Ayer prometí referirme a otro caso de prevaricación flagrante e impune, el que afecta al coronel (r) de Carabineros Juan Abello, responsable de una comisaría en Coelemu en 1973, por la cual pasaron dos personas a las cuales se les perdió el rastro. En 1976 se presentó una querella por el caso, que se seguía tramitando hasta hace poco en el Tercer Juzgado del Crimen de Concepción. Hasta que un auto acordado de la Corte Suprema ordenó sustraer esa causa de dicho tribunal, que era y es el competente para conocer de ella, y se lo asignó a un ministro sumariante de izquierda de la Corte de Apelaciones de Santiago, encargado de las llamadas "causas de derechos humanos". Es que los jueces del crimen ordinarios aplican las leyes en esas causas, y en el Chile actual se trata de impedir eso, por supuesto.
Como la ley dice que, radicado un asunto ante un tribunal, no se alterará su competencia por causa sobreviniente, y como un auto acordado no puede modificar la ley, el abogado del coronel (r) Abello, Juan Eduardo Iturriaga Osses, dedujo la correspondiente cuestión de competencia, y le pidió al ministro de izquierda que se declarara inhabilitado (declinatoria de jurisdicción). Pero éste, como era de esperarse, pues el "common knowledge" chileno indica que esos jueces están para mandar presos a ex uniformados y no para andarse con sutilezas jurídicas, despachó rápidamente el asunto con un "no ha lugar".
Entonces el abogado recurrió al tribunal competente, el de Concepción, para que rescatara su propia competencia mediante una inhibitoria de jurisdicción, pero ahí el asunto tuvo una "solución propiamente chilena": se perdió el expediente y, por tanto, no hubo más que hacer.
Entonces el abogado, manteniendo una heroica persistencia en creer que en Chile, para a los uniformados (r), rige un estado de derecho, recurrió al Tribunal Constitucional. Pues éste tiene competencia para declarar la inaplicabilidad de autos acordados inconstitucionales de la Corte Suprema.
Pero ¡elemental, querido abogado Iturriaga!: estamos en Chile, donde todos deben ser "políticamente correctos", comenzando por los uniformados en servicio activo, a estas altura "más papistas que el Papa", pues sus mandos hasta suelen "fulminar" a sus camaradas caídos tras las líneas enemigas (caso del brigadier (r) Willecke, pese a ser probadamente inocente en el caso Prats) y terminando por el Tribunal Constitucional, que está lejos de ser un conjunto de juristas-héroes dispuestos a inmolarse en aras del derecho. Entonces ¿cómo hizo el Tribunal Constitucional para quitarle el .... a la jeringa? Dijo algo muy sencillo: que el auto de la Corte Suprema, modificando la competencia de un juez del crimen y mandando un proceso a un ministro sumariante, ¡no era un auto acordado! Y por lo tanto no tenía competencia para pronunciarse. Traduzco: "que esa papa caliente se vaya a otra parte".
Sólo en Chile un "auto" que "acuerda" algo no es un "auto acordado". ¡Lo que hace la necesidad de ser políticamente correctos! O el miedo a que los "funen", les digan "fascistas" y les pongan una bomba, como una vez se la pusieron al edificio donde vivían los ministros de la Corte Suprema, en la época en que respetaban las leyes y aplicaban las de amnistía y prescripción, entre otras.
Bueno, el abogado Iturriaga ha tenido la bondad de enviarme copia íntegra de las piezas fundamentales del proceso contra su cliente, el coronel (r) Abello, y yo tengo que decir que su lectura me ha emocionado. Tanto, que soy de la opinión de que ese material debería ser publicado en un libro, pues estoy cierto de que serviría de texto de estudio en las escuelas de derecho chilenas del futuro, cuando el estado de derecho haya sido restablecido (si es que alguna vez lo es, cosa que dudo que mis ojos alcancen a ver) y como prueba de hasta qué punto se desconoció la legalidad a fines del siglo XX y comienzos del XXI.
La defensa del coronel (r) no sólo demuestra algo relativamente fácil (aunque el Tribunal Constitucional lo niegue) como que un "auto" que "acuerda" algo es un "auto acordado". También dicho abogado presenta en su defensa el más profundo y completo análisis de por qué los tratados internacionales no pueden prevalecer sobre la legislaión chilena relativa a amnistía y prescripción y derogarla. Ese análisis es de lo más completo que he leído al efecto y seguramente le ha demandado un largo estudio y un arduo trabajo de redacción. ¿Y saben ustedes con qué resolución acoge la Corte ese magno esfuerzo jurídico? Con tres palabras: "Vistos: Se confirma" (la resolución apelada).
Un profesional se desgañita argumentando y acreditando, analiza los tratados, desde los convenios de Ginebra en adelante, prueba fehacientemente que no derogan las normas chilenas vigentes, en páginas y páginas de estudio, esfuerzo y raciocinio, y la Corte pesca todo ese trabajo y lo tira a la basura con un fallo de tres palabras.
