macaya con la camiseta con Jaime Guzmán baleado y que vaya a reconfortar en París a su asesino Palma Salamanca, al igual que Boric. Los grandes empresarios ¡también quieren darles a los comunistas su nueva Constitución! Por suerte los más chicos, los de Cumsille, son muchos más y anhelan orden público antes que nueva Constitución, entonando el himno de Carabineros.

La derecha ganó con el 62 %, pero su "vientre blando" entreguista no halla cómo arreglarse para perder. Hasta excomunistas, como Sergio Muñoz Riveros o Max Colodro, ya han visto la luz y se preguntan hasta cuándo el piñerismo insistirá en entregarse. Éste responde, como el escorpión picando a la rana, "es que está en mi naturaleza, no sé hacer otra cosa". Pero los votantes obligados de la mayoría silenciosa recitan: "Que no ataje nuestro paso mina, foso ni trinchera/ cuando oigamos que nos gritan la Constitución y la bandera: "¡Hijos míos, defendednos, estamos aquí!". 

martes, 25 de marzo de 2025

PACTO DE DERECHA

No puede haber un pacto de un candidato presidencial de derecha con una candidata que profesa ideas de izquierda. Eso lo dicta el sentido común. Evelyn Matthei es de izquierda, como ella misma lo ha declarado, en entrevista con Cristián Warnken. Una voltereta libertaria de último momento no es suficiente para desvirtuar toda una trayectoria. 

Objetivamente y en un orden permanente ella se identifica con lo que fue el gobierno de Sebastián Piñera, funcional a la izquierda, que mucho lo añora hoy. Pero para el país resultó catastrófico, en el sentido de que persiguió sin piedad a los exmilitares que derrotaron al terrorismo, violando sus derechos humanos a un debido proceso y a la igualdad ante la ley. Además, se rindió ante la violencia de la izquierda, en lugar de derrotarla y preservar el orden público con todos los instrumentos constitucionales y legales de que disponía. Posteriormente entregó y pretendió derogar la Constitución que había presidido los mejores treinta años de nuestra democracia. En fin, terminó entregando el poder a la extrema izquierda, cuando parecía imposible que se repitiera un régimen inspirado en el desastroso legado de Allende. Pero ello sucedió. Y ahora partidarios de Evelyn Matthei, un clon político de Sebastián Piñera, pretenden que las candidaturas de derecha pacten con ella para facilitar su acceso al poder.

Pero su volubilidad no es la respuesta ni la solución que Chile necesita. Los mejores años de la historia del país, en todo sentido, se originaron bajo un gobierno de derecha sin ambages, como fue el del presidente Pinochet. Los partidos que apoyan a Matthei procuran alejarse lo más posible de éste. Y la consecuencia han sido estos peores años, traídos consigo por la izquierda. Hoy reconocen en sus propias filas que no podemos estar peor.  

Sería inexplicable un pacto de un candidato de derecha para facilitar la elección de una continuadora de Sebastián Piñera, cuando de lo que se trata es de que no vuelvan a repetirse los catastróficos errores de éste, como lo constituyeron su continuidad de políticas de izquierda para subir impuestos, aumentar el número de ministerios y, sobre todo, persiguiendo ilegalmente, mediante mil querellas prevaricatorias, a los exmiltitares que salvaron a Chile de la revolución armada comunista-socialista.

Además, miró indiferente la exacción ilegal de ingentes fondos públicos en favor de extremistas de izquierda.

Tampoco puede pactar un candidato presidencial preocupado de la situación humanitaria de más de 500 presos políticos exuniformados con la continuadora del jefe de Estado que más los persiguió y provocó el problema de derechos humanos que constituye su falta de debido proceso, las condenas sin pruebas y por meras "ficciones", los centenares de reos octogenarios y nonagenarios enfermos y la discriminación que les deniega derechos carcelarios reconocidos hasta a los peores delincuentes comunes.

