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martes, 28 de diciembre de 2021

De Allende I a Allende II

El resto del mundo no puede entender que Chile, después de haber sido rescatado del desastre de Allende I y llevado por Pinochet y la Junta desde el último lugar al primero en crecimiento de América Latina entre 1973 y 1989 e instituido un modelo que encabezó todos los ránkings del hemisferio hasta 2019, ahora haya elegido a un Allende II, es decir, a Gabriel Boric, como presidente 2022-2026. Pero yo sé por qué sucedió y enumeré sucintamente veinte razones en un blog anterior.

En realidad, es una completa locura, pues los partidarios de una sociedad libre llevábamos al mejor candidato, José Antono Kast, y al mejor modelo, admirado en todo el mundo, en tanto que su rival era el peor candidato imaginable, con acusaciones de acoso y hurto, frecuente evasor del metro (lo que lo enorgullecía), doblemente fracasado en su examen de grado en leyes, que ni siquiera ha formado una familia y sufre un trastorno mental obsesivo-compulsivo. Por añadidura, profesa ideas de extrema izquierda ("a la izquierda del comunismo", como confesó alguna vez) y por tanto adhiere a un sistema fracasado en todo el mundo, que ya nadie elige en ninguna parte y que sólo subsiste en países arruinados, de los cuales la gente huye cuando puede y que se cuentan con los dedos de una mano.

Pero los chilenos votaron por él y lo eligieron por 56 vs. 44 %. Igual porcentaje que en 1988, cuando Pinochet fue derrotado, pero por lo menos los que vinieron después respetaron el modelo, lo que yo siempre he estimado como "el segundo milagro chileno". Bueno, ahora también podría haber un "tercer milagro", pero nadie lo cree. Al contrario, todos --me incluyo-- creen que el modelo será arrasado.

Es cierto que en 2019 hubo una asonada violenta y que, para calmarla, el gobernante débil al cual siempre me opuse se rindió y entregó todo, partiendo por la Constitución que había dado a Chile los mejores años de crecimiento, libertad y democracia. Después de eso, una Convención elegida por el pueblo, con amplia mayoría de extrema izquierda, prepara una nueva Constitución en medio de una completa incertidumbre. Pero en 2021 se produjo una sorpresa electoral: hubo elecciones presidenciales y parlamentarias y en ellas triunfó la derecha, con su candidato presidencial en el primer lugar de la primera vuelta y recuperando fuerzas en el Senado y la Cámara, hoy virtualmente empatados. Pero sólo fue un "canto del cisne", porque en la segunda vuelta triunfó la extrema izquierda, con el partido comunista como fuerza mayoritaria, así que tenemos un Allende II... o algo peor. 

El resto del mundo, al cual Chile le importa muy poco, cuando llega a pensar en nosotros no entiende nada. Y los chilenos con dos dedos de frente tampoco. 

Los de edad suficiente recordamos que Allende I fue despuesto tras mil días de gobierno, a petición de la mayoría de los representantes del pueblo, desesperado ante el caos económico, la escasez y la inminencia de una guerra civil. Los uniformados obedecieron ese llamado de la civilidad y la Junta, con Pinochet a la cabeza, tras 16 años y medio le devolvió un país modelo.

Pero ¡helás! en el "país modelo" los millenials se hicieron mayoría, no entienden nada de nada y lo han vuelto a fojas 1, es decir, han elegido a Allende II, el cual ha rendido homenaje al busto de Allende I en La Moneda y ha repetido sus mismas palabras al hablar a sus partidarios la noche del triunfo electoral. 

Los superricos "lo supieron desde un principio" y ya se han ido a sus residencias en países civilizados sin decirle nada a nadie; los simplemente ricos han comenzado a comprarlas y a llevarse activos para allá; los que algo tienen discurren métodos para evitar que el socialismo del siglo XXI se lo robe, partiendo por sus fondos de jubilación, que van a sufrir evidentemente el primer manotazo. Y los que nada tienen y fueron amplia y públicamente cohechados por Boric, esperan que éste les cumpla con el cohecho, es decir, les reduzca sus horas de trabajo semanal de 45 a 40, les incremente su sueldo mínimo a 500 mil pesos y su jubilación como mínimo a 250 mil. Lo cual, en fin, quebrará a las 800 mil pequeñas y medianas empresas que hay en el país.

