jueves, 29 de agosto de 2019

El Discreto Encanto del Comunismo

Cuando yo era joven hubo una leída novela y una consiguiente muy vista película, ambas tituladas "El Discreto Encanto de la Burguesía". Hoy me siento tentado a comentar "el discreto encanto del comunismo", visto el otorgamiento del Premio Nacional de Periodismo, con el voto y elogio de una ministra de derecha, a una profesional que por años rompió lanzas en el diario "El Siglo", periódico-insignia del PC local.

¿Quién ha sido el Enemigo Público N° 1 del comunismo mundial en el último siglo? Conteste, sin temor a equivocarse: Pinochet. La venganza roja ha sido terrible. Un solo historiador contemporáneo importante la ha acreditado: el británico Paul Johnson. Éste afirmó que el KGB soviético tuvo un gran éxito en demonizar a Pinochet entre las "élites habladoras" del mundo, "antes de ser lanzado (el KGB) al basurero de la historia". Pero en su libro "Héroes", dedicado a personajes históricos relevantes, Johnson incluye justamente a Pinochet, porque, dice, "yo conozco lo hechos".

El discreto encanto del comunismo no sólo consigue premios para sus adeptos, sino que logra la condena de su reales adversarios. Lo cual me hizo recordar una escena de mi juventud cuando, recién ingresado a la planta de editorialistas de "El Mercurio", allá por los años '60, el destacado abogado Carlos Urenda Zegers propuso en la Mesa de Redactores que el diario entrevistara a Eudocio Ravines, el más brillante ex-comunista peruano, que se había convertido en el principal detractor latinoamericano del partido rojo, tras haber escrito su estupendo libro "La Gran Estafa".

Naturalmente, los comunistas había apuntado toda su artillería de insultos, injurias, calumnias e imputaciones contra Ravines, obteniendo el torvo efecto deseado, tanto así que el director de "El Mercurio" respondió a la propuesta de Urenda diciéndole:

"No, ese sujeto está completamente desprestigiado a raíz de su cambio de posición".

Urenda entonces le replicó:

"Hay otros que también han cambiado de posición y no por eso puede considerárseles desprestigiados", un golpe al plexo del director del diario, que en su juventud había pertenecido a las juventudes nacistas.

El hecho fue que el diario no publicó nada sobre la visita de Ravines a Chile. El principal medio de comunicación de la derecha se negaba a apoyar a alguien convertido en el peor cuchillo contra el comunismo. La denostación repetida, permanente y sostenida que practicaba el comunismo contra Ravines producía su efecto en la propia derecha, supuesta beneficiaria del anticomunismo del político peruano.

Ahí aprendí que el insulto y la injuria repetidos, aunque no tengan base, hacen mella en el prestigio de las personas. "¡Calumniad, calumniad, que algo queda", decía Voltaire con su peculiar cinismo.

Entre nosotros esa oscura táctica del partido rojo ha hecho mella en el buen nombre del principal estadista chileno del siglo XX, llevando incluso a quienes fueron sus partidarios a advertir: "yo no soy pinochetista", temerosos de caer también bajo el anatema de los popes que antes hallaban su inspiración en Moscú y hoy la absorben del Foro de Sao Paulo.

sábado, 24 de agosto de 2019

Condenados al Mal Menor

Cuando apareció la Declaración de Principios del Partido Republicano (en formación) sin contener una sola traza de reconocimiento al Gobierno Militar ni la más mínima referencia al principal problema nacional de nuestro tiempo, que es la pérdida del estado de derecho (rule of law) a manos de una dictadura judicial de izquierda que ha atropellado las leyes, violado el debido proceso y, así, demolido una de las bases de la institucionalidad, supe que algo andaba mal, pero muy mal.

Y en seguida me di cuenta de que, en realidad, todo podía ser todavía peor, cuando prohombres del Sí, como Ignacio Urrutia y Gonzalo Rojas Sánchez, salieron a contradecir públicamente mis críticas a esa defección republicana, justificándola. El primero hasta se permitió inventar una conversación conmigo en que él se quedaba con la última palabra, espetándome: "¡Entonces ándate a Fuerza Nacional!". Que fue precisamente lo que hice. Pues Fuerza Nacional, a todo esto, había iniciado sus trámites para formar un partido de ese nombre y en su Declaración de Principios sí estipulaba exactamente todo lo que yo extrañaba que no estuviera en la republicana: el reconocimiento a la Segunda Independencia de Chile lograda en 1973 por el Gobierno Militar, al salvarnos del comunismo; y la mención del peor problema nacional de la actualidad, la persecución ilegal de los jueces de izquierda contra los militares, con el consiguiente quebranto de la institucionalidad, al derogarse de facto el debido proceso y el estado de derecho.



