Los peores problemas de los políticos son los que se crean ellos mismos. La sabia Constitución de 1980 establecía un período presidencial de ocho años, tiempo suficiente para desarrollar una acción de gobierno y que permitía la simultaneidad con las elecciones parlamentarias. Pero los políticos de la Concertación tenían, en 1989, un problema (que es el gran problema que han tenido siempre): había demasiadas cuerdas para un solo trompo. Entonces transaron en que iría Aylwin primero, bueno, ya; pero por sólo cuatro años, pues Lagos ya no podía esperar un minuto más. Y después vendría éste. Como de costumbre, ninguno pensó en el interés del país.
Pero entonces a Lagos se le atravesó en el camino Frei, hijo, que tenía dos grandes atributos, según Jarpa: "su nombre y su apellido" , y barrió con aquél en la primaria que hicieron. Entonces Lagos dijo que ahora sí que no aguantaba más y los convenció a todos de acortarle el período a Frei, de ocho a seis años. Éste aceptó y, una vez más, nadie pensó en el interés del país.
Entonces, al fin, en 2000 pudo subir Lagos. Pero a esas alturas se dieron cuenta de que seis años todavía era un período de espera muy largo y, además, el país iba a vivir en elecciones, pues las presidenciales no iban a coincidir casi nunca con las parlamentarias, aparte de que también estaban las municipales. Entonces volvieron a acortar el período a cuatro años y los grandes caciques con ínfulas presidenciales estaban contentos porque iban a tener que esperar menos. Pero entonces se les metió entremedio una niña con cero prestancia política pero llena de carisma, que se alzó con los votos y los dejó marcando ocupado.
A todo esto, claro, el período de cuatro años es un desastre, pues cuando apenas van dos el Presidente en ejercicio se convierte en un "pato cojo" al cual numerosos "patos raudos", que van en busca de la siguiente Presidencia, dejan atrás.
Es lo que tenemos hoy, sobre todo desde que las dos últimas encuestas han exhibido al Presidente en funciones con bajísimo nivel de aprobación y, peor aún, con el porcentaje de rechazo más alto (45%) entre todas las personalidades públicas, incluso mayor que el del senador Escalona, que siempre había acaparado la "pole position" en ese escalafón.
La situación no deja de ser pintoresca, pues lidera los sondeos presidenciales, con 51 por ciento (es decir, si la elección fuera hoy ganaría en primera vuelta), la única persona que no ha hecho campaña alguna y que ni siquiera se sabe si aceptará ser candidata. Se ha convertido en la némesis de sus detractores, con un 83 por ciento de aprobación y tan sólo seis por ciento de rechazo, acentuando al extremo la cojera del titular actual, cuyo ansiado protagonismo se ha esfumado, muy contra su voluntad, por cierto.
Lo peor es que a los caciques más ambiciosos de nuevo esa macana del carisma les juega una mala pasada, pues sólo se aproxima en las encuestas a la titular por excelencia de ese atributo otro "outsider", Laurence Golborne, que maneja dicha herramienta con similar destreza que ella, pues logra un 68 por ciento de aprobación y recibe sólo 11 por ciento de rechazo, aventajando por mucho a los que ya no disimulan sus presiones sobre el "pato cojo" para que, de una vez por todas, se deshaga de él y lo mande a un anonimato en el cual el carisma no le va a servir de nada y así va a dejar de molestar a los que no tienen votos ni carisma, pero sí mucha influencia y muchas ganas.
viernes, 11 de mayo de 2012
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ResponderEliminarExcelente análisis don Hermógenes. Respecto a la columna del miércoles, mi diagnóstico es el siguiente: los de derecha no aprueban al presidente porque gobierna con ideas de izquierda (incluso más extremas que las de los anteriores gobiernos de izquierda); los de izquierda no aprueban al presidente porque (supuestamente) es de derecho o al menos gobierna con (alguna) gente de derecha. Ud. mejor que yo sabe que la ideología de izquierda es ideología del odio. Aunque el gabinete entero constara de militantes de izquierda, lo odiarían igual. O sea, trata de quedar bien con Dios y con el diablo (ya sabrá ud. cual es cual) y es ejercicio SIEMPRE sale mal.
ResponderEliminarDon Hermogenes, por favor, no olvide sacar una columna acerca de esto: (SHOA, al cual 9 de cada 10 chilenos llaman "CHOA" --otro día les explico por qué--)
ResponderEliminarGracias
Don Hermógenes. Si bien es cierto mucho de lo que usted escribe hoy, los ocho años son demasiados para un gobierno en Chile, recuerde que Allende liquido el País en tres años. ¿Se imagina a MEO o a algún otro “bolivariano” de presidente con ocho años asegurados?. Cuatro años son suficientes. No vale la pena arriesgarse. Es mas, ¿Cómo andaríamos con Su excelencia el presidente de la República don Sebastian Piñera Echeñique (sarcasmo) por seis años mas?. Francamente, pienso que no completaría el periodo, lo derrocarían antes.
ResponderEliminarTiene razón Máximo, no queremos imaginar qué hubiera sido un gobierno de ocho años seguidos de la gordi.
EliminarYa nos olvidamos que ELLA, la carismática, fué quién implementó la mayor estafa del siglo veinte: el Transantiago, evadió, -comisiones mediante- todo problema grosso que se le presentaba, como el de educación, ayudó a pavimentar el camino del odio que sus anteriores compañeros de ruta diseñaron, para perpetuarse en el poder, y, además, para rematar se mandó a hacer un marketing histórico que la muestra poco menos que, como una virgen inmaculada, víctima de la dictadura y demases.