De este modo Chile actual, ignorante de su historia, se apresta a repetirla.

viernes, 10 de enero de 2014

La Galería de los Presidentes


¿Será de mal gusto volver a recordar que yo le dije en 2009 a la derecha que Sebastián Piñera la iba a dejar en un estado tan lamentable como el que hoy la aflige? Probablemente, pero tengo derecho a darme el gusto una vez más porque el sepulturero prosigue su tarea. ¿Alguien duda de que él está detrás de la deserción de Rubilar, Godoy y Browne de RN? Al menos yo no conozco a nadie. Y vendrán más, salvo que recupere para sí y sólo para sí el partido que en un momento de distracción le quitó de las manos Carlos Larraín, en una operación genial que yo catalogué en su oportunidad como equivalente a la de “robarle los huevos al águila”.

A todo esto, que la DC no tome palco ni aplauda, porque ahora los balazos van para allá. “Amplitud” es sólo una cabeza de playa antes del desembarco de Piñera en la DC, la cual en tres años más va a estar sufriendo el éxodo de su militancia hacia cualquier parte menos la izquierda, tras el tenebroso período de retorno al socialismo que se inicia el próximo 11 de marzo.
Ya la DC sufrió un anticipo en Santiago de las consecuencias de su alianza con el comunismo, cuando parte de su electorado más moderado prefirió votar por los candidatos de RN a senadores que por los de ella. Ese efecto no esperado del pacto con los rojos no ha sido bien analizado por los expertos electorales, pese a constituir la única explicación de por qué esta vez los buenos candidatos que llevaba la UDI no ganaron a los de RN, como invariablemente lo habían hecho antes en dichas circunscripciones Novoa, Bombal y Longueira; y por qué se perdieron los dos DC a manos de los socialistas.
Entretanto, Sebastián Piñera ha reservado algunas de sus mejores energías para realzar el culto del cual es más devoto, en especial en estas semanas finales de su mandato, que sólo podría echárselas a perder el fallo de La Haya. Ahora ha inaugurado con amplia publicidad la remozada “Galería de los Presidentes”, en La Moneda, remozamiento resuelto por él y dirigido a realzar el señalado culto. Ya había convocado a otros mandatarios anteriores a él que tampoco tienen busto en La Moneda, y cuyo concurso era necesario para poder llegar a inaugurar el más anhelado de todos.

El principal deterioro sufrido por la Galería de los Presidentes no resultó del bombardeo del Palacio en 1973, sino de las iras de un enfurecido Salvador Allende que, en medio del intercambio de fuego del 11 y de los ex abruptos provocados por la ingesta excesiva de Chivas Regal, ese 11 de septiembre, según testimonio de sus más próximos, exclamó: “Habría que destrozar a todos estos viejos de m…”, emprendiéndolas contra las esculturas de los ex Presidentes, las cuales derribó y después golpeó con la culata de la AK-47 que le había regalado Fidel Castro y de la cual haría todavía más tétrico uso pocas horas más tarde, según ha comprobado la Corte Suprema de izquierda, sin ningún sentido del ridículo y tras ímprobos esfuerzos destinados a corroborar lo que el testigo presencial del suicidio, doctor Patricio Guijón Klein, revelara a los telespectadores de Chile y el mundo ese mismo 11 de septiembre de 1973.

