martes, 23 de diciembre de 2025

VIOLACIÓN MASIVA DE DERECHOS HUMANOS

Por primera vez desde 1990 ha sido elegido Presidente de la República un político que votó Sí a Pinochet en 1988, José Antonio Kast.

Los seis gobernantes partidarios del No en 1988 (el último, Gabriel Boric, obró ex post, pues en ese año era un niño) han perpetrado una masiva violación de los derechos humanos de 500 exmilitares.

En efecto, un derecho humano fundamental es el que todos tenemos a un debido proceso en causas penales. 

Ese medio millar de personas han sido ilegalmente condenadas por un delito inexistente, el de "secuestro permanente". Pues nunca nadie ha podido probar que hubiera habido un solo "secuestrado permanente". 

Esta figura imaginaria fue inventada por un ministro sumariante que hace diez años confesó en cámara haber violado la ley y hecho trampa, pues había condenado sin haber probado el delito. Y confesó haberlo "fingido". "Fue una ficción jurídica", dijo textualmente. Añadió con realismo: "Si yo no digo que la realidad fuera ésa". 

El video con estas confesiones ha sido de amplia circulación desde 2015 hasta nuestros días.

En los períodos de Aylwin, Frei Ruiz-Tagle, Lagos y Bachelet I se habían interpuesto unas 300 querellas por el inexistente delito. Después, en 2010 asumió Sebastián Piñera, que en su primer gobierno presentó cerca de mil querellas adicionales contra exmilitares. 

Así traicionó la promesa que, como candidato, había formulado a los militares en retiro en su Club, en el sentido de que iba a hacer respetar la prescripción como eximente de responsabilidad penal. Obtuvo los votos de la "familia militar" y después triplicó las querellas contra sus miembros.

El delito de secuestro no pudo existir, porque está tipificado sólo respecto de "particulares", en el párrafo 3 del título III del Código Penal. Luego, los agentes del Estado no pueden incurrir en él.

Como primera medida el Presidente electo debería restablecer la legalidad e indultar a los 400 reos condenados arbitrariamente, violando su derecho humano a un debido proceso.

Hasta 2005 la Corte Suprema respetó la amnistía y la prescripción. Después se plegó a la violación masiva de derechos humanos. Tanto que la actual presidenta del tribunal logró integrarlo sólo tras garantizar a los senadores de izquierda que nunca había aplicado la amnistía ni la prescripción, delito de prevaricación castigado en el art. 223 Nº1 del Código Penal con presidio y reclusión y otras penas. Y gracias a eso fue designada. 

Ése es el desolador contexto de la masiva y sistemática violación de los derechos humanos de los exmilitares.

sábado, 20 de diciembre de 2025

NUESTRO "ESTADO DE DERECHO"

El infatigable defensor de nuestro estado de derecho (frase que se escribe con minúsculas porque es la traducción del inglés "rule of law", que se escribe con minúsculas) Adolfo Paúl Latorre, ha hecho un recuerdo que me ha dejado helado: cuando la nueva presidenta de la Corte Suprema, Ana Gloria Chevesich, fue propuesta para integrar dicho tribunal y su nombramiento debía ser aprobado por el Senado, ella argumentó ante los senadores que nunca había aplicado la amnistía ni la prescripción. Y tuvo éxito con su argumentación. porque fue nombrada integrante del mas alto tribunal.

En buenas cuentas, confesó que había cometido reiteradamente un delito y así obtuvo los votos necesarios.

Porque las normas sobre amnistía y prescripción están plenamente vigentes y los jueces deben aplicarlas. Pues el artículo 223 del Código Penal dice que "los miembros de los tribunales de justicia... sufrirán las penas de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos, derechos políticos y profesiones titulares y la de prisión o reclusión menores en cualesquiera de sus grados: 1º Cuando a sabiendas fallaren contra ley expresa y vigente en causa criminal o civil".

Es decir, lo que en un verdadero estado de derecho conduciría a destituir y poner tras las rejas a la ministra Chevesich, fue en Chile precisamente el argumento político, no jurídico, para asegurarle su nombramiento en el más alto tribunal. 