Pero incluso las cosas peores pueden todavía empeorar y ha sido así que en estos días me ha llegado el video de la participación de José Antonio Kast, el único candidato del Sí en la elección presidencial pasada (donde tuvo exitosa participación y dobló en votos a la DC) diciendo tajantemente: "No soy pinochetista". Todavía incrédulo, leí en "El Mercurio" del 22 de agosto último que el diputado RN Cristóbal Urruticoecha "estaría evaluando dejar su colectividad para arribar al movimiento de Kast, intención que, aseguran, se podría concretar en el corto plazo". Añade el diario: "El parlamentario, no obstante, le habría expresado (a Kast) durante la conversación algunas dudas respecto al carácter 'pinochetista' y 'radical' que tendrían algunos adherentes al movimiento frente a algunas materias. Kast, por su parte, le habría entregado garantías de que él está lejos de pertenecer a ese sector y que el partido no se hará dueño de esas banderas".


Quedó clarísimo y esto último concuerda con la omisión de toda referencia, en su Declaración de Principios, al 11 de septiembre y a la prevaricación de la dictadura judicial de izquierda. En esto, dicho sea de paso, hay coincidencia total del Partido Republicano en formación con las Declaraciones de Principios de RN y la UDI, convenientemente modificadas para adaptarlas a su nueva condición actual de partidos del No, en la estela de Sebastián Piñera, que tras un transitorio y ágil salto al Sí al inicio de la campaña de Büchi en 1989, antes y después de eso había sido y continuó siendo un paladín del No.

Desde luego, el "no soy pinochetista" reciente de Kast lo traslada automáticamente a él también al No, porque el Sí fue, como todo el mundo sabe, la afirmativa a un nuevo gobierno de Pinochet, lo que implicaba que ser del Sí demandaba ser pinochetista. Luego, la declaración de no ser esto último comunica un traslado al No del declarante. Lo que nos faltaba: José Antonio Kast, el único candidato presidencial del Sí, se nos fue ahora al No.

Esto nos traslada, a los que seguimos siendo del Sí, a un nuevo escenario en que nos veremos precisados a votar por un "mal menor". Pues, como informó "La Segunda" del sábado 17 de agosto y ratifico yo aquí y ahora, el único partido del Sí existente, Fuerza Nacional (en formación y con sus antecedentes presentados al Servicio Electoral) me ofreció ser su candidato presidencial, en carta firmada por toda su directiva, a la cual yo respondí que, habiendo recibido con entusiasmo esa proposición, la sometí a un consejo de familia urgente y vehementemente encabezado por mi cónyuge, el cual por firme unanimidad me pidió deponer mi antes referido entusiasmo ante la idea y declinar el ofrecimiento, cosa que, sumisamente, comuniqué a Fuerza Nacional, agradeciéndole la distinción en términos que "La Segunda" parcialmente reprodujo. En consecuencia, no se divisa en el horizonte político ninguna otra figura representativa del Sí a Pinochet que pueda competir en la próxima elección presidencial.

En conclusión, los que pertenecemos a esa corriente y consideramos como los peores problemas nacionales la desfiguración de la verdad histórica reciente y la consiguiente destrucción del debido proceso y del estado de derecho por la dictadura judicial imperante, consideramos que, en ausencia de un candidato del Sí, deberemos votar por José Antonio en condición de mal menor frente a las demás alternativas del No que competirán por alcanzar el gobierno en 2021 y todas las cuales, a primera vista, son mucho peores.

El destino parece habernos condenado, una vez más, a semejante fatalidad, que tendrá lugar a menos que aparezca un postulante de nuestras ideas que reemplace al que creíamos tener.

jueves, 22 de agosto de 2019

Derogando la Ley de la Oferta y la Demanda

Eugenio Tironi es un columnista de izquierda de "El Mercurio" que no ha podido resistir su impaciencia antes de su próxima columna y ha mandado hoy una carta al diario para comunicar públicamente la derrota de Milton Friedman, quien sostenía que la principal meta de las empresas era tener las mayores ganancias posibles. Tironi fundamenta su tesis en que un panel de los principales directivos de empresas norteamericanas ha declarado que buscará un equilibrio entre los intereses de los accionistas con los de consumidores, empleados, proveedores y comunidades locales. De allí deduce que todos ellos "han abandonado la tesis de Friedman".

Pero está equivocado. Desde luego, Milton Friedman era partidario de la libertad económica y, dentro de ella, uno puede ser empresario exclusivamente para ganar plata o puede serlo por cualquier otro móvil, como el de alcanzar fama, aunque gane poca plata; o porque tiene vocación para ejercer una determinada actividad, aunque gane poco. La sociedad libre no lo prohíbe. Lo que Friedman sostenía era que, en el hecho, los accionistas de las empresas, por mayoría aplastante, buscaban maximizar las ganancias de las mismas. Eso sigue siendo así. Lo dice todos los días el mercado. Si alguien invierte en la Bolsa, normalmente busca comprar las acciones que tienen más rentabilidad, más liquidez y menor riesgo y éstas suben sus precios. Si cualquier empresa tiene menos utilidades, su acción baja de precio. La Bolsa de Comercio ratifica todos los días la tesis de Friedman. 