Obviamente, la Galería de los Presidentes concebida por Sebastián Piñera tenía como propósito dejar todo listo para que su propio busto fuera exhibido en ella, pero a la altura de Salvador Allende se topó con una dificultad imprevista: si incluía a los Presidentes posteriores, como era indispensable para llegar a él mismo, debía instalar el del más importante de los que faltaban, y probablemente también de los que no faltaban, Augusto Pinochet. Y si lo hacía, el comunismo encabezaría una verdadera revuelta propagandística que lo podría castigar sobremanera en las encuestas, siendo la tarea de remontar en ellas a la que más dedica su preocupación de gobernante. A la vez, si no lo hacía y excluía a Pinochet, dando así gusto a la izquierda, la derecha tendría una razón más para murmurar (es lo máximo a que alcanza a alzar la voz) que Piñera habría cometido una nueva traición.
Entonces ha tenido que dejar la Galería de los Presidentes sólo hasta Allende, pero en la certeza de que Michelle Bachelet sí que se va a saltar a Pinochet sin miramientos y va a instalar los bustos de Aylwin, Frei, Lagos, sí misma y, finalmente, el más esperado de todos por Sebastián Piñera.
Hay un café izquierdista de segunda clase en Santiago, el “Torres”, que exhibe los retratos de los Presidentes de Chile por orden cronológico, salvo el de uno, lo que provoca un vacío no explicado de casi 17 años en la sucesión de los mandatarios. La Galería de los Presidentes en La Moneda corre el riesgo de quedar a la altura del "Torres", lo que sin duda haría desmerecer al país.

Sea como fuere, Piñera ha debido dejar la misión de completar dicha Galería a su sucesora y antecesora, y seguramente piensa que ya verá ella cómo se las arregla sin o con Pinochet, lo cual poco le importa a él, pues lo único que realmente le preocupa es que el busto propio (seguramente ya encargado a algún escultor de renombre) sea inaugurado a la brevedad.
Oscar Wilde decía que cuando uno se enamora de sí mismo suele iniciar un idilio que dura toda la vida.     

miércoles, 9 de marzo de 2022

En Defensa del Prestigio de la Corbata

Lo peor que le podía suceder a Chile es lo que le está pasando. La asunción de Boric como Presidente de la República acentúa un período desastroso para el país, iniciado bajo Sebastián Piñera, que no fue capaz de mantener el orden ni defender la soberanía ni el legado de libertad y democracia de Pinochet. 

Bueno, con Boric va a ser peor que con Piñera, pues personifica la anarquía y, además, se propone destruir la economía, lo que nunca estuvo en los planes de Piñera, que aunque sí terminó por echarlo a perder todo, nunca se lo propuso. El gobierno de Boric va a ser tan malo, pero tan malo, que vamos a extrañar a Piñera.

Lo sabemos porque ya nos pasó. Hoy sale en el diario, en la sección "De Hace 50 Años", que el ministro marxista de Allende, Pedro Vuscovic, se apoderó materialmente, de facto, de 91 empresas, les designó interventores y decidió que iban a quedar en manos del Estado. Esa es la doctrina de los comunistas y de quienes están a su izquierda, los del Frente Amplio de Boric, que van a asumir pasado mañana. ¿O ustedes creen que quien le rindió público homenaje al busto de Allende, en su reciente visita a La Moneda, va a hacer algo distinto que Allende?

Ya están sucediendo las mismas cosas que bajo él. Díganme si lo siguiente, aparecido en "El Mercurio" de ayer, sección "Hace 50 Años", no es igual a lo que está haciendo hoy la alcaldesa comunista: "8 de marzo de 1972. En veredas. El centro de la capital está convertido en una verdadera feria. Los comerciantes ambulantes, muchos sin permiso, ocupan los espacios para ofrecer diversos artículos." 

Y también en "Hace 50 Años" de ayer: "WILLIAM RODGERS. El Secretario de Estado ve poco probable llegar a un acuerdo con Chile sobre la expropiación de las minas de cobre". Los partidarios de Boric ya aprobaron en la Convencion Constitucional que el Estado se vuelva a  robar los yacimentos mineros, sin pago de su real valor comercial al contado ni anticipado.

Un norteamericano residente del siglo XX, que nos conocía bien, Bob Haldeman, decía que los chilenos nos pegábamos un balazo en el pie cada vez que estábamos cerca de ser desarrollados. Bueno, ahora estábamos cerca en 2019, hasta que Boric pasó bajo los torniquetes y los suyos quemaron todo y destruyeron todo, mientras Piñera levantaba los brazos y les entregaba la joya más valiosa de la corona.