Hace diez años, en el programa El Informante de TVN, el ministro Alejandro Solís, inventor de la estratagema para burlar la ley en esta forma y declarar todo supuesto secuestro como "permanente", confesó el modus operandi que le permitía no aplicar la amnistía ni la prescripción, confesó que él no probaba que el delito fuera "permanente" sino que lo "fingía". Condenaba mediante la que llamó "una ficción jurídica". Es decir, en lugar de cumplir el deber fundamental del juez, probar la existencia del delito para derrotar la más antigua garantía de que nadie puede ser privado arbitrariamente, la presunción de inocencia, el juez Solís y sus imitadores y seguidores, entre ellos la ministra Chevesich, "fingían" el delito. 

Solís se defendió en dicho programa añadiendo esta elocuente frase: "Si yo no digo que la verdad haya sido ésa". Es decir, confesó que mentía en sus fallos. 

Así la flamante presidenta de la Corte Suprema ha llegado a encabezar este poder del Estado tras confesar que siempre había fallado contra leyes expresas y vigentes. 

Consecuencia: medio millar de chilenos ilegalmente condenados, de los cuales cien han muerto. Si en Chile hubiera habido un real estado de derecho, ninguno habría sido privado de libertad. En Chile rige lo opuesto: la anomia: se obra en contrario de lo que dice la ley. Con completa impunidad.

jueves, 18 de diciembre de 2025

EL MUNDO DONDE TANTO SE MIENTE

No sé si será sólo en Chile, porque he visto videos del extranjero donde también se miente mucho sobre lo que ha sucedido y sucede acá. 

¿Cómo fue que llegó a instalarse universalmente esa Mentira Oficial? ¿Cómo y por qué dejamos que sucediera? ¿Cómo permitimos que en el mundo se convirtiera en un insulto penado por la justicia decirle "Pinochet" a alguien? Entonces recordé que yo mismo pequé de eso. Mi amigo Emilio Sanfuentes me dijo en 1973 que la Armada buscaba abogados de derecha para integrar su Comisión Legislativa en los primeros meses del Gobierno Militar. Y yo le contesté que no quería ser parte de un régimen que estaba matando gente, pues se había sabido de más de medio centenar de fusilamientos al paso de la Comitiva del general Arellano por ciudades del norte. ¿Cómo iba a saber que yo mismo escribiría, 35 años después, un libro probatorio de la completa inocencia de Arellano y su superior Pinochet en esas muertes?

Es que las mentiras de la izquierda siempre han sido más poderosas que las verdades de la derecha. ¿Cómo sucedió que el principal defensor de los militares en 1973 --Patricio Aylwin I-- cuando se producía el 57 % de las muertes de todo el período 1973-1990, se convirtiera en 1990 en el peor condenador de ellos --Patricio Aylwin II-- formando la Comisión Rettig para "sentarlos en el banquillo de los acusados"? Y negando él haber dicho todo lo que había quedado publicado y grabado en octubre de 1973. Lo más increíble fue que la opinión pública casi unánimemente compartía y co-protagonizaba la completa "vuelta de chaqueta" y hasta sus adversarios políticos lo admiraban por lo que estaba haciendo.

Pero la "gota que hoy colmó mi vaso" la aportó Adolfo Paúl Latorre, exmarino y abogado, proverbial denunciador de los atropellos a la legalidad cometidos por los jueces a expensas de los exmilitares, al recordar que la nueva presidenta de la Corte Suprema, Ana Gloria Chevesich, cuando estaba optando a ser integrante del más alto tribunal, argumentó en su propio favor "que nunca había aplicado la amnistía ni la prescripción", que son leyes expresas y vigentes en nuestro ordenamiento. Y ascendió. 

¡Su mejor carta de recomendación para integrar la Suprema era presentarse como prevaricadora impenitente! Es decir, autora del delito, penado con presidio de 3 años y un día, consistente en fallar contra leyes expresas y vigentes. Por supuesto, el Senado aprobó su designación. Delinquía, pero lo hacía de una manera políticamente correcta, de acuerdo a la opinión dominante. "Si el derecho no se adapta a los propósitos de la izquierda, peor para el derecho", habría dicho Lenin.