Y buscar las acciones con más rentabilidad, más liquidez y menor riesgo es la manera de construir fortuna, que es lo que casi todos quieren. Pues en la sociedad libre a nadie se le prohíbe renunciar a las ganancias, pero casi nadie lo hace. Yo escribo este blog gratuitamente y no pretendo, a raíz de eso, sostener que Friedman estaba equivocado. Él sabía perfectamente que había personas que actuaban sin fines de lucro, otras que renunciaban parcialmente a obtenerlo y, por supuesto, una gran mayoría que lo buscaba afanosamente, como primera prioridad. 

De hecho, la Business Roundtable a que se refiere Tironi y que reúne a los principales CEO de grandes empresas norteamericanas, lo que probablemente cree estar haciendo es ofrecer una imagen más popular y más benévola ante el público, para que éste continúe comprando sus productos y votando en las elecciones por candidatos que defiendan su libertad de iniciativas económicas. Es decir, quieren aparecer como "socialmente buenas personas" precisamente para evitar "juicios por los diarios" que desprestigien sus productos y disminuyan sus ganancias. De ninguna manera están buscando perder plata. 

Si la gente actuara en la economía perdiendo y sin ánimo de lucro, la curva de demanda ya no tendría pendiente negativa, es decir, señalando que a mayor precio se compra menos y a menor precio se compra más. Se derogaría la ley de la oferta y la demanda. Le atribuyen a un Presidente chileno del pasado, que enfrentaba una alta inflación y exigía de su ministro de Hacienda bajar los precios por decreto, a lo cual éste se oponía argumentando que, según la ley de la oferta y la demanda, eso generaría escasez, haber dictaminado: "Entonces tenemos que derogar la ley de la oferta y la demanda". Eso es lo que hace hoy Maduro y en Chile hacía Allende y por eso bajo ambos hay y había escasez y descontento general.

La gran virtud de la economía libre reside en que funciona de acuerdo a la realidad de la condición humana. La economía socialista cree que puede funcionar desconociendo a esta última y de acuerdo con los planes y órdenes de los gobernantes, y como eso no funciona, ella casi ha desaparecido de la faz de la Tierra. Pues la gente que vive bajo ella quiere irse a países con economías libres, búsqueda de ganancias y mucha gente rica que compra acciones cuando dan más dividendos. 

El hecho es que hoy, en todo el mundo, la gente con su conducta desmiente a Tironi y reafirma a Friedman. "Elige con los pies" y se marcha a los países en que la ley de la oferta y la demanda es respetada y no derogada y donde el ser humano libre y mayoritario prefiere más que menos y es más feliz cuando gana que cuando pierde.

El "hombre nuevo", que trabaja como yo en este blog, sin esperar ganancia alguna, es minoría, es una anomalía, y si las reglas de la economía se dictaran como si fuéramos mayoría, desoyendo a Friedman, el desastre del socialismo volvería a reeditarse como antes del "fin de la historia", que por suerte ya tuvo lugar. 

martes, 20 de agosto de 2019

Adiós a Rodolfo Menéndez

Uno de los patriotas más inclaudicables que quedaba en Chile fue enterrado el sábado. Se llamaba Rodolfo Menéndez y siempre decía: "a mí a humilde no me la gana nadie", así es que pidió a los suyos no publicar su defunción. Pero sus amigos llenamos la iglesia.

Varias veces en este blog relaté una anécdota suya, por considerarla muy decidora. Cuando hace unos años apareció el billete de 20 mil pesos y recibió uno, pagó con él la bencina en una bomba, diciéndole al bombero: "Este billete nuevo viene con la efigie de mi general Pinochet". El bombero lo examinó, sonrió y le dijo: "Eso va  suceder en cincuenta años más". Sabiduría popular.

Nunca "se dio vuelta la chaqueta". Tal vez porque era hijo de español y una sola generación no basta para aprender a cambiarse de bando.

Conoció a muchas promociones de ingenieros comerciales de la Universidad Católica, porque hacía clases de contabilidad en esa carrera. En una oportunidad le pidieron publicar en "La Segunda" una reseña histórica de la Facultad de Economía de la UC. Me pidió auxilio y yo le sugerí entrevistar al primer decano que había tenido esa facultad, relativamente nueva. Se trataba del abogado don Julio Chaná Cariola, que estaba ya retirado. Fuimos a verlo y ahí me enteré del origen de los "Chicago Boys", que cambiaron la historia de Chile cuando la Junta les entregó la conducción de la economía.

