Cada vez que su gente cercana aparece haciéndose indebidamente de dinero público y provocando escándalo nacional, Gabriel Boric ataca a Pinochet. Ahora ha sacado a colación el caso Riggs, cuando el affaire Procultura ha comprometido a la pareja de siquiatras que lo ha tratado últimamente.
Si él fuera un estudioso, cosa que no es (dio muestras de ni siquiera haber leído la Constitución que regula su cargo) sabría que el caso Riggs terminó probando, aparte de la inocencia de Pinochet tras una persecución judicial infame, que el Estado chileno le ha sustraído indebidamente a él y su sucesión no menos de 6 millones 900 mil dólares.
Desde luego, cuando después de que entregó el poder en 1990, el primer director de Impuestos Internos socialista sometió a escrutinio sus declaraciones anuales de impuestos en los 16,5 años de su gobierno y posteriores y comprobó que, siendo gobernante, no había declarado 544.520 dólares recibidos en esos 198 meses, supuestamente provenientes de gastos reservados (La Tercera, 8 de octubre de 2008).
Por consiguiente, cuando en 2002, bajo el gobierno de Lagos, se descubrió que los gobernantes de la Concertación se "llevaban para la casa" cada dos meses, 542 mil dólares de gastos reservados, es decir, casi lo mismo que Pinochet en 198 meses, automáticamente quedó comprobado que éste era 99 veces (198 dividido por 2) más honrado que (todos y cada uno) Aylwin, Frei Ruiz-Tagle y Lagos.
Pillado, Aylwin confesó: "fue una corruptela", a Raquel Correa en El Mercurio, con su característica sonrisa. Pero la oposición, encabezada por Pablo Longueira (UDI), les ofreció a los pillados in fraganti una "salida honrosa": subirse el sueldo en lo mismo que sustraían... aprovechando que así debía subir la dieta parlamentaria en lo mismo. "Hecha la trampa, hecha a ley", me escribió un lector.
Sólo después del gobierno de Pinochet el dueño del banco Riggs, Mr. Joseph Albritton lo visitó en Chile, tras haberle escrito: "Chile es un país muy impresionante y con un excelente futuro, gracias a usted y a las políticas y a la reforma que usted instauró. Como le expresé, estaría muy satisfecho de prestarle ayuda a usted y su país de cualquier manera que yo pueda en Washington DC". Pinochet creyó ver una posibilidad de poner a salvo sus ahorros de la persecución judicial e ilegal marxista y trasladó depósitos al Riggs, donde ya antes había no menos de 125 cuentas de otros chilenos, entre ellos sus propios ayudantes de la Casa Militar, todos finalmente absueltos de cargos en el llamado "Caso Riggs". En él, el entonces ministro sumariante Sergio Muñoz "construyó" una imaginaria "fortuna de Pinochet" de 27 millones de dólares sumándole depósitos de otras personas y renovaciones de unos mismos documentos. Esto se tradujo en que le giró a Pinochet un "impuesto a la renta" por 9 millones 800 mil dólares, es decir, un 132 % de su patrimonio real.
El abogado en el juicio, Pablo Rodríguez Grez, reunió prontamente esa estrafalaria suma y la pagó al fisco, porque en Chile y el mundo los dispuestos a dar a Pinochet lo que necesitara eran y son generosos e innumerables. Si hubiera sido impuesto a la renta sobre su patrimonio real periciado, que era de US$ 7,4 millones (El Mercurio, 20 de octubre de 2007), el cobro tributario debió haber sido máximo 40 % de su fortuna, es decir, 5.880.000 dólares. El fisco le birló, entonces, al menos 3.920.000 dólares.
Hubo una tardía "justicia divina" cuando el inventor de la fortuna de 27 millones de dólares, Sergio Muñoz, fue después destituido por sus pares por otras irregularidades posteriores.
Para suerte de Pinochet, como dije antes, siempre todo el mundo quería darle plata. La colonia cubana de Miami le reunió millones de dólares y un hijo de él debió viajar a agradecerles. El barón Von Thyssen de Alemania lo mismo. Un ciudadano sueco, Jorn Wilhelm Sjersteed, le legó toda su fortuna (El Sur de Concepción, 25 de abril de 1982). Más detalles en mi libro "Terapia para Cerebros Lavados", páginas 445 y siguientes y en el Apéndice de mi "Historia de la Revolución Militar Chilena 1973-1990", titulado "La 'Fortuna' de Pinochet".
Y el último manotazo: le habían embargado depósitos a plazo por 2.500.000 dólares y $138 millones propios y no le permitían a la sucesión usar lo necesario para pagos de contribuciones. Últimamente, con los intereses de 17 años, subían de 3 millones de dólares. Hace unos meses el "heredero" del caso Riggs, ministro Guillermo de la Barra, informó escuetamente que se los había traspasado al fisco, por sí y ante sí. Nunca se probó que provinieran de gastos reservados. Eran ahorros no objetados de Pinochet. Pero de la Barra les dio el manotazo y se los traspasó al fisco. Sumados a los otros US$3.920.000 dan un total de US$6.920.000.
Salve a Chile del comunismo, llévelo al primer lugar de América Latina, pacificado y próspero e inaugure "los mejores 30 años de su historia" y, ya sabe, entre los jueces y los marxistas (que suelen ser las dos cosas) a usted lo van a difamar y encima le van a quitar 6 millones 920 mil dólares, si es que los hubiera ahorrado o se los hubieran donado.
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