martes, 31 de diciembre de 2013

Nada Por Qué Abrazarse

Si alguien quiere darme un abrazo esta medianoche, sólo lo voy a aceptar si me promete que es de pésame. Los chilenos no tenemos ninguna razón por la cual abrazarnos ni desearnos felicidad, porque terminamos un año 13 fatal e infeliz y entramos a un 14 que de todas maneras va a ser peor. No me vengan con cosas.

Desde luego, entre todos y casi por unanimidad perpetraron este año la canallada máxima, la que peor habla de la raza y mejor expone sus más graves defectos: el cierre del penal Cordillera, con la bandera de la hoz y el martillo al tope del portón que se abría para trasladar a los penados ancianos y enfermos en medio de las pedradas y los insultos de la hez de nuestra sociedad, la jauría roja. Y lo peor fue la indiferencia general: "tras esa última paletada, nadie dijo nada, nadie dijo nada". ¡Cuánta vergüenza de ser chileno sentí en ese momento! Sobre todo por el silencio general cómplice ante la puñalada trapera asestada por el sujeto que justamente prometió a los militares (cuando necesitaba sus votos) un debido proceso y el respeto por sus eximentes penales. En lugar de eso, no sólo los ofendió tratándolos de "criminales violadores de derechos humanos", plegándose a la falsificación nauseabunda de la memoria histórica en medio de la cual respiramos, sino que les hizo más severa su injusta condena. La historia, que no puede ser sobornada (como casi todo lo demás) pondrá al deleznable sujeto en su sitial.

Y también la historia, tarde o temprano, hará borrón de la vergonzosa versión falsificada de los hechos que se adueñó del ambiente en 2013, a raíz de los 40 años de la Segunda Independencia Nacional, efeméride durante la cual deberíamos dar gracias al Altísimo y a la Virgen del Carmen por habernos salvado de caer en las garras del Imperio de los Cien Millones de Muertos que dominó a gran parte de la Humanidad durante setenta años. Justamente nos libraron, poniendo el pecho a las balas, los militares, a ruego de los civiles, cuya mayoría después los traicionara. Pero también esos propios militares, de quienes nos enorgullecimos, han dejado a sus caídos abandonados tras las líneas rojas enemigas.

Y, además, ¿con qué derecho se van a abrazar todos ustedes por un "feliz año nuevo" si todo para 2014 se presenta infeliz? El país crece menos por el frenazo en la inversión provocado por el aumento de impuestos de Piñera, que la Bachelet triplicará; por la indisciplina social generalizada, que te impide cualquier día obtener un documento en el Registro Civil o te llena las calles de basura no extraída o te cierra el centro de las ciudades invadidas por encapuchados violentos e impunes o te corta cualquier camino de manera imprevisible. Y ya ni siquiera puedes ir tranquilo al sur porque los terroristas te disparan o cobran peajes, ni menos puedes pensar en tener un campo con una casa en la Araucanía, porque te la pueden quemar en cualquier momento y te darás a santo si no estabas tú y tu familia adentro.

¿Te vas a abrazar de felicidad porque vives en un país donde la autoridad no se atreve a serlo, para no caer en las encuestas?
Y tienes que pagar cada vez más caro por la energía, desde que el mismo ínclito personaje que traicionó a los militares hizo un llamado para impedir la construcción de la Central Barrancones, porque era una promesa de campaña y quería evitar lo que más teme, caer más en las encuestas. Y a él se sumaron jueces, vecinos, ONGs y etnias que ni siquiera conocías de nombre, para impedir que tengamos electricidad en el futuro. ¿De cuándo acá debemos abrazarnos porque la lenidad de gobernantes populistas nos va a dejar sin luz?

¿Y lo vas a hacer aunque el país se lo haya tomado "la calle", esa turba de vociferantes groseros e ignorantes que no tienen idea de lo que hablan y cuya única obra visible es la habilidad para lanzar piedras y molotovs y saquear las tiendas y supermercados que se les ponen por delante?

¿Tiene derecho a abrazarse un país en que las tres cuartas partes de la gente no vacila en legalizar la muerte de los indefensos que están por nacer, en que los terroristas tienen todos los derechos y los llamados a defendernos de ellos ninguno, en que en la mayor parte del territorio no puedes caminar tranquilo de noche (ni a veces de día) sin que te asalten, en que no puedes encender un televisor ni una radio sin ser agredido por la coprolalia, en que si miras para el otro lado te han robado el maletín, en que a los lanzas del metro y la locomoción todos los conocen y saben sus apodos y nadie los detiene, porque se da por sentado que los jueces los van a dejar libres; en que a los terroristas que ponen bombas los absuelven pese a haberse reunido seis mil pruebas en su contra, y sólo caen presos cuando son sorprendidos tras cometer atentados en el extranjero; en que se promueve a los jueces al más alto tribunal de la República cuando su principal "mérito" consiste en haber prevaricado para condenar a militares dejando leyes expresas sin aplicación, y se veda el ascenso a los y las que las han respetado? ¿Te vas a abrazar de júbilo por todo eso?

Y si por lo menos hasta hoy en este lamentable país confiabas en que la institucionalidad te garantiza la libertad de emprender y la de hacerte dueño de lo que hayas logrado reunir o heredado de tus ancestros, has de saber que una corriente dominante quiere sustituir por completo esa institucionalidad y lo que principalmente tiene en la mira es a las empresas existentes y al derecho de propiedad, el gran botín del que piensan hacerse los que poco o nada han contribuido a formarlo. ¿Te vas a abrazar esta noche también por eso?

Si hasta hoy Chile ha sido elogiado por haber adoptado el sistema contrario al socialismo, el gran cambio que viene es precisamente el retorno a tal socialismo, reforzado con los comunistas en el propio gobierno. Los inversionistas de otros países lo entienden muy bien, pues una de las otras causas del frenazo en la inversión, aparte del aumento de impuestos, es la retirada de la inversión extranjera. Como he citado antes en este blog, un conocido economista reveló en un seminario un oscuro pronóstico de, precisamente, un inversionista extranjero: "Argentina será la próxima Venezuela; Brasil será la próxima Argentina; y Chile será el próximo Brasil". Y, agrego yo, naturalmente la próxima Cuba será Venezuela.

¿Entonces ustedes quieren que nos abracemos esta noche por un "feliz 2014", año en que anunciadamente vamos a ser el vagón de cola del tren de los que están volviendo a "la filosofía del fracaso, la prédica de la envidia y el credo de la ignorancia, cuya virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria" (Churchill)?

¡Por favor, busquen un pretexto mejor!

sábado, 28 de diciembre de 2013

La Derecha Depurada

La mala noticia es que la derecha está muerta; la buena es que va a resucitar. Tal vez revivirá más minoritaria que hoy, tal vez menos "popular" y con menos posibilidades de ganar elecciones, pero con una ventaja que nadie le va a poder negar: que sus ideas son mejores y dice la verdad. Y eso los pueblos, a la larga, lo reconocen. Por algo casi todos los países del mundo están organizados hoy como sociedades libres, siguiendo la idea esencial de la derecha. Hace un cuarto de siglo prácticamente la mitad de la Tierra vivía bajo la tiranía del Leviatán. Quiere decir que a la derecha le ha ido bien en casi todas partes, incluso en China, país en que, si bien no hay libertad política, sí la hay en la economía, campo donde se respeta la iniciativa individual y el derecho de propiedad. Y entonces allí la libertad política vendrá, tarde o temprano, como una consecuencia de la libertad económica.

Afirmo que la derecha va a resucitar en Chile porque, de partida, ya ha logrado que se la aluda con el nombre de tal. Este blog lo ha reivindicado y, coincidentemente, casi todos han dejado de hablar de "centroderecha", término devaluado que refleja el deseo implícito de irse a otra parte, hacia el centro. Y la debilidad que ello ponía de manifiesto fue el comienzo del fin para la derecha. Es cierto que ahora mismo hay en ella muchos que insisten en marcharse para el otro lado. Bueno, que lo hagan. El candidato a presidente de RN, Cristián Monckeberg, declara hoy en "El Mercurio" que su alianza con la UDI (que está a su derecha) es meramente electoral e ideológicamente favorece un entendimiento hacia la DC. Está bien. Es su prerrogativa aliarse hacia la centroizquierda, donde está la DC, se supone (siempre es difícil saber dónde está).

Y la derecha va a resucitar también por otra razón: porque, por fin, va a enfrentar la verdad histórica y se va a atrever a decir: "sí, apoyamos a los militares en 1973 para salvar al país, y nos felicitamos de ello; y, sí, también después inspiramos su gobierno y formamos parte de él para cambiarle el rostro a Chile y transformarlo en la sociedad más admirada de América Latina (‘la joya más valiosa de la corona latinoamericana’ según Clinton) ¿Y qué?”.

En estos días hay exégetas “políticamente correctos” que intentan explicar la situación del sector y dar recetas para su recuperación, pero parten por recomendar alejarse de "las brutalidades de Pinochet" y hacen llamados a separarse de la "derecha pura y dura", empleando los términos acuñados por un escritor de izquierda actualmente en tránsito político hacia su derecha, sirviendo una embajada del actual gobierno y que no ve las horas de volver a su residencia política natural, que es la “gauche boutique”. Para él "derecha pura y dura" es la que reafirma su opinión de que la Junta Militar salvó a Chile y lo convirtió en un país libre, estable y próspero.