Don Julio nos refirió que en los años 50 el rector de la Universidad, monseñor Alfredo Silva Santiago, lo había convocado y le había dicho: "Aquí en Chile todos enseñan economía socialista, mientras en el mundo los países más prósperos son capitalistas. ¿Por qué no trae profesores norteamericanos a su facultad?". Don Julio sabía que en ella había un alumno que trabajaba en un programa norteamericano de ayuda llamado "Punto Cuarto". Habló con él y le dijo: "Dígale a su jefe que contrate profesores norteamericanos para la Católica". El jefe eligió a la Universidad de Chicago y uno de los primeros en venir fue Arnold Harberger; y de los primeros chilenos en ir a estudiar allá fueron Ernesto Fontaine, Sergio de Castro y Rolf Lüders. Ése fue el origen del "milagro chileno".

El mejor amigo de Rodolfo fue también un "Chicago Boy", Pablo Baraona, que falleció antes que él.

Rodolfo formaba grupos y reunía personas. El "Grupo Portada", que tanto contribuyó a mantener viva la llama de la libertad durante la UP, no habría existido sin él. Tampoco el de los "Trotadores del San Cristóbal".

En 2005 un agricultor, Ramón Montero, a quien yo no conocía, me llamó y me notificó de que organizaría una comida en mi honor por mi defensa del Gobierno Militar. Pero me pidió el concurso de alguien próximo a mí para convocar a mis amigos. Yo le pedí hacerlo a Rodolfo, que con un teléfono en la mano podía estremecer Santiago. La cena en Casapiedra se autofinanció y hubo que poner mesas de emergencia en los pasillos. Pero él me previno que entre "mis mejores amigos" uno se negó a adherir a la comida y otro, que tampoco lo hizo, le advirtió: "no te metas en eso". Nunca me dio su nombre.

Con su partida, los que antes estábamos unidos estamos más desunidos y se reduce irremisiblemente el número, nunca significativo, de los que en Chile "no se dan vuelta la chaqueta".

sábado, 17 de agosto de 2019

No Tienen Nada Qué Decir

Dentro de la posición minoritaria que he mantenido durante ya muchos años, supongo que no debería sorprenderme. Pero por suerte no he perdido todavía la capacidad de sorprenderme, así es que, de hecho, me he seguido sorprendiendo en estos días al ver que el sector de la derecha con el cual me sentía identificado, el de José Antonio Kast y su Partido Republicano en formación, no tenían nada qué decir en su Declaración de Principios sobre el legado del Gobierno Militar y el abandono que han hecho los jueces de izquierda, que predominan en el Poder Judicial, de todas la bases del derecho y del debido proceso en los juicios contra militares (r).

Cuando observé eso en este blog y en algunos comentarios en YouTube, también me sorprendí de que me refutaran públicamente el diputado Ignacio Urrutia y el académico Gonzalo Rojas, a quienes siempre en mis comentarios he destacado precisamente por lo mucho que tenían ambos qué decir acerca del legado del Gobierno Militar, de la calidad de estadista del ex Presidente Pinochet y de los abusos legales y judiciales a expensas de los derechos básicos de los militares que combatieron el terrorismo de extrema izquierda. Eran las personas de las que menos habría esperado una refutación a mi crítica de que el Partido Republicano, en su Declaración de Principios, no tuviera nada qué decir sobre esos temas.

Gonzalo Rojas, en un comentario de la televisión por streaming de Radio Bío Bío, expresa que no hay un fundamento para tratar esos temas en la Declaración de Principios republicana. Pero yo leo esta última y encuentro en su punto 11° una descripción de la situación del narcotráfico y la lenidad de las autoridades gubernativas y judiciales para combatirlo, y me pregunto por qué sobre esa situación el partido en formación sí tiene algo qué decir y, en cambio, sobre una tanto o más grave, ilegal y amenazadora para la sana conciencia nacional, como lo es la desfiguración histórica y el abandono del debido proceso, no merece siquiera una mención en la misma Declaración de Principios. Es que hay "algo" o "alguien" que se lo impide.

En "La Segunda" de hace algunos días se reproduce nuevamente una supuesta conversación --pues ella nunca tuvo lugar-- que el diputado Urrutia dice haber tenido conmigo sobre esos temas y en la cual, afirma, terminaba diciéndome "entonces ándate a Fuerza Nacional". Pero siendo Fuerza Nacional otro partido de derecha en formación, el único que tiene algo qué decir y que lo dice en su Declaración de Principios, sobre el legado del Gobierno Militar y la persecución ilegal de los jueces de izquierda contra los militares (r), es obvio que he hecho lo que Urrutia sostiene que me dijo, pero no me dijo (pues nunca he conversado con él de eso) que es "irme a Fuerza Nacional". En  concreto, estoy planificando aportar a esa colectividad en formación lo mismo que aporté a los inicios de la candidatura presidencial de José Antonio Kast: un mes de avisos radiales grabados por mí, convocando a quien quisiera oírlos a ir a firmar en notaría por esa postulación y, ahora, por la inscripción del único partido en Chile que "tiene algo qué decir". Y donde, evidentemente, no hay "alguien" o "algo" que les impida referirse a esos temas.