Y el resultado de la elección presidencial: Boric es el peor candidato a la Presidencia que ha habido en nuestra historia y personifica la destrucción de los valores básicos de la nacionalidad (lo que ya está perpetrando, como un anticipo, la Convención Constitucional dominada por las fuerzas del gobierno que asumirá el viernes).

Algunos se preguntan si irá con corbata (que no ha usado nunca) a la transmisión del mando, pero yo no sólo no lo creo, sino pienso que, además, no tiene derecho a hacerlo. La corbata es un  testimonio de caballerosidad, respeto y decencia. Por eso en el Club de la Unión, lugar donde se reúnen los caballeros, no se permitía entrar sin corbata. Aunque sigo pagando las cuotas, últimamente no he ido, así es que no sé si se mantiene esa norma. Ojalá sí.

Pero lo que no puede ni debe permitirse es que Boric le inflija a la corbata, símbolo de la libertad de elección personal y de la caballerosidad, un castigo a su imagen tan indeleble y definitivo como el de jurar portando una y profiriendo falsedades tan evidentes como las de que va a respetar la Constitución y las leyes, cosas que no ha hecho en su vida, ni como mal estudiante que no pudo graduarse y usurpó su sede académica ni como político que encabezó la destrucción del patrimonio público y privado, perpetrada por el octubrismo suyo; ni como candidato presidencial que mintió ante el país al presentar un test de drogas tomado en una clínica de la UC en circunstancias que estaba cumpliendo curentena en otro recinto.  

Lo mínimo en defensa del buen nombre de la corbata es impedir que Boric asuma usando una.

martes, 15 de febrero de 2022

Lo Que Nunca Ví Venir

Cuando una persona carece de capacidades elementales para desempeñarse, la justicia le nombra un tutor o curador para que no se arruine haciendo desatinos. ¿Cómo se debe proceder cuando un país entero carece de las capacidades elementales para manejar su propio destino? Lamentablemente, no existe similar solución. 

Un personaje de Vargas Llosa preguntaba en "Conversaciones en la Catedral" "¿cuándo se jodió el Perú?". Bueno, en Chile la respuesta sería obvia y por partida doble: en 1970 y ahora. Definición de chileno: único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.  

La mayoría ha elegido derogar la Constitución, que nos llevó al número uno en América Latina, y reemplazarla por un engendro inentendible. La misma mayoría decidió llevar a los comunistas al poder, bajo la presidencia del peor de los candidatos, como que no ha podido siquiera formar una familia ni titularse de abogado. Y ha dicho estar a la izquierda de los comunistas. No sólo eso: se declara admirador del más destructivo gobernante de la historia del país, Salvador Allende. Para no mencionar otros antecedentes. Tan malo es que ha elegido a una bióloga y veterinaria, hija de un jefe de inteligencia de Castro y nieta de Allende, como ministro de Defensa; y al comunista Galo Eidelstein, de ruinosa gestión en la Universidad Arcis, como Subsecretario de las FF. AA. Pero como siempre todo puede ser peor (primera ley de Murphy) los altos mandos quedaron felices.

Es que los estudios coinciden en que, en Chile, más del 80 % no entiende lo que lee y ese 80 % está manejando el país. Pues casi igual porcentaje votó "Apruebo" a la idea de hacer tabula rasa de la Constitución que nos llevó a la cabeza de América Latina. Y esto se va agravando, porque un sondeo reciente revela que quienes no entienden lo que leen han aumentado a 84 %, confirmando el postulado de Bachelet: "cada día puede ser peor". 

Conclusión: desde el 11 de marzo vamos a extrañar a Piñera. Este es impopular porque no supo mantener el orden público ni impedir la inmigración ilegal ni defender la soberanía, pues hay partes del territorio en manos de enemigos de Chile. Pero, por lo menos, Piñera no era uno de ellos y, en cambio, Boric sí lo es, pues manifestó presencialmente su adhesión a los terroristas del FPMR, al asesino de Jaime Guzmán y a los separatistas de Temucuicui, puño en alto. Además, rindió público homenaje al busto de Salvador Allende, cuyo régimen nos devastó económicamente y dejó al borde de una guerra civil. Entonces recién el 56 % lo eligió.

