La casta política ha fundado un negocio tan rentable económicamente que podríamos hablar de una "industria" de alto rendimiento.
Ésta atrae a "empresarios" como ME-O, que en 2021 obtuvo 500 mil votos. De acuerdo con las normas establecidas por los políticos en beneficio de ellos mismos, esos votos le rentaron a ME-O mil pesos cada uno, de modo que el erario lo "remuneró" con unos $500 millones. Para que pudiera "sobrevivir" estos cuatro años, hasta que ahora ha vuelto a presentarse y a hacer otra "pasada".
Pues tiene la perspectiva de recibir un valor actualizado de $1.500 por voto recibido. Es decir, si mantiene el respaldo de hace cuatro años, los contribuyentes le vamos a dar $750 millones a ME-O para que pueda sobrevivir en los próximos cuatro años. Hasta la siguiente elección y así sucesivamente, como Salvador Allende, eterno candidato, que con humor contestó una vez a la pregunta de cuál le gustaría que fuera su epitafio, diciendo: "Aquí yace Salvador Allende, futuro presidente de Chile".
¿Entiende usted ahora por qué hubo más de seiscientos aspirantes a "sacrificarse por la patria" durante cuatro años?
Pero ME-O ni siquiera estudia un poco para ganarse esos "porotos", porque recién, en un foro en Concepción, trató a Johannes Kaiser de "Kaiser-Kast", como si éste fuera la misma cosa que José Antonio.
Pues eso sólo indica que ME-O ni siquiera estudia ni se informa un poco, porque obviamente "Kaiser-Kast" es un oxímoron. Kaiser es candidato justamente porque Kast "se cambió de bando" en el último proceso constituyente y se pasó al de Piñera-Boric que querían una nueva Constitución, en circunstancias que el pueblo había votado masivamente por el Partido Republicano por ser el único que se oponía a una nueva Constitución. Esa vuelta de chaqueta generó la renuncia de Kaiser a esa colectividad y la fundación por su parte del Partido Nacional Libertario, que quiere reeditar "los mejores 30 años de la historia de Chile" con la misma Constitución, modelo socio-económico y sentido de autoridad que nos legó Pinochet, al sentar entre 1985-1990 las bases para continuar el "milagro chileno", entonces aplaudido en todo el mundo no comunista, y bajo un clima de libertad, autoridad y orden.
ME-O tiene que comenzar por leer mi libro "Trampantojo", donde explico el notabilísimo y chilenísimo (por la cantidad de "vueltas de chaqueta" y por su manifiesta inconstitucionalidad) segundo proceso constituyente.
Porque si sigue en su actual estado de analfabetismo político, lo va a empezar a pasar tan mal en los foros presidenciales como Jeannette Jara, que ha resuelto ausentarse de ellos, es decir "vender el sofá", según el conocido chiste de don Otto.