Llegar a acuerdo parlamentario entre partidos que alguna vez fueron afines es un tema. Pero en el orden presidencial no hay posibilidad alguna de juntar el agua con el aceite, la obsecuencia con la izquierda, la persecución a los exmilitares, la falta de energía para aplicar la Constitución y las leyes a la insurrección marxista. con quienes representan justamente la preservación del ideario de la libertad y de la subsidiariedad estatal, la defensa del principio de autoridad y la vigencia efectiva del orden público, el combate a la guerrilla que asuela el sur y el término de la inmigración ilegal indiscriminada que autorizó la izquierda y mantuvo Sebastián Piñera, bajo cuya lenidad se multiplicaron las tomas que afligen al país. 

La lista parlamentaria común puede discutirse. Pacto presidencial o primarias con Evelyn Matthei, continuadora del piñerismo que hoy la izquierda añora, por ningún motivo. 

domingo, 13 de abril de 2025

LA IZQUIERDA SE PREOCUPA DE LA DERECHA

Columnistas de centro e izquierda de La Tercera expresan su preocupación por que los candidatos de derecha no le están facilitando las cosas a Evelyn Matthei.

Es hoy la heredera política de un presidente contemporizador con la izquierda, Sebastián Piñera, de quien fue ministra y a quien siempre apoyó... después de los '90, por supuesto, pues hubo un tiempo en esa década en que éste conspiró contra las tempranas ambiciones presidenciales de ella. 

Ahora hay candidatos de derecha con buena acogida en las encuestas, que amenazan la supremacía de Matthei y no quieren ir a primarias con ella. 

En la encuesta Black & White Kaiser aparece primero y ganando a Evelyn. En la Feedback aparece dos puntos por debajo de ella. Indican que ambos pasarían a segunda vuelta. Claro, en la CADEM aparece Kaiser cuarto y bajando. Pero todos sabemos que eso es inverosímil. El candidato del Frente Amplio, Gonzalo Winter, prevé una segunda vuelta entre él y Johannes Kaiser.

Notablemente es la izquierda la que más aconseja primarias de centroderecha y derecha. Sospecho que lo que desean es suprimir desde ya la posibilidad de un verdadero gobierno de derecha. La izquierda le tiene pánico a ese desenlace. Porque un gobierno como el de Pinochet, entre 1985 y 1989, inauguró los mejores treinta años de la historia de Chile y derivó en que después nadie se atreviera a cambiar el modelo. Máximo osaron "rayarle la pintura". Hasta que Piñera II le dio el país en bandeja a Boric y los comunistas. Eso es lo que busca la izquierda, hoy popularmente minoritaria.

Para ello necesita un clon de Sebastián. Nadie ha sido tan funcional a la izquierda como él. En sus columnas en El Mercurio, tras el fallecimiento del expresidente, el socialista Eugenio Tironi ha expresado su nostalgia por él. Y tiene razón, porque nadie ha cumplido tantos anhelos de la izquierda como Piñera, creando ministerios, subiendo impuestos, consagrando el matrimonio homosexual y persiguiendo a muerte a los exmilitares. Le dio mucho a la izquierda. Un cajero automático pagador de indemnizaciones sin fin. Incluso se entregó a la izquierda aún más que Aylwin, pues éste sólo denostó a los militares con su Comisión Rettig, pero no los encarceló. Piñera los metió presos, con las mil querellas que presentó su subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, hoy alto jefe del comando de Matthei. Cien exmilitares han muerto en cautiverio y 500 octogenarios y nonagenarias sobreviven hoy como presos políticos, a los cuales se les niega hasta sus derechos carcelarios. Todos ilegalmente condenados mediante una "ficción jurídica" (el secuestro permanente). Además el Código Penal dice que sólo pueden cometer secuestro los particulares, pero no importa. Todo este sistemático atropello al derecho humano a un debido proceso cuenta con la admiración de la izquierda, que nunca terminará de agradecérselo a Piñera, y quiere verlo prolongado por un gobierno de Matthei.