He probado reproduciendo los instructivos de Pinochet a "todas las unidades" en 1973 y 1974, que él ordenaba respetar los derechos humanos. Pero de nada sirve. Todo el mundo sigue repitiendo que fue "un violador sistemático de los derechos humanos". Y cuando escribo "todo el mundo" quiero decir literalmente eso.

Quería, sólo por hoy, nada más que dejar constancia de eso. Un antiguo refrán dice: "para verdades, el tiempo". Sigo esperando.

lunes, 15 de diciembre de 2025

OMISIÓN EN EL DISCURSO INAUGURAL

Los de derecha a secas estamos contentos porque triunfó en el balotaje la opción más parecida a la nuestra de la primera vuelta, que estuvo representada por Johannes Kaiser. Éste le dio el apoyo incondicional ai ganador, José Antonio Kast, quien fue entonces nuestro "segundo mejor".

Pero Kast en su discurso inaugural incurrió en una omisión importante y que explica por qué, para nosotros, él no representaba un óptimo, sino un second best.

Entre paréntesis, no confundir "segundo mejor candidato" con "los segundos mejores 30 años de la historia de Chile" que, creemos, el gobierno de Kast puede reiniciar y que haremos lo posible por continuar desde 2030 en adelante, tras el triunfo entonces de quien fue nuestro "primero mejor" en primera vuelta, Johannes Kaiser.

Como ya dije, hubo un importante vacío en el discurso inaugural de José Antonio: la falta de toda mención a la mayor y más sostenida prevaricación judicial contra exmilitares, el atropello a sus derechos humanos y el consiguiente abuso ilícito a costa del erario.

Kast no dedicó una palabra a lo que ha sido una irregularidad judicial mantenida durante los últimos veinte años: los procesos contra exmilitares por un delito que no existe, el "secuestro permanente" . Nunca hubo ni ha habido nadie en esa condición. Es una prevaricación flagrante. Es "un truco", el instrumento procesal que usan los jueces para poder condenar a exmilitares y obligar al erario a pagar indemnizaciones. En ese sentido, no hay un solo exmilitar que haya enfrentado un debido proceso. Y el derecho a un debido proceso es un derecho humano como el que más.

La justicia de izquierda usa este artificio ilegal para condenar injustamente y sustraer cotidianamente y de manera ilícita recursos al fisco. Esta ilegalidad manifiesta debería haber sido investigada por la Contralora Dorothy Pérez, a quien el art. 98 de la Constitución obliga a "fiscalizar el ingreso y la inversión de los fondos del fisco". Hasta ahora no lo ha hecho.

Los recursos los sustraen mediante el artificio de inventar "secuestros permanentes", pero nunca hubo ni hay ninguno. Y en caso de que hubiera existido alguno, no podría haber sido cometido por militares, que eran funcionarios públicos, pues dicho delito sólo está tipificado en el párrafo 3 del título III del Código Penal sobre "Crímenes y delitos contra la libertad y seguridad cometidos por particulares".

Confesión de la prevaricación existe en los videos de hace diez años del inventor inicial de esta ilegalidad, el juez Alejandro Solís, reconociendo que él "fingía" los hechos en lugar de probarlos. Además confesaba: "yo no digo que ésa haya sido la realidad". Es decir, condenaba por hechos inexistentes e imaginarios.

Tal omisión del discurso inaugural hace temer que durante su administración Kast nada haga al respecto, tal como los sucesivos gobernantes durante tantos años. Así la justicia de izquierda ha podido perpetrar impunemente este delito, con la consecuencia de al menos 500 exmilitares injustamente privados de libertad, verdaderos Presos Políticos Militares, algunos por ya más de 30 años. No han recibido un debido proceso, mientras se sigue sustrayendo al erario cantidades millonarias que éste, jurídicamente hablando, jamás debió haber pagado. Y por añadidura se les priva de derechos carcelarios que se conceden hasta al peor delincuente. 

Nos esperan cuatro años más, al parecer, de ver seguir desarrollándose el mismo escándalo impunemente ante nuestros ojos. 

Confiamos en que Johannes Kaiser, después de 2030, le pondrá término.

sábado, 13 de diciembre de 2025

LOS SEGUNDOS MEJORES TREINTA AÑOS

Tras el triunfo de Kast se iniciarán "los segundos mejores treinta años" de la historia de Chile. 

