lunes, 21 de mayo de 2018

Lo Que No Se Puede Dejar Pasar

          Ya se sabe, y el país lo ha internalizado, que la primera medida como gobernante de Sebastián Piñera, el mismo 12 de marzo, apenas asumida la Presidencia, fue la adquisición con fondos fiscales de un televisor gigante de 8 millones de pesos para el Palacio de Cerro Castillo, destinado al solaz de los gobernantes. Eso revela el verdadero talante del actual mandato.

          Pero eso es de poca gravedad, si se lo compara con otra medida del régimen, igualmente destinada a satisfacer el personal anhelo presidencial de maximizar su agrado personal y no tener molestia alguna: la destitución del director del Museo Histórico Nacional por haber permitido que en una exposición sobre personalidades nacionales en relación con el concepto de “libertad”, se hubieran incluido la efigie y una frase del ex Presidente Augusto Pinochet, relativa al logro para la libertad de los chilenos que representó el 11 de septiembre de 1973.

          Es evidente que no fue la ministra de las Culturas, Alejandra Pérez, la que tomó la decisión de castigar el ejercicio de la libertad de expresión censurando la muestra y destituyendo al director del Museo, sino que ello provino de una orden directa de La Moneda. El fundamento de la misma es idéntico al de la compra del televisor gigante: todo debe estar dirigido al mayor agrado y la supresión de toda posible fuente de malestar para Sebastián Piñera. Pues las acostumbradas huestes del odio ya se habían movilizado en las redes sociales para criticar al Museo por haber incluido a Pinochet y su frase. De ahí a que apareciera la comunista Lorena Pizarro en todos los canales, apuntando con un dedo acusador a Piñera, había sólo un  paso, y éste entró en pánico. ¡Es que él ha hecho de su acción política un culto al bienquistarse con los comunistas, y por eso declaró a Volodia “un grande de la historia de Chile”, los convidó a sus giras y financió el tratamiento final de Gladys Marín!

Entonces, inmediato llamado a Alejandra Pérez, destitución del director del Museo y excusas a las “víctimas” del atroz atentado consistente en mostrar una frase de Augusto Pinochet sobre la gesta que nos salvó del marxismo.

          En eso Piñera y el dueño del céntrico Café Torres son idénticos: ambos sufren de similar pánico. Así como el primero no puede permitir que una repartición oficial exhiba una frase de Pinochet, el dueño del Torres no puede permitir que en la nómina de los Presidentes de Chile, en un muro de su salón de té, figure Augusto Pinochet. Luego, “secundum Torres”, entre 1973 y 1990 la República de Chile no tuvo Presidente.

          “La Segunda” le preguntó por qué y el responsable del recinto dijo que porque la gente de izquierda amenazó con incendiarlo si lo incluían. El responsable de La Moneda prefirió suprimir la libertad de expresión en el Museo Histórico para evitar las invectivas de la extrema izquierda y un anatema de Lorena Pizarro.

          Pero eso no se puede dejar pasar. ¿Es que en Chile no hay libertad de expresión y existe censura? Una ministra que suprime así aquella libertad está atentando contra la Constitución y las leyes gravemente y eso podría hacerla pasible de una acusación constitucional… si en Chile hubiera gente realmente preocupada de salvaguardar las libertades públicas y el Estado de Derecho, que visiblemente no la hay.

          Ni en la izquierda ni en la derecha parlamentarias hay diputados dispuestos a romper lanzas por esa garantía constitucional quebrantada por este gobierno, porque en eso todos están del mismo lado: Pinochet puede ser censurado.

          Un solo medio ha levantado la voz: este blog. La “prensa seria”, que siempre había denunciado los atropellos a la libertad de expresión, en este caso ha guardado silencio. Lo mismo la Asociación Nacional de la Prensa y el Consejo de Ética de los Medios de Comunicación.

          Y Sebastián Piñera está quedando, como en otras situaciones que adornan su prontuario, una vez más impune.

5 comentarios:

  1. Hidalgo don Quijote HERMÓGENES: los milagros existen hay que tener fé; solo vea como salió a luz la podredumbre de la Iglesia oculta desde mucho tiempo, lo mismo debe ocurrir con el poder político y sus secuaces partiendo por el turbio de manos cortas; amigo de los zurdos carroñeros y gurú de los negocios turbios y CIA. Todo el ¡CONGRESO NACIONAL DEBE DE RENUNCIAR! la cueva de alibaba quedó chica al lado de estos ladrones.

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  2. Hermo, te interesa más comentar sobre la compra de un televisor que dedicar al menos unas líneas sobre la candente situación por la que atraviesa la iglesia chilena.

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  3. Primero ante todo, un cordial saludo a quienes visten o vistieron en algún momento de sus vidas el uniforme azul marino, en el día en que recordamos la gesta heroica de Prat, Condell y sus hombres en las costas de Iquique. Un cordial saludo a ellos y sus familias en el Día de las Glorias Navales.

    Segundo, así como los obispos optaron por presentar su renuncia al Papa, la ministra de Cultura debió haber renunciado en lugar de permitir semejante estupidez de remover una frase que remeció no sólo un museo, sino un país entero, que estaba recién emergiendo de la ruina que lo dejó la nefasta Unidad Popular. Impresentable que los mismos que pregonan democracia y libertad, nos coarten nuestra legítima defensa del gobierno que dio orden y progreso a Chile, y que hoy gozamos de sus frutos y legado.

    Un fuerte abrazo desde Iquique.

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  4. Tengo la percepción de que la gente se esta espabilando con don Turbio y que capta que la micro va pa donde mismo, s entregarle la banda a los zurdos.
    La decepción es grande y se sienten defraudados.
    Es la hora de Kast. Debe hacer un partido politico no un movimiento que nadie sabe que es.
    Sobre la tele, agregar que el perla quería un lexus de paquete como el hijo inutil de la doña, a pesar de que el mismo habia dado instrucciones de austeridad. Un papanatas por donde se le mire.

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  5. Incómoda impunidad, don Hermógenes.

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