En estos mismos momentos, en el grupo de whatsapp "Abogados por la Vida", el ex diputado Gonzalo Ibáñez Santa María ha emitido una declaración y convocado a una reunión el 19 de agosto, expresando una serie de puntos básicos de pensamiento y acción con los cuales concuerdo plenamente, pero en los cuales tampoco "tiene nada qué decir" respecto al legado del Gobierno Militar ni la prevaricación de los jueces de izquierda. Por supuesto, esa omisión hace que no me sienta convocado por el ex diputado a su reunión, porque yo pienso que hay mucho qué decir al respecto, sobre todo en este tiempo, y estimo que su documento adolece de una grave omisión.

Hace unos años la Armada también declaró que "no tenía nada qué decir" sobre un fallo judicial en que la ministra sumariante de la Corte de Valparaíso, Eliana Quezada, afirmaba que el ex sacerdote Miguel Woodward, quien tras abandonar los hábitos abrazó la causa guerrillera en 1973, era mantenido "bajo detención o encierro en recintos de la Armada, lo que se ha prolongado desde el mes de septiembre de 1973 hasta la época actual". Preguntada la superioridad de la Armada sobre ese delito que habría estado cometiendo hasta la actualidad, declaró que "no tenía nada qué decir". Increíble. Admite tácitamente ("quien calla otorga") tener detenido ilegalmente a Woodward hasta hoy.

Cuando le llevé mi libro "Historia de la Revolución Militar Chilena 1973-1990" a la Academia de Guerra del Ejército el año pasado, me contestaron que no lo editarían por "alejarse de la orientación editorial de esta institución". Es que era una obra que reivindicaba la verdad de la actuación militar 1973-1990. El traductor al inglés de dicha obra me refirió que un distinguido ex alto funcionario civil del Gobierno Militar le habría objetado ex ante su contenido, por ser indefendible dicho régimen. El traductor le preguntó por qué y me refirió que aquél habría mencionado los "ratones en la vagina" de las presas de ese régimen. Su ex alto funcionario, un hombre de derecha, repite la más grosera consigna comunista, como si la Junta, al mismo tiempo que en su Declaración de Principios establecía el respeto a los DD. HH. y emitía circulares y ordenanzas conocidas disponiendo el buen trato a todo detenido, hubiera dictaminado introducir "ratones en la vagina" de las presas. ¡Qué increíble viraje derechista!

El Colegio de Abogados, devenido una institución funambulesca a raíz de su "corrección política" (funambulesca, pues incorporó las "cuotas de género", totalmente antidemocráticas, para incorporar a más mujeres, pero éstas sacaron tantos más votos que los hombres que la cuota de género entonces operó al revés y obligó a incorporar a hombres sin suficientes votos, marginando a mujeres con superior votación, de la directiva: eso es lo funambulesco). Pues bien, el Colegio de Abogados, con más o menos hombres y mujeres, "no tiene nada qué decir" del hecho de que la justicia de izquierda atropelle sistemática, pública y desembozadamente el debido proceso, siendo que en los Estatutos del Colegio se estipula como una de sus misiones la de velar por el estado de derecho y el debido proceso.

Tanto "no tiene nada qué decir" al respecto que rechazó un artículo mío que, como abogado, presenté a la Revista del Abogado, exponiendo textualmente cómo un abogado integrante, redactor de un fallo de la Corte Suprema, reconocía no haberse probado un delito y, sin embargo, aplicaba una condena a quienes no podía probar que lo habían cometido, entre otros atropellos a la legalidad, a la verdad y al sentido común. Como el Colegio "no tenía nada qué decir" al respecto, publiqué mi artículo en este blog el 27 de marzo de 2015 y éste ya ha pasado de dos mil lecturas, las cuales aumentan cada vez que menciono el increíble episodio de censura previa a la libertad de expresión de los abogados.

Cuando ya tanta gente en la derecha "no tiene nada qué decir" no cabe sino apoyar a los únicos que sí tienen algo qué decir, los que esforzadamente, sin cobertura de prensa, con escasos medios pero con mucha personalidad y pertinacia, sí mencionan en su Declaración de Principios el legado del Gobierno Militar y los actuales atropellos de la dictadura judicial de izquierda. Son quienes procuran fundar el partido Fuerza Nacional, que con todos los pecados que les imputan los que "no tienen nada qué decir", merecen ganar una tribuna pública para expresar lo que los demás silencian.

martes, 13 de agosto de 2019

En Argentina No Está Todo Dicho

Los mercados se han anticipado al desastre en Argentina y con su colapso revelan que dan por ganador a Fernández sobre Macri. Pero no está todo dicho. Cuando los países están al borde del abismo, siempre hay un porcentaje de gente que reacciona. En Chile, donde hay mayoría de izquierda, en 2017 hubo ese porcentaje de la mayoría que quiso evitar la reedición de la UP o, lo que es lo mismo, una "Chilezuela", y se cambió de bando en la votación presidencial, privando del gobierno a la izquierda, que había ganado la Cámara, el Senado y las Consejerías Regionales.