La izquierda, sabedora de que ya perdió el Poder Ejecutivo, va por su "mal menor". Pues entra en pánico de sólo imaginar cuatro años como los de 1985-1989 de Pinochet, con rebajas de impuestos, auge en la inversión, más equilibrio presupuestario, privatizaciones, desempleo del 5 %, como el de enero de 1990, energía hidroeléctrica barata, creciendo al 6,4 % anual promedio y 10,6 % en 1989, mil terroristas presos, delincuencia bajo control, cero inmigración ilegal, tranquilidad en las calles, sin conflicto en la Araucanía y con "segundo milagro chileno".

Es too much para el centro y la izquierda y la única manera de evitarlo es con otro gobierno como el de Piñera, que les dé garantías y culmine con el mismo Boric u otro igual en el poder en 2030. 

Por eso su falange de columnistas, opinólogos e influencers está haciendo lo posible porque haya primarias y puedan los izquierdistas votar en ellas para que salga su carta favorita, Evelyn Matthei.

martes, 15 de febrero de 2022

Lo Que Nunca Ví Venir

Cuando una persona carece de capacidades elementales para desempeñarse, la justicia le nombra un tutor o curador para que no se arruine haciendo desatinos. ¿Cómo se debe proceder cuando un país entero carece de las capacidades elementales para manejar su propio destino? Lamentablemente, no existe similar solución. 

Un personaje de Vargas Llosa preguntaba en "Conversaciones en la Catedral" "¿cuándo se jodió el Perú?". Bueno, en Chile la respuesta sería obvia y por partida doble: en 1970 y ahora. Definición de chileno: único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.  

La mayoría ha elegido derogar la Constitución, que nos llevó al número uno en América Latina, y reemplazarla por un engendro inentendible. La misma mayoría decidió llevar a los comunistas al poder, bajo la presidencia del peor de los candidatos, como que no ha podido siquiera formar una familia ni titularse de abogado. Y ha dicho estar a la izquierda de los comunistas. No sólo eso: se declara admirador del más destructivo gobernante de la historia del país, Salvador Allende. Para no mencionar otros antecedentes. Tan malo es que ha elegido a una bióloga y veterinaria, hija de un jefe de inteligencia de Castro y nieta de Allende, como ministro de Defensa; y al comunista Galo Eidelstein, de ruinosa gestión en la Universidad Arcis, como Subsecretario de las FF. AA. Pero como siempre todo puede ser peor (primera ley de Murphy) los altos mandos quedaron felices.

Es que los estudios coinciden en que, en Chile, más del 80 % no entiende lo que lee y ese 80 % está manejando el país. Pues casi igual porcentaje votó "Apruebo" a la idea de hacer tabula rasa de la Constitución que nos llevó a la cabeza de América Latina. Y esto se va agravando, porque un sondeo reciente revela que quienes no entienden lo que leen han aumentado a 84 %, confirmando el postulado de Bachelet: "cada día puede ser peor". 

Conclusión: desde el 11 de marzo vamos a extrañar a Piñera. Este es impopular porque no supo mantener el orden público ni impedir la inmigración ilegal ni defender la soberanía, pues hay partes del territorio en manos de enemigos de Chile. Pero, por lo menos, Piñera no era uno de ellos y, en cambio, Boric sí lo es, pues manifestó presencialmente su adhesión a los terroristas del FPMR, al asesino de Jaime Guzmán y a los separatistas de Temucuicui, puño en alto. Además, rindió público homenaje al busto de Salvador Allende, cuyo régimen nos devastó económicamente y dejó al borde de una guerra civil. Entonces recién el 56 % lo eligió.