NO. Ocho años seguidos con éste fenómeno hubiera sido demasiado.
Don Hermógenes:
ResponderEliminarUn período de ocho años sería algo idóneo en un país idóneo con un populus idóneo, cosa, creo que usted sabe mejor que yo, no ocurre aquí; no obstante, creo que cuatro años es demasiado poco, porque me da la impresión que un presidente cualquiera que sea trata de implementar algo importante, bueno o malo, y el mercado demora en reaccionar, lo cual a veces la gente toma como perjudicial, y cuando no se recupera del choque aun la oposición saca provecho de eso y luego la gente escoge al candidato de la oposición, lo que termina en el mismo ciclo sin que la gente avance o el país avance, los golpes de timón constantes no son buenos, de hecho ni constantes ni inconstantes (bien nos lo demuestran nuestro vecinos sudamericanos), creo que para que hayan 8 años de gobierno el país debe ser lo suficientemente racional como para entender su constitución (el 80% de los chilenos no entiende lo que lee...) y lograr entender como las cifras macro y microeconómicas pueden influirles en sus vidas y en escenario mundial (cierto profesor ruso de mi universidad hace muchos años dijo fuera de sí "¡chilenos ser gusanos intelectuales!" pues no entendía como en un país de 17 millones de habitantes, 16 millones fuesen malos en matemática).
Creo que es lamentable que tengamos que esperar un poco mas para que la civilidad se asiente en el pueblo para abogar derechamente por 8 años, y para ello al pueblo hay que dejarlo tranquilo, recuerde lo que dijo Diego Portales sobre "El peso de la Noche".
Espectacular esta columna. Coincido plenamente.
ResponderEliminarConcuerdo, seis años es mucho para un país muy poco serio; propongo un parquímetro a la entrada de La Moneda.
ResponderEliminarCuatro años con opción de una reelección parece ser una alternativa que eliminaría situaciones en que el Presidente en ejercicio, como ocurre hoy en día, se convierta en un "pato cojo" según palabras de don Hermógenes.
ResponderEliminarSi lo hace mal, se va.
Si, por el contrario, a juicio de sus electores lo hace bien, es re-electo,completa su programa de gobierno y posterga la temprana aparición de los "patos raudos", como ocurre en la actualidad, con este sistema de 4 años sin reelección presidencial inmediata.
Tengo una pregunta: ¿por qué "la niña con cero prestancia política pero llena de carisma" NO está siendo juzgada en el proceso por las responsabilidades estatales del 27/F? SI ELLA ERA LA JEFA, LA AUTORIDAD MÁXIMA Y POR LO TANTO LA PRIMERA RESPONSABLE???!!!
ResponderEliminarPorque ella pertenece al selecto grupo de las "vacas sagradas", que no responden por sus actos pero que disfrutan de jugosos estipendios por "servicios prestados al país". Así ocurrirá con su ex ministro del Interior Pérez Yoma (más conocido como el amalfitano),a quién siquiera se le nombra en el famoso proceso. ¡Ah!, pero la gallá izquierdosa pide la cabeza hasta del Comandante en Jefe de la Armada.
EliminarBillyangG
ResponderEliminarNo es necesario ser izquierdista para pensar que el almirante González no estuvo a la altura de su cargo el 27 de febrero.
Lo ocurrido en Talcahuano, su ignorancia sobre lo que allí sucedía es suficiente para pensar que debió dejar su cargo voluntariamente.
Probablemente, lo habría hecho si tuviese la dignidad que caracterizó a la mayoría de los Comandantes en Jefe de la Armada que lo han precedido dedes 1973.
Recuerde que Piñera pensaba confirmar a su camarada DC como Jefe de la ONEMI. Afortunadamente para Chile, el terremoto permitió advertir la incompetencia general de los apitutados de la concertación que trabajaban allí. Aparentemente reemplazados por otros inéptos de la coalición gobernante (La inundación de Punta Arenas lo demostró). Pero, Piñera, no pudiendo confirmar a Carmen Fernández, si confirmó al almirante ausente y relajado que comanda la armada, a pesar que su conducta está lejos de ser la que uno podría esperar de un oficial general en un momento de crisis, como la que se vivía como resultado del terremoto.
En Talcahuano, fuera del daño de las instalaciones del astillero debido al tsunami, estuvo a punto de perderse un submarino, porque el comandante del buque lo abordó tardíamente, privilegiando un tema familiar por sobre su obligación profesional.
En realidad BillyangG, no es necesario ser izquierdista para pensar que González hace rato debió pasar a un deshonroso retiro.
Su mantenimiento en el cargo le hace mal a la Armada, ¿será ese uno de los objetivos ocultos del DC que nos gobierna?. No olvide que hoy día apedrean a los cadetes que marchan el 21 de mayo. Y, por supuesto, hoy a los cadetes y a sus oficiales solo se les permite arrancar.
¿Cual es el "camarada DC" que Piñera deseaba "confirmar" en la Onemi?
EliminarEn Valparaíso tienen como jefe de la Onemi a un personaje sin mayor experiencia que nombró la concertación izquierdosa.
Acerca de los jefes de las FF.AA., también tenemos nuestras aprehensiones, pues durante veinte años la concertación practicamente DESCABEZÓ las cúpulas de ellas, nombrando a personas con poca experiencia o que gozaban de las simpatías de la izquierda (no faltan); los resultados, como dices están a la vista.
Iba a confirmar a Carmen Fernández, la ex jefe de la ONEMI, militante DC. Razón por la cual ocupaba ese puesto, a pesar de ser ignorante e incompetente para aquello, como quedó demostrado.
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