Lo de las “brutalidades de Pinochet” merece capítulo aparte, porque tiene que ver (o, mejor dicho, no tiene que ver) con la verdad histórica. Para efectos actuales y prácticos, las supuestas "brutalidades" se encuentran resumidas en dos engendros calumniosos izquierdistas, las teleseries de Chilevisión, "Imágenes Prohibidas" y "Ecos del Desierto", que constituyen una completa falsificación histórica, pero sirvieron para lavar cerebros chilenos (entre ellos el de Sebastián Piñera) durante el "septiembre rojo" del 40° aniversario del 11. No he visto ninguna de las dos ni pienso verlas, pero sí he leído los comentarios de sus glosadores, los columnistas locales Jorge Correa Sutil (DC) y Ricardo Solari (PS), cuyos escritos revelan en toda su magnitud y ponen de manifiesto la falacia de los respectivos filmes. Pues éstos presentan como tales "brutalidades" los hallazgos de los hornos de Lonquén, el caso "degollados", el caso "quemados" y la muerte del padre Jarlan (la primera teleserie) y las muertes a manos de la comitiva del general Arellano (la segunda). Naturalmente, ni los filmes ni los columnistas aclaran que está judicialmente probado que ni Pinochet ni la Junta tuvieron la menor responsabilidad en ninguno de esos hechos. Y, desde luego, el episodio que más muertes generó (el de la comitiva) tuvo lugar en octubre de 1973, cuando Frei Montalva y Aylwin felicitaban y aplaudían entusiastamente a la Junta por su energía para combatir al ejército clandestino marxista. “La DC no deseaba esto, naturalmente –declaraba el primero al ABC de Madrid del 12 de octubre de 1973-- . “Usted no desea operarse de cáncer, pero llega un momento en que tiene que operarse de cáncer. Nuestros cirujanos son las Fuerzas Armadas y el pueblo solicitó su intervención insistentemente, estruendosa y heroicamente” (ver texto completo en mi último libro, “Ni Verdad ni Reconciliación”, p. 78.)

Pero la memoria derechista (y la chilena en general) es corta y cambiante y presenciamos en estos días la fuga hacia otras latitudes políticas situadas a la izquierda, fuga que es particularmente patética en RN y está encabezada por Sebastián Piñera, quien ha anunciado su intención de no reintegrarse al partido que lo llevó a la Presidencia, y de formar un referente propio, caratulado por ahora como "fundación". Amenazan acompañarlo numerosas figuras del "piñerismo" de dicha colectividad.

Como consecuencia de este éxodo, la derecha de verdad será un sector más pequeño, con menor caudal electoral, pero más depurado. ¿Qué se obtiene en política si, para triunfar en las elecciones, hay que disfrazarse con ropa del adversario? Se consigue que, a la larga, el adversario termine por triunfar, porque lo único que se ha conseguido con el travestismo es validar sus ideas y sus versiones de la historia y, llegada la hora de depositar los votos, el electorado preferirá a los genuinos portaestandartes y no a los oportunistas que cambian sus ropajes para ganar una elección o subir en las encuestas.

Ya se advierte que el éxodo que da origen a este proceso depurador será liderado por el mismo Sebastián Piñera. Durante los dos meses que vienen él intensificará la práctica del culto del cual es más devoto, el de sí mismo; intensificación que recién comenzara dos días atrás con la espectacular primera piedra del hospital de Puente Alto, tras plantar la cual, echarle él unas paladas de tierra y levantar los brazos ante las cámaras en actitud victoriosa, no hubo segunda piedra. Hasta la misma primera piedra, recién enterrada con tanta fanfarria, fue retirada, quedando sólo un hoyo como decidor testimonio, en medio del enorme terreno vacío. Con razón el alcalde, pese a ser RN, se sintió burlado.

Entretanto, se espera, la derecha depurada y resucitada reflexionará acerca de cómo presentar con coraje y personalidad ante el país su propia verdad y sus propias ideas, habiendo aprendido la elemental lección según la cual, parafraseando a Radomiro Tomic, "cuando se gana con las ideas del adversario, es el adversario el que gana”.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Conmovedora Preocupación por la Derecha

Es emocionante ver a tantas personas de centro e izquierda preocupadas del porvenir de la derecha. La escena paradigmática fue la que protagonizaron (adecuadamente en "Protagonistas" de Canal 13) Osvaldo Andrade y Patricio Melero, en que el primero le expresaba al segundo, con expresión contrita, su genuina inquietud por el aciago porvenir que le veía a las huestes de su interlocutor. Es que la izquierda y la DC saben que los desvaríos que cometen, si no los arregla la derecha, incluso valiéndose del apoyo militar, no los arregla nadie.

La mala noticia es que la derecha, en Chile, ha muerto. Su sepulturero se llama Sebastián Piñera, que, tras extraerle hasta la última gota de sangre electoral para acceder a la Presidencia, abrazó un programa de centroizquierda, creó ministerios, subsecretarías y superintendencias a destajo, aumentó los impuestos, persiguió a los militares y los condenó ante el mundo y la historia (como un Aylwin cualquiera); declaró a la derecha "cómplice pasiva" de ellos, tras demonizarlos y enviar a sus presos políticos a un penal más severo; financió a funcionarios de su confianza miristas o marxistas, como Patricio Bustos en el Instituto Médico Legal y Lorena Fries en el de DD. HH.; condenó el lucro en la educación superior destruyendo ingentemente el valor de las inversiones privadas hechas en ese sector por nacionales y extranjeros; se abstuvo y abstiene escrupulosamente de mantener el orden público, cediendo ante las presiones ilegales, lo que ha convertido al sur en zona de guerrilla activa y a las ciudades en escenarios de vandalismo; proclamó que la desigualdad en Chile es "intolerable" (slogan de la izquierda), anuló una central eléctrica indispensable para el abastecimiento y su inacción en el tema dejará al país en condiciones precarias de suministro eléctrico futuro; y, en fin, entregará el poder a su sucesora con crecimiento declinante por la caída de las inversiones provocada por sus medidas populistas. ¿Culpable oficial de todo eso? La derecha. ¿Inocente oficial? Sebastián Piñera, que se apresta a crear una fundación (¿futuro partido?) para instar a la Presidencia en 2018, en un país que estará esperablemente angustiado en medio del desconcierto derivado del cumplimiento desde marzo próximo y hasta entonces del programa demo-socialista-comunista de Michelle Bachelet.

La derecha ha muerto, no así todos los derechistas, que sólo están callados. Ser de derecha, naturalmente, significa todo lo opuesto a Sebastián Piñera, es decir, defender la obra del Gobierno Militar, felicitarse (como lo hacían Frei Montalva, Aylwin y el 70% de los chilenos en 1973) de que aquél hubiera derrotado la asonada totalitaria marxista; continuar con su tarea de promover la libertad de elección de los chilenos en los más variados aspectos, consagrando generalizadamente la educación particular, la salud privada, la previsión privada y la desburocratización para favorecer la libertad de emprender y, en fin, en el orden político, mantener la democracia protegida, mediante quórums adecuados, de los atropellos de mayorías ocasionales; y el respeto universal a la moral pública, las buenas costumbres y el orden interno.

Por supuesto, casi nadie se atreve a defender públicamente esos lineamientos y principios y, si hubiere alguien, no tendría espacio ni sería admitido a expresarse en ningún medio de comunicación significativo, ni siquiera en los tenidos por "de derecha". Por consiguiente, para todos los efectos prácticos, la derecha ha muerto. Luego, el contrito Andrade y la cohorte de personalidades DC y de izquierda preocupadas por su deceso tendrán sobrados motivos para seguir derramando lágrimas en su memoria.

Pero en Chile, como ha sucedido en otras partes, la derecha resucitará. Porque su "elan vital", el ideal de la libertad, nunca morirá. Por muchas veces que sus personeros claudiquen y lo transen con negociantes de la política, los ideales prevalecerán. Prevalecerán personas como la mujercita que vende espárragos de sol a sol y que, tras otra dura jornada, se instaló a medianoche en la larguísima fila del pueblo para dar un último adiós al general Pinochet en 2006, último adiós que recién pudo darle a las nueve de la mañana. Ella sigue firme y cada vez que me ve me felicita por defender la obra del más grande estadista chileno del siglo XX. Otras personas también diariamente, y cuando creen que nadie las oye ni ve, me expresan su apoyo por esa misma defensa (aunque nunca falta alguno que, al cruzarse conmigo, me diga "fasho").

Si bien, como queda dicho, la derecha actual está extinta por haber abandonado sus ideales, habrá otra vez quienes los recojan de entre las cenizas y en el futuro los representen, personifiquen y hagan prevalecer, tal como lo hizo la antigua antes y durante el Gobierno Militar, gracias a lo cual Chile ha podido vivir en estas décadas uno de los mejores períodos de su historia.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Bitácora de la Revolución en Curso

En Chile sigue en marcha un proceso revolucionario. Muchos no se han dado cuenta. El tema de la educación es sólo un pretexto para llevar adelante la revolución. Pero es un pretexto tan equivocado como su consigna fundamental: "educación pública gratuita y de calidad", todo lo cual representa una contradicción en los términos.

Pues lo único que parece tener claro el país, casi por unanimidad y expresándose ello como primera medida del gobierno entrante, es que debe vaciar un nuevo y gran chorro de recursos en el peor de los sistemas educacionales con que cuenta, el estatal público y gratuito. Una mayoría está empeñada en castigar y, en lo posible, suprimir los regímenes educacionales que funcionan mejor, que son el particular subvencionado y el particular pagado. Este último enseña tan bien que supera en todas las áreas (Matemáticas, Lectura y Ciencias) al promedio de los países de la OCDE, que son los más desarrollados. Pero este dato casi no se publica: ha aparecido en un solo diario.

