sábado, 4 de septiembre de 2010

¿Qui Bono?

Tengo un amigo que frente a cualquier iniciativa de ley (y también de otras de nivel gubernativo) pregunta: ¿qui bono?, es decir, ¿quién gana con eso?
Porque el interés general es una entidad de la cual pocos o nadie se preocupa, pero los intereses particulares sí preocupan y movilizan a los que buscan una ganancia personal.
En días pasados se aprobó en la Cámara un proyecto que obliga a las radioemisoras a transmitir un 20 por ciento de música chilena. ¿Qui Bono?, ¿quién gana con eso? Por supuesto, los autores e intérpretes de música chilena a quienes las radios deben pagar derechos de autor.
Yo he escrito trece libros, algunos de los cuales estimo que se leen menos de lo que yo habría deseado. Entonces me encantaría que se dictara una ley que dijera que por cada cinco libros vendidos en una librería, uno debería ser de Hermógenes Pérez de Arce. Yo ganaría mucho dinero y tendría un gran incentivo para escribir más libros, aunque fueran peores que los anteriores y menos gente quisiera leerlos, porque habría aparecido un mercado cautivo para garantizar la venta de ellos.
En Chile cada ciudadano quiere tener su propio monopolito. Rara vez las asociaciones gremiales se preocupan de otra cosa que de impedir la competencia, para preservar los ingresos de sus asociados. Los médicos se han destacado en eso, porque han conseguido prohibir la venta de fármacos sin receta médica en la mayor medida posible. Y también consiguieron que los instructivos sobre los medicamentos que venían dentro de los envases fueran suprimidos, para que la gente no pudiera informarse sobre ellos. Los dirigentes de los médicos dijeron que eso lo hacían para proteger la salud de la población y evitar que se automedique, y de ninguna manera para obligar a la gente a ir a sus consultas en busca de una receta, pagando cuarenta o más miles de pesos. Pero si hubiera sido tanta su preocupación por la salud de la gente no habrían pedido que se suprimiera los folletos con descripción y advertencias en los envases de los remedios, pues sirven para proteger la salud de las personas.
Los abogados hacen lo mismo, impidiendo que una serie de diligencias que cualquier persona podría hacer en tribunales o notarías sea realizada sin el patrocinio de un abogado. Los periodistas han creado una serie de trabas para que la gente pueda escribir en los diarios o actuar en las radios. Todas esas restricciones aumentan los ingresos de los respectivos profesionales, médicos, abogados y periodistas, porque crean mercados cautivos, gente obligada a recurrir a ellos, pagándoles por algo que podrían hacer o conseguir por sí mismas. Pero los que obtienen las restricciones monopólicas nunca confiesan que lo hacen para aumentar sus ingresos, sino que dicen hacerlo para proteger a la gente.
Bueno, ahora los músicos e intérpretes chilenos quieren protogernos de oír música extranjera. No es que quieran ganar más, no, por supuesto. Lo hacen por patriotismo, para que la música chilena se interprete y oiga más, aunque sea a la fuerza, ya que de otra manera la gente no querría escucharla.
Nuestro país está estructurado sobre la base de numerosas prohibiciones que benefician a grupos en perjuicio del interés general, que tiene pocos defensores, pues está muy diluído entre mucha gente, mientras los intereses particulares que terminan imponiéndose están concentrados y representan subidas ganancias para pocas personas, que, no oibstante, dicen hablar y actuar en nombre de algún noble principio ("defendamos la música chilena") pero que en el hecho están lucrando gracias a una restricción de la libertad de elegir de todos los demás.

10 comentarios:

  1. A todos estos intereses agreguémosle a los políticos sin los cuales estos "nobles principios" no podrían concretarse en leyes. Hacen un equipo perfecto, una maquinaria muy bien engrasada.
    El resto, tendremos que acostumbrarnos a escuchar a Victor Jara todo el santo día.

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  2. Vicente, que horrible tu comentario con aire ironico de "El resto, tendremos que acostumbrarnos a escuchar a Victor Jara todo el santo día", yo no le veo nada malo escuchar a Victor Jara, se nota un dejo de cultura en tu opinion con un leve airecillo tendenciado a algun color politico.
    Ya que te gusta en tu blog plasmar la imagen de agitador concientizado y culto opinador, aprovecha y haz el ejercicio de mirarte al espejo, y opinar para y por ti. Pues siempre es facil opinar de los demas.

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  4. A mí me carga Víctor Jara lo encuentro fome y aburrido, sin melodía, sin arreglos y con letras muy malas ¿Qué tiene eso de malo? Por suerte sólo escucho radio para enterarme de las noticias.

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  5. Alejandrito, no solo a usted no le gusta Victor Jara. A alguien llamado "el prnicipe" al parecer tampoco le gustaba, por lo que lo calló con mas de cuarenta tiros en el el ex estadio chile.
    Sin duda, sus malas letras como usted las llama y sus peores arreglos, fueron en su momento demasiado peligrosos para los que estaban tomando el poder y por eso le dieron un merecido escarmiento.
    En serio alejandrito, con una mano en el corazón, usted cree que Victor merecía morir así?, de verdad cree que Victor era un peligro para la sociedad por lo que mereció esos 40 balazos?.

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  6. Quirino: tendremos que escuchar todo el santo día a Victor Jara, tanto a quienes les gusta como a quienes no nos gusta. ¿Contento?.
    ¿Mides el grado de "cultura" en función del gusto por Victor Jara?.

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  7. CPozo: ¿Qué tiene que ver la opinión de Alejandro y sus preferencias musicales con toda tu perorata?.

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  8. Rechazo visceralmente que Víctor Jara o cualquiera otra persona sea torturada y asesinada en prisión.

    Por otro lado, si hay alguien que gusta su música, pase. Pero jamás he podido escucharle un tema hasta el final es una lata.

    Si me obligaran sería una tortura.

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  9. mala la ley que sigan con la musica norteamericana, ademas no es culpa de la izquierda, que la derecha sea tan mala en musica. Alberto plaza, mirian hernandez, luis jara..son todos de derecha. La cultura de la derecha siempre ha sido la del quique morande.

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  10. las radios calsaran las horas en la noche cuando nadie las escucha osea el espiritu de la ley no se respetara

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