martes, 15 de junio de 2010

La Misma Forma de Gobernar

¿A quién puede extrañar que el Gobierno de Sebastián Piñera proponga formas alternativas de familia, distintas de la fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer? Bastaba ver en su franja electoral a la pareja gay para saber cuál era su postura. Ahora un partidario suyo, que me criticaba cuando yo me oponía a su candidatura, escribe al diario desolado, al comprobar que el Presidente, al cual contribuyó a elegir, ahora hace una propuesta para destruir a la familia.
¿Cuál es la "nueva forma de gobernar"? Si estas son las ideas de la Concertación. Es la misma forma de gobernar que ella.
Todo es parecido. En lo económico, se sube el impuesto a las empresas y se incrementa el royalty a la minería, viejas ideas concertacionistas. Pues ellos llevaron el impuesto a las empresas del diez por ciento a que lo había rebajado Büchi en la década de los 80, a 17 por ciento. Y ahora Piñera lo aumentará aún más. Precisamente porque ese impuesto se bajó, las empresas invirtieron más y el país creció al 7 por ciento anual durante una década. Subieron ese impuesto y, amén de otras medidas inconvenientes, ello condujo a que el país creciera cada vez menos, siendo que el mejor remedio para la pobreza es, comprobadamente, el crecimiento. ¿Cuál es la diferencia con la Concertación? ¿Que se quiere favorecer a las PYMES? La Concertación también lo hizo y eximió de impuesto a la renta a las utilidades reinvertidas.
Y siguen los atentados con bombas. Ha habido cien en los últimos tres años. Los cometen los mismos terroristas mimados de la Concertación, perdonados por Aylwin, todos premiados con pensiones vitalicias por el solo hecho de declarar haber sido torturados bajo el Gobierno Militar, cuando estaban más activos en el terrorismo. Su impunidad actual, que ha determinado un cambio de fiscal para investigar los atentados, es la misma de que gozaban bajo la Concertación. Y siguen presos los uniformados que se enfrentaron al terrorismo. Y el Gobierno actual mantiene los organismos públicos politizados que los persiguen. Igual que bajo la Concertación: agentes de seguridad en la cárcel y terroristas libres e impunes. Tanto que ponen una bomba cerca de la residencia presidencial. El hermano del Presidente, el "Negro" Piñera, dice que ya no se puede vivir tranquilo con tanta delincuencia. Hasta él se ha dado cuenta de que nada ha cambiado en materia de delitos comunes.
Y cuando se publica una defensa del Gobierno Militar fundada en hechos, sale alguna autoridad a condenarla, como lo ha hecho ahora el Ministro del Interior, y tal como antes lo hacían los personeros de la Concertación. Ahora ese ministro se ha trenzado por eso nada menos que con José Piñera, hermano del Presidente, pero defensor del Gobierno Militar. Y ese ministro se retrata orgulloso bajo la efigie de Allende en La Moneda, al igual que sus antecesores. ¿Qué ha cambiado?
Se criticaba a los gobernantes anteriores por su vocación mediática. Sebastián Piñera los ha superado a todos en ese aspecto. Por eso alguien ha escrito que, más que un Presidente, parece un "protagonista". Su imagen en el centro del escenario prevalece sobre todo. Por eso ideó un impuesto que le diera la imagen de "quitarles a los ricos y darles a los pobres", la misma que deseaban proyectar los gobernantes de la Concertación.
Y ahora termina profundizando otro de los despropósitos de los gobiernos anteriores: la paulatina destrucción de la familia. Nada más que porque las encuestas señalan que es "lo popular". Se pretende legalizar formas de familia alternativas, más "fáciles", que se puedan disolver expeditamente. Justamente cuando el mayor problema moral y educacional del país es que el hogar normal y estable tiende a desaparecer. Cada vez menos parejas se casan. El número de divorcios superó en 2009 al de matrimonios, lo que en parte se debe a Sebastián Piñera, que en su hora votó a favor de ese divorcio. Menos matrimonios, mas niños "sueltos" en las calles. El número de hijos nacidos fuera del matrimonio ha superado ya largamente al de nacidos dentro de él. Niños sueltos que caen en la droga fácilmente y luego delinquen para financiarla. Que carecen de la educación que se recibe en el hogar, donde hay un padre y una madre que, por modestos que sean, los educan. ¿Cómo va a mejorar la educación si una institución esencial para entregarla y velar por ella es el hogar estable, formado por un padre y una madre casados, y éste va desapareciendo?
Nadie pretende imponer por la fuerza el matrimonio, pero no puede permitirse que sea destruido por la legalización de formas alternativas que lo desnaturalizan. No se necesita ninguna ley para permitir que una pareja, ya sea de heterosexuales, homosexuales o lesbianas, conviva como quiera. Pueden perfectamente contratar entre sí para solucionar sus problemas patrimoniales. Eso lo permite la libertad contractual y de asociación. Lo que busca la legislación que se propone es otra cosa: dar un nuevo paso en la destrucción del matrimonio y del hogar estable, porque la legislación proyectada consagrará derechos que irán en perjuicio de los cónyuges y de los hijos de los hogares bien constituidos. Si no fuera así, una nueva legislación sería innecesaria.
La actual no es una nueva forma de gobernar. Es, lamentablemente, la misma de la Concertación, y tiene razón el lector-elector desilusionado que hoy escribe en "El Mercurio" que la iniciativa anunciada por el Gobierno y parlamentarios afines a él resulta no sólo grave, sino políticamente inadmisible.
Aunque tarde, se ha dado cuenta de las consecuencias de haber votado como votó.

3 comentarios:

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  2. Escribí un opúsculo sobre el llamado de Chile a la derecha de verdad. Se lo paso con todo gusto a quien quiera leerlo.

    Mi email: cardenasaldea@gmail.com

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  3. Completamente de acuerdo con lo que expones, estimado Hermógenes, pero también pienso, si no se votaba por Piñera, entonces, ¿por quién?
    ¿Habrá resultado electa la opción "menos mala"?

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