A todo esto, los anteriores gobiernos centroizquierdistas y el actual centroderechista (?) por igual observan la misma conducta: vaciar cada vez mayores chorros de dinero en la enseñanza estatal. Hace diez años el aporte fiscal para educación era de 2,1 billones (nótese que son "billones") de pesos. Este año es de 6,6 billones. Se ha más que triplicado. ¿Y qué se ha logrado? Un experto en educación, José Joaquín Brunner, describió el 15 de diciembre en "El Mercurio" el estado de cosas en el sector: "Está a la deriva", "no tiene dirección determinada". Sobre el actual gobierno dice: "Nunca definió objetivos ni prioridades... Sembró expectativas... pero termina con una impronta de improvisación, confundido frente a la complejidad de los problemas, con escaso reconocimiento público y una alta rotación de ministros: cuatro en cuatro años, récord de inestabilidad". Y eso que Sebastián Piñera hizo una reforma tributaria (que, de paso, ha hecho caer el crecimiento) para arrojar otros mil millones de dólares al tonel sin fondo de la enseñanza estatal.

¿Hay una solución de derecha? Por cierto, que los billones vayan, no al tonel sin fondo de la burocracia, sino a las familias menos pudientes, lo que les permitiría financiar la educación de sus hijos en los mejores colegios particulares pagados.

La acentuación de los errores educacionales comenzó en la calle, en 2011. De allí partió una radicalización que empeoró todo. El problema ya dejó de ser educacional: ahora es político, y consiste en una revolución que está en curso. Una de las líderes del movimiento estudiantil, Camila Vallejo, comunista, ha sido elegida diputada con amplia mayoría y ha declarado ("Ercilla, especial Michelle Bachelet"): "Primero, la derecha no puede volver a gobernar nuestro país y, segundo, tampoco puede volver a gobernar un gobierno con la misma lógica de la Concertación". Todo eso ya es pasado y, entonces, hasta la Concertación quedó a la derecha del escenario. En "El Mercurio" de hoy se da cuenta de las elecciones en una universidad que forma profesores, la UMCE: ganaron los comunistas de "Acción Proletaria", seguidos de la lista del MIR, grupo terrorista de extrema izquierda. Otra lista de izquierda menos enajenada, que había triunfado en la elección anterior, resultó ahora desplazada al tercer lugar. Desde las filas de los ganadores han surgido expresiones de elogio a Corea del Norte, aunque es posible que sólo sea "pour épater les bourgeois".

En unos meses más los comunistas estarán en el gobierno. ¿Cómo es para un presidente tener a los comunistas en el gobierno? Si quieren saberlo, vayan al comentario de "Challenger" del 23 de diciembre en el blog inmediatamente anterior a éste, donde hay un enlace con documentos históricos que exponen todas las circunstancias a que se vio sometido un presidente que llevó a los comunistas a su gobierno. Ese texto histórico debería ser parte de los programas de clases de educación cívica en los colegios chilenos.

En Chile sigue su curso un proceso revolucionario de extrema izquierda, como antes he advertido con reiteración en este blog. Su pivote central es el tema de la educación. Y como sucede siempre con los pivotes de las revoluciones extremistas, está siendo enfocado por la sociedad de una manera radicalmente errónea y equivocada, que sólo sirve a los fines de la revolución. Esta la va a impulsar el comunismo, como siempre en la historia y en todas partes, con mayor eficacia una vez que haya sentado sus reales en el gabinete. Para ¿gusto? ¿disgusto? de Michelle Bachelet.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Los Miedos de los Kerenskys

La DC chilena le abrió paso al marxismo al poder en 1970 y ello le valió a su principal exponente de entonces, Eduardo Frei Montalva, ganarse el apodo del "Kerensky Chileno", que le discernió el autor brasileño Fabio Vidigal, al titular así su famoso libro. El democrático régimen DC de 1970 censuró y prohibió distribuir esa obra en Chile, cosa que se tradujo en su masiva venta en un agradecido mercado negro literario, que cosechó a raíz de ello grandes ganancias no tributables. Si había algo fácil de conseguir en las calles o bajo los mesones de entonces era un ejemplar de "Frei, el Kerensky Chileno". Conservo el mío.

Como los animales políticos de este peculiar país se caracterizan por un rasgo que es ajeno al resto de los animales, el de tropezar dos veces con la misma piedra, la DC chilena ha vuelto en 2013 a abrir paso a que llegue el marxismo al poder, con la activa participación de un ex simpatizante suyo que nunca ha perdido su impronta, llamado Sebastián Piñera y que últimamente ha hecho señalados méritos para ser mejor conocido como "Kerensky Chileno II". Y, así, el marxismo está nuevamente ad portas del gobierno y quien se haya molestado en leer su programa de 195 páginas habrá advertido que se propone, por increíble que parezca, reinstaurar en Chile, país felicitado en todas partes por sus logros conseguidos haciendo todo lo contrario que el socialismo, precisamente este último, que está extinto en casi todos los lugares de la Tierra.

Pero entonces resulta que ante ello los propios Kerenskys se han asustado. Ayer sábado en "El Mercurio" su más caracterizado exponente actual, el presidente de la DC, Ignacio Walker, cuyos recientes efluvios izquierdizantes lo habían llevado incluso a suscribir públicamente la idea revolucionaria de la Asamblea Constituyente, nos ha informado que, sin embargo, la "nueva Constitución" consistirá en sólo tres reformas: fin del sistema binominal, derogación del quórum especial de las leyes orgánicas constitucionales (4/7) y término del control preventivo de las leyes por el Tribunal Constitucional. Sería un recetario bastante moderado, si no fuera porque añade después, sin mayor explicación, otra reforma: la supresión del quórum de dos tercios que la Constitución exige para derogar los derechos individuales fundamentales. Pero, tras detallarnos que una mayoría de países democráticos tiene quórum de dos tercios, Walker finaliza su artículo volviendo a decir que la nueva Constitución debe contener sólo tres cambios, y no los cuatro que enumera su artículo. Vaya uno a saber. Se necesitan años de estudio para entender los vaivenes verbales y escritos de la DC.

Sea como fuere, ese artículo es un testimonio del miedo que les está sobreviniendo a los Kerenskys. Completamente justificado, además. Porque, fíjense lo que les ha sucedido en Santiago: han perdido a dos fuertes candidatos a senadores y, en un caso, a una figura emblemática y ex candidata presidencial del partido, Soledad Alvear. Analícese esto teniendo en consideración que ambos cupos los ha ganado RN, partido de derecha que no tenía ningún senador en Santiago, pues ambos eran de la UDI. ¿Qué pasó? Es evidente que hubo un notorio desplazamiento de la votación DC más moderada hacia la derecha más cercana al centro, que es la de RN. Con ello perdió la DC y también perdió la UDI, que vio sobrepasados a sus dos poderosos candidatos, Golborne y Zalaquett, por sus rivales RN sorpresivamente gananciosos gracias al éxodo de los DC moderados, atemorizados ante la perspectiva de una aplanadora izquierdista en el Congreso, en presencia de cuyo riesgo los exponentes de RN les dan más garantías que las figuras tradicionalmente vacilantes de su propio partido.

Los miedos en política son muy determinantes, especialmente de las actitudes de los Kerenskys. Por miedo Frei Montalva exclamaba en 1973 "esto se arregla sólo con fusiles", Aylwin denunciaba la existencia de diez mil irregulares marxistas venidos del extranjero y con armas para dotar a quince regimientos, negándose a calificar de "excesivos" a los militares; y hasta el Cardenal Silva Henríquez aseguraba que, de no haber habido Pronunciamiento, el triunfo de la revolución izquierdista le habría significado la muerte a él mismo. Se lo confesó paladinamente a William Thayer, que lo consigna en sus "Memorias Ajenas" de 2012, todo ello citado en las primeras cien páginas del monumental aporte a la historiografía y la juridicidad chilenas hecho por Adolfo Paul Latorre en su obra "Procesos Sobre Violación de Derechos Humanos", que ningún chileno culto y preocupado de su patria debería dejar de leer, antes que las funas marxistas lo hagan desaparecer de los escaparates de las librerías nacionales.

Yo sólo digo: si los Kerenskys ya están asustados, fácil es imaginarse cómo lo estaremos todos los situados a la derecha de ellos.

viernes, 20 de diciembre de 2013

El Próximo Desfallecimiento de la Derecha

La derecha está muerta, qué duda cabe. Lo dicen todos. Lo dice ella misma. Pero es un cadáver que tiene la facultad de hablar, aunque en voz inaudible (por ejemplo, en este blog). Y este singular cadáver también tiene otra facultad notable: la de seguirse desmayando, pese a estar muerto.

Ahora la extinta anuncia su próximo desvanecimiento, que tendrá lugar cuando la izquierda, hoy por hoy dueña del país (con una sola excepción, las cinco comunas del "barrio alto", que votan en más del 70% por la difunta) nombre como ministro de la Corte Suprema al principal adalid y precursor de las ilegalidades, inconstitucionalidades y arbitrariedades cometidas por el poder judicial contra los presos políticos militares, Carlos Cerda.

Un monumental y espléndido libro de 637 páginas, del abogado Adolfo Paúl Latorre, titulado "Procesos Sobre Violación de Derechos Humanos: inconstitucionalidades, arbitrariedades e ilegalidades", da cuenta del mayor escándalo judicial de nuestro tiempo, constituido por los atropellos de los jueces de izquierda al debido proceso con tal de meter presos a los militares que frustraron la asonada totalitaria de 1970-73. En "El Mercurio" han aparecido cartas de abogados elogiando ese libro y hasta su subdirector, Francisco José Folch, le dedicó un comentario, sugestivamente titulado "El Libro Destinado a No Ser Conocido", pues Chile se ha convertido en un país en que, oficialmente, la basura debe ser barrida debajo de la alfombra. El resto es silencio y, se espera, "tras la última paletada, nadie dijo nada... nadie dijo nada...", pues éste debe ser, de manera oficial y pública, el país políticamente correcto donde más se perdona a todos los terroristas y se mete presos a todos los militares que impidieron convertirlo en otra Cuba.