En Argentina puede suceder lo mismo. Hubo en la primaria una diferencia de 15 puntos entre Fernández y Macri. Pero Lavagna obtuvo 8 que pueden ir a Macri en el balotaje, lo mismo que de otros candidatos menores y, además, seguramente hay a lo menos 4 de los 47 de la mayoría que están ahora espantados de lo que hicieron y se pueden cambiar de bando en octubre, en primera y, si la hay, en segunda vuelta, ganando así Macri en esta última.

Son cambios en el margen, que bastan para alterar el resultado final. En Chile el margen que se cambió de izquierda a derecha en la presidencial impidió la nueva UP que querían Bachelet 2.0 y Guillier.


¿Tiene remedio la economía Argentina? Si lo tuvo Chile el 73, Argentina también puede tenerlo. Macri es gradualista, pero va en el sentido correcto. Pinochet acá aplicó un "shock" en 1975 y solucionó el problema echando al 30 % de la burocracia. El presupuesto se equilibró y el país empezó a crecer como nunca antes. Milton Friedman lo había predicho en 1975, pronosticando que si Chile equilibraba el presupuesto ese año, comenzaría a crecer al 6 o 7 por ciento. Pinochet nombró a Cauas biministro y éste aplicó la terapia de "shock": disminuyó la burocracia estatal en 30 % en un año (echó a 90 mil de 300 mil funcionarios).



La mayoría de los argentinos sabe eso y sabe que en su país 9 millones de personas que trabajan deben mantener a 15 millones que son pagadas por el Estado. En Chile hay 6 millones que trabajan para mantener a 3 millones pagados por el Estado. En los EE. UU. 142 millones que trabajan mantienen a 66 millones pagados por el Estado (Andrés Oppenheimer, "El Mercurio" 05.08.19).  

Es seguro que un número suficiente de argentinos sabe que se necesita un Pinochet o, en todo caso, alguien como Macri que gradualmente vaya reduciendo el problema, pero que su país no puede permitirse una recaída kirchnerista. Con los 8 puntos de Lavagna y cuatro de los 47 de Fernández que recapaciten en  la elección de octubre, más los 32 que ya tiene Macri, amén de los de candidatos menores que no pasen a segunda vuelta, Argentina se salva.

Milton Friedman dijo que había tres sistemas económicos: el capitalismo, con su lógica; el socialismo, con la suya; y Argentina, sin ninguna. Pero una pequeña minoría todavía conserva la razón y con eso bastaría para que Macri ganara en segunda vuelta.


Por eso sostengo que allá todavía no se ha dicho la última palabra. 

sábado, 10 de agosto de 2019

Vallejo, Piñera y Compañía Ilimitada

Camila Vallejo propuso disminuir las horas semanales de trabajo a 40, conservando los mismos sueldos. Un disparate socialmente regresivo, pues significa empobrecer a los que ya son los más pobres. En efecto, encarece el salario en el mercado formal, lo que disminuye el empleo ahí y así lanza a los que menos ganan al mercado informal, donde ya están los más pobres de todos. Los mismos, debido a la nueva competencia de más gente buscando trabajo, verán disminuidos sus ya exiguos salarios informales menores que el mínimo legal obligatorio.

Una tontería digna de Tontilandia, donde el 74 %, según las encuestas, apoya la medida. Esto desencadenó que su Presidente encuestocrático se apresurara a hacer suya la idea, pero proponiendo rebajar las horas a 41. Siempre Piñera ha querido hacer suyo todo, pero en particular le han encantado las ideas de los comunistas, como la de meter presos a los militares que impidieron acá el "golpe de Praga" a que se refería Aylwin en 1973. Ahora está reeditando las "chaquetas vino tinto" discurridas hace años por otro marxista, Hugo Chávez, y ha hecho confeccionar casacas coloradas gruesas que hacen sudar a sus ministros, ministras y ministres obligados a usarlas con los 26 grados de agosto.

En Tontilandia hay siempre una mayoría sólida para apoyar los disparates. Pero rigen diferentes quórum en favor de los mismos. Cuando son simplemente malas ideas, la aprobación ronda los 2/3 (los famosos "dos tercios" chilenos que eligieron a Allende en el Congreso). Cuando son pésimas, como la de Vallejo, Piñera Ilimitada, suscitan la aprobación, según las encuestas, de casi 3/4 (74%). Y cuando, además de malas o pésimas, son inmorales o delictuales, como la iniciativa de 1971 de robarles la Gran Minería a los norteamericanos, suscitan la unanimidad de los votos en el Congreso. 