Los primeros fueron, como todo el mundo está de acuerdo en considerar, el período 1985-2015. Y el propio Fidel Castro se lo dijo a Andrónico Luksic Abaroa en 1995, cuando éste le explicó cómo marchaba el país: "eso se lo deben ustedes a Pinochet".

En ese sentido, Kast "la tiene fácil" porque basta copiar lo que se hizo entre 1985 y 1990: reducir el impuesto a las empresas a 10 %, volver al sistema integrado según el cual, si una empresa reinvertía todas sus utilidades, pagaba cero impuesto a la renta y su propietario no pagaba global complementario. Restablecer el DL600 con garantías a los inversionistas extranjeros, que derogó Bachelet. Congelar el salario mínimo. Esas medidas de Pinochet explicaron que entre 1985 y 1989 Chile creciera en promedio 6,4 % al año... y subiendo, porque en 1989, según cifras de entonces del Banco Central, creció 10,6% y se puso a la cabeza de América Latina. Y explicaron por qué el desempleo bajó a 5 % en enero de 1990, según cifras del Banco Central.

Ahora, todo eso en Chile no es garantía de nada. Porque en 1988, cuando el mundo admiraba el "milagro chileno", los Estados Unidos y Europa Occidental se pusieron de acuerdo en practicar el cohecho, le dieron muchos millones de dólares ("Endowment for Democracy") a la campaña del "No a Pinochet" e interrumpieron el "milagro chileno" acogiendo las consignas de Radio Moscú. Los extranjeros son tan poco de fiar como los chilenos.

Haber  hecho  barbaridades tan grandes como ésas y la de elegir a Gabriel Boric en 2021 por sobre José Antonio Kast, nos hizo entrar en una etapa de locura temporal de cuatro años que terminarán dentro de 88 días, si mañana el electorado da muestras de que "volvió en sí". Pues la elección de Boric, reveló a un tipo tan perdido en el delirio que repetía la frase, "no son 30 pesos, son 30 años", siendo que la unanimidad mundial concuerda en que fueron los mejores de nuestra historia. Eso revela el grado de distanciamiento con la realidad y la verdad en que se desenvuelve no sólo Boric, sino cualquier mayoría ocasional con voto voluntario. No habría sido tan grave si hubiera sido sólo Boric y unos pocos: lo fue porque el 55 % del electorado votó por él. 

"¿Qué te pasó Chile?" Nada extraordinario: somos así. Usted puede "instalar" los mayores disparates en este territorio y habrá un número importante de ciudadanos que los acoja. La mayoría sólo vendrá a darse cuenta cuando no tenga trabajo, los delincuentes no nos dejen salir a la calle, los inmigrantes ilegales entren como "Pedro por su casa" a los restoranes a llevarse los Rolex de los clientes, ningún hogar esté libre de un "turbazo" en que le roben todo lo de valor, por modesto que sea el barrio. Y mientras sea una imprudencia imperdonable tomar de noche el desvío de una autopista, los jueces dejen libres a los autores de "encerronas" y a usted lo procesen por defenderse con un arma inscrita. 

Cuando leí que un señor prefería perder su trabajo, que le exigía volver a su casa a medianoche, con tal de asegurar su vida, supe que Kast iba a ganar.

Lo que no nos podemos permitir ahora es volver a perder. Johannes debe vencer por paliza a Boric en 2029, y así sucesivamente, hasta completar los "segundos mejores 30 años en la historia de Chile", con la misma receta de Pinochet, naturalmente, que es como se debe hacer.

miércoles, 10 de diciembre de 2025

LA GUINDA DE LA TORTA

En la situación anómica imperante (anomia: ausencia de ley) he designado como "la guinda de la torta", el relato del juez Solís hace diez años, en el programa El Informante de TVN, cuando refirió con lujo de detalles cómo Miguel Krassnoff había asesinado con sus propias manos a la mirista Diana Arón y luego había salido con las manos todavía goteando sangre y exclamando: "Era marxista y judía, además". 