Bajo el Gobierno Militar, Carlos Cerda ya contravenía las leyes en perjuicio de los militares procesados. Hasta resistía el cumplimiento de órdenes emanadas de la Corte Suprema. Cuando era inminente que esto le significaría quedar en lista 4 y ser marginado de la judicatura, sus influencias se movilizaron para salvarlo. Un connotado ministro de derecha influyó para que permaneciera. Posteriormente la izquierda se hizo del poder y dominó sin contrapeso la judicatura, excluyendo a magistrados rebeldes que aplicaban las leyes, como la ministra Raquel Camposano, unánimemente considerada una gran jueza, "una jueza ciento por ciento... nadie la va a influir ni acobardar", escribía de ella la periodista Raquel Correa. Por supuesto, con esos antecedentes la izquierda no podía permitir que llegara a la Suprema.

Ella, justamente ("La Segunda", 8 de diciembre), dice que pese a ser amiga de Carlos Cerda, considera que no debería ser nombrado, porque él estima que la ley no debe acatarse si contraría su propio parecer. Esto ha sentado doctrina en Chile y los jueces de izquierda hacen lo que se les ocurre. Se ríen de las leyes y de los propios hechos. Veamos un caso que relata la propia ex ministra Camposano, sobre un proceso a un militar: "Yo estuve en la defensa de uno de ellos, después de leer todos los antecedentes y convencerme de que no había tenido participación. Son varias las cosas que le imputan. Bueno, en una dictan sentencia. Yo leo el fallo, lo requeteleo y no hay una sola prueba, porque a él lo condenan por haber dado orden de matar a alguien. No hay una sola prueba de que dio la orden. Y lo acreditan porque fulano dice 'ah, sí, yo supe que estuvo aquí'. Ninguno lo vio; supo, le contaron. Nadie dice que él dio la orden, nadie lo oyó dar la orden. Pero lo condenan".

En cambio la nueva justicia garantista deja libres a los terroristas aunque se hayan reunido miles de pruebas en su contra. Y todos seguirían libres si a un par de ellos no los hubieran pillado colocando bombas en España.

Y entonces la derecha va a premiar ese estado de cosas que ha consagrado la izquierda en el Poder Judicial y les va a dar un voto más a los perseguidores de los soldados que salvaron a Chile. Porque he leído en "El Mercurio" de hoy que los senadores Carlos Larraín (of all people), Alberto Espina y Lily Pérez se aprestan a votar a favor de que se nombre a Carlos Cerda, el precursor e inspirador de la mayor vergüenza judicial de nuestro tiempo. "Hizo méritos" apresando a la familia Pinochet en el caso Riggs, familia que quedó finalmente libre de cargos. Hizo apresar a Lucía Pinochet por delito tributario. Al respecto dice la ex ministra Camposano: "...procesa a Lucía Pinochet por un delito tributario, pasando a llevar el Código Tributario, que dice que esos juicios se pueden comenzar solamente por la acción que Impuestos Internos entable. Un juez por sí solo, un particular, no puede. Y Carlos, muy tranquilamente, lo entabló contra Lucía Pinochet". Esta última quedó finalmente absuelta, como toda su familia.

Memorable fue la escena en que Cerda va a interrogar al ex Presidente, ya anciano y disminuido por la enfermedad, y comienza preguntándole, revestido de toda la majestad, seriedad e imparcialidad de la Justicia: "Ahora cuénteme sus diabluritas".

Entonces ahora la derecha se apresta a premiar sus desvaríos con el máximo galardón judicial, en medio del aplauso marxista. ¿Qué importa este nuevo desfallecimiento político y moral, si las denuncias están sólo en un blog de mala muerte, se vocean en un club de viejos oficiales en retiro y sólo se registran para la historia en un libro "destinado a no ser conocido"?

Derecha de los mil renuncios, si te moriste, te lo tenías merecido. Y si, después de muerta, te vas a seguir desmayando y haciéndole tanto daño a la moral social, entonces mereces volver a morirte otra vez y para siempre.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Cuitas de la Gente que No Escupe a Nadie

Una niña bastante bien formada, pero mal informada, empujó al presidente, le dijo "sinvergüenza" y lo escupió, creyéndolo de derecha, cuando fue a rendir postrer homenaje a un caracterizado sacerdote de izquierda hace poco fallecido. Y cuando este domingo fue a votar Pablo Longueira, que sí es de derecha, también recibió insultos y salivazos, al igual que el coronel Labbé, el año pasado, cuando acudió a sufragar en Providencia. Su rival de izquierda de entonces, y triunfadora, no tuvo problema alguno para sufragar, por supuesto. Es que la izquierda siempre ha sido violenta, no obstante lo cual también siempre termina presentándose como "víctima". En fin, el domingo Michelle Bachelet votó en medio de los "vivas" de sus partidarios, en cambio Evelyn Matthei debió soportar insultos y contramanifestaciones izquierdistas al hacerlo.

El actual presidente izquierdista de la Corte Suprema, Milton Juica, se negó en 2010 a ir a presentar su saludo protocolar al presidente electo de entonces, por considerarlo de derecha (revelando estar tan mal informado como la niña bien formada). En cambio, el presidente actual de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, que se ha caracterizado por aplicar las leyes en los procesos de derechos humanos y, por tanto, es sindicado como "de derecha", no ha tenido inconveniente en ir a saludar protocolarmente a la presidenta electa socialista.

Izquierda violenta y derecha civilizada. Es una impronta chilena y tal vez mundial.

Ahora se da el caso de que la izquierda amenaza bloquear el nombramiento del ministro Aránguiz a la Corte Suprema. Es que éste se ha mostrado muy independiente y, como él mismo dice, "políticamente incorrecto", porque aplica las leyes, lo cual en nuestro país parece ser un obstáculo para el ascenso de los jueces. Los parlamentarios de la Nueva Mayoría quieren imponer, en vez de él, a un ministro de izquierda, Carlos Cerda, que justamente se ha caracterizado por no aplicar ciertas leyes, en particular las que eximen de responsabilidad a militares. Y quien, en el caso Riggs, sometió a proceso a toda la familia Pinochet por delito tributario, siendo que no podía hacerlo porque esos juicios sólo se pueden comenzar por acción de Impuestos Internos, que no había sido entablada. Por añadidura, toda la familia Pinochet ha terminado absuelta en la causa, pues no había cometido delito alguno.

Ha trascendido que Cerda resultará finalmente ascendido a la Suprema con el apoyo de senadores de la Nueva Mayoría y RN. Siempre en este último partido hay gente que se está yendo para el otro lado. Y a veces constituye mayoría en él, como cuando levantaron la candidatura de Sebastián Piñera, próximo a completar ya su mandato como V Presidente de la Concertación.

La ex ministra de Corte Raquel Camposano, actualmente retirada y que, en su momento y por méritos, debió haber sido designada ministra de la Corte Suprema, dice que Cerda, siendo amigo de ella, no debería ser nombrado, por su trayectoria de negarse a aplicar las leyes ("La Segunda", 8 de diciembre). Precisamente la ministra Camposano fue vetada de manera injusta, bajo el gobierno de Frei Ruiz-Tagle, por su apego a las leyes y por haber sometido a proceso al director de Investigaciones y al jefe de la Oficina de Inteligencia, a raíz de la fuga de responsables del asesinato del senador Jaime Guzmán.

Hay una larga trayectoria de presiones izquierdistas y debilidades derechistas en los nombramientos de la Corte Suprema. Hubo un "acuerdo de caballeros" años atrás para nombrar al izquierdista Brito y al "derechista" (sólo porque respetaba las leyes) Pfeiffer. La derecha aportó sus votos y se designó a Brito, pero después los "caballeros" de la Concertación desconocieron el pacto y vetaron a Pfeiffer, que sigue figurando en las quinas, pero cuyo apego a las leyes le veda toda posibilidad.

Algo parecido sucedió cuando en 2004 se aprobó una ley en favor de los terroristas de izquierda (por hechos posteriores a 1990, pues todos los responsables de atentados anteriores fueron indultados por Aylwin o amnistiados). Entonces otro "pacto de caballeros" contemplaba iguales beneficios para los presos políticos militares. Pero de nuevo hubo pactantes de la Concertación que incumplieron su palabra y este segundo proyecto fue rechazado por dos votos, de modo que esos presos políticos siguieron entre rejas. Incluso otro "¿caballero?" que todos conocemos (y que les había prometido preocuparse de su debido proceso e hizo todo lo contrario) los trasladó de penal para agravarles las condiciones de encarcelamiento. Acreditó así otra afinidad suya con la izquierda.

Y todavía otra "caballerosidad no escrita" también ha terminado beneficiando sólo a la izquierda. Es la que establece que el ministro más antiguo pasa a presidir la Corte Suprema. Pero cuando le llegó el turno a Osvaldo Faúndez, ministro que había votado en contra del desafuero y procesamiento de Pinochet, tras decir que había examinado hoja a hoja todo el proceso sin encontrar una sola evidencia contra el ex presidente y senador, no resultó elegido, sino que lo fue otro menos antiguo. El caso se repitió cuando le debería haber correspondido a Orlando Álvarez, recientemente fallecido. Era el más antiguo pero "de derecha" (porque respetaba las leyes), y tampoco fue elegido. Sí lo fue un izquierdista más nuevo.

Izquierda agresiva y derecha débil. ¿Alguien puede dudar del destino que le está deparado al "exitoso modelo chileno"?

lunes, 16 de diciembre de 2013

El Cuchillo Largo

Se viene el socialismo. La gente que entiende lo que lee, gracias a que se ha educado en colegios particulares pagados, leyó el programa de Bachelet y se horrorizó. Tanto que donde vive esa gente, por ejemplo, en Vitacura, el 80 por ciento votó por Matthei.

