lunes, 31 de mayo de 2010

La Propuesta de Espina

Hace más de 50 años se le presentó a Eduardo Frei Montalva una oportunidad dorada de haber constituido un frente político moderado de centro-derecha, que habría sido electoralmente invencible y podría haberse mantenido en el poder por varios decenios. Si él hubiera aprovechado esa oportunidad, no habría habido Unidad Popular ni habría sido necesario un Gobierno Militar para remediar los males generados por aquella y reconstruir el país y su democracia. Es probable que el país no hubiera estado a la vanguardia de las reformas progresistas que le permitieron ser ejemplo en Latinoamérica y el mundo y que se basaron en las siete modernizaciones del Gobierno Militar (sí, porque las "siete modernizaciones" propuestas en el Mensaje del 21 de mayo son muy similares a las que el hermano del Presidente, José, defendió con tanto ímpetu en los años 70 y 80), y que, llevadas a cabo en gran medida, permitieron al país dar un gran salto adelante, cuyo mejor momento fue la "década dorada" (1987-1996), desvirtuada paulatinamente después, debido a las reformas socialistoides impuestas por la Concertación y apoyadas por RN, las que, afortunadamente, sólo han desvirtuado parcialmente y no de manera total el modelo socio-económico heredado del Gobierno Militar.
Hace algunos años, en un artículo dominical publicado en "El Mercurio", me referí a lo anterior y a las perspectivas que ofrecía un futuro de centro-derecha en el país, significando con ello el traslado de la DC desde el lado izquierdo del fiel de la balanza política al derecho. Creo que titulé ese artículo "La Hora de la Centro-derecha".
La idea del senador Espina discurre sobre la base del mismo predicamento y, guste o no a las personas que piensan como yo en el terreno de los principios, sigue siendo irrebatible en el terreno del realismo electoral. El hecho es que una alianza que incorporara a la UDI, a RN y a la DC tendría todas las posibilidades de constituir un frente triunfador por muchos años en nuestro medio. Fue lo que no vio, en su momento, Frei Montalva, y porque no lo vio perdió la elección presidencial de 1958, cuando resultó elegido un Presidente de derecha, Jorge Alessandri, y menos lo vio el mismo Frei cuando ganó ampliamente a Salvador Allende en 1964, con el apoyo de la derecha. Habría sido la gran oportunidad de haber constituido un invencible frente de centro-derecha, pero ahí se irguió una figura DC de enorme gravitación en su colectividad, que estaba convencido de que los vientos de la historia soplaban hacia la izquierda: Radomiro Tomic. Si cabía qu hubiera alguien más equivocado que Frei, era Tomic, y ello condujo a que el proyecto de ambos de gobernar 30 años terminara frustrado tras apenas seis, cuando resultaron terceros en la elección de 1970, habiendo gozado del contexto más favorable de que gobierno chileno alguno hubiera disfrutado en la historia del país (generalizada simpatía internacional, la mayor ayuda norteamericana, per cápita, del continente y el precio del cobre más alto de la historia).
El gran error de Frei Montalva fue no darse cuenta de que en 1964 triunfó gracias a la derecha, a la cual menospreció y vejó, una vez elegido, dedicándose a hacer un gobierno de izquierda y, como era de prever, fracasando lamentablemente, lo que condujo al triunfo de Allende (con los votos DC en el Congreso Pleno, irresponsabilidad histórica que nunca se le ha hecho efectiva suficientemente a dicha colectividad).
Ahora se da la coyuntura de que ella atraviese por una crisis lamentable, pues su candidato presidencial sufrió una derrota motivada fundamentalmente por las traiciones que sufrió dentro de su propio partido, representadas por las benevolentes expresiones de tantos líderes DC de todas las edades hacia la perspectiva de que triunfara Sebastián Piñera, familiar y personalmente tan identificado con la DC. Ellas explican sobradamente el traslado de cien mil votos de un lado a otro del espectro político y, por tanto, la derrota de Frei Ruiz-Tagle. Claro, también contribuyeron a ella los increíbles errores cometidos por el candidato y su entorno, inclinándose absurdamente hacia la extrema izquierda. Es que "quien lo hereda no lo hurta".
Hoy día los moderados de la DC predominan entre los restos náufragos de la colectividad. Y el Presidente de la República es tan parecido a ellos que yo he insistido en llamarlo "el IV Presidente DC". Cada día que pasa confirma la exactitud de tal denominación. De modo que la coyuntura está dada para que se constituya una invencible alianza de centro-derecha, siendo el centro la DC, supongo que desprovista de algunos colgajos minoritarios izquierdistas, el ala de centro-derecha, RN, y el ala derecha, el partido más fuerte de todos, la UDI, incomprensiblemente relegada a su posición de poderosa insignificancia actual por errores políticos de sus dirigentes y falta de compromiso de sus líderes, tema sobre el cual ya he opinado demasiadas veces en este blog.
Ciertamente, la nueva alianza sería un gran desafío para el primer partido del país, pero, objetivamente, será difícil que en el futuro se llegue a presentar una oportunidad como la actual de estructurar un gran referente político moderado, amplio e invencible, capaz de proyectarse por muchos años (incluso más que los que duró la Concertación, pero con mejores ideas y menos lastre socializante) como conductor de los destinos del país.

3 comentarios:

  1. Hermógenes: es maquiavélicamente exacto lo que planteas, pero la DC preferirá estar a la moda e irse a la izquierda.
    No se dan cuenta que, los que le dieron el triunfo a Piñera fueron los DC desencantados con Frei por izquierdizar su campaña y los que fueron increiblemente traicionados por ME-O.
    La DC por trayectoria mundial debiera estar en el eje que propones, sólo en Chile no lo están.
    Por otro lado, hay que tener mucho cuidado con ellos, pues cuando fueron gobierno con Frei Montalva faltó que le pusieran ruedas a Chile para llevárselo para la casa, y con los gobiernos de la Concertación no lo hicieron tan mal.

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  2. Siempre me ha sorprendido que el paso del tiempo, en su puño, no se nota. No se confunda, no es un halago. Leo la misma postura ya gastada de defender a SU general. No gastada porque usted quiera, sino que el mismo sistema que usted ampara, le eliminará como eliminó a Pinochet: sin privilegio a morir como héroe, reclamando interdicción ante tribunales. una eliminación más bien lenta, sistemática, sin que nadie -y al mismo tiempo todos- se den cuenta, detrás de Mundiales de fútbol, festivales de Viña, y uno que otro documental que recordará la imagen de su general como un busto en una plaza.

    El añejamiento, en el más positivo de los sentidos, que transforma un vino joven y refrescante, en uno envejecido y lleno de matices (léase sabiduria en mi poética metáfora), en usted no hacen más que anquilosar lo que en puño de otros yo llamo virtud por experiencia. Lo que le debiera decantar de un hombre que ha vivido tantas cosas como usted, nunca destiló.

    La soberbia le impidió maserar, y ese es su sello, igual que al enemigo que atacó en su artículo anterior: Ricardo Lagos.

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  3. don hermogenés, no piensa usted como persona tradicional de la derecha que la busqueda de esta alianza, pudiera en algún momento suplir esta eterna desconfianza de RN con la UDI y generar esta centro derecha Piñerista y mas liberal. RN-DC, dejando de lado a la UDI ?

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