No se cumplió nada de lo que pronostiqué antes de las elecciones de ayer. Desde luego, no hubo una hecatombe electoral para el gobierno como consecuencia del caso Monsalve, como yo predije.
Lástima. Boric está contento de seguir igual.
Ni hubo un torrente de un millón de votos extra para los republicanos, como anticipé que obtendrían, tras haber sido ellos identificados con Pinochet por la vocera de gobierno, Camila Vallejos.
Ahora el Partido Republicano dejó de ser el mayor de Chile y de cuadruplicar a los que fueron sus más cercanos escoltas, como lo hizo en la elección de consejeros constitucionales del 7 de mayo de 2023, cuando fue el único que se opuso a una nueva Constitución.
En cambio, a los partidos de la centroderecha contemporizadora con la izquierda les fue mucho mejor. Se han alejado de Pinochet y siempre los he criticado por ceder posiciones y principios. Sobre todo por haber borrado RN y la UDI, en los 90, el reconocimiento al legado del gobierno militar que contenían sus sendas Declaraciones de Principios y, en el caso de la UDI, escrita de su puño y letra por Jaime Guzmán.
Recuerdo que en 1989 yo fui candidato a senador en la lista de la UDI, como pinochetista y de derecha a secas, por supuesto, cual sigo siendo hasta hoy. Bueno, Vitacura fue la única comuna donde salí primero, aventajando a Frei Ruiz-Tagle y a Piñera. En las demás comunas ambos me ganaron lejos. Es que Vitacura era, como ninguna, el bastión de la derecha dura.
Pero esa es historia antigua. Ahora fue reelegida alcaldesa de Vitacura Camila Merino, que había votado Apruebo y no quiere saber nada de Pinochet. Sacó el 80% de los votos. El candidato pinochetista a alcalde obtuvo una mínima votación.
Pero yo me quedé en la década chilena inaugurada por Pinochet de 1985 a 1994, la de bajos impuestos y privatizaciones, cuando Chile crecía 7 % y doblaba su PIB en diez años. Íbamos a ser país desarrollado si reelegíamos a Pinochet en 1988. No lo hicimos.
Hoy estamos terminando otra década, inaugurada por Bachelet, de 2015 a 2024, creciendo al 2% y necesitando 35 años para doblar el PIB. Nos estamos alejando del menos desarrollado de los países desarrollados.
Para eso Chile dijo ayer, otra vez, "good bye, Pinochet".
Pero contentos de estar contemporizando, como nos dijo el pueblo ayer.