Esta historia fantasmagórica no se le había ocurrido a Solís, sino que se la había relatado a él un informante de la DINA, Osvaldo "Guatón" Romo. fugado a Brasil, donde se consideraba seguro. Pero la izquierda lo detectó y pidió su extradición. Romo lanzó pedidos de auxilio a los militares, pero éstos ya estaban presos o procesados por la venganza de la guerrilla y sus mandos sin la menor vocación de "ir a rescate del soldado Ryan". 

Llevado a presencia de Solís, Romo intentó congraciarse con éste, que había inventado un truco para saltarse la amnistía y la prescripción, el "secuestro permanente",  y le contó lo que quería oír.

Y eso lo relató Solís en 2015 en el mismo programa conmigo, donde confesó que no probaba los delitos, sino que los "fingía" ("es una ficción jurídica", fueron sus palabras.) Añadió: "Yo no digo que esa haya sido la realidad". O sea, confesaba faltar al deber elemental del juez y lo hacía consciente de estar mintiendo.

La confesión en cámara de Solís resultó tan vergonzosa para el gobierno de Michelle Bachelet que su titular de Defensa, Juan Antonio Gómez, le ofreció a aquél una posición muy bien remunerada como "asesor de derechos humanos", para pasar el mal rato.

Pero ¿por qué había dicho eso Romo a Solís? Para bienquistarse con el juez. Eligió  justamente, para culparla, a la figura más respetada de la oficialidad, Miguel Krassnoff.

Tras el relato de las "manos ensangrentadas" en la televisión fui donde Krassnoff y le referí la escena. Él me dijo que no había participado en el tiroteo que costó la vida a Diana Arón y, por añadidura, que ni siquiera se encontraba en el país cuando tuvo lugar.

En ese tiempo consulté en Wikipedia lo que decían del caso y comprobé que hasta el abogado de derecha Gabriel Zaliasnik, de ascendencia judía y próximo a la UDI, culpaba a Krassnoff.

Entonces éste hizo una recolección de documentos probatorios y los envió al embajador de Israel, para certificar su completa inocencia en el caso Arón. A todo esto Solís le había añadido otros veinte años a sus condenas, que por entonces ya iban como en 500.

Peor aún: cuando el embajador de Israel recibió el dossier de Krassnoff, se lo devolvió sin siquiera abrirlo y con la severa advertencia de que nunca le volviera a enviar ningún documento.

Para mí el epítome de la prevaricación contra los militares en Chile fue este episodio referido en 2015 por Solís.

Krassnoff tiene la mala suerte de tener un apellido consonante con el de Boris Karloff, el actor que personificó a Drácula, lo que ha servido para que su sola mención genere horror en la opinión pública. 

Cuando se quiera ejemplificar lo artero, lo ilegal, lo tramposo, lo mentiroso y lo miserable en la historia reciente de Chile, el relato de Krassnoff con las manos ensangrentadas va a ser el exponente más auténtico de nuestra miseria moral.

¿A qué extrañarse entonces del relato de Jeannette Jara que lo presentó anoche manipulando una varilla de metal en la vagina de una presa para provocarle un aborto? Ya se le puede decir impunemente cualquier cosa. Espero que se querelle y si necesita ayuda para hacerlo, puede contar con la mía.

Con razón ya le han echado encima más de mil años de condenas por secuestro, lo que contrasta con lo que me dijo hace 30 años, cuando comenzaron a perseguirlo los jueces y abogados de izquierda que tanto han lucrado gracias a él y a expensas del erario: "Nunca detuve a nadie, salvo a la conviviente herida de Miguel Enríquez y para ponerla en una ambulancia". Fue en 1974, cuando lo condecoraron con la Medalla al Valor por descubrir la guarida del principal asaltante de bancos y jefe guerrillero. 

Eran otros tiempos... mejores.

domingo, 7 de diciembre de 2025

TODO ES MENTIRA

Todo lo que cree la mayoría es mentira. Las principales "verdades" oficiales son mentiras comunistas y las repiten otros sectores como un mantra.

Si Chile se salva del comunismo en esta pasada es sólo porque Dios es grande, porque la mayoría repite día a día esas mentiras. 