Estoy, pues, a 23 días de vivir una experiencia inimaginable, que jamás "vi venir": extrañar a Sebastián Piñera.




sábado, 22 de marzo de 2025

ÉRAMOS MÁS FELICES CON LA DERECHA

Un giro a la derecha es lo que pide la gente. "He oído la voz del pueblo", parece decir hoy Evelyn Mattei, como decía Lagos en 1999, tras la primera vuelta en que Lavín le pisó los talones. Hoy día el giro de opinión es más que claro, pero hacia la derecha. El pueblo no quiere más socialismo ni más izquierda con su benevolencia hacia los terroristas y delincuentes. No quiere que los carabineros sean más perseguidos que los antisociales, como sucede hoy. Y tiene, por sobre todo, miedo, dentro y fuera de su casa.

Por consiguiente, es más infeliz. En el último Informe Mundial de Felicidad Chile ha caído al lugar 45, desde el 20 en que estaba hace nueve años (El Mercurio, 21.03.25, A8). Los únicos más infelices que nosotros en América Latina son los nicaragüenses, que ocupan el lugar 47 y también tienen en el gobierno a los comunistas.

En nuestra carrera presidencial la candidata que llegó a ser la mejor evaluada diciendo cosas que le agradan a la izquierda, Evelyn Matthei, en este momento ve que la ventaja adquirida se disipa y en la última encuesta Black & White aparece aventajándola el derechista Johannes Kaiser, con 25 % versus 21 % de ella y de Carolina Tohá, empatadas. Evelyn hasta ¡podría quedar fuera de la segunda vuelta! 

Entonces ¿qué hace? Se viene a la derecha, ofrece bajar impuestos y en un seminario del CEP se reúne con el ministro de Milei, Federico Sturzenegger, encargado de manejar "la motosierra" para suprimir cargos públicos y dice que, por su parte, ella se propone manejar una "tijera podadora grande". 

Todo esto la obliga a distanciarse del legado de Sebastián Piñera, siempre listo para subir impuestos y crear nuevos ministerios, dándole gusto a la izquierda mediante la persecución judicial de exmilitares, de la cual fue principal ejecutor, multiplicando por tres el número de querellas contra aquéllos, su subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, hoy altamente colocado en el comando de Evelyn Matthei. 

No le auguro mucha figuración en la nueva etapa, pues Evelyn, de ser "Piñera con polleras", está pasando a ser "Milei con polleras". "La donna é móbile/ qual piuma al vento / mutta d'acento / e di pensiero", nos enseña Giuseppe Verdi en Rigoletto. 

Y en Tolerancia Cero, un programa dominado por la izquierda desde siempre, pero en particular cuando Chilevisión era de Sebastián Piñera, Fernando Paulsen, de izquierda, ha debido ceder la conducción a Daniel Mansuy, de centroderecha. Son nuevos tiempos. Hay que ir tomando posiciones.

No ha habido un gobierno de derecha desde que dejó el mando Augusto Pinochet en 1990, siendo entonces Chile claramente más feliz que hoy y el país que más crecía en América Latina, sin conflicto en la Araucanía ni inmigración ilegal masiva, donde se podía caminar tranquilo de noche, porque se mantenía a delincuentes y terroristas presos. No había asaltos a casas porque los dueños podían tener un arma y gozaban de la eximente de legítima defensa privilegiada y los delincuentes lo sabían. 

Los agentes del orden eran reconocidos y hasta condecorados. "Portonazos" y "encerronas" eran palabras desconocidas. Y éramos más felices.

domingo, 26 de enero de 2025

La Derecha Primera

Hacía tiempo que la opinión pública enviaba señales a los políticos, pero éstos hacían como que no las habían visto ni oído. El 7 de mayo de 2023 hubo una elección general con voto obligatorio. Competía un solo partido de derecha, el Republicano y ganó lejos, contra todos los pronósticos. Su votación cuadruplicó a los que le seguían, la UDI de centroderecha y el Partido Comunista de extrema izquierda. Fue una señal. 