Piñera tenía que terminar en esto. Es que, como dijo el Financial Times, es políticamente inepto. Ayer ni siquiera pudo votar bien, pues dobló mal la cédula y dejó el número adentro. Un vocal de mesa dijo que le había pasado lo mismo en una elección anterior. Y, además, en su premura por ir a hablar ante las cámaras, que es uno de los principales propósitos de su existencia, olvidó en la mesa su cédula de identidad.

Su ineptitud tenía que terminar en esto porque lo llevó a adoptar la dialéctica socialista. Pero ahora la gente ha votado por el producto original y no por el sucedáneo, pese a que éste, a los revolucionarios de izquierda, les cohonestó todo. ¿Recuerdan ustedes que cuando le tenían tomadas todas las calles del país para botarlo, él proclamó ante las Naciones Unidas que se trataba de un movimiento "noble, grande, hermoso"? ¿Recuerdan su famoso discurso en el 80° aniversario de "La Segunda", cuando protestó a voz en cuello porque las desigualdades en Chile eran "intolerables"? ¿Recuerdan cuando hace poco se puso a la cabeza de la campaña izquierdista del horror para vituperar al Gobierno Militar y desprestigiar a quienes formaron parte de él, que fueron los mismos que lo llevaron a él a la Presidencia, calificándolos de "cómplices pasivos"? ¿Y cuando les sirvió el manjar más apetecido a los cultores por antonomasia del odio interno y de la idea de un país irreconciliable, trasladando a los presos políticos uniformados a un penal más hacinado y riguroso, tras haberles prometido un debido proceso y la vigencia de eximentes penales en su favor? ¿Qué se podía esperar de semejante cultor de la dialéctica izquierdista sino el triunfo electoral de la izquierda? Hasta cuando organiza actos artísticos en La Moneda contrata a los Jaivas o los Quilapayún en lugar de los Huasos Quincheros.

Es un esclavo intelectual de la izquierda y su gobierno no podía sino terminar en un triunfo de la izquierda. ¿Y la derecha? Se dejó comprar, usar, extorsionar, vejar y contradecir hasta la saciedad, con el resultado de que perdió el gobierno y también el parlamento, habiendo asimismo entregado a lo largo de los años el poder judicial, hoy dominado sin contrapeso por la izquierda.

Piñera se dedicó a aumentar impuestos. Ahora el socialismo continuará con esa política, pero redoblada. De 17 por ciento que pagaban las empresas cuando aquél asumió terminarán pagando casi un 50% más, 25 por ciento, bajo el socialismo. Piñera se dedicó a crear ministerios, subsecretarías, superintendencias. Ahora Bachelet anuncia la creación de otros tres en sus primeros cien días de gobierno. Pero, además, ahora viene recargada y se propone reestructurar la sociedad, imponiendo la acción coercitiva del Estado para forzar la igualdad entre los chilenos. El gobierno se inmiscuirá hasta en la vida privada, pues la igualdad se extenderá hasta a consagrar la misma participación de hombres y mujeres o de parejas del mismo sexo en las labores domésticas.

¡Y prepárense los grandes diarios, pues se pondrá límites a la concentración de los medios de comunicación! ¡Apróntese la minería, el "sueldo de Chile", pues se consagrará el dominio "pleno, absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de los recursos hídricos, mineros y del espectro radioeléctrico"! Eso es incompatible con el derecho real de concesión minera que sustenta actualmente la propiedad en el sector más dinámico de la economía nacional. ¡Y apróntese la agricultura para la expropiación de las aguas, que serán declaradas bienes nacionales de uso público! ¡Y apróntense los propietarios de cualquier cosa en general, pues una ley podrá, por mayoría simple, limitar su derecho, declarar su función social y alterar su carácter hereditario! Ni siquiera se librarán de la voracidad de poder socialista el Banco Central y el Tribunal Constitucional.

¿Y alguien cree que se va a respetar la Constitución y, por tanto, que no va a haber Asamblea Constituyente, sea lo que fuere lo que ello signifique? (Nadie lo sabe).

¿Usted cree que va a ser más libre? Yo no. El programa dice que los deberes constitucionales superarán las concepciones individualistas, que niegan la necesidad de la cooperación y la solidaridad social". Tal vez a usted sea necesario reeducarlo.

Sí, al final de cuentas habrá un "cuchillo largo": el socialista que cercenará la libertad personal de los chilenos.

viernes, 13 de diciembre de 2013

La Campaña Anticipada se Anticipó

Los lectores de este blog saben que en él se ha anunciado el comienzo anticipado de la campaña presidencial de 2017 para el lunes próximo. Pero en realidad tengo que hacer una rectificación: ella ha comenzado antes de lo que yo preveía, pues ya hay un candidato para 2018 que está en campaña. Se llama Sebastián Piñera.

En efecto, sin ningún miramiento ni timidez, como es característico en él, ya organiza equipos y anuncia la creación de una Fundación para la finalidad más elevada que concibe su espíritu: la de promoverse a sí mismo durante los próximos cuatro años. Ya está convocando a reuniones para la semana que viene. Desde luego, consciente de lo anterior, no me ha sorprendido demasiado que haya convidado a Laurence Golborne, pues éste es la figura que más sombra le puede hacer para 2017. Pero sí me ha sorprendido que Golborne, según dice la prensa de hoy, le haya aceptado, lo que revela un déficit de astucia política de su parte. En efecto, es una ingenuidad siquiera pensar que la Fundación vaya a tener otro objetivo que el de promover la repetición de plato por parte del fundador.

De partida, todo lo que ha hecho éste en el último tiempo ha tenido el mismo objetivo, sin importarle para nada la suerte del país ni la de su propia coalición, a la cual, literalmente, ha sacrificado. Como bien dice Manuel José Ossandón en "La Tercera" de hoy, Piñera no tuvo ningún inconveniente, por ejemplo, en indisponer a la familia militar con Evelyn Matthei, encabezando el "Septiembre Rojo" denigratorio de la memoria del régimen castrense y decretando el castigo de los presos políticos uniformados más caracterizados, trasladándolos del penal Cordillera a uno peor, el de Punta Peuco. El suicidio y la muerte que esto provocó no le hicieron la menor mella. Es que a él todo le importa un rábano si obtiene algunos puntos más de adhesión personal, en este caso brindados por la extrema izquierda, en las encuestas.

Lo mismo ya lo hizo antes, cuando se dio cuenta de que la mano venía muy mala a raíz de las presiones de "la calle" y su caída en las encuestas en 2012 y decidió patrocinar un aumento de impuestos a las empresas que no estaba en su programa, alza que iba a perjudicar a la economía y lo único que iba a conseguir era dar la imagen de que él acogía una de las aspiraciones "populares". Bueno, eso ha sido malo para el país, como lo demuestra el hecho de que éste en 2013 crezca menos. Ello se debe a una caída en la inversión, consecuencia inevitable del aumento de impuestos de Piñera. Como dice hoy el economista Rolf Lüders en carta a "La Tercera": "es un hecho que la reciente desaceleración de la tasa del crecimiento del PIB se explica en buena parte por la significativa caída de la demanda interna y ésta, a su vez, se debe en gran medida a la fuerte desaceleración de la tasa de inversión". En este blog y en diversos medios se previó que esto iba a suceder, a raíz del aumento tributario de Piñera, pero éste tiene tal grado de control sobre las informaciones que no hubo una generalizada advertencia del daño que su medida demagógica iba a provocar. Y a él este último lo tenía y lo tiene sin cuidado: lo que le importaba era conseguir una adhesión de izquierda que le permitiera remontar en la encuestas.

Y si éstas no acusan una mejoría que le satisfaga, se consigue una que lo haga. Es increíble cómo la opinión pública le ha "comprado" un supuesto 43% de apoyo, que no tiene. Ni las encuestas CEP y CERC, que son independientes, le reconocen más de 35 y 33 puntos, respectivamente, pero éstas no trascienden y la segunda ni siquiera fue publicada por la gran prensa. Recién ahora la encuesta de la CEPAL, que Piñera tampoco puede controlar, ha ratificado que el apoyo de opinión pública de su gobierno es de 32%. Pero su entorno se preocupa de que eso no trascienda ni amenace su "versión oficial" de 43%.

Ahora el debate está centrado en cuánto perjuicio al crecimiento del país va a provocar la aplicación del programa de Michelle Bachelet, y la respuesta objetiva es: "enorme". Cualquiera puede pronosticar que vendrá una caída adicional en el crecimiento junto con una explosión de las aspiraciones populares, y que eso no puede sino conducir a un período de conflictividad. El único argumento atendible de la Nueva Mayoría ante esa advertencia es que el deterioro ya se ha iniciado bajo el gobierno de Piñera, lo cual es verdad, pero eso de ningún modo desvirtúa la inminencia de que los todavía mayores aumentos tributarios anunciados por la candidata socialista, junto con la incertidumbre generada por el debilitamiento de las bases de la institucionalidad y del derecho de propiedad que traerá consigo su reforma constitucional, sólo pueden conducir a empeorar las cosas.

Pero todo esto está en línea con las ambiciones de Piñera, porque el país, si la elección del domingo confirma lo que todos tememos, entrará en una senda de aspiraciones desatadas y decaimiento productivo adicional, de modo que, previsiblemente, en cuatro años más la mayoría estará dispuesta a asirse hasta de un clavo ardiendo con tal de escapar de manos del caos socialista.