Lo del cambio climático es una. Está probado por el estudioso del tema, Douglas Pollock en su libro "To ERNC o Not to ERNC: That Is the Question" (escrito en castellano). Ahí revela la falacia del cambio climático de la ONU. Chile está pagando una energía más cara por participar del mito y del Acuerdo de París y eso nos hace menos competitivos.

Todos acusan a Pinochet de haber violado los derechos humanos, pero es otra mentira. Nunca ha habido una condena jurídicamente válida por atropello a los derechos humanos. Nunca un juez lo ha probado. Pero un ministro sumariante más cercano al analfabetismo que al derecho, de nombre Alejandro Solís, "inventó" un delito. el "secuestro permanente". Y le impuso, entre muchos otros casos igualmente nulos, 600 años de presidio a Miguel Krassnoff. Sin ninguna base, como él mismo lo reconoció ante mí en El Informante de TVN hace 10 años. A estas alturas a Krassnoff le han impuesto más de mil años sin ninguna prueba. La gente habla de él como "un monstruo." Su juicio y los demás son un negocio comunista para sacarle plata al fisco. Solís reconoció que condenaba sin pruebas. Quedó grabado confesando "no digo que ésa haya sido la realidad". La fingía. Por lo demás, el secuestro es un delito que no pueden cometer los militares, porque sólo está tipificado para particulares. Véase el código. 

Todo el quehacer de esos juicios es nulo. Hombres honorables que nunca detuvieron a nadie están presos hace más de 30 años. Legiones de abogados comunistas se han "hecho la América". Son una  vergüenza nacional.

La mentira básica partió de Aylwin y fue que Pinochet ordenó violar "sistemáticamente" los derechos humanos. Pero Pinochet había oficiado a todas las unidades ordenando respetarlos. Sin embargo, la gente repite lo contrario. Y Aylwin contradijo sus propios videos de 1973, que había olvidado, acusó a los militares y llenó de plata a la guerrilla marxista. 

Todo el mundo dice creer en el "Informe Rettig", cuando es básicamente falso, como lo dijeron y probaron la Corte Suprema, el Ejército y yo mismo apenas vio la luz pública en 1991.

Todo el mundo habla de desaparecidos bajo el gobierno militar, pero no hay ninguno. Todos sus paraderos son conocidos, incluidos los que están vivos. Y nadie quiere ni ha querido en 35 años identificar los restos del Cementerio General. Pero hubo un caso, el de Charles Horman, que probó la verdad. En 1974 la diplomacia norteamericana reclamó por la desaparición de Horman. Un agente del gobierno militar desenterró sus restos del cementerio y los entregó a los norteamericanos. No obstante lo cual el comunista griego Costa Gavras filmó "Missing" ("Desaparecido"), la película sobre él. Mentira. Pero es lo que exhiben desde hace más de cincuenta años los cines y videos.

Otra mentira nacional actual: Jeannette Jara acusa a Kast de que empresarios de derecha "se jodieron"  a la gente. Casos pollos, farmacias, papel tissue. Falso. En todos esos casos las firmas dominantes en los mercados de los remedios, los pollos y el papel tissue renunciaron a quebrar a sus competidores y hasta los ayudaron a sobrevivir, Pero en Chile es delito comportarse como caballero en vez de quebrar mediante dumping al competidor. Además, nunca ha estado prohibido producir ni importar pollos ni remedios ni papel. Cualquiera puede hacerlo. Luego, es falso que los "empresarios se jodieron a los chilenos". 

Si las empresas dominantes hubieran bajado sus precios (dumping) para quebrar a la competencia, se habrían quedado con todo el mercado. En cambio, a petición de los competidores, mantuvieron precios de sustentación y hasta ayudaron financieramente a competidores en problemas. Son "cosas de caballeros" que los comunistas no pueden concebir porque no lo son.

Y además cualquiera podía y puede producir o importar pollos, remedios o tissue y de hecho varias empresas lo hacen. 

Por suerte acá le tienen, al mismo tiempo y con razón, miedo al comunismo. Pero si se salva Chile otra vez no habrá sido porque la mayoría no creyera las mentiras comunistas, sino por miedo a que dicho partido no pueda otra vez ser sacado del poder, vistos el desenlace anterior y las traiciones que han consagrado tantas mentiras como verdades oficiales.