Después sobrevino algo inesperado: el jefe del Partido Republicano, José Antonio Kast, se declaró partidario de la nueva Constitución que propiciaban los demás partidos desde la centroderecha a la extrema izquierda y se unió al "Acuerdo por Chile" de Boric y Piñera. Esto provocó un cisma en su partido y un diputado del mismo, Johannes Kaiser, se mantuvo en la posición contraria a la nueva Constitución, lo que le hizo imposible permanecer en la colectividad y debió marginarse de ella. 

En ausencia de un partido definidamente de derecha se propuso organizarlo y ha tenido éxito. Al mismo tiempo, lanzó su candidatura presidencial y comenzó a figurar en las encuestas con un par de puntos, luego subió al doble y en algunas apareció superando a José Antonio Kast, segundo después de la habitual ganadora, Evelyn Matthei y finalmente El Mostrador lo ha presentado aventajándola por primera vez, justo en los días en que su Partido Nacional Libertario reunía 30 mil firmas, suficientes para estar constituido en 13 de las 16 regiones, faltándole sólo unos cientos de firmas en Atacama, Aysén y Magallanes.

Todo esto era de esperarse. Una ola de triunfos de derecha recorre el mundo. El más sorprendente lo consiguió en Argentina Javier Milei, un economista defensor de la sociedad libre que ha alcanzado notoriedad mundial.

En los Estados Unidos venció de manera amplia Donald Trump. En Europa se han registrado triunfos de políticos de la llamada "extrema derecha", como Giorgia Meloni en Italia. En Alemania otro partido de derecha extrema, Alternativa por Alemania, se ha convertido en la primera fuerza. Vienen a añadirse a un gobernante categóricamente derechista como Víctor Orban en Hungría. Todo esto no ha podido menos que tener eco en Chile, donde la situación de estancamiento económico se suma a la de inseguridad general ante el aumento de la delincuencia y estadísticas internacionales que muestran a la población chilena como la más temerosa entre numerosos países encuestados.

Así, aparece desgastada la fórmula de los acuerdos entre la centroderecha y la Izquierda y gana posiciones el recuerdo del clima de tranquilidad interna, paz en la Araucanía y ausencia de inmigración ilegal masiva que legó un gobierno de derecha como el del presidente Augusto Pinochet.

Todo se da para que la derecha vuelva al poder y eso no podía menos de manifestarse, tarde o temprano, en las encuestas, que ahora han enviado una potente primera señal de quién podría ser el próximo presidente de la República y cuál la tendencia mayoritaria en el Congreso Nacional que serán elegidos a fines de año.


viernes, 13 de noviembre de 2020

Chilecidio

Una verdadera demolición nacional está teniendo lugar. Piñera ya no es sólo un "pato cojo" sino, como ha dicho un columnista, está "sin pies" y ya ha dejado de gobernar. El régimen de facto instituido en su lugar por la izquierda en el parlamento ha vuelto a usar, por sí y ante sí e inconstitucionalmente, la atribución presidencial exclusiva de presentar proyectos relativos a la seguridad social y en la Cámara ha aprobado un segundo retiro de 10 % de los fondos previsionales, lo que llevará el total sustraído ilícitamente a la enorme suma de 29 mil millones de dólares, un 10% del PIB. Esto tendrá graves consecuencias en el financiamiento de la producción y castigará el crecimiento de la economía, pero el retiro evitará que los respectivos recursos caigan en manos de la burocracia estatal manejada por los partidos políticos.

Chile se está, literalmente, suicidando como país viable. La diputada Pamela Jiles anuncia que ya tiene listo un proyecto para un tercer retiro de los fondos para jubilaciones. Hasta voces de derecha se suman a la "colaboración al Chilecidio" y propone el retiro total de los fondos antes de que se los robe la burocracia roja a través del inminente sistema de reparto que derivará del triunfo del "Apruebo".