Piñera estaba ayer viernes tan ufano de haber adherido a la idea de su socia Camila que, cuando supo de la novena presea dorada récord obtenida por los deportistas chilenos en los Panamericanos del Perú, ordenó disponer al avión presidencial para viajar allá inmediatamente y a tiempo de aparecer él en los noticieros nocturnos al centro de la escena y mordiendo el oro de la medalla. No le importó nada el déficit presupuestario de más de 2 % del PIB ni menos se acordó de su crítica de falta de austeridad a la FACH por haber hecho una demostración aérea en su aniversario.

Es que no resiste la tentación de apropiarse de un éxito ajeno y aparecer en el centro de la foto. Sin duda, Tontilandia tiene el Presidente que se merece.

jueves, 8 de agosto de 2019

Doble Requisito

Para contar con mi amistad política, las personas deben cumplir un doble requisito: ser partidarias de Augusto Pinochet y detractoras de Sebastián Piñera. 

Un grupo de Old Georgians, de una generación más joven que la mía, y que satisface el doble requisito, me convidó a almorzar al Sport Francais para fortalecer su fe. 

Resultó muy grato para mí, porque me dejaron expandirme a mis anchas, cosa que me sucede raramente y me agrada sobremanera.

Cuando después del almuerzo salí y me encontraba abriendo el auto en el estacionamiento, se me aproximó decididamente un gigante de rostro colorado y pelo canoso. Yo estaba dispuesto a entregarle el vehículo, pero él entonces extendió una manaza y me dijo:

"¡Usted es el único leal en este país en que todos, pero todos, son traidores!"

Lo acompañaba un caddie moreno y autóctono, que sólo atinó a exclamar "¡Ah, cresta!", ante las expresiones de su cliente, no se sabe si por acuerdo o desacuerdo con ellas.

Ambos se alejaron sin más comentarios y a paso rápido hacia las canchas de golf.

Consideré que el gigante canoso había hecho una descripción bastante exacta del temple moral del Chile actual.

martes, 6 de agosto de 2019

Conversación Imaginaria

Me han enviado un video de un acto del Partido Republicano (en formación) en que el diputado Ignacio Urrutia refiere una conversación que habría tenido conmigo y en la cual me expresaba su desacuerdo con mi crítica a que dicho partido no haya incluido en su Declaración de Principios referencia alguna al Gobierno Militar ni a la dictadura judicial de izquierda hoy imperante en los juicios contra ex uniformados. 

Pero el diputado nunca ha mantenido tal conversación conmigo, por vívidamente que la haya descrito a su audiencia. Y, en todo caso, los argumentos que dice haberme dado en ese video están lejos de convencerme. Sigo creyendo que el distingo fundamental en la política chilena sigue siendo entre los partidarios del Sí y del No y que son los primeros los que tienen las reales soluciones a los grandes problemas nacionales, soluciones que se encontraron hasta 1990 aplicando el rigor de la ley a la delincuencia y consagrando mayores libertades para los ciudadanos en todos los ámbitos y en particular los de la salud y la educación. Había paz en la Araucanía y la justicia cumplía su papel, en términos que nadie habría concebido algo como lo que sucede hoy: que sostenidamente los tribunales dicten fallos contrarios a leyes expresas y vigentes (delito reiterado de prevaricación) con absoluta impunidad.

En el mismo video aparecía luego el diputado Rojo Edwards reforzando la argumentación de Urrutia en su imaginaria conversación conmigo, y diciendo que de lo que se trata en el momento actual es de ganar votos y eso debe orientar la acción del partido Republicano en formación. No puedo estar más en desacuerdo. De lo que se trata es de defender la verdad, la legalidad y las ideas en que uno cree. Si para ganar votos hay que adoptar las consignas comunistas y mentir diciendo que el régimen militar tuvo como política atropellar los derechos humanos, eso es inmoral y una mera repetición de una falsedad. El régimen militar tuvo que defenderse contra un terrorismo desatado, pertrechado y financiado desde los países socialistas. Si no se hubiera defendido, habría corrido el destino de Vietnam del Sur o de Irán, que perdieron sus democracias a manos de regímenes totalitarios que tuvieron "buena prensa" en occidente pero destruyeron las defensas contra el comunismo que protegieran la democracia que acá el Gobierno Militar consiguió legar a sus sucesores.

Si el Partido Republicano en formación considera rentable electoralmente ocultar su calidad de heredero del Sí de 1988, es el momento de llamarlo a considerar las evidencias objetivas. Que tenga en cuenta que el "nombre-insignia" del Gobierno Militar, Cristián Labbé, sin mayores medios ni publicidad ganó la primera mayoría nacional en la elección de Consejeros Regionales en 2017, con 70 mil sorprendentes votos, que fueron más que los de cualquier candidato a diputado, salvo Giorgio Jackson, y cualquier candidato a senador, salvo Francisco Chahuán.