Por eso ya Sebastián Piñera, sin siquiera esperar al lunes, se ha puesto en campaña para que ese clavo ardiente sea él.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Cerebros Incompletamente Lavados

Matthei ganó ampliamente el debate de Anatel y probó estar mejor informada y documentada que Bachelet, dejando de manifiesto la falta de liderazgo y capacidad de decisión de ésta en circunstancias críticas. De modo que si los chilenos fuéramos ciudadanos reflexivos, cultos e informados acerca de lo que conviene al país y hubiéramos todos visto el foro, no cabría duda de que la primera iría a ganar la elección del domingo. Pero todos sabemos que los chilenos no somos así, que mayoritariamente creemos que el gobierno nos puede hacer a todos iguales a Horst Paulmann, Eliodoro Matte o Andrónico Luksic o, por último, les puede quitar gran parte de su plata y repartirla entre los demás para que puedan comprar todo lo que les falta, y por eso las encuestas anuncian el triunfo de Bachelet. ¡Qué le vamos a hacer! La historia dice que nos damos un balazo en el pie cada 40 años y han pasado 40 años.

Y si la mayoría "no cacha ni una" y se traga todos los eslóganes vacuos e increíblemente primitivos de la Camila Vallejo, la Karol Kariola, Gabriel Boric y Giorgio Jackson, allá ella, pero la minoría que "cacha algo", emprende e invierte, se ha dado cuenta de cómo viene la mano y por eso la Bolsa cae y se reducen los flujos de recursos para inversión en y hacia el país. Si no me cree, aplique usted su propio sentido común: si le anuncian que le van a quitar otra parte más de sus ganancias a través de mayores impuestos y que le van a debilitar su derecho de propiedad en una nueva Constitución que va a redactar "la calle" ¿va usted a invertir más o menos que antes en Chile? Elemental, querido Watson.

De modo que no vale la pena seguir dándole vueltas al asunto de la segunda vuelta y entretengámonos en otras cosas. Por ejemplo, en la ceremonia que compartieron la Lorena Fries y Sebastián Piñera por el aniversario del Instituto de Derechos Humanos. Para el segundo, todo esto forma parte de la última "pasada" política que ha discurrido con el fin de remontar en las encuestas y quedar posicionado para el 2017, cuya campaña comienza el lunes. Ya encabezó los 40 años del Pronunciamiento, condenándolo y denostándolo, y trasladó a los veteranos presos políticos de "Cordillera" a "Punta Peuco", para conseguir más apoyos de izquierda. Ahora celebra junto a la Lorena Fries con igual propósito. Pero esta última no está contenta de haber conseguido el respaldo y financiamiento de un supuesto gobierno de centro-derecha (que en realidad es otro más de la Concertación) para toda su tramoya de los derechos humanos, porque ella quiere más. Quiere que no quede ningún cerebro sin lavar en el país.

Véase lo que Lorena escribió anteayer a "El Mercurio" (cartas): "...es una preocupación que un porcentaje de la población, cercano al 20%, considere, según la misma encuesta (II Encuesta Nacional de Derechos Humanos) que violar los derechos humanos fue necesario para alcanzar la paz social. Esto es inaceptable y refuerza el diagnóstico del INDH sobre la necesidad de la educación en derechos humanos y el análisis de la dictadura en los planes de estudios, como período histórico en que se enmarcan los crímenes de lesa humanidad perpetrados en nombre del Estado". Es decir, si gana Bachelet va a profundizar la labor de Fries-Piñera hasta que no quede nadie, salvo el que esto escribe, que divulgue la verdad histórica según la cual el agresor fue la guerrilla armada marxista y la agredida la democracia chilena, que los demócratas les pidieron a los uniformados derrotar a la primera por las armas; que éstas lo hicieron, con el aplauso de los demócratas, representados por Frei Montalva, Aylwin, Bossay, Jarpa y sus seguidores; que después de pasado el peligro los dos primeros se cambiaron de bando y crucificaron a los uniformados para atraerse el apoyo marxista y que hoy casi todo el mundo tiene el cerebro lavado y los guerrilleros y terroristas se transformaron en "víctimas", los agresores en agredidos y los totalitarios en "demócratas".

Anoche vi a Lagos Weber, que antes solía ser un tipo moderado, muy airado por lo mal que le fue a su candidata en el debate, diciendo algo aparentemente "nada que ver": que no iban a aceptar que quedara nadie, pero nadie, que no condenara los atropellos a los derechos humanos del Gobierno Militar. Es igual que en "1984" de Orwell: todo es culpa del villano oficial de la sociedad, Emmanuel Goldstein en la novela y Augusto Pinochet en el Chile actual. Son el Enemigo Público Número Uno. ¿Fracasó la candidata en el debate? Culpa de Pinochet. "No descansaremos hasta que no quede nadie que no condene a la dictadura de Pinochet", o algo parecido, dijo Lagos Weber, mientras le temblaba la perilla blanca que ha cultivado y que está cada vez más larga. Cuando ésta todavía no había encanecido y la tenía más corta, era un tipo que hasta habría podido pasar por amable. Pero ahora se ha vuelto un energúmeno socialista más. Y nos anticipa que, aparte de darle al país el balazo en el pie que corresponde históricamente, junto a la Lorena Fries y su Instituto, no van a dejar en él un solo cerebro sin lavar.

domingo, 8 de diciembre de 2013

El Asalto al Palacio de Invierno

Las tres cosas más cuidadosamente ocultadas de la vista de los chilenos en los últimos días han sido la amplitud de la amnistía que dictó Nelson Mandela en Sudáfrica, pues ella abarcó a ambos bandos y no sólo a la guerrilla subversiva, como en Chile; el resultado de la encuesta PISA, revelando que la educación particular pagada chilena supera por mucho a la pública e incluso los niveles de países de la OECD (por ejemplo, Polonia) lo cual aconsejaría generalizarla, en vez de suprimirla, como propone "El Otro Modelo", que entrará pronto en vigor; y, en fin, el hecho de que el recién fallecido monseñor Alfonso Baeza fuera un gran defensor de los presos pertenecientes a la guerrilla izquierdista, por la cual se jugó y en cuyo beneficio obtuvo por ley la libertad de numerosos condenados por actos de terrorismo cometidos después de 1990, bajo la plena democracia prevista en la Constitución de 1980. Porque ya Aylwin y Frei habían perdonado ampliamente a los terroristas de izquierda condenados durante el Gobierno Militar. Todos perdonados en nombre de la "paz social".

Cuando después se presentó un proyecto, patrocinado por parlamentarios de la Alianza y la Concertación, para conceder igual rebaja de pena y con la misma exigencia de haber cumplido diez años de prisión efectiva, en favor de los condenados por supuestos delitos contra los derechos humanos bajo el Gobierno Militar, nadie de la Iglesia se interesó, ya no importó nada "la paz social" y el proyecto se perdió en el Senado por 17 votos contra 15, pues a última hora "se dieron vuelta" dos senadores DC con cuya aprobación se contaba.

Después de eso y ya bajo la administración Piñera la persecución contra los presos políticos militares se ha acentuado, impulsada por el propio gobierno, que ha multiplicado las querellas por hechos amnistiados y prescritos y ha agravado las condiciones penitenciarias, al suprimir el penal "Cordillera" en que ellas eran mejores, y trasladar a los respectivos presos a un recinto hacinado y alejado de los establecimientos hospitalarios en que deben atenderse, pues son ancianos y enfermos en su mayoría.

En ese sentido el gesto de la pobladora izquierdista Catalina Castillo, irritada por el aprovechamiento presidencial con fines propagandísticos de las exequias del sacerdote defensor de la guerrilla, seguramente interpretó, sin quererlo ella, por cierto, a buena parte de la familia militar, aunque ningún miembro de ésta haya incurrido nunca en semejantes excesos para expresar su desencanto ante el doble estándar, la persecución ilegal y las promesas presidenciales incumplidas.

En ese contexto de doble estándar y ocultamiento de verdades "políticamente incorrectas" continúa su curso la Revolución Chilena sin empanadas ni vino tinto, un capítulo decisivo de la cual se concretará el próximo domingo. Por comparación con la Revolución Francesa, un capítulo similar al de la transición entre los Estados Generales y la Asamblea Constituyente se anuncia en el programa de Michelle Bachelet. Después vendrá, por comparación con la Revolución Rusa, el Asalto al Palacio de Invierno, en que también serán arrasados los Kerenskys que han contribuido a llevarla a ella al poder.

Para eso se ha requerido acá, por supuesto, de la completa anulación de la derecha política, que ha dado pasos tan nefastos para su propia existencia y para la sobrevivencia de una sociedad libre como lo fue apoyar el ascenso de Sebastián Piñera al poder, quien ha lanzado las últimas paladas de tierra sobre la tumba de aquélla al ponerse a la cabeza del "Septiembre Rojo" condenatorio del Gobierno Militar que la misma apoyó e integró.

Por una de esas ironías de la Historia, la fuente inspiradora del inminente paso de nuestros Estados Generales a nuestra Asamblea Constituyente han sido los estudiosos de una universidad fundada y regentada por hombres de negocios de derecha, ahora think tank de izquierda. Fue creada con la mira de defender sus ideas, pero ha terminado propagando las contrarias, pues de ella se apoderó ya hace años un "soviet" que ha trabajado y sigue trabajando efectivamente en pro de la Revolución en curso.

Otro renunciamiento memorable se ha concretado en estos días cuando el CEP, Centro de Estudios Públicos, think tank supuestamente dedicado a entregar los fundamentos morales e intelectuales de una sociedad libre, ha resuelto suplementar su consejo directivo con una mayoría de centro-izquierda, uno de cuyos miembros integró el principal montaje político-publicitario de la Concertación para sentar en el banquillo de los acusados al Gobierno Militar, la Comisión Rettig, que no entregó "Ni Verdad ni Reconciliación" (título de mi último libro) y cuyo Director subrogante actual fue parte del segundo gran montaje publicitario en contra del Gobierno Militar, la "Comisión de la Prisión Política y la Tortura", que concedió pensiones a cerca de treinta mil izquierdistas que acudieron a declararse "torturados" ante ella a un ritmo de ciento cuarenta casos diarios cuidadosamente examinados, y con completo olvido, por no ser ello pertinente, que uno de los capítulos por los cuales la mayoría democrática de la Cámara pidió a los militares poner término al gobierno de Salvador Allende fue el de la sistemática tortura a meros opositores políticos.