Piñera está en pánico y no es capaz de oponerse a nada, porque la persona que más quiere en el mundo, es decir, él mismo, es acusada de "asesino" tan injustificadamente como se acusaba de ello a Pinochet. Y todos sabemos que los comunistas matan a quienes fulminan con sus consignas. Quisieron "Matar a Pinochet", como se titula la película laudatoria del frustrado magnicidio, el cual sí costó la vida a cinco escoltas del presidente. Y mataron al custodio de la Llama de la Libertad, carabinero Heriberto Novoa, al poblador UDI Simón Yévenes, a tres escoltas del general Sinclair, al senador Jaime Guzmán y, antes, a Edmundo Pérez Zujovic, un ministro del Interior DC que sí supo mantener el orden público ante una ocupación ilegal de terrenos en 1970. Y ahora mismo la guerrilla impune está matando parceleros en La Araucanía y ya han caído Pedro Barrios, Pedro Cabrera y, ayer, Pablo Burgos. Piñera, con tal de que no lo maten a él, no hace nada, desmantela Carabineros, regaló la Constitución y se sumó al "Apruebo", en cuya base está el lema "No + AFP", que precisamente se está materializando con los sucesivos retiros de los fondos. 

La Constitución que derivará del triunfo del "Apruebo" ya es de antemano mirada como un árbol de pascua del cual colgarán regalos para todos, consistentes en cosas quitadas a sus legítimos dueños a ser repartidas entre los demás. Como los diez millones de cotizantes de la previsión están de acuerdo en que se les robe a otros, pero no a ellos, se apresuran a retirar sus fondos antes de que el Estado, que manejan los políticos, se quede con los mismos a través del sistema de reparto que propicia "el otro modelo". 

El "proceso constituyente" y la "casa de todos" consisten en robarles a otros, pero no a uno. Por eso los cotizantes quieren dejar sin fondos al sistema de AFP, porque si no retiran, los políticos que manejan el Estado recibirán la plata y lo que reste después de recompensarse por su "servicio público" lo repartirán a su clientela, como lo han hecho hasta ahora con los 70 mil beneficios y compensaciones Rettig, las 160 mil pensiones para "exonerados políticos", las 30 mil otorgadas a los "torturados" Valech (a quienes los tribunales rojos les van a ir dando, además, indemnizaciones adicionales tras cada uno de los juicios "tipo Cristián Labbé", en que bastará decirle a un militar "usted me torturó hace 40 años" para obtener decenas de millones); y los 1.300 procesos contra militares en que no se aplican leyes expresas y vigentes sobre amnistía, prescripción y cosa juzgada, pero sí retroactivamente la de "lesa humanidad", dictada en 2009. Juicios que consagran indemnizaciones de decenas y a veces centenares de millones para la extrema izquierda, por habérsela privado de su declarado "derecho" a tomarse el poder por las armas.

El lado bueno: tras el Chilecidio en curso terminará la inmigración masiva e ilegal y el espectáculo de los cubanos, venezolanos y otros, bajo carpas en la calle, pidiendo visa de residencia para poder trabajar. Habrá, eso sí, chilenos pidiendo lo mismo en algún asqueroso país capitalista y desigual donde, nadie sabe por qué, todos querrán irse a vivir después de haber, el 78 % de ellos, transformado el propio en uno maravillosamente pobre e igualitario.

domingo, 26 de febrero de 2023

Fuera Boric

Boric está "deconstruyendo" Chile y transformándolo en otro país comunista más, como los pocos que van quedando. Ya es el que más decrece en América Latina, como lo era en 1973, bajo otro gobierno comunista. Apenas le quedan hoy defensas ante el avance rojo, porque la centroderecha sigue liderada por el mismo Piñera que rindió la democracia, sin defenderla, en 2019. La élite empresarial, entreguista como aquél, impulsa concesiones que llama "sensatas" (cuando vea esa palabra, sepa que implicará algo bueno para el comunismo y malo para la libertad). Los entreguistas, se han asociado con Boric en un "Acuerdo por Chile" para derogar la Constitución y la subsidiariedad estatal, que es lo que más interesa suprimir al comunismo. Pero precisamente ella es la base del gran desarrollo alcanzado. Hoy, ante los cercanos comicios del 7 de mayo, el único refugio de la sociedad libre es el Partido Republicano.