La competencia siempre es buena, incluso en política. He aquí lo que dice la Declaración de Principios de Fuerza Nacional, partido definidamente del Sí que también está procurando las firmas necesarias para tener existencia legal: 

"Como partido político entregamos nuestro más irrestricto e incondicional apoyo a nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, como Carabineros de Chile y Policía Civil, reconociendo la contribución que éstas han hecho con sus gestas históricas y libertarias de nuestra Patria, en particular el pronunciamiento libertador de las instituciones armadas que permitió refundar la República de Chile y gozar hoy de una nación libre, próspera y soberana, construyéndose durante el Gobierno Militar las bases del desarrollo económico, social y político que están viviendo nuestros compatriotas. En el citado contexto y dentro de sus objetivos institucionales, Fuerza Nacional agotará todas las instancias judiciales y políticas nacionales e internacionales para obtener la libertad de los Presos Políticos Militares que se encuentran actualmente encarcelados, sin perjuicio de promover iniciativas legislativas que contribuyan a dicho objetivo y también a la reconciliación entre todos los chilenos. Este es el único partido de la derecha que defenderá, reivindicará y proyectará el legado y la gran obra del Gobierno Militar, sin temor y sin complejos".

¿Votaremos en 2021 por José Antonio Kast como el candidato que interpreta cabalmente a los partidarios del Sí o lo haremos por alguien que no ha sido capaz de definirse y representa solamente un "mal menor"?

sábado, 3 de agosto de 2019

Piñera en el Apogeo de la Frescura

Algún día le van a tener que otorgar a Piñera la Medalla de Honor como el Presidente más fresco de la historia de Chile. Esa condición le ha rendido frutos, pues por algo fue reelegido en medio de un vendaval de facturas falsas, tras haber sido la primera vez elegido después de su condena por compra de acciones LAN con información privilegiada. Y sin duda merece la Medalla de Honor de la Frescura Nacional al acusar a los Tribunales de Justicia de no aplicar las leyes, cuando él ha sido coautor y cómplice activo de esos tribunales precisamente al cometer junto con ellos ese delito en los juicios contra militares (r), tipo penal que en el código se llama "prevaricación".

Hay dos casos notables de  coautoría entre Piñera y la Corte Suprema: el del general (r) Orozco, por completo inocente, pero condenado a diez años de presidio, que sufre demencia senil y, como nonagenario, no puede atender siquiera sus necesidades fisiológicas básicas. Pese a ello y en flagrante atropello a sus derechos humanos, la alianza entre Piñera - jueces izquierdistas lo mantiene preso; y el otro caso fue el de los oficiales del Cuartel Ancla 2 de Talcahuano, que habían sido (mal) condenados en primera instancia y Apelaciones a 541 días de pena remitida, pero para quienes un rebuscado recurso de  casación del subsecretario Rodrigo Ubilla obtuvo de la Corte Suprema aumentar la condena a cinco años y un día de presidio efectivo. 

En este último caso los querellantes de extrema izquierda y los abogados defensores de los uniformados se habían conformado con el fallo de 541 días remitidos, pero el gobierno de Piñera pidió se les subiera a cinco años, para poder internarlos en Punta Peuco. Y su ilegal recurso fue acogido por los jueces de izquierda y DC, lo que hicieron atropellando las leyes. La sentencia fue tan prevaricatoria que ¡confesó textualmente no saber lo sucedido a un terrorista entrenado en Cuba, Rudy Cárcamo, del MIR, siendo que el código obliga a probar que existe el delito! Pero el fallo "fingió" que los uniformados tienen al mirista secuestrado hasta hoy.

Suponer un delito que no se puede probar y condenar a alguien a cinco años y un día por ello es, a su vez, otro  delito. Y fueron coautores de éste los jueces que condenaron y el querellante que les pidió que lo hicieran y delinquieran. "Ejemplo republicano": las cabezas del Poder Ejecutivo y del Poder Judicial coludidas en perpetrar un delito.

En mi libro, recién presentado, "Miserias Morales de la Chilenidad Actual", reproduzco la parte del fallo de la mayoría izquierdista de la Suprema donde ésta confiesa la prevaricación, que dice: "Lo que el tribunal no ha podido determinar es si la víctima muríó o bien recuperó su libertad. De allí que no puede hacer otra cosa que entender que subsiste el estado antijurídico creado con la detención del ofendido". Confesión palmaria de que los jueces no han cumplido su obligación básica, que es probar el delito, sin acreditar lo cual no pueden condenar.

Debo decir que en el acto de la presentación de mi referido libro había unas cuatrocientas personas presentes (un asistente las contó), pese a una cero publicidad previa en diarios, radios o TV, medios en los cuales el oficialismo tiene poder de veto.

Quiere decir que todavía subsiste un "minoría silenciosa" partidaria de la vigencia de la honradez y la legalidad.