Entonces, podemos ver lo que está pasando y, en función de eso, prever lo que va a pasar, todo financiado originariamente por la derecha (creo que Lenin fue el que dijo que los empresarios les van a vender a sus verdugos la soga con que los van a ahorcar): primero el paso de los Estados Generales a la Asamblea Constituyente, que va a ser muy similar al de la Revolución Francesa; y luego el Asalto al Palacio de Invierno, cuando, como en la Revolución Rusa, no sólo los derechistas que financiaron todo, sino también los Kerenskys que se congraciaron con los bolcheviques, van a tener que salir huyendo.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Acerca de Cómo se Engaña a los Chilenos

Sólo un pueblo muy engañado podía elegir cinco gobiernos seguidos de la Concertación, y aprestarse a elegir un sexto, como lo ha hecho y se dispone a hacer el nuestro. Pues bajo el actual V lo siguen engañando, como se probó con la falsificación histórica encabezada por Piñera con motivo de los 40 años de la Segunda Independencia Nacional, la misma que nos libró del yugo soviético.

Y el engaño colectivo continúa. Ahora, con la prueba PISA. Nótese el grado en que se ha silenciado su principal conclusión, que es la de que en Chile la educación Particular Pagada es la que alcanza los mejores resultados y supera al promedio de los países de la OECD. Esto apareció en "La Segunda" y en "La Tercera", pero fue omitido en el principal diario, siendo el resultado más importante. ¿Algún comentarista ha reparado en ello, salvo el de este blog? Ninguno de los que he leído. Peor aún, dos profesores del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, en "La Tercera" de ayer, comentan la prueba PISA y afirman textualmente que sus resultados "confirman que las escuelas privadas no son más efectivas que las públicas", siendo la verdad todo lo contrario: Matemática: Enseñanza Pública, 391 puntos, Particular Pagada, 518 puntos. Lectura: Pública, 412 puntos, Particular Pagada 522; Ciencias: Pública, 414 puntos, Particular Pagada 529 puntos.

¿Y qué ha hecho el país frente a esta realidad, que es de antigua data? Ha más que triplicado los recursos para la enseñanza peor, la Pública, y se dispone a soportar un gran aumento de impuestos para volver a multiplicar el chorro en el tonel sin fondos de la burocracia educacional socialista, en lugar de darle la plata actual a la gente para que ella elija establecimientos de enseñanza particular, con lo que los estudiantes darían un salto gigantesco en aprendizaje. Pero ¿cómo o va a hacer eso el país, si vive engañado y no sabe la verdad; sobre todo si mayoritariamente ha aprendido bajo la tutela del Estado y no entiende lo que lee? Y lo peor está por venir: "El Otro Modelo" anticipa la prohibición de la Enseñanza Particular Pagada. Es que nos hace más desiguales, porque enseña demasiado a ciertos niños. No hay duda: tenemos del año que nos pidan.

Si hubiera una candidatura presidencial realmente de derecha, su lema debería ser: "Todos los Niños Chilenos a Colegios Particulares Pagados". Y, una vez elegida, sacaría la plata del monstruo burocrático socialista y se la daría a las familias junto con su libertad de elegir colegios. Por supuesto, la gente elegiría los mejores y hasta los profesores comunistas tendrían que competir por ofrecer buena enseñanza particular pagada (pues los colegios municipales se licitarían y pasarían a ser privados).

Y en estos días también están engañando a los pobres chilenos con otra cosa: a raíz de la muerte de Nelson Mandela. Y nos cuentan el cuento de que él creó una "Comisión de Verdad y Reconciliación" a imagen y semejanza de la creada por Aylwin. Falso de falsedad absoluta, porque la comisión de Aylwin falsificó la historia (luego, no fue de "Verdad") para poder exculpar a los grandes responsables de la violencia armada, los partidos de la Unidad Popular; y poder sentar en el banquillo de los acusados a los militares, convirtiéndolos en presos políticos ilegalmente condenados, mientras al mismo tiempo se ha perdonado a todos los terroristas de extrema izquierda, cuyos muertos la Comisión Rettig ni siquiera les atribuye a aquéllos, pues los adjudica a un ente innominado llamado "violencia política", precisamente para ocultar la verdad, que era que los mataban la guerrilla socialista-comunista-mirista-mapucista-izquierdista cristiana, cuyos votos necesitó Aylwin para ser Presidente y así pagó.

Pero lo peor de esta Gran Mentira reside en que Mandela hizo efectiva no sólo la Verdad, sino también la Reconciliación, pues amnistió a todos los inculpados de ambos bandos, tanto blancos defensores del apartheid como negros guerrilleros por igual. Se aplicó plenamente la amnistía y se hizo efectivo un olvido total, única vía para la reconciliación, que allá es hoy completa y cabal, a la inversa de acá.

Y al revés de Mandela, Aylwin mantuvo las heridas abiertas y en 1991 le escribió a la Corte Suprema una carta (inconstitucional) para que los jueces no aplicaran la amnistía sino hasta el final de los juicios, lo que determinó el desfile de militares por los juzgados y fue el primer paso para desconocerles por completo, finalmente, esa eximente. Así, se les persigue ilícitamente hasta hoy y el V Gobierno de la Concertación, presidido por Piñera, ha multiplicado por cuatro el número de procesos en su contra, agudizando así el contraste con el perdón otorgado a todos los terroristas de izquierda, y, para colmo, añadiendo infamia al agravio al suprimir el único penal que ofrecía garantías mínimas de decencia, hacinando a los militares lejos de los establecimientos hospitalarios a que deben acudir los presos ancianos y enfermos, que son mayoría. Jamás Mandela habría incurrido en semejantes bajezas.

Claro, esto tampoco habría podido suceder si hubiéramos tenido una derecha política con personalidad. Pero imagínense ustedes si tal cosa podía ser posible cuando ella estaba encabezada por un personaje como Sebastián Piñera, que ha hecho suya la versión histórica falsificada de la izquierda y se ha ido, pocos días atrás, a abrazar con Aylwin, expresándose ambos mutua admiración (lo que está bien, porque son hermanos en la traición a los militares).

Facilita el engaño general el lavado de cerebros registrado en el país. Antenoche vi un debate en el canal del Senado entre Patricio Melero (UDI) y Osvaldo Andrade (PS), y este último le aseguraba al primero que, en el futuro gobierno de Bachelet, no iban a "avasallar" a la oposición, como lo había hecho el Gobierno Militar. Melero asintió apresuradamente ante esto último, que por supuesto es una falsedad y sólo un testimonio del cinismo que caracteriza a Andrade, pues su partido, el Socialista, durante la década del '60 llamó repetida y sistemáticamente a tomarse el poder por las armas y, hasta donde yo entiendo, las armas son no sólo para para "avasallar" a los adversarios sino para matarlos. Y esa política la continuó el Gobierno de la Unidad Popular, que hasta introdujo tropas cubanas a Chile y admitió doce mil ingresos clandestinos de extranjeros, que vinieron a sumarse a los diez mil sujetos en armas que tenían los partidos del régimen, según contabilidad de Altamirano en el libro de Politzer. El Gobierno Militar, llamado por los líderes democráticos (entre ellos Aylwin) frustró ese avasallamiento marxista por las armas.

Bueno, en un esfuerzo tardío pero promisorio, mañana sábado, en el Memorial de Jaime Guzmán, a la entrada de Vitacura, funcionará una "Feria del Buen Libro" en que estarán las publicaciones que relatan la verdad histórica, entre ellas la mía más reciente, "Ni Verdad Ni Reconciliación", en que se prueba que la Comisión organizada por Aylwin para sus propios fines electorales no tuvo nada qué ver con la creada por Mandela, que realmente consiguió la reconciliación en Sudáfrica, extendiendo un verdadero perdón a ambos bandos en pugna y no a uno solo. ¡Por favor, que no vayan a comparar a Mandela con Aylwin, porque la República de Sudáfrica podría retirar su embajador! O debería hacerlo.

Y todo esto termina todavía peor, si fuere posible, pues Piñera nos pretende convencer de que su popularidad ya va en 43 por ciento. Nunca las encuestas independientes, como CEP y CERC, le han dado más de 35 por ciento de adhesión, pero, cuando aparecen, los medios casi no las publican. Y son menos frecuentes que la favorita de Piñera. Ya anoche vi en TV a una panegirista de Piñera vaticinando que éste dejará la Presidencia con un 60 por ciento de popularidad. Si es verdad que el dinero todo lo puede, entonces va a suceder. Pero, entretanto, su V Gobierno de la Concertación, dedicado a crear ministerios, subir impuestos, dejarnos sin energía eléctrica a corto plazo o con una más cara y disminuir la inversión y el crecimiento (ya pocos dudan de que este año costará llegar al cuatro por ciento, mientras el desempleo promedio va a volver a más de seis), le va a dejar una pesada herencia a su sucesora, que ha elaborado cuidadosamente un programa dirigido a deteriorar las cosas todavía más y por el cual los chilenos, irreconciliables e irreconciliados, abundantemente engañados e ignorantes de la verdad, van a ir a votar mayoritariamente en unos días más.