Entretanto, Boric persigue transformar Chile a través de una reforma tributaria, ya despachada por la Cámara, que expulsará del país a la gente más pudiente, impulsora del 80% de la inversión. La inversión extranjera aumentó el año pasado gracias a la reinversión de las utilidades tributables exentas de impuesto, que la reforma gravará, de manera que en lo sucesivo esa reinversión desaparecerá. 

A su vez, la reforma previsional de Boric pondrá en manos del Estado miles de millones de dólares, hoy privados, que la burocracia llevará a compañías o sectores que considere prioritarios para la causa comunista. Además, ésta podrá inmiscuirse directamente en la administración de las empresas, a través de la selección y nombramiento de sus directores. "Esto no parece un resultado fortuito, sino estratégico", ha dicho El Mercurio, que ha añadido: "De aprobarse la reforma el Estado tendría la posibilidad de no sólo dirigir miles de millones de dólares de ahorro a compañías o sectores que el Estado considere prioritarios, sino que, además, inmiscuirse directamente en ...la selección y nombramiento de sus directores" (25.02.23, p. A3).

Ahora mismo ya la propiedad no es respetada. Ayer murieron tres personas en Teodoro Schmidt, porque un propietario legal quiso impedir la ocupación ilegal de su predio. Miles de terrenos han sido ocupados iimpunemente y siguen así. El crimen y los delitos proliferan como nunca: La inmigración está descontrolada. La gente tiene miedo de salir a la calle, subirse a un auto y, dentro de poco, lo tendrá de estar en casa, pues el gobierno comunista anuncia la confiscación de las armas legalmente inscritas. Preservará así el monopolio de los asaltantes.. 

La justicia de izquierda persigue hoy a los agentes del orden con más celo que a los delincuentes. No respeta las leyes en juicios contra militares (r) que los combatieron. Otro poder público, el Parlamento, se atribuye facultades del Ejecutivo ("parlamentarismo de facto" confesó un senador de izquierda). Se violan así la Constitución y las leyes y no pasa nada. Los padres ven amenazada por el Estado su misión de educar a sus hijos. En la salud está desapareciendo la alternativa privada de las isapres. A este caos algunos lo llaman "anomia", otros "distopia", pero es la antesala del asalto al poder del comunismo.

En general, el Ejecutivo no es capaz de garantizar orden público ni soberanía, y ya hay un territorio, otrora chileno, al cual el gobierno no puede ingresar.

La Constitución vigente, en su art. 53 N° 7, faculta al Senado para poner término al mandato del presidente si un impedimento físico o mental lo inhabilita para el ejercicio de sus funciones. En 1973, bajo una Constitución que no reconocía al Senado la señalada facultad, una mayoría  representativa del sentir predominante llamó en la Cámara a poner término a la dictadura comunista de Allende, que también había sembrado el caos. Fue escuchada por los militares. Hoy el tema es sólo civil: una mayoría responsable de senadores puede declarar, con estricto apego a la Carta y habiendo una causal pública y notoria de inhabilidad mental del presidente, el término del régimen comunista de éste. 

Una multitud se reunirá en la Plaza de la Constitución el sábado 11 de marzo a la 10 de la mañana para pedir esa declaración. Se debe asistir. El Senado debería prestarle oídos. Y así Chile podrá elegir un nuevo gobierno que, a juzgar por el resultado del reciente plebiscito del 4 de septiembre pasado, representará mejor las virtudes del régimen de libertades que nos constituyó hasta hace poco en democracia ejemplar.