Con razón el difunto Álvaro Bardón decía que los abogados deberían ir ante el frontis de los Tribunales y romper sus carnets del Colegio de la Orden.
Un escándalo de nuestro tiempo es el de que la razón y el derecho no valgan nada; que quienes los desconocen permanezcan impunes y puedan reincidir una y otra vez; y que, en cambio, todo haya que conseguirlo por la fuerza. Ésta ha pasado a ser, en Chile, la única razón.
martes, 21 de febrero de 2012
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ResponderEliminarComo se llamaba el que escribió "J' acusse", o algo asi? Emile Zolá? Acá está pasando exactamente lo mismo, y va a seguir pasando mientras alguien no le pegue una parada en seco a este circo. No solo me refiero a los dos escándalos que Usted ha mencionado, sino al desastre, al "Chile en Llamas" (frase no es mia) que se nos viene, desde los 3 ministros en toconao, por 20 casas que se anegaron (en Parral y Cauquenes se pulverizaron 500 veces mas con el terremoto, y hasta ahora el primer mandatario no se ha presentado), hasta la bencinera que los terroristas quemaron en Aisen hoy, pasando por el estado de izquierdo, ministros ausentes y una tonelada de problemas que fueron promesa de campaña y aun no se resuelven.
ResponderEliminarCreo que con notable abandono de deberes y negligencia culposa de la primera magistratura y/o tal o cual circunscripción senatorial (asi se dice?) me quedo corto. Es mas: creo que no solo basta con apoyar el Plan Ahora, porque a este paso no habrá elecciones municipales en octubre. Hay que hacer algo, dentro de la constitucion y las leyes, ahora ya. No mañana, no la proxima semana: ahora.
Todo esto me recuerda el chiste aquel en que Dios amenzaba con demandar al Demonio, olvidando que todas las almas de los abogados (y los jueces) residían en el infierno
ResponderEliminarVistos: se confirma la ineptitud y negligencia culpable;mala adminitración y torcida de justicia...;también la ceguera y contubernio cómplice y consentido con la agravante del conocimiento e hipocresía consciente y voluntariamente aceptada: GRAVE;GRAVISIMO.
ResponderEliminarLo "políticamente correcto" reemplaza disfrazadamente al verdadero estado de derecho y sus principios. ¿Dónde están los verdaderos derechos humanos...? Digno de Orwell: el doble pensar,doble juzgar,doble standard y también un país doble: doble jusrisdicción, ¿de qué estamos hablando? Si en materia de estado de derecho es así la cosa...prefiero ni pensar como será por analogía en las otras áreas (financiera, administrativa, etc...) ...."La realidad,pura y simple: plural del Chile actual..." El sistema electoral,es casi una bicoca cuando vemos que el país hace agua por acá: ¿los principios,el estado de derecho ¿qué? Lo otro será un corolario de todo lo anterior: el ordenamiento básico y las garantías: Sin éste y éstas,hablar de lo otro no tiene sentido: vamos como "buey al lago" o si se quiere "tiramos la carreta por delante de los bueyes".Es absurdo;digno de Orwell y en el 2012.... atte
Notable el efuerzo de Juan Iturriaga - por desgracia no prosperó en chile, pero que tal una corte internacional de derechos humanos? No soy ni de lejos jurista, pero, POR LA CH...A, ¡debe existir una instancia superior antes el Dios!!???
ResponderEliminar¿...o no...?
Stan, la clave está en la frase de nuestro escudo nacional.
EliminarEs tan descarado lo que ocurre que -incómodo con la situación- el marxista muerto Juan Bustos diputado socialista, hizo ingentes esfuerzos por derogar la Ley de Amnistía, él, como jurista sabía lo escandaloso del caso. Una ley que los jueces no respetan, que violan una y otra vez.
ResponderEliminarEs sumamente importante que ésta historia se escriba.
En cuanto a su duda de ver, alguna vez, el restablecimiento del Estado de Derecho, la experiencia reciente de la "muerte" del socialista juez Garzón, nos enseña a ser más optimista.
Llegará la hora en que los JUECES PREVARICADORES tendrán que dar cuentas de sus fechorías.......¡.y usted lo verá!
¿Y de que se sorprenden?. Recuerden que en Chile hay estado de izquierdo. ¿Y que hizo la “derecha” durante todos estos años para evitar estas injusticias?. Nada, ya que podrían bajar en las encuestas. Por eso no merecen otra vez nuestro voto en la próxima elección presidencial.
ResponderEliminarHuele mal aquí ¿no?, abran las ventanas que el olor a gris y polilla le hace mal a la convivencia ciudadana.
ResponderEliminarAqui la sedición y el ser antisocial saca a relucir su placa dental...
Don Hermógenes, a todas las injusticias que señala debería agregar que los familiares de militares (r) que salvaron a este país ni siquiera pueden circular por sus carreteras libremente como como señala el Mercurio del Domingo 19 de Febrero: http://diario.elmercurio.com/2012/02/19/reportajes/reportajes/noticias/02fed019-2044-4b88-b812-e7f18f1d4599.htm
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