Estoy, pues, a 23 días de vivir una experiencia inimaginable, que jamás "vi venir": extrañar a Sebastián Piñera.




jueves, 20 de enero de 2022

Un Embajador con Cerebro Lavado

Un artículo del embajador argentino Rafael Bielsa, en "El Mercurio" de hoy,  menciona una supuesta "operación de terror", refiriéndose a la "Operación Cóndor", acordada entre los gobiernos militares de Argentina, Chile y otros países en los años 70. 

Pero lo que escribe e insinúa Bielsa acerca de algún supuesto "terror de Estado" no es verdad. Prefiero pensar que ello se debe a que ignora la verdad, carencia que comparte con el 80 % de los chilenos. Esto último explica por qué, por segunda vez en poco más de medio siglo, este país va a volver a caer en manos del comunismo por la vía electoral. Pues, en efecto, la "Operación Cóndor" no fue "de terror", como reza la leyenda de izquierda y dice el embajador, sino todo lo contrario, para defendernos del terror. 

Cuando la subversión más asolaba a este continente fue a mediados de los 70, en 1974, año en que se reunió en París una "Junta de Coordinación Revolucionaria" integrada por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de Argentina, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros de Uruguay y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de Chile (del cual ese mismo año era una activa ayudista una joven llamada Michelle Bachelet, según su biografía más reconocida, la de Insunza y Ortega, 2005).

El secretario de la "Junta de Coordinación Revolucionaria" era el cubano y miembro de la DGI (el KGB de Cuba) Fernando Luis Álvares, casado con Ana María Guevara, hermana de un conocido asesino serial que desempeñó su cometido en Cuba, Ernesto "Ché" Guevara. 

En octubre de ese año el MIR me informaba de lo anterior mediante un periódico a mimeógrafo, que hacían llegar puntualmente a mi oficina particular de la calle Doctor Carlos Charlín, en Providencia.

Los gobiernos del cono sur, entonces, resolvieron enfrentar unidos esa coordinación terrorista, que era para cometer atentados y asesinar uniformados y civiles. Así nació la "Operación Cóndor", para defenderse del terror, no para practicarlo. 

Por supuesto, "veinte años después" en Chile (y antes en Argentina) los gobernantes, legisladores y jueces comenzaron a perseguir a los militares que participaron en la "Operación Cóndor" y, al mismo tiempo, los gobiernos civiles han amnistiado e indemnizado al verdadero victimario de los países, el terrorismo de extrema izquierda, como si quienes lo prohijaban hubieran sido las "víctimas". 

Una verdadera "Operación Mentira Histórica" continental se ha impuesto así durante décadas y ampliamente. Y en virtiud de esa gigantesca impostura, en nuestros países los agresores han pasado a ser "agredidos", los victimarios han devenido "víctimas" ("nuestros camaradas y las víctimas", concedía textualmente en su tiempo el CJE Juan Emilio Cheyre, cuyo cerebro estaba tan bien lavado de toda verdad como el del embajador Bielsa). Y, en fin, los totalitarios ya han pasado a ser oficialmente "demócratas". Tanto que hasta Boric ahora afirma serlo. Se ha perdido hasta el sentido del ridículo.

En Chile una clase dirigente política y empresarial débil, inepta y entreguista ha dejado, a su turno, que le laven el cerebro a ella y a todo el mundo y que la verdad sea censurada o suprimida de los medios que ella controla o cree controlar, porque de hecho se los maneja la izquierda. Si no, "se toma" las instalaciones de los periódicos. Desinformación exitosa a tal extremo que hasta las nuevas generaciones "cuicas", en Chile, creen hoy que el "terror" lo trajeron los militares. No pocos jóvenes ABC1 declaran que un gobierno de derecha "les da miedo" y, en consecuencia, votan concienzudamente por el comunismo y por amplia mayoría llevan al poder a su candidato, que tan solemnemente le rindió un homenaje al busto de Allende en La Moneda en su única visita a palacio. 

Entonces Chile entero se apresta a corroborar otra vez, más temprano que tarde que, si bien los pecados se pagan en la otra vida, las imbecilidades se pagan en ésta.