Con razón dicen que los países tienen los gobiernos que se merecen.

martes, 3 de diciembre de 2013

La Necedad Tiene su Precio

Cuando hace más de medio siglo Jenaro Prieto rebautizó al país como Tontilandia, lo hizo a raíz de las necedades que discurrían los gobernantes de izquierda que llegaron al poder después de 1938. Décadas después hubo un interregno de inteligencia que duró desde 1973 hasta 1990 y que "le cambió el chip" al país, llevándolo a la cabeza de las naciones latinoamericanas en materia de políticas públicas. Pero no pudo consagrar la libertad de enseñanza en plenitud, de modo que todavía la mayoría de los tontilandeses entiende las cosas al revés. Entonces ahora esa mayoría se dispone a justificar el re-bautismo de Jenaro y una de las cosas que se promete para el futuro es la de elegir el peor de los sistemas educacionales, el estatal, dejando de lado al mejor, que es el particular pagado y que, a partir del nuevo gobierno, como lo dice expresamente su Evangelio inspirador, el texto "El Otro Modelo" (páginas 225 y sigtes.) quedará rigurosamente prohibido.

Se ha dado a conocer el resultado de las pruebas PISA para medir la calidad de la enseñanza. En Matemática, la educación estatal logra 391 puntos, la particular subvencionada 430 y la pagada 518. En Lectura los puntajes respectivos son 412, 449 y 522 y en Ciencias 414, 453 y 529.

La enseñanza particular pagada chilena supera los promedios logrados en los países más desarrollados, pertenecientes a la OECD. ¿Se imaginan el salto adelante que daría el país si el Estado, en lugar de desperdiciar su plata en una burocracia enorme e inepta se la diera a las familias de clase media y baja para que eligieran los mejores colegios para sus hijos? Si no se lo imaginan, yo se lo voy a decir a ustedes: en pocos años habría total igualdad educacional entre los chilenos, sin otras diferencias que las que puede haber hoy entre los Padres Franceses, los Jesuitas, el Saint George's y el Tabancura, que compiten entre sí y a gran distancia de los establecimientos estatales.

Pero vivimos en Tontilandia, de modo que ¡adivinen ustedes qué se propone el futuro gobierno de Bachelet!: que toda la educación sea estatal. Es decir, Tontilandia prefiere el sistema de 391 puntos y suprimirá el de 518 puntos, para referirnos sólo a la Matemática.

¿Por qué? Hay numerosas razones, la primera de las cuales es que la izquierda es socialista. El socialismo es "la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y la prédica de la envidia, y su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria" (Churchill). ¿Cómo se consigue esta miserable meta? Haciendo obligatorio y universal el peor sistema de enseñanza y prohibiendo el mejor.

Si viviéramos en "Inteligentilandia" la mayoría se daría cuenta de dos cosas obvias: la primera, que el mejor sistema de enseñanza es el particular pagado y la segunda, que con el dinero que se malgasta en el sistema peor, el de la educación pública, se podría dar a los padres de clase media y baja los recursos para educar a sus hijos en establecimientos particulares pagados de excelencia, de manera que en la generación siguiente ya no serían de clase media ni baja, sino alta. Porque la plata está y la cosa es gastarla bien, en enseñar y no en "pegas" para los correligionarios en cada vez más Superintendencias, Agencias y en ese monstruoso Ministerio de Educación controlado por un profesorado comunista que sólo sabe enseñar el odio, la revolución y la envidia.

Pero no vivimos en "Inteligentilandia" sino en su polo opuesto, de manera que vamos a elegir un gobierno peor, que va a imponer generalizadamente un sistema de enseñanza peor, con el cual va a alcanzar la suprema meta socialista de la IGUALDAD en la miseria.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Campaña del Terror

Como tengo edad suficiente, recuerdo con claridad cuando los que advertían sobre las consecuencias de un gobierno de Salvador Allende eran acusados de promover una "campaña del terror". Finalmente hubo un gobierno de Salvador Allende y fue mucho peor de lo que pronosticaba tal "campaña del terror". Lo único que ésta había hecho había sido advertir de lo que realmente iba a pasar, que habría sido mucho peor si no nos hubiera librado de esa perspectiva un ente hoy "maldito e innombrable, odiado por todos y traicionado por todos, que incurrió en la más vil de las conductas: salvar a la Patria". Pongo la frase entre comillas porque tiene autor: soy yo.

Ahora acaba de pasar una cosa extraordinaria, de ésas que sólo pueden suceder en Chile, donde nadie lee nada y, si alguien llegara a leer algo, no lo entendería. La historiadora Lucía Santa Cruz, haciendo excepción a la regla, leyó el Programa de Michelle Bachelet, y para concretar una doble excepción, lo entendió. Todo eso ya era grave, pero incurrió en una falta peor: lo reveló públicamente. Y esto ha provocado un pequeño terremoto político, entendiendo por tal lo habitual en estos casos: insultos desde la izquierda y aseveraciones de sus intérpretes más respetados en el sentido de que sería una exageración pensar que Michelle Bachelet va a aplicar su Programa. Quieren hacernos creer que no lo va a aplicar.

Esto último es posible, pero sería una gran burla. Claro, los candidatos suelen comportarse así. Si se compara lo que el candidato Piñera prometió a los militares (r) con los malos tratos que les ha inferido, se entenderá lo que quiero decir. Pero déjenme explicarles algunas cosas que los van a convencer de que Michelle Bachelet sí puede aplicar su Programa.

Desde luego, todo esto obedece, como tantas veces les he advertido, a una estrategia comunista que el respectivo partido no le va a permitir a Michelle Bachelet lanzar por la borda. En septiembre de 2001 el Partido Comunista, en su XXI Congreso, postuló textualmente lo siguiente: "Planteamos una Nueva Mayoría Nacional. Se requiere una mayoría activa, partícipe de un proceso que construya una relación político-militar favorable al cambio revolucionario".

¿Tengo o no razón cuando afirmo, una y otra vez, que en Chile siempre se termina haciendo lo que dicen los comunistas? ¿Y qué dicen los comunistas hoy? Su diputada electa Karol Cariola ha sido bastante franca: "el Programa (de Bachelet) es el primer escalón en el establecimiento del socialismo en Chile, en el patrón de Ecuador, Venezuela y Cuba". Lucía Santa Cruz fue lapidada por analistas de izquierda que le atribuyeron a ella la frase. Cuando aclaró que su autora había sido Karol Cariola, la respuesta fue el silencio. Y ¡cuando no! se hizo un esfuerzo por matizar las cosas: un columnista ha dicho que ¡tranquilos! así como no debe tomarse al pie de la letra la aplicación de la Biblia que ha prometido Evelyn Matthei, tampoco debe tomarse al pie de la letra la aplicación del Programa de Michelle Bachelet.

Pero ¿quién es Michelle Bachelet? La verdad es que eso no lo sabe nadie. En su gobierno, claramente, no fue ella. Para saber quién es hay que leer su biografía, de Andrea Insunza y Javier Ortega. Allí consta que en los '70 era ayudista del MIR, colaborando en trasladar cosas de una casa-refugio de la asociación terrorista a otra y que en los '80 convivía con el vocero del FPMR. Guerrilleros de éste sostienen públicamente que ella también pertenecía al grupo, cuando éste mataba más uniformados que nunca. Después, en 1989, ella perteneció al pacto electoral organizado en torno al Partido Comunista, el PAIS, y no a la Concertación. Fue candidata a concejala por Las Condes, donde obtuvo sólo poco más de dos mil votos, lo que probablemente le provocó una catarsis ideológica que la llevó a incorporarse al PS y a la Concertación, donde la versión de que su padre había sido asesinado (no es verdad, murió tras jugar básquetbol teniendo una condición cardíaca) y de que ella había sido torturada en Villa Grimaldi (estuvo seis días y tampoco es verdad lo de la tortura: se lo oí confesar a ella misma en TV) le dieron acceso a un ministerio. The rest is history.

¿Qué queda al cabo de todo esto? Lo que ha dicho Michelle y lo que dice su Programa. Lo primero, que en Chile "termina un ciclo económico y político". Se acaba eso que describió Bill Clinton cuando vino y se tomó una Coca Cola Light en lo que hoy se llama "La Picá de Clinton": "Chile es la joya más valiosa de la corona latinoamericana". Viene "el otro modelo", ese que donde decía "Estado" ahora debe decir "lo público". "Lo público" es lo contrario de "lo privado" y "lo privado" es lo que quiere libremente usted, lo cual, a partir del 11 de marzo próximo, usted podrá metérselo por donde mejor le quepa, porque a nadie le importará y nadie lo respetará.

"Lo público" va a ser lo que manden ellos. Y lo van a hacer con la plata de usted, pues van a subir el impuesto a las empresas y, como van a suprimir el FUT, los dueños de ellas van a pagar, en vez de cero impuesto por utilidades no retiradas y del 20 % actual por las retiradas, un 35 %. Antes de asumir Piñera era 17%; entre Piñera y Bachelet lo dejarán en más del doble. ¡Ah, y se me olvidaba! Ya usted no va a ser tan dueño de sus cosas, porque el Programa dice que "la función social de la propiedad delimitará su contenido". Y como en la nueva Constitución la simple mayoría mandará, a lo mejor las habitaciones demás que alguien tenga en su casa van a tener que ser ocupadas por gente que viva estrecha. ¿Usted creyó, cuando vio "Doctor Zhivago", que era sólo una película?

El otro día pregunté, en una mesa de veinte personas reunidas para analizar la actualidad, cuántos habían leído el Programa de Bachelet. Resultado: ninguno. Yo sólo había leído un resumen de "El Mercurio". Ahora oí y leí el análisis de Lucía Santa Cruz. Prometo leer el texto completo de 195 páginas apenas lo ubique, supongo, en internet. Es que es una parte sustancial de la "campaña del terror", cuyos principales promotores son, por supuesto, los autores del Programa.